Medidas de Coercion Plataforma MIEL Procesal I
Medidas de Coercion Plataforma MIEL Procesal I
Medidas de Coercion Plataforma MIEL Procesal I
Se estudió que del principio de inocencia deriva la regla de libertad que -tal
como autoriza el texto constitucional ““nadie puede ser… arrestado sino en
virtud de orden escrita de autoridad competente”- reconoce excepciones de
carácter procesal que regulan la posibilidad de instaurar medidas
restrictivas del derecho a la libertad individual y de derechos patrimoniales
correspondientes a las personas vinculadas al proceso.
Las medidas de coerción que responden por su naturaleza a la familia de
las medidas cautelares.
Presupuestos esenciales:
La coerción procesal
Definición
Dentro de las medidas cautelares, aparece éste tópico.
Maier sostiene que la coerción estatal es la aplicación de la fuerza pública
que coarta libertades reconocidas por el orden jurídico y cuya finalidad no
reside en la reacción del derecho frente a la infracción de una norma de
deber sino en el resguardo de los fines que persigue el mismo
procedimiento, averiguación de la verdad y actuar la ley sustantiva1. Agrega
el destacado autor que la coerción, en sus expresiones material y procesal,
reconoce características comunes (el uso de la fuerza y la restricción de
derechos) pero se distinguen en cuanto a su finalidad2.
La coerción no debe pensarse dirigida únicamente al destinatario de la
imputación penal, sino que el concepto se corporiza en otras
manifestaciones y puede hacerlo sobre otros sujetos procesales (citaciones a
testigos, o medidas de registro de lugares para la obtención de prueba)
Características
1
Maier, Julio B.J.. Derecho procesal penal. T. I. Fundamentos. 2° ed. 3° reimp. Buenos Aires: Editores del
Puerto. Buenos Aires. pág. 516
2
Maier, Julio B.J. ob. cit. pág. 514
negativa respecto de alguna de estas características, determinan una
mengua en su legitimidad y podría determinar su cese.
● Provisionales
● Asegurativas
● Instrumentales:
● Judiciales: Rogatorias
● Excepcionales
● Necesarias
● Proporcionales
● Legales
● Fundadas
● Taxativas
● Restrictivas
● Revisable
Por su parte, Vázquez Rossi3 las medidas se caracterizan por: su carácter
instrumental, el propósito asegurativo, deben ser proporcionadas,
necesarias, legalmente limitadas, verosímiles, de interpretación restrictiva y
judiciales.
Clasificación
Las medidas de coerción procesal pueden ser personales o reales, y se dice
que así serán según afecten a las personas o a las cosas (respecto a esto
último Maier señala que la medida afecta la relación jurídica de una persona
con la cosa, y no la cosa)
La inhibición general de bienes, el embargo, la caución real, etc son medidas
de coerción real.
3
Vázquez Rossi, Jorge E, Derecho procesal penal. Ed. 2004 T. II, p. 242/4.
Su fundamento constitucional
La prerrogativa que emerge de los arts. 14, 18, 19 y 28 es definida como
“...uno de los derechos genéricos de todo habitante, por su sola cualidad de
ser persona, de gozar de autonomía decisional con respecto a su ubicación,
residencia, traslación y deambulación física, pudiendo oponer, en principio,
este derecho frente a los demás habitantes y frente al Estado.”4
Sin embargo, como todos los derechos tiene un carácter relativo pues como
ya se señaló, el texto supremo no se muestra contrario a la posibilidad de
restringir la libertad personal durante el curso procesal.
En las normativas supranacionales encontramos diversas referencias que al
igual que la CN admiten el encarcelamiento preventivo aunque imponen
pautas limitantes al ejercicio abusivo y arbitrario.
Veamos: art. 7 de la Convención Americana de Derechos Humanos consagra
en su inciso 1. el derecho de toda persona a su libertad y seguridad
personal, el 2. autoriza la detención en los casos previstos por la las
constituciones y leyes de los estados parte, el 3. se encarga de vedar la
posibilidad de ser sometido a prisión arbitraria; el 4. instaura del deber de
comunicación de la razón de la detención y el 5. proclama el derecho a ser
oído y juzgado en un plazo razonable o a ser puesta en libertad, el art. 9 del
Pacto de Derechos Civiles y Políticos se expide en términos similares5
4
Jauchen. Eduardo M., Derechos del imputado, Rubinzal Culzoni, Año 2005, p.81
5
1. Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la seguridad personales. Nadie podrá ser sometido a
detención o prisión arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas fijadas por ley y con
arreglo al procedimiento establecido en ésta. 2. Toda persona detenida será informada, en el momento de su
detención, de las razones de la misma, y notificada, sin demora, de la acusación formulada contra ella.
