Ritual de Difuntos
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Difuntos
P. Amado Ruíz Gordón
Ritual de Difuntos
Para el uso de esta parte del manual del Agente de Religiosidad Popular
en situación de acompañar la muerte de un ser querido, es necesario
conocer las partes en que se divide.
Primero se presenta la hoja explicativa; ahí viene algo de historia sobre
nuestras costumbres con los muertos. Se explca brevemente el sgni-
cado de algunos ritos que se usan en la mayoría de los pueblos. (Aclara-
mos que esto varía de acuerdo a las costumbres de los diferentes pue-
blos y culturas; sobre todo en la forma de celebrarlo); algunos de estos
elementos son: las cenzas, los nueve días, la flor de zempasuchtl, etc.
En estos rituales hay “kerigma” y que es tarea del agente de RP descu-
brirlos y re-velarlos a la comunidad.Y se termina esta parte con unas
preguntas que ayudan a profundizar un poco más sobre el sentido de la
muerte.
En un segundo momento tenemos el: RITUAL DE DIFUNTOS. En él se
encuentran los siguientes ritos:
» La oración del pésame
» La procesión de la vivienda al panteón
» Las exequias en el panteón
» La oración junto al sepulcro o tumba
» El rezo del rosario
» El ofrecimiento y las letanías
» La oracón de los ieles
» La ceremonia del levantacruz
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1. HOJA EXPLICATIVA
A la hora de realizar esta celebración de los muertos hay que tener en
cuenta algunos elementos que nos pueden ayudar para una mejor cele-
bración:
1. Hay que tener en cuenta que existen diferentes maneras de ce-
lebrar a los difuntos. Cada pueblo, cada cultura tiene sus propias
costumbres. Debemos tratar, lo más que se pueda, respetar dichas
costumbres. Sin embargo hay elementos que son muy comunes y
eso es lo que vamos a aprovechar.
2. Hay muchos rezanderos en nuestras comunidades. No se trata de
“hacerles la guerra” sino de ponerse en contacto con ellos para unir-
los a nuestra labor de evangelización. Se trata de ubicarlos, contac-
tarlos, reunirse con ellos y estudiar el siguiente “manual del Agente
de Religiosidad Popular”, partiendo de su interés, que es el ritual de
muertos. Si es posible el párroco sectorice el territorio parroquial
para asignarles una zona de tal manera que se comprometan a
“atender” a la gente en sus respectivos territorios con respecto a los
difuntos.
3. A partir de entonces ya no es solo “rezandero” sino que es un
“Agente de Religiosidad Popular” ya que pone a la gente en con-
tacto con la parroquia, los evangeliza y colabora con la Iglesia en la
extensión del Reino de Dios.
4. Todo agente de Religiosidad Popular debe tener clara sus tareas
que son las siguientes:
» Dar el Pésame a las familias en nombre de la comunidad parro-
quial
» hacer la oración del Pésame.
» Acompañar a la familia al cementerio a nombre del Sr. Cura y
de la comunidad cristiana (procesión de la vivienda al panteón)
» Hacer las Exequias en el panteón y bendecir la tumba.
» Ofrecerse a rezar el novenario de rosarios
» Ofrecerse a celebrar el Levantacruz
» Poner en contacto a la familia con la parroquia para que se ini-
cie un proceso de evangelización y de perseverancia en ellos.
(Se hacen colectas de nombres y direcciones para estar en con-
tacto con la familia, se forman grupos de catequesis ‘de niños o
de adultos’ con los miembros de la familia del difunto).
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5. Es bien importante tener bien claro que las interpretaciones que se
hagan tienen que tener rasgos liberadores y no de opresión ni de
sometimiento en la gente.
6. No podemos quedarnos solamente con lo que la gente hace, sino
que debemos incorporar lo que la Iglesia dice al respecto sobre los
muertos (Ver la hoja sobre lo que dice el Catecismo de la Iglesia Ca-
tólica).
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2. RITUAL DE MUERTOS
Nuestros antepasados tenían muy bonitas costumbres con los muertos.
Algunos todavía las conservamos.
En vida ellos dormían en petates.
Cuando alguien se moría lo envolvían en su petate y lo quemaban. A eso
le llamaban “petatearse”. Hoy día todavía usamos esa manera de hablar
cuando preguntamos “si ya se petateó”.
Las cenizas eran llevadas a la vivienda del difunto y con ella se hacía un
signo de dos líneas: una raya, de oriente a poniente, que representa al
dios sol, que es vida, que sale del oriente y se oculta en el poniente.Y la
otra raya de norte a sur señala los pasos del ser humano.
Cuando fueron cristianos, llamaron a ese signo “cruz” porque mucho se
le asemejaba
A los 9 días recogían esta ‘cruz’ de cenizas del muerto, amontonándo-
las en el centro. Creían que de esta manera la muerte era el encuentro
de los pasos de dios y los pasos del hombre. Este era el momento de la
verdadera muerte.
Sobre su tumba ponen la flor que más se parece al dos Tonatuh, dos
que daba vda. Esta flor es el zempasuchtl
¿Por qué esperaban 9 días para enterrarlo? Porque según sus creencias,
El número 1 era Cielo, el número 2 era Tierra, el número 3 era Aire. El
aire era como la escalera para subir al cielo. Cuando había mucho aire:
3+3+3 = 9, era más fácil pasar de la tierra al cielo.
Actualmente se coloca cal o tierra en forma de “cruz”. A los 9 días se le-
vanta esa cruz. Rito que señala que la muerte es como recoger los pasos
del difunto y llevarlo a que se encuentre con los pasos de Dios.
Antiguamente, durante el novenario, la gente danzaba y simulaba co-
merse al muerto. Para eso hacía calaveras y huesos de amaranto y los
acompañaban con pulque.
En la actualidad, en noviembre, comemos pan de muerto y calaveras
de dulce.
Hoy día, mucha gente coloca su altar del muerto; en él colocan los ali-
mentos que le gustaban al difunto.
Actualmente conservamos muchas costumbres pero que en cada re-
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gión varía, en unas partes es mucho más fuerte toda esta riqueza de
costumbres que en otras; sin embargo en todas ellas podemos encon-
trar “kerigma”.
