Excepciones en La Aplicación Del Principio Del Tracto Sucesivo
Excepciones en La Aplicación Del Principio Del Tracto Sucesivo
Excepciones en La Aplicación Del Principio Del Tracto Sucesivo
El tracto sucesivo viene a ser considerado – por la doctrina y jurisprudencia-, como uno de los
principios más relevante del sistema registral de publicidad. La finalidad principal del mismo es
contribuir a una mejor formación del contenido registral con una doble exigencia: demandar la
identidad personal y real en la correlación entre el título inscribible y el Registro y ordenar
sucesivamente los asientos de cada folio sobre la base de un nexo causal entre la titularidad
registral del transferente y la del adquirente que inscribe.
De forma descriptiva, podemos definir el principio de tracto sucesivo como aquella técnica
operativa del sistema de folio real, cuya finalidad es establecer un orden entre los asientos,
como complemento del orden entre las fincas, mediante el encadenamiento sucesivo de los
títulos inscribibles, sobre la base de la previa inscripción del título del transferente en el
momento de la inscripción del título del adquirente, aunque el acto dispositivo sea anterior,
como presupuesto estructural para la producción de los efectos esenciales del sistema.
Retomando el tema que nos ocupa, cabe señalar que la regla general del tracto sucesivo
registral requiere colmar la necesidad de la previa inscripción del título del transferente. En
este sentido, señala el párrafo primero del artículo 20 de la Ley Hipotecaria que:” para inscribir
o anotar títulos por los que se declaren, transmitan, graven modifiquen o extingan el dominio y
demás derechos reales sobre bienes inmuebles deberá constar previamente inscrito o anotado
el derecho de la persona que otorgue o en cuyo nombre se otorguen los actos referidos”.
Del contenido de este precepto podemos destacar, como aspecto más llamativo, el requisito
de la previa inscripción. La previa inscripción del título del causante o transferente se
constituye como un requisito formal a la hora de inscribir cualquier título, mas no se exige que,
para el ejercicio de la facultad dispositiva por parte del dueño, sea necesaria su previa
inscripción. La previa inscripción deviene necesaria para inscribir, pero no para transferir
civilmente.
Por otra parte, este requisito se extiende a toda clases de títulos, es decir, comprende todos
los actos por los que se “transmitan, graven modifiquen o extingan el dominio y demás
derechos reales sobre bienes inmuebles” y ha de serlo a favor del otorgante y no de su
representante, como señala el precepto arriba referido: “de la persona que otorgue o en cuyo
nombre se otorguen los actos referidos”. No obstante, la intervención por medio de
apoderado ha de recogerse expresamente en el asiento, de conformidad con lo dispuesto en la
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regla 9.ª c) del artículo 51 del Reglamento Hipotecario: “Se expresarán también, en su caso, las
circunstancias de la representación legal o voluntaria, las personales que identifiquen al
representante, el poder o nombramiento que confieran la representación y, cuando proceda,
su inscripción en el Registro correspondiente”.
Por otra parte, la exclusión de la representación en la regla del tracto sucesivo viene
confirmada por el párrafo 4.º del citado artículo 20 de la LH: “No será necesaria la previa
inscripción o anotación a favor de los mandatarios, representantes, liquidadores, albaceas y
demás personas que con carácter temporal actúen como órganos de representación y
dispongan de intereses ajenos en la forma permitida por las leyes”.
Cuando el dominio o derecho real objeto del acto inscribible está inscrito o anotado a favor del
disponente o perjudicado, la finca de que se dispone en el título es la misma que figura
registrada y no existen obstáculos registrales derivados del título presentado y, por tanto, se
practicará el asiento correspondiente (cfr. RDGRN de 8 de noviembre de 1991).
El párrafo 2.º del artículo 20 de la LH dispone que: “En el caso de resultar inscrito aquel
derecho a favor de persona distinta de la que otorgue la transmisión o gravamen, los
Registradores denegarán la inscripción solicitada”. Esta calificación denegatoria tiene una
aplicación concreta en el artículo 140.1 del Reglamento Hipotecario, en relación con las
anotaciones preventivas de embargo. Dispone este precepto que: “Si la propiedad de la finca
embargada apareciese inscrita a favor de una persona que no sea aquella contra quien se
hubiese decretado el embargo, se denegará o suspenderá la anotación, según los casos (…)”.
