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Meillassoux

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Claude Meillasoux: Mujeres, graneros y capitales, Siglo XXI, 1977.

Introducción:
Pág. 7: la etnología clásica sólo capto de la reproducción sus manifestaciones
institucionales, sin aplicarse a comprender la función esencial. Como consecuencia: no se
relaciona el parentesco con los otros datos de la organización económica y social. Se lo
trata como un dato primero y de extensión universal, tratándolo ppalmente. bajo su
aspecto formal y normativo.

Según la concepción materialista, el factor determinante en última instancia, en la


historia, es la producción y la reproducción de la vida inmediata. Pero esta producción
tiene una doble naturaleza. Por una parte la producción de los medios de existencia
(alimentos, vestidos, vivienda); y por otra la producción de los hombres mismos, la
propagación de la especie-

Primera Parte:

La comunidad Doméstica.
Pág. 13. La comunidad doméstica agrícola, por sus capacidades ordenadas de producción
y reproducción, representa una forma de organización social integral que persiste desde el
neolítico y sobre la que aún descansa una parte importante de la reproducción de la
fuerza de trabajo necesaria para el desarrollo capitalista.

En las formen, Marx sobre este punto, parece aún marcado por la ideología burguesa.
Tiende a considerar la familia como un dato de orden extrasocial. Sin embargo, en otros
textos, así como en Engels, aparece una caracterización más pertinente: La comunidad
está compuesta de individuos: a- que practican una agricultura de autosubsitencia, b-
producen y consumen en común sobre una tierra común cuyo acceso está subordinado a
la pertinencia a dicha comunidad; c- ligados por relaciones desiguales de dependencia
personal. En la comunidad sólo se desarrolla el valor de uso.

1
Pág. 14. La proposición según la cual la comunidad se basta a sí misma sólo es cierta en lo
que concierne a la producción, mientras que su reproducción, por el contrario, depende
de su inserción en un conjunto de comunidades semejantes1.

Pág. 15. En todas estas formas en las que la propiedad de la tierra y la agricultura
constituyen la base del orden económico, el objetivo económico es la producción de
valores de uso, la reproducción del individuo en aquellas relaciones determinadas con su
comunidad en las que él constituye la base de ésta (Formen, trad. Balibar, p 8).

En oposición con otras proposiciones tendientes a considerar a la comunidad como


“natural” y “espontanea”, Marx señalaba el lugar que ocupan las relaciones de
reproducción en su constitución. Sin embargo no fue este camino el emprendido por los
sociólogos alemanes y británicos sino el abierto por la distinción entre sociedades que
comercian y que no comercian.

Pág. 16. Esas distinciones ofrecen (retomadas por Max Weber, por ej.), sin embargo,
elementos positivos de análisis. Su defecto radica en no ser sino jurídicas, o en proponer la
distinción jurídica como determinante. No expresan lo que procede del movimiento social
sino solo las normas que las sociedades se dan como medio para conservarse.

Para Polanyi y su escuela, tb. el intercambio es el que representa el acontecimiento más


importante, la gran trasformación que separa a la economía antigua de la economía de
mercado. En la primera dominan dos formas de circulación, indisociables del status de las
partes, la reciprocidad entre iguales y la redistribución entre el poder central y sus
subordinados; en la economía de mercado las mercancías se intercambian entre ellas.

Pese al interés que merecen estas distinciones ellas se sitúan aún al nivel estructural y
descriptivo, sin desembocar sobre los problemas de producción. Pero es a partir de
estos que se anudan las relaciones observadas al nivel de la circulación.

Pag. 17. Lo que descubre Polanyi es que las sociedades antiguas, la economía está
sometida a un proyecto político unificado y no a las decisiones individuales y diversas de
los empresarios. Polanyi estudia la economía antigua en gral. y no la economía doméstica
como yo me propongo hacer acá.

Pág. 18. Marshall Sahlins (1972) calificó lo que él llama el modo de producción doméstico
apoyándose no tanto sobre el intercambio como sobre las características de la
producción:

1
Mientras más se retrocede en el curso de la historia, más el individuo aparece en un estado de
dependencia, miembro de un conjunto más grande… familia, familia ampliada, tribu y las diferentes formas
de comunidades salidas de la oposición y de la fusión de las tribus. Marx, 1859: 149-150.

2
- División sexual del trabajo, fundada sobre la flia mínima: un hombre y una mujer
- Una relación entre el hombre y el útil procedente de la construcción individual del
mismo
- Una producción destinada a la satisfacción de las necesidades de base, de donde
resulta una limitación de las capacidades productivas en virtud de la ley de
Chayanov2.
- Un derecho sobre las cosas que se ejerce a través del derecho sobre las persona ( el
cacique tiene un derecho sobre las cosas efectivizado a través de un sometimiento
de las personas. El burgués, el sometimiento de las personas lo efectiviza a partir
del derecho de las cosas)
- Una circulación “interna” de los productos domésticos y por tanto, un predominio
del valor de uso.

La irregularidad de la producción, los efectos de la “Ley de Chayanov” (es decir, una


productividad del trabajo variando a la inversa de los efectivos de la flia. Campesina),
la sub-producción y la subpoblación inherentes a este modo de producción, la
ecología, todos estos factores exigen la reciprocidad entre las comunidades al mismo
tiempo que explican el carácter a la vez anárquico y solidario de esta sociedad.

El defecto de Sahlins, consiste en no precisar el período histórico al cual se vincula este


“modo de producción”. Los rasgos que retiene se aplican tanto a la economía de los
cazadores- recolectores como a la de los pescadores, pastores o agricultores.

No responden a la pregunta: ¿Qué caracteriza el nivel de las fuerzas productivas?.

SITUACIÓN DE LA COMUNIDAD DOMÉSTICA.

Pág. 21. La noción de economía primitiva o tradicional recubre distintas formas de


organización social, obedeciendo a leyes que le son propias.

Marx nos enseña que lo importante no es lo que producen los hombres sino la manera
como lo producen.

Las sociedades primitivas, están obligadas a producir para existir y perpetuarse.

2
De acuerdo a esta ley, las flias. campesinas adaptan sus esfuerzos a sus necesidades. Chayanov funda su
análisis en el campesinado ruso de comienzos del s. XIX y hace reservas de la aplicabilidad de esta ley al
modelo del oikos antiguo ( 1925: 22)

3
Pág. 22- 23. La pesca, la caza y la agricultura son cada una actividades multiformes a
las que no puede otorgarse un determinismo unívoco. Para cada una de estas
actividades existen numerosas prácticas. Unas son colectivas otras individuales.

Es a partir de la relación que se establece entre el productor y sus medios de


producción (en particular la tierra) y de las relaciones sociales necesarias y de la puesta
en acción de estos medios, como debe realizarse el análisis.

El incesto inútil

Todo el problema de la reproducción esta contenido, en la etnología clásica, en la


teoría del parentesco. La prohibición universal del incesto es considerada la causa
primera de la exogamia (matrimonio fuera de su grupo de pertenencia) y del
intercambio de mujeres (solo es el caso de un fenómeno más general, el de la
movilidad de los individuos púberes de ambos sexos. La movilidad de las mujeres
púberes, con preferencia a la de los hombres, no es necesaria ni universal).

Levi Strauss supone que esta prohibición del incesto “cuyo origen está en la
naturaleza”, podría a pesar de todo, tener una causa sociológica: la necesidad del
intercambio de mujeres.

Pág. 24-25. La universalidad de la prohibición del incesto está lejos de haber sido
probada. El incesto no provoca repulsión “natural” en la mayoría de los individuos;
parece, por el contrario, haber ejercido una atracción tan fuerte que han sido
necesarios todos los recursos del terrorismo religioso para combatirlo a medida que
las condiciones sociales facilitaban su práctica.

La prohibición del incesto es la transformación cultural de las prohibiciones


endogámicas (es decir, proscripciones de carácter social) en prohibiciones sexuales
(vale decir “naturales”) cuando el control matrimonial se convierte en uno de los
elementos del poder político3.

3
Las prohibiciones relativas al incesto son demasiados diversas como para ser consideradas a priori
como universales y dependientes de una teoría gral. R. Needhan (1974).

