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Proyecto de Reciclaje

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Introducción

La producción de residuos casi se ha duplicado en los últimos 30 años, estamos

transformando el planeta en un enorme cubo de basura, una manera para reducir la

cantidad de residuos urbanos es el reciclaje.

En la sociedad actual en la que vivimos, el aumento del consumo nos proporciona

muchas ventajas que todos finalmente deleitamos, no obstante, ni siquiera pensamos

que todo esto trae consigo obligaciones y responsabilidades que todos debemos asumir;

debido a que cada vez es más la cantidad de basura generamos y por ende mayor el

perjuicio a la naturaleza por el uso sin conciencia de recursos naturales no renovables.

El reciclaje es una de las maneras más fáciles de combatir el Calentamiento Global, ya

que evitamos generar mayor contaminación.

Reciclar es un proceso simple, que nos ayuda a resolver algunos de los problemas

creados por nuestra propia vida moderna, también se piensa que el termino reciclar

ayuda al acuerdo global de una auténtica definición, sin embargo, encontramos que no

tenemos una definición única de lo que este término implica, para la mayoría de la gente

reciclar es simplemente recolectar materiales poder para utilizarlos después, pero en

realidad la recolección es solo el comienzo del reciclaje, también ayudamos a salvar

grandes cantidades de recursos naturales que no son renovables. La importancia del

reciclaje es enorme considerando los tiempos que vivimos; si lo piensas la idea es genial

- introducir nuevamente al ciclo productivo aquellos productos de desecho, que ya

cumplieron su vida útil para nosotros. En vez de ir a la basura, se reciclan y vuelven a

nuestras manos como un nuevo producto.


Los vertidos de plásticos llegan a los océanos destruyendo la vida marina. Cada año

mueren 1.000.000 criaturas marinas por la contaminación plástica de los mares. Por

culpa del plástico estamos creando verdaderas islas de basura en los océanos.

El reciclaje no sólo tiene sentido desde el punto de vista ambiental, sino también desde

el punto de vista económico. Al reciclar estamos ahorrando materias primas y energía

en su elaboración. Por ejemplo con el reciclado de cuatro botellas de vidrio, lograríamos

ahorrar la energía suficiente equivalente al funcionamiento de un frigorífico durante un

día o el equivalente a lavar la ropa de cuatro personas. Cada tonelada de papel reciclado

representa un ahorro de energía de 4100KWH.


Fundamentación

Cada día compramos y tiramos kilos de material que termina en los vertederos. En una

sociedad donde favorece el consumismo, nos hemos convertido en la generación de usar

y tirar. La publicidad bombardea constantemente con anuncios cuyo objetivo es

consumir por consumir. Debemos elegir productos no sólo en base a su calidad y precio,

sino también por su impacto ambiental y social, y por la conducta de las empresas que

los elaboran.

Hay que tener en cuenta que es en los hogares donde más residuos de envases se

generan. Si colaboramos separándolos correctamente en casa, haremos posible que los

envases se puedan reciclar y así contribuir a darles una segunda vida evitando que

terminen en un vertedero. Para ello debemos primero que aprender a reciclar.

Además de reciclar los envases, podemos realizar algunas pautas a tener en cuenta para

reducir la cantidad de basura que generamos diariamente, así como su composición

tóxica. Una de ellas es la regla de “las 4R”: reducir, reutilizar, reemplazar, reciclar.

Reducir

 Evitar el sobre envasado. Elegir siempre productos con la menor cantidad de

embalajes innecesarios y los que utilicen materiales reciclados.

 Reducir los productos de “usar y tirar”, como el papel aluminio, las bandejas de

plástico, los envases tetrabrik….

 Reducir la utilización de bolsas de plástico en las compras; llevar siempre una de

tela o un carrito de compra.

 Impulsar los procesos de producción limpia. Por ejemplo: reutilizando el papel

de regalo.
 Reducir el uso de plástico en envases, embalajes, juguetes, etc.

Reutilizar

 Utilizar envases de vidrio, es 100% reciclable sin perder su calidad. Además, no

se necesitan químicos para su elaboración.

 Al usar el papel para escribir o imprimir, aprovechar las dos caras. También es

posible fabricar pequeños blocks de notas con papel sobrante.

 Utilizar filtros de café no descartables que pueden ser lavados y reutilizados.

Reemplazar

 Comprar envases de vidrio en vez de plástico o latas.

 Elegir otras alternativas a juguetes que funcionan con pilas o que están hechos

de plástico.

 Utilizar pañuelos de tela en vez de pañuelos de papel.

 Elegir cuadernos con tapas de cartón, en vez de plástico.

Reciclar

 El reciclado de los materiales es el último paso antes del pretratamiento y la

eliminación de los residuos. Reciclar significa utilizar un residuo para obtener un

producto similar al originario.

 El reciclado permite reintroducir los distintos materiales en los ciclos de la

producción, ahorrando materias primas y disminuyendo el flujo de residuos que

van a parar a los tratamientos de disposición final.

 Para residuos de carácter orgánico: pueden ser “compostados” para ser usados

como abono de uso domiciliario o rural.


Justificación

Las razones más importantes por las que hay que hacer práctica del reciclaje de residuos

en la vida diaria:

Reciclar es responsabilidad de todos.

Se reduce la sobreexplotación de los recursos naturales y la contaminación del aire y el

agua.

Una gota de aceite usado contamina 1000 litros de agua.

El reciclaje es una de las actividades más sencillas en las que podemos participar

directamente.

Por cada tonelada de papel que se recicla se salvan 18 árboles.

Disminuye la presión sobre los rellenos sanitarios existentes, aumenta su vida útil y

reduce la necesidad de crear otros nuevos.

Si reciclamos le damos tiempo al planeta para reforestarse.

Recuperar dos toneladas de plástico equivale a ahorrar una tonelada de petróleo.

Se ahorra tiempo y dinero en la elaboración de nuevos productos.

Por cada envase que se recicla se ahorra la energía necesaria para mantener un televisor

encendido por 3 horas.

Reciclar es reflejo de cultura y responsabilidad social.


Objetivo general

Contribuir a la preservación del Medio Ambiente, afianzando la cultura del reciclaje, al

cuidado de los recursos naturales y su aprovechamiento moderado a través de la

utilización de técnicas para la transformación de papel y de este modo contribuir a la

protección del medio ambiente.

Objetivos específicos

Reconocimiento del entorno como estrategia para identificar los elementos que vamos a

reciclar.

• Capacitar y orientar a los estudiantes sobre el manejo de ahorro del papel y plásticos.

• Elaborar trabajos manuales con elementos reciclados.

• Formar grupo de reciclaje que permitan fomentar el trabajo en grupo y al mismo

tiempo contribuir al cuidado del medio ambiente, mediante el reciclaje de plásticos.

• Sensibilizar a la población escolar con el propósito de concientizarlos sobre la

importancia de preservar el medio Ambiente.


Hipótesis

“Si el reciclaje de plástico en el país nos aporta beneficios como la reutilización de

materiales, la elaboración de manualidades como una ventaja para el aprovechamiento

del mismo, entonces sería una desventaja el no aprovechar los beneficios que nos ofrece

esta actividad”.

VARIABLE: Por su parte son una propiedad que puede variar y cuya variación, es

susceptible de medirse positivo, que responde a una de estas preguntas: Qué, Cómo,

Cuándo, Dónde, Para qué.

Variable dependiente: Ventajas y desventajas del reciclaje de plástico.

Variable Independiente: Elaboración de manualidades a través del reciclaje de plástico.


Misión

Disminuir el uso de materiales que afectan enormemente nuestro planeta, crear el hábito

y conciencia especialmente a los niños, durante esta pandemia, para que desde chicos

tengan el buen hábito de reciclar y mantener su ciudad, escuela, etc., limpios y mantener

la esperanza de que se puede tener un mejor mundo a través de ideas innovadoras y

creativas técnicas de manejo de residuos reciclables.

Visión

Alcanzar a través del trabajo, buenas y creativas ideas y colaboración delas personas

participantes. Ser un grupo innovador, creativo y comprometido en los procesos de

reciclaje y de seguridad ante la crisis de la pandemia.


Antecedentes

La historia del reciclaje

La historia del reciclaje se remonta muy atrás en el tiempo. De una u otra forma el

aprovechamiento y reutilización de los materiales ha estado presente desde los

comienzos de la historia del ser humano. Hace 65 millones de años se extinguió el

último dinosaurio del planeta, y la naturaleza los recicló para formar grandes bolsas de

gas y petróleo, curioso, ¿verdad?

Hace 10.000 años a.C., la vida nómada de los humanos, empezó a asentarse en

agrupaciones formando poblados, debido al paso de la vida sedentaria, produjo una serie

de residuos que tuvieron que ingeniárselas para deshacerse de ellos. Desde la aparición

del fuego la basura empezó a acumularse de una manera más destacable.

Las agrupaciones, religiosas y sociales posteriores, desempeñaron un papel importante

para empezar a tener en cuenta los residuos. Por ejemplo, en las leyes judaicas

sanitarias, obligaba a las personas a ser responsables de la eliminación de sus propios

residuos que generaban.

En la época de Platón, 400 años a.C, ya reciclaban, estudios arqueológicos han

demostrado que mucha de la basura generada en los hogares era reciclada para hacer

otros utensilios cuando los recursos de materia prima escaseaban.

Hace 500 años a.C., Los atenienses organizan los primeros vertederos municipales del

mundo occidental. Las leyes locales exigían que la basura debía estar a más de un

kilómetro y medio de las ciudades. Los arqueólogos han puesto fecha a ese comienzo,

han encontrado evidencias del origen del reciclaje, saben que ya se practicaba alrededor

de 400 A.C. y desde entonces se ha dado de muchas maneras. Sin embargo, el reciclaje
tal y como lo conocemos hoy es algo que se ha producido en el último siglo,

especialmente después de la segunda Guerra Mundial

Hasta la Revolución Industrial (S. XIX) el hombre pudo contrarrestar los efectos

perniciosos de la basura había hecho a la naturaleza. La población estaba tan ocupada

recuperando prendas de ropa, metales, piedras y otros materiales y dándoles nuevos

usos que hay historiadores que han bautizado aquel periodo como ”la edad de oro del

reciclaje”.

A principios del siglo XX, llegó el «boom consumista del usar y tirar», con productos y

envases de un sólo uso, que provocó un problema generalizado que sigue hasta nuestros

día de la excesiva acumulación de basura en los vertederos.

