OIT. COVID y Desafíos en El Mundo Del Trabajo
OIT. COVID y Desafíos en El Mundo Del Trabajo
OIT. COVID y Desafíos en El Mundo Del Trabajo
NOTA PAÍS COVID – 19 y el Mundo del Trabajo: Punto de partida, respuesta y desafíos en El Salvador
El Salvador recibe la pandemia del COVID-19 en un contexto económico frágil. En los últimos 20 años, el país se
ha caracterizado por registrar bajos niveles de crecimiento económico (el promedio observado entre 2002 y 2011 fue
de 1.9% y entre 2012 y 2019 de 2.3% del PIB). El país cerró 2019 con un crecimiento económico del 2.3%. Proyecciones
recientes de CEPAL1, Banco Mundial2 y el FMI3, estiman variaciones negativas en el orden del -8.6%, -5.4% y -5,4% del
PIB en 2020 respectivamente, tal como se observa en la gráfica siguiente.
Fuente: Elaboración propia con base en Banco Mundial, CEPAL y Fondo Monetario Internacional (2020)
1
CEPAL “Informe especial COVID-19 N⁰ 5”. Julio de 2020.
2
Banco Mundial “Perspectivas Económicas Mundiales” Junio 2020.
3
Fondo Monetario Internacional “World Economic Outlook”. Abril 2020.
Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional estiman una recuperación (en forma de “V”) para
2021. El primero proyecta un rebote de la economía del 3.8% y el segundo de 4.5%. Esto no significa necesariamente
que los retrocesos en pobreza y desigualdad derivados de la contracción económica del 2020 se recuperarán
automáticamente; se requerirá que los trabajadores más afectados sean beneficiarios de la recuperación del
crecimiento económico.
La situación económica pre-crisis no solo determinará el tipo y la magnitud del efecto de los shocks derivados,
también incidirá en la capacidad de respuesta del país. Las respuestas de política a la atención de la crisis en el
corto plazo (alivio, protección y reparación) y a las medidas para la recuperación (mediano plazo) requerirán de un
importante esfuerzo fiscal por el lado del gasto, en particular, en el área de salud y seguridad social. Al respecto,
la pandemia del COVID-19 encuentra a las finanzas públicas de El Salvador en una situación delicada. En
el año 2019, el déficit fiscal alcanzó el 3.1% y la deuda pública llegó al 73.6% del PIB, lo cual limita la capacidad de
intervención gubernamental con la rapidez y magnitud que esta emergencia requiere. La economía salvadoreña,
tiene un alto grado de integración financiera con la economía internacional, ello la expone a los efectos
económicos globales del coronavirus.
La crisis económica que se avecina repercutirá adversamente en el mundo del trabajo en tres dimensiones: 1) la
cantidad de empleo disponible; 2) la calidad del trabajo; y 3) los efectos en los grupos específicos en condición de
vulnerabilidad frente a las consecuencias adversas en el mercado laboral. En cada una de estas dimensiones se
generarán presiones adicionales a las que ya los países afrontaban en la pre-crisis, que, en el mejor de los casos,
ralentizará la velocidad de reducción de los principales déficits de trabajo decente en el país.
Una estimación preliminar de los empleos actuales en riesgo desde un enfoque sectorial para El Salvador
(ver cuadro a continuación), indica que el 51,4% del total de empleo están en riesgo alto, es decir, alrededor
de 1,500,000 empleos, ubicados en los sectores económicos que se prevé sean los más afectados por la crisis
económica. Los empleos de las mujeres se verán particularmente afectados por la alta participación femenina en
los sectores de más alto riesgo ante la crisis: hogares como empleadores y comercio, hoteles y restaurantes (87.9% y
59.3% respectivamente).
