Tema 16. Sistemas de Ecuaciones
Tema 16. Sistemas de Ecuaciones
Tema 16. Sistemas de Ecuaciones
Prólogo
Tiene delante el lector el decimosexto cuadernillo de la serie ”Oposiciones Matemáticas”,
concretamente el de discusión y resolución de sistemas de ecuaciones lineales, teorema de
Rouché, regla de Cramer y método de Gauss-Jordan.
Como ya expuse en prólogos anteriores, para poder enfrentarse con cierta solvencia al
examen de oposición de Matemáticas, la construcción de cada tema debe contener y di-
ferenciar tres partes: una presentación, un nudo y un desenlace. Parecen las mismas tres
partes que encontramos en una película o un libro, sí, lo son, pero es que cuando contamos
algo necesitamos que ”ese algo” tenga entidad por sí solo. Pensemos que un tribunal no es
más que nuestro público, y si queremos aprobar tenemos que ”entretenerlos”. ¿Qué mejor
forma de gustarles que contarles un cuento?
De las tres partes, la primera la utilizaremos para presentar el tema, justificar todo el
contenido que vamos a exponer y encuadrarlo dentro de la Historia y dentro de nuestra
propuesta.
En la segunda debemos ordenar todos los contenidos de acuerdo a los resultados que
vayamos a mostrar, aunque no probemos todo porque no va a ser posible con todas las
proposiciones, teoremas, lemas o corolarios que enunciemos. Pero, insisto, es necesario que
al menos se expongan en el orden correcto. Sobre esto los matemáticos somos bastante
exigentes, los lemas preceden a los teoremas, y los corolarios los suceden, por poner un
ejemplo.
Acabaremos poniendo la ”guinda” al pastel en la tercera y última parte. Bueno..., así dicho
parece más una receta de cocina que el desarrollo de un tema de Matemáticas. Básicamente
debemos acabar con un resultado importante, demostrado o no, eso importa menos, pero
sí relevante.
Para que las tres partes puedan funcionar y constituirse como un todo, es imprescindible
que sepamos a priori lo que tenemos tiempo de escribir, presentar o exponer; y para ello
es también preciso que nos preparemos el tema ”a conciencia”.
Las oposiciones de Matemáticas no son fáciles, como tampoco lo son las Matemáticas. ”A
conciencia” significa que hay que conocer todo o casi todo de lo que estamos tratando,
porque controlando el tema evitamos que él nos controle a nosotros. Cuando sabemos de lo
que hablamos, podemos improvisar en cualquier momento; no importa que no recordemos
un paso en un teorema porque sabemos dónde queremos llegar, saltamos el teorema o
el paso correspondiente dándolo por demostrado y añadimos algún otro apartado para
completar el desarrollo. Todo depende de lo que lo dominemos.
No quiero extenderme más, espero que la lectura y el trabajo con este decimosexto cua-
dernillo sea productivo para todos aquellos que quieran o bien conocer algo más de esta
ciencia o bien convertirse en profesores de Secundaria..., o ambas cosas.
Por último agradecer al lector el trabajo que está a punto de comenzar y mencionarle
que todos aquellos comentarios que considere oportunos, bien de profundización de algu-
nos puntos, bien de inconsistencias, errores o erratas en algunas demostraciones, o bien
sugiriendo nuevos apartados o secciones, puede hacérmelos llegar a través de mi correo
electrónico: jorgemorra@outlook.es. Si bien es cierto que aunque no pueda asegurar con-
testarlos, sí puedo asegurar leerlos.
Jorge Morra
Madrid, septiembre de 2020
ÍNDICE 5
Índice
Página
2. Introducción 7
6. Conclusiones 28
6 1 ¿CÓMO PREPARAR ESTE TEMA?
al final del tema, resueltos por el método de Gauss-Jordan. Elija el lector el que
considere de estos últimos.
2. Introducción
Las primeras referencias de la existencia de los sistemas de ecuaciones lineales datan incluso
de la matemática en Babilonia, aunque el problema original, o más concretamente el
método de eliminación de incógnitas, proviene de la antigua china. En el tratado Nueve
capítulos sobre el Arte Matemático, de los siglos II y I a. C. aparece el siguiente problema:
Hay tres clases de granos; tres gavillas de primera clase, dos de la segunda
clase y una de la tercera hacen 39 medidas; dos de la primera, tres de la se-
gunda y una de la tercera hacen 34 medidas; y una de la primera, dos de la
segunda y tres de la tercera hacen 26 medidas. ¿Cuántas medidas de granos
están contenidas en una gavilla de cada clase?
Lógicamente, además del problema, encontramos un procedimiento para su resolución
conocido como la regla Fang-Cheng que fue el antecedente al que conocemos como de
Gauss-Jordan o también eliminación gaussiana. El porqué lo conocemos con el nombre
de Gauss o de Gauss-Jordan se debe a que fueron ambos los que lo aplicarón de forma
habitual en la resolución del problema de los mínimos cuadrados.
