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Zuluaga-Carrero Et Al 2020 - Una Bonita Historia de Restauración para Bogotá

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Una bonita historia

de restauración ecológica
para Bogotá
Juliana Zuluaga-Carrero | Shirley Eliana Camacho-Ballesteros | Cindy Brigitte Acelas-Albarracín
Una bonita historia
de restauración ecológica
para Bogotá

Juliana Zuluaga-Carrero
Shirley Eliana Camacho-Ballesteros
Cindy Brigitte Acelas-Albarracín

Instituto Distrital de Recreación y Deporte


Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá
© Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis
© Instituto Distrital de Recreación y Deporte

Primera edición, diciembre de 2020


ISBN: 978-958-8576-67-1

Claudia Nayibe López Hernández


Alcaldesa de Bogotá
Martha Liliana Perdomo Ramírez
Directora Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis
Claudia Alexandra Pinzón Osorio
Subdirectora Científica Jardín Botánico
Blanca Inés Durán Hernández
Directora Instituto Distrital de Recreación y Deporte
Javier Orlando Suárez Alonso
Subdirector Técnico de Parques IDRD
Zoraida Margot Acosta
Supervisora Convenio IDRD No. 3881 de 2018
Área Administración de Escenarios de la Subdirección Técnica de Parques
Convenio Interadministrativo IDRD 3881-2018 / JBB 008-2018
2020

Juliana Zuluaga-Carrero
Bióloga, Magistra en Conservación y uso de Biodiversidad
Línea de Investigación en Restauración Ecológica
Subdirección Científica, Jardín Botánico de Bogotá
jzuluaga@jbb.gov.co / zuluaga.juliana@javeriana.edu.co
Shirley Eliana Camacho Ballesteros
Administradora Ambiental, Especialista en Ambiente y Desarrollo Local
Línea de Investigación en Restauración Ecológica
Subdirección Científica, Jardín Botánico de Bogotá
scamacho@jbb.gov.co / scamachoumataelcerrito@gmail.com
Cindy Briggitte Acelas Albarracín
Ingeniera Forestal
Línea de Investigación en Restauración Ecológica
Subdirección Científica, Jardín Botánico de Bogotá
cacelas@jbb.gov.co / brigitteacelas@gmail.com
Fotografía
Laura Esperanza Sierra Escobar
Fotógrafa y productora digital
lau12esperanza@gmail.com
Ilustración
Omar David Bernal Gacharná
Licenciado en Artes Visuales
obernal@fundacionhumedales.org

Citación sugerida
Zuluaga-Carrero, J., Camacho-Ballesteros, S.E. y Acelas-Albarracín, C. (2020). Una bonita
historia de restauración ecológica para Bogotá. Jardín Botánico de Bogotá José Celestino
Mutis e Instituto Distrital de Recreación y Deporte. Bogotá. 293 pp.
Bogotá, D.C., Colombia, 2020.
Bogotá en el tiempo

Contenido

7 | Presentación
9 | Agradecimientos
11 | Introducción
13 | Capítulo 1. Bogotá en el tiempo
37 | Capítulo 2. Procesos de restauración ecológica
67 | Capítulo 3. Principios generales para la
restauración ecológica
101 | Capítulo 4. Áreas piloto de investigación en
restauración ecológica
167 | Capítulo 5. Modelos conceptuales de restauración
ecológica
193 | Capítulo 6. Aves y restauración ecológica
247 | Consideraciones finales
253 | Glosario
263 | Bibliografía
280 | Anexos

5
Presentación

Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá


es el resultado de la unión de esfuerzos y el desarrollo
de actividades que durante los últimos doce años han
llevado a cabo el Instituto Distrital para la Recreación y
el Deporte y el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino
Mutis, encaminadas a la rehabilitación ecológica y el
manejo adaptativo en áreas de importancia ambiental
para la ciudad de Bogotá y la región, constituidos en este
tiempo en áreas piloto de investigación en restauración
ecológica (APIRE).
Esta alianza estratégica ha contribuido al aumento en la
diversidad y oferta de especies vegetales nativas, e impacta
en la generación de conocimiento frente al restablecimiento
de atributos ecosistémicos de tres parques de relevante
importancia para la ciudadanía: el Parque Nacional
Enrique Olaya Herrera; el Parque Metropolitano Simón
Bolívar, sector La Isla, y el Parque Regional La Florida, sector
El Lago, ecosistemas pertenecientes a parques urbanos de
alta importancia para la conservación de biodiversidad,
que en el futuro tendrá un valor incalculable.
Este libro inicia con una síntesis de la historia de la Sabana
de Bogotá; dedica un espacio a los procesos de restaura-
ción ecológica desde el Jardín Botánico de Bogotá, y des-
cribe los principios generales que se deben considerar en
estos procesos de recuperación. Continúa con informa-
ción relativa al proceso de restauración de tres área piloto
de investigación en restaración ecológica (APIRE).

7
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

A partir de allí se hace una descripción de los modelos conceptuales y de


algunas estrategias y técnicas empleadas en el desarrollo de los procesos .
Finaliza el documento con referencias acerca de la relación entre las
aves y la restauración ecológica, y con algunos aspectos a tener en cuenta
hacia el futuro. El texto además, cuenta con un glosario de consulta, un ín-
dice de las especies presentadas a modo de catálogo y os listados de plantas
y aves de las áreas intervenidas.
Con esta publicación se busca visibilizar los procesos adelantados
en tres áreas estratégicas para la ciudad, cuyas acciones contribuyen al
fortalecimiento del componente ambiental del Sistema Distrital de Parques
como parte de la Estructura Ecológica Principal, para el disfrute sustentable
de sus bienes y servicios ambientales.

