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La Genética y Las Abuelas"

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“LA GENÉTICA Y LAS ABUELAS”

Lee atentamente el artículo periodístico “La ciencia de las Abuelas” del diario El Pais
(https://bit.ly/2MRG8jP) y responde el siguiente cuestionario:

1. ¿Cuál era el problema que presentaron las abuelas a la comunidad científica? ¿Qué las
impulsaba a resolverlo?
2. ¿Por qué no se podía utilizar el ADN de los nietos para reestablecer su identidad?
3. ¿Cuál crees que fué el logro más importante que alcanzaron las abuelas junto a los
científicos?
4. ¿Cómo le explicarías el “índice de abuelidad” y su importancia a tus padres?
5. Cuando la científica Mary-Claire King dice "Nosotros usamos la genética para construir
casas indestructibles para el regreso de los niños robados" ¿A qué se refiere?
6. ¿Te quedaste con ganas de saber un poco más sobre Las abuelas? Investiga en las páginas
oficiales de la asociación que otras cosas vienen haciendo.

GENÉTICA

La ciencia de las Abuelas


Hace 30 años, un grupo de genetistas desarrolló todo un
campo de investigación para encontrar a los niños robados
por la dictadura argentina
decididos a ayudar a las Abuelas. Era 1982, y la democracia todavía tardaría un año en llegar a
Argentina, así como los primeros resultados del trabajo de estos científicos.
Penchaszadeh, que se había exiliado siete años antes tras sufrir un intento de secuestro por parte
de los terroristas ultraderechistas de la Triple A, introdujo en el grupo de trabajo a la prestigiosa
genetista Mary-Claire King. Esta científica norteamericana es hoy mundialmente reconocida por
haber identificado los genes responsables del cáncer de mama y que ya en 1973 había
convulsionado al mundo al identificar que humanos y chimpancés son genéticamente idénticos
en un 99%. Hoy, además, es imposible hablar de King sin mencionar su trabajo en favor de los
derechos humanos, que comenzó gracias a las Abuelas. King explica que cuando conoció el
problema argentino se embarcó sin dudarlo por el reto científico y por razones emocionales:
ella, por aquel entonces, tenía la edad de las hijas de las Abuelas y su propia hija tenía la edad
de las nietas y nietos que estaban tratando de recuperar.
El mayor problema científico planteado por las Abuelas”, asegura King a Materia, “era la forma
de obtener una prueba definitiva de la identidad de un niño, dado que los padres estaban
desaparecidos y presuntamente muertos. Este problema era mucho más difícil que las pruebas
de paternidad, sobre todo en la década de 1980, antes de la prueba de ADN moderno”. “Las
Abuelas habían ido a distintos centros de investigación por toda Europa y les habían dicho: ‘No,
señoras, olvídense, esto es imposible”, rememora Penchaszadeh, señalando la dificultad de ligar
a un nieto con una abuela cuando falta la información genética de toda la generación intermedia,
la de las madres y padres represaliados; la sangre establece el vínculo, pero la de los
progenitores no está. Penchaszadeh, King y un buen grupo de expertos en distintas disciplinas
de las principales universidades norteamericanas se lanzaron a resolver este rompecabezas
genético.
La identificación se hace a partir de las características genéticas de una persona, buscando sus
lazos de parentesco. Para ello se usa el cálculo de probabilidades: tenemos muchas
características genéticas particulares, pero para la identificación humana se usa un pequeño
número de marcadores que presentan gran variación entre la población, por lo que las
probabilidades de que coincidan en dos personas sin parentesco son remotísimas. El trabajo con
el ADN no estaba suficientemente desarrollado entonces, por lo que se acudió a productos de la
sangre —la histocompatibilidad, la información que se observa para que no haya rechazo en los
transplantes—, variantes de proteínas que están en el torrente sanguíneo y que se heredan. “Lo
que nosotros diseñamos fue la parte de análisis probabilístico: que una determinada constelación
de marcadores genéticos sea veraz y no debido al azar”, explica Penchaszadeh.
Frente a la prueba de paternidad, llamaron a su trabajo el índice de abuelidad: una fórmula
matemático-probabilística que fue evolucionando con el avance de la ciencia, desde la
histocompatibilidad hasta los análisis bioinformáticos del ADN. Ese 99,99% de fiabilidad que
necesitaban para reclamar a sus nietos. A finales de 1983, las Abuelas estaban en condiciones de