4
Pág. 26-27. El incesto es una noción moral producida por una ideología ligada a la
constitución del poder en las sociedades domésticas como uno de los medios de
dominio de los mecanismo de reproducción, y no una proscripción innata que sería, en
la ocurrencia, la única de su especie: lo que es presentado como pecado contra la
naturaleza es en realidad un pecado contra la autoridad.

La movilidad de los individuos entre un conjunto de células de producción es por lo


tanto necesaria para asegurar esta distribución. Pero lo que dirige la reproducción no
es una igual distribución de las mujeres entre los hombres sino la capacidad de
fecundación de las mujeres púberes pertenecientes al grupo en cuestión.

Entre las dos etapas del agrupamiento, según Leroi Gourhan, - los actos de adquisición
alimenticia señalan por su superioridad al grupo primario (pareja o familia doméstica),
mientras que los actos de adquisición matrimonial son dominantes en el grupo
ampliado (parentesco, etnia)

Pág. 28-29. La unión de los grupos constitutivos y sus alianzas no están dirigidas sólo
por las exigencias de la producción del intercambio, sino por los imperativos de la
reproducción. De manera tal, que siempre existen al menos dos niveles de
organización social: el de la célula productiva y el del grupo de reproducción 4. Si
existe un “modelo de producción” se lo debe buscar a nivel de este conjunto de
células productivas.

La horda y las relaciones de adhesión.

Para Marx es posible distinguir dos tipos primarios de economía agreste, según que la
tierra sea objeto de trabajo o medio de trabajo.

La tierra como objeto de trabajo= cazadores-recolectores. Es explotada directamente,


sin recibir una intervención previa de energía humana, sin otra modificación del medio
por parte del hombre. El rendimiento es instantáneo.

La tierra como medio de trabajo= comunidades domésticas. Se utilizan instrumentos


mediatos, herramientas, en las cuales está invertida una parte de energía. Según el
grado de inversión necesaria para esta tarea y según la naturaleza individual o

4
Ideas que toma de Leroi - Gourhan. El autor afirma algo muy interesante: en las Cs. Humanas “la
infraestructura técnico económica solo interviene, la mayoría de las veces, en la medida en que enmarca
de manera indiscreta la superestructura de las prácticas matrimoniales y de los ritos. De manera tal que se
conocen mejor los intercambios de prestigio que los intercambios cotidianos, las prestaciones rituales que
los servicios banales, la circulación de las monedas de la dote que las de las legumbres, mucho mejor el
pensamiento de las sociedades que su cuerpo”. (1964:210).

5
colectiva de estas inversiones, la cooperación entre los productores es más o menos
numerosa o más o menos durable.

Pág. 32-33. Es flagrante (claro y evidente) la confusión entre dos relaciones distintas:
la de adhesión y la de parentesco. En la horda la condición de un individuo depende de
las relaciones voluntarias, precarias y reversibles, que contraiga en los límites
temporales de su participación efectiva en las tareas comunes.

Pero el esquema de linajes es tan fuerte en el espíritu de los etnólogos que incluso
los más sagaces consideran las relaciones sociales ante todo a través del parentesco .
Por ejemplo: en la sociedad capitalista, aun cuando la familia constituya el lugar de la
reproducción social, aun cuando cada individuo esté inserto en relaciones familiares,
el ppio. dominante de la organización social no es el parentesco sino el sistema
contractual que liga a los individuos unos con otros por intermedio de las mercancías y
el dinero.

Pág. 34-35. Las relaciones de parentesco son impuestas por el nacimiento, son de por
vida, estatutarias e intangibles, y es partir de ellas que se define la posición del
individuo en las relaciones de producción y reproducción.

En las hordas, la sociedad se reconstruye incesantemente a partir del libre


movimiento de los individuos entre las células constitutivas de la sociedad; en las
comunidades domésticas, los individuos están sometidos a las normas establecidas de
la reproducción social, en el límite de su grupo de origen. En uno la pertenencia social
permanece individual, mientras que en el otro se comunica de generación en
generación.

Pág. 36. Mediante una aplicación abusiva del esquema parental a las sociedades de
horda, los etnólogos han invertido así el sentido hco. de las transformaciones
semánticas atribuyendo a poblaciones que no han desarrollado la noción de
parentesco un vocabulario tomado de otras sociedades avanzadas en este camino.

La reproducción doméstica.
Pág. 54-55. En la forma acabada de la comunidad doméstica, la descendencia del
matrimonio es concedida a la comunidad del marido. La alianza como medio de
regulación de las relaciones matrimoniales se impone. La ventaja en esa situación se
da gracias a la movilidad de las mujeres púberes.

Esta fórmula, con efecto patrilineal, es la más susceptible de asegurar un mejor


reparto de las mujeres púberes en el tiempo y el espacio y de aprovechar mejor sus

6
facultades de procreación, incluso cuando cada comunidad sólo disponga a plazo fijo
de un número de mujeres que ha producido. Es, además, un sistema estable,
susceptible de equilibrarse.

El nivel de las fuerzas productivas .

La comunidad doméstica es la célula básica de un modo de producción constituido por


un conjunto de estas comunidades organizadas entre ellas para la producción
económica y social, y para la reproducción de la relación de producción
específicamente doméstica. (Marx, 1866: 257).

56-57. El nivel de las fuerzas productivas a las que corresponde el desarrollo de la


comunidad doméstica puede considerarse dominado por los siguientes rasgos:

1. Conocimiento de las técnicas agrícolas y artesanales que permiten la práctica de


agricultura de productividad muy elevada para satisfacer las necesidades de
alimentación necesarias al mantenimiento y reproducción de sus miembros así
como para la repetición del ciclo agrícola.
2. Utilización de la tierra como medio de trabajo, transformada en productiva a
término mediante una inversión de energía.
3. Utilización de la energía humana como fuente energética dominante en el trabajo
agrícola y artesanal.
4. Uso de los medios de producción agrícolas individuales que para ser producidos
sólo exigen una inversión de trabajo individual.

En la comunidad doméstica agrícola la agricultura es dominante porque determina la


organización social general a la que están subordinadas las restantes actividades
económicas, sociales y políticas.

Este modelo se sitúa en un contexto hco. dónde las comunidades no tienen relaciones
sino con comunidades semejantes, mientras que sus relaciones eventuales con otras
formaciones sociales son superficiales.

La relación con comunidades semejantes define una forma específica de libre acceso a
las tierras, a las aguas y a las materias primas necesarias para la práctica de sus
diversas actividades.

Los medios colectivos de producción: los que proceden del trabajo colectivo de varias
células de producción, pero que son de inmediato empleados esencialmente para la
satisfacción de las necesidades de cada una de ellas.

7
Medios sociales de producción: medios de producción que concentran un trabajo
social, empleados para la fabricación de un producto destinado al mercado o a la
colectividad en general, en el marco de una división social del trabajo.

58-59. El acceso está así subordinado a la existencia o a la creación de relaciones


sociales previas mediante las que se obtienen dichas materias.

Al ser indisociable de la relaciones de producción y de reproducción que permiten su


explotación, la tierra no puede ser objeto de una “apropiación” mediante la cual sería
separada del contexto social que le otorga una existencia económica y un valor de uso.

El análisis de las relaciones de producción confirma que no puede haber propiedad


individual de la tierra. La conciencia de una “apropiación”, vale decir, de una relación
exclusiva con una porción de suelo solo surge si el usufructo de esta tierra es
amenazado por otra colectividad.

La propiedad está ligada a la economía mercantil que permite la alienación del


producto y su transformación en mercancía, vale decir, su inserción en relaciones de
producción contractuales de un orden distinto a las que prevalecen en la comunidad
doméstica.

El derecho moderno ofrece como categoría más aproximada la de patrimonio: bien


perteneciente de manera indivisa a los miembros de una colectividad (familiar) y que
se transmite normalmente por herencia, prestación o donación entre miembros de
esta colectividad, por lo tanto, siempre sin contrapartida.