El interlocutor habla por medio de símbolos. Es necesario tener bien
presente esto porque nos llevará a descubrir las “semillas del Verbo”
que ahí se encuentran.
Para esta celebración la gente no tiene muchas “palabras”, dice poco,
explica poco con palabras pero es muy expresiva con su simbólica. Aquí
la gente no habla pero dice todo con signos.
La tarea es descubrr que en su smbólca la gente maniesta su mag-
nario, sus anhelos (que su difunto todavía siga viviendo).
El “kerigma” está en la interpretación que se haga de su simbólica.
Hay que tener presente que el tema del kerigma lo pone el interlocutor,
no la Iglesia. La gente pone el tema y el agente de Religiosidad Popular
pone la Buena Noticia (que es lo que él espera).
El “día de muertos” es una verdadera iesta, sobre todo en las casas y
panteones.
En México la muerte no es tabú sino algo muy familiar. Los días 1 y 2 de
novembre, se celebra una iesta de comunón con los “angeltos” (nños
muertos) y difuntos (muertos grandes).
Todo nos habla de una estrecha relación con ellos. Los “angelitos” del
Limbo (los no bautizados) llegan el 31 de octubre a las doce del día y se
van a la misma hora del día primero de noviembre. Los otros “angeli-
tos” llegan el día primero y se van al terminar ese día; en ese momento
llegan los difuntos, que se irán hasta las doce de la noche del día dos.
Esta es la creencia popular mexicana. Para unos y para otros se arregla
el altar de ofrendas. A los angelitos se ofrece galletas, atolito, frutas,
dulces, pan…; a los difuntos, tamales, “memenchas” (gorditas de elote),
mole, pulquito, fruta, pan, “chacualolli”… y otras cosas que les gustaban
en su vida terrenal.
Qué bueno fuera que en el altar del muerto o en su tumba colocáramos
también aquello por lo que murió: ¿droga? ¿Pistola? ¿Agua contami-
nada? ¿Cuchillos? ¿Falta de dinero para comprar medicina?
Por favor, contesta estas preguntas:
» ¿De qué muere más gente en México?
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» Si es así, ¿por qué decimos que Dios se las lleva?
» ¿Qué hacer para que no muera tanta gente antes de tiempo?
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3. LITURGIA DE LA MUERTEY RESURRECCIÓN.
(La muerte de algún vecino es una gran oportunidad para que el grupo se
relacione con familias que no asisten a las reuniones del grupo base.
El grupo, a través de sus Coordinadores, además de dar el pésame a nom-
bre de la parroquia, del Señor Cura y del propio grupo, ofrece sus servicios
a la familia del doliente. Si ésta acepta, avisa entonces al (la) promotor(a)
de a Regosdad Popuar de a respectva cae o sector, a in de que éste
(a) realice el servicio que en este Manual se presenta.
El promotor de la Religiosidad Popular debe considerarse como la presen-
cia de la Iglesia. El (la) va a rezar a nombre de la Iglesia, o sea, la Iglesia
usará sus palabras para orar por el difunto. Consecuentemente, él (la)
debe procurar ser y crear un puente entre la parroquia y la familia dolien-
te. No hay que olvidar que muchas de estas familias han estado alejadas
de la parroquia-iglesia por mucho tiempo.)
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TODOS: En tus manos, Señor, encomiendo mi espíritu.
CELEBRADOR: Recemos:
Señor nuestro, que eres amor; recibe en tu presencia a tu
hijo (a) N…. a quien has llamado de esta vida.
Perdónale todos sus pecados, bendícelo (a) con tu luz y paz
eternas, levántalo (a) para que viva siempre con todos tus
santos en la gloria de la resurrección. Por Cristo Nuestro
Señor.
TODOS: Amén, Jesús.
LECTOR: Vamos a leer un pedacito de la Sagrada Escritura en la que se
nos anuncia la esperanza de la resurrección para nuestro (a) difunto (a).
“El primer día de la semana, muy temprano, fueron al sepul-
cro con los perfumes que habían preparado. Pero se encon-
traron con que la piedra que cerraba el sepulcro había sido
removida, y al entrar, no encontraron el cuerpo del Señor
Jesús.
No sabían qué pensar, pero, en ese momento, vieron a su
lado dos hombres con ropas fulgurantes. Se asustaron mu-
cho y no se atrevían a levantar los ojos del suelo.
Ellos les dijeron: ¿Por qué buscan entre los muertos al que
vive? No está aquí. Resucitó. Acuérdense de lo que les dijo
cuando todavía estaba en Galilea. El Hijo del Hombre debe
ser entregado en manos de los pecadores y ser crucicado y
resucitado al tercer día. Ellas entonces recordaron las pala-
bras de Jesús”. (Lucas 24, 1-8)
ANIMADOR: Vamos a responder a cada invocación que rece: Dale
Señor, el eterno descanso.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
ANIMADOR: Salva, Señor, a tu hijo (a), de todas las tribulaciones.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
ANIMADOR: Salva, Señor, a tu hijo (a), como salvaste a Noé del dilu-
vio.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
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ANIMADOR: Salva Señor, a tu hijo (a), como salvaste a Abraham de
sus enemigos.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
ANIMADOR: Salva Señor, a tu hijo (a), como salvaste a Job de sus
padecimientos.
TODOS: Sale Señor, el eterno descanso.
ANIMADOR: Salva Señor, a tu hijo (a), como salvaste a Moisés del po-
der del opresor.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
ANIMADOR: Salva Señor, a tu hijo (a), como salvaste a Pedro y a Pa-
blo de la cárcel.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
ANIMADOR: Por Jesucristo, nuestro Salvador, que padeció por noso-
tros una muerte tan amarga y nos mereció la vida eterna, salva, Señor,
a este (a) hijo (a) tuyo.
TODOS: Dale Señor, el eterno descanso.
CELEBRADOR: Recemos:
Señor nuestro Jesucristo, salvador del mundo, te encomen-
damos a nuestro (a) hermano (a) N…. por quien viniste al
mundo con tanta misericordia; recíbelo (a) bondadoso en la
alegría de tu Reino: pues aunque ciertamente cayó en el pe-
cado, sin embargo, no negó al padre, ni al Hijo, ni al Espíritu
Santo, sno que creyó y adoró ielmente a Dos, creador de
todas las cosas.
