El documento describe la reacción del poeta Alberto tras la muerte de su amigo Ricardo Arana. Alberto se muestra distraído y sin hablar desde el entierro de Arana. Sus amigos notan que parece sonso y triste. Alberto rechaza hacer novelas o cartas como antes. Más tarde, Alberto le cuenta a su novia Teresa que presenció cómo mataron accidentalmente a Arana durante un entrenamiento militar, lo que lo ha dejado muy afectado. Teresa lo invita a almorzar para animarlo.
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El documento describe la reacción del poeta Alberto tras la muerte de su amigo Ricardo Arana. Alberto se muestra distraído y sin hablar desde el entierro de Arana. Sus amigos notan que parece sonso y triste. Alberto rechaza hacer novelas o cartas como antes. Más tarde, Alberto le cuenta a su novia Teresa que presenció cómo mataron accidentalmente a Arana durante un entrenamiento militar, lo que lo ha dejado muy afectado. Teresa lo invita a almorzar para animarlo.
El documento describe la reacción del poeta Alberto tras la muerte de su amigo Ricardo Arana. Alberto se muestra distraído y sin hablar desde el entierro de Arana. Sus amigos notan que parece sonso y triste. Alberto rechaza hacer novelas o cartas como antes. Más tarde, Alberto le cuenta a su novia Teresa que presenció cómo mataron accidentalmente a Arana durante un entrenamiento militar, lo que lo ha dejado muy afectado. Teresa lo invita a almorzar para animarlo.
El documento describe la reacción del poeta Alberto tras la muerte de su amigo Ricardo Arana. Alberto se muestra distraído y sin hablar desde el entierro de Arana. Sus amigos notan que parece sonso y triste. Alberto rechaza hacer novelas o cartas como antes. Más tarde, Alberto le cuenta a su novia Teresa que presenció cómo mataron accidentalmente a Arana durante un entrenamiento militar, lo que lo ha dejado muy afectado. Teresa lo invita a almorzar para animarlo.
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Boa: el poeta es otra persona, que, desde la muerte
de Ricardo nadie se le prende ni le dicen nada, como si
fuera normal verle la cara de distraído. Ya no habla. hace 4 días que enterraron a su compinche, podía haber reaccionado ya, pero esta peor. El día que se quedó clavado junto al ataúd pensé: a este lo hizo polvo la desgracia. Rulos: ¿ya te has fijado que el poeta se ha vuelto medio sonso? Boa: si no es que haga cosas de gente como él, lo raro es no hace nada Boa: esta todo el día tirado en la cama Rulos: ni siquiera está durmiendo solo finge o tal vez si duerme *El rulos se acerca al poeta* Rulos: oye poeta me puedes hacer una novela Alberto: ya no hago eso, déjame tranquilo Rulos: bueno supongo que tampoco haces cartas ya *Rulos se alega de Alberto* Rulos: no quiso dice que ya no hace eso Boa: que raro antes buscaba clientes como loco Boa: puede ser que ahora le sobre la plata Cambio de escena Vallano: mendosa te has dado cuenta que le poeta siempre en las mañanas, ya está en filas martes miércoles y jueves hoy en la mañana siempre el primero en el patio Mendoza: si con su cara larga y mirando sabe dios que cosa soñando con los ojos abiertos Vallano: y los de su mesa dicen que no come. El poeta esta malogrado de pena, deja mas de la mitad de su comida y no la vende, le importa un pito que la coja cualquiera y se la pasa sin hablar Mendoza: lo ha dolido la muerte de su yunta. Los blanquiñosos son pura pinta; cara de hombre y alma de mujer, les falta temple Vallano: este se ha quedado enfermos, es el que mas a sentido la muerte del…, de Arana Cambio de escena Narrador: vendría este sábado pensó teresa Teresa: el colegio militar esta muy bien, el uniforme y todo, pero es terrible no saber nunca cuando saldría Narrador: teresa atravesaba el portal de la plaza san martin; los cafés y los bares bullían Teresa: me ha dicho que no va a ser militar Narrador: y si cambia de idea y entra ala escuela de chorrillos. a quien le puede hacer gracia casarse con un militar, se pasan la vida en el cuartel y si hay guerra son los primeros que mueren, pensó teresa Teresa: pero no, no será militar, sino ingeniero. solo que tendré que esperarlo 5 años, es un montón de tiempo… y si después no quiere casarse conmigo ya seré vieja y nadie se enamora de las viejas Cambio de escena Narrador: desde la esquina de su casa teresa vio a media cuadra la silueta en uniforme oscuro, el quepis blanco y, al borde de la acera, un maletín de cuero. De inmediato, la sorprendió su