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Unidad 2

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UNIDAD II

Lectura académica

La lectura y la escritura son prácticas sociales utilizadas en diferentes esferas de la


actividad humana y con funciones diversas. Están reguladas por convenciones que las
distintas comunidades de hablantes acuerdan tácitamente y poseen rasgos específicos según
el ámbito social en que se realicen.

En la universidad, estas prácticas poseen particularidades que las distinguen de las


desarrolladas en otros niveles educativos y en otros ámbitos sociales. Esto se vincula con la
naturaleza de los contenidos y los usos que configuran formas particulares de leer y escribir.

Lectura y escritura funcionan, por tanto, como herramientas insustituibles para


acceder a las nociones de un campo de estudio: para elaborarlas, asimilarlas y adueñarse de
ellas. Producir e interpretar textos son tareas necesarias para comprender, aprender y
pensar críticamente sobre los contenidos de cualquier ámbito académico. El lenguaje escrito
no es sólo un medio para obtener o transmitir información, sino que lectura y escritura
tienen la potencialidad epistémica de operar sobre el saber acumulado en los textos o en
quien redacta. Cuando se lee y se escribe comprometidamente se logra transformar el
conocimiento de partida (Carlino: 2002).

En este apartado, nos abocaremos a la lectura como proceso que demanda,


especialmente en el ámbito universitario, un entrenamiento de determinadas operaciones
cognitivas, para que motorice la reflexividad y la crítica antes que el mero acopio de datos
descontextualizados, sin más.
La lectura en el ámbito universitario1

La lectura es uno de los medios más importantes para la consecución de los aprendizajes,
fundamentalmente en la vida universitaria. Mediante la lectura se accede al campo de
saberes de las distintas carreras que, como se ha dicho, poseen una especificidad respecto a
sus procesos de construcción del conocimiento.

Los estudiantes universitarios se ven en la compleja tarea de llevar adelante una “…] lectura
sostenida, crítica, analítica, de textos extensos, complejos, ante los que en la mayoría de los
casos es la primera vez que se enfrenta [n]” (Arnoux: 2016: p. 7). Y es que, por medio de la
lectura, se accede a los distintos cuerpos teóricos, conceptuales y de razonamiento, para ser
puestos en relación socio-histórica y a disposición de nuevas discusiones, valoraciones y
recreaciones.

Cuando hablamos de lectura nos referimos a una actividad que va más allá del
reconocimiento y verbalización de lo leído; consiste en relacionar, evaluar, reformular y ser
capaces de elaborar una nueva perspectiva combinando lo saberes previos con los saberes
nuevos. En otras palabras, la lectura está ligada al aprendizaje: se lee para saber; pero a partir
de la aprehensión, el verdadero conocimiento no consiste solamente en repetir lo aprendido
sino en producir algo nuevo, en transformarse uno mismo.

“Convertirse en un buen lector académico requiere entonces un aprendizaje,


para el que será útil que el alumno adquiera ciertas herramientas para
intervenir, más conscientemente, en su propio proceso de lectura, fijándose –
por ejemplo- objetivos precisos o eligiendo las estrategias lectoras adecuadas al
tipo de texto a leer y a las consignas dadas.”

Elvira Arnoux (2016)

1Síntesis realizada a partir de los siguientes textos:


ARNOUX, Elvira y otros (1998). Talleres de lectura y escritura. Buenos Aires: Eudeba.
KAUFMAN, A.M. y Rodriguez, M.E (1993). La escuela y los textos. Buenos Aires: Aula XXI, Santillana.
SOLE, I (1994). Estrategias de lectura. Barcelona: Editorial Grao.
La lectura de un texto, veremos más adelante, nos acerca a un pensamiento y a un autor, a
un tiempo y unas lógicas determinadas, y todo ello entra en contraste y relación con el propio
pensamiento, siendo indispensable la reflexividad y capacidad crítica frente al saber que ese
texto nos ofrece. De alguna forma, acontece un diálogo, una interacción con el autor, o lo
que Laín Entralgo (s/f) definió como “silencioso coloquio del lector con el autor”.

Al momento de abordar la lectura de libros y material bibliográfico tendrás que poner en


juego tus habilidades o destrezas como lector. Asumir el control de la propia lectura,
regularla, implica tener un objetivo para ella, así como poder generar hipótesis acerca del
contenido que se lee. Existe siempre un objetivo que guía la lectura, leemos para algo, para
alcanzar alguna finalidad. La interpretación que los lectores realizamos de los textos depende
en gran medida del objetivo que preside nuestra lectura.

El significado que un escrito tiene para el lector no es una réplica o traducción del significado
que el autor quiso imprimirle, sino una construcción que implica al texto, a los conocimientos
previos del lector y a los objetivos con que éste enfrenta la lectura.

El proceso de lectura debe asegurar que el lector


comprende el texto, y que puede ir construyendo
una idea acerca de su contenido, extrayendo de él
aquello que le interesa en función de sus
objetivos.

