El Arco Iris
El Arco Iris
El Arco Iris
Cuentan que hace mucho tiempo los colores empezaron a pelearse. Cada uno
proclamaba que él era el más importante, el más útil, el favorito.
El verde dijo: “Sin duda, yo soy el más importante. Soy el signo de la vida y la
esperanza. Me han escogido para la hierba, los árboles, las hojas.”
El amarillo soltó una risita: “¡Vosotros sois tan serios! Yo traigo al mundo
risas, alegría y calor. El sol es amarillo, la luna es amarilla, las estrellas son
amarillas. Sin mí no habría alegría”.
El rojo no podía contenerse por más tiempo y saltó: “yo soy el color del valor y
del peligro. Estoy dispuesto a luchar por una causa. Traigo fuego a la sangre.
Soy el color de la pasión y del amor”
El púrpura enrojeció con toda su fuerza. Era muy alto y habló con gran
poderío: “Soy el color del poder. Soy el signo de la autoridad y de la sabiduría”
El añil habló mucho más tranquilamente que los otros: “Pensad en mí. Soy el
color del silencio. Raramente repararéis en mí, pero sin mí todos seríais
superficiales. Represento el pensamiento y la reflexión. Me necesitáis para el
equilibrio y la paz interior.
Así fue cómo los colores estuvieron presumiendo, cada uno convencido de que
él era el mejor. De repente, apareció un resplandor de luz blanca y brillante.
Había relámpagos que retumbaban con fuerza. La lluvia empezó a caer a
cántaros. Los colores comenzaron a acurrucarse con miedo, acercándose unos
a otros buscando protección.
La lluvia habló: “Estáis locos, colores, luchando contra vosotros mismos,
intentando cada uno dominar al resto. ¿No sabéis que todos sois muy
importantes? Cada uno para un objetivo especial, único, diferente. Juntad
vuestras manos y venid conmigo”.
Gracias a la lluvia los colores del arco iris se unieron para siempre y aparecen
en el cielo para recordarnos a todo el mundo que es posible vivir juntos en
PAZ.
Azul Paz.