Debido el problema de contaminación que generan los vertederos, las personas

entendieron la importancia del reciclaje, incluso antes del movimiento verde se hiciera

popular. Esta fue la semilla los futuros programas de reciclaje organizados que

empezaron a surgir en todo el mundo. Hasta entonces la basura se enviaba lo más lejos

posible de las ciudades, y nadie esperaba que pronto estos vertederos se multiplicarían

exponencialmente, sobre todo con la presencia en los vertederos de ciertos artículos de

plástico que tardan miles de años en descomponerse.

La basura ha existido desde el momento en que el hombre apareció en este planeta:

desde las primeras civilizaciones hasta las grandes ciudades de hoy en día, la basura ha

sido un problema que ha ido incrementándose. Desde la aparición del fuego la basura

empezó a generarse de una forma más peligrosa. Después con el invento del papel la

producción de residuos sólidos creció ya que durante siglos no se tuvo conciencia de

cómo esto afectaba al planeta, pero después de varios años el problema se evidenció de
una forma tal que el hombre tuvo que poner soluciones para contrarrestar el daño que ya

había hecho a la naturaleza.

En 1031 d.C. los japoneses empiezan a almacenar el papel usado para reciclarlo. Por lo

tanto todos los documentos o papiros antiguos de Japón están hechos con papel

reciclado.

En 1348 d.C. una epidemia arrasó Europa y Asia. El hacinamiento en las ciudades y la

carencia de servicios de recogida de basura, contribuía a extender los casos de tifus,

disentería y gripe; y posteriormente llegó la temible «Peste Negra», que mató cerca de

un tercio de la población del continente.

Una de las mejores soluciones frente al impacto ambiental del ser humano es el

reciclaje. En el año de 1690 una familia llamada Rittenhouse realizó una especie de

experimento en el que por primera vez se reciclaron materiales. Posteriormente en la

ciudad de New York se abrió el primer centro de reciclaje oficial en los Estados Unidos.

Ya en 1970 se creó la Agencia de Protección Ambiental y se difundió con mayor interés

el reciclaje.

Uno de los campos en que el gobierno motivaba a la población para que ayudase a sus

héroes era el de ahorrar y reciclar material. Se les decía que si donaban una pala, con

ella se podrían fabricar granadas de mano o piezas de un tanque; con los tubos de

pintalabios se podían hacer cartuchos de bala, y hasta el papel de aluminio de los chicles

podía valer para la construcción de aviones. Y así fue, muchos americanos colaboraron

en su deber patriótico y numerosas donaciones de cacerolas, sartenes y otros objetos

cotidianos de aluminio se reciclaron para convertirse en cazas y bombarderos. En

tiempos de guerra el aluminio era un metal escaso y la práctica totalidad del disponible

se remitía a la industria bélica de la aviación, pero cualquier metal era bien recibido
El desperdicio no era un problema excesivamente importante antes del siglo XX. Los

cubos de basura que dejamos a las puertas de nuestras casas y el triángulo con las 3

flechas pueden que sean cuestiones de nuestros días, pero las personas hemos estado

reciclando materiales a lo largo de la Historia.

Los ingleses preindustriales estaban tan ocupados recuperando prendas de ropa,

metales, piedras y otros materiales y dándoles nuevos usos que hay historiadores que

han bautizado aquel periodo como la edad de oro del reciclaje.

Hasta mediados del siglo XIX, el papel se hacía en su totalidad a base de lo que hoy

denominaríamos contenido posconsumidor, es decir, trapos usados. Durante la guerra de

secesión estadounidense, las telas y trapos escasearon tanto que los fabricantes de papel

importaron ¡momias egipcias! para poder usar sus vendajes de lino.

En la segunda mitad del siglo XIX tuvo lugar uno de los ciclos de reciclaje más largos

de los que tenemos constancia

Durante buena parte de la Historia, los habitantes de la Tierra han producido

una cantidad relativamente baja de basura. Los envoltorios, que ahora son los

componentes más abundantes del flujo de residuos, apenas existían. La mayoría de los

alimentos y mercancías se vendían a granel y poca gente tenía los recursos suficientes

como para despilfarrar. La reutilización era una costumbre diaria. Se usaban los restos

de comida para hacer sopa, y las familias alimentaban con restos a animales domésticos

como cerdos y gallinas. La ropa vieja se remendaba, se hacía jirones para convertirla en

trapos o se convertía en prendas nuevas.

En ausencia de obsolescencia programada, los objetos se reparaban, se desmontaban

para aprovechar algunas de sus piezas o se vendían a vendedores ambulantes, que a su


vez los desmontaban y volvían a vender a los comerciantes del cristal, los metales, los

trapos, el cuero y otros materiales.

Las personas con menos recursos rebuscaban por los alrededores de sus casas objetos

desechados que pudieran venderse, como siguen haciendo hoy en los países en vías de

desarrollo. Los objetos a los que no se podía dar ningún uso se quemaban. El reciclaje

continuo de objetos usados no sólo permitía a las familias seguir adelante, sino que

proporcionaba fuentes muy importantes de materias primas para la industrialización

temprana.

Esta clase de sistemas informales de reciclaje empezaron a desaparecer a principios del

siglo XX. Por una parte, la gente empezaba a comprar más productos y envases de un

solo uso. Por otra, se empezaron a introducir en las ciudades más populosas sistemas de

recogida de basuras y se crearon vertederos municipales.

A partir de ese momento, los productos y los materiales que iban a formar parte de

nuestras vidas tenían como destino el cubo de la basura

A finales de la década de los 60 se inició un cambio impulsado por el movimiento

ecologista emergente. A los activistas les preocupaban las sustancias químicas

lixiviadas desde los vertederos no regulados, les angustiaban las cantidades casa vez

mayores de basura tirada por las calles y se mostraban convencidos de que estábamos

agotando los recursos naturales de la Tierra a un ritmo alarmante e insostenible. En

estos años, Rachel Carson publicó su Primavera Silenciosa donde trataba el daño que

ciertos productos químicos estaban ocasionando en nuestro medio ambiente.

Y así, inspirados en la ética de la reutilización surgieron numerosos programas de

voluntarios alrededor de la idea del reciclaje en los meses cercanos al primer Día de la

Tierra, celebrado en 1970.


Pero en realidad el movimiento no empezó ser relevante hasta finales de la década de

los 80 cuando despegó el reciclaje moderno. A mitad de los años noventa, la mayoría de

los países desarrollados habían adoptado o estaban trabajando en leyes integrales sobre

el reciclaje y anunciaban objetivos para reducir la cantidad de desechos que llegaban al

vertedero.

Las comunidades empezaron a incorporar la recogida selectiva de residuos puerta a

puerta y se potenciaron centros donde depositar residuos como parte de los programas

municipales de gestión de residuos sólidos.

Empezaron a proliferar las empresas de transporte de residuos y se construyeron

numerosas instalaciones para la recuperación y clasificación de los artículos

reciclables que se recogieran.

Es decir, surgió el negocio alrededor del reciclaje y la recuperación de los materiales

usados

Hasta ya la década de los 60 empezó los movimientos ecologistas, en este período, se

inició el trabajo de Rachel Carson, escritora del libro primavera silenciosa que fue el

primer toque de atención sobre la muerte del planeta debido a la actividad humana.

Gracias al movimiento ecologista, la conciencia pública y las ciencias del medio

ambiente han mejorado en los últimos años. En nuestros días la palabra reciclaje está en

boca de todo el mundo, y la mayoría de la gente sabe que muchos de los envases de

plástico, vidrio o papel, se pueden reciclar para para darles una nueva vida.

Actualmente, diversas campañas de concienciación abogan por el uso consciente del

agua, y de energía mediante un consumo responsable y de la importancia del reciclaje

con la separación la basura desde los hogares en el contenedor correspondiente. Tal es

el impacto de estas campañas ambientales que en muchas lugares del mundo, que el
reciclaje está incorporada a nuestros hábitos de vida saludable, como puede ser tomar

fruta o hacer deporte.

El los 70 nació el símbolo más conocido de reciclaje, la cinta de Möbius. El origen de

ese símbolo fue durante un concurso de diseño organizado por la Container Corporation

of America. El ganador fue Gary Anderson con el diseño este símbolo que representa

las tres fases principales del reciclaje: la recogida de residuos, el procesado de los

mismos, y su vuelta de nuevo al proceso productivo.

El reciclaje ha calado hondo en nuestra sociedad actual, tanto es así que ha nacido el

“Upcycling” como tendencia artística del siglo XXI. Esta nueva tendencia se basa en el

acto de la reutilización de objetos o materiales de desecho como materia prima para la

creación de obras de arte. Si estás interesado en esta tendencia artística, os recomiendo

seguir la etiqueta “el arte de reciclar”, donde tenemos multitud de ejemplos.

La producción de residuos casi se ha duplicado en los últimos 30 años, estamos

transformando el planeta en un enorme cubo de basura, y una manera para reducir la

cantidad de residuos urbanos es el reciclaje.

Además el reciclaje es una de las mejores maneras, pero no la única, de luchar contra el

Calentamiento Global.

El reciclaje no sólo tiene sentido desde el punto de vista ambiental, sino también desde

el punto de vista económico. ¿Sabes que por cada tonelada de papel reciclado representa

un ahorro de energía de 4.100KWH?

En los hogares donde más residuos de envases se generan. Si colaboramos separándolos

correctamente en casa, haremos posible que los envases se puedan reciclar y así

contribuir a darles una segunda vida evitando que terminen en un vertedero.


Marco Teórico

¿Qué es la contaminación ambiental y porque es importante reciclar?

La contaminación es el ingreso de sustancias nocivas en un entorno determinado y que

afectan a su equilibrio y lo convierte en un ambiente inseguro. Las causas de la

contaminación ambiental dependen de varios agentes y varían según el ecosistema al

que afecten.

Cuando hablamos de ‘entorno’, nos referimos tanto a un ecosistema como a un medio

físico o a un ser vivo. Cuando el agente contaminante se encuentra en concentraciones

elevadas y repercute de manera negativa sobre esos entornos, se produce una

contaminación del espacio natural, provocando consecuencias perjudiciales sobre él.

La contaminación puede ser, en general, de dos tipos:

Natural: causada por fenómenos como los incendios forestales, las erupciones

volcánicas, los tsunamis o los terremotos.

Artificial: provocada por la actividad del ser humano. Como por la interrupción de los

ciclos naturales del ecosistema, el mal uso de los recursos naturales o la mala gestión de

los residuos.

¿Cuáles son las causas de la contaminación ambiental?

