04 - Sentencia de Cámara Reestablece Cautelar
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40 Años de Democracia
Y VISTOS; CONSIDERANDO:
1. Que previo a todo, cabe recordar que este tribunal, por mayoría,
rechazó los recursos de apelación deducidos por el GCBA, IRSA y Fideicomiso
“Caballito Chico” y confirmó la resolución cautelar dispuesta por el juez de grado
consistente en: i) la suspensión de los efectos de los actos administrativos que otorgaron
el Certificado de Aptitud Ambiental (CAA) y los que registraron los planos
correspondientes a las Parcelas 2, 3, y 4 del predio en cuestión y ii) la paralización de
los trabajos constructivos que se desarrollaban en el predio sito en la Avenida
Avellaneda 1400 de esta Ciudad “hasta tanto reca[yese] en autos sentencia definitiva, o
bien hasta tanto se modifi[casen] las cuestiones (…) consideradas para arribar a [la]
decisión” (v. Actuación N°15999699/2020 del incidente “Iommi, Martín Andrés y otros
c/ GCBA y otros s/ incidente de apelación- amparo- ambiental”, expte. Nº4653/2020-1).
Para así decidir, en primer término, se valoró el marco constitucional
que protege el derecho a gozar de un ambiente sano (conf. art. 41 de la Constitución
Nacional), las disposiciones de la Ley General del Ambiente (ley de presupuestos
mínimos ambientales que rige para todo el territorio de la Nación, con carácter de orden
público), las normas de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (arts.
26 y 27) y de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental (Ley 123).
Bajo esa perspectiva y tomando en cuenta las probanzas de la causa se
concluyó liminarmente, en que mediaba verosimilitud en el derecho de la parte actora
respecto de su planteo de que la obra proyectada conformaría, en rigor, un Master Plan.
Así se sostuvo que “… el emprendimiento del caso involucraría un
proyecto inmobiliario integral …” y “… las obras no podrían examinarse desde una
perspectiva autónoma y autosuficiente, en tanto habrían sido pensadas como
integrantes de un conjunto” (v. página digital 14 de la referida actuación).
En esa línea se afirmó que “… se trataba de un emprendimiento
global y, según se dijo, como una red de espacios vinculados entre sí; recuérdese que, a
tenor de las descripciones que obran los expedientes administrativos, consistiría en la
construcción de diez edificios de diez pisos cada uno, galerías con comercios
minoristas y garajes comerciales” (v. página digital 14 de la citada actuación).
Por tanto, el tribunal interpretó que de acuerdo a las características y a
como habría sido diseñado dicho proyecto podría haberse encuadrado en los términos
del artículo 13 de la Ley 123; esto es, de aquellos que se presumen como de Impacto
Ambiental “Con Relevante Efecto”; dado que así debían considerarse “los grandes
emprendimientos que por su magnitud impliquen superar la capacidad de la
infraestructura vial o de servicios existentes” (inciso p del mencionado artículo 13).
Así se coligió que la tramitación de los certificados de aptitud
ambiental de modo individual, para cada una de las parcelas involucradas, y sin que la
autoridad de aplicación examinase el proyecto en forma conjunta e integral habría
impedido ponderar el alcance del impacto ambiental del emprendimiento. Asimismo, se
destacó que las circunstancias apuntadas hubieran exigido también el cumplimiento de
la audiencia pública prevista en el artículo 30 de la CCABA.
En esa senda, se recordó que cuando se trata de emprendimientos de
relevante efecto ambiental deben sujetarse al procedimiento de evaluación de impacto
ambiental con carácter previo a iniciarse la obra.
Finalmente, se ponderó la existencia de peligro en la demora por la
naturaleza de los derechos en juego y la magnitud de los daños que podrían irrogarse de
proseguir con la actividad que se reputa lesiva a aquellos derechos.
respecto de la parcela 1, al haber sido separada del master plan (v. Actuación
Nº1311715/2023 de los autos principales ya citada).
Protocolo Nº 1102/2023