Carbonell El Lugar Del Error en El Diseño de Los Procesos Judiciales
Carbonell El Lugar Del Error en El Diseño de Los Procesos Judiciales
Carbonell El Lugar Del Error en El Diseño de Los Procesos Judiciales
FILOSÓFICOS DEL
DERECHO PROCESAL
tirant lo blanch
Valencia, 2021
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MAQUETA: Disset Ediciones
I. INTRODUCCIÓN
El proceso judicial suele entenderse como un mecanismo de
solución de controversias jurídicas entre dos o más personas por
parte de un tercero imparcial (el juez o el tribunal2) que debe
aplicar las consecuencias previstas por las normas jurídicas frente
a un problema concreto. Las normas regulan supuestos de hecho
generales y abstractos, por lo que el juez debe determinar si pue-
den o no darse por probados los enunciados sobre hechos que le
son presentados y, si los da por probados, debe calificarlos como
un caso individual del caso genérico regulado por la o las normas
aplicables. La decisión judicial es el producto del ejercicio de la
jurisdicción que tiene como características más destacadas la in-
dependencia, la exclusividad y el imperio, características que la
distinguen de las otras potestades del Estado moderno.
1
Profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile. fcarbo-
nell@derecho.uchile.cl. Este trabajo es parte del proyecto de investigación
“Error y proceso judicial”, Fondecyt regular Nº1191634. Versiones distintas
u anteriores del texto fueron discutidas en el Seminario del Grupo de In-
vestigación de Filosofía del Derecho, Universitat de Girona, Seminario del
Área de Filosofía del Derecho, Universidad de León, Seminario del Grupo
de Investigación en Filosofía del Derecho, Universidad de Alicante y Se-
minario doctoral, Facultad de Derecho, Universidad de Chile. Agradezco
mucho todas las observaciones que generosamente recibí en cada una de
esas valiosas instancias, así como aquellas que recibí de María de los Ánge-
les González, Jesús Ezurmendia, Jonatan Valenzuela e Ivana Peric.
2
La expresión “juez” deben entenderse hecha a jueces unipersonales en el
ejercicio de su función y “tribunal” a un órgano jurisdiccional compuesto
por dos o más jueces.
294 Flavia Carbonell Bellolio
3
En palabras de Calamandrei, el proceso corrige sus propios vicios o con-
tiene mecanismos de autocontrol. Véase, Piero Calamandrei [1915]. “Vizi
della sentenza e mezzi di gravame”. En Altri studi sulla cassazione civile, sui vi-
zi della sentenza e sulle impugnazioni, Opere giuridiche di Piero Calamandrei,
vol. VIII (Roma, Italia: RomaTRE Press, 2019): 254.
4
Sobre errores en reconocimientos de imputados y en el uso de prueba
pericial en Chile, véase los estudios empíricos de Mauricio Duce. “Los re-
conocimientos oculares: una aproximación empírica a su funcionamiento
y algunas recomendaciones para su mejora”. Política criminal, vol. 12, nº23
(2017) y Mauricio Duce. “Una aproximación empírica al uso y prácticas de
la prueba pericial en el proceso penal Chileno a la luz de su impacto en
los errores del sistema”. Política criminal, vol. 13, nº25 (2018). Sobre otras
consideraciones referidas a las pericias, véase Carmen Vázquez. De la prueba
científica a la prueba pericial (Madrid, España: Marcial Pons, 2015). También
podría hablarse de “errores del sistema judicial” que se producen por de-
fectos en la implementación de algunas de funciones que colaboran en la
administración de justicia. Por ejemplo, deficiencias o irregularidades en la
práctica de la prueba.
5
Por tener mejor conocimiento del sistema procesal chileno, lo tomaré co-
mo referencia. Me interesa especialmente la estructura de las instituciones
procesales, más que el detalle regulativo. Una comparación veloz y gruesa
con otros sistemas procesales latinoamericanos, y con el español y el ita-
liano, hace pensar que los sistemas recursivos comparten, pese a las dife-
rencias que pueda haber en la regulación, algunos rasgos comunes que
podrían profundizarse en un estudio más acabado que llevase por título
“teoría general de la impugnación”. Ha habido trasplante o importación
de códigos y legislación entre estos países que justifica, para los fines de
este artículo, la generalización acotada. Se excluyen los sistemas del common
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 295
law, dado que tienen reglas diversas de impugnación. El Reino Unido, por
ejemplo, tiene un sistema muy limitado de recursos o appeals.
