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Sentencia C

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Sentencia C-024/21

 
DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD-Requisitos mínimos
 
CONCEPTO DE VIOLACION EN DEMANDA DE
INCONSTITUCIONALIDAD-Razones claras, ciertas, específicas,
pertinentes y suficientes
 
INHIBICION DE LA CORTE CONSTITUCIONAL POR
INEPTITUD SUSTANTIVA DE LA DEMANDA-Incumplimiento de
requisitos de certeza, pertinencia y suficiencia en los cargos
 
DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD CONTRA
INTERPRETACIONES JUDICIALES Y ADMINISTRATIVAS-
Incumplimiento del requisito de suficiencia 
 
 
Referencia: Expediente D-13679
 
Demanda de inconstitucionalidad contra el
artículo 5 (parcial) de Decreto Ley 2245 de
2011.
 
Demandantes: Álvaro Andrés Díaz
Palacios y Alejandro Sotello Riveros.
 
Magistrada ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA
 
 
Bogotá D.C., cuatro (4) de febrero de dos mil veintiuno (2021)
 
 
La Sala Plena de la Corte Constitucional, en ejercicio de sus atribuciones
constitucionales y legales, en especial las previstas en el artículo 241, numeral
4, de la Constitución Política, y cumplidos todos los trámites y requisitos
contemplados en el Decreto 2067 de 1991, ha proferido la siguiente
 
SENTENCIA
 
I. ANTECEDENTES
 
1.       En ejercicio de la acción pública prevista en el artículo 241.4 de la
Constitución Política, los ciudadanos Álvaro Andrés Díaz Palacios y
Alejandro Sotello Riveros presentaron demanda de inconstitucionalidad contra
el artículo 5 (parcial) del Decreto Ley 2245 de 2011 “Por el cual se establece
el Régimen Sancionatorio y el Procedimiento Administrativo Cambiario a
seguir por la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales”.
 
2.       En síntesis, sostuvieron que el aparte demandado debía ser declarado
inexequible porque desconocía los artículos 13, 29, 93 y 363 de la
Constitución Política, y subsidiariamente, solicitaron la declaración de
exequibilidad condicionada bajo el entendido de que el operador jurídico
debía darle al artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011, una interpretación
ajustada a la Constitución.
 
3.       En providencia del 3 de marzo de 2020, la Magistrada sustanciadora,
luego de revisar el contenido de la demanda, concluyó que ésta no cumplía
con los requisitos señalados en el artículo 2 del Decreto 2067 de 1991, razón
por la cual la inadmitió.
 
4.       De conformidad con lo previsto en el artículo 6° del Decreto 2067 de
1991, el auto mencionado concedió un término de tres días para que los
actores procedieran a corregir su demanda, decisión que fue notificada por
medio de estado No 034 de 5 marzo de 2020.
 
5.       Los demandantes presentaron escrito de corrección de la demanda en el
que solicitaron la exequibilidad condicionada del aparte demandado
únicamente por vulneración del artículo 29 de la Constitución Política.
 
6.       El 4 de mayo de 2020 se admitió la demanda, por encontrar reunidos los
requisitos previstos en el Decreto 2067 de 1991. En la misma providencia se
ordenó correr traslado al Procurador General de la Nación, comunicar el inicio
del proceso al Presidente de la República y al Presidente del Congreso.
Asimismo se ordenó la fijación en lista y se invitó a participar en este proceso
a las ministras del Interior y de Justicia y del Derecho, al Director de la DIAN
y al Superintendente de Sociedades. Igualmente, al Centro Externadista de
Estudios Fiscales; a la Fundación para la Educación Superior y el Desarrollo -
FEDESARROLLO-; al Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad
Javeriana; el Centro de Pensamiento en Política Fiscal de la Universidad
Nacional; el Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad -Dejusticia; y
a las facultades de Derecho de las universidades de los Andes, de la Sabana,
Externado de Colombia, Libre de Colombia, Rosario, EAFIT, Javeriana,
Nacional de Colombia, Sergio Arboleda, Valle y del Norte.
 
7.       Cumplido lo previsto en el artículo 242 de la Constitución Política y en el
Decreto Ley 2067 de 1991, procede la Corte a resolver sobre la demanda de la
referencia.
 

II. TEXTO DE LA NORMA BAJO EXAMEN


 
8.       A continuación se transcribe el texto del artículo acusado y se subraya el
aparte demandado:
 
“DECRETO LEY 2245 DE 2011
 
(Diario Oficial No. 48.114 de 28 de junio de 2011
 
MINISTERIO DE HACIENDA Y CRÉDITO PÚBLICO
 
Por el cual se establece el Régimen Sancionatorio y el Procedimiento
Administrativo Cambiario a seguir por la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales.
 
EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA,
en uso de las facultades extraordinarias conferidas por el artículo 30 de la
Ley 1430 de 2010, y
CONSIDERANDO:
 
(…)
CAPÍTULO III.
PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO CAMBIARIO.
 
ARTÍCULO 5o. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN SANCIONATORIA. La
imposición de sanciones cambiarias requiere la formulación previa de un acto
de formulación de cargos a los presuntos infractores, el cual deberá
notificarse dentro de los cinco (5) años siguientes a la fecha en que
ocurrieron los hechos constitutivos de infracción.
En las infracciones continuadas, vale decir, en los casos en que con varias
acciones u omisiones se viole una misma norma cambiaria, así estas se
ejecuten en momentos diferentes, el término de prescripción se contará a
partir de la ocurrencia del último hecho constitutivo de la infracción. No se
considerará como infracción continuada el incumplimiento de plazos o
términos legales señalados por las normas constitutivas del régimen
cambiario.
Dentro de los dos (2) años siguientes al vencimiento del término de respuesta
al acto de formulación de cargos deberá expedirse y notificarse la resolución
sancionatoria o de terminación de la investigación, según sea el caso, previa
la práctica de las pruebas a que hubiere lugar.
La prescripción deberá decretarse de oficio o a solicitud del interesado.”
 

III. LA DEMANDA
 
9.       Los actores consideran que la interpretación del inciso segundo
del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011 vulnera el derecho al debido
proceso y el principio de prescripción contenidos en el artículo 29 de la
Constitución  Política. En particular, señalan que el aparte normativo
censurado establece que “[e]n las infracciones continuadas, vale decir, en los
casos en que con varias acciones u omisiones se viole una misma norma
cambiaria, así estas se ejecuten en momentos diferentes, el término de
prescripción se contará a partir de la ocurrencia del último hecho constitutivo
de la infracción.”
 
10.   A juicio de los demandantes la disposición censurada es ambigua, pues
“no estableció de manera precisa los elementos que deben seguirse para
determinar cuándo se está frente a una infracción cambiaria continuada.” Esa
circunstancia resultaría violatoria de la Constitución, pues da lugar a diversas
interpretaciones y, por consiguiente, deja en libertad a la administración para
determinar la existencia o no de una “infracción continuada.” En concreto,
enfatizan que la interpretación que resulta contraria a la Constitución apunta a
que “una operación cambiaria realizada en un momento específico no
prescribiría en el tiempo, simplemente por el hecho de que podría estar
seguida de otra canalización cambiaria, aunque esta segunda canalización
sea autónoma e independiente, es decir, que no tenga nexo o cohesión con la
primera.”
 