3. Toda persona detenida o presa a causa de una infracción penal será llevada sin demora ante un juez u otro
funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales, y tendrá derecho a ser juzgada dentro de un
plazo razonable o a ser puesta en libertad. La prisión preventiva de las personas que hayan de ser juzgadas no
debe ser la regla general, pero su libertad podrá estar subordinada a garantías que aseguren la comparecencia
del acusado en el acto del juicio, o en cualquier momento de las diligencias procesales y, en su caso, para la
ejecución del fallo. 4. Toda persona que sea privada de libertad en virtud de detención o prisión tendrá
derecho a recurrir ante un tribunal, a fin de que éste decida a la brevedad posible sobre la legalidad de su
adicionando la protección de la herramienta convencional que nuestros
textos supremos regulan como la acción de habeas corpus (arts. 20 de la
CBA y 43 de la CN)
La CSJN también ha rechazado la posibilidad de generar excepciones al
derecho a la libertad durante el proceso merced al principio de igualdad ante
la Ley que se basen en la particular repulsa social frente a determinado tipo
de delitos. CSJN, Hernández, Guillermo. 21/3/2006.6
Una medida de coerción en el proceso penal demanda determinado nivel de
prueba indicativa de que la imputación es presuntamente verosímil y que
existen motivos para creer que de no adoptar la medida coercitiva podría
frustrarse la finalidad procesal.
prisión y ordene su libertad si la prisión fuera ilegal. 5. Toda persona que haya sido ilegalmente detenida o
presa, tendrá el derecho efectivo a obtener reparación.
6
http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumentoSumario.html?idDocumentoSumario=877
28
En cada instituto específico encontraremos referencias alusivas a los
requisitos para su implementación, sus límites y la diversa intensidad
probatoria requerida para la selección de la medida adecuada.
Cuando se habla de verosimilitud del derecho en el marco del proceso penal,
se refiere a la calidad de la imputación, esto es: motivos para presumir que
se ha cometido un delito y que la responsabilidad criminal por el mismo le
corresponde probablemente al destinatario de la medida.
En cuanto al restante presupuesto, se reclaman indicios vehementes en
torno a circunstancias objetivas capaces de generar la presunción de fuga o
de entorpecimiento probatorio, lo que de verificarse podría generar la trágica
frustración procesal de no poder continuar el proceso.
En cambio, para presumir el entorpecimiento de la actividad probatoria debe
mediar sospecha grave indicativa de que el imputado destruirá, modificará,
ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba, influirá para que
coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de
manera desleal o reticente e Inducirá a otros a realizar tales
comportamientos.
Pero no bastará la sola invocación de las expresiones predichas a título
dogmático sino que será necesario además que esos preceptos reposen
sobre elementos concretos comprobados en el caso, que objetivamente
valorados permitan sostener las conclusiones sobre riesgos procesales.
Particularmente, la magnitud de la pena expectante o la gravedad del hecho
son criterios a tener en cuenta, pero definitivamente por sí sólos invocados a
título dogmático sin especial relación con las circunstancias del caso
concreto no alcanzan para justificar el temor de padecimiento procesal.
Estadios convictivos
No es el mismo nivel de convicción (sobre el delito y la responsabilidad del
imputado) el que demanda una medida de detención, de aquél que requiere
la prisión preventiva y mucho más lejos está la certeza que reclama la
sentencia definitiva.
Citación
Se trata de la forma más sencilla de convocar a comparecer al proceso
penal, ya sea en condición de sujeto esencial como parte imputada, o bien a
cumplir otros actos procesales como sujetos no eventuales (víctima, órganos
de prueba, etc.) . Implica una mínima restricción de la libertad a partir del
carácter obligatorio del llamado a comparecer y además, su incumplimiento
da lugar a la utilización de la fuerza pública (comparecencia compulsiva)
Arresto
Esta medida está concebida para ser utilizada en los primeros instantes del
proceso penal, en el mismo teatro de los hechos por el órgano encargado de
la investigación o el personal policial, cuando la confusión inicial pueda
frustrar el éxito de la pesquisa y con el fin de identificar a los presentes para
deslindar, es decir determinar a primera vista si se trata de imputados o
testigos; con ese fin las leyes procesales coinciden en autorizar la restricción
de la libertad de locomoción por un límite demarcado en horas, por lo
general prorrogables por otro tanto similar. Maier7 la caracteriza diciendo
que es es una medida limitadora de la libertad locomotiva, que recae sobre
inocentes y solo quizás sobre culpables.
