Tema 4 Bioq
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Tema 4 Bioq
→ La estructura terciaria de una proteína hace referencia a su disposició n o plegamiento espacial. El término "estructura
terciaria" se refiere a la conformació n tridimensional completa de un polipéptido. Indica, en el espacio tridimensional,
có mo las características estructurales secundarias (hélices, lá minas, dobleces, giros y bucles) se ensamblan para formar
dominios y có mo estos dominios se relacionan espacialmente entre sí.
A primera vista, puede parecer que existe un nú mero casi infinito de maneras en las que pueden doblarse las proteínas
globulares. Sin embargo, cuando se analiza un gran nú mero de las estructuras conocidas, se encuentran determinados
motivos y principios comunes. Las proteínas en su mayoría está n formadas por má s de un dominio. Un dominio es una
regió n compacta, plegada localmente, de la estructura terciaria. Los dominios está n conectados entre sí mediante la cadena
polipeptídica que transcurre a lo largo de toda la molécula.
→ Algunos de los motivos estructurales o estructuras supersecundarias se combinan muy a menudo para formar
estructuras globulares compactas que se denominan dominios. Un dominio es una secció n de la estructura de la proteína
suficiente para realizar una tarea física o química particular, como la unió n de un sustrato u otro ligando.
Este concepto es introducido por Wetlaufer en 1973, a partir de estudios cristalográ ficos de proteínas (lisozima, papaína) y
de proteó lisis limitada (inmunoglobulinas). Wetlaufer definió dominio como: “unidades estructurales estables que pueden
plegarse de forma autó noma en una proteína”. Son subregiones autó nomas, en el sentido de que poseen todas las
características de una proteína globular.
La mayoría de los dominios son de naturaleza modular, es decir, contiguos tanto en la secuencia primaria como en el
espacio tridimensional. Las proteínas simples, en particular las que interactú an con un solo sustrato u otro ligando, como la
lisozima, la triosa fosfato isomerasa o la proteína de almacenamiento de oxígeno mioglobina, a menudo constan de un solo
dominio. Por el contrario, la lactato deshidrogenasa se compone de dos dominios: un dominio N-terminal de unió n a NAD+
y un dominio C-terminal de unió n a piruvato. Sin embargo, no todos los dominios se unen a sustratos: los dominios
hidrofó bicos anclan las proteínas a las membranas o les permiten atravesar las membranas.
Es importante destacar que los dominios con secuencias de AAs homó logas en diferentes proteínas presentan casi
invariablemente la misma estructura terciaria y la misma funció n.
• Dominios estructurales: Son entidades geométricas diferenciadas dentro del mapa de densidades
electró nicas de una proteína globular y que por sí mismo, o en asociació n con otros, origina un dominio
funcional. Son segmentos de la cadena polipeptídica que se pliegan independientemente de otros segmentos,
es decir, son la unidad bá sica del plegamiento de la cadena polipeptídica. Por regla general, un dominio
estructural está formado por unos 150 AAs, que corresponde a un gló bulo de unos 25 Å de diá metro con una
masa molecular de 15 a 20 kDa. Por encima de estos valores pueden considerarse dominios funcionales,
formados por má s de un dominio estructural, y cuyo centro activo está localizado en la superficie entre los
dominios estructurales.
• Un dominio funcional es una regió n de la cadena polipeptídica autó noma desde el punto de vista funcional.
Si independientemente de donde se encuentre el dominio estructura realiza la misma funció n, es un dominio
funcional. Normalmente los dominios que realizan la misma funcion tienen alta homologia en la secuencia.
El hecho de que una proteína globular esté formada por distintos dominios estructurales, y de que dichos dominios
aparezcan en proteínas de distinta naturaleza, parece estar indicando que las proteínas se construyen sobre las bases de un
sistema que utiliza los dominios como mó dulos o unidades bá sicas. En el ADN, la subregió n del gen que codifica un
dominio estructural de la cadena polipeptídica corresponde a un exó n limitado de forma precisa por intrones.