Estas se producen como consecuencia del aumento de la población humana y del

incontrolable desarrollo industrial. Se provoca un desequilibrio en el medio ambiente

ante la presencia de agentes contaminantes físicos, químicos o biológicos:


Contaminantes químicos: proceden de la industria química donde se generan productos

tóxicos como ácidos, disolventes orgánicos, plásticos, derivados de petróleo, abonos

sintéticos y pesticidas.

Contaminantes físicos: provienen de acciones causadas por la actividad del ser humano

como el ruido, la radioactividad, el calor y la energía electromagnética.

Contaminantes biológicos: provocados por la descomposición y la fermentación de los

desechos orgánicos como excrementos, serrín de la industria forestal, papel,

desperdicios de las fábricas o los desagües.

Todos estos contaminantes marcan las causas de la contaminación ambiental en

cualquier entorno; sin embargo, las causas y factores se especifican dependiendo de si

afectan al agua, al aire o al suelo.

Causas de la contaminación del agua

El agua está contaminada cuando su composición se ha visto alterada de tal modo que

no reúne las condiciones necesarias para ser utilizada de manera beneficiosa para el

consumo.

Dentro de las causas de la contaminación ambiental, la alteración del agua por agentes

contaminantes es muy grave dada la importancia del agua para la vida del planeta. Los

principales factores contaminantes del agua son:

Vertidos de aguas negras: fluidos cloacales, urbanos e industriales que no son tratados

de forma adecuada.
Derrames de petróleo: provienen de perforaciones petroleras que tienen un accidente o

una práctica inadecuada.

Productos fitosanitarios: se usan para rociar los campos; luego son absorbidos por la

tierra y alcanzan las aguas subterráneas.

Deforestación: la tala indiscriminada de árboles provoca la aparición de bacterias en el

suelo que se filtran en la tierra y contaminan el agua subterránea.

Aumento de temperatura: la contaminación térmica provoca una disminución del

oxígeno del agua y altera toda su composición.

Causas de la contaminación del aire

La contaminación del aire es una mezcla de partículas sólidas y gases en el aire que

respiramos. Las principales causas se relacionan con la quema de combustibles fósiles

como el carbón, el petróleo y el gas cuyo origen principal se encuentra en el sector

industrial, la extracción de pozos petrolíferos y el transporte por carretera.

Una de las principales causas de la contaminación ambiental a través del aire se

encuentra en su alteración del efecto invernadero. El aire de la atmósfera contiene gases

naturales que lo hacen posible: esos gases retienen en forma de calor gran parte de los

rayos del sol que atraviesan la atmósfera. Cuando estos gases aumentan y se rompe el

equilibrio natural, las temperaturas son más elevada de lo natural. Se produce el llamado

calentamiento global, una de las consecuencias del cambio climático.

Las principales fuentes que producen gases contaminantes:

La extracción de hidrocarburos de los campos de petróleo, de carbón y de gas.


La combustión de combustibles por el transporte.

El proceso digestivo de los bovinos por la masiva industria agrícola-ganadera.

La actividad microbiana en aguas servidas.

La combustión de bosques tropicales.

Causas de la contaminación del suelo

Una de las causas más evidentes de esta contaminación se encuentra en el aumento de

compuestos químicos y basuras que provienen de la actividad del hombre y que alteran

el suelo terrestre. Algunos ejemplos:

Almacenamientos subterráneos: contienen líquidos y gases derivados del petróleo que

entran en contacto con la tierra a través de las filtraciones de los conductos.

Pesticidas: es la principal causa de la contaminación del suelo por la gran cantidad de

químicos que contiene y que la tierra absorbe hasta llegar al agua subterránea.

Residuos urbanos: basura doméstica y comercial que no son tratadas de manera

adecuada para evitar su negativo impacto ambiental. Aquellos desechos que no se

descomponen permanecen cientos de años en la tierra y en el agua.

Residuos industriales: pesticidas, líquidos químicos y restos de combustibles y metales

que provienen de la producción textil, papelera, alimentaria y petrolera.

La minería: el trabajo de una mina genera un enrome impacto ambientales en el

ecosistema como ciertos cambios en la morfología del terreno o la contaminación del

aire y del suelo.


Contaminación lumínica

Se produce especialmente en las ciudades durante la noche y hace referencia a la

iluminación artificial excesiva que emiten las poblaciones. De igual manera que la

acústica, este tipo de contaminación ambiental no compromete la supervivencia de los

seres humanos. Sin embargo, produce enfermedades como las relacionadas con la

visión, alteraciones del sueño o migrañas. También afecta a los ecosistemas nocturnos

ya que provoca a animales e insectos problemas de orientación y alteraciones en sus

ciclos biológicos.

Contaminación visual

Es todo aquello que altera visualmente el paisaje natural. Hace referencia a todos los

elementos que no son naturales y que nos envían estímulos visuales. Pueden ser vallas

publicitarias, torres eléctricas o minas a cielo abierto.contaminacion-visual

Nuestro cerebro tiene una determinada capacidad de absorción de datos. El exceso de

formas, luces, colores e información hace que no pueda procesar todos estos datos

debidamente. Todo ello perjudica a la salud de los ojos, altera la tensión y produce

estrés.

Contaminación térmica
Seguro que alguna vez has escuchado las graves consecuencias que puede tener para el

medio ambiente que la Tierra aumente su temperatura. Esto está relacionado con el

último de los tipos de contaminación ambiental más importantes: la contaminación

térmica.

El aumento de la temperatura (o calentamiento global) afecta a los polos y los glaciares.

Se calcula que la Antártida ha multiplicado su deshielo por cuatro en los últimos 25

años, lo que está provocando (lo estamos viviendo ya) consecuencias muy negativas.

Entre las más importantes se encuentran la subida del nivel del mar, la alteración del

equilibrio de los ecosistemas o cambios en las corrientes marinas y el clima. No solo

eso, también puede provocar la reaparición de enfermedades.

Contaminación acústica

Si vives en un barrio muy ruidoso, cerca de un aeropuerto, autopistas o de una zona de

discotecas sabrás muy bien de lo que hablamos. La contaminación acústica se produce

con cualquier ruido excesivo ya sea en proporción, frecuencia, tono, volumen o ritmo.

Además de ser muy molesto, puede provocarnos estrés, trastornos del sueño, pérdida de

audición e incluso afecciones cardiovasculares. Pero también altera negativamente el

equilibrio de los ecosistemas. En el caso de las aves, por ejemplo, influye en sus

migraciones y ciclos reproductivos.

¿Y las consecuencias?
Son muchas las consecuencias que se generan por la contaminación ambiental y que

generan una gran preocupación por sus efectos en la naturaleza y en la salud del ser

humano.

Calentamiento global

La principal consecuencia de la contaminación ambiental es el calentamiento global que

supone un aumento de la temperatura del planeta de forma progresiva tanto a nivel

atmosférico como en los mares y océanos.

El carbono negro, el ozono troposférico y el metano son los responsables de entre el

30% y 40% del calentamiento global, según Coalición Clima y Aire Limpio. Todo esto

provoca que los veranos cada vez son mucho más calurosos y que las temperaturas

medias suelen ser más cortas.

Desarrollo de enfermedades

La contaminación ambiental supone un riesgo para la salud tanto de los seres vivos que

habitan en los ecosistemas como para el propio ser humano. Según afirma la

Organización Mundial de la Salud, la contaminación atmosférica aumenta las

posibilidades de padecer enfermedades respiratorias agudas, como la neumonía, y

crónicas como el cáncer de pulmón y las enfermedades cardiovasculares.

Extinción de especies

La tala indiscriminada, la explotación excesiva de los recursos naturales y la emisión de

contaminantes a la atmosfera amenazan la vida de especies y plantas que ven reducido

su hábitat llegando incluso a la extinción.

Por tanto, la contaminación ambiental altera el equilibrio natural de los ecosistemas.

Esto se debe a las consecuencias


Otras consecuencias

Perdida de la calidad del agua

Desaparición de la capa de ozono

Lluvia ácida

¿Cuáles son los tipos de contaminación ambiental?

La contaminación puede ser, en general, de dos tipos:

Natural: causada por fenómenos como los incendios forestales, las erupciones

volcánicas, los tsunamis o los terremotos.

Artificial: provocada por la actividad del ser humano. Como por la interrupción de los

ciclos naturales del ecosistema, el mal uso de los recursos naturales o la mala gestión de

los residuos.

¿Qué es reciclar?

Se entiende por reciclar la acción de convertir materiales de desecho en materia prima o

en otros productos, de modo de extender su vida útil y combatir la acumulación de

desechos en el mundo. El reciclaje reinserta el material de descarte de numerosas

actividades industriales, empresariales o del consumo cotidiano, en la cadena

productiva, permitiendo que sea reutilizado y disminuyendo la necesidad de adquirir o

elaborar materiales nuevos.


No todos los materiales existentes son reciclables, pero un buen número de ellos sí,

como el cartón, el vidrio, el aluminio, el papel y ciertos tipos de plásticos, que pueden

ser sometidos a diversos procesos de reaprovechamiento y recomenzar su ciclo de

utilidad. En otros casos, en cambio, no puede dárseles el mismo uso, pero sí puede

dárseles uno distinto en procesos de de construcción, de decoración, de obtención de

energía, etc.

Así ocurre con los desechos orgánicos (restos de comida, basura líquida, etc.), que no

son reciclables, pero por suerte existen procesos de biodegradación que llevan a cabo

una actividad natural equivalente, pudiendo ser utilizados para composting o fabricación

de abono.

El reciclaje es una actividad minoritaria de cara a las enormes capacidades de

fabricación de materiales nuevos que en nuestro mundo post industrial se ponen en

marcha a diario. A menudo es mucho más económico producir algo nuevo que reciclar

algo viejo, lo cual hace poco rentable esta actividad tan necesaria en términos

ecológicos.

Reciclar es una forma de combatir la contaminación de los suelos y mares, ya que la

presencia prolongada de basura en ellos acarrea cambios impredecibles en sus procesos

bióticos y ecológicos. De cara a la construcción de un modelo de vida industrial

sostenible en el tiempo, es decir, que no conduzca de cabeza a la enfermedad, la

extinción y el cambio climático, el reciclaje se impone como una necesidad humana.

Por otro lado, reciclar ciertos elementos puede constituir una actividad medianamente

lucrativa, una vez que se logre implantar como parte de la cultura cotidiana. Los

elementos reciclados son comprados por las empresas que los aprovechan para
disminuir su adquisición de materia prima, de modo que se trata de un panorama ganar-

ganar.

Tipos de reciclaje

Existen diversas formas de reciclaje, dependiendo de la naturaleza del material en

cuestión, tales como:

Reciclaje del papel.

