Aparato Urinario Humano
Aparato Urinario Humano
Aparato Urinario Humano
Características generales
Vías urinarias: recogen el orín desde la pelvis renal y la expulsa al exterior, están
formadas por un conjunto de conductos que son:
Uréteres. Son dos conductos que conducen la orina desde los riñones
hasta la vejiga urinaria.
Vejiga urinaria. Receptáculo donde se acumula la orina.
Uretra. Conducto que permite la salida al exterior de la orina contenida en
la vejiga urinaria.
Nefrona
A nivel microscópico, el riñón está formado por entre 800 000 y 1 000 000 de
unidades funcionales que reciben el nombre de nefronas. Es en la nefrona donde
se produce realmente la filtración del plasma sanguíneo y la formación de la orina;
la nefrona es la unidad básica constituyente del órgano renal. En cada riñón
existen 250 conductos colectores, cada uno de los cuales recoge la orina de 4000
nefronas. La estructura de la nefrona es compleja, se compone de un corpúsculo
renal en comunicación con un túbulo renal. El corpúsculo renal es una estructura
esferoidal, constituida por la cápsula de Bowman y el ovillo capilar contenido en su
interior o glomérulo. El túbulo donde se vierte el filtrado glomerular se divide en
tres partes: Túbulo contorneado proximal, asa de Henle y túbulo contorneado
distal. La nefrona constituye el aspecto más fascinante del riñón y es donde se
produce el principal trabajo del órgano. En cada una de ellas entra un pequeño
vaso sanguíneo, la arteriola aferente que aporta sangre a los glomérulos y forma
un ovillo capilar. El camino inverso de la sangre transcurre a través de la arteriola
eferente.
Formación de la orina
Durante el paso a través del sistema de túbulos renales, la orina primaria pierde
alrededor del 99 % del volumen inicial, principalmente por absorción de agua, por
lo que el orín final contiene las sustancias de desecho como urea y creatinina a
una concentración mucho más alta que la inicial. De esta forma el riñón es un
sistema muy eficaz en la eliminación de sustancias de desecho, la concentración
de creatinina en sangre, por ejemplo, oscila entre 0,7 y 1,3 mg por dl, mientras que
en la orina final es entre 100 y 160 mg por dl, 130 veces superior.
Riñón
El riñón está cubierto por una cápsula de tejido conectivo denso denominada
cápsula renal, sobre su borde medial se encuentra una incisura denominada hilio
renal en donde se puede apreciar la entrada de la arteria renal y la salida de la
vena renal y el uréter.
Si se corta el riñón paralelamente a sus dos caras, se puede observar que está
compuesto por dos zonas de color distinto, a las que se ha llamado medular o
interna, y cortical o externa. En la zona medular son visibles unas estriaciones de
forma piramidal denominadas pirámides renales (o de Malpighi) que presentan un
vértice orientado hacia los cálices (papilas).
Uréter
Vejiga urinaria
Uretra
Micción
Cálculo renal. Es un trozo de material sólido que se forma dentro del riñón a partir
de sustancias que están en la orina. El cálculo renal, llamado en ocasiones piedra,
puede quedarse en el riñón o ir bajando a través del tracto urinario. La intensidad
de la sintomatología que provoca está generalmente relacionada con el tamaño
del cálculo. En ocasiones se produce su expulsión casi sin sintomatología.
Aunque los riñones son los órganos más importantes para la función excretora,
hay otros órganos que contribuyen a esta función. Entre ellos destacan la piel, los
pulmones y el hígado.
Piel. En la piel se sitúan las glándulas sudoríparas que son glándulas de secreción
externa, compuestas por un conjunto de túbulos apelotonados, ubicados en la
dermis, y un tubo excretor que atraviesa la epidermis y desemboca en el exterior
por un poro de la piel. La sustancia excretada por las glándulas sudoríparas, se
denomina sudor, y se compone de agua (99 %), sales minerales (0,6 %), siendo el
cloruro de sodio la más abundante, sustancias orgánicas que corresponden
únicamente al 0,4 % del sudor, incluyen urea, creatinina y sales de ácido úrico. La
excreción de sudor a través de la piel tiene dos funciones: Contribuir a la excreción
del exceso de cloruro de sodio y regular la temperatura corporal, impidiendo que
se eleve demasiado.
Desde el punto de vista etiopatogénico, las GNA pueden ser de tipo primario, o
más frecuentemente de tipo secundario, asociadas a una infección o a una
enfermedad autoinmunitaria. En la edad pediátrica, las GNA habitualmente se
presentan en dos contextos clínicos:
Anamnesis
Examen físico
Los hallazgos físicos más característicos del síndrome nefrítico son el edema
periférico y la HTA sistémica, secundarios a la expansión del volumen.
Una vez que se han iniciado los sucesos inflamatorios, aparece una cascada de
mediadores inflamatorios que son los responsables del incremento de la
permeabilidad a las proteínas y de la disminución del filtrado glomerular,
provocando las alteraciones estructurales del glomérulo con: hipercelularidad,
trombosis, necrosis y, en ocasiones, la formación de semilunas. Se produce un
aumento de la reabsorción de sal en la nefrona distal, con la consiguiente
retención de líquidos y con un sistema renina-angiotensina-aldosterona que
funciona normalmente
Pruebas de laboratorio
Las pruebas de laboratorio básicas, además del estudio del sedimento urinario,
incluyen: las pruebas de función renal, el estudio del complemento y de
anticuerpos antinucleares y el estudio del sedimento urinario. Una característica
identificativa del sangrado glomerular es la presencia de un porcentaje significativo
de hematíes dismórficos en el frotis de orina.
Estudios urinarios
Estudios hemáticos
Pruebas de imagen
Biopsia renal
A pesar de ser una condición muy frecuente a nivel global, la incidencia real de la
GNAPI, cuyo prototipo en el 90 % de los casos es la GNAPE, es desconocida. La
frecuencia de la GNAPE depende mucho del nivel de desarrollo socioeconómico
de la región. Se observa una disminución de la incidencia en los países
industrializados, debido al mejor acceso a la asistencia sanitaria y a la
potabilización del agua de consumo, asociadas a una menor virulencia del
estreptococo piógeno. A escala mundial, la mayor parte de los casos ocurren en
países de recursos limitados, en los cuales se estima una incidencia entre 10-30
por 100.000 niños, lo que la convierte en la principal enfermedad glomerular en el
niño. Existe un cierto predominio en el sexo masculino, y es excepcional en el niño
menor de 1 año.
Agentes microbianos
Etiología y clasificación
Como se ha mencionado antes, el prototipo de la GNA del niño sigue siendo la
GNAPE, aunque existen otros microorganismos implicados en esta enfermedad.
Patogénesis
Frente a algunos agentes agresores, existe una respuesta inmunitaria humoral con
activación del complemento y depósito de inmunoglobulinas. Los antígenos
pueden ser componentes de los microorganismos depositados en el glomérulo,
como los antígenos catiónicos exógenos de determinadas bacterias (estreptococo,
estafilococo), o virus (hepatitis B); o componentes de los propios glomérulos, como
el ácido desoxirribonucleico (ADN) del nucleosoma en la nefritis lúpica o los
antígenos tumorales. También pueden formarse complejos inmunitarios,
circulantes o in situ. En dos tercios de los pacientes con GNA, se han observado
complejos inmunitarios circulantes. En el suero de pacientes con GNAPE se
demuestra la presencia de valores elevados de inmunoglobulinas G y un título
elevado de antiestreptolisina O (ASLO ≥833 unidades Todd).
Posteriormente, se activa la vía alternativa del complemento con la producción de
factores quimiotácticos y quimiocinéticos, con depósitos de inmunoglobulina G
(IgG), C3, C5 y properdina en los glomérulos. Estos depósitos atraen a los
leucocitos hacia el foco de la lesión y facilitan la formación del complejo de ataque
de membrana o perforinas. Esta reacción provoca lesiones tóxicas directas en el
glomérulo y la liberación de citocinas y prostaglandinas, facilitando la apoptosis
celular. La activación de la vía alternativa es todavía más importante por la
presencia de un autoanticuerpo estabilizador de la C3-convertasa alternativa, el
C3 nefrítico o el C3Nef, pero también por la inhibición del factor H por absorción
de la proteína similar al colágeno 1 (Scl-1) del estreptococo. El factor H es uno de
los inhibidores fisiológicos de la C3-convertasa alternativa. Asimismo, en algunos
casos (GNRP), se puede activar la coagulación formándose trombos y depósito de
fibrina que permiten la formación de semilunas.