6
Dentro de las decisiones intermedias en el ordenamiento procesal civil chi-
leno se encuentran los autos, decretos y sentencias interlocutorias, siendo
la sentencia definitiva la que pone fin a la instancia, resolviendo el asunto
controvertido (artículo 159 del Código de Procedimiento Civil), pese a que
un juicio pueda terminar o no pueda continuar, en algunos casos, por sen-
tencia interlocutoria (la que acoge el desistimiento de la demanda, declara
abandonado el procedimiento, acoge la excepción de incompetencia del
tribunal)
296 Flavia Carbonell Bellolio
7
Uso la expresión entrecomillada pues bien puede considerarse que siem-
pre estuvieron presentes, bien se imputan, mostrando, por ejemplo, que
surgen por una disconformidad con la interpretación escogida dentro de
las interpretaciones posibles.
8
Sobre los errores y criterios de corrección de sentencias penales, véase
Carbonell 2021.
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 297
9
Sobre acción de revisión en materia penal, véase Flavia Carbonell, Jona-
tan Valenzuela. “La prueba de la inocencia y las defensas probatorias: el
caso de la revisión” (en prensa), Revista Chilena de Derecho (2021).
10
Mañalich indica que el fundamento de esta causal (art.473 letra e) del
CPP) es el “condicionamiento delictivo de la sentencia condenatoria”. Véa-
se Juan Pablo Mañalich. “Justicia, procedimiento y acción de revisión. El
principio de culpabilidad frente a la cosa juzgada”. Ius et Praxis, año 26, nº1
(2020).
11
En el plano sancionatorio y compensatorio, algunos autores proponen que
se debe intentar responder tres cuestiones: a) si se puede construir una
taxonomía de los errores típicos en que incurren los jueces que los ha-
ga previsibles; b) por qué se verifican estos errores típicos; c) si es posible
prevenir los errores, en Carlo Bona. Sentenze imperfette: gli errori cognitivi nei
giudizi civil. Bologna: Il Mulino, 2010: pp. 8-9.
298 Flavia Carbonell Bellolio
12
Hago la aclaración “en ejercicio de la jurisdicción” ya que, en el ejercicio
de sus facultades disciplinarias y económicas, es decir, en ejercicio de fun-
ciones administrativas no-jurisdiccionales por parte de jueces y tribunales
ordinarios, existe la posibilidad de interponer una acción de responsabili-
dad extracontractual del Estado para obtener la indemnización de los da-
ños causados. En Chile la indemnización por error judicial sólo procede en
materia penal una vez dictado sobreseimiento definitivo o sentencia abso-
lutoria, y respecto de quien hubiere sido sometido a proceso o condenado
en cualquier instancia por resolución que la Corte Suprema declare injusti-
ficadamente errónea o arbitraria (art.19nº7 i) de la Constitución). Además,
procede por conductas injustificadamente erróneas o arbitrarias del Minis-
terio Público, órgano de persecución penal (art.5 de la Ley 19.640, orgáni-
ca constitucional del Ministerio Público). En la literatura italiana reciente
se habla de danno da processo, aplicable a los procesos penales, incluso si no
existe ilicitud (e.g. Paola Maggio. Fattispecie indennitaria e danno da processo
penale. Torino: Giappichelli, 2017).
13
Por ejemplo, el art. 88 del CPC (“La parte que haya promovido y perdido
dos o más incidentes en un mismo juicio, no podrá promover ningún otro
sin que previamente deposite en la cuenta corriente del tribunal la cantidad
que éste fije”) y el 280 del CPC (“Si no se deduce demanda oportunamen-
te, o no se pide en ella que continúen en vigor las medidas precautorias
decretadas, o al resolver sobre esta petición el tribunal no mantiene dichas
medidas, por este solo hecho quedará responsable el que las haya solicitado
de los perjuicios causados, considerándose doloso su procedimiento”); art.
