Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Política y Poder

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

Definiciones de “Política” y “Poder”.

“Política” y
“Poder” son conceptos
polisémicos, es decir,
poseen varias
definiciones de acuerdo
a la perspectiva desde la
cual se los aborde. Sin
embargo, en base a todo
lo discutido alrededor
de éstos y a pesar de los
desacuerdos existentes
entre los politólogos, es
Pericles (495 a. C – 429 a. C) exponiendo en el Ágora ateniense.
posible dilucidar qué Recuperado de https://historiageneral.com/2009/05/20/pericles-el-
gran-lider-de-atenas/ [13-03-20]
elementos básicos tienen
para llegar a conclusiones más claras.

En principio, el término “política” proviene del griego “polis”, que refiere al


ámbito sociopolítico en el que los griegos de la Antigüedad 1 habitaban. Si bien suele ser
definida como una “ciudad-Estado”, se trataba en realidad de un estilo de vida basado
en tres elementos: la vida pública (participación de los individuos en la toma de
decisiones), oralidad (capacidad de cada una persona para expresar sus pensamientos de
forma lógica y lucirse frente a los demás) e igualdad (nadie podía sobresalir
definitivamente del resto de la sociedad). El espacio físico en el que se daba esa forma
de vida era la ciudad. A partir de esto, en el marco del hábitat urbano, surgió el término
“politikós” que designaba todo lo relacionado con la actividad de las ciudades: el
conjunto social, lo público, los ciudadanos, lo civil.

De esta forma, se asocia la actividad política como una organización social


basada en la toma de decisiones conjunta para asegurar el bienestar de las personas.
Esto quiere decir que, para asegurar la búsqueda de soluciones eficientes, los colectivos

1
La Antigüedad fue un periodo que los historiadores consideran que va desde la aparición de las primeras
formas de escritura alrededor del 3000 a. C hasta la disolución del Imperio Romano en el 476. Sin
embargo, al referirnos al origen de las polis griegas y su apogeo como forma de vida, estamos haciendo
referencia al periodo comprendido aproximadamente entre el 900 a. C y el 300 a. C.
humanos se instituyen de la forma que mejor les convenga. En este sentido, lo ideal
sería que ésta organización se haga apuntando al Bien Común. Hoy en día, la manera
más generalizada de administración política se basa en gobiernos democráticos con una
Constitución que impone un orden y obligaciones pero que, a su vez, brinda derechos y
garantías. En palabras del politólogo italiano Norberto Bobbio (1998),

el Estado democrático es aquel en el que se realiza, con mayor


adecuación al modelo ideal, la libertad en la coexistencia, es decir la
coexistencia de seres libres, y por ende la más próxima realización (…) de
la comunidad personal y en definitiva del ideal de justicia (p. 110).

Ahora bien, ¿cómo hacen los políticos para gobernar? Aquí entra en escena la
noción del “Poder”. Se trata de un concepto amplio porque puede variar de acuerdo a
los diversos aspectos de la realidad. El poder se trata de la capacidad de un individuo
para hacer algo. El desarrollo de la actividad política se da mediante la formación,
distribución y el ejercicio del poder. Éste tiene tres aspectos:

1. Poder económico: son el conjunto de los bienes con los que cuenta una
persona, lo cual, da poder sobre aquellos que no los tienen.
2. Poder ideológico: refiere a aquellos conocimientos, ideas o formas de saber
que permiten ejercer influencias sobre aquellos que no los tienen para afectar
sus formas de actuar.
3. Poder político: es el que posee los medios de coacción, es decir, el uso de la
fuerza para regular la conducta de aquellos que no los tienen.

Si bien los tres son importantes y, a veces, complementarios, el principal es el


tercero porque es el que asegura el orden y la estabilidad de la estructura estatal frente a
disturbios internos y ataques externos. De esta manera, el poder puede ser entendido
tanto como un recurso o como el resultado de una relación interpersonal. Teniendo en
cuenta esto, podemos clasificar al poder en tres formas:

1. Influencia: basada en la capacidad de persuadir a otros de adoptar una


determinada conducta.
2. Autoridad: consiste en la capacidad de un individuo de dar indicaciones y
que los demás obedezcan sin necesidad de usar la fuerza en todas las
ocasiones.
3. Fuerza: se trata de controlar las acciones ajenas ya sea mediante amenazas o
castigos.

Llegados a este punto, surge otra pregunta: ¿es suficiente la fuerza para
persuadir a sus destinatarios de obedecerlo? Para responder, debemos explicar el
concepto de “legitimidad” y “legalidad”. Ambos son similares pero no son lo mismo.

Por un lado, la legitimidad refiere a la aceptación que las personas pueden tener
hacia algo. Por otro, la legalidad implica aquello que está en el marco de la ley y es
reflejo de los valores y creencias de una sociedad. Este último elemento es lo que
garantiza que las personas obedezcan una decisión gubernamental por aceptación y no
por obligación. Sin embargo, lo legal puede no ser completamente legítimo por el
conjunto total de los individuos. La aplicación de la fuerza por parte de un Estado y un
gobierno, no es suficiente para que la sociedad considere legítimo el poder político.
Podemos ubicar dos principios que justifican el poder:

1. Concepción descendente: poder de la autoridad por parte de Dios.


2. Concepción ascendente: poder otorgado al gobernante por parte del pueblo.

Otras formas de legitimación están basadas en un orden establecido por la


naturaleza mediante luchas donde uno se impone y gobierna por ser el más apto, o bien
por la Historia donde el pasado justifica un statu quo. Esto último determina una
tradición donde el poder queda justificado por estar adaptado a los usos y costumbres
del pasado. Sin embargo, un gobernante también puede lograr legitimidad mediante el
uso del carisma, es decir, puede producir admiración y confianza hacia su personalidad
por parte de la sociedad.

También podría gustarte