Martha Liliana Perdomo


Directora
Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis

8
Bogotá en el tiempo

Agradecimientos

Un agradecimiento muy especial para Claudia Alexandra


Pinzón y a Zoraida Acosta por creer en las autoras y haber
contribuido
enormemente desde la gestión institucional para el desa-
rrollo de esta publicación.
A todos los restauradores que han trabajado en las
áreas y han hecho que las ideas de los investigadores se
hagan realidad: Ana Hurtado Calambas, Ana Lucía Vargas,
Anadia Yamira Contreras, Andrés Mauricio García, Andrés
Moncada, Carlos Albeiro Fonseca, Carlos Mario Vanegas,
Carlos Quintero, Carlos William Bustamante Lemus,
Claudia Patricia Acosta, Claudia Patricia Calderón Cruz,
Constancio Cuervo Peñalosa, Diana Marcela Gutiérrez,
Dory Inés Díaz Marentes, Edgar Fabián Vera Bustos, Edgar
Germán Ramírez, Edgar Octavio Quintero, Edward
Alejandro Alfonso, Elizabeth Rondón Hernández, Enoth
David Fuentes, Esdras Suescún, Fabián Andrés Llanos
Reyes, Fabián Quintero Herrera, Fernando Rodríguez
Mancipe, Floresmiro Cano, Gerlín David Montalvo Pérez,
Gloria Estefanny Cangrejo Beltrán, Gloria Patricia Preciado,
Henry Carrero, Hernando Gómez Banguera, Huver Yate
Botache, Jaime Moreno Sánchez, Jaime Ordoñez, James
Grueso, Janeir Juanias Tique, Jefferson Mackenzy, Mafla
Amaya, Jefferson Perdomo, Jesús Antonio Rojas, Jhon Jairo
Barahona Díaz, Jorge Eliécer Romero, Jorge Flores Dallos,
José Antonio Bonilla, José Cristóbal Sánchez, José Domingo
Velasco Yalanda, José Hernando Hernández, José Ignacio
Cuervo, José Julián Carrero, José Wilfredo López Cruz, Kely

9
Patricia Cotera, Leonardo Sánchez, Leonel Hurtado Lucio Alfonso Rivera, Luis
Alejandro Orduz Rivera, Luis Ernesto Gómez, Luis Guillermo Estupiñán, Luis
Guillermo Ovalle (q.e.p.d), Manuel Rico, Manuel Trino Tombé, Marco Antonio
Fresneda, María del Pilar Henao, María Graciela Pallares Pacheco, Martha
Janeth Ortiz, Mauricio Torres Marulanda, Misael Calambas Tunubala, Nidia
Fajardo, Pastor Gamba, Próspero Rojas, Ramiro Ureata, Ramón Enrique
Díaz Muñoz, Raquel Sinisterra Banguera, Raúl Fernando Enciso, Rubén
Camargo Castro, Samuel Alejandro Mejía, Sergio Daniel Moreno Rodríguez,
Teodomira Umenza Choque, Teresa Juanias Tique, Valdemar Anacona
Hormiga, Wilmer Gerardo Castañeda, Yamileth Asprilla, Yeison Alberto
Cárdenas y Yuly Rosario Rodríguez Martínez.
A los técnicos por su apoyo administrativo y en los procesos de propaga-
ción: Zully Alexandra Barrera Hernández, Mary Stella Calderón Hurtado y
Enoc Sánchez Londoño. Al botánico Diego Mauricio Cabrera Amaya, por sus
aportes con la identificación de las muestras del herbario, junto con José A.
Muñoz Díaz y Enoc Sánchez Londoño por el aporte de algunas fotografías
de vegetación.
Y por último, más no por ello menos importante, a Omar Bernal por las
hermosas ilustraciones y a Laura Sierra por el impecable trabajo fotográ-
fico. A todas y todos ¡muchas gracias!
Introducción

La restauración ecológica surge para recuperar la pérdida


de biodiversidad en las áreas que han sido transformadas
por el ser humano y puede llegar a ser una prioridad en
lugares en donde la urbanización acelerada redujo la posi-
bilidad de que la ciudadanía tenga una experiencia signifi-
cativa con la naturaleza.
Rehabilitar y restaurar ecológicamente la ciudad me-
jora sus condiciones ecológicas, contribuye con la conser-
vación de un mayor número de especies de flora y fauna,
favorece la educación ambiental y crea consciencia en la
ciudadanía, que se convierte en fiel testigo de la recuperación
progresiva de los espacios verdes en su entorno.
En Bogotá, los proyectos de restauración ecológica
aportan a la calidad de vida de sus habitantes y, depen-
diendo de su enfoque, generan conocimientos sobre
las especies de plantas, sus funciones ecológicas y su con-
servación; fortalecen una estructura ecológica principal
que contribuye con la conectividad de los ecosistemas y
favorece el hábitat de diversas especies amenazadas, y
conducen a la conservación de la biodiversidad con estra-
tegias que facilitan una mayor disponibilidad de hábitat.
Los procesos de restauración pueden convertirse en
una plataforma para que las instituciones educativas di-
señen programas transversales para poner en práctica la
experimentación y el conocimiento vivencial sobre los
ecosistemas, a través de visitas a las zonas recuperadas y el
monitoreo participativo.

11
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

La restauración ecológica es de vital importancia en una ciudad como


Bogotá: protege los espacios verdes, mitiga el cambio climático, ayuda a
disminuir la contaminación y, en consecuencia, mejora la calidad de vida de
quienes habitan en zonas de escasa vegetación. Disfrutar de un ambiente
sano en armonía con la naturaleza no es una elección, es una necesidad y un
derecho fundamental de los ciudadanos.
Esta publicación destaca la labor de restauración ecológica que por
cerca de diez años han realizado el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino
Mutis y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte en el Parque Regional
La Florida, el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera, y el sector de La Isla
en el Parque Simón Bolívar.
Impulsar la restauración ecológica de Bogotá es un reto, como también
lo es recibir el voto de confianza de los ciudadanos, quienes recibirán los re-
sultados del conocimiento producido en este proceso. Esperamos que este
libro sea del agrado de sus lectores, a quienes invitamos a compartir este co-
nocimiento, porque ¡Bogotá, necesita saber más de restauración ecológica!

12
Capítulo 1
Bogotá en el tiempo
Juliana Zuluaga-Carrero

Para introducirnos en el tema de la restauración ecoló-


gica es necesario conocer algo sobre la historia del sitio
que queremos recuperar. Para esto, hablaremos de lo
que ocurrió en la Sabana de Bogotá antes que tú y yo
naciéramos.

El Plioceno (hace 5,3 millones de años)


Esta división geológica hace parte de la era Cenozoica,
época en la cual la Sabana de Bogotá era muy fría —te-
nía cinco grados menos de temperatura— lo que permi-
tió que ciertas plantas la colonizaran, entre ellas, plan-
tas del género Valeriana y Aragoa y especies pertenecien-
tes a la familia Caryophillaceae.
En el área que hoy ocupa Bogotá se encontraba un
lago rodeado, al parecer, por un bosque andino con
plantas dominantes como Weinmannia, Vallea, Ilex, algunos
pinos del género Podocarpus, así como arbustos de Hypericum
y Simplocos (Wijinga et al., 1989).
En los bordes de este gran lago se acumularon sedi-
mentos en respuesta a la época seca que pudo haberse
presentado. Estas condiciones de baja precipitación
posiblemente dieron origen a los humedales, en los que
se destacaban especies pertenecientes a géneros como
Ludwigia, Hydrocotyle, Cyperus y Sphagnum, plantas que
brindaron recursos a numerosas aves, mamíferos
y peces primitivos (van der Hammen y González,
1968; Andriessen et al., 1993; Hooghiemstra y Ran, 1994).