Para comenzar, se pueden distinguir tres clases de lecturas: una de distracción, poco
profunda, en la que interesa el argumento pero no el fijar los conocimientos; otra lectura es
la informativa, con la que se pretende tener una visión general del tema, e incluso de un libro
entero; y por fin, la lectura de estudio o formativa, que es la más lenta y profunda y pretende
comprender un tema determinado.

¿Qué significa saber leer?

Saber leer significa, principalmente, comprender: se trata de poder establecer el tema,


comprender el sentido de las frases y distinguir los conceptos e ideas principales de aquellas
que son secundarias o accesorias. Las ideas de un texto tienen diferente peso o valor. Esta
diferenciación jerárquica posee el valor adicional de que aquellas con mayor peso
proporcionan un sentido unitario o global a todo el párrafo o texto.

Etapas del proceso de lectura

a- Prelectura o lectura exploratoria: es la primera de las tres fases en las que se


divide el proceso de lectura exhaustiva. Refiere al primer contacto que tenemos con el
material que vamos a leer. Es el acercamiento que se traduce en ver, tocar, contar las
hojas, revisar índice, etc. Si se trata de un libro, esta primera revisión se realiza sobre la
tapa, contratapa y solapas; primeras páginas; paso por el prólogo y prefacio; visión del
índice general y analítico para determinar los temas del material. Si se trata de un diario, se
revisará la primera plana, se determinará las secciones; se observará rápidamente las fotos
y diagramas y se realizará una lectura de algunos títulos y encabezados.

En todos los casos, esta primera tarea con los materiales bibliográficos permite hacer
inferencias e hipotetizar acerca del desarrollo, cuestiones que se corroborarán en la etapa
de la lectura atenta y comprensiva.
b- Lectura: es la lectura propiamente dicha, atenta y comprensiva, que permite
adentrarnos al contenido del material, identificar sus elementos, valoración y relaciones más
importantes.
c- Poslectura: en este momento se puede realizar una relectura y selección de las
partes más importantes o necesarias para la tarea a desarrollar. Cada estudiante efectuará
esta etapa de lectura las veces que considere necesarias para alcanzar el objetivo de verificar
que se comprende el texto.
La lectura necesita plasmarse en algún tipo de producto que sirva como registro de la
actividad realizada para que sea considerada verdaderamente productiva. Es muy ventajoso
realizar fichajes, resúmenes, cuadros, síntesis de acuerdo a las posibilidades que ofrece el
texto.
Los paratextos.
El término paratexto designa al conjunto de los enunciados que
acompañan al texto principal de una obra, como pueden ser el
título, subtítulos, prefacio, índice de materias, etc. (Nogueira;
2010). Constituyen el primer contacto del lector con el material
impreso y, desde este punto de vista, funcionan como un
instructivo o guía de lectura, ya que permiten anticipar
cuestiones como el carácter de la información y la modalidad
que ésta asumirá en el texto. Pueden ser entendidos como
elementos que ayudan a destejer, a visibilizar el contexto -o
aspectos de- en que se inscribe el texto (sobre esto,
trabajaremos hacia el final de la unidad temática).
Maite Alvaredo (s/f) nos propone una clasificación sumamente útil para ordenar las formas
que puede asumir el paratexto en los libros:
➢ Paratexto icónico: Transmite información significativa mediante el
recurso a la imagen. Esto se puede hacer por medio de: fotos, dibujos, el
diseño gráfico, mapas, cuadros o diagramas. La función fundamental es
la de atraer al público. Las imágenes se hallan en tapa, solapa y
contratapa.
➢ Paratexto verbal: son textos que acompañan al escrito principal con el
objetivo de organizar la información y las ideas que se propone
desarrollar el autor. Algunos de ellos son: el título, que guarda diversos
tipos de relación con el contenido del texto; la dedicatoria, que se
encuentra al principio del libro; el epígrafe, que siempre es una cita
ubicada al principio de algún capítulo; el índice, que puede estar al
comienzo o al final del libro, cuyo objetivo es el de organizar la lectura del
texto; las notas, que se ubican en el pie de página que pueden pertenecer
al autor de la obra o al traductor de la misma; la bibliografía, que es una
huella de algunas de las relaciones intertextuales que atañen a un texto
particular; glosario, que es un diccionario de términos técnicos que suele
encontrarse al final del libro, entre otros.

Los paratextos como guía de lectura.2


Todo proceso de comprensión textual implica llevar a cabo una serie de operaciones
cognitivas de distinta complejidad, y los elementos paratextuales sirven de orientación y
ayuda al lector; es por esto que quien se enfrenta a un texto no parte de cero, sino de una
primera representación semántica, una hipótesis, que luego se irá reformulando durante la
lectura.

Comprensión lectora

¿Qué significa comprender un texto?

Planteamos la comprensión lectora como una interacción. En ella, un autor comunica unas
ideas y un lector interpreta el mensaje del autor. Para que la interacción sea posible, el lector
debe activar los conocimientos que posee sobre el tema, las experiencias que ha adquirido
a lo largo de su vida, el conocimiento que tiene de su lengua materna y la visión del mundo
que ha configurado con sus conocimientos y experiencias. La comprensión de un texto o de
un discurso oral siempre es un acto interactivo, no un acto unidireccional en el que un emisor
comunica algo que debe ser asimilado o entendido por otro.

