Tesis Hi en Nicaragua
Tesis Hi en Nicaragua
Tesis Hi en Nicaragua
UNIVERSITÀ
GREGORIANA
ROMA 2019
Introducción
En el istmo nicaragüense, afirmaba el poeta e historiador José Coronel Urtecho, el intento
de escribir las diversas dimensiones de “la historia de nuestra historia” 1 es sin duda una tarea muy
difícil del que no creo puedan esperarse mayores resultados en nuestras circunstancias, más no por
eso deja de ser necesario 2. A fin de esbozar en un principio el alcance de esta investigación, nos
planteamos deslindar e interpretar éstas interrogantes: ¿Cómo delinear el comportamiento y las
particularidades de las doctrinas de la Iglesia católica en la Nicaragua de la segunda mitad del
siglo XX en relación con los condicionamientos socio-políticos? Y, en consecuencia, ¿la Iglesia ha
servido a las mayorías del país desde su misión -convicción profética y portadora de una
1
Es difícil ofrece una Historia de la Iglesia en Nicaragua de la segunda mitad del siglo XX sin lagunas o con una
probable interpretación objetiva. De hecho, requerimos una-historia-de-la-vida-del-pueblo que no sea ni
excéntricamente curiosa ni tendenciosa, menos celosamente calumniosa o condenatoria sin más, sino que ayude
comprender o conocer siquiera algún aspecto de su devenir, evitando todo encogimiento o mutilamientos
imperdonables. Encontramos una deficiente y fragmentada conservación de documentos y unas facilidades
bibliotecarias deplorables. Es, en efecto, un ambiente de investigación sin incentivos. Pero, a pesar del desconsolador
horizonte historiográfico, Confróntese sobre todo las siguientes referencias: Las Crónicas de Antonio DE HERRERA y
TARDENCILLA, Década III; también la del cronista G. FERNÁNDEZ De OVIEDO y VALDÉS, Historia General y Natural
de las Indias, IV, Editorial Atlas, Madrid 1959; la misma obra en Cronistas de Indias, III, Managua 1972 (obra de
valor antropológico pero halagadora de conquistadores); la de Fray B. DE LAS CASAS, Historia de las Indias, I-II-III,
Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires 1951 (escrita entre 1527-1564 desde una visión pastoralista
mezclada con un idealismo literario); Brevísima relación de la destrucción de Indias, Madrid 1985. La obra de H.H.
BANCROFT, History of Centro América, California, Universidad de Berkeley, 1890; a T. AYÓN, Historia de
Nicaragua, Fondo de promoción cultural-Banco Nicaragüense, Santa fe de Bogotá 1993 (que sólo alcanza a narrar
hasta 1852 y sin hechos significativos de la independencia); además la de Fray F. XIMÉNEZ, Historia de la Provincia
de San Vicente de Chiapas y Guatemala, I, Guatemala 1929; J.D. GÁMEZ, Historia Moderna de Nicaragua, Madrid
1955 [otra edición es de Managua 1975]; Archivos históricos de la República de Nicaragua, Managua 1896.
Anotamos el trabajo del autodidacta progresista S. SALVATIERRA, Contribución a la historia de Centroamérica, I-II,
Managua 1939; la visión conservadora de P.J. CHAMORRO ZELAYA, Historia de la Federación de América Central,
1823-1840, Ediciones Cultura Hispánica, Madrid 1950 (otra edición en Managua 1951); digna de mención es el libro
del cronista italiano G. BENZONI, La Historia del Nuevo Mundo, Caracas 1967 (incorpora la primera crítica a los
conquistadores desde la visión de los vencidos, con don Gonzalo, un cacique-sacerdote-astrólogo, Nicarao de 70
años). Añadimos el libro de A. ARGÜELLO, Historia de León Viejo, Editorial Antorcha, León 1969; además, la
Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano 56, 73, 126, 152, 182, Managua 1960ss; A. VEGA,
Documentos para la Historia de Nicaragua, I-XV, Madrid 1954-1956; J.E. ARELLANO, Breve historia de la Iglesia
en Nicaragua (1523-1979), Editorial Manolo Morales, Managua 1986; ID., Historia general de la Iglesia en América
Latina, VI, América Central, E. DUSSEL (ed.), Ediciones Sígueme, Salamanca 1985, 494-524; el estudio de 1998 que
expone y discute por primera vez el pensamiento de autores nacionales en P. KRAUDY, Historia social de las ideas en
Nicaragua. El pensamiento de la conquista, Banco Central de Nicaragua, Managua 2001, hasta la excelsa obra del
licenciado E. ZÚÑIGA, Historia Eclesiástica de Nicaragua, I-II, 2da edición, Hispamer, Managua 2011. Finalmente,
R.L WOODWARD, «Bibliografía anotada de la Iglesia en Nicaragua» en Revista de la Academia 66 (2008) IV 153-160.
Para el Vicariato (actualmente Diócesis de Bluefields y Siuna, 2018), véase el trabajo de G. SMUTKO, La Iglesia
Católica en la costa del Caribe de Nicaragua y la presencia capuchina entre los miskitos, 1915-1995.
2
Cf J. CORONEL URTECHO, «Libros y documentos para la historia de Nicaragua», en Revista Conservadora del
Pensamiento Centroamericano, Managua 1966/2, 73. Empero, según el chileno Eduardo Devés Valdés, refutando al
mismo Coronel Urtecho, reconoce en los contenidos de la producción literaria de intelectuales nicaragüenses varios
aportes de carácter nacional y plenos de seriedad y profundidad en los contenidos de la producción literaria de
intelectuales nicaragüenses. Cf E. DEVÉS VALDÉS - L. LOBATO BLANCO, Nicaragua, Ideas. Siglo XX, Lom
Ediciones, Santiago de Chile 2005, 186. Cf J.E. ARELLANO, Pensadores de Nicaragua, Managua 2018, 10s.
2
cosmovisión religiosa ortodoxa frente al ejercicio del poder elitista, o bien, ha sido instrumento de
gobernantes? ¿Con qué símbolos colectivos interactuaron, los hombres de Iglesia, en el
habitualmente convulso sistema social nicaragüense? Diversos estudios y la consultación de
fuentes atendibles, nos autorizaran a formular algunas hipótesis conclusivas (debatibles) sobre
estas materias. En efecto, elegimos estudiar este periodo contemporáneo (1968-1985) porque es a
partir de esta fecha que la Iglesia, rompiendo alianzas tradicionales con el poder establecido,
empieza frontalmente a ejercer su ministerio profético ante los totalitarismos que imperarán en la
segunda mitad del siglo XX nicaragüense, y no como producto exclusivo de pequeñas
Comunidades Eclesiales de Base, CEB, aquellas donde se cobijaban distintos grupos que
confesaban su fe católica y su adhesión al régimen revolucionario. Además, la duda, creadora del
etiquetismo que contrasta históricamente a la sociedad en una bipolaridad irreconciliable, juega un
papel distorsionante en la historia de Nicaragua. Sin duda, la Iglesia nicaragüense vive entre los
polémicos binomios: malos-buenos; liberales-conservadores; izquierda-derecha; eclesiástico-
anticlerical, o bien, en el mal llamado católico tradicional-católico progresista; entre sandinistas-
somocistas, igualmente entre revolucionario-contrarrevolucionario, resultando los elementos
claves de su trama. No obstante, en el incorregible individualismo del “nica”, diferentes
personajes han vivido exóticas metamorfosis.
Por otro lado, con Michel De Certeau, observaremos la discontinuidad ciencia y real en la
historia del sistema social nicaragüense que posee claramente una continuidad de fondo.
Deseamos en este trabajo aportar reflexiones sobre el aumento de conflicto en su complejidad
actual (el “presente” nacional con necesidad de grandes cambios estructurales socio-políticos),
sabiendo que es el presente lo que suscita angustia, y no nuestro pasado3. Como decía Benigno,
nuestra cultura-histórica, debe ser liberada del gris esquematismo de las incompletas proyecciones
historiográficas4. En la historiografía nicaragüense, también, no se deja esperar una laical
diversificación. La de la primera mitad del siglo XX, estaba inmersa en la unilateralidad de la
política constantemente sectaria y personalista, en tanto aquella de la segunda mitad, intentará ser
más científica y crítica de los fenómenos socio-eclesiales (Carta de Salvatierra a Chamorro
Zelaya, 2 octubre 1933). Casi todo está por hacerse. En esta dirección, y como antecedentes
3
Remitimos a los trabajos de M. DE CERTEAU, «El hacer de la historia» e «Historia y estructura» en Historia y
Psicoanálisis. Entre la ciencia y la ficción, L. GIARD (ed.), Universidad Iberoamericana, México 2003; ID., La
Escritura de la Historia, Universidad Iberoamericana, México 2006.
4
Cf F. BENIGNO, «Specchi della rivoluzione. Conflitto e identità politica nell'Europa moderna», in G. CHITTOLINI, Un
paese lontano, Franco Angeli, Milano 2003, 309.
3
irrenunciables para nuestro objetivo, deseamos atender e interpretar la documentación disponible
con el fin de ofrecer una reconstrucción íntegra y serena partiendo de la fundación de la Provincia
de Nicaragua (siglo XVI) hasta introducirnos a nuestro período. Concretamente, siguiendo el
perfil de la idiosincrasia nacional trazado en 1959 por Pablo Antonio Cuadra (PAC, 1912-2002),
nuestro presupuesto es que partimos de una idea central: la intensa fusión indo-hispana o proceso
de mestizaje como clave para definir y comprender nuestra identidad cultural y, por ende, nuestras
acciones colectivas y eclesiales a lo largo de nuestros continuos y variables “comienzos”5. En esta
línea, como arrojará el análisis comparativo de las fuentes y estudios, por lo general, el
nicaragüense, triunfa personalmente, pero, en las empresas sociales ̶ observa Cuadra ̶ no damos
todavía un buen ejemplo de coordinación ni de disciplina. Somos díscolos. Cada quién es una
república6.
De hecho, la evangelización en Nicaragua, ya con un clero constituido mayoritariamente
por nativo, se desarrolla en medio de una Iglesia marcada por las conclusiones del concilio
Vaticano II (1962-1965) y las celebraciones de las Conferencias Generales del Episcopado
Latinoamericano (CELAM) como la Segunda en Medellín (1968) y la Tercera en Puebla (1978).
Cobra un significado singular aquí las manifestaciones directas o de palabras de la jerarquía
eclesiástica y de los laicos en la irreversibilidad de las revoluciones ante la dominación injusta del
régimen militar y dinástico de los Somoza y la singularidad nicaragüense de los brotes
comunitarios del pensamiento teológico nacido de las entrañas del subcontinente. Debatiremos
como la Iglesia ha luchado en reiteradas ocasiones (también internamente) para des
instrumentalizar la participación de los hombres de fe en la política criolla que ha vivido y ha
heredado, por generaciones, la corrupción, el afán de dinero, la mentira y de la inmediatez.
A continuación, daremos parte, como apunta Reinhart Koselleck, a textos sobre políticos,
opiniones de filósofos, teólogos y poetas, pero también escritos desconocidos, refranes y
enciclopedias [...] y, no precisamente en último lugar, también de historiadores 7. No obstante,
somos conscientes del difícil tratamiento de las fuentes, por el carácter inacabado de las
problemáticas que abordan; desde esta perspectiva, sabemos que existe una relación dinámica
entre historia, memoria y pertinencia acerca de los temas que afectan el presente8. Y como escribe
en el prólogo de su Historia Eclesiástica de Nicaragua, mi profesor de historia en el seminario, el
5
Cf P.A. CUADRA, «Apuntes sobre el nicaragüense» en Revista Conservadora 14 (1961) 23-37.
6
Cf J.E. ARELLANO, Pensadores, 168.
7
Cf R. KOSELLECK, El futuro pasado, Paidós, Barcelona 1993, 13. En Nicaragua, gran parte de los que escriben
historia, no son historiadores “profesionales”.
4
Licenciado Edgard Zúñiga: «No es para mí agradable escribir acontecimientos donde se
involucraban personas [del ámbito eclesial o de la política criolla] algunas de ellas muy estimadas
[y] donde hubo comportamiento condenable de manera absoluta»9, pues somos conscientes que un
estudiante de cursos de historia puede ser cualquier cosa menos un mentiroso. Incluso
intentaremos hacer comprensible, porque no podemos olvidar, a sacerdotes católicos levantando el
puño en alto, apoyando con gestos a las minorías vociferantes contra el papa san Juan Pablo II en
una plaza de Managua, y las continuas interrupciones de la eucaristía en la primera venida [del
papa Wojtyla] al país en 1983. En contraste con lo acaecido en la década de los ochenta, a
comienzos del siglo XIX ya lo achacó el poeta teosófico Manuel Maldonado acusando al clero
que: «cuando pacta con el poder es la gente más sutil y eficaz para anular las vibrantes energías de
un pueblo»10. Así mismo, constataremos la perspectiva de la Iglesia y la prospectiva de la
sociedad nicaragüense, con las palabras de Coronel Urtecho: «nada desilusiona más que la
revolución porque en nada se pone tantas esperanzas» 11, ya que, según PAC, «en vez de
cristianizar al marxismo, los teólogos de la liberación habían marxistizado el cristianismo
[cumpliéndose aquello de que], lo peor de una tiranía no es el tirano, que trata de ser más, sino los
serviles, que tratan de ser menos»12. Pero, igual que nuestro profesor, declaramos: “había que
decirlo para que constase a las futuras generaciones y a los siglos por venir”, pues, como dijo
Mario Cajina Vega del hombre de prensa, P.J Chamorro Zelaya, «cada día estamos sólo pensando
en nuestros amores hora por hora: la familia, la historia y Nicaragua»13.
Por último, en cuanto a la temática, contamos con tres capítulos y unas reflexiones
conclusivas. Los tres títulos de los capítulos no tienen el cometido de indicar una estricta
secuencia de nuestra línea de pensamiento. El drama de la sátira bailó desde los primeros días de
la era colonial en Nicaragua como lo recoge El Güegüense14. Sin condenar al ibérico ni mucho
8
M. FRANCO ̶ F. LEVÍN, «El pasado cercano en clave historiográfica», en Historia reciente. Perspectivas y desafíos
para un campo en construcción, Paidós, Buenos Aires 2007, 31-66.
9
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 21.
10
Uno de sus aforismos, en M. MALDONADO, Lux et tenebris. El doctor Manuel Maldonado ante el cadáver del doctor
José Leonard, 14 abril 1908, Tipografía Nacional, Managua 1917.
11
J. CORONEL URTECHO, «Anotaciones», en El Pez y la Serpiente 17 (1976) 81-117.
12
P.A. CUADRA, El hombre. Un dios en el exilio, P. SOLÍS (ed.), Fundación Internacional Rubén Darío, Managua
1991.
13
M. CAJINA VEGA, «Buen, don Pedrito. Estampas de antes», en La Prensa, 14 diciembre 1982; ID., Pensadores, 141.
14
Güegüezin” (del náhuatl "huehue", es decir, "viejo" o "sabio"). Puede comprenderse el sistema social de los siglos
XVI-XIX, desde esta obra literaria. El “Güegüense” (un anónimo recogido en un manuscrito del doctor Karl Berendt,
quizá originalmente escrita en mangue, ¿1825?), deja entrever la razón del comportamiento “nica” y/o sintetiza las
culturas española e indígena metiendo en escena el teatro, la danza y la música. Además, muestra que la resistencia,
así como la subversión burlona y no agresiva, son los mejores antídotos contra cualquier totalitarismo, ya sea político,
5
menos canonizar a la población indígena de chorotegas, caribes y nicaraguas, nos preguntamos
sobre el fenómeno del sometimiento del amerindio nicaragüense15, sobre los intereses de los
hombres que vivieron la agenda de la Independencia, o las luchas de aquellos de la primera mitad
del siglo XX, y finalizaremos analizando las raíces y evolución del poder somocista y el primer
gobierno sandinista en relación con la vida de la Iglesia.
Se trata, más bien, de puntos esenciales que remiten unos a otros y que caracterizan, con
diferente importancia, todos los estudios recibidos y confrontados. Son sólo dieciocho años, pero
18 años donde surgirá el período que mejor sintetiza, de modo temático, y donde mejor se
comprende la difícil historia de la Iglesia y de la nación del siglo anterior, y que, a su vez, señala
el camino de la Iglesia y de la sociedad nicaragüense del siglo XXI.
mediático o consumista. Indudablemente, también, puede leerse como una expresión virulenta de protesta
(herramienta de defensa del negociador-sabio) contra el dominio castellano, o quizás como reflejo del enfrentamiento
ideológico entre liberales (democráticos) y conservadores (legitimistas o chapetones), es decir, la lucha entre
partidarios de Cleto Ordoñez (Güegüense) y el primer jefe de estado de Nicaragua, Manuel Antonio de la Cerda (el
Macho Ratón). Cf el reciente estudio de A. BOLAÑOS DAVIS ̶ J.V. CASTILLO, El Nicara(güe)güense, la Incultura de
nuestra Cultura y Transformación de la Incultura en Cultura, Pavsa, Managua 2018.
15
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 68-100. En 1534, Rodrigo de Contreras, caballero de Segovia, fue nombrado por el Rey,
gobernador de Nicaragua. Cf E. IBARRA ROJAS, Fronteras étnicas en la conquista de Nicaragua y Nicoya: entre la
solidaridad y el conflicto, 800 DC-1544, Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José 2001, 159. Diego de
Herrera, oidor y juez de la Audiencia en Nicaragua, enviado por la corona para implantar el orden y la justicia, le
calificó (junto a su yerno De los Ríos), como “malos hombres […] que han destruido aquella provincia, quitando las
haciendas a unos y no guardando igual justicia a todos”. Poco pudo hacer ante el poderío de la familia. Cf PROGRAMA
ANTICORRUPCIÓN DE LA UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA, La corrupción en Nicaragua. De algunos expedientes,
hechos y personajes, Imprimátur Artes Gráficas, Managua 2004,15s. Por su parte, Zúñiga ofrece su interpretación de
la misma familia: «su único objetivo era el enriquecimiento personal, no importándoles ningún medio para
conseguirlo, [pues]… Con qué ferocidad serían tratados nuestros indios, sí con tanta barbarie se trataba a los laicos
españoles (venidos o nacidos en América) o a los dignatarios de la Iglesia». Cf ID., Historia, 73. 79.
6
CAPITULO I:
7
ANTECEDENTES
LA IGLESIA BAJO EL PATRONATO Y LA COLONIZACIÓN, NACIMIENTO DE UNA
TRAGEDIA NACIONAL
El año de 1522 ó 1523 pasó este tirano (Pedrarias
Dávila) a sojuzgar la felicísima provincia de Nicaragua, el cual
entró en ella en triste hora [...] hízoles aquel tirano con sus
tiranos compañeros que fueron con él -todos los que al otro
reino (Panamá) le habían ayudado a destruir - tantos daños,
tantas matanzas, tantos captiverios e injusticias que no podría
lengua humana decirlo... (y cuando se llevan a los jóvenes
sucede) con grandes alaridos e llantos del pueblo porque son las
gentes que más parescen que aman a sus hijos.
B. de LAS CASAS, Brevísima relación de la destrucción de Indias (1552)
16
Creemos oportuno justificar el hecho de detenernos lo suficiente en este inicio de la presencia eclesial en Nicaragua
debido a la profundidad de sentido, las evidentes nociones antropológicas y de cultura religiosa que se evidencian
localmente al punto de ser referentes privilegiados e irrenunciables para realizar una observación historiográfica de las
mutaciones o no de las mentalidades dominantes en la Iglesia y sociedad, del providencialismo, de las instituciones,
de la función de la instrucción religiosa en la gobernabilidad y otros problemas de los siglos venideros.
17
Para Ayón, el Patronato estuvo animado de las mejores intenciones, pero, a filo de espada, «aparece encargada de la
misión terrible de destruir creyendo edificar, y donde su despotismo conquistador de sus capitanes y colonos levanta
altares a la esclavitud sobre las ruinas de la libertad». T. AYÓN, Historia de Nicaragua, 15s. El historiador Arnaiz, de
visión moderna alternativa, añade que «impresiona ver, con documentos y lenguaje de la época, la unidad que se
establecía entre le empresa económica, la política y la religiosa». Á. ARNAIZ QUINTANA, Historia del Pueblo de Dios
en Nicaragua, Centro Ecuménico Antonio Valdivieso, Managua 1990, 34.
8
capellán doctrinero. Éste celebró la primera misa en territorio Centroamericano en Punta Caxina,
hoy Trujillo, Honduras.
9
Salcedo y el mismo Pedrarias. Es el primer episodio de la lucha de poder político en tierras
nicaragüenses del período colonial23. Fray Francisco de Bobadilla funda el primer convento de la
Orden de Nuestra Señora de la Merced24. Además, entre las comunidades indias de Mabitia,
Imabite y Nagarote, los mercedarios estudiaron el mecanismo de enseñanza vía tradición oral.
Para notar la inserción eclesiástica de esta temprana colonización, ya en 1531 había en León 3
conventos: de franciscanos observantes (desde 1525 o 1534) – algunos flamencos – de la futura
provincia de san Jorge de Nicaragua, que tendrá 148 frailes en 1700; de dominicos (1528) y de
mercedarios el que mencionamos arriba. No obstante, se cernía un ambiente de miedo y de terror
sembrado por los gobernadores, Diego López de Salcedo y de Pedrarias. De éste último se dice
que dijo ésta frase de su gobierno: «Comienza una era de organización» 25. Sin embargo, desde
una lectura identitaria con los oprimidos como sujetos, la del teólogo-educador popular Giulio
Girardi († 2012), se afirma que, en sus comienzos, la cristianización masiva de los primeros
momentos de la conquista era "algo idéntico" a la propia conquista 26. Más adelante, al decantarse
los intereses coloniales, dejó de considerarse igual para pasar a formar parte del proceso.
23
ID., Pensadores, 26-28. Cf A. VEGA B., Documentos para la historia de Nicaragua, I, Madrid 1954, 434.
24
Cf Fray G. de MENDIETA, Historia Eclesiástica Indiana, IV, México 1945, 66-67.
25
Cf J.E. ARELLANO, «Los reaccionarios y su aventura política», en El Nuevo Diario, 11 agosto 2013.
26
G. GIRARDI, «El cristianismo, fundamento jurídico y moral de la conquista» en La conquista de América ¿con qué
derecho? San José 1988.
27
Cf A. VEGA B., Documentos para la historia de Nicaragua, III, Madrid 1954, 36. Había acontecido un genocidio en
apenas tres años. Fue una catástrofe demográfica sin comparación. El 90 o 95 % de la población aniquilada. Había
cerca de seiscientas mil personas en 1523. La corte española llamaba sencillamente una “despoblación de la
Provincia de Nicaragua”. Cf ID., Historia, 38. El padre Álvarez Osorio († 1536), nominado obispo en la Cédula de la
Reina (4 abril 1536), fue la primera figura pública más conspicua de nuestra historia. Cf A. VEGA B., Documentos,
10
llegada a Nicaragua (1528), en medio de una gran hambruna, rápidamente se puso a ejercer sus
funciones28 en contra de la opresión de los indígenas, lo que le llevó a francas luchas y el deterioro
de las relaciones con las autoridades civiles y militares. Por su solicitud, Fray Bartolomé de Las
Casas29 y tres compañeros, fundaron en 1532 el convento dominico de San Pablo (León). Éste a
su vez, desarrolló una obra de ordenamiento eclesiástico y denunció los abusos contra la población
indígena e intentó imponer penas canónicas a los explotadores. En este período, la jurisdicción
eclesiástica de la Provincia se ejercía desde Panamá. La Diócesis de Nicaraguue erigida por papa
Clemente VII en el Consistorio del 26 de febrero de 1531 30, quedando como sufragánea de la
Arquidiócesis de Sevilla, pero confirmada hasta el 2 de noviembre de 1534 por la bulla Aequum
Reputamus de Pablo III.
A Las Casas, desde el púlpito de la iglesia conventual San Francisco de Granada, le vemos
intentar detener – o humanizar - la indiscriminada explotación de indios nicaragüenses en las
expediciones del capitán Diego Machuca de Zuazo, primo de Contreras, cuando se buscaba una
ruta de conexión para el comercio del oro americano a través del desaguadero del Lago de
Nicaragua con el Mar del Norte. El fraile dominicano fustigaba, diciendo: La conquista debía ser
pacífica31, con lo que defendía los derechos del indio a su libertad, su tierra, sus bienes y su
organización. Rodrigo de Contreras, gobernador de Nicaragua, 24 de Noviembre de 1535 en
sustitución de Pedrarias Dávila, desde el 23 de marzo a agosto de 1536, persiguió al fraile y
aumentó las acusaciones que tenía contra él en múltiples audiencias con testigos de su clan. Al
primer obispo electo de Nicaragua, pero no consagrado (muere en 1536 sin haber podido recibir su
consagración episcopal), Contreras le difamó ante la Corona – él “odiaba a todos religiosos” según
el informe de 1542 del cronista Francisco Sánchez – y, además, le infringió multas económicas.
El padre Álvarez Osorio muere afligido por los juicios que Contreras le abre a su amigo fray
Bartolomé siguieron las grandes crisis del siglo XIX 32. Ese mismo año son expulsados los frailes
dominicos. Cierto es que, como lo denuncia la Reina (Cédula real, noviembre 1537), en éstas
III, 31-32. Este título Protector y Defensor de indios, lo ostentarán los obispos de la Provincia hasta la Independencia.
28
Favorito de la Reina Isabel de Portugal (esposa de Carlos V), denunció la mortandad de los indios en las minas,
trató de corregir los abusos, perseguía y multaba a traficantes de esclavos, dirimía las disputas entre indios y visitaba
las comunidades. ib., 503-505; y del tomo III, 401-402. 106-116. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 38. 42-43.
29
Las Casas (1484-1566), el defensor de los derechos humanos del indio americano y de los negros africanos.
30
Su Sede y Catedral se instituyó en la ciudad de León, bajo la advocación de la gloriosa Madre de Dios Siempre
Virgen María. ib., 34. Cf Archivo General de Indias, Guatemala, N. 914 f. 3 v.
31
Con gran probabilidad fue la ocasión en que Fray Bartolomé escribe su tratado “De unico vocationis modo” sobre la
conquista pacífica a los indios rebeldes de la Provincia de Nicaragua. Cf ID., Historia, 55.
32
ib., 55. Le seguirá una larga sede vacante. En efecto, se vierte una anarquía en la Iglesia nicaragüense por el ejercicio
del poder político del gobernador en alianza con algunos clérigos.
11
décadas de arbitrariedades contra los indios, se les agregó la negligencia de algunos eclesiásticos
tanto seculares como frailes que practicaban excesivos cobros de impuestos, no castigaban los
pecados públicos, eran cómplices de la explotación sexual de las mujeres y menores. La Santa
Sede se enteró de todo ello, pero, el papa Paulo III actuó muy tarde para excomulgar a estos
hombres que infringían calamidades a los indígenas 33. En tanto, el 3 de agosto de 1537 es
presentado como nuevo obispo (mejor: el primer obispo verdadero), el salmantino fray Francisco
de Mendavia OSH († octubre 1540). De la Corona recibió cuatro cédulas sobre cómo afrontar la
misión de la Protección de Indios y sobre todo les apremiaba la búsqueda de entendimiento con
los representantes del poder temporal. Con él llega su hermano, Fray Pedro de Mendavia 34,
nombrado primer Deán del Cabildo de la Catedral, Juez Eclesiástico y su representante. Mons. De
Mendavia, muere sin realizar gran ministerio (6 octubre). Entre deliberaciones y luchas judiciales
con el clan Contreras, Fray Pedro, quién actuaba como cabeza visible de la Iglesia local, fue
sometido a un proceso arbitrario de secuestro y enjuiciamiento con el título de “alborotador y
falsario” (22 mayo 1543 y marzo 1545). Fue testigo de la matanza de De los Ríos, en el
“Domingo Sangriento” del 13 mayo 1543 de al menos cuatro protomártires católicos en León
viejo. De los Ríos los hizo descuartizar y puso sus cabezas en los cuatro costados de León Viejo 35.
Por último, fue a la cárcel por defender la independencia de la Iglesia y su libertad pastoral, 1544
en Sevilla.
33
Con el breve “latae sententiae” e “ipso facto” (29 de mayo de 1537). El 9 de junio del mismo año, declara que los
indios no deben ser reducidos a servidumbre y deben llegar a la fe por medio de predicación y buen ejemplo.
Igualmente, con la bula Sublimis Deus (22 de junio de 1537), anotamos: «Resueltos a reparar el mal cometido,
decidimos y declaramos que estos indios, así como todos los pueblos que la cristiandad podrá encontrar en el futuro,
no deben ser privados de su libertad y de sus bienes — sin que valgan objeciones en contra —, aunque no sean
cristianos, y que, al contrario, deben ser dejados en pleno gozo de su libertad y de sus bienes», se reconocía la
racionalidad y humanidad de los indígenas americanos dotados de alma. ib., 45. Ver Colección de documentos
inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas de América y
Oceanía, vol. 7, Madrid 1867, 414.
34
A la muerte de su hermano obispo, éste clérigo pamplonés y otros eclesiásticos, padecen juicios y persecución,
encarcelamientos y asesinatos de parte de los criminales Contreras (que será excomulgado) y su yerno Los Ríos. El
desgobierno de Contreras es apoyado por grupos de matones, incluyendo a conspiradores del Cabildo, y del oidor de
la Audiencia de Panamá, el Dr. Villalobos, quien inicia un proceso canónico contra el Deán el 22 de mayo de 1543. Cf
ib., 63. 71.72; Cf A. VEGA B., Documentos, XII, Madrid 1956, 1.16.
35
Cf A. VEGA B., «Documentos para la Historia de Nicaragua», en Colección Somoza, XII, 1956, 1ss. 297. Cf C.
GUIDO, Hernán Nieto. Tragedia de un fundador de Nicaragua, Biblioteca digital, XXXI, Alcaldía de Managua, 2019,
27.
12
Después de ocho años de sede vacante 36, el tercer obispo nicaragüense (segundo
consagrado), fue el fraile dominico Antonio de Valdivieso37. De inmediato le informa al Rey
(carta fechada el 1 junio) sobre todo lo que había visto en la Diócesis sin ninguna animadversión
personal contra la familia Contreras. La situación que encontró era un verdadero desastre tanto en
lo administrativo como en lo eclesiástico38: incumplimiento de las ordenanzas reales respecto a la
libertad de los indios pues, aún eran esclavizados, malos ejemplos de parte de clérigos, ausencia
de religiosos para la catequesis, una galopante corrupción y anomalías en la administración de la
justicia, una marcada desobediencia de civiles, fraudes en el pago de las decimales a la Iglesia, una
población y conventos sumergidos en la pobreza y templos en ruinas 39. Trasladado a la ciudad
oriental de Granada, Valdivieso introdujo cambios procurando no enemistarse tan pronto con el
clan del Gobernador Contreras. Pero, en modo claro y contundente, escribe al Rey el 15 de
noviembre de 1544, y textualmente dice:
«Yo entiendo sin engañarme, la total causa es ser Rodrigo de Contreras desasosegado
y haber gobernado mal, y Pedro de los Ríos [Tesorero de León] su yerno, revoltoso,
tanto que entiendo, estando éstos en la tierra, ningún hombre procurará que Dios
Nuestro Señor y vuestra Majestad, sean servidos, sin poner vida y honra y todo lo
demás en peligro. [Y sigue:] «El estado de estas miserables (pobrecitos, indios) es tal,
que les sería próspero el de esclavos, porque éstos son tratados como hombres y los
naturales (indios) como bestias, y mucho más respeto se les tiene a las bestias que a
ellos. Yo he trabajado mucho y por pulpito y confesiones se ha remediado algo y se
hubiera remediado más si no hubiera estorbo de vuestras justicias». 40
36
En medio de una situación de violencia, desorden y arbitrariedades que perjudicaron enormemente la vida de la
Iglesia, la predicación del Evangelio, la defensa de los indios, la cultura del pueblo, etc. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 81.
37
Fray A. Valdivieso O.P., (Burgos ¿1495? - 1550), llegó a León con su madre, Doña Catalina Álvarez Calvante, una
hermana y su cuñado (marzo o mayo 1544). También obispo de la Provincia de Costa Rica (mayo de 1545). Según
su propia carta del 8 de marzo de 1546 desde Granada, había estado en “las Indias” antes de su nombramiento como
obispo. Fue el primer obispo que ejercería a plenitud su ministerio episcopal en Nicaragua. Véase C. GUIDO, Fray
Antonio de Valdivieso. Pastor, Profeta y Mártir, Centro Nicaragüense de Escritores, Managua 2001.
38
Pero sólo bajo el afán misionero del obispo Pedro Agustín Morel de Santa Cruz O.P., (1694-1768), oriundo de
Santo Domingo, la Diócesis vio a su purpurado recorrer pastoralmente, con relativa calma. En el Pacífico y Central
del país, Morel de Santa Cruz, se encontrará con 124 clérigos, de los cuales 60 eran diocesanos, 42 franciscanos, 16
mercedarios, 6 de San Juan de Dios en hospitales y 6 seminaristas. Conoció 59 iglesias y 27 ermitas, algunas en muy
mal estado, en los 59 poblados. Éste obispo criticó abiertamente los abusos de su época en una relación al rey (8 de
septiembre de 1752), detallando sobre la situación política, religiosa y militar de Nicaragua. Fue el primero en pedir
cambios al sistema de gobierno al escribir sobre los agravios que sufrían los desnudos y hambrientos indios (15 de
mayo de 1753). ib., 233s. 242. Cf S. SALVATIERRA, Contribución, I, 384. Cf P.A. MOREL DE SANTA CRUZ, «Informe
al Rey», en Revista Conservadora 82 (1967) 25ss; N.M. BUITRAGO, León la sombra de Pedrarias, Managua 1962,
51.
39
Se corrobora que, desde un principio, la Iglesia nicaragüense fue una iglesia pobre, una iglesia de pobres, mal vista
por el odio y la ambición de los tiranos que ostentaban el poder temporal. Cf ID., Historia, 89. 94. 96.
40
A. VEGA BOLAÑOS, Documentos, XIV, Madrid 1956, 300-305.
13
En León la predicación en defensa de los indios de los frailes y su obispo era obstaculizada
e inutilizada por la escandalosa autoridad española, la camarilla de Contreras, a tal punto que «no
hay nación que la ha habido tan errada en este caso (los escándalos y crímenes que los “cristianos”
españoles cometían entre la población india del país) que del mayor bien del mundo, han sacado el
mayor mal del mundo»41. Fray Antonio y Las Casas, ya obispo de Chiapas, son categóricos en
afirmar que los indios no podrán recibir el nombre de Jesucristo, mientras vivan en esclavitud. E
inclusive, aseveran, «los mismos obispos de Guatemala y de Honduras, son culpables»42. El
despotismo instaurado por la dinastía de Pedrarias Dávila, continuado en el delirio de grandeza de
Rodrigo de Contreras y su esposa doña María de Peñalosa, movieron el menosprecio del Clan a la
autoridad de la Iglesia.
De su parte, el obispo agregaba en sus relaciones a la Corte que no había otra cosa por lo
que «vivimos vida llena de mil amarguras […] procuramos que estas almas que S.M. nos
encomendó, no perezcan»43. Incluso se llegó a perseguir a los seglares que se acercaban a los
obispos. Ahora bien, en carta al Príncipe Felipe, 10 noviembre 1545, se quejaba el obispo
diciendo: «Poco que hay [que hacer], porque no podemos defender estos miserables de las tiranías
y aprensiones pasadas y presentes, y nuestras peticiones a esta Audiencia [Gracias, en el caribe
hondureño] más dañan que aprovechan»44. Las respuestas de la Corona eran deficientes, sobre
todo en las cartas del 10 de septiembre de 1546 y en la otra del 15 de enero de 1567 y una más del
30 de octubre. Sólo con la llegada de López de Cerrato empezó a menguar esas injusticias.
Mientras tanto, veremos a los clérigos en Nicaragua actuaban con mano dura con los que
consideraban enemigos de los indios y de la religión: las autoridades de la Audiencia y de la
Provincia45. Sin embargo, Fray Antonio, experimentó gran frustración por la imposibilidad
material de ejercer su obispado - aunque exigía sus reclamos por vía judicial - llevándolo a
preguntarse si debía renunciar al mismo. Pero, Mons. Valdivieso no abdicó y asumió las
consecuencias de sus responsabilidades eclesiásticas, con Dios y su grey hasta verter su propia
41
Véase E. ZÚÑIGA, Historia, 93.
42
ib., 95.
43
ib., 94. Cf A. VEGA B., Documentos, XII, 518,513. En carta fechada el 8 de marzo de 1546, insistía al Príncipe
sobre las tinieblas que se vertían en la-cosa-pública de la Provincia.
44
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 96. Expone, igualmente, al Príncipe su labor pastoral en una carta a fines de 1547. Cf A.
VEGA B., Documentos, XIV, 300.305.
45
De igual modo actuaron los obispos Fray Domingo de Ulloa y Fray Antonio Díaz de Salcedo a fines del siglo XVI.
Ellos atestiguan que Nicaragua había sido desolada de su población india por la sobreexplotación (trabajaban hasta en
Domingo), el nefasto y lucrativo tráfico de esclavos. Cf ID., Historia, 124.126.168.
14
sangre. No se fue de su Diócesis. La seriedad del compromiso de Fray Antonio fue sellada con su
muerte46. Esta acaeció en el atardecer del Miércoles de Ceniza, 26 de febrero de 1550 en la casa
del obispado de León. La conspiración contra Valdivieso, inicio de un alzamiento del Clan aliado
con algunos pizarristas venidos del Perú contra la Corona española, se fraguó a inicios del año en
una finca que tenían los Contreras en el volcán Mombacho, Granada. Doña María decidió
trasladar una banda de asesinos (guiados por sus hijos Hernando y Pedro, el menor), a la ciudad
occidental y dar muerte al enemigo mortal de todos los planes de la dinastía. Vertiendo su sangre
en una pared y en los brazos de su madre, el buen obispo, moriría a causa de repetidas puñaladas
asestadas en un pasillo de su Palacio episcopal 47. Testigo de esto fue fray Alonso, quién le asistió
con los santos auxilios de la oración y la absolución sacramental 48. Fue sepultado en su Catedral,
como los recientes estudios lo confirman.
Para finalizar, como lo recoge el doctor Arellano en uno de sus escritos, todavía en los
comienzos del siglo XVII, cuando los pueblos del reino quedaron en la mayor pobreza, desolación
y mortandad, en medio de las aún pesadas jornadas de trabajo forzados en las encomiendas
españolas, los habitantes de León repetían una copla cantada, cuyos versos aluden sus
sentimientos de culpa por el crimen cometido en la cuidad:
«Dios en su justicia
así nos ha visto
por haber matado
al señor obispo»49
46
Aún entre los españoles de la Provincia del siglo XVII, que trasladaron la ciudad de León más al occidente (12 de
enero de 1610) se decía una conjura en contra de los Obispos y curas: “la nueva enfermedad de las Indias es la
aplicación de remedios”. ib., 97. 168. Cf A. ARGUELLO A., Historia de León Viejo, León, 1969. Aproximadamente
había unas 200 familias españolas, algunas ya mezcladas con los indígenas; no volvieron a ver la luz del día hasta que
la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) las relocalizó el 26 de abril de 1967. Cf «400 años del
abandono de León Viejo», en El Nuevo Diario, 5 enero 2010.
47
Entre los autores materiales del asesinato están: fray Francisco de Castañeda, el hijo mestizo de Hernán Nieto, ex-
alcalde de León, junto a Hernando de Contreras, quién, además, robó oro y ropas al obispo. Cf C. GUIDO, cit., Hernán
Nieto, 33-36. Las marcas de sus manos manchadas de sangre fueron vistas por el fraile carmelita, padre Antonio
Vásquez de Espinoza cuando visitó en 1613 los restos de la abandonada ciudad de León, entre otras razones, por el
triste recuerdo del asesinato de su obispo que no dejaba en paz el ánimo de los leoneses. Cf E. LA ORDEN, «Sacrilegio
frente al volcán», en Revista Conservadora 126 (1971) 4.
48
Los minutos le alcanzaron para decir un elemental testamento sobre sus posesiones temporales. Pero lo más sublime
de su muerte fueron las palabras dadas a su madre en su serena agonía, cuando, señalando hacia un vecino crucifijo,
dijo: «a este Señor dejo encargada mi iglesia y [él, su verdadero esposo] la gobernará bien». ib., 100-103. También en
S. SALVATIERRA, Contribución, 283.285; A. VEGA B., Documentos, XVII, 22.33.67.85 101.106. 110. 251. 255; F.
XIMÉNEZ, Historia, I, 500. 505. Cf A. De REMESAL, «Historia General de las Indias Occidentales y particular de la
gobernación de Chiapa y Guatemala», en Nicaragua en los cronistas de Indias, II, 146-147.
49
J.E. ARELLANO, Panorama de la literatura nicaragüense. Época anterior a Darío, 1503-1881, Editorial alemana,
Managua 1968. Ver también O.B. JUÁREZ, «A 430 años del martirio de fray Antonio de Valdivieso», en Revista de la
Academia 50 (2001) V 23-43. Hubo un juicio, 2 Mayo 1550, contra los hermanos Hernando y Pedro de Contreras,
15
Siete años después, le sucedería en la sede leonesa el Lic. Lázaro Carrasco, nombrado
desde Bruselas (2 mayo 1556). Sin embargo, la Iglesia del siglo XVII será la responsable de la
primera ola evangelizadora en el territorio nacional50.
Conclusión del primer capítulo
La primera experiencia eclesial en Nicaragua significó el asombro para evangelizados y
evangelizadores de encontrar lo común de humanidad que la fe cristiana transmite 51. Por ello, el
encuentro con Jesús y con la fe en Él, marcó una aceptación inicial que le fue dando al
cristianismo mestizo de nuestras tierras su rostro propio en el que se descubre el amor y la
fidelidad a Jesucristo, y como dirá Pablo, a éste crucificado, en cada cristiano humillado por el
cegado poder que adultera la vida pública e insistentes autoritarismos como lo hemos atestiguado
en estas líneas. Añadimos que, afortunadamente, en la estructura del sistema cultural-religioso del
nicaragüense, desde sus orígenes, conviven tanto la desesperación y la esperanza generando
(ambas) en los siglos venideros un universo entero y un porvenir inmenso en torno a la más
humilde prenda, el más frágil indicio. En efecto, parafraseando a Jankelevich, para la Iglesia y la
sociedad en Nicaragua, en estos años, una desesperación que no es absoluta estaba preñada de
esperanza; y correlativamente una esperanza infinitesimal, una humilde y minúscula esperanza, ya
era una inmensa y radiante esperanza52. Mientras tanto, para los decimonónicos la erradicación
de la así llamada “pasión religiosa” que se heredará de la época colonial, será una tarea fuertísima.
No cabe duda, el acontecimiento que significó la Iglesia de nuestros orígenes, de fe sencilla
como onda, en Nicaragua, ofrece un fruto de coherencia entre fe y vida el cuál debe madurar, y
con el tiempo aún más, en aquellos que se dicen seguidores del Dios encarnado y miembros de
una comunidad que se debe a la sociedad. Ella necesita entrar en diálogo con su pasado para
promovido en Panamá iniciado por Sancho de Clavijo, Gobernador y Justicia Mayor de Tierra firme. Cf ID.,
«Documentos» en Colección Somoza, XVII, Imprenta Juan Bravo, Madrid 1957, 7ss.
50
En ella destaca Fray Fernando Espino († 1676), el primer sacerdote de Nueva Segovia, y su Relación verdadera de
la reducción de los indios infieles de la provincia de la Taguzgalpa. Escrita en 1674, se inscribe en las acciones
misionarias de los franciscanos entre los indios xicaques de Honduras y Nicaragua, donde afirmaba que “No
llevábamos armas, más que el Santo Evangelio, palabra de Dios”; véase M. SERRANO SANZ, Relaciones históricas y
geográficas de la América Central, Librería de Victorino Suárez, Madrid 1908, 289-374. Esta reseña literaria
inauguró la Colección Documentos de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, UNAN, Editorial
Universitaria, León 1968. También, es digno de mencionar al obispo Andrés de la Navas y Quevedo, quién después
de escuchar las querellas de los indios, fustigaba las tropelías cometidas por los Corregidores, Gobernantes y Alcaldes
mayores (carta desde Granada, 6 abril 1679). Menciona, entre otros a José de Villalobos, (de El Realejo), como “el
peor” con sus tiranías y sus tratos y comercios, en A. ESTRADA MONROY, Datos para una historia de la Iglesia en
Guatemala, I, Guatemala 1962, 349.
51
SECRETARIADO EPISCOPAL DE AMÉRICA CENTRAL, Mensaje de la Asamblea Anual del SEDAC, Ciudad de Panamá,
30 noviembre 2012, 1. Disponible en http://www.iglesiacatolica.org.gt/20121130.pdf
52
Cf V. JANKELEVICH, «Lo irreversible y la nostalgia», en La prensa, 3 diciembre 1974, 29.
16
aportar en la superación de los históricos vicios sociales: caciquismo, favoritismo y la “abulia
colectiva, profunda y crónica”, persistentes en los siglos venideros53.
53
Véase el artículo sobre el unionista diriambino Salvador Mendieta de J.E. ARELLANO, «Sustrato ético de Martí y
Mendieta», en La Tribuna 5 junio 1994.
17
Datos concreto de Valdivieso, obispo de nicaragua y costa rica. El inicia su tarea,
CAPÍTULO II:
DE LA LUCHA INDEPENDENTISTA A LAS RELACIONES CON LA DINASTÍA SOMOCISTA
Vacíos de poder, curas pocos pero bien formados, aparecen los tintes caudillistas.
54
Tras el Congreso de Panamá (1826), la Alianza para el Progreso (Punta del Este, 1961), el Acuerdo de Cartagena
(1974) e, incluso, el fracaso hemisférico del ALCA (Miami, 1994), la deseada unión de gobernabilidad política-
económica de Latinoamérica, basada en acuerdos subregionales y bilaterales, ha venido postergándose y se ha
instalado en un atolondramiento colectivo. Después de la Independencia, sobrevino el poder de la expansión
capitalista frente unos nacionalismos en formación, indefensos y desintegrados. Aún en la primera mitad del siglo
XXI somos el solar colonial de poderes extranjeros.
55
Cf G. DUNLOP, Travel in Central American, London, Lowgenan 1847, 7-8; B. BURNS, «Carácter patriarcal de la
sociedad nicaragüense anterior a 1858», en Revista de la Academia 74 (2013) X 17.
18
ordenanzas del Capitán General de la Provincia en favor de los indios o de la Iglesia 56. En el
aspecto económico, la hacienda pública era deficiente, y Nicaragua no poseía una estructura de
comercio ni de agroindustria con participación equitativa, ya que privilegiados ejercían un
monopolio comercial y de producción desde Guatemala o Madrid. La soberanía y dignidad de las
mayorías eran humilladas al no tener acceso a la justicia en los juzgados, su economía de
subsistencia estaba en el umbral de la miseria e imperaba una baja escolaridad. Es así que, entre
algunos intelectuales y líderes religiosos, convencidos de que los recursos de la nación debían ser
mejor redistribuidos, se delineaba la idea de despojar a los dirigentes nacidos en la Península – o
que miraban sólo los intereses personales y los de la Corona – de sus grandes cuotas de poder y
dárselos a los criollos, para introducir cambios en el régimen político y administrativo. En cuanto
a la formación del clero local, aun siendo pobre, nuestro análisis de las fuentes nos indica que,
contrario a lo propuesto por la historiografía de rasgos liberal, en este período era lo
suficientemente ilustrado en la religión católica y enteramente libre de pensar en materia de
asuntos seculares57. La religiosidad popular desde el comienzo de la colonia usó en gran medida
la cruz y las imágenes como medios de cristianización; el santo tiene tanto poder como el patrono
o encomendero. Así, en las fiestas de los santos, el pueblo intuye la cercanía del Absoluto, de
Dios, y por eso las celebra, hace peregrinaciones, entrega su dinero o sus bienes recogidos con
gran esfuerzo. Hay que observar también, que en medio de un trabajo servil y casi sin descanso,
éstos días establecían festejos muy necesarios, en un espíritu muy cercano al medioevo
legoffiano58. La administración diocesana, a la muerte de De la Huerta Caso (1803), fue regida en
calidad de Vicario Capitular, “Sede vacante”59--1848, el también Deán, don Juan Francisco de
Vílchez Cabrera. En estos años, hubo un mejoramiento en las relaciones de la Corona con los
56
Cf ID., Historia, 269. Véase Boletín Nicaragüense de Bibliografías y Documentación 16 (1967) 10.14.
57
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 325. A Mons. García Jerez, por su formación realista, le veremos morir sin identificarse
con los independentistas y su paquete de reformas. Mientras el clero leonés, que rechazó las amenazas a las órdenes
religiosas y las intromisiones jurisdiccionalistas contra las libertades de la Iglesia, a la vez, no repelió las ideas de
independencia. Se afirmaba la necesidad de no confundir las funciones; se afirmaba que no les agradaban a los
buenos cristianos que “los curas tuviesen funciones en el gobierno”. ib., 329. 331-334. Esta situación, como veremos,
saltará durante el régimen sandinista (abril-mayo 1980), cuando la jerarquía exigía la renuncia a 4 sacerdotes-
ministros que ejercían funciones públicas sin consentimiento episcopal ni estado de excepción debido por la
insurrección nacional contra el régimen militar de la dictadura dinástica de los Somoza, que desarrollaremos en este
trabajo.
58
Á. ARNAIZ, Historia del Pueblo, 53. Cf J. LE GOFF, Un lungo Medioevo, Bari, Edizioni Dedalo 2006.