Intermediación financiera e
Media 180 525 6.2% 58 970 32.6%
inmobiliaria
Transporte, almacenamiento y
Media-Alta 138 095 4.7% 17 487 12.7%
comunicaciones
Hogares como empleadores Alta 160 052 5.5% 140 701 87.9%
Comercio, hoteles y restaurantes Alta 901 818 31.0% 535 278 59.3%
1/ Incluye explotación de minas y canteras, suministros de electricidad, gas, vapor y aire acondicionado, suministros de agua, evacuación de aguas
residuales y gestión de desechos y contaminación y órganos extraterritoriales.
Fuente: Elaboración propia con base en Dirección General de Estadística y Censos (DIGESTYC), 2019. Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples 2019.
Estimaciones recientes de la OIT calculan el impacto de la pandemia del COVID-19 en el segundo trimestre 2020 en
una reducción del 10.7% de las horas trabajadas a nivel mundial equivalentes a 305 millones de empleos a tiempo
completo (48 horas semanales). Solo para América Central se espera una pérdida de 8.8% de horas trabajadas,
equivalentes a 6 millones de empleos a tiempo completo (48 horas semanales), sin embargo, a nivel de país, el
impacto en los mercados laborales dependerá de la configuración y características de los mismos4.
En el año 2019, la tasa de desempleo en El Salvador fue de 6.3%, con la pandemia del COVID-19 se prevé un
aumento significativo en la cantidad de personas desempleadas. La incidencia heterogénea del desempleo entre
distintos grupos poblacionales es una característica importante a tener en cuenta, pues el impacto en este
indicador, como lo demostró la crisis económica mundial del 2008-09, tenderá a ser diferenciado y se ensañará con
aquellas personas en condición más vulnerable.
A diferencia del resto de Centroamérica, en El Salvador la tasa de desempleo de los hombres es mayor que la tasa
de desempleo de las mujeres (7.0% y 5.4% respectivamente). La población más afectada por el desempleo son las
personas más jóvenes, de 196,747 personas desocupadas en el país, alrededor del 40.1% se encontraban en el rango
de 15 a 24 años. Los jóvenes registraron una tasa de desempleo del 13.4% frente a una tasa de 4.6% para las personas
4
Observatorio de la OIT. El COVID-19 y el mundo del trabajo. Estimaciones actualizadas y análisis. 27 de mayo 2020. Disponible en:
https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/@dgreports/@dcomm/documents/briefingnote/wcms_745965.pdf
La alta incidencia de la informalidad es un rasgo importante del mercado laboral salvadoreño, por tanto, es bastante
probable que el impacto de la crisis no se refleje únicamente en el incremento del desempleo y la informalidad,
sino también en los ingresos laborales, especialmente de los ocupados menos calificados y en la economía informal.
Lo anterior tendrá un devastador efecto en la pobreza laboral, particularmente en aquellos que actualmente no
alcanzan a generar ni siquiera el salario mínimo mensual en sus actividades económicas. No puede obviarse el efecto
que la crisis tendrá en materia de igualdad en ingresos, el cual puede ser mitigado o profundizado dependiendo de
la forma en que las políticas de recuperación y estímulo al mercado laboral se implementen.
Como se mencionó previamente, las personas jóvenes deben afrontar un elevado índice de desempleo y subempleo,
y son más vulnerables frente a una disminución de la demanda de mano de obra, como se constató a raíz de la última
crisis financiera mundial. La exclusión de los jóvenes del mercado laboral, habida cuenta de sus efectos a largo
plazo, es uno de los mayores riesgos para la sociedad en la situación actual. A largo plazo, los efectos de la crisis
en los planos educativo y profesional no solo afectan adversamente a la calidad y la cantidad de los empleos, sino que
también exacerban las desigualdades existentes tanto entre países como a escala nacional.
Los trabajadores de más edad son asimismo más vulnerables en el plano económico.