11.   Manifiestan que, en la práctica, esta comprensión de la norma conduce a
que “las acciones sancionatorias en materia cambiaria no prescriben en el
tiempo”, pues en todos los casos se puede considerar que se trata de
“infracciones cambiarias continuadas.” De este modo, explican que en
materia cambiaria “los giros y reintegros canalizados voluntariamente a
través del mercado cambiario son considerados hechos independientes”, en
tanto cada “canalización” agota la obligación formal y sustancial cambiaria.
 
12.   En definitiva, sostienen que “[l]a falta de claridad respecto al elemento
de “nexo” o “cohesión” ha generado que sean los funcionarios de la
Administración quienes, a su arbitrio, interpreten cuándo ocurre una
“infracción continuada” lo que deriva en la práctica en la imposibilidad de
establecer un término de prescripción en el régimen cambiario, y por lo tanto,
una violación al artículo 29 de la Constitución Política y al principio de
seguridad jurídica.” Bajo tal óptica, señalaron que la Corte Constitucional ha
admitido su competencia para pronunciarse “en conflictos atinentes a la
interpretación de las normas jurídicas, siempre que dicha interpretación
involucre problemas de interpretación constitucional.”[1] Y que, en ese
sentido, le corresponde a este Tribunal “definir el alcance y la interpretación
que los operadores jurídicos deben otorgarle a esta disposición normativa,
con la finalidad de que la misma resulte compatible con la Constitución
Política.”
 

IV. INTERVENCIONES
 

1. Departamento Administrativo de la Presidencia de la República y

Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales


 
13.   La Secretaria Jurídica del Departamento Administrativo de la Presidencia
de la República y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN)
solicitan de forma conjunta la inhibición de la Corte por ineptitud sustantiva
de la demanda o, en su defecto, la exequibilidad de la norma acusada.
 
14.   En cuanto a la petición de inhibición sostienen que la demanda carece de
claridad, especificidad, pertinencia y suficiencia. La demanda no es clara
porque los fundamentos del cargo son abstractos y confusos y controvierten
una interpretación que no ha sido establecida por la administración de
impuestos. No es específica, pues el reproche no satisface la carga especial
exigida para cuestionar por vía de acción pública de inconstitucionalidad
interpretaciones judiciales o administrativas.[2] Los accionantes no
asumen “una carga argumentativa seria, ponderada y suficiente”, ya que la
acusación se sustenta en “argumentos vagos, indeterminados, abstractos y
globales que dejan entrever que se trata de una interpretación autónoma de
los demandantes y no de la DIAN a través de sus actos administrativos como
autoridad que ejerce la potestad sancionatoria cambiaria.” No es pertinente,
porque la censura no plantea un problema de relevancia constitucional y, por
el contrario, esboza motivos de índole personal o de simple conveniencia. No
es suficiente, toda vez “no demuestra que la interpretación del inciso segundo
del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011 es consistente y sistemática por
parte de algún operador judicial o de la Administración (DIAN). Por el
contrario, su apreciación se estructura más como un caso aislado y particular
de los demandantes, quienes pretenden se les dé la razón declarando la
exequibilidad condicionada de la norma demandada.”
 
15.   En relación con la solicitud de exequibilidad del aparte normativo
acusado, sostienen que el artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011 se ajusta a
la Constitución, ya que si bien el Legislador no estableció un catálogo taxativo
de infracciones cambiarias continuadas, sí determinó los elementos
estructurantes de las mismas. De esta manera, explican que el Decreto Ley
2245 de 2011 fijó un nuevo régimen y procedimiento sancionatorio sobre las
operaciones cambiarias de competencia de la DIAN, como “el cumplimiento
de las obligaciones tributarias, aduaneras y cambiarias por importaciones,
exportaciones de bienes y servicios, gastos asociados a las mismas,
financiación en moneda extranjera de importaciones y exportaciones,
subfacturación y sobrefacturación de estas operaciones a nivel nacional.”
Indican que el decreto tiene como propósito principal flexibilizar y
reglamentar de forma autónoma la regulación cambiaria, con la finalidad de
promover la inversión extranjera y otorgar mayor seguridad jurídica a las
inversiones en el país.[3]
 
16.   El artículo acusado hace parte de este entramado normativo y, por lo tanto,
se dirige a la consecución de las finalidades plasmadas en el Decreto Ley 2245
de 2011. Los intervinientes insisten en que la norma atacada contiene los
elementos estructurales para la configuración de la infracción continuada y la
determinación del momento que genera el último hecho constitutivo de la
infracción, a partir del cual se inicia el cómputo de la prescripción de la acción
sancionatoria. De esta manera, exponen que en la infracción cambiaria
continuada deben concurrir las siguientes circunstancias: (i) un mismo sujeto
infractor, que pese a estar obligado a cumplir la norma cambiaria la transgrede
reiteradamente; (ii) una misma conducta (acción u omisión), así esta se ejecute
en momentos diferentes; y (iii) varias obligaciones cambiarias independientes
del mismo tipo. De acuerdo con lo expuesto, la infracción cambiaria
continuada “no solo requiere que se incumpla con la misma norma u
obligación, sino que además debe tratarse del incumplimiento de obligaciones
cambiarias concretas, nuevas e independientes y del mismo tipo, esto es,
derivadas de la misma norma.” [4]
 
17.   Finalmente, precisan que cuando la conducta se ha desarrollado en
periodos extendidos y en momentos diferentes la administración debe
comprobar la existencia de una unidad causal de comisión de la infracción
cambiaria.[5] De este modo, la verificación de los elementos que configuran la
infracción cambiaria continuada y el deber de analizar y motivar la presencia
de un nexo que entrelace las diferentes operaciones cambiarias, permiten
salvaguardar la seguridad jurídica y el debido proceso de los administrados y,
al mismo tiempo,  el  ejercicio de la función de control cambiario a cargo de la
DIAN.
 

2. Universidad Externado de Colombia

18.   El Centro Externadista de Estudios Fiscales del Departamento de Derecho


Fiscal de la Universidad Externado de Colombia [6] considera que el aparte
normativo acusado del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011 debe ser
declarado inconstitucional. Asegura que el Legislador extraordinario incurrió
en una omisión legislativa relativa, pues omitió regular de manera completa la
forma en que se debe determinar la sanción en el caso de las infracciones
continuadas. En su criterio, la norma censurada “únicamente se refirió a la
infracción continuada cambiaria para efectos de la prescripción y omitió
definir requisitos fundamentales para la aplicación de la respectiva sanción al
presunto infractor.” Lo anterior, “genera una desigualdad negativa frente a
sujetos infractores que si (sic) tienen determinada de forma previa la sanción
cambiaria y su forma de cuantificarla lo cual carece de un principio de razón
suficiente.”
 
