Mining Amazonia Ecuador
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Por favor, no diga mi nombre ―esta frase se repite entre la gente de la zona que ha
denunciado las operaciones de la minería ilegal y los incumplimientos de la legal en la
provincia de Napo―.
El hombre ha venido documentando con fotos y videos esta actividad hasta que, una
tarde de 2022, fue encañonado en la sien.
―Están destruyendo el río del que bebíamos y que usábamos para bañarnos. El agua
comenzó a contaminarse. Se afectan las ranas, las aves, toda la biodiversidad. Nunca
hubo socialización, ni capacitación, sino que de la noche a la mañana aparecieron las
máquinas. Yo tengo puesta una denuncia y mis tíos también pusieron siete denuncias
más pero nunca hicieron el peritaje y está todo en la Fiscalía de Quito― dice Alberto con
voz nostálgica.
Un estudio de la Universidad Ikiam, además de demostrar que en Napo hay ríos muertos
como el caso del Chumbiyaku, que tiene 500 veces más metales pesados de los límites
permitidos, indica que en las áreas afectadas por la extracción aurífera, el suelo se
erosiona, pierde materia orgánica y el drenaje gradual de los desechos contaminantes
baja hacia capas inferiores del suelo, convirtiendo en tóxicas e inservibles las tierras.
Terraearth Resources es una empresa minera de capital chino que tiene varias
concesiones para la extracción de oro dentro de la provincia de Napo. Sin embargo, ha
tenido varios llamados de atención y notificaciones por parte del Ministerio de Ambiente
debido a incumplimientos ambientales. Aun así, sigue operando.
En el Sistema Único de Información Ambiental (SIUA) del Ministerio de Ambiente se
registran tres pedidos de licencia ambiental para las tres concesiones Huambuno. La
última es reciente, tiene fecha del 23 de abril de 2023. Todas fueron archivadas, lo que
significa que no cumplieron los parámetros para obtener el permiso ambiental. Sin
embargo, en el terreno hay máquinas operando.
De acuerdo con el Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP por sus siglas en
inglés), en enero de 2023 la expansión de la superficie minera en el sector Huambuno
incrementó en un 86 % con respecto al mismo mes de 2022. Entre enero de 2022 y enero
de 2023 se destruyeron 110 hectáreas de selva y zonas agrícolas, esto es el doble de lo
que se registró en el emblemático caso de Yutzupino, donde la minería se expandió en 55
hectáreas entre enero y diciembre de 2022, según un nuevo cálculo de MAAP.
Para muchas personas en la región, si Yutzupino fue un biocidio, Huambuno es uno más
grande. Por eso, Fiodor Mena, presidente del Colegio de Ingenieros Ambientales de
Ecuador y miembro del Consejo de Defensa de los Derechos de la Naturaleza, cree que el
Estado debe declarar la emergencia ambiental en la provincia de Napo.
Dentro de las causas que Fiodor Mena nombra para el desastre de los ríos de Napo está
la debilidad institucional. De acuerdo con el informe de la Comisión de Biodiversidad de
la exAsamblea Nacional, hasta 2022 se contaba con sólo un especialista técnico minero
que debía controlar 552 concesiones mineras inscritas y 171 en trámite distribuidas en
tres provincias: Napo, Orellana y Pichincha. Además, este técnico tenía que realizar
trámites administrativos e informes. Muchos informes.
En Ecuador se propuso una Ley de control de las puertas giratorias. El debate sobre el
proyecto de ley se dio en el Pleno de la Asamblea, duró menos de dos horas y se archivó
por mayoría el 24 de marzo de 2022.
Nada de esto es nuevo
Esto ya sucedió.
Entre los enormes cráteres de roca y las montañas de escombros, en lo que antes era un
cristalino afluente del río Napo, esa madrugada se incautaron 148 retroexcavadoras; 97
motores de succión de agua; 16 bombas de agua; 80 máquinas de separación de
minerales, llamadas “Zetas”; 41 tanques de plástico de 1000 litros con combustible, y
otros bienes que se utilizaron para extraer oro.
En la mañana de ese día de febrero circularon fotos, videos y las imágenes aéreas del
desastre ecológico, del biocidio. Hubo personas arrestadas que luego fueron dejadas
en libertad.