A estas mismas condiciones históricas se asocia la autosubsistencia, la aptitud de la


comunidad para producir las subsistencias necesarias para su mantenimiento y su
perpetuación a partir de los recursos que están a su alcance. La autosubsistencia está
ligada a un modo específico de circulación del producto, que se opone a la existencia
de una división social del trabajo y que excluye el intercambio equivalente en
provecho del intercambio idéntico. – Existe división social del trabajo cuando las
células de producción no pueden costear a sus necesidades sino mediante el
intercambio equivalente de sus productos. En la sociedad doméstica existe reparto de
tareas.

60-61. Sin ser determinante la autosubsitencia puede ser considerada como un rasgo
crítico, pues su desaparición entraña a término fijo la disolución de las relaciones de la
producción doméstica.

La autosubsitencia no se confunde con la noción de autarquía. No excluye las


relaciones con el exterior, e incluso ciertos intercambios mercantiles.
8
La autosubsitencia no excluye la existencia de especialistas ligados a la práctica de una
técnica como la metalurgia, que no implica el abandono de las actividades agrícolas.

Lo que define el nivel de las fuerzas productivas no es por lo tanto sólo la práctica de
una técnica, sino los efectos socialmente aceptados de su aplicación. El empleo de una
nueva técnica no revoluciona de golpe a la sociedad en la medida que ésta se
acomoda.

Las relaciones de producción.

La organización social de la comunidad agrícola doméstica está construida


simultáneamente, y de manera indisociable, alrededor de las relaciones de
producción, tal como se constituyen a partir de las obligaciones económicas impuestas
por la actividad agrícola, realizada en las condiciones definidas por el nivel de las
fuerzas productivas y alrededor de las fuerzas de producción necesarias para la
perpetuación de la célula productiva.

62-63. Las relaciones de parentesco que proceden del matrimonio, son claramente
relaciones que se articulan alrededor de la reproducción de los individuos.

En la sociedad doméstica la reproducción de los individuos, su incorporación después


del nacimiento y durante la vida, son objeto de un control social que domina el
conjunto de las relaciones sociales. El proceso de reproducción, ergo, está
subordinado a las condiciones de la producción.

La constitución de las relaciones de producción.


Por lo común la agricultura no es un proceso continuo sino de estaciones. De esta
manera, el ciclo agrícola solo puede ser realizado si el cultivador dispone de recursos
necesarios para sobrevivir durante el período de preparación de la cosecha y para
esperar su maduración.

64-65. Desde que se emprende el ciclo agrícola el recurso a la economía de


recolección para cubrir los períodos vacíos o para reemprender el ciclo productivo
agrícola, es reemplazado poco a poco por el almacenamiento y la gestión del producto
agrícola, permitiendo así la división y la distribución del producto entre los
productores durante un período de tiempo que cubrirá el período improductivo.

Rasgos principales de la economía agrícola doméstica:

9
No exige un grupo numeroso de trabajadores. Las tareas pueden ser realizadas con
fuerza y capacidad variable por un grupo que puede corresponder a la familia nuclear.

La preocupación es la de tener suficientes trabajadores como para que la enfermedad


o los accidentes corporales no impidan el funcionamiento de la célula productiva.

66- 67. La composición cambiante del equipo de productores se refleja en la jerarquía


que prevalece en las comunidades agrícolas y que se establece entre quienes “vienen
antes” y quienes “vienen después”. Descansa sobre la noción de anterioridad. Los
primeros son aquellos a quienes se debe la subsistencia y las semillas: son los
mayores.

El mayor es lógicamente el responsable de las tareas relativas a la cosecha y


almacenaje del producto. Tiene atribuciones para distribuirlo. La necesidad de esta
gestión que asegura la reproducción del ciclo productivo, crea una función, mientras
que la estructuración de la célula productiva designa a quién debe asumirla.

Tenemos aquí las relaciones de producción en su esencia. Ellas crean relaciones


orgánicas de por vida entre los miembros de la comunidad; suscitan una estructura
jerárquica fundada sobre la anterioridad ( o la “edad”); contribuyen a la constitución
de células económicas y sociales funcionales, coherentes y orgánicamente ligadas en
el tiempo, definen una pertenencia, una estructura y un poder de gestión reservado al
más anciano en el ciclo productivo.

La constitución de las relaciones de producción.

Una de las exigencias de la reproducción es la de mantener un equilibrio satisfactorio


en la comunidad, entre el número de individuos productivos e improductivos, y entre
estos, un número suficiente de miembros de ambos sexos en edad adecuada para
reproducir la célula y ser efectivos.

68-69. Es indispensable la apertura hacia otras comunidades, las que representan un


conjunto con efectivos suficientemente numerosos como para asegurar esta
reproducción, tanto genética como socialmente.

La naturaleza del poder, de dirección, civil y gerontocrático, favorece las alianzas


pacíficas y una regulación de las relaciones matrimoniales entre comunidades
homólogas mediante la movilidad de las mujeres púberes.

En nuestra hipótesis, sobre la movilidad de las mujeres preferentemente la de los


hombres, la reproducción se realiza mediante la inserción de la descendencia de la
esposa en la comunidad receptora del marido, vale decir, mediante la

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institucionalización de la filiación masculina o, por la patrilinealidad. Se reglamentará
el destino de los vástagos de la mujer, porque al no procrear la mujer en su propio
provecho, la filiación materna ostensible debe ser sustituida por una filiación paterna
de carácter jurídico. Este acuerdo es el matrimonio, institución que define la situación
de la esposa en la comunidad receptora y las reglas de filiación.

Es evidente que solo puede compensar a una mujer púber en sus funciones
reproductoras otra mujer púber. Cualquiera que cede una muchacha espera otra
cambio.

70- 71. Sólo los individuos en condición de restituir una mujer en un futuro previsible,
pueden en principio asociarse a tales transacciones. No será necesario imponer una
prohibición de la endogamia pues no sirve en nada para la preservación de la
autoridad del mayor. Esta descansa sobre la gestión de las subsistencias. El poder del
mayor tiende a desplazarse desde el control de las subsistencias al control de las
mujeres. El manejo de la política matrimonial se hace más eficaz, le brinda a la
comunidad la posibilidad de ampliarse e integrar varias células productivas mediante
la descentralización de la administración de las subsistencias, vale decir, de los hogares
graneros. La segmentación puede llegar al nivel económico de la producción y de la
distribución mediante la constitución de células productivas autónomas, mientras que
la cohesión persiste y se refuerza al nivel matrimonial definiendo una célula política
exogámica más amplia.

La preservación de esta autoridad exige que el matrimonio sea prohibido en el


interior del grupo con el objeto de que las mujeres púberes y núbiles que le
pertenecen permanezcan disponibles como objetos de esas transacciones. La
endogamia se convierte en incesto, la prohibición en proscripción.

72-73. La reproducción natural debe ser continuamente corregida por la distribución


de los individuos entre células productivas constitutivas y por la captación de
miembros nacidos fuera de la comunidad.

Hemos observado el desarrollo lógico de la organización doméstica que deriva de la


producción de las subsistencias de donde surge la autoridad mayor, hasta la
reproducción social que se organiza y se ordena alrededor de esta autoridad. La
reproducción social de la comunidad doméstica no es un proceso natural, es una
empresa política.

74-75. La familia, célula de reproducción, se convierte en el lugar de desarrollo de una


ideología y de ritos donde dominan el respeto a la edad, el culto de los antepasados y

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de la fecundidad, celebrando bajo diversas formas la continuidad del grupo y
reafirmando su jerarquía.

Para que se reproduzca la comunidad doméstica es necesario que las relaciones de


filiación estén conformes a las relaciones de dependencia y de anterioridad
establecidas en la producción: es necesario que las relaciones de reproducción se
vuelvan relaciones de producción, sólo al nivel de la reproducción pueden aplicarse las
reglas que la conformarán con las exigencias materiales de la producción. La
reproducción es el nivel maleable al que puede aplicarse la decisión política y l acción
de las autoridades para efectuar esta conformidad.

La determinación de las relaciones de producción se manifiestan aun en la


redistribución de los vástagos o haciéndolos comunes, instituciones mediante las
cuales se afirma la predominancia del hombre productor sobre el hombre
reproductor.

