El documento presenta diferentes perspectivas sobre la historia de Chile. Discute cómo la historia oficial promovida por el Estado chileno ha enfatizado ciertas narrativas sobre figuras como Diego Portales y Bernardo O'Higgins que no representan a toda la población. También analiza cómo el derribo reciente de estatuas durante las protestas no fue un acto de vandalismo sino una forma de reivindicar otras interpretaciones históricas. El autor argumenta que no existe una versión objetiva de la historia y que los diferentes puntos de vista están anclados en fu
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El documento presenta diferentes perspectivas sobre la historia de Chile. Discute cómo la historia oficial promovida por el Estado chileno ha enfatizado ciertas narrativas sobre figuras como Diego Portales y Bernardo O'Higgins que no representan a toda la población. También analiza cómo el derribo reciente de estatuas durante las protestas no fue un acto de vandalismo sino una forma de reivindicar otras interpretaciones históricas. El autor argumenta que no existe una versión objetiva de la historia y que los diferentes puntos de vista están anclados en fu
El documento presenta diferentes perspectivas sobre la historia de Chile. Discute cómo la historia oficial promovida por el Estado chileno ha enfatizado ciertas narrativas sobre figuras como Diego Portales y Bernardo O'Higgins que no representan a toda la población. También analiza cómo el derribo reciente de estatuas durante las protestas no fue un acto de vandalismo sino una forma de reivindicar otras interpretaciones históricas. El autor argumenta que no existe una versión objetiva de la historia y que los diferentes puntos de vista están anclados en fu
El documento presenta diferentes perspectivas sobre la historia de Chile. Discute cómo la historia oficial promovida por el Estado chileno ha enfatizado ciertas narrativas sobre figuras como Diego Portales y Bernardo O'Higgins que no representan a toda la población. También analiza cómo el derribo reciente de estatuas durante las protestas no fue un acto de vandalismo sino una forma de reivindicar otras interpretaciones históricas. El autor argumenta que no existe una versión objetiva de la historia y que los diferentes puntos de vista están anclados en fu
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A raíz de lo que acaba de pasar acá, de este letrero que dice; “500 años de
genocidio”, del espíritu que se siente en la sala de personas que están
seguramente de un lado y de personas que están con un punto de vista completamente distinto, me gustaría variar un poco lo que iba a decir y partir por lo que ha ocurrido justamente en estos últimos dos meses. Al inicio se planteó que este movimiento, que este estallido social era un movimiento acéfalo, una movilización inorgánica; un movimiento que era solo un conjunto de quejas, que había salido a la calle explotando de rabia por cuestiones cotidianas, como pensiones, comida, servicios y acceso a privilegios. Pero con los días fuimos viendo que era bastante más complejo que eso. Debajo de las consignas y las pancartas, existían cuestiones que se repetían y configuraban algo así como un proyecto del pueblo de Chile que iba más allá de lo meramente doméstico, que cuando uno visitaba distintas asambleas y cabildos, se encontraba con propuestas muy similares que atacaban cuestiones estructurales, de política muy profunda. No era solamente un reclamo, una queja, un dolor en algún lugar del cuerpo social, sino una interpelación de enorme profundidad histórica. A casi exactamente una semana del estallido, se inició un fenómeno muy particular: comenzaron a derribarse monumentos. Antes de continuar, permítaseme una reflexión que tiene que ver con la definición de historia. De si la historia puede ser objetiva, o si la historia tiene distintos puntos de vista. En Chile lo que prima es lo que entendemos como historia oficial. Esa historia oficial no está levantada por los académicos, no está levantada por las universidades, está levantada por el Estado de Chile a través de su ministerio de educación. Es decir, el principal mediador de la historia en este país es el Estado a través de los planes y programas que enseña en los colegios. Los historiadores tienen distintos puntos de vista frente a los mismos fenómenos, pero el Estado distribuye y enseña al país una versión consensuada