Libro Las LLaves Del Reino
Libro Las LLaves Del Reino
Libro Las LLaves Del Reino
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Primera Conferencia
LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS Y EL PODER DE ATAR Y DESATAR
Introducción
Hay varios puntos de vista dentro del Cristianismo con respecto al significado de “las llaves del
reino de los cielos” y a la frase “atar y desatar”.
1. La iglesia católica. Esta posición es muy conocida, y para el Catolicismo “las llaves del reino de
los cielos” se refieren a dos llaves, una para gobernar los asuntos del mundo, la otra para gobernar
los asuntos eclesiásticos; sobre esta base, tiene toda clase de poder para resolver por cualquier vía
toda dificultad que se presente; de esta manera, “ata y desata” con la autoridad, que según su
interpretación, les ha sido otorgada.
La teología católica conoce que la frase “atar y desatar” proviene del léxico rabínico del período del
Segundo Templo, y que era usado para dar autoridad a los rabinos.
2. El mundo evangélico
2.1. Portal Restaurando la tierra.
Artículo: La autoridad de atar y desatar:
http://restaurandolatierra.galeon.com/aficiones1540843.html
Nota: Este artículo afirma que la entrega de las llaves del reino de los cielos es una declaración por
medio de la cual Yeshua le confiere autoridad al creyente, y en ese sentido se tiene acceso a las leyes
y las cosas que gobiernan al Reino del cielo. Es sobre esa base que el creyente recibe la autoridad
para “atar y desatar”.
En esta comprensión de esta clase de autoridad, esta se usa contra el enemigo y en el terreno
humano para Atar la confusión y desatar o soltar paz y fe, Atar la enfermedad y soltar salud,
Atar la pobreza y desatar prosperidad, Atar accidentes y desatar seguridad, Atar él
desanimo y desatar la confianza.
Cita: “Jesús le dio a cada creyente el poder para atar y desatar cosas aquí en la tierra. En este
versículo las palabras atar y desatar eran comúnmente usadas entre los judíos en el sentido
de prohibir y permitir. Esto significa que cuando Jesús hablo sobre atar y desatar, estaba
hablando de permitir y prohibir. En otras palabras Jesús estaba diciendo que cualquier cosa que
hagamos en acuerdo con las direcciones de Jesús y en obediencia a Su voluntad será ratificado en el
cielo. Hay varios significados para la palabra atar. Significa encadenar, obstaculizar, amarrar las
manos y los pies, mantener en cautividad, encerrar o tomar cautivo. Se usa para dar el sentido de
poner una correa en un perro o domar a un caballo salvaje. Jesús estaba explicando que le había
dado ese tipo de autoridad a cada creyente”.
Nota: Aquí se opina en contra de la guerra espiritual, y que tal autoridad fue dada en el
contexto de disciplina dentro de la iglesia primitiva. Cita: Esta declaración del Señor fue dada
en el contexto de disciplina dentro de la iglesia primitiva. Las palabras “atar” y “desatar” eran
populares entre los rabinos de la época y equivalían a “prohibir” y “permitir”; en Mateo 18
equivalen a “disciplinar” y “restaurar”. Aquel miembro de la iglesia que persiste en pecar debe
ser separado (atado) de la congregación (1 Cor. 5:5), para luego en amor ser conducido al
arrepentimiento y por consiguiente ser restaurado (desatado) Gálatas 6:1. Como vemos, los
demonios, las enfermedades y la pobreza son totalmente ajenos al contexto.
Cita de Mateo 18: 17-18: 15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando
tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Más si no te oyere, toma aún contigo a
uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a
ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os
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digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la
tierra, será desatado en el cielo.
Nota: En esta variante la autoridad se ejerce mediante la oración de autorida, ya sea para atar al
enemigo o para disciplinar al hermano que cause divisiones o esté en problemas morales. Aquí
combina la posición clásica de la guerra espiritual con la disciplina eclesiástica. Cita: Los hermanos
que presiden en el Señor, luego de tener el testimonio del Espíritu Santo, ejercen autoridad
espiritual a través de la oración, la cual absuelve del pecado y restaura la comunión en el
cuerpo de Cristo.
Nota: En esta posición se refuta a la guerra espiritual, y afirma que las llaves del reino de los cielos
dada a Pedro era una metáfora de entregarle al gobierno de la iglesia, y en ese sentido tiene el
poder de atar y desatar. Pero ellos dicen que el poder de atar y desatar se refiere a los pecados. Y
esto se da a dos niveles:
1. Mediante la predicación del evangelio: “Esa es la autoridad que ellos reciben. A medida
que ellos proclaman el evangelio, unos son perdonados y recibidos al seno de la iglesia
(desatados de su pecado) y otros son condenados (atados a pecado); de esa manera se
‘edifica la iglesia de Cristo. Esa es la misma idea que se da en Mateo 18 y es lo que quiera
decir Cristo a Pedro cuando le habla de las llaves del reino y de atar y desatar dentro del
contexto de la edificación de la iglesia.
3. Resumen Las llaves del reino de los cielos y el poder para atar y desatar
(2) Que el poder de atar y desatar es una consecuencia de lo anterior y que proviene de un
fondo judío. Pero que se alejan de ese fondo judío para interpretarlo a su parecer, y por
ellos difieren como interpretan las acciones de atar y desatar: (1) muchos concuerdan que
tiene que ver con el perdón de los pecados y la disciplina eclesiástica, (2) otras que es una
asunto de guerra espiritual contra el diablo y con respecto a las personas: para desatar
ligaduras de impiedad y atarla a lo positivo, (3) un tercer grupo combina la guerra
espiritual con la disciplina eclesiástica
(3) El tercer punto en el cual coinciden católicos y evangélicos, es que todo lo que la iglesia
haga en la tierra, o los creyentes, es decir, todo lo que se desate o ate, el cielo está obligado
a desatarlo o atarlo, porque asi lo declaró Yeshua.
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4. ¿Qué quiso expresar Yeshua?
Estos son los tres puntos que deseo discutir: (1) la traducción de la expresión “y todo lo que atares
en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en el
cielo”, (2) el significado rabínico de la frase “atar y desatar”, y (3) el significado rabínico de “las
llaves del reino de los cielos”.