59
El gobierno de la Diócesis estuvo ejercitado un 50 % por obispos y el otro 50 % por el Cabildo. Cf C. VELÁSQUEZ,
El sentimiento religioso y sus prácticas en la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica, Universidad de Costa Rica 2004,
97. Ó. MAZÍN, El cabildo catedral de Valladolid de Michoacán, México, Colegio de Michoacán 1996, 80. El cabildo
envía correos a las diferentes parroquias con el fin de mantener contacto e informar a los párrocos de sus obligaciones.
Cf B. A THIEL, Archivo Histórico Arquidiocesano, León, Nicaragua, 31 de diciembre, 1748. C. 18, fs. 136-137.
19
indios misquitos en la región conocida como Taguzgalpa y posteriormente la Mosquitia.
También, hubo un fuerte movimiento universitario que revolucionó los ambientes académicos en
Granada y León, impulsado por eclesiásticos, aunque con poco éxito inmediato; veremos el
nacimiento de una Universidad 60.
60
Aprobada en las Cortes de Cádiz (enero de 1812). El 24 de agosto de 1816 en sesión solemne se dio como
inaugurada oficialmente gracias al esfuerzo del p. Rafael Ayestas, rector del Seminario, don F. Ayerdi (primer Rector)
y don T. Ruíz junto al obispo. ib., 300s. Cf Investigaciones para la historia de la Iglesia en Nicaragua, II, Managua,
1975, 389.
61
García Jerez (1756-1825), gran administrador y “realista”. Reacio en aceptar la Independencia, los mismos
prejuicios anti eclesiásticos del criollismo y de los masones, malograron su trabajo socio-político. Cf ID., Historia,
304-8. 324.
62
Fray Jesús María (1775-1839) con agudeza antropológica, en 1813 sugiere a la Corte de los Confines como
evangelizar; les clasificó como una nación “extraordinariamente dura, inconstante y dañosa a los cristianos”. ib., 296s.
63
Indio puro chinandegano, nació el 10 de enero de 1777. Alcanza su grado de doctor en la Universidad de San
Carlos, Guatemala (1804 ca.). En el Viejo, 1805, encabezó el primer motín en contra de las autoridades junto a Fray
Moñino. Sobre el Padre T. Ruíz, el gran obispo Pedro A. Morel de Santa Cruz, la Iglesia y sus necesidades en el s.
XVIII, véase la obra del doctor Francisco Vega Lacayo en J. TORIBIO MEDINA, La Imprenta en Guatemala, I,
Tipografía Nacional, Guatemala 1960, LXII. Para leer sobre las supersticiones de los indios del centro-norte
nicaragüense, aún en el siglo XVIII, ver el trabajo de fray Rodrigo de Jesús de Betancourt sobre el mismo argumento
en cit., La Imprenta en Guatemala, II, 34. Cf. J.E. ARELLANO, Pensadores, 50. 56-71.
20
Nos acercamos al año 181064 y, en medio de las labores de construcción de la Catedral de
la Provincia65, las ideas y movimientos independentistas se sentían en las gargantas de los
agitadores liberales de los salones y bares. También en las homilías del doctor Tomás Ruíz y del
franciscano José Antonio Moñino, posteriormente expulsados, en las parroquias de Chinandega y
El Viejo, al occidente del país (1805).
El doctor Ruíz, como miembro del claustro universitario o como vicerrector del Seminario
hondureño de Comayagua, formaba parte de esa generación joven de intelectuales que, en la
Capitanía General de Guatemala, comenzaba a rechazar el método escolástico y se abría a la
filosofía moderna. Sin embargo, a la par de su trabajo socio-político, él dedicaba tiempo al
pastoreo espiritual de sus feligreses desde el confesionario y en el ambón. Su opositor más
encarnecido era el arcediano José María de san Martín. Éste consiguió del regente eclesiástico
Vílchez Cabrera, inclusive por razones racistas y envidiosas, un testimonio negativo contra el
doctor Ruíz, para destituirle de su puesto y boicotearle su solicitud al canonicato66.
64
Trascurridos los gobiernos episcopales de don Esteban Lorenzo de Tristán (1723- 1794); el gobierno del triple Dr.
don Pedro Ximena y Padilla, recordado por su trabajo educativo, incluso de su expensa con los niños pobres del barrio
indígena de Xalteva, en Granada; y de los cinco años de episcopado de don José Antonio de la Huerta Caso (1741-
1803), el tercer nicaragüense de la lista. Para un estudio de las mentalidades de esta época, recomendamos el estudio
de L. MADRIGAL MENDIETA, «Iglesia y cambio social en la Nicaragua colonial y decimonónica» en Revista de la
Academia 66 (2008) IV 63-75.
65
Nos referimos a la sexta y última catedral barroca de León (1747 e inaugurada en 1816). Actualmente llamada la
“Insigne y Real Basílica Catedral de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María”, fruto de los planos realizados
por el arquitecto guatemalteco Diego de Porras. Era la más grande del antiguo reino de Guatemala. Su impulsor fue
el obispo Juan Carlos de Vílchez y Cabrera († 1774). Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 232. 247. 252. 285s. 288.
66
Zúñiga agrega que el mismo Deán Vílchez y Cabrera participó en el boicot contra el padre Ruíz (escribiendo una
segunda relación totalmente negativo, la primera era positiva), ya que aquel lo consideraba un posible rival para una
mitra. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 319. El padre Ruíz acusaba a las autoridades de exigir impuestos ya abolidos y ocultar
órdenes que favorecían a la población autóctona. Huyendo a la capital del virreinato, el padre Ruíz, prosiguió en vano
sus reclamos, decía: “si esos dos señores aspiran a una mitra, ¿qué delito es que un indio aspire a una canonjía por los
medios que la Iglesia tiene aprobados? Otras fuentes sobre el padre-indio son: P. ARCE RUBIO, «Picardías clericales»,
en F. GUILLÉN, un fraile y una fábula poema, Tipografía Nacional, Guatemala 1932, 217-219; J.E. ARELLANO, El
Padre-Indio Tomás Ruíz, prócer de Centroamérica, Ediciones Nacionales, Managua 1979. C. MELÉNDEZ CH., La
ilustración en el Antiguo Reino de Guatemala, Editorial Universitaria Centroamericana, San José, 1970.
67
La desesperación en Nicaragua era completa. Cf S. SALVATIERRA, Contribución, II, 392.
21
pueblo-base toma decisiones con alcances públicos y políticos, con repercusiones eclesiales
directas; el padre Ruíz estaba en medio de ellos68.
Desde León (occidente) hasta Rivas (sur), con enardecidos ánimos, estallan los primeros
fervores de cambio. Se presentaron en las calles frente a la iglesia de San Juan Bautista del barrio
indígena de Sutiava (occidente de la ciudad de León). La rebelión, que incluía tintes moralizantes
y un pliegue de peticiones revolucionarias ante el sistema monárquico, fue liderada por el vigor
del cura párroco de ese templo, del quizás guatemalteco, el mercedario Benito Miguelena junto al
diputado popular Fray Benito Soto69 y Juan M. Hernández.
Así, en la plaza principal, delante el obispo, el fraile revolucionario Miguelena le expuso
con firmeza:
«No ignora Su Señoría que nos pueblos de México, Quito y Buenos Aires, han dado el
grito de independencia [como los pueblos del norte lo consiguieron de Inglaterra], y
[…] que la misma España acaba de luchar heroicamente contra los fuertes invasores de
Napoleón […] pues, esas libertades que nuestros compatriotas conquistaron con las
puntas de las bayonetas, es la misma que nosotros queremos conquistar por medio de
esta manifestación popular»70 .
En este panorama convulso, aparecieron los frailes franciscanos de la Provincia 71, quienes
eran favoritos del Cabildo, de la feligresía y de los obispos precedentes. Éstos, en medio de una
crisis interna de carácter canónica, jugaron un papel conciliador y de refugio a participantes de las
sublevaciones populares acaecidas en 1811 y también en la de 1812. En Granada se sustituye a las
autoridades españolas y en el ayuntamiento se elige el Cabildo Seglar del pueblo (en su mayoría
conformada por sacerdotes). No omitimos a una cristiana emblemática de estas luchas, la patriota
doña Josefa Chamorro, quien proveyó de casa y alimento a los plebeyos insurrectos. Una vez más
se presentó una serie de demandas muy humanas y cristianas, entre ellas, rebajas de los impuestos,
abolición de estancos, de los repartimientos de indios, la abolición absoluta de la esclavitud, entre
68
Cf Á. ARNAIZ QUINTANA, Historia del Pueblo, 19. El mismo arzobispo de Guatemala, Fray Ramón Cassaus y
Torres, realista, lo consideró peligroso. Una vez, encarcelado el padre Ruíz, fue defendido por los criollos de la
capital. Será dejado en libertad prontamente, porque lo vemos involucrado (y nuevamente encarcelado) en la conjura
de Belén.
69
Es posible que por 3 días él en persona haya salido empuñando su sable y su bastón a liderar rondas armadas e hizo
derramar todo el aguardiente que había en los estanquillos y en los puestos clandestinos. El doctor Zúñiga afirma que
consiguió del Cabildo leonés la supresión de la esclavitud y otras concesiones onerosas para el pueblo. Reprimidos
por los soldados reales, huyó a El Salvador, quizá por un indulto del obispo García Jerez, apresado y devuelto a
Nicaragua; lo vemos por última vez el 22 de enero de 1820 dejando su celda del convento de Choluteca no sin
problemas reumáticos. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 308. 312s. Son interesantes las anotaciones del artículo (1954 ca.), de
la Asociación para el Fomento de los Estudios Históricos en Centroamérica, 25.
70
Cf S. SALVATIERRA, Contribución, II, 392ss. Cf ID., Historia, 309.
71
Entre ellos, Fray Ramón Rojas de Jesús María. ID., Historia, 296ss.
22
otras. El anciano gobernador don José Salvador renunció e igualmente lo hicieron varios
funcionarios del gobierno colonial.
Como táctica para mantener el poder, los realistas convocaron una Asamblea en el
Ayuntamiento, donde fue nombrado presidente de la Junta Gobernativa, el obispo García Jerez72.
El obispo-gobernador, que en esos años aún gozaba de respeto entre la población, logró mediar
con los sublevados para que se sometieran a la obediencia al mando provincial, a cambio de
cumplir las demandas. Sin embargo, el 1 de enero de 1812 los granadinos lo desconocen como
Gobernador, cuando se dieron cuenta que el obispo representaba los intereses de la Monarquía 73.
En Masaya, al oriente del país, la noche del 29 de noviembre de 1812, algunos indígenas
descontentos con el gobierno, intentaron despojar del mando al subdelegado y entregárselo a don
Gabriel O’Horán, criollo importante natural de Mérida, México, quién se pronunció contra los
peninsulares, pero éste fue reducido a prisión y enviado a Granada. Otros indios en Monimbó y
Diriega, el 15 de diciembre, atacaron las Casas de Justicia y apresaron a los jueces. A finales de
1813 con participación activa de sacerdotes, aconteció la llamada “Conspiración” subversiva o la
“Conjuración de Belén”, con el fin de liberar a los rebeldes encarcelados en Granada. Es muestra
fehaciente de que los eclesiásticos asumieron sus obligaciones para el Bien Común en la
convulsionada sociedad política ochocentesca. Sus principales dirigentes fueron los frailes
betlemitas Juan Nepomuceno de la Concepción, Manuel de San José y Víctor Castrillo, Benito
Miguelena y el doctor don Tomás Ruiz, como lo habíamos adelantado. No alcanzaron su objetivo,
debido a la delación hecha por dos de los asistentes a las juntas conspirativas: José de la Llana y
Mariano Sánchez, milicianos del Batallón Fijo. El 23 de diciembre, la mayoría de participantes
fueron hechos prisioneros y los principales dirigentes condenados, a cinco años de prisión entre
ellos, el doctor Ruíz; otros a la pena de muerte por garrote. La mediación oportuna del
Ayuntamiento de Nueva Guatemala de la Asunción impidió que se les diera muerte 74. Ahora bien,
la actitud abiertamente contra revolucionaria del obispo García Jerez fue decisiva para que una
72
Este ya estaba autorizado de antemano, en caso de urgencias, por el Capitán General de Guatemala, José
Bustamante y Guerra. ib., 309. 312. Cf C. VELÁSQUEZ, cit., El sentimiento religioso, 78. Incluida la Comandancia de
las Armas.
73
Contó con un batallón de 600 hombres de la Capitanía General de Guatemala para resguardar el orden público.
74
La mayoría recobró su libertad en 1818, junto con los presos de Granada, gracias al indulto real (Fernando VII, 25
junio 1817, aunque Zúñiga afirma que es del 28 de julio). Sin embargo, Ruiz continuó detenido hasta el 13 de
diciembre de 1819, cuando fue indultado. Muere en Ciudad Real Chiapas, donde lo había acogido el Intendente Juan
Batres Nájera. Ver «Primer doctor indígena» en Revista D 25 (2015) X: https://www.prensalibre.com/primer-doctor-
indigena
23
parte del clero leonés se pasase al bando monárquico 75. Pero, el 22 de diciembre de 1813, los
granadinos pidieron a gritos que se fueran los españoles (realistas) afincados en León. Sabemos
que ésta es una de las causas remotas de la Guerra Nacional desarrollada en los años 50 del mismo
siglo.
Nota aquí encontramos cuatro cosas, los temosros, los intereses las ventajas, y. granada
erea independentias león era realista (apoya a la realeza) Nicolas garcia jerez. El obispo influia
mucho en el clero.
Más adelante, cuando ocurrieron los hechos del 15 de septiembre de 182176, con la
llegada de la carta de independencia de Guatemala a León (el 19 de mes), para ver si
también Nicaragua se independizaba, el Obispo-intendente-gobernador, logró que se
aceptase una fórmula la cual calificó de conciliadora. Esta señalaba: “La independencia de
España [la aceptaremos] hasta tanto se aclaren los nublados del día, y pueda obrar esta Provincia
con arreglo a los que exigen sus empeños religiosos y verdaderos intereses”. En efecto, el 28 de
septiembre la Diputación Provincial de León, acuerda la famosa “Acta de Los Nublados” 77. Días
después, el 13 de octubre, junto al cabildo catedralicio y el clero secular de León, García Jerez,
juraba la independencia del gobierno español, replegándose al Plan de Iguala78 y, por consiguiente,
la anexión al Imperio mejicano79. A continuación, vemos durante los años 1822-1825 a varios
sacerdotes (don Pedro Solís, quien llegó a ser Canciller del Independiente Estado de Nicaragua
75
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 313.
76
Al tiempo que una Junta Gobernativa de Granada deseaba la separación político-eclesial de León, se divide la
Provincia en dos partes y con ella, dos autoridades, una pro independencia (los granadinos con el capitán general
Bustamante) y la de los realistas, impulsados por el obispo y el clero leonés. Fue una división legal y prácticamente de
común acuerdo. ib., 323. 325.
77
“Nublados” que él quería que se aclararan. Según Ricardo Fernández Guardia, este acuerdo era para que, después
de este compás de espera, llegaran las fuerzas de Fernando VII a meter en cintura a los insurrectos de la Diputación
Provincial de León (instalada en 1813 y 1820). ib.,325. Posteriormente, junto al clero de León, firmó la Constitución
de las Provincias Unidas de Centroamérica el 10 de diciembre de 1823, como un deseo de coexistir ante los
vertiginosos cambios de sistemas gobernativos.
78
Llevado a cabo en el Congreso Constituyente (firmado en Iguala, Estado de Guerrero, el 24 febrero de 1821) e
ideado por el Coronel general realista, D. Agustín de Iturbide y aceptado por el líder insurgente, Vicente Guerrero,
terminando las hostilidades. Dotaron al ex - virreinato de la Nueva España de una Monarquía Constitucional. Fue
confirmada por el Tratados de Córdoba, Veracruz, el 24 de agosto por Juan O’Donojú, último jefe político del
Virreinato.
79
Zúñiga, pone en labios de los eclesiásticos éstas palabras: «[…] la anexión a México era el camino más viable de
continuar con el régimen monárquico ante la imposibilidad de restablecer el vínculo con la Corona. Además, el
impero mejicano era la alternativa ante el liberalismo anticlerical que se veía venir encima». E. ZÚÑIGA, Historia,
324.
24
(1839) y Gobernador del Obispado (1846), y el padre Bernabé Montiel), involucrados en Cabildos
locales, levantamientos populares y en las Juntas gobernativas republicanas, unionistas o
federales. Además, junto a Fray Eleudoro Castrillo y sacerdote militar José María Estrada,
participaron activamente en crear orden institucional para salvar al Estado ante políticas de
alianzas y de “cuartelazos” (la del anárquico cabecilla Coronel Cleto Ordoñez en Granada, 16
enero 1823), en pro o en contra de la unión de la Provincia sea con Méjico sea con la Unión o
Federación centroamericanas. En el año 1823 León, es decir, el Obispo-gobernador con el
respaldo de su clero, no jura la Asamblea Constituyente de las Provincias Unidas de Centro
América (junio) y rechaza la independencia porque: a) Centroamérica quedaría indefensa ante las
potencias, b) sobrevendría para la región el desorden, el caos y la anarquía, y c) las pretensiones
del liberal “nuevo patronato” de la Potestad civil, habrían envilecido y avasallado
vergonzosamente a la Iglesia80. Y tenía razón. Las luchas internas e intestinas se prolongarán
hasta nuestros días.
Así es posible comprobar, entre otros elementos, una Iglesia empobrecida, sin suficiente
personal, con pocos sacerdotes y dividida. Además, por su recalcitrante regalismo, García Jerez
abandonó su sede (1524) y se retira a Cuidad de Guatemala, donde muere al año siguiente. El
gobierno de la Diócesis quedó en manos del leonés don Francisco de Ayerdi. Por otro lado, tras el
derrumbe de la autoridad del monarca español en 1811, y desaparecido después de 1821, los hilos
de la unidad entre los nicaragüenses – si alguna vez los tuvimos realmente ̶ empezaron a
romperse. En efecto, por primera y única vez en la historia quincentenaria de nuestra tierra, no
surgió ningún caudillo capaz de imponer la unificación y gobernar el país 81 (el primer modesto
ejército se verá en 1850, no sin recelos). Encontramos un primer elemento de discontinuidad
institucional y psicológica que obstaculizaba – atrasando por siglos ̶ la creación de una Nación-
Estado viable82.
80
Se leen las valientes declaraciones del clero leonés (firmadas el 28 de septiembre por Julián Podi de Penaquila y
Tomás Delgado de Santa Columba) respaldando a su obispo. Véase J.D. GÁMEZ, «Archivo Histórico de la Republica
de Nicaragua, Segunda Parte, cap. X (1823)» en Revista Conservadora 182 (1984) 7-19. Pero, después de los
levantamientos del 29 de noviembre, donde son vencidos por el ejército del régimen liberal, el obispo García Jerez y
clero juraron la Constitución de la Unión el 10 de diciembre.
81
Cf B. BURNS, cit., Carácter patriarcal, 19.
82
Cf B. BURNS, Patriarch and Folk. The emergence of Nicaragua 1798-1858, Harvard University Press, Cambridge-
Massachusetts 1991. Véase Revista de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, LXXIV (2013) X 19s.
Aún más, las múltiples tendencias centrípetas polarizaron a los habitantes alrededor de Granada o de León,
contribuyendo a la división nacional. Veremos sus consecuencias de inmediato en este mismo siglo.
25
Los funestos años entre 1824 y 1827. Las primeras guerras civiles
Bajo el criminal régimen del Gobierno Federal de Centroamérica, se llegaron a formar en
el país cuatro Juntas Gobernativas, las de León y Granada (ordoñistas de signo liberal) y las de El
Viejo y Managua (sacasistas de signo conservador). La resistencia de la población ante los
vejámenes, crímenes y robos, sobre todo, de parte de las tropas federales, se apoyaba en los
sacerdotes Pedro Zapata en San Felipe de León, Policarpo Irigoyen en Managua y Miguel
Gutiérrez en San Carlos. Es decir, el país experimentaba una seria inestabilidad política y una
ruina socio-económica debido a esta nefasta Guerra civil de 1824 (liberales ordoñistas contra
conservadores de Crisanto Sacasa), y los conflictos sanguinarios de 1826 que casi destruyen con lo
poco que hubo de los archivos documentales del país. Se ganaron el repudio popular.
Eran los tiempos en que en el país había pocos hombres educados, y los religiosos ejercían
varios elevados cargos civiles, como lo hiciese el Vicario Capitular, José Desiderio de la Quadra
(† octubre, 1849), quién formó parte de la Asamblea Constituyente (1825), los aguerridos padre
Policarpo Irigoyen (Managua), del cura de Rivas, el padre Pedro Avendaño y la última antorcha
de la edad pasada como dice la Revista de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua de
febrero de 1937 (páginas 145-154), el Deán-ministro-diputado, don Pedro Solís († 1852). El nivel
educativo de la población era muy bajo, sin planeación ni estructura gubernamental. Aunque A.
von Buelow en su folleto El Estado libre de Nicaragua en Centroamérica 83, reconoce en el clero
nicaragüense un alto grado de formación, contradiciendo al embajador e historiador
norteamericano, Ephraím George Squier (1821-1888)84.
83
Revista Conservadora 30 (1965) 101; Revista de la Academia, 74 (2013) X 22.
84
E.G. SQUIER, Nicaragua: Its People, Scenery, Monuments 1852; Cf ID., Historia, 364s. Y en un país de pocos
hombres educados, el clero y las élites desempeñaban una multitud de funciones. Cf ID., Carácter patriarcal, 22.
85
Revista de la Academia 74 (2013) X 41. Muy recomendable es el trabajo sobre este siglo de R. NORORI
GUTIÉRREZ, «Las relaciones Iglesia-Estado en Nicaragua. Siglo XIX» en Revista de la Academia 66 (2007) VIII 77-
104.
26
acusaba a la jerarquía de ser enemiga de la Independencia. Anotamos también que, después del
arribo a León del general Manuel José Arce al mando del ejército federal, el Obispo fue expulsado
a Guatemala donde murió el 31 de julio de 1825.
Hasta los acuerdos del 5 de octubre de 1827, el país estaba sumergida en el caos y la
anarquía, bajo el furor de ejércitos privados (bandas de reclutas reticentes o ávidos villanos dados
al saqueo) que se peleaban en rivalidades municipales. Tal situación se tradujo en familias
destrozadas, pueblos incendiados, poblaciones indígenas alienadas a la esclavitud, propiedades
destruidas, además de la implantación de un férreo Patronazgo nacional. Reiteradas veces los
gobiernos desconocían la autoridad papal, e imponían su política de expulsión de religiosos
(franciscanos, mercedarios, recoletos) y se vieron a las tropas ordeñistas de León y Granada
profanando un sin número de templos. Igualmente, bajo la Federación, típico régimen de los
liberales decimonónicos, se expulsaron y expropiaron a los Hermanos Hospitalarios en 1824 y son
desconocidas las demás órdenes religiosas por el decreto del 7 septiembre 1829 (desconociéndoles
hasta la perpetuidad de sus votos), y otro en 8 enero 1830; regresarán sólo después de la caída del
zelayismo, 1910.
En esta coyuntura se decretaron como propios del Estado los diezmos eclesiásticos en
183286, como ya antes lo decretó el gobierno de 1825. Ésta medida la repetirá el gobierno
granadino de Fruto Chamorro y la Asamblea Nacional el 3 de diciembre de 1851. En este
contexto, en 1832 el Cabildo nombró De La Quadra para gobernar la Diócesis hasta que Pío IX, el
5 de noviembre de 1849, nombrara al ya obispo salvadoreño con residencia en Nicaragua, Jorge
Viteri y Ungo († 25 de julio de 1853) 87. Para dar concluido el sistema colonial, sólo nos resta
anotar que el papa Gregorio XVI reconoció la Independencia de Nicaragua con la bula Solicitudo
Ecclesiarum, el 5 de agosto de 1831. El 25 de julio de 1850, lo hizo el reino de España con un
Tratado de Paz y Amistad.
Por otro lado, queriendo encontrar una radiografía de la fe popular, el 27 de febrero de
1849, el Lic. don Sebastián Salinas en un discurso ante las Cámaras legislativas, llegó a comenta,
que: «Más de veinte años sin pastor propio, no hicieron mella en la vida y disciplina de la Iglesia
86
Cf N.M. BUITRAGO, León, la sombra de Pedrarias, 33. Hasta que, con el regocijo popular, una Asamblea,
presidida por un sacerdote, un decreto legislativo del 30 de abril de 1838 da por concluido el pacto federal en Centro
América; se da inicio de nuestro período como República y, posterior, Estado de Nicaragua. Habían sido los días más
oscuros de la historia del pasado eclesiástico. Cf ID., Historia, 327. 335-347. 354. 356.
87
Cf J.D. GÁMEZ, Historia Moderna de Nicaragua, Managua 1975, 548. Su amigo Manuel F. Pavón, canciller
guatemalteco le aconseja a no caer en el efervescente caldero de las luchas políticas de la inquieta Nicaragua. No le
oirá.
27
nicaragüense debido al espíritu evangélico arraigado en el clero y en el corazón de un pueblo
verdaderamente cristiano»88. Así, los gobernantes decimonónicos estaban convencidos de que les
tocaba gobernar a un pueblo católico, aunque no dejaban de insinuar que la fe religiosa era una
traba para la cultura y la civilización. No obstante, se evidencia una seria división y embrollos
tanto en la Iglesia como en el Estado y como resultado veremos las intervenciones armadas desde
el exterior. En definitiva, Nicaragua se sumergía en una ausencia de instituciones capaces de
unificar el país.
Para resumir, esbozamos a groso modo los procesos de conflictividad nacional y las
guerras intestinas entre las facciones legitimista (conservadores de Granada) y democrática (demo
liberales leoneses guiados por el fanatismo patriótico del filósofo-militar Máximo Jerez y el
Licenciado Francisco Castellón). Estas luchas internas desembocaron en los años de la Guerra [de
Liberación] Nacional, 1856 - 10 de mayo de 1857, contra la intrusión filibustera y devastadora de
William Walker (nombrado Director Provisorio de la República por los granadinos), en la cual
hubo importante participación centroamericana89. Creemos que vale la pena transcribir parte del
sermón del controvertido Pbro. D. Agustín Vigil (partidario de la intervención), un día después
que W. Walker se tomara la cuidad de Granada. 14 de octubre de 1855, cuando decía:
«Desde nuestra Independencia [quizá desde los orígenes] hemos vivido en perpetua
división y lucha armada casi constante, interrumpida a cortas treguas por débiles
esfuerzos de paz. Con […], el odio, ese cáncer roedor de la colectividad echó raíces en
la sociedad nicaragüense que se ha combatido a sí misma con rigor criminal,
contrariando leyes naturales y las predicadas […] por Jesucristo» 90.
88
Véase O. CUADRA, La voz Sostenida, Managua 1960, 63. Squier, entre otras cosas, admirado, recoge en sus escritos
la profunda piedad al Santísimo Sacramento y a la Madre de Dios, junto al espíritu penitencial del pueblo, sin dejar de
describir la pobreza y generosidad de los pocos sacerdotes en su ministerio. Las poblaciones del norte y del Caribe
anhelaban el establecimiento de un párroco. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 359s. 365s. 412. En febrero 1852, la pequeña
“Leal villa” de pescadores, Managua, de poco más de 13 mil habitantes, antiguo distrito de Granada, es declarada
capital de la República. Su desarrollo urbanístico y humano se verá estremecido por los terremotos de 1881, 1885,
1931 y el de 1972.
89
Sin duda, con Luis Alberto Cabrales (Canto a la Independencia Nacional de México, 1953), recogemos el
pensamiento de PAC, para quién la Guerra Nacional produjo la primera vivencia colectiva del nos nacional, pero sin
lograr posteriormente su consolidación. Cf ID., Pensadores, 204. 206. Entre los comisionados por el partido
democrático estaba el Pbro. Apolonio Orozco, figura relevante de la iglesia nicaragüense. No olvidamos al padre
Francisco Tijerino que capitaneaba en la Isla de Ometepe a más de cien indios contra los filibusteros quienes el 27 de
noviembre de 1856 habían profanado templo en el incendio de la ciudad de Granada. Además, el gobierno
provisional de don Patricio Rivas, solicitó acciones diplomáticas en el exterior a ilustres sacerdotes y patriotas como
el padre Agustín Vigil (Washington), Rafael Jerez (Honduras) y a Remigio Salazar (El Salvador y Guatemala). Otro
digno de ser mencionado fue el padre José Antonio Castillo. Cf ID., Historia, 392-394. 489.
90
Cf E. ARELLANO, Pensadores, 79.
28
E igualmente, la vida nacional no atendió las palabras del leonés decimonónico de mayor
dimensión intelectual, el jurista Larreynaga, cuando escribe: «El hombre debe hacer consistir su
riqueza en saber privarse de placeres inútiles para no pasar la humillación de vender su
independencia. Y el verdadero decoro y esplendor consiste en no deber a nadie nada»91.
Nicaragua veía un tremendo vacío de poder que amenazaba con un desorden continuo, e incluso
con la desintegración92. En otros términos, los argumentos genéticos para gobernar, se
confrontaron con la tendencia a ejercer el poder político de acuerdo con una base personal-
patriarcal, es decir, los asuntos nacionales y los familiares tendrán una difusa línea demarcatoria.
El caso más emblemático fue el de la familia Somoza y la fundación de su dictadura dinástica en
la cúpula del poder, argumento que nos ocupa en este trabajo 93. Los gobiernos libero-
conservadores94, en nombre de la libertad, por medio de bayonetas, decretos legislativos y de
periódicos como El Porvenir y la Gaceta, se esforzaron en excluir de la vida y de la historiografía
nacional la influencia de la pastoral eclesial (seglares, religiosos y clérigos). Eran los días de los
episcopados de Ulloa y Calvo (1867-1879) e Ulloa y Larios (1880-1902). No obstante, tales
mecanismos gubernamentales, no se dieron en los niveles de persecución que sufrió el catolicismo
en Guatemala y El Salvador. Lo veremos sólo bajo el gobierno de J.S. Zelaya. Igualmente, bajo
la investigación actual, no se sostiene la tesis que contradice la virtud del clero y la acción eclesial
en el siglo XIX como lo afirma el Gral. Isidro Urtecho en sus “Memorias de Granada” o el Dr.
Franco Cerruti en su trabajo sobre “Los Jesuitas en Nicaragua en el siglo XIX” (san José, 1984).
91
Cf ib.; M. LARREYNAGA, Compilación de sus dictámenes jurídicos, Guatemala 1862.
92
Cf Revista de la Academia 74 (2013) X 24. Sólo la institución familiar de estructura patrilineal con acento bíblico,
tuvo la virtud añadida de unificar a los nicaragüenses herederos de la experiencia colonial bajo tensión. Sin embargo,
al mismo tiempo, la extensión de aquella en la administración política nacional, dividió a los nacionales y complicó la
búsqueda de un gobierno contractual (rousseauniano).
93
ib., 27-28. Cf B. BURNS, Patriarch and Folk. Véase J.A. ALONSO, «Élites gobernantes y familiares en Nicaragua»,
en Estudios Centroamericanos, San Salvador, 296 (1963) 331-334.
94
Influenciados por Guatemala, se desarrollaron 35 años de patriarcado progresista de las élites leonesas y granadinas
que dieron lugar a la sucesión de 6 presidentes cada cuatro años (fenómeno político no repetido en la vida nacional).
El período abarca desde la primera administración del caudillo militar Gral. Tomás Martínez en 1858 hasta la
revolución liberal de 1893, facilitada por el gobierno centralista de Evaristo Carazo que desarticuló la política de
cohesión de intereses y líderes de diferentes regiones del país practicada en toda la era conservadora. Pero, sin
correspondencia al espíritu democrático y republicano, los gobiernos de Fernando Guzmán y de Joaquín Zavala
entraron en conflicto con el catolicismo, persiguieron y procesaron a eclesiásticos, violentaron templos en el contexto
de la revolución de 1869 y, con acusaciones de ser enemigos del progreso, en 1881, expulsaron a los jesuitas y al
poeta y ensayista, padre Apolonio Orozco, a pesar del repudio popular y del clero secular. Cf N.M. BUITRAGO, León,
248-251. Es una muestra del dominio estatal sobre la Iglesia. Aunque siguiendo a Arellano, la definimos como una
era de clanes militares oligárquico en tensa amistad con restringida participación política que dieron al país unos años
de gobernabilidad y desarrollo relevante en los aspectos macroeconómicos, culturales y jurídicos sustentado en un
criollo consenso nacional. Cf J.E. ARELLANO, «La era conservadora de los 30 años», en El Nuevo Diario, 9 julio
2016.
29
En medio de su pobreza material y de medios, en reiteradas oportunidades, la Iglesia luchó,
negoció y colaboró en la consolidación de la paz, prosperidad y bienestar de la República.
Nicaragua enfrentaba una alarmante situación: la ausencia de instituciones capaces de unificar a la
nación. A su vez, el sistema colonial, de relaciones más o menos armoniosas entre la Iglesia y el
Estado, sólo se rompe con la embestida dela clase dirigente en la Revolución liberal de 1893 que
pretendía fundar un Estado-Nación y fortalecer a la clase media con un pacto con las potencias
europeas. Pero no lo lograría.
3. A la venia de Washington
En las vísperas del siglo XX la presencia en el Istmo centroamericano de marines
norteamericanos95 junto a la poderosa influencia de la política exterior de Washington, acelera y
prolonga decididamente el interior de la nomenclatura socio-económica de Nicaragua, desdibujada
en y por un doloroso período de inestabilidad política 96. Entonces, para ser una nación moderna,
todo estaba por implantarse en Nicaragua, sentenciaba el sabio leonés, el unionista Gregorio
Juárez el 15 septiembre 1864 e igualmente en 187597. Mientras tanto, el pueblo nicaragüense
mantenía su sentimiento religioso versado al catolicismo. La Iglesia estaba sin recursos; yacía
pobre y con pocos medios para la evangelización. La precariedad de los templos y la poca
afluencia al matrimonio eclesiástico, eran imágenes plásticas de esta sinergia; y se contaba con
pocos curatos o parroquias para afianzar una cultura local netamente inspirada en la virtud y la fe.
En lo político, reinaba el zancudismo — aceptar cargos o puestos en el Estado, a cambio de
95
Aprovechando la indefensión del Estado y bajo el pretexto de defender los derechos de las empresas de sus
ciudadanos en territorio nacional, la Secretaria de Estado la justifica con el “Corolario Roosevelt (Theodore)” de la
Doctrina Monroe y la aplicación de la “democracia o Diplomacia del Dólar” (desplazar vía pactos a potencias
europeas en la región), como estrategia político-militar de dominio continental a imitación del imperialismo británico
(tendrán 14 intervenciones en el área del Caribe hasta F.D Roosevelt). Véase el estudio de C. QUIJANO, «Nicaragua,
ensayo sobre el imperialismo de los EE.UU.», en Revista Conservadora 149 (1975/4) 85ss.
96
Los desventajosos tratados “de facto” (de 1910-24) con la banca norteamericana (sobre todo con los Brown
Brothers) sobre el Banco Nacional, la moneda, los derechos aduaneros, el Ferrocarril del Pacífico y en el manejo de la
deuda interna y externa, “nulificarán la administración conservadora, si es que la hacen desaparecer” , dijo desde
Washington el doctor David Arellano (2 octubre 1910). Lo anterior obligó al sistema financiero a tomar préstamos y
quedar bajo el tutelaje de EE. UU. Así se redujo la capacidad institucional de responder a los problemas sociales. La
falta de estructuras, el bajo nivel educativo higiénico-ambiental y la desarticulación de la organización sanitaria se
constató en su incapacidad para frenar los brotes de sarampión, malaria e influenza, etc. Surgen brotes violentos y
signos de superstición en las calles o los campos de juego. P.J. CHAMORRO ZELAYA, Origen de la Intervención
Americana, Editorial La Prensa, Managua 1951.
97
En Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación 85 (1994) 27-32; J.E., ARELLANO, cit., Pensadores, 82.
30
claudicar — el despotismo y los juegos de influencias en todos los estratos. Esto obedece a que
históricamente son muy pocos los partidos que no han sido creados para enriquecerse en el poder.
En definitiva, al mencionar la búsqueda de la venia de Washington o bien hacer una entrega
incondicional a su influencia, nos referimos, no podemos obviarlo, al arriba mencionado
esclavismo filibustero de Walker (1856-1857), al menos en sus inicios, y, sobre todo, a las
rupturas diplomáticas como la del 1 de diciembre de 1909 contra Zelaya, a los bloqueos militares,
como el de 1910 contra las fuerzas del doctor José Madriz y el de 1926 contra el Ejército
Constitucionalista, y al tratado lesivo de la soberanía nacional: el Chamorro-Bryan, del 5 de
agosto de 1914 que, al contrario de lo que se considera, fue concebido para evitar que los europeos
pudieran invertir en un proyecto canalero en nuestro país, pues el mismo año, se inauguraba el
Canal de Panamá (15 de agosto). Agregamos las intervenciones militares de EE.UU. en
Nicaragua (la primera el 4 agosto 1912 a 1925 y de 1926 al 2 de enero de 1933)98.
La ascensión al poder y ejercicio de la autoridad laica del General José Santos Zelaya
Es constatable en múltiples estudios que los sectores políticos dominantes del país, de una u
otra forma, respondían a una cultura de subsistencia en el poder la cual no se concebía fuera de la
venia de Washington, que convertía virtualmente al país, un protectorado norteamericano. A nivel
local, según Zúñiga, la ascensión al poder del general José Santos Zelaya (julio 1893 hasta 1909) 99
se puede explicar, entre otras causas, por los conflictos entre gobiernos con marcado
98
ID., Pensadores, 15s. Consúltese L. CUMMINS, Don Quijote en burro, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1983,
55.
99
Zelaya López (1853-1919), representante de la “aristocracia del café” managüense, fue un progresista liberal de
tintes europeizantes. El zelayismo entró en disputas con el presidente Taft debido al fusilamiento de dos ciudadanos
estadounidense, L.R. Cannon y L. Groce (El Castillo, Río San Juan, 28 enero 1909), quienes eran del bando
conservador del general Estrada. A su vez, Zelaya propuso unas erráticas políticas concesionistas a compañías
extranjeras en el contexto de un nuevo proyecto norteamericano de establecer un canal interoceánico. Además, en la
recta final de su gobierno se caracterizó por una incapacidad antidemocrática de sostener un diálogo con la Iglesia o
con la burguesía conservadora. Cf M.A. VALLE MARTÍNEZ, La dictadura somocista, sus orígenes y asentamiento,
Publicaciones del comité político universitario, Managua 1980, 5-7.
31
anticlericalismo de los llamados “30 años conservadores” 100 y la Iglesia. Por su parte, el General
Zelaya acorde a su revolución liberal modernista y su delfín, el señalado y admirado, doctor
Alfonso Altamirano (†1906, ultimado por su colega Julián Irías), comenzó a ejercer su hegemonía
política eliminando a los conservadores granadinos; consecuentemente, por sus principios
liberales, se decantó en menguar la presencia de la Iglesia en las escuelas y en la vida nacional y la
de su obispo, el rivense Mons. Francisco Ulloa y Larios, enfermo de apoplejía desde 1891 (muere
en julio 1902).
Se implementaría una persecución religiosa, como lo corrobora el Memorial de quejas del
vicario general, Pbro. Pedro Esnao contra la Constitución liberal (El Viejo, julio 1894), y una
confrontación en la prensa escrita (El Sentimiento Católico y El Cronista vs los liberales El Día,
El 93 y El Siglo XX)101. No faltaron tumultos y sobre saltos en varias ocasiones en donde
chocaban dos doctrinas opuestas, el fanatismo católico y el liberalismo avanzado, como lo
catalogó el general en una misiva al obispo. Por ello, no se hizo esperar el intercambio epistolar
entre el presidente y el Administrador Apostólico, el obispo coadjutor Mons. Simeón Pereira
Castellón102 para zanjar las difíciles relaciones. Pero el confrontamiento era inevitable. Para el
régimen zelayista el instrumento jurídico de reforma fue la Constitución del 93 de tinte liberal y
laica, mal llamada la “libérrima”103 del 10 de diciembre de 1893 que desconocía de hecho el
Concordato (2 noviembre 1861).
100
Sumamos que, fueron caudillos militares y familiares provenientes de la guerra anti filibustera de inadecuada
formación intelectual y segados por el poder. Probablemente masones de tendencia agnóstica e influenciados por el
pensamiento modernista. No obstante, de acuerdo a la dicotomía del nicaragüense, crearon una Constitución el 19 de
agosto 1858 (Art. 6) y se firmó un Concordato con la Santa Sede que protegía a la Iglesia, bajo el obispado de Piñol y
Aycinena (†1881) y del primer gobierno del presidente Tomás Martínez, que le proporcionó alguna vía de diálogo, y
puso orden en la organización interna de la Provincia. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 409. 519.
101
Véase referencia bibliográfica en Boletín cit.,53 (1987) V 34. Cf P.J. CHAMORRO ZELAYA, Enrique Guzmán y su
tiempo, Editorial Artes Gráficas, Managua 1965, 333. Sobre la persecución, véase E. MORALES URBINA, «El
liberalismo de Zelaya y la Iglesia», en Boletín 53 (1987) V 37.
102
Pereira Castellón (1863-1921). Fue el último obispo de la Diócesis de Nicaragua (coadjutor desde el 2 diciembre
1895) y primero de la Diócesis de León. Por sus enérgicas protestas desde el púlpito contra las políticas del régimen,
soportó prisión y expulsión del país (3 noviembre 1899-1902) y un nuevo exilio a Costa Rica junto a 26 clérigos el 6
de enero de 1905 hasta mediados de octubre de 1906. Cf ID., Historia, 519s. 538.
103
Sobre todo, los artículos 47s. 50-54. Mandan que el Estado se apropie de las Capellanías (grandes extensiones de
tierras eclesiásticas, como antes se hizo en el gobierno de Cárdenas, 1887), otorgue derechos a hombres, mujeres y
trabajadores, permita la libertad de culto, liquide la hegemonía eclesial sobre la educación (art. 49), secularice los
cementerios, el matrimonio civil, se ofrezca el divorcio absoluto, se establezca claramente los derechos del ciudadano,
según el liberalismo. Deroga la Constitución de 1858; cuenta con XXI títulos y 162 artículos, aunque sufrió algunas
reformas en el año 1896 y luego sustituida en 1905. A su vez fue abolida por la del 21 diciembre 1911 como búsqueda
de una legislación que refleje el alma nacional.
32
En estos años, después de casi dos años de exilio en EE.UU., el 11 de julio de 1896 vemos
viniendo desde París al padre José Antonio Lezcano Ortega 104, futuro primer arzobispo de la
Provincia Eclesiástica. Salió nuevamente al destierro en enero de 1905. Ahora bien, pasado de un
pequeño impase de neutralidad, entre otras decisiones en el ámbito religioso, agitado por los
radicales de su partido liberal, en 1904 Zelaya decretó leyes de prohibición de fiestas de santos
patronos ( febrero 1898), negación de ingreso al país de órdenes religiosas (octubre), el uso del
hábito talar a los sacerdotes fuera de los templos (octubre-diciembre). También hizo encarcelar a
clérigos, cerró el Seminario, etc., provocando una fuerte reacción del clero, el cual siguió
sufriendo vejámenes, expulsiones y humillaciones, aun en las casas curales 105. Zelaya es
excomulgado (finales de 1904). En fin, en la Nicaragua zelayista se articulan las bases de la
modernidad estatal, mejoras en la cobertura educativa elemental y una formal vinculación en el
mercado mundial con el comercio del café106. Pero no se hizo lo suficiente en materia de bienestar
general. La Revista de la Academia 30 (1965)11-36, recoge los opúsculos del doctrinario y
general José Madriz, publicados en los años de su forzado exilio en San Salvador, en los que no
acepta los ultrajes al liberalismo del sistema de privilegios para los firmantes del Libro Rojo
zelayista (1903).
104
Lezcano Ortega (1865-† día de Epifanía, 1952). Fue un verdadero sacerdote, según una carta de Rubén Darío
(Guatemala, 28 mayo 1915). La labor espiritual del Padre Toño, periodista y escritor, arzobispo desde mayo 1914,
aún perdura en toda Nicaragua. Bien cultivado su intelecto y su piedad ha sido una figura cimera de la Iglesia
nicaragüense, pues, sirvió como diputado a partir de 1912, socorrió a las víctimas del Terremoto de Managua (1931),
miembro de número de la AGHN. Igualmente, atrajo y promovió a congregaciones religiosas y laicales, y, junto a
Mons. Tijerino Loáisiga, el I Concilio Provincial (León, 1934), construyó la primera Catedral en la Arquidiócesis
(1925-1946), Congresos Eucarísticos (1941), fundó el Seminario Provincial, la Procesión de varones (1 enero); y con
otros, la Academia nicaragüense de la Lengua (director en 1935). Cf Revista de la Academia, 74 (2013) X 108-136.
220-223. 238; ID., Boletín 115 (2012) IV-VI.
105
Así Managua deja de celebrar a su santo patrono Santiago. El 18 agosto 1894 fueron expulsados R.J. Chévez, J.A.
Lezcano, J. Toval, D. de la Llana, Tomás Martínez, M. Dubón y Pío Flores por ser “cabecillas de la conspiración
clerical”, también las monjas Salesas de Granada y los sacerdotes R.I. Matus y R. Cervantes. Paradójicamente, el
mismo Zelaya y su comitiva reciben con gala en Campo de Marte al delegado papal, Mons. Giovanni Cagliero (2
enero 1909). Además, hubo un decreto ejecutivo del 14 octubre 1899 con el que se expropia a la Iglesia de los
últimos bienes raíces, muebles, semovientes y demás valores (pertenecientes a las Cofradías, instituciones
corporativas religiosa-económicas), que le significaba su “renta”, alegando que el pueblo es el legítimo dueño. En
realidad, fueron a parar en manos de cafetaleros de la élite en el poder. La Iglesia fue llevada a la bancarrota y a la
ruina financiera. Cf M. MANTICA, «Asociaciones y movimientos laicales preconciliares y postconciliares en el primer
centenario de la Provincia Eclesiástica de Nicaragua», en ID., Revista de la Academia, 182s; Revista de la Academia 7
(1945) II 69; Revista Conservadora 187 (1985) 51-79. E. MORALES «El Liberalismo de Zelaya y la Iglesia», en
Boletín cit., 37; Diario Oficial, 19 octubre 1899; J.E. ARELLANO, Pensadores, 99; ID., Revista de la Academia 74
(2013) X 46. 49. 52.72; ID., «Breve Historia de la Iglesia en Nicaragua», en Boletín del Archivo General de la Nación
2-3 (1980) 70.75.
106
Ya en la Nicaragua de la segunda mitad del siglo XIX, el auge cafetalero es considerado como soporte económico
de la razón de Estado “moderno”. La fuente que reporta la prohibición de las fiestas populares de patronos es F.E.
GUANDIQUE, Índice cronológico por materias, de leyes y disposiciones generales de la República de Nicaragua, hasta
junio 30 de 1945, Nueva Prensa, Managua 1946, 120.
33
Dinámica eclesial en el post-zelayismo y el Lomazo de Emiliano
La cultura del caudillismo junto a la cultura de los pactos,
ha sido la tragedia para el país. Son gente [que usa] como sus
peones a los soldados del ejército y ellos [van] montados en su
mulla.
J. VALLE CASTILLO, literato nicaragüense, diciembre 2018
Ya en el siglo XX, el ámbito eclesial vio tensas relaciones entre el presidente Zelaya y el
obispo Pereira Castellón, Administrador Apostólico (expulsado por primera vez en 1899), bajo la
mirada atenta de la Santa Sede, la cual deseaba el buen entendimiento. Todo respondía a una
laicización del Estado y el debilitamiento de la Iglesia en diversos campos. ¿Es la abolición del
concordato de 1861? Seguramente. En la práctica, por estos años, los concordatos en América
Central han sido inexistentes. Como dictaba la herencia del siglo decimonónico aconteció una
laicización de la educación pública. Y como reacción eclesial vemos surgir colegios religiosos.
Entre otros, de los salesianos en Granada (1912) por insistencia de doña Elena Arellano Chamorro
y los lasallistas (Managua, 1903) por el p. Mariano Dubón Alonso († 1934), quien ejerció una
labor caritativa y de promoción humana respetada por muchos. Sin embargo, no se debe olvidar
que siguieron las acciones privativas del zelayismo ante lo religioso en el contexto del
levantamiento militar en el Caribe por el general J.J. Estrada (octubre 1909). Posteriormente, el
zelayismo es frustrado al perder el apoyo de la administración del presidente William H. Taft
(1857-1930) a través de la imposición de la “Nota Knox” (1 de diciembre de 1909). Zelaya
renuncia el 16 de diciembre de 1909, y el 21 tomó posesión de la Presidencia de la República el
liberal José Madriz, pero, en agosto de 1910 los revolucionaron entran a Managua y es elegido
presidente el general Estrada. En octubre se firman convenios con EE. UU., los Pactos Dawson,
que señera la política local hasta 1921107.
Posteriormente, en 1912, en el marco de la “Guerra de Mena” se consolidó la oligarquía
conservadora bajo la égida de la primera incursión directa en suelo nicaragüense de un contingente
de la Marina estadounidense108. Junto a tropas conservadoras, entre el 29 de julio y el 6 de
octubre, aplastan una sublevación liberal-conservadora en contra del primer período del sagaz
presidente Adolfo Díaz (1875-1964), quien es designado por los norteamericanos como presidente
107
C. CUADRA PASOS, Historia de medio siglo, El Pez y la Serpiente, Managua 1964, 54.
108
A solicitud de Díaz Recinos, durará hasta agosto del 1925. No pasarán muchos meses para ver de nuevo a tropas
norteamericanas participando activamente en los conflictos internos de Nicaragua. Estarán a la par de las tropas
conservadoras del presidente Díaz. A partir de marzo de 1927 hasta abril de 1938, se enfrentarán a las guerrillas
ubicadas en el norte del país, cerca de 5,500 marines, 18 aviones de bombardeo, 36 naves de guerra y 464 oficiales al
mando del general Logan Feland.