e instrumentalizada definida al interior de si mismo, con miras a sus propios objetivos, donde, por ejemplo, Diego Portales es sin duda un prohombre a admirar. Pero ocurrió algo durante el estallido, la estatua de Diego Portales fue derribada, también la de Cornelio Saavedra, se derrumbaron dos estatuas de Bernardo O´Higgins, se derrumbó la estatua de José Menéndez en la plaza Gamero de Punta Arenas, se derrumbaron estatuas de militares y de conquistadores españoles. Cualquiera podría decir que esto es un atentado al patrimonio, que fueron vándalos que querían destruirlo, un enemigo implacable y poderoso que quiere derrumbar toda nuestra sociedad y pasar a llevar el respeto por todo, pero no es cierto, cualquiera repito, cualquiera con un mínimo de ojo histórico sabe que no es así. Sabe que el repertorio O´Higgins, Portales, Cornelio Saavedra, José Menéndez significa algo muy específico en la historia de Chile, significa el abuso, significa el autoritarismo militar en el caso Bernardo O´Higgins, el autoritarismo político en el caso de Diego Portales, el peso de la noche y los gobiernos déspotas disfrazados de repúblicas que nos gobiernan hasta hoy. Que botar a Cornelio Saavedra, significa claramente ir en contra del ideólogo y el ejecutor de lo que conocemos le fue místicamente como la pacificación de la Araucanía, es decir, del trato del estado chileno hacia a sus pueblos originarios y cuando se bota a José Menéndez, sin duda que se está atentando contra ese buen hombre, contra ese hombre que da trabajo, contra ese gran empresario desatado y amparado por un estado que deviene en explotador y genocida. Son símbolo de una república de Chile que en 200 años no ha sabido acoger a su gran pueblo, al 80%, a los mestizos, a los pueblos originarios y también de pronto algunos migrantes. Entonces no estamos hablando de cualquier tipo de vandalismo, estamos hablando de una reivindicación, de una interpelación histórica que va más allá de los 30 años, va más allá de los 46 años y se remonta a 200. Entonces cuando vamos a contracorriente de este repertorio de angelitos que el Estado de Chile nos vende como héroes, dónde está José Menéndez, Bernardo O´Higgins o Diego Portales, estamos hablando de otra forma de ver la historia, estamos diciendo que esos héroes y eso personaje quizás no nos representan; entendemos que hay una gran masa de un gran pueblo de Chile, que no se ve reflejado en esos personajes y ¿por qué? si son esos personajes que nos enseñan y nos meten a sangre y fuego cuando tenemos 8 a 10 años. Porque la historia no es objetiva, esto es fundamental para enfrentar cualquier diálogo, el que tengamos acá, por ejemplo. La historia no es objetiva, no puede serlo porque los historiadores nacen en una cuna específica; se desarrollan, se educan en un contexto socia particularl, entran a estudiar a determinada escuela universitaria, leen a ciertos personajes, a ciertos autores y a otros no, toman como maestros algunos y otros no, y van desarrollando una propia visión de los procesos y de los hechos históricos, ¿dónde está el anclaje del historiador? porque tampoco se trata de que cualquiera puede decir cualquier cosa, el anclaje está en los hechos históricos. Existen dos aspectos a considerar en esta conversación: los hechos históricos y la interpretación de aquellos. Lo que quiero decir, de cara a este foro, es que las posiciones no son contrapuestas, no es la verdad contra la mentira, no es genocidio o civilización, sino que es algo mucho más complejo. Hay un libro precioso de José Bengoa, que se llama Historia del pueblo mapuche, y existe un señor que es Premio Nacional de Historia, Sergio Villalobos, que dice que el pueblo mapuche ni siquiera existió, y cuando uno los lee se encuentra, opiniones aparte, conque los dos están anclados en firmes bases, en fuentes directas, primarias, secundarias, archivos, documentos, ¿Qué pasa entonces? Punto de vista, es lo mismo que pasa cuando vemos una foto del Palacio de la Moneda quemándose y hay quienes dicen, bueno esto es un ejemplo de cómo el intervencionismo internacional y la oligarquía chilena fueron capaces de desestabilizar el maravilloso gobierno de Salvador Allende, llevarlo a su fin. Mientras viene otro y dice, bueno, acá pueden ustedes observar de qué manera este experimento socialista fracasó, fue incapaz e inviable económicamente. Y fíjense que las dos tienen un poco de razón. Uno