Curso de Biologia
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Relación virus-planta
[MUSIC]
Hoy vamos a hablar de la relación entre virus y plantas.
No todos los virus, aunque estemos en un curso de salud vegetal.
No todos los virus son perjudiciales.
Y, de hecho, en algunos casos se podría hablar de virus beneficiosos,
ya que no todos ellos causan enfermedades.
Y de hecho,
algunos virus son muy importantes para el mantenimiento de equilibrios ecológicos,
o sea, que controlan las poblaciones de sus huéspedes.
Reproduce el video desde ::34 y sigue la transcripción0:34
Como ejemplos de virus de plantas que son beneficiosos,
os muestro aquí la imagen del virus de la rotura del color del tulipán, que le
confiere una característica que es muy apreciada por los productores de flores.
Y que sabemos hoy en día que está causada por una infección de Potyvirus.
Y en la imagen de la derecha,
deriva del trabajo de la investigadora Marylin Roussie, que descubrió
que unas plantas que resistían en condiciones de alta temperatura del suelo.
Por ejemplo, en las zonas volcánicas de Estados Unidos,
en el Parque de Yellowstone.
Estas plantas, que sobrevivían en esas condiciones tan extremas, estaban
parasitadas por un hongo, que a su vez necesitaba estar infectado por un virus,
que era el que confería esa capacidad de supervivencia.
Digamos, que esas relaciones ecológicas son esenciales para un cierto Beneficio.
Sin embargo, a nosotros lo que nos interesa, como he mencionado,
es la patogénesis, es decir,
los virus de plantas que son capaces de producir enfermedades.
Y especialmente, los que son capaces de producir enfermedades en cosechas,
y causar pérdidas en su rendimiento y en su calidad.
Aquí os muestro algunas imágenes de típicos síntomas que se causan en hojas,
pero que también pueden afectar a frutos.
Y a la derecha tenemos un árbol infectado por el virus de la tristeza de los
cítricos.
El nombre oficial es citrus tristeza virus, deriva del Castellano,
porque ese decaimiento que puede llegar a causar la muerte del árbol, es el más
característico de la infección por este Closterovirus transmitido por pulgones.
Reproduce el video desde :2:11 y sigue la transcripción2:11
La resistencia frente a los virus se establece a distintos niveles.
Y, de hecho, existen algunos ejemplos en la literatura,
que nos permiten saber que existen mecanismos muy específicos que
nos permiten controlar las infecciones virales.
Por ejemplo, el gen N de resistencia,
es uno de los primeros genes identificados por presentar resistencia a un virus,
en este caso, al primer virus identificado, TMV.
Y, lo que se muestra aquí es como, frente a una planta susceptible que mostraría su
mosaico, las plantas que tienen este carácter, que además es dominante,
es decir, contienen este gen N mayúscula.
Estas plantas lo que hacen es, restringir la infección a focos donde hay una
necrosis, y por lo tanto el virus no es capaz de diseminarse,
el resto de la planta queda protegida.
Reproduce el video desde :2:59 y sigue la transcripción2:59
Este conocimiento de mecanismos de defensa, por lo tanto, puede servir,
dar la base, al el diseño de estrategias de control de virosis.
Que serían, por ejemplo.
Pues, directamente se podría adaptar en plantas transgénicas,
con parte de las secuencias del genoma del virus, una resistencia frente a ellos.
Reproduce el video desde :3:18 y sigue la transcripción3:18
Algo similar es lo que ocurre con la protección cruzada,
que es muy parecida a lo que sería una vacunación.
En el caso de las plantas, infectamos la planta con una cepa atenuada.
Protegemos frente a la llegada posterior de cepas más dañinas.
Reproduce el video desde :3:34 y sigue la transcripción3:34
Y, en algunos casos, la resistencia está mediada por RNA, y se relaciona con el
silenciamiento génico, que es lo que os muestro en estas imágenes.
El silenciamiento génico, de hecho, se ha descubierto muy recientemente,
y es un mecanismo de interferencia con la expresión de genes,
con la expresión de genes a nivel de RNA.
Esto se descubrió concretamente en plantas sin nemátodos,
prácticamente al mismo tiempo, y de una manera un tanto paradójica, porque.
Cuando se quería sobre expresar un carácter, por ejemplo,
estas flores de petunia de color azul.
Si se quería sobre expresar genes que daban lugar a esa coloración,
paradójicamente lo que se obtenía era un silenciamiento, es decir,
los genes dejaban de expresarse, y por lo tanto teníamos esas manchas,
esas zonas blancas en la flor.
Entender cómo este proceso tenía lugar ha llevado algo de tiempo,
pero ahora sabemos que lo que ocurre es una degradación mediada por pequeños RNA
de esos mensajeros, que van a dar lugar a esos caracteres.
Reproduce el video desde :4:33 y sigue la transcripción4:33
Y realmente, ese mecanismo existe en todos los organismos, y deriva de la necesidad
de controlar parásitos endógenos, como pueden ser los transposones,
o parásitos, como pueden ser los propios virus.
Por lo tanto,
el silenciamiento está en el origen de esta existencia de este mecanismo.
Es una vía endógena que da lugar a la regulación de muchos genes,
mediada por microRNAs, pequeños RNAs que controlan la expresión de otros genes.
Es un mecanismo de regulación por encima de lo que se conocía hasta ese momento.
Nosotros podemos utilizar los virus también para inducir ese mecanismo.
Por ejemplo, ahí en las imágenes de la parte baja se muestra cómo
hay plantas en las que, si sobre utilizamos un virus para expresar
genes que bloquearían la expresión de la acumulación de clorofila,
pues, tenemos plantas con esa coloración blanca.
Reproduce el video desde :5:35 y sigue la transcripción5:35
A la derecha os muestro los principales mecanismos, muy simplificados sería,
a partir de una molécula desencadenante de doble cadena RNA.