34
en las elecciones del 2 de noviembre, las primeras del siglo XX. La insurrección era liderada por
los generales Luis Mena y el jinotegano Benjamín Zeledón 109. En efecto, si se pretende
caracterizar la dinámica eclesial ante éste escenario nacional, es necesario señalar la coincidencia
en unos determinados objetivos: la estabilidad político social, el desarrollo económico. Sin
embargo, para la historiografía de modelo “progresista” o moderno alternativo 110, en la Iglesia se
inauguraba un período de acoplamiento y de complicidad al sistema político criollo llegando a ser,
por impotencia, por el silencio o búsqueda de privilegios, una aleada política y legitimista del
aparato estatal libero-conservador, y posteriormente, de la dinastía somocista. Sólo conocerá
modificaciones significativas a medida que la vigencia del modelo de dominación entrara en crisis
insuperable111. A pesar de ello, no faltaron voces que se empeñaron a criticar el sistema
dominante; era la voz del padre Azarías H. Pallais y los obispos, Monseñor Simeón Pereira
Castellón al igual que lo hará más adelante, el padre Luis Almendárez (párroco del barrio San
Luis), y el incisivo Monseñor Calderón Padilla, este último de clara tendencia política
conservadora. Éstos cuestionaron frontalmente al sistema político vigente y se declararon en
contra de la ocupación norteamericana, arropados de un sentimiento nacionalista y patriótico 112.
Un episodio a resaltar es la carta que Mons. Pereira Castellón escribe al influyente Arzobispo de
Baltimore, Cardenal Jaime Gibbons (1834-1921), fechada el 09 de octubre de 1912. Es un
antológico texto del patriotismo del clero nicaragüense, donde denuncia la intervención militar,
109
Benjamín Zeledón (1879- 4 octubre 1912), rechazando la propuesta del norteamericano Smedley Butler, jamás
podría tolerar ni acostumbrarse a la humillación y la vergüenza de un interventor, expuso las motivaciones de su
lucha: «La anciana encorvada por la miseria y el niño pálido por la escasez serán redimidos. El pobre humillado,
escarnecido por una insolente oligarquía, tendrá pan para sus bocas hambrientas y lienzos para cubrir sus ateridos
cuerpos desnudos […] el artesano, fuerza fecunda, propulsora de las naciones, podrá trabajar con entera
independencia […] Nuestros hijos, nuestros hermanos, tendrán escuelas, y la instrucción pública [será] difundida por
todas partes…» Cf G. SELSER, «Zeledón y Sandino», en Boletín del Archivo General de la Nación 4-5 (1980) 17-19.
Cf M. MONCADA FONSECA, Nicaragua 1910-1937. Imposición del dominio yanqui en Nicaragua y Resistencia
Sandinista, 8. Esta obra está disponible en http://www.rebelion.org/docs/110909.pdf
110
Siguiendo a Weber, el padre Meya, propone 5 tipos ideales de historiografía o campos de visión para la historia de
la Iglesia en América Latina: Modelo Tridentino de la Iglesia visible, el Modelo moderno racionalista de matriz
hegeliana, el modelo moderno alternativo como proceso de liberación de las opresiones en donde la Iglesia no cuenta,
el modelo crítico no eclesial de tendencia liberal (o bien el modelo post moderno que niega algún valor a la acción de
la Iglesia en los siglos de la colonia), y el modelo decolonial y feminista que critica a la primera teología de la
liberación gutierriana que, según cada vez más autores, usa la historia con ingenuidad. P. MEYA S.J., «comentarios
sobre historiografía latinoamericana», en Historia de la Iglesia en America latina, Pontificia Universidad Gregoriana,
Roma 23 marzo 2019.
111
R. M. POCHET – A. MARTÍNEZ, Nicaragua. Iglesia, 8. Aunque no todo fue entendimiento. Desde 1939, cuando
comenzaba a perpetuarse el régimen somocista, el problema más sentido para el episcopado y de influyentes fieles fue
el asunto de la educación laica y el matrimonio civil. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 576ss.
112
Se trata de un modelo integracionista, que buscaba mantener la crítica eclesial muy próxima a las posiciones de los
partidos de oposición que llega a romperse en la crisis de la masacre del 22 enero 1967, y la ascensión al poder de
Anastasio Somoza Debayle. Cf ID., Nicaragua. Iglesia, 8.
35
política y financiera que sufría la nación de parte de los EE.UU. Interpretando el sentir del
pueblo, el obispo discrepa de que dicha presencia traiga la paz al país. Solicitaba los oficios del
purpurado para que se respetaran los derechos de libertad y autonomía de Nicaragua. Leemos:
Pero, estamos en el contexto de las luchas políticas para ganar el tutelaje estadounidense y de
golpes de estado entre los caudillos militares de la Segunda República Conservadora post
zelayista, que suscitaría una nueva periodización: Implantación, la Resistencia, la Consolidación,
el Conflicto, la Solución y la Herencia114. El nuncio Cagliero recomendó a los diputados
constituyentes no desatender las lecciones de una dolorosa experiencia de aquellos cegados por el
poder (12 diciembre 1912). Un ejemplo de ello es “El Lomazo de Emiliano”, 25 de octubre de
1925, donde el caudillo E. Chamorro Vargas se apodera de la Loma de Tiscapa (casa Presidencial,
Managua) contra el gobierno bipartidista del presidente Carlos J. Solórzano (conservador) y su
vice J.B. Sacasa (liberal, tenía en su haber el pacto de 1924). Emiliano será ratificado como
presidente “de facto” por el Congreso el 16 de enero de 1926; pero, Chamorro es obligado a
renunciar en octubre de 1926 porque no obtuvo reconocimiento internacional al romper el
Convenio promovido por Washington (1923) de rechazar a cualquier gobierno que surgiera por un
golpe de Estado. La respuesta al Lomazo fue el estallido de la Guerra Constitucionalista, en mayo
113
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 542s; R. M. POCHET – A. MARTÍNEZ, Nicaragua. Iglesia, 7. Véase a Á. ARNAIZ, Historia,
90; leer lo que escribió uno de sus adversarios, el liberal doctrinario Mariano Barreto quién combatió al zelayismo y a
los conservadores yanquistas, M. BARRETO, «Mons. Pereira y Padilla» en Boletín 15 (1927) 25-26.
114
Cf P.J CHAMORRO Z., Origen. Ver J.E. ARELLANO, Pensadores, 134.
36
de 1926115. El 17 de noviembre es reconocido por EE.UU. como presidente, Adolfo Díaz 116. No
obstante, aquella acción de Emiliano será considerada como la detonante de las grandes decisiones
políticas, como veremos. El licenciado Zúñiga afirmará categóricamente: «el “Lomazo” es el
origen de todos los males que Nicaragua padeció en el siglo XX. Sin Lomazo no hubiera habido
somocismo ni hubiera habido sandinismo»117. En este orden, el mismo Zúñiga dice que los
obispos se mantuvieron unidos, con un gran sentido de colegialidad y, reunidos con periodicidad,
practicaban la corresponsabilidad en el ministerio. Ello no excluye los casos, no pocos, en que los
obispos no fueron unánimes en sus criterios. Pero, lamentablemente sus discursos no se
sostuvieron críticos. Poco a nada influyeron en estos pactos. Hasta 1950 la jerarquía tuvo como
tema clave la creación del Seminario Provincial o Central (posteriormente llamado
Interdiocesano). Todo cambiará con la masacre de 1967 y, sobre todo, desde 1971 como reacción
al bochornoso pacto bipartidista. A continuación, nos centraremos en analizar las posturas y
mentalidades de la Jerarquía y la Iglesia en general a partir de esos años.
115
La guerra se vio antecedida por una serie de movimientos armados contra los gobiernos conservadores: la
insurrección de Massó Parra (1913); un ataque a los cuarteles de Bluefields (1914); toma de la Casa de Gobierno
(1915); movilizaciones en la frontera de Costa Rica (1919); dos combates en la frontera de Honduras (1920); dos
invasiones desde este país (1921); “conspiración de Lara” y fuertes disturbios en León y Chinandega (1922);
disturbios durante las elecciones (1924). Cf. J. WHEELOCK ROMÁN – T. BORGE, Nicaragua. O grande desafio,
Camihno, Lisboa 1985, 112.
116
DEPARTAMENTO DE ESTADO DE LOS ESTADOS UNIDOS, Estados Unidos y Nicaragua. Una encuesta de las
relaciones entre 1909 y 1932, Oficina de impresión del gobierno, Washington, D.C. 1932, 64.
117
Cf ID., Historia, 558s. El subrayado es nuestro.
118
Es el pacto Stimson-Moncada, concretizado. Pone fin de la “Guerra Constitucionalista”. El enviado
norteamericano Henry L. Stimson impone un tratado de paz. De una policía rural-urbana y judicial llamada la
Constabularia (desde abril 1925), crea la famosa Guardia Nacional de Nicaragua (GN, acordada el 11 mayo en la
segunda reunión, y oficializada en octubre 1927) como fuerza armada bajo oficiales del USMC, United State Marine
Corps, para combatir a Sandino y supervisar las elecciones de 1928. Como veremos, según el mismo general A.
37
jefe de las fuerzas liberales, traiciona a Juan Bautista Sacasa, y deponiendo las armas, se hace de
la presidencia en las elecciones del 4 de noviembre de 1928 con el 57 % de los votos contados por
oficiales de la marina norteamericana. Un memorándum (22 de abril), que Díaz había puesto en
manos del negociador norteamericano Stimpson, contenía las bases de lo que se firmaría en
Tipitapa, y comprendió los siguientes puntos: 1. Paz general y desarme simultáneo de ambos
partidos ante estadounidenses. 2. Amnistía general, regreso de los expatriados y restitución de las
propiedades a los confiscados. 3. Participación de los liberales en el gabinete de Díaz. 4.
Organización de una guardia civil apartidista y comandada por oficiales estadounidenses. 5.
Intervención estadounidense en las elecciones de 1928 y en las de los años subsiguientes, con
poder policial para hacer efectiva la intervención. 6. Permanencia de una fuerza de marines para
que hiciera efectivo todo lo anterior. Así, pues, el pensamiento y la acción de los liberales se
habían trocado esencialmente conservadores y, en tal sentido, no tenían más interés en asumir
posiciones nacionalistas119. Pero, según el mismo Moncada lo relata en su escrito: «Los soldados
llorando rompían los rifles. Ciento setenta hombres dejaron sus armas en el cuartel de Boaco, sin
esperar el pago de diez pesos ofrecidos. Se oían entre los jefes voces de rebeldía»120.
Los generales Sequeira y Augusto Nicolás Calderón Sandino (1895-1934), el llamado
“General de los hombres libres”, fueron los únicos liberales que se opusieron al acuerdo con los
conservadores y estadounidenses. Se internaron en las montañas y refundaron en forma de
guerrilla la columna segoviana del ejercito liberal, al norte del país, no tanto con la pretensión de
Sandino, la GN es el heredero de la intervención convirtiéndose, por ello, en objeto de su lucha guerrillera con el fin
de transformarla en un ejército nacional. Cf H.L. STIMSON, La política de los Estados Unidos para Nicaragua. El
Pacto del Espino Negro, Aldilá, Managua 2004, 74. C.E. FRAZIER JR., «The Dawn of Nationalism and its
Consequences in Nicaragua», en UMI Dissertation Information Services, (1958) january 393s. Cf J.E. ARELLANO,
«La creación de la verdadera GN», en El Nuevo Diario, 29 noviembre 2014; ID., Tacho Somoza y su poder,
1933/1956, Managua 2016, 9.26. Al presidente Díaz se le permite terminar su período. El mediador local fue el
afable joven liberal, col. Anastasio Somoza García, en su segunda intervención pública (primero trabajó para
Solorzano-Sacasa, 1924), quién será jefe político, ministro, canciller y cabecilla de la GN por medio de la cual
construirá su dinastía (Los Somoza).
119
Sergio Ramírez decía que con el fin del zelayismo, el Liberalismo se vio históricamente agotado en su desarrollo
independiente, lo que resultaba de la coincidencia de su proyecto clasista con el desarrollo de la política imperialista
orientada a defender la aplicación de la Doctrina Monroe. Cf S. RAMÍREZ, «Sandino y los partidos políticos», Sesión
inaugural del curso académico Centro Nacional de Estudios Sociales – Universidad Nacional Autónoma de
Nicaragua, Managua 1984, 10. 13-14. 19-20. 25.
120
J.M. MONCADA, Estados Unidos en Nicaragua, Tipografìa Atenas, Managua 1942, 28-29. Las cada vez mayores
dimensiones de la guerra, amén de hacer peligrar el dominio imperialista en el país y de apresurar, en virtud de ello, el
regreso de los marines al territorio nacional, empujó a las distintas facciones de la clase dominante a una alianza
estratégica. Esta alianza, impulsada por la intervención, convertiría a liberales y conservadores en fuerzas paralelas,
dispuestas a servir por igual a los intereses imperialistas. Cf M. MONCADA FONSECA, Nicaragua 1910-1937, 12.
38
una victoria militar, como con el propósito de servir de ejemplo futuro 121. En este mismo orden,
después de la fallida toma de la cuidad de Ocotal (julio 1927), se inician los 7 años de las guerras
de guerrillas de la enconada resistencia del guerrillero-teosófico Sandino ante la intervención
militar de los EE. UU., el cual la estimó una continuación de aquélla gesta de Benjamín Zeledón.
Desde un mesianismo libertario, aquel bandolero divino, como lo definió Antenor Sandino
Hernández en La Odisea del General Sandino (febrero, 1934), decía que «[no] Soy nada más que
un instrumento de la justicia divina» ya que «hemos sido en Nicaragua los escogidos por ella» ...
viéndose a sí mismo «como continuador de las luchas libertarias de Simón Bolívar» 122. Además,
justificaba su lucha en favor de los oprimidos desde su experiencia personal de marginado, escribe
en un manifiesto intitulado "A mis compatriotas nicaragüenses":
121
S. RAMÍREZ, El alba de oro, Managua, Siglo XXI Editores 1984 2, 32. A Sandino, políticos e intelectuales
latinoamericanos le influenciaron, entre ellos el indoamericanismos de V.R. Haya de la Torre, la tradición bolivariana
de J. Vasconcelos y la crítica al capitalismo extranjero de M. Ugarte y su América Latina para los latinoamericanos
bases de la razón de su lucha: su latino americanismo antimperialista. Por otro lado, a inicio de los años 30,
Anastasio, aquel “chorreado caraceño” ya era uno de los principales actores políticos del país. Cf. J.E. ARELLANO,
Tacho, 22s. 111-115. Después de su asesinato, C. METCALF, A history of the United States Marine Corps, Putnam’s,
New York 1939al final de su obra, recoge de dos marinos que lucharon contra él, palabras de admiración y
condolencias.
122
Ver cartas a su lugarteniente general Pedro Altamirano (2 enero 1930), y en otros documentos (20 noviembre 1930
y el 15 febrero 1931). Desde el 1 de julio de 1927, en san Albino, Nueva Segovia, fueron solamente veintinueve
hombres más él (30), con 40 rifles; meses atrás, la columna estuvo conformada por 800 hombres. A diciembre de
1932, llegaron a ser 6000 efectivos, aglutinados en el Ejercito Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua
(EDSNN). Por su parte, Sandino, quién llamó a una solidaridad continental en su latinoamericanismo
antimperialista, será el antecedente más importante de los movimientos revolucionarios en la región. Cf J.E.
ARELLANO, Pensadores, 104ss. Sus palabras las leemos en A. SANDINO, Manifiesto a los pueblos de la tierra y en
particular al de Nicaragua, Tipografía La Prensa, Managua 1933; ID., Escritos literarios y documentos desconocidos,
J.E. ARELLANO (ed.), Ministerio de Cultura, Managua 1980; ID., Pensamiento vivo, S. RAMÍREZ (ed.), Biblioteca
Ayacucho, Caracas 1988.
123
Cf S. RAMÍREZ, El pensamiento vivo de A.C. Sandino, I, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1984, 124.
124
ib., 117. Salomón de la Selva, desde Costa Rica, advertía los peligros del liberalismo semejante a una dictadura
militarista que deseaba vencer en las elecciones (6 noviembre 1932) y desalojar a Sandino de sus montañas.
Pronosticó que Sacasa y su partido, tendrán la espalda de ese militar constante sobre sus cabezas. Y quién derrote a
Sandino, será el amo de Nicaragua, hasta que muera. Cf J.E. ARELLANO, Tacho, 13s.
39
Inequívocamente, por "liberalismo" acá se entiende sólo “pueblo”. En este contexto, la
propuesta eclesial iba en otra dirección. Bajo el magisterio de Pio XI y sus bulas Ubi arcano Dei
consilio (1922) y Quadragesimo Anno (1931), los obispos, liderados por el arzobispo, el
granadino Mons. Lezcano Ortega y los de Matagalpa, el maestro y sabio leonés Mons. Isidoro
Carrillo Salazar (1876-1931) y Mons. Vicente Alejandro González Robleto (†1968), se
pronunciaron sobre el derramamiento de sangre de la población indefensa en las cartas pastorales
del 26 de octubre de 1930 y en la navidad de 1932. En ellas exhortaban a deponer las estériles
luchas armadas y buscar la tranquilidad del orden – fruto de la caridad ̶ de la sociedad civil la
cual debe dejarse guiar por Jesús Rey de la Paz. Pero, a la vez, constatan que, en el fondo, «la
causa de la guerra civil (fratricida) es un problema de falta de justicia, es decir, el deseo
desordenado de los bienes terrenales arrastra injusticias y desata la lucha de clases sociales»125.
Otro hecho significativo consistió la decisión norteamericana de embarcar el último marine de
la segunda ocupación de Nicaragua (2 enero 1933, por el presidente H. Hoover), a raíz de la
enorme crisis económica a nivel mundial (el Crack de 1929 y agudizada al máximo en 1932),
junto a los acuerdos que creaban la Guardia Nacional bajo la presidencia de Moncada, pero sin
olvidar las presiones de la sociedad estadounidense y la tenaz resistencia del EDSNN en las
Segovias. Varios autores, afirman que la Iglesia, reaccionando constantemente tarde a las
exigencias pastorales y sociales, incluso, en el período somocista, desde los años 30 se inclinó a
legitimar a los conservadores (en esta segunda época post zelayista).
Del mismo modo, para los observadores sociales del modelo moderno-alternativo, en las
declaraciones de la jerarquía, se descubre complicidad ante la intervención norteamericana e
intención de ignorar la resistencia de Sandino, con una función legitimadora de la futura dinastía
militar somocista, como veremos126. Por otro lado, reunidos en San José, Costa Rica en el mes de
agosto de 1935 (lo repetirán en los años 50), los obispos de la Consejo Episcopal de América
Central y Panamá (CEDAC, fundada en 1942, y luego Secretariado o SEDAC, 1970), condenan al
comunismo ateo (última etapa de un proceso revolucionario socialista-proletario que destruye las
125
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 556s. y añadieron: «el ambicioso deseo de mandar trae los desconciertos políticos, las
luchas armadas que empapan de sangre la tierra». ID. Además, recordamos que el magisterio local en defensa de la fe
católica y la paz social, se inició desde el sínodo de León (1926); el Congreso Eucarístico (1930); el I Concilio
Provincial de Nicaragua (1934) y el Congreso Catequético de 1938. Y desde 1968 será la Conferencia Episcopal de
Nicaragua (creada tres años antes en el decreto Christus Domunis 37-38, del Concilio Vaticano II), quien ofrecerá sus
influencias en las coyunturas socio-políticas del país desde el sentir y la reflexión de la Iglesia.
126
EQUIPO ENVÍO, «La Iglesia Católica en Nicaragua después de la revolución» en Envío 30 (1983) XII. Disponible
on line en envío digital http://www.envio.org.ni/articulo/99, 2.
40
diferencia de clases y bajo un materialismo histórico), y su metodología marxista en el análisis
social, por estar en abierta oposición con los criterios eclesiásticos sobre la cuestión social desde la
leonina Rerum novarum (1891).
Esto no significó la aprobación de los excesos de egoísmo e injusticias cometidas por el
capitalismo moderno ni dejar de lado al proletariado en la consecución de sus derechos. Tornando
al panorama social, y en el contexto del acercamiento del poder tripartito del país, es decir, los tres
poderes de la presidencia de Sacasa, el ejército rebelde de Sandino y de la GN de Somoza,
destacamos como la noche del 21 de febrero de 1934, con el beneplácito estadounidense, el Estado
Mayor de la Guardia Nacional (GN), ya con Somoza García a la cabeza, ejecuta el magnicidio del
liberal-nacionalista A.C. Sandino127. Éste hecho lo interpreta Coronel Urtecho como el acto que
salvó la paz y la afianzó de modo positivo (carta a E. Chamorro, 1 agosto 1938). En junio de
1936, después de deponer a J.B. Sacasa, una verdadera nulidad sonriente – como lo había llamado
décadas atrás Rubén Darío, pues, nunca pudo gobernar –, se allana el camino de la ascensión
pacífica a la presidencia del calculador Somoza García, a través de las amañadas elecciones de
diciembre contra el títere opositor Leonardo Argüello Barreto. Constitucionalmente será el primer
gobierno del pragmático Anastasio Somoza García (1896-1956), como vencedor por el Partido
Liberal Nacionalista, PLN, y el Partido Conservador Nacionalista, PCN, a quien familiarmente se
le llamaría Anastasio y popularmente Tacho128, suplantando aquella intervención directa de
127
Herido en el combate de Zaraguasca (19 junio 1930) y a un mes de la retirada de los marines, entabla
negociaciones para el desarme de su ejército rebelde. Así, bajo ataque de la “ilegítima” GN, sin salida a Honduras,
coincidiendo con las perspectivas del Grupo Patriótico de su amigo e historiador S. Salvatierra, el 2 de febrero de
1933 llega a la capital y acuerda disolver su ejército. Catorce meses después, y en la tentativa de un acuerdo revestido
de un sin número de falsos halagos en la capital (había llegado en un avión trimotor la tarde del 16 de febrero), es
“ingenuamente” asesinado por orden de Somoza García junto a su hermano Sócrates y dos de sus generales. Cf R.M.
POCHET – A. MARTÍNEZ, Nicaragua, 5. J.E. ARELLANO, Tacho, 18ss. Días después, era arrasado el último bastión del
ejército popular afincado en una cooperativa agrícola en el Río Coco. En marzo, Moncada y Somoza se
responsabilizan del atentado. Sin embargo, el Congreso aprobó en diciembre del mismo año, una amnistía de
cualquier delito político de los últimos 17 meses. Desde entonces, la GN se constituiría en el único poder real de la
República, y a Somoza como el factótum de la situación política nacional. Cf. J.E. ARELLANO, Pensadores, 24-26.
109.
128
Lo llamaremos también Somoza I. Gobernó en su Estado burgués entre los años 40 a los 50, desde un carácter
sultánico conquista y centraliza el poder: eliminando a Sandino, al EDSNN y sus pequeños brotes revolucionarios
(con A. Cárdenas en el movimiento de la Mina La India,1947 y con J.G Colindres en Murra, 1948), desde su pactismo
bipartidista con los conservadores, o bien reprimiendo a chamorristas, promoviendo el soborno a todo nivel hasta los
escandalosos fraudes electorales (2 febrero 1947, entre otros), manipulando huelgas y controlando el movimiento
sindical (Código del trabajo, 1945), dando muerte o exilio a adversarios políticos (el mismo general de la GN, J. R.
Reyes, 1940 y muchos confinados a Corn Island, 1944). Igualmente, lo consigue depurando a la vieja dirigencia del
Partido gobernante, reformando la Constitución y obtuvo la certidumbre del poder centralizando la administración y
los cargos municipales desde Tiscapa cada dos años, extinguiendo o ganando a su favor a partidos políticos (el
Socialista browderista en 1944, luego encarcelados, 1948). Por el deseo de armonía con las autoridades y su
anticomunismo compartido, controla a los jerarcas de la Iglesia para legitimarse: Mons. Lezcano Ortega, condecorado
41
EE.UU.129. Continuador de la modernidad liberal zelayista, es el artífice, junto a su esposa
Salvadora Debayle Sacasa, de la dictadura dinástica de tinte nacionalista que gobernó y explotó
Nicaragua por 42 años de gobierno efectivo (él en persona por 23 años de dictadura, 1937-1956; y
de 1956 a 1979 una dictadura hereditaria por los gobiernos de dos de sus hijos), la única surgida
en el continente durante el siglo pasado130. Se desempeña como presidente de la República, jefe
director de la GN y caudillo del PLN, actuando con la discrecionalidad del gobernante, y aunque
no proveniente de un clan social dominante, desarrolla una tendencia nepótica al injertarse (desde
1919) al sacasismo oligárquico, aquel viejo tronco de familia aristócrata con hegemonía político-
por el régimen en sus bodas de oro, le hace merecedor del amor de su pueblo como Jefe de Estado, abril 1938, y la
GN era a sus ojos una magnífica institución (14 noviembre 1941); en Granada, Somoza es declarado Congregante
Máximo Mariano, noviembre 1941; en León, el gran organizador de la diócesis, Mons. Tijerino Loáisiga, le deja
coronar, en el atrio de la catedral, una imagen de la Virgen de Guadalupe, 1 enero 1945; y el nuncio, Mons. Antonio
Taffi, el 1 mayo 1951 le llama “Apóstol de la Conciliación” en su segunda toma de posesión presidencial. Véase
Azul/órgano informativo del Ministerio de Relaciones Exteriores 12 (1951-julio) 1. Internamente, absorbe el apoyo
de reaccionarios intelectuales granadinos, quienes en sus escritos le reconocen como “único salvador del país” y que
con él la paz quedaría afincada en el país. Juntó sus turbas gobiernistas (encabezadas por la Servanda, o sea Nicolás
Sevilla) con los violentos jóvenes managüenses (camisas azules, quienes se apoderaron del reducto militar sacacista,
el Fortín de Acosasco, León un 3 junio 1936). Además, aprovechó la Política del Buen Vecino de Roosevelt para
desestabilizar y acorralar al inefectivo gobierno de Juan B. Sacasa y R. Espinoza. Cf Ó.R. VARGAS, Floreció al filo de
la espada. El movimiento de Sandino 1926-1939, Centro de Estudios de la Realidad Nacional CEREN, Managua
1995, 140. Propicia su renuncia un 6 de junio de 1936 con miras a las elecciones del 8 diciembre (las ganó con un 50
% de abstención). El Masaya Carlos Brenes Jarquín terminaría el período al 1 de enero de 1937 como mandatario
títere. Son recomendables las obras de T. MCRENATO, Somoza. Seizure of power, 1926-1939, University of
California, San Diego 1991, 276; Id., The rise of power of Anastasio Somoza Garcia. Pacific State University Coast
Council of Latin American Studies, Fullerton, California, 21 october 1978. Y para los EE. UU, Somoza may be a son
of a bitch, but he’s our son of a bitch según la tradición oral de esos años, vease R. RODRÍGUEZ CASTAÑEDA, «Cómo
forjó Somoza su dictadura», en Procesos 138 (1977) VI 17. Cf E. BARAHONA L. (ed.), Recuerdos: 1888-1938, Bodas
de oro sacerdotales Ilmo. y Revdo. Arzobispo J.A. Lezcano y Ortega, Managua 1938, 3; Cf J. E. ARELLANO, Tacho
Somoza, 11. 27ss. 40. 50. 56-62. 64-66. 73ss. 93-98. 113-121. 127- 129. 179-182 y su basta referencia bibliográfica.
Otra visión sobre la personalidad y régimen de Somoza I en C. FONSECA, Nicaragua Hora 0, I Editorial Nueva
Nicaragua, Managua 1982 (original de 1969); M. MONTEFORTE TOLEDO, Centroamérica. Subdesarrollo y
dependencia, II, Universidad Nacional Autónoma de México -Instituto de Estudios Sociales, México 1972, 50-51; G.
ALEMÁN BOLAÑOS, Un lombrosiano. Somoza (1939-1944), II, Editorial Hispania, Guatemala 1945-47; E. TORRES
RIVAS, «El Estado contra la Sociedad, raíces de la revolución nicaragüense», en Estudios Sociales Centroamericanos
27 (1980) IX-XII; Ó.R. VARGAS, Historia del siglo XX.1926-1939. La crisis y Sandino, III, CEREN y Centro de
Documentación de Honduras, Managua 2001; A. DÍAZ LACAYO, Gobernantes de Nicaragua (1821-1956). Guía para
el estudio de sus biografías políticas, Aldilá, Managua 2002. M.A. ALVARADO, 43 años de dictadura somocista, I
(1936-1947), Fondo Editorial CIRA, Managua 2002; J.M. BLANDÓN, Entre Sandino y Fonseca. La lucha de los
pueblos de Nicaragua y Centroamérica y el Caribe contra las dictaduras y las intervenciones USA, 1934-1961, 4 ta
edición, Editorial Fragua, Madrid 2012.
129
Precisamente lo logra cuando Sandino, y el mismo Sacasa, promovían reformas para debilitar el poder de la GN.
El sistema impuesto por la dictadura militar no muy tarde estuvo acompañado por una durísima represión de cualquier
protesta social. Cf R.M. POCHET – A. MARTÍNEZ, Nicaragua, 2.
130
El inclaudicable periodista y escritor Manolo Cuadra retrasa el inicio de la carrera a la dictadura: a) a su
nombramiento como jefe-director de la GN el 2 de enero de 1933 (como civil a penas se había incorporado con rango
de general a fines de 1932), es decir, 46 años; b) y más claramente al mismo 21 febrero 1934 cuando desobedece y se
rebela contra el presidente J.B. Sacasa, asesinando al general Sandino, o sea, 45 años. Véase M. CUADRA, «La pelea
de los lobos», en El Heraldo 2 octubre 1946.
42
capitalista a partir de su suegra Casimira Sacasa de Debayle. No obstante, con Tacho puede
decirse que nace el Estado nacional nicaragüense131. Entonces la Doctrina Somoza (ni fascistas ni
comunistas, ni derechistas ni izquierdistas, ni verdes ni rojos, sino nicaragüenses, según J.C.
Urtecho), engendró muchos “tachureros”, (neologismo del periódico La Estrella de Nicaragua,
marzo 1941), es decir, colaboradores como los impresentables peleles conservadores pro-
Somoza132. Por eso, éste caudillo militar de filiación liberal es un personaje protagónico de nuestra
historia que debe ser analizado sin el laudatorio juicio del partidario, ni la ofensa visceral del
agraviado, sino con la visión ecuánime de un poder impactante a lo largo de 23 años, pues, tuvo la
conciencia de asumir el quehacer de su vida creyendo que sus actos eran necesarios y no
caprichosos133.
Dicho esto, sin embargo, anotemos otras características del avance meteórico del régimen (ver
nota 125). Por entonces el somocismo, que promulgaba en su campaña electoral de 1936 un
Nacionalismo Integral nicaragüense (periódico La Nueva Prensa, 22 noviembre 1936, o bien, la
Doctrina Somoza, como lo llamó Gabry Rivas), implementó la convicción de acceder al poder,
cuando lo creyese necesario, incluso por la vía violenta, por la anulación de la independencia de
los tres poderes del Estado (sujetos al Ejecutivo), y por la manipulación y represión a su antojo de
sus cómplices apelando a una farsa electorera como fachada cívica en donde el empleado público
se convirtió en incondicional, integrando su clientela política y su instrumento 134. Tacho no
engañaba a nadie, pues, en 1944 lo afirmaba a todas luces: «Pienso permanecer en la presidencia
no menos de cuarenta años. Pero si los EE.UU. me hiciera la menos insinuación de abandonarla,
lo haría de inmediato, pidiendo solamente garantías completas para mi persona»135.
131
Cf O. NÚÑEZ, La oligarquía en Nicaragua, Ciprés, Managua 2006, 113; J. CORONEL URTECHO (ed.), Prologuillo
sobre la historia de la política en Nicaragua en «La familia Zavala y la política del Comercio en Centroamérica», en
Revista Conservadora 141-142 (1972) junio-julio 2-3, G. ROMERO VARGAS, «La familia Sacasa y su genealogía», en
Revista de la Academia 73 (2013) 300-303; M WEBER, Economía y sociedad, I, Editorial comunidad, Milán 1961,
226s.
132
Cf I. SOL, La Guardia Nacional de Nicaragua. Su trayectoria e incógnita. 1927-1944, Tipografía de El Centro-
Americano, Granada 1944, 31. Aprovechó, también, la coyuntura internacional de la Segunda Guerra mundial y la
nueva política de seguridad nacional de Washington (creación de la Organización de Estados Americanos, OEA), para
afianzarse en el poder como escribió su mayor estudioso Knut Walter: «empleando un mínimo de violencia y apenas
haciendo caso omiso de la ley» en K. WALTER, The regime of Anastasio Somoza, 1936-1956, University of North
Carolina Press, Chapell Hill 1993; la versión castellana a cargo del Instituto de Historia de Nicaragua y
Centroamérica, IHNCA, (Managua, 2004); Cf J.E. ARELLANO, Tacho, 113-121. 127- 129. 179-182 y su basta
referencia bibliográfica.
133
Cf J.E. ARELLANO, Tacho, 7.
134
Cf J.E. ARELLANO, «El doctor Álvarez Montalván en la Academia», en Lengua 9 (1995) 53.
135
W. KREHM, Democracia y tiranías en el Caribe, Unión Democrática Centroamericana, México D.F. 1949, 112.
43
La primera acción estratégica de este tirano centroamericano ̶ como le gritó en Washington
un congresista republicano un 8 de mayo de 1939, recogido en La Prensa, 21 julio del mismo año
̶ , fue la reforma de la Constitución en 1939 (el artículo 204 ampliaba a 6 años más su período
presidencial hasta 1947), viendo en la democracia sólo un aparato para el fácil control del país,
según M. Nicholson, de la embajada estadounidense en Managua. No obstante, durante la
Segunda Guerra Mundial Somoza I contó con la amistad de F.D. Roosevelt por la explotación de
materias primas, y, al decretar una ley marcial, consolidó más el poder ejecutivo de su democracia
capitalista en contra de las potencias totalizantes del eje nazifascista. En este orden, su voracidad
invadía prácticamente todos los aspectos de la vida económica y sus acciones “empresariales”
innumerables hasta ejercer control completo y exclusivo sobre todos los negocios, por lo que su
fortuna creció exponencialmente al usar los recursos del Estado. Al parecer el sector privado no se
preocupaba por la expansión estatal, ni por el control cultural ni por el enriquecimiento de Tacho
debido a la bonanza económica que compartía 136. En la zona del Pacífico, en torno al Banco
Nacional, a partir de la década de los años 50 emerge un significativo crecimiento de la estructura
agroindustrial gracias al boom algodonero, el crecimiento de una industria ligera y un aumento de
los precios de los productos exportables, que supera un estancamiento económico de 20 años137.
De igual modo, hizo uso de la represión cuando le fue necesario como contra los
antirreleccionistas de la Universidad Central de Managua (fundada por él mismo en septiembre
1941 hasta 1947), suprimiendo las facultades que provocaron la rebelión estudiantil (1944) no sin
136
«Las gallinas y los cerdos del país son de su exclusivo negocio […], trafica con pasaportes clandestinos […] y
encontré el pabellón de mi patria y el nombre de Somoza completamente sucio… (cuando) un cheque por 50,000
dólares cobrado y cancelado que el barón Cherneski había adelantado para introducir en Nicaragua familias polacas
(lo cual no cumplió Somoza), se exhibe por el mundo como evidente prueba del gansterismo del presidente», contaba
en los años 40 Luis Mena Solórzano, cónsul de Nicaragua en Nueva York en G. SELSER, Sandino, general de hombres
libres, II, Editorial Ciencias Sociales, Cuidad de La Habana 1981,422s.
137
En Nicaragua, después de la Segunda Guerra Mundial, la población pasó de 1,053, 000 habitantes (censo de 1950)
a 1.5 millones en 1963 y a 2 millones en 1973, o bien, a 2,324,927 a mediados de 1977. Managua sumaba 274,278
personas (1963), un aumento del 95.1% en relación al 1950. Son destacables dos períodos de bonanza del PIB real y
de modernización económica, el primero va de 1950 al 1955 (otros dirán de 1948 a 1956), y el segundo, promovido
por la política de John F. Kennedy de inversiones extranjeras (Alianza para el Progreso), desde 1960 hasta 1965
cuando el PIB creció un 10.1 % anual. Hubo más estudiantes (108 mil en 1950, 246 mil en 1965 y 513 mil en 1977),
más médicos (1.5 por 100 mil habitantes en 1940 a 6.0 en 1973), mayor red vial. Véanse los datos y reflexiones del
economista F.J. LÁINEZ, Nicaragua y sus dilemas históricos. Ensayo politico, económico y moral, Managua 1993, y
la tesis doctoral de M. FIALLOS OYANGUREN, The Nicaraguan Political System: The flow of demands and the reaction
of the regime, University of Kansas, Lawrence-Kansas 1968. Pero, era evidente la fatal dependencia del vaivén de los
precios en el mercado internacional. Por otro lado, el estado somocista practicó una solapada expropiación de tierras
entre el campesinado a razón de políticas de monocultivo. Tampoco orientó una buena distribución de la riqueza en
las ciudades (donde no hay buena agua potable, 33.4 % general en 1977), menos una reforma agraria, aumentando el
fenómeno migratorio de la población campesina a la cuidad. Cf ID., Nicaragua, 4-5. Completa es la exposición sobre
la expansión económica en J. E. ARELLANO, Tacho, 76-80. 123-126. 164-170.
44
antes acceder a que un correligionario del PLN sea presidente al verse bloqueado, además, por el
decidido rechazo de la administración del presidente norteamericano H. Truman a sus planes
continuistas. En este panorama, utilizó un aparato de propaganda permanente y un populismo
proletario138. Así las cosas, los líderes conservadores se desprestigian delante de la población con
y, aún en la crisis somocista se dejaron seducir por lucrativos pactos políticos, primero con el
Somoza García-Cuadra Pasos (26 febrero 1948), que generó los gobiernos títeres de Benjamín
Lacayo Sacasa (1883-1959), de sólo ochenta días por falta de reconocimiento internacional, y el
otro “sustituto”, hasta el 1 mayo 1951, de Víctor M. Román Reyes (1872-1950), tío del general
Somoza, y de Mariano Argüello Vargas quienes impusieron censura de prensa y la suspensión de
garantías civiles.
De igual forma, en 1950, engatusando al viejo Emiliano (79 años), Tacho logró otro arreglo
cortoplacista y de contenido anticomunista con el Pacto de los Generales139 entre los partidos
138
El primero de julio de 1937 funda el diario Novedades que fungirá como órgano oficialista de la era somocista y de
culto a la personalidad de los tres Somoza hasta junio de 1979. Cf ID., cit., Tacho, 57-69. 81ss. Ver también «Una
crónica sobre la Nicaragua de los años cuarenta», en Revista de la Academia 75 (2014) VI 286. Es famosa la
expresión: ¡Somoza Forever!! atribuida al entonces joven poeta Coronel Urtecho (1939), convertido en un
reaccionario somocista y diputado del Partido Conservador Nacionalista, después de votar en el Congreso como
partidario de la continuidad del “movimiento pacífico” jefeado por el caudillo militar. Junto al doctor Carlos Cuadra
Pasos (y su hijo, PAC), Urtecho agradecía, aceptaba e interpretaba que Somoza García eran un gestor de la paz y de
un estado nacional, poseedor de sencillez, amor a la verdad y de gran bondad. Lo pensará así hasta cerca de los años
60. Cf A. BARBERENA P., Memoria de la visita presidencial a Granada. Agosto 1940 […], Escuela Tipográfica
Salesiana, Granada 1940, 72. Estos, posteriormente disidentes, en 1940, sufrirán acusaciones de “traidores a la patria”
por parte de diputados somocistas. Más adelante, hallaremos a Urtecho entre las filas del sandinismo cultural, aunque,
posteriormente, una vez más, se verá desilusionado de la política. Véase las palabras del poeta en la publicación del
Partido Liberal Nacionalista, «Recuerdos de un pasado que siempre es de actualidad» en La Hora, marzo 1962, 10.
Cf A. AMADOR, Un siglo de lucha de los trabajadores de Nicaragua, 1880-1979, Imprenta Universidad
Centroamericana, Managua 1992, 94; ID., Somoza. Seizure, 276. El interrogatorio y juicio a los diputados en Revista
de la Academia 73 (2013) V 150 y M.A. ALVARADO, 43 años, 238-243. De igual forma, Tacho impide las acciones
obrero-sindical a través de infiltraciones y la represión. Véase los sendos trabajos de O. GUEVARA, Cien años de
movimiento sindical en Nicaragua. Relatos cronológico, Nitlapán-UCA, Managua 2017, 79. G. GUTIÉRREZ,
«Historia del movimiento obrero en Nicaragua», en Cuadernos centroamericanos de Historia 2 (1988/mayo-agosto)
81. Volviendo a los años 40, en 1947, acontecen los 26 días de la presidencia del médico republicano-liberal
Leonardo Argüello Barreto 1875-1947 (que en 1933 había sido candidato anti Somoza), a quién le otorgan
fraudulentamente las elecciones del 2 de febrero de 1947 en perjuicio del candidato opositor Enoc Aguado Farfán
(quizá la más escandalosa de nuestra historia electoral: en los sótanos del Palacio Nacional, se invirtieron los
resultados, el anti somocismo había vencido 6 a 4). No obstante los acuerdos previos con el aparato gobernante, el día
de la toma de posesión, el primero mayo del mismo año, con su discurso tanto positivista como iluso, Argüello
Barreto, afirmó su independencia del ejercicio de fuerzas de ensañamiento desatadas por la ambición de los
caudillos, de los Somoza, y decide bajar de rango al Mayor Anastasio Somoza Debayle, hijo del General, y nombrar
en su gabinete a conocidos opositores. Renunciando así de ser su testaferro, encendió la ira de la poderosa Familia
que ostentaba el verdadero poder. Somoza García, que contaba bajo su subordinación a la GN y al PLN, ejecuta un
inconstitucional golpe de Estado junto al Congreso el 26 de mayo; le acusa de conspirar contra él y la unidad del
ejército. Nombra como sucesores a los gobiernos títeres. El doctor Leonardo estuvo asilado en la embajada de
México por seis meses. Muere en Ciudad de México el 15 de diciembre del mismo año.
139
Es un nuevo “golpe de Estado técnico”, bajo la influencia de la CIA (Central Intelligency Agency) y con el
abogado nicaragüense Roberto Gutiérrez como intermediario, se suscribe el Somoza García-Chamorro Vargas, 3 abril
45
tradicionales: conservadores y liberales, las llamadas “paralelas históricas”. Se abría así el camino
legal hacia la reelección presidencial por seis años más, logrando, a la vez, reconocimiento
internacional, la normalización interna y el mismo origen de la dictadura hereditaria, al incorporar
a su hijo mayor Luis como diputado de la Asamblea Nacional Constituyente, y su hijo menor,
Anastasio Jr., ya se desempeña en la élite de la GN. Este tipo de sometimiento político efectivo
sería la tónica hasta mediados de los años 70. Es decir, reinaba una paz exterior que no satisfacía
al corazón democrático y patriota de los demás sectores.
Lo anotamos, recordando la excepción que significó la sublevación del 4 abril 1954 reprimida
por la GN (gracias a la delación de Fernando Solórzano Chamorro), pero en la que participaron ex
guardias nacionales contando con apoyo internacional. Durante esos años, los obispos abogaron
por la libertad de los presos políticos, entre ellos, el joven director del diario La Prensa, Pedro
Joaquín Chamorro Cardenal (1924-1978).
No sin cautela, Tacho, también, se dedica a manipular a su voluntad el poder simbólico de la
Iglesia católica. A la vez, rodeándose de anticlericales, “jacobitas nicas”, que deseaban implantar
leyes zelayistas (teorías positivistas) sobre el clero y la educación no religiosa, el General, entra
también en lucha frontal con el Nuncio, Mons. Carlo Chiarlo. Así las cosas, la Nunciatura y el
conjunto episcopal, deseaban que al menos jurídicamente, la nueva constitución, reconociera que
la religión católica era la mayoría del pueblo nicaragüense. Luego, en esta democracia criolla,
Somoza I, el Excelentísimo140 – como le gritaban sus incondicionales – , allanó otra vez su camino
a la reelección, al conseguir el 20 abril 1955 que el Congreso, con la cúpula opositora en prisión,
suprimiera la prohibición del artículo 186 de la Constitución de 1950.
1950. Con el acuerdo, se promulgó una nueva Constitución, como lo cuenta R. GUTIÉRREZ SILVA, «Revelaciones
íntimas de la mediación política entre Chamorro y Somoza», en Revista Conservadora 36 (1963) IX 13-17. Se
omitían las disposiciones antinepóticas de las constituciones de 1939 (artículo 152, inciso 3) y 1948 (artículo 124,
inciso 3). Véase E. CHAMORRO, El último caudillo. Autobiografía, Ediciones del Partido Conservador Democrático,
Managua 1983, 395s. En su segunda administración, además de lo ya señalado, no omitimos, la consolidación
financiera de los grupos económicos tradicionales debido al auge exportador, la expansión estatal, el aporte histórico-
cultural que significó la Colección Somoza (documentos coloniales en el Archivo General de Indias, publicados desde
1954), sus victoriosos viajes al exterior, etc. Cf J.E. ARELLANO, Tacho, 111-114. 118-135.
140
O bien su Excelencia, así presenta a Somoza I, la novela-relato de Agenor Argüello, denunciando su poder
dictatorial sobre el andamiaje político nacional. Sus más cercanos zalameros viajaban con él en el confortable y
elegante Ford de 8 cilindros. Sus amigos constituían una fauna de variados colores, tendencias y linajes, y no [tenían]
ningún inconveniente en compararlo con Washington en lo probo; con Bolívar en sus luchas libertarias y hasta con
Napoleón de los grandes éxitos militares, a pesar de la virginidad de su espada. Somoza I, el mandamás, era descrito
en los periódicos oficialistas como el benefactor, pionero, estadista, sabio, indulgente, fuerte, puntal de la democracia
y la república. Cf A. ARGÜELLO, La Cobra, Artes Gráficas, Managua 1958, 6.8.10.21.
46
Sin embargo, no se hacen esperar crisis económicas, como la de 1956. Justamente ese año, en
el contexto de protestas populares, y en plena campaña electoral, durante una cena de la Gran
Convención del Partido Liberal (León, Casa del Obrero), un joven poeta Rigoberto López Pérez
(quién no actuó a título personal), se da cita con la historia, pasada las 8:30 pm un 21 de
septiembre. Entrenado militarmente en El Salvador por el ex-GN A. Alfaro Carnevallini,
Rigoberto descargó cuatro disparos de su revólver Smith & Wesson No.74605 calibre 38 contra el
presidente Somoza I de los cuales tres le impactan; el General le gritó: “¡Bruto, animal! ¡Qué
hiciste!¡Ay Dios mío!”. Murió ocho días después en el hospital del Canal de Panamá. Pero, antes
de fallecer recibió la bendición de Pío XII.
En sus exequias la curia arzobispal ofreció 200 días de indulgencia a los asistentes y el P. Luis
E. Mejía Fajardo lo exaltó como «patriota de raza»141. Según el doctor Arturo Cruz Porras, muy
lejos de poner punto final a la prepotencia impune de Tacho o de extinguir el poder somocista, la
autoinmolación de Rigoberto, contribuyó a la prolongación de la dictadura 23 años más,
transformándola en dinastía142. Su viuda, doña Salvadora Debayle, asumió el mando de las
acciones y organizó a sus hijos para conservar el poder estatal.
47
joven Ajax Delgado, abatido por un guardia según la “ley de fuga”. En este contexto, se sitúa la
fundación del movimiento sandinista de liberación nacional 143. Además, por otro lado, una carta
pastoral del episcopado centroamericano (navidad de 1961), ya advertía sobre los peligros de la
masonería, el laicismo y condena una vez más al lobo disfrazado de oveja, la infiltración del
comunismo (ya una carta pastoral en mayo de 1956 lo concebía como el gran conflicto político-
religioso de nuestros tiempos y Pio XI lo declara intrínsecamente malo en la Divini Redemptoris,
marzo 1937), razones que estimulaban a los obispos reiterar su apoyo a Tacho. Para la
propaganda de este último, la región es tierra “ablandada” y le son favorables las pésimas
condiciones socio-políticas – advertían los obispos. No obstante, en el gobierno de Somoza II se
observan mejoras institucionales, victorias militares contra rebeldes (1963), junto a amañadas
elecciones generales y a ensayadas prácticas represivas de las movilizaciones obreras y protestas
opositoras que se multiplicaban en varias ciudades del país144. Durante esta década, los Somoza
tenían un aleado – quizás más- entre los obispos. Era el granadino Mons. Marco A. García
Suárez, eminente anti-conservador. Sin embargo, cercanas las elecciones generales y en medio de
la grave crisis política, los obispos se propusieron producir un diálogo entre los jefes de los
partidos tradicionales, Somoza II y Fernando Bernabé Agüero Rocha, y ser mediadores en la
promoción de la paz y la democratización del país (junio de 1961). Alcanzándose algunos
acuerdos, estos se rompieron cuando el conservadurismo exigió la salida de la GN del general
Anastasio Somoza Debayle (1925-1980), Somoza III y el último, hermano del presidente,
143
El sandinismo nace en Tegucigalpa, Honduras, a partir de la creación de la Unión Nacional de Acción Popular,
UNAP (con Pedro Joaquín Chamorro, Rigoberto López Pérez y Ernesto Cardenal bajo la dirección de Adolfo Báez
Bone, 1949), y, a fines de los años cincuenta del seno del Partido Socialista Nicaragüense y del Partido Conservador ,
como fruto del desencanto de jóvenes universitarios, por su política pasiva y formal dentro de los principios clásicos
del marxismo pro soviético. Entre los fundadores e históricos destacaron Carlos Fonseca, Eduardo Contreras, Rodolfo
Romero, Tomás Borge, Silvio Mayorga, las mujeres Gladys Báez, Leticia Herrera, Mónica Baltodano, Doris Tijerino
con Germán Pomares. Inspirados, después, en la lucha anti intervencionista de Augusto Sandino y al calor de la
triunfante revolución cubana, Fonseca abraza el epíteto “sandinista” al grupo guerrillero que sigue la vía armada.