La gestión social explica la importancia que adquiere la representación jurídico-


ideológica de las mismas, esto es, el parentesco y esto ocurre porque los fundamentos
del poder tienden a debilitarse a medida que aquel se afirma. Se acentúa, al mismo
tiempo, el carácter dominante de las relaciones de reproducción que , si bien están
subordinadas a las relaciones de producción, tienden a imponerse como “valores”
esenciales en una sociedad no igualitaria de clases.

Relaciones de producción y de reproducción se cortan pero no se recubren. Las


primeras favorecen un modo de filiación lateral, de mayores a menores, de “hermano”
a “hermano”, según el rango de acceso en el ciclo productivo. Las relaciones de
reproducción, por el contrario, tienden a establecer un modo de filiación vertical, de
generación en generación, de “padre” a “hijo”.

Por el contrario, cuando se introducen las condiciones de desigualdad social y la


constitución de una clase aristocrática dominante, que se reproduce según sus propias
normas, la sucesión vertical tiende poco a poco a imponerse a las secuelas de la
sucesión colateral.

76-77. Conclusión: discute con Godelier (“proto-marxismo estructuralista”), que creyó


haber encontrado en el parentesco la clave de la antropología. Más aun, atribuye al
parentesco el doble status de infraestructura y de superestructura. El parentesco
engendraría así, su propia determinación.

Lo que vimos, sin embargo, es que la infraestructura no suscita relaciones de


parentesco sino relaciones de producción. La necesidad de reproducir estas

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relaciones de producción, constriñe a las primeras en lazos individuales y las sitúa en
un marco institucional destinado a manipularlas para adaptarlas a las exigencias de la
organización y del control de esta producción.

Las sociedades primitivas no escapan al materialismo histórico. Demuestra que “el


modo de producción dado y las relaciones de producción correspondientes al mismo…
la estructura económica de la sociedad es la base real sobre la que se alza una
superestructura jurídica y política… para el cual el modo de producción de la vida
material condiciona en general el proceso de la vida social, política y espiritual” (Marx,
1867, II).

A diferencia del capitalismo, el poder en ese modo de producción reposa sobre el


control de los medios de reproducción humana: subsistencias y esposas, y no sobre
los medios de la producción material. Esto último descarta las interpretaciones
proto-marxistas que sólo pueden ver en las sociedades no capitalistas una
prefiguración de las sociedades capitalistas, de los sistemas sociales en los que las
relaciones de producción se establecen mediante la propiedad jurídica de los medios
materiales de producción.

Las estructuras alimenticias del parentesco.


78-79. La producción y la reproducción se realizan mediante la circulación la cual sólo
se distingue analíticamente del proceso de producción.

Es un ciclo de adelantos y restituciones del producto. NO hay en este ciclo un


“intercambio equivalente”. Los bienes no son confrontados. No se presentan las
condiciones para el surgimiento de un valor de cambio. El producto circula desde el
productor hacia el gestionario y vuelve hacia él, a plazo fijo, bajo la forma de un
producto consumible idéntico. Pero detrás de una apariencia material inmóvil, el
producto sufre una sucesión de avatares mediante los cuales se realiza la
reproducción.

En la comunidad doméstica, la producción determinada es la de alimentos agrícolas


cuya transformación en energía humana asegura la perpetuación y la reconstitución
de la comunidad.

“Energía humana abarca la totalidad de la potencia energética producida por el efecto


de las substancias alimenticias sobre el organismo humano. En el sistema capitalista, la
fuerza de trabajo es la parte de energía humana que tiene valor de cambio. En la CD.,

13
donde toda la energía tiene valor de uso, el razonamiento debe aplicarse a la totalidad
de la energía humana producida y a su redistribución entre diversas actividades.

Producción energética y producción alimenticia son las dos fases de un mismo proceso
productivo. La CD. actúa, en tanto célula de producción coherente y orgánica, para su
propia perpetuación.

La producción de la energía humana.

80-81. La energía, no queda ligada al individuo. Se transmite y se reproduce, tanto por


el automantenimiento del productor como por su inversión en futuros productores.

“La producción de los medios alimenticios, señala Marx, es la condición de toda la


producción en general”.

En la comunidad doméstica el producto vital se reparte de la siguiente manera: -una


parte está consagrada a la reproducción del producto mismo, a la constitución de una
reserva de semillas; - otra fracción está reservada a las actividades sociales; -y la
mayor parte está destinada al consumo de los miembros de la comunidad.

Un niño participa desde muy temprano en ciertas actividades agrícolas antes de ser
un verdadero productor.

El plus-producto está en cada momento representado por el volumen de las


subsitencias por sobre la cantidad necesaria para la reproducción simple de los
efectivos.

84-85. El plustrabajo.

La economía doméstica es capaz de producir un plustrabajo. La división de las


actividades productivas e improductivas hace aparecer la capacidad de la agricultura
para brindar un volumen de subsistencia superior a la necesaria para la reproducción.
Esto puede ser evaluado fácilmente mediante el tiempo de trabajo necesario para la
producción del producto agrícola que, en general, sólo es una fracción del año solar.

86-87. La circulación del producto entre generaciones, circulación necesaria para la


reconstitución de la energía humana, convierte a cada individuo, productor o futuro
productor, en dependiente de todos los otros miembros de la comunidad.

La energía de cada productor es el producto social y temporal de la comunidad y de


sus relaciones de producción y reproducción, anudadas sobre una duración de tres
generaciones sucesivas.

14
La perpetuación en la CD representa un progreso respecto a la horda. La
sobrevivencia de los pos-productivos sólo es posible por la inversión de la energía
durante su edad productiva en la formación de futuros productores.

88-89. La circulación de los niños.

La capacidad de procreación de cada miembro no se encuentra ligada a sus


capacidades productivas pues se impone una redistribución capaz de armonizar la
producción y la reproducción. Y ello se produce a partir de la redistribución de la
descendencia.

Se realiza a través de la práctica de la comensalidad: el producto común es


transformado y el alimento distribuido de igual manera entre todos los miembros.
Hacer común la descendencia.

El hogar que no tiene suficientes niños como para absorber su producto no realiza el
“valor” de éste. La acumulación de productos sólo equivale a su esterilización.

La redistribución de los dependientes permite repartir mejor la energía humana entre


las células productivas y proporcionar en su interior el número de los individuos
productivos e improductivos. Esta política de redistribución de los efectivos en función
de las exigencias de la producción se manifiesta en la práctica y en instituciones que
favorecen la reconstitución permanente de las relaciones de producción.

90-91. El plusproducto proveniente de los productores formados en el hogar gracias a


sus recursos exteriores debe corresponder, en la generación siguiente, a una
descendencia proporcionada para alimentar, a falta de la cual el producto se pierde.
Para gozar de él, el hogar debe encontrar fuera de su seno a los individuos que hará
entrar en su grupo, a fin de invertir en ellos el plusproducto del cual dispone.

Así , a causa de las obligaciones de la producción, la lógica de la redistribución se


ejerce sobre los individuos más que sobre el producto, al ser considerado cada hogar
en sus capacidades relativamente estables de producción más que sus inciertas
potencialidades de reproducción. Mediante la redistribución de los dependientes
ningún productor, salvo en caso de muerte precoz, es despojado del producto de su
trabajo. Su plustrabajo le es reintegrado, cualquiera sea el número de hijos que haya
procreado. Este le permitirá alimentar un mismo número de niños ya sea que esos
niños sean adquiridos o pertenezcan a la comunidad.

De la concepción de la familia ampliada al parentesco clasificatorio, que prevé


institucionalmente la circulación de los individuos: está así en conformidad con las

15
subsistencias que lógicamente dan mayor importancia al trabajo productivo que a la
simple capacidad generadora del macho.

92-93. La dialéctica de la igualdad.


Sobre las dotes y el intercambio de mujeres. (Ver si es necesario)

110- 111. ¿Quiénes son los explotados?


Cuando las mujeres son deseadas por sus cualidades reproductoras, se encuentran
más amenazadas. Los hombres ejercen así su protección sobre ellas, y después su
dominación.Las mujeres se encuentran arrojadas a una situación de dependencia que
preludia su situación secular.

En revancha, el sistema ginecolocal que domina allí, brinda a la mujer la ventaja de


residir permanentemente en el grupo, por lo tanto de ser el elemento más estable
mediante el cual pasan necesariamente todas las devoluciones de bienes a los cuales
se asocia a veces el territorio5.