ANIMADOR: Juntos recemos ahora a la Virgen María de quien nues-
tro (a) difunto (a) fue muy devoto (a):
¡Dios te salve! Reina y Madre, Madre de misericordia, vida,
dulzura y esperanza nuestra. ¡Dios te salve! A ti clamamos
los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llo-
rando en este valle de lágrimas. ¡Ea, pues, Señora, abogada
nuestra! Vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos y
después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito
de tu vientre, ¡Oh clemente, Oh piadosa, Oh dulce siempre
Virgen María!
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CELEBRADOR:(Si considera que la gente aceptará que él (ella) eche agua
bendita sobre el ataúd, les dice lo siguiente):
El Señor Cura, nos dejó agua bendita para echarle a nuestros
dfuntos. Les quero explcar lo que sgnica el agua bendta.
Todos nosotros fuimos bautizados con agua bautismal; el
agua bautismal es el agua más sagrada que tiene nuestra
Iglesia Católica. Con esta agua nos pusieron un nombre
cristiano: desde ese día somos hijos de Dios; desde nuestro
bautismo podemos completar el Reino de los cielos.
Ahora, con esta agua, bendecida por el agua bautismal, va-
mos a recordar a nuestro Padre Dios, que nuestro (a) her-
mano (a) N…. es un bautizado (a), que es su hijo.
CELEBRADOR Oremos:
Padre Dios, nuestro (a) hermano (a) N…. hace muchos años
fue bautizado (a) con agua: desde ese día lleva un nombre
cristiano y es tu hijo (a). No lo desconozcas en este momen-
to, no lo rechaces.
Si el pecó e hizo mal en su vida, que ahora, al recordarte su
bautizo, Tú te apiades de éste tu hijo (a).
Te lo pedimos por Cristo Nuestro Señor.
TODOS: Amén Jesús.
CELEBRADOR:(Rocía con agua bendita el ataúd diciendo:) Dale Señor el
descanso eterno y luzca para él (ella) la luz perpetua. Descanse en Paz.
Así sea. Amén Jesús.
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B) PROCESIÓN DE LA VIVIENDA AL PANTEÓN.
(Antes de partir para el cementerio)
GUÍA: Hermanos, al dar inicio a esta procesión, en la que vamos a
acompañar a nuestro (a) hermano (a) N…. hacia su última morada, re-
cordemos las palabras de San Pablo: “Nosotros no tenemos aquí nues-
tra Patra deintva sno que buscamos la vendera” (Hebreos 13,14). Es
decir, nosotros estamos aquí solo de paso. No vamos a vivir siempre en
este mundo. Nuestra Patria verdadera es otra; es el Paraíso. Por lo tan-
to, tenemos que vivir en este mundo, pensando que un día lo vamos a
dejar todo.
Ahora, al dirigirnos hacia el Panteón, cantemos (o recemos) el Salmo 42
(41), expresando nuestro deseo de acercarnos a Dios y pidiendo a favor
de nuestro (a) hermano (a) N….
TODOS: Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
LECTOR: Como anhela la cierva estar junto al arroyo, así mi alma, Se-
ñor, desea estar contigo.
TODOS: Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
LECTOR: Sediento estoy de Dios, del Dios que me da la vida. ¿Cuándo
iré a contemplar el rostro del Señor?
TODOS: Mi alma esta sedienta de ti, mi Dios
LECTOR: Lágrimas son mi pan durante la noche y el día, cuando oigo
que me dicen ¿Dónde quedó tu Dios?
TODOS: Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
LECTOR: ¿Qué te abate, alma mía? ¿Por qué gimes en mí? Pon tu con-
ianza en Dos que aún le cantaré a m Dos Salvador.
TODOS: Mi alma está sedienta de ti, mi Dios.
GUÍA: Hermanos, en este mundo no existe nada que nos pueda hacer
felices como estar con Dios. El mismo San Agustín lo dijo: “Oh Dios, tu
nos hiciste para ti y nuestro corazón no estará tranquilo hasta que des-
canse en ti”.
A cada versículo del Salmo 63 (62), que ahora rezaremos, repitamos
todos:
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TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR: Mi alma tiene sed de ti, en pos de ti mi alma desfallece, cual
tierra reseca, sedienta sin agua.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR:Yo quiero contemplarte en el santuario, para contemplar tu
gloria y tu poder.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR: Pues es mejor tu amor que la misma vida, tu alabanza mis
labios cantarán.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR: Podré así bendecirte mientras viva y levantar mis manos en tu
nombre.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR: Cuando estoy acostado pienso en ti y durante la noche en ti
medito.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR: Pues tú fuiste para mí un refugio y me alegré a la sombra de
tus alas.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
LECTOR: Mi alma se estrecha a ti con fuerte abrazo encontrando su
apoyo en tu derecha.
TODOS: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco.
GUÍA: Hermanos pidamos al Señor que perdone todos nuestros peca-
dos y los pecados que en su vida cometió nuestro (a) hermano (a) N….
Cantemos (o recemos) el Salmo 130 (129). A cada versículo repitamos
todos:
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: Que tus oídos pongan atención a mi voz suplicante.
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
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LECTOR: Señor, si no te olvidas de las faltas ¿quién podrá subsistir?
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: Mas el perdón se encuentra junto a ti, por eso te veneran
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: Espero en el Señor, mi alma espera y confía en su palabra.
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: Mi alma aguarda al Señor, mucho más que a la aurora el cen-
tinela.
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: Como aguarda a la aurora el centinela, así Israel espera en el
Señor.
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: Porque el Señor tiene misericordia y hay en El abundante re-
dención
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
LECTOR: EL Señor dejará libre a Israel de todas sus maldades.
TODOS: Desde el abismo clamo a ti Señor.
(Si hay tiempo, es oportuno rezar el Santo Rosario)
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C) EXEQUIAS EN EL PANTEÓN
(En la capilla o lugar de encuentro en el Panteón)
Canto.