Después de casi ser derrotados y desaparecer varias veces, en 1968 en Pancasán y en 1975 por su división interna en
tres tendencias y por la represión de la dictadura de Somoza, catalizará y atraerá a sí las fuerzas de la nación en su
lucha por alcanzar el poder. Véase E. CARDENAL, Memorias III. La revolución perdida, Ediciones Anama, Managua
2003. E. FORTUNY I CAPAFONS, Quan Déu cridava: Revolució! L’església catòlica en els processos revolucionaris del
Salvador i Nicaragua (1960-2000), Edicions de la Universitat de Lleida, Lleida 2007, 70-71.74.80. M. ZIMMERMANN,
Carlos Fonseca Amador y la revoluciòn nicaragüense, Editorial Universidad de las Regiones Autónomas de la Costa
Caribe Nicaragüense, URACCAN, Managua 2003.
144
Para profundizar sobre las torturas en las cárceles somocistas, véase el escrito sobrio y de gran profundidad
psicológica de P.J CHAMORRO, Estirpe sangrienta: Los Somoza, Buenos Aires, Editorial Triángulo 1959. En 1959,
nuevamente es encarcelado por acciones guerrilleras contra el régimen. Incluso antes, hubo el testimonio novelado de
quién por cuatro ocasiones fue conducido a prisión en H. ROBLETO, Cárcel criolla, Imprenta Tormo, San José Costa
Rica 1955; de un chamorrista en P. HURTADO CÁRDENAS, Las torturas como sistema, Editorial Asel, Managua 1946,
quien fue encarcelado y golpeado junto a su tío Adán Cárdenas y su primo Julio, en 1940.
48
conocido como “ Tachito”, de quién nos ocuparemos en el corazón de este trabajo.
Posteriormente, como dijo el doctor Cole Chamorro: «Nunca el país estuvo tan cerca para
conquistar la armonía a base de diálogo […] como el día en que los dos partidos históricos habían
concurrido en la Nunciatura»145.
145
A. COLE CHAMORRO, 145 años de historia política de Nicaragua, Managua, Ediciones Nicaragüense 1967, 172-
173
49
descalzo, padre Ángel de Jesús, O.C.D., los padres Federico Argüello y Álvaro Oyanguren, Gruta
Xavier-Managua, 1963-1965) con miras a la renovación conciliar juanica146.
Sin embargo, junto con el dinamismo de predicación y el ejercicio caritativo entre los
desposeídos y sus arduas tareas de formación académicas en numerosas escuelas y liceos, un
sector del episcopado era temeroso a intervenir en los asuntos públicos, pues, para sus críticos,
eran aliados del poder establecido. Aquí se verán unos grupos de laicos y de religiosos quienes
intentarán, desde dentro y siempre en comunión, un proceso de renovación privilegiando aspectos
eclesiales antes que implicaciones sociopolíticas como correspondía a la situación concreta. La
situación política de Nicaragua era asfixiante, lo reiteramos. No obstante, los investigadores Rosa
María y Abelino, subrayan, sobre todo, el surgimiento de colectivos socio-eclesiales quienes
abrieron nuevas perspectivas que posibilitaron una renovación teológica y litúrgica
comprometidos más tarde en la lucha contra el régimen desde las filas del Frente Sandinista de
Liberación Nacional, el FSLN147, fundado por Carlos Fonseca Amador en 1963.
Ese mismo año, con J.K. Kennedy (1917-1963), el somocismo concede espacios a elecciones
populares como un ensayo “civilista”, como apuntábamos. Pero sabemos que el voto secreto fue
una farsa. Se obligaba a hacer fila según el partido de preferencia y los liberales daban una tarjeta
llamada “la Magnífica” que otorgaba privilegios. La silla presidencial la toma, en un breve
período, el Dr. René Schick Gutiérrez (1909- agosto 1966). En este período (1967-1970), el
régimen somocista infringe un duro revés militar al intento sandinista con la captura de células de
resistencias urbanas en la localidad norteña de Pancasán (1968), también en Zinica y Nandaime.
En concreto, lo más apremiante en nuestra realidad nacional, entre otras urgencias, era el exigir
al régimen somocista el cese de los asesinatos y torturas. El clero, en general, fue certero en
condenar el uso de la violencia por parte de las fuerzas de la GN o por los rebeldes sandinistas y, a
todos, se les pedía el respeto efectivo de los derechos fundamentales del hombre y de la familia
humana. La Iglesia anhelaba que, con sentido de solidaridad, cualquier esfuerzo o propuesta de
desarrollo socio-económico se convierta en una auténtica liberación del pueblo.
Ahora bien, a la muerte del Dr. Schick, Somoza III, asume la primera magistratura del país.
Posteriormente, y ya sin pacto entre los partidos, los Somoza asumen abiertamente el control del
Estado bajo presidentes títeres como Lorenzo Guerrero Gutiérrez (1900-1981). Le suceden
146
Cf ID., cit., Asociaciones, 182-195. La vida e implicaciones sociales de las demás comunidades laicales en
procesos de pastoral, fruto de la renovación conciliar, las anotamos más adelante.
147
Cf R.M. POCHET – A. MARTÍNEZ, Nicaragua. Iglesia, 11-15.
50
revueltas callejas que son reprimidas violetamente. Es significativa la perpetuada, en plena
campaña electoral (elecciones del 5 de febrero de 1967), por una columna de la GN apostada en la
esquina del Banco Nacional (Managua), contra simpatizantes opositores que intentaron marchar
hacia la Loma de Tiscapa, en la así llamada masacre del 22 de enero. El saldo fue más de 1,200
opositores muertos. Pero, la simulación de unas elecciones democráticas se llevó a cabo.
Anastasio Somoza Debayle, gana y asume la Presidencia. Desde ese momento, Somoza III, de 41
años, se hizo del control absoluto del Estado excluyendo a los principales grupos de poder del
Partido Liberal y comenzó a disminuir gradualmente los esfuerzos electorales, que finalmente
perdieron, a nivel nacional, toda pretensión de ser democráticos.
En esos meses Somoza II, Luis Somoza Debayle, fallece el 13 de abril debido a un ataque
cardíaco. Las implicaciones sociopolíticas serán de grandes proporciones; con este movimiento
político cierra nuevamente las perspectivas de cambios y renovación. Con el fraude electoral,
cárcel, tortura y censura, fortalecerá e implantará la doctrina Somocista que rezaba desde los años
treinta: ¡Somoza Forever! Traducido en: ¡O los comunistas (cualquier adversario) o yo! No
pudieron castellanizarla. Paradójicamente, en la plenitud del dominio somocista, se descubre la
falta de consenso social que lo revela los procesos de la insensatez de los violentos y ególatras
gobernantes que al final enfrentarán una crisis insuperable.
Por otra parte, al declinar el auge económico precedente se estancan las exportaciones, se
contrae la inversión pública y privada, crece la deuda externa y aumentan las acciones represivas
contra las masas populares. Somoza III perderá el control de la población. Y los insurgentes,
civiles y militares, eran conscientes que el protagonista era el pueblo. Y como un sustrato de
conciencia nacional, la esperanza de una sociedad distinta residía en los obreros, los campesinos,
los indígenas, en la voz de los cantautores y en la tinta de los poetas, en el vigor de los jóvenes y
de las comunidades cristianas católicas en los templos.
Eran los años de la Segunda Conferencia Episcopal del CELAM en Medellín, en donde la
Iglesia –también en Nicaragua – asumió un papel crítico contra los regímenes autoritarios y
dictatoriales. Se desarrolló el modelo de búsqueda de la justicia y el Reino de Dios con una
tendencia de opción preferencial por los pobres en la solución de los problemas de vivienda, salud,
educación y la participación activa en lo político desde la creación de comunidades de base bajo el
método de revisión de vida: ver, juzgar y actuar a la luz de la Biblia. Comienzan las CEB en
Managua, los equipos de pastoral rural y el Centro de Educación y Promoción Agraria, CEPA, las
51
Escuelas Radiofónicas. De su parte, el FSLN entre 1970 a 1974, emprende trabajos de
organización política y acumulación de fuerzas y aliados en silencio. Siguiendo su estrategia
ideológica, atraerá a la mayoría de las organizaciones apenas mencionadas148.
En definitiva, por naturaleza, como veremos, la dinastía somocista carecía de fórmulas
políticas e ideológicas para producir consenso social. Tuvo que recurrir a sus antiguas acciones de
la adulación a grupos eclesiásticos, el rígido mecanismo de dominio sobre los poderes del Estado
que priva, reprime y monopoliza el ejercicio de los derechos, y a repetir sus “amarres” con sus
sometidos socios económicos para impulsar la vigencia de su modelo represivo del presente y
ofuscación del futuro. La urgencia de cambios estructurales y de autoridades gubernamentales era
evidente149
148
Durante los años 70, CEB de Granada (Solentiname con el p. Ernesto Cardenal, trapense), de barrios capitalinos
(El Riguero, con el padre Uriel Antonio Molina Oliú OFM y Delegados de la palabra del norte de Chinandega, en
León, Achuapa, Somotillo, El Viejo, concientizados políticamente por el FSLN, se involucran de lleno en la lucha
armada insurreccional contra “Tachito”, sufriendo represión militar. Los obispos en la Conferencia de Puebla, a fines
de la década, afirmarán que «esos miembros de comunidades o comunidades enteras, fueron perdiendo el sentido
eclesial». Cf CELAM, Tercera Conferencia General Del Episcopado Latinoamericano, La evangelización en el
presente y en el futuro de América Latina, Puebla 1979, 178. Cf Id., cit., Asociaciones, 191-197.
149
Cf CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA «Declaración de la CEN, sobre las amenazas al orden público, 5d, 27
mayo 1974» en Magisterio de la CEN 1972-2015; ID., «Carta Pastoral de la CEN, “el hombre, la iglesia y la sociedad:
algunas notas para facilitar la reflexión y el diálogo en materia de “deber político” 8, 6 agosto 1974», en Magisterio
de la CEN 1972-2015.
150
E. BLANDON GUEVARA, «Monseñor Calderón y Padilla» en Boletín de Bibliografía y Documentación 125 (2004)
X-XI 174-178.
52
del país), y sirvió de instrumento de organización de éstos en la búsqueda de su bienestar 151. A la
vez, fungió como alero donde se asilaban muchos que huían de la cárcel o de la muerte. En
efecto, hizo acertadas gestiones en favor de los perseguidos por el asesinato de Somoza I (1956) y
por los estudiantes torturados (León, 23 de julio, 1959). Como mediador, evitó un derramamiento
de sangre en la toma de los cuarteles de Jinotepe y Diriamba (1959) o en Matagalpa (1960) o en el
Chaparral con personajes como Fanor Rodríguez y Carlos Fonseca Amador, el mismo fundador
del FSLN. Con tono crítico, alzó su voz en defensa de la dignidad de la joven Doris Tijerino
(torturada y violada en una cárcel somocista, 1969). Le hace ver al régimen el ser incapaz de
desvirtuar los reclamos y desmentir los penosos hechos acaecidos, pero, según sus palabras,
«aseguro que no soy guerrillero ni protector de guerrillas»152. Caminó como pastor con los
sindicalistas matagalpinos los primero de mayo, con los maestros y sus reclamos. Combatió el
soborno, y sin temblar, fustigó la indolencia de los corruptos en varias circunstancias así fuera un
cacique político, o un senador, e incluso si era un encumbrado miembro de la curia. Era
considerado la mayor autoridad moral del país y la única en quien podían confiar los líderes
opositores. Mons. Calderón, el “obispo de la dignidad”, por intrigas del régimen ante la Santa
Sede, fue presionado a dejar su Diócesis (julio de 1970). Del “faja roja”, como le llamaba el
régimen, un 3 de marzo de 1972, el día posterior a su muerte por cáncer, escribió Pedro Joaquín lo
siguiente: “como sacerdote fue intachable, como obispo excelente, como hombre no tuvo mácula y
como ciudadano fue simplemente extraordinario”153.
151
Cf ID., Asociaciones, 190.
152
E. ZÚÑIGA, Historia, anexo 20, 1305.
153
Cf E. BLANDON GUEVARA «Un Dignísimo obispo de la dignidad» en La Prensa, 15 agosto 2004. Sobre los
motivos de su renuncia, leer sus propias palabras del 5 de julio 1970 en ib., 1305-1307.
154
Cf CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, «Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual Gaudium et
spes, 7 diciembre 1965, 3», en AAS 58 (1966) 1026. En uno de sus escritos a máquina PAC comenta el viaje de Pablo
VI al continente y el fermento dinámico del Evangelio del y en el tercer mundo madurado por la Iglesia reunida en
Medellín P.A CUADRA, «El viraje cristiano de América» en La Prensa, 18 agosto 1968.
53
innumerables retos, reformas e implicancias en la vida y mentalidad de las comunidades
eclesiásticas. Como lo pedía el papa Pablo VI en su encíclica Populorum Progressio (26 marzo
1967), sin titubeos ni ambigüedades ni mucho menos miedos, el Documento de Medellín se
pronuncia y muestra el camino que adopta y adoptará «una Iglesia angustiosamente preocupada
por los problemas del hombre con inquietud de responder [a Dios] decididamente»155, como
atestiguó el obispo de Estelí, Mons. Clemente Carranza López (†1978) en su relación a su regreso
de Colombia. Como dijimos, en este ambiente de renovación conciliar, para suplir la carencia de
sacerdotes en el campo y poblados remotos, surgen (1967) en el Caribe nicaragüense laicos que
realizan cursillos de Delegados de la Palabra. Éstos tendrán, además, una importante participación
a nivel socio-político experimentando crudas represiones por los gobiernos del período que
estudiamos. El Arzobispo de Managua, Mons. Alejandro González, había fallecido tres meses
antes del encuentro subcontinental (junio de 1968).
Recordamos que Mons. González, de inmensa formación canónica y hombre prudente, sin
embargo, representaba a la jerarquía que no tenía aún la capacidad para asumir el espíritu de
reforma que exigía el Concilio, como lo eran, en definitiva, la mayoría de obispos de la primera
mitad del siglo XX. La resistencia la marcaban o bien, insistían en apegarse a la letra de los
cambios del Concilio, el recio prelado Calderón Padilla, Mons. Isidro Oviedo Reyes, León y
Marco A. García Suárez, Granada, los obispos auxiliares en la Arquidiócesis, Carlos Borge
Castrillo (†1973), Donaldo Chávez Núñez (†2000), éstos últimos abandonarán sus funciones en
situaciones conflictivas156.
Anteriormente, al leonés triple doctor, Mons. Agustín Tijerino Loáisiga (1881-1945), quién,
con su "“perspectiva antimodernista", polemizó con el racionalismo heterodoxo del chichigalpino,
155
Cf ID., Historia, 613. Cf CONCILIO VATICANO II, «Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual
Gaudium et spes», en AAS 58 (1966) 1067-1074. En Nicaragua, es realidad la acusación que escribió el papa: «La
viva inquietud que se ha apoderado de las clases pobres, en los países que se van industrializando, se apodera ahora de
aquellos en los que la economía es casi exclusivamente agraria: los campesinos adquieren ellos también la conciencia
de su miseria, no merecida. A esto se añade el escándalo de las disparidades hirientes, no solamente en goce de
bienes, sino todavía más en el ejercicio del poder. Mientras que en algunas regiones una oligarquía goza de una
civilización refinada, el resto de la población, pobre y dispersa, está privada de casi todas las posibilidades de
iniciativa personal y de responsabilidad, y aún muchas veces incluso viviendo en condiciones de vida y de trabajo
indignas de la persona humana». Cf PAULUS VI, Encíclica Populorum Progressio 9, en AAS 59 (1967) 257-299.
156
Mons. Chávez Núñez, en 1970 se alejó de funciones oficiales del arzobispado al ser nombrado Mons. Barni,
Administrador Apostólico de Managua, y definitivamente, al ser removido de la parroquia santa Ana (15 enero 1972),
y no aceptar las propuestas del nuevo Arzobispo Obando Bravo. Consiguió un empleo en el Ministerio de Educación.
Se escuchó sobre él por su sonado discurso contra la Iglesia y la Jerarquía el 1 de mayo 1972. Solamente se sometería
a la autoridad de Roma, no a la local. Se casó y al final, se reconcilió con la Iglesia y con Mons. Obando Bravo hasta
respetarle y entablar con éste una amistad. Cf ID., Historia, 1068s.
54
Mariano Barreto (†1927). Ellos no conocían la “nueva” teología de los jesuitas K. Rahner, J.
Daniélou, H. De Lubac; H.U. von Balthasar; del dominico Y. Congar; Romano Guardini, J.B.
Metz (quién junto a teólogos de Münster interviene a favor del sandinismo, 1983, y del padre U.
Molina, 24 septiembre 1985), que, con todo y sus posteriores desviaciones anti tomistas, era y son
la más fuerte influencia eclesial. Nuestros obispos no estaban preparados para lo que venía sobre
la Iglesia. Llegaron a afirmar que pondrían en práctica únicamente lo decretado, "ni una coma
más ni una coma menos". No hubo interés en explicar el contenido de los documentos conciliares.
Por el contrario, los mejores dispuestos y sensibles para alejar de la Iglesia aquel ambiente
sofocante parecían ser el franciscano de origen italiano Mons. Julián L. Barni Spotti O.F.M.
(†1994) Administrador Apostólico de Managua, León y obispo de Chontales, Matagalpa, Estelí,
León, el mismo Mons. Carranza y los monseñores Mateo Niedhammer O.F.M.cap († 1970) y
Salvador Albert Schlaefer Berg O.F.M.cap. (†1993), del Vicariato de Bluefields 157. También, el
leonés Mons. Pablo A. Vega († 2007) de la Diócesis de Juigalpa y el chontaleño Mons. Miguel
Obando Bravo S.D.B.158, el tercer Arzobispo desde febrero de 1970, como veremos. Además, no
faltaron conflictos internos que salieron a relucir en buena parte del clero, religiosos y un sector de
la feligresía como la renuncia de Mons. Carlos Borge a la dirección del semanario de la
Conferencia “El Observador” (mayo, 1969), quién se lamentaba de la crisis de obediencia, del
impase de diálogo entre la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y el Nuncio Mons. Lorenzo
Antonelli en 1968-1969, el conflicto de visión pastoral y disciplinar a causa del uso de la sotana
fuera de la liturgia y el paulatino alejamiento (agosto) de los padres jesuitas de la Universidad
Centroamericana de la jerarquía, pues, los jesuitas concebían su labor independiente de la
misma159.
157
ID., Historia, 616-618. Cf E. ZÚÑIGA, «El Concilio Vaticano II y su aplicación en Nicaragua», en Revista de la
Academia 74 (2013) 203s.
158
Mons. Obando Bravo (1926-2018). Su figura será centro de manipulaciones periodísticas sin precedentes en la
Iglesia local. Desde su posesión de su sede capitalina, será conocido por la prensa como el “Arzobispo de la
Esperanza”. Se inclinará por las acciones no-violentas y democráticas como instrumentos calificados de la revolución
social y la liberación de los pueblos de las injusticias, cualquier resistencia cívica o revolución armada era posible
cuando el Estado abusase de su poder en forma exorbitante o suplante el derecho por la violencia. Cf M. OBRANDO
BRAVO, Lección Inaugural del curso La violencia, Editorial Universitaria- UNAM, León, 1972, 15.20. Rechaza
obsequios de Somoza III, condena el Pacto Kupia-Kumi, las torturas y escribe diversas “pastorales” para orientar a los
fieles (Reflexiones Pastorales, 1970), pero rechaza con la CEN la toma de templos y demás actividades violentas.
Entre los presbíteros encontramos a Uriel Molina OFM, Oswaldo Montoya, Guillermo Quintanilla, Francisco Mejía,
Octavio Sanabria, Ernesto Cardenal, Francisco Rodríguez y el historiador Edgard Zúñiga.
159
Así como las diferencias de perspectivas, ya desde 1976, con el padre Uriel Molina por sus ideas políticas, con la
CEPA y la desautorización de la misa campesina de Carlos Mejía Godoy. CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA,
«Comunicado de la CEN, sobre la publicación no autorizada de una misa popular, 9 noviembre 1976» en Magisterio
de la CEN 1972-2015. Todas las citaciones de los documentos de la CEN, véase en http://www.cen-nicaragua.org. El
55
6. El Encuentro Pastoral de Managua, 1969
Tal dicotomía de sistemas de concepción socio-eclesial, se vio reflejada a la hora del Primer
Encuentro de Pastoral desarrollado en el Seminario Interdiocesano con asesoría del p. Edgar
Beltrán Acosta, pastoralista del CELAM (enero-febrero 1969). Participaron únicamente la
Arquidiócesis de Managua (sede vacante), la Prelatura de Juigalpa y el Vicariato de Bluefields con
fuerte autocrítica y señalamientos a la alta jerarquía. Mons. Julián Barni, A. Ap. de Managua lo
promovió junto a Mons. Mateo Niedhammer. Sus organizadores fueron el pastoralista, padre
Pablo A. Vega y Fray Florián Ruskamp O.F.M. cap. (franciscanos capuchinos). Los redactores de
las conclusiones fueron el p. Guillermo Quintanilla y el laico Carlos Mántica. Un sínodo
provincial promovido por el resto de obispos, no progresó160.
El jesuita Noel García, del Instituto Social Juan XXIII, de la Universidad Centroamericana
(conocida como la UCA), hizo la relación de inicio de la Asamblea pastoral, dando un balance
dramático y deficitario de la realidad eclesial y de la nación 161, pues: la jerarquía (hay ya 6
obispos), era conservadora, anciana, apática, desunida, carente de liderazgo y lejana a los fieles.
Los sacerdotes diocesanos eran pocos, predicaban con sermones mal preparados, y tenían
dificultad para asimilar la reforma conciliar. Las Asociaciones religiosas son inoperantes y vivían
aislados en sus colegios. Ambos cleros tenían desconfianza mutua. En las parroquias no existen
comunidades, la catequesis es pura memorización sin sentido, y existe poca asistencia al culto,
además, que la liturgia no había sido aún renovada, y prevalecían los intereses económicos.
fraile Molina afirmaría en una entrevista posterior (Managua, 27 noviembre 2003), que en una reunión con los
obispos, a las puertas de la insurrección, vio en ellos pobreza ideológica, ni el mínimo conocimiento teológico,
sociológico menos, para encarar la situación. No tenían valor. Cf ID., cit., Quan Déu cridava: Revolució!, 138-139.
160
Sin más, evidentemente este Encuentro en el Seminario no fue aceptado por los obispos ultraconservadores (sobre
todo, los monseñores Oviedo Reyes y García Suárez), quienes se negaron al diálogo con los sacerdotes “anarquistas”.
La misma suerte tuvo la convocación al II Encuentro Pastoral promovido por la CEN y la Confederación de religiosos
de Nicaragua, CONFER, para el año 1973 a causa del Terremoto de Managua, 23 de diciembre de 1972. Gran
oportunidad perdida para la pastoral de conjunto, la creación de comunidades de fe que superase la cultura de una
espiritualidad individualista y generase la corresponsabilidad en la Iglesia de esa década. Ello tuvo repercusiones en
el futuro, como veremos. Las conclusiones fueron publicadas el 10 de febrero de 1969 por Mons. Julián Luis Barni en
De cara al futuro de la Iglesia en Nicaragua. Primer Encuentro Pastoral, P.A. VEGA (ed.), Ediciones Fichero Pastoral,
Managua 1969. Se resaltaba el acierto de Medellín, se recomendaba la edición actualizada de un catecismo, se echaba
de menos un discurso global no-ingenuo de la realidad socio-eclesial, se denunciaban las violaciones a los derechos
fundamentales de la persona por parte de una injusticia institucionalizada, en fin, promovía reformas tanto dentro de la
Iglesia como en la sociedad nicaragüense. Cf ID., El Concilio Vaticano II, 206-212.
161
N.A. GARCÍA, «La realidad de la Iglesia en Nicaragua», en De cara al futuro de la Iglesia en Nicaragua, Editorial
Hospicio, León 1969, 38-39. Basada en datos del Anuario Eclesiástico de Nicaragua (1967), estadísticas estatales y
una encuesta realizada por él mismo. Urgía una revitalización y dinamismo eclesial bajo un “proceso democrático de
abajo hacia arriba” junto al cambio de mentalidad de la jerarquía frente a la misión de los nuevos tiempos. Cf ID., El
Concilio Vaticano II, 208.
56
También disertaron el padre V. Vetrano (del CELAM), sobre “Fe cristiana y desarrollo” y el padre
E. Beltrán Varios sobre los “Principios de la pastoral de conjunto”. El catedrático de la UCA y
editor del periódico Testimonio, Dr. Ernesto Castillo, señalaba que la responsabilidad de la Iglesia
en el momento actual es juzgada por hombres conscientes de su responsabilidad y ansiosos de
poder edificar sus aspiraciones con las de una Iglesia auténtica, pero propulsora y renovadora 162.
El padre León Pallais, UCA, criticaba que la jerarquía y la Iglesia nacional era una Iglesia
cobarde163. La CEN, envía una carta de protesta al padre Vega y al padre Guillermo Quintanilla,
por el lenguaje inexacto e injurioso para los que han trabajado en la Iglesia por largos años (Cf
Acta de la reunión de la CEN, 7 enero 1969, 5).
En realidad, el Encuentro Pastoral tuvo un significado positivo, como un trampolín para hacer
marchar la Iglesia, además, reveló la vitalidad y el profundo compromiso evangélico de los laicos
y clérigos con espíritu de diálogo interno en la toma de consciencia de la gravedad de la situación
y magnitud de los problemas164. Fue un hito histórico que se vino diluyendo en los años 70.
Evidentemente, los obispos y la Iglesia de esos años, aún no sabían leer los signos de los tiempos,
sentencia el historiador Zúñiga. Las únicas excepciones a éste panorama eran un grupo reducido
de sacerdotes diocesanos muy dinámico y algunas comunidades de religiosas que empezaban a
trabajar en tareas de promoción social165. En esos días, la GN aniquiló a células rebeldes entre las
cuáles fallecerán Julio Buitrago y Leonel Rugama. Varios clérigos condenan los hechos.
162
E. CASTILLO, «Realidad humana de Nicaragua», en cit., De cara, 144. Actualizar el catecismo, promover la
formación teológica-social de los laicos, dialogar con los que no creen y denunciar las injusticias, eran entre las
conclusiones de la Asamblea. Cf J.E. ARELLANO, Breve historia, 104-105.
163
H. LATTORE CABAL, The revolution of the Latin American Church, University of Oklahoma Press, Oklahoma
1978, 81. Lamentó que la circular de la CEN en abril 1969, sólo viera el problema del uso de la sotana negra o
blanca, ante el drama nacional. Leer sus comentarios en el periódico mensual Testimonio, 1 mayo 1969, 4.
164
Cf Testimonio, febrero-marzo 1970, 6.
165
Cf R. POCHET ̶ A. MARTÍNEZ, Nicaragua, 11s. La urgencia de una nueva espiritualidad más bíblica, comunitaria
y de equipo, como decía Fray Florián, quizá es el fruto más significativo del Encuentro. Las CEB la adoptarán y
expresarán con dinamismo, trabajo colegiado y una mentalidad fuerte que miraba a la acción pastoral y el
compromiso cristiano. Cf F. JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Formas específicas del proceso secularizador en los católicos de la
cuidad de Managua, UCA, Managua 1977, 73. Leer las consideraciones de entrevistados en Testimonio febrero-
marzo 1970 7ss.
57
Debayle. Este auge llega a su fin en la segunda mitad de la década cuando se percibe un
estancamiento que golpea a las clases populares. En lo político, se agudizan las pugnas entre los
partidos hegemónicos. Entretanto, es liberado Carlos Fonseca de una cárcel costarricense.
Además, un 28 de enero de 1971, estudiantes del Centro de Estudiantes de la UCA, por el afán
continuista de Somoza III, convocando una Constituyente, se toman las instalaciones y exigen la
revisión completa de las estructuras del Estado. Posteriormente, por conflictos con las autoridades
universitarias, emprenden una nueva forma de lucha política: la toma de los templos. Este hecho
desbordo los límites de la universidad y afectó seriamente la vida nacional. En todo el país se
multiplica la toma de templos y colegios católicos por estudiantes católicos y no católicos,
sandinistas y no sandinistas ante la inhumana situación de los reos políticos 166. Por su parte, una
asamblea eclesiástica protesta (diciembre) por la expulsión del jesuita P. José Antonio Sanjinés y
el impedimento de la entrada al país del escolapio Juan Álvarez 167. En un boletín (8 de febrero),
los obispos, encabezando a la Iglesia con consciencia crítica (como recordará el Consejo Pastoral
de la Arquidiócesis, mayo 1977), lamentan lo ocurrido a los sacerdotes sin considerarlo una
persecución contra la Iglesia, y llaman a la sensatez y que la obligada participación en la política
nacional sea apartidista. Pero, el régimen continuó con su política y recurrió nuevamente a un
Pacto firmado en el Teatro Nacional el 28 de marzo de 1971, llamado del Kupia Kumi (en dialecto
misquito, "un solo corazón") con Agüero y los conservadores, tomando un esquema bipartidista.
En el Teatro se hizo presente Mons. Borge en calidad personal; además, el prelado granadino
Mons. García Suarez y Mons. Chávez Núñez defendieron el pacto como posible puerta de salida a
la crisis de gobernabilidad. Se forma una Junta Nacional de Gobierno, JNG 168. La CEN,
consciente del deber de orientar el futuro del país, examina y desea orientar la realidad histórica y
166
Son fruto del encuentro de movimientos juveniles, estudiantes de inspiración marxista con movimientos católicos
inspirados por los Documentos de Buga y la naciente teología de la liberación con los padres Gilberto Jiménez
(Paraguay) y el dominico Gustavo Gutiérrez (Perú) aglutinados en la Acción Católica Universitaria latinoamericana.
El rector fundador de la Universidad, p. León Pallais Godoy, es obligado a renunciar en abril de 1971. Un sacerdote
Edgard Parrales y estudiantes se toman la Catedral de Managua, agosto 1970, la cual «fue la primera vez en Nicaragua
que la Iglesia pasa de los simples pronunciamientos a la acción... principal razón de las concesiones gubernamentales
sobre los presos políticos». Cf P.A CUADRA, «Las campanas anunciaron el amanecer», en La Prensa, 27 septiembre
1970; también véase ID., en Testimonio, noviembre 1970, 2-3. Y en la toma de El Calvario, León, acontece una
masacre ante los gritos de protesta del padre José A. Machado. Como resultado de esta presión, los sandinistas logran
la excarcelación de un dirigente Ricardo Morales Avilés. ib., 623ss; J.E. ARELLANO, Breve historia, 113-114.
167
Cf ID., Historia, 1068.
168
La JNG concertada en las conversaciones Somoza Debayle-Agüero Rocha en Masaya y Managua. Somoza,
suspendiendo su período que comenzó en 1967, mantendría la Dirección de la GN (y candidato presidencial por el
PLN), se promovía una nueva Constitución y se creaba un triunvirato títere en el ejecutivo que gobernaría
transitoriamente (1 de mayo de 1972-1 de diciembre de 1974), con miras a elecciones libres y observadas el 1 de
septiembre de 1974.
58
la actividad política de la Iglesia en la Carta Pastoral (19 marzo 1972) como lo orienta el papa169.
Afirma que, en nuestra realidad bajo aparente estabilidad, las tensiones políticas y sociales laten
con creciente intensidad, no menos reales y potencialmente peligrosas socavando un orden más
justo. Constata que se ha interrumpido el proceso político establecido para dar paso a un nuevo
orden constitucional sin participación del pueblo nicaragüense. Además, a los laicos llamados por
vocación a santificar al mundo desde dentro, le recuerda que los cambios son necesarios, las
reformas profundas, indispensables; deben emplearse resueltamente en infundirles el espíritu
evangélico (Pablo VI, Populorum Progressio, 81).
Igualmente, lamentándose de la expulsión o exclusión de Nicaragua de varios sacerdotes,
acusados de acción política, concluye que, en nuestra Patria, sus estructuras políticas no responden
a los reclamos de nuestro tiempo lo que amerita su «cambio global» y exige «transformaciones
audaces» con el fin de extinguir «una violencia institucionalizada»170. Ciertamente, manteniendo
una imparcialidad entre las partes en conflicto, los prelados son claros en sentenciar que no se
pueden cerrar los ojos a esta realidad. El pacto ha sido contra la voluntad del pueblo
nicaragüense y por ello contra sus derechos, contra su libertad y autodeterminación 171. La Carta
finaliza atreviéndose a decir que:
«el fermento revolucionario que irrumpe sin cesar en forma de manifestaciones más o
menos pacíficas, guerrillas o luchas declaradas, podrá ser canalizado o aprovechado en
determinado momento por fuerzas políticas interesadas, pero en su origen no es sino el
grito incoercible de un pueblo que toma conciencia de su situación y busca cómo
romper los moldes que lo aprisionan. La Iglesia se ha pronunciado a favor de un
cambio de estructuras y añade que lo que se busque no sean simples arreglos sino
auténticas transformaciones que integren a todo el pueblo en la gestión de su propio
destino. [Al régimen le declara:] «que los hombres de gobierno comprendan su
tremenda responsabilidad en este momento decisivo para nuestra orientación política,
teniendo a mano tantas posibilidades de actuar bien. Que no se caiga en la tentación de
utilizar la fuerza y la represión para imponer soluciones y trayectorias que nos vuelvan
al pasado tan triste y doloroso»172.
169
PAULUS VI, «Carta apostólica Octogésima adveniens, 5» en AAS 63 (1971) 401-441. Bajo el concepto de política
en sentido amplio, como lo había hecho en la carta Pastoral del 29 de junio de 1971, ésta es una verdadera joya
doctrinal con un lenguaje claro para todos los actores de la vida nacional. En ella ofrece, desde su juicio moral
referente al orden político iluminado por la fe (2 Timoteo 4, 2), principios de acción, derechos y limitaciones de cada
uno de los miembros de la Iglesia en el quehacer político nacional. Cf. E. ZÚÑIGA, Historia, 630s.
170
CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA, «Carta Pastoral de la CEN, sobre los principios que rigen la actividad
política de toda la Iglesia como tal, marzo 1972» en Magisterio de la CEN 1972-2015. Documento de Medellín, II, 16.
171
Cf O. RIVAS, «Comentario a la Pastoral» en Revista Conservadora, 139 (1972) 32.
172
Cf ID., cit., «Carta Pastoral de la CEN, sobre los principios», 6.8.
59
El movimiento que busca un orden nuevo, estaba en marcha. Además, recuerdan la sentencia
paulina de que «El uso de la fuerza suscita la puesta en acción de fuerzas contrarias y de ahí un
clima de lucha que da lugar a situaciones extremas de violencia y de abusos» (Pablo VI,
Octogésima Adveniens, 43). Y ese es el camino elegido por la dictadura. La denuncia del
deteriorado panorama nacional, lo repetirá la declaración de la CEN «sobre las amenazas al orden
público» y, también, en la Carta Pastoral sobre «el hombre, la Iglesia y la sociedad: algunas notas
para facilitar la reflexión y el diálogo en materia de “deber político”», ambas de 1974173.
Por otro lado, el Kupia Kumi señaló para el Partido Conservador su descrédito popular y nunca
más volvió a ser alternativa de poder. En efecto, históricamente los pactos son la tumba de la
oposición y no significan cambios sino reafirmación del sistema presente, escribía posteriormente
Pedro J. Chamorro en La Prensa. Su funcionamiento será limitado por Somoza hasta que se
produjo el Terremoto de Managua (a las 00:35 minutos del 23 diciembre 1972) donde vuelve a
retomar abiertamente el control del Estado al hacerse elegir presidente del Comité Nacional de
Emergencia y con el decreto de una ley marcial. Este cataclismo descabezó al país, pues, en la
capital se concentraba todas las actividades sociales, políticas y económicas174.
Rescatando la labor de la primera dama, doña Hope Portocarrero, el clan Somoza se planteó
ponerse de inmediato a la cabeza de las principales compañías de reconstrucción. Con el alza de
precios en las tierras destinadas a proyectos de viviendas (adquiridas de antemano por “socios”),
junto a la competencia “desleal” para ganar los contratos en perjuicio a empresas no somocistas,
hizo ensanchar su imperio económico. Paradójicamente es posible que haya comenzado el último
capítulo de la dictadura a consecuencia del brutal desprestigio internacional por el escandaloso
saqueo a las donaciones. La corrupción y la inflación se tornaron galopantes y la economía, aún
con el auge de la producción algodonera, es frágil e inestable. Con ello, sobrevino un mayor
173
Habló que la Comunidad Eclesial significa nivelación de todas las responsabilidades. Que queramos o no,
estamos en revolución. En todos los órdenes se desmoronan los viejos y rígidos moldes: en lo cultural, en lo
económico, y aún en lo religioso. Se refirió a la libertad ciudadana y la exigencia de cambios estructurales y de
autoridades gubernamentales, [que] reclaman de todos una mayor serenidad y sensatez para evitar el caos, elecciones,
reconciliación social, del modo de proceder de una institución militar en servicio de las seguridades sociales, de busca
de un nuevo orden orientado a la justicia. Rechaza las investigaciones judiciales con violencia. Boletín informativo de
la Arquidiócesis de Managua, 27 de mayo de 1974, 24. CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA, «Carta Pastoral de
la CEN, El Hombre, la Iglesia y la sociedad: algunas notas para facilitar la reflexión y el diálogo en materia de “deber
político”, 6 agosto 1974» en Magisterio de la CEN 1972-2015.
174
Más de 10,000 muertos, 20,000 heridos, 250 000 de una población estimada en 325 000 personas sin techo, mil
millones en pérdidas económicas, destrucción del casco urbano de la capital, junto a la crisis humanitaria del éxodo
masivo a otras poblaciones. Cf ID., Historia, 1072. En la eucaristía de primer aniversario del cataclismo, el
Movimiento Revolucionario Cristiano hizo sentir su repudio a Somoza III, presente en la plaza, por sus turbios
manejos de donaciones
60
aislamiento de la dictadura a nivel local, la que se atrevió a reprimir al campesinado cooperador de
los insurgentes del norte. Durante la coyuntura post-terremoto, después de reformar la
Constitución, Somoza III aún se hizo elegir presidente en diciembre 1974 para seis años más.
Somoza parecía tan seguro en la cúspide de su poder, pero el ambiente del país era de clara
desilusión175. Los obispos de la CEN no se presentaron a la toma de posesión del primero de
diciembre, marcando su autonomía frente al poder temporal. Como apuntamos en una nota a pie
de página, lo recalcamos aquí, que en 1974 sube el tono crítico de los obispos llegando a hablar de
“todos los abusos, sumados a la actual situación de exigencia de cambios estructurales y de
autoridades gubernamentales” (Carta de la CEN, 6 agosto). Aun entre algunas reuniones con
obispos, ya Somoza III, a estas alturas, había roto con el episcopado, más no con el nuncio Gabriel
Montalvo ni con curas seculares que le eran afines. Emitía un juicio englobando a la Iglesia de
realizar “actividad izquierdista”176. Por otro lado, desde la síntesis generada por una conciencia
religiosa y un análisis marxista, varios movimientos sindicales, estudiantiles, políticos y
populares, entran en actividad en la capital nicaragüense, para quienes la religión es fuente de
protesta social y, en consecuencia, la participación de los cristianos se entiende como un
fenómeno de cambio que busca liberación revestida religiosamente177.
Para la sociología de la religión promovida por historiógrafos “populares”, estos cristianos
pasarán de un proceso de renovación religiosa, litúrgica y pastoral a diversas praxis comunitarias
de crítica sobre la realidad nacional y denuncia del orden social, plagado de explotaciones, con
miras al anuncio de un nuevo orden, el reino de Dios a partir de la participación de los actores en
un proyecto histórico (que el proceso revolucionario lo hacía accesible). Eran los días de
175
Las elecciones evidenciaron indicios de estar “arregladas” con los Conservadores a cambio de garantizados
“curules” parlamentarios y otras prebendas. Las guerrillas parecían debilitadas. El panorama económico era
enormemente dispar. El 50 % de la población recibía sólo el 15 % del Producto nacional. El ingreso por cabeza en el
campo no pasaba de los 300 dólares al año. Un 6% de ricos dueños poseían un 30.5 % de las tierras cultivables,
mientras que un 50.8 % de campesinos poseía sólo un 4 % de la tierra. La mala nutrición era evidente en el país. La
mortalidad infantil alta y sólo la mitad de los adultos del país sabe leer. A. RIDING, «44 años de vergüenza en ombligo
americano», en La Prensa, julio 1978 (ca.), 30.
176
Cf ID., Historia, 639ss. En los setenta, la hora de decisiones inaplazables, la Iglesia no se cansó de hacer un
llamamiento final a que todavía no era demasiado tarde para alcanzar una paz posible. Sin embargo, era evidente,
también para ella, que se debe luchar «con integridad moral y con prudencia contra la injusticia y la opresión, contra
la intolerancia y el absolutismo de un solo hombre o de un sólo partido político». Cf ID., Const. past. Gaudium et spes,
75 en AAS (1966) 1053.
177
En las ciudades del pacífico, a mediados de 1973, jóvenes universitarios de clase media, en su mayoría ex-
estudiantes de colegios religiosos, con experiencia de trabajo comunitario, radicalizan su fe y se comprometen con el
FSLN, matando al burgués que llevaban dentro, como agrega Arellano. Renuevan la dirigencia del movimiento a la
muerte de Oscar Turcios y Ricardo Morales Avilés. Cf J.E. ARELLANO, Breve historia, 124. Ver el estudio sobre
universitarios del barrio El Riguero en M. RANDALL, Cristianos en la revolución, Editorial Nueva Nicaragua,
Managua 1983.
61
movilización popular cristiana de las comunidades de base quienes comenzaron en perfecta
armonía con la autoridad eclesiástica. Nos referimos a las CEB de los barrios Larreynaga con el p.
Francisco Mejía y los padrea abulenses F. Jiménez y M. Velázquez, en los años 1963 y 1965; en el
Riguero con el padre franciscano Uriel A. Molina Oliú OFM (Ordo Fratrum Minorum), donde
surgirá el Movimiento Cristiano Revolucionario, primero conformado por jóvenes universitarios,
y donde, en la década de los ochenta, encontraremos a Jesús resucitado en una pintura del altar
mayor con la cara de un joven nicaragüense portando una gorra 178. También nos referimos al
experimento pastoral de la parroquia de san Pablo Apóstol, sobretodo, en el barrio san Rafael con
el jesuita español padre José de la Jara Alonso (párroco desde enero 1968; posteriormente, dejará
el ministerio sacerdotal) y las hermanas de Maryknoll (con la hermana Estela), bajo el gobierno de
Mons. Donaldo Chávez Núñez basada en el movimiento Familia de Dios179. Junto a universitarios
y campesinos, las CEB entrarán en contacto con el FSLN incorporándose a sus filas. De su parte,
la CEN declaraba que el gobierno democrático es una representación del pueblo no una entrega ni
una enajenación de los derechos del ciudadano180. Ahora bien, después del Conc. Ecum. Vat. II,
Cursillos de Cristiandad (fundado en Mallorca, 1948-49; en Nicaragua desde el 63-65), fue el
semillero de movimientos y nuevas comunidades de espiritualidad cristo céntricas y eucarísticas
en línea de comunión con la jerarquía local, y con clara adhesión cordial al Papa.
La CEN, no sin algunos conflictos iniciales, apoya a movimientos laicales que tuvieron, y
tienen, un impacto grande en la trasformación integral de las vidas de sus miembros. Hablamos de
la Renovación Carismática Católica (desde 1973), del Camino Neocatecumenal fundado por los
españoles Francisco “Kiko” Gómez-Argüello y María Carmen Hernández (en el país a petición del
178
ID., cit., Quan Deéu cridava: Revolució!, 146.
179
Cf J. CÁCERES ̶ A. OPAZO, Iglesia, Política y Profecía, Juan Pablo II en Centroamérica, San José, EDUCA 1983.
Cf R.M. POCHET ̶ A. MARTÍNEZ, Nicaragua, 14-17. 24s. 69-71. Sacerdotes y laicos de las CEB de la Parroquia San
Pablo, sectores de San Rafael, Colonia Nicarao, 14 de Septiembre y Reparto Schick, paulatinamente se separaron de
la autoridad de la Iglesia por su identificación religiosa con la lucha anti somocista, y posteriormente, con la
revolución sandinista. Cf ID., cit., El Concilio Vaticano II, 204ss. Desde 1975, las estructuras de las CEB se
convierten en estructuras de preparación de la lucha territorial en tanto Comités de Defensa Civil, CDC, los futuros
Comités de Defensa Sandinista, los CDS de los años 80, verdaderas maquinarias coercitivas de rechazo violento a
toda intención de someter a discusión la hegemonía popular en el poder; eran la espina dorsal de la Revolución
Sandinista al ejemplo de los comités de defensa de la Revolución Cubana, eran los "ojos y oídos de la revolución"
según los definió Barricada, el periódico del Partido, en su edición del 23 de septiembre de 1979. Además Cf ID., cit.,
Nicaragua, 24. 38.
180
ID., «Carta Pastoral de la CEN, el Hombre, la Iglesia y la sociedad», 16. Sin embargo, hablando de las
organizaciones populares creadas por la élite revolucionaria, su acción de masas estaba subordinada a las necesidades
que tenía el Estado para hacer las transformaciones que se las demandaba. Eso fue, pues, la lógica durante muchos
años, afirmaba en una entrevista del 4 mayo 2006, Dora María Téllez, antigua guerrillera sandinista. Cf D. KRUIJT,
«Revolución y contrarrevolución: el gobierno sandinista y la guerra de la Contra en Nicaragua, 1980-1990», en
Desafíos (2011) II 61.
62
p. Miguel R. del Palacios C.Ss.R., 1974), la comunidad de alianza Cuidad de Dios ( fundada por el
ex cursillista Carlos Mántica, 1977), Movimiento de Encuentros Conyugales, MEC que comenzó
en España, 1962 (en el país con los matrimonios Roberto y Amparo Sánchez, Luis y Verónica
González y el padre V. Panells hasta mayo 1989) y, también, el Sistema Integral de la Nueva
Evangelización (Estelí, Granada con el padre Alfonso Navarro, 1989). De iniciativa laical y de
valor espiritual-misionario, eran, y son, experiencias significativas de formación bíblica o
catequética, que produjeron – y lo siguen haciendo –, con entusiasmo apostólico, una nueva
imagen de Iglesia, pero con una visión limitada de la dimensión política de la fe y de la
evangelización181.
El comando guerrillero en la casa de “Chema” Castillo y otras contiendas
El 27 de diciembre de 1974, después de años de organización política y de luchas clandestinas,
mediante el comando “Juan José Quezada”, el FSLN (tres tendencia, proletariado, campesinado y
mixta) se hace ver con la acción político-guerrillera del asalto de la casa del ex ministro de
Agricultura, José María “Chema” Castillo Quant, quien ofrecía una recepción al embajador
norteamericano T. Shelton, íntimo consejero de “Tachito”. Lo lideraban Eduardo Contreras y
German Pomares; hubo la participación de guerrilleras como Leticia Herrera y Eleonora Rocha.
El comando toma por rehenes a un grupo de Ministros y amigos del régimen. Exigen dinero, la
lectura de un pronunciamiento político y la liberación de varios presos políticos (entre otros,
Daniel Ortega, Lenin Cerda). Somoza accede a la mayoría de peticiones; así, 13 presos políticos
junto al arzobispo, Miguel Obando Bravo, mediador y de garante, toman un avión hacia Cuba182.
De inmediato, la Guardia Nacional, ejecuta una serie de acciones de represión bajo una Ley
Marcial, Estado de Sitio y censura de Prensa hasta septiembre de 1977. Muchos miembros de las
CEB abandonan sus comunidades para incorporarse a las filas anti somocista. A su vez, esta
acción precipita la crisis del somocismo y un estremecimiento de desconfianza atraviesa toda la
estructura de dominación. Un nuevo período se abre. Incluso dentro de la organización guerrillera
181
Estas comunidades aprendieron a no imponer la fe sino a proponerla con delicadeza. Además, han hecho entender
que no basta con la renovación de las estructuras para garantizar una la experiencia de la fe viva, una evangelización
real de la sociedad alejada de la Iglesia, o el florecimiento de vocaciones sacerdotales y consagradas. Cf ID.,
Asociaciones, 199-200.
182
Leer las anotaciones del Licenciado Edgard en la sección sobre el Arzobispo de Managua en E. ZÚÑIGA, Historia,
1074-78. Según un texto dictado por Tachito a Jack Cox, Nicaragua Betrayed (Traicionada), Western Island, U.S.
1980, «Mons. Obrando es uno más del FSLN y los sacerdotes jesuitas son sus primeros enemigos», por lo que se
planeaba un “accidente” para hacer desaparecer al Arzobispo y a un par de curas más, como lo comenta Pedro Joaquín
el La Prensa, 20 de marzo 1975.
