Astronom I A
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Imagen de los Pilares de la Creación recapturada por el telescopio espacial James Webb.
El cosmos es todo lo que es, lo que fue o lo que alguna vez será.
Carl Sagan.
La astronomía (del griego άστρον [ástron] 'estrella' y νομία [nomía] 'normas', 'leyes de las
estrellas')1 es la ciencia natural que estudia los cuerpos celestes del universo, incluidos las
estrellas, los planetas, sus satélites naturales, los asteroides, cometas y meteoroides, la materia
interestelar, las nebulosas, la materia oscura, las galaxias y demás; por lo que también estudia los
fenómenos astronómicos ligados a ellos, como las supernovas, los cuásares, los púlsares, la
radiación cósmica de fondo, los agujeros negros, entre otros, así como las leyes naturales que las
rigen. La astronomía, asimismo, abarca el estudio del origen, desarrollo y destino final del universo
en su conjunto mediante la cosmología, y se relaciona con la física a través de la astrofísica, la
química con la astroquímica y la biología con la astrobiología.
Su registro y la investigación de su origen viene a partir de la información que llega de ellos a
través de la radiación electromagnética o de cualquier otro medio. La mayoría de la información
usada por los astrónomos es recogida por la detección remota, aunque se ha conseguido
reproducir, en algunos casos, en laboratorios, la ejecución de fenómenos celestes, como, por
ejemplo, la química molecular del medio interestelar. Es una de las pocas ciencias en las que los
aficionados aún pueden desempeñar un papel activo, especialmente sobre el descubrimiento y
seguimiento de fenómenos como curvas de luz de estrellas variables, descubrimiento de
asteroides y cometas, etc...
La astronomía ha estado ligada al ser humano desde la antigüedad y todas las civilizaciones han
tenido contacto con esta ciencia. Personajes como Aristóteles, Tales de Mileto, Anaxágoras,
Aristarco de Samos, Hiparco de Nicea, Claudio Ptolomeo, Hipatia de Alejandría, Nicolás Copérnico,
Tycho Brahe, Johannes Kepler, Galileo Galilei, Christiaan Huygens o Edmund Halley han sido
algunos de sus cultivadores. La metodología científica de este campo empezó a desarrollarse a
mediados del siglo xvii. Un factor clave fue la introducción del telescopio por Galileo Galilei, que
permitió examinar el cielo de la noche más detalladamente. El tratamiento matemático de la
Astronomía comenzó con el desarrollo de la mecánica celeste y con las leyes de gravitación por
Isaac Newton, aunque ya había sido puesto en marcha por el trabajo anterior de astrónomos
como Johannes Kepler. Hacia el siglo xix, la astronomía se había desarrollado como una ciencia
formal, con la introducción de instrumentos tales como el espectroscopio y la fotografía, que
permitieron la continua mejora de telescopios y la creación de observatorios profesionales.2
Etimología
La palabra astronomía proviene del latín astrŏnŏmĭa /astronomía/ y esta del griego ἀστρονομία
/astronomía/.3 Está compuesta por las palabras άστρον /ástron/ 'estrellas', que a su vez viene de
ἀστῆρ /astḗr/ 'estrella', 'constelación', y νόμος /nómos/ 'regla', 'norma', 'orden'.3
El lexema ἀστῆρ /astḗr/ está vinculado con las raíces protoindoeuropeas *ster~/*~stel (sust.)
'estrella' presente en la palabra castiza «estrella» que llega desde la latina «stella». También
puede vérsele en: astrología, asteroide, asterisco, desastre, desastroso y muchas otras.4
El lexema ~νομία /nomíā/ 'regulación', 'legislación'; viene de νέμω /némoo/ 'contar', 'asignar',
'tomar', 'distribuir', 'repartir según las normas' y está vinculado a la raíz indoeuropea *nem~
'contar', 'asignar', 'tomar', distribuir'; más el lexema ~ία /~íā/ 'acción', 'cualidad'. Puede vérsela en:
dasonomía, macrotaxonomía, tafonomía y taxonomía.5
Historia
Esfera armilar.
La astronomía surge desde que la humanidad dejó de ser nómada y se empezó a convertir en
sedentaria; luego de formar civilizaciones o comunidades empezó su interés por los astros. Desde
tiempos inmemorables se ha visto interesado en los mismos. Estos han enseñado ciclos constantes
e inmutabilidad durante el corto periodo de la vida del ser humano, lo que fue una herramienta
útil para determinar los periodos de abundancia para la caza y la recolección o de aquellos como el
invierno en que se requería de una preparación para sobrevivir a los cambios climáticos adversos.
La práctica de estas observaciones es tan cierta y universal que se han encontrado a lo largo y
ancho del planeta en todas aquellas partes en donde ha habitado el ser humano. Se deduce
entonces que la astronomía es probablemente uno de los oficios más antiguos, manifestándose en
todas las culturas humanas.
En casi todas las religiones antiguas existía una cosmogonía, que intentaba explicar el origen del
universo, ligando este a elementos mitológicos. La historia de la astronomía es tan antigua como la
historia del ser humano. Antiguamente se ocupaba, únicamente, de la observación y predicciones
de los movimientos de los objetos visibles a simple vista, quedando separada durante mucho
tiempo de la Física. En Sajonia-Anhalt, Alemania, se encuentra el famoso disco celeste de Nebra,
que es la representación más antigua conocida de la bóveda celeste. Quizá fueron los astrónomos
chinos quienes dividieron, por primera vez, el cielo en constelaciones. En Europa, las doce
constelaciones que marcan el movimiento anual del Sol fueron denominadas constelaciones
zodiacales. Los antiguos griegos hicieron importantes contribuciones a la astronomía, entre ellas,
la definición de magnitud. La astronomía precolombina poseía calendarios muy exactos y parece
ser que las pirámides de Egipto fueron construidas sobre patrones astronómicos muy precisos.