19.   Resalta que los principios del derecho sancionador y, en particular, del
derecho penal y disciplinario son aplicables al ámbito del derecho cambiario
sancionador. En ese sentido, anota que la infracción cambiaria continuada
representa un concurso de sanciones y, por lo tanto, “para sancionar un
concurso punible, necesariamente debe encontrarse definido el delito, la
tipicidad y la pena, es decir, el sistema mediante el cual se sancionará.” En
especial, agrega que “debe establecerse previamente en la normativa si se
acumularán las sanciones con o sin límite o si se aplicará la sanción de
mayor entidad.”[7]
 
20.   Bajo tal perspectiva, sostiene que la indeterminación de la norma acusada
resulta violatoria del debido proceso y de los principios de legalidad y
seguridad jurídica. En ese orden, puntualiza que “al no haberse establecido en
la norma la forma de determinar la sanción en el caso de la infracción
continuada, no puede el operador jurídico, quien no tiene competencia para
crear el régimen sancionatorio aplicable, determinar de manera arbitraria el
monto de la sanción y sus límites, pues se estarían vulnerando los principios
de legalidad, debido proceso y seguridad jurídica.”
 

V. CONCEPTO DEL PROCURADOR GENERAL DE LA NACIÓN


 
21.   El Procurador General de la Nación solicita que la Corte se declare
inhibida para emitir pronunciamiento de fondo por ineptitud sustantiva de la
demanda o, en su defecto, que se declare la exequibilidad de la disposición
acusada.
 
22.   En relación con la petición de inhibición, argumenta que la demanda
carece de certeza, pues los accionantes parten de una interpretación
equivocada de la norma censurada y le atribuyen consecuencias jurídicas que
no se desprenden de su contenido normativo.  En esa dirección, plantea que la
disposición acusada es precisa y que a partir de ella es posible establecer el
momento en que inicia el cómputo del término de prescripción. Señala que la
norma “tiene la claridad conceptual suficiente en razón a que define los
elementos de la infracción cambiaria continuada, esto es, indica que se trata
de una violación permanente de obligaciones cambiarias independientes (se
ejecutan en momentos diferentes), derivadas de una misma norma y mediante
varias acciones u omisiones (misma conducta).” Sostiene que la norma
permite comprender que la infracción cambiaria es “aquella conducta (acción
u omisión) de tracto sucesivo que es realizada por un mismo sujeto que
transgrede en varias oportunidades durante un lapso de tiempo, una misma
norma cambiaria. Es decir, la infracción inicia y continúa por un periodo de
tiempo hasta que la misma cesa, momento este, en el cual inicia [el] conteo
del término de prescripción señalado por la norma.”
 
23.   Manifiesta que la disposición atacada no puede ser interpretada de forma
aislada, sino en armonía con la jurisprudencia constitucional y ordinaria que
han definido el alcance de las faltas, los delitos y las infracciones continuadas.
[8]
 Así mismo, destaca que los accionantes no aportaron elementos de juicio
que permitan advertir el verdadero sentido que la administración de impuestos
le ha dado a la disposición y, en su lugar, tan solo presentaron algunos
ejemplos de aplicación de la norma que, en todo caso, parten de un análisis
equivocado de la figura de la infracción cambiaria continuada y del cálculo de
su término de prescripción.
 
24.   Por último, la Vista Fiscal sostiene que en el evento en que la Corte
examine el fondo de la demanda, la norma atacada debe ser declarada
exequible, ya que “de esta no se desprende la posibilidad de anular las
garantías constitucionales derivadas del derecho al debido proceso, pues es
evidente que se mantiene incólume el mandato superior que tiene el
procesado a que se le defina su situación jurídica, en conocimiento del
principio de seguridad jurídica y de la protección de los derechos
fundamentales de los imputados.”
 

VI. CONSIDERACIONES DE LA CORTE CONSTITUCIONAL


 

1. Competencia
 
25.   De conformidad con lo dispuesto en el Artículo 241, numeral 4º, de la
Constitución Política, la Corte Constitucional es competente para conocer y
decidir definitivamente sobre las demandas de inconstitucionalidad contra
normas de rango legal, como la acusada en esta ocasión.
 

2. Cuestión previa. Examen sobre la aptitud sustantiva de la demanda


 
2.1. Antecedentes
 
26.   Para la Corte es preciso definir la aptitud del cargo por violación al debido
proceso planteado en contra del artículo 5 (parcial) del Decreto Ley 2245 de
2011. Esto, teniendo en cuenta la solicitud de inhibición planteada en la
intervención conjunta de la Secretaria Jurídica del Departamento
Administrativo de la Presidencia de la República y la Dirección de Impuestos
y Aduanas Nacionales, así como en el concepto emitido por el Procurador
General de la Nación.
 
27.   Como se indicó en los antecedentes, en la fase de admisión inicialmente
fueron presentados cargos por desconocimiento de los artículos 13, 29, 93 y
363 de la Constitución Política. No obstante, una vez subsanada la demanda,
la admisión se circunscribió únicamente al cargo por vulneración del artículo
29 de la Constitución Política.
 
28.   Según los actores el precepto censurado es ambiguo pues no define de
manera precisa los elementos para determinar cuándo se está frente a una
infracción cambiaria de carácter continuado. A su juicio, dicha indefinición
vulnera el debido proceso porque impide al operador administrativo aplicar la
prescripción en las diferentes canalizaciones cambiarias. Agregan que no
existen parámetros para establecer la autonomía e independencia de las
canalizaciones cambiarias de suerte que se deja a la interpretación de la
autoridad administrativa la existencia de nexo o cohesión entre aquellas, y
consecuentemente, la aplicación de la prescripción en el estudio de casos
relacionados con infracciones cambiarias continuadas. Señalan que se requiere
excluir del ordenamiento las interpretaciones de la norma demandada que
resultan inconstitucionales.
 
29.   Por su parte, la Secretaria Jurídica del Departamento Administrativo de la
Presidencia de la República y la Dirección de Impuestos y Aduanas
Nacionales argumentan que la demanda carece de claridad, especificidad,
pertinencia y suficiencia. La falta de claridad se estructura en que los
fundamentos del cargo son abstractos y confusos y controvierten una
interpretación que no ha sido establecida por la administración de impuestos.
La carencia de especificidad se sustenta en el incumplimiento de la carga
argumentativa que exige proponer la inconstitucionalidad por interpretaciones
judiciales o administrativas.[9] La ausencia de pertinencia está relacionada
con que la demanda presenta motivos de índole personal o de simple
conveniencia y no de naturaleza constitucional. Por último, sostienen la falta
de suficiencia porque no demuestan que la interpretación de la DIAN es
sistemática o consistente sino que los demandantes se refieren a un caso
aislado y particular.
 