va haciendo énfasis en unos aspectos y otros énfasis en otros. Para una población importante de este país, Bernardo O´Higgins es un héroe, para una población importante este país, Bernardo O´Higgins un déspota y corrupto, un dictador que tuvo que ser expulsado para que no le siguiera siendo daño al país y hay otros que dicen que él fue las dos cosas: un tipo bravo, un valiente, un civil que tomó las armas y se enfrentó al imperio. Pero que también fue un dictador cuando se hizo con el poder, un dictador temido, un dictador perteneciente a una organización involucrada en el asesinato de dos de nuestros próceres más importantes. Un momento que lo dibuja de manera nítida, es cuando está siendo abucheado por la asamblea en Santiago, al final de su mandato, y le están exigiendo renunciar a su cargo. Tiene el país destrozado, en Concepción se estaban muriendo de hambre, se estaban comiendo los gatos, ¿por qué? porque él estaba capturado por la Logia Lautaro recaudando impuestos y mandando plata a Perú para la campaña de liberación de San Martín de liberación. ¿Qué pasa cuando O´Higgins finalmente abdica? Sale y esos mismos que lo abucheaban, lo aplauden y le dicen libertador de la patria, porque nada es blanco y negro. Nada es una cosa o la otra, nada es solo una cara, las monedas de una cara no existen. En el caso de lo que nos convoca hoy día, tiene que ver mucho con eso, porque una de las grandes gracias qué tienen, en la zona de Magallanes y cuando digo grandes gracias, me refiero que quizá debe ser una de las pocas ciudades del mundo, no…no hablemos de ciudad, hablemos de territorio, uno de los pocos territorios del mundo donde convergen una cantidad de épicas, una cantidad de procesos en tiempo, tiempos cortísimos, concentrados, repito como quizá en ninguna otra parte del mundo. Estamos hablando que en la zona de Magallanes tenemos la épica de la Circunnavegación del Globo, la épica de los navegantes, que es lo que se recuerda hoy, tenemos la épica de la tragedia de pueblos originarios. Tenemos la épica ballenera, tenemos la épica de los colonizadores, tenemos la épica chilota, la épica obrera de la FOM y Puerto Bories, tenemos la épica Antártica, este territorio es la puerta a la Antártica, es el punto más cercano a la Antártica de todo el planeta. Este territorio, tiene la épica del Puerto de Hambre, tiene la épica de las colonias suizas, que no funcionaron, tiene la épica ovejera y tiene también la épica geológica, somos un territorio donde se investigan dinosaurios, bosques antediluvianos, es un territorio que es joven en el mundo, por eso sus picachos son tan ásperos y bruscos apareciendo y bajando veloces como que recién se estuviera creando este territorio. Cada uno de esos aspectos tiene un punto de vista particular y un punto de vista particular que de pronto se contrapone con el otro. Si hay algo que decir en particular por los 500 años del descubrimiento del estrecho, es que el descubrimiento del estrecho por los europeos, tiene que ver con una viga global de la historia de los navegantes, los grandes navegantes, los grandes descubrimientos europeos, Vasco de Gama, Fernando de Magallanes, un poco antes el mismo Cristóbal Colón, es un momento donde la cultura europea, no más destructora o déspota que otras de Asia o la propia América en esos tiempos, se está expandiendo por el mundo, está buscando territorios nuevos, está buscando rutas nuevas y claro cuando yo hablo de que esto tiene distintos puntos de vista hay que entender que todas las rutas abiertas, todas la rutas abiertas son neutras, porque una ruta abierta trae soldados, trae a curas y delincuentes, pero también trae ideas nuevas, mercaderes científicos, y pueblos nuevos que aportan a la riqueza cultural de un territorio, por eso que el fenómeno de Magallanes tiene tantos puntos de vista y no es blanco ni negro. Una de las gracias, hablando de Punta Arenas como puerto, es justamente la capacidad que tienen los puntos de llegada de barcos de hacer converger las ideas nuevas. Cuando nosotros vemos esta república conservadora que nos ha dirigido con mayor o menor énfasis a lo largo de nuestra historia, nos damos cuenta que los puertos han jugado papeles fundamentales y la represión contra esas nuevas ideas también han jugado un papel fundamental en nuestra historia. Cuando pensamos en Iquique, Antofagasta, Valparaíso, Punta Arenas, puntos clave del comercio