2 Actividad Derecho Procesal Civil Las Normas Juridicas Proc
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LICENCIATURA EN DERECHO
MATRICULA: 31451
TETRAMESTRE: 5° TETRAMESTRE
ACTIVIDAD: 2 CAPITULO II
Ley y norma jurídica no son conceptos idénticos. La ley es una especie de norma,
pero no todas las normas jurídicas son leyes. Sin embargo, las palabras ley y
norma se utilizan con bastante frecuencia corno equivalentes, aunque, realmente,
no lo sean, por constituir las leyes el mayor volumen del derecho positivo, tanto en
el orden general, corno en el del derecho procesal en particular CHIOVENDA dice
que la ley procesal es la que regula la relación procesal y agrega que la naturaleza
de una ley no debe deducirse del lugar en que aparece incluida, sino de su objeto.
Por ley procesal se sostiene que debe entenderse toda norma jurídica que regula
la relación procesal, pero, evidentemente, su objeto es mucho más amplio.
CHIOVENDA dice que la ley procesal es la que regula la relación procesal y
agrega que la naturaleza de una ley no debe deducirse del lugar en que aparece
incluida, sino de su objeto. Según el maestro italiano, la ley procesal puede tener
dos objetos y todas se hallan ligadas a uno u otro), que son la formación de los
órganos jurisdiccionales y la regulación de las normas de actuación de la ley.
Para CARNELUTTI la norma jurídica procesal -que puede ser instrumental o
material- es aquélla que regula o disciplina la realización del derecho objetivo.
Los códigos civiles suelen contener preceptos de esta naturaleza, aunque ello no
signifique que deban tenerlos. Se trata, simplemente, de vestigios de conceptos
jurídicos que, superados por la doctrina, se resisten a desaparecer del campo de
la legislación.
INTERPRETACIÓN E INTEGRACIÓN DEL DERECHO:
La aplicación del derecho exige, en todo caso, su interpretación y, a veces, su
integración. Interpretación e integración del derecho son dos actividades distintas,
aunque ambas importantísimas, encaminadas, desde el punto de vista de la
función de los jueces, a la aplicación del derecho La interpretación es, en todo
caso, una actividad previa y siempre necesaria a la aplicación del derecho; la
necesidad de la integración se presenta cuando hay que suplir alguna laguna o
insuficiencia de la ley.
Los temas de la interpretación y de la integración del derecho no son exclusivos
de nuestra disciplina, sino propios del derecho en general.
INTERPRETACIÓN:
La interpretación de las normas jurídicas procesales, como la de las normas
jurídicas, en general, se realiza por los órganos legislativos (interpretación
auténtica), por los tratadistas (interpretación doctrinal o científica) o por los
órganos jurisdiccionales (interpretación judicial). La variedad de órganos y
personas de quienes procede la interpretación no influye en su naturaleza.
La interpretación del derecho y, consiguientemente, del derecho procesal, tiene
por objeto hallar el verdadero sentido de la norma y el exacto alcance que debe
atribuírsele. La aplicación judicial del derecho exige una previa interpretación de la
norma. El derecho procesal no escapa a esa necesidad ineludible La
interpretación judicial se lleva a efecto por los jueces y magistrados en el ejercicio
de la función jurisdiccional, y adquiere la máxima importancia cuando el órgano
que la realiza está facultado para sentar jurisprudencia.
1º. El principio lógico del proceso representado por esta fórmula: selección de los
medios más seguros y expeditos para buscar y descubrir la verdad y evitar el
error.
2º. El principio jurídico que tiende a proporcionar a los litigantes la igualdad en la
contienda y la justicia en la decisión.
3º. El principio político que se propone introducir en el proceso la ¿máxima
garantía social de los derechos con el menor sacrificio de la libertad individual.
4º. El principio económico que exige que los pleitos no sean materia de graves
impuestos, y tiende a evitar que por su duración y por los gastos sean sólo
accesibles a las personas que ocupan una situación económica privilegiada.
La interpretación del derecho procesal debe tomar como objetivo hallar en cada
caso la solución que mejor satisfaga las exigencias del proceso como institución
de derecho público.
INTEGRACIÓN:
El tema de la integración del derecho es actualmente uno de los más interesantes
de la ciencia jurídica. No obstante, en el derecho procesal tiene una importancia
extraordinaria, por su tangencia con la cuestión de la naturaleza de la actividad
profesional del juez.
La generalidad de los tratadistas, especialmente en los libros de Introducción al
estudio del derecho, presentan este tema con una confusión verdaderamente
lamentable.
La integración es una actividad intelectual del juez encaminada a hallar y aplicar la
norma adecuada para cubrir una laguna de la ley, ante la obligación rigurosa de
decidir un caso concreto y determinado. Para hablar de la integración -escribe
ALSINA - hay que comenzar por admitir la existencia de lagunas en el derecho
positivo, porque de lo contrario sólo se trataría de un problema de interpretación.
