Este documento describe la etapa de la vida entre los 35-42 años. En esta etapa, las personas enfrentan una crisis existencial que cuestiona su identidad y propósito. Deben desarrollar su propia autoridad interior para encontrar la confianza y seguridad en sí mismos en lugar de depender de factores externos. Además, deben decidir si vivir desde lo que tienen o desde su ser interior y espiritualidad.
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Este documento describe la etapa de la vida entre los 35-42 años. En esta etapa, las personas enfrentan una crisis existencial que cuestiona su identidad y propósito. Deben desarrollar su propia autoridad interior para encontrar la confianza y seguridad en sí mismos en lugar de depender de factores externos. Además, deben decidir si vivir desde lo que tienen o desde su ser interior y espiritualidad.
Este documento describe la etapa de la vida entre los 35-42 años. En esta etapa, las personas enfrentan una crisis existencial que cuestiona su identidad y propósito. Deben desarrollar su propia autoridad interior para encontrar la confianza y seguridad en sí mismos en lugar de depender de factores externos. Además, deben decidir si vivir desde lo que tienen o desde su ser interior y espiritualidad.
Este documento describe la etapa de la vida entre los 35-42 años. En esta etapa, las personas enfrentan una crisis existencial que cuestiona su identidad y propósito. Deben desarrollar su propia autoridad interior para encontrar la confianza y seguridad en sí mismos en lugar de depender de factores externos. Además, deben decidir si vivir desde lo que tienen o desde su ser interior y espiritualidad.
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SEXTO SEPTENIO (35-42 AÑOS)
Etapa de autoconfianza, el Yo debe fortalecerse, integrarse.
En este septenio nos enfrentamos a la crisis existencial biográfica,
ella viene a nuestro encuentro para que desarrollemos nuestro propio núcleo existencial, lo que hagamos con esta crisis pertenece a la libertad, por lo tanto requiere de mucho coraje. La oscuridad terrena es lo que viene a nuestro encuentro, porque como hemos venido siendo y haciendo, ya no nos da sentido ni verdad de nosotros mismos, no nos da respuesta para otorgar sentido a nuestra existencia, la oscuridad terrena ilumina nuestro interior. Es una etapa en la que aparece la sensación de vacío, lo que nos predispone al encuentro con uno mismo, se abren las puertas de la libertad interior, período de aceptación de sí mismo y de los otros, un ejercicio para la verdadera autoconfianza. Ha transcurrido la fase de TENER, tengo una pareja, tengo un trabajo, tengo un hogar, etc... Podemos optar, vivir desde el TENER (desde lo terreno) o desde el SER (la trascendencia, el sentido existencial). La imagen de este septenio es el “Ser humano a pie”, lo que significa que se terminan las ayudas externas, en el sentido de apoyarnos en el mundo para la confianza en nosotros mismos, y para sentirnos validados, por lo tanto muchas veces nos encontraremos en una desolación total, sentimos mucha inseguridad, porque la seguridad la encontraremos en el mundo espiritual, en nuestro interior, luego, si hemos conquistado nuestra esencialidad, podremos sentirnos que formamos parte de algo superior. JUNG caracteriza esta fase como aquella de la “Gran Muerte”, en lo anímico, lo que significa despojarse de la personalidad orientada hacia afuera. Desde un cierto punto de vista estamos en la mitad de la vida. La conquista de la libertad interior significa fundamentalmente la formación de una autoridad interior que nos orienta, la cual se adquiere a través de la propia individualidad, existe la posibilidad de ocultar el vacío interior, de huir de sí mismo, evitando entrar en conflicto. Pregunta esencial de este septenio: ¿Cómo encuentro el camino que me lleva a mi propia esencia, y mi esencia al mundo? Si nos adentramos en esta crisis (Cruce) vamos trabajando cada vez con mayor fuerza, desde dentro hacía afuera, a partir de nuestras aptitudes innatas y adquiridas, desarrollamos la capacidad de ver las cosas en su origen, distinguir lo esencial de lo irrelevante, nos conectamos concretamente con lo existencial y esencial en nosotros, nos autoeducamos para superar nuestro egoísmo y ver a la otra persona en su esencia, ver al otro desde el otro, lo que nos permitirá relacionarnos con mayor tolerancia, y respeto hacia la personalidad y biografía del otro. Si no tenemos el coraje de hacer este gran cruce, no llegaremos a tocar y conectarnos con el profundo y verdadero sentido existencial que está en nuestro interior. Quien durante su biografía se ha ido habituando a tomar en consideración sus sueños, siente un natural ímpetu por tomar su vida en las propias manos y cambiar lo que vaya sintiendo necesario para otorgar un sentido de vida que va desde dentro hacia afuera.