En la fase inicial de la GNA, la vía clásica del complemento (C1q, C4) y la vía de
las lectinas pueden activarse en un menor grado que la vía alternativa. Se ha
observado la presencia de anticuerpos dirigidos contra la membrana basal
glomerular, la laminina, el colágeno o algunos elementos del mesangio en el suero
de pacientes con GNA. Sucede de igual manera con los anticuerpos anti-ADN
nativos o los anticuerpos anticitoplasma de los polimorfonucleares (ANCA). Estos
últimos aparecen en los casos graves, GNA con insuficiencia renal o GNRP. Se
han descrito concentraciones del complemento normales en algunos casos de
glomerulonefritis con semilunas. Algunos pacientes pueden presentar lesiones
histológicas típicas de la GNAPE sin evidencia de activación del complemento. No
se debe olvidar que la fase de hipocomplementemia es muy corta y debe
estudiarse de forma precoz. El plazo de normalización del complemento es de 8
semanas, mucho antes de la desaparición de los signos urinarios.
Clínica
Cabe destacar que la hematuria macroscópica o el edema son los motivos más
frecuentes de consulta de los niños con GNAPE y que es excepcional en menores
de 2 años. La media de edad de aparición oscila entre los 6-8 años, con una
proporción por sexos niño/niña de 2. Sin embargo, no existen diferencias en
cuanto al sexo en relación con el origen cutáneo u orofaríngeo de la infección
estreptocócica. Se han descrito casos subclínicos en la literatura y, hasta un 20 %
de los miembros de una familia de un paciente con GNAPI, pueden presentar
también la enfermedad. Una hematuria microscópica puede ser el único signo de
la enfermedad en un niño cuyo hermano o hermana presenta una forma más
florida.
Clásicamente, se describen tres fases en la GNAPE: una fase latente, una fase
aguda y una fase de recuperación.
Fase latente
La duración media de la fase latente oscila entre 7-14 días, con un intervalo de 3 a
33 días.
Fase aguda
Fase de recuperación
Lesiones histológicas
Tratamiento
Tratamiento curativo
El tratamiento del paciente con GNAPI es sintomático, siendo uno de los objetivos
principales el manejo de la HTA. La molécula de primera elección son los
diuréticos del asa, que se administran asociados a la restricción hidrosódica a
dosis de 1-3 mg/kg de peso corporal. En caso necesario, están indicados los
antagonistas del calcio si la presión arterial no se controla con la reanudación de la
diuresis. Por el contrario, se deben evitar los betabloqueantes en caso de fallo
cardíaco.
Tratamiento preventivo
Pronóstico
Los pacientes desarrollan una inmunidad frente a las distintas cepas nefritógenas;
sin embargo, se pueden observar una o varias recidivas de GNA en un porcentaje
del 1-5 % de los pacientes. La GNAPE con semilunas presenta un mejor
pronóstico que la GNA con semilunas por otra causa, aunque no existe
unanimidad en relación con este dato.
Perspectivas
Afectación renal
La frecuencia de la lesión renal varía según las series en función del tipo de
pruebas empleadas para detectar la nefropatía, de la frecuencia con que estas se
han realizado y del modo de selección de los pacientes. En la mayoría de los
casos, la lesión renal se produce dentro de los tres primeros meses de evolución,
aunque, a veces, puede desarrollarse de manera tardía con ocasión de una
recidiva. La gravedad de la nefropatía no es proporcional a la intensidad de las
lesiones cutáneas o digestivas. La hematuria microscópica o macroscópica es el
signo más habitual y, a menudo, se presenta de forma aislada. Se puede
acompañar de proteinuria de abundancia variable con síndrome nefrótico, que solo
suele manifestarse por alteración de los parámetros analíticos. La insuficiencia
renal es infrecuente al principio y, en general, moderada. En algunos casos se
detecta HTA, incluso en niños con manifestaciones urinarias mínimas.
Pruebas complementarias
Tratamiento
Manifestaciones clínicas
Anatomía patológica
Evolución
Patogenia
Tratamiento
Muchos autores indican, sobre todo en el adulto, IECAS para controlar la presión
arterial y por su efecto antiproteinúrico. La corticoterapia puede indicarse a
pacientes con proteinuria permanente y/o proliferación extracapilar. En varios
estudios se ha demostrado que dicho tratamiento (perfusiones de
metilprednisolona seguidas de corticoterapia discontinua) puede disminuir la
velocidad de progresión de la nefropatía. El ácido eicosapentanoico (EPA) del
aceite de pescado se ha ensayado con éxito en algunos estudios realizados en
adultos, con disminución de la velocidad de progresión de la enfermedad en
pacientes tratados. El tratamiento inmunosupresor debe reservarse para pacientes
que no mejoran con IECAS y/o que tienen proteinuria persistente superior a 1 g/d
y/o una alteración de la función renal. En enfermos con evolución rápida, se
efectúan intercambios plasmáticos de efecto favorable transitorio. La incidencia de
insuficiencia renal es significativamente menor en niños sometidos a
amigdalectomía.
Incidencia
La universalización desde hace unos años de los criterios para definir el DRA ha
supuesto un aumento en la incidencia respecto a las series clásicas, en que las
que solo se consideraba el DRA avanzado, y una homogenización para
compararlas.
El 10% de los niños hospitalizados por cualquier causa tiene algún grado de DRA.
Este porcentaje aumenta en relación con la gravedad de la enfermedad de base
siendo de hasta un 80% en los pacientes graves ingresados en Cuidados
Intensivos.
Etiología
Se produce cuando hay una agresión de factores externos que interaccionan con
la respuesta individual con una susceptibilidad variable. La etiología en los niños
depende mucho de las patologías atendidas en cada hospital y en cada país.
Hace unos años prevalecían las causas renales, con el síndrome hemolítico-
urémico a la cabeza, como continúa siendo en los países en desarrollo.
Actualmente, la etiología extrarrenal es la principal causa de DRA y depende del
tipo de patología atendida o cirugías que se realizan en cada centro. Hasta un
80% de los niños que precisan tratamiento sustitutivo agudo tienen etiología
extrarrenal. Pero también la tienen los grados más leves de DRA que están
presentes en gran número de pacientes con todo tipo de infecciones, sepsis e
insuficiencia cardiaca.
Otras patologías presentan DRA con gran frecuencia. Es el caso de los pacientes
quemados ingresados en Cuidados Intensivos Pediátricos, de los que casi la mitad
presenta DRA, hecho que produce un aumento de la mortalidad de forma
independiente a su pronóstico de la quemadura.
Es muy importante establecer pronto la etiología del DRA para iniciar tratamiento
específico en los casos en que se pueda. Algunos biomarcadores podrían ayudar
porque están más elevados en determinadas etiologías.
Patogenia
A nivel renal, los trastornos que se desencadenan alteran la función glomerular y/o
tubular, dando lugar a alteraciones hidroelectrolíticas. La clasificación clásica del
DRA en pre- y postrenal se utilizaba para valorar si el daño era reversible con la
administración de líquidos de acuerdo a la patogenia clásica de hipoperfusión. Así,
en etapas precoces, el riñón sería capaz de manejar los líquidos y electrolitos en
respuesta a una hipovolemia resultando en una mayor concentración de la orina
(osmolaridad mayor de 500 mosm/kg) y en una retención de sal (índice de
excreción de Na y de urea <35%) precisando de aportes de líquidos.
Pronóstico
Prevención
Tratamiento conservador
Fármacos nefrotóxicos
Se deben suspender cuando sea posible y utilizar otras alternativas, así como
ajustar la dosis al filtrado glomerular estimado en cada situación, y monitorizar los
niveles.
Manejo hemodinámico
Fluidoterapia
Diuréticos
Teofilina
Está indicada en una dosis única en recién nacidos con asfixia perinatal y DRA
una hora después del nacimiento (dosis variable en los diferentes ensayos clínicos
entre 5 y 8 mg/kg).
N-acetil-cisteína
Factores de crecimiento
Otros
Nutrición
El objetivo es conseguir una nutrición precoz con balance metabólico adecuado,
ajustando el volumen de líquidos a la diuresis y la utilización o no de técnicas de
reemplazo renal (Tabla 6). Los requerimientos calóricos y proteicos dependen de
la edad, la situación clínica, la gravedad del daño renal y el tratamiento sustitutivo.
En pacientes con tratamiento sustitutivo es preciso tener en cuenta la pérdida
proteica y de nutrientes hidrosolubles. En recién nacidos, se prefiere la lactancia
materna siempre que sea posible, por el menor aporte de potasio y fósforo.