En primer lugar, voy a tratar la expresión de Yeshua en Mateo 16:18-19: “Y yo también te digo
que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del infierno no prevalecerán
contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será
atado en el cielo; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en el cielo”.
Antes que apareciera la Biblia textual y corrigiera esta mala traducción, todos los teólogos
evangélicos han sabido siempre que esa traducción de la RV_1960, no sólo es incorrecta, sino que
da origen a toda clase de falsa doctrina, y le da carta abierta a iglesias y pastores para ejercer
poderes abusivos sobre sus hermanos bajo su autoridad. Un ejemplo es la obra del interlineal
griego-español de Samuel Lacueva, publicada por una editorial evangélica. El texto de Mateo en su
traducción dice literalmente así: “Daré te las llaves del reino de los cielos, y todo lo que ates en la
tierra, habrá sido desatado en los cielos, y todo lo que sueltes en la tierra habrá sido soltado en los
cielos”.
Esta traducción concuerda con otra expresión de Yeshua en la cual le da la primacía al cielo,
“Hágase tu voluntad en los cielos, asi como en la tierra”. Ese es el orden, desde que todas las cosas
fueron creadas, primero el cielo, y luego la tierra. En este pasuk indica que la letra “vav” que
traducimos como “y” y que es el conector entre las frases “los cielos” y “la tierra”, indican que
originalmente estaban en armonía, y que los cielos, gobernaban sobre la tierra.
Mostrado pues lo erróneo de la traducción de la RV-1960, se derriban todas las doctrinas orgullosas
que pretenden gobernar sobre los hombres de una manera arbitraria sobre la base que el cielo
ratifica lo que ellos dicen y hacen.
En segundo lugar, todos reconocen que las expresiones “atar y desatar” proceden de un léxico
judío para referirse al ejercicio de autoridad que debía ejercer un maestro de Torá cuando había
alcanzado una edad madura. Así que el fondo de la discusión es plenamente halájica, es decir,
Yeshua, como Mesías, cumple la profecía de Genesis 49:10, en donde el legislador o autoridad
rabínica es destronada, y Él mismo se instala como presidente del nuevo sanedrín y le confiere
autoridad a sus discípulos en los mismos términos que se usaban para la época cuando un judío se
daba autoridad para “permitir” y para “prohibir”. Esta es la autoridad dada ahora a los discípulos.
Pero hay detalle halájico extra: ¿la expresión “atar y desatar” aparece en otro contexto: Mateo 18:
15-18: “ Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te
oyere, has ganado a tu hermano. 16 Más si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para
que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los oyere a ellos, dilo a la
iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De cierto os digo que todo lo
que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado
en el cielo.
Aquí parece que Yeshua estuviera definiendo la autoridad de “atar y desatar” (prohibir y permitir)
en asuntos relacionados con la disciplina en la congregación. Más exactamente con el hecho si se
concede el perdón a alguien que ha errado o no se lo concede, como asi parece decirlo Juan: “... A
quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos” (Jn. 20:23). “. Lo cual no debe ser interpretado como un poder dada al hombre para
perdonar o no los pecados de su prójimo que está bajo su autoridad, como lo enseña en Catolicismo,
ni tampoco al poder de la oración ni a la predicación del evangelio como piensas algunas iglesias o
líderes cristianas, ni tampoco se refiere exclusivamente a la disciplina eclesiástica. ¿De qué se trata
entonces?
Aquí hay dos claves de la más capital importancia. Si nos mantenemos en el contexto judío,
de “permitir/prohibir”, nos vamos a dar cuenta que esta autoridad que el sanedrín
entregaba a un juez o a un maestro de Torá proviene de la misma Torá, pues en el libro de
Devarim se le expide un certificado de autoridad a todos aquellos que son nombrados para legislar
halajá en Israel. En el contexto de las leyes que han de seguir los jueces de Israel que es justamente
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la parashat shofetim que va desde Dt 17:1 al 21:9 se encuentra la siguiente disposición: “Y vendrás
a los kohanim y leviim, o al juez que hubiera en esos días; preguntarás y te determinarán la
sentencia de la justicia…No te apartarás de la palabra que te determinen ni hacia la derecha ni hacia
la izquierda” (Dt 17:9-11).
En otras palabras, Yeshua como Mesías le está confiriendo poder a sus discípulos no de
manera arbitraria sino que lo hace en conformidad con la Torá, y los discípulos como jueces
o sus enviados (sheliajim) deben juzgar en conformidad con la Tora. Un ejemplo de que los
díscipulos han de juzgar en conformidad con la Torá lo encontramos en el consejo que Rabbí Shaul
le da a Timoteo: “Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” (1 Tim 5:19),
esta halajá se encuentra justo en la parashat shofetim en Dt 17:6.
Tan pronto nos hemos percatado del carácter y de la fuente de la autoridad de “atar y desatar”
(prohibir y permitir), veamos ahora si esto se refiere al perdón de los pecados, o como dicen otros,
para suavizar lo que dice Juan 20:23, que se refiere a la disciplina eclesiástica.
Ahora vamos a presentar la segunda clave que determina exactamente el asunto de “atar y desatar”
(prohibir y permitir). Cuando Yeshua vincula la expresión de “atar y desatar” (prohibir y permitir)
con el perdón de pecados, o más exactamente con la expresión que aparece en Juan 20:23: “... A
quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos” (Jn. 20:23). “.
En otras palabras, al ejercicio máximo de su poder era justamente ese: restaurar o condenar al
prójimo; y si tenía ese poder, cualquier otro asunto de menor importancia también podía
determinarlo pues estaban halájicamente autorizados. El caso del juicio de Ananías y Safira es un
ejemplo extraordinario del ejerció de poder de condenación que ejercieron los apóstoles, hay otros
ejemplos en el NT del ejercicio de autoridad para sanar, resucitar y también para aconsejar, para
organizar una congregación, etc.
Así que, el ejemplo dado por Yeshua en relación al perdón de los pecados, lo dio como ilustración
para decir que ellos, si tenían el poder supremo dado por Él, para restaurar y condenar podían
determinar cualquier otro asunto menor de naturaleza moral o doctrinal. Y este es precisamente
una de las reglas de interpretación recopiladas por Rabbí Yismael y que se encuentra en la Torá.