2 letra d) de la Ley 20.886 de tramitación electrónica (“Principio de buena
fe. Las partes, sus apoderados y todos quienes intervengan en el proceso
conforme al sistema informático de tramitación deberán actuar de buena
fe. / El juez, de oficio o a petición de parte, deberá prevenir, corregir y san-
cionar, según corresponda, toda acción u omisión que importe un fraude o
abuso procesal, contravención de actos propios o cualquiera otra conducta
ilícita, dilatoria o de cualquier otro modo contraria a la buena fe”). Fuera
de estos casos, no tiene mucho sentido sancionar, porque si el error de una
parte lo priva de una oportunidad de actuación que merma la posibilidad
de acreditar la hipótesis fáctica que sirve de fundamento a su pretensión
jurídica, aquello ya constituye un perjuicio. Sobre la buena fe procesal en el
sistema procesal civil chileno, véase Jorge Larroucau. “Tres lecturas de la
buena fe procesal”. Revista chilena de derecho privado, vol. 21 (2012): pp. 259-
305 y Felipe Gorigoitía. “La buena fe en el proceso civil chileno”. Revista
de Derechos Fundamentales, nº2 (2008): pp.133-159.
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 299
14
Sobre estándar de prueba, véase entre otros, en la literatura reciente, Jor-
di Ferrer. “Prolegómenos para una teoría de los estándares de prueba”,
en Diego Papayannis y Esteban Pereira (eds.). Filosofía del derecho privado.
Madrid: Marcial Pons (2018): pp. 401-430; Daniel González Lagier. “¿Es
posible formular un estándar de prueba preciso y objetivo? Algunas dudas
desde un enfoque argumentativo de la prueba”, Revista Telemática de Filosofía
del Derecho, nº 23 (2020): pp. 79-97; Larry Laudan. “Por qué un estándar de
prueba subjetivo y ambiguo no es un estándar”, Doxa, nº28 (2005): pp.95-
113; Diego Dei Vecchi. “Prueba libre, justificación epistémica y el noble
sueño de los estándares de prueba”. Revista de derecho (Valdivia), vol. 33, nº2
(2020).
15
Daniela Accatino. “Certezas, dudas y propuestas en torno al estándar de
la prueba penal”. Revista de Derecho de la Pontificia Universidad Católica de Val-
paraíso, vol. XXXVII (2011).
16
Raúl Letelier. “El precio del statu quo. Sobre el estándar probatorio en las
sanciones administrativas”. Revista de Derecho, vol. 31, nº1 (2018).
17
Jorge Larroucau. “Hacia un estándar de prueba civil”. Revista Chilena de
Derecho, vol. 39, nº3 (2012).
300 Flavia Carbonell Bellolio
18
Art. 767 del CPC y art. 373 b) del CPP
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 301
19
De momento, usaré “corrección” para designar una resolución judicial
exenta de “errores”. Sobre estos términos volveré más adelante.
20
Es el caso, por ejemplo, del “recurso de protección” y “recurso de amparo”
y del “recurso de revisión” en la legislación chilena, todas consideradas pro-
piamente “acciones” por la dogmática. Las dos primeras acciones quedarán
fuera de la órbita de este estudio, toda vez que, en principio, no se dirigen
contra resoluciones judiciales y, además, tienen naturaleza cautelar. Tam-
bién quedarán excluidas las acciones de inaplicabilidad e inconstitucionali-
dad que se interponen ante el Tribunal Constitucional, por no pertenecer a
la esfera de los asuntos encomendados al Poder Judicial y por no tener por
objeto ni la solución de una controversia en el fondo ni la revisión de una
sentencia.
21
La dogmática procesal chilena ha entendido recurso como “el acto jurídi-
co procesal de parte o de quien tenga legitimación para actuar, mediante
el cual impugna una resolución judicial no ejecutoriada, dentro del mismo
proceso que se pronunció, solicitando su revisión a fin de eliminar el agra-
vio que sostiene se le ha causado con su pronunciamiento”, Mario Mos-
quera, Cristián Maturana. Los recursos procesales (Santiago, Chile: Editorial
Jurídica de Chile, 2010): 21.