30.   En similar sentido, el Ministerio Público cuestiona la certeza del cargo
admitido porque en su concepto los accionantes parten de una interpretación
equivocada de la norma censurada y le atribuyen consecuencias jurídicas que
no se desprenden de su contenido normativo.  En esa dirección, plantea que la
disposición acusada es precisa, contiene los elementos para definir una
infracción cambiaria continuada, y que a partir de ella es posible establecer el
momento en que inicia el cómputo del término de prescripción. Agrega que la
disposición atacada no puede ser interpretada de forma aislada, sino en
armonía con la jurisprudencia constitucional y ordinaria que han definido el
alcance de las faltas, los delitos y las infracciones continuadas.[10]
 
2.2. Parámetros de análisis para los cargos de constitucionalidad
 
31.   De conformidad con el artículo 2 del Decreto 2067 de 1991, la demanda
de inconstitucionalidad debe contener tres elementos esenciales: (i) referir con
precisión el objeto demandado, (ii) el concepto de la violación y (iii) la razón
por la cual la Corte es competente para conocer del asunto (Art. 241 de la CP
y Art. 2 del Decreto 2067 de 1991). A su vez, respecto del concepto de la
violación se ha establecido que los cargos deben cumplir con tres parámetros
básicos: (i) el señalamiento de las normas constitucionales que consideren
infringidas (Art. 2, num. 2 del Decreto 2067 de 1991); (ii) la exposición del
contenido normativo de las disposiciones constitucionales que riñe con las
normas demandadas; y (iii) la presentación de las razones por las cuales los
textos normativos demandados violan la Constitución. Vinculado a lo anterior,
ha determinado que las razones expuestas para sustentar cabalmente la censura
constitucional deben ser -al menos- claras, ciertas, específicas, pertinentes y
suficientes.
 
32.   La claridad hace relación a que los argumentos sean determinados y
comprensibles y permitan captar en qué sentido el texto que se controvierte
infringe la Carta. Deben ser entendibles, no contradictorios, ilógicos ni
anfibológicos. Conforme la exigencia de la certeza, de una parte, se requiere
que los cargos tengan por objeto un enunciado normativo perteneciente al
ordenamiento jurídico e ir dirigidos a impugnar la disposición señalada en la
demanda y, de la otra, que la norma sea susceptible de inferirse del enunciado
acusado y no constituir el producto de una construcción exclusivamente
subjetiva, con base en presunciones, conjeturas o sospechas del actor.
 
33.   La especificidad de los cargos supone concreción y puntualidad en la
censura, es decir, la demostración de que el enunciado normativo exhibe un
problema de validez constitucional y la explicación de la manera en que esa
consecuencia le es atribuible. Es necesario que los cargos sean
también pertinentes y, por lo tanto, por una parte, que planteen un juicio de
contradicción normativa entre una disposición legal y una de jerarquía
constitucional y, por la otra, que el razonamiento que funda la presunta
inconstitucionalidad sea de relevancia constitucional, no legal, doctrinal,
político o moral. El cargo tampoco es pertinente si el argumento en que se
sostiene se basa en hipótesis acerca de situaciones de hecho, reales o de
hipotética ocurrencia, o ejemplos en los que podría ser o es aplicada la
disposición.
 
34.   Por último, la suficiencia implica que el razonamiento jurídico contenga
un mínimo desarrollo, en orden a demostrar la inconstitucionalidad que le
imputa al texto demandado. El cargo debe proporcionar razones, por lo menos
básicas, que logren poner en entredicho la presunción de constitucionalidad de
las leyes, derivada del principio democrático, que justifique llevar a cabo un
control jurídico sobre el resultado del acto político del legislador.[11] En los
anteriores términos, es indispensable que la demanda de inconstitucionalidad
satisfaga las mencionadas exigencias mínimas, para que puede ser emitido un
pronunciamiento de fondo. En caso contrario, no poseerá aptitud sustantiva y
la Corte deberá declararse inhibida para fallar.
 
2.3. Inhibición por ineptitud sustantiva de la demanda: incumplimiento
de los requisitos de certeza, suficiencia y pertinencia
 
35.   Para la Sala las razones de inconstitucionalidad propuestas por los
demandantes en el cargo admitido por desconocimiento del debido proceso
carecen de certeza, suficiencia y pertinencia.
 
36.   No se cumple con el requisito de certeza por cuanto los demandantes
deducen una proposición jurídica de la disposición acusada que no se
acompasa con el contenido normativo del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de
2011. En efecto, el artículo demandado establece:
 
ARTÍCULO 5o. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN
SANCIONATORIA. La imposición de sanciones cambiarias requiere
la formulación previa de un acto de formulación de cargos a los
presuntos infractores, el cual deberá notificarse dentro de los cinco (5)
años siguientes a la fecha en que ocurrieron los hechos constitutivos de
infracción.
En las infracciones continuadas, vale decir, en los casos en que con
varias acciones u omisiones se viole una misma norma cambiaria, así
estas se ejecuten en momentos diferentes, el término de prescripción
se contará a partir de la ocurrencia del último hecho constitutivo de
la infracción. No se considerará como infracción continuada el
incumplimiento de plazos o términos legales señalados por las
normas constitutivas del régimen cambiario.
Dentro de los dos (2) años siguientes al vencimiento del término de
respuesta al acto de formulación de cargos deberá expedirse y
notificarse la resolución sancionatoria o de terminación de la
investigación, según sea el caso, previa la práctica de las pruebas a
que hubiere lugar.
La prescripción deberá decretarse de oficio o a solicitud del
interesado.
(Subrayado corresponde al texto demandado)
 
37.   El primer inciso del artículo 5º del Decreto Ley 2245 de 2011 señala el
término de prescripción de 5 años para ejercer la acción sancionatoria cuando
se presenta una infracción cambiaria, contados desde la fecha en que
ocurrieron los hechos. Indica que se requiere la formulación de cargos a los
presuntos infractores.
 
38.   En el inciso segundo, ahora demandado, refiere que las infracciones
cambiarias continuadas se presentan cuando con varias acciones u omisiones
se viola una misma norma cambiaria, así estas se ejecuten en momentos
diferentes. Al tiempo que prescribe que no se considera como infracción
continuada el incumplimiento de plazos o términos legales señalados por las
normas constitutivas del régimen cambiario. En cuanto a la precripción
advierte que se contará desde el último hecho constitutivo de la infracción.
 
39.   El inciso tercero dispone que el término de la investigación cambiaria no
debe exceder dos años y debe contar con un periodo probatorio. Finalmente, el
inciso cuarto permite que la prescripción se aplique de oficio o a petición de
parte.
 
40.   A partir de la descripción normativa realizada, la Corte concluye que el
precepto censurado contiene elementos para determinar cuándo se está frente a
la infracción cambiaria continuada, pues se requieren varias acciones u
omisiones frente a una misma norma cambiaria que hayan sido llevadas a cabo
en distintos momentos.
 