63
surgen diferencias de orden ideológico183. Entre los clérigos se descubre una pluralidad de
posturas. Unas coincidentes con la de los partidos de oposición, la llamada línea reformista. Otros
ven en los gestos y discursos ante el régimen que tocan la indiferencia o de franca beligerancia.
También, se notaron en estos años esfuerzos de unión entre la CEN y la Conferencia de
Religiosos, CONFER, esta última acusada de poseer religiosos de línea comunista.
Mientras tanto, las situaciones concretas de violencia, fueron denunciadas por la CEN184.
Demoledores fueron las denuncias sobre abusos de los Derechos Humanos cometidos por la GN
presentadas por los padres capuchinos de origen norteamericanos (firmaron 32 o 33) del Vicariato
a la CEN el 13 de junio de 1976, las notas de su obispo Mons. Schlaefer, el documento del jesuita
padre Fernando Cardenal, que evidenciaron la represión somocista por medio de bombardeos
desde helicópteros, el drama de secuestros, violaciones sexuales, métodos inhumanos de torturas,
quemas de viviendas hasta ejecuciones extrajudiciales de campesinos y Delegados de la Palabra
(más de 500 víctimas, 300 desaparecidos) en Zelaya, Matagalpa y las Segovias 185. Nadie ha sido
acusado públicamente. El obispo de Estelí y su clero, junto a la CEN, que promovían la salvación
total del hombre desde la fuerza profética del Evangelio 186, apelaban a dejar que el pueblo pudiese
ganar el pan de cada día sin ser acorralado. Sin duda, aquellos que protestaban contra el régimen
eran la sociedad entera. Así, a inicios de 1977, junta a detenciones (padres D. Alighieri, J.L
Sandoval y la hermana Adilia Mercado, Chontales) y vejámenes (al jesuita padre Mercado y
religiosas de la Arquidiócesis), la maquinaria mediática del régimen, por la detención de una
183
Tras la muerte de uno de sus fundadores, C. Fonseca Amador (1976), las discusiones sobre cuotas de poder y por
las tácticas-estrategias de la guerra subversiva, surgidas durante la década de1960, produjeron diferencias internas en
una organización guerrillera trotskista. Son: la Tendencia Proletaria (TP con J. Wheelock, L. Carrión, R. Huembes),
giraba a un castro-guevarismo, con un marxismo clásico que politizaba la clase obrera, buscó diferenciarse (1975), de
la Guerra Popular Prolongada (GPP con T. Borge, B. Arce, H. Ruíz, 1969) de la movilización popular campesina de
inspiración guevarista-maoísta y la Tendencia Insurreccional o Tercerista (TI con los hermanos Ortega, Humberto y
Daniel, y V. Tirado, 1974-6) como grupo multiclasista y flexible que optaron por la vía armada en las ciudades .
EQUIPO BITÁCORA MARXISTA-LENINISTA, FSLN. Las discrepancias y la creación de las tres tendencias en Diario
Octubre, 22 agosto 2015. Disponible en diario-octubre.com
184
Mons. Barni lo hará ante la desaparición de 20 campesinos (1975) y, junto al obispos de Estelí y Bluefields, se
reunirá con Somoza III para exigirle el respeto a los derechos de los campesinos y fin de las torturas. Cf ID.,
Nicaragua, 20-21.
185
Entre la población de Siuna, Macuelizo y Cusmapa, Paracas, Yucamalí, Dipina, Boca de Piedra y Puerto Viejo, de
las comarcas de Sofana y Boca de Dudú, en Irlán, El Plátano, Raicilla y en el río Iyas. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 651-
655. Lo recoge la Iglesia en CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA, «Mensaje de la CEN, Renovando la esperanza
cristiana al iniciar el año 1977, 8 enero» en Magisterio de la CEN, 1972-2015. Uno de los más influyente en la tarea
de apostolado entre los Delegados de la Palabra, Fray Evaristo Bertrand, y uno de los firmantes de la denuncia, viene
expulsado a Honduras. G. SMUTKO, «Implicaciones políticas de los programas de acción social de la Iglesia católica
en Centroamérica», en Boletín del Archivo General de la nación, Managua I-VI 1980, 141. Entre los delegados
capturados y asesinados se enumeran a Guadalupe Sánchez, Ruperto Flores y Justo Sáez. Cf J.E. ARELLANO, Breve
Historia, 126.
186
«Bello mensaje del clero estiliano», en La Prensa 30 diciembre 1976.
64
guerrillera originaria de una familia adinerada y de tradición somocista, la señorita Marta
Cranshaw Guerra, lanza una campaña contra el Arzobispo y el padre Molina, quienes llegan a
recibir amenazas de muerte de paramilitares, autollamados la “Mano Blanca” 187. Esta reacción del
régimen era consecuencia de las duras críticas del magisterio eclesial – que NO tenía paralelo en
la historia de Nicaragua – a las grandes anomalías perturbadoras de las libertades fundamentales
ejecutada por una injusticia institucionalizada. Los meses de julio a septiembre, representaron un
pequeño impase general en el país, levantamiento de la censura y del estado de sitio, ante la ligera
insuficiencia coronaria de Somoza III que lo llevó a tratarse por cinco semanas en Miami y a
despachar luego, desde su casa de verano, Montelinar. En otro orden, las puertas de una
“democratización” al estilo somocista son cerradas cuando la tendencia insurreccional del FSLN
se fortalece militarmente con el éxito de la ofensiva militar contra los cuarteles de la GN en
Ocotal, San Carlos y Masaya (octubre 1977). Se lanza desde San José, Costa Rica la proclama de
“Los Doce”, llamando a la unidad nacional y a la insurrección popular. Jóvenes de clase media y
alta son piezas claves en la dinámica anti somocista, como el comandante que atacó en el norte,
Joaquín Cuadra Lacayo y Clarisa Álvarez Sacasa, líder de la Asociación de Mujeres ante la
Problemática Nacional, AMPRONAC. Además, singular es el caso del misionero español del
Sagrado Corazón, Gaspar García Laviana quién, ante el irrespeto a la vida en amplias regiones del
país por el estado de terror impuesto, se enfiló como soldado en la lucha armada, dejando sus
funciones sacerdotales en Granada (Navidad de 1977). Moriría en combate en pocos meses. Cabe
recordar que muchas casas de cristianos se convirtieron en lugares de refugio de insurgentes. Se
pretendía un cambio de era a nivel eclesial como político.
En efecto, eran días en que se vivía la permanente «tentación de la violencia», como
parafraseó la sentencia paulina el arzobispo de Managua en su mensaje de esa misma Navidad.
Sin embargo, la CEN, en su mensaje de Año Nuevo (6 enero 1978), llega al máximo de su crítica
de la injusticia, al declarar que ya no pueden callar, después de señalar la corrupción
administrativa, de denunciar el estado de terror y el uso desproporcionado de la represión, además,
de animar a abandonar la violencia, declara que todavía no era demasiado tarde para respetar la
187
Su papa William y su Roberto Cranshaw Guerrero, acusando a Mons. Obando de atentar contra la Constitución y el
orden establecido, gritaban en múltiples medios de comunicación que era hora de matar a curas de sotana roja,
[incitadores de la juventud] al servicio de Castro y sus guerrillas. Acusaciones tajantemente rechazadas por el clero
Arquidiocesano el 4 de junio 1977. Cf A. LÓPEZ – J.B. ARRÍEN, «El papel de la Iglesia en la coyuntura nacional», en
Encuentro 14 (1978) julio-diciembre 132s. Cf ID., Historia, 1080.
65
dignidad humana188. Así, las mediaciones eclesiales son tomadas por la historiografía
“progresista” dentro de la vacilante línea reformista, un “somocismo sin Somoza”189.
66
reflexionaron que un cristiano no se puede quedar con la consciencia tranquila, si colabora con
estructuras pecaminosas que perseguía, saqueaba, golpeaba físicamente, ametrallaba y
atemorizaba a sacerdotes, religiosos y laicos con labor pastoral en diversas Diócesis incluso en los
primeros meses de 1979190.
Todo el año 1978 Nicaragua fue convertida en un campo de batalla desplomando hasta el
polvo la economía nacional, que meses atrás estaba en apogeo gracias a la actividad agro-
exportadora, pero en manos somocistas191. Y en la segunda mitad del año, la única alternativa que
quedaba era unir fuerzas con las guerrillas y dirigentes sandinistas, organizaciones multiclasistas
de signo marxista-leninista (no acabado), y filo cubano de corte konstantinoviano e pro soviético.
Llegados a esta fecha, se promovía la movilización popular a través de huelgas obrero-
patronal, además de concentraciones políticas192. En esta dirección, y tras seis meses de
inestabilidad política, la exitosa operación chanchera, la toma al asalto del Palacio Nacional (11
am del 22 agosto 1978), marcó el momento más crítico del poder político de la familia que ha
controlado el país193. Suspendido el intercambio de fuego al final de la tarde (4 muertos), se llegó
a la liberación de rehenes cuando el gobierno aceptó la mayoría de las demandas de los
insurgentes con la mediación de 3 obispos, liderados por Mons. Obando Bravo. Entre tanto, la
organización guerrillera, FSLN, anunció formalmente (San José, Costa Rica, 8 marzo de 1979) la
unificación de sus tres tendencias (GPP – TP y la TI o Tercerista, la que tomaría las riendas),
conformándose la Dirección Nacional Conjunta (DNC) 194, llamando a una insurrección general
contra el Estado somocista. Todavía en este ambiente, la CEN, pide al régimen que busque
soluciones definitivas y verdaderas que respondiera a las exigencias de las mayorías 195. Notamos,
190
CF J.E. ARELLANO, Breve Historia, 130-131.
191
Digamos a groso modo que el PIB se redujo un 32 %, la deuda externa era de 1,600 millones de dólares, con un 80
% de inflación, el ingreso per cápita descendió a niveles de 1962, etc. Ver en la Revista Envío, Instituto Histórico
Centroamericano, UCA 37 (1984) VII.
192
Del Frente Amplio Opositor (FAO), quién junto a la jerarquía, el MDN, Movimiento Democrático Nicaragüense, la
empresa privada y en un primer momento el Movimiento Pueblo Unido (MPU), como alternativa a la lucha armada
serán llamados, la vía reformista. Posteriormente, en 1979, surge el Frente Patriótico Nacional (FPN), al que se
adhiere el MPU, siendo el FSLN el ala político-militar. Cf PAX CHRISTI INTERNACIONAL, Derechos Humanos.
Informe de la misión en América Central. 2 Nicaragua, octubre 1981, 48ss.
193
Secuestro a más de 500 rehenes, entre ellos, Luis Pallais, primo de “Tachito”, 2 ministros, Gene S. Yeni, jefe de la
GN, y 60 congresistas), ejecutado por un comando bautizado como “Rigoberto López Pérez”, de una veintena de
sandinistas, jefeado por Edén Pastora, el llamado “Cero”. Cf «Un comando sandinista toma al asalto el Congreso
nicaragüense» en El País, 23 agosto 1978, 1-2.
194
Los nueve miembros de la DNC, más adelante sólo Dirección Nacional, los dirigentes del FSLN y del gobierno,
eran los comandantes de la revolución Bayardo Arce, Tomás Borge, Luis Carrión, Víctor Tirado, Carlos Núñez,
Daniel Ortega, Humberto Ortega, Henry Ruiz y Jaime Wheelock.
195
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 656s. Cf CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA, «Mensaje de los obispos de
Nicaragua ante la grave crisis de la nación, 28 enero 1978» en Magisterio de la CEN 1972-2015. Disponible en
67
pues, que el tono de los documentos oficiales de la Iglesia se volvió más puntual en la medida que
recrudecía la situación nacional. La terquedad de Somoza III, totalmente deslegitimado, cerró
sistemáticamente todas las salidas políticas hacia un cambio de gobierno.
La CEN afirma que el mejor camino para evitar la guerra es aceptar el uso y el ejercicio de los
derechos [por todos], pues, ningún tirano puede sentarse indefinidamente sobre bayonetas 196. Por
consiguiente, según Zúñiga, se puede leer entre líneas, en las cartas de la CEN, que ya no se podía
condenar el uso de las armas en busca de la justicia (legitimándola explícitamente el 2 de junio de
1979: moral y jurídicamente)197.
Por otro lado, duramente los acontecimientos concretos de 1979 aislaron completamente al
régimen somocista, que se trasformó en una tiranía evidente y prolongada. La revolución que
proliferaba en Nicaragua no era un movimiento político ordinario de izquierda contra derecha o de
civiles contra militares. Más bien es un motín nacional – afirmaba Alan Riding, periodista del
New York Times – en el que el sector más amplio del país, incluyendo izquierda y derecha, ricos
y pobres, se ha unido contra la dictadura dinástica apoyada solamente por los 7,500 hombres de la
GN, pues sus aliados históricos, empresarios y los EE.UU., le han “traicionado” 198. Al mismo
tiempo, los obispos reclaman que ninguna revolución debe hacer uso de métodos terroristas para
desconectar a la nación y someter al pueblo a sus consignas, tales como: atentado contra la vida;
ejecuciones sumarias por el solo hecho de no compartir o de no colaborar a sus propósitos, asaltos
http://www.cen-nicaragua.org. Sabemos, además, que el somocismo tildó de comunista a todo sacerdote que
predicara contra la injusticia social. La CEN rechazará (comunicado del 22 febrero 1978), el fenómeno de la toma de
templos como método de lucha política ya que propiciaban división entre los fieles.
196
Sin ambigüedades la Iglesia se unía al clamor del pueblo que exigía (la renuncia de Somoza III): Un nuevo orden
socio-político, el ejercicio auténtico del derecho de asociación política, verdaderas reformas estructurales, en los
órdenes tributarios, agrario y empresarial, una profunda campaña de saneamiento en la Administración Pública,
plagada de personas incapaces y venales, un control más prudente de la Economía Nacional, evitando los
endeudamientos onerosos, que ni siquiera han favorecido a las grandes mayorías, una reorganización de la Institución
Armada, en base a intereses nacionales […]. ID., «Carta Pastoral de la CEN a los hombres de buena voluntad, 2
agosto 1978» en Magisterio de la CEN 1972-2015.
197
La CEN compartía la prueba de los momentos de angustia y esperanza con el Pueblo de Dios en Nicaragua. Con
dolor contemplan que los diques de la cordura se han roto ante el desborde de los incesantes reclamos ciudadanos y la
falta de respuesta por parte del sistema establecido. Pareciera que ya no se tiene otro fin que el de matar, aniquilar,
olvidando incluso la misma ética de la guerra. Pero, recuerdan con el papa Juan Pablo II que «El fin de las
Revoluciones, no puede ser otro, que el de lograr que "el hombre se considere a sí mismo, como un ser social" y «El
bien común, al que la autoridad sirve en el Estado, se realiza plenamente sólo cuando todos los ciudadanos están
seguros de sus derechos. Cf ID., «Mensaje de la CEN al Pueblo nicaragüense, 2 junio 1979, 4.8», en Magisterio de la
CEN 1972-2015. JOHANNES PAULUS II, «Encíclica Redemptor Hominis, 14.17» en AAS 71 (1979) 284ss. ID., «Carta
Pastoral de la CEN, 2 agosto 1978, 4, en Magisterio de la CEN 1972-2015. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 660s. ID.,
«Mensaje de la CEN», 28 enero 1978. Mientras tanto, Mons. Obando Bravo, Arzobispo de Managua, se encontraba
con demócratas cristianos, miembros del sector privado nicaragüense en Caracas (Julio 1979), por invitación del
presidente Carter.
198
Cf cit., «44 años de vergüenza», en La Prensa, julio 1978 (ca.),1. 30.
68
constantes a mano armada; amenazas a la propiedad y bienes privados; destrucciones de fuentes
de trabajo. Delante de ambos extremos, hacía un llamado a no permanecer pasivos e
indiferentes199. Es evidentemente signicativo, el retiro del respaldo del presidente demócrata de
EE. UU., Jimmy Carter, quien proclamaba el respeto y la lucha por los derechos humanos en el
Continente. Somoza III estaba sólo200. Después de más de cuatro décadas en el poder, los días de
la dictadura, gastada por dentro y asediada por fuera, parecen estar contados.
Pero los problemas del país fueron más allá de una persona. Desde 1971 la CEN ha venido
gritando la necesidad de un cambio estructural y cuanto más en el momento insurreccional que
vive la nación, ya que la Iglesia «no puede ser solidaria con sistemas y estructuras que encubren y
favorecen graves y opresoras desigualdades entre las clases y los ciudadanos»201. También toman
tiempo para condenar a los violentos guerrilleros sedientos de venganza, y una revolución jamás
puede ser del pueblo si el pueblo no la respalda (recogieron evidencias que éstos, también, estaban
cometiendo violaciones a los derechos humanos y al habeas corpus en Granada, Jinotepe,
Managua, etc.). Constatada la derrota política-militar, el 17 de julio Somoza III toma un vuelo
hacia Miami, marcando el crepúsculo del régimen más prolongado en la historia de América. En
nuestra descripción del capítulo, llegamos a los festejos en la plaza de la República el 19 de julio.
Once días después, sabida que los dirigentes del FSLN siempre dijeron el contenido ideológico
de su proyecto político, la CEN proclama en un breve que, en el reordenamiento de la comunidad
patria, la grandeza del hombre proviene de su condición de criatura hecha a imagen de Dios.
199
ID., «Mensaje de la CEN, 4.6», 2 junio 1979. Entre otras, huelgas generalizadas hasta el mes de junio, la
publicación del video donde un soldado de la GN asesinaba en un barrio oriental de Managua al periodista
norteamericano Bill Stewart, provocó la repulsión internacional. Las columnas de sandinistas en unísono se
enrumbaron hacía Managua.
200
Fallido el intento de conformar un gobierno de coalición, Somoza III, renuncia a la presidencia de la República y
escapa a Miami, junto a sus allegados, el 17 de julio 1979, no sin antes amenazar con volver. Negado el asilo por
Carter y otros países, al final encuentra refugio en Paraguay (19 agosto 1979), gobernada por su “hermano”, el
dictador Alfredo Stroessner. Pero, la mañana del 17 de septiembre de 1980, siete guerrilleros argentinos del Ejército
Revolucionario del Pueblo ERP, ejecutan la “operación rastrillo” que acaba con su vida y la de sus acompañantes, el
estadounidense Joe Baittiner y el chofer nicaragüense César Gallardo. En efecto, apenas confrontados por dos
custodios en un Ford Belina, en cuestión de segundos, el escuadrón de insurgentes parapetaron, ametrallaron y
lanzaron una bazuca contra su Mercedes Benz (ese día usó el no brindado) que lo trasportaba en la avenida España
entre las avenidas Venezuela y América de Asunción, capital paraguaya, en las que corría desesperada su amante,
Dinorah Sampson Moganam, para recoger su desgarrado cuerpo. Radio Sandino, en Managua, difundía la noticia de
la muerte de Anastasio Somoza Debayle, realizada por la solidaridad internacionalista, motivo suficiente para decretar
tres días de alegría nacional. Véase M. ZUB CENTENO, Somoza en Paraguay, vida y muerte de un dictador, Centro de
Investigación Multidisciplinaria para el Desarrollo CIMDE- El Lector, Asunción 2014; « ¡General, general!! ¡Qué le
hicieron al general», en ABC Color, 19 septiembre 2005. Disponible abc.com.py.
201
PABLO VI, Discurso de la Apertura de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano, Medellín, C. III (24
agosto 1968) en http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/homilies/1968/documents/hf_p-vi_hom_19680824.html.
Presagiaban también el escenario nacional después de la victoria de los sandinistas y sus pretensiones de instalar un
sistema socio-político decimonónico y europeo sin relación directa e indirecta con la cultura del pueblo nicaragüense.
69
Preclaros, orienta al pueblo a organizar su propia sociedad y advierte que todo lo que se crea en-
situación-de-revolución debe estar orientado a la promoción de esa grandeza 202. La alegría se veía
en los rostros, la paz se anhelaba, días de libertad, de progreso social y una justa distribución de
los frutos del trabajo, estaban en las mentalidades de la mayoría.
En los meses subsiguientes entramos al período de la transición. La Iglesia, como toda la
sociedad nicaragüense, expresa confianza en los altos ideales que han alentado el movimiento
libertador. Numerosos religiosos y teólogos se adhirieron a la llamada “Iglesia de los pobres”. Se
conforma una Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional (JGRN, 1979-1984: un Proyecto de
Unidad Nacional), para institucionalizar la participación social en el nuevo Estado revolucionario,
en donde se inscribiría tanto la idea del pluralismo político como la de economía mixta. Un
consejo de Estado que comprendía a 33 miembros funcionaba como institución legislativa, dentro
de la cual el FSLN contaba con la mayoría representativa. Muchos se movilizan a trabajar sin
cesar para construir una nueva sociedad. En realidad, prevaleció una especie de idealismo
anárquico. La situación nacional era, al mismo tiempo, hermosa y terrible. En el siguiente
capítulo completaremos, al menos hasta 1985, uno de los dramas más importantes del mundo:
Nicaragua y su gente en revolución203.
Así pues, en esos días, la Iglesia, por medio de sus obispos, de inmediato entra en diálogo con
las comunidades internas y la sociedad nicaragüense, animando a encontrar el verdadero espíritu
que impulse eficazmente con Cristo la historia de nuestros pueblos (Pablo VI, Octogésima
Adveniens, 4; Documento de Puebla, 274). No obstante, amonestó al pueblo (el mismo que vertió
tanta sangre), a que se evitara y eliminara las idolatrías estatales 204, sabiendo que su inicial apoyo a
la revolución no significaba ingenuidad ni ciego entusiasmo. Ella creyó poder dar un aporte
importante al proceso que vive Nicaragua. Por ello, la Iglesia quiere «un amplio espacio de
libertad que le permita cumplir su labor apostólica sin interferencias» (Cf Documento de Puebla,
144).
202
Cf ID., «Mensaje de la CEN al pueblo católico y a todos los nicaragüenses, iniciando la reconstrucción, 30 julio
1979» en Magisterio de la CEN 1972-2015.
203
Mientras tanto, la inspiradora victoria sobre Somoza y la esperanza de que el país pudiera convertirse en un
ejemplo para el resto del Tercer Mundo, llevó a una gran asistencia internacional, alrededor de 1,200 millones de
dólares en el primer año. Cf A. JENKINS, Nicaragua. A decade of revolution, L. DEMATTEIS – C. VAIL (ed.), W.W
Norton NY-London, Japan 1991, 16. El régimen confisca todas las propiedades de la familia Somoza y allegados
(decretos 3 del 20 julio 1979, también en los decretos 38, 230 de la JGRN). Cf ID., cit., Nicaragua, 28. 37.
204
Cf ID., cit., «Mensaje de la CEN, 30 julio 1979, 4», en Mensaje de la CEN 1972-2015.
70
La bandera de la lucha de Sandino, de búsqueda de justicia social con una economía al servicio
del hombre, de afirmaciones de los valores nacionales y de solidaridad internacional, era ondeada
ahora por un pueblo pobre que ha acumulado sufrimiento y marginación social. Se reflexionaba
que su actuar debe desplegar nuevas fuerzas para una nueva Nicaragua con la exigencia de elegir
correctamente por la opción preferencial por los más vulnerables205.
La próxima década nos desvelará las historias del sistema social que pretendía generar
trasformaciones estructurales en un pueblo que, por vez primera, se siente dueño de su país. Había
un pueblo que se movilizaba y se enfrentaba a hoy. Muchos tuvieron sus ojos puestos en
Nicaragua. Tanto la Iglesia como la sociedad. Pero, pocos se dieron cuenta de que aquel júbilo en
el que vivía sumido el país estaba siendo aprovechado por la tela de araña de los dirigentes del
FSLN que cubrirá al cien por cien, o casi, la estructura político-administrativa de Nicaragua
aplicar sus políticas de cariz marxista-leninista206.
205
ID., «Carta pastoral de la CEN “Compromiso cristiano para una Nicaragua nueva”, 17 noviembre 1979, 4», en
Magisterio de la CEN 1972-2015. Extraordinariamente sin condicionamientos teológicos, éste documento de la CEN
contó con la asesoría del teólogo peruano Gustavo Gutiérrez. Los temores de un falso socialismo usurpador del
protagonismo del pueblo en su propia historia, o que pretenda eliminar la libertad religiosa, es dibujado en el
documento. En él no se objeta de un socialismo que sea promotor de la preeminencia de las mayorías, de economía
racionalmente solidaria y con la participación de los trabajadores con el disfrute de sus méritos, etc. La Iglesia pide un
proceso nicaragüense, no capitalista, ni dependiente, ni totalitario, según las exigencias evangélicas.
206
Recomendamos la Tesis doctoral de M. HERNÁNDEZ RUIGÓMEZ, La Nicaragua sandinista y las elecciones de
febrero de 1990. Transición a la democracia o alternancia democrática, Universidad Complutense, Madrid 2012, 7-8.
181-313.
207
Cf ID., cit., Derechos Humanos. Informe de la misión, 44.
71
en guerra es reconociendo los derechos humanos y regulando el libre ejercicio de los mismos,
continuaba la CEN.
De su parte, Mons. Obando Bravo insistía a Somoza III en que la Iglesia lo que pide es la
libertad. Y como se ha visto, el Arzobispo se constituyó como un factor de solución pacífica en
los conflictos político-militares más críticos (1974 y 1978). Además, como reza la Carta Pastoral
de 1972, la Iglesia era consciente que tenía la obligación ineludible de orientar al Pueblo de Dios
incluso en la realidad temporal y dentro de la pluralidad de posibles opciones ideológicas, clérigos
y laicos deben buscar siempre la promoción del bien común. Así en las circunstancias que hemos
descrito arriba, ella reclama en Nicaragua «el derecho a servir a los hombres cooperando a la
promoción de todos»208.
A la Iglesia como a otros actores sociales, la suerte del pueblo no les pudo ser indiferente.
Historiando, vemos que el presidente Morazán, hacía 1830 dispersa al clero (quedará disperso
hasta 1849), y suprime la existencia legal de las instituciones religiosas, pero éstas últimas poseían
un grado de desarrollo y una capacidad de influencia que les permitió dar resistencia. En el
período post independentista, donde se discutía la legitimidad del Patronato, la Iglesia acompaña
al aparato de Estado en una anarquía generalizada, como también en su proceso de reacomodación
y reorganización administrativa-ideológica en el marco nacional decimonónico hasta entrado el
siglo XX209. Fue la mudanza brusca entre la quietud colonial y el tumulto demagógico, según la
Historia de la Federación de Chamorro Zelaya (1950).
Luego sobre vino la política intervencionista de los EE. UU., que según el folleto de P.J.
Chamorro Zelaya, no fue obra interna de un partido ni de ningún nicaragüense, sino externa y
llegó cuando a ellos les convino y se fue cuando comprendieron su error (Origen de la
Intervención Americana, 1951). Por otro lado, según el llamado modelo moderno alternativo, en
líneas generales, con el paréntesis zelayista (1893-1911) y contadas excepciones de débil
denuncia, el clero hasta 1971 presta una especie de colaboracionismo al poder establecido por los
granadinos (en el post zelayismo) y aliado incondicional de aquel de la Loma de Tiscapa,
Managua en el somocismo210. Y los rasgos básicos de éste último, los gobiernos dictatoriales de los
208
ID., «Carta Pastoral de la CEN, 19 marzo 1972, 3. 4» en Magisterio de la CEN 1972-2015; Cf E. ZÚÑIGA, Historia,
633.
209
Cf R. ÁVILA, «Estado e Institución religiosa en la Nicaragua del siglo XIX», en Revista de la Academia 74 (2013)
X 30-32. Se complementan, continuando una tradición colonial.
210
Así lo critica el padre Meya en ID., cit., Comentarios sobre historiografía. Cf ID., Nicaragua, 7.11.
72
Somoza, se resumen en una entrega incondicional a toda política insinuada por Washington 211; su
poderosa incidencia interna era sustentada por una pequeña, profesional y relativamente moderna
GN; desde tiempos de Somoza García, se ejercía un gigantesco paternalismo sobre la clientelar
población que acudía al “hombre”212. Además de poseer un poder sultanesco, sacacista
oligárquico y filo-liberal, “leyó al nicaragüense” como nadie en la historia del país, manipulando y
acercándose al obrerismo, al empresariado, y, lamentablemente, también a los sentimientos
religiosos del pueblo e intereses egoístas de miembros del clero, como referimos213.
Según la perspectiva de modernistas alternativos se sigue que, en los 70, la ética de la
Iglesia penetrará en las capas populares (a las que podía movilizar para sus intereses e impedir
programas secularizadores), pero los posibles elementos de crítica social se perciben
neutralizados214. Sin embargo, las cartas de la CEN hablan por sí mismas. Aun el 2 de agosto de
1978, sentenciaba la CEN que el silencio es, a veces, complicidad. Pero, las autoridades civiles y
militares del régimen somocista hicieron caso omiso de las Cartas, las tergiversaron, cerrándose al
diálogo. En consecuencia, expulsaron a sacerdotes que se atrevieron a alzar la voz o a dar refugio
a manifestantes. Sabemos que uno de los males de Nicaragua es que nunca los que gestionan la
cosa pública se han puesto de acuerdo en el modelo político que rija al país. Los obispos han
advertido un movimiento que, de una vez, busca un nuevo orden político social y más humano.
En este contexto, la Iglesia, proclamando no estar ligada a sistema político alguno, propuso
principios generales emanados de la fe, sin ofrecer recetas prácticas y lejos de desear suavizar el
sistema imperante. En reuniones con el llamado “Grupo de los 27”, partidos políticos y centrales
sindicales opositoras y con el Partido Conservador (12 de agosto de 1974) o con los empresarios
del Consejo Superior de la Iniciativa Privada, COSIP (1972), posterior COSEP, de la Empresa
Privada, (12 de marzo de 1978), los jerarcas propusieron su visión sobre la difícil situación del
país con el fin de conseguir un cambio positivo, pero, les echaron en cara su falta de acogida a sus
reflexiones en las cartas pastorales215. El bipartidismo, el uso de la represión buscando soluciones
211
Según M. Cuadra, dijo: “Dejar a los yanquis que vengan a mí”. Cf M. CUADRA, «Santo y seña. ¿Quién?», en
Flecha, 6 agosto 1955.
212
Véase el extenso trabajo de L. MADRIGAL MENDIETA, «El Régimen de Anastasio Somoza García y la cultura del
paternalismo (1945-1956)», en Revista de la Academia, 53 (2002) V 70-83. Lo mismo lo aplicamos a Somoza III.
213
Cf J.E. ARELLANO, Tacho, 173-182. Cf. cit., El Estado contra la Sociedad, 89.
214
ID., Estado e Institución, 33. Las autoridades religiosas adoptaron entonces una actitud anti Somoza, pero no por
eso pro FSLN. Cf cit., Derechos Humanos. Informe de la misión, 45.
215
Le recordaron las palabras del papa: La liberación del ser humano tiene que ser integral, anunciando y
denunciando. PAULUS VI, «Exhortaciòn Apostólica Evangelii Nuntiandi, 8 diciembre de 1975, 30. 33», en AAS 68
(1976) 5-76. A más de eso, la asociación de empresarios nicaragüenses, se convirtió poco a poco en uno de los puntos
focales de la oposición al gobierno. Desde el principio el COSEP se había opuesto a las reformas de propiedad, de
73
superficiales, irremediablemente atrae al pasado, un pasado donde sobre todo los jóvenes han
hecho un derroche de generosidad que ha asombrado al mundo, una historia de siglos donde ha
abundado el derramamiento de sangre hermana e inocente. Por ende, advirtió al somocismo,
tiranía evidente y prolongada, que «cerrar sistemáticamente la puerta de la gestión pública a otros
grupos lleva a extremar las tensiones políticas con el riesgo de perder la paz»216. En cada
generación, desde 1936, grupos de intelectuales y de jóvenes, renovadores de la obsoleta
maquinaria de los partidos “arqueológicos”, aun captando la realidad viva del pueblo en sus
necesidades reales y su oprimida demanda de cambio, no lograron vencer la inercia de más de un
siglo de política desintegradora y opresiva, y fracasaron.
Sin embargo, tales fracasos sembraron una semilla que germinaba lentamente. Los
cambios serios y profundos dirigidos hacia un orden más justo y más humano requiere en nuestro
medio toda una auténtica revolución, no de “personajes” o en modelos de “oligarquías” ni de
muertos mecanismo “De Gobierno” que todo lo deciden verticalmente, escribía Mons. Pablo
Antonio Vega, eso sería someterlo a otro puerilismo ingenuo y hacer al pueblo Dependiente
Absoluto del régimen y voluntad del monopolio estatal que instrumentaliza todo a su favor. No se
libera al que sólo es conducido de un “amo” a otro “amo”.
Los cristianos no hablan de “cambios” sino de “transformaciones”, agregaba el obispo de
Juigalpa. Los cambios tienen que engendrarse, nacer, formularse en una sociedad viva. Por eso,
necesitamos sujetos activos, debemos revolucionar para despertar, valorizar y dignificar las
fuerzas vivas de nuestro propio pueblo. Se trata de dar al pueblo conciencia clara, autoafirmación,
libertad y participación efectiva en el quehacer público.
Monseñor Vega Mantilla, obispo de Juigalpa, constataba ya en esa época el riesgo de la
dictadura aún en el cambio, sino se optaba por el camino de la interacción democrática para un
cambio integral, que parece siempre más lento pero que avivaría desde el principio las bases de la
participación ciudadana y comunitaria. Por la rapidez en la toma del poder, se retarda y se
adormece la toma de consciencia de las responsabilidades y de organización civil. Urgía una
valoración socio-religiosa y política que nos alejara de un “fatalismo histórico” autor del
desparrame en espuma de un pueblo que se enfrenta con su realidad. El objetivo era evitar una
nueva dictadura. Finalmente se puede describir la actitud de la dirigencia revolucionaria de ignorar
la carta pastoral de noviembre de 1979, por el hecho que entre quienes toman el poder existía una
modo que atrajo a sus filas a otros elementos de la futura oposición al régimen sandinista de los años 80.
216
ID., cit., « Carta Pastoral, 19 marzo 1972, 7» en Magisterio de la CEN 1972-2015.
74
visión de nación alejada del documento más valiente publicado en el tema socio político en toda
América latina217. Y la dirección guerrillera, que nunca escondieron su proyecto ideológico
marxista-leninista con ropaje de revolución socialista proletaria, no estaba subordinada a ningún
partido de vanguardia, lo que al final terminaría determinando que una vez alcanzado el triunfo se
impusieran la voluntad hegemónica del partido FSLN en el ámbito simbólico institucional y los
métodos militares de organización218.
Veremos en el siguiente capítulo que la revolución utilizará toda una maquinaria partidaria
e instrumentalizará a un sector de comunidades de base para implantar su nueva sociedad. Pero, la
Iglesia, aun sabiendo que no siempre ha sabido estar a la altura de las necesidades del pueblo, se
reservó el derecho a disentir, pues, los partidos no son el todo, no son el pueblo; y exhortará que
siempre (el Estado) tiene que ser para el todo, para el pueblo.
217
Cf ID., Historia, 671. La Iglesia identificada con la realidad, sabía que se había levantado un pueblo en marcha
deseoso por participar por la lucha de liberación, en parte alcanzada con la expulsión de la dinastía militar, pero, que
aún debía madurar en procesos de socialización y de democratización sin olvidar la dignidad de la persona humana
abierta a la trascendencia. Estas aristas le preocupaban sabida de las pretensiones de los dirigentes revolucionarios.
218
Cf ID., «FSLN», en diario-octubre.com. ID., cit., Quan Déu cridava: Revolució!, 84.
75
76
CAPÍTULO III:
LA IGLESIA Y ESTADO SANDINISTA. EL CONTEXTO DE GUERRA CIVIL HASTA 1985
77
María Cristina Garcia, observaron de cerca el gran experimento social en desarrollo. Concluían en
su trabajo (La Iglesia en Nicaragua en el crisol, ¿1982-1983?), que la mayoría de la cúpula de la
Dirección Nacional del FSLN era marxista, a diferencia de una buena parte de los sandinistas de
base que querían seguir siendo cristianos de corazón como los del Centro Ecuménico Antonio
Valdivieso, CEAV, o bien, CAV, según J.C. Urtecho, la verdadera curia arzobispal de Managua
en la batalla propagandística del gobierno sandinista de 1985221, del Instituto de Historia de
Nicaragua y Centroamérica, IHNCA de la UCA (ambos considerados no oficiales ni
recomendadas por los obispos desde el 13 mayo 1980 y el 1 junio 1981), del CEPA y del Instituto
Juan XXIII de la UCA, las decenas de CEB, el semanario El Tayacán, que daba un apoyo crítico
al proceso revolucionario, entre otros, aún con su problemática a lo interno de la Iglesia. Estos
argumentaban que la Iglesia “tradicional” aparta a los pobres de la revolución. Pero, rápidamente
el proyecto revolucionario en el país repetía, lo intentará hasta el final, el modelo cubano, por
todos conocido, junto a la presencia e influencia del socialismo internacional de militares y
teóricos soviéticos, alemanes orientales, búlgaros, italianos, españoles, chilenos, yugoslavos, etc.
En realidad, en el país no había la capacidad de distinguir entre Iglesia y Estado. En esos
años, no había otra manera de vivir la fe en el proyecto de sociedad sandinista, pues, que en el
siglo XXI, la Iglesia jugaba un rol enorme en la vida del pueblo de Nicaragua, y éste le asignaba
un papel marcadamente político222. Y lo hondo de las contradicciones de visión social y de
gobernabilidad no se hicieron esperar. El CELAM recaudaba fondos para ayudar a la Iglesia
perseguida por la Revolución en enero de 1980. Por otra parte, los miembros no sandinistas de la
JGRN renunciaron prontamente, sellando el divorcio del régimen sandinista con sus aleados
civiles y democráticos por su clara tendencia al totalitarismo y su comportamiento político a
democrático. El 22 abril de 1980 lo hizo doña Violeta Barrios y, luego, Alfonso Robelo Callejas
en la “crisis de mayo”, lo que se le sumó el mensaje episcopal del 13 de mayo de 1980 que llama a
los sacerdotes que estaban ocupando puesto públicos y ejerciendo funciones partidistas para que se
incorporen totalmente a su específico ministerio sacerdotal. Así se infiere que, los
Vega (Proposición teológica a un prelado de parte de un feligrés), la cual el Dr. Roberto Cardenal Chamorro le
responde. Cf ID., Historia, 748-750.
221
Cf ib., 759.
222
Cf ID., cit., Derechos Humanos. Informe de la misión, 43-44. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 687s. Este fenómeno de
renovación, incubado en medios cristianos, según Pochet-Martínez, es parte del «movimiento social en que factores
religiosos propiamente dichos han incidido en favor de la causa de los pobres». Cf ID., Nicaragua, 27.
78
enfrentamientos con la contra insurgencia, comienzan a fines de 1980 223. La frustración de un
amplio grupo social que no comulgaban con la ideología de la Dirección Nacional sandinista
quién, por egoísmo, engreimiento y soberbia 224 le impedía consensuar políticas de la
reconstrucción democrática del país, la confusión total entre lo que, por una parte era el Estado y,
por otra, el gobierno, el partido (en el poder) y las fuerzas armadas y de orden público, es la
misma frustración es la que llevó a algunos grupos sociales a tomar las armas o a resistir frente a
la imposición de los sandinistas que hacían ver que sus políticas no eran las del FSLN, sino las de
Nicaragua, las del pueblo. Así fue como empezó, primero, la rebelión de los misquitos en la región
norte de la Costa Atlántica y, después, la de Jorge Salazar, fermento de la Contra o Resistencia
Nicaragüense225.
Así, la violencia, el egoísmo y las injusticias, tomaron forma no más de 20 meses después
de la revolución de julio (Mensaje de la CEN al Pueblo de Dios, Navidad 1981). Del dolorosísimo
caso de la rebelión de los misquitos (o misquitos) desde 1981 y su “Navidad Roja”, hablaremos
más adelante, pero creemos merece un trabajo historiográfico independiente y completo que
supera los alcances del presente, pero no omitimos el hecho de desenmascarar a quienes intentan
desvirtuarlo o peor, negarlo. El papa Juan Pablo II en su mensaje de año nuevo de 1984 afirmó
que el mundo vivía en una “paz precaria”. La CEN lo exponía con todas sus letras en la Carta
Pastoral del 22 de abril del mismo año, llamando a reconocer las diferencias del presente y no
achacar los males al pasado [o en su verborrea irresponsable en su mayoría sólo a los EE. UU.], la
que fue rechazada por la iglesia popular y por Superiores mayores, Delegados permanentes o
representantes de varias Congregaciones religiosas y por el superior de los jesuitas (5 de mayo
223
En noviembre 1980, Jorge Salazar (COSEP) es acribillado por fuerzas del gobierno de Managua, presuntamente en
un operativo de traslado de material bélico para los Contras. En 1981, los norteamericanos intensifican su presencia
en Honduras y sus presiones diplomáticas para aislar la influencia sandinista en el Istmo, desembocando en la
financiación de los grupos militares contrarrevolucionarios entre los que se encuentran miles de ex GN (norte) y
grupos al mando de Edén Pastora, ex FSLN, y A. Robelo, ex JGRN (sur). Los sandinistas responden (agosto 1981
hasta mayo 1982), decretando un Estado de Emergencia Nacional, que se traduce en racionamientos alimenticios,
detenciones de líderes del COSEP y de políticos opositores, acciones de inteligencia militar en defensa de la
revolución (inclusive contra religiosos), impedimento de movilización cívica y de huelgas, censura a medios
independientes y violencia hacia el llamado “terrorismo de la burguesía imperialista” y, prontamente, la aprobación
del decreto legislativo del Servicio Militar Patriótico (o Sandinista) abiertamente defendido, asumido y apoyado por
grupos cristianos pro-sandinistas (documento de abril 1983). Esto se repetirá en octubre de 1985. Cf ID., cit.,
Nicaragua, 32-34.
224
[Los sandinistas creían] que sólo ellos estaban en posesión de la verdad, que sólo ellos eran capaces de resolver los
problemas de Nicaragua y de llevar al país hacia la ansiada prosperidad que anhelaban sus ciudadanos. Cf ID., La
Nicaragua sandinista y las elecciones de febrero de 1990, 9.
225
Una guerra civil sin solución de continuidad, surgida y desarrollada en el contexto del bipartidismo este-oeste,
pronto adquirió ramificaciones en el resto de Centroamérica y, con el transcurrir del tiempo, acabó por llevar al país a
una situación catastrófica, límite. Cf ib., 8s.
79
1984)226. Ello llevó al gobierno sandinista a reiteradas suspensiones de las garantías individuales
fundamentales en las proclamaciones de Estado de Emergencia, y a desarrollar una cadena de
acusaciones para debilitar, desacreditar y atemorizar a la Iglesia y la figura del Arzobispo de
Managua, Mons. Obando Bravo (nombrado Cardenal en el consistorio del 25 mayo 1985).
Igualmente a Mons. Vega lo empujaron al exilio acusándolo de una “actitud antipatriótica y
criminal” al apoyar a la guerrilla antisandinista (4 julio 1986 hasta el 25 de agosto 1987 cuando
regresa con los padres Benito Pittito y B. Carballo). También intimidan a sacerdotes católicos (una
patraña contra el padre Luis Amado Peña, junio 1985), expulsan a 10 en julio del mismo año, y
reclutan once seminaristas menores para el SMO (agosto-septiembre 1985), aunque había un
acuerdo desde 1983227. Además, ocurrieron censura de la Radio Católica y demás medios
periodísticos desde la Dirección de Medios de Comunicación del Ministerio del Interior,
allanamientos de propiedades de la Iglesia y amenazas a la libertad de consciencia y violencia
contra ministros-catequistas laicos (condenados y rechazados por la CEN en sus comunicados del
3 y 18 octubre de 1985, y en su carta al presidente Ortega, 6 diciembre). Los mártires laicos no se
hacen esperar dentro del conflicto armado228.
A finales de nuestro período, la Iglesia medita que las diferencias y crímenes fratricidas
eran fomentadas, en gran parte, por injerencia extranjera (la “guerra de baja intensidad” de la
administración Reagan (1981-1989) en su back yard (traspatio) o de la solidaridad de la
Internacional Socialista guiada desde Moscú y La Habana), sabiendo que la solución debe
buscarse entre todos los nicaragüenses mediante el diálogo y reconciliación (Comunicado de la
CEN 23 julio 1985). No podemos olvidar que la primigenia iniciativa de paz de Contadora
(Colombia, México, Panamá y Venezuela), puesta en marcha en enero de 1983 para buscar la paz
226
Cf ID., Historia, 742s. Cf «Consulta al pueblo nicaragüense» en Barricada 9 mayo 1984. Tal declaración fue
rechazada por la Curia General de la Compañía bajo el padre Ochagaría. Ver el periódico Osservatore Romano 7
agosto 1984. Ya se ha producido un enorme derrame de sangre, persecución de opositores al Gobierno revolucionario
y (a inicios de julio, 1984), expulsión de diez sacerdotes extranjeros, entre ellos cuatro españoles, que no comulgaban
con el régimen, como el español Timoteo Merino párroco de la Azucena y de otros pequeños pueblos cercanos a la
frontera sur, en donde opera el grupo contrarrevolucionario, Alianza Revolucionaria Democrática, ARDE, fundado en
Costa Rica (1982) por el mismo Edén Atanasio Pastora Gómez al romper con los hermanos Ortega Saavedra, los
Comandantes Daniel (Presidente) y Humberto (General en Jefe del Ejército sandinista).
227
Pero, todo ello incluía la presencia de sacerdotes católicos en el gobierno (Fernando Cardenal es nombrado
Ministro de Educación, agosto-septiembre 1984), quizá para ocultar externamente su campaña de persecución
eclesial. Cf ID., Historia, 745-7.
228
Mencionaremos los de la Diócesis de Juigalpa, la centro del país: Alfonso Galeano, un sacristán asesinado, 10 de
junio 1982; Daniel Sierra, asesinado por no firmar un documento contra la Iglesia, 21 diciembre 1982; y el caso de
Yamilet Sequeira de Lorío, evangelizadora de San Miguelito, asesinada junto a su esposo y un vecino que presenció la
captura, por negarse a ser informantes de la Seguridad de Estado, 19 julio 1983. Cf ID., Historia, 774.
80
en el istmo no prosperará por diversas razones, pero, si había supuesto un soplo de aire fresco y
había llevado a la conciencia de los gobiernos que el final de la guerra era posible. Esto se
efectuará con la llegada al poder de Mijaíl Gorbachov en la Unión Soviética, en marzo 1985, y sus
reformas liberalizadoras en 1986, la perestroika, donde todo comenzó a cambiar también para el
régimen sandinista totalitario, como lo definiría uno de los protagonistas centroamericanos del
futuro proceso de paz, Óscar Arias Sánchez (1940 -), presidente de Costa Rica (1986-1990; 2006-
2010). El mágico año 1986, es objeto de un trabajo particular, por lo que nos refuerza nuestra
postura de concluir la investigación en el año inmediatamente anterior.
81
Nicaragua sandinista,. La CONFER en su mensaje fechado el 19 de agosto de 1979 subraya que
el sentimiento de apertura entusiasta que los cristianos experimentaban es porque «Dios nos llama
a dar lo mejor de nuestras energías y de nuestras vidas para acompañar este proceso de
reconstrucción, iluminándolo desde nuestra fe en Jesucristo» 231. A nuestro modo de ver, siguiendo
las nociones del papa Juan Pablo II y las líneas de pensamiento del licenciado E. Zúñiga y del
padre Francou, la pretensión política será otra: tipificar dos modelos de Iglesia, al crear una
“iglesia popular salida del pueblo y comprometida con la causa del pueblo, es decir, con la
revolución, o bien, como brazo religioso del FSLN; una iglesia paralela, con magisterio paralelo
que amenaza abiertamente la unidad de la Iglesia con sus legítimos pastores” 232. El dominico
peruano Gustavo Gutiérrez Merino (1928- ), teorizaba las posturas de las CEB en el país con
respecto a la Iglesia tradicional:
«La cristiandad es, ante todo, un hecho. Se trata de la experiencia histórica más larga
de la Iglesia. De allí que haya dejado una huella tan profunda en su vida y en su
reflexión. En la mentalidad de cristiandad y en la perspectiva que la prolonga las
realidades terrenas carecen de autonomía propia. Lo temporal no tiene consistencia
auténtica frente a la iglesia. Esta, en consecuencia, lo utiliza para sus propios fines.
Son las secuelas de lo que se llamó agustinismo político»233.
230
Incluso lo perciben en los cambios en el sistema religioso católico dentro de una sociedad en trasformación, sobre
todo en lo que llaman unas prácticas pastorales renovadas o una práctica política trasformadora. Pochet y Martínez,
enumeran las comunidades existentes en el campo como en la ciudad. La afamada “misa popular nicaragüense”, fue
grabada en 1969, antecesora de la misa campesina de Mejía Godoy. Cf ib., XX-XXI. 69-72.78. La identificación con
el FSLN de muchos religiosos era evidente desde agosto de 1979 (Comunidades Cristianas Campesinas), en
septiembre en un seminario de concientización revolucionaria, etc. ib., 48. El padre Juan Hernández Pico S.J., llegó a
vivir lejos de su comunidad para evitar choques. Era común advertir entre las CEB y sus voceros, la repetida
afirmación de una CEN dividida, después de firmar su apoyo a la revolución, carta del 17 noviembre 1979. Decían:
«el cambio es notorio, pues, un obispo abiertamente del lado sandinista, dos con posiciones contrarias al arzobispo y
cuatro obispos que se oponen abiertamente al proceso revolucionario». Cf ID., Derechos Humanos. Informe de la
misión, 51.
231
Cf ID., cit., « La Iglesia católica», 4.