CELEBRADOR: Hermanos, hemos llegado al panteón. Aquí deposita-
remos el cuerpo de nuestro (a) hermano (a) N…. en espera del día de la
resurreccón. A cada versículo reptamos todos llenos de conianza:
TODOS: En mi carne contemplaré a Dios, mi Salvador.
LECTOR: Creo que m redentor vve y que al inal de los tempos he de
resucitar del polvo.
TODOS: En mi carne contemplaré a Dios, mi Salvador.
CELEBRADOR: Pensando en la resurrección, nuestro corazón se llena
de alegría. Escuchemos la Palabra de Dios.
LECTOR: Lectura del Santo Evangelio según San Juan (Juan 14,1-6)
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: “No se turbe su
corazón. Ustedes confían en Dios: confíen también en mí.
En la Casa de mi Padre hay muchos lugares; si no fuera así,
¿les habría dicho que voy allá a prepararles un lugar? Des-
pués que haya ido a prepararles un lugar, volveré a buscar-
los para que donde yo estoy, estén también ustedes. Para ir
donde voy, ustedes saben el camino”.
Tomás les dijo: “Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo va-
mos a conocer el camino?”. Jesús le contestó: “Yo soy el ca-
mino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mi”.”.
Esta es Palabra de Dios.
TODOS: Gloria a ti, Señor Jesús.
Canto.
CELEBRADOR: Hermanos, Jesús nos ha precedido para prepararnos el
lugar. Que los ángeles y los santos lleven el alma de nuestro (a) herma-
no (a) N…. al encuentro de Cristo, para gozar con Él por toda la eterni-
dad. A cada versículo repitamos todos:
TODOS: Reciban su alma, para llevarla a la presencia del Altísi-
mo.
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LECTOR: Vengan, santos de Dios: salgan a su encuentro, ángeles
del Señor.
TODOS: Reciban su alma, para llevarla a la presencia del Altísi-
mo.
LECTOR: Que Cristo que te llamó, te reciba: y que el coro de los
ángeles te introduzcan en el cielo.
TODOS: Reciban su alma, para llevarla a la presencia del Altísi-
mo.
LECTOR: Dale, Señor, el descanso eterno
TODOS:Y brille para él (ella) la luz eterna.
CELEBRADOR:Oremos:
Padre clementísimo, te encomendamos el alma de nuestro
(a) hermano (a) N…. apoyados en la certeza de que resucita-
rá en el último día con Cristo y con todos los que han muerto
en Cristo.
Que tu corazón misericordioso se conmueva, Señor, por
nuestras plegarias; abre a tu hijo (a) las puertas del cielo, y a
nosotros, que permanecemos en este mundo, consuélanos
con las palabras de la fe, hasta que un día, todos encontre-
mos a Cristo y permanezcamos con él y con nuestro (a) her-
mano (a) N…. Por Cristo nuestro Señor.
TODOS: Amén, Jesús.
Canto: (Todos se dirigen hacia el sepulcro).
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Ritual de Difuntos
D) ORACIÓN JUNTO AL SEPULCRO O TUMBA.
CELEBRADOR: Oremos:
Señor Jesucristo, que por estar tres días en el sepulcro san-
ticaste todos los sepulcros de los que creen en t, de tal
manera que al descender los cuerpos a la tierra aumenta la
esperanza de la resurrección, concédenos que en este se-
pulcro duerma en paz tu hijo (a) N…. y aquí descanse hasta
que tú, que eres la resurrección y la vida lo (la) resucites y
pueda contemplar en el cielo la luz de tu rostro.
Te lo pedimos a ti que vives y reinas por los siglos de los
siglos.
TODOS: Amén, Jesús.
(Rocía el sepulcro con agua bendita)
(En este momento se coloca el cuerpo en el sepulcro. Enseguida el guía
puede hacer aguna relexón, que concuye con a sguente oracón comu-
nitaria).
CELEBRADOR: Dios todopoderoso ha llamado a su presencia a nuestro
(a) hermano (a) N…. y nosotros ahora acabamos de enterrar su cuerpo,
para que vuelva a la tierra de donde fue sacado. Con la fe puesta en la
resurrección de Cristo, primogénito de los muertos, creemos que Él
transformará nuestro cuerpo humillado y lo hará semejante a su cuerpo
glorioso.
A cada petición, contestemos todos:
TODOS: Escúchanos, Señor.
LECTOR: Tú que lloraste por la muerte de Lázaro, enjuga nuestras lágri-
mas.
TODOS: Escúchanos, Señor.
LECTOR: Tú que llamaste a los muertos de la muerte a la vida, llama a
este (a) hermano (a) N…. a la vida eterna.
TODOS: Escúchanos, Señor.
LECTOR: Tú que prometiste el paraíso al ladrón arrepentido, introduce
en el cielo a nuestro (a) hermano (a) N….
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TODOS: Escúchanos, Señor.
LECTOR:Y a todos nosotros, que estamos aflgdos por la muerte de
nuestro (a) hermano (a) N…. anímanos con el consuelo de la fe y la es-
peranza de la vida eterna.
TODOS: Escúchanos, Señor.
CELEBRADOR: Oremos:
Oh Padre celestial, que estás siempre atento a las súplicas
de tus hijos y escuchas los deseos de nuestro corazón, con-
cede a tu siervo (a) N…., cuyo cuerpo acabamos de depo-
sitar en la tierra, participar con tus santos y elegidos de la
recompensa eterna. Por Cristo nuestro Señor.
TODOS: Amén, Jesús.
CELEBRADOR: Dale, Señor el descanso eterno.
TODOS:Y brille para él (ella) la luz perpetua.
CELEBRADOR: Descanse en paz.
TODOS: Así sea.
Canto.
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E) EL SANTO ROSARIO PARA DIFUNTOS
GUÍA: Ave María Purísima
PUEBLO: Sin pecado concebida.
GUÍA: Recemos todos juntos… Por la señal de la Santa Cruz, de nues-
tros enemigos, líbranos Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
GUÍA: Para que nuestra oracón pueda agradar a Dos, puriquemos
nuestro corazón, arrepintiéndonos de nuestros pecados. Recemos to-
dos juntos el Acto de Contrición.