Tratamiento sustitutivo
Inicio de la técnica
Las indicaciones clásicas del tratamiento sustitutivo en el DRA son los síntomas
de uremia, sobrecarga de volumen y trastornos electrolíticos graves. Sin embargo,
no existen evidencias sobre el momento ideal de inicio. El objetivo es mantener la
homeostasis de líquidos y electrolitos, permitiendo la recuperación del daño renal
y el tratamiento de soporte y evitando nuevos insultos. Su consecución, más que
la sola valoración de las cifras de urea y Crs, debe orientar sobre el momento de
inicio de la técnica de depuración. Previamente se debe sopesar los riesgos
propios de la técnica, del acceso vascular y la anticoagulación.
Tipo de técnica
Criterios de finalización
Hemodiálisis intermitente
Es una técnica rápida y eficaz debido al alto flujo de la sangre y la solución de
diálisis. Su principal indicación son pacientes con DRA hemodinámicamente
estables e intoxicaciones. La dosis óptima y la frecuencia de utilización en el DRA
no están bien determinadas, aunque en general se aconsejan sesiones diarias por
el estado catabólico de estos pacientes, la sobrecarga de volumen y los frecuentes
trastornos electrolíticos. Requiere un acceso vas cular similar a las terapias lentas
continuas y anticoagulación. Sus principales complicaciones son la hipotensión y
síndrome de desequilibrio electrolítico
Diálisis peritoneal
Es una técnica de fácil aplicación, bajo coste, mínimo equipo y larga experiencia.
Era la técnica de depuración continua más utilizada hasta los años 90 en los niños
con DRA. Está contraindicada en cirugía abdominal reciente, sepsis de origen
abdominal, malformaciones de la pared abdominal y de forma relativa en las
ostomías. La utilización de catéteres agudos de inserción percutánea y cicladoras
automáticas han minimizado los problemas técnicos. Se utilizan ciclos cortos y
frecuentes. Las soluciones estándar de diálisis aportan diferentes concentraciones
de glucosa, con lactato o bicarbonato. Este último está indicado en recién nacidos
y situaciones de hiperlactacidemia y fallo hepático. No requiere anticoagulación.
La limitación principal es la dificultad de control de la ultrafiltración y sus
principales complicaciones son el malfuncionamiento del catéter y las peritonitis.
Las terapias lentas continuas (TLC) utilizan una nomenclatura por siglas que hace
referencia al tipo de técnica empleada y el acceso vascular. En estas técnicas la
sangre circula lentamente por un circuito extracorpóreo a través de un filtro con
membranas de elevado coeficiente de filtración que permiten mediante mecanismo
de convección tasas elevadas de eliminación de líquidos y solutos. El líquido y los
solutos eliminados son repuestos parcialmente por una solución con una
composición similar a la del plasma para mantener la homeostasis. En pacientes
críticos, se prefieren aquellas soluciones que utilizan bicarbonato como tampón, ya
que la sobrecarga de lactato dificulta la medición del mismo en la sangre del
paciente para la monitorización hemodinámica y metabólica, y además, en
neonatos y niños con insuficiencia hepática, esta sobrecarga no puede ser
metabolizada. Cuando se utilizan flujos elevados de recambio (hemofiltración de
alto recambio) el aclaramiento generalmente es más que suficiente y en raras
ocasiones es necesario modificar la técnica añadiendo una solución de diálisis
contracorriente a través de la cámara externa del filtro, combinando así el
mecanismo convectivo con el de difusión.
Estas técnicas requieren un acceso vascular y anticoagulación (con heparina o
local con citrato). El desarrollo de equipos técnicos de más fácil y cómodo manejo
ha hecho que cada vez sea más frecuente su utilización, especialmente la mejora
de los controladores térmicos e introducción de monitores más precisos para el
control de la ultrafiltración.
Tratamiento quirúrgico
Seguimiento
Se recomienda controlar al paciente que ha padecido DRA a los tres meses para
evaluar la posible enfermedad renal crónica, considerándolo en cualquier caso
como en situación de mayor riesgo de padecerla.
ENFERMEDADES RENALES
Los riñones juegan un rol importante en el cuerpo: Actuando como los filtros del
cuerpo, ayudan a controlar los niveles de agua y a eliminar impurezas a través de
la orina. También ayudan a regular la tensión arterial, la producción de glóbulos
rojos, y los niveles de calcio y minerales.
El fallo de los Riñones, también conocido como insuficiencia renal, ocurre cuando
los riñones disminuyen su capacidad o dejan de filtrar desperdicios del cuerpo
apropiadamente, lo cual puede ocasionar el incremento de desperdicios y
sustancias tóxicas en la sangre. El fallo de los riñones también puede ser agudo
(lo cual significa repentino) o crónico (a través del tiempo, generalmente de larga
duración o permanente).
El fallo crónico de los riñones incluye el deterioro de la función renal a largo plazo.
En los niños y en los adolescentes puede ser una consecuencia del fallo renal
agudo sin mejoría, defectos de nacimiento, enfermedades crónicas del riñón, o
tensión alta crónica y severa. Cuando se diagnostica a tiempo, el fallo crónico de
los riñones puede tratarse. La meta del tratamiento generalmente es disminuir el
fallo de los riñones con medicamentos, controlar la tensión arterial y la dieta. En un
momento determinado, puede que un trasplante de riñón sea necesario.
Enfermedades renales de los niños(as)
Las Enfermedades Renales más comunes de los niños(as) están presentes desde
el nacimiento. Las más comunes incluyen:
El Tumor de Wilms (Wilms Tumor): Un tipo de cáncer infantil que afecta al riñón.
Generalmente es diagnosticado durante los primeros dos años de vida y puede
tratarse con cirugía y quimioterapia.
Duplicación de los uréteres, donde un riñón tiene dos uréteres en vez de uno.
Esto puede ocasionar infecciones del tracto urinario a medida que transcurre el
tiempo y puede ser tratada con medicamentos o cirugía.
Riñones en Herradura (Horseshoe Kidney), donde los dos riñones están unidos
en forma de un riñón arqueado que generalmente funciona con normalidad, pero
que es más proclive a desarrollar problemas con los años. Un riñón en forma de
herradura sin complicaciones no necesita tratamiento médico o cirugía, pero
necesita ser chequeado regularmente por los doctores.
Nefritis. Esta condición es una inflamación del riñón. Puede ser causada por una
infección, una enfermedad autoinmune (como el lupus) o una razón desconocida.
Los primeros síntomas de la nefritis son niveles altos de proteína y sangre en la
orina.
Infecciones del Tracto Urinario (ITU). Las ITU son típicamente causadas por
bacterias como la E. coli. La mayoría de las ITUs ocurren en el tracto urinario
inferior, en la vejiga y la uretra, y pueden causar dolor al orinar y fiebre. El
tratamiento con antibióticos debe comenzarse con la mayor brevedad posible para
que la infección no llegue a los riñones, donde puede ocasionar daño irreversible.
En los bebés, las ITUs tienden a ser más comunes en los niños que en las niñas
quizás porque los niños son más afectados por problemas del riñón congénitos
que los predisponen a las infecciones. Más adelante las niñas también tienen
predisposición a contraer este tipo de infecciones ya que tienen uretras más
pequeñas. Los malos hábitos pueden contribuir al desarrollo de ITUs - los ninos
que resisten la necesidad de ir al baño, o los que se limpian después de hacer sus
necesidades en la dirección opuesta (la dirección correcta es desde el frente hacia
la parte de atrás, para evitar que la bacteria de las heces fecales no entren en
contacto con la uretra). Entre los adolescentes, las niñas tienen más
predisposición a desarrollar ITUs que lo chicos, generalmente debido a que su
uretra es más pequeña o por mantener relaciones sexuales con la vejiga llena.
Fiebre
Hinchazón alrededor de los ojos, rostro, pies y tobillos (también conocido
como edema)
Ardor o dolor al orinar
Incremento significativo en la frecuencia de orinar
Dificultar en controlar la orina en los niños(as) que son lo suficientemente
grandes para usar el cuarto de baño
Niños(as) con recurrencia de episodios de mojar la cama (en niños(as) que
no han mojado la cama durante meses)
Sangre en la orina
Tensión arterial alta
Algunos exámenes de sangre pueden indicar a los doctores cuán bien los riñones
están filtrando los productos de desecho y como están equilibrando la composición
química del torrente sanguíneo.
Biopsia del riñón del niño(a) para evaluar el funcionamiento de sus riñones. Una
biopsia es un procedimiento mediante el cual una pequeña pieza del tejido del
riñón es extraída con una aguja. Llevado a cabo bajo anestesia, es un
procedimiento simple que puede proporcionar un diagnóstico exacto sobre un
problema en el riñón en nueve de cada 10 casos. El procedimiento es
especialmente útil en el diagnóstico de nefritis y nefrosis.