41.   Al respecto, la Presidencia de la República y la DIAN señalaron que si
bien el Legislador no determinó de forma taxativa las conductas que
constituyen infracciones cambiarias continuadas sí fijó los elementos
estructurales de las mismas:
 
“(i). Una violación permanente de diferentes obligaciones cambiarias
derivadas de la misma norma.
         (ii). Que dicha acción u omisión fue realizada por el mismo sujeto
         (iii).Que se ejecutó mediante una misma conducta. ”[12]
 
42.   De tal suerte, que según la intervención que se reseña, la configuración de
la infracción cambiaria continuada es determinable en aras de aplicar la
prescripción pues es posible identificar:
 
“a) Un mismo sujeto. Persona que está obligada a cumplir la norma
cambiaría y la trasgrede reiteradamente.
b) Que se trate de una misma conducta. (acción u omisión) así esta se
ejecute en momentos diferentes.
         c) Varias obligaciones cambiarías independientes del mismo tipo.
De acuerdo con lo anterior, es necesario entender que la infracción
cambiaría continuada no solo requiere que se incumpla con la misma
norma u obligación, sino que además debe tratarse del incumplimiento
de obligaciones cambiarías concretas, nuevas e independientes y del
mismo tipo, esto es, derivadas de la misma norma.”[13]
 
43.   En suma, para la Sala no es cierta la premisa del cargo planteada por los
demandantes sobre la indefinición legal de los elementos de las infracciones
cambiarias continuadas, porque el artículo acusado sí contiene elementos
descriptivos para que el operador configure la infracción cambiaria continuada
y aplique la prescripción correspondiente. En contraste, la demanda derivó un
contenido normativo distinto al dispuesto en el artículo censurado, y por tanto,
desdibujó la certeza del cargo. Ahora bien, si el reproche constitucional de los
demandantes se circunscribe a la interpretación inconstitucional de esa norma,
entonces para la Corte el cargo carece de suficiencia como pasa a explicarse.
 
44.   El cargo por violación del debido proceso incumple el requisito de
suficiencia en tanto no cuenta con la carga argumentativa exigida en
tratándose de inconstitucionalidades generadas por interpretaciones. Al
respecto, la Sala recuerda, que el control de constitucionalidad se adelanta, por
excelencia, respecto de las normas y no sobre la hermeneútica que los
operadores judiciales realizan de aquellas.[14] De modo, que esta Corporación
ha evaluado con mayor rigor esta clase de cargos:
 
“Exigencias, a su vez, signadas por una “mayor carga argumentativa”
por parte del demandante. La sentencia C-802 de 2008, sintetizó los
requisitos exigidos por la jurisprudencia, frente a la modalidad de
control constitucional mencionada, así: “a.- En cuanto al requisito de
claridad, el ciudadano no sólo debe señalar cuál es la disposición
acusada como inconstitucional (numeral 1º del artículo 3º del Decreto
2067 de 1991), sino que, en demandas contra interpretaciones
judiciales, es necesario indicar con absoluta precisión cuál es el
contenido normativo o “norma” derivada de la disposición acusada. b.-
En cuanto al requisito de certeza, las demandas contra interpretaciones
judiciales comprenden al menos tres dimensiones. Por un lado, (i) debe
tratarse de una interpretación que realmente fije un contenido
normativo derivado de la disposición impugnada. Esto significa que la
interpretación debe derivarse directamente de la disposición
demandada. De otro lado, (ii) no puede considerarse satisfecho el
requisito de certeza cuando el reproche de inconstitucionalidad se
sustenta en simples “hipótesis hermenéuticas” que no hallan sustento
en una real y cierta interpretación judicial, o donde la interpretación
no conduce a las implicaciones reprochadas, sino que responden a una
proposición jurídica inferida por el actor o que recaiga sobre
disposiciones que no han sido acusadas. Finalmente, (iii) no se cumple
el requisito de certeza cuando la interpretación no se deriva de normas
con fuerza material de ley, sino de otro tipo de disposiciones como
actos administrativos, contratos estatales o cualquier otra fuente de
derecho. c.- En cuanto al requisito de especificidad, en esta clase de
demandas lo que se exige es que las razones de inconstitucionalidad
sean puntuales y recaigan sobre el contenido normativo cuyo alcance
específico ha sido fijado por la interpretación acusada, pero no sobre
la base de argumentos “vagos, indeterminados, indirectos, abstractos y
globales”. d.- En cuanto al requisito de pertinencia, es necesario que el
demandante señale cómo y en qué medida la interpretación judicial
impugnada plantea al menos un problema de relevancia constitucional,
“y no razones de orden legal, personal, doctrinal o de simple
conveniencia”. e.- Por último, el requisito de suficiencia exige, en
demandas contra interpretaciones judiciales, demostrar que se está
ante una posición consistente y reiterada del operador jurídico y no
producto de un caso en particular, pues “una sola decisión judicial en
la que se interprete una norma no constituye per se una doctrina del
derecho viviente y en caso de serlo debe demostrarse”. Más allá de
una cuestión relativa a la certeza de la interpretación, el criterio de
suficiencia exige aportar los elementos fácticos y argumentativos para
demostrar que la interpretación no sólo existe, sino que plantea una
verdadera problemática constitucional.”[15] (subrayado no original).
 
45.   Por consiguiente, para superar el requisito de suficiencia es necesario que
la demanda presente una interpretación consolidada del operador judicial u
administrativo que considera inconstitucional. En esta ocasión, la demanda se
limita a afirmar que respecto al elemento de nexo o cohesión han sido los
operadores administrativos los que a su arbitrio han dado contenido y alcance
a la continuidad de las infracciones, imposibilitando la aplicación de la
prescripción en el régimen cambiario.
 
46.    Para ilustrar el tema, los demandantes presentan un ejemplo de lo que
puede interpretarse, a su juicio, equivocamente como una infracción
continuada.[16] En efecto, en eso consistió la evidencia fáctica de interpretación
inconstitucional aportada por los demandantes. No se allegó ningún concepto
de la DIAN respecto a la interpretación del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de
2011. Por el contrario, esta entidad en su intervención advirtió:
 
“[t]oda vez que la interpretación adecuada de la norma a cargo de la
DIAN permite identificar la infracción cambiaría continuada a partir
de sus elementos estructurantes y consecuencialmente el momento de
ejecución de la infracción, identificando la fecha exacta a partir de la
cual debe contarse el término de prescripción de la acción
sancionatoria cambiaría, que no es otra que la ocurrencia del último
hecho constitutivo de la infracción.”[17]
 
47.   Para la Corte, no se acreditó entonces, una posición sólida de la DIAN
derivada de los argumentos planteados en la demanda que habiliten el estudio
de constitucionalidad a partir de la interpretación del artículo 5 del Decreto
Ley 2245 de 2011, en lo que se refiere a la prescripción de la infracción
cambiaria de carácter continuado. Tal como quedó señalado, es necesario
aportar fácticamente los pronunciamientos reiterados y consistentes del
intérprete judicial o administrativo para que tenga lugar el excepcional
examen de constitucionalidad.
 