Cuando se da un principio general, se ofrece la ilustración máxima, para ejemplificarla y así
cualquier otro asunto queda como caso particular.
Por ejemplo, los jueces de Israel tienen autoridad para legislar, pero como ilustra esta autoridad la
Torá, con el siguiente ejemplo: “Si estuviese velado de ti un asunto de justicia, entre sangre y sangre
(es decir, homicidios), juicio y juicio, entre afección y afección, …entonces le levantarás … e irás a
los cohanim o al juez que hubiere en esos días” (Dt 17:8,9). Esta regla también funciona al revés,
se da la ilustración o ejemplo y de allí se deriva el principio general. Ejemplo: “No pondrás
bozal al buey que trilla” (Dt 18:1), se refiere esto que solamente los bueyes cuando trillan no han de
usar bozal? No, se refiere simplemente al hecho que todo animal que uses para trillar el campo debe
estar sin bozal para que se alimente libremente del campo que trilla.
Aclarado todo esto del significado judío del principio general el principio general de “atar y desatar”
(prohibir y permitir), como un principio de autoridad para dirigir y administrar los dones del
Eterno en las congregaciones, vamos ahora a tratar el asunto de “las llaves del reino”, pues aquí
descansa el secreto del verdadero poder para ejercer la autoridad de el principio general de “atar y
desatar” (prohibir y permitir).
Es decir, sólo los que tengan “las llaves del reino de los cielos” pueden ejercer legítimamente la
autoridad expresada principio general de “atar y desatar” (prohibir y permitir). Es decir, quien
ejerza tal autoridad como líder, pastor, rabino, etc., de una congregación y no “posee las llaves del
reino de los cielos”, es un usurpador y un hipócrita, y su ejercicio de poder del principio de
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autoridad de “atar y desatar” (prohibir y permitir), se convierte en un instrumento de opresión y de
abuso sobre los que gobierna.
El terreno ahora queda preparado para abordar el entendimiento de la mal entendida y mal
aplicada expresión de Yeshua: “A ti te daré las llaves del reino de los cielos”.
En tercer lugar, tenemos que ser consistentes con el fondo judío de la tradición oral, y en este
sentido debemos averiguar que quiso decir Yeshua con la expresión: “las llaves del reino de los
cielos”.
Esto lo haremos en la próxima conferencia, mientras tanto, roguemos al Eterno que envíe al Mesías,
pronto y en nuestros días! Amén!!
Segunda Conferencia
LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS Y EL PODER DE ATAR Y DESATAR
Introducción
Mateo 16:18-19: “Y yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y
las puertas del infierno no prevalecerán contra ella. 19 Y a ti te daré las llaves del reino de los
cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en el cielo”.
Y la otra: Mateo 18: 17-18: 15: “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele
estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16 Más si no te oyere, toma aún
contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17 Si no los
oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18 De
cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis
en la tierra, será desatado en el cielo”.
Y conectado con ellas, una declaración dada a todos los creyentes en posición de autoridad:
“... A quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos” (Jn. 20:23). “.
En esta conferencia voy a explicar el fondo judío de cómo los rabinos entienden y explican el asunto
de “las llaves del reino de los cielos, pero antes de eso, por causa de la enseñanza voy a dar un
resumen repitiendo los elementos más importantes de la conferencia anterior y proporcionaré
algunos detalles adicionales.
Resumen Las llaves del reino de los cielos y el poder para atar y desatar
Muy bien, como algunos recordarán, en la conferencia pasada cité varias explicaciones con respecto
a este asunto de las llaves del reino de los cielos y sobre la autoridad para estar y desatar, una
explicación era de origen católica y las otras de origen evangélico. Todas las explicaciones que
citamos concuerdan, por lo menos, en 3 asuntos fundamentales:
1. La posesión de “Las llaves del reino de los cielos” es entendida simplemente como una referencia
a la autoridad que ahora tienen los discípulos. Pero la iglesia católica interpreta que se refiere a
“dos llaves” la del poder temporal: para gobernar los asuntos seculares con lo cual le da poder
sobre reyes y gobernantes y la del poder espiritual: para gobernar la iglesia cristiana. La iglesia
evangélica entiende que esas llaves están restringidas a un dominio espiritual/eclesiástico, pero
hay variantes en esta interpretación que se ven fácilmente en la explicación que le dan a la frase
“atar y desatar”. Y con esto introduzco el segundo punto.
2. Todas esas fuentes concuerdan que la autoridad expresada en la frase “atar y desatar” es una
consecuencia de la posesión de “las llaves del reino de los cielos”, y, además reconocen que tal frase
proviene de un fondo judío. Por ejemplo, el famoso erudito evangélico William Barclay, en su
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comentario a Mateo nos dice1: “Desatar y atar eran palabras que se usaban corrientemente entre
los judíos. Se refería frecuentemente a las decisiones de los grandes maestros y rabinos. El sentido
corriente que cualquier judío reconocería era permitir y prohibir. Atar algo era declararlo
prohibido; desatar algo era declararlo permitido”. Esto es correcto, en la tradición judía, el objetivo
de la formación de un rabino era capacitarlo para que tuviera la facultad de determinar por sí
mismo, naturalmente basado en la Torá escrita y en la Oral, en todo lo relacionado a asuntos civiles,
judiciales, etc.
Pero esto no sólo se encuentra en la obra de un erudito evangélico. Desde finales del siglo 19, el
mundo evangélico tuvo a su disposición para todo público la magnífica obra La vida y los tiempos
de Jesús el Mesías2, de Alfred Edersheim, un judío convertido a la fe cristiana, en donde se explica
también, y con mucho más detalles, lo que citamos de W. Barclay, porque Edersheim cita
innumerables fuentes rabínicas, que le proporcionan un contexto judío a las palabras y acciones de
Yeshua y sus discípulos.