Tena es la capital y ciudad más grande de la provincia de Napo, una región de rica
biodiversidad, rodeada de exuberantes colinas tropicales y ríos que atraen a los turistas
que buscan aventuras en kayak y caminatas por la selva.
De acuerdo con las organizaciones sociales y defensores de la naturaleza, más de dos mil
personas trabajaron, entre octubre de 2021 y febrero de 2022, en la extracción ilegal de
oro. A pesar de que, en noviembre de 2021, la extraña aparición de las primeras cuatro
retroexcavadoras en las orillas del Jatunyaku llamó la atención de activistas ambientales
que denunciaron la situación en la Gobernación del Napo, y hasta por redes sociales,
pero no tuvieron respuesta. Desde el mirador Los Ceibos se veía claramente el avance de
las máquinas naranjas que de 4 pasaron a 10, a 50, a 100 a 148.
Personas de la zona cuentan que les pagaron entre 2000 y 2500 dólares por el paso de
cada una de las máquinas retroexcavadoras por sus terrenos. A cambio, debieron
mantenerse en silencio.
Oliver* tenía 17 años cuando comenzó la destrucción del río Jatunyaku en el 2021.
―Si uno se ponía debajo de las “retros”, por donde caminaba encontraba oro ―cuenta
como si fuese una de sus primeras hazañas de juventud―. A veces nos hacían pagar 1
dólar para entrar a minar, pero valía la pena. Eso fue al inicio, luego comenzó a llegar más
y más gente, por ahí dicen que fueron miles. Yo vi mujeres embarazadas, niños, adultos.
Nos empujábamos para coger el oro. Yo tuve suerte, me gané unos miles de dólares―
dice Oliver con sonrisa todavía inocente.
En la comunidad de Yutzupino se pueden observar los efectos de la minería, la cual ha destruido y
contaminado gravemente los ríos Jatunyacu y Yutzupino. 11 de febrero del 2022. Foto: Iván
Castaneira.
―Un señor, un viejito que tenía un local en Tena. Solo a él le podías cambiar el oro y te
daba dinero en efectivo.
―Eras joven. Tenías 17 años cuando se saqueó el Jatunyaku. ¿No tuviste miedo?
Con la picardía de la adolescencia, Oliver sonríe y acepta que tuvo miedo al inicio pero
que después reflexionó para sí mismo: “Si todos lo hacen, ¿por qué me voy a quedar sin
oro?”.
―Mi mamá me decía que no fuera. Pero nosotros éramos una familia pobre, y de un
momento a otro teníamos mucho dinero bajo el colchón.
―Mandamos a mis hermanas a otra ciudad para que se compren una casa y salgan de
aquí. Yo no me voy porque no quiero dejar a mis padres solos. Aquí no podíamos tener
mucho dinero porque solían venir a requisarnos cuando empezaron a hacer operativos.
―No porque aprendí a ser precavido. Una noche encontré un pedazo de oro así de
grande (con sus manos tersas por la edad y bronceadas del sol, separa el aire unos 10
centímetros). Y, ¿sabe qué hice? Me fui al bosque, alrededor de las 11 de la noche.
Despacito para no hacer bulla. Mirando a todos lados. Me fui bien profundo y me quedé
escondido entre un árbol haciendo silencio y con el oro en las manos. Me mantuve casi
como una estatua. ¡Por tres horas! Hasta estar segurísimo que nadie me siguió. Ahí, como
a las 2 de la mañana, con la luz de la luna, enterré mi oro. Sólo yo sé dónde está.
En marzo de 2022, días después del operativo en Yutzupino, doce colectivos de Napo
interpusieron una Acción de Protección al Estado ecuatoriano por falta de control a las
concesiones mineras. Ganaron en primera y segunda instancia. El 13 de abril de 2022, el
juez de la Corte Provincial de Napo obligó al Ministerio de Ambiente, al Ministerio de
Minas y a la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No
Renovables (ARCERNNR) a presentar, en 180 días, un plan de reforestación de las zonas
afectadas por la minería ilegal de toda la provincia, causada por la falta de control.
Los colectivos interpusieron, en enero de 2023, una nueva demanda por incumplimiento
de la demanda anterior. Nuevamente, el juez de la Corte de Justicia de Napo les dio la
razón y ordenó la destitución de los tres ministros, la reparación de las zonas afectadas y
48 horas para presentar el plan de reforestación.