13
Raque (Vallea stipularis)
Parque Regional La Florida
Especie melífera heliófila de crecimiento moderado,
de alta importancia para la fauna.

Hara (Ludwigia peruviana)


Parque Regional La Florida
Especie de humedal, de crecimiento rápido,
melífera con alta importancia para las aves.
Bogotá en el tiempo

El Pleistoceno (entre 2,6 millones y 10. 000 años)


La temperatura continuó disminuyendo y esto ocasionó cambios en
las especies que se establecieron alrededor del lago. Se cree que lo pri-
mero que sucedió fue que los pinos del género Podocarpus fueron re-
emplazados por especies como el nogal Juglans neotropica, y por el gé-
nero Styloceras. Además, es posible que los bosques de encenillo
hubieran sido sustituidos por especies de los géneros Eugenia, Myrsine y
Hedyosmum, que son más pequeñas, pueden sobrevivir en menores tem-
peraturas y, además aprovechan esta condición para reproducirse (van der
Hammen y González, 1968).
Durante el Pleistoceno la tierra estuvo sometida a periodos glaciares
que ocurren en ciclos de enfriamiento y calentamiento en los que, además,
hay intervalos interglaciares. Al parecer, Bogotá se enfrió cerca de
ocho grados y como consecuencia es posible que se hayan presentado
migraciones de vegetación: las plantas de las zonas más altas de los ce-
rros bajaron, formando humedales y bosques de ribera o bosques
inundables. Algunos ejemplos de esto son las plantas del género Alnus
en el que se encuentran los alisos, y Myrica al que pertenecen
los laureles. Lo anterior explica parte de la primera migración hace
850.000 años (van der Hammen y González, 1968; van der Hammen, 1986).
Posteriormente, hace cerca de 350.000 años tuvo lugar una segunda mi-
gración. Durante esta, el roble —del género Quercus— pudo establecerse
viniendo desde el hemisferio norte, en los límites de la distribución de los
pinos Podocarpus, formando los primeros bosques subandinos (Van der
Hammen, 1968; González y Forero, 2000; Rangel, 2003).
Como consecuencia de las alteraciones en el clima, la distribución de la
vegetación en la Sabana de Bogotá se modificó: según van der Hammen y
González (1968), la flora de los Cerros Orientales se extendió a los humeda-
les como resultado de la desecación que sufrió el lago de la Sabana.
El trabajo de autores como van der Hammen y González (1968), van der
Hammen (1986, 1992), van der Hammen et al. (1990), y Andriessen et al.
(1993), entre otros, permite entender mejor la historia de los cuatro ciclos,
describiéndolos de la siguiente manera:
1) Pleniglacial inferior (90.000–60.000 años antes del presente)
Temperaturas y precipitaciones bajas, ambiente muy seco. Condicio-
nes favorables para el establecimiento de pajonales y matorrales de
páramo en lo alto de los cerros y de bosques de encenillo en los bor-
des del Lago. Para esta época el género Polylepis fue probablemente
abundante en los cerros.

15
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

2) Pleniglacial medio (60000 – 30000 años AP)


Se incrementan la temperatura, la precipitación y la humedad. Es
posible que la masa del agua del Lago haya aumentado como conse-
cuencia de la lluvia, lo que ocasionó procesos erosivos y la formación
del valle de la región del Tequendama.
3) Pleniglacial superior (28.000 – 18.000 años AP)
Se presentan condiciones climáticas muy secas, baja temperatura y
precipitación, lo que ocasiona que el lago se empiece a desecar y que el
páramo colonice la región de la Sabana de Bogotá. Los pantanos rema-
nentes del cuerpo de agua, suelos en los que los sedimentos acumula-
dos en el Lago fueron expuestos, y dieron origen a los humedales.
4) Tardiglacial (Hace 13.000 – 10.000 años AP)
El clima se vuelve más húmedo y favorece la extensión de la vegeta-
ción herbácea en los humedales, así como el establecimiento de ve-
getación de mayor porte en la que se destacan géneros como Alnus,
Myrica y Weinmannia. En este tiempo, la fauna estaba dominada por
mastodontes, caballos americanos, venados, curíes y numerosas aves,
que sirvieron de alimento a los Paleoindios.
El Lago permitió la formación de numerosos acuíferos en la Sabana;
y como resultado de los sedimentos depositados en el fondo, y de las cenizas
de volcanes que hicieron erupción en la cordillera Central y que probable-
mente fueron depositadas antes de que el lago se desecara, los suelos son
muy ricos en nutrientes. Al final de este ciclo ocurre un nuevo enfriamiento
en el que, de nuevo, el páramo y el subpáramo colonizan la Sabana (van der
Hammen, 1986).

Holoceno (desde 10.000 años AP hasta el presente)


En este periodo la temperatura y la precipitación se incrementan para llegar
a condiciones similares a las actuales, que favorecieron la extensión de los
humedales por la Sabana y permitieron que se mantuviera una alta oferta
hídrica. En la Sabana se podía encontrar plantas del género Weinmannia, así
como representantes de la familia Melastomataceae.
Posteriormente se establecieron especies de los géneros Quercus,
Acalypha y Alchornea, y se presentaron diferencias en la vegetación de
acuerdo con la disponibilidad de agua.
En las áreas pantanosas se destacan familias como Cyperaceae y Com-
positae, y géneros como Rumex, Polygonum, Relbunium e Hydrocotyle. Las
áreas más drenadas estuvieron dominadas por géneros como Morella, Ilex y
Vallea (van der Hammen y González, 1968; van der Hammen 1986).

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Pino romerón (Retrophyllum rospigliosii)
Parque Regional La Florida
Especie nativa de crecimiento lento. Individuo joven de 10 años. En categoría
Casi Amenazada de extinción. Anteriormente hacía parte del género Podocarpus.

Ecosistema de humedal Parque Regional La Florida


Remanente de más de 20 hectáreas en donde habitan especies de aves
en vía de extinción. Se calcula que lleva más de 60 años sin intervención humana.
Encenillo (Weinmannia tomentosa)
Parque Regional La Florida
Especie de crecimiento moderado, melífera, medicinal.