Se trocearía por unos elementos, que se denominan dicer, en pequeños siRNAs,
que serían esos fragmentitos, que se incorporarían en un complejo,
donde al menos hay una proteína argonauta.
Ese complejo se denomina RISC, de RNA-induced silencing complex.
Y es el que es capaz de utilizar esos RNAs de guía para encontrar los
mensajeros que son degradados.
Reproduce el video desde :6:8 y sigue la transcripción6:08
Para contrarrestar, digamos, la existencia de este silenciamiento génico,
todos los virus utilizan supresores virales de silenciamiento.
Es decir, proteínas que son capaces de bloquear la vía,
como vemos ahí, en distintos niveles.
Y además,
esto lo podemos ensayar en laboratorio si utilizamos una agroinfiltración, es decir,
expresamos individualmente cada una de las proteínas virales.
Podemos, utilizando un gen marcador como el que se muestra abajo,
esas zonas agroinfiltradas de una hoja de en la que utilizamos
como gen marcador GFP, que es brillante, es una proteína de florescencia verde.
Este tipo de imágenes lo encontráis frecuentemente en la literatura actual,
porque nos permite identificar lo que serían los supresores.
Cuando un supresor impide que esa GFP se silencie,
vemos el brillo tan característico, que sería el caso del HCPro de la derecha.
Mientras que, en el mismo ensayo, si utilizamos una proteína que no tiene esta
capacidad de suprimir el silenciamiento, vemos que la GFP se apaga.
Reproduce el video desde :7:15 y sigue la transcripción7:15
Por último, mencionar que esto lo estamos viendo en cada uno de los virus,
pero que también existe la posibilidad de que las infecciones mixtas den lugar
a unas interacciones entre los virus.
Y esto hace cambios en la acumulación, en la respuesta del huésped,
e incluso en aspectos como la eficiencia de la transmisión.
Esto, muy resumidamente, se muestran aquí ejemplos de lo que se puede esperar.
Y a la izquierda tenéis casos concretos, con los que trabajamos en el laboratorio,
de infecciones mixtas en melón, y abajo en batata, en la que la presencia
de más de un virus cambia radicalmente la apariencia de las plantas.
Por lo tanto, las defensas también están mediadas por esa agresión combinada.
Y este es el final.
[MUSIC]
Control de virosis vegetales
En esta sesión vamos a hablar del control de virus vegetales.
Los virus, como hemos mencionado,
son patógenos y, por lo tanto,
la resistencia es la mejor manera de abordar su control.
Idealmente, si podemos utilizar plantas que de manera natural tienen esa resistencia,
podemos evitar las infecciones y los daños causados por ellas.
Algunos puntos importantes a tener en cuenta a la hora de
utilizar la resistencia genética es que puede ser recesiva o dominante.
La mayor parte van a ser recesivas,
ya que se trataría de la ausencia de
un factor esencial para uno de los procesos del virus,
tanto replicación como movimiento, como transmisión.
Si recordáis, los virus son parásitos, por lo tanto,
utilizan mucha parte de la maquinaria del huésped
y cualquier elemento de esa maquinaria del huésped que no sea compatible con ellos,
podría dar lugar a un gen de resistencia.
En ocasiones, la resistencia,
sin embargo, no es tan sencilla.
No existe un gen dominante como el gen N o recesivo claro y, por lo tanto,
el análisis exige que analicemos "Quantitative Trait Locus" (QTL) para poder identificar
cuáles son los elementos que dan lugar a ese fenotipo de resistencia.
No siempre es posible identificar a nivel de gen concreto,
cuál es el responsable de ese QTL.
Aunque existan esas plantas que son menos susceptibles que otras,
muchas veces no se puede llegar a determinar.
Como ejemplos de los que sí se han llegado a conocer: genes de resistencia,
tenemos los factores de iniciación de la traducción,
son genes de resistencia frente a muchos virus de RNA.
Existen factores de susceptibilidad,
como hemos dicho, tipo recesivo.
En el caso de interferencia del movimiento también hay casos muy
interesantes en los cuales se bloquean determinados
procesos del paso a través de los plasmodesmos o en el
movimiento a larga distancia por incompatibilidad con alguno de los elementos
necesarios.
También en el caso de la transmisión se pueden dar fenómenos de resistencia y, de
hecho,
hay dos genes de resistencia ampliamente utilizados: el gen VAT y el gen MI,
que no resisten a los virus,
sino resisten a los vectores de los virus que, por lo tanto,
bloquearían el proceso del ciclo de diseminación natural.
Y un punto a tener en cuenta es que,
incluso identificando y conociendo un gen de resistencia,
pueden darse eventos de superación, es decir,
que la durabilidad de esa resistencia no es siempre la necesaria.
Esto es lo que se muestra aquí.
Si nosotros ponemos una presión de selección, es decir,
utilizamos un huésped que no es muy susceptible a un determinado virus,
el virus va a intentar evolucionar
para superar esa resistencia y ser capaz de diseminarse.
¿Cómo se trabaja con esto de una manera práctica?
Hay distintas estrategias.
La más tradicional era,
una vez que se superaba la resistencia,
que aparecía un patógeno que era capaz de infectar,
había que buscar otro nuevo gen de resistencia y se iban colocando uno detrás de otro.
Sin ser el mismo caso,
pero pensad un poco en infecciones reiterativas como la gripe en humanos,
como necesariamente tenemos que ir siempre un paso por detrás de la
evolución que les está confiriendo esa capacidad de infectar de nuevo.
Otra posibilidad es que podemos utilizar rotaciones tanto en espacio como en tiempo,
para simplemente no cultivar las plantas que sean susceptibles.
Nosotros tenemos problemas con una determinada cosecha y la vamos alternando,
el tiempo en el que esa cosecha no está presente en el terreno,
reducimos la posibilidad de que el virus se extienda.