El aná lisis de mapas de densidad electró nica de proteínas que contienen dominios estructurales bien diferenciados ha
permitido observar que las regiones de la cadena polipeptídica que se encuentran distantes entre sí en la estructura
primaria también se hallan distantes desde el punto de vista geométrico, es decir, pertenecen a dominios estructurales
distintos. Entonces, parece haber una tendencia de agregació n preferente entre regiones vecinas pró ximas en la secuencia a
la hora de construir un dominio estructural. Tendencia que también se observa en el proceso de formació n de estructuras
supersecundarias, y que probablemente se deba a que la barrera entró pica es menor cuanto má s pró ximas se encuentran
las regiones que se van a asociar.
En las proteínas globulares la cadena polipeptídica se enrolla o pliega sobre sí misma, formando una estructura má s o
menos compacta -que recuerda un ovillo-, en la que pueden coexistir secuencias al azar, regiones en a-hélice, estructuras en
hoja-b plegadas, acodamientos-b, etc.
El plegamiento proteico es un proceso en el que una molécula desorganizada naciente adquiere una estructura muy
organizada. Una molécula desorganizada (recién salida del ribosoma) se convierte en organizada, pero solo se obtiene una
molécula ú nica con un plegamiento ú nico, la conformació n de menor energía. Esta estructura que va a tener la cadena
polipeptídica al final viene determinada por la secuencia del aminoá cido.
2.1.-DESNATURALIZACIÓN DE PROTEÍNAS:
¿Qué es lo que en ú ltimo término determina la compleja mezcla de plegado secundario y terciario que caracteriza a cada
proteína globular? Muchos indicios señ alan que la mayoría de la informació n que determina la estructura tridimensional
de una proteína la lleva la secuencia de aminoá cidos de esa proteína. Esto puede demostrarse mediante experimentos en
los que la estructura tridimensional nativa, o natural, se rompe al cambiar las condiciones ambientales. Si elevamos lo
suficiente la temperatura, o hacemos que el pH sea fuertemente á cido o alcalino, o bien añ adimos al disolvente algunos
tipos de moléculas orgá nicas, como alcoholes o urea, se despliega la estructura de la proteína. Como con lo á cidos
nucleicos, este proceso se llama desnaturalizació n, porque se ha perdido la estructura natural de la proteína, junto con la
mayoría de sus propiedades específicas. La cadena desplegada es un ovillo aleatorio, con libertad de rotació n alrededor de
los enlaces, y ya no tiene una conformació n compacta ú nica, sino que fluctú a continuamente entre un gran nú mero de
conformaciones extendidas.
- irreversible: No se puede revertir el efecto desnaturalizante y volver a plegar a las proteínas en ó rdenes superiores.
- reversible: Se puede volver al estado plegado. El experimento de Anfinsen demuestra que se puede revertir este efecto.
Consecuencias:
- Disminució n drá stica de la solubilidad de la proteína, acompañ ada frecuentemente de precipitació n (ya que los
residuos hidrofó bicos del interior aparecen en la superficie)
• Físicos
• Calor
• Radiaciones
• Químicos: todos los agentes que rompen interacciones o enlaces débiles presentes en la estructura nativa de
la proteína:
• Detergentes
• Urea y guanidina a altas concentraciones
• Altas concentraciones de sal y extremos de pH
• Reactivos de grupos -SH
Dodecilsulfato só dico (SDS, laurilsulfato), 2-mercaptoetanol, Urea, Guanidina, Ditiotreitol (DTT).
¿Có mo podemos estudiar un proceso de desnaturalizació n proteica? Normalmente suele hacerse siguiendo la evolució n de
alguna propiedad intrínseca de la proteína, p.ej., la viscosidad. Midiendo la viscosidad frente a la temperatura podemos ver
la evolució n que sigue la viscosidad y có mo cambia con la temperatura. Se forman corpú sculos porque los residuos
hidrofó bicos se unen entre si y las proteínas precipitan. Vemos la importancia del efecto cooperativo→ Efecto cooperativo:
Todo se rompe de golpe porque se rompe un primer enlace, y lo mismo sucede en la formació n.