Arboloco (Smallanthus pyramidalis)


Parque Regional La Florida
Especie de crecimiento rápido, importante para la fauna
y clave en procesos de restauración ecológica.
Bogotá en el tiempo

Ocupaciones humanas prehispánicas (mediados del iii milenio


a.C. hasta siglos ix-xvi d.C.
La estabilidad en las condiciones climáticas permitió el asentamiento de
las primeras comunidades humanas, que se dio a lo largo de cuatro perio-
dos: —Precerámico temprano, Precerámico tardío, Formativo o Herrera, y
Tardío o Chibcha— que se describen a continuación, narrados en el tiempo
como a.C . (antes de Cristo) o d.C. (después de Cristo) (Rodríguez, 2011):
Precerámico temprano (hasta mediados del III milenio a.C.)
Predominan cazadores y recolectores de frutos y semillas que vivían en la
planicie o en los abrigos rocosos de los Cerros.
Precerámico Tardío (finales del III milenio a inicios del I milenio a.C.)
Surge la pesca y horticultura. Ocurren las glaciaciones. Hay crecimiento
en la población y se da la sedentarización.
Formativo o Herrera (I milenio a.C. a siglo VIII d.C.)
Surge la agricultura con cultivos de maíz, fríjol y achira, se congregan en
aldeas pequeñas. Al final de esta época se intensificó el cultivo de maíz
Zea mays, y se desarrollaron los primeros utensilios en cerámica (van der
Hammen, 1992).
Tardío o chibcha (siglos IX-XVI d.C.)
Periodo con características como las descritas por los conquistadores eu-
ropeos, lo que en este texto se describirá posteriormente.
Los recursos alimentarios de una buena parte de la población humana
estaba basada en vegetales; las poblaciones de lo que hoy es Bogotá
recolectaban frutos de palma (32,5 %), cazaban (21,6 %), pescaban (18,2 %),
practicaban la horticultura (12,5 %), recolectaban miel (9,5 %) e insectos
(5,6 % ) (Rodríguez, 2011).
Las técnicas de caza y la alta diversidad de los ecosistemas de bos-
que y de humedal permitió que las comunidades tuvieran una dieta va-
riada a la que integraron borugos, zorros, comadrejas, venados, conejos,
así como moluscos y aves de humedal. Los cultivos primigenios estaban
conformados por calabaza (Cucurbita) e ibias Oxalis), y la pesca por peces y
cangrejos (Correal, 1981; Peña y Pinto, 1996; van der Hammen, 1992; van der
Hammen y Correal, 1978).
La sociedad muisca tenía una cosmovisión basada en la relación entre los
ciclos físicos, animales, plantas y el mundo espiritual. Para ellos la creación
del universo inicia en total oscuridad y el dios Chiminigagua envía cuervos
a iluminar los cuerpos celestiales. El dios, en forma de serpiente, desciende

19
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

El centro espiritual de la comunidad muisca


era la visión matriarcal y los ecosistemas acuáticos,
por lo que protegían especialmente a la mujer
y el agua, visión en la que basaban su supervivencia (Correa, 2005).

del Sol a la laguna sagrada de Iguaque para dar origen a Bachué, madre de
los muiscas. Chiminigagua enseña a Bachué a crear herramientas, manejar
el fuego, cazar y recolectar; juntos fueron poblando la tierra y pasando su
conocimiento a sus hijos. Después, Chiminigagua envía su mensajero Bo-
chica, quien crea el salto de Tequendama, desagua la Sabana y enseña a los
muiscas la tecnología para la agricultura, el arte rupestre, la metalurgia, el
arte de tejer y la política, lo que perduró hasta la llegada de los españoles
(Correa, 2004, 2005; Rodríguez, 2011).
Según Rodríguez (2011), el paisaje de la Sabana de Bogotá en esta época
era diverso y estaba compuesto por variados patrones de asentamiento. En
el piedemonte de las montañas con terrenos inclinados se hacían adecua-
ciones como terrazas, plataformas y canales de riego que permitía aprove-
char estos sitios pendientes. Debido al suelo arcilloso que evita la infiltra-
ción del agua, en las áreas más planas se estableció una terraza de inunda-
ción formada cuando se secó la antigua laguna. En estos sitios se estable-
cían cultivos rotativos, que se favorecían de la alta cantidad de nutrientes
que aportaba el agua en las estaciones lluviosas.
Las áreas de inundación fueron transformadas mediante la construcción
de camellones y canales con diversas funciones de alta importancia: por una
parte estos sistemas de ingeniería mantenían la temperatura de las noches y
evitaban las heladas, ya que las características físicas y químicas del agua le
permiten amortiguar estos cambios. Por otra, este sistema permite regular
las inundaciones y las sequías al tiempo que los canales se enriquecen de la
materia orgánica de las plantas en descomposición que sirven de abono para
los cultivos establecidos sobre los camellones. Este sistema exigía, además
de mantenimiento, la coordinación política y administrativa para adminis-
trar la mano de obra para esta labor (Rodríguez, 2011).
La vegetación dominante en las escasas áreas en las que había vegeta-
ción era el bosque seco montano; probablemente una buena parte de la Sa-
bana permanecía inundada (Guhl et al., 1981).
Los muiscas desarrollaron una economía sustentada en la explotación de
los recursos provenientes de distintos pisos térmicos, que les ofrecía una alta
diversidad de productos, entre ellos papa, maíz, cubios, chuguas, batatas y
arracahas; y aunque aprovechaban la alta productividad de las tierras más

20
Bogotá en el tiempo

fértiles, intercambiaban productos con otros grupos (Rodríguez, 2011). La re-


gión cundiboyacense tenía sitios especializados para el trueque: unos para
intercambios a pequeña escala —productos agrícolas principalmente— y
otros a gran escala para productos como sal, mantas de algodón y oro. Estos
intercambios tenían condiciones: con las comunidades cercanas se realiza-
ban para satisfacer necesidades básicas y dependían del uso potencial que
se le podía dar al suelo. Con comunidades lejanas se hacían trueques para
adquirir menores cantidades de productos de gran valor. Los intercambios
también contemplaban la domesticación de curí, patos, cacería y manteni-
miento de venados en corrales, la recolección de insectos y crustáceos, y la
pesca. Hacia Sumapaz, al sur se encontraban comunidades que aprovecha-
ban la papa (turmas) y raíces (Rodríguez, 2011).
A través de la observación de los recursos que la naturaleza ofrecía en
cada región se establecieron los sistemas de producción, un concepto que
cambió con la llegada de los colonizadores.