PUEBLO: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, creador y re-
dentor mío; por ser Tú quien eres y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido, propongo enmendarme
y confesarme a su tiempo; ofrezco cuanto haga en satisfacción de mis
pecados y confío en tu bondad y msercorda nintas que me perdones
por tu preciosa sangre y me des gracia para nunca más pecar. Amén.
GUÍA: Abre Señor mis labios
PUEBLO: y mi boca proclamará tu alabanza.
GUIA: Atiende a mi sin tardanza
PUEBLO: dame tu auxilio y favor.
GUÍA: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.
PUEBLO: Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de
los siglos. Amén.
GUÍA: Abre Señor mis labios y limpia nuestros corazones de imperti-
nentes pensamientos, ilumina nuestro entendimiento para que, atenta,
digna y devotamente recemos este Santo Rosario; pidiéndote por el
eterno descanso de nuestro hermano(a) N…
PUEBLO: Te damos gracias por la vida que le diste a nuestro hermano
difunto(a) N. y muy especialmente por las personas que estamos pre-
sentes.
GUÍA: ¡Oh Dios! Que perdonas y deseas la salvación de todos los hom-
bres y mujeres, imploramos tu clemencia para que, por la intercesión
de María Santísima y de todos los santos concedas a tu siervo (a) N…. la
gracia de llegar a la Vida Eterna.
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PUEBLO: Amén, Jesús.
MISTERIOS GOZOSOS
(Lunes y jueves) 1
GUÍA: En el primer misterio gozoso, meditaremos sobre LA ANUNCIA-
CIÓN DEL ÁNGEL A MARÍA SANTÍSIMA. (Lee Lucas 1, 26-38 o Juan 1,
6-18).
(Después de leer la cita bíblica, se reza lo siguiente:)
Así como María aceptó con valor y humildad la invitación a
ser la Madre de Jesús, así también nosotros tenemos que
aceptar con sencillez y decisión el llamado de Dios a ser sus
hijos. Acordémonos de que se trata de un gran compromiso.
¡Oh María, dulcísima, consuelo de las almas! Este Padre-
nuestro y diez Avemarías te los ofrecemos por el gozo que
tuviste cuando, saludada por el ángel, te anunció la encar-
nación del hijo de Dios en tus entrañas; por Él te suplicamos
que el alma de nuestro(a) hermano(a) N. y todas aquellas al-
mas que están en el purgatorio, reciban alegres noticias de
la Gloria Eterna, a donde vayan a descansar. Te lo pedimos
por Jesucristo nuestro Señor.
PUEBLO: Amen, Jesús.
(Se reza un Padre nuestro y diez Avemarías, un Gloria y Jaculatorias).
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MISTERIOS DOLOROSOS
(Martes y viernes)
GUÍA: En el primer doloroso, meditaremos sobre: LA ORACIÓN DE
JESÚS EN EL HUERTO (Leer 14, 32-43 o Mateo 26, 36-49 o Lucas 22, 39-
48).
(Después de leer la cita bíblica, se reza lo siguiente:)
Aunque Jesús era Hijo de Dios, sintió la necesidad de prepa-
rarse a la muerte mediante la oración. Es precisamente en
la oración donde Jesús encuentra la fuerza para enfrentarse
con valor a los sufrimientos. Es un ejemplo para nosotros.
No podremos superar las distintas pruebas de la vida si no
tenemos la costumbre de orar. En realidad la oración en la
fuerza del cristiano.
¡Oh dolorosísima Madre de Jesús, quien, despedido y apar-
tado de tu compañía, oró con mortales agonías en el huer-
to, donde por un ángel fue confortado! Este Padrenuestro
y diez Avemarías te los ofrecemos, para que por tu interce-
sión nuestro (a) hermano (a) N…. y aquellos que están en el
purgatorio, sean conformados por Jesucristo en sus penas.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
PUEBLO: Amén, Jesús.
(Se reza un padrenuestro y diez Avemarías, un Gloria y Jaculatorias).
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MISTERIOS GLORIOSOS
(Miércoles, sábado y domingo)2
GUÍA: En el primer misterio glorioso meditaremos sobre: LA RESU-
RRECCIÓN DE JESÚS. (Mateo 28,1-7 o Lucas 24, 13-35 o Juan 20, 3-29).
(Después de leer la cita bíblica, se reza lo siguiente:)
Jesús murió y resucitó. Para Él los sufrimientos y la muerte
fueron el camino para llegar a la resurrección y la gloria. Lo
mismo pasará con nosotros: si aceptamos las pruebas de
esta vida con paciencia lograremos un día el gran progreso
que todos deseamos: morir y resucitar con Cristo.
¡Oh María, alegría de los justos y consuelo de los pecado-
res! Este Padrenuestro y diez Avemarías te los ofrecemos
en memoria de la alegría que tuviste al ver resucitado y glo-
rioso a tu Santísimo Hijo: suplicándote, que así como, con la
resurrección de Jesús, se alegraron todos los seres creados,
así merezca nuestro (a) hermano (a) N…. y todos los que se
encuentran en el purgatorio, la resurrección eterna. Te lo
pedimos por Jesucristo nuestro Señor.
PUEBLO: Amén, Jesús.
(Se reza un padrenuestro y diez Avemarías, un Gloria y Jaculatorias).
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Ritual de Difuntos
GUÍA: En el cuarto misterio luminoso, meditaremos LA TRANSFIGURA-
CIÓN DEL SEÑOR. (Lee Lucas 9,2-13).
(Después de leer la cita bíblica, se reza lo siguiente:)
Jesús se llevó al monte Tabor a Pedro, Santiago y Juan para
manifestarles plenamente, en el resplandor de su rostro,
que Él era el Hijo de Dios. Él quiso mostrarles, desde aquí,
lo que verían después al regresar a la casa del Padre. Los
apóstoles fueron ieles a la msón coniada y ahora gozan
por siempre de aquella experiencia inolvidable que vivieron
cuando Jesús se transiguró en su presenca.
¡Oh María, dulcísima, consuelo de las almas! Este Padre-
nuestro y diez Avemarías te los ofrecemos por la esperanza
que tenemos de que, después de haber cumpldo ielmen-
te nuestra misión en esta vida, también contemplaremos
cara a cara a tu Hijo Jesús; te suplicamos que el alma de
nuestro(a) hermano(a) N…. y todas aquellas que están en el
purgatorio contemplen ya a nuestro Señor como los após-
toles lo hicieron en el monte Tabor. Te lo pedimos por Jesu-
cristo nuestro Señor.