Otro punto interesante sería el que se muestra,
en el que podemos piramidal,
es decir, colocar muchos genes de resistencia en la misma planta, cuando se conocen,
y de esta manera impedimos o dificultamos realmente que la resistencia pueda
ser superada porque se exige una evolución muy alta al patógeno.
También se pueden utilizar maneras más ecológicas como sería,
tanto a nivel regional o en mezclas de distintos genotipos,
eliminar esa uniformidad de de las cosechas en las cuales la
susceptibilidad es un problema grave.
Un punto esencial del control de virosis es el control de los vectores.
Como hemos visto, la mayor parte de los virus de
plantas utilizan un organismo vector para diseminarse, por lo tanto,
si somos capaces de eliminar o de bloquear las poblaciones de esos vectores,
también estamos indirectamente reduciendo las posibilidades de diseminación.
Hay que pensar que los vectores han coevolucionado con los virus, es decir,
que de alguna manera los virus están manipulando a los
vectores y modifican la manera en lo que ellos
pueden hacerlo a sus huéspedes para atraerlos.
Por ejemplo, el propio color de las infecciones virales, esos amarilleos,
pueden tener una incidencia en la atracción a los
vectores que van a ser los que se van a encargar de su diseminación.
Por lo tanto, también en el caso de los virus circulativos,
podemos tener una manipulación dentro del vector.
Están los virus dentro del
organismo que los está diseminando y pueden modificar su comportamiento,
les pueden generar distintos cambios que facilitan su dispersión tanto como en movilidad
o en acciones de rechazo o de acercamiento a las plantas.
Aquí resumo un poco las
diferentes estrategias que se pueden aplicar de lucha contra virus,
porque al día de hoy en plantas no se utilizan antivirales por criterios lógicos,
no hay una antiviral terapéutico como se puede utilizar
en humanos o en organismos de más valor,
pero sí se pueden utilizar métodos preventivos.
Por ejemplo, si partimos de semillas o propágulos que
estén libres de virus y para eso existen servicios de inspección,
eliminamos los focos iniciales de la infección.
También para eliminar reservorios, por ejemplo,
las malas hierbas que pueden mantener las
infecciones virales hasta la llegada del siguiente cultivo,
si las eliminamos también estamos eliminando esos inicios de la epidemia.
El control de vectores, como hemos dicho,
el tratamiento con insecticidas,
pero no solo con insecticidas,
también el uso de barreras, de trampas,
métodos de lucha biológica con enemigos naturales,
nos va a permitir también reducir las poblaciones de vectores y al reducir
las poblaciones de vectores reducimos la incidencia de los virus.
La resistencia genética, ya hemos visto que era un método muy
importante de control y un uso racional, es decir,
no utilizar siempre el
mismo gen de resistencia porque estamos creando una presión hacia su superación,
sino alternarlos y de una manera racional podemos hacer que su durabilidad sea mayor.
Para esto es importante y existe al día de hoy,
sistemas de soporte que dan información en tiempo
real y geolocalizada sobre los inicios de infección,
de manera que los tratamientos pueden ser mucho más puntuales y más necesarios.
Este es el año, el año 2020,
el Año Internacional de la Sanidad Vegetal,
en el que en concreto se está
intentando potenciar esa vigilancia ante situaciones de emergencia.
Y aquí os muestro la información de la que se
puede disponer de una manera sencilla, por ejemplo,
en la base de datos de la EPPO que es la European Plant Phatology Organization,
tenéis un listado para distintos patógenos de plantas y están los virus recogidos,
mapas en los que se muestra la incidencia,
en este caso de una epidemia prácticamente global que afectaría,
este sería el virus de la cuchara que infecta tomate,
como veis aquí en las imágenes hay unas
muestras del tipo de síntomas que causa en hojas de tomate,
y como veis está diseminado por prácticamente toda la zona de cultivo de esta especie.
Esta información es muy útil porque en
casos en los que la epidemia todavía no ha llegado a determinadas regiones,
podemos tomar decisiones más informadas.
Ejemplos de control exitoso de virosis,
existen algunos que merecen la pena ser destacados.
Por ejemplo, el caso del cultivo de papaya
en Hawaii estaba siendo muy afectado por un potyvirus,
el "Papaya Ring Spot Virus",
y el trabajo de investigadores de la región,
como el doctor Dennis Gonsalves,
que utilizaron una estrategia de resistencia transgénica que permitió salvar,
de hecho, toda la industria relacionada con el cultivo de la papaya en Hawaii.
Es un caso de éxito, aquí veis la muestra de un campo.
En el centro tenéis las plantas transgénicas resistentes
y como alrededor hay plantas de tipo tradicional que no eran
resistentes y que prácticamente han sido aniquiladas por el virus.
También hemos mencionado el fenómeno de la protección cruzada con cepas atenuadas.
Este es un concepto muy antiguo,
pero que se ha revitalizado en la actualidad, por ejemplo,
el trabajo que os muestro aquí del investigador
Miguel Aranda de Murcia con la empresa BIOPEP,
nos muestra cómo se pueden "vacunar",
entre comillas, las plantas de tomate con una cepa atenuada del virus del "Pepino
Mosaic Virus" que es un potexvirus bastante dañino para estas plantas.
Y si utilizamos una combinación de cepas atenuadas
que impiden la sobre infección por parte de cepas agresivas,
podemos proteger las plantas y,
de hecho, se está aplicando con éxito en este caso y hay un resurgir de estas
estrategias por el coste tan bajo que tienen y la efectividad que producen.
Con esto terminamos.
Estrategias de virulencia
[MUSIC] En este video hablaremos de las
estrategias de virulencia que tienen las bacterias fitopatógenas.
Las bacterias fitopatógenas entran en el huésped, en la planta.
A través de espacios intercelulares, a través de heridas o aberturas naturales.
Reproduce el video desde ::23 y sigue la transcripción0:23
Ellas no necesitan penetrar la célula pero deben tener formas de adherirse.
