Trabajo Tribunales de Familia
Trabajo Tribunales de Familia
Trabajo Tribunales de Familia
1.- Introducción
4.- ¿Cuáles son las características del Principio de Interés Superior del
niño?
6.- Conclusión
7.- Referencias
Introducción
Significa que en que todas las decisiones, el interés superior de los niños, niñas y
adolescentes es un principio rector que funda nuestro ordenamiento jurídico en todas
aquellas materias que los involucran y está reconocido en el artículo 3 de la Convención de
los Derechos del Niño. Significa que en que todas las decisiones que se tomen en relación
a un niño, niña o adolescente deben ir orientadas a su bienestar y pleno ejercicio de
derechos.
Para ello, lo que tenga que decir el niño o niña es fundamental para poder determinar ese
interés superior. No basta con que un adulto dictamine lo que él piensa que es mejor para
ellos, sino que debe considerar sus opiniones.
Por medio del siguiente trabajo se tratará de analizar el concepto del interés superior del
niño, niña y adolescente en el Derecho chileno, el cual es relativamente nuevo en nuestra
legislación y respecto del cual no existe una definición o determinación. Para lo cual se
llevará a cabo un estudio de los orígenes del Derecho de los niños, como protector de los
más débiles en el ámbito de las relaciones de familia, para luego efectuar un compendio de
las normas jurídicas que utilizan tal expresión. Así, se puede apreciar que la primera
referencia al “interés superior del niño” la encontramos en la Convención de la Organización
de las Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño, tratado internacional suscrito y
ratificado por Chile. Como consecuencia de esa aprobación y ratificación, la legislación
chilena sobre la materia ha ido incorporando esa expresión en nuestro Derecho, por lo que
se citan todas las referencias a la misma en nuestra normativa jurídica.
La importancia de determinar tanto el contenido o alcance del interés superior del niño,
surge desde la perspectiva de que se ha vuelto una constante en el derecho reciente
incorporarse por el legislador normas que tienden a la protección de los niños y no solo se
produce este fenómeno en el ámbito nacional, sino que en el ámbito internacional que
denota la misma tendencia en orden a proteger por el orbe completo los intereses de un
sector tal vulnerable como los niños.
2.- ¿Cuál es el origen del Principio de Interés Superior del niño?
Fue adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el día 20 de noviembre de
1989 , el estado chileno, depositó el instrumento de ratificación, ante el Secretario General
de la Organización de las Naciones Unidas con fecha 13 de agosto de 1990, el día 14 del
mismo mes y año el Presidente de la Republica Don Patricio Aylwin Azocar firmó el decreto
supremo número 830, publicado en el diario oficial el día 27 de septiembre de 1990,
momento desde el cual la normativa pasa a ser parte del derecho vigente en nuestra
república.
Primero para entender la ideología de tal convención debemos señalar que fue inspirada
por dos teorías en materia de derechos de los niños. Por una parte, la regulación de la
convención obedece a un derecho de la infancia eminentemente protector de sus derechos
y por otro lado la regulación a establecerse en dicha convención buscó promover el
desarrollo integral de los niños y adolescentes, visión que finalmente se incorporó en ella.
Dentro de los derechos de la personalidad del niño se comprenden derechos de distinta
índole, como el derecho al nombre, a saber, su origen biológico, a la identidad, a la libertad
personal, a expresarse y el derecho al honor, intimidad y la propia imagen.
1. En todas las medidas concernientes a los niños que tomen las instituciones públicas o
privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos, una consideración primordial a que se atenderá será el interés superior del
niño.
Sin perjuicio de que la Convención sobre los Derechos del Niño señala que el interés
superior del niño, niña o adolescente debe tenerse en cuenta, debiendo para esto tomarse
las medidas del caso y así atenderlo como una consideración primordial, éste suele ser un
concepto, para muchos, difuso.
A su vez, es un error pensar que este concepto nace junto con la Convención sobre los
Derechos del Niño, ya que el mismo se puede encontrar en otros cuerpos internacionales
sobre protección de la infancia y de la adolescencia, y de los derechos humanos en general.
La Declaración de Ginebra de 1924, por ejemplo, si bien no hace una referencia expresa al
interés superior del niño, es reconocida como el primer texto internacional de derechos
humanos para niños, niñas y adolescentes. Ello tiene como consecuencia que la protección
de este grupo de la población se enmarca en la protección de los derechos humanos,
buscando el respeto a sus derechos y dignidad
4.- ¿Cuáles son las características del Principio de Interés Superior del niño?
2. Esta disposición impone sin embargo una obligación a los Estados: la de tomar en cuenta
el interés superior del Estado desde que una decisión oficial debe ser tomada.
3. Este artículo 3 cf. 1 no puede ser estudiado separadamente. Pertenece a un todo (la
Convención de los Derechos del Niño) y funda un nuevo estatuto: el niño sujeto de derecho.
Esta dependencia confiere a este concepto una dimensión particular, en particular si se le
enlaza al principio de no-discriminación (art. 2 CDE) y a la obligación de tomar en cuenta la
palabra del niño (art. 12 CDE).
4. El concepto del interés superior del niño es un concepto jurídico indeterminado que debe
ser precisado por la práctica y que debería serlo por las reglas de aplicación. La
jurisprudencia va también, partiendo del estudio de casos, a aportar soluciones aplicables
a otras situaciones o al conjunto de grupos de niños. Se debe confiar en quién debe
decidir20. Como en su tiempo, el concepto de criterio de discernimiento (código criminal
revolucionario de 1791) había también sido precisado por su criterio y por la jurisprudencia.