Las mujeres también son un grupo particularmente importante, a raíz de la amplia labor que desarrollan en los
sectores más afectados (en particular el de los servicios), o por realizar un trabajo de primera línea para hacer frente
a la pandemia (por ejemplo, las enfermeras). En El Salvador, el 79.5% de las mujeres que trabajan lo hacen en el sector
terciario, frente al 49,5% de los hombres. Las mujeres tienen menor acceso a servicios de protección social y soportan
En la fase inicial del brote de COVID-19, El Salvador ha aplicado dos grupos de medidas, las primeras, para hacer
frente a la propagación de la enfermedad y las segundas para mitigar sus efectos adversos en la economía y el
mercado laboral. Las medidas dirigidas a evitar la propagación de la enfermedad tienen sin duda efectos en las
condiciones económicas y de mercado laboral. Posterior a tres meses de cuarentena obligatoria, actualmente el
país se encuentra bajo una cuarentena voluntaria desde el 14 de junio. Se ha iniciado un proceso de reapertura
económica de 5 fases a través del decreto ejecutivo No. 31(Protocolos Sanitarios para la reactivación gradual por
COVID). Con la entrada en vigor de la fase 1 de reapertura de la economía desde el 16 de junio, se permitió la
vuelta al trabajo para los sectores de construcción, manufactura textil y electrónica, así como el comercio en línea,
salas de belleza, reparación y mantenimiento y parte del sector público. Sin embargo, se ha suspendido el avance
a la fase 2 (propuesto inicialmente para el 7 de julio) debido al alza de casos de coronavirus, la nueva fecha para la
fase 2 es el 21 de julio. Desde el 13 de marzo se ha decretado cierre de fronteras (terrestres, marítimas y áreas), las
cuales contemplan su apertura hasta en la última fase de reapertura económica, la cual alcanza actualmente hasta
principios de septiembre de 2020.
Respecto al segundo grupo de medidas, se resumen en el sitio web de la OIT que recoge las respuestas de política de
los países6, con arreglo a tres pilares de acción de política: a) la protección de los trabajadores en el lugar de trabajo,
b) el fomento de la actividad económica y de la demanda de mano de obra, y c) el apoyo al empleo y al mantenimiento
de los ingresos.
5
El indicador de trabajadores vulnerables representa el porcentaje de los trabajadores por cuenta propia más los familiares no remunerados
dentro del total de ocupados.
6
https://www.ilo.org/global/topics/coronavirus/country-responses/lang--es/index.htm
b) Las acciones de política dirigidas a estimular a la economía y la demanda laboral para enfrentar el
impacto de la crisis por parte de El Salvador han sido tanto de política fiscal como de política monetaria. En
materia tributaria, se aprobó la suspensión de la Ley de Responsabilidad Fiscal para la Sostenibilidad de las
Finanzas Públicas y el Desarrollo Social mientras dure la emergencia nacional. Además, se aprobó un decreto
para autorizar la emisión de títulos de valores de crédito que autoriza la obtención de recursos hasta por
US$2,000,000,000 para financiar el Fondo de Emergencia y de Recuperación y Reconstrucción Económica del
País. Y se tomaron otras medidas como la exoneración del pago de la contribución especial para el turismo,
una prórroga para el pago del Impuesto sobre la Renta (ISR) y la modificación del Arancel Centroamericano
de Importación (se establece 0% el arancel para productos alimenticios, medicamentos y productos higiénicos
y de limpieza). Por último, se definió un bono de compensación de US$150.00 para los empleados públicos
que realicen actividades para enfrentar el COVID-19 en instituciones como el Ministerio de Salud y otras.
c) En el pilar de apoyo al empleo y los ingresos entre las acciones más importantes para responder a la crisis
están: se determinó que ningún trabajador podrá ser despedido si se encuentra en cuarentena ordenada
por la autoridad de salud ni se le podrá reducir su salario. Para ayudar a las empresas se van a otorgar
créditos, se va a permitir reestructurar y refinanciar deudas en condiciones favorables y no se van a cobrar
penalidades por no pagar obligaciones crediticias. Y, a través de la Ley para facilitar el acceso al crédito,
se van a agilizar los requisitos necesarios para acceder a los créditos. En cuanto a las ayudas estatales, las
cuarentenas ordenadas por las autoridades tendrán el mismo tratamiento de las incapacidades temporales
por enfermedad común, el Plan de Respuesta y Alivio incluye la suspensión de los pagos de las facturas de
agua, energía eléctrica y telecomunicaciones por dos meses y se mantiene la prestación de servicios de salud
del ISSS aun si la persona esta desempleada o con contrato suspendido o cuyos empleadores han caído en
mora en pagos de planillas y para trabajadores independientes que cotizan. También se aprobó un bono de
compensación mensual de $300 por vivienda a las personas que no tengan trabajo, ni ingreso permanente
siempre que cumplan la cuarentena domiciliar por 30 días y la Defensoría del Consumidor velará porque se
mantengan los precios de los alimentos de la canasta básica y proteger los ingresos de las personas.
