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Programa Desarrolo Infantil 7 Pasos

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SIETE HERRAMIENTAS PARA LLEVAR

UN PROGRAMA A ESCALA
 
Banco Interamericano de Desarrollo. Si deseas republicar el artículo, por favor solicita
autorización a sph-communication@iadb.org.
Por María Caridad Araujo.
En el área del desarrollo infantil, todos conocemos intervenciones maravillosas que han
sido implementadas con éxito por organizaciones locales en escalas muy modestas (una
comunidad, una escuela, un centro comunitario). Pero, ¿qué sucede cuando decidimos
llevar ese modelo a una escala mayor? Ocurre que nos encontramos con una serie de
dificultades prácticas que pueden llegar a poner en riesgo la factibilidad y los resultados del
programa.
Aquí te ofrezco algunas herramientas para anticipar y resolver este tipo de problemas:
1. IDENTIFICACIÓN DE LOS BENEFICIARIOS.
No se trata de reinventar la rueda. Aprovecha los sistemas de focalización con los que
cuentan ya la mayoría de los países de la región, muchas veces asociados a otros
programas de bienestar social como los de transferencias monetarias condicionadas.
2. DISPONIBILIDAD DE RECURSOS HUMANOS QUE CUMPLAN CON EL PERFIL
PROFESIONAL REQUERIDO.
Esto es particularmente complejo cuando se trabaja en zonas rurales o dispersas. Requiere
entender con anterioridad la oferta local de recursos humanos, ofrecer condiciones
laborales atractivas y tener cierta flexibilidad en los procesos de selección. En el mediano
plazo, requiere también trabajar con las instituciones de educación superior para asegurar
que se produzca el personal que requiere el programa.
3. CAPACITAR A ESCALA.
Con frecuencia se cae en la tentación de sacrificar la duración, cantidad y calidad de las
capacitaciones en el esfuerzo de hacerlas masivas. Este es un error que hay que evitar
planificando adecuadamente los recursos y los cronogramas. Es indispensable seleccionar
bien a las personas que llevarán a cabo las capacitaciones. También se requiere prever no
solo la capacitación previa para el personal que se incorpora al programa, sino también
diseñar procesos de capacitación continua.
4.SUPERVISIÓN Y MENTORÍA.
Parte de la capacitación continua, la supervisión y mentoría son esenciales para asegurar
que la intervención se implemente con fidelidad además de ser una pieza clave del sistema
de monitoreo y seguimiento del programa. Es importante invertir en la capacitación
adecuada de los supervisores y proveer condiciones laborales atractivas y oportunidades
de desarrollo profesional, de tal manera a minimizar la rotación de personal. La supervisión
y mentoría deben realizarse en un ambiente constructivo ya que es deseable que el
personal de campo no vea este como un espacio de evaluación constante ni que genere
estrés. Por el contrario, es el espacio en el cual los supervisores demuestran el tipo de
relaciones que se quiere construir entre proveedores y familia: de respeto mutuo y de
apoyo.
5. PRODUCCIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE MATERIALES.
Es indispensable conocer los procesos de compras públicas a fondo y anticipar los
cronogramas de implementación de manera realista. Esto asegurará que el material esté
listo y llegue a donde debe llegar antes del inicio del programa.
6. ROTACIÓN FRECUENTE DEL PERSONAL
Este es un desafío común a los programas de desarrollo infantil en todo el mundo. Se
puede mitigar con incentivos laborales adecuados (salarios y beneficios competitivos), con
procesos de mentoría y supervisión de buena calidad y con oportunidades de crecimiento y
desarrollo profesional para el personal del programa.
7. LA CONDENA DEL ÉXITO.
Puede ocurrir que si el programa alcanza una escala importante y opera con éxito, se
convierte en una plataforma efectiva de llegada a las familias. En estas circunstancias,
existe la tentación de otros programas y servicios sociales que han sido menos exitosos en
ese proceso, de “sumarse” a esa plataforma para llegar a las familias con una oferta más
amplia de servicios.
Es muy importante manejar ese proceso con cuidado pues se puede llegar a sobrecargar al
programa original de componentes y al personal de responsabilidades, sacrificando el logro
de los objetivos esenciales. Para prevenir este riesgo, recomendamos:
a. Manejar con cuidado las expectativas de otras entidades del sector;
b. Pensar en estrategias de articulación inteligentes que reconozcan las limitaciones de
cada uno de los actores que se articulan;
c. Entender el costo y beneficio marginal de cada uno de los componentes del programa;
d. Identificar si todos los componentes considerados son necesarios para toda la población
beneficiaria o si es posible diseñar esquemas diferenciados.

¿Se te ocurren otras consideraciones a tener cuenta? Compártelas con nosotros en la


sección de comentarios abajo o siendo parte de la conversación siguiendo a @BIDgente en
twitter.
María Caridad Araujo es economista líder en la División de Protección Social y Salud del
Banco Interamericano de Desarrollo.