Incomunicación
Originariamente, la medida consistía en privar al imputado de todo contacto
con el mundo exterior, hoy por hoy ese objeto es absolutamente
incompatible con los principios y garantías constitucionales, sin embargo, la
medida subsiste aunque con un propósito diversificado y una regulación
7
MAIER, ob. cit. p.404
puntillosa que sólo permite instaurarla una vez, al inicio de la investigación
y por escasas horas8.
Apunta Vázquez Rossi que el linaje inquisitivo de la medida se revela en
tanto era concebida como un agravante de la detención y opera con
anterioridad a la declaración del imputado9
Los códigos procesales receptan el instituto regulando que la autoridad para
imponerlos es el Juez o el Fiscal (tal el caso del ámbito de la provincia de Bs.
As.), excepcionalmente se faculta a imponer la medida al personal policial en
los supuestos en los que ejercita la aprehensión o detención sin orden
judicial merced a encontrarse frente a algunos de los casos tabulados por el
ordenamiento procesal en forma predeterminada.
La incomunicación es inoponible al derecho de defensa, lo que traduce en la
necesidad de garantizar al imputado el diálogo con su asistente técnico en
8
CPPN, art. 205 “El juez podrá decretar la incomunicación del detenido por un término no mayor de cuarenta y
ocho (48) horas, prorrogable por otras veinticuatro (24) mediante auto fundado, cuando existan motivos para
temer que se pondrá de acuerdo con terceros u obstaculizará de otro modo la investigación.
Cuando la autoridad policial haya ejercitado la facultad que le confiere el inciso 8 del artículo 184, el juez sólo
podrá prolongar la incomunicación hasta completar un máximo de setenta y dos (72) horas.
En ningún caso la incomunicación del detenido impedirá que éste se comunique con su defensor
inmediatamente antes de comenzar su declaración o antes de cualquier acto que requiera su intervención
personal. Se permitirá al incomunicado el uso de libros u otros objetos que solicite, siempre que no puedan
servir para eludir la incomunicación o atentar contra su vida o la ajena.
9
VAZQUEZ ROSSI, ob.cit., p. 251
forma previa a su declaración o bien antes de cualquier acto procesal que
requiera de su intervención.
Son admisibles las prórrogas, pero por única vez, siempre por resolución
judicial fundada. Esto último consignado no es un detalle menor, sino
trascendental.
Desaparecida la necesidad debe cesar la medida coercitiva, aunque no haya
aún fenecido el plazo legal.
● el autor del hecho es sorprendido en el momento de cometerlo o
inmediatamente después
● mientras es perseguido por la fuerza pública, por el ofendido o el
clamor público
● 0 tiene objetos o presenta rastros que hagan presumir
vehementemente que acaba de participar en un delito.
Se trata entonces de la necesidad de legitimar la situación de extrema
urgencia que se presenta en estos supuestos y con el único objeto de
viabilizar la inmediata puesta a disposición de las autoridades de la persona
aprehendida.
Lo cierto es que tras la aprehensión, corresponde a la autoridad judicial
competente definir si la privación de libertad perdurará, caso en el que
tomará la forma de otra medida coercitiva o bien cesará, disponiéndose la
libertad del aprehendido.
En en el caso del proceso acusatorio cuyo avance reposa en los hombros del
Ministerio Público Fiscal también este funcionario cuenta con la potestad de
aprehender si es que tiene elementos para solicitar inmediatamente la
detención al Juez y entiende que el proceso inverso tornaría deletéreo el
proceso.
Detención
Esta medida de coerción es únicamente impuesta por la autoridad
jurisdiccional.
En los complejos procesales inspirados en el modelo acusatorio huelga
aclarar que sólo procederá su imposición a pedido del acusador
La medida tiene una duración limitada pues mutará en prisión preventiva o
en libertad según se alcance o no la probabilidad convictiva que demanda la
máxima medida de coerción (prisión preventiva) 10.
Es diversa la técnica utilizada por los diversos reglamentos de procedimiento
para establecer su procedencia; en algunos se sostiene para los casos en
que no sea posible asir al imputado mediante la simple citación, en otros
10
CPPBA, arts. 158 y 284 quater que instauran el plazo de 15 y 20 días para decidir si se dicta prisión
preventiva (ambos prorrogables por igual lapso) respectivamente según se trate de procedimientos ordinarios
o de flagrancia.
cuando pueda proyectarse a futuro la posibilidad de prisión preventiva. En
líneas generales, se puede afirmar que la detención procede siempre que se
verifiquen determinados requisitos.