A pesar que reconocen este hecho histórico, vimos también en la conferencia anterior que un
elevado número de teólogos y pastores cristianos se alejan del significado judío de la frase “atar
y desatar” como una expresión de ejercicio de autoridad en todo el ámbito de la comunidad
judía, y lo interpretan a su parecer, y por esta causa, ellos difieren como interpretan las acciones
de “atar y desatar”: los católicos, por ejemplo, afirman que tiene que ver con el perdón de los
pecados y la disciplina eclesiástica, y también sobre dominio sobre los reyes y gobernantes del
mundo; de parte del mundo evangélico hay tres posiciones:
(1) algunos afirman que “atar y desatar” se refiere a la manera como las autoridades religiosas
administran el perdón de los pecados y la disciplina eclesiástica; es decir, de las varias manera
como la iglesia cristiana restaura o disciplina al creyente, o como salva (desata) al impío que cree al
evangelio, y como “ata” al pecado, a aquellos que no quieren creer al evangelio, (2) otros creen que
es una asunto de guerra espiritual contra el diablo y con respecto a las personas: para desatar
ligaduras de impiedad y atarla a la prosperidad, salud, etc., (3) un tercer grupo combina la guerra
espiritual con la disciplina eclesiástica. Todas esas interpretaciones son falsas.
3. El tercer punto en el cual coinciden católicos y evangélicos, es que todo lo que la iglesia haga en
la tierra, o los creyentes, es decir, todo lo que se desate o ate, el cielo está obligado a desatarlo o
atarlo, porque así lo declaró Yeshua.
Una vez que hicimos esto, nos avocamos a intenta a explicar las palabras Yeshua, desde una
lectura apropiada del griego del Nuevo Testamento, en el contexto cultural judío, invocando
la tradición oral. Y a tal efecto, discutimos tres puntos centrales: (1) La traducción de la
expresión “y todo lo que atares en la tierra será atado en el cielo; y todo lo que desatares en la
tierra será desatado en el cielo”, (2) el significado rabínico de la frase “atar y desatar”, y (3) el
significado rabínico de “las llaves del reino de los cielos”.
Esta traducción concuerda con otra expresión de Yeshua en la cual le da la primacía al cielo,
“Hágase tu voluntad en los cielos, así como en la tierra”. Ese es el orden que el Eterno estableció
desde que se crearon los cielos y la tierra. Es decir, lo que los cielos han decretado, sus discípulos lo
harán si ellos están en sintonía con la voluntad del Eterno. Esto legitima el principio de autoridad a
ellos entregado.
1
W. Barclay, Comentario al Nuevo Testamento. Editorial CLIE, Barcelona, España (1995). Vol. 2, pp. 171,172.
2
A. Edersheim, La vida y los tiempos de Yeshua el Mesías. Editorial CLIE, Barcelona, España (1988), pp. 837,838.
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En segundo lugar, todos reconocen que las expresiones “atar y desatar” proceden de un léxico
judío para referirse al ejercicio de autoridad de los rabinos. Al llegar a la edad madura el candidato
a Rabino era convocado ante el sanedrín, y su ordenación se reducía a dos elementos básicos que se
encuentran en el Talmud Bavlí Sanedrín 5a. La formalidad era como sigue: “¿Puede enseñar?
Puede. ¿Puede juzgar? Puede. ¿Puede permitir? Puede”. Una vez que concluye este procedimiento,
se seguía con la shemijá o imposición de las manos que lo ordenaba como Rabbí, facultado para ser
Maestro y Juez de Israel, con amplios poderes “para enseñar Torá y decidir personalmente en
materia de halajá, a ejercer derecho…anular votos, a hacer la intercalación del mes (de adar en el
calendario), y a lanzar anatema”3.
En los tratados Sanedrin y Makkot de la Mishná, se pueden estudiar la amplia variedad de asuntos
que trataban los rabinos (prohibiendo y permitiendo). Un ejemplo clásico, para ilustrar este punto
es el siguiente. Los rabinos en tiempos de Yeshua ya había determinado que actividades en shabbat
estaban “desatadas”, permitidas o “atadas”, prohibidas.
Así que el fondo de la discusión es judío y plenamente halájico, es decir, Yeshua, como Mesías,
cumple la profecía de Génesis 49:10, en donde el legislador o autoridad rabínica es destronada, y Él
mismo se instala como presidente del nuevo sanedrín y transfiere la autoridad de los rabinos a sus
discípulos, justamente en los mismos términos que se usaban para la época cuando un judío se daba
autoridad con plenos poderes para “permitir” y para “prohibir”4. Esta es la autoridad dada ahora a
los discípulos, la facultad de juzgar en todo asunto interno de las congregaciones.
Yeshua como Mesías le está confiriendo poder a sus discípulos no de manera arbitraria sino
que lo hace en conformidad con la Torá, y los discípulos como jueces o sus enviados
(sheliajim) deben juzgar en conformidad con la Tora. Un ejemplo de que los discípulos han de
juzgar en conformidad con la Torá lo encontramos en el consejo que Rabbí Shaul le da a Timoteo:
“Contra un anciano no admitas acusación sino con dos o tres testigos” (1 Tim 5:19), esta halajá se
encuentra justo en la parashat shofetim en Dt 17:6.
Aclarado este punto, vamos al siguiente: ¿la expresión “atar y desatar” aparece en otro contexto
relacionado con el trato que se le debe dispensar a un creyente que se encuentra fuera del orden
establecido : Mateo 18: 15-18: “ 15Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele
estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. 16Más si no te oyere, toma aún
contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. 17Si no los
oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano. 18De
cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, habrá sido atado en el cielo; y todo lo que
desatéis en la tierra, habrá sido desatado en el cielo”.
Aquí parece que Yeshua estuviera definiendo la autoridad de “atar y desatar” (prohibir y permitir)
en asuntos relacionados con la disciplina en la congregación. Más exactamente con el hecho si se
concede el perdón a alguien que ha errado o no se lo concede, como así parece decirlo Juan: “... A
quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos” (Jn. 20:23). “. Lo cual no debe ser interpretado como un poder dado al hombre para
perdonar o no los pecados de su prójimo que está bajo su autoridad, como lo enseña en Catolicismo,
ni tampoco al poder de la oración ni a la predicación del evangelio como piensas algunas iglesias o
líderes cristianas, ni tampoco se refiere exclusivamente a la disciplina eclesiástica. ¿De qué se trata
entonces?