PUEBLO: Amen, Jesús.
(Se reza un Padre nuestro y diez Avemarías, un Gloria y Jaculatorias).
OFRECIMIENTO
GUÍA: Por estos misterios santos,
de que el alma hace recuerdo,
te pedimos ¡Oh María!
con tierno y devoto pecho,
de nuestra fe sacrosanta, la conservación y aumento.
Virgen Laudable “
Virgen Poderosa “
Virgen Clemente “
Virgen Fiel “
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GUÍA PUEBLO
Espejo de Justicia Ruega por él
Trono de Sabiduría “
Causa de nuestra alegría “
Vaso Espiritual “
Vaso Precioso de la Gracia “
Vaso Insigne de Devoción “
Rosa Mística “
Torre de David “
Torre de Maril “
Casa de Oro “
Arca de la Alianza “
Puerta del Cielo “
Estrella de la Mañana “
Salud de los Enfermos “
Refugio de los Pecadores “
Consuelo de los Aflgdos “
Auxilio de los Cristianos “
Reina de los Cristianos “
Reina de los Ángeles “
Reina de los Patriarcas “
Reina de los Profetas “
Reina de los Apóstoles “
Reina de los Mártires “
Reina de los Confesores “
Reina de las Vírgenes “
Reina de todos los Santos “
Reina concebida sin la culpa del “
pecado original
Reina llevada al cielo “
Reina del Santísimo Rosario “
Reina de la Paz “
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Ritual de Difuntos
GUÍA PUEBLO
Cordero de Dios, que quitas el Perdónalo (a) (perdónanos) Señor
pecado del mundo
Cordero de Dios, que quitas el Óyelo (a) (óyenos) Señor
pecado del mundo
Cordero de Dios, que quitas el Ten piedad del él (ella o nosotros)
pecado del mundo
(Se le pide a un familiar cercano (esposo (a), padres, hermanos (as), etc.)
que rece a sguente oracón:)
FAMILIAR:
Dios mío, te llevaste a la persona que más amaba en este
mundo; me privaste de ella para siempre: pero si lo dispu-
siste de esta manera, cúmplase en todo tu santísima volun-
tad así sobre él (ella) como sobre mí. El grande consuelo que
me queda, es la esperanza de que lo (la) recibiste en el seno
de tu misericordia y que te dignarás algún día unirme con
él (ella). Si la entera satisfacción de sus pecados la detiene
aún en las penas sin que haya ido todavía a unirse contigo
yo te ofrezco, para que logre su salvación, cambiar mi mala
conducta, hacer caridades a favor de los más necesitados y
confesar mis pecados para comulgar el Cuerpo y la Sangre
de Cristo.
¡Arbitro supremo de nuestra suerte, dueño absoluto de
nuestro destino! Dispón soberanamente de nosotros y de
nuestros días, no somos de nosotros mismos, sino de Ti; n
has hecho sino tomar lo que te pertenecía y nos prestaste
por algún tiempo. Sean benditas y adoradas las disposicio-
nes de tu Providencia.
Esta muerte que me hace derramar tantas lágrimas debe
producir en mí un efecto más sólido y saludable; ella misma
me advierte que llegará mi hora que debo prepararme sin
tardanza y estar dispuesto en todos los instantes de mi vida;
permite ¡Oh Dios de bondad! Que cuando llegue mi último
momento me encuentre en estado de poder presentarme
delante de ti y de reunirme a la persona que he perdido
para bendecirte y alabarte eternamente con él (ella). Amén,
Jesús.
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GUÍA: Si por tu preciosa Sangre, Señor lo (la) has redimido. (Se repite 3
veces)
PUEBLO: Que lo (la) perdones te pido, por tu pasión dolorosa
GUÍA: Dale Señor el descanso eterno
PUEBLO:Y brille para él (ella) la luz eterna
GUÍA: Descanse en paz
PUEBLO: Así sea. Amén
GUÍA: Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no despre-
cies las oraciones que te hacemos en nuestras necesidades
PUEBLO: Antes bien, líbranos de todos los peligros ¡Oh Virgen gloriosa
y bendita!
GUÍA: Ruega por él (ella) y por nosotros, Santa Madre de Dios.
PUEBLO: Para que seamos dignos de alcanzar las divinas gracias y pro-
mesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén, Jesús.
GUÍA: Oremos:
Señor, concede a tus hijos gozar siempre de completa salud de alma y
cuerpo y por la intercesión de la gloriosa siempre Virgen María, líbranos
de las tristezas de esta vida y concédenos disfrutar de las alegrías eter-
nas, por Cristo nuestro Señor.
PUEBLO: Amén, Jesús
(Si hay tiempo, el Guía puede solicitar a todos, rezar un Padrenuestro, un
Avemaría y un Gloria por las intenciones especiales; por ejemplo: por el
Papa, por los enfermos, por la paz mundial, por los niños, por los pobres o
por lo que se desee. Si siente que la gente está cansada se termina el Ro-
sario con lo que sigue:)
CONCLUSIÓN
GUÍA:Y ahora hermanos, antes de terminar nuestro encuentro de ora-
ción a favor de nuestro (a) hermano (a) N…. pidamos a Dios una vez
más por su eterno descanso y por las necesidades de la Iglesia y el mun-
do entero. A cada petición contestaremos todos:
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Ritual de Difuntos
PUEBLO: Te rogamos Señor.
GUÍA: Por todos nuestros amigos y parientes difuntos, para que Dios
limpie completamente su alma de toda mancha de pecado y le conceda
el descanso eterno.
PUEBLO: Te rogamos, Señor.
GUÍA: Por todos los que están por dejar este mundo, para que se arre-
pientan de sus pecados y entreguen su vida a Cristo, como ofrenda
agradable.
PUEBLO: Te rogamos, Señor.
GUÍA: Por todos los que no conocen a Cristo, para que Dios mueva su
corazón y les conceda la oportunidad de conocerlo y entregarse a Él,
antes que sea demasiado tarde.
