RESUMEN
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La poesía barroca
La poesía del siglo XVII continúa tratando los mismos temas que la del siglo anterior, aunque con un enfoque
distinto por la nueva visión del mundo característica del Barroco: el mundo es un gran teatro donde todo es
apariencia, sueño y muerte. Esta lírica incorpora un tono pesimista, según el cual la única felicidad posible
reside en la vida más allá de la muerte, que se manifiesta en textos tristes y la sátira de lo serio. Todo esto
da lugar a la aparición de distintos tipos de composiciones:
• Poesía satírica. El tono pesimista no solo se da en textos tristes, sino que se percibe en la crítica burlesca
de todo lo que se considera serio, como las costumbres o los oficios. Son habituales también las pullas
entre escritores.
• Poesía religiosa. La devoción o el arrepentimiento son sus motivos más frecuentes.
• Poesía amorosa. A la herencia renacentista se añade una obsesión por el paso del tiempo y el amor más
allá de la muerte.
• Poesía filosófica o moral. Medita sobre la fugacidad de la vida y sobre la muerte.
Luis de Góngora
Fue una de las figuras más importantes de la poesía barroca y el creador de un peculiar estilo de poesía: el
culteranismo o gongorismo. Este estilo emplea un lenguaje poético alejado de la lengua cotidiana, creado
para lectores cultos y activos que deben poner en juego su imaginación y su inteligencia para comprender
su significado. Los poemas culteranos se caracterizan por su sonoridad y su brillantez formal, basadas en:
• Utiliza referencias cultas y mitológicas.
• Hace gala de una sintaxis compleja y latinizante, con encabalgamientos e hipérbatos.
• Emplea un léxico que suele incluir cultismos y neologismos.
• Los mejores ejemplos del gongorismo son las Soledades y la Fábula de Polifemo y Galatea. Góngora
escribió también poemas de arte menor influidos por la lírica popular, de gusto y estilo más tradicional.
Francisco de Quevedo
Francisco de Quevedo y Villegas es autor de una abundante obra poética, muy conocida en los círculos
populares y literarios de su época. Escribió poemas que trataban los temas habituales del Barroco: amorosos,
satíricos, religiosos y filosóficos o morales.
De Quevedo se ha destacado siempre su extraordinario dominio del idioma. Sus poemas son una
manifestación del conceptismo, un estilo que asocia ideas y conceptos de forma ingeniosa gracias al empleo
abundante de comparaciones, contrastes, hipérboles o metáforas. Al igual que el culteranismo, el
conceptismo también se dirige a un público culto, por eso los textos utilizan imágenes y referencias
complejas. Utilizó esta técnica, sobre todo, en su poesía satírica para caricaturizar la realidad.
Félix Lope de Vega
Félix Lope de Vega Carpio, más conocido como Lope de Vega, además de un revolucionario dramaturgo, es
el más prolífico de los poetas barrocos y el único que en su agitada vida fue publicando en libro sus obras.
A lo largo de su vida escribió todo tipo de poemas amorosos, religiosos, burlescos o de circunstancias,
recogidos bajo títulos como Rimas, Rimas sacras o Rimas humanas y divinas del licenciado Tomé Burguillos.
Además de los versos que aparecen en las comedias teatrales de Lope, de quien se destaca su facilidad
estilística, en sus poemas aborda diferentes géneros poéticos, tanto los herederos de la tradición castellana
(fue uno de los iniciadores del Romancero nuevo), como los de raíz clásica (epístolas, silvas y sonetos).
Sor Juana Inés de la Cruz
La obra de la mexicana sor Juana Inés de la Cruz es una sobresaliente muestra de poesía barroca. Profesó
como monja y pudo llevar una vida intelectual dialogando con las mentes más brillantes de su época, y
profundizando en el estudio y la lectura de los escritores que más le influyeron (Quevedo, Lope o Góngora)
y cuyo dominio del lenguaje admiraba.