La llegada de los conquistadores (siglos xvi-xvii)


Después de la llegada de los españoles a la Sabana de Bogotá, los sistemas de
producción conformados por terrazas en el río Bogotá entraron en desuso. La
transformación humana moderna sobre el área de la llanura causó la pérdida
de las antiguas condiciones, y los procesos de desecación dieron paso a la uti-
lización de técnicas de cultivo con riego artificial.
Durante el tiempo trancurrido desde la llegada de los españoles, las
expediciones y las guerras —entre 1550 y 1564—, ocurrió un verdadero so-
metimiento a la población indígena, quienes al final se convirtieron en la
mano de obra que mantenía a los conquistadores (Melo, 2020).
En la Sabana había asentamientos dispersos y grandes áreas de la-
branza muisca, territorio que prometía buena mano de obra indígena para
los sistemas de producción coloniales. Estas extensas áreas de labranza
fomentaban actividades agrícolas y ganaderas. Sin embargo, el terreno
inundable de la Sabana y el temor a las represalias de sus habitantes, hizo
que los conquistadores eligieran establecerse en el piedemonte del cerro
Guadalupe (Felacio, 2017).
Los indígenas usaban la leña y el carbón como fuente de energía para
la cocción de los alimentos y de las piezas de cerámica, la orfebrería y la
evaporación de aguasal. Con la llegada de los españoles se adicionaron ac-
tividades como panaderías, minas, haciendas, conventos y construcción de
casas de españoles con tejas de barro (Vanegas, 2013).

21
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

El sistema europeo impuso en las comunidades un sistema


de producción que aceleró la transformación de la naturaleza
y los ecosistemas circundantes.La extracción de leña,
como fuente de energía para la ciudad, causó que las especies maderables
empezaran a disminuir en la Sabana de Bogotá (Felacio, 2017).

Según las descripciones de la época, en las dos grandes ciudades de la


Sabana, la alternativa para suplir la madera requerida con la llegada de los
españoles este insumo fue usar mano de obra sin importar las distancias,
las condiciones climáticas y geográficas de los caminos. Estas ciudades es-
taban ubicadas sobre los centros prehispánicos de poder que hoy corres-
ponden con Bogotá y Sogamoso (Vanegas, 2013).
Según Bohórquez (2008), y de acuerdo con la recopilación de los cronis-
tas de la Colonia, Vicente Restrepo señala que los muiscas
Tenían a los montes en gran veneración. Considerábanlos sagrados porque
los dedicaban a sus dioses y no se atrevían a cortar un árbol ni a desgajar
una rama. Cuando querían hacer un ofrecimiento entraba en el monte cada
individuo aisladamente, y si eran muchos, unos iban por una parte y otros
por otra (p. 165) [...]
Por su parte Jiménez de Quesada anotaba que
Tienen muchos bosques y lagunas consagradas… donde no tocan a cortar un
árbol…en estos bosques ban tanbien a hazer sus sacrificios y entierran oro y
esmeraldas en ellos (p. 37).
Lo anterior estuvo acompañado por la influencia de los misioneros católi-
cos (dominicos y franciscanos), quienes adelantaron una campaña para erra-
dicar prácticas y costumbres rituales indígenas en ecosistemas de alta impor-
tancia como humedales y bosques. Para este propósito se crearon centros de
evangelización en los que más tarde se llamaron los resguardos de Usme, de
Fontibón, de Engativá, de Suba y de Usaquén (Velandia, 1983).
Para la evangelización de los indígenas la iglesia católica recurrió a
la extirpación de las idolatrías a través de la tala de los árboles sagrados,
práctica mediante la cual se eliminaron muchas especies. Un ejemplo de
ello son las grandes extensiones de bosques de palmas, pues eran diviniza-
das y respetadas por su comunidad. Los relatos describen cómo el arzobispo
Cristóbal de Torres ordenó cortarlas, quemarlas y, en algunas ocasiones, ha-
cer fabricar imágenes católicas con la madera, con el objetivo de que los
indígenas las adoraran. De esta manera se aceleró la transformación de los
cerros Orientales y los bosques dramáticamente (Patiño, 1975).

22
Bogotá en el tiempo

También fueron prohibidas ceremonias, bailes, fiestas, y como parte de


esto se destruyeron santuarios y aplicaron castigos a todos aquellos que
persistieran; lo anterior con el objetivo de cimientar la devoción y la fe cris-
tiana en las comunidades indígenas (Velandia, 1983).
Con la llegada de los conquistadores, sitios de gran importancia para la
cosmogonía muisca se fueron perdiendo de la memoria colectiva porque no
hacían parte de los sistemas productivos de los españoles, quienes además
impusieron la ganadería como sistema, lo que ocasionó un notable cambio
en los ricos suelos de Bogotá. Algunos de ellos son el sitio ceremonial de
Fontibón y del pueblo de Funza —lugar desde donde el río deriva al occi-
dente—, y los monolitos de Jaboque, lugar ceremonial localizado en cerca-
nías del Parque Regional La Florida (Therrien, 2013; Villa, 2012).
Desde el siglo XVI la tierra se divide en estancias de ganado mayor va-
cuno; estancias de pan sembrar dedicadas a la agricultura; estancias de ga-
nados menor para ovejas, y estancias con huertos de pan coger (Villa, 2012).
Hacia 1556 la Real Audiencia dicta medidas para la construcción de vivien-
das en la Sabana, exigiendo que sean de piedra y tejas. Se incrementa la
demanda de piedra caliza y aumentaron los chircales en los lugares donde
se extraían arcillas y adobes para la fabricación de tejas de barro cocido.
Buena parte de la leña que se extraía de los cerros se usaba para alimentar
las fundiciones de hierro y las herrerías, y otra parte para alimentar los chir-
cales (Molina, 2010). Se construye el primer Acueducto de Santafé en 1584,
que se alimentó del río San Agustín, que bajaba de un área con vegetación
nativa, llegando a una pila pública para suplir las necesidades de agua po-
table de los habitantes (Rodríguez, 2017).
En el siglo XVIII, José Celestino Mutis creó un Jardín Botánico para la
investigación de la flora de la Sabana, en el cual incluyó los cerros, la ri-
bera del río Bogotá, sus humedales y lagos. Aunque el motivo inicial era el
conocimiento de las plantas y sus productos para exportar a Europa, y así
aumentar el poder económico de los españoles, esta expedición construyó
un sólido conocimiento de las especies de plantas del país (DAMA, 2000;
Piedrahita, 2009).
Con la declaración de la independencia y la posteriormente retirada de
los españoles, los criollos, hijos de españoles, se quedaron a cargo de las
decisiones políticas y continuaron ejerciendo el poder con una mínima re-
presentación de las comunidades mestizas, indígenas y afrodescendientes
(Agudelo et al., 2010).

23
Pintura de las tierras,
pantanos y anegadizos
del pueblo de Bogotá
realizada por mandato
de la Real Audiencia
de la ciudad de Santa Fe
del Nuevo Reino de Granada
en la causa que en ella trata el
señor fiscal con don Francisco
Maldonado de Mendoza
Alonso Ruiz Galdámez,
receptor y Juan de Aguilar
Rendón, pintor,
mes de abril de 1614.
Tomada de Correa (2004).