Esta proteína está formada por 120 aminoá cidos y a lo largo de su secuencia hay 8 cisteínas (Cys), las cuales que pueden
formar 4 enlaces disulfuro. Durante el experimento, Anfinsen sometió a la ribonucleasa a una disolució n de urea 8 M y
beta-mercaptoetanol, que hizo que la proteína se desplegase por completo perdiendo su actividad
Tomó la ribonucleasa pancreá tica de buey para degradar ARN para disminuir la viscosidad de la solució n acuosa de ARN. Al
degradar el ARN, diminuye la viscosidad. Desnaturalizó la enzima (cadena con 4 puentes disulfuro, como se observa en la
imagen) con beta-mercaptoetanol y urea 8M, generá ndose como resultado la proteína totalmente desplegada y debido a la
rotura de los enlaces disulfuro. Es decir, la proteína perdió toda funció n bioló gica. La viscosidad de la disolució n de ARN no
había disminuido.
Eliminó cuidadosamente por diá lisis los agentes desnaturalizantes y se restablecieron los puentes disulfuro entre los
mismo aminoá cidos iniciales y las demá s interacciones. La disolució n acuosa volvió a disminuir su viscosidad. Así,
descubrió que la desnaturalizació n de ciertas proteínas es reversible, o lo que es lo mismo, las proteínas se pueden
renaturalizar
Pero no todas las proteínas que se tratan de forma similar se renaturalizan, permaneciendo en forma desnaturalizada o
produciendo formas inactivas muy diferentes de la molécula nativa. Por lo que podríamos concluir que, al menos, en parte,
“la secuencia aminoacídica debe determinar, de alguna manera, que hasta ahora no comprendemos, el modo de
plegamiento espacial de las proteínas´´.
Por otro lado, esto podría estar indicá ndonos que ademá s de la secuencia primaria deben haber otros mecanismos
implicados.
Como hemos dicho, cada cadena polipeptídica (proteína) tiene una estructura terciaria ú nica, la estructura nativa, que
viene definida por un reordenamiento ú nico/específico de todos los á tomos de la molécula. Por supuesto que puede haber
muchos otros reordenamientos posibles, pero éstos no presentan actividad bioló gica, y colectivamente se denominan
estructuras desnaturalizadas.
2.2.-¿Qué factores son los que favorecen la formación de la estructura nativa frente a las estructuras
desnaturalizadas, bajo condiciones fisiológicas normales?
Una proteína recién sintetizada posee, de manera definitiva, solamente su estructura primaria nativa. Para que sea
plenamente funcional ha de sufrir una serie de transformaciones, entre ellas plegarse correctamente en una forma
tridimensional ú nica.
2. Ensamblamiento dirigido: La proteína se pliega gracias a la acció n de otras proteínas, como las chaperonas o
chaperoninas.
-AUTOENSAMBLAMIENTO:
El plegamiento significa, que partiendo de un polímero con una estructura al azar en agua (desnaturalizado) donde todos
los grupos polares (incluidos los grupos amida N-H y carbonilo C=O del esqueleto proteico) está n formando puentes de H
con las moléculas de H2O.
- Los grupos cargados está n solvatados con H2O
- Las cadenas hidrofobas está n rodeadas de moléculas de H2O
Y donde, ademá s, hay muchísimas conformaciones posibles para la cadena polipeptídica, tanto debido a las
conformaciones del esqueleto (ϕ y Ψ) como a las conformaciones de los grupos R.
Se llega a la formació n de una estructura mucho má s compacta (estructura nativa-activa) en la que:
- Algunos grupos en la superficie de la proteína permanecen expuestos al H2O
- Un gran nú mero de grupos, tanto polares como apolares, son “ocultados” en el interior de la proteína, estando en
contacto unos con otros pero no con el agua.
En el estado nativo-activo só lo existen muy pocas conformaciones (en realidad só lo una) para el esqueleto proteico y los
grupos R, todas ellas estructuralmente relacionadas.
2.3.-TERMODINÁMICA DEL PLEGADO:
→¿Qué fuerzas “dirigen” el plegamiento de una cadena polipeptídica para que ésta adquiera su estructura tridimensional
“nativa-activa” y no otra, en una solució n acuosa?