22
Las sentencias definitivas son aquellas que ponen fin a la instancia y re-
suelven la cuestión controvertida. Esto deja también fuera los “recursos” en
contra de resoluciones intermedias, como lo son el de reposición y el de
302 Flavia Carbonell Bellolio
24
El artículo 174 del CPC indica que este es uno de los casos en que se en-
tiende firme o ejecutoriada una resolución y el 175 del CPC prescribe que
aquéllas producirán acción o excepción de cosa juzgada. Desde el punto de
vista de los sistemas procesales, no está claro cuál de las dos siguientes posi-
bilidades lograría explicar mejor la definitividad de la decisión que concre-
ta la necesidad de clausura del debate: el sistema tolera que la decisión final
pueda ser incorrecta o errónea, “internalizando” el costo del error a la vez
que privilegiando otros valores, bienes o intereses; o el sistema necesita que
opere la ficción de considerar la decisión última como una o la correcta.
En cualquiera de los casos, desde el punto de vista del sistema procesal, el
error judicial es relevante hasta que la decisión se vuelve irrevocable y el
error insubsanable.
25
Art. 768 nº9 CPC, que regula las causales del recurso de casación en la
forma, siendo este el numeral abierto y residual de otros vicios del procedi-
miento.
26
Esta causal no se encuentra literalmente regulada de esta manera, pero
es la reconstrucción dogmática uniforme, a partir de disposiciones que se
refieren a “la parte agraviada”, e.g., 196 del CPC.
27
Art. 374 b) del CPP.
28
Art.768 nº4 del CPC.
304 Flavia Carbonell Bellolio
29
Hay casos en que las reglas procesales confieren al propio juez facultades
oficiosas para corregir ciertos errores, por ejemplo, facultades para anular
de oficio actuaciones ilegales o irregulares. Ello queda conceptualmente
fuera de los mecanismos de impugnación, en el sentido aquí definidos.
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 305
30
Para un tratamiento de algunos aspectos del derecho al recurso y de re-
cursos procesales específicos, véase Jordi Delgado, Raúl Núñez (coord.).
Recursos procesales. Problemas actuales. Santiago: Der Ediciones, 2017.
31
Mario Mosquera, Cristián Maturana. Los recursos procesales (Santiago,
Chile: Editorial Jurídica de Chile, 2010): 30; y Chad Oldfather. “Error
Correction”. Indiana Law Journal, vol. 85 (2010): 55.
32
En la práctica y en la regulación procesal, se entremezclan y superponen
medios de impugnación y acciones de impugnación, y se admite que se em-
pleen los primeros para alegar vicios de inexistencia, nulidad, anulabilidad
y revocabilidad. Por su parte, en los casos en que no existe la posibilidad de
apelar, las acciones de impugnación cumplen la función de forma procesal
idéntica a los medios de impugnación. De ello ya daba cuenta el propio
Calamandrei en Piero Calamandrei [1915]. “Vizi della sentenza e mezzi di
gravame”. En Altri studi sulla cassazione civile, sui vizi della sentenza e sulle im-
pugnazioni, Opere giuridiche di Piero Calamandrei, vol. VIII (Roma, Italia:
RomaTRE Press, 2019): 246 y ss.
306 Flavia Carbonell Bellolio
33
La literatura sobre desacuerdos tanto en epistemología como en teoría
del derecho es abundante y no haré uso de ella aquí. Dejo fuera el debate
sobre el error en juicios por jurados, por requerir un análisis específico que
excede el objetivo de este trabajo.
34
No basta contentarse con la afirmación popular “tres cabezas piensan me-
jor que una”, ni con la idea de que la colegialidad aumenta necesariamente
la racionalidad de una decisión. Por otra parte, en sistemas procesales que
admiten decisiones judiciales divididas y la explicitación de disensos, habría
que incluir el fenómeno del “desacuerdo” en el análisis de la colegialidad,
al igual que otros aspectos, como el eventual comportamiento estratégico
de los jueces. Sobre disensos y jueces estratégicos, véase, por ejemplo, Lee
Epstein, William M. Landes, Richard A. Posner. “Why (and When) Judges
Dissent: A Theoretical and Empirical Analysis”. Journal of Legal Analysis, vol.
3, nº1 (2011); y Lee Epstein, William M. Landes, Richard A. Posner. The
Behavior of Federal Judges. A Theoretical and Empirical Analysis of rational choice
(Harvard: Harvard University Press, 2013).
308 Flavia Carbonell Bellolio
35
John Anthony Jolowicz. On Civil Procedure (Cambridge, England: Cam-
bridge University Press, 2000): 293-294.
