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¿QUÉ ES UNA EMOCIÓN?

Llamamos emoción a cierto tipo de fenómenos psicológicos y fisiológicos que se manifiestan


en nuestra conducta, nuestras percepciones corporales y nuestra conciencia, como reacción
adaptativa ante un estímulo importante. Dicho de otro modo, se trata de reacciones tanto
mentales como corporales a un estímulo determinado o un conjunto de ellos, integradas a
nuestros sistemas primarios de conducta.
Las emociones son complejas y diversas, al punto tal que solemos hablar de la “vida
emocional” o de nuestro “costado emocional”, dado que en ocasiones pueden contrariar o
escapar al control de la conciencia. Pero no debemos confundirlas con los sentimientos: estos
últimos son más duraderos en el tiempo y son justamente la consecuencia, la exteriorización,
de las emociones.

Las emociones forman parte de quienes somos y son comunes a todos los seres humanos, e
incluso a muchos animales superiores. Aunque tradicionalmente se les ha contrapuesto la
razón, partiendo del punto de que debemos operar siempre guiados por ésta y no dejándonos
llevar por las emociones, lo cierto es que tampoco es posible negarlas.

Por lo general, las emociones aparecen de tres formas simultáneas:

1. Sensaciones corporales. Cuando una emoción aparece, notamos cambios en distintas


partes del cuerpo. Como la tripa, el pecho, la cara… Generalmente, aparecen en forma de
hormigueos, tensión o debilidad muscular, sensación de “nudo”, calor en el pecho,
cambios en nuestro ritmo cardiaco. Incluso pueden provocar cambios visibles en el color
de nuestra piel, en los niveles de sudoración, o en nuestra respiración.
2. Pensamientos. También, una emoción genera cambios en nuestros pensamientos. Al
modificar su contenido, su frecuencia, su intensidad…
3. Impulsos o pautas de acción. Una emoción nos genera la energía para realizar una
acción. Por ejemplo, el miedo nos generar ganas de huir o de refugiarnos, la ternura
ganas de acercarse, el enfado la necesidad de poner un límite, etc.

COMPONENTES DE LAS EMOCIONES


Componentes de las Emociones
Mientras que el componente fisiológico de la emoción tiene como objetivo la activación y
preparación física del organismo y comporta cambios en la actividad del sistema nervioso y
sistema endocrino de la persona, el componente conductual-expresivo se caracteriza por la
presencia de cambios conductuales, posturales, de expresión facial,… y el cognitivo-
experiencial se caracteriza por la experimentación subjetiva de la emoción y por los
pensamientos.
Así, para hablar de emoción y no de otro conjunto de reacciones afectivas hemos de
encontrar:
• Respuestas neurofisiológicas y bioquímicas: Los procesos emocionales están estrechamente
vinculados a los fisiológicos. Las bases biológicas de las emociones incluyen diversas áreas
del cerebro, el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino.
Por ejemplo, ante el miedo, la frecuencia cardíaca aumenta, la respiración se acelera, se
dilatan las pupilas, sudan las manos, la musculatura se tensa, se produce segregación de
adrenalina, un aumento de glucosa en la sangre,…
• Un componente conductual o expresivo que comprende tanto conductas no verbales
(lenguaje corporal: expresiones faciales, movimientos corporales, conducta de aproximación-
evitación) como verbales (entonación de la voz, intensidad, sonidos, etcétera).
Este componente de la emoción está muy influido por factores socioculturales y educativos
que pueden modular la expresión emocional. De esta manera, la expresión emocional varía a
lo largo del desarrollo ontogenético de la persona, siendo los adultos los que ejercen un
control emocional más grande que los niños.
Por otra parte, las reglas sociales modulan la expresión emocional porque nos facilitan o
inhiben la manifestación de acuerdo con el contexto en el cual tiene lugar la experiencia
emocional. Por ejemplo, saltamos de alegría si gana nuestro equipo e inhibimos nuestra ira en
el trabajo delante de un superior.
• Un componente cognitivo, relacionado con la vivencia afectiva y con el hecho de percibir la
emoción en sí y la situación en la que se desencadena, de experimentar propiamente la
emoción y con la evaluación de dicha situación. Hace referencia a los estados subjetivos
calificados como agradables o desagradables y con el reconocimiento consciente que se hace
del estado emocional, por ejemplo decir que “soy feliz” o “me siento culpable”.