3
H. L. Strack y Stemberg, Introducción a la literatura talmúdica y midrásica. Edición de M. Pérez Fernández, Editorial
Verbo Divino. Navarra, España (1996), p. 45.
4
En el Talmud Yerushalmi Sanedrín 1,3, 19a se dice que en un principio cada Maestro confería la ordenación a sus
discípulos pero luego fue transferida al sanedrín. Ver H. L. Strack y Stemberg, Introducción a la literatura talmúdica y
midrásica, p. 46.
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Aquí hay dos claves importantes, como ya mencioné en la conferencia anterior. Que la
autoridad concedida a los discípulos no era arbitraria, esta autoridad de “atar y desatar” (prohibir y
permitir), estaba regulada por los preceptos de la Torá y, naturalmente, de la interpretación que se
hacía de ellos. Es decir, tanto la evaluación como la decisión de un asunto deberían estar basadas en
la Torá y en la revelación ya obtenida en el NT y no en el capricho de los hombres. Y esto tenía que
ser así, porque en muchos casos la vida de muchos o de la congregación misma sería afectada de un
modo positivo o negativo por la decisión y actuación de sus líderes.
Ahora vamos a presentar la segunda clave que determina exactamente el asunto de “atar y desatar”
(prohibir y permitir). Cuando Yeshua vincula la expresión de “atar y desatar” (prohibir y permitir)
con el perdón de pecados, o más exactamente con la expresión que aparece en Juan 20:23: “... A
quienes remitiereis los pecados, les son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son
retenidos” (Jn. 20:23). “. No quiere decir que la autoridad de “atar y desatar” (prohibir y
permitir) se refiera exclusivamente a eso, o al ejercicio para administrar disciplina eclesiástica. No,
Yeshua está ilustrando como un ejemplo máximo, el principio general de “atar y desatar” (prohibir
y permitir), con lo cual, quiere decir que sus discípulos podían ejercer a partir de ese momento la
autoridad para restaurar al arrepentido y excomulgar al desordenado moral o al hereje.
Es decir, al ejercicio máximo de su poder era justamente ese: restaurar o condenar al prójimo; y si
tenía ese poder, cualquier otro asunto de menor importancia también podía determinarlo pues
estaban halájicamente autorizados como los nuevos jueces de Israel. La carta que enviaron como
conclusión del Concilio de Jerusalén es un buen ejemplo de prohibir (idolatría, fornicación, de
ahogado y de sangre), todas ellas basadas en la Torá. El caso del juicio de Ananías y Safira es un
ejemplo extraordinario del ejercicio de poder de condenación que ejercieron los apóstoles, hay
otros ejemplos en el NT del ejercicio de autoridad para bautizar, para organizar una congregación,
para ordenar a los líderes de la misma, o como ya mencioné hace un rato, autoridad “para enseñar
Torá y decidir personalmente en materia de halajá, a ejercer derecho…anular votos, a hacer la
intercalación del mes (de adar en el calendario), y a lanzar anatema”5. Como lo vemos de varias
maneras en el libro de los Hechos y en algunas de las epístolas de Rabbí Shaul.
Así que, el ejemplo dado por Yeshua en relación al perdón de los pecados, lo dio como ilustración
para decir que ellos, si tenían el poder supremo dado por Él, para restaurar o excluir a algún
creyente de la congregación, podían determinar cualquier otro asunto menor de naturaleza moral o
doctrinal. Y este es precisamente una de las reglas de interpretación recopiladas por Rabbí Yismael
y que se encuentra en la Torá. Cuando se da un principio general, se ofrece la ilustración
máxima, para ejemplificarla y así cualquier otro asunto queda como caso particular.
Por ejemplo, los jueces de Israel tienen autoridad para legislar, pero como ilustra esta autoridad la
Torá, con el siguiente ejemplo: “Si estuviese velado de ti un asunto de justicia, entre sangre y sangre
(es decir, homicidios), juicio y juicio, entre afección y afección, …entonces le levantarás … e irás a
los cohanim o al juez que hubiere en esos días” (Dt 17:8,9). Esta regla también funciona al revés,
se da la ilustración o ejemplo y de allí se deriva el principio general. Ejemplo: “No pondrás
bozal al buey que trilla” (Dt 18:1), se refiere esto que solamente los bueyes cuando trillan no han de
usar bozal? No, se refiere simplemente al hecho que todo animal que uses para trillar el campo debe
estar sin bozal para que se alimente libremente del campo que trilla.
Aclarado todo esto del significado judío del principio general el principio general de “atar y desatar”
(prohibir y permitir), como un principio de autoridad para dirigir y administrar todo asunto
interno en las congregaciones, vamos a tratar el asunto de “las llaves del reino”, pues aquí
descansa el secreto del verdadero poder para ejercer con legitimidad la autoridad de “atar y
desatar” (prohibir y permitir).
Ahora bien, con respecto a la expresión de Yeshua: “A ti te daré las llaves del reino de los cielos”,
tenemos que decir lo siguiente. Para descifrar este enigma tenemos que ser consistentes con el
fondo judío de la tradición oral, y en este sentido debemos averiguar, ¿de dónde toma esta
expresión “las llaves del reino de los cielos”?, ¿Qué clase de llaves son y que significan en la
tradición judía? Y además, ¿Qué quiere decir Yeshua cuando le entrega esas llaves a Pedro?
5
H. L. Strack y Stemberg, Introducción a la literatura talmúdica y midrásica. Edición de M. Pérez
Fernández, Editorial Verbo Divino. Navarra, España (1996), p. 45.
9
Antes de entrar en detalles con relación al asunto de “las llaves del reino de los cielos”, debemos
considerar antes un elemento clave revelado por Yeshua mismo cuando le dio autoridad a sus
discípulos para predicar, sanar, etc. Ellos al volver le dijeron: “Señor, aun los demonios se nos
sujetan en tu nombre” (Lc 10:17), esto lo decían como ejemplo máximo de la autoridad que ahora
ellos ejercían. Pero Yeshua, aparte de confirmar tal autoridad les dio la siguiente advertencia: “Pero
no os regocijéis de que los espíritus se os sujeten, sino regocijaos que vuestros nombres están
inscritos en el reino de los cielos” (L 10:20). Este es un llamado de atención a la humildad y al
examen del corazón a fin de conocer si estamos convertidos genuinamente o no; porque de nada
sirve semejante poder. Es más, Yeshua nos revela que en el día del juicio final muchos alegarán su
derecho al reino de los cielos sobre la base de la autoridad que ejercieron en el Nombre de Yeshua:
“Muchos me dirán aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu Nombre, y en tu Nombre
echamos fuera demonios, y en tu Nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé:
Nunca os conocí, apartaos de mi hacedores de maldad”. Tenga estas ideas presente porque volveré
sobre esto la próxima conferencia.