Grandes cantidades de papel usado pueden ponerse en remojo para fabricar pulpa de

celulosa y fabricar papel de inferior calidad, que pueda volver a utilizarse.

Reciclaje de metales.

Productos metálicos cotidianos elaborados a partir de aluminio, cobre y otros metales

blandos, pueden fundirse y volver a aprovecharse para elaborar nuevos productos,

disminuyendo la necesidad de comprar materia prima.

Reciclaje de envases plásticos.

Los tetra-bricks y otros envases plásticos enteros pueden volver a ser empleados, una

vez que hayan sido higienizados correctamente y dispuestos para volver a contener

alimentos o jugos.

Reciclaje de aceites.

El aceite de cocinar es un potente contaminante del agua, que puede recogerse y

emplearse mediante procesos de filtrado y purificación, como lubricante de maquinaria.

Composting.
Los desechos orgánicos como los sobrantes de comida en descomposición, pueden

convertirse en abono para la siembra o incluso en insumos para la obtención de

biocombustibles.

Informático.

Se conoce como reciclaje informático o electrónico la reutilización o aprovechamiento

de computadoras, bien de manera íntegra, bien por piezas. En este sentido, las

computadoras pueden ser donadas a usuarios u organizaciones que las necesiten, o sus

componentes pueden ser separados y clasificados para su reutilización o reciclaje. No

obstante, el reciclaje de material informático es especialmente delicado, pues algunos de

sus componentes pueden resultar altamente tóxicos tanto para nuestra salud como para

el medio ambiente, por lo debe cumplirse cierto protocolo para su eliminación.

Basura electrónica

Los aparatos electrónicos que no se usan más son un problema si se tiran a la basura.

Argentina está en el podio de los países con más deshechos electrónicos de la región,

según datos del Banco Interamericano de Desarrollo. Es importante consultar en tu

municipio dónde depositarlos. En varias ciudades el gobierno dispuso muchos “puntos

verdes” donde se pueden entregar estos dispositivos:

Notebooks, tablets, teclados, mouse, CPUs, monitores, impresoras, webcams.

Celulares, ipods, cámaras, radios, teléfonos, cargadores de celulares.

Relojes, controles remotos, reproductores de DVD, MP3, MP4, videojuegos, parlantes,

auriculares y dispositivos de bluetooth.


Planchas, minipimers, licuadoras, planchas de pelo, secadores de pelo, depiladoras,

afeitadoras, cafeteras, jugueras, tostadoras, exprimidores, procesadoras, batidoras,

molinillos y licuadoras.

Los expertos se encargarán de separar los componentes para que sean reusados. En

Buenos Aires se utilizan, por ejemplo, para fabricar baldosas.

Reciclaje de neumáticos

Los neumáticos son un problema serio en materia ecológica porque, hasta hace unos

años, eran enterrados, ocupando mucho volumen en los rellenos sanitarios, y porque su

degradación demora unos 600 años.

Además, cuando quedan en desuso y se acumulan en espacios públicos, se convierten

en el hábitat propicio para la proliferación de roedores y mosquitos transmisores del

dengue, entre otros riesgos.

Por eso es muy importante su reutilización. En general, el proceso de trituración de

neumáticos se hace en plantas especiales, en dos etapas. Se separan los materiales, se

trituran y, por separado, se reebolsan para volver a ponerlos en circulación.

Reciclado de latas

El aluminio es un metal muy utilizado en muchos ámbitos de la vida cotidiana. Se usa

en bandejas, latas, envases, elementos para la construcción, etc. El reciclaje de aluminio

es muy sencillo.

La manera en que podemos colaborar es separándolo del resto de los residuos, lavando

antes las bandejas, latas o papel de cocina para sacarle los desechos. Si está bien

clasificado, luego se funde, se purifica y se vuelve a usar.

¿Qué hacer con las pilas?


Una de las preguntas con pocas respuestas en Argentina es qué se hace con las pilas

usadas, dónde se tiran y si se pueden reusar. Es importante saber que, al término de su

vida útil, las pilas son consideradas residuos peligrosos. Si se tiran junto con la basura

doméstica, provocan graves daños a la salud y al medio ambiente debido a los

materiales químicos que contienen, ya que terminan en rellenos o basurales a cielo

abierto. Con el paso de tiempo se descomponen, sus elementos se oxidan y derraman

diferentes tóxicos en el suelo, agua y aire.

Entre los metales que contienen se encuentran el mercurio, cadmio, plomo, zinc,

manganeso y litio, todos potencialmente tóxicos. Por eso fue muy celebrada la puesta en

marcha, en La Plata, de la primera planta de reciclado de pilas de la Argentina.

Los metales recuperados pueden ser reinsertados en la industria para su uso. De esta

manera, se transforma un residuo tóxico en algo aprovechable de diversas maneras.

Principales residuos reciclados

En la mayoría de las sociedades de todo el mundo se lleva a cabo diversos tipos de

reciclajes. A continuación, la descripción de los más comunes.

Papel.
El reciclaje del papel es considerado uno de los más importantes, entendido por el

consumo de bosques que implica su producción.

Una familia media consume en papel lo equivalente a 6 árboles, si reciclamos ese papel,

se salvan 3 árboles y más de 34 mil litros de agua y cuatro recibos de luz.

Al utilizar papel reciclado se talan menos árboles y se ahorra energía. Las fases del

proceso del reciclaje del papel son las siguientes:

Recolección: recolección en zonas urbanas de papeles y cartones usados

Clasificación: las empresas clasifican el papel y cartón recolectado; papeles blancos de

escritura, cajas de cartón, papeles de color café para embalaje, etc.

Enfardado: los papeles ya clasificados son prensados en fardos

Almacenamiento: fardos guardados en empresas clasificadoras a la espera de ser

enviados a empresas de papeles específicos.

Tratamiento: se limpia el papel de impurezas pesadas, como metales, alambres, etc. y

son enviadas a otras industrias para ser reprocesadas.

Plástico.

Otro tipo de reciclaje es el plástico. El problema que trae consigo un residuo de plástico

es que tarda aproximadamente 500 años en degradarse y representa un 7% del peso total

de la basura doméstica. Una de las grandes dificultades que presenta el reciclaje de

plásticos es la clasificación, pues existen más de cincuenta tipos de plásticos y muchos

envases están hechos con más de uno. A continuación el proceso de su reciclaje:

Recolección: Se recolectan los residuos plásticos. Es muy importante la ayuda que

pueda otorgar la comunidad al dejar separada la basura en las casas


Centro de reciclado: los residuos se llevan al centro, donde son compactados en fardos y

guardados no más de tres meses.

Clasificación: se clasifica el plástico por tipo y color. Actualmente se han desarrollado

tecnologías que permiten clasificarlos automáticamente, ahorrando la mano de obra.

Vidrio.

El reciclaje de vidrio es considerado uno de los más fáciles, pues las características del

material resultan fácilmente recuperables. El vidrio de un envase puede ser reutilizado,

creando uno exactamente igual al original. Los pasos para llevar a cabo el proceso son:

Limpieza inicial y separación por colores

Rotura y trituración del vidrio

Almacenamiento y transporte: el vidrio roto es muy denso, por lo tanto se requieren de

grandes contenedores para su almacenamiento.

Procesamiento final: se realiza un lavado final en la fábrica, donde se separa residuos

como plásticos, etiquetas, etc. Se funde el vidrio en un horno a altas temperaturas hasta

que caen en una máquina moldeadora para que tomen la forma de un recipiente. Los

recipientes enfriados son despachados a las fábricas o embotelladoras de alguna marca

en particular.

Dependiendo del caso, puede reciclarse la totalidad de una materia o solamente una

parte. En el reciclaje participan, en primer lugar, las plantas de clasificación, donde son

separados los residuos, y, en segunda instancia, las plantas recicladoras, que es donde

los residuos son trasformados para su aprovechamiento.


Es de destacar, que no todos los materiales son reciclables, ya que algunos, como

aceites, pinturas o insecticidas, que son considerados perjudiciales o tóxicos, no pueden

ser reutilizados.

Para la separación de los materiales, se ha venido implementando un sistema de colores

en los contenedores de basura (que pueden variar en diferentes países), para facilitar la

recolección. Los colores básicos, son los siguientes:

Color azul, para papel y cartón.

Color amarillo, para envases plásticos y metálicos.

Color verde, para vidrio.

El logo o símbolo de reciclaje más conocido es el anillo o círculo de Möbius, compuesto

por tres flechas dispuestas como un triángulo, que se doblan en sentido horario y

representan las tres partes de que consta el ciclo: recogida, reciclaje y reutilización.

Importancia del reciclaje

La importancia del reciclaje para nuestra sociedad actual radica en que nos permite

hacer una utilización racional de recursos naturales, especialmente de los no renovables,

lo cual se traduce en su preservación, la protección del medio ambiente y la disminución

de la contaminación.

El reciclaje, además, se inserta dentro de un modelo ecológico de sustentabilidad, que se

basa en el aprovechamiento de los recursos sin producir daños o alteraciones

perjudiciales en el medio ambiente, respetando los ciclos naturales de regeneración de

las materias.
Por otro lado, el reciclaje hace posible la disminución de los costes de producción para

algunas industrias, mientras que para los ciudadanos puede ser beneficioso en el sentido

de que les permite generar ingresos mediante la venta de material reciclable a las

empresas recicladoras.

¿Reciclar es sustentable?

Como sustentabilidad definimos la cualidad de sustentable. Como tal, en áreas como la

economía y la ecología, sustentable es algo que se puede sostener a lo largo del tiempo

sin agotar sus recursos o perjudicar el medio ambiente.

En este sentido, la sustentabilidad es la capacidad que tiene una sociedad para hacer un

uso consciente y responsable de sus recursos, sin agotarlos o exceder su capacidad de

renovación, y sin comprometer el acceso a estos por parte de las generaciones futuras.

Sustentabilidad sería, pues, producir bienes y servicios a partir nuestros recursos

(naturales, energéticos, económicos), a un ritmo en el cual no los agotemos y en el cual

no produzcamos más contaminantes de aquellos que puede absorber el medio ambiente

sin ser perjudicado.

¿Sustentabilidad o sostenibilidad?

Una duda común es preguntarse si el término correcto es sustentabilidad o

sostenibilidad. Si bien en el Diccionario de la Real Academia Española solo aparece la

palabra sostenibilidad, que refiere la cualidad de sostenible, el vocablo sustentabilidad

ha venido ganando, con el paso del tiempo, mayor arraigo entre los hispanohablantes de

Latinoamérica.
De modo que, siendo que ambas significan, en esencia, lo mismo, ambos usos son

correctos. Pero sostenibilidad es más usual en España y sustentabilidad lo es en

Latinoamérica.