11
CPPN, arts. 282 y 283; CPPBA, art. 151; CPPSF art. 214
En algunos digestos procesales se estipula la posibilidad de adoptar
dispositivos de coerción que se consideran alternativos frente a la más
gravosa opción que se presenta en el camino y que es, la prisión preventiva..
De allí que el análisis de la medida alterna debe tener lugar en forma previa
al dictado de la prisión preventiva.
12
CPPN, Art. 314. - El juez ordenará la detención domiciliaria de las personas a las cuales pueda corresponder,
de acuerdo al Código Penal, cumplimiento de la pena de prisión en el domicilio.
13
CPPBA, art. 159 (Texto según Ley 13943) Alternativas a la prisión preventiva. Cuando se tratare de
imputados mayores de setenta (70) años, o que padecieren una enfermedad incurable en período terminal, o
cuando se tratare de un mujer en estado de gravidez o con hijos menores de cinco (5) años y siempre que el
peligro de fuga o de entorpecimiento probatorio pudiera razonablemente evitarse por aplicación de otra
medida menos gravosa para el imputado, o de alguna técnica o sistema electrónico o computarizado que
permita controlar no se excedan los límites impuestos a la libertad locomotiva, el juez de garantías impondrá
tales alternativas en lugar de la prisión, sujeta a las circunstancias del caso, pudiendo establecer las
condiciones que estime necesarias. El imputado según los casos, deberá respetar los límites impuestos, ya sea
referidos a una vivienda, o a una zona o región, como así las condiciones que se hubieran estimado necesarias,
las que se le deberán notificar debidamente, como así también que su incumplimiento hará cesar la
alternativa.
CPPBA, art.. 160 “Modalidades. Enunciación. Entre otras alternativas, aún de oficio y con fundamento
suficiente, podrá disponerse la libertad del imputado sujeta a una o varias de las condiciones siguientes, de
acuerdo a las circunstancias del caso:
4. La prestación de una caución patrimonial por el propio imputado o por otra persona.
5. La simple promesa jurada de someterse al procedimiento penal, cuando con ésta bastara como alternativa o
fuere imposible el cumplimiento de otra.
Entonces, si el propio Código Penal se encarga de señalar casos especiales
en los que está dispuesto a renunciar a su potestad legítima de encarcelar
condenados por sentencia firme. Más que lógico y razonable resulta que
esas mismas situaciones estén contempladas en las leyes procesales, como
pautas de medición del rigor coercitivo cuando se trata de proteger la
vulnerabilidad de las personas descritas en esos casos.
Sin embargo, en algunos casos, como en la provincia de Buenos Aires, la Ley
procesal no se conforma con la objetiva comprobación de que se encuentra
frente a uno de esos supuestos, demanda además que las alternativas se
aplicarán siempre que el peligro de fuga o de entorpecimiento probatorio
pudiera razonablemente evitarse por aplicación de otra medida menos
gravosa para el imputado, o de alguna técnica o sistema electrónico o
computarizado que permita controlar no se excedan los límites impuestos a
la libertad de locomoción, en estos casos la Ley no parece dar lugar a
opciones al Magistrado que debe imponer estas alternativas.
Prisión preventiva
Concepto
Es la medida coercitiva más grave que puede imponerse antes del dictado de
la sentencia definitiva que decida sobre la responsabilidad del acusado,
redonda del estadio o predio en el que se desarrolle la práctica deportiva, mientras dure la misma, sus
preparativos y desconcentración”
pues implica la privación absoluta de la libertad de locomoción
materializada mediante el encierro; con el fin de asegurar que el proceso
penal que está en progreso alcance sus fines en cuanto a la realización de la
Ley penal sustantiva.
Según la Corte Suprema de Justicia de la Nación la prisión preventiva
“consiste en la restricción de la Libertad ambulatoria de una persona, y esa
restricción de naturaleza cautelar se aplica sobre una persona que, por
imperio del artículo 18 de la Constitución Nacional goza del estado de
inocencia hasta tanto la sentencia final editada con autoridad de cosa
juzgada destruya declarando su responsabilidad penal” (Fallos T.320:212) 14
Maier Define al instituto como la representación de “un nuevo grado de
complejidad y gravedad en la privación de libertad cautelar caracterizada en
relación con los demás estados por su eventual prolongación en el tiempo y
su consiguiente estabilidad”15
Naturaleza
La propia CIDH tuvo que encargarse de ratificar su condición de cautela y
no de anticipo de pena con el fin de proscribir el uso abusivo de la medida
coercitiva.