Además pruebas radiológicas comunes, los doctores pueden utilizar otras pruebas
radiográficas para ayudar a diagnosticar enfermedades de los riñones. Estas
pruebas incluyen:
Ultrasonido
Los quistes del riñón son sacos llenos de líquidos que se forman en los riñones y
son por lo general de una pulgada (2,54 cm) de diámetro. El quiste simple del
riñón es diferente de los quistes que se desarrollan cuando una persona tiene la
enfermedad renal poliquística ERP, que es una enfermedad genética.
Los quistes simples del riñón se detectan a menudo durante una prueba de
imagen médica (tales como el ultrasonido, TC, IRM) que se realizan para detectar
otras afecciones, ya que los quistes casi nunca producen dolor ni otros síntomas.
No es claro qué produce los quistes simples del riñón, aunque el riesgo de tener
uno aumenta con la edad. Los quistes simples del riñón en los niños no son
comunes.
Mientras que los quistes por lo general son sólo un saco simple de líquido, estos
pueden tener varios compartimientos. Estos quistes se llaman complejos, o
quistes con septos. Septos son paredes dentro del quiste. Tener muchos quistes
con septos sugiere un riesgo bajo pero posible de cáncer. Si el quiste es complejo,
su médico puede repetir la prueba de imagen algunos meses después para estar
seguro de que no está creciendo o volviéndose canceroso.
Perspectiva: Un bebé con DRMQ y sin ningún otro defecto de nacimiento tiene
una esperanza de vida normal. Para un niño con solo un riñón en funcionamiento,
ese riñón puede ser un poco más grande de lo normal. El niño necesitará
seguimiento continuo por el resto de la vida para cerciorarse de que el otro riñón
se mantiene sano.
Los quistes del riñón también pueden ocurrir por una mutación genética. La forma
más común es la ERP, en la que los quistes pueden substituir al riñón con el
tiempo y provocar insuficiencia renal. Existen dos formas de la enfermedad: la
autosómica dominante, PQRAD y la autosómica recesiva, PQRAR.
Los quistes grandes del riñón se asocian con la PQRAD. Comienzan a menudo a
aparecer en la infancia, aunque la mayoría de los niños y los adolescentes
afectados no tienen ningún síntoma hasta que son adultos.
Perspectiva: La mayoría de los niños con PQRAR sufren de tensión arterial alta e
insuficiencia renal progresiva. Estos niños requerirán de diálisis del riñón y de
recibir un trasplante de riñón en la última etapa de la infancia para poder
sobrevivir. Varios de estos niños también desarrollarán enfermedades hepáticas
que conllevan a hemorragias del esófago y en última instancia a insuficiencia
hepática (del hígado).
Los quistes muy grandes se pueden romper con un trauma menor y ocasionar
sangre en la orina y hemorragia severa ocasionalmente. El médico de su niño le
ayudará a decidir si debe restringir la actividad física. Es posible que los niños con
riñones agrandados o con quistes grandes tengan más episodios de hemorragias
en la orina si practican los deportes de contacto, tales como el fútbol americano.
TUMOR DE WILMS
Síntomas
Los signos y síntomas del tumor de Wilms varían ampliamente, y algunos niños no
presentan signos evidentes. Sin embargo, la mayoría de los niños que tienen
tumor de Wilms manifiestan uno o más de los siguientes signos y síntomas:
Causas
No queda claro qué causa el tumor de Wilms, pero, en raras ocasiones, los
factores hereditarios pueden influir.
En pocos casos, las anomalías del ADN que provocan el tumor de Wilms se
transmiten de uno de los padres a un hijo. Sin embargo, en la mayoría se
desconoce si existe una conexión entre los padres y los hijos que pueda producir
cáncer.
Factores de riesgo
El tumor de Wilms tiene mayor incidencia en los niños que presentan ciertas
anomalías o síndromes al nacer, entre ellos:
Aniridia. En la aniridia, el iris (la parte de color del ojo) se forma de manera
parcial o está ausente.
Hemihipertrofia. «Hemihipertrofia» significa que un lado del cuerpo, o una
parte de este, es mucho más grande que el otro lado.
El tumor de Wilms puede producirse como parte de síndromes raros, entre ellos:
Prevención
Quimioterapia
Radioterapia
La radiación usa rayos de alta energía (como rayos X) para destruir las células
cancerosas. Se puede usar:
Para los tumores de Wilms, la radiación se dirige hacia el tumor desde una
máquina externa al cuerpo. Con más frecuencia, se administra 5 días a la semana
durante al menos un par de semanas. Cada tratamiento es muy similar a cuando
se hace una radiografía, y toma alrededor de 15 a 30 minutos. La radiación es
más potente, pero su hijo no la sentirá.
Estudios clínicos
Los estudios clínicos son una manera de recibir los tratamientos más recientes.
Son la mejor alternativa para que los médicos encuentren mejores maneras de
tratar el cáncer. Sin embargo, puede que no sean adecuados para todas las
personas. Si el médico de su hijo le habla acerca de un estudio clínico, será su
decisión determinar si quiere participar.
Si desea aprender más sobre los estudios clínicos que pudieran ser apropiados
para su hijo, empiece preguntando al médico si la clínica u hospital que atiende a
su hijo participa en estudios clínicos. Consulte Estudios clínicos para obtener más
información
Las infecciones urinarias son frecuentes en la infancia. Casi todas las IVU tienen
su origen en bacterias que penetran por la abertura de la uretra (el conducto que
transporta la orina desde la vejiga hasta fuera del cuerpo) y avanzan hacia la
vejiga y a veces hacia los riñones. En muy pocos casos, en infecciones graves, las
bacterias penetran en el torrente circulatorio desde los riñones y causan infección
del torrente circulatorio (septicemia) o de otros órganos.
Durante el periodo de lactancia (primera infancia), los niños varones tienen más
probabilidades de desarrollar infecciones de las vías urinarias. Después de dicho
periodo, las niñas tienen más probabilidades de desarrollar este tipo de
infecciones. Son más frecuentes entre las niñas porque, al tener la uretra más
corta, es más fácil el ascenso de las bacterias por el conducto urinario. Los
lactantes varones no circuncidados (porque las bacterias tienden a acumularse
bajo el prepucio), los niños prematuros y los niños pequeños con estreñimiento
(porque el estreñimiento grave también afecta al paso normal de la orina) también
son más propensos a las infecciones urinarias.
Hasta el 50% de los lactantes y niños de edad preescolar con una infección de las
vías urinarias, sobre todo los que tienen fiebre, tienen a la vez infección de la
vejiga y de los riñones. Si el riñón se infecta repetidamente y el reflujo es grave,
del 5 al 20% de los niños desarrollan nefroesclerosis. Si el reflujo es escaso o
inexistente, serán pocos los niños que tengan nefroesclerosis. La nefroesclerosis
requiere atención médica, porque provoca hipertensión y empeoramiento de la
función renal en la edad adulta.
1. A veces, los recién nacidos con infección de las vías urinarias no presentan
otro síntoma que la fiebre. A veces no comen bien o no crecen bien, están
decaídos (aletargados), vomitan o sufren diarrea. Los recién nacidos
pueden desarrollar una infección en todo el cuerpo abrumadora (sepsis) a
partir de una infección de las vías urinarias.
2. Los lactantes y los niños menores de 2 años con una infección de las vías
urinarias pueden presentar fiebre, vómitos, diarrea, dolor abdominal u orina
que huele mal.
3. Los niños mayores de 2 años con una infección de las vías urinarias
presentan los síntomas característicos de una infección de la vejiga o del
riñón similar a la de los adultos.
4. Los niños con infecciones en la vejiga (cistitis) suelen tener dolor o
quemazón al orinar, necesidad frecuente y urgente de orinar y dolor en la
zona vesical. Pueden tener dificultad al orinar o al retener la orina
(incontinencia urinaria). La orina huele mal.
5. Los niños con infecciones renales (pielonefritis) suelen sentir dolor en el
costado o en la parte dorsal por encima del riñón afectado, fiebre alta,
escalofríos y un estado de malestar general.
6. Los niños con anomalías de las vías urinarias pueden tener una masa en el
abdomen, los riñones agrandados, una abertura anormal hacia la uretra o
posibles deformaciones en la columna lumbar. Aquellos que no tienen un
chorro fuerte de orina pueden sufrir una obstrucción en uno de los
conductos que transportan la
7. Orina desde los riñones a la vejiga (uréteres) o pueden ser incapaces de
controlar la vejiga debido a un problema nervioso.
Análisis de orina
Imágenes de las vías urinarias
A veces, análisis de sangre
Análisis de orina
En los niños más pequeños y los lactantes, el médico obtiene la orina mediante la
inserción de un tubo estéril fino y flexible (catéter) en la uretra hasta el interior de
la vejiga. Este proceso se denomina cateterización.