La inmutabilidad del cielo está alterada por cambios reales que el hombre en sus observaciones y
conocimiento primitivo no podía explicar, y de allí nació la idea de que en el firmamento habitaban
poderosos seres que influían en los destinos de las comunidades y que poseían comportamientos
humanos, y que por tanto requerían de adoración para recibir sus favores o al menos evitar o
mitigar sus castigos. Este componente religioso estuvo estrechamente relacionado al estudio de
los astros durante siglos, hasta que los avances científicos y tecnológicos fueron aclarando muchos
de los fenómenos que en un principio no eran comprendidos. Esta separación no ocurrió
pacíficamente y muchos de los antiguos astrónomos fueron perseguidos y juzgados al proponer
una nueva organización del universo. Actualmente estos factores religiosos superviven en la vida
moderna como supersticiones.
La astronomía observacional estuvo casi totalmente estancada en Europa durante la Edad Media,
a excepción de algunas aportaciones como la de Alfonso X el Sabio con sus tablas alfonsíes, o los
tratados de Alcabitius, pero floreció en el mundo con el Imperio persa y la cultura árabe. Al final
del siglo x, un gran observatorio fue construido cerca de Teherán (Irán), por el astrónomo persa Al-
Khujandi, quien observó una serie de pasos meridianos del Sol, lo que le permitió calcular la
oblicuidad de la eclíptica. También en Persia, Omar Khayyam elaboró una reforma al calendario
que lo hacía más preciso que el calendario juliano, acercándose al calendario gregoriano. A finales
del siglo ix, el astrónomo persa Al-Farghani escribió ampliamente acerca del movimiento de los
cuerpos celestes. Su trabajo fue traducido al latín en el siglo xii. Abraham Zacuto fue el
responsable en el siglo xv de adaptar las teorías astronómicas conocidas hasta el momento para
aplicarlas a la navegación de la marina portuguesa. Esta aplicación permitió a Portugal ser la
puntera en el mundo de los descubrimientos de nuevas tierras fuera de Europa.
Véase también: Anexo:Cronología de la astronomía
Revolución científica
Durante siglos, la visión geocéntrica que consistía en que el Sol y otros planetas giraban alrededor
de la Tierra no se cuestionó. Esta visión era lo que para nuestros sentidos se observaba. En el
Renacimiento, Nicolás Copérnico propuso el modelo heliocéntrico del sistema solar. Su trabajo De
Revolutionibus Orbium Coelestium fue defendido, divulgado y corregido por Galileo Galilei y
Johannes Kepler, autor de Harmonices Mundi, en el cual se desarrolla por primera vez la tercera
ley del movimiento planetario.
Galileo añadió la novedad del uso del telescopio para mejorar sus observaciones. La disponibilidad
de datos observacionales precisos llevó a indagar en teorías que explicasen el comportamiento
observado (véase su obra Sidereus Nuncius). Al principio solo se obtuvieron reglas Ad hoc, como
las leyes del movimiento planetario de Kepler, descubiertas a principios del siglo xvii. Fue Isaac
Newton quien extendió hacia los cuerpos celestes las teorías de la gravedad terrestre y
conformando la ley de gravitación universal,7 inventando así la mecánica celeste, con lo que
explicó el movimiento de los planetas y consiguiendo unir el vacío entre las leyes de Kepler y la
dinámica de Galileo. Esto también supuso la primera unificación de la astronomía y la física (véase
Astrofísica).
Tras la publicación de los Principios Matemáticos de Isaac Newton (que también desarrolló el
telescopio reflector), se transformó la navegación marítima. A partir de 1670 aproximadamente,
utilizando instrumentos modernos para medir la latitud y la longitud geográficas y los mejores
relojes disponibles, se ubicó cada lugar de la Tierra en un planisferio o mapa, calculando para ello
su latitud y su longitud. La determinación de la latitud fue fácil, pero la determinación de la
longitud fue mucho más delicada, por su acoplamiento con la hora local. Los requerimientos de la
navegación supusieron un empuje para el desarrollo progresivo de observaciones astronómicas e
instrumentos más precisos, constituyendo una base de datos creciente para los científicos.
Ilustración de la teoría del "Big Bang" o primera gran explosión y de la evolución esquemática del
universo desde entonces.
Durante los siglos xviii al xix, se presenta el problema de los tres cuerpos, donde Euler, Clairaut y
D'Alembert llevan predicciones más precisas sobre los movimientos de la luna y los planetas. Este
trabajo es perfeccionado por Lagrange y Laplace, permitiendo estimar las masas de los planetas y
lunas a partir de sus perturbaciones.8
Nueva astronomía
A finales del siglo xix se descubrió que, al descomponer la luz del Sol, se podían observar multitud
de líneas de espectro (regiones en las que había poca o ninguna luz). Experimentos con gases
calientes mostraron que las mismas líneas podían ser observadas en el espectro de los gases,
líneas específicas correspondientes a diferentes elementos químicos. De esta manera se demostró
que los elementos químicos en el Sol (mayoritariamente hidrógeno) podían encontrarse
igualmente en la Tierra. De hecho, el helio fue descubierto primero en el espectro del Sol y solo
más tarde se encontró en la Tierra, de ahí su nombre.
Se descubrió que las estrellas eran objetos muy lejanos y con el espectroscopio se demostró que
eran similares al Sol, pero con una amplia gama de temperaturas, masas y tamaños. La existencia
de la Vía Láctea como un grupo separado de estrellas no se demostró sino hasta el siglo xx, junto
con la existencia de galaxias externas y, poco después, la expansión del universo, observada en el
efecto del corrimiento al rojo. La astronomía moderna también ha descubierto una variedad de
objetos exóticos como los cuásares, púlsares, radiogalaxias, agujeros negros, estrellas de
neutrones, y ha utilizado estas observaciones para desarrollar teorías físicas que describen estos
objetos. La cosmología hizo grandes avances durante el siglo xx, con el modelo del Big Bang
fuertemente apoyado por la evidencia proporcionada por la astronomía y la física, como la
radiación de fondo de microondas, la ley de Hubble y la abundancia cosmológica de los elementos
químicos.
Durante el siglo xx, la espectrometría avanzó, en particular como resultado del nacimiento de la
física cuántica, necesaria para comprender las observaciones astronómicas y experimentales.
Astronomía observacional
El Cinturón de Orión a 1,500 años luz constituido de izquierda a derecha por las estrellas Alnitak,
Alnilam y Mintaka en la Constelación de Orión es la más reconocible del cielo nocturno en todo el
mundo, por lo que también ha sido usada para la orientación. En la esquina inferior izquierda se
puede apreciar la Nebulosa de la Flama y la Nebulosa Cabeza de Caballo entre algunas otras.