Tengamos paciencia, mientras tanto, roguemos al Eterno que envíe al Mesías, pronto y en nuestros
días.
Tercera Conferencia
LAS LLAVES DEL REINO DE LOS CIELOS Y EL PODER DE ATAR Y DESATAR
Introducción
En esta conferencia voy a tratar específicamente el significado de “las llaves del reino de los cielos”.
Con la ayuda del Eterno, mostraré varias referencias rabínicas con respecto a este asunto, y en el
contexto en que fueron expresadas. Ante todo, voy a citar algunas fuentes cristianas para conocer
que dicen sobre el significado de “las llaves del reino de los cielos”.
En primer lugar, en las fuentes cristianas, como ya mencioné, muchos autores usan un poco de
lógica para concluir que “las llaves del reino de los cielos” son un símbolo de poder entregado a los
creyentes o a las iglesias cristianas. Ya conocemos la falsa pretensión católica que afirma que esa
expresión de Yeshua se refiere a dos llaves, para gobernar sobre los asuntos seculares y
eclesiásticos. Del lado del mundo evangélico, el erudito W. Barclay, después de citar algunos
versículos de la biblia que hablan de llaves y mayordomos, concluye lo siguiente6:
“Así que lo que Jesús le está diciendo a Pedro es que, en días por venir, él será el mayordomo del
Reino. Y en el caso de Pedro, su misión consistiría en abrir, no en cerrar la puerta del cielo”.
Ahora veamos como es que Pedro “abre” la puerta del cielo según Barclay:
“Eso se cumplió sin dejar lugar a dudas. En Pentecostés, Pedro le abrió la puerta a tres mil almas…
Más tarde le abrió la puerta al centurión gentil Cornelio… Pero en este sentido no es solamente
Pedro el que tiene las llaves del Reino; cualquier cristiano las puede usar también para abrirle la
puerta del Reino a otras personas, entrando así a participar de la gran promesa de Cristo”.
Esta explicación no deja de ser interesante, pues la proclamación del evangelio, personal o pública,
abre la oportunidad para que la gente escuche, se arrepienta y crea en Yeshua, o en términos
modernos, que sea salvo, o términos rabínicos que entre al reino de los cielos o participe del mundo
venidero.
6
W. Barclay, Comentario al Nuevo Testamento. Op. cit., pp. 170,171.
7
W. Barclay, Comentario al Nuevo Testamento. Op. cit., p. 170.
10
“Esta frase siempre significa alguna especie de poder especial. Por ejemplo, los rabinos tenían un
dicho: “Las llaves del nacimiento, de la lluvia y de la resurrección de los muertos pertenecen a Di_s”.
Parecer ser que Barclay escuchó o leyó en alguna parte ese dicho, y no se preocupó de buscar la
fuente (pues no la cita), y si la tuvo en sus manos no se percató del contexto escritural y de la
tradición oral a partir de la cual los rabinos los rabinos elaboraron ese dicho. Este desliz, le impidió
a él, y a todos sus lectores tener la oportunidad de compenetrarse en la sabiduría judía en la cual se
apoyó Yeshua para declarar su enigmática frase de “las llaves del reino de los cielos”.
En segundo lugar, aparte de Barclay, las otras obras que he consultado no citan fuentes rabínicas en
relación con la frase “las llaves del reino de los cielos”. Ni siquiera lo hace la famosa obra de Alfred
Edersheim, La vida y los tiempos de Yeshua el Mesías, que ya hemos citado.
Muy bien, vamos ahora a consultar las fuentes de la tradición oral para mostrar el significado judío
de la declaración de Yeshua: “A ti daré las llaves del reino de los cielos”.
Disculpen, pero necesito un nuevo preludio para situarlos bien en la visión judía del mundo y de la
Torá. La expresión “reino de los cielos”, que vemos por muchas partes en el NT, es parte del léxico
de los rabinos de finales del período del segundo Templo, y, particularmente en tiempos de Yeshua
la frase “los cielos” se usaba para evitar pronunciar el sagrado Nombre del Eterno, asi que, en este
reemplazo lo que quería era referirse al “reino de Di_s”.
Por otro lado, dentro de lo que uno puede llamar la escatología judía, la frase “reino de los cielos”
(maljut hashamayim) es igualmente otra frase para referirse al “olam habá”, es decir, al mundo
venidero. Y, de acuerdo a la tradición oral, el olam habá o reino de los cielos, se hará presente en su
dimensión sobrenatural a partir de la resurrección de los muertos. Es decir, según la escatología
judía tradicional (hasta el día de hoy), la resurrección de los muertos es el momento que va a
separar y a distinguir el olam hatzé, este mundo, con el olam habá, el mundo venidero o reino de los
cielos.
Pero Yeshua introdujo una importante corrección a esta escatología, cuando enseñó que no había
que esperar hasta la resurrección de los muertos para que se hiciera presente la dimensión
sobrenatural del reino de los cielos. Esto lo reveló Mt 11:12 cuando lo dijo:
“Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia…”
Esta acotación escatológica nos va a permitir apreciar con mayor fuerza el asunto de las “llaves del
reino de los cielos”, frase que ya era conocida por la tradición oral. Comencemos entonces.
En la tradición judía, se tiene la creencia que existen, por así decirlo varios juegos de llaves. Hay
ciertas llaves que sólo las posee el Eterno, otras, las perdió el hombre, pero hay la posibilidad de
recuperarlas.