A causa de que vive, cuando se casa, entre sus afines, sus relaciones de filiación
siempre están subordinadas a sus relaciones de conyugalidad. Sin embargo, queda
preservada una esfera de autonomía ligada a su función de madre. Funciones precisas
pero variables con la edad.

112-113. El papel social de la mujer comienza en la pubertad, con la aparición de sus


capacidades potenciales de reproductora. Pero esta cualidad de hecho, le es negada
institucionalmente: sólo el hombre posee la capacidad de reproducir el lazo social. La
filiación sólo se realiza por su intermedio.

Casada, su condición está subordinada a las reglas de devolución de su descendencia.


Y es al perder sus capacidades fisiológicas de reproducción que es susceptible de
adquirir las capacidades sociales.

La mujer se vuelve susceptible a dos formas de explotación: a- explotación de su


trabajo, en la medida que su producto pertenece al esposo, b- explotación de sus
capacidades de procreación, pues los derechos sobre la descendencia, se establecen
siempre entre los hombres.

Pero el grado de explotación de la mujer no sólo se mide por el tiempo de trabajo que
ella ofrece a la comunidad sin retribución, se mide también por la fuerza de trabajo
5
Por territorio entendemos, como G. Sautter, la tierra trabajada, a la que se ha incorporado una parte
significativa de la energía de la comunidad presente y pasada.

16
que ella recibe de su descendencia, es decir, del tiempo que sus hijos le dedicarán para
subvenir a sus necesidades.

La subordinación al hombre de las capacidades reproductoras de la mujer, la privación


de su descendencia en provecho de aquél, su incapacidad para crear relaciones de
filiación, se acompañan de una similar incapacidad de la mujer para adquirir un status
a partir de las relaciones de producción. Ella no es admitida al status de productora. No
es, en la comunidad de su esposo, un ser libre.

114-115. Marx tenía razón al considerar a las mujeres como la primera clase
explotada.

La mujer constituye el instrumento de la autoridad de los mayores sobre los menores,


al mismo tiempo que el medio de emancipación de éstos últimos frente a los primeros.
A la dependencia de la colectividad respecto de la mujer, para su reproducción, se
agrega la dependencia de los hombres para su alimentación. Las esposas están
universalmente dedicadas a la preparación del alimento, a la manipulación de los
productos agrícolas con el objeto de hacerlos comestibles. (“Mediante la preparación
del alimento la mujer se afirma también como procreadora”. Weil, 1970)

Los menores.

En la comunidad doméstica, la sobrevivencia de los productivos y la multiplicación de


los productores, representa la doble finalidad de este modo de producción. Pero si
esta finalidad favorece la explotación de las mujeres, se opone a una explotación
organizada de los hombres entre sí.

116-117. A veces, las relaciones entre mayores y menores son interpretadas por
ciertos autores como relaciones de clases. (Rey, 1975).

Pero, en la sociedad doméstica los mayores sólo son tales por haber invertido y
restituido su energía en la producción de menores destinados al mismo ciclo de
adelantos y restituciones. Sólo se perpetúan cediendo a los menores los medios de la
reproducción, es decir, una esposa.

Los menores se sitúan, en relación a las mujeres, como los asociados de sus mayores.
Frente a éstos su situación se parece más a la de clientes que a la de explotados. Es
decir, las únicas explotadas son las mujeres.

Los conflictos entre mayores y menores reflejan siempre una oposición que se sitúa en
el interior de un sistema. Pero esta oposición no es radical, no apunta a cuestionar las

17
instituciones sino sólo a beneficiarse de ellas, y siempre por medio de la alienación de
una mujer.

El ascenso al rango de adulto, de padre de familia, supone por parte de los menores
una conformidad con las reglas obligatorias del orden social del que los ancianos son
los guardianes vigilantes y severos. Ellos no gozan directamente del producto
inmediato de su trabajo, no pueden acumular en provecho propio, no pueden elegir al
cónyuge, muchas veces están sometidos a duras abstinencias sexuales. En los
conflictos que los oponen a sus mayores, por lo general la asamblea de ancianos no les
es favorable. Se sabe también que bajo el efecto de la colonización y de la economía
monetaria los jóvenes buscan escapar a las obligaciones de la aldea mediante la
emigración.

118-119. Pero, el ejercicio por parte del mayor, de una autoridad sobre los menores,
no crea de por sí una relación de clase. Puesto que el mayor para asegurar la
reproducción debe concederle una esposa a su dependiente. Las clases, ergo, no
pueden reducirse a categorías de edad o sexo. Son grupos sociales orgánicos,
situados en relaciones funcionales, dependientes unos de otros y poseyendo cada
uno su modo de reproducción propia.

120-121.Contradicciones y contactos: las premisas de la


desigualdad.
En el nivel político, la contradicción más profunda está suscitada por el fortalecimiento
necesario del poder del decano a medida que a causa de la extensión de la comunidad
doméstica se debilitan las bases objetivas de dicho poder. Se agrega que, la extensión
de las células exogámicas contribuye a neutralizar un gran número de parejas
matrimoniales posibles.

Los riesgos de tensiones posibles se agravan con la extensión de la comunidad, y son


amenzadas las condiciones de su reproducción. El ppal. medio del que dispone el
decano para mantener la cohesión de la comunidad es de naturaleza ideológica: la
moral, el terror supersticioso, las prohibiciones sexuales, la sublimación del padre y de
los ancestros que representa, etc. Este aparato, asociado a sanciones, tiende a
compensar el debilitamiento de las bases objetivas del poder.

La segmentación sigue siendo el modo de resolución de la contradicción entre la


extensión de la comunidad doméstica, y el debilitamiento de este mismo poder bajo
los efectos de dicha extensión. Modo de resolución que debilita sin embargo a cada
comunidad.

18
Para que se produzca una transformación radical de la sociedad doméstica es
necesario que la reproducción social se ejerza en provecho de un grupo orgánico a
expensas de otro. Es necesario que exista disociación de los ciclos productivo y
reproductivo, institucional y orgánicamente confundidos en el modo de producción
doméstico.

Como vimos, la reconciliación de ambos ciclos se realiza mediante una serie de


operaciones que subordinan la paternidad a las capacidades productivas por medio
del movimiento de los individuos, y particularmente de los niños. Hay disociación de
ambos ciclos, por el contrario, cuando el movimiento de los individuos es substituido
por el movimiento de los productos, y los individuos quedan así ligados a su familia de
origen. Mientras la circulación de niños no permite la extensión, en el interior de una
comunidad, la circulación de las subsistencias abre camino a la acumulación.

Para que esta disociación se cumpla y se convierta en institucional, es necesario aún


que el conjunto de la sociedad doméstica esté controlada por una fracción de la
misma y orientada en su provecho. Tal control pasó por la sumisión a esta clase de
todas las mujeres púberes.

123. La comunidad doméstica no constituye una sociedad por sí misma sino por su
asociación con otras comunidades semejantes, con el fin de la reproducción. Ya sea
violenta o en orden, esta asociación constituye a cada instante un conjunto social
finito, una colectividad correspondiente a un área matrimonial. Pero las
contradicciones que hemos señalado y que no permiten asegurar a las relaciones
matrimoniales un desarrollo armonioso, hacen que la comunidad esté en estado
permanente de conflictos larvados o abiertos.

124-125. Más allá de esta debilidad, las comunidades agrícolas son vulnerables por
otras causas: su sedentarismo, que hace fácilmente ubicables sus asentamientos, la
necesidad de almacenar el producto agrícola, la dispersión de los adultos en los
campos durante el período productivo, etc. Son así, la presa fácil de las bandas que se
dedican al pillaje. (Metáfora interesante con el presente de las comunidades
agrícolas extra-pampeanas).

Tienen necesidad de protegerse contra quienes apetecen sus productos o sus


agentes productores, y esta protección impone nuevas obligaciones.

Paradójicamente, el parentesco aparece también en la situación de dominación


colonial. Cuando una dominación de clase se establece sobre tales comunidades, se
expresa en el lenguaje del parentesco para sostener la ideología del poder, aun
cuando precede de una potencia extranjera. La clase dominante o el soberano que la

19
representa, se asimila al mayor o al padre. En contrapartida, se espera que él los
proteja.