Para ubicarse en el cielo, se agruparon las estrellas que se ven desde la Tierra en constelaciones.
Así, continuamente se desarrollan mapas (cilíndricos o cenitales) con su propia nomenclatura
astronómica para localizar las estrellas conocidas y agregar los últimos descubrimientos.9
Sistema altacimutal10, u horizontal que toma como referencias el horizonte celeste y el meridiano
del lugar.
Sistemas horario y ecuatorial, que tienen de referencia el ecuador celeste, pero el primer sistema
adopta como segundo círculo de referencia el meridiano del lugar mientras que el segundo se
refiere al círculo horario (círculo que pasa por los polos celestes).
Sistema eclíptico, que se utiliza normalmente para describir el movimiento de los planetas y
calcular los eclipses; los círculos de referencia son la eclíptica y el círculo de longitud que pasa por
los polos de la eclíptica y el punto γ.
Instrumentos de observación
Con un pequeño telescopio pueden realizarse grandes observaciones. El campo amateur es amplio
y cuenta con muchos seguidores.
Galileo Galilei observó gracias a su telescopio cuatro lunas del planeta Júpiter, un gran
descubrimiento que chocaba diametralmente con los postulados tradicionalistas de la iglesia
católica de la época.
Para observar la bóveda celeste y las constelaciones más conocidas no hará falta ningún
instrumento, para observar cometas o algunas nebulosas solo serán necesarios unos prismáticos,
los grandes planetas se ven a simple vista; pero para observar detalles de los discos de los planetas
del sistema solar o sus satélites mayores bastará con un telescopio simple. Si se quiere observar
con profundidad y exactitud determinadas características de los astros, se requieren instrumentos
que necesitan de la precisión y tecnología de los últimos avances científicos.
Astronomía visible
Artículos principales: Astronomía visible y Telescopio.
Actualmente, el telescopio más grande del mundo se llama Very Large Telescope y se encuentra
en el observatorio Paranal, al norte de Chile. Consiste en cuatro telescopios ópticos reflectores
que se conjugan para realizar observaciones de gran resolución.
El Very Large Array. Como muchos otros telescopios, este es un array interferométrico formado
por muchos radiotelescopios más pequeños.
Estos datos ofrecen información muy importante sobre los astros, su composición química,
temperatura, velocidad en el espacio, movimiento propio, distancia desde la Tierra y pueden
plantear hipótesis sobre su formación, desarrollo estelar y fin.
El análisis desde la Tierra de las radiaciones (infrarrojos, rayos X, rayos gamma, etc.) no solo
resulta obstaculizado por la absorción atmosférica, sino que el problema principal, vigente
también en el vacío, consiste en distinguir la señal recogida del «ruido de fondo», es decir, de la
enorme emisión infrarroja producida por la Tierra o por los propios instrumentos. Cualquier objeto
que no se halle a 0 K (-273,15 °C) emite señales electromagnéticas y, por ello, todo lo que rodea a
los instrumentos produce radiaciones de «fondo». Hasta los propios telescopios irradian señales.
Realizar una termografía de un cuerpo celeste sin medir el calor al que se halla sometido el
instrumento resulta muy difícil: además de utilizar película fotográfica especial, los instrumentos
son sometidos a una refrigeración continua con helio o hidrógeno líquido.
Estas ondas de radio, al ser procesadas ofrecen un espectro analizable del objeto que las emite. La
radioastronomía ha permitido un importante incremento del conocimiento astronómico,
particularmente con el descubrimiento de muchas clases de nuevos objetos, incluyendo los
púlsares (o magnétares), cuásares, las denominadas galaxias activas, radiogalaxias y blázares. Esto
es debido a que la radiación electromagnética permite «ver» cosas que no son posibles de
detectar en la astronomía óptica. Tales objetos representan algunos de los procesos físicos más
extremos y energéticos en el universo.
Este método de observación está en constante desarrollo, ya que queda mucho por avanzar en
esta tecnología.
Astronomía infrarroja
Diferencia entre la luz visible e infrarroja en la Galaxia del Sombrero o Messier 104.
Esta subdivisión tiene su razón de ser en los diferentes fenómenos físicos que son observables en
cada uno de estos rangos, así como en las distintas técnicas de observación y tecnología de
detectores empleados en cada uno de ellos.
Debido a que la radiación infrarroja es menos absorbida o desviada por el polvo cósmico que la
radiación de longitud de onda más corta, se puede observar en infrarrojo regiones que quedan
ocultas por el polvo en luz visible o ultravioleta. Entre las regiones que son más efectivamente
estudiadas en el infrarrojo se cuentan el centro galáctico y las regiones de formación estelar.
Astronomía ultravioleta
Imagen que ofrece una observación ultravioleta de los anillos de Saturno. Esta reveladora imagen
fue obtenida por la sonda Cassini-Huygens.
Astronomía de rayos X
La Galaxia elíptica M87 emite señales electromagnéticas en todos los espectros conocidos.
Se cree que la emisión de rayos x procede de fuentes que contienen materia a elevadísimas
temperaturas, en general en objetos cuyos átomos o electrones tienen una gran energía. El
descubrimiento de la primera fuente de rayos x procedente del espacio en 1962 se convirtió en
una sorpresa. Esa fuente denominada Scorpio X-1 está situada en la constelación de Escorpio en
dirección al centro de la Vía Láctea. Por este descubrimiento Riccardo Giacconi obtuvo el Premio
Nobel de Física en 2002.
El observatorio espacial Swift está específicamente diseñado para percibir señales gamma del
universo y sirve de herramienta para intentar clarificar los fenómenos observados.
Los rayos gamma son radiaciones emitidas por objetos celestes que se encuentran en un proceso
energético extremadamente violento. Algunos astros despiden brotes de rayos gamma o también
llamados BRGs. Se trata de los fenómenos físicos más luminosos del universo produciendo una
gran cantidad de energía en haces breves de rayos que pueden durar desde unos segundos hasta
unas pocas horas. La explicación de estos fenómenos es aún objeto de controversia.