En el caso Acosta Calderón16 el Tribunal consideró que la prisión preventiva
es una medida que reviste características de cautelar, no punitiva.
14
http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumentoSumario.html?idDocumentoSumario=614
2
15
MAIER, ob. cit., T. III, p. 415.
16
CIDH, Acosta Calderón, párrafo 75; Tibi vs. Ecuador (2004); Suárez Rosero vs. Ecuador; López Álvarez (2006);
Chaparro Álvarez (2007) y Bayarri Vs. Argentina (2008).
Requisitos de procedencia
La prisión preventiva, implica el procesamiento, el nivel de gran probabilidad
de que la imputación alcance su máxima expresión en una sentencia
condenatoria es alto.
Entonces, para su imposición se requieren recaudos de diversa complexión,
entre los que cabe distinguir:
Componentes materiales
La justificación de la existencia del delito que debe estar soportada por
elementos probatorios que señalen que -por lo menos - se ha alcanzado el
estadio convictivo que la medida exige, o sea la probabilidad positiva que
permite colocarse más cerca de la certeza de la tesis incriminante.
Igual requisito probatorio se necesitará para sostener el otro aspecto
material fundante de la prisión preventiva y que tiene que ver con el alto
grado de probabilidad que debe existir en torno a la participación del
imputado en el hecho delictivo. Sobre este punto, las leyes procesales
reclaman indicios vehementes, o elementos de prueba suficientes que
señalen con fuerza el probable acierto de las conclusiones que recoge la
prisión preventiva.
Se adiciona al mismo tiempo, otro ingrediente de verificación negativa y que
viene indicado por la necesidad de descartar la posibilidad de otorgar una
libertad provisoria (excarcelación). Ampliando el punto, este presupuesto
negativo tiene que ver con la necesidad de que concurran condiciones que
indiquen la existencia de peligros de carácter procesal (ya desarrollados) y
que los códigos de procedimiento regulan específicamente enunciando las
circunstancias que pueden valorarse para construir sobre ellas el
razonamiento que presuma el peligro, los que ya se dijo son presunciones
iuris tantum. 17
Es buen momento para dar lectura al Fallo Plenario Nro. 13 de la CNCP del
30 de octubre de 2008 caso “Díaz Bessone” 18 oportunidad en la que sostuvo
como doctrina vinculante para sus inferiores jerárquicos que “no basta en
materia de excarcelación o eximición de prisión para su denegación la
imposibilidad de futura condena de ejecución condicional, o que pudiere
17
CPPN, art. 319. - Podrá denegarse la exención de prisión o excarcelación, respetándose el principio de
inocencia y el artículo 2 de este Código, cuando la objetiva y provisional valoración de las características del
hecho, la posibilidad de la declaración de reincidencia, las condiciones personales del imputado o si éste
hubiere gozado de excarcelaciones anteriores, hicieren presumir, fundadamente, que el mismo intentará
eludir la acción de la justicia o entorpecer las investigaciones. CPPBA, art. 171; En ningún caso se concederá la
excarcelación cuando hubiere indicios vehementes de que el imputado tratará de eludir la acción de la justicia
o entorpecer la investigación. La eventual existencia de estos peligros procesales podrá inferirse de las
circunstancias previstas en el artículo 148”; Art. 148: “... Para merituar acerca de los peligros de fuga y
entorpecimiento podrá tenerse en cuenta la objetiva y provisional valoración de las características del hecho,
las condiciones personales del imputado, la posibilidad de la declaración de reincidencia por delitos dolosos, si
hubiere gozado de excarcelaciones anteriores, que hicieren presumir fundadamente que el mismo intentará
eludir la acción de la justicia o entorpecer las investigaciones. Para merituar sobre el peligro de fuga se tendrán
en cuenta especialmente las siguientes circunstancias:
1. Arraigo en el país, determinado por el domicilio, residencia habitual, asiento de la familia y de sus
negocios o trabajo, y las facilidades para abandonar el país o permanecer oculto. En este sentido, la
inexactitud en el domicilio brindado por el imputado podrá configurar un indicio de fuga;
2. La pena que se espera como resultado del procedimiento;3. La importancia del daño resarcible y
la actitud que el imputado adopte voluntariamente, frente a él y a su víctima eventual. 4. El
comportamiento del imputado durante el procedimiento o en otro procedimiento anterior, en la
medida en que indique su voluntad de someterse o no a la persecución penal. Para merituar acerca
del peligro de entorpecimiento en la averiguación de la verdad, se tendrá en cuenta la grave sospecha
de que el imputado: 1. Destruirá, modificará, ocultará, suprimirá o falsificará elementos de prueba, 2.