FUNCIÓN DE LAS EMOCIONES


Durante mucho tiempo se ha considerado a las emociones de una manera negativa,
entendiéndose que una persona que quiera tomar las decisiones más acertadas es aquella
capaz de eliminarlas, aplicando exclusivamente la racionalidad.
Sin embargo, si seguimos este razonamiento deberíamos de pensar que la evolución se
equivocó con nosotros puesto que, lejos de desaparecer, las emociones siguen existiendo.
Todas las emociones tienen alguna función que les confieren utilidad, independientemente de
la cualidad hedónica (agrado-desagrado) que generen. Incluso las emociones más
desagradables tienen funciones importantes en la adaptación social y el ajuste personal.
Hay que precisar que la funcionalidad de las emociones está estrechamente relacionada con el
control de éstas, es decir, para que una determinada emoción pueda cumplir sus funciones, se
tiene que manifestar en un contexto apropiado y con la intensidad necesaria.
Las emociones tienen tres funciones principales:
1. Función adaptativa de las emociones
Supone que las emociones funcionan tanto como facilitadoras de la respuesta apropiada ante
las exigencias ambientales, como inductoras de la expresión de la reacción afectiva a otros
individuos.
Así por ejemplo, según la primera de estas funciones el miedo favorecería la huida o la
inmovilidad corporal defensiva y según la segunda función adaptativa, la expresión de miedo
podría ser útil para apaciguar una reacción intensa por parte de un agresor.
Esta función está especialmente delimitada en el caso de las emociones primarias y es más
evidente en los primeros años. A título de ejemplo, indicamos la correspondencia entre
emoción y función adaptativa más utilizada a nivel experimental:
2. Función social de las emociones
La expresión de las emociones permite predecir a las demás personas el comportamiento que
vamos a desarrollar y a nosotros el suyo, lo que tiene un indudable valor para las relación
interpersonales y para la adaptación al entorno social.
La emoción es visible y por medio de ella realizamos intercambio informativo con nuestros
interlocutores. Las principales señales de comunicación del estado emocional a los demás son
la expresión facial y los movimientos de la postura, juntamente con la expresión verbal.
Prestando atención a esas señales podemos conocer los estados e intenciones de un sujeto en
relación a los otros (tanto si son miembros de una misma especie como de otra diferente), con
lo cual afectan al comportamiento o a las acciones de los otros y, a su vez, las emociones
expresadas por los demás vuelven a influir en el primero.
En otras palabras, las reacciones emocionales expresan nuestro estado afectivo, pero también
regulan la manera en que los demás reaccionan ante nosotros.
Igualmente, la propia represión de las emociones también tiene una evidente función
adaptativa, por cuanto que es socialmente necesaria la inhibición de ciertas reacciones
emocionales que podrían alterar las relaciones interpersonales.
3. Función motivacional de las emociones
La relación entre motivación y emoción es íntima: toda conducta motivada produce una
reacción emocional y a su vez la emoción facilita la aparición de unas conductas motivadas y
no otras.
La relación entre motivación y emoción no se limita al hecho de que en toda conducta
motivada se producen reacciones emocionales, sino que una emoción puede determinar la
aparición de la propia conducta motivada, dirigirla hacia determinado objetivo y hacer que se
ejecute con intensidad.
Esta función no depende del tipo de emoción sino de la dimensión de agrado-desagrado de la
emoción y de la intensidad de la reacción emotiva. Por ejemplo, la tristeza (emoción) nos
llevaría a realizar una determinada conducta, fundamentalmente de supervivencia (conducta
motivada) y que, dependiendo no de la emoción sino de su intensidad y agrado/ desagrado
puede hacer que la persona llore a solas o que busque compañía.
Y si es clara la función adaptativa de las emociones en el desarrollo psicosocial de un sujeto
como individuo social, también es patente su relación con el repertorio conductual. De esta
forma, esa relación de correspondencia entre las emociones y las reacciones conductuales
puede desajustarse o provocar cierta sensación de descontrol.

