Patologías Del Líquido Amniótico
Patologías Del Líquido Amniótico
Patologías Del Líquido Amniótico
Fisiología del líquido amniótico: El líquido amniótico hace posible, a lo largo de la gestación,
el desarrollo normal del tracto respiratorio, gastrointestinal, urinario y musculoesquelético.
Numerosos factores contribuyen a su formación y renovación, siendo el volumen de líquido
amniótico el resultado entre su producción y su reabsorción. Durante las primeras semanas
del embarazo, antes de la queratinización de la piel (semanas 24 – 26), el líquido amniótico
proviene del volumen plasmático del embrión, de forma que la composición del líquido
amniótico es similar a la del líquido extracelular del feto. Durante la segunda mitad del
embarazo, la estratificación y cornificación de la piel fetal disminuye la difusión del líquido
extracelular, sin embargo, la piel fetal continúa participando en la regulación del líquido
amniótico durante todo el embarazo. La orina fetal es la principal fuente de líquido
amniótico una vez que el riñón comienza su función a partir de las 10-12 semanas. Su
aportación es progresiva, siendo, en la gestación a término, entre 600-1.200 ml/día. La
secreción del árbol respiratorio participa en una pequeña proporción que se estima entre
60-100 ml/día/Kg peso fetal. Durante los movimientos respiratorios se produce: intercambio
de los fosfolípidos que componen el surfactante pulmonar y reabsorción del líquido
amniótico. El tracto gastrointestinal también contribuye, a la regulación del volumen. La
deglución fetal oscila en unos límites muy amplios, comenzando en la semana 20 y
aumentando según la edad gestacional. Las membranas fetales y el cordón umbilical son
fuentes adicionales en el intercambio de líquido amniótico.
El volumen del líquido amniótico depende de la edad gestacional y ha sido estimado por
diversos investigadores mediante técnicas de isótopos o de dilución de colorantes. Durante
la primera mitad del segundo trimestre volumen de líquido amniótico aumenta casi 10 ml al
día y alcanza un promedio de 500 ml a las 20 semanas y los 1000 ml entre las semanas 36-
37. A partir de las 38-39 semanas de gestación, el volumen de líquido amniótico disminuye
de forma fisiológica. Otros autores han encontrado gestaciones en las que el volumen de
líquido continúa aumentando hasta la semana 40.
Estimación ecográfica del líquido amniótico: La medida de la cantidad del líquido amniótico
se puede realizar utilizando diferentes técnicas, las dos más utilizadas son la máxima
columna vertical (MCV) y el índice de líquido amniótico (ILA).
Existe controversia sobre cuál es el mejor método para valorar la cantidad de LA. Mientras
que la MCV es más específica, el ILA tiene una mayor sensibilidad para identificar la
reducción de LA sin mejorar los resultados en la población general. Por lo tanto, en las
gestaciones de bajo riesgo la medición del LA se realizará utilizando la MCV como
herramienta de screening. En gestaciones gemelares también será de elección la MCV.
Reservaremos el uso del ILA para las gestaciones con patología asociada como la restricción
de crecimiento, la gestación cronológicamente prolongada o la disminución de movimientos
fetales.
Oligohidramnios
Definiremos oligohidramnios como la presencia de una MCV < 2 cm, siendo considerado
como oligoanhidramnios severo/anhidramnios cuando sea inferior a 1 cm, o un ILA < 5.
En el segundo trimestre de la gestación la presencia de una RPM explica el 50% de los casos
de oligohidramnios, seguido por el RCIU y las malformaciones fetales en el 20% y el 15%
respectivamente, siendo un 5% de los casos idiopáticos.
Polihidramnios
Tradicionalmente se ha definido como la cantidad de líquido amniótico superior a 2.000 ml,
aunque puede no llegar a ser significativo clínicamente hasta alcanzar un volumen de 3.000-
4.000 ml. Según el índice de Phelan, definimos polihidramnios con un índice de líquido
amniótico > 24 cm. Es un marcador útil para identificar fetos con riesgo de malformaciones
congénitas, siendo el corte de 24-25 cm más sensible que el de 18cm. La tasa de cesáreas
puede aumentar en los casos de polihidramnios a término, probablemente por la asociación
con macrosomía. Su incidencia oscila entre el 1-3% según los autores.
Etiología:
Idiopático (65%).
Diabetes mellitus. En estos casos, el polihidramnios se atribuye a diversas causas,
como un aumento de la osmolaridad del LA debido a una elevación de la glucosa,
una disminución de la deglución fetal y poliuria fetal por la hiperglucemia.
Gestación múltiple.
S.N.C: anencefalia, encefalocele, hidrocefalia, espina bífida
Gastrointestinales: atresia esofágica, atresia duodenal, fisura palatina, labio leporino,
artrogriposis mandibular, obstrucción intestinal, hernia diafragmática, páncreas
anular, gastrosquisis, peritonitis meconial, onfalocele
Cardiovasculares: cardioectopia, insuficiencia cardíaca congestiva.
Hidrops fetalis: eritroblastosis fetal, transfusión fetofetal en gemelos monocigóticos,
corioangioma placentario, teratoma sacrocoxígeo.
Esqueléticas: displasia tanatofórica, acondroplasia.
Quistes abdominales congénitos: quistes mesentéricos, quistes de ovario.
Genitourinarias: riñón poliquístico, obstrucción ureteropélvica.
Clínica: El hallazgo clínico principal es el aumento del tamaño uterino mayor al que
correspondiente por su edad gestacional. Se puede asociar a dificultad en la palpación de
partes fetales y disminución en la intensidad de los tonos cardiacos. En el caso de un
polihidramnios agudo (más frecuente en el 2º trimestre) se puede observar dolor, disnea,
cianosis y amenaza de parto pretérmino. El polihidramnios crónico es mejor tolerado por la
paciente, pero puede cursar con ortopnea, edema de extremidades, vulva y pared
abdominal, náuseas y vómitos.
Protocolo de estudio:
Complicaciones: Por lo general, cuanto más grave y agudo es el polihidramnios, tanto mayor
será la tasa de mortalidad perinatal. Está generalmente aceptado que el polihidramnios
aumenta la frecuencia del parto prematuro (hasta el 22%) y la rotura prematura de
membranas, asociándose entonces de forma directa con mayor mortalidad perinatal que se
estima, según las series, entre el 10 – 30%. Las principales complicaciones se van a asociar
con la amenaza de parto prematuro, ruptura prematura de membranas y malestar materno.
Fetales: presentaciones anómalas, parto prematuro, anomalías congénitas asociadas
al polihidramnios, prolapso de cordón umbilical, más frecuente en rotura prematura
de membranas.
Maternas: abruptio placentae, distocias dinámicas, atonía uterina, hemorragia
postparto, síntomas cardiopulmonares.