Aunque el procedimiento era considerado relativamente trivial, con la llegada de los orde-
nadores se volvió casi imprescindible. La regla de Cramer, de la que hablaremos en líneas
posteriores, suponía otra forma de resolver un sistema, pero no simplificaba los cálculos.
El hecho es que de forma general, los métodos de resolución de sistemas de ecuaciones se
complicaban casi exponencialmente cuando aumentaba el número de incógnitas y ecua-
ciones. Alan Turing (1912-1954) tardó en 1946 dos semanas para resolver un sistema de
18 ecuaciones con 18 incógnitas. Aún con ello, el número de operaciones requerido en la
resolución de un sistema era obstensiblemente inferior utilizando la eliminación gaussiana,
que con los determinantes de Cramer. Esto provocó que con la llegada de la informática
comenzara a ser el más utilizado.
Pero volvamos a Cramer. Actualmente se conoce como la Regla de Cramer a un método
de resolución de sistemas de ecuaciones lineales utilizando determinantes. Es curioso que
dicha regla no se deba a Gabriel Cramer (1708-1752), sino a Colin Maclaurin (1698-1746),
aunque no se publicó hasta 1748, dos años después de su fallecimiento; y dos años antes
también de la publicación de Cramer de la misma en su Introducción al análisis de curvas
algebraicas. La razón del porqué ha llegado hasta nuestros días con el sobrenombre de
Cramer se debe principalmente a la notación utilizada por éste, más clara y concisa que la
de Maclaurin. De todas formas, ni Cramer ni Maclaurin hablaban de determinantes en su
desarrollo, ni tan siquiera un poco más tarde Bézout, quien en un trabajo presentado en
1779, Teoría general de las ecuaciones algebraicas, daba un método para resolver sistemas
de n ecuaciones con n incógnitas muy similar al de Cramer y Maclaurin.
El avance en su resolución vino con el álgebra abstracta, con las matrices y los determi-
nantes. La introducción del rango de una matriz permitió dar unas condiciones necesarias
y suficientes para que un sistema tuviera solución. En 1875 Eugène Rouché, matemático
8 3 SISTEMAS DE ECUACIONES LINEALES
francés del siglo XIX, publicó un artículo donde enunciaba el teorema que hoy conocemos
como el de Rouché-Frobenius. Curiosamente ese mismo año otro matemático francés pu-
blicaba un resultado similar; y también en Italia, Alfredo Capelli daba una variación de
la misma idea. Hasta tal punto llegan a aparecer publicaciones que en Francia al teorema
de Roché-Frobenius se le conoce como el teorema de Rouché-Fontené; en Italia como el de
Rouché-Capelli; y en Alemania y en otros países, debido a que Leopold Kronecker utilizó
los resultados de Capelli para dar una demostración alternativa, como el de Kronecher-
Capelli. En España es el matemático Julio Rey Pastor el que le da el nombre de teorema
de Rouché-Frobenius.
Nótese que cada columna j tiene precisamente las coordenadas de f pej q en la base te1i u de
m . Es más, fíjese el lector que el producto de A por el vector e es precisamente dicha
j
columna: ¨ ˛
¨ ˛ 0 ¨ ˛
a11 a12 . . . a1n ˚ .. ‹ a1j
˚ a21 a22 . . . a2n ‹ ˚ . ‹
‹ ˚ ‹
˚ ‹ ˚ ˚ a2j ‹
A ¨ ej “ ˚ . . .. . ‹ ¨ ˚ 1 ‹ “ ˚ . ‹
˝ .. .. . .. ‚ ˚ ˚ .. ‹ ˝ .. ‚
‹
˝ . ‚
am1 an2 . . . amn anj
0
Pero las columnas de H son las imágenes de los elementos de la base canónica de
n para f ` g, es decir,:
¨ 2 ˛
a11 a212 . . . a21n
˚ a2 2 2 ‹
˚ 21 a22 . . . a2n ‹
H“˚ . .. .. .. ‹
˝ .. . . . ‚
2 2
am1 an2 . . . amn2
10 3 SISTEMAS DE ECUACIONES LINEALES
donde
m
ÿ
pf ` gqpej q “ aij e1i
i“1
Por consiguiente A “ F ` G
Nos queda ver que es biyectiva. Supongamos que „pf q “ „pgq entonces F “ G, y así
aij “ a1ij para i “ 1, 2, . . . , m, y j “ 1, 2, . . . , n.
m
ÿ m
ÿ
f pej q “ aij e1i “ a1ij e1i “ gpej q
i“1 i“1
y como f y g coinciden en todos los elementos de la base, son iguales. Esto nos lleva a la
inyectividad de „.
a) f px ` yq “ A ¨ px ` yq “ A ¨ x ` A ¨ y “ f pxq ` f pyq
Observación 3.2 No vamos a demostrar, aunque hemos hecho una mención al caso, que
cuando m “ n estamos hablando de matrices cuadradas, Mnn , y de los endomorfimos
Lp n , n q. En estos espacios se encuentra definido el producto de elementos y tienen
estructura de álgebra. En Mnn es el producto conocido de matrices, y en Lp n , n q es la
composición de endomorfismos.