Para comprender el texto, el lector debe no sólo reconocer el tema, sino además componer
o recomponer un orden entre las ideas o proposiciones. Para ello los textos ofrecen una guía.

2
En: http://www.educ.ar/sitios/educar/recursos/ver?id=93109
Este orden entre las ideas se denomina hilo o progresión temática.

Comprender un texto es también ir más allá y trascenderlo, integrando sus ideas con las
nuestras. Sabemos que comprendemos cuando podemos ordenar, diferenciar e
interrelacionar ideas.

Para leer y comprender debemos, en primer lugar, reflexionar sobre el título que permitirá
ubicarnos en el tema retomando nuestros conocimientos previos sobre el mismo. Como
segundo paso debemos efectuar una lectura rápida para tener una idea global del mismo.

Por último, es necesario volver a leer lentamente buscando las ideas esenciales,
deteniéndonos en los conceptos nuevos o en las nociones técnicas.

Ideas de un texto y texto como totalidad.

Descubrir el texto como un sistema de ideas integradas en un todo implica varias lecturas
del mismo. Requiere que, después de comprenderlo globalmente y en sus elementos
menores, el lector pueda comenzar a identificar esas partes que lo componen.

Estrategias para la comprensión lectora y la identificación de las ideas más importantes de


un texto:

1. Leer el texto al menos dos veces.

2. De acuerdo con el sentido global del texto, leer uno a uno los párrafos.

3. Comprobar que está comprendiendo cada una de las palabras del texto porque puede
entender la oración.

4. Verificar que está comprendiendo cada oración porque puede parafrasear el párrafo.

5. Subrayar los elementos del párrafo que considera importantes dentro de él.

6. Verificar si están todos los elementos esenciales, y si no sobra ninguno.

7. Con esos elementos tratar de escribir una oración que parafrasee el párrafo.

8. Compararla con el párrafo para ver si expresa lo mismo que este.

9. Comparar la idea con el título del texto.


10. Comparar la idea con el resto de ideas que extrajo del texto (mirar si entre las ideas que
hemos extraído hay algunas que se pueden fusionar como una sola).

TEMA: indica aquello sobre lo que trata un texto y


puede expresarse mediante una palabra u oración. Se
accede a él mediante la pregunta ¿de qué trata este texto?

IDEA PRINCIPAL: se presenta en forma de enunciado o


mediante palabras clave y se refiere a lo más importante que
el autor quiere comunicar sobre el tema: ¿Cuál es la idea más
importante que el autor pretende explicar en relación al tema?

Capacidades de la comprensión lectora:

❖ Extraer información: Localizar información en una o más partes de un texto. Los


lectores deben revisar, buscar, localizar y seleccionar la información. Deben cotejar
la información proporcionada en la pregunta con información literal o similar en el
texto y utilizarla para encontrar la respuesta.

❖ Interpretar: Reconstruir el significado local y global; hacer inferencias desde una o


más partes de un texto. Los lectores deben identificar, comparar, contrastar, integrar
información con el propósito de construir el significado del texto.

❖ Evaluar: Relacionar un texto con su propia experiencia, conocimientos e ideas. Los


lectores deben distanciarse del texto y considerarlo objetivamente. Deben utilizar
conocimiento extra-textual (la propia experiencia, elementos proporcionados por la
pregunta, conocimiento de mundo, conocimiento de la lengua, conocimiento de
distintos géneros discursivos). Los lectores deben justificar su propio punto de vista.
Técnicas Que Facilitan La Comprensión Lectora:

Para lograr una lectura comprensiva, podés hacer uso de las siguientes herramientas:

El subrayado de textos es una excelente fórmula para aprender y sacar mucho partido a la
lectura. Dentro de las técnicas de estudio, el subrayado es una pieza clave a la hora de
ponerse a estudiar.

El subrayado es una estrategia intelectual que permite realizar una discriminación de los
elementos de un texto en función de la lectura que se realiza. Cada lector encontrará su
propia manera de remarcar en los textos las consideradas ideas principales, accesorias,
relaciones, e inclusive realizará escrituras al margen del escrito.

Recordemos dos cosas importantes al momento de comenzar la lectura: 1) la necesidad de


dar un vistazo general al texto antes de subrayar; y 2) las razones por las que esta técnica
nos ayuda a aprender y memorizar mejor los textos: subrayar las ideas más importantes de
un texto tiene como fin destacarlas del resto, favoreciendo su atención y su fijación en la
memoria, y nos permite organizar el material leído. Si esto está claro, demos un paso más.

Cómo subrayar textos: las preguntas.

Si el subrayado nos permite destacar las palabras claves y las frases más importantes, ¿cómo
las identificamos? La lectura general antes del subrayado nos habrá dado una visión general
muy útil, pero hay además algunas preguntas que podemos hacernos en cada apartado,
incluso en cada párrafo, dependiendo de la temática de la lectura en cuestión:

3
Cómo estudiar. En: http://como-estudiar.estudiantes.info/2007/10/cmo-subrayar.html
Si nuestro subrayado puede responder a estas preguntas, estaremos dando un gran paso.
Incluso es interesante anotar estas palabras-preguntas en los márgenes del texto. Así, el
repaso y la comprensión del texto será mucho más fácil. Otros tips que pueden servir al
momento de subrayar son:

• Para encontrar las ideas principales es importante que tengas en cuenta el título o
tema del texto.