232
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 688. 708. El mote “iglesia popular”, es aceptado por su gran ideólogo, el mismo G.
Girardi. El peligro era la intención de los CEB y sacerdotes ideólogos de suplantar la teología por la ideología, la
jerarquía por la dirección del partido FSLN, la fe por un compromiso sin ninguna relación trascendente. Era todo un
modelo de iglesia con las implicaciones políticas que produjo. De su parte, el papa, analizando las CEB del Brasil, las
declaró “una grave desviación de la voluntad y del plan de salvación de Jesucristo». Del mismo modo, el obispo Pablo
Antonio Vega (Juigalpa), señalaría que esa “iglesia” «ni era iglesia ni era popular». Cf ID., Historia, 699. 710.
233
G. Gutiérrez, Teología de la liberación. Perspectivas, Lima 1971, 71.
82
acepción, Iglesia es sencillamente sinónimo de jerarquía» 234. En concreto, a lo que asistimos es a
la politización partidaria de la religiosidad, en donde los orígenes de la dialéctica del servilismo
inconsciente y abierta sumisión político-religiosa hacia el FSLN se ve a partir de 1974.
Sobre la teoría de los Derechos Humanos, el liberalismo y el neoliberalismo reivindicaron
los derechos humanos contra la tiranía de las monarquías absolutas, de los regímenes coloniales,
de las dictaduras neofascistas y comunistas. Sin embargo, la práctica del sistema capitalista y del
proceso de globalización es la negación de esa teoría, afirman autores latinoamericanos. La
misma CEN se atrevió a proponer que el socialismo es compatible con la doctrina de la Iglesia, en
la medida en que éste esté orientado a la liberación integral del hombre (noviembre 1979). Por
ello, se hacía necesaria una lectura de los derechos humanos que denunciase esa violación y asuma
los derechos de las personas y de los pueblos de manera coherente. Los derechos de los pueblos
representan un importantísimo sector de los derechos humanos y, por tanto, un nuevo y decisivo
frente de lucha. Ellos, decía Girardi, incluyen no sólo los derechos de los pueblos en términos
generales, sino también específicamente la de los derechos de indígenas y negros 235. Ahora bien,
sin mayores deseos de ahondar en el tema, por razones obvias, recomendamos la lectura del
Documento de Santa Fe (inaccesible por muchos años), que siendo de inspiración norteamericana,
versaba contra la ideologización de los movimientos sociales y revolucionarios en América Latina
en medio de las realidades de injusticia, de la pobreza y opresión de las mayorías en el
subcontinente.
Anotamos, también, el primer Congreso continental de los cristianos por el socialismo
Santiago, Chile (1972), donde cobraba vida, por ende, un nuevo tipo de personaje internacional, el
“cristiano marxista”, que articulaba estos dos grandes componentes de la realidad internacional, el
cristianismo y el marxismo, para viabilizar la opción socialista y conectarla con otras experiencias
cristianas de izquierda en América Latina. Se afirmaba que la dominación es hoy la del centro
sobre la periferia, que se produce en el interior de la nación como ciudad capital explotando al
interior o provincias, como clase oligárquica dominando a las clases trabajadoras, como
burocracia conduciendo a la «masa», etc. En este nivel se mantendrá la interpretación de la
historia de la Iglesia. Criticaba G. Girardi, que desde el pacto constantiniano, la Iglesia ya no
234
L. Boff, Iglesia. Carisma y poder, Santander 1982, 17.
235
Véase la recopilación de sus textos en B. FERNÁNDEZ ̶ O. JARA HOLLIDAY (ed.), Giulio Girardi y la refundación
de la esperanza. Desafíos de una Educación Popular Liberadora frente a la Globalización Neoliberal, CEEAL,
Consejo de Educación Popular de América Latina, Lima 2013, 39.
83
evangeliza desde la cruz y las catacumbas, sino desde el poder236; y agrega: «Para entender el éxito
histórico del liberalismo en occidente, en el pasado y en la actualidad, es esencial reflexionar sobre
su alianza con las distintas confesiones cristianas» 237. Ahora bien, el mérito que se le otorga a la
teología de la Liberación es el hecho de articular armónicamente la ortodoxia con la orto praxis, la
espiritualidad con el compromiso, el mensaje del Evangelio con la acción solidaria. Pero en
Nicaragua se denotan otras aristas. Ahora bien, según Enrique Dussel y su grupo de teólogos
latinoamericanos, en historia vale el mismo principio que en la, es decir, punto de partida no es
entonces lo que los teólogos han dicho de la realidad, sino lo que la realidad misma nos
manifiesta238. Nosotros podemos problematizar la misma realidad acaecida en los inicios de la
revolución nicaragüense.
236
ib., 59.
237
ib., 61.
238
E. DUSSEL, Historia de la Iglesia en America Latina. Medio milenio de coloniaje y liberación (1492-1992), Mundo
Negro-Esquila Misional, Madrid 1992, 22.
239
ib., Historia de la Iglesia, 27.
240
ib., 30.
84
Dios las más simples, sin maldades ni dobleces... sin rencillas ni bullicios, no pendencieros, sin
rencores, sin odios, sin desear venganzas que hay en el mundo» 241. No olvidemos que el sistema
cultural sandinistas, pretendía crear un “nuevo hombre”, y según su prospectiva, sólo se podía
lograr, creando una “nueva sociedad socialista 242. Además, se basan en que siempre los profetas
comienzan su crítica al sistema del pecado como una «crítica de la religión de los ídolos y
fetiches» de dicho sistema. ¿No será profundamente católico-cristiana la crítica al fetichismo del
dinero (Marx, Das Kapital I, cap. XXIV, 1: «Das Geheimnis der ursprünglichen Akkumulation»)?
¿No es acaso ortodoxo aquello de que debe negarse la teología (hegeliana) para afirmar una
antropología del Tú (Feuerbach, Grundsätze der Philosophie der Zukunft), si se tiene en cuenta
que Cristo es Otro hombre y mediación hacia el Dios Padre Creador? Podríamos decir que la
“teología de la liberación” latinoamericana es atea para la cristiandad conquistadora europea (no
se confunda cristiandad con cristianismo)243.
La praxis de liberación, desde la de los profetas y Jesús, de los perseguidos cristianos en el
Imperio romano, como la del obispo Valdivieso, 1550, como la de Pereira Neto en 1969 en Brasil
(o de Mahatma Gandhi o Lumumba), indican que el liberador, al anunciar el fin del sistema, es
asesinado violentamente por los «ángeles» del «Príncipe de este mundo», es decir, por los
conquistadores, ejércitos imperiales, banqueros capitalistas, «herodianos» (gobiernos de las
naciones dependientes, como el somocista), faltos de escrúpulos244.
En cuanto a la economía social, primero apuntamos la crítica reformista desde la
“socialdemocracia liberal” del temible polemista francés, Jean-François Revel (1924-2006),
republicano ateo y anticlerical. En su regreso a los hechos señala el peligro que entraña para la
democracia el totalitarismo soviético y, al analizar quién es más fuerte y hábil, afirma: «creo que
241
Cf B. LAS CASAS, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Eudeba, Buenos Aires 1966, 33.
242
El FSLN organizó a la mayor parte de los empleados públicos, junto con otros segmentos de la población —
pequeños empresarios, obreros industriales, trabajadores rurales, mujeres y jóvenes— en asociaciones auspiciadas por
el gobierno. Los miembros de esas organizaciones, “liberados de sus impulsos egoístas” y “guiados únicamente por la
ética y la mística de la Revolución”, se convencieron de que había que hacer trabajo voluntario en sus horas libres de
los sábados, en emulación del modelo sandinista del “Hombre Nuevo” que incesantemente se promovía en la
propaganda gubernamental. El fenómeno del trabajo voluntario —el sábado rojo y negro, por ser ésos los colores
distintivos del Frente— habría de prolongarse a lo largo de los años ochenta, aunque la buena disposición de los
trabajadores fue disminuyendo paulatinamente, como concluía Dirk Kruijt en su artículo para una revista colombiana,
ya citada. Cf ID., cit., «Revolución y contrarrevolución», en Desafíos (2011) II 58.
243
Cf E. DUSSEL, «El ateísmo de los profetas y de Marx», en Comunicación a la II Semana de teólogos argentinos,
Guadalupe, Buenos Aires 1973; ID., «Historia de la fe cristiana y cambio social en América Latina», en América
Latina, dependencia y liberación, G. CAMBEIRO (ed.), Buenos Aires 1973, 193ss; también en el artículo «De la
secularización al secularismo», en Concilium (1969) IX 1-4.
244
Cf E. DUSSEL, Historia, 32.
85
es más eficaz la Unión Soviética y el imperio comunista que las democracias occidentales».
Aquella destruye a éstas psicológica y moralmente, mediante la infiltración de bacterias nocivas
que, luego de paralizarlas, precipitarían su caída como una fruta madura. Es decir, sostenía el
inevitable triunfo del comunismo en el mundo245. La responsabilidad de este proceso estaba,
según Revel, en las propias democracias, que, por apatía, inconsciencia, frivolidad, cobardía o
ceguera, habían colaborado irresponsablemente con su adversario en labrar su ruina. apareció en
momentos en que vivíamos en carne propia algunos de los males cuyos mecanismos denunciaba.
Pero, en Nicaragua no fue leído ni escuchado. Para Revel "una de las grandes tragedias de nuestro
tiempo es la identificación de los ideales de la izquierda con el comunismo. Hasta ahora es difícil
denunciar el imperialismo soviético o de China sin ser clasificado de derechas. Si el comunismo es
la izquierda yo acepto ser de derechas"246.
Con Revel criticamos de la izquierda enraizada en Nicaragua la proliferación de una
literatura política supuestamente progresista sin vuelo, sin músculos y sin alma, hecha de lugares
comunes y retórica estupefaciente. No obstante, la crisis económica en los años 80 se agudiza por
el bloqueo comercial de los Estados Unidos. Sin embargo, como es evidente en muchos estudios,
la integración de la población nacional en organizaciones revolucionarias iba a la par de una
gradual exclusión de ciertas clases sociales y de determinadas instituciones, lo cual luego dio lugar
al surgimiento de un movimiento contrarrevolucionario 247. Se une al desgarre de la guerra que
involucrará a la juventud en el Servicio Militar Obligatorio, SMO, al que la Iglesia sugiere el
derecho a la objeción de consciencia (Documento de la CEN, 29 agosto 1983), lo que unido al
deterioro ideológico, será fuente constante de conflictos y harán que el ambiente popular no se
fortalezca menos que convoque a la mayoría.
245
J.F. REVEL, Como terminan las democracias, Planeta, Barcelona 1985.
246
J.F. REVEL, «Como terminan las democracias», en EL PAÍS, Madrid, 26 oct 1983.
247
En efecto, el leitmotiv de la Contra fueron los procesos de cambios en la política de alienación socio-económicas de
la aristocracia revolucionaria que ostentaba un control absoluto del carácter de la dirigencia, el ejercicio del gobierno,
la jefatura del nuevo ejército, de la nueva policía y la misma subordinación al Estado ocurría entre las nuevas
organizaciones de masa. Ellos recogieron la abundante cosecha de descontento generalizado durante la
implementación del programa de reformas del FSLN. Cf. D. KRUIJT, «Revolución y contrarrevolución», en Desafíos
(2011) II 58. 65.
86
conocían? ¿No eran ellos, también, nicaragüenses? A través de una espléndida intuición, PAC —
en ensayos breves — eleva a rango idiosincrásico el estilo hegemónico del “nica” de la zona del
Pacífico, marcado por la dualidad étnica, climática y política. Sobrio e imaginativo, itinerante o
“exódico”, es procesional en su fe, trabajo y manifestaciones partidarias. Extravertido y
yoquepierdista, critica a su país y se ríe de sí mismo, habla directamente, pero no “escupe al cielo”
(la blasfemia, contrario al español, le es ajena), se apega a tradiciones machistas y a un
incorregible individualismo que le hace vender su dignidad por el mita-mita, el serrucho o el
cañonazo de los 90, llegando en tiempos de revolución al gustar la jayanería, la profanación y el
rebajamiento248. Por su parte, Zepeda-Henríquez establece que las formas vitales de la tradición
nacional no trascienden el carácter mágico-religioso. Además, sostiene que nuestro pueblo es de
cultural oral y tradiciones familiares; de mentalidad arcaica, mitifica su tragedia y destino, su
interpretación del mundo y sus protagonistas históricos (Bernabé Somoza, Emiliano Chamorro,
Sandino). “Incluso el sandinismo de hoy —escribía en 1986— no parte del guerrillero histórico
sino del mítico”249.
Ahora bien, sin coincidir en las opiniones del doctor Carlos José Solórzano,
exageradamente pesimista, trascribimos algunos puntos básicos de su discurso. Solórzano,
generalizando, afirma que el nicaragüense es inclinado a rendirle pleitesía a la hombría, se fascina
con el valor personal, la violencia, la acción rápida sin premeditación. A tal grado que prefiere
seguir infantilmente a un valiente dañino y a no un hombre de bien”. Como dijimos, la revolución
tenía claros objetivos: Se proponía un tipo de trabajo teológico- revolucionario en donde,
trabajadores y los cristianos de la revolución, deberían convertirse en sujetos y protagonistas,
quienes, a su vez, descubrieron la posibilidad de ser protagonistas de una investigación teológica y
ya no personas convocadas para escuchar y seguir los puntos de vista de los intelectuales de la
Iglesia250.
248
Véanse, también, sus ensayos de los años 30: poemas nicaragüenses (1934), por los caminos van los campesinos
(1973), Robinson, el Aventurero y el Conquistador (1939), el Perfil del hombre y la cultura en México (1934). Cf ID.,
Pensadores, 166-171.
249
E. ZEPEDA HENRÍQUEZ, Mitología nicaragüense, Managua 1987; Cf J.E. ARELLANO, Pensadores, 176.
250
Véase, ID., cit., Giulio Girardi y la refundación de la esperanza, 25. Se optará, ante la amenaza de nuevas
escaladas guerreristas-contras, por una organización política gigantesca o bien, un adoctrinamiento permanente en
coherencia con las líneas del partido gobernante (ya el FSLN es una organización partidaria). Es realmente larga la
lista de formas organizativas y de asociaciones obreras de la ciudad y el surgimiento de otras, sobre todo, la que
predomina es la “cooperativa” (todas sandinistas) en torno a la Reforma Agraria, la RA, ya en fase avanzada a partir
de 1982. Esta última, la RA, una de las cartas de presentación del proceso revolucionario, tuvo un impacto inmediato
en el campesinado, alcanzando un cuarto de los terrenos cultivables, con un desplome de los precios de la tierra, la
titulación y el acceso a préstamos del incipiente sistema bancario, no sin antes enfrentarse con contradicciones
profundas: la politización de los beneficios sociales, enemistades fratricidas por la militarización del sector campesino
87
Y añade Girardi: «La opción por los oprimidos no nos exige sólo el reconocimiento de los
derechos de los oprimidos, sino también su capacidad moral y política de ejercerlos, y también de
luchar para conquistarlos»251. Porque el punto de vista de los oprimidos como sujetos no es solo
éticamente más justo, sino también culturalmente más válido y fecundo. Reflexionaba, y con él
los revolucionarios, “Nosotros luchamos no para tomar el poder, sino para que el pueblo lo tome y
ejerza. No para tomar el poder, sino para cambiarlo”. La revolución popular sandinista (década
de los 80), implicaba: haber confianza en los pobres, el reconocimiento de los obreros y
campesinos como protagonistas de la lucha y de la nueva sociedad. Fue como otra revolución
cultural, pues, muchos jóvenes nicaragüenses, los más cultos y mejor reparados, se enrolaron para
desarrollar en todo el país, sobre todo en el área rural, la capacidad de pensar, la capacidad de
luchar, la capacidad de llegar a ser protagonistas culturales, expresión del movimiento de
alfabetización, considerado por los nicaragüenses una dimensión fundamental de su revolución.
Pero, por desgracia, añadían, “la gran mayoría de los partidos de izquierda optan por el poder,
abandonando la radicalidad de su opción por los oprimidos y dejando de representar un proyecto
alternativo” 252.
(por la propaganda defensiva contra una presunta invasión norteamericana), y el absurdo endeudamiento del país por
razones militares la pasar de 900 millones en 1978 a 3,385 millones en 1983. Cf ID., cit., Nicaragua, 31. 36s.
251
ib., 33. Se movilizarán en torno a tareas de orden social, como la educación y la salud, y muy pronto, en el Estado
sandinista, en respuesta a presiones externas, entorno a tareas militares de defensa armada, del EPS y las Milicias
Populares Sandinistas. Cf ID., cit., Nicaragua, 29.
252
ID., Giulio Girardi y la refundación de la esperanza, 28. 34.
88
historia de Nicaragua. Dicho proceso adquirió gran significado para la historia latinoamericana,
no era más un invento desde el escritorio de obispos y teólogos; significó el compromiso de la
Iglesia con una experiencia terrena de Dios, el triunfo de la lucha de los pobres a través de todo el
continente253. Así las cosas, las CEB en Managua, y resto del país, tuvieron en los años 80 un
papel destacado, y ya un documento de la CONFER habló de 300 comunidades en 1979 y también
en la Primera Asamblea Nacional de CEB del campo y la ciudad, julio 1981 en la cual intentan
persuadir a los obispos al diálogo con los sacerdotes-ministros. Lo hacen desde un Estado que,
asesorado por sus teólogos, con la declaración “Los cristianos y la revolución popular sandinista”,
un Comunicado oficial de la Dirección Nacional del FSLN, publicada en su diario Barricada, 7
octubre 1980, donde se pronuncia claramente sobre la política a seguir en materia de religión 254.
Pero, para sus críticos, aquellas CEB pusieron su énfasis en el mensaje político y social,
descuidando el aspecto espiritual, pues, para ellos, la revolución formaba parte de los designios de
Dios y veían en el liderazgo del FSLN y en la Junta de Reconstrucción instrumentos favorables
para construir una sociedad socialista con rostro humano255.
En concreto, el Frente tratará el tema religioso como un asunto estratégico político-
ideológico ya que no podía aparecer como anticristiano. Una revolución popular y masiva
necesitaba el soporte de la religión. La dirigencia sabía que los nicaragüenses eran enteramente
creyentes y mayoritariamente católicos, sobre todo, entre las mayorías populares. Ello estaba muy
lejos de ser una reflexión que construya el nuevo imaginario social, la famosa síntesis entre el
253
Cf J. MONROY GARCÍA, «La teología de la Liberación y su participación política en Nicaragua» en Dialéctica 42
(invierno 2009 - primavera 2010) 23.
254
La Dirección del Frente, sale al paso de las palabras de sus adversarios y críticos, en este caso sabemos que lo era
por muchas razones, entre otros, la CEN. Definiéndose laico, alaba la participación de revolucionarios de inspiración
cristiana como en ningún lugar de América Latina, promulgaba poseer origen y finalidad distintos del ámbito
religioso, una libertad y derecho personal de profesar o no una fe religiosa, la compatibilidad de ser creyente y
revolucionario, un respeto profundo a las tradiciones, rechaza las interpretaciones en los asuntos religiosos, no tentar
una división en la Iglesia (Católica), pero, daba espacio y recepción a religiosos y sacerdotes que colaboren en el
proceso revolucionario. Cf ID., Derechos Humanos, 48-49. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 677.
255
ID., Derechos Humanos, 45. Los dominicos de Nicaragua leen como una actitud abiertamente a favor del proceso
revolucionario la carta de los obispos nicaragüenses “Compromiso cristiano por la Nueva Nicaragua” (17 noviembre
1979), en donde los pobres ocupan su lugar privilegiado, y “nuestro pueblo (profundamente marcado por el
pensamiento y la obra de Augusto Sandino), se siente artesano de su propia historia y dueño de su país”. Además,
véase la carta de los Dominicos al pueblo de Nicaragua, y su esperanza de que es posible una sociedad sin clases… La
Iglesia apoyaba por entero la revolución. En realidad, era de ese modo. Mientras tanto, muy pronto cambiará la
perspectiva. Ya en la misma campaña de Alfabetización, la Iglesia advierte una peligrosa instauración del modelo
“cubano” en el país, o bien de la “cubanización inminente de Nicaragua” por lo que “el pueblo no podría de manera
libre y deliberante participar en el proceso de su propia historia”. Caso singular fueron las posiciones del padre
Ernesto Bravo, Vicario General de Estelí y la comisión diocesana de catequesis de la misma diócesis aún en 1981 se
mantenían contribuyendo con la revolución. Cf ib., Derechos Humanos, 46-47. 50.54. 56-59. Pero, los obispos del
CELAM afirman que «cualquier silencio, mutilación o inadecuada acentuación de Jesucristo que se aparta de la fe de
la Iglesia, no puede ser contenido válido de la Evangelización». Cf ID., cit., Tercera Conferencia General, 179.
89
cristianismo, el sandinismo y el marxismo, como lo concebían los teóricos de la CEB.
Paradójicamente, los CEB no tuvieron la capacidad de responder a las circunstancias y, ante los
primeros brotes armados, los sandinistas buscaron como acercarse a la jerarquía católica.
De hecho, después de seis meses del triunfo insurreccional y la instauración del proyecto
histórico sandinista, una cierta oposición cristiana comenzaba, ante los irrespetos a las
cooperativas campesinas de inspiración eclesial. Y “después de dos años de esperanza, la
revolución en nuestro país ha caído en el marxismo según el modelo cubano”, presuntamente
declaraba Mons. Obando Bravo en viajes a Caracas, Roma y Milán. Y según las agencias de
noticias AFP (Agence France-Presse) y EFE (Editorial Falange Española), continuaba afirmando
el arzobispo: «los sandinistas redujeron a la Junta sólo a tres miembros: un triunvirato que
gobierna con el apoyo de nueve encumbrados marxistas […] no hay que trasformar la revolución
en un falso dios que no tolera críticas, [deseoso] de trasformar al país en un Estado militarista y
totalitario»256. Los obispos constatan que es la confusión doctrinal y moral, el escándalo de la
desobediencia de consciencia al papa o a los obispos de parte de fieles y sectores eclesiales
nicaragüenses, lo que causa dolorosas tensiones en muchos católicos257.
En este contexto, las CEB apoyaron la noción oficial del régimen sandinista de que se
orquestaba maniobras y campañas de descrédito-desestabilizadoras de una minoría católica aleada
con la derecha contrarrevolucionaria, la burguesía local e instituciones extranjeras. Ellas
escuchaban en sus críticos una apología de la ególatra burguesía liberal con tintes sacrales y, más
abominable aún, de un pseudo nacionalismo sin Sandino. Señalarán, en consonancia con el
gobierno sandinista, que las celebraciones religiosas de la jerarquía se habían trasformado en
manifestaciones de oposición al FSLN258.
256
Cf ID., Derechos Humanos, 54. El arzobispo subrayó posteriormente que no eran esas sus palabras.
Diplomáticamente. La política del FSLN trataba de aislar a los obispos del pueblo. Pero, no logrará el éxito.
257
Cf ID., «Carta pastoral de la CEN, “Jesucristo y la unidad de su Iglesia en Nicaragua”, 22 octubre de 1980, I», en
Magisterio de la CEN 1972-2015. Ya lo habían dicho en la carta a los sacerdotes de la Provincia en ocasión del
Jueves Santo, 1 de abril del mismo año. En julio-agosto de 1981 viene removidos de sus parroquias capitalinas los
dominicos españoles P. Rafael Aragón y P. Batalla. Cf ID., cit., Nicaragua, 48s.
258
Observan que desde los años setenta en Nicaragua la Jerarquía no aporta al proceso de renovación que nace de la
base religiosa. Lo repetimos para mayor precisión historiográfica, nuestra lectura es la siguiente: La conflictualidad
mayúscula de la dimensión política del cristianismo, entre la expropiación estatal de sus slogans y lenguaje,
deserciones de líderes hacia instancias del Frente o del gobierno, desalientos en la participación de fieles (17
comunidades a 1984 en la capital), y la poca simpatía entre los sacerdotes nuevos, se verá a fines de los ochenta en su
ya palpable falta de identidad eclesial, o mejor, a falta de un modelo de CEB (olvidarán su modelo pastoral), se
agudice su confusión doctrinal en su concepción de Iglesia, llegando a otorgarle, proféticamente, contenido ético-
religioso a la práctica social y a la política revolucionaria en la lucha armada en defensa de la vida, pero, de la vida de
la revolución de los comandantes ahogándose en discursos de los años setenta. Cf ID., cit., Nicaragua, 15. 115-128.
137.
90
Así, la mayoría de sus líderes pasaron a trabajar con la revolución y, siguiendo
orientaciones de religiosos extranjeros afines al régimen, se enfrentaron con la jerarquía. En ese
nuevo modelo de dominación y exclusivismo de clases, igual que el pueblo sometido, las CEB
tienden a ser una simple masa dispuesta a servir sólo de instrumento 259. Aun concibiéndose que
han nacido sin partido político, ante la expansión de la conciencia política, gracias al análisis
científico del marxismo que empuja la presencia militante del FSLN, el movimiento religioso y el
movimiento político revolucionario se encuentran y convergen260. Además, son enfáticos al
afirmar que, en medio de las calumnias y guerra ideológica de la Jerarquía nicaragüense, de las
contradicciones y sus poderosos enemigos (El Vaticano, el CELAM, Washington), ésta es su
misión, su deber histórico: desde el sacrificio comunitario y personal al partido (del cual dicen ser
autónomos), y la producción de un nuevo sistema simbólico revolucionario, ser partícipes en el
proceso de creación de una sociedad socialista como cumplimiento parcial, en la historia, del plan
salvífico de Dios261.
Sin embargo, se convierten en Organizaciones No gubernamentales, ONG., que trabajan
con niños de la calle, mujeres en riesgo y con jóvenes, pero, pierden en gran medida la fuerza
evangelizadora que en algún momento se pensó que iban a tener para dinamizar las estructuras
eclesiásticas. Las CEB, además de los trabajadores, quisieron integrar las diferentes expresiones
de movimientos nicaragüense y revolucionario de clase media para estructurar comunidades con
un teologado seglar donde las mismas agrupaciones señalen a quienes deben formarse como
sacerdotes, guías de la liberación de Nicaragua.
Hasta ahora, arriesgamos la siguiente idea y la decimos claro: las CEB en Nicaragua han
sido, y las pocas que existen siguen siéndolo, instituciones conchas, ya sea las instituciones de
producción literaria (de la UCA o del CAV) ya los sacerdotes extranjeros en parroquias periféricas
de la capital (los dominicos españoles, el padre Rafael Aragón, en san Judas, o el padre Batalla, en
Monseñor Lezcano, el fraile italiano Mauro Iacomelli de la Colonia Centroamérica y la de Mons.
259
ID. Además, recuerda los obispos «que es un error afirmar que la liberación política, económica y social coincide
con la salvación de Jesucristo o que el Reino de Dios se identifica con el reino del hombre […], que el Regnum Dei se
identifica con el Regnum hominis; que Ubi Lenin, ibi Jerusalem». Cf JUAN PABLO I, La virtud teologal de la
esperanza, Audiencia General, 20 septiembre 1978.
260
Cf ID., Nicaragua, 144. Igual Girardi en Sandinismo frente al fenómeno religioso en Nicaragua, Managua 1983,
13.
261
Una especie de mediación histórica del Reino de Dios. Cf ib., 151-168. En éstos años tienen el apoyo de los
obispos Sergio Méndez Arceo, Cuernavaca, México, y Pedro Casaldáliga, CMF, Mato Grosso, Brasil, quién viene (26
julio 1985), en solidaridad del ayuno y la Insurrección Evangélica del canciller Miguel D’Escoto en la parroquia del
barrio Mons. Lezcano. Cf ID., Historia, 748s. Véase P. CASALDÀLIGA, Nicaragua, combate y profecía, Editorial
Ayuso-Misión Abierta, Madrid 1986.
91
José Ignacio Arias Caldera del barrio Blandón, hoy barrio Costa Rica), todos removidos entre julio
de 1981 a julio de 1982. En la década de los ochenta no tenían otras aspiraciones más que servir
como furgón de cola de los intereses del partido en poder, el FSLN, que, para ellos, era la única
entidad que representa los intereses del pueblo. En cuanto a presuntos conflictos y nuevas
propuestas teológicas surgidos en el subcontinente, el papa Pablo VI recordó que haremos, si, un
esfuerzo de inteligencia amorosa para comprender cuanto de bueno y de admisible se encuentre en
estas formas inquietas y frecuentemente erradas de interpretación del mensaje cristiano [sin
embargo], ni el odio, ni la violencia, son la fuerza de nuestra caridad 262. La intención de la
dirigencia revolucionaria era crear un magisterio paralelo que rompería la unidad eclesial (Juan
Pablo II, Carta a los obispos de Nicaragua, 29 junio 1982) desde un socialismo – desvirtuado,
mutilado, tirano, alejado de aquel auténtico socialismo nicaragüense acorde a los principios
cristianos – que no se rige ni por el amor ni mira a la trascendencia de la vida humana (Carta
Pastoral, noviembre 1979).
Un dato concreto, los dirigentes de las CEB no obsequian su obediencia al Papa. Para el
clero y los fieles católicos era inadmisible la distinción entre Iglesia institucional o jerárquica y el
Pueblo de Dios. Se lamentaba la CEN que, los que se oponen al Magisterio, son quienes con
mayor facilidad obedecen lo que les viene dictado por los medios de comunicación social o por
consignas políticas263. Su fidelidad es al pueblo oprimido, y como a éste lo lleva hacia su
liberación el FSLN, dirigido por los nueve comandantes, entonces la fidelidad a Dios es la
fidelidad a la Dirección Nacional en lo que se explica la posterior migración masiva de dirigentes
de las CEB a órganos revolucionarios (entre 1979 y 1982; más aún, despuésd de la visita del papa
Juan Pablo II, 4 marzo 1983). Lo impactante de todo esto es constatar que, éstas posturas de las
CEB, eran franqueadas incoherentemente por una propaganda materialista y un proselitismo
ateizante de parte de los medios oficiales de la revolución que pretendía socavar la fe de la
mayoría cristiana (Mensaje de Cuaresma, febrero 1980). Pero, para los años ochenta, escribe
Zúñiga, la Iglesia tenía ya una larga tradición de sufrimiento y de luchas para enfrentar el
problema de un posible cisma en un panorama totalmente sombrío264.
262
Cf cit., Discurso de la apertura, 24 agosto 1968. Lo cierto era que las pretensiones de la cúpula sandinista estaban
lejos del camino propuesto por los obispos en su mensaje pastoral-social de noviembre de 1979. En cambio, sobre
vino a la Iglesia nicaragüense durante la década de los ochenta un período de dolor prolongado sólo superado por los
tumultuosos años de la anarquía post independencia nacional. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 673.
263
Cf cita de Juan Pablo II en la «Carta pastoral de la CEN 22 octubre de 1980» en Magisterio de la CEN 1972-2015.
264
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 674s. No estamos seguros si lo hubo. Los políticos opositores, y por qué no afirmarlo,
también los obispos, se saben que, por experiencia, estaban luchando contra la eficacia de las políticas de propaganda
92
Igual que fue expulsado de las aulas de estudiantes universitarios el disentimiento —tan
necesario en su formación—, así en las reflexiones de las Comunidades Eclesiales de Base sólo se
respiraba y se admiraba la fidelidad partidaria. Lo grave fue, escribe el p. Francou, lo constatado
por un jesuita nicaragüense: ¡Pensar que hay sacerdotes, religiosas que han venido a mi patria para
enseñarnos el odio!265. Se quedaron como guardianes de unos intereses que no son los de sus
representados. ¡Los rebasó la historia! ¡No representan a nadie! Y como consecuencia directa y de
larga duración constatamos en las décadas siguientes que entre los católicos existe:
«Poco respaldo a la idea de que los cristianos participen directamente en la política
partidaria [aunque se respalda ampliamente las protestas públicas en contra de
injusticias], pues además de verse como un ámbito que no compete a la vida del
cristiano, el rechazo a una participación política activa se ve alimentado por el
desprestigio y la poca credibilidad de la política en la sociedad y por la polarización
política que vive Nicaragua, algo que podría afectar la imagen de sus
congregaciones»266.
Su auto consolación es muy grande con miras de dar espacios a una redefinición de la
función social de lo que llaman “profecía” al interno de los cambios revolucionarios. A la vez, son
conscientes que lo religioso ya está retrocediendo ante lo social-político (la misma revolución) en
la dialéctica secularista que ésta fomenta. En fin, sólo se absolutiza el componente ético de optar
por los pobres en la búsqueda de un mundo nuevo. La religión es un mero producto humano,
social y no como un producto divino o mágico. Por lo tanto, para los cristianos revolucionarios, es
lícito negar autoridad a la Iglesia, al papa y toda estructura de normatividad trascendental. Las
CEB se esfuerzan por contribuir el sentido común de la función social de una Iglesia
revolucionaria que señala que aquel que liberta a los esclavos y llama a los hombres a la madurez
está ya en su trabajo, decía, Harvey Cox. Y en Nicaragua al menos tiene a nueve ejecutores 267.
Las palabras del Che Guevara, recogidas en folletos y en revistas, eran elocuentes para la época, y
para ilustrar el punto de partida del pensamiento de las CEB:
y objetivos de la estructura de poder (mecanismo de control o jaulas construidas en la carpintería de los años 30 del
colectivismo marxista-leninista), para «conquistar» las percepciones de la población: el rol del Estado, las ideas sobre
la economía hasta el campo de las afectividades. E igualmente saben que la desigualdad económica es una causa
fundamental y directa de desestabilidad sobre la democracia que se deseaba fortalecer. Ni la Iglesia ni el pueblo
cristiano están en contra de la revolución, sino los que la desvían ideológicamente en contra del sentir religioso del
pueblo.
265
ib., 689. Sus recomendaciones y declaraciones públicas miraban a «identificarse con los objetivos de la revolución
a partir de un concepto evangélico de la justicia y de la libertad de los hombres». ID., Derechos Humanos. Informe de
la comisión, 62.
266
Cf M. SÁNCHEZ – C. AGUIRRE, Pentecostalismo en Nicaragua. Iglesia y ciudadanía: una agenda pendiente en
Nicaragua, Centro de Análisis Sociocultural Universidad Centroamericana, Managua 2015, 79-80.
267
Cf ib., 168-179.
93
«Los cristianos deben optar definitivamente por la revolución, y muy especial en
nuestro continente, donde es tan importante la fe cristiana en la masa popular, pero los
cristianos no pueden pretender, en la lucha revolucionaria, imponer sus dogmas, ni
hacer proselitismo para sus iglesias; deben venir sin la pretensión de evangelizara los
marxistas y sin la cobardía de ocultar su fe para asimilarse a ellos»268.
94
El 13 de mayo (1980), la CEN fue más explícita al afirmar que para esos sacerdotes ya no
existía más estado de excepción para continuar como funcionarios estatales y, desde el Documento
de Puebla les recuerda que: «Como Pastor, (el presbítero), que se empeñan en la liberación
integral de los pobres y de los oprimidos, obra siempre con criterios evangélicos. Cree en la fuerza
del Espíritu para no caer en la tentación de hacerse líder de un poder temporal: esto le impediría
"ser signo y factor de unida y de fraternidad» (Documento de Puebla, 696). Al no conseguir la
renuncia de los implicados, agregaban el 1 de junio de 1981, en abierta rebeldía y formal
desobediencia a la legítima autoridad eclesiástica, expuestos a las sanciones previstas por las leyes
de la Iglesia. Tres de los implicados declaran su inquebrantable compromiso con la Revolución,
en fidelidad al pueblo, es decir, en fidelidad a la voluntad de Dios 271 en la pretensión de hacer una
síntesis entre fe cristiana y revolución, como explicaba el p. F. Francou. Siendo Mons. Pablo A.
Vega el redactor principal, la CEN afirma en el documento-respuesta (17 octubre 1980) a la
declaración sandinista (7 octubre), que las motivaciones religiosas de los sacerdotes, poseen la
finalidad del bien común y se es miembro de la Iglesia viviendo de la fe que mira la salvación en
una Nicaragua que ha salido en búsqueda de su liberación y no de un nuevo faraón, menos a servir
a un sistema de poder. En tal situación, la Iglesia – esos sacerdotes implicados – no actúa más
como liberadora, sino como un instrumento de masificación, bajo el poder totalitario del Estado.
En efecto, agregaron en la carta pastoral conjunta, que preparaban aun sin enterarse de la
declaración sandinista, que el mal no reside solamente en las estructuras sino en la mente y el
corazón humano llamados a la conversión (Carta Pastoral, 22 octubre 1980). Después de un
diálogo en Matagalpa, mediado desde el Vaticano, se llegó a un acuerdo provisional en que
mientras durase esa circunstancia temporal, no podrían ejercer el ministerio sacerdotal, privada y
públicamente, mediados de julio 1981. Un año después de la visita del papa a Nicaragua (lo
veremos), en agosto de 1984, Miguel D’Escoto y Ernesto Cardenal van a ser suspendidos ad
cit., Derechos Humanos. Informe de la misión, 51. 53; Cf I D., Historia, 688-692.741; Cf ID., Nicaragua, 43ss. Para
estudiar el punto de vista de 3 éstos sacerdotes, leer T. CABESTRERO, Ministros de Dios, ministros del pueblo, Dessée
de Brower, Bilbao 1983.
271
Cf ID., Nicaragua, 45. Donde se recogen sus respuestas, en declaraciones firmadas, a la sentencia de la CEN. Y
«decía E. Cardenal: Para nosotros la revolución es amor (al prójimo). En definitiva, una sociedad fraterna[...] Para mí,
la revolución es comoa la llama Camilo Torrez, la caridad eficaz [...] una tarea cristiana y sacerdotal. Y su hemano
Fernando, señalaba: El trabajo que estoy realizando no supone para mí ninguna contradicción con la preparación
religiosa que yo he recibido [...] Estoy llevando adelante un trabajo que está en plena concordancia con mi teología,
con mi espiritualidad, con mi sacerdocio y con lo más profundo de mis sentimientos cristianos y humanos, con mi
consciencia». ID., Quan Déu cridava: Revolució!, 183.
95
divinis por Roma en su ministerio sacerdotal. Y la Compañia de Jesús, expulsará a Fernando
Cardenal (en la década de los 90 reiniciará el noviciado y sus votos como jesuita).
Subrayamos, además, uno de los puntos donde se fundamentaba el discurso de los teólogos
de la revolución. Era su crítica a la fuerza de la ley del liberalismo económico fruto de una
decisión política tomada por las grandes potencias, particularmente por los EE.UU. de Ronald
Reagan y la Gran Bretaña de Margaret Thatcher, e impuesta a todo el mundo. Entonces, una
nueva decisión política, tomada por un contrapoder popular, o por un bloque de poder alternativo,
podría invertir la tendencia histórica272. El discurso versaba así: De lo que se trata es de un poder
que no aspira a una superioridad y a un triunfo militar, sino a una superioridad y un triunfo éticos
y políticos. Así, los sandinistas proponían una economía mixta 273. Una y otra vez proclamaban
que ésta revolución fue lograda de forma conjunta por cristianos, marxistas y sandinistas.
Igualmente, la estrecha colaboración entre marxistas y cristianos que marcó la misma campaña de
alfabetización, era una espléndida manifestación de aquella “confluencia” en la opción por los
oprimidos como sujetos que había motivado y tenía que seguir motivando la revolución.
La CEN le dio su apoyo en el comunicado “Compromiso cristiano en la cruzada nacional
de alfabetización” (8 enero 1980)274. El clima de hermandad que se creó entre los habitantes de la
ciudad y los del campo era como el anuncio del tipo de relaciones que iba a caracterizar a la nueva
sociedad. Sin embargo, el proyecto ambicioso de reformar en este espíritu la misma educación
formal no pudo realizarse: tuvo, pues, que enfrentarse a tremendos obstáculos y especialmente a la
persistencia del espíritu autoritario en los educadores a todos los niveles y en los mismos
dirigentes revolucionarios, que no lograban liberarse de la mentalidad militarista y verticalista
formada en la guerrilla.
De su parte, la CEN expresa sus preocupaciones sobre las limitaciones a la educación
católica, sobre todo, de la enseñanza a los infantes. Emite sus orientaciones básicas en el mensaje
del 22 diciembre 1980, en el de enero 1981 y en el del 3 diciembre 1982 275. «La batalla principal
entre Iglesia y Estado sandinista se desarrolla en las escuelas, en la imposición de textos castristas
272
Cf ID., cit., Giulio Girardi y la refundación de la esperanza, 98.
273
Incluso Serrano Caldera estima para nuestros países latinoamericanos combinar armónicamente la economía de
mercado, el papel del Estado y el rol preponderante de la sociedad civil e impulsar medidas que garanticen la justicia
social, el empleo y la adecuada distribución de la riqueza. Cf ID., Pensadores, 230.
274
Siguió el método pedagógico de Paulo Freire. En total asistieron 95,582 alfabetizadores (1000 cubanos y algunos
catalanes y vascos). Sirvió para reducir el analfabetismo del 52% al 13% de la población junto a la expansión de la
revolución a las zonas más alejadas del país. Cf ID., cit., Quan Déu cridava: Revolució!, 88.
275
Para leer la postura de la dirigencia revolucionaria sobre su nueva educación y sobre el derecho de las padres de
familia, véase la revista Envío 21 (1983) III.
96
inspirados en la ideología materialista; se denigra a los padres de familia y profesores
católicos»276, según el periódico La Stampa de Turín (noviembre 1983), que recoge supuestas
declaraciones del Arzobispo Obando Bravo. Pero el mismo sacerdote dispensado Dr. Girardi
nunca estuvo de acuerdo con la consigna del FSLN: “Dirección Nacional ordene” 277. Al final,
historiógrafos modernos alternativos como Pochet – Martínez, hacen esta autocrítica, en la
renovación eclesial de los años ochenta, el lema “entre cristianismo y revolución no hay
contradicción”, aludiría a una síntesis no suficientemente lograda en la consciencia popular 278. Es
la época de materiales escritos, seminarios, folletos, posters, en los que se apresuraban síntesis que
aún no habían madurado en la conciencia de muchos católicos. La transmisión de nuevos
contenidos, la sistematización de la experiencia vivida en la guerra de liberación, contaba con que
la síntesis fe-política (marxismo-cristianismo, sandinismo-cristianismo) ya estaba hecha. Y no era
así279. Más allá de la propaganda oficialista de una revolución sui generis y promisorio, el análisis
de los discursos y acciones del régimen sandinista, indican las pautas clásicas en la instalación
gradual de un gobierno comunista280. Su estrategia contra la religión será una lucha gradual e
indirecta, iniciando contra grupos religiosos más débiles, tratando de sustituir el sentido religioso
276
Cf ID., «La Iglesia Católica», en Envío 30 (1983) XII, 15.
277
Cf. ID., Giulio Girardi y la refundación de la esperanza, 42. 107-108. Señalaba que los valores revolucionarios
son: fe en el sujeto popular y sus capacidades intelectuales y morales. La ética no subordinada a la política. La no
violencia, la fuerza del derecho y la razón frente a toda forma de violencia y a quienes dicen tener el derecho a la
fuerza. ib., 108.
278
Se pensaba que en Nicaragua el cristianismo revolucionario “purifica” al marxismo de su “mitología religiosa” y de
su dogmatismo. Cf G. GIRARDI, Sandinismo, marxismo y cristianismo en la nueva Nicaragua. La confluencia,
Editorial Nuevomar, México D.F. 1986. ID., cit., Quan Déu cridava: Revolució!, 141. Más adelante, ante la violenta y
sangrienta aplicación forzada de los programas sandinistas de incorporación, integración y asimilación de las
poblaciones campesinas del norte y en especial de los pueblos de la región caribeña, sobre todo los miskitos, los
sumus y los ramas, Jaime Wheelock, uno de los 9, en un entrevista en 2006, lo reduce a «un problema cultural, es
decir, el choque con una cultura modernizadora, innovadora, y en algunos aspectos, yo diría, extremista, con respecto
a una cultura tradicional, patriarcal, cuidadosa, muy de familia, muy del campesinado que vio que de repente se le iba
a destrozar su mundo rural. Fue un choque antropológico […] Nosotros estábamos viendo una utopía desde este lado,
ellos un infierno, ¿verdad?» Cf ID., «Revolución y contrarrevolución», en Desafíos (2011) II 69. Aunque una buena
autocrítica es la Sergio Ramírez Mercado en Adiós muchachos. Una memoria de la revolución sandinista, Aguilar,
España 1999.
279
Desde otra perspectiva, el proceso de renovación teológica y pastoral que vivían ya algunos sectores del pueblo
nicaragüense – renovación que la insurrección aceleró en la práctica, pero no en la doctrina – sufrió una aceleración
aún mayor en los primeros meses de la revolución, pero ahora más en la expresión o formulación doctrinal que en lo
práctico. Cf ID., cit., «La Iglesia Católica», 5.
280
Plena identificación entre el Estado y el partido, fachada inicial de gobierno mixto, luego reemplazada por el
dominio hegemónico del Frente, suspensión de las elecciones hasta 1984, y éstas meros instrumentos de la vanguardia
revolucionaria, eliminación progresiva de la libertad de expresión, suspensión de los derechos de reunión, represión
contra sindicatos no marxistas, creación de los Comités de Defensa Sandinista, CDS, de las “turbas divinas”,
alineación de la política exterior con la de la URSS, presencia cubana en cada área de la vida nacional, predica
continuada del odio de clases, tratamiento violento de las minoría étnicas, la enseñanza del materialismo dialéctico en
las escuelas del país, y la hostilidad y persecución contra sectores de la Iglesia o grupos protestantes. Cf ID., Historia,
1359s.
97
en cada municipio por nuevos contenidos de carácter político y secularizados; en fin, usando a
grupos dentro de la Iglesia para dividirla y erosionar su autoridad con “pleitos dentro de los
mismos cristianos”.
98
and Pull de la aviación sandinista. Comunidades enteras de indígenas, a marcha
forzada, huyeron a territorio hondureño [sin ningún diálogo conciliador, entre
ellas], las de Siksayari, Andirs Tara, Karisal, St. Isabel, Jkrasa, Taniska, San
Sang, Kitaski, Krinkrinka, Pilpilia, Namahka, Winwika, Paliyuhmpa
(Esperanza), Isulibia (Santa Fe), Ipritingni, etc. [...] El 11 de enero, el ejército
popular sandinista empieza a quemar viviendas, expropia el ganado y, a las
últimas familias que quedaban en las comunidades, son forzadas a viajar a
campos de refugiados»283.
Otro informe afirma que el gobierno sandinista ha violado los artículos 1, 6, 7, 11, 15, 16,
21 y 22 de la Convención Americana sobre los Derechos Humanos (de Armstrong Wiggins a
nombre de la misma Misurasata y de Indian Law Resource Center). El apoyo episcopal y de todas
las comunidades provincianas se sintió en el mensaje del 18 febrero 1982. Los obispos señalan
que hubo traslados sin previo aviso, marchas forzadas por varios días, acusaciones a poblados
enteros de colaborar con los terroristas de la Contra, además de destrucción de viviendas, incluso,
muerte de personas con el pretexto de proteger la integridad del territorio nacional, se violenta el
derecho inalienable de la vida humana y no se conserva el patrimonio natural tradicional. Y la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, afirma que el Gobierno de Nicaragua resolvió
trasladar a cuarenta y dos pueblos de la región del Río Coco hacia una zona ubicada a 60
kilómetros al sur. Al final, según reporta la CIDH-OEA, en su caso número 7964 considerado en
su 55° sesión, hubo un éxodo de 10,000 miskitos y de 8,000 puestos en campos de refugiados e
territorio hondureño. El régimen negó las arbitrariedades y calificó el mensaje de “poco veraz y
distorsionador”.
Desde Honduras, las incursiones de la Contra o, su facción más importante, la Fuerza
Democrática de Nicaragua, no se quedaron atrás en provocar muerte y dolor a muchas familias del
norte del país, como los atentados a San Francisco del Norte (25 julio 1982, catorce campesinos
sandinistas fueron masacrados), a El Jícaro (30 octubre 1982, asesinato de la familia Blandón,
delegados de la Palabra), las múltiples a Jalapa (desde septiembre 1981), al matrimonio estiliano
de Felipe y Mery Barreda (en Honduras, informado en julio 1983) 284, etc. El nuncio apostólico de
nuestro período sandinista era Mons. Andrea Cordero Lanza di Montezemolo (1925-2017) y
estuvo cerca de los obispos en éstas circunstancias, y como veremos, su papel de diplomático y
representante del papa, las fungirá con prudencia. El régimen contraatacó a la CEN. Primero con
283
Cf INFORME MISURASATA, Sobre los eventos en la Costa Caribe nicaraguense, febrero – 8 abril 1982, contenida en
el caso de la CIDH número 7964.
284
Cf ID., cit., «La Iglesia Católica», en Envío 30 (1983) XII, 13-14.17-18.
99
el escrito de su aleado capuchino Justiniano Lieb, acusándoles de callar durante la larga y tiránica
era somocista, y después, el gobierno se acercó a los jerarcas de la iglesia morava, quienes les
respaldaban.
En otro orden de cosas, a mediados del año, la Resistencia poseía más capacidad para
penetrar a las ciudades del norte y occidente del país, los enfrentamientos arrecian. Son los días de
un montaje pasional en los medios oficialistas contra el padre Bismark Carballo (11 agosto 1982),
por haber publicado en Radio Católica la carta de Juan Pablo II (29 junio) donde el Pontífice
apoyaba a la Iglesia y señalaba los peligros de la “iglesia popular”, que había sido primeramente
censurada. Se incrementa así la violencia verbal contra las instituciones de la Iglesia, y turbas en
el barrio Santa Rosa, agreden al Arzobispo y al obispo auxiliar capitalino, Mons. Bosco Vivas.