Sustentabilidad económica

La sustentabilidad económica comprende la implementación de una serie de prácticas

económicamente rentables y éticamente justas, regida por criterios de responsabilidad

social y medioambiental.

En este sentido, promueve un uso racional de los recursos económicos que permita, a

partir del empleo de los mínimos recursos (medios, materia, energía), la maximización

de los beneficios. Su objetivo es lograr, mediante un modelo consciente de desarrollo

económico, un cierto nivel de bienestar social que brinde a toda la población la

posibilidad de acceder a un buen nivel de vida y tener las mismas oportunidades.

Sustentabilidad ambiental

Como sustentabilidad ambiental se denomina la administración eficiente y racional en el

uso de los recursos naturales, sin por ello comprometer el equilibrio ecológico. Como

tal, el concepto de sustentabilidad ambiental plantea que el aprovechamiento que hoy

hagamos de nuestros recursos naturales no debe perjudicar ni limitar las necesidades de

las generaciones futuras ni de las especies que habitan el planeta.

En este sentido, considera que un medio ambiente saludable ofrece a una comunidad

mayores posibilidades de desarrollo y bienestar económico y social, y entiende que la

degradación de los recursos naturales atenta contra nuestra propia supervivencia y la de

las demás especies.


El reciclar o el reciclaje es un acto de suma importancia para la sociedad ya que el

mismo supone la reutilización de elementos y objetos de distinto tipo que de otro modo

serían desechados, contribuyendo a formar más cantidad de basura y, en última

instancia, dañando de manera continúa al planeta.

Cuando hablamos de reciclar o de reciclaje hacemos referencia entonces a un acto

mediante el cual un objeto que ya ha sido usado es llevado por un proceso de

renovación en lugar de ser desechado. Los expertos en la materia consideran que casi

todos los elementos que nos rodean pueden ser reciclados o reutilizados en diferentes

situaciones, aunque algunos de ellos, por ser extremadamente descartables o por ser

tóxicos no pueden ser guardados.

Ventajas ambientales y económicas del reciclaje.

Entre las ventajas del reciclaje hay que destacar que este contribuye a evitar el deterioro

del planeta por sobre producción. La destrucción de gran cantidad de bosques o el

deterioro progresivo de la capa de ozono ocurren recifundamentalmente por la intención

de producir muy por encima de las necesidades de las personas. El reciclaje es a suerte

de salida a esa situación, y permitiría ahorrar gran cantidad de la energía que se utiliza

para esos fines.

En cuanto a los beneficios financieros y económicos del reciclaje, puede decirse que el

costo de la energía, que en la actualidad es tan alto, se reduciría fuertemente. Reciclar

una tonelada de papel de periódico ahorra unos 4000 KW de electricidad,

aproximadamente la electricidad necesaria para una casa de tres dormitorios a lo largo

de un año entero.
Además, el reciclaje de papel también reduce el gasto de agua y aceite. En cuanto al

reciclaje de productos de consumo hogareño y de oficina, como puede ser el del

cartucho de la impresora, el reciclaje reduce el costo en casi la mitad en comparación

con la compra de cartuchos nuevos.

¿Cómo se recicla? ¿Qué es lo primero que piensas cuando oyes la palabra reciclaje? ¿De

qué modo entiendes este ejercicio tan valioso para el cuidado y la conservación del

medioambiente?

Seguro que la primera imagen que te viene a la mente es la de los cinco o seis cubos de

colores instalados en tu casa o en las calles de tu barrio con la función de clasificar los

residuos en función de su material o componentes.

No obstante, reciclar es una acción que va mucho más allá de la clasificación de todos

los residuos que generamos día tras día. ¿Te apetece conocer algunos consejos sobre

cómo se recicla? Echa un vistazo a la lista que te ofrecemos a continuación.

Cómo se recicla: claves para hacerlo bien

En primer lugar, queremos que tengas en cuenta algunos datos. Por ejemplo, cuando

separamos adecuadamente los residuos que generamos a diario, puede reciclarse más

del 60% de ellos, lo cual evita que los Ayuntamientos y las instituciones encargadas

empleen más recursos en su eliminación.

Por el contrario, si ni siquiera nos tomamos la molestia de separarlos, no solo estamos

contribuyendo a generar más toneladas de residuos, sino que de lo que tiremos solo

podrá aprovecharse un 10%.

Reciclar es una acción diaria que no solo consiste en clasificar los residuos, sino que se

relaciona con todo el ciclo de consumo del que formamos parte. ¿Qué quiere decir esto?
Que es una acción que comienza mucho antes de la misma clasificación, para la cual

podemos seguir algunas de las siguientes claves prácticas:

a) Ten en cuenta el material de los residuos

Es el paso elemental del proceso de reciclaje. Cada producto está elaborado a base de

unos materiales que nos permiten clasificarlo en uno u otro contenedor: vidrio, plástico,

aluminio, latas, papel y, por supuesto, residuos orgánicos. Con este sencillo gesto ya

haces mucho.

b) Evita comprar artículos desechables

Nos referimos a cubiertos, platos, vasos o productos envasados en botellas de plástico.

Este material es uno de los que más tarda en descomponerse y, por tanto, el que mayor

impacto genera en el medioambiente. Empieza, por ejemplo, por llevar bolsas de tela al

supermercado en vez de comprar las de plástico. Si reducimos su consumo, a la vez

estamos reduciendo su producción.

c) Reutiliza las cosas que hayan cumplido un primer ciclo de uso

¿Sueles tirar aquello que ya ha cumplido su ciclo? Piénsalo bien: muchos productos

merecen recibir una segunda oportunidad. Aunque no los uses de la misma manera que

antes, pueden ser útiles para otras cosas. Reutiliza envases, cajas o frascos de vidrio;

también puedes probar con la ropa usada.

d) Realiza donaciones de cosas que no uses

Pero si definitivamente estás decidido a tirarlo, aun así espera: es posible que en tu

entorno haya alguien a quien pueda serle útil. Esto nos ayudará a generar menos

demanda y, a la vez, las empresas producirán menos y su acción tendrá un menor

impacto en el medioambiente.
e) Compra productos reciclados

La prueba de que reciclar no es solo clasificar está en que otra alternativa es la compra

de productos reciclados, como ropa, bolsas de basura, cuadernos o libros, entre otros. Y

si hablamos de alimentos, lo más idóneo es adquirirlos en mercados que promuevan las

prácticas sostenibles y el cuidado del entorno.

El juego del reciclaje o cómo concienciar a los niños

Aprender a reciclar es hoy más fácil y divertido que nunca para los peques de la casa.

Existen multitud de juegos y actividades relacionados con el reciclaje y pensados para

enseñar a los niños a generar menos basura, separar residuos y reutilizar, reforzando así

sus valores ecológicos y su compromiso con el medio ambiente.

Que los niños aprendan a reciclar es más fácil si se hace mediante juegos, canciones o

manualidades.

Algún día nuestros hijos recibirán las llaves del planeta y tendrán que ocuparse de él.

Dejaremos en sus manos nuestro porvenir y el de millones de especies que dependerán

entonces de la sensibilidad de sus dedos para librarse de una extinción casi anunciada.

Debemos, por tanto, evitar que la próxima generación cometa nuestros mismos errores y

educarla para construir un mundo mejor y más sostenible.

Cada vez reciclamos más, pero no es suficiente. Lo evidencian los últimos datos de la

Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un organismo

formado por 36 de los países más ricos del mundo, que advertía de la situación: los

miembros de este selecto club apenas reciclan, de media, el 36% de sus residuos
municipales. A nivel particular tan solo siete estados superaron el 50% y regiones como

OCDE-Europa se quedaron a seis puntos del aprobado con un 44%.

Mientras tanto, la basura nos come terreno. El Banco Mundial (BM) alertó en 2018 de

que las áreas urbanas producen más de 2.000 millones de toneladas anuales de residuos

sólidos, una cifra que podría incrementarse un 70% para 2050 si no adoptamos medidas

urgentes. El propio BM insta a los países a mejorar la gestión de los desechos y a

generar menos basura con acciones educativas para el consumidor y el apoyo a los

programas de reciclaje.

Reducir, Reutilizar y Reciclar

El reciclaje es una de las soluciones más visibles contra la proliferación de residuos,

pero no hace milagros. Si queremos habitar en un planeta sostenible necesitamos ir un

paso más allá y cumplir con la regla de las 3R. Esta propuesta de consumo responsable,

que popularizó la ONG ecologista Greenpeace, se basa en tres principios:

Reducir: debemos minimizar nuestro impacto en el medio ambiente produciendo menos

desechos (plásticos, residuos nucleares, emisiones de CO2, etc.).

Reutilizar: tenemos que acostumbrarnos a prolongar la vida útil de los objetos y los

materiales dándoles una segunda oportunidad.

Reciclar: cuando no puedas ni reducir tu cantidad de residuos ni reutilizarlos para darles

un nuevo uso, opta por el reciclaje.

Enseñar a reciclar a edades tempranas es fundamental para que los más pequeños

adquieran este hábito y lo practiquen a lo largo de su vida. Tanto en casa como en la

escuela se pueden desarrollar actividades de reciclaje para niños a través de juegos,

canciones o manualidades que les facilitan y les hacen más divertido el aprendizaje de
las 3R. Estos son algunos de los recursos educativos más originales y sencillos de

utilizar:

Dibujar los distintos contenedores de reciclaje

Es ideal para que los más chiquitines aprendan a diferenciar los cubos de basura (papel,

vidrio, plástico, etc.). Al plasmarlos en un papel identifican, relacionan y retienen mejor

sus formas, colores y usos.

Crear juguetes con residuos

Con esta actividad se fomenta la reutilización. Además, los niños aprenden sobre las

propiedades y las posibles aplicaciones de los materiales, y desarrollan su imaginación y

creatividad fabricando marionetas con calcetines o casas con cajas de zapatos, por

ejemplo.

Premios por recuperar objetos reciclables

Las recompensas por cumplir objetivos predefinidos de reciclaje —como juntar una

cantidad determinada de pilas o tapones— resultan efectivas, sobre todo, entre los niños

algo más mayores.

Videojuegos sobre reciclaje

Existen juegos para PC y dispositivos móviles que fomentan la sensibilidad

medioambiental. También los puedes encontrar online buceando por Internet.

Dibujos animados que promueven el reciclaje para niños

En YouTube hay capítulos de series de animación infantil, como Pispas o Everything's

Rosie, que conciencian a los más pequeños sobre la importancia de reciclar.