• Leé buscando siempre un esquema. Preguntate de qué habla cada párrafo y qué dice
de eso de lo cual habla.

• A veces el autor explicita las ideas centrales a través del uso de giros lingüísticos
como: en síntesis, lo fundamental, lo más importante, etc. ¡Considerá las pistas que
el autor te brinda!

• No temas hacer doble o incluso triple subrayado para diferenciar ideas claves,
elementos complementarios y demás informaciones que te resulten relevantes
respecto al tema del texto. No te preocupes si tus libros y apuntes quedan “muy
subrayados”, será una buena señal.

• Podés reforzar el subrayado mediante la incorporación de anotaciones al margen que


contengan:

• Explicaciones con tus propias palabras de párrafos poco comprensibles.

• Significado de determinadas palabras que has buscado en el diccionario.

• Cuestiones que ha resaltado el profesor en clase.

• Las preguntas: qué, cómo, cuándo, quién, por qué, en qué se diferencia.

• Cruces y otras señales etc.

Todo esto le dará un excelente valor añadido a tus lecturas (libros apuntes y otros
materiales), y te facilitará la comprensión y la memorización de los textos.
4

Por lo general, cada una de las partes o párrafos de un texto contiene una idea principal,
desarrollada y ampliada. Esta idea puede resumirse en una o dos palabras clave que
anotadas al margen, te permitirán recordar de que trata el párrafo.

La notación marginal favorece la visualización rápida de los temas que plantea el autor y
permite obtener el “esquema conceptual” del texto que estás leyendo. Podemos decir que
se trata de una síntesis de la idea principal expresada como título del párrafo. La notación
marginal permite:

➢ Sintetizar el subrayado;

➢ Ver claramente la estructura temática del texto.

Algunas sugerencias para realizar esta técnica.

• Comenzá con la prelectura o lectura rápida del texto. Si es muy extenso, sólo leerás
el título, subtítulos, esquemas, dibujos, gráficos y subrayado.

• Realizá la lectura por párrafos. Releé la idea subrayada y pensá un concepto que la
sintetice.

• Colocá esta/s palabra/s en el margen izquierdo o derecho de la hoja.

• No escribas oraciones, no es éste el sentido de la técnica.

• Cada dos o tres párrafos subrayados y anotados al margen, leé la notación marginal
para descubrir el esquema de desarrollo.

¿Qué es resumir?

4
Síntesis elaborada a partir de: Jiménez Ortega, José y Gonzalez Torres, Juan (2004). Técnicas de estudio para bachillerato
y universidad. México, Alfaomega.

5
«El resumen», Colección Pluma, papel y tijera 1 del Departamento Académico de Lenguas del Instituto Tecnológico
Autónomo de México (ITAM) (S/F)
Según el Diccionario de uso del español de María Moliner, resumir es “dar nueva forma a
una exposición dejándola reducida a lo esencial de ella”. También ofrece una segunda
definición, más adecuada al propósito de este apartado: “Abreviar: exponer una cosa más
brevemente de lo que se tenía intención”.

Como se ve, entonces, resumir es una práctica tanto cognitiva como textual. Al resumir, se
reduce un texto, para lo cual se deben realizar ciertas operaciones mentales que permiten
llevar a cabo esa reducción; pero, al mismo tiempo, el producto de esa reducción suele
presentarse como un nuevo texto. Aprender a resumir, desde este punto de vista, implica
tanto el dominio de las facultades cognitivas que lo permiten como el de la capacidad de
producir cierto tipo de textos, a los que se llama “resúmenes”: resumir, para los propósitos
de este apartado, es una actividad que tiene que ver tanto con la comprensión como con la
producción. Para realizarla, llevamos a cabo un proceso de selección de información que nos
permite asignarles a ciertas partes de las que leemos o escuchamos una relevancia mayor y
descartar otras.

Todo lo anterior viene a plantear, en síntesis, que la actividad de resumir debe reconocerse
en su doble articulación cognitiva y textual. Resumir es, en primer lugar, poder someter un
determinado texto oral o escrito a un proceso de reducción y, posteriormente, producir otro
texto que guarda relaciones particulares con el original, en tanto reproduce brevemente su
contenido.

Operaciones resuntivas.