25
Calabaza (Cucurbita ficifolia)
Parque Regional La Florida
Coloniza rápidamente áreas transformadas, mejora el suelo y brinda polen
a polinizadores. Es una especie de alta importancia para la alimentación humana.

Curuba (Passiflora tripartita)


Especie nativa que ofrece néctar a
polinizadores. Sus frutos brindan
alimento.
Bogotá en el tiempo

Privatización de la tenencia de la tierra y cacería (siglos


xviii y xix)
A partir del siglo XVIII se decreta la libre enajenación de las tierras que ha-
bían sido hasta ese momento resguardos indígenas muiscas en Cota, Suba
y Zipaquirá, entre otros, lo que llevó a la privatización de la tenencia de la
tierra, tiempo para el cual la hacienda se consolida como la base del poder
político y prestigio social (Palacio, 2008). Así, la Sabana de Bogotá es distri-
buida en nueve haciendas: Hato Grande, Fagua, Fusca, Yerbabuna, Tibabitá,
La Conejera, El Chucho, El Noviciado y Tiquiza (Pardo, 1988).
Hacia finales del siglo XVIII se incrementan las construcciones en la Sa-
bana, entre ellas las que estaban a cargo del Estado y la iglesia. Se destacan
construcciones como la iglesia de Egipto, la Catedral Primada, la iglesia de
Nuestra Señora de Lourdes, el Teatro Colón, el Capitolio Nacional, el Pa-
nóptico (Museo Nacional), el Hospital de La Misericordia entre otras que
fueron hechas a partir de piezas fabricadas en chircales, tejares y canteras
que se encontraban en los cerros y que extraían material de sus yacimientos
(Molina, 2010).
En los años de 1872 y 1890 ocurrieron varios derrumbes por causa de los
chircales que además afectaron la conducción del agua—, razón por la que
en 1894 se prohíbe explotar canteras en el perímetro urbano entre Chapi-
nero y San Cristóbal. Las condiciones de los trabajadores en canteras, teja-
res, chircales, leñadores y minas de carbón — mano de obra proveniente de
Boyacá y Cundinamarca— eran deplorables (Molina, 2010).
Desde finales del siglo XIX la población bogotana transformó el pai-
saje de la Sabana de manera significativa: se construyeron largas zanjas de
desagüe de agua y jarillones para evitar su inundación en los periodos de
lluvias, lo que se acompañó por la plantación de especies exóticas como el
eucalipto y el pino. Se reemplazaron los bosques de aliso por sauces que
fortalecían los jarillones y que permitían desecar los pantanos de estas ha-
ciendas (Palacio, 2008; van der Hammen, 2003).
Para este periodo los tejares se establecieron principalmente hacia el
sur de la ciudad, en los barrios de Santa Bárbara, Las Cruces, San Cristóbal,
Paseo de Bolívar, La Perseverancia y Egipto, en donde se fabricaban tejas de
manera manual. Para 1886 se inicia la fabricación de los primeros ladrillos
con máquinas de cocción que horneaban a altas temperaturas, usando car-
bón mineral (Molina e Hinojosa, 2011).
Para los pobladores de la sabana las grandes extensiones de humeda-
les representaban tierras perdidas para agricultura y ganadería. Las zanjas
usadas para evacuar el agua disminuyeron el nivel freático de la Sabana,

27
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Nuestra ciudad es el reflejo de las relaciones históricas complejas


de sus habitantes con la naturaleza circundante

lo que llevó progresivamente a la eutroficación de los humedales remanen-


tes. Con un sistema socioeconómico como la ganadería fue necesario crear
grandes potreros para que los animales pastaran (Andrade, 2003).
Fue así como Bogotá pasó de un sistema de cacicazgo, en el que los
muiscas estaban conectados con las dinámicas de la naturaleza y sus re-
cursos, a una organización basada en haciendas de propiedad privada que
abarcaron, incluso, los resguardos indígenas.
Los hacendados y extranjeros para esta época iniciaron prácticas de
caza y pesca deportiva en lagunas, humedales, bosques y páramos. A partir
de esta actividad se cazaba conejo, armadillo, comadrejas, borugos, patos,
zorros, buitres, gallinazos, carracos, gualas, torcazas y palomas (Palacio,
2008). En las haciendas las cabezas de los venados eran las más llamati-
vas ya que eran usadas como roperos y adornos. Aunque los indígenas no
tenían la facultad de matar y comer sin licencia del cacique los venados, la
cacería deportiva llevó a su desaparición en la Sabana (Pardo, 1988; Villa,
2012). Por su parte, los indígenas pescaban capitán de la sabana, guapucha
y cangrejos de agua dulce para subsistir (Palacio, 2008).
Entre 1857 y 1880 la hacienda criolla toma auge como la unidad productiva
agropecuaria; los hacendados dividen potreros para la cría de ganado con do-
ble propósito —carne y cuero—, así como ovejas y caballos (Palacio, 2008).

Bogotá en la modernidad (siglos xx y xxi)


El surgimiento de la maquinaria al inicio de este periodo generó un cam-
bió en las actividades agrícolas que se habían estado llevando a cabo en el
siglo XIX. Máquinas como las trilladoras estacionarias a vapor y los tractores
transformaron las formas de producción en la Sabana, lo que impulsó la
intensificación de los cultivos de trigo, maíz, cebada, forrajes y pastos, y
especies maderables, así como la llegada de otras razas de ganado.
Esta intensificación agrícola incrementó el uso de agroquímicos y pestici-
das que empezaron a contaminar los cuerpos de agua (Palacio, 2008; van
der Hammen, 2003).
Este sistema exigió grandes cantidades de recursos que fueron empleados
en la construcción, la fabricación de tejas de barro y la preparación de alimen-
tos, razón por la cual las talas continuaron y llevaron al exterminio a varias
especies maderables de crecimiento lento, así como al reemplazo progresivo