¿PUEDE LA BUENA CRIANZA FORMAR CAMPEONES OLÍMPICOS?
Lo que se me ocurre es lo que estoy haciendo.
El supuesto de la existencia de una producción subjetiva del cuidado en salud – el cuál
están estudiando desde la investigación cualitativa en atención primaria en Brasil – lo
puedo confirmar desde el ejercicio de la praxis profesional, en lo que un consultor calificó
como ‘ mi master -ad hoc – en gestión
El programa en cuestión se ocupó de la promoción del primer nivel de atención en salud
materno infantil en territorios en los cuáles viven poblaciones en condiciones de pobreza
estructural. Sus estrategias de inter jursdiccionalidad e inter sectorialidad con la
participación comunitaria en el primer nivel de atención de los gobiernos locales,
garantizaban el abordaje integral.
Trabajar en capacitación en servicio y coordinar una experiencia piloto de auditoría social
en la cuál el auditor era la misma población objetivo, es la fuente de conocimiento colectivo
que me permite confirmar la existencia de producción subjetiva del cuidado en salud, en
educación, en los vínculos sociales y en el ‘trabajo vivo’ de trabajadores, profesionales,
funcionarios, cómo en la vida misma.
El ejercicio profesional durante 30 años en distintas áreas del gobierno nacional y 12 años
en el gobierno local de una ciudad cosmopolita, me encuentran actualizando estrategias y
propuestas a directoras, docentes y familias de instituciones educativas asistenciales que
cuidan a los niños de 45 días a 4 años mientras sus padres trabajan.
Han sido algunos hechos de vulneración de derechos en los niños pequeños por los cuáles
la necesaria articulación de distintos actores, sectores e instituciones tomando conciencia
que cada hecho que se produce construye subjetividad e intersubjetividad en la red, es muy
necesario. Acompañar a las instituciones hasta que se dinamice la dimensión humana que
se juega en éste flujo de hechos, con los distintos actores y procedimientos que garantizan
que nuestros niños sean amados como las personas que son por todos los adultos que los
cuidan, es un trabajo artesanal en cómo nos relacionamos en el nivel interpersonal,
intergrupal e interinstitucional. Entiendo que el proceso iniciado es lento y en algún
momento se encontrará en campo con otros esfuerzos …. creo que éste movimiento
sinérgico, es de abajo hacia arriba. Garantizarlo desde una escala más amplia, implica un
cambio estructural en el cuál también está implicado lo actitudinal de cada persona que es
parte del proceso.
Dice Winnicott : `la tercera parte de la vida de un ser humano, una parte de la cual no
podemos hacer caso omiso, es una zona intermedia de experiencia a la cuál contribuyen la
realidad interior y la vida exterior. Se trata de una zona que no es objeto de desafío
alguno….’
¿ cuántos podemos decir que nos ocupamos de nuestra realidad interior integrada a
nuestro trabajo ? ¿consideramos en las decisiones que tomamos, las cuáles producen
hechos en la vida exterior que afectan la calidad de vida de niños y sus familias?
¿reconocemos que lo aplicaremos eficazmente en la vida de cada niño y su familia, si lo
consideramos juntos ?  
Rubén Gaete
Antes que nada señalar que me parece un buen articulo que nos da algunas pistas para
llevar a escala intervenciones o proyectos que han resultado exitosos o han demostrado
efectividad. Aportando al planteamiento del artículo, creo que llevar a escala algunas
intervenciones o proyectos, no es solo repetir una acción o implementar una herramienta
en una región diferente, implica además de repetir la acción o implementar una
herramienta; mantener la perspectiva política, la potencialidad transformadora, los valores y
principios del proyecto.
Por otro lado, no todo buen proyecto es susceptible de ser replicado, pues existen algunos
atributos o virtudes que hacen que un proyecto sea replicable, por ejemplo su flexibilidad,
bajo costo, su nivel de sistematización, adecuada simplicidad que facilite su comprensión,
nivel de sostenibilidad, fuerte liderazgos individuales o colectivos que lo impulsen, tanto
liderazgos iniciales como nuevos liderazgos que lo sostengan; entre otros.
Saludos desde Paraguay
IDA LUZ SOLIS MADRID
Muy interesante el articulo, gracias por compartirlo. Son medidas viables y productos de
una práctica reflexiva. Puedo comprender que se ha tomado el trabajo de campo como un
espacio privilegiado de aprendizaje y a los usuarios como protagonistas.
Jhony Heredia
Buenas propuestas en el artículo. Hay dos temas que en mi opinión también podrían
incluirse para saber si es posible llevar un programa a una escala mayor:
1. La preparación de una línea base para medir y evaluar si es exitoso o no el programa, y
que además éste sirva para detectar caracterizaciones y posibles dificultades de lograr la
escala deseada. Los resultados podrían ser insospechados, y nos ayudaría a conocer la
mejor ruta a seguir o la inconveniencia de continuar con la idea de una escala mayor.
2. La evaluación de la disponibilidad de recursos económicos y financieros, siempre
escasos, para observar las limitaciones o licencias para producir “escalabilidad”.

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