El lingüista Teun A. Van Dijk (1997) ha propuesto, desde la lingüística del texto, una teoría de
la comprensión textual que aquí se toma como base a partir de la cual se articulará la primera
parte de la propuesta de trabajo. En su libro “La ciencia del texto”, Van Dijk plantea que la
posibilidad de resumir depende de la realización de un proceso, esencialmente siempre
idéntico, independientemente de las situaciones en las que se produzca. Dicho proceso está
como estructurado en una serie de “reglas generales y convencionales” a las que Van Dijk
llama “macrorreglas”. Pero aclara, “distintos hablantes pueden producir diferentes
resúmenes del mismo texto: esto significa que elementos como el contexto en el que se
resume, o las características e in- tenciones de los que resumen, entre otros facto-res, van a
determinar, por un lado, el modo de funcionamiento de las macrorreglas y, por otro, las
características generales de los textos que se ofrecen como resúmenes.” (Van Dijk: 1997)

La aclaración resulta pertinente toda vez que explica un hecho obvio: la selección de
información que podemos hacer de un mismo texto en diferentes situaciones no es
necesariamente la misma. Un economicista que lea en el diario de la crónica de la actividad
económica del día no seleccionará las mismas informaciones que un lector no especializado
ante el mismo texto (ni, por supuesto, les conferirá la misma importancia).

Hasta aquí debería quedar claro que resumir no es “recortar y pegar”: al contrario, el
resumen resulta de la aplicación, como hemos dicho, de una serie de actividades que pueden
ser caracterizadas como macrorreglas. Éstas son, según Van Dijk, cuatro: omitir, seleccionar,
generalizar y construir o integrar. Formalmente, las dos primeras reglas son reglas de
anulación, es decir que suprimen información únicamente; las dos últimas, en cambio, son
reglas de sustitución, que integran en, por ejemplo, una proposición, varias otras
proposiciones. Se procede, a continuación, a caracterizar cada una de estas macrorreglas.

1. Omitir
Esta macrorregla es bastante simple, y significa, según Van Dijk, que toda información de
poca importancia y no esencial puede ser omitida.

Un caso típico de información son los ejemplos: normalmente, cuando resumimos un texto
teórico, los ejemplos, entendidos como ilustración de un concepto, pueden resultar
eliminados por la aplicación de esta macrorregla.

Ahora bien ¿cuál es el criterio que determina la importancia de una información?


Evidentemente, como se ha dicho, la situación en este caso puede guiar el criterio de
selección, pero normalmente debe funcionar como criterio primordial el de la comprensión
del texto entero. Es decir: una información es importante si resulta parte del contenido
global de un texto (o, en otros términos, si integra como parte fundamental su tema).

Desde este punto de vista, las informaciones que se omiten cuando se aplica esta
macrorregla son no esenciales, en el sentido de que no están integradas o no son inherentes
al texto considerado en su contenido global.

2. Seleccionar
Al igual que en la regla anterior, al seleccionar se omite cierta clase de información. Pero, en
este caso, la relación entre las informaciones es distinta, ya que una de ellas implica a las
demás, que puedan ser eliminadas. Si, por ejemplo, se toman como base las siguientes
proposiciones:

1. Juan lijó las paredes.

2. Colocó enduido en las partes deterioradas.

3. Volvió a lijar.

4. Pintó las paredes.

Según la regla seleccionar, se pueden omitir las proposiciones (1), (2) y (3) dado que son
condiciones, parte integrantes, presuposiciones o consecuencias de otra proposición no
omitida, en este caso la proposición (4). A partir de nuestro conocimiento general del
mundo, y en particular del hecho de pintar paredes, sabemos que para hacerlo es
normalmente necesaria que antes sean lijadas, reparadas, etc. La relación entre las
informaciones es en este caso de implicación: la proposición que se mantiene implica a las
informaciones eliminadas (que, al contrario de lo que sucedía con la macrorregla anterior,
pueden recuperarse parcialmente a partir de ella: si sabemos que Juan pintó las paredes de
su casa podemos deducir que previamente las lijó, enduyó, etcétera.

3. Generalizar
Al igual que en el caso de la macrorregla anterior, la generalización también omite
informaciones, pero en este caso de forma tal que no pueden ser recuperadas a partir de la
resultante. Al sustituir una serie de proposiciones por otra nueva, se omiten componentes
esenciales de un concepto. Por ejemplo, las palabras “mesa”, “silla”, sillón”, “mesa de luz”,
etc., pueden ser sustituidas según esta regla por el concepto de “muebles”.

Como se ve, la proposición sustituta funciona como un “sobreconcepto” que remplaza a


toda la serie de conceptos anteriores.
4. Construir o Integrar
Esta regla funciona de forma similar a la regla seleccionar, pero en este caso la información
es sustituida por una nueva información y no omitida ni seleccionada. También en este caso
existe una relación entre los conceptos que constituyen la información inicial: relación que
se basa en las condiciones habituales, circunstancias, componentes, conseuencias, etc., de
una situación, un hecho, un proceso, una actuación, etc. Así, entonces.

1. Juan salió de su casa.

2. Caminó hasta la parada del colectivo.

3. Tomó el colectivo.

4. Viajó hasta su trabajo.

5. Bajó en la parada correspondiente.

6. Caminó hasta su oficina.

7. Entró.

La serie puede ser sustituida por la siguiente proposición:

1. Juan fue a trabajar.

Como se ve, las proposiciones reemplazadas son elementos integrantes (pero no


“obligatorios”) de nuestro conocimiento convencional de lo que es la acción de ir a trabajar,
es decir, de la proposición que funciona como sustituyente; en otros términos, todas las
proposiciones juntas integran un concepto más general o global.