En termodiná mica, la entalpía es la medida de energía en un sistema termodiná mico. Es la cantidad termodiná mica
equivalente al contenido de calor total de un sistema. La entalpía se define como la suma de la energía interna E má s el
producto de la presió n p y el volumen V.
-Covalente:
-No covalente:
• Efecto hidrofóbico: Recordar que las sustancias hidró fobas en contacto con el agua hacen que las moléculas de
agua formen estructuras parecidas a jaulas alrededor de ellas. Esta ordenació n corresponde a una pérdida de
aleatoriedad en el sistema; disminuye la entropía.
Supongamos que una proteína contiene, en su secuencia de aminoá cidos, un nú mero sustancial de residuos con
cadenas laterales hidró fobas (por ejemplo, leucina, isoleucina y fenilalanina). Cuando la cadena polipeptídica se
encuentra desplegada, estos residuos están en contacto con el agua y producen la ordenació n de la estructura
del agua circundante. Pero cuando se pliega la cadena formando una estructura globular, los residuos hidró fobos
quedan enterrados dentro de la molécula. Las moléculas de agua que se ordenaron por la proteína cuando ésta
estaba en estado desnaturalizado se liberan en este momento, consiguiendo libertad de movimiento. En
consecuencia, a, la internalizació n de los grupos hidró fobos a través del plegado aumenta la aleatoriedad de todo
el sistema y, por consiguiente, produce un aumento de entropía al doblarse. Este aumento de entropía produce
una contribució n negativa a la energía libre del plegado y aumenta la estabilidad de la estructura proteica.
• Enlaces de hidrógeno:
Enlaces de hidró geno internos: Con respecto a los puentes de hidró geno, suelen ser entre R lejanas entre sí. Hay
cadenas laterales que actuará n como aceptores si tienen un á tomo muy electronegativo con pares de electrones
desapareados (histidina desprotonada, metionina, cisteína, glutamato, glutamina, asparagina o aspartato),
mientras que otras cadenas laterales actuará n como donadores si presentan un hidró geno unido a un elemento
muy electronegativo, concretamente en grupos hidroxilo o amino (asparagina, glutamina, arginina, lisina,
tirosina, serina o treonina).
Estabilizan tanto la estructura secundaria como la terciaria.
-Secundaria: entre á tomos del enlace peptídico (aunque estén má s o menos distantes), siendo el
aceptor el O del enlace C=O y el donador el enlace N-H).
-Terciaria: Entre cadenas laterales de grupos R de aminoá cidos distantes, actuando como
aceptores: histidina (su N del imidazol), metionina, cisteína (el S de ambos), aspartato,
glutamato, asparagina y glutamina (sus oxígenos del enlace C=O de los carboxilos); y como
donadores: tirosina, serina, treonina (sus grupos OH), lisina, arginina, asparagina y glutamina
(sus diferentes grupos NH2).
• Interacciones iónicas o salinas: Las interacciones carga-carga pueden producirse entre grupos de las cadenas
laterales cargados positivamente y negativamente. A pH neutro, un grupo se cargará positivamente y el otro
negativamente, de modo que existe una fuerza electrostá tica de atracció n entre ellos. Estos enlaces ió nicos se
rompen cuando la proteína se lleva a valores de pH lo suficientemente bajos o elevados para que una u otra de
las cadenas laterales pierdan su carga.
• Interacciones de Van der Waals: La contribució n de cualquiera de estas interacciones a la entalpía negativa del
plegado disminuye por el hecho de que cuando una molécula proteica se pliega a partir de un ovillo aleatorio
extendido, abandona algunas interacciones favorables con el agua. Una hélice a desplegada forma enlaces de
hidró geno con el agua en lugar de formar enlaces internos. No está claro en qué medida este cambio modifica el
cambio de energía global.
