Dios Uno y Trino
Dios Uno y Trino
Dios Uno y Trino
Introducción:
“En el 319, a los 24 años, fue ordenado diácono por su obispo Alejandro a
cuyo servicio se entregó. Le acompañó como secretario en el concilio de
Nicea en el año 325”2.
1
S. ATANACIO, La encarnación del Verbo, Ciudad Nueva, 1989, 5.
2
Ib, 6.
“El 8 de Junio del 328, Atanasio sucedió a su anciano obispo Alejandro,
siendo designado por la vox populi cuando apenas tenía 33 años y fue
obispo durante 45 años, e inmediatamente rechazó con decisión cualquier
pacto con respecto a las teorías arrianas condenadas por el concilio de
Nicea”.3
- Primer destierro fue a Tréveris, que duró desde 11 de julio del 335 al
22 de noviembre de 337.
- Segundo destierro fue arrojado con violencia de su propio palacio y,
así inicia por segunda vez el camino de destierro dirigiéndose a
Roma el 16 de Abril del 339. Allí estuvo hasta el 21 de Octubre del
año 346.
- En el tercer destierro el 9 de Febrero del año 356, Atanasio tuvo que
huir de Alejandría burlando la vigilancia de las tropas que iban a
ejercer violencia contra el. Huyo al desierto en donde permaneció 6
años junto a los monjes que tanto amaba. Fue su tercer destierro, es
allí probablemente que durante este periodo escribiese su célebre
biografía la llamada vita Antonii hacia el año 357.
- Cuando Atanasio regresó a Alejandría el 21 de febrero del 362, pero
de nuevo volvió a salir para el exilio el 24 de octubre de ese mismo
año. Pudo sin embargo, convocar un concilio particular en Alejandría
“el concilio del os confesores” en donde volvió a triunfar la fe de
Nicea y todos lo obispo presentes proclamaron la igualdad del hijo y
del padre.
- El emperador Valente volvió a desterrar a Atanasio el 5 de octubre
del 365 pero lo hizo regresar el 31 de enero del año siguiente. Los
últimos años de su vida hasta su muerte que es el 2 de mayo del 373
a los 78 años fueron pacíficos, y su vida acabo cargada de gloria
cuando ya otra generación había tomado la iniciativa en defensa de la
verdadera fe.
3
S. ATANACIO, La encarnación del Verbo, Ciudad Nueva, 1989, 13.
II. Herejías. Principalmente el arrianismo
Introducción:
Arrio procedía, pues, de una escuela de la que no veía en Jesús a Dios sino
de una criatura dotado de fuerzas divinas. Y esto es lo que él enseño de
palabra y por escrito; A Jesús como máximo lo situó lo más cerca posible
de Dios. La segunda persona de la divinidad, el Hijo, no es consubstancial
al Padre y por consiguiente no es Dios por esencia. El Cristo – Logos –
según Arrio, no es nacido del Padre sino la primera criatura que Dios hace
de la nada. Pero íntimamente se ha asimilado tanto la voluntad del Padre
que Dios lo ha adoptado como Hijo.
Concilio de Nicea
Cuando abrimos las sagradas Escrituras nos encontramos con un ser divino,
un Dios creador, causa primera y principio de todas la cosas, visibles e
invisible; no se comparan con los principios que sostenían los filósofos
griegos, por ejemplo algunos sostenían que el principio de las cosas era el
agua, aire o viento. Sin embargo, las Sagradas Escrituras nos muestran que:
“En el fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las
visibles y las invisibles, tronos, dominación, principados, potestades, todo
fue creado por él y para él.” (Col 1,16).
Es así que el relato (Gn 1,1) nos muestra a un Dios creador que crea todo
por amor, ya que la esencia de Dios es Amor como afirma San Juan en su
primera carta: “… porque Dios es Amor” (1Jn 4,8). He aquí que, aquel que
es amor hace partícipe a la creación y al hombre en el amor, de aquí que
podemos hablar de la unidad de Dios, porque es simple y único.
Esta creación del Gn1,2 muestra que hay un movimiento, es decir, nos
muestra a un Dios que sale de sí mismo para crear todas las cosas, como
también más adelante nos mostrara que él es quien toma la iniciativa para
salir al encuentro del hombre como lo ha hecho en concreto con Abraham
(Gn 12,1ss). Este mismo movimiento apliquemos a la Trinidad, que aquel
que esa lleno de amor (El Padre) sale de si para engendrar al Hijo y el Hijo
corresponde (o se vuelca) con amor a este amor, de allí que, en este
movimiento del padre y del hijo procede el espíritu Santo. Por tanto, el
Espíritu Santo procede del padre y del hijo. No como algunos decían que
procede del Padre por el Hijo.
Para comentar este texto, nos remontamos al (Gn 1,3) que aparece el
Verbo, la Palabra, Luz que es, el mismo Cristo palabra eterna del padre.
Ahora nos preguntamos, ¿será posible conocer a Dios a través de su obra?
O de otra manera, ¿podremos conocer a Dios a partir de las cosas visibles
4
San Atanasio, La Encarnación del Verbo, Introducción, 39
que están a nuestro alcance? A ello respondemos junto con Santo Tomás
citando las cinco vías del conocimiento de Dios (viendo la creación,
contemplando la criatura, podemos llegar a su creador que es Dios así
como nos lo plantea Santo Tomas en la Summa Theologica):