Estas macrorreglas, en la propuesta teórica de Van Dijk, no deberán ser consideradas las
únicas existentes.

Ahora bien: una limitación importante para la aplicación de las macrorreglas está dada por,
como se ha dicho, los contextos pragmáticos. Pero también, el tipo de texto resulta
determinante para el funcionamiento de las macrorreglas. Esto significa que las actividades
cognitivas implicadas en la comprensión y el resumen de un texto narrativo no son las
mismas ni se aplican de la misma forma que las necesarias para un texto argumentativo, por
ejemplo (de hecho, el modelo de Van Dijk parece funcionar de manera menos discutible en
el caso de los primeros).

Resumen de textos científico-académicos.

Proponemos una orientación para el resumen de textos científico-académicos. En este caso,


la determinación de lo esencial, de aquello que contiene en sí al texto todo, se orienta en
función de:

➢ En primer lugar, la determinación de cuál es el tema-problema que el texto en


cuestión enfrenta y desarrolla. Tal materia, se presenta en la forma de una pregunta
disparadora o una hipótesis que deberá ser demostrada. El trabajo de resumen
estará orientado hacia la detección de esa estructura central que vertebra el eje
pregunta-respuesta, hipótesis- demostración (pruebas).

➢ El segundo aspecto importante se relaciona con que toda disciplina científica


construye y se alimenta a la vez de un lenguaje específico. De lo que se trata, por lo
tanto, es de detectar los conceptos centrales que aparecen en el texto. Aquí se trata
de despejar el eje concepto(s)-definición(es)

➢ En tercer lugar, quizá resulte obvio señalar que una cierta disciplina científica supone
un conjunto de conceptos que no “valen” todos lo mismo: hay una jerarquía entre
ellos, además de que no pueden ser pensados de manera aislada sino en su
integración. O sea, el eje teórico (niveles y relaciones conceptuales).

La escritura de un resumen.

Como se ha dicho ya, escribir un resumen no es “recortar y pegar”. Esta afirmación significa
que la escritura de resúmenes implica actividades de reformulación y conceptualización.

El resumen mantendrá del texto resumido una serie de rasgos específicos; el léxico de
espacialidad, por ejemplo, que la aserción saussureana de que la lengua es un sistema de
signos no debe necesariamente ser reformulada, en tanto sintetiza en sí misma todo un
desarrollo teórico.
Se trata, entonces, de dejar claro que resumir no implica únicamente eliminar información,
dejando el resto intacto; al reducir conceptos, es necesario reescribir el texto fuente, sin
descuido de la coherencia, para que sea una una sucesión de fragmentos sin conexión
evidente entre ellos. Un problema habitual que poseen los resúmenes es que se presentan
como una mera yuxtaposición de enunciados; en un resumen coherente, sin embargo, éstos
deben estar conectados de acuerdo con el tipo de relación que poseían en el texto fuente.

Características básicas del resumen:

✓ Es un escrito elaborado a partir de otro (texto base) mediante un proceso de


reducción y de paráfrasis.

✓ Presenta las ideas más importantes del texto base de forma breve, clara y objetiva,
sin incluir ninguna opinión ni observación personal.

✓ Debe ser fiel a la información que ofrece el texto base y respetar siempre las ideas
expuestas por el autor original.

✓ Debe ser autónomo, es decir, requiere ser comprendido en sí mismo, sin necesidad
de recurrir al texto base.

✓ Su extensión varía, aunque siempre debe ser menor a la del texto base.

Tomar apuntes es una manera particular de escribir para uno. En ella hay en juego una alta
concentración e intento por captar las ideas que el profesor menciona. En un inicio se
intentará registrar todo, aunque con la experiencia y la práctica la toma de apuntes será una
manera de registro más «afinada» y hasta con un lenguaje propio.

El apunte será para estudiar, con lo cual el registro tiene que servir para que uno se entienda.
En este sentido, crear abreviaciones servirá para evitar la reiteración en la escritura y así
perder menos tiempo. Por otro lado, hay que tener en cuenta que a veces los profesores no
somos tan ordenados al exponer y de un tema derivamos a otro, con lo cual las llamadas
(colocación de asteriscos) deben servir para lograr el orden que faltó en la exposición del
profesor (también pueden dejarse espacios en blanco, si se está trabajando sobre papel,
aunque a veces suele no ser suficiente).

Tomar apuntes NUNCA es perder el tiempo en clase o es prestarle poca atención al docente.
Por el contrario, es un elemento central en el estudio, ya que en esa escritura -que casi nunca
será textual- se debe sintetizar y realizar funciones mentales complejas en escaso tiempo:
escuchar, entender, conectar y escribir. Al principio parecerá difícil, pero se irá
perfeccionando luego de un poco de práctica y de captar la manera de exposición de cada
docente. Por otro lado, conocer de antemano el tema de la clase (siguiendo el cronograma
del programa de la materia) ayudará a contextualizar las palabras del docente y a mejorar la
toma de apuntes.