En la estructura nativa, las interacciones má s débiles (VdW y dipolo-dipolo inducido/dispersió n de London) son las má s
relevantes. Estas fuerzas débiles son importantes en el nú cleo o parte central de la proteína, donde la constante dieléctrica
es baja y los á tomos de las cadenas laterales está n muy pró ximos. De hecho, estas interacciones “empaquetadoras” son la
principal fuente del cambio entá lpico favorable (∆H < 0) asociado al plegamiento proteico, comparadas con los puentes
salinos o los puentes de hidró geno que, aunque juegan un papel crucial en la estabilizació n, contribuyen poco al cambio de
energía libre global. Esto se debe a que estos ú ltimos tipos de interacciones está n presentes tanto en la conformació n
desnaturalizada como en la estructura nativa; por ejemplo, los puentes de hidró geno en la proteína desnaturaliza está n
formados con el agua, y lo ú nico que cambia en la estructura nativa es con quién se forman (se forman puentes de H
específicos, como los puentes de H que forman las α-hélices, las hojas plegadas-β y aquellos que se forman en el interior de
la molécula como consecuencia del plegamiento). Como la diferencia de energía entre un puente de H formado, p.ej., por:
C=O – H2O y C=O – H-N es pequeñ a, esto no repercute en un cambio importante en la ΔG global al formarse las α-hélices y
las hojas plegadas-β y los plegamientos. Por lo que el ΔH debido a la rotura de los puentes de H con el agua y la re-
formació n de puentes de H en el interior de la proteína (α-hélices, hojas plegadas–β, etc.) es equivalente. Con los puentes
salinos, el efecto es similar: su formació n en el interior de la proteína implica la desolvatació n de los iones (efecto
desfavorable), seguida de la interacció n electrostática entre cargas opuestas en el interior de la proteína (efecto favorable),
por lo que la variació n neta de energía es pequeñ a.
Ademá s, si en el interior de la proteína no se formasen puentes de H, la pérdida de interacció n de los grupos polares con el
agua resultaría en un cambio entá lpico muy desfavorable. Así pues, para que el estado plegado sea favorable la proteína
debe maximizar la formació n de puentes de H con los grupos polares en el interior de la proteína.
ACEPTORES DONADORES
interaccion ionica
2.3.2.-FACTORES ENTRÓPICOS:
El proceso de plegado, que comporta el paso desde una multitud de conformaciones de ovillo aleatorio a una ú nica
estructura plegada, implica una disminució n de la aleatoriedad y en consecuencia una disminució n de la entropía. Este
cambio se denomina entropía conformacional del plegado. La ecuació n de la energía libre, 𝛥G = 𝛥H – T· 𝛥S, demuestra que
este 𝛥S negativo realiza una contribució n positiva a 𝛥G. En otras palabras, el cambio de entropía conformacional trabaja
contra el plegado. Para buscar la explicació n de un 𝛥G global negativo, debemos buscar las características del plegado
proteico que producen, o bien 𝛥H un negativo grande, o bien algú n otro aumento de la entropía con el plegado. Pueden
hallarse ambas cosas. La fuente principal de un 𝛥H negativo son las interacciones energéticamente favorables entre
grupos en el interior de la molécula plegada.
Para la mayoría de las proteínas la variació n de energía libre es favorable ΔG < 0, y por tanto favorece la formació n de la
estructura nativa-activa
En el efecto entró pico (ΔS) podemos distinguir 2 componentes: ΔS hidró foba y ΔSconformacional. ΔS > 0 (favorable) cuando el
“sistema + su entorno” se hace má s desordenado.
La proteína desplegada en un medio acuoso tiene sus restos, R, hidró fobos expuestos a las
moléculas de H2O.
• ΔShidró foba: Es el cambio en entropía que se espera ver debido a que la proteína
desplegada en un medio acuoso tiene sus restos hidró fobos expuestos a las
moléculas de agua, y en la estructura nativa no los tendrá.
• ΔSconformacional: Es el cambio en entropía que se espera ver debido a que el plegamiento
implica pasar de una conformació n má s o menos libre (al azar) a una conformació n
mucho má s fija (un solo estado nativo-activo).
Si bien, aunque en la mayoría de los casos predomina el efecto entá lpico, en unos pocos
casos predomina el efecto entró pico.