Es decir, la mayoría de bacterias fitopatógenas viven
en espacios intercelulares.
Entonces, es muy importante la adhesión y el poder secretar moléculas que causen la
enfermedad.
Reproduce el video desde ::39 y sigue la transcripción0:39
Los principales sistemas de virulencia de las bacterias son las enzimas de
degradación de la pared celular vegetal.
Sistemas de adhesión,
sistema de secreción para insertar moléculas dentro del citoplasma.
Toxinas bacterianas y también polisacáridos extracelulares.
En las siguientes diapositivas veremos cada una de ellas.
Reproduce el video desde :1:1 y sigue la transcripción1:01
Es importante, aquí hay un resumen de las diferentes determinantes de virulencia.
Y es muy importante el saber que para que se activen estos sistemas de virulencia.
La bacteria tiene que percibir que está en contacto con una planta.
Entonces, hay señales externas que inducen todos estos sistemas de virulencia.
Reproduce el video desde :1:22 y sigue la transcripción1:22
El primer sistema son las enzimas de degradación de la pared celular.
Esto es importante porque la bacteria tiene que avanzar a través de la pared
para llegar a estar en contacto con la célula vegetal.
Reproduce el video desde :1:34 y sigue la transcripción1:34
Las paredes celulares de las plantas están compuestas principalmente por tres
polisacáridos, la celulosa, la hemicelulosa y la pectina.
En leñosas, además, también está la lignina que es más difícil de degradar.
Pero las bacterias también poseen sistemas para la degradación de la lignina.
Reproduce el video desde :1:51 y sigue la transcripción1:51
El número de genes que codifica para la degradación de estos diferentes
polisacáridos varía entre diferentes cepas de bacterias.
Pero suelen tenerlos porque es esencial para su progresión dentro de la planta.
Estas enzimas incluyen pectinasas, celulasas,
proteasas y xilanasas según el polisacárido que degraden.
Las pectinasas se ha visto que son las más importantes para la patogénesis.
Porque son las responsables de la maceración de tejidos.
Al degradar sustancias pécticas que forman parte de la lámina media.
Reproduce el video desde :2:25 y sigue la transcripción2:25
Otro factor de virulencia son las fitotoxinas y los polisacáridos.
Fitotoxinas y también hormonas vegetales.
Estas se caracterizan por ser moléculas pequeñas de bajo peso molecular.
Y causan o bien un daño directo a las células vegetales,
en el caso de las fitotoxinas.
O bien modulan el metabolismo de las células vegetales para promover el
desarrollo de síntomas.
Por ejemplo, tumores que serían beneficiosos para la bacteria.
Y esto es a través del crecimiento de tejidos de la planta mediante
señalización por hormonas.
O bien toxinas como, por ejemplo,
la coronatina que existe en la bacteria Pseudomonas syringae.
Que lo que hace es copiar los mecanismos de una hormona vegetal como el ácido
jasmónico.
Para inhibir la señalización por ácido salicílico que es esencial para
inducir las defensas de las plantas.
Por otro lado, también son importantes los polisacáridos.
you que las bacterias tienen capacidad de secretarlos al medio.
Reproduce el video desde :3:24 y sigue la transcripción3:24
Por ejemplo, los polisacáridos extracelulares, conocidos como EPS,
son muy importantes en la patogénesis de muchas bacterias.
Estos polisacáridos proporcionan, por un lado,
resistencia frente al estrés oxidativo.
you que las plantas, al reconocer la bacteria, inician una respuesta
de síntesis de especies reactivas de oxígeno contra la bacteria.
Pero también se ha visto que pueden ser importantes para la formación de un
biofilm dentro de la planta por parte de las bacterias.
Reproduce el video desde :3:53 y sigue la transcripción3:53
Este EPS es producido por las bacterias fitopatógenas en cantidades masivas.
Aquí en la imagen pueden ver un ejemplo, por ejemplo,
es un tallo de tomate infectado con la bacteria vascular ralstonia solanacearum.
Que ha sido cortado y pueden ver este moco blanco que sale del tallo.
Todo esto es exopolisacárido producido por la bacteria dentro de la planta.
Reproduce el video desde :4:21 y sigue la transcripción4:21
Otro sistema de virulencia es el sistema de secreción de tipo III.
Cabe decir que las bacterias tienen diversos sistemas de secreción,
del I al VII.
Pero el III es el más importante para la virulencia,
y por esto es el que veremos aquí.
Reproduce el video desde :4:35 y sigue la transcripción4:35
Su función principal es el transporte de proteínas desde el citoplasma de la
bacteria hasta el citoplasma de la planta.
Y, para ello, hace falta formar una estructura muy compleja que es este
sistema de secreción de tipo tres.
Los genes que codifican este sistema de secreción de tipo III se pueden
clasificar como componentes estructurales.
Que son los que formarían este tipo como de inyección que va de un
citoplasma al otro.
Y son genes muy conservados a través de diferentes tipos de bacterias.
Son los genes hrp que veremos en un momento.
Por otro lado, están los componentes secretados y estos son proteínas de
muy diversa índole, hay poca conservación entre ellos.
Cada cepa bacteriana es capaz de producir un número determinado de estas moléculas.
Que también se conocen como efectores o factores de virulencia.
Como pueden ver en la imagen,
la estructura del sistema de secreción de tipo III.
Está formada por una especie de aro en la membrana interior de la bacteria.
Que continúa con otro aro en la membrana exterior de la bacteria.
Y esto continúa con lo que se conoce como pilus.
Que tiene una longitud indeterminada hasta que llega a entrar
en contacto con una célula vegetal.
Donde forma la estructura final que es el traslocón,
que forma un poro en la membrana de la planta.
Y esto permite que estos efectores, en un proceso mediado por energía o ATP,
pasen de la célula bacteriana a la célula vegetal.