Se recomienda realizar otra escritura del apunte: La prolijidad, el orden y la profundidad de


la síntesis que no fue posible lograr en dos horas de clases se puede realizar en otro
momento. «Pasar en limpio» los apuntes a una nueva hoja, ampliando los conceptos, hechos
e ideas con ejemplos propios, colocando en un mismo cuerpo las palabras sueltas en diversas
partes del desordenado apunte, ayudará al estudio. Es importante realizar esta «pasada en
limpio» lo antes posible para evitar olvidar la vivencia de la clase, y de ser posible, relacionar
partes del apunte de clase con textos que el docente haya recomendado para su lectura.

Por último, y por lo antes expuesto, el apunte de clase es MUY PERSONAL. En este sentido,
estudiar de apuntes realizados por otros no logra la misma eficacia en términos de
resultados, que realizar el proceso de toma de apuntes por uno mismo.

El apunte de clase es MUY PERSONAL. En este sentido, estudiar


de apuntes realizados por otros no logra la misma eficacia en
términos de resultados, que realizar el proceso de toma de
apuntes por uno mismo.
Además del resumen, existen otras estrategias de estudio que pueden ponerse en juego
luego de la lectura de un texto, como los esquemas y organizadores gráficos. Su uso
dependerá del tipo de texto del que se trate y de la preferencia a la hora de estudiar,
entender, captar ideas y establecer relaciones.

Así como a partir de lo subrayado en el texto se confecciona un resumen, a partir de esa


selección se puede realizar una representación gráfica para ordenar las ideas principales y
secundarias. En este sentido, los esquemas pueden estructurar la información y la relación
entre los diferentes conceptos de manera visual.

Tipos de organizadores gráficos:

o Mapa/esquema de Ideas

Forma de organizar visualmente las ideas que permite establecer relaciones no jerárquicas
entre diferentes ideas. Son útiles para clarificar el pensamiento mediante ejercicios breves
de asociación de palabras, ideas o conceptos. Se diferencian de los Mapas Conceptuales
porque no incluyen palabras de enlace entre conceptos que permitan armar proposiciones.
o Esquema de llaves

Su estructura va de izquierda a derecha, la información se desglosa a través de llaves y de


forma jerárquica, es decir el tema central y sus divisiones y subdivisiones.

o Mapa conceptual

Es un gráfico, un entramado de líneas que confluyen en una serie de puntos. Los puntos de
confluencia son los conceptos importantes, que se escriben dentro de elipses o recuadros.

Los conceptos relacionados se unen mediante una línea, y el sentido de relación se aclara
con palabras-enlace, que se escriben en minúscula y junto a las líneas de unión. Dos
conceptos y sus palabras de enlace forman una proposición.

Elementos Fundamentales:

- Conceptos: hacen referencia a acontecimientos y a objetos. Son imágenes mentales


que provocan en nosotros las palabras o signos con los que expresamos
regularidades.

- Proposición: Consta de dos o más términos conceptuales (conceptos) unidos por


palabras (palabras-enlace) para formar una unidad semántica.

- Palabras-enlace: Son palabras que sirven para unir los conceptos y señalar el tipo de
relación.
Características:

- Jerarquización: Los conceptos están dispuestos por orden de importancia o


inclusividad, éstos ocupan los lugares superiores.

- Selección: Podemos presentar una panorámica global de un tema o partes o


subtemas.

- Impacto Visual: Debe ser conciso y mostrar las ideas principales de un modo
llamativo. Se enmarcan en elipses o rectángulos.

Pasos para su elaboración:

1) Identificar los conceptos claves del texto.

2) Hacer una lista con ellos.

3) Ordenarlos a partir del más general y siguiendo por orden de concreción de los mismos.

4) Situar el más general en la parte superior del mapa y a partir de él los más concretos.

5) Unirlos con las palabras-enlace según su relación.

Para qué sirven:

Los Mapas Conceptuales proporcionan un resumen esquemático de lo aprendido que está


ordenado de una manera jerárquica: desde los más generales hasta los más específicos. Los
Mapas Conceptuales deben ser jerárquicos.
La situación comunicativa

El proceso de comprensión de un texto exige el reconocimiento de aquellas pistas que el


mismo texto nos proporciona para identificar quién habla, de qué habla, cómo y cuándo lo
hace y a quién le habla. Lo que estamos afirmando es que todo texto (oral o escrito) se
encuentra enmarcado en una situación comunicativa específica que el lector debe
identificar. Esta situación se refiere a todos los elementos que entran en juego para que un
acto comunicativo tenga lugar.

¿Qué implica pensar en una situación de comunicación?

En tanto mensaje, todo texto es producido por un emisor que comunica algo a un receptor
(destinatario de su comunicación). El mensaje siempre da cuenta de un tema que el lector
debe identificar. Para que el intercambio entre emisor y destinatario sea posible, es
necesario que compartan un canal por el que la comunicación circula. Además, el mensaje
se comprende porque tanto el emisor como el receptor comparten el mismo código
(conjunto de normas, saberes y competencias que los hablantes de una lengua poseen sobre
esta y su uso), y ambos tienen conocimiento o idea del referente (de lo que el mensaje trata),
así como los saberes culturales e ideológicos que en la comunicación se ponen en juego y la
hacen posible.
(extraído de Portal Académico:
https://portalacademico.cch.unam.mx/alumno/tlriid1/unidad2/distintosDestinatarios/situacionComunicativa )

Enunciador, enunciatario y referente.