2.4.-CINÉTICA DEL PLEGADO DE PROTEÍNAS: PLEGAMIENTO ASISTIDO:
Gracias a los trabajos de Anfinsen y su grupo sobre la desnaturalizació n-renaturalizació n de la ribonucleasa pancreá tica
bovina, estos investigadores concluyeron que “toda la informació n necesaria para el plegamiento correcto se halla
contenida en su secuencia de AAs”. A partir de este postulado surgió el corolario del “control termodiná mico” del
plegamiento proteico. Es decir, que la estructura nativa funcional de una proteína es termodiná micamente estable y
representa un mínimo en la energía libre de Gibbs (ΔG). Este proceso implicaría que la célula o sistema bioló gico fuera
probando cada posibilidad y elegiría finalmente la conformació n de menor ΔG. Sin embargo, si una proteína se plegara de
forma aleatoria, muestreando de manera exhaustiva cada confó rmero, localizar el confó rmero con la estructura
tridimensional correcta le llevaría una cantidad enorme de tiempo, no compatible con la vida, aun cuando cada evaluació n
fuera llevada a cabo a una velocidad extremadamente rá pida, p.ej., 1 fs (1 femtosegundo= 10-15s) por conformació n.
Supongamos que cada enlace péptidico tiene solo 3 grados de libertad, entonces una proteína de 101 AAs podrá presentar
3100 = 5·1047 conformaciones. Si la célula fuera capaz de chequear/analizar un confó rmero cada fs (10-15 s), el chequear
5·1047 confó rmeros le llevaría 5·1030 s. Teniendo en cuenta que 1 día: 86.400 s y que un 1 añ o son: 3,15·10 7s, 5·1030 s= 1,59
1023 añ os. Lo que es irreal en un contexto bioló gico, donde el tiempo de plegamiento es del orden de los segundos como
mucho.
Esta paradoja se conoce como “Paradoja de Levinthal”. Ademá s, es evidente, que la naturaleza a través de la evolució n, ha
hallado una solució n efectiva a este problema. Por lo que Levinthal propuso que la bú squeda conformacional estocá stica
(prueba-error) no era el mecanismo real del plegamiento proteico, sino que éste debería, en cierto sentido, ser un proceso
dirigido, sugiriendo que las proteínas no realizan una bú squeda al azar sino que siguen un camino concreto del
plegamiento. Dicho camino vendría determinado por un control cinético del plegamiento proteico, en contraposició n al
control termodiná mico postulado por Anfinsen. Segú n Levinthal y colaboradores, el plegamiento estaría guiado por la
formació n de interacciones locales entre AAs que actú an como nú cleos de plegamiento. A favor de esta hipó tesis está “el
descubrimiento de estados intermedios en el plegamiento de una proteína”.
Esta paradoja parece haber comenzado a resolverse tras añ os de estudios experimentales y de especulaciones teó ricas. En
primer lugar, ha quedado claro, mediante el uso de métodos cinéticos rápidos, utilizado diversas técnicas físicas para el
seguimiento de los diferentes aspectos de la estructura proteica, que el plegado se produce a través de diversos estados
intermedios; estas observaciones condujeron al modelo de plegado “de la ruta”, que se indica como sigue:
Durante el descenso hacia el mínimo de energía libre, puede haber pausas que corresponden a las estructuras intermedias
metaestables, que se incorporan al modelo de la ruta. Una estructura intermedia importante en el plegado de muchas
proteínas parece ser la que se ha denominado de estado de “gló bulo fundido”, una estructura compacta en la que se ha
producido ya gran parte del plegado secundario y terciario, pero donde todavía no se han asentado en su lugar final los
residuos hidró fobos que se sitú an en el interior. Es un estado nativo en el que las interacciones entre cadenas laterales aú n
no está n estabilizadas. Estos gló bulos describen la cinética de plegamiento.
Existen también pruebas de estados “fuera de la ruta” que son aquellos en los que algunos de los elementos clave está n
plegados de forma incorrecta. Estos estados pueden corresponder a mínimos locales de energía libre del cauce y pueden
atrapar temporalmente a la proteína.