El Observatorio de Rayos Gamma Compton —ya inexistente— fue el segundo de los llamados
grandes observatorios espaciales (detrás del telescopio espacial Hubble) y fue el primer
observatorio a gran escala de estos fenómenos. Ha sido reemplazado recientemente por el satélite
Fermi. El observatorio orbital INTEGRAL observa el cielo en el rango de los rayos gamma blandos o
rayos X duros.
A energías por encima de unas decenas de GeV, los rayos gamma solo se pueden observar desde
el suelo usando los llamados telescopios Cherenkov como MAGIC. A estas energías el universo
también puede estudiarse usando partículas distintas a los fotones, tales como los rayos cósmicos
o los neutrinos. Es el campo conocido como Física de Astropartículas.
Astronomía teórica
Los astrónomos teóricos utilizan una gran variedad de herramientas como modelos matemáticos
analíticos y simulaciones numéricas por computadora. Cada uno tiene sus ventajas. Los modelos
matemáticos analíticos de un proceso por lo general, son mejores porque llegan al corazón del
problema y explican mejor lo que está sucediendo. Los modelos numéricos, pueden revelar la
existencia de fenómenos y efectos que de otra manera no se verían.1213
Los teóricos de la astronomía ponen su esfuerzo en crear modelos teóricos e imaginar las
consecuencias observacionales de estos modelos. Esto ayuda a los observadores a buscar datos
que puedan refutar un modelo o permitan elegir entre varios modelos alternativos o incluso
contradictorios.
Los teóricos, también intentan generar o modificar modelos para conseguir nuevos datos. En el
caso de una inconsistencia, la tendencia general es tratar de hacer modificaciones mínimas al
modelo para que se corresponda con los datos. En algunos casos, una gran cantidad de datos
inconsistentes a través del tiempo puede llevar al abandono total de un modelo.
Los temas estudiados por astrónomos teóricos incluyen: dinámica estelar y evolución estelar;
formación y evolución de las galaxias; origen de los rayos cósmicos; relatividad general y
cosmología física, incluyendo teoría de cuerdas.
Mecánica celeste
La mecánica celeste es la rama de la astronomía y la mecánica que estudia los movimientos de los
cuerpos celestes en virtud de los efectos gravitatorios que ejercen sobre ellos otros cuerpos
masivos.14 Se aplican los principios de la física conocidos como mecánica clásica (ley de
gravitación universal de Isaac Newton).
Estudia el movimiento de dos cuerpos, conocido como problema de Kepler, el movimiento de los
planetas alrededor del Sol, de sus satélites y el cálculo de las órbitas de cometas y asteroides. El
estudio del movimiento de la Luna alrededor de la Tierra fue por su complejidad muy importante
para el desarrollo de la ciencia. El movimiento extraño de Urano, causado por las perturbaciones
de un planeta hasta entonces desconocido, permitió a Le Verrier y Adams descubrir sobre el papel
al planeta Neptuno. El descubrimiento de una pequeña desviación en el avance del perihelio de
Mercurio se atribuyó inicialmente a un planeta cercano al Sol hasta que Einstein la explicó con su
teoría de la relatividad.
Astrofísica
Debido a que la astrofísica es un campo muy amplio, los astrofísicos aplican normalmente muchas
disciplinas de la física, incluyendo la física nuclear (véase Nucleosíntesis estelar), la física
relativísta, la mecánica clásica, el electromagnetismo, la física estadística, la termodinámica, la
mecánica cuántica, la física de partículas, la física atómica y molecular. Además, la astrofísica está
íntimamente vinculada con la cosmología, que es el área que pretende describir el origen del
universo.17
Esta área, junto a la física de partículas, es una de las áreas más estudiadas y más apasionantes del
mundo contemporáneo de la física. Desde que el telescopio espacial Hubble nos brindó detallada
información de los más remotos confines del universo, los físicos pudieron tener una visión más
objetiva de lo que hasta ese momento eran solo teorías.18
En la actualidad, todos o casi todos los astrónomos tienen una sólida formación en física y las
observaciones siempre se ponen en su contexto astrofísico, así que los campos de la astronomía y
astrofísica están frecuentemente enlazados. Tradicionalmente, la astronomía se centra en la
comprensión de los movimientos de los objetos, mientras que la astrofísica busca explicar su
origen, evolución y comportamiento. Actualmente, los términos «astronomía» y «astrofísica» se
suelen usar indistintamente para referirse al estudio del universo.
Posición figurada de los planetas y el Sol en el sistema solar, separados por planetas interiores y
exteriores.
Artículos principales: Sistema solar, El sistema solar y Formación y evolución del sistema solar.
Véase también: Cronología del descubrimiento de los planetas del sistema solar y sus satélites
naturales
El estudio del universo o cosmos y más concretamente del sistema solar ha planteado una serie de
interrogantes y cuestiones, por ejemplo cómo y cuándo se formó el sistema, por qué y cuándo
desaparecerá el Sol, por qué hay diferencias físicas entre los planetas, etc.
Es difícil precisar el origen del sistema solar. Los científicos creen que puede situarse hace unos
4600 millones de años, cuando una inmensa nube de gas y polvo empezó a contraerse
probablemente, debido a la explosión de una supernova cercana. Alcanzada una densidad mínima
ya se autocontrajo a causa de la fuerza de la gravedad y comenzó a girar a gran velocidad, por
conservación de su momento cinético, al igual que cuando una patinadora repliega los brazos
sobre sí misma gira más rápido. La mayor parte de la materia se acumuló en el centro. La presión
era tan elevada que los átomos comenzaron a fusionarse, liberando energía y formando una
estrella. También había muchas colisiones. Millones de objetos se acercaban y se unían o
chocaban con violencia y se partían en trozos. Algunos cuerpos pequeños (planetesimales) iban
aumentando su masa mediante colisiones y al crecer, aumentaban su gravedad y recogían más
materiales con el paso del tiempo (acreción). Los encuentros constructivos predominaron y, en
solo 100 millones de años, adquirió un aspecto semejante al actual. Después cada cuerpo continuó
su propia evolución.
Uno de los fenómenos más desconcertantes e impactantes que se puede observa en la Tierra son
las auroras boreales. Fueron misterio hasta hace poco, pero recientemente han sido explicadas
gracias al estudio de la astronomía del Sol.