36
Steven Shavell. “The Appeals Process as a means of error correction”.
Journal of Legal Studies, vol. 24 (1995).
37
Richard Nobles, David Schiff. “The Right to Appeal and Workable Sys-
tems of Justice”, Modern Law Review, vol. 65 (2002). Sobre el giro hacia la de-
ferencia al juez de instancia por parte de la Corte Suprema de Chile en sus
sentencias sobre infracción a normas reguladoras de la prueba vía casación,
véase Jorge Larroucau. “Leyes reguladoras de la prueba: de la soberanía
judicial al control deferente de la Corte Suprema”. Revista de Derecho, vol.
30, nº1 (2017).
38
Steven Shavell. “The Appeals Process as a means of error correction”.
Journal of Legal Studies, vol. 24 (1995).
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 309
39
Dominic De Saulles. “Process Costs and Error Costs: The Reform of Civil
Appeals in Anglo-American Perspective”. Athens Journal of Law, vol. 3, nº3
(2017).
40
Steven Shavell. “The Appeals Process as a means of error correction”.
Journal of Legal Studies, vol. 24 (1995).
41
Por ejemplo, los ya referidos Dominic De Saulles. “Process Costs and Error
Costs: The Reform of Civil Appeals in Anglo-American Perspective”. Athens
Journal of Law, vol. 3, nº3 (2017); y Steven Shavell. “The Appeals Process
as a means of error correction”. Journal of Legal Studies, vol. 24 (1995).
310 Flavia Carbonell Bellolio
42
Steven Shavell. “The Appeals Process as a means of error correction”.
Journal of Legal Studies, vol. 24 (1995): 380-381. Según este mismo autor,
la opción por fortalecer el juicio de primera instancia podría consistir en
inversión en jueces más capacitados, en aumento del número de jueces que
revisa cada caso, en el aumento de la extensión del proceso para que se
permita considerar más evidencia y más argumentos, entre otras medidas.
43
Alberto Massari. “Correzione e integrazione dei provvedimenti dei giudi-
ce”. Novissimo Digesto Italiano (1964).
44
Tratándose del recurso de apelación, y como antes he sugerido, podría
pensarse como un medio destinado simplemente a obtener un segundo
pronunciamiento del asunto y no necesariamente como un medio para co-
rregir errores. La regulación positiva suele contemplar causales genéricas y
ser bastante laxa en los requisitos de interposición. Así, por ejemplo, el CPC
prescribe que “El recurso de apelación tiene por objeto obtener del tribu-
nal superior respectivo que enmiende, con arreglo a derecho, la resolución
del inferior” (art. 186), y que el escrito de apelación “deberá contener los
fundamentos de hecho y de derecho en que se apoya y las peticiones con-
cretas que se formulan” (art.189).
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 311
45
Austin Sarat, Lawrence Douglas, Martha Umphrey (eds.). Law’s Mistakes.
Maherst y Boston: University of Massachusetts Press, 2016: p.1 No me haré
cargo, por tanto, de todos los demás niveles de conceptualización que pue-
den ser posibles, como el concepto de error en la filosofía de la ciencia o
en la filosofía moral.
46
Estos tipos de sentencias defectuosas son: a) aquella que presenta defectos
en la justificación, b) aquella que infringe determinadas reglas procesales,
c) aquella que vulnera derechos y garantías fundamentales, y d) aquella
dictada cometiendo falta o un abuso grave o una conducta delictiva. En Fla-
via Carbonell.“Un modelo de decisión judicial justificada para el proceso
penal”, en prensa (2021).
312 Flavia Carbonell Bellolio
47
Aunque hay varias definiciones, me parece muy clara la de Chiassoni: “[u]
na sentencia judicial está motivada correctamente si, y sólo si, cada una de
las decisiones judiciales (disposiciones individuales, juicios jurídicos, nor-
mas individuales judiciales) que esta contiene es racional o está justificada
racionalmente”, y se entiende que es racional o que está racionalmente justi-
ficada si satisface las condiciones de la justificación interna y externa. Véase,
Pierluigi Chiassoni. Técnicas de interpretación jurídica. Breviario para juristas
(Madrid, España: Marcial Pons, 2011): 18 y ss.
48
Jerzy Wróblewski. “Legal Syllogism and Rationality of Judicial Decision”.
