Unidad 1 (Autoguardado)
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Se afirma que el 30-40% de todos los tumores en los hombres y hasta el 60%
en las mujeres, están relacionados con la alimentación en los países
desarrollados, de manera que la dieta es la segunda causa prevenible de
cáncer, solo después del tabaco. (Pérez, 2016,
http://docplayer.es/10355287-La-alimentacion-en-la-genesis-y-prevencion-
del-cancer.html)
Generalidades
Carlos Gonzales Svatetz y Cols, en su libro “Nutrición y cáncer”, nos hablan de una
revisión realizada por un grupo de investigadores del Anderson Cancer Center de
Houston, en Estados Unidos, concluyendo lo siguiente:
(...) los factores genéticos hereditarios constituyen una minoría de las causas del
cáncer (entre el 5-10%), mientras que la gran mayoría se deben a causas ambientales
(90%) y del estilo de vida. Entre estas últimas, la alimentación representa el 30-35%
de las causas, el consumo de tabaco el 25-30%, las infecciones el 15-20%, la
obesidad el 10-20%, el alcohol el 4-6% y otros factores el 10-15% (las radiaciones,
la exposición solar y los contaminantes químicos ambientales). (Dávila y Haluszka,
2017, https://cutt.ly/6PUkWgE)
*El exceso de grasas se asocia con mayor riesgo de cáncer de mama, colon y próstata.
*El alcohol pare jugar un rol causal en la formación de tumores de boca, laringe y esófago.
*Los nitratos, nitritos dietéticos (relacionados con las nitrosaminas), usados en los procesos
de salado, curado y conservación de alimentos, intervienen en la carcinogénesis gástrica.
*La fibra dietética tiene un posible efecto protector respecto del cáncer de colon y recto.
*Las crucíferas (col, repollo, repollito de Bruselas, brócoli y coliflor) tienen compuestos
anticancerígenos, como los isotiocianatos.
*La vitamina C podría ser un posible protector del cáncer gástrico y esófago; y por otro
lado, inhibe la formación de nitrosaminas.
*La ingesta de calcio y vitamina D se asocia con bajo riesgo de cáncer de colon. (Somoza y
Toresani, s.f., https://idoc.pub/documents/lineamientos-para-el-cuidado-nutricional-
torresani-6ng2epkr0jlv)
Figura 4: Recomendaciones para la prevención del cáncer
Otro aspecto que debe tenerse en cuenta es que las personas, según sus
características y circunstancias, presentan necesidades nutricionales
diferentes y, por este motivo, su alimentación debe responder a ellas, de ahí
el concepto de adecuación a estas demandas. Así, un régimen alimentario
saludable debe contemplar los requerimientos individuales y observar las
recomendaciones aceptadas para conseguir un estado nutricional óptimo, es
decir, un estado de equilibrio entre el ingreso de nutrientes y sus
requerimientos” (Bonada, 2008, pp. 18-21).
El consumo de carnes rojas es alto en algunos países del cono sur como Argentina. Las
carnes aún magras contienen un 50% de ácidos grasos monoinsaturados (MUFA) y entre un
40-50% de ácidos grasos saturados. El hierro hem se encuentra solo en alimentos de origen
animal y es la fuente más importante para la formación endógena de nitrosaminas, por lo
que podría aumentar el riesgo de algunos tumores, como el cáncer gástrico y de colon. Por
su parte, los pescados aportan ácidos grasos poliinsaturados (PUFA), que podrían
desempeñar una función protectora en el proceso carcinógeno.
La cocción a altas temperaturas (+ de 150 °C) por calor seco induce la formación de aminas
heterocíclicas, compuestos que se generan a partir de los aminoácidos y de la creatinina
presentes en las carnes cuando estas se someten a altas temperaturas, como las necesarias
para la formación de costra tostada en la superficie.