El Sol es la estrella que, por el efecto gravitacional de su masa, domina el sistema planetario que
incluye a la Tierra. Es el elemento más importante en nuestro sistema y el objeto más grande, que
contiene aproximadamente el 98 % de la masa total del sistema solar. Mediante la radiación de su
energía electromagnética, aporta directa o indirectamente toda la energía que mantiene la vida en
la Tierra. Saliendo del Sol, y esparciéndose por todo el sistema solar en forma de espiral tenemos
al conocido como viento solar que es un flujo de partículas, fundamentalmente protones y
neutrones. La interacción de estas partículas con los polos magnéticos de los planetas y con la
atmósfera genera las auroras polares boreales o australes. Todas estas partículas y radiaciones son
absorbidas por la atmósfera. La ausencia de auroras durante el mínimo de Maunder se achaca a la
falta de actividad del Sol.
El Sol (todo el sistema solar) gira alrededor del centro de la Vía Láctea, nuestra galaxia. Da una
vuelta cada 225 millones de años. Ahora se mueve hacia la constelación de Hércules a 19 km/s.
Actualmente el Sol se estudia desde satélites, como el Observatorio Heliosférico y Solar (SOHO),
dotados de instrumentos que permiten apreciar aspectos que, hasta ahora, no se habían podido
estudiar. Además de la observación con telescopios convencionales, se utilizan: el coronógrafo,
que analiza la corona solar, el telescopio ultravioleta extremo, capaz de detectar el campo
magnético, y los radiotelescopios, que detectan diversos tipos de radiación que resultan
imperceptibles para el ojo humano.
El Sol es una de las 200 000 millones a 400 000 millones de estrellas de nuestra galaxia. Es una
enana amarilla corriente, que está a 8,5 minutos-luz de la Tierra y es de media edad. Con 1,4
millones de kilómetros de diámetro, contiene el 99,8 por ciento de la masa de nuestro sistema
solar, la cual se consume a un ritmo de 600 millones de toneladas de hidrógeno por segundo,
produciendo 596 millones de toneladas de helio. Convirtiendo así 4 millones de toneladas en
energía según la ecuación E=mc². Además, el Sol es similar a una bomba de hidrógeno por la
colosal fusión nuclear de hidrógeno que mantiene en su núcleo y la gran cantidad de energía que
emite cada segundo. El equilibrio que mantiene su tamaño es la contraposición entre su gravedad
y la expulsión continua de energía. También es una estrella de tercera generación. El protio, el
isótopo de hidrógeno más abundante de la naturaleza, con su núcleo solamente compuesto por
un protón, es además el combustible que alimenta las fusiones nucleares en el corazón de las
estrellas gracias a cuya ingente energía emitida las estrellas brillan incluyendo a nuestro sol.
La parte visible del Sol está a 6000 °C y la corona, más alejada, a 2 000 000 °C. Estudiando al Sol en
el ultravioleta se llegó a la conclusión de que el calentamiento de la corona se debe a la gran
actividad magnética del Sol. Los límites del sistema solar vienen dados por el fin de su influencia o
heliosfera, delimitada por un área denominada Frente de choque de terminación o Heliopausa.
El estudio del Sol se inicia con Galileo Galilei de quien se dice que se quedó ciego por observar los
eclipses. Hace más de cien años se descubre la espectroscopia que permite descomponer la luz en
sus longitudes de onda, gracias a esto se puede conocer la composición química, densidad,
temperatura, situación los gases de su superficie, etc. En los años 50 ya se conocía la física básica
del Sol, es decir, su composición gaseosa, la temperatura elevada de la corona, la importancia de
los campos magnéticos en la actividad solar y su ciclo magnético de 22 años.
Las primeras mediciones de la radiación solar se hicieron desde globos hace un siglo y después
fueron aviones y dirigibles para mejorar las mediciones con aparatos radioastronómicos. En 1914,
C. Abbot envió un globo para medir la constante solar (cantidad de radiación proveniente del sol
por centímetro cuadrado por segundo). En 1946 el cohete V-2 militar ascendió a 55 km con un
espectrógrafo solar a bordo; este fotografió al Sol en longitudes de onda ultravioletas. En 1948
(diez años antes de la fundación de la NASA) ya se fotografió al Sol en rayos X. Algunos cohetes
fotografiaron ráfagas solares en 1956 en un pico de actividad solar.
En 1960 se lanza la primera sonda solar denominada Solrad. Esta sonda monitoreó al sol en rayos x
y ultravioletas, en una longitud de onda muy interesante que muestra las emisiones de hidrógeno;
este rango de longitud de onda se conoce como línea Lyman α. Posteriormente se lanzaron ocho
observatorios solares denominados OSO. El OSO 1 fue lanzado en 1962. Los OSO apuntaron
constantemente hacia el Sol durante 17 años y con ellos se experimentaron nuevas técnicas de
transmisión fotográfica a la Tierra.
El mayor observatorio solar ha sido el Skylab. Estuvo en órbita durante nueve meses en 1973 y
principios de 1974. Observó al Sol en rayos g, X, ultravioleta y visible, y obtuvo la mayor cantidad
de datos (y los mejor organizados) que hayamos logrado jamás para un objeto celeste.
En 1974 y 1976 las sondas Helios A y B se acercaron mucho al Sol para medir las condiciones del
viento solar. No llevaron cámaras.19
En 1980 se lanzó la sonda Solar Max, para estudiar al Sol en un pico de actividad. Tuvo una avería y
los astronautas del Columbia realizaron una complicada reparación.
Manchas solares
George Ellery Hale descubrió en 1908 que las manchas solares (áreas más frías de la fotosfera)
presentan campos magnéticos fuertes. Estas manchas solares se suelen dar en parejas, con las dos
manchas con campos magnéticos que señalan sentidos opuestos. El ciclo de las manchas solares,
en el que la cantidad de manchas solares varía de menos a más y vuelve a disminuir al cabo de
unos 11 años, se conoce desde principios del siglo xviii. Sin embargo, el complejo modelo
magnético asociado con el ciclo solar solo se comprobó tras el descubrimiento del campo
magnético del Sol.
El fin del Sol: ¿el fin de la vida humana?