Pero, sin duda, la parte más difícil la llegó siempre el obispo del Vicariato, Mons. Salvador
Schlaefer (tres veces expulsado) y su clero, quienes eran impedidos para ejercer su labor pastoral.
En marzo de 1982, el país se encuentra en estado general de alerta por las nuevas incursiones de
las Unidades militares de la “guerrilla contrarrevolucionaria”, gracias al empuje de la política de
la administración Reagan en Washington, sin olvidar que el bloque soviético poseía en el país una
considerable participación en el aparato militar-partidario. Se suceden varios casos de descrédito
y propaganda periodística de ambas partes.
Para el 20 julio, los obispos y jóvenes estudiantes protestan la campaña ideológica,
maltratos, incitación al odio y los intentos de confiscación del Colegio Salesiano de Masaya por
parte de jóvenes sandinistas (defendido por los monimboceños un 16 de agosto, pero, con el
resultado de un joven sandinista asesinado). Se dan las expulsiones del director del Colegio, padre
José Morataya Escudero por las revueltas en Masaya y, después, de los padres José María Pacheco
y Luis Corral por predicar la objeción de consciencia al Servicio Militar Obligatorio, 31
noviembre 1983). También, se ridiculiza la fe de los más pequeños (en el comunicado del 24
agosto 1982)285. Les apoyó la FENEC, Federación nicaragüense de Educación Católica, organismo
perteneciente al sector de las CEB (en carta del 13 agosto 1982).
En papa Juan Pablo II, como hemos anotado arriba envía una carta en apoyo a los obispos,
criticando a su vez a la llamada “iglesia popular” por su acercamiento a los dirigentes de la
revolución, nosotros añadimos que es una inserción de cristianos en la revolución marxista, que
terminará con la absorción del cristianismo por el marxismo, pues la fidelidad primera se da en la
285
En realidad, nada de lo que planeaba hacer el gobierno era consultado al pueblo. Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 693-700.
100
praxis revolucionaria (movimiento obrero-campesino), y la teología de la liberación aparece como
acto segundo, concluye Sanabria286. Estos últimos acusan al Arzobispo de Managua de aglutinar a
la oposición287. A fines de éste año, Nicaragua va a ser consagrada al Inmaculado Corazón de
María, obediente y signo de unidad de la familia nacional (28 noviembre), y que coincide con la
condena de parte de los obispos a los errores doctrinales cristológicos de una novena a la
“Inmaculada” editada por el Centro Ecuménico “Antonio Valdivieso”.
Claramente la tarea educativa y de formación de las nuevas generaciones se vio sacudida
por cambios y tensiones profundas. Acontecían fuertes enfrentamientos porque la dirigencia
sandinista optaba por monopolizar la creación del “hombre nuevo” revolucionario, pero, sin llegar
a ser una educación integral. Más bien se hacía irrespetando la connatural autoridad de los padres
de familia y su libertad para elegir la escuela a sus hijos, obstaculizando el apostolado de los
seglares de la Iglesia, y ejerciendo intolerancia, sin capacidad crítica ni mucho menos con
contenidos del Evangelio288. Y este año 1982 cerraba con un saldo de al menos 300 muertos a
causa de la otra guerra, más sangrienta y literal entre las fuerzas gubernamentales y la Resistencia
contrarrevolucionaria que operaba en Honduras con apoyo o tolerancia de Estados Unidos289.
El gobierno deseaba controlar a la población y cayó en la cuenta que la única institución
que se lo impedía, fuera del “sector religioso progresista”, era la Iglesia conservadora no
identificada con la revolución. La batalla política interna contra las fuerzas antisandinistas, girará
en torno a la Iglesia y cómo apropiarse de su gran poder de convocatoria e influencia social. Ellos
sabían que la Iglesia podía dañar seriamente la base de consenso de que dispone la revolución.
5. 4 marzo 1983: El papa en Nicaragua, regocijo de los fieles y el accionar de las “turbas”
Veintiséis días antes, se anuncia oficialmente la primera visita pastoral del papa Wojtyla a
Nicaragua (viernes, 4 marzo 1983), quién dijo en sus dos primeros discursos, venir como
“mensajero de paz y servidor de la fe” ante grandes manifestaciones de fervor y gozo de cientos de
miles de católicos nicaragüenses. Pero, ya en enero el gobierno prohíbe que se emitiera cualquier
286
Cf ib., 1366.
287
P.L. ZUFIAUR, «La Iglesia, ante los sandinistas», en EL PAÍS, 4 septiembre 1982.
https://elpais.com/diario/1982/09/04/internacional/399938403_850215.html, consultado el 21 diciembre 2018.
288
Cf ID., «Carta pastoral de la CEN sobre la educación católica, 8 diciembre 1982» en Magisterio de la CEN 1972-
2015. JUAN PABLO II, Discurso para los laicos, educadores de la fe, Campus de la Facultad de Ciencias Médicas de
la UNAN-León, 4 marzo 1983 en AAS I 75 (1983) 713ss. Véase SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN
CATÓLICA, «El laico católico, testigo de la fe en la escuela» del 15 octubre 1982.
289
Cf cit., «La Iglesia, ante los sandinistas», 2.
101
publicación al respecto de la posible presencia del Pontífice romano por lo que se concretan serias
dificultades en la Iglesia local. En las calles de Managua, entran en acciones grupos de
simpatizantes de la revolución, popularmente llamadas “turbas divinas”, a desestabilizar con
violencia controlada, cada concentración eclesial, del Arzobispo y la misma curia del
arzobispado290. La Seguridad del Estado sandinista deseaba obtener réditos políticos de la visita
pontificia. De regreso a Managua, después de su visita a la Catedral de León y su discurso en el
campus de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNAN, el papa bendijo en audiencia a las
madres de los recientes muertos en combate. Posteriormente, se preparó para la eucaristía
nocturna, que se realiza en un parque enfrente de la UCA, lugar que acogía las concentraciones de
los sandinistas291. Resultó que el régimen tenía planes de manipular seriamente la misa papal. De
parte de la Policía, hubo un control total de la división del lugar, del escenario, de las segundas
plataformas (la de la Dirección Nacional y miembros del gobierno), de la ubicación de las
delegaciones y movimientos católicos (la parte central de las primeras filas, estaba ocupada por
partidarios del FSLN y militares desde las 3 am), del sistema de sonido (habrá un segundo, nuevo
e independiente y más potente que el usado por la Iglesia como preparación en caso de
“emergencia”, en fin, la retransmisión. Se trastocaron muchos acuerdos de las negociaciones
previas. Y comenzó la Eucaristía en medio de gritos y consignas de los CEB y grupos de
simpatizantes del gobierno. Los feligreses para los que se celebraba la eucaristía quedaron
acorralados al fondo, y atemorizados por los agentes del régimen.
Toda la Dirección Nacional del FSLN, incluido el Coordinador de la Junta de Gobierno,
Daniel Ortega, ubicada en la plataforma de al lado del altar, hacía ademanes y, con el puño
290
Con razón, Mons. Obando Bravo, en su relampagueante viaje a Roma (22 febrero), en cena-audiencia junto a
Mons. Barni (León), el Arzobispo Lanza di Montezemolo (Nuncio en Managua), y los curiales Cardenal A. Casaroli
(Secretario de Estado), Mons. E. Martínez Somalo (Subsecretario) y Mons. A. Silvestrini (Secretario de la sección de
las Relaciones con los Estados), contesta a la pregunta del papa sobre qué va a pasar en Managua: ¡Santo Padre,
prepárese para lo peor! Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 704. El papa Juan Pablo II, desde su Polonia natal, sabía de hostiles
experiencias para vivir la fe y predicar la liberación cristiana en un país gobernado por militares comunistas. Pero
estaba resuelto a hacer frente al viaje a la Nicaragua sandinista. Véase el artículo «Entretelones de la noche oscura» en
La Prensa, 21 abril 2005. Los teólogos afines a la revolución, analizaban que Nicaragua no es uno de los países más
católicos del mundo ni mucho menos puede compararse su catolicidad con la Polonia del papa Wojtyla. Cf EQUIPO
ENVÍO, «La Iglesia Católica en Nicaragua después de la revolución» en Envío 30 (1983) XII, 3.
http://www.envio.org.ni/articulo/99
291
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 706-7. Para un análisis detallado de las ascuas de diplomáticos vaticanos, y los momentos
de la Eucaristía de la noche del 4 de marzo, recomendamos el suplemento «La noche más oscura» en La Prensa 4 de
marzo 2003; «Entretelones de la noche oscura» en La Prensa, 21 abril 2005; W. CALDERÓN en Voz Católica 41, 27
febrero-5 marzo 2003; E. CARDENAL en El Nuevo Diario 7 septiembre 2002. La emblemática escena del recibimiento
en el aeropuerto de Managua donde Juan Pablo II, exhortaba con voz amistosa al Ministro de Cultura, E. Cardenal,
pero indicándolo vigorosamente: ¡Regulariza tu posición con la Iglesia! ¡Regulariza tu posición con la Iglesia! Véase
G. WEIGEL, Biografía de Juan Pablo II. Testigo de esperanza, Plaza & Janes Editores, Barcelona 2000.
102
izquierdo en alto, gritaban: ¡Poder Popular! Los superiores mayores de los hermanos de las
Escuelas Cristianas (el Pedagógico), Hermano John Johnson, Hermano José Cervantes y el
Hermano Benildo292, concurrieron a la misa papal, y criticaron la presencia del papa polaco en
Nicaragua. Sometido a una fuerte presión, el papa pronunció su homilía, y cuando se refería a la
imposibilidad de una “iglesia popular” opuesta a los pastores legítimos de la Iglesia, comenzó lo
más dramático.
Reducido a menos la potencia del micrófono usado por Juan Pablo II, los agitadores de las
“organizaciones de masa”, puestos al frente, con micrófonos facilitados por técnicos del gobierno,
se pusieron a corear consignas que interrumpían la homilía, y exigiendo una oración por los
muertos a causa de una emboscada de la Contra, hasta que se escuchó, otra vez, la palabra del
papa: ¡“Silencio”! desde atrás, la muchedumbre coreaba: ¡El Papa, el Papa, el Papa! Ya la
eucaristía vivía minutos de vulgaridad y de irrespeto, un verdadero intento en convertirla en un
acto de política partidista, escándalo para los millones que lo veían por televisión en vivo a nivel
Centroamericano. Reiterada la solicitud del obispo de Roma, la muchedumbre continuaba
pidiendo ¡La Paz, queremos la Laz! Y el papa Wojtyla remató con voz de trueno: ¡La Primera! ¡La
primera que quiera la paz, es la IGLESIA293! Con entereza y paciencia, no sin abatimiento, Juan
Pablo II terminaba la eucaristía. El canto de acompañó la retirada el papa hacia su vehículo que lo
llevaría al aeropuerto, y de ahí, rumbo a Costa Rica, era el himno sandinista, ordenado por el jefe
de protocolo, Aldo Díaz Lacayo. La fiesta del pueblo nicaragüense con el Sucesor del Apóstol
Pedro, se convirtió en un desbarajuste sacrílego teniendo como testigo una “noche oscura”, que
dio comienzo al desgaste internacional del régimen, desmitificando a la misma revolución.
Pero, según la revista Envío, la “iglesia popular” recibió una carta de apoyo firmada por
teólogos adversos al papa polaco, en la que implícitamente se lee que no participan de la
292272
De mismo pensar eran los pro-sandinistas del Instituto Pedagógico de la Salle de Managua (tras la renuncia del
no sandinista Hermano Manuel Estrada en 1983, quién fue asaltado por las turbas sandinistas), el Hermano Edwin
Maradiaga, director del Colegio, junto a los Hermanos Francisco Torres, Salvador Chamorro, Narciso Mayorga y José
Luis Contreras, quienes entregaban los expedientes psicológicos de los estudiantes a la Seguridad del Estado
sandinista. Cf ID., Historia, 738-739; B. A. DÍAZ LÓPEZ, El Instituto Pedagógico de Varones La Salle en la historia
de Nicaragua, 1913-2013, León 1993, 273-279.
293
El papa respondía así a la dura y sangrienta realidad nicaragüense. En el norte del país, Madriz, Jinotega, Nueva
Segovia, Caribe Norte, en el mes de enero de 1983, la “guerra silenciosa, estrategia de terror” de las incursiones
armadas de ex-GN de la Contra, había ocasionado la pérdida de 400 vidas de campesinos. Cf Envío 19 (1983) 1-6;
1887 muertos y más de mil secuestrados civiles entre 1982 y marzo 1984 con ayuda del ejército hondureño en
combinación del comando sur de Panamá, la CIA y más de una veintena de actividades navales de los EE.UU., quien
intensificaba sus cabildeos diplomáticos a nivel internacional. La Corte de la Haya resolvió en favor de los sandinistas
por las ilícitas maniobras de Washington en el Golfo de Fonseca condenadas por la Organización Marítima
Internacional. A la vez, otros 900 contras fallecieron entre el 16 al 28 de junio a manos del EPS. Cf ID., Nicaragua,
50-55.
103
deslegitimación que esta iglesia de los pobres de Nicaragua recibió del papa durante su visita 294.
Después de un intercambio de cartas, entre la Santa Sede y el gobierno, se publicó la enérgica
reacción de la CEN condenando lo sucedido (25 marzo 1983). Los voceros del gobierno
sandinista acusaron a los obispos de antipatriotas, contrarrevolucionarios e imperialistas, negada
por la CEN en el comunicado del 20 abril.
En definitiva, las relaciones entre la Iglesia y el gobierno sandinista se empeoraron
drásticamente, ya que existían intereses en Nicaragua de dividir a la comunidad católica. Ya en
octubre el Arzobispo de Managua se atrevía a denunciar ante medios italianos, la Stampa de
Turín: «el sandinismo nos ha declarado la guerra, aunque no estamos todavía en persecución
abierta»295. Aún se leía en las revistas de programa y perfil pro-sandinismo: «Si Nicaragua inició
hace cuatro años el primer proceso autónomo de su historia, la cara de la iglesia conservadora o
progresista no tiene aún una autonomía, una personalidad equivalente a esa realidad de la
revolución. Esa cara se está diseñando ahora, en medio de conflictos intraeclesiales, de pugnas
políticas y de amenazas de guerra»296. El papa Juan Pablo II, con las declaraciones pre y post
visita pastoral (marzo 1983), en los cartas dirigidas a la CEN y al Pueblo católico, con el capello
cardenalicio al Arzobispo Obando Bravo, deslegitima a la revolución, da un golpe a la iglesia
profética, y, con ello, a la masa de cristianos, obreros y campesinos adoctrinados que hacían la
revolución. Coincidirá, sin duda, con la política de Reagan, contribuyendo al aislamiento de la
revolución sandinista a nivel internacional. Mons. Obando, se proyectaba como figura de primer
orden que desde dentro alimentaba la lucha ideológica contra la revolución, máxima repetida por
los dirigentes del FSLN en sus estrategias discursivas en medios oficialistas. Y en realidad, era así.
Los revolucionarios, trataron de minimizar, o bien, desvalorar a quienes se atrevían a pensar
distinto de los comandantes de la Dirección Nacional. En efecto, en la coyuntura nicaragüense de
los años ochenta, la estrategia del Frente sandinista iba dirigida a confundir para romper cualquier
resistencia, sentencia Octavio Sanabria297.
294
Cf E. ZÚÑIGA, Historia, 710-711. 731.
295
Cf EQUIPO ENVÍO, cit., «La Iglesia Católica», 1. En este artículo encontramos una ideologizada, pero, al mismo
tiempo, interesante reconstrucción cronológica de los hilos trascendentales de los 4 años y medio primeros años de
tensiones y conflictos entre la jerarquía y el régimen sandinista, pero, olvidándose de los vicios totalitarios.
296
ib., 3. Y, al mismo tiempo que se puntualizaba que desde la Arquidiócesis se implantaba una “pastoral de
conflicto”, se agregaba que «la actual situación desafía por igual a la iglesia tradicional, a la iglesia renovada y al
propio gobierno revolucionario, sin suficiente experiencia en un terreno tan complejo como el religioso». ib., 4.
297
Cf ID., Historia, 1358.
104
6. El estado de guerra civil en cifras y efectos socio-religiosos hasta 1985
Los muertos, los heridos y los desaparecidos dejaron una honda huella en la memoria
colectiva de la sociedad. La guerra afectó directamente a unas seicientas mil personas, con setenta
y un mil setecientas cincuenta refugiados, veite y dos mil cuartrocientos trece desmobiliados de la
Contra y setenta y dos mil del Ejército sandinista.
La guerra, donde las fuerzas de la Contra recibieron ayuda militar de Reagan por un valor
estimado de 15,000 millones de dólares, las eternas campañas militares, los daños económicos y
las víctimas en innumerables familias, todo se convirtió en tema de acalorados debates nacionales
e internacionales298. Una explicación aproximativa se base en que desde los primeros años se
originó un proceso de alienación de importantes segmentos de la población. Este proceso avanzó
en la medida en que el gobierno sandinista asumió las características de un sistema unipartidario.
Al momento que se estalló un conflicto armado, el partido del gobierno comenzó a utilizar
gradualmente más un control extenso sobre la economía, la sociedad, el sistema jurídico y la
institucionalidad política. Con el ritmo de la guerra una lenta pero segura hegemonía militar
comenzó a sentirse sobre las reformas y las políticas públicas nacionales, regionales y locales. Del
lado de la Contra, ésta aumentó sus filas: de 4.000 que eran en diciembre de 1982, a 15.000 en
diciembre de 1983. Y en 1984, las tropas en Honduras sumaban, por sí solas, 16.000. “Ante la
amenaza de los nicaragüenses que querrían compartir su gloriosa Revolución con el resto de
Centroamérica, incluidos nosotros”, el gobierno de Costa Rica dio autorización para que la Contra
de Pastora operase libremente a lo largo de su frontera con Nicaragua, con una fuerza de 7.500
efectivos, afirmó en 2006 Rodrigo Carreras, un ex viceministro costarricense de Relaciones
exteriores299. Al respecto, los jefes del ejército sandinista, (Humberto) Ortega y Cuadra Lacayo,
pidieron una reunión con la dirección nacional con el mensaje que se estaba perdiendo la guerra, y
que si no se hacían cambios drásticos en la estrategia, en un par de meses la Contra estaría en
Managua: exigieron la creación de un ejército de soldados reclutados de entre jóvenes ciudadanos
298
ID., cit., Quan Déu cridava: Revolució!, 97. Véase la obra de A. ZAMORA, El conflicto Estados Unidos-Nicaragua
1979-1990, Editorial Cira, Managua 2002.
299
Además, en los meses finales de 1983 y los primeros de 1984, la Contra había logrado ganar hegemonía militar en
el interior del país. En cuestiones de entrenamiento, armamento, provisiones, logística, organización, comunicaciones
y capacidad tecnológica, la Contra tenía superioridad sobre el ejército sandinista, conformado por voluntarios
apresuradamente congregados. Cf cit., «Revolución y contrarrevolución», en Desafíos (2011) II 71. Para analizar la
participación norteamericana, recomendamos R. HOUSE, «The CIA’s Nicaragua Manual. Psychological Operations»,
in Guerrilla Warfare, Nueva York 1985.
105
para un SMO de dos años y la guerra debería llevarse a cabo según lineamientos militares a los
cuales el manejo económico y las actividades de todo el sector público serán subordinadas300.
Así pues, el creciente endurecimiento de las contradicciones Iglesia-Estado revolucionario,
después de la desautorización juan paulina al proceso de renovación de la iglesia profética,
encuentra un nuevo y explosivo despunte al conocerse acusaciones públicas y directas de la CEN
en contra del Gobierno revolucionario con respecto a presuntas nuevas violaciones a los Derechos
Humanos en contra de la población miskita al norte del país y la marcha convocada por el
Arzobispo, Mons. Obando Bravo en julio de 1984301. La población miskita de las riberas del río
Coco (Fronterizo con Honduras), se vio entre el cruce de balas y cañones entre los Contras y las
fuerzas gubernamentales. Pero, con los planes de reubicarle y ofrecerles educación política
partidista, los indígenas se negaron a colaborar, y fueron obligados a migrar hacia el norte.
Entre 1983 y 1988, el número de combatientes en el Ejército regular se duplicó de 40.000 a
80.000 y los gastos de defensa se dispararon, pues, en 1980 comprendían alrededor del 20% del
presupuesto nacional, mientras que en 1987 aumentaron al 46% 302
. La guerra había afectado la
estructura del Estado, así como los planes de bien-estar social y la economía del país, que terminó
altamente endeudado. De ahí que, ya a principios de 1982 se sienten los primeros síntomas de
desgaste de la economía303.
La pobreza empezó a invadirlo todo durante la guerra de la Contra, y continuó su avance
en los años posteriores con el embargo y bloqueo económico de parte de los Estados Unidos desde
1985. Ahora bien, desde 1979 en adelante, la tasa de inflación se sostuvo siempre en dos dígitos.
Al principio se podía mantener más o menos bajo control: la tasa promedio anual entre 1979 y
1984 subió del 23 al 48%.
A comienzos de 1985 llegó a ser de tres dígitos: 219% en 1985 y 747% en 1986, y luego se
exacerbó hasta llegar al 1.347% en 1987. De ahí en adelante, la hiperinflación alcanzó niveles
300
Hubo un cambio también en el modo de conducir la guerra, un cambio que tuvo consecuencias a largo plazo, tanto
en el rumbo de la guerra (el ejército sandinista terminaría ganándole la guerra a la Contra) como en el Partido (el
FSLN terminaría perdiendo las elecciones de 1990). ib., 72.
301
ID., Nicaragua, 63.
302
O. NÚÑEZ SOTO, (ed.), La guerra y el campesinado en Nicaragua, 3a edición, Cipres, Managua 1998, 488. Cf.
«Gastos de defensa, 1980 – 1987» en Envío 76 (1987) VIII 5-8.
303
Las tendencias se resumen en un crecimiento constante de los presupuestos militares (como explicaremos), una
inestabilidad del Producto Interno Bruto (influenciado también por los vaivenes de los precios internacionales de las
materias primas), una inflación galopante (hasta alcanzar por varios años records mundiales) y sobre todo, la
involución hacia un modelo de economía de guerra, que se traduce en SMO, tarjetas de racionamientos, escases,
represión y adoctrinamiento económico desde la introducción de binomios dogmáticos en la polarización de fuerzas
fundamentales: Nación versus Imperialismo, jerarquía de la Iglesia versus la Iglesia profética. Cf ID., Nicaragua, 55-
59.
106
mayores, llegando a ser 33.548% en 1988, 1.689% en 1989 y 13.490% en 1990 304. Los daños
infligidos al país entre 1980 y 1988 sumaron un total de $17,8 billones de dólares, de los cuales
$9,8 billones fueron por daños a la economía, $1,9 billones, por los necesarios aumentos en los
gastos de defensa y seguridad, y $1,8 billones, por los muertos y los heridos47. En 1984
Nicaragua entabló un juicio (que posteriormente ganó) contra los Estados Unidos y Honduras ante
el Tribunal Internacional de La Haya. El fallo del Tribunal ordenaba a los Estados Unidos pagar a
Nicaragua la suma total por daños antes mencionada305.
Finalmente, la cifra de muertes fue casi la misma por ambas partes, es decir, más de 32.000
del personal del ejército sandinista y de la población civil y más de 29.500 de la Contra y de
civiles que vivían en sus bases o en las cercanías. El total nacional de muertes entre 1980 y 1989,
según cálculos oficiales, fue de 61.826, de las cuales un 60% ocurrieron entre 1986 y 1989 306. Las
fuerzas armadas, lideradas por los comandantes guerrilleros de más prestigio, acabaron
adquiriendo más poder político y podían establecer en los años finales del gobierno sandinista una
posición dominante. Ahora bien, coincidimos con el doctor Manuel Hernández Ruigómez que:
304
Datos del Banco Central de Nicaragua, Managua 1990.
305
INTERNATIONAL COURT OF JUSTICE, Case concerning military and paramilitary activities in and against
Nicaragua. Nicaragua versus United States of America. Request for the Indication of Provisional Measures, La Haya,
ICJ, 10 de mayo de 1984, Listado General n° 70. Pero los Estados Unidos se rehusaron a pagar, y en 1990 la recién
electa presidenta Violeta Chamorro, quien necesitaba obtener con urgencia créditos bancarios del Fondo Monetario
Internacional y del gobierno estadounidense, sencillamente perdonó los daños.
306
Cf O. NÚÑEZ SOTO, (ed.), La guerra y el campesinado en Nicaragua, 295.
307
ID., La Nicaragua sandinista y las elecciones de febrero de 1990, 11.
107
Shirley Christian sentenciaba con razón que una pastoral de la CEN contra Somoza III
(1977), ayudó a atraer la crítica internacional contra ese régimen, y lo que no mismo se puede
aplicar de las cartas pastorales durante la época sandinista (abril 1984)308. Pero, ¿Qué es lo original
en Nicaragua? Lo inédito es la participación de los cristianos en una revolución marxista, es la
inserción de los cristianos en una nueva Iglesia que posteriormente pueda propagarse por América
Latina, al servicio del marxismo.
Pero la iglesia popular en Nicaragua no es la Iglesia católica, ni por sus miembros (también
la conformaban protestantes), ni por su naturaleza, porque es un cuerpo político-religioso, ni por
su contenido porque ha adoptado al marxismo, ni por sus fines porque se ha rendido ante el mito
de la sociedad comunista final, ni por su jerarquía porque obedece a la dirigencia de un partido. En
cambio, quiso crecer bajo la sombra de la Iglesia porque sin ella está destinada a perder el valor
que el partido le pueda reconocer309. Otro dato singular para medir la importancia del tema
religioso en la confrontación ideológico-eclesial en revolución nicaragüense es el hecho de la
cobertura periodística que obtuvo: se escribieron, en los tres diarios existentes, más de 6,500
noticias, editoriales, comentarios, reportajes desde el triunfo revolucionario hasta el 31 de
diciembre de 1982310.
Igualmente, el caso “occidental” nicaragüense, con sus matices particulares, se puede
englobar como una intervención indirecta de la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas) mediante tropas y doctrineros marxistas cubanos o alemanes orientales, como en
Vietnam, Angola y Etiopía y en los países donde había procesos guerrilleros y terroristas, quienes
recibieron ayuda militar, económica, cultural y publicitaria para “liberarse” del capitalismo311. Los
308
Cf S. CHRISTIAN, Nicaragua, revolución en la familia, Planeta, Barcelona 1986, 219.
309
Cf ID., Historia, 1370-1371. Los proletarios no tenían nada que perder excepto, sus cadenas, tenían en cambio un
mundo que ganar: proletarios de todos los países, ¡uníos! era el grito que deambulaba como un fantasma comunista
por Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Y en 1959 jóvenes revolucionarios derrocan a Fulgencio Batista
en la isla de Cuba. Unos años después, la juventud occidental se opone a la generación de sus padres (1968): el Che
Guevara y Fidel Castro son los ídolos de los jóvenes que pro manifestantes franceses exigían las transformaciones de
las empresas. Todo les iba a pedir de boca. Y Nicaragua se perfilaba en esta revolución global.
310
Cf ID., cit., «La Iglesia Católica», en Envío 30 (1983) XII, 11.
311
A los soviéticos, no les importaba cuál fuera la línea ideológica de sus satélites fuera de Europa, todos debían servir
a su estrategia global. Ahora bien, el mismo Revel en La tentación totalitaria (1976), dijo que el principal obstáculo
para el triunfo del socialismo no era el capitalismo sino el comunismo, y, además, dijo que era un combate que se
había apartado de su ruta y había olvidado sus fines más por deficiencias internas de la izquierda que por el poderío y
habilidad del adversario occidental. En el esfuerzo por reorientar en la buena dirección la lucha por el progreso de la
justicia y la libertad en el mundo, comunismo prometió la salvación a la humanidad: nunca existió realmente; fue un
resultado malo de una mala propaganda. Idealizado junto a los efectos de las revoluciones (someter todo a la
voluntad del partido), el comunismo inevitablemente debía surgir por las contradicciones del capitalismo no del
voluntarismo de Lenin. Los revolucionarios “profesionales” guiarían las masas; pero, el camino a la libertad dejarán
millones de muertos
108
diversos marxismos, aspiraban sacar de la pobreza a las sociedades sub desarrolladas, pero en
realidad, las exprimían para obtener los recursos necesarios para un Estado fuerte, industrial y
militarmente, lo que influía directamente en la calidad de vida que les heredaron.
En Ni Marx ni Jesús (1970), Revel afirma que las manifestaciones más importantes de
rebeldía social e intelectual en el mundo contemporáneo se habían producido al margen de los
partidos políticos de izquierda y no en los países socialistas sino en la ciudadela del capitalismo.
También es cierta su afirmación según la cual “la gran batalla del final del siglo XX, aquella de la
cual depende el resultado de todas las demás, es la batalla contra la censura” como en Nicaragua
de los Somoza y éste período que estudiamos de la revolución sandinista 312. Lejos de Nicaragua
estuve el euro-comunismo de mediados de los años 70 que en medio de la guerra fría y las luchas
contra el neofascismo313. Marx tenía algo que me causa rechazo, decía el analista político C.A.
Montaner: no hay una sola frase tan simple como No Matarás, no hay ningún principio que
prohíba matar una cantidad cualquiera de personas en Nombre de la Revolución. Y, por supuesto,
que esa falta de ética, es un defecto fértil que vive en la estructura, y siempre hace que se
desplome por sí misma su teoría revolucionaria y científica de la liberación de la humanidad. Y
en los años 80, no podía ser de otra manera, era comida de todos los días y en cada espacio
público la propaganda sandinista, sobre todo, la especialidad era deslegitimar a cualquier
adversario de la revolución, incluso, ex-comandantes o ex-combatientes desertores.
La desinformación, decía Revel, era particularmente sistemática en lo que concierne a los
países del Tercer Mundo catalogados como “progresistas”, cuya miseria endémica, oscurantismo
político, caos institucional y brutalidad represiva eran atribuidos, por una cuestión de principio –
acto de fe anterior e impermeable al conocimiento objetivo–, a pérfidas maquinaciones de las
potencias occidentales o a quienes, en el seno de esos países, defendían el modelo democrático y
312
“Todo poder es o se vuelve de derecha –escribía Revel–. Y sólo lo convierte en izquierda el control que se ejerce
sobre aquél.” Y sin libertad no hay control. Añadimos que en las sociedades capitalistas liberales hay un contraste
interesante la política funciona democráticamente, mientras que la economía funciona de forma jerárquica y de
acuerdo con reglas feudales, según Carlos Alberto Montaner, analista político liberal de origen cubano en su ponencia
¿Por qué el socialismo es imposible?, Universidad Francisco Marroquín, Guatemala 18 enero de 2016. Disponible en
https://newmedia.ufm.edu/video/por-qué el socialismo es imposible/
313
Deseaban ser independientes de las políticas de Moscú. Ello dio nacimiento al Socialismo y estar legitimado
democráticamente. En Italia y Francia, marcó muchos avances sociales y en lo económico, como el Seguro Social en
Francia, 1945. Cf M. VARGAS LLOSA, «Jean François Revel», en Letras libres, Madrid 30 noviembre 2007. Véase
https://www.letraslibres.com/mexico/jean-francois-revel
109
luchaban contra el colectivismo, los partidos únicos y el control de la economía y la información
por el Estado314.
Por otro lado, la “doctrina social cristiana”, que surge justamente en el contexto de la lucha
anticomunista, pretendía representar una “tercera vía” entre el comunismo y el capitalismo. Sin
embargo, la “vía cristiana” se contraponía frontalmente al comunismo, que condenaba en sus
mismos principios, declarándolo intrínsecamente perverso; pero criticaba el liberalismo y el
capitalismo únicamente en sus desviaciones, y no en sus principios. Así, para los teólogos de la
revolución, la doctrina social cristiana se convertía en una fundamentación teológica del
liberalismo315.
Ya Girardi, también, se lamentaba sobre este hecho cuando decía, el proyecto político de la
izquierda revolucionaria era la toma del poder de Estado y la transformación de la sociedad en un
sentido democrático y popular a partir del poder; se puede afirmar entonces, en primera
aproximación, que ella ha fracasado, cuando no ha llegado a conquistar el poder, o a conservarlo si
lo ha conquistado; o cuando desde el poder no ha logrado la transformación de la sociedad que
había anunciado. Pero, en un sentido más profundo, la izquierda ha fracasado cuando no ha
logrado conquistar la confianza de los sectores populares, o, habiéndola conquistado, no ha
logrado mantenerla. Y no por último, sino con mayor énfasis, asistimos a la constatación que la
dimensión política de la fe es irrenunciable ya que el verdadero rostro de la Iglesia en la historia
de Nicaragua debe ser el NO vivir para sí misma. Es decir, se evidenció aún más que la Iglesia no
sólo es una agrupación que tiene una oferta religiosa, sino que es servicio a la sociedad, sirvió a
quien sufría y estuvo con las víctimas: la población. A cualquier poder desnaturalizado le es
incómodo una comunidad de creyentes que esté al servicio de las mayorías. De ahí se entienden
los abusos de poder y las amenazas, las persecuciones y trampas burlonas que fueron objeto.
Otros autores coinciden que en la época sandinista existió una suerte de gigantismo partidario. No
fueron sus adversarios quienes les condenaron. Fueron ellos mismos; sus ilusiones sobre la fuerza
propia y la ajena por un poder que de antemano ya había definido todo.
Podemos concluir con Sanabria que el conflicto Iglesia-Estado, tiene su origen
fundamental en la existencia de una estrategia gubernamental destinada a someter a la Iglesia, a
314
En la práctica, las fronteras entre información y ficción –entre la verdad y la mentira– se evaporen constantemente
en los medios de comunicación de modo que sea imposible conocer con objetividad lo que ocurre a nuestro alrededor.
En efecto, no hay literalmente reducto del conocimiento –ni siquiera las ciencias exactas– donde no pueda llegar la
ideología con su poder distorsionador a entronizar mentiras útiles para la causa. Cf ID., cit., «Jean François Revel».
315
ID., Giulio Girardi y la refundación de la esperanza, 62.
110
desvirtuar el Evangelio y a sustituir a Cristo por las nuevas deidades revolucionarias. Pero,
muchas veces, los políticos olvidan que la fe, lejos de ser el opio de los pueblos, contiene
consecuencias sociales, políticas y familiares sin que te los dicte el escritorio del teólogo
embebido del método marxista, sino que se extrae directamente del Nuevo Testamento, de Jesús
de Nazaret. En efecto, afirma Mons. Silvio José Báez, O.C.D., (1958-) carmelita descalzo y obispo
Auxiliar de Managua, que la fe es la expresión más movilizadora de la historia, y nunca separa de
la realidad política, del corazón, de las ideas y de los pueblos316. Al cristiano se le pide que esté
dispuesto a dar la vida ante el poder que somete la dignidad de la humanidad y niega la libertad o
la realización del hombre (Cf Apocalipsis 13 1-10). Lo que se aprenda de esta experiencia
nicaragüense sentará la pauta para muchas otras ocasiones que, sin duda, se repetirán.
Conclusión General
316
Entrevista televisiva concedida a Carlos Fernando Chamorro ante el contexto de las elecciones municipales de
Nicaragua en el programa Esta Semana, 30 octubre 2017.
317
Incluso lo grafica mejor el doctor Solórzano, sin ser categórico, al decir que el “nica” no es “telúrico” como dijo
Keyserling, para vivir en función de la gana, sino “primitivo”, pues, vive en función de la tierra y de las pasiones
primitivas sin regirse por la voluntad y la decisión, o bien, es espiritualmente “intuitivo”, perezoso para pensar, pero
siempre listo a especular espiritualmente y a sentir y soñar (los sandinistas en su paraíso terrenal revolucionario). Cf
C.J. SOLÓRZANO, cit., Nosotros. Los nicaragüenses.
111
Como habíamos escrito en la introducción, casi todo está por escribirse y/o mejor re-
escribirse. Aquí, pretendimos ofrecer una problematización accesible de lo socio-eclesial a
aquellos que exigen una exposición del fenómeno cristiano inteligible y justificante de su presente,
en el cual está en juego, evidentemente, el futuro de nuestros pueblos. Al menos hicimos el intento
de hipotizar y defender nuestro punto de vista desde una actitud reflexiva a 360 grados. Sabemos
que no todo es malo-bueno, ser verdad o no, moralmente aceptable o no, ficción o realidad.
Este trabajo de investigación, concebido como mediación y re-conocimiento, examinó la
mestiza situación histórica de la Iglesia católica nicaragüense entre 1968 -1985. Intentamos a
través de los capítulos, procesos y personajes claves no ser demasiado “especializado” de tal modo
que parezca tener ya poco que ver con la vida de la gente que vivió esos años… Fue el intento de
visibilizar las condiciones aproximativas de la realidad nacional cargadas de las herencias del
Patronato, de la trama de la Modernidad, la influencia de Washington, Medellín y la Santa Sede y
las discontinuidades culturales y políticas de los regímenes novecentescos. Nos esforzamos en
ofrecer una propuesta de reflexión alternativa para pensar la memoria318 moduladora del campo
socio-eclesial injertándose en el gran abanico de la problematización del período señalado. Sin
estar de acuerdo, sustancialmente con el pensamiento que concibe el “inevitable infortunio de ser
nicaragüense” (sobre todo de Solórzano-PAC-Zepeda Henríquez), planteamos con ellos la
identificación de un sustrato mestizo como punto de partida de nuestra identidad nacional. Y lo
hemos hecho.
Según Serrano Caldera, ésta parece ser la ecuación algebraica que persigue (y que ha
tratado siempre de ser rota, siendo quizás el secreto mantenerla) a la vida político-social de nuestra
nación: Pacto → Reformas / Constituyente → Reelección / Continuismo → Dictadura = Guerra /
Revolución → Elecciones → Pactos319.
318
Entendida como uno de los espacios dónde podemos entender la relación entre política y afectos y los vínculos
entre procesos colectivos y construcciones subjetivas. Véase a F. SOTO, «Memorias de la Revolución Sandinista en la
frontera agrícola de Nicaragua» en Seminario internacional "Memoria, cultura y ciudadanía", IHNCA-UCA,
Managua 2011.
319
Cf S. TERÁN ̶ F. QUEZADA, «partidos políticos y movimientos sociales en la Nicaragua de hoy», en La
democracia y sus desafíos en Nicaragua, CIELAC, Centro Interuniversitario de Estudios Latinoamericanos y
Caribeños Fundación Friedrich Eber, Managua 2005, 114. Disponible on line en
http://bibliotecavirtual.clacso.org.ar/Nicaragua/cielac-upoli/20120813015327/03partidos. Serrano caracteriza nuestra
historia "como un movimiento circular en el que la violencia es recurrente con algunos espacios en los que callan los
tiroteos y surgen las componendas políticas, las que, insuficientes en sus alcances y espurias en sus intenciones, abren
camino de nuevo a la violencia y a la “cultura” de la confrontación y el balazo, para dar paso, una vez más, a un nuevo
pacto en el que se redistribuyen las cuotas de poder... y así, sucesivamente.
112
El autoritarismo, la intolerancia y el caudillismo, han sido, entre otros, vicios periódicos
que afloran en esa ruleta que gira entre el enfrentamiento y las componendas de los intereses
dominantes320. Ante la encrucijada del tiempo presente reafirmamos, pues, la reflexión de Serrano
Caldera sobre Nicaragua que participa de la condición general de América Latina y por ende de
sus frustraciones y esperanzas, a la vez que, como es elemental suponer, participa también de sus
propias características y de su crisis particular, representada entre otras cosas, por la intransigencia
y la polarización política. Compartimos también la afirmación, aparentemente atrevida y audaz
como la califica su propio causante, que «la democracia, en la práctica, es un régimen para
beneficio de las minorías que se ejerce a nombre de las mayorías» 321. Por otro lado, ya PAC
afirmaba en los años 40 del siglo pasado: La riqueza de nuestra unidad está en nuestra diversidad.
Otros buscan ser uniformes. Nosotros somos universales. Unidiversos322.
Sin embargo, comprobamos que los gobiernos en nuestro país han buscado sus vías
centrípetas. Nicaragua ha sido a lo largo de toda su contingencia un país muy polarizado; muy
ideologizado. Del mismo modo, los estudios que conocemos han estado a cargo de observadores
que, a su vez, han sido, o son en el momento de escribir, militantes de un partido o se sienten
orgullosos de abrazar una ideología que no se preocupan en oculta, echando a perder la mejor de
sus hipótesis323. Hemos comprobado que la causa principal de los males que acechan al país es la
insultante incultura política del mundillo social y de la burguesía nicaragüense. Igualmente, nos
topamos con una cruda realidad: carecemos de una historia interesante, por el bandidismo que ha
reinado en nuestras tierras, un sabotaje a la nobleza de sus habitantes. Pero NO ocultamos que
hemos sido el peor enemigo del calificativo de “bondadosos” por los extranjeros, oculto por “la
bruma falaz del conformismo y la complicidad”. La nicaragüanidad, parienta sanguínea de la
bondad, fue minimizada y negada, y terminó por eclipsarse a lo largo de su historia, y se pone al
servicio de los poderosos por fanatismo o apetito prebendario
320
A. SERRANO CALDERA, La Unidad en la Diversidad. En busca de la Nación, 2 da edición, Ediciones Progreso,
Managua 1998, 114.
321
ib., 11. 127.
322
Cf J.E., ARELLANO, Pensadores, 229.
323
Así, conocemos una historia del liberalismo, como doctrina, contada por sus adversarios conservadores o, al
contrario, una del conservatismo analizada por liberales. Los marxistas tampoco se han librado de este vicio; analizan
su historia y la de sus adversarios con una perspectiva más bien maniquea y positivista. Es decir, justifican su
aparición por la necesidad de un desarrollo tenido por inevitable donde sancionan como legítimos sus actos y
censurables los del enemigo. Por supuesto, existe también la versión propia de cada uno en la que se absuelven, con
más o menos inteligencia, de los cargos de sus opositores; sin duda, es muy difícil, casi imposible, ser juez de la
propia causa.
113
Quizá se cumple con este aforismo “el opio de los intelectuales” (como llamó Aron al
marxismo en un ensayo célebre) pues, la obnubilación llegó a tal extremo que el inteligente Sartre
había declarado, a su regreso de un viaje a Moscú: “La libertad de crítica es total en la Unión
Soviética”. Pero el anhelo de libertad no debe desterrarse de nuestra agenda, pues, sabemos que no
hay palabra que representen mejor la idea de civilización y que esté más reñida con todas las
manifestaciones de la barbarie que han llenado de sangre, injusticia, censura, crímenes y
explotación la historia humana. La historia de la Iglesia en América Latina, y más aún la de
Nicaragua, está como enclaustrada en el mero nivel de las publicaciones científicas, que
necesariamente no llegan al gran público, cristiano o no, y que dejan al nicaragüense sin una de las
dimensiones constitutivas de su evolución propia como cultura. El creyente, investigador o no,
necesita más que nunca conocer la vigencia y continuidad de su tradición. Aún en el siglo XXI
somos herederos de una historia de explotaciones e injusticias coloniales, y con una cultura-
histórica, en su defecto, “dependiente” del acaecer histórico de la Iglesia europeizante. Además,
sabemos que existen vínculos entre el ejercicio de la ciudadanía, las políticas de la memoria, es
decir, los usos políticos del pasado y la vivencia de la fe. Y en Nicaragua conviven y coinciden
estrechamente. Por ello, aproximarse al análisis de la historia de la Iglesia en Nicaragua, no como
pasatiempo de aficionados y diletantes o bien como parte de la administración instrumental
privada o estatal, es una herramienta indispensable para la elaboración de nuestra memoria crítica
y para el ejercicio de una ciudadanía y vida de fe activas evitando la desagregación social y
eclesial.
No obstante, comprobamos una caída en las ofertas culturales de memoria histórica hechas
al individuo-ciudadano. En tiempos de la Independencia, los augurios para la nación eran, según
el Licenciado Jerónimo Pérez, que no había nobleza que combatir ni prepotencias del clero que
dominar, ni militarismo que vencer ni esclavitud peligrosa que poner en libertad. Sabemos que los
hechos no coinciden con la justicia del nuevo ordenamiento. Tanto la personalidad del Obispo
García Jerez como las concepciones sociopolíticas del criollismo modernista obraron distinto. Es
decir, la historia misma sorprende a los historiadores. Y en la de Nicaragua hay mucha tela.
La cultura (cómo hacemos las cosas en un determinado lugar), es más pesada que las
ideologías, es decir aquello que se fragua en nuestra inconsciencia, decía el doctor Emilio Álvarez
Montalván. Analizando al “nica” (nicaragüense) desde la antropología cultural, hemos intentado
delinear su identidad variada y multimestiza (subconsciente colectivo, valores, símbolos,
114
arquetipos), desde un hombre desafortunado a un hombre sabio. En Nicaragua, el hombre que
nació para el bien, de pronto, por las diversas circunstancias, se trasformó en un personaje de
inconsciente grandiosidad. Nos referimos a la definición del nicaragüense, no sin riesgos de
generalizar, como aquel que engaña, que vive egoístamente la fantasía, como productor de
crueldades, colectivizándose en un verdadero caudillo “truquero” y artista mafioso como Rodrigo
de Contreras, Cleto Ordoñez o los Somoza y sus “colonias”. Pero a la vez, es aquel hombre
bondadoso, de moral alta y viejo sabio como el cacique Nicarao (Cultura Náhuatl), Valdivieso,
Sandino, Rubén Darío o Coronel Urtecho. El nicaragüense creyente o no, ha debido enfrentarse a
los poderes externos del español o el norteamericano, el ruso u hoy el chino. Sin embargo,
negando sus responsabilidades, se olvida de sus propios errores y egoísmos que ha tenido
consecuencias desastrosas.
Sin embargo, supimos que es todo voluntad de vivir. Es un gran optimista. Y es necesario
que lo sea, decía el doctor Solórzano, «para que puedan sobrevivir en medio de tantos malos
gobiernos, de tanta desgracia, de tanta pobreza» 324. La problemática que enfrentábamos no fue
menor. Nuestro ensayo intentó morder carne en asuntos, que aún hoy son de ardiente actualidad.
Ahora mismo, y es la motivación preponderante de este trabajo, es revertir la tendencia de que el
conocimiento de la historia nacional, no ha impedido que quienes organizan la vida de los demás y
orientan la marcha de la sociedad, sigan cometiendo los mismos errores y provocando las mismas
catástrofes, porque sus decisiones continúan siendo dictadas por el prejuicio, la pasión o el instinto
antes que por la razón. En la misma línea de Revel, pensamos que en Nicaragua de los años 80 se
vivió la realidad de las sociedades libres quienes habían perdido la batalla ideológica ante el
mundo totalitario y podían, en un futuro no demasiado remoto, perder también la otra, la que las
privaría de su más preciado logro: la libertad. Se revirtió en las elecciones de 1990. Pero,
desgraciadamente, se volverá a ver en el nuevo milenio.
La gran desgracia del siglo XX es haber sido aquel en el que el ideal de la libertad fue
puesto al servicio de la tiranía, el ideal de la igualdad al servicio de los privilegios y todas las
aspiraciones, todas las fuerzas sociales reunidas originalmente bajo el vocablo de “izquierda”,
embridadas al servicio del empobrecimiento y la servidumbre. Esta inmensa impostura ha
falsificado todo el siglo, en parte por culpa de algunos de sus más grandes intelectuales. Ella ha
corrompido hasta en sus menores detalles el lenguaje y la acción política, invertido el sentido de la
324
Cf J.E. ARELLANO, «El identitario nacional de Solórzano», en El Nuevo Diario, 30 julio 2010.
115
moral y entronizado la mentira al servicio del pensamiento, concluía J.F. Revel en El
conocimiento inútil (1988). También habla de que en los países subdesarrollados, la “traición de
los clérigos” no suele obedecer a opciones ideológicas, sino, en la mayoría de los casos, a puro
oportunismo: porque ser “progresista” es la única manera posible de escalar posiciones en el
medio cultural –ya que el establishment académico o artístico es casi siempre de izquierda– o,
simplemente, de medrar… pero mi optimismo es el de Vargas Llosa cuando dice que por lo
general, los pueblos –esas mujeres y hombres sin cara y sin nombre, las “gentes del común”, como
los llamaba Montaigne– son mejores que la mayoría de sus intelectuales: más sensatos, más
democráticos, más libres, a la hora de decidir sobre asuntos sociales y políticos.
La ventaja de la democracia es que en ella el sentir de esas “gentes del común” prevalece
tarde o temprano sobre el de las “élites”. Ahora bien, nosotros sabemos que la historia constituye
la comprensión cultural de un pueblo, cuando se la expone con sentido, y mucho más en la
comprensión cristiana cuando se muestra la teleología escatológica -el sentido de la historia que
tiende hacia el Cristo que vendrá porque ha venido- del pueblo, del continente; es aquí donde la
historia se hace «maestra-de-vida».
Atrevidamente Dussel afirma que la presencia de la cruz en el origen de nuestra historia es
como besos divinos que nos garantizan la pureza de nuestra fe y la alegría de saber que, en toda
circunstancia, feliz o desdichada, no estamos solos en la lucha contra el mal y en la búsqueda y
realización del bien común. Y compartimos esta interpretación. Porque estamos convencido de
que si los nicaragüenses somos capaces de equivocarnos y de enfrentarnos unos con otros, también
tenemos capacidad de unimos y llegar hasta últimas consecuencias para conseguir la paz y el bien
en general.