DIFERENCIA ENTRE EMOCIÓN Y SENTIMIENTO


Nico Frijda, Psicólogo Clínico holandés, diferencia claramente emoción y sentimiento. La
emoción es un proceso inconsciente e incontrolable, surge, por algo, de manera
espontánea. Las emociones son temporales, nos preparan para la acción, es decir, funcionan
como fuerzas motivadoras que nos prepara para luchar o quizás mejor huir. Su reacción física
nos alerta de su presencia y para otras personas está claro cuáles son nuestras emociones a
partir de nuestra conducta.
Mientras, los sentimientos son la interpretación de las emociones, somos más conscientes de
ellos, es decir, reflexionamos al percibir un sentimiento y tomamos decisiones al respecto.
Los sentimientos son duraderos y pueden ser o no ser congruentes con la conducta, porque
podemos decidir sobre ellos y ocultarlos de manera voluntaria.

TIPOS DE EMOCIONES

EMOCIONES BÁSICAS

Las emociones básicas se manifiestan en estados emocionales que vienen marcados por el
desarrollo natural de las personas y que aparecen de forma innata, puntual e
inconscientemente. Las emociones básicas son universales, provienen de la evolución y se
muestran independientemente del contexto cultural, son comunes al conjunto de la población.

Una emoción es, según la RAE, una alteración del ánimo intensa y pasajera, que puede
ser positiva o negativa y que va acompañada de cierta conmoción somática, es decir, de una
reacción física relacionada. Así, teniendo en cuenta a la clasificación tradicional, las
emociones básicas son seis: la alegría, la tristeza, la ira, el miedo, el asco y la sorpresa.

Esta lista de 6 emociones básicas se la debemos al psicólogo estadounidense Paul Ekman,


pionero en el estudio de estas y de sus expresiones faciales. Paul Ekman elaboró la lista de
emociones en 1972 basándose en sus estudios en diferentes culturas no relacionadas entre sí y
cómo sus habitantes eran capaces de asignar determinadas reacciones faciales en base a
determinadas situaciones por lo que concluyó que existen algunas emociones universales
comunes en la especie humana y determinadas por la evolución.

 LA ALEGRÍA:

La primera emoción básica que destacamos es la alegría, que se puede definir como una
emoción agradable de satisfacción o placer y que posee una duración momentánea o limitada
en el tiempo. Sin duda, es de las emociones básicas más positivas y que a todas las personas
les gusta sentir. La alegría aparece ante estímulos diversos como una buena noticia, un
objetivo conseguido, un gesto de cariño o incluso una anécdota graciosa que haga reír a
carcajadas. Esta emoción  libera hormonas de la felicidad como las endorfinas, serotonina o la
dopamina. Se expresa a través de las siguientes características:

 Expresión facial: Sonrisa.

 Lenguaje corporal: Postura relajada.

 Tono de voz: Agradable.


 LA TRISTEZA:

Otras de las emociones básicas universales es la tristeza. Esta se caracteriza por un estado
emocional decaído que se expresa con afectación y desaliento y que también tiene otras
consecuencias físicas y emocionales como puede ser el llorar, la apatía o la falta de apetito.
Asimismo, con la tristeza baja la actividad mental y cognitiva, lo que supone también una
adaptación a la situación que ha causado esa tristeza, como puede ser una mala noticia o unas
circunstancias vitales desfavorables. En este sentido, la sentir tristeza también puede ser útil
para una mayor introspección y una evolución como ser humano así como hacia la búsqueda
de ayuda y de refuerzos positivos.
La expresión facial de las emociones como la tristeza es también fácilmente reconocible
mediante la caída de los labios y de los párpados hacia abajo así como de la contracción del
entrecejo.
Cuando la tristeza se experimenta en períodos prolongados esta emoción puede llegar a
provocar depresión u otras enfermedades de salud. Básicamente la tristeza es una de las
emociones humanas más rehuidas, y se expresa a través de lo siguiente:
 Lloros