Cuentos sobre reciclaje para niños

Hay numerosas obras infantiles, como Capitán Verdeman (Ellie Bethel y Alexandra

Colombo), Cuida tu planeta (Lauren Child) o ¿Por qué debo reciclar? (Jen Green) que,

además de entretener e incentivar la lectura, fomentan el reciclaje entre los más

pequeños.

Más que una tendencia, ya es una realidad: día a día nuestro planeta está más

contaminado y necesitamos tomar acciones para resolverlo. Es por eso que las 3R de

“Reducir, Reutilizar y Reciclar”, son una buena forma de mitigar el daño ambiental a

través del tratamiento responsable de los residuos que generamos. Aquí te explicamos

cómo lograrlo.

REDUCIR

Disminuir la cantidad de basura que produces es la mejor manera de ayudar al medio

ambiente y lo puedes hacer de las siguientes formas:

En el hogar

Las ampolletas LED duran hasta 15 años y son más eficientes que las halógenas. Si las

cambias, reduces gasto de energía y basura.

Prefiere artículos que funcionan con energía solar, como linternas, relojes y cargadores.

Evita dar regalos con exceso de embalaje y prueba haciendo tus propios obsequios o

tarjetas.

Considera cultivar vegetales, ya sea en pequeños jardines o bien en la terraza.


En lugar de botar, busca las formas de donar a instituciones de beneficencia o hacer

ventas de garage (productos electrónicos, ropa en desuso, muebles, libros, etc).

Fuera del hogar

Imprime o fotocopia sólo cuando sea realmente necesario.

Cuando vayas al supermercado, no pidas bolsas de plástico desechables y lleva las

reutilizables de tela.

En la oficina, usen un limpiador multiuso en lugar de comprar muchos productos de

limpieza para diferentes propósitos.

Evita comprar porciones pequeñas de alimentos, como cereales, café o comida para

mascotas.

Impulsa los métodos de reducción de desechos en tu lugar de trabajo.

REUTILIZAR

Son las formas en que puedes volver a utilizar un producto o darle un nuevo uso, como

por ejemplo:

En el hogar

Haz mantenimiento y reparaciones en tu hogar para evitar nuevas compras

(electrodomésticos, herramientas, etc).

Pide prestado, arrienda o comparte artículos que se usan con poca frecuencia, como

decoraciones para fiestas o libros del colegio.

Compra detergente biodegradable para ropa y así podrás reutilizar el agua para riego.
Usa aislantes hechos de papel reciclado, vidrio y otros materiales recuperados.

Si tienes bolsas de plástico, córtalas en tiras y puedes hacer tejidos. Por ejemplo:

carteras o bolsos.

Fuera del hogar

Prefiere artículos recargables como cartuchos de impresora, pegamento, etc.

Opta por botellas reutilizables de acero inoxidable en lugar de plásticas para transportar

agua o infusiones.

En la oficina, puedes reusar los restos de granos de café para depositarlos en plantas,

protegiéndolas de hormigas y babosas.

Si en el trabajo deben renovar computadores, prefieran los refabricados o

reacondicionados.

Para decorar tu escritorio, puedes utilizar pequeñas macetas de caucho reciclado.

RECICLAR (y compostar)

Posibilita que los materiales que distribuyes en contenedores para reciclaje y

composteras sean reutilizados, convirtiéndolos en nuevos productos.

En el hogar

Un tip para reciclar mejor es educar a las personas con las cuales vives sobre la

importancia de clasificar los residuos en contenedores para reciclaje.


Recolecta los residuos orgánicos (verduras, frutas, etc) y crea abono natural a partir de

su descomposición en composteras o vermicomposteras.

Instala contenedores más chicos y de fácil acceso para que los niños participen del

proceso de reciclaje domiciliario.

El papel de diario y cartón que recolectes, puedes usarlo como capas en el sustrato de

las composteras.

¿Sabías que hay 7 tipos de plástico? Identifica y explica claramente cuáles son los que

se pueden reciclar.

Fuera del hogar

Propón la instalación de contenedores para reciclaje en el lugar de trabajo y comienza

con los desechos de uso más extensivo: papel y botellas.

Cuando viajes en auto, lleva un basurero portátil de plástico reciclado.

Dona equipamiento de oficina como notebooks o monitores en desuso.

Haz seguimiento de la cantidad de papel o botellas que tu oficina ha reciclado, usando el

progreso como un motivador.

Infórmate dónde se encuentran los puntos limpios de tu comuna para asegurar que el

material recolectado efectivamente se recicle.

Separar los residuos y dejarlos en el contenedor correspondiente cuesta más que echar

toda la basura en una misma bolsa y tirarla, que ya vendrá el camión de recogida y se lo

llevará. Reciclar cuesta al principio, aunque enseguida se coge el truco y se realiza de


forma natural. Reciclar cuesta si no somos conscientes de sus ventajas para el medio

ambiente, la economía o la salud. Estos son algunos de los beneficios que el reciclaje

reporta a las sociedades que lo practican:

1. DISMINUYEN LA CANTIDAD DE BASURA DE SU ENTORNO

La basura es como ese amigo pesado que todos tenemos y que intentamos quitarnos de

en medio como sea, pero siempre está ahí. Por si fuera poco, cada vez tenemos más de

estos amigos: la cantidad de basura generada, lejos de reducirse, aumenta año tras año a

nivel mundial. Así lo destaca por ejemplo un artículo publicado en la revista Nature.

Según sus autores, la generación mundial de residuos sólidos urbanos (RSU) se

duplicará en 2025 y será más del triple a finales del siglo.

La basura que no se recicla no desaparece como por arte de magia, sino que

normalmente acaba en vertederos. Especialmente preocupantes son los de países que

reciben la basura que nadie quiere y que amenazan el medio ambiente y la salud de

millones de personas. El Atlas de la Basura, elaborado por un grupo de expertos

internacionales en residuos, señala dónde se encuentran los mayores vertederos del

mundo, como el de Jam Chakro, en Pakistán, cuya basura podría cubrir más de 288

campos de fútbol. Por ello, al reciclar, evitamos que los residuos acaben en vertederos, o

todavía peor, en nuestro entorno sin control alguno, y se desaprovechen sus beneficios.

2. CUIDAN MÁS LA NATURALEZA


El impacto ambiental de generar nuevos productos se reduce si las materias primas

provienen del reciclaje. No es lo mismo fabricar papel desde cero que utilizar papel

usado para producir uno nuevo. El ejemplo podría servir para cualquiera de los otros

materiales que se reciclan en la actualidad. Asimismo, la contaminación del agua, el

suelo o el aire generado por la extracción de nuevas materias primas se reduce. Cuanta

más diversidad de materiales reciclemos, cuidaremos mejor de la naturaleza.

3. GASTAN MENOS ENERGÍA

La energía es lo que mueve al mundo. Encender la luz de casa, cargar la batería del

teléfono móvil, ir en coche al trabajo o crear nuevos productos consume energía. Para

ello hoy en día se utiliza en gran parte petróleo y carbón, combustibles fósiles que no

destacan precisamente por su amabilidad con el entorno. Con el reciclaje, la creación de

nuevos productos necesita menos energía. Por ejemplo, el simple gesto de reciclar una

lata de refresco ahorra el 95% de la energía que se necesita para fabricar una nueva.

4. REDUCEN EL IMPACTO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Ya nadie pone en duda que el cambio climático es real y que es una de las mayores

amenazas a las que se enfrenta la humanidad de aquí a los próximos años. El

calentamiento global se produce por la excesiva emisión de gases de efecto invernadero

a la atmósfera, principalmente dióxido de carbono (CO2), fruto de las actividades

humanas. El reciclaje, gracias a su menor consumo de energía y materiales, contribuye a

una menor emisión de CO2.


5. GENERAN MÁS PUESTOS DE TRABAJO

El reciclaje es una actividad que forma parte de la denominada economía verde que la

Unión Europea quiere impulsar por su capacidad de “aumentar la prosperidad mientras

se conservan los sistemas naturales que nos sustentan”. Por ejemplo, según datos de

Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que que cuida del medio ambiente a

través del reciclaje de envases domésticos, desde que comenzaron su actividad en 1998

han generado 42.600 puestos de trabajo en España, 9.400 de ellos de manera directa.

Asimismo, por cada euro que Ecoembes invierte, genera una actividad en la economía

española por valor de 2,8 euros.

6. CREAN NUEVOS PRODUCTOS

Una lata de bebida se puede convertir en otra lata de bebida, una botella de vidrio en

otra y el papel usado en nuevos folios. Pero además, el material reciclado puede dar

lugar a nuevos productos muy diferentes, algunos de los cuales no pensarías que fuera

posible. Un ejemplo de ello son las prendas de ropa de la marca Ecoalf, elaboradas a

partir de neumáticos usados o redes de pesca abandonadas. Su impulsor es el español

Javier Goyeneche, que ha conseguido convertirla en un referente internacional de la

moda sostenible (famosos como la actriz Gwyneth Paltrow o el diseñador de moda

Marc Jacobs se han declarado seguidores de la firma).

7. REDUCEN LOS INGRESOS EN URGENCIAS


Un 10% de los ingresos en urgencias hospitalarias se debe a un mal uso de los

medicamentos, recuerdan desde SIGRE, el sistema integrado de gestión creado por el

sector farmacéutico para la recogida y reciclaje o destrucción de los medicamentos. Sus

responsables recuerdan que el reciclaje de los medicamentos también sirve para

utilizarlos de forma correcta y evitar posibles complicaciones. Asimismo, el símbolo de

esta organización en un medicamento prueba que se trata de un producto legal. Por ello,

si llega a nuestras manos cualquier producto que no lo lleve, no hay que consumirlo.

8. SE SIENTEN MEJOR

Tras leer todos estos beneficios la próxima vez que vayas a reciclar, ¿no te vas a sentir

mejor contigo mismo y con los demás? Una sociedad concienciada por los beneficios

del reciclaje para el medio ambiente, la economía o la salud, recicla más y mejor. Y

todos ganamos.
El lío de las mascarillas caseras y el coronavirus: ¿realmente sirven

para algo?

La OMS no contempla el uso de mascarillas no homologadas a pesar de que distintos

estudios apuntan que pueden ser eficaces para evitar la propagación del virus.