El gló bulo fundido se corresponde con una conformació n con cierta estructura secundaria pero sin estructura terciaria.
Paso 1: Rá pido (ms - µs); nucleació n de la proteína a través de las zonas hidrofó bicas de la estructura, lo cual permite la
formació n de estructuras secundarias, puentes disulfuros y cis-prolinas. Hay enzimas que aceleran estos ú ltimos pasos.
Paso 2: Paso 2: Lento (s); ya está n presentes todos los elementos de estructura secundaria (hélices y lá minas) y el interior
hidrofó bico presenta una cierta movilidad, que queda “congelada” al alcanzar el estado plegado.
El panorama energético del plegamiento, pues, puede representarse como si fuera un embudo en el que cuanto má s abajo
esté la proteína, má s favorablemente energética será (embudo de Ken Dill). Esto describe bastante bien la forma en la que
un polipéptido desplegado con su propio y ú nico conjunto de fuerzas directrices y limitaciones (secuencia aminoacídica,
modificaciones postraduccionales, características del medio, ...) gestiona su camino hacia el estado plegado. Las estructuras
desplegadas se situarían sobre el borde superior. A medida que la proteína se va plegando, comienza a deslizarse, por las
paredes interiores del embudo energético, hacia el fondo hasta alcanzar conformaciones má s estables. La estructura nativa
se sitú a en el fondo del embudo.
Cada vez está má s claro que el plegamiento y el direccionamiento de muchas proteínas en las células está mediado por la
participació n de un grupo de moléculas que, como ya hemos dicho, se denominan chaperonas moleculares.
• Las chaperonas moleculares se unen de forma transitoria a las proteínas nacientes y a las proteínas
desplegadas (desnaturalizadas por las condiciones agresivas del medio, p.ej.).
• En los péptidos má s pequeñ os, la acció n de las pequeñ as hsp70 es suficiente para estabilizarlo.
• Para proteínas de mayor tamañ o, tras la acció n de las hsp70 y con consumo energético, estas se liberan y la
proteína se introduce en el complejo de las hsp60, donde se determina la estructura final má s estable para
luego liberarla al medio ya bien plegada.
• Si no se consigue su buen plegamiento, las chaperonas moleculares ayudan también a su eliminació n
(marcaje con ubiquitina).
Finalmente, las vías de plegamiento de varias proteínas requieren dos enzimas que catalizan las reacciones de
isomerizació n. La proteína disulfuro isomerasa (PDI) es una enzima ampliamente distribuida que cataliza el intercambio o
barajado de enlaces disulfuro hasta que los enlaces de la conformació n nativa se forman. Entre sus funciones, PDI cataliza
la eliminació n de intermediarios de plegamiento con enlaces cruzados de disulfuro inapropiados. Cataliza la
interconversió n de los isó meros cis y trans de los enlaces peptídicos Pro, lo que puede ser un paso lento en el plegamiento
de las proteínas que contienen algunos enlaces peptídicos residuales Pro en la conformació n cis.
FUNCIÓ N DE LA HEMOGLOBINA:
La principal funció n de la mioglobina es fijar el O2 que la hemoglobina transporta a través del torrente sanguíneo, y que
libera a los tejidos. La mioglobina lo fija para:
- Almacenar O2 hasta que sea necesario – aceptor electró nico final en el metabolismo energético.
- Transportar O2 dentro de la célula, normalmente a orgánulos energéticos. “Molecular bucket bridage”: O2 que se
disocia de una molécula de Mb y se une a la siguiente.
Así, cualquier molécula de este tipo puede unirse a O2, para evitar que el O2 oxide otra sustancia y para liberar O2
almacenado en funció n de las necesidades celulares.
No obstante, cuando la Mb o Hb se almacena en contacto con el aire, fuera del ambiente celular, el hierro se oxida
lentamente (Fe2+ Fe3+) formando lo que se conoce como metamioglobina o metahemoglibina. La meta-Mb o meta-Hb
no son capaces de fijar O2, y en su lugar fijan H2O, en el sexto enlace de coordinació n.