PUEBLO: Te rogamos, Señor.
GUÍA: Por todos nosotros, para que estemos siempre preparados para
el gran encuentro con Cristo.
PUEBLO: Te rogamos, Señor.
GUÍA: Por los pastores de la Iglesia, para que prediquen con valentía y
autenticidad la Palabra de Dios y así vayan despertando en los feligre-
ses el sentido verdadero de la vida y de la muerte.
PUEBLO: Te rogamos, Señor.
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Ritual de Difuntos
F) CEREMONIA DEL LEVANTA CRUZ
(Antes de empezar el último rosario)
CELEBRADOR: El novenario nos recuerda una creencia de nuestros
antepasados indígenas, ellos creían que el noveno día, después de
muerto, era más fácil pasar de la tierra al cielo. Por eso, cuando una
persona moría, lo envolvían en un petate (todavía usamos la frase “ya
se petateo” para indicar que una persona ha muerto), quemaban su
cuerpo, llevaban sus cenizas a la casa y las ponían en forma de cruz;
esto lo hacían recordando que el sol, que era su mas grande dios, cami-
na de oriente a poniente y el hombre lo hacía de norte a sur. Las cenizas
se quedaban así hasta el noveno día, cuando éste llegaba, las recogían
para llevarlas a enterrar.
Hoy día, en lugar de las cenizas ponemos cal o tierra. Al recogerla,
queremos indicar que recogemos los pasos de nuestro hermano(a)
difunto(a) señalados por una de las líneas de la cruz. La otra línea son
los pasos de Dios. Al encontrase la una con la otra, reconocemos que la
muerte es el encuentro de los pasos de Dios y los pasos del hombre.
Esta ceremonia la realiza un matrimonio o persona soltera que la fami-
lia del difunto ha escogido con anticipación. Ella debe dar testimonio de
su fe en la Vida Eterna a todos los que ahora se entristecen por la muer-
te de un ser querido. Estas personas se convierten en padrinos, esto
quiere decir que, ellas deben cuidar, proveer lo necesario y velar por la
formación corporal y espiritual de toda la familia que los eligió; sólo la
muerte puede destruir este compromiso.
CELEBRADOR: La cruz que hemos tendido ya se encuentra vestida
con flores blancas, ellas nos recuerdan la Sábana Santa con que envol-
vieron a Jesús. Creemos que así como Jesús, nuestro (a) hermano (a)
N…. será libre de todo mal.
Hemos puesto las flores blancas en forma de cruz y una roja en el centro
como símbolo del corazón. Las flores blancas nos recuerdan a aque-
llas que la Santísima Virgen de Guadalupe dio a Juan Diego; con este
recuerdo encomendemos a nuestro (a) hermano (a) N…. a su bendita
protección de Madre.
Rodeamos nuestra cruz con 9 veladoras o ceras blancas en recuerdo y
agradecimiento a Dios por haberle permitido estar todavía con familia-
res, vecinos y amigos por 9 días más.
También ponemos en los cuatro puntos de la cruz y una en el centro
estas cinco veladoras rojas; esto nos recuerda las benditas llagas y la
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preciosísima sangre de Nuestro Señor Jesucristo derramada para nues-
tra salvación.
ANIMADOR: También está aquí una cruz de metal o madera que
después de misa se lleva al panteón y en la que se pondrá el nombre de
nuestro(a) difunto(a). Así recordamos a Dios que nuestro(a) hermano(a)
N…, aunque pecador(a), era un(a) hijo(a) de Dios.
CELEBRADOR: Toda esta ceremonia previa al Levanta Cruz la realizan
los padrinos. ¡Recemos el último Rosario!
(Terminado el último rosario, se procede a la levantada de cruz)
ANIMADOR: Ahora los padrinos levantaran la cruz y la pondrán en
una caja de buen tamaño vestida de negro. Preparamos también un
listón negro o del color del vestuario del santo del que era devoto(a)
nuestro(a) hermano(a) difunto(a) y una cera.
(Los padrinos hacen esto).
CELEBRADOR: Los padrnos ahora harán a un lado las flores que tene
la cruz. Con el recogedor y la escobetita, levantarán la cruz, siguiendo la
forma como nos vestirnos, se empieza por la cabeza.
(Los padrinos hacen esto)
ANIMADOR: Hermanos, pidamos a Dios perdón por los pecados que
nuestro(a) hermano(a) N…. haya cometido por no pensar en el bien de
los demás; y nosotros no olvidemos que el orgullo y la soberbia pueden
secar para siempre nuestras vidas.
CELEBRADOR: Ahora los padrinos recogen la parte correspondiente a
la cabeza mientras cantamos.
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Ritual de Difuntos
ANIMADOR: Hermanos pidamos a Dios perdón por todos los odios,
chismes, mentiras y maldad que nuestro (a) hermano (a) N…. haya co-
metido. Ojalá que a nosotros, que aún estamos con vida, no se nos ol-
vde recticar todos estos males que sólo desunen y son algunas veces,
hasta causa de muerte.
CELEBRADOR: El centro es el corazón y ahora lo recogen los padrinos
mientras cantamos.
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Ritual de Difuntos
4. HOJA HERMENEÚTICA.
Muchos católicos tienen la costumbre de poner a los muertos dis-
tintos símbolos que ya no entienden. La totalidad de ellos tienen
sus orígenes en las tradiciones de nuestros antepasados indíge-
nas, ellos creían en la vida después de la muerte. A esta vida no-
sotros le llamamos Vida Eterna o Estar con Dios. Vamos a explicar
algunos de estos símbolos en las siguientes páginas.
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Las velas que se ponen alrededor del cuerpo del
difunto, nuestros antepasados las ponían para
iluminar el camino que el difunto va a recorrer
hasta llegar a la otra vida. Para nosotros, la luz
de la vela sgnica la fe que nos alenta, la
esperanza que nos anima, pero sobre todo, la
presencia de Cristo Resucitado, luz del mundo,
que ha vencido las tinieblas del pecado.
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Ritual de Difuntos
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5. EL SENTIDO DE LA MUERTE CRISTIANA4
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
CIC 1010 Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo.
“Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia” (Flp 1, 21). “Es cierta
esta airmacón: s hemos muerto con él, tambén vvremos con él” (2
Tm 2, 11). La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el
Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente “muerto con Cristo”,
para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte
física consuma este “morir con Cristo” y perfecciona así nuestra incor-
poración a Él en su acto redentor: Para mí es mejor morir en (“es”) Cris-
to Jesús que reinar de un extremo a otro de la tierra. Lo busco a Él, que
ha muerto por nosotros; lo quiero a Él, que ha resucitado por nosotros.
Mi parto se aproxima... Dejadme recibir la luz pura; cuando yo llegue
allí, seré un hombre (San Ignacio de Antioquía, Rom. 6, 1-2).
CIC 1011 En la muerte Dios llama al hombre hacia Sí. Por eso, el cristia-
no puede experimentar hacia la muerte un deseo semejante al de San
Pablo: “Deseo partir y estar con Cristo” (Flp 1, 23); y puede transformar
su propia muerte en un acto de obediencia y de amor hacia el Padre, a
ejemplo de Cristo (Cf. Lc 23, 46):Mi deseo terreno ha desaparecido…;
hay en mí un agua viva que murmura y que dice desde dentro de mí
“Ven al Padre” (San Ignacio de Antioquía, Rom. 7, 2).
Yo quiero ver a Dios y para verlo es necesario morir (Santa Teresa de
Jesús, vida 1).
Yo no muero, entro en la vida (Santa Teresa del Niño Jesús, verba).
CIC 1012 La visión cristiana de la muerte (Cf. 1 Ts 4, 13-14) se expresa
de modo privilegiado en la liturgia de la Iglesia: La vida de los que en
ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra
morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo. (MR, Pre-
facio de difuntos).
CIC 1013 La muerte es el in de la peregrnacón terrena del hombre, del
tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su
vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino.
Cuando ha tendo in “el únco curso de nuestra vda terrena” (LG 48),
ya no volveremos a otras vidas terrenas. “Está establecido que los hom-
bres mueran una sola vez” (Hb 9, 27). No hay “reencarnación” después
de la muerte.
CIC 1014 La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra
4 Este apartado se ofrece para que el Agente de Religiosidad Popular conozca la
relexón que a Igesa hace acerca de sentdo que tene a muerte.
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Ritual de Difuntos
muerte (“De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor”: anti-
guas Letanías de los santos), a pedir a la Madre de Dios que interceda
por nosotros “en la hora de nuestra muerte” (Ave María), y a coniarnos
a San José, Patrono de la buena muerte: Habrías de ordenarte en toda
cosa como si luego hubieses de morir. Si tuvieses buena conciencia no
temerías mucho la muerte. Mejor sería huir de los pecados que de la
muerte. Si hoy no estás aparejado, ¿cómo lo estarás mañana? (Imita-
ción de Cristo 1, 23, 1).
Y por la hermana muerte, ¡loado mi Señor!
Ningún viviente escapa de su persecución;
¡ay si en pecado grave sorprende al pecador!
¡Dichosos los que cumplen la voluntad de Dios!
(San Francisco de Asís, cant.)
CIC 575 Jesús conirma doctrnas sostendas por los farseos del pueblo:
la resurrección de los muertos (Cf. Mt 22, 23-34; Lc 20, 39), las formas de
piedad (limosna, ayuno y oración, Cf. Mt 6, 18) y la costumbre de diri-
girse a Dios como Padre, carácter central del mandamiento de amor a
Dios y al prójimo (Cf. Mc 12, 28-34).
CIC 632 Las frecuentes airmacones del Nuevo Testamento según las
cuales Jesús “resucitó de entre los muertos” (Hch 3, 15; Rm 8, 11; 1 Co
15, 20) presuponen que, antes de la resurrección, permaneció en la mo-
rada de los muertos (Cf. Hb 13, 20). Es el primer sentido que dio la pre-
dcacón apostólca al descenso de Jesús a los niernos; Jesús conocó la
muerte como todos los hombres y se reunió con ellos en la morada de
los muertos. Pero ha descendido como Salvador proclamando la buena
nueva a los espíritus que estaban allí detenidos (Cf. 1 P 3,18-19).
CIC 958 La comunión con los difuntos. “La Iglesia peregrina, perfec-
tamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de
Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo honró con gran
piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones
`pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se
vean libres de sus pecados” (2 M 12, 45)” (LG 50). Nuestra oración por
ellos puede no solamente ayudarles sno tambén hacer eicaz su nter-
cesión en nuestro favor.
CIC 991 Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus co-
mienzos un elemento esencial de la fe cristiana. “La resurrección de
los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer
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en ella” (Tertuliano, res. 1.1): ¿Cómo andan diciendo algunos entre vo-
sotros que no hay resurrección de muertos? Si no hay resurrección de
muertos, tampoco Cristo resucitó.Y si no resucitó Cristo, vana es nues-
tra predicación, vana también vuestra fe... ¡Pero no! Cristo resucitó de
entre los muertos como primicias de los que durmieron (1 Co 15, 12-14.
20).
CIC 1023 Los que mueren en la gracia y la amistad de Dios y están per-
fectamente puricados, vven para sempre con Crsto. Son para sem-
pre semejantes a Dios, porque lo ven “tal cual es” (1 Jn 3, 2), cara a cara
(Cf. 1 Co 13, 12; Ap 22, 4): Deinmos con la autordad apostólca: que,
según la disposición general de Dios, las almas de todos los santos...
y de todos los demás ieles muertos después de recibir el bautismo de
Crsto en los que no había nada que puricar cuando mureron;... o en
caso de que tuveran o tengan algo que puricar, una vez que estén pu-
ricadas después de la muerte... aun antes de la reasuncón de sus cuer-
pos y del juco inal, después de la Ascensón al celo del Salvador, Jesu-
cristo Nuestro Señor, estuvieron, están y estarán en el cielo, en el reino
de los cielos y paraíso celestial con Cristo, admitidos en la compañía de
los ángeles.Y después de la muerte y pasión de nuestro Señor Jesucris-
to vieron y ven la divina esencia con una visión intuitiva y cara a cara, sin
mediación de ninguna criatura (Benedicto XII: DS 1000; Cf. LG 49).
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