A veces los médicos pegan con cinta adhesiva una bolsa de drenaje de orina en la
zona entre los genitales y el ano para recoger la orina para otras pruebas. La orina
recogida de esta manera no es útil para el diagnóstico de las infecciones de las
vías urinarias porque está contaminada con bacterias y otros materiales
procedentes de la piel.
Análisis de sangre
Los análisis de sangre y las pruebas que determinan la presencia de inflamación
(proteína C-reactiva y velocidad de sedimentación globular) se llevan a cabo en
los niños cuyos resultados de los análisis de orina no confirman el diagnóstico, o
se hacen para ayudar a los médicos a diagnosticar una infección renal que
aparece junto a una infección de la vejiga.
Antibióticos
En ciertas ocasiones, intervención quirúrgica
Las infecciones de las vías urinarias se tratan con antibióticos. Los niños que
parecen muy enfermos o cuyas pruebas iniciales sugieren una infección de este
tipo, reciben antibióticos antes de disponer del resultado de los urocultivos. Si no
es así, los médicos esperan a disponer del resultado de los mismos para confirmar
el diagnóstico de IVU. Los niños que están muy enfermos y todos los recién
nacidos reciben tratamiento antibiótico por inyección intramuscular o por vía
intravenosa. A los otros niños se les administran antibióticos por vía oral. El
tratamiento suele durar entre 7 y 10 días aproximadamente. Los niños que
requieren pruebas para diagnosticar anomalías estructurales continúan a menudo
con el tratamiento con antibióticos en dosis inferiores hasta haberse completado
los análisis.
Algunos niños con anomalías estructurales de las vías urinarias necesitan cirugía
para corregir el problema. Otros necesitan tomar a diario antibióticos para evitar la
infección. Los niños con reflujo vesicoureteral grave por lo general necesitan
cirugía y necesitan tomar antibióticos hasta que se realice la cirugía. Los niños con
reflujo vesicoureteral que no es grave son controlados de cerca y pueden recibir
antibióticos.
HIDRONEFROSIS
Causa
La hidronefrosis puede ser consecuencia de una falta de maduración del tracto
urinario, y en estos casos suele desaparecer. Esta dilatación mantenida puede
afectar a la función renal y por ello debe ser vigilada y, en ocasiones, tratada
quirúrgicamente. Otras veces la hidronefrosis es la causa de una obstrucción en
algún punto del tracto urinario, de un reflujo de orina hacia el uréter, de mala
función vesical o una alteración de la uretra.
Diagnostico
Una vez analizados los datos de la ecografía puede ser necesario realizar estudios
de medicina nuclear para descartar obstrucción y obtener una valoración de la
función renal. Cuando queremos descartar un reflujo vésico ureteral se debe
realizar una ecocistografía o una cistografía convencional, que consiste en
introducir un contraste en vejiga y observar si asciende hacia los riñones. En
ciertos casos hay que completar el estudio con otros estudios de imagen como
una uroRMN para aclarar ciertos aspectos anatómicos.
Tratamiento
HIDROCELE
El hidrocele es una acumulación de líquido en el interior del escroto (la bolsa que
contiene los testículos). Los hidroceles pueden aparecer en un solo lado o en
ambos.
También puede ocurrir en niños mayores y adolescentes, siendo mucho más rara
su resolución espontánea, por lo que en la mayoría de los casos precisará
tratamiento quirúrgico.
Síntomas
Muy raramente los hidroceles producen molestias o dolor. En los niños mayores sí
puede existir sensación de pesadez.
Diagnostico
Tratamiento
A partir del año de edad, el niño debe ser valorado por un cirujano pediátrico,
quien decidirá el tratamiento quirúrgico, habitualmente entre los 18 y 24 meses.
Consecuencias de la intervención
Se trata de una intervención que suele realizarse de manera ambulatoria (el niño
se va a casa el mismo día de la intervención) y las complicaciones son muy
infrecuentes cuando se siguen adecuadamente las recomendaciones de los
cuidados postoperatorios.
CRIPTORQUIDIA
Diagnostico
Así, en ocasiones hay que realizar alguna prueba complementaria como una
ecografía abdominal, una tomografía o resonancia para localizar el testículo. En
los casos más complicados se puede recurrir a la cirugía exploratoria (para
explorar la cavidad abdominal y llegar a localizar el testículo), habitualmente
realizada en los primeros dos años de vida del niño.
Tratamiento
EPISPADIAS
Las epispadias son una anomalía congénita poco común (presente al nacer) que
involucra la apertura de la uretra (el conducto por el cual la orina sale de la vejiga).
En los niños con epispadias, la uretra se abre en la parte superior del pene en
lugar de en la punta. El espacio entre esta abertura y la punta del pene parece un
libro abierto. En las niñas con epispadias, la abertura uretral es hacia el clítoris o
incluso hacia el área del vientre. Esto da como resultado que los genitales
externos y la uretra no se formen o no funcionen bien.
La mayoría de los niños y niñas nacen con genitales que parecen normales y
funcionan bien. Pero algunos niños nacen con una afección llamada epispadias.
Las epispadias pueden producir un pene o uretra que no funcionan bien o no se
ven normales.
Hay muchos tipos de cirugía que los urólogos pediátricos pueden utilizar para
solucionar este problema. Aquí ofrecemos información para ayudarlo a hablar con
el urólogo de su hijo sobre las opciones.
Las epispadias son bastante raras y afectan solo a 1 de cada 117.000 hombres.
En los niños con epispadias, el pene tiende a ser ancho, corto y curvado. Los
huesos pélvicos están muy separados. Dado que el pene está unido a estos
huesos, resulta en un pene que se retrae hacia el cuerpo.
Desde esta abertura, un surco corre a lo largo de la parte superior del pene hasta
el final. Las epispadias se clasifican según la ubicación del meato en el pene.
La posición del meato puede ayudar a predecir qué tan bien la vejiga almacena la
orina. Si el meato está cerca de la base del pene (y la pared abdominal), es
probable que el esfínter de la vejiga se vea afectado y no retenga la orina.
Casi todos los niños con epispadias glanulares tienen un buen cuello vesical.
Pueden retener la orina y el baño con normalidad. Aun así, la curvatura y la
apertura anormal del pene deberán repararse con cirugía.
Las epispadias son mucho más raras en las niñas, con solo 1 de 484,000 casos.
Las niñas afectadas tienen huesos púbicos que están separados en diferentes
grados. Esto evita que el clítoris se conecte en el medio, lo que da como resultado
2 mitades del clítoris. El cuello de la vejiga también casi siempre se ve afectado.
Es probable que las niñas con epispadias pierdan orina debido al estrés. (Cosas
como toser y esfuerzo extenuante). En la mayoría de los casos, el tratamiento
quirúrgico temprano puede solucionar estos problemas.
La vejiga puede hincharse para almacenar la orina hasta que esté listo para
drenarla. También cierra el camino para que la orina no pueda regresar a los
riñones.
El conducto que lleva la orina desde la vejiga hacia el exterior del cuerpo se llama
uretra.
Síntomas
Causas
La forma en que las epispadias afectan los genitales varía. En algunos niños,
puede ser solo un pequeño hoyuelo en la punta del pene por encima de la
abertura uretral normal. Con las niñas, podría ser un clítoris doble. Si la uretra o la
vejiga están afectadas, las epispadias suelen ser más graves. Esta amplia gama
de problemas se denomina complejo extrofia-epispadias (consulte la sección
sobre extrofia).
Diagnóstico
Tratamiento
El objetivo principal del tratamiento es hacer que los genitales se vean y funcionen
con la mayor normalidad posible. Idealmente, esto se hace con el menor número
de cirugías. Hay diferentes opciones de cirugía disponibles para niños y niñas.
El tipo de epispadias
Experiencia de cirujano
Preferencia del cirujano
A veces, los niños con el complejo extrofia-epispadias nacen con un pene muy
poco desarrollado. En estos casos, la cirugía requiere más habilidad y experiencia.
Puede pedirle a su urólogo el nombre de un especialista.
La técnica Mitchell
Tratamiento adicional
Con los métodos más nuevos de reparación quirúrgica al nacer, casi 1 de cada 3
niños logran el control urinario sin otros procedimientos. Los niños con el complejo
extrofia-epispadias pueden necesitar cirugía adicional para reparar el cuello de la
vejiga. Esto se hace para mejorar la fuerza de la uretra y el esfínter. O, si un niño
no puede aprender a usar el baño normalmente, hay más opciones.
También hay procedimientos más complejos. Una cirugía crea un tubo uretral más
largo. Otro consiste en envolver el cuello de la vejiga con un cabestrillo.
A veces, se puede abrir un orificio ("fístula") desde la uretra hasta la piel después
de una reparación importante. Esto no es muy común con las técnicas actuales. Si
esto ocurre, se necesita una cirugía adicional para cerrar el orificio.