Influirá para que coimputados, testigos o peritos informen falsamente o se comporten de manera
desleal o reticente, 3. Inducirá a otros a realizar tales comportamientos.
18
CNC.P.; Acuerdo 1/08; Plenario Nº 13; 'Díaz Bessone, Ramón Genaro s/recurso de Inaplicabilidad de ley';
30/10/2008.
corresponderle al imputado una pena privativa de la libertad superior a ocho
años (arts. 316 y 317 del CPPN) sino que deben valorarse en forma conjunta
con otros parámetros tales como los establecidos en el art. 319 del
ordenamiento ritual a los fines de determinar la existencia de riesgo
procesal.”
Componente formal
La declaración del imputado o indagatoria (según la denominación que se le
asigne en los código procesales) es por naturaleza y esencia un acto de
defensa, la primera expresión de la defensa material y la primera
oportunidad de conocer enfrentarse con la imputación y su andamiaje
probatorio, entonces es requisito esencial para el dictado de prisión
preventiva que se haya cumplido con dicho acto procesal.
El tema ofrece incontables dificultades (tal como ya se estudió cuando nos
dedicamos a estudiar el derecho al juzgamiento en plazo razonable y sin
dilaciones indebidas en la clase dedicada a las bases constitucionales del
proceso) sobre todo porque a pesar de que existe acuerdo doctrinario y
jurisprudencial en torno a la necesidad de imponer coto temporal a la
prisión preventiva, no hay similar entendimiento en cuanto a la necesidad
de que sea la propia Ley la que regule un plazo inconmovible y que sin
excepciones conmine con la libertad del cautelado cuando se verifique el
cumplimiento del plazo máximo legal. La Jurisprudencia prefiere aparcar en
este punto en el entendimiento de que es imposible establecer el plazo con el
calendario o en medidas de tiempo tabuladas en forma precisa.
El CPPBA recoge dos preceptos destinados a regular este aspecto. Señala 1.
el derecho a ser juzgado en un plazo razonable y sin dilaciones indebidas y
2. regula un plazo “fatal”19 para la duración total del proceso que establece
en 2 años, pero su texto neutraliza la fatalidad con la que amenaza pues
excepciona los casos complejos sometiéndose a la apreciación judicial del
caso y suprime del cómputo el tiempo insumido en incidencias y recursos.
Además, recordemos el art. 7.5 de la C.A.D.H. a partir del cual la Comisión
ante la CIDH en el renombrado informe Nro. 35/07 “Peirano Basso”
(14/5/2007) reiteró que para determinar la razonabilidad del tiempo de
encarcelamiento preventivo pueden tomarse las características del hecho,
las dificultades probatorias y la complejidad del caso pero excluyó
expresamente la posibilidad de considerar como dilatorias las actividades
19
CPPBA, art. 141 “Si el imputado estuviese privado de su libertad, serán fatales los términos que se
establezcan para completar la investigación preparatoria y la duración total del proceso, el cual no podrá durar
más de dos (2) años. En un caso de suma complejidad, deberá estarse al plazo razonable del artículo 2º de éste
Código, sujeto a la apreciación judicial. Si se diera acumulación de procesos por conexión, los términos fatales
previstos correrán separadamente para cada causa a partir de la respectiva acumulación. En ningún caso se
computará para los términos fatales el tiempo de diligenciamiento de pruebas fuera de la circunscripción
judicial, ni el de los incidentes, ni los recursos”
desplegadas en el ejercicio del derecho de defensa porque no es más que el
despliegue de medios previstos para preservar el debido proceso.
La primera normativa decretaba el límite máximo de dos años para la
duración de la prisión preventiva, excepcionalmente prorrogable: 1 año más
para casos complejos y por encima de esa prórroga 6 meses más si mediaba
sentencia no firme. Al mismo tiempo, el art. 7° de la Ley 24.390 (introdujo
alteraciones sustanciales al art. 24 del Código Penal que regula el cómputo
de la pena) e instauró una modalidad de cómputo “privilegiado” de manera
tal que a partir del primer día del tercer año de prisión preventiva cada día
de encierro valdría por dos a cuenta de la pena que podría aplicarse en el
pronunciamiento definitivo expectante.