Pero de inmediato se nos viene a la mente que nuestra soberanía ha parecido constantes
ultrajes, y recordamos que el “nica” es como un personaje prosaico y fragmentado, como dijo el
historiador Solórzano. Con él nos lamentamos que mayormente [el nicaragüense en toda su
historia] pertenece a una clase o a una ideología, no a su país. Que fácilmente se adapta en el
extranjero y olvida sus raíces. Carece de patriotismo y de nacionalidad “como algo concreto y
existente”325. Además, traemos a colación las palabras del mismo Solórzano, cuando escribe:
116
las olas económicas e ideológicas que nos lleguen de los vaivenes del mundo exterior
[…] seguiremos siendo una hoja seca en aguas caprichosas […]; huérfanos
internacionalmente, visto por los grandes países como algo sin importancia, hemos
sido un país niño, que ha vagado demasiado tiempo en harapos en las calles de la
historia326.
Desde ahora – y en primer lugar ̶ el deber eclesial hacía la sociedad que evangeliza será
incluir las fuerzas sociales del país, sin excluir a nadie. Y el trabajo se inicia dentro de la Iglesia.
La dificultad de hacer de Nicaragua una nación, surge de la ausencia de una consciencia de
nacionalidad, escribe Alejandro Serrano Caldera en el prólogo a El Nicaragüense de Pablo
Antonio Cuadra327. El doctor Solórzano, agrega que, ignorantes de nuestra historia, la mayoría de
los nicaragüenses estamos poseídos de inconsciencia cívica328. Necesitamos aprender a hablar
entre nosotros, creer que podemos estar juntos sin ofendernos, que, en efecto, no tenemos todas las
respuestas. Urgentemente debemos favorecer la confianza entre nosotros y la observancia de un
auténtico código de ética, además de fomentar el respeto de la persona humana desde un enfoque
holístico, para que nos respeten en el mundo. Ninguno de nuestros problemas está resuelto.
Necesitamos un largo proceso de educación para cambiar. Por fin, la opción por los oprimidos
como sujetos es un gesto de audacia, porque nos comunica la esperanza y el valor necesarios para
asumir consecuentemente la tarea de educadores y educadoras populares, entendida en toda su
complejidad y responsabilidad, como la tarea de constructores de personas y pueblos nuevos,
protagonistas de una nueva sociedad329.
Y la Iglesia, en su función espiritual, no debe renunciar a su misión de humanizar,
sensibilizar, conjuntar, las humanidades (grupos sociales) que gobiernan al nicaragüense. Desde
la base de una verdadera tolerancia, la Iglesia debe acompañar a los agentes sociales para romper
paradigmas, de aquellos patrones culturales de interacción en cuanto a la política, la economía y la
sociedad. Con la reserva social que permite cuestionar al otro, en Nicaragua, debemos romper con
la cultura del epíteto agresivo, las cadenas del “apellido” de la política y la Iglesia nicaragüense.
Su voz profética ante la realidad social, debe volver a sonar, con fuerza, el cuerno del jubileo, a
imitación de san Juan Pablo II (lo dijo en inglés), en México: «! No más violencia […], no más
326
Cf J.E. ARELLANO, Pensadores, 181.
327
P.A. CUADRA, El Nicaragüense, Editorial Unión, Managua 1967.
328
ID., Pensadores, 178.
329
Cf B. FERNÁNDEZ, cit., Girardi, 70.
117
tortura u otras formas de abuso […] ¡No más explotación del débil, discriminación racial o ghettos
de pobreza! ¡Nunca jamás!»330.
Serrano Caldera, dijo una vez que la historia es un sendero circular en la que el futuro es
un pasado que regresa. Nosotros sabemos que «a partir de 1979 el país sufrió una conmoción total:
política, económica, social, familiar y moral de la que aún no se recupera; una transformación que
se topó con su carácter desordenado y disolvente, y que ha trascurrido como una pesadilla. Y
quizá, agrega el doctor Carlos J. Solórzano: después de la orgía ideológica y la locura del cambio
radical, es probable que venga el orden y la moderación de las pasiones»331. De modo que, como y
desde la Iglesia servidora de la nación, debemos pensar no sólo qué país dejamos a las nuevas
generaciones, sino también qué nuevas generaciones de nicaragüenses queremos dejar a nuestro
país. Una vez más, sobre la dimensión política de la vida del cristiano, dice san Óscar Romero que
“el cristiano verdadero debe preferir su fe y demostrar que su lucha por la justicia es por la justicia
del Reino de Dios, y no otra justicia”.
Pero en nuestra historia, la imposibilidad de ver colmadas los ideales de administrar un
sistema cívico basado en coincidencias políticas, como afirmó el educador racionalista, Máximo
Jerez, «se deben al hecho de que nos hemos empeñado por imponer al pueblo la democracia antes
de enseñarle a amarla»332. Lo importante entonces, lo urgente —puntualiza Solórzano— es la
identificación de unos con otros y ser nosotros mismos. No estamos condenados a repetir las
desavenencias de un círculo de violencia y división. Históricamente, tenemos una gran brecha
entre lo que decimos y lo hacemos. La historia de nuestra historia tiene mucho que ofrecernos.
A la vez, el Papa Francisco afirma que “hacer política inspirada en el evangelio desde el
pueblo en movimiento puede convertirse en una manera potente de sanear nuestras frágiles
democracias y de abrir el espacio para reinventar nuevas instancias representativas de origen
popular”333. Y, en fin, la esperanza del pueblo nicaragüense, como decía el poeta peregrinante,
PAC, debe ser capaz de transformar la agonía del calvario sufrido bajo el agobio de crueles
dictaduras de uno u otro signo ideológico, en fe de resurrección.
330
Cf JUAN PABLO II, «Homilía en la misa de clausura del sínodo para América», Basílica de Guadalupe, Ciudad de
México 23 enero 1999.
331
Cf ID., Pensadores,179.
332
ib., 91. Ver E. GUZMÁN, Retrato a pluma de Máximo Jerez, Tipografía Nacional, Managua 1899. S. SALVATIERRA
Síntesis de la personalidad de Máximo Jerez, Tipografía Progreso, Managua 1955.
333
FRANCISCO, Mensaje a los miembros de la Academia de Líderes Católicos, reunidos en la Comisión Pontificia
para América Latina, Roma, 04 marzo 2019.
118
Y el ensayista José Emilio Balladares escribía: Nada muere. En el aire hemos sembrado
nuestra estrella y podemos levantar el pensamiento y sostenerlo sobre el puro azul 334. Igualmente,
recordamos las palabras del Arzobispo de Managua: «la paz será palabra vacía mientras no se
funde en el orden; un orden basado en la verdad, establecido de acuerdo con las normas de la
justicia, sustentado y henchido por la caridad y, finalmente, realizada bajo los auspicios de la
libertad»335. Terminando, hablaremos en primera persona del singular: yo soy nica, y regresaré a
vivir en un gran país que nació del genocidio y se construyó de la explotación de los indígenas. Si
reconocemos nuestro lado oscuro y reparamos el daño causado, nos hacemos libres para ser
mejores personas y para hacer el bien por los demás, como rezan los santos versos de la Escritura.
Por su parte, los obispos latinoamericanos en Puebla nos recuerdan que la historia de la
Iglesia es, fundamentalmente la historia de la Evangelización de un pueblo que vive en constante
gestación, nace y se inserta en la existencia secular de las naciones. La Iglesia, al encarnarse,
contribuye vitalmente al nacimiento de las nacionalidades y le imprime profundamente un carácter
particular336. Y en 1968 los obispos nos recordaban las palabras de san Pablo VI sobre la vocación
de América Latina (y por ende de Nicaragua) a aunar en una síntesis nueva y genial lo antiguo y lo
moderno, lo espiritual y lo temporal, lo que otros nos entregaron y nuestra propia originalidad 337.
Y en estos días recordé un pasaje de la fábula de Alicia en el país de las maravillas, cuando
pregunta a la Ada: ¿me ayudarás a volver a casa? Y la Ada le contesta: No necesitas que nadie te
ayude. Siempre has tenido el poder para regresar a casa. Responde Alicia: ¿SÍ? Si, ¡siempre
tenemos el poder de leer nuestra historia y ser mejores, «invocando a Jesucristo, camino para la
conversión, la comunión y la solidaridad»338!
334
Cf J.E BALLADARES, «Pablo Antonio Cuadra, peregrino de la esperanza» en Revista Iberoamericana 157 (1981)
LVIII 971-985.
335
Cf Mensaje por Navidad y Año Nuevo 1974, a un año de la tragedia del Terremoto de Managua. Cf ID., Historia,
1073.
336
Cf ID., Tercera Conferencia General Del Episcopado Latinoamericano, La evangelización en el presente y en el
futuro de América Latina, Puebla 1979, 4.
337
Cf ID., Segunda Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, La Iglesia en la actual trasformación de
América Latina a la luz del Concilio, Medellín agosto-septiembre 1968, 7.
338
CF. JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Ecclesia in America, 22 enero 1999, 76 en AAS 91 (1999) 814.
119
120
Índice
Introducción ………………………………………………………………………........ 3
SUMAR PÁGINAS
CAPITULO I:
ANTECEDENTES. SITUACIÓN DE LA IGLESIA BAJO EL PATRONATO Y
COLONIZACIÓN. NACIMIENTO DE UNA TRAGEDIA NACIONAL .............. 10
1. Comienzos de la presencia de la Iglesia en Nicaragua ...………………....... 10
El ibérico, amigo-enemico de los indios en Nicaragua ...…………….... 10
Misiones en un contexto amerindio colonizado ..……………………....... 11
2. El proceso de colonización y la defensa de los indios ............................ 12
El precoz sistema colonial nicaragüense ..………….…………………..... 12
3. Una contestación al poder de la familia Contreras .............................. 14
Conclusión del primer capítulo ..…………………………………….................. 18
CAPÍTULO II:
121
DE LA LUCHA INDEPENDENTISTA A LAS RELACIONES CON LA DINASTÍA
SOMOCISTA…………………………................……………………………....... 20
1. Durante las luchas independentistas .......…………………………….….. 20
Sociedad e Iglesia a inicios del siglo XIX .………………………….... 20
Vida religiosa y primeros movimientos populares. …………………. 22
El convulso panorama de los años de la Independencia .………….. 23
Los funestos años entre 1824 y 1827.
Las primeras guerras civiles ..............................…………….…..... 27
2. Dominio estatal sobre la Iglesia y la constante búsqueda de la paz ... 27
3. A la venia de Washington ...………………………………………….......... 31
4. Nicaragua en el siglo XX, bajo la intervención
de los Estados Unidos e Iglesia ......……......................................... 32
La ascensión al poder y ejercicio de la autoridad laica
del General. José Santos Zelaya ….................................................….......... 32
Dinámica eclesial en el post-zelayismo y el Lomazo de Emiliano .…... 35
El Espino Negro, el General Sandino y la Guardia Nacional ..........… 38
5. Las sucesiones dinásticas, represión e Iglesia ..……………………….…….. 48
Somoza II, a 25 años del asalto al poder ….………………………….….. 48
Sociedad e Iglesia ante Somoza Forever ......................................... 49
Un ministerio singular: Monseñor Calderón Padilla ....................... 53
1968: Posturas internas ante la necesidad de reformas ……............. 54
6. El Encuentro Pastoral de Managua, 1969 ……………..…………............. 56
7. Inicio del declive de la dinastía somoscista ..……………………….......... 58
El Kupia Kumi y los estudiantes. Las Cartas Pastorales
y el terremoto de 1972 ............................................................... 58
El comando guerrillero en la casa de “Chema” Castillo
y la sangrienta reacción de la Guardia Nacional ........................ 64
La Iglesia en el contexto de estado de insurrección nacional ...... 66
Conclusión del segundo capítulo ...…………....………………................... 72
122
CAPITULO III:
LA IGLESIA Y EL ESTADO SANDINISTA. EL CONTEXTO DE
GUERRA CIVIL HASTA 1985............................................................... 76
1. Nociones generales sobre la revoluciòn nicaragüense (18 julio 1979) ... 76
2. Problematizaciones teológicas latinoamericanas en Nicaragua ........... 80
Concepto de hombre y economía en el proyecto
de sociedad sandinista ....................................................................... 83
Una sociologia del nicaragüense ............................................... 85
3. Sobre las CEB, los sacerdotes ministros
y la paz eclesiástica nicaragüenses ............................................ 87
4. Los problemas político-sociales giran hacia
la violencia contra la Iglesia ....................................................... 96
5. 4 marzo 1983. El papa en Nicaragua. Regocijo de los fieles
y el accionar de las "turbas"........................................................ 100
6. El estado de guerra civil en cifras
y efectos socio-religiosos hasta 1985 ......................................... 103
Conclusión del tercer capítulo ....................................................... 108
123
124
Autores citados AUMENTAR PÁGINA SEGÚN LA REESTRUCTUTACIÓN1
A
Arguello A., 3 o 5
Ayón T., 3 o 5, 9
B
Bancroft H., 3 o 5
Barahona E., 42
Barberena A., 45
Barni J.L., Mons., 54, 55, 56,64, 101
Benzoni G., 3
Boff L., 82
125
C
Cardenal E., 48, 21, 55, 94, 93, 102
Cardenal F., 64, 80, 94, 95
Chamorro P.J.,
126
Bibliografía
Fuentes
________ AGG Archivo General del Gobierno, Guatemala (Desde 1972 AGC Archivo General de
Centroamérica)
________ AGIS, Archivo General de Indias, Sevilla, Sección Audiencia de Guatemala
________ Archivos históricos de la República de Nicaragua, Managua 1896.
ARGÜELLO A., Historia de León Viejo, Editorial Antorcha, León 1969
AYÓN T., Historia de Nicaragua, 1502- 1852, 2a edición, Fondo de Promoción Cultural BANIC,
Santa fe de Bogotá 1993
________ Historia de Nicaragua, III, Madrid 1956
BANCROFT H., History of Centro América, Universidad de Berkeley, California 1890
BARAHONA E. (ed.), Recuerdos, 1888-1938, Bodas de oro sacerdotales Ilustrísimo y
Reverendísimo Arzobispo J.A. Lezcano y Ortega, Managua 1938
127
BARBERENA A., Memoria de la visita presidencial a Granada. Agosto 1940 […], Escuela
Tipográfica Salesiana, Granada 1940
BARNI J.L., De cara al futuro de la Iglesia en Nicaragua. Primer Encuentro Pastoral, VEGA P.A.
(ed.), Ediciones Fichero Pastoral, Managua 1969
BENZONI G., La Historia del Nuevo Mundo, Caracas 1967
BOFF L., Iglesia. Carisma y poder, Santander 1982
________ Boletín del Archivo General de la Nación 2-3 (1980)
________Boletín informativo de la Arquidiócesis de Managua, 27 de mayo de 1974
CARDENAL F. S.J., Faith and joy. Memoirs of a revolutionary priest, Mary Knoll, Orbis book,
New York 2015
CELAM, Tercera Conferencia General Del Episcopado Latinoamericano, La evangelización en el
presente y en el futuro de América Latina, Puebla 1979
________ Segunda Conferencia General Del Episcopado Latinoamericano, La Iglesia en la actual
Trasformación de América Latina a la luz del Concilio, Medellín 1968
CHAMORRO ZELAYA P.J., Historia de la Federación de Centroamérica, 1823-1840, Ediciones
Cultura Hispánica, Managua 1951
CHAMORRO CARDENAL P.J., Estirpe sangrienta: Los Somoza, Editorial Triángulo, Buenos Aires
1959. (original fue publicada en México en 1957)
________ Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y
organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía, VII, Madrid 1867
CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, «Constitución Pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual
Gaudium Et Spes, 7 Diciembre 1965», en AAS 58 (1966)
CONFERENCIA EPISCOPAL DE NICARAGUA «Carta Pastoral de la CEN a los hombres de buena
voluntad, 2 agosto 1978» en Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Carta Pastoral de la CEN, 2 agosto 1978», en Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Carta pastoral de la CEN “Compromiso cristiano para una Nicaragua nueva”, 17
noviembre 1979», en Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Carta Pastoral de la CEN el hombre, la Iglesia y la sociedad: Algunas notas para
facilitar la reflexión y el diálogo en materia de “deber político”, 6 agosto 1974», en Magisterio de
la CEN 1972-2015
________ «Carta pastoral de la CEN, sobre la educación católica, 8 diciembre 1982» en
Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Carta Pastoral de la CEN, sobre los principios que rigen la actividad política de toda la
Iglesia como tal, marzo 1972» en Magisterio de la CEN 1972-2015
128
________ «Comunicado de la CEN, sobre la publicación no autorizada de una misa popular, 9
noviembre 1976» en Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Declaración de la CEN, sobre las amenazas al orden público, 27 mayo 1974» en
Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Mensaje de la CEN al Pueblo nicaragüense, 2 junio 1979», en Magisterio de la CEN
1972-2015
________ «Mensaje de la CEN al pueblo católico y a todos los nicaragüenses, iniciando la
reconstrucción, 30 julio 1979» en Magisterio de la CEN 1972-2015
________ «Mensaje de la CEN, Renovando la esperanza cristiana al iniciar el año 1977, 8 enero
1977» en Magisterio de la CEN, 1972-2015
________ «Mensaje de los obispos de Nicaragua ante la grave crisis de la nación, 28 enero 1978»
en Magisterio de la CEN 1972-2015
CUADRA P.A., El Nicaragüense, Editorial Unión, Managua 1967
DEPARTAMENTO DE ESTADO DE LOS ESTADOS UNIDOS, Estados Unidos y Nicaragua. Una
encuesta de las relaciones entre 1909 y 1932, Oficina de impresión del gobierno, Washington,
D.C. 1932
DÍAZ LÓPEZ B. A., El Instituto Pedagógico de Varones La Salle en la historia de Nicaragua,
1913-2013, León 1993
DUNLOP G., Travel in Central American, London, Lowgenan 1847
ESTRADA MONROY A., Datos para una historia de la Iglesia en Guatemala, I, Guatemala 1962
FERNÁNDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS G., Historia General y Natural de las Indias, IV, Editorial
Atlas, Madrid 1959
FONSECA C., Nicaragua Hora 0, I, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1982 (original de 1969)
GUANDIQUE F.E., Índice cronológico por materias, de leyes y disposiciones generales de la
República de Nicaragua, hasta junio 30 de 1945, Nueva Prensa, Managua 1946
GUIDO C., Hernán Nieto. Tragedia de un fundador de Nicaragua, Biblioteca digital, XXXI,
Alcaldía de Managua, 2019
GUTIÉRREZ G., Teología de la liberación. Perspectivas, Lima 1971
GUZMÁN E., Retrato a pluma de Máximo Jerez, Tipografía Nacional, Managua 1899
HURTADO CÁRDENAS P., Las torturas como sistema.Testimonio, Editorial Asel, Managua 1946
------------ INFORME MISURASATA, febrero – 8 abril 1982 contenida en el caso de la CIDH número
7964
129
INTERNATIONAL COURT OF JUSTICE, Case concerning military and paramilitary activities in and
against Nicaragua. Nicaragua versus United States of America. Request for the Indication of
Provisional Measures, La Haya, ICJ, 10 mayo 1984, Listado General 70
JOHANNES PAULUS II, «Encíclica Redemptor Hominis», en AAS 71 (1979)
________ «Exhortación Apostólica Ecclesia in America», en AAS 91 (1999)
________ «Discurso para los laicos, educadores de la fe, Campus de la Facultad de Ciencias
Médicas de la UNAN-León, 4 marzo 1983», en AAS I 75 (1983) 713ss.
LARREYNAGA M., Compilación de sus dictámenes jurídicos, Guatemala 1862.
LAS CASAS Fray B. de, Brevísima relación de la destrucción de las Indias, Eudeba, Buenos Aires
1966
________ Historia de las Indias, I-II-III, Fondo de Cultura Económica, México-Buenos Aires
1951. Original 1527-1564 (ca)
MELÉNDEZ C., Hernández de Córdoba. Capitán de Conquista en Nicaragua, Colección Cultural
del Banco de América, Serie Histórica IX, Managua 1976
MENDIETA Fray G. de, Historia Eclesiástica Indiana, IV, México 1945
MONCADA J.M., Estados Unidos en Nicaragua, Tipografía Atenas, Managua 1942
PAULUS VI, «Carta apostólica Octogésima adveniens», en AAS 63 (1971)
________ «Encíclica Populorum Progressio», en AAS 59 (1967)
________ Exhortaciòn Apostólica Evangelii Nuntiandi, 8 diciembre de 1975 en AAS 68 (1976)
PAX CHRISTI INTERNACIONAL, Derechos Humanos. Informe de la misión en América Central. 2
Nicaragua, octubre 1981
PROGRAMA ANTICORRUPCIÓN DE LA UNIVERSIDAD CENTROAMERICANA, La corrupción en
Nicaragua. De algunos expedientes, hechos y personajes, Imprimátur Artes Gráficas, Managua
2004
RAMÍREZ S., «Sandino y los partidos políticos», en Sesión inaugural del curso académico Centro
Nacional de Estudios Sociales – Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, Managua 1984
RANDALL M., Cristianos en la revolución, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1983
Revista Conservadora del Pensamiento Centroamericano 56, 73, 126, 152, 157, Managua, 1960
ROBLETO H., Cárcel criolla, Imprenta Tormo, San José Costa Rica 1955
SAGRADA CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, «El laico católico, testigo de la fe en
la escuela» del 15 octubre 1982
SALVATIERRA S., Contribución a la historia de Centroamérica, I-II, Managua 1939
130
________ Síntesis de la personalidad de Máximo Jerez, Tipografía Progreso, Managua 1955
SANDINO A., Manifiesto a los pueblos de la tierra y en particular al de Nicaragua, Tipografía La
Prensa, Managua 1933
________ Escritos literarios y documentos desconocidos, ARELLANO J.E. (ed.), Ministerio de
Cultura, Managua 1980
________ Pensamiento vivo, RAMÍREZ S. (ed.), Biblioteca Ayacucho, Caracas 1988
SQUIER E.G., Nicaragua: Its People, Scenery, Monuments 1852
SMUTKO G., La Iglesia católica en la Costa del Caribe de Nicaragua y la presencia capuchina
entre los miskitos, 1915-1995
THIEL B.A., Archivo Histórico Arquidiocesano, León, Nicaragua 1748
________ Travels in Central America, Particularly in Nicaragua, 1860
VEGA BOLAÑOS A., Documentos para la Historia de Nicaragua, I-XV, Madrid 1954-1956
________ «Documentos para la Historia de Nicaragua» en Colección Somoza, XVII, Imprenta
Juan Bravo, Madrid 1957
WEIGEL G., Biografía de Juan Pablo II. Testigo de esperanza, Plaza & Janes Editores, Barcelona
2000. En italiano, Testimone della speranza. La vita di Giovanni Paolo II, protagonista del secolo,
Milano 1999
XIMÉNEZ Fray F., Historia de la Provincia de San Vicente de Chiapas y Guatemala, I, Guatemala,
1929
ZÚÑIGA E., Historia Eclesiástica de Nicaragua, II, Editorial Hispamer, Managua 2011
Enciclopedias
Manuales
131
CIUDAD A. - SALMORAL M. - MALAMUD C. (ed.), Historia de América, Madrid 1992
Bibliografia general
ALEMÁN BOLAÑOS G., Un lombrosiano. Somoza (1939-1944), II, Editorial Hispania, Guatemala
1947
ALVARADO M.A., 43 años de dictadura somocista, I (1936-1947), Fondo Editorial CIRA,
Managua 2002
AMADOR A., Un siglo de lucha de los trabajadores de Nicaragua, 1880-1979, Imprenta
Universidad Centroamericana, Managua 1992
________ Antologia del pensiero politico latinoamericano, 1970
ARELLANO J.E., Breve historia de la Iglesia en Nicaragua (1523-1979), Editorial Manolo
Morales, Managua 1986
________ Diccionario de autores nicaragüenses, I-II, Convenio Biblioteca Nacional de Suecia-
Biblioteca Nacional Rubén Darío, Managua 1994
________ El Padre-Indio Tomás Ruíz, prócer de Centroamérica, Ediciones Nacionales, Managua
1979
________ Héroes sin fusil, Hispamer, Managua 1998
________ Historia general de la Iglesia en América Latina, VI, América Central, E. DUSSEL
(ed.), Ediciones Sígueme, Salamanca 1985
_________ Panorama de la literatura nicaragüense. Época anterior a Darío, 1503-1881, Editorial
alemana, Managua 1968
________ Pensadores de Nicaragua, Managua 2018
________ Tacho Somoza y su poder, 1933/1956, Managua 2016
________ Un diagnóstico de nuestro tiempo, Santander, Sal terra, 1997
ARGÜELLO A., La Cobra, Artes Gráficas, Managua 1958
ARNAIZ Á., Historia del Pueblo de Dios en Nicaragua, Centro Ecuménico Antonio Valdivieso,
Managua 1990
BIONDI MORRA B., Hungry dreams. The failure of food policy in revolutionary Nicaragua 1979-
1990, Cornell University Press, London 1993
BLANDÓN J.M., Entre Sandino y Fonseca. La lucha de los pueblos de Nicaragua y Centroamérica
y el Caribe contra las dictaduras y las intervenciones USA, 1934-1961, 4ta edición, Editorial
Fragua, Madrid 2012
132
BRADSTOCK A., Saints and Sandinistas. The Catholic Church in Nicaragua and its response to
Revolution, London 1987
BOLAÑOS DAVIS A. ̶ CASTILLO J.V., El Nicara(güe)güense, la Incultura de nuestra Cultura y
Transformación de la Incultura en Cultura, Pavsa, Managua 2018
BUITRAGO N.M., León, la sombra de Pedrarias, Managua 1962
BURNS B., Patriarch and Folk. The emergence of Nicaragua 1798-1858, Harvard University
Press, Cambridge-Massachusetts 1991
CABESTEROS T., Ministros de Dios, ministros del pueblo, Dessée de Brower, Bilbao 1983
CÁCERES J. ̶ OPAZO A., Iglesia, Política y Profecía, Juan Pablo II en Centroamérica, San José,
EDUCA 1983
CAMPA R., Il potere nell’America latina, Edizioni di Comunità, Milano, 1968
________ Conoscenza scientifica occidentale e processo politico latinoamericano, Milano, 1974
CARDENAL E., Memorias III. La revolución perdida, Ediciones Anama, Managua 2003.
CARDENAL F., S.J., Faith and joy: memoirs of a revolutionary priest, Mary Knoll, Orbis book,
New York 2015
CASALDÀLIGA P., Nicaragua, combate y profecía, Editorial Ayuso-Misión Abierta, Madrid 1986
CHAMORRO ZELAYA P.J., Origen de la Intervención Americana, Editorial La Prensa, Managua
1951
________ Enrique Guzmán y su tiempo, Editorial Artes Gráficas, Managua 1965
CHRISTIAN S., Nicaragua, revolución en la familia, Planeta, Barcelona 1986
COLE CHAMORRO A., 145 años de historia política de Nicaragua, Ed. Nicaragüense, Managua
1967
CUADRA O., La voz Sostenida, Managua 1960
CUADRA P.A., El hombre. Un dios en el exilio, P. SOLÍS (ed.), Fundación Internacional Rubén
Darío, Managua 1991
CUADRA PASOS C., Historia de medio siglo, El Pez y la Serpiente, Managua 1964
CUMMINS L., Don Quijote en burro, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1983
DE CERTEAU M.,La Escritura de la Historia, Universidad Iberoamericana, México 2006
DEVÉS VALDÉS E. – LOBATO BLANCO L., Nicaragua, Ideas. Siglo XX, Lom Ediciones, Santiago
de Chile 2005
DÍAZ LACAYO A., Gobernantes de Nicaragua (1821-1956). Guía para el estudio de sus biografías
políticas, Aldilá, Managua 2002
133
DÍAZ LÓPEZ B. A., El Instituto Pedagógico de Varones La Salle en la historia de Nicaragua,
1913-2013, León 1993
DUSSEL E., Historia de la Iglesia en America Latina. Medio milenio de coloniaje y liberación
(1492-1992), Mundo Negro-Esquila Misional, Madrid 1992
EZCURRA A.M., Agresión ideológica contra la Revolución sandinista, Editorial Nuevomar,
México 1983
FERNÁNDEZ B. ̶ JARA HOLLIDAY O. (ed.), Giulio Girardi y la refundación de la esperanza.
Desafíos de una Educación Popular Liberadora frente a la Globalización Neoliberal, CEEAL,
Consejo de Educación Popular de América Latina, Lima 2013
FORTUNY I CAPAFONS E., Quan Déu cridava: Revolució! L’església catòlica en els processos
revolucionaris del Salvador i Nicaragua (1960-2000), Edicions de la Universitat de Lleida, Lleida
2007
GÁMEZ J.D., Historia de Nicaragua, Madrid 1955
________ Historia Moderna de Nicaragua, Managua 1975
GIRARDI G., «El cristianismo, fundamento jurídico y moral de la conquista» en La conquista de
América ¿con qué derecho? San José 1988
________ Sandinismo, marxismo y cristianismo en la nueva Nicaragua. La confluencia, Editorial
Nuevomar, México D.F. 1986
GRASSI D., La democrazia in America Latina. Problemi e prospettive del consolidamento
democratico, FrancoAngeli, Milan 1999
GUEVARA O., Cien años de movimiento sindical en Nicaragua. Relatos cronológico, Nitlapán-
UCA, Managua 2017
GUIDO C., Fray Antonio de Valdivieso. Pastor, Profeta y Mártir, Centro Nicaragüense de
Escritores, Managua 2001
GUZMÁN E., Retrato a pluma de Máximo Jerez, Tipografía Nacional, Managua 1899
HARRIS R. –VALLAS C.M., La revolución en Nicaragua. Liberación nacional, democracia popular
y transformación económica, México 1985
IBARRA ROJAS E., Fronteras étnicas en la conquista de Nicaragua y Nicoya. Entre la solidaridad y
el conflicto, 800 DC-1544, Editorial de la Universidad de Costa Rica, San José 2001
JENKINS A., Nicaragua. A Decade of Revolution, L. DEMATTEIS – C. VAIL (ed.), W.W Norton
NY-London, Japan 1991
JIMÉNEZ SÁNCHEZ F., Formas específicas del proceso secularizador en los católicos de la cuidad
de Managua, UCA, Managua 1977
KLAIBER J., Iglesia, dictaduras y democracia en América Latina, Lima 1997
134
KOSELLECK R., El futuro pasado, Paidós, Barcelona 1993
KRAUDY P., Historia social de las ideas en Nicaragua. El pensamiento de la conquista, Banco
Central de Nicaragua, Managua 2001
LATTORE CABAL H., The revolution of the Latin American Church, University of Oklahoma
Press, Oklahoma 1978
LE GOFF J., Un lungo Medioevo, Edizioni Dedalo, Bari 2006. (original en el 2004)
MALDONADO M., Lux et tenebris. El doctor Manuel Maldonado ante el cadáver del doctor José
Leonard, 14 abril 1908, Tipografía Nacional, Managua 1917
MARTINI C.M., Alla fine del milenio, lasciatici sognare, Piemme, Casale Monferrato 1997
MAZÍN Ó., El cabildo catedral de Valladolid de Michoacán, Colegio de Michoacán, México 1996
MCRENATO T., Somoza. Seizure of power, 1926-1939, University of California, San Diego 1991
________ The rise of power of Anastasio Somoza Garcia. Pacific State University Coast Council
of Latin American Studies, Fullerton, California, 1978
MELÉNDEZ C. La ilustración en el Antiguo Reino de Guatemala, Editorial Universitaria
Centroamericana, San José, 1970
METCALF C., A history of the United States Marine Corps, Putnam’s, New York 1939
MONTEFORTE TOLEDO M., Centroamérica. Subdesarrollo y dependencia, II, Universidad Nacional
Autónoma de México -Instituto de Estudios Sociales, México 1972
NÚÑEZ SOTO O., (ed.), La guerra y el campesinado en Nicaragua, 3a edición, Cipres, Managua
1998
NÚÑEZ SOTO O., La oligarquía en Nicaragua, Ciprés, Managua 2006
OBANDO BRAVO M., Lección Inaugural del curso La violencia, Editorial Universitaria- UNAM,
León, 1972
PECORINI G., Salvador, Guatemala, Nicaragua, quale liberazione? EMI, Bologna 1982
PELLITERO R., Al hijo de un pontificado, Pamplona 2012
RAMÍREZ S., El pensamiento vivo, A. C. Sandino, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1984
(orig. 1981)
________ El alba de oro, Managua, Siglo XXI Editores 1984
RANDALL M., Cristianos en la revolución, Editorial Nueva Nicaragua, Managua 1983
REVEL J.F., ¿Cómo terminan las Democracias?, Planeta, Barcelona 1985 (Original, 1983)
SALAS A., ¿A dónde va la Iglesia, hoy?, Biblia y fe, Madrid 1979
135
SÁNCHEZ M. – AGUIRRE C., Pentecostalismo en Nicaragua. Iglesia y ciudadanía: una agenda
pendiente en Nicaragua, Centro de Análisis Sociocultural Universidad Centroamericana, Managua
2015
SERRANO CALDERA A., La Unidad en la Diversidad. En busca de la Nación, 2da edición,
Ediciones Progreso, Managua 1998
SERRANO SANZ M., Relaciones históricas y geográficas de la América Central, Librería de
Victorino Suárez, Madrid 1908
SOLÓRZANO C.J., Nosotros / Los Nicaragüenses, Miami 1995
SOTA GARCÍA E.E., 25 años de teología latinoamericana, Universidad Interconfesional Escuela de
Teología, México 1994
SOTO F., «Memorias de la Revolución Sandinista en la frontera agrícola de Nicaragua» en
Seminario internacional "Memoria, cultura y ciudadanía", IHNCA-UCA, Managua 2011
STIMSON H.L., La política de los Estados Unidos para Nicaragua. El Pacto del Espino Negro,
Aldilá, Managua 2004, 74
TERÁN S. ̶ QUEZADA F., «partidos políticos y movimientos sociales en la Nicaragua de hoy», en
La democracia y sus desafíos en Nicaragua, CIELAC, Centro Interuniversitario de Estudios
Latinoamericanos y Caribeños Fundación Friedrich Eber, Managua 2005
TODESCHINI S., Nicaragua. La nuova costituzione-atti, Italia, 1988
VALLE MARTÍNEZ M.A., La dictadura somocista, sus orígenes y asentamiento, Publicaciones del
comité político universitario, Managua 1980
VARGAS Ó.R., Floreció al filo de la espada. El movimiento de Sandino 1926-1939, Centro de
Estudios de la Realidad Nacional CEREN, Managua 1995
________ Historia del siglo XX (1926-1939). La crisis y Sandino, III, CEREN y Centro de
Documentación de Honduras, Managua 2001
VELÁSQUEZ C., El sentimiento religioso y sus prácticas en la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica,
Universidad de Costa Rica, san José 2004
________ Las funciones y las relaciones sociales, económicas y políticas de los miembros del
Cabildo catedralicio de la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica (1531-1859), en «Revista
Histórica» 57-58, Universidad de Costa Rica, san José 2008
WEBER M., Economía y sociedad, I, Editorial comunidad, Milán 1961
WHEELOCK ROMÁN J. – BORGE T., Nicaragua. O grande desafio, Camihno, Lisboa 1985
ZAMORA A., El conflicto Estados Unidos-Nicaragua 1979-1990, Editorial Cira, Managua 2002
ZAVALA S., Estudio de historia social y económica de América, 1990.
ZEPEDA-HENRÍQUEZ E., Mitología nicaragüense, Managua 1987
136
ZIMMERMANN M., Carlos Fonseca Amador y la revoluciòn nicaragüense, Editorial Universidad
de las Regiones Autónomas de la Costa Caribe Nicaragüense, URACCAN, Managua 2003
ZUB CENTENO M., Somoza en Paraguay, vida y muerte de un dictador, Centro de Investigación
Multidisciplinaria para el Desarrollo CIMDE- El Lector, Asunción 2014
Monografías
CEREZO GÓMEZ P., Análisis del liberalismo en las encíclicas sociales de Juan Pablo II, Roma,
2001
FERNÁNDEZ J.M., Justicia social, ni Comunismo ni propiedad absoluta: comunidad de bienes
creados, Imprenta Nacional, Bogotá 1955
FIGARI L. F., La populorum progressio, Vida y Espiritualidad, Lima-Roma 1990
HERNÁNDEZ C.D., El bien común: ¿Un paradigma de la política hoy? estudio en la reflexión
contemporánea y en la doctrina social de la Iglesia, Instituto superior de teología de las Islas
Canarias, Gran Canaria 2007
HERNÁNDEZ RUIGÓMEZ M., La Nicaragua sandinista y las elecciones de febrero de 1990.
Transición a la democracia o alternancia democrática, Universidad Complutense, Madrid 2012
LARA LÓPEZ C., Juan Pablo II y su magisterio social: identidad, autoridad y misión de la doctrina
social de la Iglesia, Pontificio Consejo Justicia y Paz-Instituto Mexicano de doctrina social
cristiana, Ciudad del Vaticano-México, D.F. 2010
MIGUEL YÁÑEZ H. - CALVEZ J.Y. (ed.), La solidaridad como excelencia, VI Jornada de reflexión
ético-teológica, San Benito, Buenos Aires 2003
MORANDÉ COURT P., América Latina: identidad y futuro, Instituto mexicano de doctrina social
cristiana, México 2007
RODRÍGUEZ F J., Doctrina social de la Iglesia y ciencias sociales: ¿de la contradicción al diálogo?
Universidad Nacional de Colombia, Bogotá 1992
Misceláneas
BARRACLOUGH S. – VAN BUREN A., Nicaragua, desarrollo y supervivencia, 1988
BENIGNO F., «Specchi della rivoluzione. Conflitto e identità politica nell'Europa moderna», in G.
CHITTOLINI, Un paese lontano, Franco Angeli, Milano 2003
BETANCOURT R. de Jesús de, «Los indios del centro-norte nicaraguense», en MEDINA T. (ed.), La
Imprenta en Guatemala, II, Tipografía Guatemala 1960
CASTILLO E., «Realidad humana de Nicaragua», en BARNI J.L., De cara al futuro de la Iglesia en
Nicaragua, Editorial Hospicio, León 1969
137
DE CERTEAU M., «El hacer de la historia» e «Historia y estructura» en Historia y Psicoanálisis.
Entre la ciencia y la ficción, GIARD L. (ed.), Universidad Iberoamericana, México 2003
DUSSEL E., «El ateísmo de los profetas y de Marx», en Comunicación a la II Semana de teólogos
argentinos, Guadalupe, Buenos Aires 1973
________ «Historia de la fe cristiana y cambio social en América Latina», en América Latina,
dependencia y liberación, G. CAMBEIRO (ed.), Buenos Aires 1973
GARCÍA N.A., «La realidad de la Iglesia en Nicaragua», en BARNI J.L., De cara al futuro de la
Iglesia en Nicaragua, Editorial Hospicio, León 1969
VEGA LACAYO F., «La Iglesia en Nicaragua, siglos XVII-XVIII» en MEDINA T. (ed.), La
Imprenta en Guatemala, I, Tipografía Nacional, Guatemala 1960, LXII
Revistas y periódicos
ALONSO J.A., «Élites gobernantes y familiares en Nicaragua», en Estudios Centroamericanos, San
Salvador, 296 (1963) 331-334
ARELLANO J.E., «El identitario nacional de Solórzano», en El Nuevo Diario, 30 julio 2010
_________ «La identidad sexual de Rigoberto», en El Nuevo Diario 12 octubre 2013
_________ «La creación de la verdadera Guardia Nacional», en El Nuevo Diario, 29 noviembre
2014
_________ «La era conservadora de los 30 años», en El Nuevo Diario, 9 julio 2016
_________ «Los Reaccionarios y su aventura política», en El Nuevo Diario, 11 agosto 2013
_________ «Sustrato ético de Martí y Mendieta», en La Tribuna 5 junio 1994
ÁVILA R., «Estado e Institución religiosa en la Nicaragua del siglo XIX», en Revista de la
Academia 74 (2013) X
Azul, periódico – órgano informativo del Ministerio de Relaciones Exteriores 12 (1951-julio)
BALLADARES J.E, «Pablo Antonio Cuadra, peregrino de la esperanza» en Revista Iberoamericana
157 (1981) LVIII
BARRETO M., «Mons. Pereira y Padilla» en Boletín de Bibliografía y Documentación 15 (1927)
BLANDON GUEVARA E., «Monseñor Calderón y Padilla» en Boletín de Bibliografía y
Documentación 125 (2004) X-XI 174-178
________ «Un Dignísimo obispo de la dignidad» en La Prensa, 15 agosto 2004.
Boletín Nicaragüense de Bibliografías y Documentación 16 (1967)
Boletín Nicaragüense de Bibliografía y Documentación 85 (1994)
138
BURNS B., «Carácter patriarcal de la sociedad nicaragüense anterior a 1858», en Revista de la
Academia 74 (2013) X
CAJINA VEGA M., «Buen, don Pedrito. Estampas de antes», en La Prensa, 14 diciembre 1982
------------ «Consulta al pueblo nicaragüense» en Barricada 9 mayo 1984
CORONEL URTECHO J., «Libros y documentos para la historia de Nicaragua», en Revista
Conservadora del Pensamiento Centroamericano 1966/2
________ «Anotaciones», en El Pez y la Serpiente 17 (1976) 81-117
________ (ed.), Prologuillo sobre la historia de la política en Nicaragua en «La familia Zavala y la
política del Comercio en Centroamérica», en Revista Conservadora del pensamiento
Centroamericano 141-142 (1972) junio-julio
CUADRA M., «La pelea de los lobos», en El Heraldo 2 octubre 1946
________ «Santo y seña. ¿Quién?», en Flecha, 6 agosto 1955
CUADRA P.A., «Apuntes sobre el nicaragüense» en Revista Conservadora del pensamiento
Centroamericano 14 (1961)
________ «El viraje cristiano de América» en La Prensa, 18 agosto 1968
________ «Las campanas anunciaron el amanecer», en La Prensa, 27 septiembre 1970. También
en Testimonio, noviembre 1970
DUSSEL E., «De la secularización al secularismo», en Concilium (1969) IX
------------ «Entretelones de la noche oscura» en La Prensa, 21 abril 2005
------------ Envío, revista del Instituto Histórico Centroamericano, UCA 19 (1983)
________ Envío, revista del Instituto Histórico Centroamericano, UCA 37 (1984) VII
________ «Gastos de defensa, 1980 – 1987» en Envío 76 (1987) VIII
FRANCO M. ̶ LEVÍN F., «El pasado cercano en clave historiográfica», en Historia reciente.
Perspectivas y desafíos para un campo en construcción, Paidós, Buenos Aires 2007
FRAZIER JR C.E.., «The Dawn of Nationalism and its Consequences in Nicaragua», en UMI
Dissertation Information Services, (1958) january
GÁMEZ J.D., «Archivo Histórico de la Republica de Nicaragua, Segunda Parte, X (1823)», en
Revista Conservadora del pensamiento Centroamericano 182 (1984)
GUTIÉRREZ G., «Historia del movimiento obrero en Nicaragua», en Cuadernos centroamericanos
de Historia 2 (1988/mayo-agosto)
GUTIÉRREZ SILVA R., «Revelaciones íntimas de la mediación política entre Chamorro y Somoza»,
en Revista Conservadora del pensamiento Centroamericano 36 (1963) IX
139
HOUSE R., «The CIA’s Nicaragua Manual. Psychological Operations», in Guerrilla Warfare,
Nueva York 1985
JANKELEVICH V., «Lo irreversible y la nostalgia», en La prensa, 3 diciembre 1974
JUÁREZ O.B., «A 430 años del martirio de fray Antonio de Valdivieso», en Revista de la
Academia 50 (2001) V
KRUIJT D., «Revolución y contrarrevolución: el gobierno sandinista y la guerra de la Contra en
Nicaragua, 1980-1990», en Desafíos (2011) II
------------ «La noche más oscura» en La Prensa 4 de marzo 2003
LÓPEZ A. – ARRÍEN J.B., «El papel de la Iglesia en la coyuntura nacional», en Encuentro 14
(1978) julio-diciembre
MADRIGAL MENDIETA L., «Iglesia y cambio social en la Nicaragua colonial y decimonónica» en
Revista de la Academia 66 (2008) IV
________ «El Régimen de Anastasio Somoza García y la cultura del paternalismo (1945-1956)»,
en Revista de la Academia, 53 (2002) V
MEJÍA FAJARDO L.E., «Oración fúnebre» en Azul 47 (1956) X
MONROY GARCÍA J., «La teología de la Liberación y su participación política en Nicaragua» en
Dialéctica 42 (invierno 2009 - primavera 2010)
MORALES URBINA E., «El liberalismo de Zelaya y la Iglesia», en Boletín Nicaragüense de
Bibliografía y Documentación 53 (1987) V
MOREL DE SANTA CRUZ P.A., «Informe al Rey», en Revista Conservadora del pensamiento
Centroamericano 82 (1967)
QUIJANO C., «Nicaragua, ensayo sobre el imperialismo de los EE.UU.», en Revista Conservadora
del pensamiento Centroamericano 149 (1975/4) 85ss
REVEL J.F., «Como terminan las democracias», en EL PAÍS, Madrid, 26 octubre 1983
RIDING A., «44 años de vergüenza en ombligo americano», en La Prensa, julio 1978
RIVAS O., «Comentario a la Pastoral» en Revista Conservadora del pensamiento
Centroamericano, 139 (1972)
RODRÍGUEZ CASTAÑEDA R., «Cómo forjó Somoza su dictadura», en Procesos 138 (1977) VI
ROMERO VARGAS G., «La familia Sacasa y su genealogía», en Revista de la Academia 73 (2013)
SELSER G., «Zeledón y Sandino», en Boletín del Archivo General de la Nación 4-5 (1980)
SMUTKO G., «Implicaciones políticas de los programas de acción social de la Iglesia católica en
Centroamérica», en Boletín del Archivo General de la nación, Managua I-VI 1980
140
TORRES RIVAS E., «El Estado contra la Sociedad, raíces de la revolución nicaragüense», en
Estudios Sociales Centroamericanos 27 (1980) IX-XII
________ «Un comando sandinista toma al asalto el Congreso nicaragüense» en El País, 23
agosto 1978
WOODWARD R.L., «Bibliografía anotada de la Iglesia en Nicaragua» en Revista de la Academia
66 (2008) IV
ZÚÑIGA E., «El Concilio Vaticano II y su aplicación en Nicaragua», en Revista de la Academia 74
(2013)
Material Multimedia
EQUIPO ENVÍO, «La Iglesia Católica en Nicaragua después de la revolución» en Envío 30 (1983)
XII. http://www.envio.org.ni/articulo/99
EQUIPO BITÁCORA MARXISTA-LENINISTA, FSLN. Las discrepancias y la creación de las tres
tendencias en Diario Octubre, 22 agosto 2015. Disponible en diario-octubre.com
GONZÁLEZ ARANA R., Iglesia Católica en Nicaragua, Universidad del Norte, Barranquilla
Colombia : https://es.wikipedia.org/wiki/Iglesia_catC3B3lica_en_Nicaragua
MONTANER C.A., ¿Por qué el socialismo es imposible?, Universidad Francisco Marroquín,
Guatemala 18 enero de 2016. https://newmedia.ufm.edu/video/por-qué el socialismo es imposible/
SECRETARIADO EPISCOPAL DE AMÉRICA CENTRAL, Mensaje de la Asamblea Anual del SEDAC,
Ciudad de Panamá, 30 noviembre 2012. http://www.iglesiacatolica.org.gt/20121130.pdf
ZUFIAUR P.L., «La Iglesia, ante los sandinistas», en EL PAÍS, 4 septiembre 1982.
https://elpais.com/diario/1982/09/04/internacional/399938403_850215.html
Artículos de Periódicos
________ «400 años del abandono de León Viejo», en El Nuevo Diario, 5 enero 2010.
https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/65471-400-anos-abandono-leon-viejo/
________ «El identitario nacional de Solórzano» en El Nuevo Diario, 30 de julio del 2010.
https://www.elnuevodiario.com.ni/opinion/80087-examen-identitario-carlos-jose-solorzano/
________ «¡General, general!! ¡Qué le hicieron al general», en ABC Color, 19 septiembre 2005.
Disponible abc.com.py
MONCADA FONSECA M., Nicaragua 1910-1937. Imposición del dominio yanqui en Nicaragua y
Resistencia Sandinista, 8. http://www.rebelion.org/docs/110909.pdf
MONTANER C.A., «¿Por qué el socialismo es imposible?», Universidad Francisco Marroquín,
Guatemala 18 enero de 2016. https://newmedia.ufm.edu/video/porqué el socialismo es imposible/
141
PABLO VI, Discurso de la Apertura de la II Conferencia del Episcopado Latinoamericano,
Medellín, C. III (24 agosto 1968) en
http://w2.vatican.va/content/paul-vi/es/homilies/1968/documents/hf_p-vi_hom_19680824.html.
VARGAS LLOSA M., «Jean François Revel», en Letras libres, Madrid 30 noviembre 2007.
https://www.letraslibres.com/mexico/jean-francois-revel
142
Dedicatoria
“habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y nada apasionados, y que ni el
interés ni el miedo, el temor ni la afición, no les hagan torcear del camino de la verdad, cuya
madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y
aviso de lo presente, advertencia de lo por venir”
M. DE CERVANTES, Don Quijote de la Mancha, l, Cap. IX
Con esta premisa cervantina deseo dedicar este trabajo a la Iglesia Arquidiocesana y a mi
abuela María Isabel Baltodano (q.e.p.d.) por sus súplicas desde el otro lado de la eternidad. Doy
las gracias a mis padres, Margarita de los Ángeles y Francisco Santiago por sus generosidades a lo
largo de mis años, a los católicos alemanes (Adveniat), a SER Leopoldo Cardenal Brenes por la
oportunidad de la beca, a mis amigos de aventura romana, y a mis profesores, por empujarme a
romper mis primeras lanzas en el campo de la investigación histórica e intentar desentrañar
algunas capas de la piel de la Iglesia nicaragüense, sobre todo, delinear con contornos más
precisos su contemporaneidad que hunde sus raíces en el creyente amerindio castellanizado.
143