La cuerda dorsal persistente (la flexión del pene) es bastante típica con las
técnicas más antiguas. Ahora es menos común. La reparación de epispadias hace
poco daño a la función eréctil.
Más información
Los bebés con epispadias suelen estar sanos y bien. Aparte de los problemas con
el sistema genitourinario y los huesos pélvicos, otros sistemas de órganos tienden
a funcionar bien. Estos niños no necesitan muchas pruebas de diagnóstico (como
radiografías y tomografías computarizadas). Si un bebé nace con las formas más
graves, tiene un mayor riesgo de tener otros defectos, como uréteres agrandados
o reflujo vesicoureteral.
¿Los niños con epispadias son más propensos a contraer infecciones del tracto
urinario?
HIPOSPADIAS EN BEBÉS
La uretra es el conducto que lleva la orina y el semen hacia el exterior del cuerpo.
Su recorrido comienza en la vejiga, atraviesa la próstata y pasa por el medio del
pene.
Tipos de hipospadias
Existen varios tipos distintos de hipospadias en recién nacidos, según sea dónde
se ubique el orificio uretral:
Es posible que también tenga otros problemas asociados, entre los que se
incluyen:
Usted puede notar que la orina de su hijo no sale por la punta de su pene. Sin
embargo, esto puede ser difícil de detectar si su hijo usa pañales o si la anomalía
es muy leve. Si tiene dudas, consulte a su médico de cabecera.
A medida que su hijo crece, puede resultarle difícil direccionar el chorro de orina y
puede necesitar sentarse para orinar. Además, durante las erecciones su pene
puede curvarse y molestarle, lo cual dificultará sus relaciones sexuales en la
adultez.
Nacimiento prematuro con bajo peso. Sin embargo, no se conocen las causas
precisas de esta anomalía en los niños prematuros.
Una vez diagnosticado con hipospadias, será remitido a un urólogo infantil para
recibir tratamiento. Un urólogo infantil es un médico que se especializa en la
identificación y el tratamiento de afecciones del tracto urinario en niños.
Puede necesitar una ecografía para examinar sus riñones y su vejiga con el fin de
verificar que estén funcionando correctamente.
Cirugía de hipospadias
Las formas más graves de hipospadias se tratan con cirugía correctiva. Esta
cirugía se lleva a cabo habitualmente cuando su hijo tiene entre 10 y 18 meses de
edad.
De otro modo, la cirugía puede realizarse alrededor de los cuatro años, antes de
que su hijo ingrese a la escuela. Sin embargo, algunos padres eligen dejar la
operación para cuando su hijo sea lo suficientemente grande como para decidir
por sí mismo.
La cirugía tiene como objetivo:
LA FIMOSIS
El extremo del pene está formado por una cabeza cónica, llamada glande, y la piel
que la recubre y protege, que denominamos prepucio. Generalmente, este puede
retraerse hasta dejar el glande al descubierto por completo, pero no siempre es
posible: en ocasiones, la abertura del prepucio es tan estrecha que impide esta
retracción. En este caso, estaríamos hablando de un diagnóstico de fimosis.
Al nacer, el glande y el prepucio suelen estar unidos por un fino tejido fibroso -
conocido como adherencias balanoprepuciales-, que también impide la retracción,
y muchos recién nacidos presentan además una fimosis fisiológica. Pero ello no
debe constituir un motivo de alarma entre los padres, pues se trata de una
condición habitual en ellos.
Con el paso del tiempo, tanto las adherencias como la fimosis se resuelven de
manera espontánea en la mayoría de los casos: según la “Guía Clínica sobre
Urología pediátrica” de la Asociación Europea de Urología, el 50% de los niños no
pueden retraer el prepucio al nacer, pero este porcentaje desciende al 11% a los 3
años, al 8% a los 6-7 años y a solo el 1% entre los 16 y 18 años. Si no desaparece
con la edad, provoca al niño molestias serias o se producen complicaciones, sí
será preciso tratarla.
La fimosis puede ser fisiológica -de origen natural y, por tanto, primaria- u
originarse debido a una cicatrización (secundaria o patológica). Por ejemplo, ya en
la edad adulta, la fimosis puede ser consecuencia de inflamaciones sucesivas del
glande y del prepucio, que pueden estar causadas por infecciones (balanitis
recurrente y/o balanitis xerosa obliterante) traumatismos en el pene, una pobre
higiene o el uso de jabones o geles demasiado agresivos.
Síntomas y complicaciones
Puede considerarse que hay fimosis si, a partir de los tres años, el niño continúa
sin poder bajar su prepucio por completo, lo cual, además, le puede producir un
dolor de leve a intenso. Otro síntoma es que el prepucio se abulte cuando orina y,
en los casos más extremos, que la micción sea difícil o imposible.
La fimosis también puede provocar dolor cuando se tienen erecciones si son niños
ya más mayores o adolescentes que mantienen relaciones sexuales. En otras
ocasiones, el prepucio sólo puede retraerse cuando el pene no está erecto. En
pacientes predispuestos puede favorecer la aparición de infecciones de orina, o a
menudo, dificultar una higiene correcta, así como, en algunas ocasiones, que se
origine un cáncer de pene.
Por ello, es muy importante que quienes sufren fimosis extremen la higiene de su
glande y prepucio y lo laven cada día con agua y un jabón adecuado. En caso de
bebés y niños pequeños, los padres deben cambiarle, además, el pañal con
frecuencia.
Tratamiento
En los bebés y niños pequeños, el prepucio no debe forzarse para bajar la piel, ya
que este gesto puede causar pequeñas lesiones o cicatrices fibrosas que, en el
futuro, originen una de verdad una fimosis. En su lugar, conviene recordar que el
tiempo es nuestro aliado, pues, con el crecimiento y desarrollo del varón, las
adherencias irán desapareciendo por sí solas, el prepucio comenzará a
despegarse del glande y su abertura se irá volviendo más elástica.
Si esto no ocurre por sí solo, el prepucio sigue sin bajar completamente, el niño
tiene dificultad para miccionar o sufre muchas infecciones de orina, es necesario
tratamiento. Normalmente, este consistirá en la aplicación en el prepucio y el
glande de una crema de corticoides hasta dos veces al día durante varias
semanas. Ello se acompaña de un estiramiento suave y progresivo del prepucio,
que es recomendable que realice el propio niño, ya que ellos mismos son capaces
de controlar no hacerse daño al hacerlo. No obstante, como padres, siempre se
debe vigilar que al finalizar los estiramientos, el niño deje al prepucio en situación
de no retracción (cubriendo el glande) para evitar una parafimosis.
Este tratamiento suele ser eficaz, pero, si el prepucio continúa sin dilatarse, la
forma de fimosis es muy severa o existen complicaciones, habrá de recurrirse a la
cirugía, habitualmente con anestesia local. Las técnicas son variadas: en función
de la edad del varón y sus síntomas, se le extirpará la piel del prepucio del todo o
en parte o, lo que es lo mismo, se le realizará una circuncisión. También es
posible una intervención más sencilla que consiste en ensanchar o cortar el anillo
estrecho que provoca la fimosis sin quitar la piel.
LA URETRITIS
Los lactantes con una infección del tracto urinario pueden tener fiebre, vomitar o
estar inquietos. Los niños mayores pueden tener fiebre, dolor al orinar, necesitar
orinar mucho o tener dolor en la parte baja del abdomen.
Los niños con una infección del tracto urinario necesitan ir al médico. Estas
infecciones no se curan solas. Son fáciles de tratar y suelen desaparecer en el
plazo aproximado de una semana.
La mayoría de las infecciones del tracto urinario afectan a la parte inferior del
tracto urinario, compuesta por la uretra y la vejiga. Este tipo de infección se llama
cistitis. Un niño con cistitis puede tener:
Dolor y sensación de escozor o quemazón al orinar
urgencia para orinar o necesidad más frecuente para orinar (a pesar de que
se puede eliminar muy poca orina en cada micción)
fiebre
necesidad de levantarse mucho por la noche para orinar
mojar la cama por la noche, aunque el niño ya haya aprendido a usar el
inodoro
dolor en el área de la vejiga (generalmente debajo del ombligo)
orina maloliente que puede tener un aspecto turbio o contener sangre.
Cuando la infección se extiende hacia partes más altas del tracto urinario,
ascendiendo por los uréteres hasta los riñones, se llama pielonefritis y suele ser
más grave. Causa muchos de los síntomas que acabamos de mencionar, pero el
niño suele parecer más enfermo, es más probable que tenga fiebre (a veces
acompañada de escalofríos), dolor en un lado de la espalda, cansancio importante
o vómitos.