inmovilidad de maniquí, de inmediato pensó: ‘en esos centinelas clavado justo a las rejas del palacio del gobierno. Pero estos eran gallardos. Hinchaban el pecho y alargaban el cuello, orgullosos de sus largas botas y sus cascos con melena´´ Narrador: Alberto, en cambio tenia sumidos los hombros, la cabeza baja y el cuerpo como escurrido. Teresa le hizo adiós, pero el no lo vio Teresa: el uniforme le queda bien y como le brillan los botones. Parece un cadete de la naval Narrador: Alberto levanto la cabeza cuando ella estuvo apenas metros. Teresa sonrió y el alzo la mano Teresa: ¿que le pasa? Narrador: Alberto se veía irreconocible, envejecido. Su rostro lucia un pliegue profundo entre las cejas, sus parpados eran dos lunas negras y los huesos de los pómulos parecían apunto de desgarrar la piel Teresa: acabas de salir?... Creí que solo vendrías esta tarde *Alberto no responde* Teresa: te queda bien el *uniforme con vos baja* Alberto: … no me gusta el uniforme *con sonrisa furtiva* Alberto: me lo quito apenas llego a mi casa pero hoy no he ido a Miraflores Teresa: ¿que a pasado?... pq estas asi?... te sientes mal? Dime Alberto Alberto: no *desvía la mirada* Alberto: no tengo nada. Pero no quiero ir a mi casa ahora. Tenía ganas de verte… estoy en un problema Narrador: teresa aguarda, un poco inclinada hacia el y lo miraba con ternura para animarlo a seguir hablando, pero Alberto había cerrado los labios y se frotaba las mano, suavemente. Ella asintió, de pronto, angustiada. Que decir que hacer para que el se mostrara confiado , como alentarlo, que pasaría después de ella? Su corazón se avía puesto a latir muy rápido. dudo un momento todavía. De improviso, dio un paso hacia Alberto y le tomo la mano Teresa: ven a mi casa, quédate a almorzar con nosotros Alberto: a almorzar ¿? No, no molestes a tu tía Alberto: comeré algo por aquí y te vendré a buscar después Teresa: ven ven *insiste* * recoge el maletín del suelo* Teresa: no seas sonso mi tía no se va a molestar. ven conmigo *Alberto le sigue* Teresa: no me gusta verte triste *susurra* Narrador: la mirada de Alberto pareció humanizarse, su rostro sonreía ahora agradecido y bajaba hacia ella *teresa toca la puerta* Narrador: la tía no reconoció a Alberto ; sus ojillos lo observaron con desconfianza, reconocieron intrigados su uniforme, se iluminaron al encontrar su rostro. Una sonrisa ensancho su cara gorda. Se limpio la mano en la falda y la extendió mientras su boca expulsaba un chorro de saludos t.t: ¿cómo esta, como esta Señor Alberto? Que gusto pase, pase. Que gusto de verlo no lo había reconocido con ese uniforme tan bonito que tiene. Yo decía ¿quien es, quien es? Y no me daba cuenta t.t: me estoy quedado siega con el humo de la cocina, sabe usted, y tmb por la vejez. Pase señor Alberto que gusto de verlo *teresa se dirige ala tía* Teresa: Alberto se quedara a almorzar con nosotras t.t: a?... que? Teresa: se va a quedar a almorzar con nosotras t.t: ven aquí *mueca molesta* Teresa: el chino te puede fiar hasta el martes. No digas nada , que no te oiga: después te explico. Tiene que quedarse con nosotras. No te enojes tia. Anda, estoy segura que te fiara t.t: idiota, idiota te has vuelto loca, quieres matarme de la colera? Hace años que el chino no me fia nd. Le debemos plata, no puedo ni asomarme por hay, idiota teresa: ruégale, has cualquier cosa t.t: idiota, solo hay dos platos. ¿Le vas a dar sopa apenas? No hay ni pan teresa: anda tia. Por lo que más quieras narrador: y sin esperar la respuesta teresa regreso a la sala. Alberto estaba sentado, y ella se sentó junto a el t.t: ya vengo señor Alberto. Vuelvo ahorita. tengo que salir un momento, sabe usted *mira a teresa* t.t: fíjate la cocina *sale azotando la puerta* teresa: ¿que te paso el sábado? ¿Pq no saliste? Alberto: a muerto Arana, lo enterraron el martes Teresa: ¿cómo? ¿Arana el de la esquina? ¿ha muerto? Pero no puede ser. ¿quieres decir Ricardo Arana? Alberto: lo velaron en el colegio Alberto: lo trajeron a su casa fue el sábado pasado. en la compañía asíamos practica de tiro. Le cayó un balazo Teresa: pero, cuando el callo. Yo lo conocí muy poco. Pero me da mucha pena , es horrible *TEREsa le pone su mano en el hombro de alberto* Teresa: estaba en tu misma sección, no?
La tensión y conflicto de las obras literarias de José María arguedas es una cuestión literaria con los intentos de explicar su psicología o patología una mirada mas profunda a la literatura con respecto al conflicto de