dar por encontrada a la primera nieta: Paula Eva Logares. En diciembre, el primer día hábil tras
la recuperación de la democracia, se interpuso la denuncia para sacarle sangre a ella, a sus
familiares biológicos y a sus apropiadores.
A pesar del éxito con Logares, el sistema era todavía muy rudimentario: "Esos análisis
requerían mucho del ojo humano, porque tenías que poner bajo el microscopio las muestras de
sangre y surgían muchos problemas", lamenta Penchaszadeh. Por ello, King siguió trabajando
hasta dar con una herramienta mucho más útil y muy simbólica: "El ADN mitocondrial se
hereda únicamente de las madres, por lo que cada descendiente, hijo o hija, tiene exactamente la
misma secuencia de ADN mitocondrial que su madre. Por lo tanto, una abuela materna o tía
materna o primo materno, cualquier familiar ligado a través de las madres, podría ofrecer una
evidencia exacta de la identidad de un niño", aclara la genetista.
King explica que el ADN mitocondrial fue particularmente útil porque proporciona secuencias
muy variables, casi únicas para cada familia: desarrollaron la secuenciación del ADN
mitocondrial para las Abuelas, una herramienta que hoy en día se utiliza ampliamente. La
genetista recuerda que esta línea materna del ADN gustó especialmente a las Abuelas, que
bromeaban diciendo que era la prueba de que Dios era mujer, que había puesto eso ahí para
ayudarlas. Una marca oculta en la biología que ligaba directamente a las abuelas con sus nietos
y que tumbó los siniestros planes de la dictadura.
La genética y los derechos humanos
Los militares, ante los jueces, decían que el trabajo de los científicos era "vudú", recuerda King,
pero ya habían perdido la batalla decisiva. En 1984, publicaban en una revista científica el logro
obtenido con Logares: La genética humana y los derechos humanos: La identificación de las
familias de los niños secuestrados. Ese mismo año, la Asociación Estadounidense para el
Avance de la Ciencia (AAAS, por sus siglas en inglés) celebraría un simposio en Nueva York
que abordaría estos avances en la genética de la identificación de las personas: "¿Podemos ir?",
preguntaron las Abuelas. "Son ustedes las que han originado toda esta investigación, ¿cómo no
van a poder ir?", les respondieron. Querían escucharlas.
La tenacidad de aquellas mujeres en la búsqueda de sus nietos había hecho avanzar un campo de
la ciencia a marchas forzadas. Y, lo que para muchos sería más importante, lo había dignificado.
En aquellos esfuerzos colaboró Eric Stover, profesor de Berkeley, desde su puesto como
director del programa de Ciencia y Derechos Humanos de la AAAS; hoy considera que la
aportación de la genética en el caso de Argentina fue el primer episodio en el que la ciencia fue
determinante en el fomento de los derechos humanos.
Víctor Penchaszadeh se muestra especialmente orgulloso de este aspecto: "Siempre hay que
resaltar lo mucho que le aportaron las Abuelas a la genética, que tenía un pasado oscuro. La
genética se usó para violar los derechos humanos durante mucho tiempo: eugenesia, racismo,
genocidios... Se usó para muchas cosas terribles y de pronto aparece una buena causa. La
genética como herramienta para hacer valer un derecho humano. Permitieron saldar una deuda".
No obstante, Penchaszadeh recuerda que nada de eso hubiera sido posible sin el empuje del
Gobierno de Alfonsín, primero, y cuando gobiernos recientes tumbaron las leyes de punto final.
"Hace falta mucho apoyo institucional: en este aspecto la madre patria, España, tiene mucho que
aprender de la Argentina", denuncia el genetista, en referencia a los millares de españoles que
todavía permanecen enterrados en cunetas.
La aportación de Mary-Claire King a los derechos humanos se construyó en Argentina, pero ya
ha ayudado en una docena de países de todo el globo a identificar a represaliados y
desaparecidos a manos de sangrientos dictadores, guerras y genocidios, poniendo una y otra vez
la genética al servicio de las mejores causas: El Salvador, Guatemala, Haití, Ruanda, México,
Chile, Honduras, Etiopía, Filipinas, los Balcanes... "La genética es una herramienta y como
cualquier herramienta, que se pueden usar para el bien o el mal. Un martillo se puede utilizar
para construir o para matar", asegura King. E ilustra: "Nosotros usamos la genética para
construir casas indestructibles para el regreso de los niños robados".

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