Reproduce el video desde :6:9 y sigue la transcripción6:09
Como hemos dicho, los componentes estructurales de este sistema de
secreción de tipo III está muy conservado, son los genes hrp.
Aquí pueden ver en el esquema de la izquierda que estos genes existen tanto en
bacterias que infectan a animales.
Como pueden ser Shigella, Salmonella o Yersinia,
como en bacterias que infectan a plantas, como Ralstonia o pseudomonas.
Son unos clusters muy conservados de genes y son esenciales para la virulencia.
Esto se puede ver en las imágenes de la derecha.
Aquí tenemos tomate que ha sido infectado con una bacteria, Ralstonia solanacearum.
En la derecha está una bacteria de tipo salvaje y a la izquierda con
una bacteria donde los genes hrp han sido mutados.
Pueden ver que la bacteria con los genes hrp mutados no es
virulenta porque la planta sigue sobreviviendo.
Mientras que la planta infectada con la bacteria control muere rápidamente.
Estos genes también son importantes para el reconocimiento en especies vegetales
que pueden reconocer una determinada bacteria.
Aquí, por ejemplo, tenemos la misma bacteria, Ralstonia solanacearum,
que infecta en una planta de tabaco.
La planta de tabaco puede reconocer a esta bacteria a través de sus efectores,
a través de sus receptores NLR.
Pues bien, si el sistema de secreción de tipo III está mutado.
La bacteria no secreta efectores en el interior del fitoplasma de las células.
Con lo cual estas no pueden reconocerlas y no se causa una respuesta hípersensible o
muerte celular.
[MUSIC]
Percepción
[MUSIC]
En este vídeo veremos cómo las células vegetales son capaces
de percibir las bacterias fitopatogénicas.
Como vimos anteriormente, todas las células vegetales están
equipadas con un sistema de receptores de membrana.
Que son responsables de la respuesta PTI.
Y un sistema de receptores intracelulares, o NLR,
que son responsables de la respuesta ETI, por Effector Triggered Immunity.
Para la percepción de la bacteria a nivel de membrana, hay una serie de receptores,
algunos de ellos bien caracterizados.
Que reconocen patrones conservados de la bacteria,
patrones moleculares conservados.
Como pueden ver en el esquema,
muchos de estos receptores están compuestos por una parte extracelular.
Que está formada por leucine-rich repeat.
Es decir, es un dominio repetitivo de reconocimiento.
Seguido por un dominio transmembrana,
y a nivel intracelular tienen un dominio quinasa.
Que cuando se reconoce el ligando o el patrón conservado de la bacteria.
Esto inicia una cadena de fosforilación que lleva
a la activación de la primera fase del sistema inmune.
De entre estos receptores, el mejor caracterizado es FLC2,
que reconoce unos epítopos de la flagelina bacteriana.
Hay diferentes tipos de epítopos que se pueden reconocer por parte
de este receptor.
Y en cualquier caso, esto iniciará una señalización común aguas abajo.
También existe otro receptor bien caracterizado, que es EFR,
que es capaz de reconocer un factor de elongación de las bacterias.
Reproduce el video desde :1:51 y sigue la transcripción1:51
Y existen otros diferentes receptores de tipo PRR.
Los dominios pueden ser de diversos tipos, como he dicho,
los de leucine-rich repeat son los más conocidos.
Pero también hay otros receptores, que tienen otro tipo de dominios,
que pueden estar o no fusionados a quinasa en el interior de la célula.
Y que son activados por otro tipo de molécula bacteriana,
que es el peptidoglicano, que es parte de su pared celular.
Reproduce el video desde :2:19 y sigue la transcripción2:19
Por último, existen receptores de membrana,
que se denominan receptor-like proteins, que son huérfanos.
Es decir, todavía no se conoce el ligando.
Actualmente hay una investigación muy activa para entender cuáles son los
ligandos que reconocen estos receptores.
Y activan las señales intracelulares.
Reproduce el video desde :2:38 y sigue la transcripción2:38
Aprovecho para mencionar aquí que también para esta respuesta inmune es muy
importante la percepción de peligro.
Existe en paralelo a estos receptores de DAMPs,
de MAMPs, perdón, receptores de DAMPs.
DAMPs son las siglas en inglés de patrones moleculares asociados a peligro,
por danger.
Estos receptores estructuralmente son parecidos a los MAMPs, es decir,
tienen su dominio intracelular.
Que puede ser quinasa, y su dominio extracelular de percepción de ligando.
Que puede ser también un leucine-rich repeat, u otro tipo de dominio.
Y aquí lo que se percibe, no es directamente la bacteria,
si no los efectos de la infección.
Por ejemplo, en el caso de los PEPRs que ven en la izquierda,
lo que perciben son los Pep peptides, los péptidos Pep.
Estos péptidos, son péptidos que son parte de proteínas de la planta,
pero que por la acción de la bacteria se cortan.
Y es la planta que percibe sus propios péptidos que le dan señales de peligro.
Esto activa de otra manera el sistema inmune,
y también es importante para una respuesta conjunta y eficiente contra la bacteria.
Reproduce el video desde :3:50 y sigue la transcripción3:50
Una vez se ha percibido la bacteria a nivel de membrana,
esto activa unas cadenas de señalización que ya se han visto anteriormente.
Y en gran parte son comunes,
independientemente del patógeno que las elicite.
Y es lo que son estos componentes de defensa aguas abajo.
El reconocimiento del patógeno, lleva a la deposición de callosa en el exterior de
la célula, que previene el crecimiento de la bacteria.
Reforzamiento de la pared celular para evitar el movimiento de la bacteria,
y aislarla de la célula.
Y secreción de compuestos antimicrobianos,
y especies reactivas de oxígeno dirigidos contra el patógeno para intentar evitarlo.
Reproduce el video desde :4:28 y sigue la transcripción4:28
Por otro lado, como parte del componente de Effector Triggered Immunity que hemos
visto anteriormente.