Es habitual en América del Sur el uso de aceites mezcla. Los aceites de origen vegetal y de
fuentes marinas son líquidos, generalmente debido al gran número de insaturaciones y de
sus largas cadenas. El aceite de oliva, particularmente muy utilizado en la dieta
mediterránea, contiene entre un 70-86% de ácido oleico (MUFA), así como
compuestos antioxidantes como vitamina E, compuestos fenólicos y coenzima Q. Estos
componentes pueden prevenir la formación de radicales libres e inhibir la proliferación
celular. Al aceite de oliva extra virgen hay que agregarle la presencia de vitamina A,
fitoesteroles, polifenoles y otros flavonoides, estos últimos relacionados con la reducción
del riesgo de diversos tipos de tumores. El aceite de oliva extra virgen contiene oleocantal,
potente antiinflamatorio no esteroideo.
Los ácidos grasos alimentarios esenciales para la vida son el ácido linoleico y linolénico, y
deben ser provistos externamente a través de la dieta. Los PUFA de cadenas más largas y
con mayor insaturación, entre los que se encuentran el ácido araquidónico, el ácido
eicosapentanoico y el ácido docosahexaenoico son sintetizados a partir de los primeros en
condiciones normales (dicho proceso de síntesis está perturbado en las células cancerosas),
aunque también pueden ser aportados por la dieta.
Los ácidos grasos trans provienen de la hidrogenación industrial de los ácidos grasos
insaturados (MUFA y PUFA) en la fabricación de margarinas y otros productos, que se
comportan como saturados en el organismo con gran poder aterogénico.
Sal y bebidas
Un exceso de consumo de sal (mayor a 5 gramos/día) puede producir una inflamación
crónica de la mucosa gástrica que favorece el desarrollo de lesiones precursoras del cáncer
gástrico.
En el grupo de bebidas se incluyen el agua, los jugos de frutas, las bebidas saborizadas con
y sin gas, las infusiones y las bebidas alcohólicas. En regiones de Latinoamérica, entre ellas
Argentina y Chile, el agua está naturalmente contaminada con arsénico, que ha sido
clasificado como cancerígeno humano, pudiendo producir cáncer de pulmón.
Las infusiones o bebidas calientes incluyen una gran variedad de bebidas populares, tales
como: té, café y mate. Todas ellas contienen cafeína, varios antioxidantes y compuestos
fenólicos, algunos con probada acción antineoplásica en modelos experimentales. El hábito
de tomar mate en bombilla con agua muy caliente en América del Sur puede producir
irritación crónica y aumentar el riesgo de cáncer de esófago.
Con respecto a las bebidas alcohólicas, la cerveza, elaborada con cebada y lúpulo, posee
compuestos polifenólicos bioactivos que le dan color y son antioxidantes, aunque su
proceso de fabricación lleva a que contenga compuestos nitrosados. El vino tinto contiene
gran cantidad de compuestos fenólicos y polifenoles, en especial resveratrol con potencial
poder antineoplásico en modelos experimentales. Con todo, el exceso de alcohol ha sido
asociado positivamente con diversos tipos de tumores malignos.
MINERALES
Pescado, carnes, vísceras, cereales.
Leche y productos lácteos, y en menor proporción,
Selenio
pescados, mariscos, cereales, frutos secos y
Calcio
legumbres.
Legumbres, té, vino tinto, frutas y verduras de
POLIFENOLES color rojizo y morado, cebolla, ajo, frutos secos,
chocolate, cacao, yerba mate y aceite de oliva
Fuente: Gonzales C.A, Agudo. A, Lopez Carrillo L. Nutrición y Cáncer. Lo que la ciencia
nos enseña. Editorial Panamericana 2015.
Resumen de la unidad
Al comienzo de la unidad, planteamos como propósito comprender el impacto que
tiene una alimentación saludable en la prevención del cáncer y actuar, en
consecuencia, a través de estrategias de educación alimentaria que puedan jugar un
rol activo para transmitir un efecto benéfico en la salud de toda la población. Para
ello, revisamos evidencias científicas que van adjudicando un rol protector
modificable a los alimentos en relación con el desarrollo de los diferentes tipos de
cáncer. Asimismo, vimos que el aumento de riesgo de cáncer está asociado a
condiciones más complejas, como la obesidad y una alimentación desequilibrada.
Por último, esbozamos las principales funciones del nutricionista clínico en el área
en cuestión haciendo hincapié en el carácter interdisciplinario del abordaje y el
seguimiento del paciente.