Poco más de un año después, el 13 de abril de 2023, la Asamblea Nacional aprobó por
mayoría (121 de 137 votos) el Informe de Fiscalización y Seguimiento de la minería ilegal
en Napo, en la zona de Yutzupino y emitió una resolución. En el documento se reconoce
la inoperancia del Estado y los grandes daños sociales y ambientales en un radio de 20
kilómetros alrededor del río Jatunyaku, llamado “Punto cero”. La resolución de la
Asamblea Nacional es vinculante e incluye 36 obligaciones y acciones inmediatas que
varios Ministerios debieron cumplir para parar el biocidio de Yutzupino.
“Nada se ha cumplido. Nada. A veces me decepciona tanto circo y novela que no termina
en nada concreto, medible y tangible”, dijo por teléfono el Defensor del Pueblo de Napo,
Andrés Rojas, el 18 de mayo de 2023, el día que se clausuró la Asamblea Nacional, luego
de la muerte cruzada invocada por el presidente Lasso.
El desorden estatal es tan grande que varios responsables de las instituciones públicas
nombradas no conocían la resolución que surgió a partir del informe de Fiscalización de
la Asamblea Nacional y pidieron copia del documento para saber de qué se trata.
―Tengo miedo― dijo con la voz doblegada Gonzalo*, quien vivía en la comunidad
de Balzachicta, 10 minutos río abajo de la comunidad de Alberto.
Gonzalo era operador turístico y comenzó a observar, en septiembre de 2022, entre las
salidas y llegadas de los turistas en lanchas que, frente a su propiedad, maquinaria
pesada desviaba abiertamente el río Napo en la desembocadura del río Arajuno. Los
visitantes comenzaron a quejarse del estruendoso sonido de la maquinaria que no
paraba las 24 horas. Algunos salieron molestos, otros, sorprendidos.
Gonzalo tomaba fotos y videos, y los subía a las redes sociales. La zona que estaba siendo
removida era un banco de arena, que era parte de la comunidad de Balzachicta, en la que
existe una concesión para la extracción de material pétreo que pertenece al Gobierno
Autónomo Descentralizado de Napo y que utilizaba el material para una importante obra:
“los 14 kilómetros de asfaltado de la vía Río Pusuno – Ahuano tercera etapa, anhelada por
muchos moradores”.
Los
lingotes de oro son la última etapa del refinamiento del oro. Para esto, debió pasar por el uso de
mercurio que está prohibido en Ecuador su uso para minería desde 2013. Foto: Cortesía Pepe
Moreno / Napo Ama la Vida.
Esta concesión no tenía todavía los permisos ambientales para operar y el registro en el
Ministerio de Energía y Minas aún estaba en trámite. Sin embargo, desde septiembre de
2022 las volquetas, retroexcavadoras, y clasificadoras de material llegaron con más
frecuencia al lecho del río.
Gonzalo siguió día a día los avances de la extracción de material pétreo. Mandó cartas a
los ministerios de Turismo, Ambiente, Minas, y a la Fiscalía, hasta que el 5 de diciembre
de 2022, la Dirección Zonal del Ambiente suspendió las operaciones de la concesión
debido a infracciones como no contar con Registro Generador de Desechos Peligrosos, la
contaminación y desvió del cauce del río Napo y no contar con los permisos
administrativos.
Fiódor Mena era el director regional del Ministerio de Ambiente en ese momento y
confirma que estas concesiones no tenían todos los actos administrativos al día. Por eso
dio la orden de suspensión.
“Lo que no se toma en cuenta es que, a gran, mediana o pequeña escala, la minería
siempre traerá conflictos porque es posesión forzosa de la tierra, del agua, de los
recursos naturales. En nuestros estudios hemos podido ver que los mismos problemas
de las pequeñas mineras, los hay en las megamineras. Hay derechos igual de vulnerados.
Empezando con que ninguna empresa en el país ha cumplido con el mandato de la
Consulta Ambiental ni la Consulta Previa, libre e informada”, concluye Báez.
A pesar de las resoluciones, de los operativos, de las noticias, de las demandas, de la fuga
de oro y de la devastación ambiental, Napo está viviendo un segundo biocidio.