El 1° de junio del año 2001 se publicó en el Boletín oficial el texto de la Ley
25.430 que incorporó modificaciones sustanciales. Suprimió el cómputo
doble y proclamó al plazo de 2 años (prorrogable por 1 más) como el límite
máximo del encarcelamiento preventivo sin sentencia. Ahora la firmeza de la
sentencia es un dato irrelevante a los efectos del cómputo del plazo
razonable de duración de la prisión preventiva.
Es un buen momento para leer el fallo Bramajo20 (1996) y ver los alcances
que a la normativa le asignó la CSJN
La norma en su redacción actual sigue albergando la discriminación
inconstitucional de excepcionar de sus disposiciones a quienes se
encuentren imputados por la figura delictiva reprimida por el art. 7 de la Ley
23.737 o imputado por las agravantes del art. 11 del citado cuerpo legal.
Tuvo oportunidad de expedirse el Máximo Tribunal de la Nación sobre el
punto específico y sostuvo el carácter insostenible de tal discriminación
sobre la base del tipo de delito imputado en el fallo Véliz21, Linda (2010).
Al expedirse en el caso “Genie Lacayo vs. Nicaragua” (1997) la C.I.D.H.
sentenció: “ El artículo 8.1 de la Convención también se refiere al plazo
razonable. Este no es un concepto de sencilla definición. Se pueden
invocar para precisar los elementos que ha señalado la Corte Europea de
Derechos Humanos en varios fallos en los cuales se analizó este concepto,
pues este artículo de la Convención Americana es equivalente en lo
esencial, al 6 del Convenio Europeo para la Protección de Derechos
Humanos y de las Libertades Fundamentales. De acuerdo con la Corte
Europea, se deben tomar en cuenta tres elementos para determinar la
razonabilidad del plazo en el cual se desarrolla el proceso: a) la complejidad
del asunto; b) la actividad procesal del interesado; y c) la conducta de las
autoridades judiciales…”.
20
CSJN, 319:1840. 12/9/1996.
http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/documentos/verDocumentoSumario.html?idDocumentoSumari
o=5701.
21
http://www.defensapublica.org.ar/JURISDICCIONAL/Jurisprudencia/CSJN/ppioigualdad/veliz20107.524390ypri
ncipiodeigualdad.pdf
En el mismo año resolvió el caso “Suárez Rosero vs- Ecuador”22 diciendo:
“...Esta Corte comparte el criterio de la Corte Europea de Derechos
Humanos, la cual ha analizado en varios fallos el concepto de plazo
razonable y ha dicho que se debe tomar en cuenta tres elementos para
determinar la razonabilidad del plazo en el cual se desarrolla el proceso: a)
la complejidad del asunto, b) la actividad procesal del interesado y c) la
conducta de las autoridades judiciales (cfr. Caso Genie Lacayo, Sentencia de
29 de enero de 1997. Serie C No. 30, párr 77; y Eur. Court H.R., Motta
judgment of 19 February 1991, Series A No. 195-A, párr. 30; Eur. Court
H.R., Ruiz Mateos v. Spain Judgment of 23 June 1993, Series A No. 262,
párr. 30)...”, ]”
En 2006 en “López Alvarez”23 sentenció que el plazo razonable debe tomarse
en consideración la duración total del proceso; y el proceso concluye cuando
se dicta sentencia firme, lo que incluye los recursos que podrían
interponerse.
22
http://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_35_esp.pdf
23
http://www.corteidh.or.cr/cf/jurisprudencia2/ficha_tecnica.cfm?lang=es&nId_Ficha=322
24
CPPBA, art. 163 “En los mismos casos del artículo 159, el órgano jurisdiccional interviniente, aún de oficio,
morigerará los efectos del medio coercitivo decretado en la medida que cumplimente el aseguramiento
perseguido. Fuera de los supuestos enumerados en el artículo 159, la morigeración podrá ser concedida
Internación provisional
Puede ocurrir, que la persona a quien se direcciona la imputación penal de
muestras de una afección a la salud mental que según la opinión de peritos,
represente riesgo tanto para el imputado enfermo como para otras personas
y por ende requiere de internación psiquiátrica que sólo puede concretarse
en instituciones especializadas.
La situación no es extraña a la realidad de la práctica judicial y el supuesto
se presenta con cierta frecuencia en que la problemática demanda atención
específica desde dos aristas fundamentales:
Por un lado la cuestión procesal penal, la necesidad de resolver la situación
personal del imputado, decidir en torno a la necesidad de imponer una
medida de coerción lo que va a depender (como ya se vió) de que confluyan
los presupuestos y condiciones de procedencia.