Vamos a ver ciertas clases de llaves que sólo tienen como su dueño el Eterno, y vamos a ver también
como la genial sabiduría judía llega a esas conclusiones. El dicho de los rabinos que citó W. Barclay
y que mencionamos hace un rato atrás, en realidad es parte de uno de los midrashim más
impresionantes que yo haya estudiado, y se encuentra en Devarim Rabbah, una obra escrita hacia el
siglo V, más o menos de nuestra era. En esa obra se hace un midrash a Dt 28:12, leamos: “Abrirá
(potah) el Eterno para ti su tesoro (osar) bueno, a los cielos, para dar lluvia a tu tierra en su tiempo,
y bendecir toda la obra de su mano”.
11
Antes de citar el midrash a este pasuk, los rabinos afirman que cada vez que la Escritura usa el
término “abrir” con relación al Eterno, es una referencia al ejercicio de cierto poder, y entonces
ellos, lo representan bajo la metáfora de unas llaves, en el sentido que el Eterno tiene el poder para
usarlas a fin de abrir y cerrar algo tipo de compuerta.
En el caso del pasuk de Dt 28:12, es claro entonces que el Eterno posee las llaves del cielo, su buen
tesoro, y hace posible la lluvia; pero también usa esas llaves para cerrar los cielos y hacer que no
llueva. Lo que es claro en la oración que el rey Salomón eleva al Eterno en ocasión de la
inauguración del Bet Ha-Mikdash: “Si el cielo se cerrare y no lloviere, por haber ellos pecado contra
ti… y se volvieren de sus pecados… tu oirás en los cielos… y darás lluvia sobre tu tierra…” (1 Reyes
8:35,36).
Ahora citemos el midrash a Dt 28:12, y note como usa el nivel peshat del pasuk que refiere a abrir
los cielos y luego hace un collar con la palabra “abrir”, y así descubre otros lugares en la Escritura
en donde el Eterno ejerce cierto poder, y entonces, al igual que posee la llave que abre los cielos
para traer la lluvia, igualmente posee otras llaves para efectuar algunas maravillas. Veamos esto.
“Hashem abrirá para ti el buen tesoro? Cuál es la fuerza que permite abrir (los cielos)? Rabbí
Jonatan dice: Hashem tiene tres llaves en sus manos sobre las cuales ninguna criatura, ni aun
ángeles ni serafines tienen algún control? Ellas son: la llave de la resurrección, la llave de la mujer
estéril y la llave de la lluvia. ¿De dónde aprendemos (que el Eterno tiene) la llave de la
resurrección? Por que se dice (en Ez 37:13) Y Uds. sabrán que yo soy Hashem cuando yo haya abierto
sus sepulcros. ¿De dónde aprendemos (que el Eterno tiene) la llave de la mujer estéril? Por que se
dice (en Gn 29:31): Y vio el Eterno que fue desdeñada Lea y abrió su matriz..8
Por otra parte tenemos un midrash que nos dice que, debido a la condición moral y espiritual de
pecado abierto ya sea público o privado en la que se encuentran muchos hombres y mujeres, ellos
no poseen cierto tipo de llaves. Vamos a ver esto.
La Mishná, es una compilación de datos históricos, halajot, porverbios y discusiones rabínicas sobre
una amplia variedad de temas, redactada por Rabbí Yehuda Hanasí hacia finales del siglo II de
nuestra. Uno de los tratadados se llama Abbot o Pirké Abbot, que podemos traducir como “Dichos
de los Padres”. De ese tratado existe un comentario llamado Abbot de Rabbí Natán, escrito por una
Rabino de nombre en el siglo III o a mas tardar a principios del siglo IV.
En Abbot de Rabbí Natan encontramos el siguiente pensamiento9: “Hay cinco (clases de personas)
que no obtendrán el perdón: el que está siempre arrepintiéndose, el que siempre está pecando, el
que peca en una generación justa, el que peca con intención de arrepentirse y todo el que tiene en
su haber (el pecado) de la profanación del Nombre (del Eterno)”.
“Debido a su pecado, el hombre no tiene posibilidad de conocer cuál es la apariencia de lo que está
en lo alto. Pero de no haber sido así, le habrían sido entregadas las llaves y conocería con que
fueron creados los cielos y la tierra”.
Es decir, estas cinco clases de personas, a causa de su persistencia en el pecado, igual que Adán,
perdieron la oportunidad de conocer los misterios de los cielos a; que en la metáfora rabínica es
representado como unas llaves que abren las cámaras del tesoro del conocimiento de los cielos. En
este sentido, la pecaminosidad del hombre es vista como una carencia de las llaves de la sabiduría
8
Midrash Devarim Rabbah 7:6
9
Abbot de Rabbí Natán, 39:1.
12
de inspiración divina, este es el castigo que recibieron los hombres. Recuerden que el hombre cayó
intentando obtener una sabiduría que le fue negada.
No obstante ese castigo, para la tradición rabínica, existe una manera de recuperar esas llaves: ese
camino es el arrepentimiento. Por ello comenta más adelante el Abbot de Rabbí Natán10:
“El arrepentimiento de los malvados detiene (el castigo) aunque su sentencia haya sido sellada”.
Esto está en concordancia con lo que dice el libro de Proverbios: “El principio de la sabiduría es el
temor a Hashem” (Pr 1:7). Así pues, el arrepentimiento por medio de la Ruaj Hakodesh, le
proporciona al hombre el temor a Hashem que lo encaminará en la verdadera sabiduría de Di_s. Y
esto es punto clave como mostraré a continuación.
En otra parte, el Talmud Bavlí en el tratado Shabbat comenta que hay otra clase de personas que
tampoco tienen las llaves del reino de los cielos, y lo dice a través de una hermosa parábola11:
Cuando uno examina con detenimiento el Talmud Shabbat a fin de conocer el contexto de este
midrash, uno nota que se viene hablando de la humildad y del temor del cielo que caracterizaban al
sabio Hillel, el Rabino presidente del sanderin que murió en el año veinte del primer siglo de
nuestra era. Es más, su buen carácter es comparado con otro erudito de Torá llamado Shammai y de
ellos el Talmud dice12: “Uno siempre debería ser humilde y amable en todos sus caminos como
Hillel, y no duro e inflexible como Shammai”.
Luego, a partir de allí el Talmud cuenta una serie de historias en las que algunos paganos se
acercaban a la fe judía pero eran maltratados y echados por Shammai pero bien recibidos y ganados
para la fe judía por Hillel. Y justo en ese contexto, se da el midrash que ya leimos.