126- 127. Estas relaciones, sin embargo, no son en esencia idénticas a las relaciones
domésticas. Sólo conservan las apariencias de éstas últimas para disimular relaciones
de explotación.

Conclusión: el modo de producción doméstico tal como lo describimos ya no existe.


Sobre la economía doméstica se construyeron todas las otras, desde la economía
aristocrática hasta el capitalismo e incluso la esclavitud, que sólo puede existir por ella.

Pero aplastada, explotada, dividida, inventariada, tasada, reclutada, la comunidad


doméstica vacila pero sin embargo resiste, pues las relaciones domésticas de
producción no han desaparecido totalmente. Subyacen aún millones de células
productivas insertas de diversas maneras en la economía capitalista, produciendo sus
sustancias y sus energías bajo el peso aplastante del imperialismo.

El estudio de una forma a la vez perimida y vivaz de producción, no deja de tener


pertinencia para la inteligencia del presente, pues es necesario reconocer su
especificidad para comprender el papel esencial que nunca dejó de desempeñar en
la historia social y las lejanas implicaciones de su desaparición.

Segunda Parte: “La explotación de la comunidad doméstica. El imperialismo como


modo de producción de mano de obra barata”.

Las paradojas de la explotación colonial.


131. Al menos que admitamos como los clásicos que el intercambio crea valor, el
enriquecimiento de los países imperialistas sólo puede provenir de la explotación de
los trabajadores de dichos países y no del comercio internacional.

132. Durante el período colonial la mano de obra fue desalojada del campo mediante
el reclutamiento forzado más que por la expropiación. Después de la desaparición del
trabajo forzado en las colonias fue necesario, para obtener la misma mano de obra,
20
ofrecer un salario mínimo susceptible de atraerla al sector de empleo capitalista. Pero
el desarrollo del asalariado no suprime los gastos de represión indispensables para la
explotación del trabajo, gastos que asume siempre y en todas partes el estado
capitalista, tanto en su propio país como en los países colonizados.

136. El subdesarrollo es resultado de una transferencia entre sectores económicos que


funcionan sobre la base de relaciones de producción diferentes. Existen dos paradojas:

1. Si el valor de la fuerza de trabajo descansa sobre el tiempo de trabajo socialmente


necesario para la producción del conjunto de los bienes y en particular de los
alimentos necesarios para la reproducción fisiológica e intelectual de los trabajadores
así como para la reproducción de los futuros trabajadores, de esto se sigue que , en la
esfera capitalista, una agricultura para la alimentación, con baja productividad, como
la que existe en los países subdesarrollados, elevará el costo de la fuerza de trabajo
porque serán necesarias más horas, para producir los alimentos necesarios para el
mantenimiento de los trabajadores, que las necesarias en una agricultura con alta
productividad. Sin embargo, en esos países la fuerza de trabajo que proviene del
sector doméstico, así como los alimentos producidos para la explotación familiar, son
baratos.

2. Según la lógica del capitalismo los capitales tendrían que invertirse en ese sector
con baja productividad, donde las ganancias extraídas tendrían que ser las más
elevadas. Sin embargo la agricultura de alimentación en los países subdesarrollados es
un sector que, por el contrario, fue casi completamente abandonado hasta el presente
por el capitalismo.

Hay que hacer una reconsideración de las teorías del salario y de la acumulación
primitiva para solucionar estas paradojas.

137. Se sabe que la agricultura de alimentación, en los paises subdesarrollados,


permanece casi totalmente al margen de la esfera de la producción capitalista, pero
esta, directa o indirectamente, en relación con la economía de mercado mediante el
abastecimiento de mano de obra alimentada en el sector doméstico o de alimentos
con sus propios productos. Esta economía de alimentación permanece por lo tanto en
la esfera de circulación del capitalismo en la medida que lo provee de fuerza de
trabajo y alimentos, mientras permanece fuera de la esfera de la producción
capitalista por cuanto el capital no se invierte en ella y porque sus relaciones de
producción son de tipo doméstico y no capitalista. Las relaciones entre ambos
sectores, capitalista y doméstico, no pueden considerarse como relaciones entre dos
ramas del capitalismo: la relación es entre sectores donde dominan relaciones de

21
producción diferentes. Es a causa de las relaciones orgánicas que se establece entre
ambas economías, que el imperialismo pone en juego los medios de reproducción de
una fuerza de trabajo barata en provecho del capital; proceso de reproducción que es,
en la fase actual, la causa esencial del subdesarrollo y al mismo tiempo de la
prosperidad del sector capitalista.

138. Modo de producción: el conjunto de las relaciones de producción y reproducción


orgánicamente asociadas en un nivel determinado del desarrollo de las fuerzas
productivas.

Tanto el capitalismo como el feudalismo (modos de producción) dependen de


relaciones domésticas para su reproducción. Marx utiliza el término modo de
producción para ilustrar la progresión de la historia, pero los modos de producción no
son homogéneos.

El materialismo dialéctico admite que existe posible transferencia de valor de un modo


de producción a otro por medio del mecanismo de la acumulación primitiva simple,
vale decir cuando dicha transferencia se produce mediante la destrucción de un modo
de producción en provecho de otro. Pero en este trabajo, intentamos demostrar que
existe una extracción continua de valor que se realiza mediante la preservación del
modo de producción dominado y no por su destrucción.

140. El contacto es entre dos modos de producción, uno dominando al otro y


comprometiéndolo en un proceso de transformación. Mientras persisten las
relaciones de producción y reproducción domésticas, las comunidades rurales en
transformación permanecen cualitativamente diferentes del modo de producción
capitalista. Por el contrario, las condiciones generales de reproducción del conjunto
social llegan a no depender ya de los determinismos inherentes al modo de
producción doméstico, sino de las decisiones tomadas en el sector capitalista.
Mediante este proceso, en esencia contradictorio, el modo de producción doméstico
es simultáneamente preservado y destruido; preservado como modo de organización
social productor de valor en beneficio del imperialismo, destruido pues se lo priva a
plazo fijo, mediando la explotación que padece, de los medios para su reproducción.
En tales circunstancias, el modo de producción es y no es.

Según las circunstancias, la economía doméstica sufre diversas transformaciones, por


tanto, no es suficiente negar el dualismo y pretender que bajo el efecto de la
colonización todas las relaciones de producción se vuelven capitalistas, sino que se
trata de estudiar de qué manera el imperialismo moderno organiza a unos y otros, y
a unos mediante los otros, en su provecho.

22
Salarios Directos, Salarios Indirectos.
141. El problema de la explotación capitalista se plantea en los términos generales de
la producción y de la reproducción de la fuerza de trabajo. Las relaciones domésticas
persisten no sólo como relaciones de reproducción sino también como relaciones de
producción del trabajo se realiza en condiciones diferentes según que al ser el
capitalismo el modo de producción exclusivo (el caso teórico de un capitalismo
integral) o según que el capitalismo domine formas de producción no capitalistas,
explotando entonces no sólo a los trabajadores libres sino células organizadas de
producción (capitalismo imperialista).

142. Se acepta que el Capital de Marx es el modelo de un capitalismo integral: a-


todos los productos son mercancías, bienes que no podrían obtenerse fuera del
mercado; b- el desarrollo del capitalismo es endógeno, y luego de la Acumulación
primitiva, ya no recibe aporte gratuito desde el exterior.

Pero, la plusvalía está ligada a la duración del empleo de la fuerza de trabajo del
trabajador, contada en horas de trabajo. Marx explica que “el valor de la fuerza de
trabajo se determina por el tiempo de trabajo necesario para la producción, de ese
artículo especifico […] el valor de la fuerza de trabajo es el valor de los medios de
subsistencia necesarios para la conservación del poseedor de aquella […] incluye los
medios de subsistencia de los sustitutos, esto es, de los hijos de los obreros. El salario
habitual no sólo basta para asegurar la conservación de la misma, sino su
multiplicación.

143. Por lo tanto, señalamos 3 componentes del valor de la fuerza de trabajo: -


sustento del trabajador durante su período de empleo; - mantenimiento del
trabajador en los períodos de desempleo; -reemplazo del trabajador mediante el
mantenimiento de su dependencia (reproducción).