exterior chileno, estamos hablando también de Santa María de Iquique, de la Plaza Colón en 1906, estamos hablando de Valparaíso y 1903 la masacre de los portuarios, y en Punta Arenas, la masacre la FOM, es porque a través de los puertos entraban las ideas nuevas, socialistas, anarquistas, las ideas del sindicalismo, del mutualismo, cruces internacionales donde así como llegan grandes ideólogos, llega también Anne Chapman, Darwin, Claudio Gay, aunque también llegan gente como José Menéndez o como el chancho colorado, desgraciadamente. Lo que quiero decir en el fondo es que tratemos también de quitarle carga negativa al descubrimiento del estrecho de todos los santos. Recordar que los conquistadores españoles, los portugueses, holandeses e ingleses que cruzaron por acá durante todo ese periodo, tuvieron muy poco contacto con los pueblos originarios locales, le fue también como mal, hubo veces en que ocasionaron muertos y muchas veces donde la respuesta de los pueblos originarios fue igual de dura. En realidad, más que culpar a los descubridores o viajantes de los 500 años hay que poner el ojo más preciso y más nítidamente en el Estado de Chile, porque es recién a partir de 1840 cuando por primera vez se meten los barcos a vapor que vuelven al estrecho una ruta viable y más confiable, antes no se podía confiar en los vientos porque era difícil navegar barcos con velamen que fracasaban, se tenían que devolver, eran arrojados contra las rocas, le venían vientos de costado y los volcaban. Sólo los barcos a vapor y la desidia del Estado chileno fueron los que, entre 1850 y 1900 en sólo 50 años, permitieron que el territorio magallánico pasara aceleradamente, como casi ningún otro lugar del planeta, de la edad de piedra a la revolución industrial con todo lo que ello significó para el medio ambiente y los habitantes originales, fue el Estado de Chile —durante un periodo donde se estaba expandiendo, pensando en 1860, la pacificación de la Araucanía, en 1848 la fundación de Punta Arenas, 1879 la expansión hacia el norte— el que fue incapaz de administrar su territorio y le entregó enormes extensiones de terreno a terratenientes que convirtieron esas zonas en verdaderos feudos donde ellos eran reyes, tenían sus ejércitos personales y podían hacer lo que querían, explotar en el caso acá a sus ovejeros y matar, perseguir y extinguir, o no extinguir, eliminar prácticamente etnias completas. Yo no pondría la carga, esto es una opinión personal, del tema de genocidio de pueblos originarios en la celebración de los 500 años del descubrimiento del estrecho, realizado por gente con cuellos isabelinos y acento castizo. Yo le adjudicaría la responsabilidad a un mucho más tangible Estado de Chile, que todavía tiene herederos y nietos, larraínes, bisnietos de esos personajes en el poder. Cuando me preguntan, 500 años de qué, me parece que hay que recuperar la perspectiva, entender que esta celebración mundial no se trata de aquello que ocurrió acá en el sur de Chile, sino de la circunvalación del globo, nosotros somos un punto en todo ese desarrollo que hace primero Magallanes y después Sebastián Elcano para darle la vuelta al mundo, lo que estamos celebrando acá es el haber terminado de cartografiar, quizás en el siglo XV, en el siglo XVI, entre siglo XV y el XVI las rutas que iban a ser utilizadas por los siguientes 300 años, posibilitando que de todo el mundo se pudiera hacer comercio con todo el mundo, se pudiera intercambiar no sólo especias, sino también culturas, libros, artistas, científicos, (público: “esclavos”), por supuesto, por supuesto también esclavos, por eso que te decía todas las rutas traen de todo. Por acá también pasó Darwin, pasaron científicos y malditos. Entonces, a la pregunta 500 años de qué, yo celebraría el inicio de una globalización del conocimiento que nos ha permitido un intercambio cultural brutal. Finalmente logramos abarcar el planeta, logramos cartografiar y se lograron establecer rutas que serían utilizados durante los siguientes 300 casi 350 años para llevar cultura, luz, también oscuridad, a todo el mundo. Conste que hablo desde un nosotros humano, como humanidad toda. Y lo que nos compete a nosotros, chilenos o magallánicos, yo no le cargaría la mano de nuevo a los señores de cuellos isabelinos, hay que tener bien claro que es el Estado chileno el que permite las atrocidades que hoy denunciamos. Muchas gracias.