Existen receptores intracelulares capaces de percibir la bacteria,
en este caso, indirectamente.
No perciben a la bacteria directamente, si no a los efectores que son secretados
a través del sistema de secreción de tipo tres.
Dentro de la célula vegetal.
Estos receptores, como hemos visto anteriormente, son proteínas NLR,
que están compuestos pues por varios dominios.
Están conservadas entre diferentes plantas,
pero también tienen un alto grado de conservación.
Con proteínas receptoras del sistema inmune en animales.
Reproduce el video desde :5:10 y sigue la transcripción5:10
En el sistema innato inmune de animales.
Los dominios de estas proteínas en plantas.
Tienen un dominio N terminal, que es el más variable,
y aquí puede tener diversos motivos.
El motivo TIR o el motivo CC.
Y normalmente, esto ha sido discriminatorio para
clasificar esta proteína según un tipo u otro.
El dominio central es el nucleotide binding site.
Y aquí es donde se une la molécula de ADP, que cuando la proteína se activa,
se intercambiará por un ATP.
Reproduce el video desde :5:41 y sigue la transcripción5:41
Por último, existe el dominio repetitivo, el leucine-rich repeat,
que se basa en una serie de repeticiones de leucina.
Y este dominio puede estar adicionado por otros motivos,
que pueden ser extra, y que pueden servir también de engaño a la bacteria.
Reproduce el video desde :5:58 y sigue la transcripción5:58
Porque imitan dianas de esta bacteria dentro de la planta.
Reproduce el video desde :6:6 y sigue la transcripción6:06
La percepción de las proteínas efectoras por parte de estos NLR puede ser
directa o indirecta.
Directa, como se ve en el esquema de la izquierda,
es que el efector se une directamente a la proteína NLR.
Es decir, es una unión entre estas dos proteínas.
Indirecta, se basa en que el efector bacteriano causa una modificación
en una proteína determinada dentro de la célula vegetal.
Y es esta modificación lo que es percibido por la proteína NLR, ¿de acuerdo?
Y esto es lo que se conoce como el guard model dentro de la inmunidad vegetal.
Reproduce el video desde :6:44 y sigue la transcripción6:44
Este reconocimiento, directo o indirecto, puede dar lugar,
si es suficientemente elevado.
A una respuesta hipersensible o muerte celular programada.
[MUSIC]
Epidemiología y modelaje
También en todo el ámbito del modelaje ha sido muy importante
el desarrollo de nuevas técnicas de fenotipado muy eficientes.
Este fenotipado se puede realizar a pequeña escala o a gran escala mediante
los drones que son capaces de fenotipar parámetros
muy diversos en campos de cultivo muy amplios.
Aquí lo que yo presento es un fenotipado a pequeña escala, como ejemplo,
para que puedan observar cómo diferentes enfermedades se pueden diferenciar basadas
simplemente en imágenes tomadas por una cámara,
y manipulación posterior de imagen.
Esto permite ver qué patógeno la ha causado, y esto se puede escalar,
de manera que los datos obtenidos y la calidad de predicción
aumenta exponencialmente con estos sistemas.
Esto está en sus inicios, pero se espera que en el futuro se desarrolle mucho más.
Finalmente, quería destacar la importancia
del estudio básico de las interacciones entre plantas y bacterias a la hora
de desarrollar aplicaciones que tengan utilidad en el campo.
Y aquí he puesto diversos ejemplos.
Por ejemplo, estudiando los determinantes de virulencia en bacterias,
se ha podido desarrollar nuevos fitosanitarios
a través de inhibidores de la virulencia de estos determinantes bacterianos.
Por otro lado, un mejor conocimiento de las dianas de los efectores
bacterianos lleva al descubrimiento de genes de susceptibilidad.
Aquí se puede plantear de hacer mutantes de la planta de estos genes
de susceptibilidad,
que serían más resistentes a la bacteria porque no tendrían esta diana del efector.
Por último, el estudio del reconocimiento de efectores puede llevar al
descubrimiento de nuevos genes de resistencia.
El conocimiento de más de estos genes puede llevar a aproximaciones de
introgresar o introducir mediante transgénesis estos genes dentro de las
plantas cultivadas para ampliar el espectro de resistencia frente
a diversos patógenos.
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Fitoplasmas I
En este vídeo titulado "Fitoplasmas I" os presentaré
las generalidades, la distribución mundial,
los huéspedes y sus ciclos, a grandes rasgos,
para comprender cuál es la problemática de estos
patógenos y cuál puede ser una forma de control.
Los fitoplasmas son enfermedades de gran importancia económica,
afectan a más de 1.000 especies vegetales, son procariotas fitopatógenos,
parásitos obligados del floema de las plantas y de las células de los insectos vectores,
no son cultivables, son sensibles a tetraciclinas,
pleomórficos filamentosos o esféricos y sin pared celular.
Normalmente tienen menos de un micrómetro de diámetro
y su genoma está extremadamente reducido.
Por esta razón no son cultivables,
ya que les faltan metabolitos básicos para su crecimiento.
Su distribución es prácticamente por todo
el mundo y afecta a cultivos de gran importancia,
llegando a provocar colapso y muerte generalizada de
cientos de miles de hectáreas en algunos casos.
En el año 1967,
después de observaciones a través de microscopio electrónico,
se llega a la conclusión de que eran agentes patógenos
procariotas y se les llamó "Micoplasma like origanisms", "MLO's".
A partir del año 92,
la IRPCM propuso el término "Phytoplasma" y desde
2004 se propuso el nuevo taxon: "Candidatus Phytoplasma",
basado en el gen 16 SR para clasificar a los procariotas.
Su sintomatología es bastante específica,
donde desarreglos hormonales evidentes y muy
característicos se detectan mediante técnicas de detección molecular,
de genética molecular, como serían PCR, QPCR y LAMP,
y de los cuales disponemos de
iniciadores generales e iniciadores de cada especie para poderlos diferenciar.