28
Bogotá en el tiempo

de especies nativas y la introducción de frutales como el durazno (Prunus per-


sica) y el cerezo (Prunus serotina), y grandes extensiones de eucalipto )Euca-
liptus globulus), sauce (Salix humboldtiana) y especies de acacias, entre ellas
la Acacia melanoxylon. A la Sabana también llegó, procedente de Kenia, la es-
pecie de pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus) —una de las más invasoras del
mundo— que contribuyó a sustituir definitivamente el paisaje (Andrade,
2003; Dama, 2000; Rangel-Ch, 2003; Valdez, 2006).
El crecimiento acelerado que sufrió Bogotá durante el inicio del siglo XX
produjo grandes cambios en los ríos que atraviesan la ciudad, pues fueron
usados como sistema de alcantarillado; entre ellos, los ríos San Francisco,
Fucha, San Agustín y Arzobispo que llevaron el agua contaminada hacia los
humedales existentes (Torres, 2016).
Para este tiempo se incrementa la demanda de ladrillo y tejas por el cre-
cimiento urbano, por lo que aparecen chircales en las grandes haciendas
que se encontraban a las afueras de la ciudad, hacia Chapinero y Teusaqui-
llo. La industria se tecnifica y en algunas áreas de la ciudad se vuelven de
importancia para las familias que dependen de ellos, quienes se asientan
cerca a sus trabajos, una buena parte de ellos en las faldas de los cerros.
Hacia 1940 se prohíbe la actividad minera y algunas empresas quedan
endeudadas y le pagan a sus trabajadores con tierras. Así empieza el pro-
ceso de urbanización en barrios como Las Cruces, Belén, San Cristóbal y
Egipto; y las familias más pudientes se asientan en Chapinero (Bohórquez
-Alfonso, 2008).
Como consecuencia del conflicto armado interno, la ciudad recibió una
buena parte de la población desplazada por la violencia, quienes al carecer
de recursos se asentaron en las zonas periféricas de la ciudad, entre otras
en las faldas de las montañas, lo que finalmente conllevó a la degradación
y progresiva erosión de los cerros (Torres, 2016).
En los años cuarenta nace la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de
Bogotá (EAAB), que empieza a adquirir predios en las laderas de los cerros.
Los primeros correspondieron a las hoyas hidrográficas de los ríos San Fran-
cisco, San Agustín y San Cristóbal, y las quebradas Las Delicias y La Vieja.
Hacia 1945 se compraron los predios de los ríos San Francisco, San Cristóbal,
Arzobispo y Los Rosales para iniciar programas de reforestación y aportar al
abastecimiento de agua. Hacia finales de los años cincuenta los cerros en-
tran en la ley de reservas, que hacia los años setenta fue reglamentada por
la Corporación Autónoma Regional (CAR). En adelante los cerros son parte
de la estructura ecológica principal y se decide enriquecerlos mediante es-
pecies forestales (Meza, 2008).

29
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Posteriormente, el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renova-


bles y del Ambiente (Inderena) —hoy Ministerio de Ambiente y Desarrollo
Sostenible—, declaró el área de Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental
de Bogotá, que en 2005 fue redelimitada para su zonificación y reglamenta-
ción de uso y se establecieron las condiciones para su ordenamiento y ma-
nejo dentro de los programas, proyectos y acciones estratégicas necesarias
para conservar, preservar, rehabilitar y recuperar esta reserva mediante la
Resolución 463 de 2005.
En 2018 algunos de los remanentes de humedal fueron reconocidos con
la distinción internacional, por la Convención Relativa a los humedales de
Importancia Internacional, especialmente como Hábitat de Aves Acuáticas,
conocida como Convenio de Ramsar (Ramsar, 2016).

30
Laurel de cera (Morella parvifolia)
Parque Regional La Florida
Especie de crecimiento lento. Se establece en áreas inundables.
Este género ha sido usado por el ser humano en ceremonias religiosas y como
condimento. Sus poblaciones están seriamente disminuidas.

Uche (Prunus buxifolia)


Parque Regional La Florida
Planta nativa (endémica). Actualmente es vulnerable de extinción; sus
poblaciones están seriamente reducidas.
Uchuva (Physalis peruviana)
Parque Regional La Florida
Especie pionera, se establece fácilmente en áreas transformadas.
Se puede encontrar en la franja terrestre de humedales;
sus frutos son consumidos por la fauna.

Lago Parque Regional La Florida


Las sinuosidades del río Bogotá han formado durante años áreas en las cuales el
río deposita aguas con sedimentos, creando meandros que hicieron parte de los
sistemas de producción muisca, sinuosidades que además
hacían parte de la serpiente muisca sagrada.
Palma de cera (Ceroxylon quindiuense)
Parque Regional La Florida
Las palmas eran sagradas para los indígenas, además se ser
claves para la fauna ya que ofrecen refugio y alimento. Esta
especie está en peligro de extinción, y fue plantada en el Parque
por su importancia ornamental.

Gaque (Clusia multiflora)


Parque Nacional Enrique Olaya Herrera – Individuo de ocho
años. El gaque, del muisca guaque, pariente, compañero, amigo.
(Giraldo, 2014)
Borrachero (Brugmansia arborea)
Parque Regional La Florida
Esta planta, cultivada, se usaba como un medio de conexión;
las comunidades indígenas de los Andes la consideran una planta de poder,
cuando las demás plantas no funcionaban (Davis, 2009).
Nogal (Juglans neotropica)
Hacienda Yerbabuena
Se consideraba un medio de comunicación entre el cielo y la tierra
(Camacho-Ballesteros, 2019). Actualmente está en peligro de extinción.
Fotos: José A. Muñoz (izq.) y Diego M. Cabrera (der.)

Guayacán (Lafoensia acuminata)


Madera dura como la piedra y eterna como el mármol
(Camacho-Ballesteros 2019)
Esta especie produce una cobertura excepcional,
y ofrece néctar y frutos durante buena parte del año.
Fotos: Diego M. Cabrera
Ciprés (Hesperocyparis lusitanica)
Parque Regional La Florida
Gimnosperma proveniente de países de Centroamérica como México.
Especie maderable.

Diente de león (Taraxacum officinale) Margarita de pantano(Senecio carbonellii)


Parque Regional La Florida Parque Regional La Florida
Especie naturalizada que crece sobre el Presente en áreas inundables y humedales.
pasto y ofrecer alimento a polinizadores. Este individuo fue propagado por el Jardín Botánico y
Sus semillas se dispersan por el viento. reintroducida en el Parque. Las poblaciones más grandes se
encuentran en el humedal La Conejera.
Fotografía: Juliana Zuluaga Carrero
Capítulo 2
Procesos
de restauración ecológica
Juliana Zuluaga-Carrero
Cindy Brigitte Acelas-Albarracín

Generalidades de la restauración ecológica


La restauración ecológica permite asistir la recuperación
de un ecosistema que se ha degradado, dañado o des-
truido. Es una actividad que puede promoverse desde
instituciones gubernamentales, no gubernamentales,
educativas, privadas o comunitarias, con la cual se inicia
o acelera la recuperación del ecosistema (SER, 2004).
Mediante la restauración se busca reanudar procesos
detenidos o perdidos, para que el hábitat restablezca ca-
racterísticas que aporten a sus funciones ecológicas. Para
lograrlo, es necesario recuperar las dinámicas preexisten-
tes en el sistema, lo cual requiere de esfuerzos de largo
plazo (SER, 2004; Gann et al. 2019).
Usando como referente ecosistemas históricos o pre-
existentes en buen estado de conservación o condicio-
nes deseables, se inicia la primera parte del proceso de
recuperación de los componentes del ecosistema; pos-
teriormente, de acuerdo con los recursos disponibles,
se avanza hacia la restauración SER, 2004). Aunque esta
aproximación puede apoyarse en múltiples enfoques en
ecosistemas muy transformados sin ecosistema referen-
cia, como las funciones ecológicas (Gann et al., 2019).