De los 3 componentes de lo que tendría que ser el salario teórico, sólo uno, el primero,
contribuye a la reconstitución de la fuerza de trabajo en tanto que mercancía
inmediatamente disponible en el mercado, vale decir, esta fuerza de trabajo vendida
por el trabajador al capitalista que realiza su valor, en el transcurso del contrato,
mediante su aplicación, por un tiempo limitado y medido en horas de trabajo, a los
medios de producción de los que es propietario.

144. En la práctica, el salario horario directo entregado al trabajador sólo paga la


fuerza de trabajo brindada durante la jornada de trabajo. Dicho trabajo, está calculado
sobre esta duración, independientemente de las cargas de familia del trabajador, de

23
sus períodos de desocupación o de enfermedad, pasados o futuros, de manera
también independiente del hecho de que haya sido formado, física o intelectualmente,
en el interior o en el exterior de la esfera capitalista de producción.

Es decir, el salario horario, el precio pagado a cada obrero por la compra de su fuerza
de trabajo, se calcula en relación al costo de mantención del trabajador durante, y sólo
durante, su período de trabajo, pero no durante el de su mantenimiento y el de su
reproducción.

Proveer al mantenimiento y a la reproducción de la fuerza de trabajo le plantea al


capitalismo algunas contradicciones que no pueden ser solucionadas sólo mediante el
pago del salario horario6.

145. La clase burguesa supera estas contradicciones y las vuelve a su favor mediante
una distinción entre dos suertes de remuneraciones: el salario directo y el salario
indirecto.

El primero es pagado directamente por el empleador al asalariado, sobre la base del


número de horas de trabajo cumplidas. Al menos asegura la reconstitución de la
fuerza de trabajo.

El salario indirecto, por el contrario, no es pagado en el marco de la relación


contractual, sino distribuida por un organismo socializado. Representa, la fracción del
producto social necesario para el mantenimiento y la reproducción de la fuerza de
trabajo en escala nacional. Esta fracción está calculada estrictamente de acuerdo al
costo de mantenimiento y de reproducción de cada trabajador considerado
individualmente y en función precisa de su situación familiar. De tal suerte que, la
fracción del producto social consagrada a la reproducción es convertida en un medio
de consumo y no de inversión. A esto se agrega la ley de la mayoría de edad que
prohíbe a los padres beneficiarse con los ingresos así invertidos en el mantenimiento y
la formación de sus hijos. El beneficio de esta producción de fuerza de trabajo como
mercancía escapa al trabajador en provecho de la clase capitalista.

Este proceso de conjunto, se sitúa, en la práctica actual, al nivel de Estado, cuando


este cristaliza en el plano institucional el área histórica del desarrollo de un capitalismo
nacional.

6
Para que se realice la plusvalía el salario debe estar fundado sobre la duración precisa del tiempo de
trabajo efectivamente brindado por el trabajador. Pero para que se realice la reproducción es necesario que
las entradas de trabajador cubran sus necesidades individuales durante toda su vida, independientemente
de la suma de fuerza de trabajo entregada.

24
Si se acepta este análisis se puede considerar que la reproducción y el mantenimiento
de la fuerza de trabajo no están asegurados en la esfera de la producción capitalista
sino remitidos, necesariamente, a otro modo de producción.

Sin techo: El éxodo rural.


152. La transferencia de la fuerza de trabajo desde el sector no capitalista hacia la
economía capitalista se realiza de dos maneras: éxodo rural y migraciones
temporarias.

El éxodo rural alcanzó ya a todas las zonas de expansión capitalista. Asumir el costo de
mantenimiento y de reproducción de esta fuerza de trabajo se conviritó en un
problema que fue necesario resolver por la puesta en marcha de mecanismos de
nivelación. La caridad, la asistencia pública y, finalmente, el seguro social.

154. Antes de ser completamente urbanos, los obreros, conservan largo tiempo sus
lazos con la tierra, con la fracción familiar que permaneció en el país de origen. La
extensión definitiva del campesinado, la disminución del éxodo rural, el relajamiento y
luego la ruptura de los lazos de los obreros urbanos con el campo, corresponden a la
constitución en el sector industrial de un proletariado cada vez más estabilizado. La
fuerza de trabajo es producida, mantenida y reproducida, en el marco exclusivo del
capitalismo, donde es totalmente una mercancía, de acuerdo al esquema de Marx.

Estos enormes movimientos de población que marcan el desarrollo del capitalismo


industrial, estas transferencias de millones de horas de trabajo hacia el sector
capitalista, fueron y son aún el motor de todas las expansiones. Marx describió su
génesis como la Acumulación Originaria. Pero este movimiento no ha cesado a partir
de entonces.

155. Todos los movimientos migratorios coinciden con una recuperación de la


expansión capitalista mediante el aporte gratuito de fuerza de trabajo representado
por esas transferencias hacia zonas de empleo. La contrapartida de esos beneficios es
el aumento brusco del costo de reemplazo de esta mano de obra en la segunda
generación, cuando ésta debe ser asumida totalmente por el sector capitalista. Este
costo de estabilización de la mano de obra interviene muy probablemente para
explicar la crisis de los años ’70, así como la crisis petrolera.

El eterno retorno al país natal: Las migraciones temporarias.

25
156. Existe otra forma más perfeccionada de acumulación primitiva cuya importancia
no dejo de crecer: la que se realiza por medio de las migraciones temporarias y
giratorias, por la preservación y explotación de la economía agrícola doméstica.

Durante el período inicial de expansión imperialista, el modo de producción doméstico


corrió la misma suerte que el feudalismo y la esclavitud. Poblaciones íntegras fueron
expulsadas para dejar lugar a las granjas de los colonos a las compañías
concesionarias. Pero este proceso no fue general ni inmediato. Mucha tierra fue
preservada de la apropiación privada y numerosas poblaciones fueron mantenidas en
su lugar o, muchas veces, vueltas a su modo de producción doméstico de
autosubsistencia.

Después de diversas fórmulas de explotación, se va elaborando una política colonial,


particularmente en África, que saca partido y organiza las capacidades productivas de
las economías domésticas. La comunidad doméstica podía ser mejor explotada por
medio de su preservación que mediante su destrucción.

La explotación de la comunidad doméstica se apoya sobre dos de sus propiedades: la


de tratarse de una organización productiva colectiva cuya explotación es más
ventajosa que la de un individuo (explotar a uno de sus miembros equivale a explotar
a todos los otros), y la de producir un plus-trabajo.

161. Tres son las variantes de la extracción de la renta en trabajo por el capitalista:

- El trabajador es empleado en el sector capitalista sólo durante la estación muerta y


se alimenta de sus reservas domésticas durante este período. Es una forma de
explotación análoga a la corvea, donde el capitalista pasa a ser el señor feudal.

- El trabajador es empleado en el sector capitalista sólo durante la estación muerta


pero es alejado de su lugar de origen y no puede alimentarse con las reservas
domésticas. La renta debe ser amputada entonces del valor de las subsistencias
entregadas por el empleador al trabajador a través de la duración de su empleo a fin
de reconstituir la fuerza de trabajo inmediata. Para el trabajador es una situación
menos desfavorable en la medida que le permite ahorrar del producto doméstico el
volumen de su consumo.

-El trabajador es empleado en el sector capitalista durante un período mayor que la


estación muerta. Además de la subsitencia, es necesario agregar a su remuneración el
equivalente de la falta de producción que resulta de su ausencia durante el período
productivo. En tales condiciones, la explotación del trabajo realiza la transferencia del

26
sector doméstico al sector capitalista, proporcionalmente a la edad del migrante y a la
duración del empleo en el sector capitalista.

163. Se puede establecer entonces que cuando un trabajador está comprometido


simultáneamente en la agricultura de subsistencia y en un trabajo remunerado del
sector capitalista, produce a la vez una renta en trabajo y una plusvalía. La primera
procede de la transferencia gratuita de una fuerza de trabajo producida en la
economía doméstica hacia el sector de producción capitalista, la otra de la explotación
de la fuerza de trabajo del productor comprada por el capitalista 7 .