En los últimos días se ha formado un lío tremebundo que tiene como protagonista a las

mascarillas caseras. En internet han surgido un montón de proyectos colectivos y

particulares que ofrecen mascarillas elaboradas con distintos materiales -desde algodón

hasta papel de cocina- para hacer frente al coronavirus Sars CoV-2. Ante la escasez de

material, las autoridades se han hartado de repetirnos que es conveniente dejar las

mascarillas quirúrgicas y las FFP2 y FFP3 para sanitarios y enfermos. Entonces, ¿tiene

sentido taparnos la boca y la nariz con cualquier trapo antes que no llevar nada?

Vayamos por partes. Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud

(OMS) sobre el uso de mascarillas comerciales son claras. El organismo sólo las

aconseja en personas sanas en el caso de que presenten los síntomas característicos de la

Covid-19 (tos o estornudos) o en el caso de que cuidemos a alguien con riesgo de

contagiarse fácilmente. "Las mascarillas sólo son eficaces si se combinan con el lavado

frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón. Si necesita

llevar mascarilla, aprenda a usarla y eliminarla correctamente", dice la organización.

Es decir, las principales medidas de protección siguen siendo el lavado de manos,

mantener una distancia de seguridad, y evitar tocarse la cara. "Las autoridades sanitarias

consideran que, cumpliendo estas medidas, el uso de mascarillas no es necesario porque

son las que, con la evidencia actual sobre el virus, parecen suficientes", explica a EL

ESPAÑOL Gemma del Caño, farmacéutica, especialista en seguridad alimentaria y

divulgadora. "En mi opinión el debate se está centrando en mascarillas caseras sí o no,


cuando debería enfocarse en si sabemos usar las mascarillas en general. Y la realidad es

que no queremos escuchar la respuesta: un elevado porcentaje de la población no lo

sabe hacer", remacha.

Hace apenas unos días, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades

(CDC), que hasta la fecha no habían recomendado su uso, se pronunciaba a favor de la

utilización de mascarillas caseras (elaboradas con bufandas o pañuelos, por ejemplo)

como "último recurso". Esto es, "en entornos donde no hay máscaras faciales

disponibles" ni equipos de protección individual (EPIs) para sanitarios. Además, según

el organismo, estos objetos deberían utilizarse "en combinación con un protector facial

que cubra el frente (hasta la barbilla) y los lados de la cara".

Una trabajadora de un empresa de tapizados de Murcia elabora una mascarilla de tela.

Una trabajadora de un empresa de tapizados de Murcia elabora una mascarilla de tela.

EFE

SALUD

El lío de las mascarillas caseras y el coronavirus: ¿realmente sirven para algo?

La OMS no contempla el uso de mascarillas no homologadas a pesar de que distintos

estudios apuntan que pueden ser eficaces para evitar la propagación del virus.

2 abril, 2020 02:16

CORONAVIRUS INFECCIONES MINISTERIO DE SANIDAD OMS

ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD

José Andrés Gómez


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mascarillas quirúrgicas y las FFP2 y FFP3 para sanitarios y enfermos. Entonces, ¿tiene

sentido taparnos la boca y la nariz con cualquier trapo antes que no llevar nada?

Vayamos por partes. Las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud

(OMS) sobre el uso de mascarillas comerciales son claras. El organismo sólo las

aconseja en personas sanas en el caso de que presenten los síntomas característicos de la

Covid-19 (tos o estornudos) o en el caso de que cuidemos a alguien con riesgo de

contagiarse fácilmente. "Las mascarillas sólo son eficaces si se combinan con el lavado

frecuente de manos con una solución hidroalcohólica o con agua y jabón. Si necesita

llevar mascarilla, aprenda a usarla y eliminarla correctamente", dice la organización.


Es decir, las principales medidas de protección siguen siendo el lavado de manos,

mantener una distancia de seguridad, y evitar tocarse la cara. "Las autoridades sanitarias

consideran que, cumpliendo estas medidas, el uso de mascarillas no es necesario porque

son las que, con la evidencia actual sobre el virus, parecen suficientes", explica a EL

ESPAÑOL Gemma del Caño, farmacéutica, especialista en seguridad alimentaria y

divulgadora. "En mi opinión el debate se está centrando en mascarillas caseras sí o no,

cuando debería enfocarse en si sabemos usar las mascarillas en general. Y la realidad es

que no queremos escuchar la respuesta: un elevado porcentaje de la población no lo

sabe hacer", remacha.

Hace apenas unos días, los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades

(CDC), que hasta la fecha no habían recomendado su uso, se pronunciaba a favor de la

utilización de mascarillas caseras (elaboradas con bufandas o pañuelos, por ejemplo)

como "último recurso". Esto es, "en entornos donde no hay máscaras faciales

disponibles" ni equipos de protección individual (EPIs) para sanitarios. Además, según

el organismo, estos objetos deberían utilizarse "en combinación con un protector facial

que cubra el frente (hasta la barbilla) y los lados de la cara".

¿Cambio de criterio?

Así, en otros países afectados por la pandemia también existe el debate. Esta misma

semana, el diario Washington Post publicaba una tribuna en la que Jeremy Howard,

investigador de la Universidad de San Francisco, citaba una ristra de artículos

científicos y defendía el uso de mascarillas caseras para ayudar a reducir los contagios y

"aplanar la curva". No es el único medio en Estados Unidos que ha ahondado en la

cuestión. El periódico The New York Times también publicaba otro artículo en el que
sostenía que si bien las mascarillas no reemplazan a otras medidas como el

distanciamiento social o el lavado de manos, "pueden ser mejor que nada".

Lo cierto es que en el mundo de la ciencia, las cosas no son siempre blancas o negras.

También existen los grises. Y cada vez conocemos más aspectos sobre cómo se

producen los contagios por el coronavirus Sars CoV-2. El 16 de marzo, un estudio de la

revista Science apuntaba que los casos no detectados de coronavirus fueron los

responsables de la rápida expansión del virus en Wuhan. Y ayer mismo, la OMS

alertaba sobre la urgencia de detectar casos asintomáticos para intentar frenar el avance

de la pandemia de una vez por todas. Estos casos son, según la organización, los

responsables de la mayoría de los contagios que se producen en todo el mundo. Es lo

que se conoce en cine como plot twist o giro de guion.

Entonces, ¿tiene sentido el uso de mascarillas caseras en un contexto en el que existe

falta de material sanitario para los profesionales, cuando no sabemos si estamos

contagiados y podemos expandir el virus? "Las mascarillas caseras pueden disminuir las

gotitas que eliminamos al hablar o toser", reconoce Del Caño. "Llevábamos años

diciendo que debemos tosernos en la parte interior del antebrazo cubriendo con ello

boca y nariz. Esto en el fondo, se podría considerar un 'mascarilla casera' y hasta ahora

no se estaba practicando", lamenta.

Distintos trabajos científicos han abordado la cuestión y han analizado la efectividad de

las mascarillas profesionales y las caseras. Un estudio publicado en la revista Plos One

en 2008 ya sostenía que el uso de cualquier tipo de mascarilla podía ser útil para reducir

la exposición viral y el riesgo de infección.

Así, otra investigación publicada en 2013 también trató de analizar la eficacia de las

mascarillas caseras en un contexto de pandemia, como alternativa a las mascarillas


comerciales. Los resultados apuntan que la mascarilla quirúrgica es tres veces más

efectiva para evitar la transmisión que la casera. "Nuestros hallazgos sugieren que una

mascarilla casera sólo debe considerarse como último recurso para prevenir la

transmisión de gotículas de individuos infectados, pero sería mejor que no tener

protección", concluyen los investigadores.

Estas conclusiones se alinean con lo que también apunta Beatriz Novoa, investigadora

del CSIC, a la agencia Sinc. "No garantizamos al 100% la eficacia de una mascarilla

casera frente al virus. Sin embargo, sí son una barrera ya que los virus se pueden

encontrar en aerosoles y en gotitas de saliva", dice la experta en Inmunología y

Genómica. "Deberíamos usar siempre protección cuando estemos atendiendo a mayores

o al ir a la compra, pero dejar las mascarillas buenas para los que más lo necesitan",

añade.

Una sensación de falsa seguridad

Por su parte, otro científico advierte de que el uso de mascarillas caseras puede ser

también peligroso. "En el momento en que salimos de casa, nos sentimos más seguros

con el uso de mascarillas, aunque sean caseras, y 'eso es mejor que nada'. Vale, pero que

ese 'nada' no sea saltarnos las medidas anteriores porque tanto las caseras como las que

no, nos pueden dar una falsa sensación de seguridad", advierte la experta.

La farmacéutica apunta que las mascarillas en sitios como el supermercado deben ser

utilizadas para no contagiar a los demás. De la misma forma, no evitarán que podamos

infectarnos si nos saltamos a la torera las recomendaciones que se han hartado de

repetirnos las autoridades sanitarias. "Si la usamos mal, pensando que es para no

contagiarnos, la tocamos con las manos y tocamos algo (da igual con guantes o sin
ellos) y somos un positivo asintomático, estamos poniendo en riesgo a la población",

ejemplifica la también especialista en seguridad alimentaria.

"Si no practicamos las medidas de prevención dadas y no utilizamos correctamente las

mascarillas, estamos expuestos y exponiendo. Sé que es más sencillo decir 'ponte una

mascarilla aunque haga poco', pero no debemos dar un mensaje tan simplista porque las

medidas son muchas y hay que seguirlas a rajatabla", insiste. Así, lo que debemos tener

claro es que las mascarillas homologadas deben ser utilizadas de forma prioritaria por

sanitarios, enfermos y personal expuesto. "Hasta que consigamos protegerles a ellos,

nosotros deberíamos priorizar otras medidas. Y si se quiere añadir a todas esas medidas

la mascarilla casera, vale. Como un recurso más, no como El Recurso".

Poco a poco llegan los primeros aviones con los suministros médicos indispensables

para hacer frente a la pandemia: respiradores para atender a los enfermos que están en

las UCIs de los hospitales y material médico que proteja a quienes lidian con los

enfermos de Covid-19.

Los primeros contagios se registraron a principios de marzo, disparándose la

propagación el 18 de marzo. Un día después comenzaron las acciones que afectan a la

población. El primer paso lo dio el Ministerio de Sanidad al decretar la fase de

«contención reforzada»; la Comunidad ordenó el cierre de todos los centros educativos

con entrada en vigor el miércoles día 18 y horas después el Gobierno central anunció la

declaración del estado de alarma. La circulación de la población quedó limitada desde el

lunes 23.

Entonces ya resultaba evidente la falta de material de protección para el personal que

trabajaba directamente con enfermos de Covid-19; sometido a una gran carga viral.