En el núcleo del Sol hay hidrógeno suficiente para durar otros 4500 millones de años, es decir, se
calcula que está en plenitud, en la mitad de su vida. Tal como se desprende de la observación de
otros astros parecidos, cuando se gaste este hidrógeno combustible, el Sol cambiará: según se
vayan expandiendo las capas exteriores hasta el tamaño actual de la órbita de la Tierra, el Sol se
convertirá en una gigante roja, algo más fría que hoy, pero 10 000 veces más brillante a causa de
su enorme tamaño. Sin embargo, la Tierra no se consumirá porque se moverá en espiral hacia
afuera, como consecuencia de la pérdida de masa del Sol. El Sol seguirá siendo una gigante roja,
con reacciones nucleares de combustión de helio en el centro, durante solo 500 millones de años.
No tiene suficiente masa para atravesar sucesivos ciclos de combustión nuclear o un cataclismo en
forma de explosión, como les ocurre a algunas estrellas. Después de la etapa de gigante roja, se
encogerá hasta ser una enana blanca, aproximadamente del tamaño de la Tierra, y se enfriará
poco a poco durante varios millones de años.
Astronomía lunar: el cráter mayor es el Dédalo, fotografiado por la tripulación del Apolo 11
mientras orbitaba la Luna en 1969. Ubicado cerca del centro de la cara oculta de la luna, tiene un
diámetro de alrededor de 93 kilómetros.
Vista que presentó el cometa McNaught a su paso próximo a la Tierra en enero de 2007.
Una de las cosas más fáciles de observar desde la Tierra y con un telescopio simple son los objetos
de nuestro propio sistema solar y sus fenómenos, que están muy cerca en comparación de
estrellas y galaxias. De ahí que el aficionado siempre tenga a estos objetos en sus preferencias de
observación.
Los eclipses y los tránsitos astronómicos han ayudado a medir las dimensiones del sistema solar.
Los llamados planetas terrestres presentan similitudes con la Tierra, aumentando su habitabilidad
planetaria, es decir, su potencial posibilidad habitable para los seres vivos. Así se delimita la
ecósfera, un área del sistema solar que es propicia para la vida.
Más lejos de Neptuno encontramos otros planetoides como por ejemplo el hasta hace poco
considerado planeta Plutón, la morfología y naturaleza de este planeta menor llevó a los
astrónomos a cambiarlo de categoría en la llamada redefinición de planeta de 2006 aunque posea
un satélite compañero, Caronte. Estos planetas enanos, por su tamaño no pueden ser
considerados planetas como tales, pero presentan similitudes con estos, siendo más grandes que
los asteroides. Algunos son: Eris, Sedna o 1998 WW31, este último singularmente binario y de los
denominados cubewanos. A todo este compendio de planetoides se les denomina coloquialmente
objetos o planetas transneptunianos.20 También existen hipótesis sobre un planeta X que vendría
a explicar algunas incógnitas, como la ley de Titius-Bode o la concentración de objetos celestes en
el acantilado de Kuiper.
Entre los planetas Marte y Júpiter encontramos una concentración inusual de asteroides
conformando una órbita alrededor del sol denominada cinturón de asteroides.
En el sistema solar también existe una amplísima red de partículas, meteoroides de diverso
tamaño y naturaleza, y polvo que en mayor o menor medida se hallan sometidos al influjo del
efecto Poynting-Robertson que los hace derivar irremediablemente hacia el Sol.
El campo gravitatorio del Sol es el responsable de que los planetas giren en torno a este. El influjo
de los campos gravitatorios de las estrellas dentro de una galaxia se denomina marea galáctica.
Tal como demostró Einstein en su obra Relatividad general, la gravedad deforma la geometría del
espacio-tiempo, es decir, la masa gravitacional de los cuerpos celestes deforma el espacio, que se
curva. Este efecto provoca distorsiones en las observaciones del cielo por efecto de los campos
gravitatorios, haciendo que se observen juntas galaxias que están muy lejos unas de otras. Esto es
debido a que existe materia que no podemos ver que altera la gravedad. A estas masas se las
denominó materia oscura.
Encontrar materia oscura no es fácil, ya que no brilla ni refleja la luz, así que los astrónomos se
apoyan en la gravedad, que puede curvar la luz de estrellas distantes cuando hay suficiente masa
presente, muy parecido a cómo una lente distorsiona una imagen tras ella, de ahí el término lente
gravitacional o anillo de Einstein. Gracias a las leyes de la física, conocer cuánta luz se curva dice a
los astrónomos cuánta masa hay. Cartografiando las huellas de la gravedad, se pueden crear
imágenes de cómo está distribuida la materia oscura en un determinado lugar del espacio. A veces
se presentan anomalías gravitatorias que impiden realizar estos estudios con exactitud, como las
ondas gravitacionales provocadas por objetos masivos muy acelerados.
Los agujeros negros son singularidades de alta concentración de masa que curva el espacio,
cuando estas acumulaciones masivas son producidas por estrellas le les denomina agujero negro
estelar; esta curva espacial es tan pronunciada que todo lo que se acerca a su perímetro es
absorbido por este, incluso la luz (de ahí el nombre). El agujero negro Q0906+6930 es uno de los
más masivos de los observados. Varios modelos teóricos, como por ejemplo el agujero negro de
Schwarzschild, aportan soluciones a los planteamientos de Einstein.
La astronomía cercana abarca la exploración de nuestra galaxia, por tanto comprende también la
exploración del Sistema Solar. No obstante, el estudio de las estrellas determina si estas
pertenecen o no a nuestra galaxia. El estudio de su clasificación estelar determinará, entre otras
variables, si el objeto celeste estudiado es «cercano» o «lejano».
Tal como hemos visto hasta ahora, en el Sistema Solar encontramos diversos objetos (v. El Sistema
Solar desde la astronomía) y nuestro sistema solar forma parte de una galaxia que es la Vía Láctea.
Nuestra galaxia se compone de miles de millones de objetos celestes que giran en espiral desde un
centro muy denso donde se mezclan varios tipos de estrellas, otros sistemas solares, nubes
interestelares o nebulosas, etc. y encontramos objetos como IK Pegasi, Tau Ceti o Gliese 581 que
son soles cada uno con determinadas propiedades diferentes.
La estrella más cercana a nuestro sistema solar es Próxima Centauri que se encuentra a 4,2 años
luz. Esto significa que la luz procedente de dicha estrella tarda 4,2 años en llegar a ser percibida en
La Tierra desde que es emitida.