• Es muy probable que la destrucción de empleos que traiga aparejada esta pandemia vaya a repercutir en el
trabajo infantil al forzar a familias a buscar alternativas para compensar la pérdida de ingresos aparejada a la
destrucción de empleos. La respuesta, por tanto, debe de ser global e incluso, focalizada ahí y en donde más
avances hacia la erradicación se pueden realizar.
7
La R205 de la OIT recalca la importancia del diálogo social tripartito en la respuesta a las situaciones de crisis y la función esencial que incumbe
a las organizaciones de empleadores de trabajadores en la respuesta a las crisis. La Recomendación sobre el empleo y el trabajo decente para la
paz y la resiliencia, 2017 (núm. 205). Ver en: https://www.ilo.org/dyn/normlex/es/f?p=NORMLEXPUB:12100:0::NO::P12100_ILO_CODE:R205
• A nivel de empresas, el efecto de la crisis económica será diferenciado, cargándose más sobre las unidades
económicas de menor tamaño, las que cuentan con menor capacidad de resistir a periodos con limitados
flujos de caja y poco acceso a financiamiento. Por tanto, establecer en el corto plazo medidas específicas
para contener el cierre de empresas de pequeño tamaño, especialmente en sectores vinculados al consumo
(hoteles, restaurantes, entretenimiento, transporte) son urgentes.
• Promover el diseño y la aplicación de programas de empleo de emergencia a corto plazo y de planes de obras
públicas intensivos en empleo a largo plazo, a fin de crear empleos y generar ingresos para las personas en
situaciones vulnerables después de la crisis derivada de la enfermedad por coronavirus (COVID-19).
• Los altos niveles de desocupación juvenil serán exacerbados como consecuencias de la crisis del económica
y laboral. Incluir el enfoque de transición escuela-trabajo en las respuestas de política y el aprendizaje
permanente (readaptación profesional, generación de competencias) podrían ser una herramienta útil a
mediano plazo como una vía de inclusión en los mercados laborales.
• Es fundamental avanzar hacia una estrategia integrada de mediano plazo para facilitar el tránsito de
los trabajadores y las empresas de la economía informal a la economía formal. Si bien las medidas a
implementarse para paliar los efectos en la pérdida de ingresos de las empresas y la pérdida de empleos en
el sector informal son imprescindibles; también se abre una oportunidad clave para establecer mecanismos,
programas, acciones de política y proyectos específicos que faciliten el acceso a la seguridad social en grupos
de difícil cobertura, mejorar la inclusión financiera, facilitar el acceso a servicios de desarrollo empresarial,
simplificar trámites de registros de empresas, entre otras medidas contempladas en la Recomendación 204
de la OIT sobre el Transito a la Economía Formal.
• Una nueva generación de políticas de empleo construidas con base al diálogo social, con un foco claro
en las cuestiones de género, que promuevan transiciones justas (de la informalidad a la formalidad, de
empleos precarios a empleos decentes, hacia empleos y actividades económicas más amigables con el
ambiente) se hace más necesarias en el contexto actual y la fase de recuperación económica y del empleo.
Establecer mecanismos de coordinación interinstitucional para su implementación y asegurar los recursos
necesarios para tal fin serán un desafío importante y urgente. Un crecimiento económico rico en empleo en
la recuperación será fundamental para mitigar el impacto negativo y recuperar el terreno perdido derivado
de la crisis.