5. El criterio del interés superior del niño relativo al tiempo y al espacio: al tiempo ya que él
es dependiente de conocimientos científicos sobre la infancia y sobre la preeminencia de
una teoría dada en un momento determinado; relativo al espacio ya que este criterio debería
tomar en cuenta las normas válidas en un país dado o en una región dada.
6. La noción de largo plazo22 debería ser una noción que permitiera afirmar mejor que lo
visado en la aplicación del interés superior del niño no es la situación hic y nunc, sino más
bien la situación del niño, en la perspectiva de su futuro. Por definición, el niño evoluciona;
en consecuencia, su interés debería separarse de la ley del "todo enseguida", para
privilegiar una visión de futuro. En el momento en el que se escuche al niño sobre sus
aspiraciones en el marco del artículo 12 CDE, hay que estar atento a este aspecto de
exploración.
7. La noción del criterio del niño es evolutiva, ya que efectivamente los avances del
conocimiento continúan y que no han pasado más de 13 años después de la adopción de
la Convención. La doctrina y la jurisprudencia deberían por lo tanto ayudar a desarrollar
mucho esta noción.
8. El criterio del interés del niño es subjetivo en un doble nivel. "Se trata en primer lugar de
una subjetividad colectiva, la de una sociedad dada, en un momento dado de su historia,
que tiene una imagen del interés del niño: educación del niño en tal o tal religión por ejemplo
o la denegación de todo "el exceso" de la práctica religiosa. Se podría tomar como ejemplo
la asistencia educativa y los "modos" que ha podido conocer (que se trate del mismo tipo
de medidas que tomar o de la denegación de toda pena de prisión, casi "evidente" ayer
pero que comienza hoy a ser contestada... en el nombre del interés del niño")23.
9. Subjetividad personal El interés del niño está también marcado por una subjetividad
personal que se manifiesta en un triple nivel. • Subjetividad en primer lugar de los padres:
¿qué padre no pretende actuar en el interés del niño, aunque parezca empujado por
consideraciones sobre todo egoístas? (los jueces de divorcio lo saben muy bien). •
Subjetividad del niño igualmente: el problema surgió en particular cuando se tomó en cuenta
el parecer o los deseos del niño, ya que, si el interés del niño no se reduce a la concepción
que tienen los padres, no corresponde tampoco necesariamente a la imagen que el niño
tiene de sí mismo. Subjetividad en fin del juez, o de la autoridad administrativa investida del
poder de toma de decisión, ahora bien, cada uno sabe aquí como esta subjetividad es fuerte
(o en todo caso el riesgo de subjetividad), aunque la decisión pretenda asentarse sobre un
análisis “científico de la situación."24 Estas características del interés del niño muestran a
la vez la flexibilidad y la riqueza de este criterio y de sus debilidades. No estando definido
de manera precisa, siendo relativo al tiempo y al espacio y conteniendo una buena dosis
de subjetividad, este concepto podría vaciar el sentido de los derechos del niño, hasta
revelarse contraproducente, es decir privilegiar el interés del Estado o de la familia en
detrimento del niño. Esto es cierto y las críticas han sido (y continúan siendo) nombradas
contra la imprecisión del criterio y la ligereza del concepto.
El primer paso que dieron las Naciones Unidas para retomar los trabajos sobre protección
de la infancia que ya habían sido emprendidos unos años antes por la Sociedad de
Naciones, fue la constitución, en febrero de 1946, dentro del marco del Consejo Económico
y Social, de una Comisión provisional de Asuntos Sociales (que posteriormente
abandonaría el calificativo de provisional), integrada por representantes de países europeos
y sudamericanos, todos ellos Estados parte originarios de las Naciones Unidas
A nivel internacional, uno de los primeros textos en los que aparece formulado como tal el
principio del interés superior del niño no es otro que el de la Declaración Universal de los
Derechos del Niño. Efectivamente, este concepto jurídico indeterminado aparece mentado
en dos de los principios contenidos en este documento de las Naciones Unidas, para ser
más exactos en el segundo de ellos, relativo a los aspectos esenciales que deben tomarse
en consideración al promulgarse leyes que garanticen el desarrollo físico, mental, moral,
espiritual y social de las personas menores de edad; y en el séptimo, que eleva el interés
superior del niño al nivel de elemento rector de quienes ostentan la responsabilidad de la
educación y orientación de los niños, niñas y adolescentes.
La amplitud con la que aparece recogido el principio del interés superior del niño en la
Declaración de 1959 no es, ni por asomo, reflejo fidedigno de toda la extensión que esta
cláusula pudo llegar a alcanzar y que de hecho obtuvo en las disposiciones de la ulterior
Convención sobre los Derechos del Niño (1989).
Sin ir más lejos, el principio segundo de la Declaración de 1959 ha sido blanco de airadas
críticas por buena parte de la doctrina internacionalista, al entender que limita la toma en
consideración de la noción abstracta del interés superior del niño, tan solo a aquellos casos
en los que los órganos legislativos deban valorar si las leyes que promulgan (es de suponer
que también aquellas que enmiendan o derogan) benefician realmente a los niños, niñas y
adolescentes por ellas afectados. No se hace, por ende, alusión alguna a otros ámbitos en
los que el citado principio también debiera ser tomado en consideración cuando se
emprende cualquier tipo de medida o actuación que afecte, de manera directa o indirecta,
a las persones menores de edad (actuaciones judiciales, administrativas o de instituciones
privadas, entre otras).
6.-CONCLUSION GRUPAL
https://www.unicef.org/chile/legislacion-y-derechos
http://www.crececontigo.gob.cl/tema/derechos-del-nino-y-la-nina/
https://www.unicef.cl/archivos_documento/112/Convencion.pdf
https://www.defensorianinez.cl/home-adulto/conoce-los-derechos-de-los-ninos-ninas-y-
adolescentes/