Estos soles o estrellas forman parte de numerosas constelaciones que son formadas por estrellas
fijas aunque la diferencia de sus velocidades de deriva dentro de nuestra galaxia les haga variar sus
posiciones levemente a lo largo del tiempo, por ejemplo la Estrella Polar. Estas estrellas fijas
pueden ser o no de nuestra galaxia.
La astronomía lejana comprende el estudio de los objetos visibles fuera de nuestra galaxia, donde
encontramos otras galaxias que contienen, como la nuestra, miles de millones de estrellas a su
vez. Las galaxias pueden no ser visibles dependiendo de si su centro de gravedad absorbe la
materia (v. agujero negro), son demasiado pequeñas o simplemente son galaxias oscuras cuya
materia no tiene luminosidad. Las galaxias a su vez derivan alejándose unas de otras cada vez más,
lo que apoya la hipótesis de que nuestro universo actualmente se expande.
Las galaxias más cercanas a la nuestra (aproximadamente 30) son denominadas el grupo local.
Entre estas galaxias se encuentran algunas muy grandes como Andrómeda, nuestra Vía Láctea y la
galaxia del Triángulo.
Cada galaxia tiene propiedades diferentes, predomino de diferentes elementos químicos y formas
(espirales, elípticas, irregulares, anulares, lenticulares, en forma de remolino, o incluso con forma
espiral barrada entre otras más sofisticadas como cigarros, girasoles, sombreros, etc.).
Cosmología
La cosmología en rasgos generales estudia la historia del universo desde su nacimiento. Hay
numerosos campos de estudio de esta rama de la astronomía. Varias investigaciones conforman la
cosmología actual, con sus postulados, hipótesis e incógnitas.
La cosmología física comprende el estudio del origen, la evolución y el destino del universo
utilizando los modelos terrenos de la física. La cosmología física se desarrolló como ciencia durante
la primera mitad del siglo xx como consecuencia de diversos acontecimientos y descubrimientos
encadenados durante dicho período.
Principio cosmológico
Constante cosmológica
Artículos principales: Formación estelar, Formación y evolución de las galaxias y Evolución estelar.
Astronomía estelar, Evolución estelar: La nebulosa de hormiga (Mz3). La expulsión de gas de una
estrella moribunda en el centro muestra patrones simétricos diferentes de los patrones caóticos
esperados de una explosión ordinaria.
Corrimiento al rojo
Fuerzas fundamentales
Astronáutica
Asistencia gravitatoria
Expediciones espaciales
Hipótesis destacadas
Hipótesis Némesis
Colonización de Mercurio
Ambiplasma
Inflación cósmica
Apéndices
A lo largo de la historia de toda la humanidad ha habido diferentes puntos de vista con respecto a
la forma, conformación, comportamiento y movimiento de la Tierra, hasta llegar al punto en el
que vivimos hoy en día. Actualmente hay una serie de teorías que han sido comprobadas
científicamente y por lo tanto fueron aceptadas por los científicos de todo el mundo. Pero para
llegar hasta este punto, tuvo que pasar mucho tiempo, durante el cual coexistieron varias teorías
diferentes, unas más aceptadas que otras. A continuación se mencionan algunas de las
aportaciones más sobresalientes realizadas a la Astronomía.
Illustrerad Verldshistoria band I Ill 107.jpg Tales de Mileto ca. siglo vii a. C. Teorizó que la
Tierra era una esfera cubierta por una superficie redonda que giraba alrededor de esta (así
explicaba la noche) y que tenía algunos agujeros por los cuales se observaba, aún en la oscuridad
nocturna, un poco de la luz exterior a la tierra; la que él llamo «fuego eterno».
Discípulos de Pitágoras ca. siglo v a. C. • Sostuvieron que el planeta era esférico y que se movía
en el espacio.
• Tenían evidencia de nueve movimientos circulares; los de las estrellas fijas, los de los 5 planetas,
los de la Tierra, la Luna y el Sol.
Head Platon Glyptothek Munich 548.jpg Platón 427-347 a. C. • Dedujo que la Tierra era
redonda basándose en la sombra de esta sobre la Luna durante un eclipse lunar.
Posidonio de Apamea 135-31 a. C. • Observó que las mareas se relacionaban con las fases de
la Luna.
PSM V78 D326 Ptolemy.png Claudio Ptolomeo Año 140 • Elaboró una
enciclopedia astronómica llamada Almagesto.
• La segunda ley de Kepler en la cual afirma que los planetas se mueven más rápidamente cuando
se acercan al Sol que cuando están en los extremos de las órbitas.
• En la tercera ley de Kepler establece que los cuadrados de los tiempos que tardan los planetas
en recorrer su órbita son proporcionales al cubo de su distancia media al Sol.
Portrait of Sir Isaac Newton, 1689.jpg Isaac Newton 1642-1727 • Estableció la ley de la
Gravitación Universal: «Las fuerzas que mantienen a los planetas en sus órbitas deben ser
recíprocas a los cuadrados de sus distancias a los centros respecto a los cuales gira».
• Probó que el Sol con su séquito de planetas viaja hacia la constelación del Cisne.
Hipatia
Gerard Kuiper
Edwin Hubble
Milton Humason
Harlow Shapley
Alexander Friedmann
Vesto Slipher
George Gamow
Vera Rubin
Astronomía de posición. Tiene por objeto situar en la esfera celeste la posición de los astros
midiendo determinados ángulos respecto a unos planos fundamentales, utilizando para ello
diferentes sistemas de coordenadas astronómicas. Es la rama más antigua de esta ciencia.
Describe el movimiento de los astros, planetas, satélites y fenómenos como los eclipses y tránsitos
de los planetas por el disco del Sol. También estudia el movimiento diurno y el movimiento anual
del Sol y las estrellas. Incluye la descripción de cada uno de los planetas, asteroides y satélites del
Sistema Solar. Son tareas fundamentales de la misma la determinación de la hora y la
determinación para la navegación de las coordenadas geográficas.
Mecánica celeste. Tiene por objeto interpretar los movimientos de la astronomía de posición, en
el ámbito de la parte de la física conocida como mecánica, generalmente la newtoniana (Ley de la
Gravitación Universal de Isaac Newton). Estudia el movimiento de los planetas alrededor del Sol,
de sus satélites, el cálculo de las órbitas de cometas y asteroides. El estudio del movimiento de la
Luna alrededor de la Tierra fue por su complejidad muy importante para el desarrollo de la ciencia.