En este midrash del Talmud, pues, ya no se trata de hombres en pecado abierto, sino que el
contexto es de judíos estudiosos de Torá; pero se les aplica el mismo principio: pues un hombre
entendido en Torá que no tenga temor del Cielo igualmente carece de las llaves del reino de los
cielos como el pecador más empedernido, de nada le sirve su conocimiento de Torá.
Pero necesitamos identificar a estos hombres mucho mejor a fin de cuidarnos de ellos, o para no ser
como uno de ellos ¿Quiénes son estos con conocimiento de Torá y sin temor del cielo? Los religiosos
hipócritas, aquellos que presumen de un gran conocimiento de las Escrituras pero en realidad son
como aquellos fariseos que como sepulcros blanqueados que hacen su vida como les place y se la
hacen imposible a otros en las iglesias y en las sinagogas.
En la parábola del fariseo y el publicano de Lucas 18 y la del hijo mayor de la parábola del hijo
pródigo de Lucas 15, Yeshua dibuja claramente los rasgos de carácter de estos hombres que no
tienen temor del cielo, judíos que conocen Torá, pero que carecen de las llaves que le darán entrada
al reino de los cielos. Como puede verse de ambas parábolas, el criterio simple para discernir el
carácter de estos hombres es su soberbia y su mal trato al prójimo, desprecian y abusan de los que
están por debajo de su autoridad, e irrespetan a los que están por encima de él, ya sean ancianos o
rabinos, cuando contrarían sus caprichos.
Muchos de estos hombres, sin el temor del cielo, son dirigentes de iglesias o de sinagogas, y desde la
base del cargo que ostentan, “atan y desatan”, pero no tienen legitimidad porque a esta clase de
hombres Yeshua no les ha dado las llaves del reino de los cielos.
En otras palabras, sólo los que tengan “las llaves del reino de los cielos”, que es el temor del cielo,
pueden ejercer legítimamente la autoridad expresada principio general de “atar y desatar”
10
Abbot de Rabbí Natán, 39:1.
11
Talmud Bavlí Shabbat 31a, 31b.
12
Talmud Bavlí Shabbat 30b
13
(prohibir y permitir). Es decir, quien ejerza tal autoridad como líder, pastor, rabino, etc., de una
congregación y no “posee las llaves del reino de los cielos”, es un usurpador y un hipócrita, y su
ejercicio de poder del principio de autoridad de “atar y desatar” (prohibir y permitir) es ilegítimo, y
puede convertirse en un instrumento de opresión y de abuso sobre los que gobierna.
En resumen, las llaves del reino de los cielos representan el temor del cielo, y son estas las llaves
que nos permiten entrar al mundo venidero, esto es, al reino de los cielos. De aquí es claro, que el
reconocimiento de Pedro que Yeshua es el Mesías de Israel le otorga a él, y a todos los que crean y
se arrepientan como Pedro, las llaves del reino de los cielos, es decir, el temor de Di_s que nos
permite disfrutar en esta tierra de las primicias del Espíritu y en el futuro disfrutar la plenitud del
mundo venidero.
Aun más, es obvio que Yeshua, es el que posee esas llaves del reino de los cielos, de un tesoro de
conocimiento que él abre para nosotros, cuando luego de enseñar a sus discípulos algunos
misterios del reino de los cielos les dice en Mt 13:51 y 52: “¿Habéis entendido estas cosas? Ellos
respondieron, si, Señor. El les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante
a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas”.
Así que Yeshua posee las llaves de la lluvia, de la matriz estéril y de los sepulcros, o como dice en Ap
1:18: “Yo tengo las llaves de la muerte y del Hades”. El tiene la llave de David, pues como Mesías y
Rey, tiene autoridad para admitir y excluir de su reino. Tambien posee las llaves del temor del cielo,
del arrepentimiento y del perdón, (que nos abre las puerta al reino de los cielos) y que da a todo
aquel que se quebranta ante Su poder, pues de Yeshua está escrito: “A éste, Di_s lo ha exaltado como
Príncipe y Salvador para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados”.
Esas llaves, sólo les son entregadas a los arrepentidos, no sólo para que conozcan los misterios del
reino de los cielos y disfruten de las primicias del Espíirtu aquí mientras se preparan para el mundo
venidero; debido a que vivimos en un mundo real en donde hay retos que alcanzar y dificultades
que enfrentar como creyentes, estas llaves nos son entregadas, particularmente a los que ejercemos
funciones de liderazgo, para “atar y desatar” con autoridad.
Estas llaves, las del temor del cielo, son las que legitiman el ejercicio de la autoridad para “atar y
desatar”, para permitir y prohibir, para admitir y excluir, en pocas para administrar con justicia y
misericordia todos los asuntos internos de las congregaciones y sinagogas, y establecer los límites y
criterios en su relación con el mundo exterior, a fin de que conozcan al Mesías y puedan participar
de su reino.
Esta visión que hoy hemos captado de las Escrituras por medio de la tradición judía y de la
revelación del Mesías, nos invita a reflexionar sobre nuestras vidas, especialmente aquellos que
tenemos el privilegio y la responsabilidad como pastores y rabinos de velar sobre el cuidado de
otros.
A los hipócritas y farsantes que sólo poseen las llaves de las cámaras internas pero no de las
puertas externas, que les impide disfrutar de los tesoros del reino de los cielos, que no se
equivoquen, el hecho que seamos respetuosos y amables como Hillel, no significa en modo alguno
que no ejerceremos la autoridad de “atar y desatar” que nos ha sido concedida, de seguro lo
haremos con justicia y también con misericordia, para poner orden en nuestras congregaciones.
Ten presente, si crees que se te perdieron esas llaves del temor del cielo, es posible que nunca las
haya tenido, por ello te invito a arrepentirte, a confesar a Yeshua, a quebrantarte delante de él para
que te entrada a su reino
Tengamos pues, todos temor del cielo, sin el cual nadie puede participar en el mundo venidero.
Examinemos nuestras vidas, y mientras eso sucede, pidámosle al Eterno con fervor y temor que
envíe al Mesías, pronto y en nuestros días.
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