Por otro, la necesidad de preservar la salud, e integridad física del imputado
brindándole tratamiento adecuado en el establecimiento que aporte las
condiciones para ello.
excepcionalmente, previa vista al fiscal, cuando la objetiva valoración de las características del o de los hechos
atribuidos, de las condiciones personales del imputado y de otras circunstancias que se consideren relevantes,
permita presumir que el peligro de fuga o de entorpecimiento probatorio puede evitarse por aplicación de otra
medida menos gravosa para el imputado. La resolución que impusiere la morigeración o denegare la misma,
será recurrible por apelación. La atenuación de la medida de coerción se hará efectiva cuando el auto que la
conceda quede firme. Con suficiente fundamento y consentimiento del imputado, podrá imponerle:1. Su
prisión domiciliaria con el control o la vigilancia que se especifique.2. Su encarcelamiento con salida diaria
laboral y/o salida periódica para afianzar vínculos familiares, bajo la responsabilidad y cuidado de una persona
o institución que se comprometa formalmente ante la autoridad y suministre periódicos informes.”
3. Su ingreso en una institución educadora o terapéutica, pública o privada, que sirva a la personalización del
internado en ella.
Cabe invocar en este punto, los dispositivos legales involucrados con el fin
de alcanzar una mejor comprensión del espectro que gobierna la cuestión.
Los Códigos de Procedimiento instauran a título coercitivo la posibilidad de
decretar la internación provisoria respecto de quien se presuma sufre
enfermedad mental que lo torna peligroso para sí y/o para terceros25. Cabe
mencionar también que el art. 34 inc. 1° del Código Penal autoriza la
imposición de medidas de seguridad respecto de quienes resulten absueltos
o sobreseídos por causas de inimputabilidad penal derivada de la
insuficiencia de facultades mentales o una alteración morbosa que revelen
peligrosidad desde el punto de vista psiquiátrico.
26
http://sjconsulta.csjn.gov.ar/sjconsulta/consultaSumarios/buscar.html
También pueden ser impuestas con el fin de asegurar el pago de la pena
pecuniaria (multa) que pueda corresponder en caso de sentencia
condenatoria,
Embargo
Para Palacio27 es la “medida cautelar en cuya virtud se afectan e inmovilizan
uno o varios bienes de quienes o han de ser demandados en un proceso de
conocimiento (ordinario, sumario, sumarísimo o especial) o en un proceso de
ejecución, a fin de asegurar la eficacia práctica de las sentencias que en
tales procesos se dicten.
El trámite, sostén y revocación de estas medidas se efectúa según las reglas
particulares de los códigos procesales en los civil y comercial.
Desde ya que en el curso del proceso penal pueden atravesarse otras
medidas coercitivas con impacto en la relación que el imputado tiene con las
cosas de su propiedad. tal el caso del secuestro (que puede recaer sobre
27
PALACIO, Lino E., Manual de Derecho Procesal Civil. T. II. 10° ed., Abeledo Perrot. p.327
28
ob. cit. p. 336 y 337
bienes que resulten afectados por el decomiso en la sentencia final) o la
caución real (que adhiere al imputado al proceso preservando la libertad
provisoria que se le ha concedido, y que consiste en el depósito de una suma
de dinero que se coloca a disposición del órgano judicial, que no dudará en
ejecutarla, si el liberado no comparece al proceso).
Impugnaciones
Las decisiones que imponen medidas coercitivas, siempre generan perjuicio,
y a veces, irreparable, de allí que por defecto todas las resoluciones
destinadas a imponerlas deberían estar expresamente declaradas
impugnables en los códigos de procedimientos.
Ello no es así, particularmente para la aprehensión y la detención no se
admite ningún tipo de recurso ordinario. En cambio la prisión preventiva si,
puede ser revisada por el superior jerárquico del órgano que la dicta y por
intermedio del recurso ordinario de apelación. al igual que las resoluciones
que imponen internación provisional, rechazan medidas alternativas o la
atenuación de la prisión preventiva.
De todas formas, no debemos olvidar que tratándose de medidas restrictivas
de libertad, siempre será admisible la petición de habeas corpus para
controlar la legitimidad y denunciar la ilegitimidad de una detención que se
considere arbitraria o ilegal. De hecho, en el ámbito de la provincia de
Buenos Aires, aparte de la vía ordinaria impugnativa, se estipula que el
instrumento de hábeas corpus tiene una faceta recursiva desde que se
habilita la vía para cuestionar ante la cámara de apelación y garantías local
la prisión preventiva, la denegatoria al pedido de cese de una medida de
coerción o la negativa jurisdiccional al derecho de libertad provisoria
(excarcelación) instituto que se estudia en el próximo capítulo.