48.   Por último, la Sala encuentra que el cargo presentado tampoco cumple con
el requisito de pertinencia pues como acaba de exponerse los demandantes
formulan un problema de aplicación práctica de la norma, lo cual escapa al
control abstracto de constitucionalidad que compete a la Corte.
 
49.   En efecto, el planteamiento de los demandantes, a partir del ejemplo
mencionado, es que en las infracciones continuadas cabe la posibilidad de que
la DIAN considere que hechos cometidos hace mucho tiempo hagan parte de
una misma infracción realizada hace poco, de tal modo que los primeros
difícilmente prescribirían. Pero esto nada tiene que ver con el contenido, el
sentido ni el alcance de la norma acusada, el recurso de la ejemplificación en
esta ocasión constituye un argumento de conveniencia que escapa al análisis
propio de los juicios de constitucionalidad.
 
50.   El empleo de argumentos que no sean de naturaleza estrictamente
constitucional sino razones de orden legal, personal, doctrinal o de simple
conveniencia desdibujan la competencia de la Corte. De esta manera, como
los demandantes centran la acusación en una aplicación hipotética de la norma
demandada, el cargo carece de pertinencia.
 
51.   En conclusión, la Sala Plena se declarará inhibida para pronunciarse de
fondo sobre el cargo por violación al debido proceso en la demanda contra el
artículo 5 (parcial) del Decreto Ley 2245 de 2011.
 

3. Síntesis de la decisión
 
52.   La Corte examinó la demanda de inconstitucionalidad presentada contra la
interpretación del inciso segundo del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011,
mediante el cual se regula la prescripción de las infracciones cambiarias
continuadas, por vulneración del derecho al debido proceso y el principio de
prescripción contenidos en el artículo 29 de la Constitución  Política. Ante la
solicitud de inhibición de la intervención conjunta de la Secretaria Jurídica del
Departamento Administrativo de la Presidencia de la República y la Dirección
de Impuestos y Aduanas Nacionales, así como del Procurador General de la
Nación, se estudió de forma preliminar la aptitud sustantiva de la demanda.
 
53.        La Sala Plena concluyó que el cargo no cumplía con los requisitos de
certeza, suficiencia y pertinencia. La falta de certeza radicó en que la demanda
desestimó que el aparte censurado sí contiene elementos para definir cuando
se puede configurar una infracción cambiaria continuada, y por ende, fijar el
término de prescripción. La ausencia de suficiencia se evidenció en que la
demanda no identificó una postura o interpretación reiterada y consistente de
la DIAN sobre la norma demandada que pudiera ser objeto de análisis
constitucional. La carencia de pertinencia se constató dado que el cargo se
estructuró a partir de eventuales interpretaciones del precepto acusado o
situaciones meramente hipotéticas. En consecuencia, decidió inhibirse de
realizar un pronunciamiento de fondo.
 

VII. DECISIÓN
 
54.            En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional, administrando
justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución,
 

RESUELVE
 
 
Declararse INHIBIDA para pronunciarse de fondo sobre la constitucionalidad
del inciso segundo del artículo 5 Decreto Ley 2245 de 2011, por ineptitud
sustantiva de la demanda.
 
 
Cópiese, notifíquese, comuníquese, cúmplase y publíquese.
 
 
 
ALBERTO ROJAS RÍOS
Presidente
 
 
 
DIANA FAJARDO RIVERA
Magistrada
 
 
 
JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR
Magistrado
Salvamento de voto
 
 
 
ALEJANDRO LINARES CANTILLO
Magistrado
 
 
 
ANTONIO JOSÉ LIZARAZO OCAMPO
Magistrado
 
 
 
PAOLA ANDREA MENESES MOSQUERA
Magistrada
 
 
 
GLORIA STELLA ORTIZ DELGADO
Magistrada
 
 
 
CRISTINA PARDO SCHLESINGER
Magistrada
(Impedimento aceptado)
 
 
 
JOSÉ FERNANDO REYES CUARTAS
Magistrado
 
 
 
MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General
 

 
SALVAMENTO DE VOTO DEL MAGISTRADO
JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR
A LA SENTENCIA C-024/21
 
 
Ref: Expediente D-13679 Demanda de
inconstitucionalidad contra el artículo 5
(parcial) de Decreto Ley 2245 de 2011.
 
Demandantes: Álvaro Andrés Díaz
Palacios y Alejandro Sotello Riveros.
 
Magistrada ponente: Diana Fajardo Rivera
 
 
Con el debido respeto, me aparto de la posición mayoritaria de la Sala Plena,
toda vez que, en este caso, los demandantes corrigieron el escrito de la
demanda para cumplir con las amonestaciones de la Sala Unitaria de la Corte
que la había inadmitido por no cumplir las exigencias previstas en el Decreto
2067 de 1991. Admitida la demanda y revisados ahora los requisitos
procesales, considero que la parte actora cumplió con los requerimientos
legales y jurisprudenciales para que la Sala Plena pueda entrar a analizar de
fondo el cargo de inconstitucionalidad planteado.
 
El respeto por la confianza legítima y el principio pro actione
 
Discrepo de la decisión mayoritaria, porque considero que, si a un ciudadano
se le señala que sus argumentos son aptos para iniciar el juicio de
constitucionalidad, en tanto se trata de un presupuesto necesario para admitir
la demanda, la Corte debe pronunciarse de fondo, para preservar el derecho
político fundamental previsto en el artículo 40.6 de la Constitución [18] y el
derecho fundamental de acceder a la administración de justicia, conforme a lo
establecido en el artículo 229 ibidem [19]. Incluso si la demanda, como ocurre
en este caso, ha sido admitida en virtud del principio pro actione[20], la Corte
debe pronunciarse sobre el asunto. El proferir un fallo inhibitorio, además de
afectar de manera significativa los referidos derechos, en realidad es una
forma tardía de rechazar la demanda.
 
En casos como  el presente, cuando se han cumplido en su integridad los
presupuestos procesales de la acción de inconstitucionalidad, el actor se
encuentra en la confianza legítima de que obtendrá una decisión de mérito, así
como le asiste esa postura a los intervinientes que acuden al llamado de la
Corte Constitucional en el respectivo proceso, dado que, si la Corte admitió la
demanda y ahora al momento de resolver así se confirma, se infiere el
cumplimiento de las cargas procesales del accionante, ante lo cual, en garantía
del principio pro actione, corresponde pronunciarse, en lugar de acudir a la
decisión inhibitoria basada en un nuevo análisis de los mismos requisitos.
 