Son transmitidos de manera natural por diversas familias de insectos del orden hemíptera,
todos ellos picadores-chupadores del floema
y también se transmiten por multiplicación vegetativa,
es decir, injertos, estaquillas o incluso por la planta parásita cuscuta.
Su transmisión se da en un modo circulativo, propagativo y persistente;
la adquisición puede variar entre dos horas y dos días y la incubación,
aproximadamente, tarda más o menos unos 21 días,
dependiendo del patógeno y del vector concreto.
Todas las especies transmisoras de fitoplasmas pertenecen al orden de los hemípteros,
concretamente a los subórdenes.
"Auchenorrhyncha" y "Sternorrhyncha", principalmente;
"Auchenorrhyncha" son las cicadellas y los cixíidos y "Sternorrhyncha",
entre otras moscas blancas, los psílidos.
Pueden ser vectores polífagos, olífagos o monófagos.
En función del rango de especies que se alimente el vector,
tendrá una epidemiología u otra y unos huéspedes alternativos al cultivo diferentes.
Como ya he dicho, están distribuidos en el mundo.
Aquí podemos ver un mapa de los fitoplasmas de gramíneas, cómo se distribuyen.
Los principales grupos serían: el "Aster yellows",
el "X- Disease", el "Coconut lethal yellows" del grupo cinco,
el "Elm Yellows" del grupo cinco (el "Coconut lethal yellows", perdón,
es del grupo cuatro), el "Almond lethal disease" del grupo nueve,
el grupo diez que serían los fitoplasmas de frutales,
principalmente presentes en Europa,
y el grupo 12 que sería el "Stolbur",
causantes de enfermedades que más adelante veremos en más detalle.
¿Cómo se pueden combatir estas enfermedades?
No hay un tratamiento curativo directo,
por tanto siempre tenemos las medidas de control indirectas que serían: evitar la
infección o antibióticos que no están autorizados en Europa; medidas de exclusión,
erradicación y contención del patógeno,
incluyendo cuarentenas y prohibiciones
de movimientos de plantas de zonas afectadas; por otro lado,
se puede controlar la fuente de inóculo a los huéspedes vegetales cultivados o
silvestres de este patógeno y también se pueden controlar los vectores,
a través del manejo de las plantas huéspedes del vector,
a través de insecticidas,
depredación, captura masiva o barreras físicas.
También tenemos otra gran herramienta que es la resistencia o tolerancia vegetal.
Más bien, en el caso de los fitoplasmas sería tolerancia,
más que resistencia pura,
y tratamientos de inducción de defensas o de
organismos que suprimen la acción de los fitoplasmas,
ocupando su lugar en el floema.
Como gran tema teórico de control
indirecto de enfermedades tenemos el triángulo del ciclo patológico,
en el cual podemos ver que hay tres grandes puntales: uno sería el vector,
otro sería el huésped vegetal y otro sería la bacteria propiamente dicha,
y las infinitas combinaciones que se pueden dar entre estos tres factores.
Siempre la estrategia se dará con las herramientas de control más
efectivas para cada patosistema y circunstancias de cultivo.
Aquí tenemos un pequeño diagrama, más bien grande,
de las posibles opciones que tenemos en función de nuestras alternativas de control,
que en cada caso sería diferente y cada caso tiene sus especificidades.
Por mi parte, por esta parte de "Fitoplasmas I",
más o menos, ya está todo dicho.
Fitoplasmas II
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En este video veremos con más detalle los
fitoplasmas de mayor importancia en Europa.
Centraremos en su control, su transmisión, y cuáles son sus ciclos patológicos.
Reproduce el video desde ::24 y sigue la transcripción0:24
El primer grupo y más importante de los fitoplasmas en Europa,
es el grupo de los fitoplasmas frutales.
Entre los cuales tenemos apple proliferation,
de los género Malus de los manzanos.
El European stone fruit yellows, de los frutales de hueso.
El pear decline del peral.
Y, como anécdota secundaria, el spartium witches' broom,
o escobas de bruja de la.
Este grupo de fitoplasmas se transmiten de manera natural mediante insectos de la
familia de los Psílidos.
Su genoma es extremadamente reducido, incluso de entre los fitoplasmas.
Son endémicos de muchas zonas de Europa, en las cuales incluso llegan
a impedir el cultivo de ciertas variedades o especies frutales.
Y su epidemiología es dependiente del rango de huéspedes vegetales
de las poblaciones de Psílidos vectores,
y de los ciclos vitales de todos estos organismos en cada uno de los lugares.
Como primer miembro de este grupo de fitoplasmas tenemos
a Candidatus Phytoplasma mali, está distribuido por toda Europa,
Oriente Medio, y en el Mediterráneo.
Como síntomas principales, está la proliferación, o escoba de bruja.
Estípulas foliares hipertrofiadas.
Y, perdida de vigor, de producción, y de contenido de azucares en el fruto.
Reproduce el video desde :1:50 y sigue la transcripción1:50
Sus plantas huéspedes pertenecen al género Malus, ya sean cultivados o silvestres.
Y sus vectores son los Psílidos que se alimentan del género Malus,
principalmente, Cacopsylla picta y Cacopsylla melanoneura.
Cacopsylla picta es el vector principal por su rango de huéspedes y
distribución geográfica, y su eficiencia de transmisión.
Y, Cacopsylla melanoneura es un vector mucho más reducido a unas
condiciones especiales en el Valle de Aosta en Italia.
Crataegus ssp, pese a no ser malus, también es huésped del fitoplasma y del
vector, pero tiene un papel secundario hasta el momento.
Reproduce el video desde :2:33 y sigue la transcripción2:33
Estos vectores tienen una generación al año.
Pasan las ninfas en primavera sobre los malus, son absolutamente monofagas.