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La falta de previa inscripción del derecho del causante impide la inscripción a favor del
adquirente, sencillamente por razones de tracto y puede obedecer a dos motivos que
analizamos a continuación:
Pues bien, tras esta breve introducción y siguiendo la exposición de este tema, ahora toca el
turno de analizar aquellas excepciones legales al principio del tracto sucesivo. En este sentido,
el artículo 20 de la LH recoge cuatro supuestos de inscripción de bienes procedentes de
herencia, en los que no es necesario un previo asiento especial de inscripción a favor de los
herederos – aunque se conozca el eslabón correspondiente que deberá reflejarse en la
inscripción de forma abreviada. Estos supuestos son los siguientes:
· Ratificación por los herederos de documentos otorgados por el causante – cfr. Art. 20.5.1 de
la LH.- No será necesaria la previa inscripción a favor de los herederos, para inscribir los
documentos que otorguen cuando rarifiquen “contratos privados realizados por su causante,
siempre que consten por escrito y firmados por éste.” En el caso de que los herederos se
negarán a otorgar la escritura de ratificación, ésta habría de ser otorgada por el Juez (cfr. Art.
1279 del CC).
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ejecutado en virtud de ejecución de sentencia, con tal que el inmueble o derecho real se halle
inscrito a favor del causante.”
· Muerte de un heredero antes de formalizarse la sucesión del causante – cfr. Art. 20,
penúltimo párrafo.- “Cuando en una partición de herencia, verificada después del
fallecimiento de algún heredero, se adjudiquen a los que lo fuesen de éste los bienes que a
aquél correspondían, deberá practicarse la inscripción a favor de los adjudicatarios, pero
haciéndose constar en ella las transmisiones realizadas.”
En este supuesto, se hará constar las circunstancias del testamento o declaración de herederos
y de los certificados del Registro General de Actos de Última Voluntad y de defunción del
causante. Si bien hay que observar que: “La anotación se practicará sobre los inmuebles o
derechos que especifique el mandamiento judicial en la parte que corresponda el derecho
hereditario del deudor.”
En el supuesto de que se trate de bienes privativos por confesión del consorte, la demanda ha
de dirigirse contra el cónyuge a cuyo favor aparezcan inscritos los bienes, sea o no el cónyuge
deudor – cfr. Arts. 95.4, 144.2 del RH y 1324 del CC. Si se trata de la vivienda habitual, las
limitaciones a la facultad dispositiva del titular registral y el cumplimiento del tracto se
consiguen mediante la manifestación de que la vivienda no tiene aquel carácter; el
consentimiento de ambos cónyuges o la notificación de la demanda al cónyuge no titular
registral – cfr. Arts. 1320 del CC y 144.5 del RH.
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· Modificación de entidad hipotecaria y acto dispositivo simultáneo.
Señala el artículo 49 del RH que: “Cuando en el título presentado se forme una finca de dos o
más se segregue parte de alguna con objeto de enajenarla, se practicará una sola inscripción
en la que se comprendan la agrupación o segregación y su enajenación.”
Este supuesto, incluidos por parte de la doctrina, se encuentra recogido en el artículo 209 del
RH: “La cancelación de la anotación preventiva de derecho hereditario tendrá lugar: Cuando se
haya practicado la partición de herencia en los términos expresados en el artículo 83 o cuando
la finca o derecho real anotado haya sido transmitido conjuntamente por todos los herederos.
En ambos casos, si no hubiere en el Registro asiento que lo impida, se cancelará la anotación
preventiva en el mismo asiento en que se inscriba la partición o transmisión sin necesidad de
solicitud expresa y extendiéndose al margen de la anotación preventiva la oportuna nota de
referencia. Cuando haya caducado, por haber transcurrido cuatro años, u ocho en caso de
prórroga, desde su fecha, según el artículo 86 de la Ley, bien a instancia del dueño o dueños
del inmueble, o bien porque deba expedirse alguna certificación de cargas referente a la finca
o derecho real anotado, en cuyo caso se verificará de oficio y por nota marginal de caducidad.
En ambos supuestos, se cancelarán las demás anotaciones que de ella traigan causa,
cualquiera que sea su origen. No se cancelará por caducidad esta anotación preventiva cuando
conste en el Registro el acuerdo de indivisión o la prohibición de división a que se refieren los
artículos 400, párrafo segundo, y 1051 del Código Civil en tanto no transcurran los plazos
señalados para la indivisión o se justifique por documento público haber cesado la comunidad,
o cuando se haya solicitado expresamente por los interesados. ”