Desde médicos y enfermeros a conductores de ambulancia, limpiadoras o celadores de


los hospitales, pasando por las fuerzas del orden y el personal de supermercados,

protagonizaron imágenes que revelaban su preocupante exposición. Se necesitaban

mascarillas, batas, guantes y trajes que les aislaran con eficacia.

Todos los gobiernos estaban llevando a cabo intensas gestiones para la compra de este

material, pero los ciudadanos confinados decidieron organizarse aportando sus

respectivos conocimientos. Algunas empresas e investigadores universitarios se

centraron en diseñar respiradores o buscar alternativas, mientras que otros recurrieron a

la tecnología de impresión en 3D para fabricar pantallas que sirvieran de barrera física

frente a las gotas expelidas por los enfermos. Por su parte, miles de personas ofrecieron

sus ofrecían sus máquinas de coser para fabricar mascarillas. Estas redes de

colaboración continúan funcionando a todo ritmo, coordinadas mediante grupos de

WhatsApp, redes sociales o foros de Internet como 'Coronavirus Makers'.

Respiradores

Algunos hospitales están probando la adaptación de las máscaras de esnórquel

'Easybreath' de Decathlon, que cubren toda la cara, para construir respiradores

improvisados. Todo empezó cuando el médico italiano Renato Favero (de Lombardía,

una de las regiones italianas más castigadas por la pandemia) contactó con la empresa

italiana Isinnova para proponerles realizar una mascarilla respiratoria de emergencia

utilizando la Easybreath. Los ingenieros de la empresa desmontaron el producto, lo

estudiaron y diseñaron la válvula 'Charlotte', que se produce con fabricación 3D y sirve

para unir la máscara con la máquina de oxígeno. Isinnova ha hecho públicos los planos

para que quien desee pueda fabricar la válvula (siempre que sea sin ánimo de lucro).
Decathlon ha bloqueado la venta del producto y ha donado unidades a los hospitales

para que los utilicen. Este diseño de respirador de urgencia no está homologado y es

necesario que el paciente dé su consentimiento para utilizarlo.

Impresión 3D de máscaras protectoras

Las compañías de impresión 3D y los 'makers' (denominación de quienes tienen en casa

una de estas impresoras y llevan a cabo pequeños proyectos) se organizaron en pocos

días para imprimir viseras protectoras con PLA (ácido poliláctico). A éstas se añade un

lámina de acetato (PVD) transparente que protege al portador de las gotas que pueda

emitir un enfermo con covid-19.

Actualmente, 'coronavirusmakers' cuenta con más de 13.000 voluntarios en toda España

y 1.500 en Euskadi (particulares, empresas e incluso centros educativos), quienes han

puesto sus impresoras 3D a trabajar en las viseras. Hasta la fecha se han fabricado más

de 350.000 viseras, para lo que se han empleado 9 toneladas de material.

Los particulares y pequeñas empresas no son los únicos cuyas impresoras 3D echan

humo. Algunas grandes marcas también se han puesto manos a la obra. Es el caso del

Grupo Renault o la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia), que ha establecido tres

turnos de trabajo para 15 trabajadores, dedicados a la producción diaria de 300 máscaras

de protección facial.

En Euskadi ha surgido también una comunidad maker centralizada en covideuskadi.net,

que trabaja en viseras anti-salpicaduras (ya validadas por el personal sanitario) e

investiga el desarrollo de respiradores. Según los datos de su web, hasta el 31 de marzo

se habían entregado 20.530 viseras (2.747 en Álava, 10.222 en Vizcaya y 7.561 en

Guipuzcoa).
Las comunidades de makers trabajan también en el diseño de piezas que se puedan

incorporar a las manillas de las puertas para abrirlas utilizando el codo en lugar de la

mano, de forma que no queden contaminadas por el virus.

Mascarillas y batas

Las mascarillas son ahora un bien muy buscado. Los expertos han pedido que las que

realmente filtran el virus (marcadas como FPP2 y FPP3) se reserven para el personal

sanitario, enfrentado diariamente a una carga vírica considerable. Con todo, dicho

material sigue llegando a cuentagotas, debiendo sustituirse por mascarillas quirúrgicas

de tela o papel. Estas últimas sirven para evitar que un enfermo contagie a otros, pero

resultan poco útiles para los médicos por no ser herméticas ni estar provistas de filtro.

Ante la falta de suministros, algunas administraciones han optado por facilitar material a

costureras domésticas para que fabriquen mascarillas y batas desechables de

polipropileno. Entre los múltiples tutoriales que se pueden encontrar para confeccionar

mascarillas de tela hay algunos de modelos elaborados como el de la academia de moda

Asun Domínguez, de San Sebastián, con patrón incluido y en el que también se explica

cómo hay que desinfectarlas para reutilizarlas.

Cómo fabricar una mascarilla casera

Aunque las soluciones profesionales son las que más urgen, uno también puede

confeccionarse su propia mascarilla tirando de material doméstico. Bien porque

tengamos a algún enfermo en casa, bien para protegernos cuando debamos ir al

supermercado. Estos son algunos tutoriales disponibles en internet:


● Mascarilla de acetato: Con una goma, un trozo de esterilla de yoga o similar, un

portafolios de plástico duro transparente y una grapadora se puede elaborar una máscara

antisalpicaduras

● Mascarilla a partir de una gorra: Quien no tenga alguno de los materiales anteriores

puede recurrir a una gorra, cinta americana y una funda de plástico transparente; el

resultado una máscara menos aparente pero efectiva.

● Mascarilla con papel de cocina: La doctora en Biología e investigadora del CSIC,

Beatriz Novoa, ofrece otro tutorial en el que utiliza papel de cocina o pañuelos de papel,

gomas y una grapadora.

● Mascarilla de tela: Quienes tengan unos conocimientos básicos de costura pueden

optar por uno de los tres modelos propuestos en este vídeo, fabricados con retales.

Finalmente, otros tutoriales muestran mascarillas con mayor capacidad de protección, al

permitir la introducción de filtros improvisados (desechables tras cada uso).

A día de hoy, y tras el estallido de la crisis sanitaria del coronavirus, es complicadísimo

poder conseguir muchos elementos de protección sanitarios, no sólo mascarillas, sino

también geles y alcohol de desinfectar, y máscaras antisalpicaduras.

De hecho, basta con intentar conseguir alguno de estos elementos, ya sean mascarillas,

geles desinfectantes, etc, en cualquier farmacia. La respuesta siempre en la misma:

"están agotados".

Además, la lista de espera para hacerse con alguno de estos productos una vez lleguen a

la farmacia es interminable, puesto que no se trata de un problema exclusivo de nuestro


país, sino que afecta a todo el planeta, por lo que el mercado de estos materiales de

protección sanitaria se ha visto desabastecido por completo.

Una simple botella de plástico transparente como este nos puede servir para nuestra

máscara anti coronavirus

UNA SOLUCIÓN INGENIOSA, FÁCIL Y BARATA

¿Y qué es lo que paso cuando la necesidad aprieta al hombre? Exacto, que el ingenio se

agudiza. Y aquí tenemos un nuevo y buen ejemplo de ello.

Aquí te enseñamos cómo fabricar tu propia máscara antisalpicaduras con la que evitar

contagiarnos por coronavirus, de manera fácil y sencilla, en nuestra propia casa y

utilizando para ello una simple botella de plástico que apenas nos cuesta unos céntimos.

Se trata de una ingeniosa solución, ‘low cost’, y evidentemente puntual, a un problema

de abastecimiento, ante la gran demanda que actualmente existe de este producto y cuyo

resultado es ciertamente efectivo, hasta que el material homologado llega a la tiendas.

Materiales.

Botella de plástico de dos litros.

Gomas elásticas.

Esponjas o espuma en tiras.

Tijeras.
Instrucciones.

Además de la máscara, también ha diseñado un modelo de filtro que podría hacerse en

casa para su uso inmediato.

Las instrucciones son simples: corta una botella de PET vacía de 2 litros, dejando solo

la parte del centro. Luego, haz el cierre para las orejas pasando por orificios en el PET

la goma elástica y péguelo para sellar. Colocar la espuma o esponja en el borde superior

donde estará en contacto con la frente. Y listo.!!!

La máscara es relativamente cómoda y, además, cree que si la gente la tuviera, reduciría

la posibilidad de que el nuevo coronavirus no se transmita con tanta facilidad.

Estas soluciones caseras no son las únicas que estamos conociendo en estos días ya que,

desde que esta crisis sanitaria estalló en nuestro país, son numerosas las empresas, así

como los particulares, que están aportando su particular granito de arena en esta lucha

para intentar abastecer del material necesario para el desempeño de su trabajo tanto a los

sanitarios como a militares, y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

No debemos de olvidar que son ellos, sanitarios, militares y policías nuestra primera

línea de choque contra esta pandemia y que, por tanto, ponen cada día en riesgo su

seguridad y sus vidas por proteger las nuestras.

De esta manera, hemos visto como muchas de empresas, tanto grandes como pequeñas,

están cambiando su producción para fabricar elementos de protección sanitarios, tales

como batas, mascarillas, máscaras, geles, alcoholes, etc., aunque la necesidad es tal que

no dan abasto todavía para cubrir la demanda existente.


Conclusión

Dado que desde sus orígenes el ser humano ha generado residuos y que es el consumo

en las últimas décadas el motivo por el que se ha visto afectada la salud de todo el

planeta, somos también las personas las que debemos esforzarnos por minimizar los

estragos de este problema.

Hemos de tener muy presentes las tres ‘R’ y aplicarlas a nuestros hábitos de vida.

REDUCIR, REUTILIZAR Y RECICLAR son los fundamentos y, a partir de ahí, sólo

cabe esperar y confiar en que el resto de proceso funciona como es debido.

Para REDUCIR, lo principal es elegir los productos que tengan menos envoltorios y, a

poder ser, aquellos que empleen materiales reciclables, y, por supuesto, tratar de

producir la menor cantidad de residuos que nos sea posible. Además, debemos intentar

evitar el uso de bolsas de plástico para la compra. Así como también es muy importante

que apaguemos los electrodomésticos que no se estén utilizando para ahorrar energía y

que evitemos emitir al aire venenos procedentes de motores de explosión.

En cuanto a la REUTILIZACIÓN, cuantos más objetos puedan ser usados más de una

vez con el fin con el que se crearon, menos basura produciremos y, por tanto, menos

recursos tendremos que emplear para reciclarla.

Y, en última instancia, y no por ello menos importante, es IMPRESCINDIBLE que

SEPAREMOS los distintos tipos de residuos en los correspondientes contenedores (ya

explicados previamente) para que se pueda llevar a cabo un correcto proceso de

RECICLAJE.

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