Diferencias entre los presupuestos procesales para admitir la demanda y
los presupuestos materiales para decidir de fondo
 
En este punto resulta útil advertir que existe una diferencia entre los requisitos
procesales para admitir la demanda, previstos en el artículo 2 del Decreto Ley
2067 de 1991 y a los que se refirió en extenso la sentencia C-1052 de 2001,
entre otras- y los presupuestos materiales para decidir de mérito los cargos o
acusaciones de inconstitucionalidad conforme a las reglas previstas en los
artículos 14 a 22 del mismo Decreto y con fundamento en ellas, las subreglas
adoptadas por la misma Corte, luego de recibir las intervenciones ciudadanas
con las cuales se impugna o se coadyuva la acción, las intervenciones de
quienes hubieren participado en la elaboración o expedición de la norma
acusada, las de los expertos y la del Procurador General de la Nación, lo
mismo que del análisis del acervo probatorio conducente decretado y
practicado conforme al ordenamiento jurídico.
 
Salvo casos excepcionales y, este no lo es, la Sala Plena no debe detenerse a
revisar de nuevo los presupuestos de la acción para resolver de mérito, sino
que verificado su cumplimiento, como ocurre en este caso, debe revisar los
presupuestos materiales para adoptar una decisión de mérito, a menos que
deba proferir una decisión inhibitoria, pero por razones diferentes a aquellas
que se refieren a la aptitud de la demanda.
 
En el caso sub examine, existen los cargos que generaron la cuestión o duda
de inconstitucionalidad y a ellos se refirieron de manera precisa quienes
intervinieron dentro de la acción, así como el Ministerio Público. 
 
En el caso concreto, por ejemplo, uno de los intervinientes se refirió a los
elementos de la infracción cambiaria continuada que se estructuró en la norma
demandada y al deber de analizar la existencia o no de un nexo que entrelace
las diferentes operaciones cambiarias para salvaguardar la seguridad jurídica y
el debido proceso administrativo y, al mismo tiempo, el ejercicio de la función
de control cambiario a cargo de la DIAN, lo cual ilustra un análisis válido de
los cargos de la demanda, bajo el cual la Corte Constitucional podría haberse
pronunciado.
 
En sentido similar, era posible resolver de mérito, si se adoptaba una de las
consideraciones de la vista fiscal, en la parte que se refirió al evento en que la
Corte pudiera examinar de fondo la demanda, frente al cargo de vulneración
del debido proceso. En concepto de la Procuraduría General de la Nación, el
artículo 5 (parcial) del Decreto ley 2245 de 2011, debía ser declarado
exequible, ya que “de esta no se desprende la posibilidad de anular las
garantías constitucionales derivadas del derecho al debido proceso, pues es
evidente que se mantiene incólume el mandato superior que tiene el
procesado a que se le defina su situación jurídica, en conocimiento del
principio de seguridad jurídica y de la protección de los derechos
fundamentales de los imputados”.
 

En estos términos, dejo consignado mi salvamento de voto.

 
Fecha ut supra.
 
 
 
JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR
Magistrado
 
 
 