El movimiento extraño de Urano, causado por las perturbaciones de un planeta hasta entonces
desconocido, permitió a Le Verrier y Adams descubrir sobre el papel al planeta Neptuno. El
descubrimiento de una pequeña desviación en el avance del perihelio de Mercurio se atribuyó
inicialmente a un planeta cercano al Sol hasta que Einstein la explicó con su Teoría de la
Relatividad.
Astrofísica. Es una parte moderna de la astronomía que estudia los astros como cuerpos de la
física estudiando su composición, estructura y evolución. Solo fue posible su inicio en el siglo xix
cuando gracias a los espectros se pudo averiguar la composición física de las estrellas. Las ramas
de la física implicadas en el estudio son la física nuclear (generación de la energía en el interior de
las estrellas) y la física de la relatividad. A densidades elevadas el plasma se transforma en materia
degenerada; esto lleva a algunas de sus partículas a adquirir altas velocidades que deberán estar
limitadas por la velocidad de la luz, lo cual afectará a sus condiciones de degeneración. Asimismo,
en las cercanías de los objetos muy masivos, estrellas de neutrones o agujeros negros, la materia
que cae se acelera a velocidades relativistas emitiendo radiación intensa y formando potentes
chorros de materia.
Astronomía extragaláctica: lente gravitacional. Esta imagen muestra varios objetos azules con
forma de anillo, los cuales son imágenes múltiples de la misma galaxia, duplicados por el efecto de
lente gravitacional del grupo de galaxias amarillas en el centro de la fotografía. La lente es
producida por el campo gravitacional del grupo que curva la luz aumentando y distorsionando la
imagen de objetos más distantes.
Astrofísica. Estudio de la física del universo, incluyendo las propiedades de objetos astronómicos
(luminosidad, densidad, temperatura, composición química).
Evolución estelar. Estudio de la evolución de las estrellas desde su formación hasta su muerte
como un despojo estelar.
Formación estelar. Estudio de las condiciones y procesos que llevan a la formación de estrellas en
el interior de nubes de gas.
Ciencias planetarias. Estudio de los planetas del Sistema Solar y de los planetas extrasolares.
Arqueoastronomía
Astroquímica
Astrodinámica
Astronáutica
Astronomía óptica, cuando la observación utiliza exclusivamente la luz en las longitudes de onda
que pueden ser detectadas por el ojo humano, o muy cerca de ellas (alrededor de 400-800 nm). Es
la rama más antigua.
Radioastronomía. Para la observación utiliza radiación con longitudes de onda de mm a cm, similar
a la usada en radiodifusión. La astronomía óptica y de radio puede realizarse usando observatorios
terrestres porque la atmósfera es transparente en esas longitudes de onda.
Astronomía infrarroja. Utiliza detectores de luz infrarroja (longitudes de onda más largas que la
correspondiente al rojo). La luz infrarroja es fácilmente absorbida por el vapor de agua, así que los
observatorios de infrarrojos deben establecerse en lugares altos y secos.
NASA
ESA
Sociedad Planetaria
SpaceX
Véase también
Anexo:Cronología de la astronomía
Astrobiología
Astrodinámica
Astronáutica
Astrónomo
Astronomía amateur
Astronomía estelar
Astronomía extragaláctica
Astronomía galáctica
Astronomía ultravioleta
Cielo nocturno
Cosmología
Estrella
Formación estelar
Galaxia
Gran Historia
Historia de la astronomía
Instrumentos astronómicos
Telescopio
Observatorio
Observatorio espacial
Nebulosa
Objeto astronómico
Planetario
Simbología astronómica
Sistema Solar
Universo
Referencias
1). de Echegaray, Don Eduardo (1887). Faquineto, José María, ed. Diccionario general etimológico
de la lengua española (Resurso en línea). Tomo I. Madrid: Faquineto. p. 520. Consultado el 31 de
enero de 2017. 2). Anders, Valentín et ál. (Sin fecha). «Etimología de astronomía». Consultado el
31 de enero de 2017.
1). de Echegaray, Don Eduardo (1887). Faquineto, José María, ed. Diccionario general etimológico
de la lengua española (Resurso en línea). Tomo I. Madrid: Faquineto. p. 520. Consultado el 31 de
enero de 2017. 2). «astro-». Ediciones Universidad de Salamanca. Sin fecha. Archivado desde el
original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 11 de noviembre de 2014. 3). Anders, Valentín et ál.
(Sin fecha). «Etimología de astronomía». Consultado el 31 de enero de 2017.
1). de Echegaray, Don Eduardo (1887). Faquineto, José María, ed. Diccionario general etimológico
de la lengua española (Resurso en línea). Tomo I. Madrid: Faquineto. p. 520. Consultado el 31 de
enero de 2017. 2). «-nomíā». Ediciones Universidad de Salamanca. Sin fecha. Archivado desde el
original el 3 de agosto de 2016. Consultado el 31 de enero de 2017. 3). Anders, Valentín et ál. (Sin
fecha). «Etimología de astronomía». Consultado el 31 de enero de 2017.
de Echegaray, Don Eduardo (1887). Faquineto, José María, ed. Diccionario general etimológico de
la lengua española (Resurso en línea). Tomo I. Madrid: Faquineto. p. 520. Consultado el 31 de
enero de 2017.
H. Roth, A Slowly Contracting or Expanding Fluid Sphere and its Stability, Phys. Rev. (39, p;525–
529, 1932)
«Sondas Helios».
«Objetos transneptunianos».
Bibliografía
El cometa Halley, José Luis Comellas y Manuel Cruz. Aula Abierta Salvat, Salvat Editores (1985).
El nuevo Sistema Solar, varios autores. Libros de "Investigación y Ciencia". Editorial Prensa
Científica (1982).
Guía de las Estrellas y los Planetas, Patrick Moore. Ediciones Folio (1982).
Sol, lunas y planetas. Erhard Keppler. (Ed. Salvat Editores, Biblioteca Científica Salvat, 1986).
Un viaje al Cosmos en 52 semanas, Antxón Alberdi y Silbia López de Lacalle. CSIC (2007). [2].
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