En realidad, más que de admitir la existencia de tales lagunas, de lo que cabe
hablar es de no negar la posibilidad de que se presenten, aunque éste sea en todo
caso un acontecimiento bastante raro.
Al abordar este problema hay que pensar, desde luego, que para redactar los
códigos o leyes el legislador tiene a su disposición, con el saber de los juristas
especializados en esta rama del derecho, la experiencia de siglos, y que, si
procede con la discreción debida, en estos cuerpos legales la presentación de una
laguna será siempre un acontecimiento tan extraordinario como lo es, en efecto,
en los demás órdenes de la legislación. El legislador atiende a las exigencias de
la integración del derecho cuando al señalar las fuentes formales de éste agrega a
la ley un orden de normas aplicables como supletorias, de acuerdo con la
prelación que el mismo establece, que permite al juez, en cualquier caso, una
decisión jurídicamente fundada.
Esta función integradora no cambia la naturaleza de la actividad profesional del
juez, de aplicadora, en creadora del derecho. El juez, cuando cubre una laguna de
la ley no crea norma jurídica, sino que, sencillamente aplica aquélla que, según las
previsiones del legislador, puede encontrar entre las que, con carác ter subsidiario,
está autorizado para utilizar.
No es, por lo tanto, creador de derecho. El sistema político constitucional que
acepte el principio de la división o separación de poderes constituye un obstáculo
realmente insuperable a la presencia del juez legislador. Este es el caso, por
ejemplo, de México. La tesis que atribuye a la integración la naturaleza de una
actividad creadora del. derecho es incompatible con los principios políticos de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Sin embargo, la literatura
jurídica mexicana se muestra lastimosamente influida por esta tesis. Es ésta Una
tesis definida, por lo general, por tratadistas carentes de toda experiencia jurídica
EFICACIA DE LA LEY PROCESAL EN EL TIEMPO:
La. separación sustancial que existe entre el derecho y el proceso, da vida al
principio de que la ley procesal aplicable en cada caso es la del tiempo y el lugar
en que el derecho se hace valer en juicio. El tiempo y. el lugar en que ha nacido el
derecho que se hace valer en juicio no tiene, por tanto, importancia en lo que se
refiere a la ley procesal aplicable.
El problema de la eficacia de la ley procesal en cuanto al tiempo y en cuanto al
espacio contiene diferencias que conviene estudiar por separado. El problema de
la eficacia de la ley procesal en el tiempo se resuelve en el sentido de que es
suprimidos por la ley algunos modos de actuación de la ley sustancial o algunos
medios de actuarla, desaparece el problema jurídico de pedir su aplicación.
Bajo el imperio de la nueva ley procesal no se puede pedir la actuación de la ley
sustancial con aquellos medios y aquella forma. En cambio, si la nueva ley admite
nuevas formas de actuación o extiende las ya existentes a casos no admitidos
antes o introduciendo nuevos medios ejecutivos, pueden servirse de la extensión
también los titulares de los derechos preexistentes. Dada la consideración actual
de la prueba como materia propia del derecho procesal, encaminada como se
halla a formar la convicción del juez, sólo puede admitirse de acuerdo con la ley
procesal del tiempo en que sea necesaria, porque sólo ésta puede determinar
cuáles son los medios idóneos para formarla actualmente.
Si realmente un derecho, subjetivo no puede probarse sino con un solo medio de
prueba y éste queda suprimido por la nueva ley, débase esto a cambio de
condiciones del tiempo (económicas, morales, religiosas) a las cuales
precisamente se acomoda la nueva ley. Los procesos terminados bajo la ley
precedente no están influidos por el derecho nuevo. En cambio, es difícil la
cuesti6n referente a los procesos pendientes en el momento en que se pone en
vigor, La ley nueva. Teóricamente son posibles dos soluciones extremas aplicar la
ley antigua hasta el término del proceso (solución sugerida por el deseo de evitar
complica, Respecto a este tema debe aclararse, sobre todo que, aunque se haya
querido presentar a la ley procesal como retroactiva, como una de las excepciones
al principio general de la irretroactividad de las normas jurídicas, en realidad, las
leyes relativas al proceso y al procedimiento judicial nunca lo han sido, ni lo son en
realidad.
El Código de Procedimientos Civiles para el Distrito Federal contiene diferentes
artículos transitorios encaminados a este fin. El articulo 2' dispuso que los
negocios de jurisdicción contenciosa pendientes en primera y única instancia al
entrar en vigor dicha ley, se ajustarían a la legislación anterior hasta pronunciarse
la sentencia que la tramitación de la apelación contra ésta se sujetase a la nueva
ley, pero que la procedencia del recurso se regulara por la ley anterior. Dictó
también normas especiales para la conclusión rápida de todos los procesos
pendientes.