164. La renta se realiza al mismo tiempo que la plusvalía y proporcionalmente a las


horas de trabajo remunerado. Para el capitalismo, la renta y la plusvalía se confunden
en una sola y única ganancia. Pero sabemos que los elementos de la renta en trabajo
están presentes porque el trabajador divide su fuerza de trabajo entre su propia
producción y la producción de una mercancía para su empleador.

La renta no se realiza de igual manera que la plusvalía, no pone en juego las mismas
instituciones: la extracción de la renta en trabajo exige la puesta en marcha del
mecanismo complejo y específico de las migraciones temporarias, el establecimiento
de un doble mercado de trabajo y el sostenimiento de una ideología discriminatoria
adecuada.8

El mantenimiento de las “reservas de mano de obra”.


166. Para que se realice la súper-explotación del trabajo mediante la doble extracción
de la renta de trabajo y la plusvalía, no de manera ocasional sino sistemáticamente,
deben darse varias condiciones simultáneas.

En la zona de emigración: preservación integral o parcial de una agricultura de auto-


subsistencia y de relaciones domésticas de producción. Con este fin, es necesario que
los capitalistas impidan la extensión del capitalismo a las zonas rurales proveedoras de
mano de obra.

Por ejemplo, en los estados racista de África oriental y austral. En esas colonias de
poblamiento una fracción del territorio colonizado es substraída a la apropiación
privada de los colonos. Son las “reservas”, de tierras y sobre todo de mano de obra.

7
Desde el momento en que el trabajador es asalariado, parcial o completamente, el capitalismo, para
realizar la plusvalía, debe crear un mercado de alimentos.
8

Como traté de demostrarlo, no es la reconstitución sino el mantenimiento y la reproducción de la fuerza


de trabajo los que son parcialmente asegurados por el sector doméstico durante la permanencia del
trabajador en el sector capitalista.

27
Las autoridades intentan impedir en ellas la emergencia de una propiedad privada de
la tierra y la constitución de relaciones capitalistas. Para su subsistencia, cada familia
recibe una parcela de tierra en función de su dimensión. Las reservas son utilizadas
como “amortizadoras” en el sentido de que satisfacen las necesidades de los
desocupados, de los enfermos, de los viejos, sin ninguna carga para el Estado.

168. Son lugares donde la fuerza de trabajo puede reproducirse al nivel estricto de la
subsistencia pero los trabajadores son aceptados ahí solo por períodos cortos de
tiempo…

El doble mercado de trabajo y la segregación.


170. Atraídos por la necesidad al sector capitalista y al mismo tiempo, rechazados por
razones de economía al sector doméstico, los campesinos-proletarios constituyen una
mano de obra específica frente a la cual se ha instituido un modo de explotación
también específico.

La extracción capitalista de la renta en trabajo exige, en efecto, la constitución de


instituciones, mecanismos y de ideologías específicas determinadas que son
universales: el doble mercado de trabajo y la rotación de mano de obra de origen rural
mediante su periódico envío al sector doméstico. Esta política es sostenida por una
necesaria ideología racista.

El doble mercado de trabajo apunta a dividir orgánicamente al proletariado en dos


categorías: la de los trabajadores integrados y estables, que se reproducen
íntegramente en el sector capitalista; la de los trabajadores migrantes que sólo se
reproducen en él parcialmente.

172. La patronal y el gobierno explotan así la contradicción en la cual los coloca esta
forma de súper-explotación, pretendiendo hacer de árbitros entre los racistas y los
migrantes, a veces castigando, pero por lo general incitando o dejando hacer a las
bandas especializadas en el asesinato racista (neonazis, partidos fascistas), sin jamás
tomar medidas susceptibles de hacer desaparecer esta represión indispensable para la
realización del superbeneficio.

El racismo tiene una segunda función: la de producir el terror en una fracción del
proletariado que, al estar súper-explotada, tiene razones para rebelarse y recurrir a la
violencia. ( ¿Lucha de pobres contra pobres?)

28
La rotación de la mano de obra migrante es obtenida mediante estas discriminaciones,
las que, al privar al trabajador migrante del seguro social y del seguro de empleo, lo
obliga a volver a su país.

173. El mecanismo de las migraciones temporarias funciona tanto en el interior de un


mismo país, entre zonas rurales y zonas urbanizadas, como en escala internacional
entre los países fundamentalmente rurales y los industrializados.

174. Otro efecto del doble mercado de trabajo es la “flexibilidad” que permite la
inestabilidad instituida en el mercado bajo. Los trabajadores migrantes son reducidos
en períodos de recesión, mediante la detención o el freno de la emigración, y la no
renovación de los contratos a una parte de los trabajadores que ya están en el lugar.
Por este paro, los países empleadores están en condiciones de exportar “su paro
económico” hacia los países más pobres para que éstos asuman la carga en su lugar.

Los movimientos de mano de obra, bajo su aparente anarquía, su clandestinidad


querida y tolerada, se organizan de acuerdo con las necesidades del capitalismo
internacional y en su beneficio.

Los límites de la súper-explotación del trabajo.


179. El sector doméstico, a causa de la explotación de la que es objeto mediante la
emigración, sufre una lenta degradación que compromete a un plazo fijo sus
capacidades de reproducción y de aprovisionamiento continuo del mercado de
trabajo.

180. La monetarización creciente de la economía agravó esta situación. Los esfuerzos


de producción exigidos a los campesinos no fueron acompañados de ninguna medida
susceptible de acrecentar la productividad del trabajo o el rendimiento de las tierras.
Ya no es por la presión administrativa que el campesinado se exilia, sino por las
condiciones económicas que se producen en su medio ambiente, por la imposibilidad
de aumentar la productividad sin recurrir a un aumento de la duración del trabajo.
Vale decir, por la imposibilidad de introducir el progreso.

El sector capitalista se reserva la posibilidad de ofrecer un salario que refleja


parcialmente la distinta productividad de ambos sectores. Así, atrae al trabajador
rural, pero dicho salario permanece inferior al precio medio de la fuerza de trabajo
en el mercado capitalista, por eso, además de plusvalía, se produce la renta en
trabajo.

29
Para el trabajador rural, el salario ofrecido por el sector capitalista tiene al menos dos
ventajas: a- acceso al numerario, raro y “caro” en el sector doméstico, y el acceso,
gracias a ese numerario, a los objetos que reemplazan la producción artesanal; b- la
percepción de un salario comparativamente elevado en relación al que habría
obtenido mediante la aplicación de una misma fuerza de trabajo a los medios de
producción domésticos.

184. Síntoma de la crisis de la economía doméstica, es el crecimiento demográfico


como medio para superar un porvenir incierto.

En esta coyuntura incierta, también el uso del dinero permanece incierto. La


preservación de la comunidad como célula de producción y de reproducción, exige
que sea utilizado en lo que Balandier (1959:38) llamó las “inversiones sociológicas”
destinadas a conquistar o a reforzar pertinencias de tipo tradicionales” (pago de dote,
contribución generosa al culto musulmán, regalos, ayudas matrimoniales,
peregrinaciones, etc.).9

190. La concurrencia: La utilización de un proletariado inestable y no integrado


también plantea problemas en el sector de empleo capitalista. Problema para la
patronal en lo que se refiere a la naturaleza y al volumen de las inversiones en ramas
que emplean mano de obra migrante poco formada, poco instruida.

Los medios de producción deben estar adaptados a esta baja calificación. Pero al
mismo tiempo el costo inferior de esta mano de obra no impulsa a los empresarios a
equiparse con medios de producción de alta productividad,

Así, como lo había señalado Marx, la súper-explotación del trabajo contribuye a frenar
la baja tendencial de la tasa de ganancia. En la medida en que favorece a ciertas ramas
de la industria más que a otras, agudiza también la concurrencia en el interior del
capitalismo y suscita la hostilidad de ciertas fracciones burguesas, llamadas liberales,
contra las que, empleando la mano de obra migrante y barata, son consideradas
retrógradas.

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Lumpen proletariat viene de la palabra alemana Lump: pordiosero, miserable, crápula. NO de la palabra
italiana Lumpen (harapos) como muchas veces se confunden. Y hace referencia a la fracción pervertida y
viciosa (matones) del proletariado que el capitalismo recluta para volvernos en contra de su clase.

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