En la situación de comunicación, nos encontramos con un enunciador, quien lleva adelante


discurso en un tiempo determinado y siempre desde un lugar específico (ejemplo: lugar de
autoridad, del que sabe, de informado, etc.). Su discurso se dirige a un enunciatario al que
también le son dados determinados rasgos (ejemplo: responsable, de menor jerarquía que
le enunciador, etc.). Lo importante en todo esto es explica Elvira Arnoux (2016) en la
siguiente cita:
“La construcción del enunciador, del enunciatario y del referente no siempre son
operaciones conscientes de los hablantes, ni son operaciones libres e individuales, sino que
están también codificadas para las distintas situaciones sociales y responden a posiciones
culturales e ideológicas de los sujetos y sus grupos de pertenencia.”

Elvira Arnoux (2016: p. 11)

En este sentido, se advierte la necesidad de analizar las posiciones de los participantes y la


relación entre esas posiciones, con el esclarecimiento de los factores que permean la
situación de comunicación, explicitados éstos o no.

Lo mismo sucede con el referente, que no debe ser confundido con el enunciado del
mensaje, “los enunciados revelan el modo en que es observado el mundo”. (Arnoux: 2016: p.
14). Un tema puede desprender enunciados diferentes, dependiendo del enunciador y de
las condiciones de producción de dicho enunciado. Lo central, expresa Arnoux (2016), es
considerar el significado de los enunciados como un acontecimiento material, que está
determinado por el contexto en que fue producido: importan el origen de esa situación
comunicativa que lo alberga, el tiempo y espacio, y la relación entre los participantes. “El
referente construido por el enunciado depende en gran parte de esa situación enunciativa
desde la que se observa y se valora lo real.” (Arnoux: 2016: p. 14).

Por lo dicho al momento, sabemos que tomar contacto con un texto, es también estar
interactuando con un contexto que habilita dicha situación enunciativa. Y en este punto
volvemos al lugar de los paratextos como elemento que ayudan a destejer, a visibilizar el
contexto -o aspectos de- en que se inscribe el texto.

De lo expuesto se desprende que el contexto, como entorno que rodea la situación


comunicativa, es compartido por enunciador y enunciatario, permitiendo no sólo la
circulación del mensaje sino además la comprensión de este.

Por lo dicho, es fundamental que los participantes de un intercambio comunicativo tengan


conciencia de las características propias de la situación comunicativa que posibilita el vínculo
entre ellos: el rol que cada participante tiene, el contexto en el que el intercambio se
desarrolla, los conocimientos que posee cada uno sobre el tema, el manejo de la lengua y
los saberes culturales e ideológicos que se ponen en juego en la comunicación.

Polifonía: la presencia de enunciados múltiples6.

La polifonía literaria se da cuando hay voces, diálogos o discursos diversos en un mismo


texto, es decir, cuando aparecen en un enunciado no sólo la voz de su enunciador sino,
además, otras voces ajenas. Pueden ser distintas en la manera de expresarse, dando su visión
particular sobre un mismo tema, o exponiendo una línea de pensamiento independiente de
la del enunciador o las otras voces, sin que se pierda la idea principal.

Mijaíl Bajtin se abocó a este concepto, para advertir la presencia simultánea de diversas
autorías, lenguajes, puntos de vista, visiones del mundo y voces sociales en un mismo
discurso e, incluso, en un mismo enunciado. A continuación, algunas nociones básicas.

¿Qué es la polifonía Bajtiniana?

La polifonía Bajtiniana resiste la idea de que hay un yo individual, pues, el sujeto no puede
ser más que un sujeto plural, en el sentido en que está atravesado por el lenguaje: los sujetos
interactúan con muchas otras voces ajenas, muchos otros discursos que han asimilado y que
se activan en el momento mismo en el que se habla. Si el texto puede contener otras voces,
entonces se asume que la lengua no es monolítica, sino que conviven en su interior variados
elementos que remiten a otras voces.

Como dice Arnoux, “La identificación de las distintas voces presentes en un enunciado es
indispensable para comprender el enunciado mismo.” (Arnoux: 2016: p. 17). Mas no hemos
de desconocer que las mismas pueden estar semiocultas y manifestarse bajo la forma de
negación, ironía o interrogación, por ejemplo.

Estas otras voces se introducen por medio de enunciados referidos, cuyos modos a su vez,
pueden ser el Estilo Directo o el Estilo Indirecto. La citas textuales nos dan cuenta estas voces

6
Síntesis elaborada a partir del material publicado en: https://www.literarysomnia.com/articulos-literatura/que-es-la-
polifonia-en-un-texto-la-polifonia-teoria-bajtinana/
que se introducen; a continuación el link de Normas APA para ahondar en las maneras de
citar y referenciar textuales: NORMAS APA

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