 
[1]
 En particular, trascriben fragmentos de las sentencias C-354 de 2015. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza
Martelo y C-135 de 2017. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
[2]
 Al respecto reproducen apartes de la Sentencia C-354 de 2015. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
[3]
 En la misma dirección, aluden al artículo 150 numeral 19 literal b) de la Constitución y al artículo 2 de la
Ley 9 de 1991 y aseguran que el Decreto Ley 2245 de 2011 tiene el propósito de amparar los bienes jurídicos
señalados en estas disposiciones. En especial, hacen referencia a la regulación del comercio exterior y el
régimen cambiario internacional, así como a la necesidad de fortalecer el desarrollo económico y social y el
equilibrio cambiario.
[4]
 Los intervinientes precisan que los numerales 12, 18 y 24 del artículo 3 del Decreto Ley 2245 de 2011
contienen hipótesis de infracciones cambiarias continuadas. Luego de hacer un recuento de los supuestos de
hecho recogidos en esta disposición, explican que “[e]n los eventos precedentes, la infracción continuada se
materializa con la situación irregular de aprovechamiento y de prolongación de la conducta en el tiempo. ||
Lo anterior, por cuanto quien ejerce una actividad de comercio requiriendo de alguna autorización previa,
sin cumplir con este requisito, la conducta se entiende continuada o permanente pues la consumación de la
falta se extiende a tantos actos como permanezca la falta. || Debe entenderse que esa violación periódica de
la norma que impone obligaciones cambiarias, constituye, al tenor del inciso segundo del artículo 5 del
Decreto 2245 de 2011, una infracción continuada, la cual se manifiesta en el incumplimiento sistemático y
reiterado de la obligación cambiaria durante cada periodo” Así mismo, añaden que “[p]ara estos casos, a
pesar de que el hecho comporta una infracción independientemente sancionable, existe concurrencia de (i)
sujeto infractor, (ii) conducta realizada (acción), y (iii) tipo de obligación cambiaria. || En casos como los
citados el término de prescripción de 5 años se contará a partir de la ocurrencia del último hecho
constitutivo de la infracción.”
[5]
 Bajo tal perspectiva, señalan los siguientes ejemplos de infracción cambiaria continuada en los que se debe
acreditar la unidad de acción entre las diferentes operaciones de cambio: (i) “[d]urante TODO el tiempo en el
que el profesional de cambio no autorizado ejerció la actividad de compra y venta de divisas de manera
profesional, sin haber sido inscrito en el registro establecido por la DIAN”; (ii) “[d]urante TODO el tiempo
en que el residente en el país se dedicó a celebrar diferentes operaciones sucesivas de transferencias de
divisas no autorizadas por cuenta de terceras personas, sin tener la calidad de intermediario del mercado
cambiario; (iii) “[d]urante TODO el periodo temporal en el que el residente en el país canceló al exterior,
con varias operaciones y declaraciones de cambio, divisas por concepto de pago de supuestos “servicios” sin
existir causa jurídica alguna que soporte estos pagos por haberse desvirtuado la existencia de la prestación
de tales servicios, utilizando esta misma modalidad para sustentar el pago”; y (iv) “[d]urante TODO el
periodo en el cual el residente en el país ingresó o reintegró al país divisas desde el exterior, con varias
operaciones y declaraciones de cambio, por concepto de pagos de supuestas exportaciones de bienes que no
se realizaron o fueron desvirtuadas o fueron sobrefacturadas, utilizando la misma modalidad para sustentar
este reintegro o ingreso de divisas.”
[6]
 En representación de la Universidad Externado de Colombia interviene Olga Lucía González Parra,
Directora del Centro Externadista de Estudios Fiscales y la profesora Carolina Acosta Ramos.
[7]
 Añade que en materia cambiaria la DIAN fijó su postura en el Concepto 65694 de 1995. De acuerdo con la
interviniente, este documento establece que la infracción continuada se entiende como “aquella conducta
(acción u omisión) realizada por parte de un sujeto sometido al cumplimiento de una obligación cambiaria,
que vulnera o transgrede permanentemente durante un lapso (permanencia), una misma norma u obligación
cambiaria vigente.” El mismo concepto precisaría que frente a las infracciones continuadas “el término de
caducidad de la acción de la administración para investigar y sancionar infracciones cambiarias, se cuenta a
partir de la ocurrencia del último acto constitutivo de la infracción.”
[8]
 Al respecto transcribe fragmentos de las sentencias C-551 de 2001 (M.P. Álvaro Tafur Galvis) de la Corte
Constitucional; SP-1942018 (51233) del 14 de febrero de 2018 de la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia; y la dictada por la Sección Cuarta del Consejo de Estado en el expediente radicado
25000232400020030022801.
[9]
 Al respecto reproducen apartes de la Sentencia C-354 de 2015. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
[10]
 Al respecto transcribe fragmentos de las Sentencias C-551 de 2001 (M.P. Álvaro Tafur Galvis) de la Corte
Constitucional; SP-1942018 (51233) del 14 de febrero de 2018 de la Sala de Casación Penal de la Corte
Suprema de Justicia; y la dictada por la Sección Cuarta del Consejo de Estado en el expediente radicado
25000232400020030022801.
[11]
 Estos criterios fueron recogidos de la jurisprudencia desde la Sentencia C-1052 de 2001 (M.P. Manuel José
Cepeda Espinosa), y han sido utilizados de manera reiterada, uniforme y pacífica por la Corte Constitucional.
Para un recuento enunciativo ver, entre otras, la Sentencia C-105 de 2018 (M.P. Diana Fajardo Rivera), nota
al pie N° 26.
[12]
 Intervención conjunta de Secretaria Jurídica del Departamento Administrativo de la Presidencia de la
República y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Página 18.
[13]
 Ibídem.
[14]
 En la Sentencia C-802 de 2008. M.P. Clara Inés Vargas Hernández. La Corte en esta providencia
puntualizó: “El control que ejerce esta Corporación a través de la acción pública de inconstitucionalidad
(art.241 CP) comprende la facultad de examinar la interpretación que en ciertos casos hacen las autoridades
judiciales de normas con fuerza material de ley. Se trata de una suerte de control, verdaderamente
excepcional”. Adicionalmente presentó como sustento de esta afirmación las siguientes sentencias: C-1436 de
2000. M.P. Alfredo Beltrán Sierra; C-426 de 2002. M.P. Rodrigo Escobar Gil; C-207 de 2003; C-1093 de
2003. M.P. Alfredo Beltrán Sierra; C-569 de 2004. M.P. Rodrigo Uprimny Yepes; C-803 de 2006. M.P. 
Jaime Córdoba Triviño; y C-187 de 2008. M.P. Humberto Sierra Porto.
[15]
 Sentencia C-354 de 2015. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo. En esta oportunidad la Corte se inhibió
de proferir un pronunciamiento de fondo sobre la interpretación que el Consejo de Estado había realizado
sobre la expresión “y el monto de la pensión de vejez”, contenida en el inciso segundo del artículo 36 de la
Ley 100 de 1993, por cuanto la demanda solo presentó una decisión que estimaba inconstitucional y no
proporcionó una posición consolidada y mucho menos reiterada de esa Corporación. También pueden
consultarse la Sentencia C-557 de 2001 (M.P. Manuel José Cepeda Espinosa), en la que la Corte declaró
exequible la expresión “solamente” contenida en el artículo 59 de la Ley 610 de 2000, de acuerdo con la que
que en los procesos de responsabilidad fiscal, sólo es demandable ante la jurisdicción contencioso
administrativa el acto mediante el cual éste termina, por cuanto no desconocen el derecho al debido proceso ni
a la administración de justicia. En esa ocasión la Corte tuvo en cuenta la interpretación que el Consejo de
Estado había dado a la disposición acusada (derecho viviente): “la expresión "solamente" cuestionada no
impide que los demás actos, generalmente de trámite o preparatorios, sean objeto de control judicial cuando
sea demandado el acto definitivo mediante el cual termina el proceso.” Por su parte, en la Sentencia C-304 de
2013 (M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo), la Corte se inhibió de proferir un pronunciamiento de fondo
sobre algunas disposiciones del Estatuto Tributario, entre otras razones, porque la demanda no acreditó una
posición consolidada de los tribunales y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales respecto al
impuesto al patrimonio. Finalmente, en la Sentencia C-136 de 2017 (M.P. Alejandro Linares Cantillo), la Sala
se declaró inhibida para emitir pronunciamiento de fondo respecto del artículo 11 de la Ley 680 de 2001,
entre otros motivos, por cuanto carece de competencia para conocer de demandas de constitucionalidad que
cuestionen la interpretación de actos administrativos.
[16]
 La demanda señala a página 7: “Para ilustrar esta situación, ponemos de presente el siguiente ejemplo, el
cual constituye la interpretación que actualmente la Administración realiza sobre la norma demandada, y la
cual es violación ai artículo 29 de la Constitución Política y al principio de prescripción. // 1. Un residente
realizó una canalización a través del mercado cambiarlo, en el año 2012 por concepto de servicios. // 2.
Posteriormente, en los años 2015 o 2016 o 2017 realiza otro giro por concepto de servicios, pero
correspondiente a obligaciones distintas, autónomas e independientes a las que originaron el pago del año
2012. // 3. Debe recordarse, que en materia cambiarla los giros y reintegros canalizados a través del
mercado cambiario deben ser considerados como hechos independientes y autónomos. // 4. Sin embargo, el
operador jurídico sostiene que la canalización del año 2012 no prescribe sino contados 5 años desde la
canalización del año 2017. // 5. Lo anterior, bajo el argumento que esta corresponde a una infracción
continuada en los términos del artículo 5 del Decreto Ley 2245 de 2011. // 6. Lo anterior, aun cuando los
giros por concepto de servicios se efectuaron respecto de obligaciones distintas, autónomas e independientes,
sin que exista una unidad de acción sobre las rnismas. Es decir, que los giros efectuados en 2012 no tienen
relación alguna con los giros efectuados en 2015, 2016 ni 2017. // 7. En otras palabras, bajo la
interpretación efectuada por el operador jurídico, la operación efectuada en el año 2012 NUNCA
prescribiría, ya que estaría ligada al término de prescripción del giro de 2017 o al término de prescripción
de operaciones futuras (inclusive aquellas efectuados en 2020, es decir, 8 años después del primer giro).”
[17]
 Intervención conjunta de Secretaria Jurídica del Departamento Administrativo de la Presidencia de la
República y la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN). Página 19.
[18]
 C.P. Artículo 40. Todo ciudadano tiene derecho a participar en la conformación, ejercicio y control del
poder político. Para hacer efectivo este derecho puede: (…) 6. Interponer acciones públicas en defensa de la
Constitución y de la ley.
[19]
 Artículo 229. Se garantiza el derecho de toda persona para acceder a la administración de justicia. La ley
indicará en qué casos podrá hacerlo sin la representación de abogado.
[20]
 Cfr.  C-1052 de 2001. “El rigor en el juicio que aplica la Corte al examinar la demanda no puede
convertirse en un método de apreciación tan estricto que haga nugatorio el derecho reconocido al actor y que
la duda habrá de interpretarse a favor del demandante, es decir, admitiendo la demanda y fallando de fondo”.

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