 Estado de ánimo amortiguado

 Letargo

 Tranquilidad

 Retraimiento de los demás

 LA IRA:

La ira representa rabia e irritabilidad. La ira es otra de las seis emociones básicas clasificadas
en la lista y que se muestran de una forma rápida e inconsciente como respuesta a un hecho o
situación que nos indigna y causa enfado, según su definición. Es, quizás, junto al miedo, uno
de los estados emocionales que más facilitan la supervivencia ya que nos predisponen ante
situaciones desagradables con una actitud hacia la acción.
La respuesta del organismo con la ira es el aumento de la tensión muscular, de la frecuencia
de la respiración y de la adrenalina que nos hace estar en estado de alerta. No obstante, un
estado prolongado puede resultar nocivo para el comportamiento y desembocar en otras
emociones y sentimientos perjudiciales en las relaciones.

 EL MIEDO:

Dentro de las emociones básicas, el miedo representa una intensa emoción psicológica


desagradable y negativa en un principio pero que es altamente útil como respuesta a una
amenaza o peligro. El miedo es común a los humanos pero también a los animales y ha sido
desde siempre una reacción primaria adaptativa que ha permitido la supervivencia de las
especies. Esta emoción básica nos prepara para la defensa pero también para la evitación de
situaciones molestas así como para el aprendizaje de los hechos u objetos a los que no
queremos enfrentarnos o de los que queremos protegernos.
Respecto a la expresión facial o rasgos faciales del miedo, estos son claros y destacan por los
ojos abiertos y párpados superiores elevados, cejas levantadas y juntas y labios extendidos.

 EL ASCO:

El asco ya no es considerado una emoción básica entre algunos estudios aunque otros los
categorizan como primaria y como una capacidad innata pero altamente subjetiva.
El asco se muestra ante alimentos, objetos o situaciones que causan repulsa y posee una
función adaptativa del cuerpo para evitar ser intoxicados, según estudios científicos. Una de
las consecuencias físicas del asco más comunes son las náuseas como reacción del cuerpo
frente a los estímulos causantes.

 Lenguaje corporal: alejarse del objeto de disgusto.


 Reacciones físicas: vómitos o arcadas.
 Expresiones faciales: arrugar la nariz y encoger el labio superior.

 LA SORPRESA:

Ante un imprevisto o una situación inesperada, mostramos un gesto de sorpresa. La sorpresa,


antes considerada una de las seis emociones básicas pero que ahora se vincula al miedo por su
semejanza en cuanto a los rasgos faciales, es una alteración en el estado emocional que puede
ser positiva, negativa o neutra. Y en cualquiera de esos casos se acompaña de una inspiración
amplia y de la emisión de sonidos y alzamiento de la voz en forma de grito o expresiones.

 Expresión facial: Levantar las cejas, abrir la boca y los ojos.

 Respuesta física: Saltar hacia atrás

 Reacción verbal: Gritar

La sorpresa es otra de las emociones básicas de la psicología que puede ser una respuesta de


lucha o huida ante un peligro. Cuando las personas se asustan, estas experimentan una
explosión de adrenalina que prepara el cuerpo para afrontar una amenaza. 

EMOCIONES SECUNDARIAS

Son aquellas que mostramos con mayor seguridad. A menudo actúan como defensa o
protección para no exponer nuestras verdaderas emociones primarias. En esta categoría se
incluyen la frustración o los celos, por ejemplo. Tienen un componente social alto y, por ello,
se dan dentro de un contexto social específico. Además, se moldean a partir de factores de
aprendizaje y socialización.