Rechtstheorie, nº1 (1974): pp.33-46.
49
Juan Antonio García Amado. “Del método jurídico a las teorías de la argu-
mentación”. Anuario de Filosofía del Derecho, vol. III (1986).
50
Se trata de inferencias, la mayoría de las veces, inductivas, aunque tam-
bién algunas abductivas. Aquí baste traer a colación la manera sencilla en
que González Lagier explica las formas lógicas que puede adoptar el razo-
namiento probatorio: inducción: caso, resultado, regla; deducción: regla,
caso, resultado; abducción: resultado, regla, caso. Véase, Daniel González
Lagier. “Hechos y argumentos (Racionalidad epistemológica y prueba de
los hechos en el proceso penal) I y II”, Jueces para la democracia, nº46 y
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 313
53
En el lenguaje impugnatorio, suelen englobarse algunos de estos defectos
bajo la expresión “infracción a las leyes reguladoras de la prueba”.
54
Para hablar de error judicial en las inferencias probatoria es necesario
identificar sus criterios de construcción y de apreciación de su valor. Esta
clasificación de las inferencias probatorias en epistemológicas, normativas
e interpretativas puede verse más en detalle en Daniel González Lagier.
“Presunción de inocencia, verdad y objetividad”. En Juan Antonio García
Amado, Pablo Raúl Bonorino (eds.). Prueba y razonamiento probatorio en De-
recho. Debates sobre abducción (Granada, España: Comares, 2014).
55
Queda por determinar si una lectura discriminatoria de las reglas jurídicas
o el uso de generalizaciones que tengan como efecto un trato discriminato-
rio (por ejemplo, el uso de estereotipos basados en categorías sospechosas
como raza, género, religión sin base estadística y sin que existan razones po-
derosas para ello, véase Federico Arena. “Estadísticas, estereotipos y grupos
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 315
60
Malem se refiere a algo similar cuando señala que, dentro de los errores
en los fundamentos de derecho puede haber errores de “sistematización”.
(Malem 2009: 24-5)
61
Como cuestión distinta de si existe o no un ámbito de discrecionalidad en
su determinación.
62
Algunos de estos estándares ya estaban esbozados en Flavia Carbonell.
“Sobre la idea de decisión judicial correcta”. Analisi e diritto (2015).
El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 317
V. CONCLUSIONES
Los sistemas procesales se comprenden mejor a partir del estu-
dio de sus mecanismos de impugnación y de la noción de error.
En cierta medida, el error tiene un rol definitorio de los sistemas
procesales ya que la selección que el legislador hace de aquellos
defectos que podrán subsanarse y aquellos que se ignorarán con-
diciona el desarrollo del proceso. Así, los mecanismos de impug-
nación, entendidos en sentido amplio, son la estructura procesal
por la cual el legislador vehiculiza los tipos de error que no está
dispuesto a tolerar, confiriendo a las partes o intervinientes una
oportunidad para hacerlos valer. Cuando ya no procede impugna-
ción alguna en contra de una decisión judicial, el debate procesal
se cierra y aquella adquiere el carácter de res iudicata, de decisión
definitiva, con la sola particular excepción de la acción de revi-
sión. Se prevén, pues, mecanismos para purgar errores, pero de
manera limitada en el tiempo y estableciéndose la clausura del
sistema en algún momento.
En la legislación, estos errores toman la forma lingüística de
causales, específicas o genéricas, que el legislador establece y la
parte recurrente emplea para articular el razonamiento impugna-
torio en contra de la sentencia considerada defectuosa. General-
mente, además, en la dogmática se clasifica estos errores usando
distintas díadas: errores “de forma” y “de fondo”, errores “in pro-
cedendo” e “in iudicando”, errores “de hecho” y “de derecho”. Sin
318 Flavia Carbonell Bellolio
BIBLIOGRAFÍA
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Arena, Federico. “Estadísticas, estereotipos y grupos desfavoreci-
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El lugar del error en el diseño de los procesos judiciales 319
NORMATIVA CITADA
Código de Procedimiento Civil, Chile, 1902.
Código Orgánico de Tribunales, Chile, 1943.
Constitución Política de la República de Chile, 1980.
Código Procesal Penal, Chile, 2000.
Ley 20.886 de tramitación electrónica, Chile, 2015.