Por otro lado, aunque el bolsillo del grupo hemo está perfectamente diseñ ado para fijar O 2, también puede fijar otras
moléculas pequeñ as, p. ej., CO. El CO tiene aproximadamente el mismo tamañ o y configuració n electró nica que el O 2. Sin
embargo, el CO se fija a la Mb y Hb con una afinidad mucho mayor que el O 2, haciendo la unió n prá cticamente irreversible.
La apomioglobina proporciona un entorno obstaculizado para el hierro hemo :
Cuando el O2 se une a la mioglobina, el enlace que une el primer y el segundo á tomo de oxígeno forma un á ngulo de 121°
con el plano del hemo, lo que orienta al segundo oxígeno lejos de la histidina distal. Esto permite una superposició n
má xima entre el hierro y uno de los pares de electrones solitarios en los á tomos de oxígeno con hibridació n sp 2, que se
encuentran en un á ngulo de aproximadamente 120° con respecto al eje del doble enlace O=O, y protege al oxígeno de ser
desplazado por el CO. El CO se une al hierro en el hemo libre 25 000 veces má s fuerte que el oxígeno. Entonces, ¿por qué el
CO no desplaza completamente al O2 del hierro hemo presente en la mioglobina y la hemoglobina?
La explicació n aceptada es que las apoproteínas de la mioglobina y la hemoglobina crean un entorno obstaculizado para
sus ligandos gaseosos. Cuando el CO se une al hemo libre, los tres á tomos (Fe, C y O) se encuentran perpendiculares al
plano del hemo. Esta geometría maximiza la superposició n entre el par solitario de electrones en el carbono con
hibridació n sp de la molécula de CO y el hierro Fe 2+. Sin embargo, en la mioglobina y la hemoglobina, la histidina distal
excluye estéricamente esta orientació n preferida de alta afinidad del CO, al mismo tiempo que permite que el O 2 alcance su
orientació n má s favorable.
3.2.-UNIÓ N DEL OXÍGENO A LA MIOGLOBINA
Para comprender y poder describir esta funció n desde un punto de vista cuantitativo, necesitamos recurrir al concepto de
“Unió n de ligando”, y comprender có mo esta unió n depende de su concentració n en el entorno.
1º-Debemos disponer de una forma de medir la concentració n de oxígeno disuelto. Podemos medir la concentració n de
oxígeno disuelto midiendo presiones parciales, pues, segú n la Ley de Henry: la concentració n de cualquier gas disuelto en
un líquido es proporcional a la “presió n parcial” de ese gas sobre el líquido. La Ley de Henry es la relació n que describe el
efecto de la presió n sobre la solubilidad de los gases.
Esta ley establece que la solubilidad de un gas en contacto con la superficie de un líquido a una temperatura determinada
es directamente proporcional a la presió n parcial de dicho gas sobre el líquido. Esto quiere decir que, mientras mayor sea
la presió n del gas sobre un líquido, mayor será la cantidad total del gas que se podrá disolver en el mismo, obteniéndose
así una mayor concentració n (es decir, mayor será la solubilidad).
En forma matemá tica, la Ley de Henry se expresa como una ley de proporcionalidad:
Aplicando esta ley o expresió n a nuestro caso:
2º- Describir la unió n de O2 a hemoglobina. Sabemos que, cuando se unen, el espectro de absorció n se modifica debido a
desplazamientos electró nicos en el anillo de porfirina. Este cambio determina espectrofotométricamente la fracció n de
moléculas de Mb oxigenadas. Se representa mediante una curva de saturació n, con forma hiperbó lica (a pH neutro).
1:
ROJO: todas con O2. // MORADO: algunas con O2. // AZUL: ningú n O2. El porcentaje de morado se puede calcular con una
regla de tres.
Expliquemos el comportamiento de la curva de saturación:
Vamos a considerar la siguiente reacció n:
Si están todos ocupados, la concentració n de mioglobina es cero, la de mioglobina oxigenada es maxima, y como
numerador y denominador son iguales, la expresió n resulta 1
¿Cuá l será la concentració n de oxígeno, [O2], para que la mitad de los sitios de la Mb estén ocupados por O2?