Después emigran en verano, dispersándose hacia coníferas.
Y es cuando pasa el invierno cuando transmiten la enfermedad en primavera,
en recolonizar otra vez los campos de manzano para poner los huevos.
El ciclo de vector y el fitoplasma son concordantes.
Y ha habido una gran coevolución entre vector y fitoplasma,
llegando a manipular el comportamiento del insecto.
Reproduce el video desde :3:7 y sigue la transcripción3:07
En cuanto a Candidatus Phytoplasma prunorum, el agente causal de
European stone fruit yellows, sus principales síntomas son la clorosis,
el desfase fenológico, las proliferaciones, y el colapso.
Y se halla ampliamente distribuido por toda Europa,
y por la Cuenca Mediterránea, incluso llegando hasta Irán.
Reproduce el video desde :3:30 y sigue la transcripción3:30
Sus huéspedes son las plantas pertenecientes al género Prunus.
Entre ellos tenemos Prunus spinosa, Prunus cerasifera,
Prunus avium más tolerante, Prunus salicina, armeniaca,
y Prunus persicae, el melocotonero, que son susceptibles.
Cacopsylla pruni presenta un ciclo vital muy parecido al de Cacopsylla picta,
con una generación al año.
Reproduciéndose principalmente en huéspedes salvajes,
y llegando a las plantaciones en primavera.
Reproduce el video desde :4:2 y sigue la transcripción4:02
En cuanto al decaimiento del peral,
el tercer miembro de este grupo de fitoplasmas, el ciclo es algo diferente.
Presenta, como síntomas principales, enrojecimiento,
enrrollamiento, clorosis y colapso de los perales.
Y como vectores principales, los psílidos del peral, es decir, Cacopsylla pyri,
Cacopsylla pyricola, y Cacopsylla pyrisuga, en función de su distribución.
Los huéspedes principales de este fitoplasma son todas las
plantas del género Pyrus, y secundariamente,
Prunus persicae, causando el peach yellow leaf roll.
Aquí en la zona mediterránea, el vector principal es Cacopsylla pyri,
que es también la plaga principal, en estos momentos, del cultivo del peral.
Se adquiere como ninfa de manera más eficiente.
Principalmente, la dispersión, en este caso, es secundaria.
No como en europenes confluyelus, o en Candidatus Phytoplasma mali,
donde principalmente el inóculo llega desde fuera de la plantación.
Aquí son los propios perales que nos infectan el resto de la plantación,
ya que Cacopsylla pyri se reproduce principalmente en el interior del cultivo,
y tiene diferentes generaciones al año.
No es el caso de Cacopsylla picta o Cacopsylla pruni.
Reproduce el video desde :5:21 y sigue la transcripción5:21
El control mediante insecticidas es bastante complicado, ya que Cacopsylla
pyri es una plaga por sí sola, y presenta muchas resistencias a los insecticidas.
Uno de los puntos clave sería, el control de la primera generación,
para no tener un aumento exponencial.
En la eliminación del inóculo, es decir, de los perales enfermos.
Y el control de última generación, que es cuando hay más eficiencia de transmisión.
Y siempre favoreciendo la depredación por enemigos naturales,
y la disminución del vigor de la plantación.
Que es un hecho que da mucha capacidad reproductiva al vector.
Reproduce el video desde :6:1 y sigue la transcripción6:01
Por otro lado, tenemos a Candidatus Phytoplasma solani,
que tiene un gran rango de huéspedes.
Pero, aquí lo centraremos en la enfermedad llamada madera negra de la vid,
que afecta principalmente al género Vitis.
Es una enfermedad circunscrita en Europa, práctica y totalmente.
Y secundariamente, con otros subgrupos de fitoplasmas,
también la podemos encontrar en Australia o en Asia.
Reproduce el video desde :6:29 y sigue la transcripción6:29
Los huéspedes de Candidatus Phytoplasma Solani pueden ser fresas, solanáceas,
maíz, muchas plantas silvestres, como lavanda convolvulus ortiga.
Y causa diferentes enfermedades en función del huésped.
En el caso de la vid, se le llamaría bois noir, o madera negra.
El inóculo de esta enfermedad principalmente es silvestre, o sea,
tenemos una transmisión primaria.
El vector se multiplica en estas plantas silvestres,
adquiere la enfermedad, y la transmite al último.
En el caso de vid, el cultivo es un huésped sin salida, es decir,
el vector no es capaz de adquirir el fitoplasma de la propia vid,
sino que lo tiene que adquirir en las plantas salvajes.
ya que en la vid no tiene tiempo por vuelo y por ciclo,
de pasar todo el periodo de adquisición.
Tenemos múltiples vectores de la familia ephysidae en función de
las especies huéspedes.
Inóculo son las plantas silvestres, y su control es mediante el control de
los aductos, y el control de sus plantas silvestres alrededor de la plantación.
Reproduce el video desde :7:41 y sigue la transcripción7:41
Finalmente, tenemos a la Flavescencia dorada de la vid, que pertenece al grupo
cinco, es la enfermedad causada por fitoplasmas más fuerte que hay en la vid.
En este caso, es principalmente por transmisión primaria,
y hace que su vector, Scaphoideus titanus,
se alimenta exclusivamente de plantas del género Vitis.
Secundariamente, puede haber clematis u otras plantas,
o incluso otros vectores como Dictyophara europaea,
pero que no tienen un papel principal en la propia plantación de vid.
Sino que, tienen un papel importante en los ciclos
secundarios entre plantas huésped alternativas.
Como podemos ver, los fitoplasmas afectan a muchísimas plantas distintas.
A modo de resumen, os he presentado los principales en Europa,
que son en los cuales nosotros tenemos más experiencia.
Pero, en cada lugar del mundo hay unos fitoplasmas más ligados a la
zona geográfica, que se pueden comportar saltando a un huésped o
a otro en función de su abundancia.
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