Los niños de 2 años, con una identidad recién formada, experimentan desde muy temprano
sentimientos de vergüenza o culpa. No obstante, es imprescindible un desarrollo social y
cognitivo más profundo para que se asiente la capacidad de conceptualizar las emociones de
carácter secundario. Su reconocimiento consciente tiene lugar más tarde, entre los 5 y 8 años.
Las emociones secundarias en niños pueden ayudarles a reforzar la personalidad, pero
factores como el nivel de autoestima o de conocimiento de uno mismo resultan clave en el
proceso de entendimiento. Los valores sociales y familiares moldean la contextualización de
estas emociones, por lo que favorecen la integración de la identidad personal en el área
colectiva.

Básicamente, hay dos modelos emocionales: el de Paul Ekman y el de Robert Plutchik.


Difieren, en gran medida, en la categorización de las emociones primarias, de manera que no
se ponen de acuerdo en lo referente a las secundarias.
Aunque exponen modelos emocionales un tanto distintos, tanto Ekman como Plutchik
consideran que entre las emociones secundarias universales están estas cinco:
1. Vergüenza: miedo a que los demás no nos acepten en el plano social.
2. Culpa: sensación de haber hecho algo que, según nuestro criterio, no deberíamos haber
hecho.
3. Orgullo: sensación de estar satisfecho con uno mismo o con sus actos.
4. Placer: sensación agradable que se da cuando cubrimos nuestras necesidades.
5. Celos: se dan cuando percibimos una amenaza hacia algo que consideramos nuestro.

¿QUÉ DIFERENCIA HAY ENTRE LAS EMOCIONES


PRIMARIAS Y LAS SECUNDARIAS?

Las emociones básicas y secundarias coexisten, pero se activan de manera diferente. Para


ilustrarlo visualmente, piensa en las emociones en general como un iceberg. Las secundarias
son la parte que está sobre la superficie del agua (la parte que vemos) y las primarias están
debajo (la que no vemos).
Dicho de otra forma, las emociones de tipo secundario son consecuencia de nuestro propio
crecimiento, de las relaciones que establecemos con el entorno y de la implicación de varias
emociones primarias. Así pues de la alegría nace el placer y el apego o del miedo deriva la
fobia y la ansiedad.
Un ejemplo que te ayudará a entenderlo de forma más práctica: durante una discusión de
pareja se puede mostrar ira, con los comportamientos asociados (todo de voz más alto, piel
más roja, etc.). Sin embargo, realmente lo que se siente a un nivel interior es miedo a que en
este caso un miembro de la pareja abandone al otro si este le decepciona. En este sentido,
observamos emociones secundarias más profundas que se camuflan en una emoción primaria
o básica (como es el enfado en este caso).
 Las emociones primarias son innatas en el ser humano, es decir, las tenemos desde que
nacemos y son iguales en todas las personas. Forman parte de nuestra genética. Si nos damos
cuenta, un bebé puede expresar si está feliz o triste, o incluso si tiene miedo o le da asco un
alimento. Sin embargo, no tiene la capacidad de sentir vergüenza u orgullo. Esto se debe a
que unas las tiene de forma innata mientras que las emociones secundarias las aprende de las
personas de su entorno y de su cultura.
 Sin embargo, por el contario, las emociones secundarias se aprenden con el tiempo y hasta
los 2 o 3 años de edad no suelen empezar a expresarse. Aunque algunas sean universales, su
expresión puede ser diferente en las distintas culturas, así como la forma en la que se
perciben (si son positivas o negativas) e incluso en algunas culturas puede existir una
emoción secundaria que en otras no.
 Por otra parte, las emociones primarias surgen con rapidez y se van con la misma rapidez,
mientras que las secundarias pueden perdurar más en el tiempo. Las primarias surgen a raíz
de un estímulo concreto. Por su parte, las secundarias, suelen producirse debido a
determinados pensamientos que tenemos cada persona.
 Además, otra de las diferencias es su utilidad, es decir, mientras que las primarias tienen una
función de supervivencia, las secundarias no tienen dicha función.

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