Las infecciones del tracto urinario son mucho más frecuentes en las niñas que en
los niños, porque en las niñas la uretra es más corta y está más cerca del ano).
Los niños menores de 1 año no circuncidados (es decir, a quienes no se les ha
extirpado el prepucio del pene) también tienen un riesgo ligeramente más alto de
desarrollar este tipo de infecciones.
Las infecciones del tracto urinario son fáciles de tratar, pero es importante
diagnosticarlas pronto. Una infección no diagnosticada o no tratada puede
provocar daño renal.
Diagnostico las infecciones del tracto urinario
Para diagnosticar una infección del tracto urinario, los profesionales de la salud
examinan a sus pacientes, les hacen preguntas sobre lo que les ocurre y recogen
una muestra de orina para analizarla.
La muestra de orina se puede utilizar para hacer un análisis de orina (una prueba
que analiza la orina microscópicamente en busca de gérmenes o de pus) o un
cultivo de orina (en que se deja que crezcan las bacterias en el laboratorio para
poderlas identificar). Saber qué bacterias están provocado la infección puede
ayudar al médico a elegir el mejor tratamiento.
Las infecciones del tracto urinario se tratan con antibióticos. Tras varios días de
tratamiento antibiótico, es posible que el médico repita los análisis de orina para
asegurarse de que ya no hay infección. Es importante asegurarse de que ha
desaparecido la infección porque una infección del tracto urinario tratada de forma
incompleta puede recurrir o extenderse a otras áreas.
Si su hijo siente mucho dolor al orinar, es posible que el médico le recete también
una medicación que desensibiliza el revestimiento interior del aparato urinario.
(Esta medicación tiñe temporalmente la orina de color naranja.)
Beber mucho líquido, pero omita las bebidas que contienen cafeína (que pueden
irritar la vejiga), como las gaseosas y el té helado.
La mayoría de los niños con infecciones del tracto urinario se curan en una
semana de tratamiento.
Tratamiento de las infecciones del tracto urinario más graves
Los niños con una infección del tracto urinario más grave pueden requerir
tratamiento hospitalario para que reciban antibióticos, sea inyectados o bien
administrados por vía intravenosa (un tubito que se inserta en una vena y que
permite administrar el medicamento directamente en la sangre).
tiene fiebre alta, parece muy enfermo o es probable que la infección haya
afectado al riñón
la infección del tracto urinario afecta a un lactante que todavía no ha
cumplido los 6 meses
las bacterias procedentes del tracto urinario se pueden haber extendido a la
sangre
el niño está deshidratado o está vomitando y no puede tomar ningún líquido
o medicamento por vía oral (por boca)
Prevención
Las niñas en edad escolar deben evitar los baños de burbujas y los jabones
fuertes ya que pueden causar irritación. También deben usar ropa interior de
algodón en lugar de nailon porque es menos probable que fomente el crecimiento
de bacterias.
A todos los niños se les debe enseñar a no "esperar" cuando tienen necesidad de
ir al baño. La orina que permanece en la vejiga les da a las bacterias un lugar
propicio para crecer.
Los niños deben beber mucho líquido, pero evite los que contengan cafeína.
UROGRAFÍA
Usos
Indicaciones
Todos estos datos permiten una evaluación precisa de la función renal y las
diversas secciones de la excreción. La urografía es el examen de primera elección
en todas las enfermedades de las vías urinarias, tales como:
Inflamación
Malformaciones
Hematuria
Cálculos
Cáncer
Traumatismo de vejiga, traumatismo de riñón, etc.
Preparación previa
Precauciones previas
En general, desde dos o tres días antes de la prueba debe comer alimentos que
no dejen residuos como carnes o pescados cocidos o a la plancha y sin grasa,
arroz, pasta, caldos, zumos colados, pan tostado o yogures. No puede tomar
verduras ni cocidas ni en ensalada, frutas, leche y derivados, grasas, embutidos,
pasteles o bebidas con gas.
El día anterior hará una cena ligera y desde las 6 horas previas a la exploración,
deberá estar en ayunas.
¿Cómo se realiza?
Pueden solicitarle que vaya a orinar para hacer después una radiografía
con la vejiga vacía.
La exploración dura aproximadamente 1 hora.
Para los niños, el radiólogo ajustará la técnica de exploración por TAC al
tamaño del niño y al área de interés para reducir la dosis de radiación.
Es una prueba indolora, salvo la molestia del pinchazo para la inyección del
contraste.
Riesgos
Todas las pruebas que emiten radiación, por pequeña que esta sea, han de estar
justificadas e indicadas por un médico. Es quien valora la oportunidad de hacerla
siempre que el beneficio sea mayor que el riesgo.
El contraste que se utiliza, en este caso de tipo yodado, puede producir una
reacción alérgica, la mayoría de los casos muy leves (dolor de cabeza, náuseas o
erupción cutánea) y son excepcionales las reacciones graves.
El médico radiólogo evalúa y considera para cada caso la correcta indicación, tipo
y dosis a utilizar y es responsable del tratamiento indicado frente a la eventualidad
de una reacción adversa.
Contraindicaciones
Procedimiento
La muestra de orina, son exámenes que se realizan para obtener una muestra de
orina en cantidad y calidad adecuada para el análisis microbiológico.
Razonamiento científico
El sistema urinario está formado por los riñones, vejiga y uretra, su principal
función es extraer de la sangre sustancias de desecho y agua.
Responsables de la ejecución
- Enfermeras.
- Matronas.
- Si se requiere una muestra urgente, el paciente debe suprimir los líquidos orales
por lo menos entre 4 - 6 horas.
Muestras de 24hrs.
2. Seleccionar los frascos de vidrio para recolección de orina y rotúlelos con los
datos del paciente, la hora de inicio y término de la recolección.
4. Luego comience a juntar la orina en los frascos de vidrio (limpios) y debe ser
mantenida a 4 º C, en lo posible, en caso contrario dejarla en un lugar fresco, ya
que la orina a temperatura ambiente, cambia el Ph, de ácido a alcalino (producto
de la contaminación por bacterias ambientales que degradan la urea).
5. Se juntará toda la orina hasta completar las 24 hrs., incluyendo lo que orine
hasta esa hora.
9. Rotular el frasco de orina con los datos del paciente, incluyendo el volumen total
de orina recolectado.
2. Al recibir la muestra, registre los datos del paciente en orden médica, con fecha,
volumen total y de ser necesario peso y talla.
Materiales: tórulas limpias, riñón estéril, cinta para rotular, frasco estéril para
muestra o limpio, guantes de procedimientos, bandeja limpia.
Procedimiento:
Mujeres: Separar los labios mayores y limpiar con la tórula mojada, desde
adelante hacia atrás, en un solo movimiento por cada tórula y luego enjuague con
agua. Coloque tapón vaginal, ante presencia de menstruación o flujo vaginal.
Hombres: Desplazar el prepucio hacia atrás en los hombres y limpiar con una
tórula en un movimiento giratorio, sin pasar la misma por el mismo lugar. Enjuague
con agua.
Sonda vesical: Este método es más sensible que la micción espontánea, aunque
al introducir la sonda se pueden llevar microorganismos a la vejiga. El
procedimiento puede realizarlo el personal de enfermería o el técnico de
enfermería de nivel superior.
Instrucciones generales
Materiales: tórulas limpias, riñón estéril, cinta para rotular, frasco estéril para
muestra, guantes de procedimientos, bandeja limpia, jabón.
Procedimiento:
Mujeres: Separar los labios mayores y limpiar con la tórula mojada con agua y
jabón, desde adelante hacia atrás, en un solo movimiento por cada tórula y luego
enjuague con agua. Coloque tapón vaginal, ante presencia de menstruación o flujo
vaginal.
Hombres: Desplazar el prepucio hacia atrás en los hombres y limpiar con una
tórula en un movimiento giratorio, sin pasar la misma por el mismo lugar. Enjuague
con agua.
Los bebés también pueden sufrir infecciones urinarias y en estos casos el pediatra
puede recomendar el examen de urocultivo. De esta forma se puede determinar
las bacterias que puedan ocasionar una infección. Para hacer la recolección de la
muestra de orina los padres pueden optar por:
Bolsa adhesiva perineal
Esta es la técnica más utilizada para recolectar la muestra de orina en los bebés.
Para hacer la recolección de la muestra de orina el padre debe encargarse de
desinfectarse las manos y lavar el área genital del bebé con agua y jabón neutro.
Estimulación vesical
Punción suprapúbica
DEFINICION:
Es el control exacto de los líquidos que ingresan y se pierden por las diferentes
vías, para establecer el balance en un periodo determinado de tiempo que
no exceda a las 24 horas.
OBJETIVOS:
PRECAUCIONES
1. Medir con exactitud los líquidos tanto administrados como eliminados.
MATERIAL Y EQUIPOS
3. Peso si es necesario.
PROCEDIMIENTO
ADMINISTRACIÓN DE LÍQUIDOS
Un tiempo determinado (6 -12 ó 24 horas) según el control, medidos por c.c. como
agua, jugos, gelatina, sopas, aromáticas, caldos, entre otros.
2. VÍA ENTERAL: son los líquidos que se le dan al paciente por sonda naso u
orogástrica; gastroclisis y demás requerimientos nutritivos.
• AGUA ESTÉRIL:
CONTRAINDICACIONES: ninguna
• DEXTROSA AL 5%:
• DEXTROSA AL 10% :
CONTRAINDICACIONES: ninguna
CONTRAINDICACIONES: ninguna
ELIMINACIÓN DE LÍQUIDOS
1. VÍA ORAL: por medio de emesis, que puede ser: biliar, alimenticia, Hemoptisis
o hematemesis.
• Ileostomía
• yeyunostomia
• Colostomía
• Cistostomía
6. DRENES : ya sea que estén sujetos a bolsas estériles o cubiertos con apósitos
o gasas, hay que contabilizar la cantidad de líquido o secreción que ha drenado ,
su aspecto y anotar, si son más de 30 c.c
ACTIVIDADES DE ENFERMERIA.
Puntos clave.
2. Pormenorizar los parámetros del balance y especificar en cada uno de ellos las
cantidades y características.
> Si el paciente aún no controla esfínter es necesario hacer uso del pañal, el cual
debe ser pesado en la báscula antes de ponérselo. El acompañante debe
proceder a colocárselo y entregarlo al personal de Enfermería cuando esté mojado
para pesarlo nuevamente y hacer el respectivo control.
> Cuantificar los egresos y los ingresos de igual manera que en el adulto.
PROTOCOLOS DE PLAN DE CUIDADOS NEFROLOGÍA
La búsqueda activa de bacteriuria en los niños con fiebre, una actitud terapéutica
decidida y un estrecho seguimiento tras un cuadro confirmado de PA disminuyen
la posibilidad de complicaciones en los niños con una infección de orina. Por tanto,
establecer de forma fiable y segura el diagnóstico de ITU es la cuestión de partida
fundamental para cualquier plan terapéutico y seguimiento posterior, teniendo en
cuenta tanto el riesgo de infradiagnosticar las ITU con la repercusión que en forma
de secuelas puede tener en la vida futura del niño como el de supervalorar su
presencia con la carga que para el niño, su familia y el sistema sanitario pueden
suponer unos estudios y un seguimiento innecesarios.
ESTRATEGIA DIAGNÓSTICA
La evaluación de un niño con sospecha de ITU debe iniciarse con una historia
clínica completa, documentando en la anamnesis el número y momento de
posibles infecciones previas y la presencia de síntomas y signos asociados,
especialmente de fiebre. Debe preguntarse por los hábitos miccionales e
intestinales, incluidos incontinencia diurna y nocturna, estreñimiento y encopresis.
También tenemos que investigar los antecedentes familiares de ITU, reflujo
vésico-ureteral (RVU), HTA e insuficiencia renal.
Manifestaciones clínicas
Es necesario recordar que ante un niño con fiebre sólo tienen valor predictivo de
ITU la edad inferior a 12 meses, la temperatura superior a 39ºC, la duración de la
fiebre de 2 o más días y la ausencia de otro foco infeccioso en la exploración; y
que a mayor temperatura mayor riesgo de ITU, especialmente durante el primer
año de vida.
Si nos hallamos ante un niño con la posibilidad de padecer una ITU tendremos
que decidir el método más adecuado para la recolección de orina. Este paso es
fundamental. La selección del método requiere considerar el sexo, la edad del niño
y el desarrollo del control de esfínteres, la urgencia del diagnóstico y tratamiento,
las condiciones técnicas de trabajo y la experiencia individual en la realización de
los procedimientos invasivos. El patrón oro para la confirmación de ITU es el
crecimiento de cualquier germen patógeno urinario de una muestra obtenida por
punción vesical (PV); esta técnica exige un adiestramiento para su realización y
tiene una indicación clara en el período neonatal y cuando existe alguna dificultad
para la recogida con otros métodos. No permite evaluar la leucocituria y
hermaturia, teniendo su práctica a ciegas (sin control ecográfico) un porcentaje de
éxitos muy variable.
Urinocultivo
TRATAMIENTO
Para tratar adecuadamente las ITU deben ser conocidas las principales bacterias
protagonistas y disponer de información sobre los antibióticos que actúan in vitro
sobre ellas. En la utilización correcta de estos es además esencial asegurar que el
antibiótico llegue en concentraciones suficientes (dosis crítica/eficaz) al tejido renal
y sea eliminado mayoritariamente a través de la orina. El notable incremento de
resistencias impone la orientación racional de los tratamientos empíricos y que los
responsables de su prescripción reciban información periódica sobre los patrones
de susceptibilidad de las bacterias potencialmente causantes de ITU. La
determinación de la sensibilidad a los antibióticos mostró que, en nuestro medio,
las cefalosporinas de primera, segunda y tercera generación, al igual que la
nitrofurantoína deben ser considerados como una buena opción para el
tratamiento oral empírico de las infecciones de orina en la edad pediátrica,
representando la fosfomicina una alternativa válida en algunos casos.
Aspecto séptico
Dolor abdominal/renal
Vómitos
Criterios analíticos:
Interleuquina, procalcitonina
Capacidad de concentración
Los principios activos preferidos y más difundidos para este fin son el trimetoprima
(TMP) o su asociación con sulfametoxazol (TMP/SMX) y la nitrofurantoína. Las
cefalosporinas orales y la amoxicilina-clavulánico seleccionan fácilmente cepas
resistentes de enterobacterias, por lo que su uso preventivo se restringe a los
lactantes menores de 3 meses (Tabla IV).
MOTIVOS DE INGRESO
Estarían definidos por unos criterios clínicos que de forma práctica podrían
resumirse en la siguiente relación:
Del mismo modo, las condiciones para que un niño diagnosticado de ITU pueda
ser dado de alta para su control extrahospitalario podrían quedar enumeradas en
tres puntos:
1) Paciente afebril, con buen aspecto general y que come sin dificultades;
ESTUDIOS DE IMAGEN
Todo niño con un primer episodio de ITU debe ser sometido a evaluación de las
vías urinarias mediante estudios de imagen. Las diferentes modalidades de
exploración y el momento de realizarlas es un tema sometido a debate, aunque
cada técnica ofrece unas utilidades bien definidas.
La gammagrafía renal con DMSA representa el patrón oro para estimar la función
renal diferencial (FRD) y la afectación renal en niños con PA y cicatrices renales.
En la fase aguda su uso se limita a los casos en que la duda diagnóstica de PA
pueda condicionar el manejo posterior. En el riñón normal tendremos un contorno
liso bien definido por la corteza hiperactiva y la cavidad pielocalicial central que se
proyecta como una zona central hipocaptante. En algunos individuos se puede
apreciar la impronta esplénica en el borde superoexterno del riñón izquierdo.
Porcentajes de captación menores del 45% del total (una función renal diferencial
mayor del 10%) corresponden a la existencia de lesiones renales. No obstante, la
existencia de FRD menor del 10% no excluye la existencia de cicatrices. Los
defectos de captación cortical no son patognomónicos de la NR. La existencia de
HTA tratada con IECAs, disfunciones tubulares, riñón displásico, un quiste o una
infección aguda sobre un riñón previamente sano o enfermo pueden originar
imágenes con hipofijación de DMSA y/o alteraciones del contorno renal. Para
poder asegurar mediante gammagrafía con DMSA el diagnóstico de cicatriz renal
el tiempo mínimo necesario es de 6-8 meses tras un episodio documentado de
ITU. El seguimiento conservador (sin profilaxis ni cirugía) de los RVU de grado
bajo y moderado ha reforzado la estrategia restrictiva en el uso de la cistografía
miccional seriada (CUMS) una vez superado el período de lactante. Sin embargo,
cada caso debe de ser individualizado en su manejo según la presentación y la
historia clínica. Para algunos autores, sólo aquellos pacientes con gammagrafía
renal patológica deberían ser estudiados mediante CUMS, ya que en esta
situación la presencia de RVU mostraría trascendencia clínica; la aplicación de
esta estrategia supone no reconocer un número importante de RVU. En el extremo
contrario están quienes proponen no realizar estudios gammagráficos más que en
presencia de RVU y practicar una cistografía sistemáticamente a todos los niños
con ITU; mantener esta actitud diagnóstica supone perder el control sobre
aquellas PA y NR que se presentan sin RVU.