Proceso de restauración ecológica


Uno de los procesos de importancia para la restauración
ecológica de los ecosistemas es la sucesión ecológica,

37
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

que son modificaciones espontáneas en la composición y estructura de una


comunidad de seres vivos; una cualidad general de este proceso es el recam-
bio de especies a lo largo del tiempo (Chang y Turner 2019).
Después del disturbio, en el cual generalmente hay remoción total o
parcial de la capa vegetal, existen especies que son capaces de colonizar es-
tos ambientes porque cuentan con altas tasas de crecimiento y estrategias
reproductivas que les confieren mayor competitividad frente a las condicio-
nes desfavorables que se producen (Pandolfi, 2008).
Las especies heliófitas son las que colonizan en la fase temprana, en la
que también se modifican las características físicas del suelo —mejorán-
dolo en cuanto a su materia orgánica y microorganismos—, lo que facilita
la llegada de otros organismos dando como resultado una fase intermedia.
Una vez se reestablecen las condiciones ambientales, llegan nuevas espe-
cies de sucesión tardía (Pandolfi, 2008).

Restauración ecológica desde el Jardín Botánico de Bogotá


Desde 1998 el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis (JBB) imple-
menta proyectos de restauración ecológica que exigen un estudio minu-
cioso del territorio, aportan a la reconstrucción de su historia ecológica y
brindan soluciones desde el punto de vista académico, técnico y social para
la ciudad.
Para el desarrollo de los proyectos se establecieron las Áreas Piloto de
Investigación en Restauración Ecológica (APIRE) en diferentes áreas de im-
portancia ecológica para la ciudad. Estas áreas se convierten en laboratorios
o áreas naturales experimentales, en las cuales se ha hecho seguimiento
para comprender algunas de las dinámicas de sus ecosistemas.
Durante los últimos diez años se han llevado a cabo varias activida-
des de recuperación, rehabilitación y restauración de las APIRE, áreas
experimentales que se orientan a la conservación de diferentes especies ve-
getales nativas afectadas por la transformación de Bogotá.
El JBB trabaja a través de alianzas estratégicas con entidades públicas
y privadas para diseñar e implementar estos proyectos, en respuesta a las
necesidades de la ciudad y con el propósito de mejorar la calidad de vida de
los habitantes del Distrito Capital y la Región. Entre las entidades aliadas
para la implementación de procesos de recuperación y restauración ecoló-
gica del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera primera y segunda etapa,
del sector La Isla en el Parque Simón Bolívar y del Parque Regional La Flo-
rida se encuentra el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD).

38
Restauración ecológica

También se deben resaltar socios estratégicos como la Empresa de Acue-


ducto y Alcantarillado de Bogotá, el Instituto Caro y Cuervo, el Instituto
de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, la
Secretaría Distrital de Ambiente, el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos
y Cambio Climático, entre otras. Las alianzas permiten aunar esfuerzos
desde diferentes enfoques y lograr dar continuidad a los procesos de res-
tauración ecológica.
Cabe anotar que la investigación es un elemento vital para la generación
de conocimientos, pues a partir de esta es posible implementar estrategias
de restauración adecuadas para el hábitat de interés.
Por su parte el monitoreo permite la recolección sistemática de datos
con los cuales se documentan y analizan los cambios que ocurren en el área
de trabajo a lo largo del tiempo (SER, 2004; Herrick et al., 2006; Gann et al.
2019). Es importante medir las variables en un plazo y periodicidad defini-
dos, de manera que sea posible evaluar el éxito de un proceso de restaura-
ción ecológica en relación con las metas establecidas al inicio del proyecto
(Vos et al., 2000; Vargas, 2007, 2011; Brancalion et al., 2012; Aguilar-Garavito
y Ramírez, 2015).
Mediante el monitoreo —que puede durar varios años antes de saber
si se está alcanzando el propósito— es posible comprender los cambios
que ocurren en las dinámicas ecológicas y demostrar la recuperación de un
ecosistema. Para obtener esta información es fundamental realizar segui-
miento desde el inicio y establecer una serie de pasos que lo alimentarán. A
través del monitoreo también es posible conocer si los recursos humanos y
económicos se están invirtiendo de manera adecuada; y en caso contrario,
hacer ajustes durante el proceso (Rieger et al., 2014).
Sin embargo, en la mayoría de los proyectos de restauración el monito-
reo recibe menor atención, ya que muchas veces los recursos no son prio-
rizados para esta actividad (Murcia y Guariguata, 2014). Es fundamental
construir un plan en el cual se establezcan objetivos, metas e indicado-
res apropiados para la escala espacial y temporal definida en el proyecto
(Herrick, 2006), y el monitoreo debe hacer parte integral de todas sus fases.
Para formular un proyecto de restauración es importante, ante todo, co-
nocer los pasos que lo componen: las actividades para desarrollar un pro-
yecto de restauración permiten construir una visión del proyecto y las par-
ticularidades de los sitios a restaurar, a partir de las cuales se ajustarán las
escalas de medición, los objetivos, y el orden en el que se desarrollarán las
acciones; por lo tanto, no se trata de una receta (Vargas, 2007).

39
Plántulas de mano de oso (Oreopanax bogotensis)
Parque Regional La Florida
El establecimiento de plántulas es de alta importancia en un
proceso de restauración ecológica.

Plántulas de trompeto (Bocconia frutescens)


Vivero experimental Regional La Florida
Esta especie es heliófita, es decir, que crece rápidamente
con luz solar directa. Cuando logra establecerse y producir
frutos, estos son apetecidos por las aves.
Plantación en los Cerros Orientales
Predio La Cascada, Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá
Área en recuperación después del incendio de 2016.

Semillas de trompeto (Bocconia frutescens) con arilos


Parque Regional La Florida
La investigación en propagación es fundamental en los procesos
de restauración ecológica. El trompetero es una especie muy importancia en los
procesos de restauración por ser heliófita y muy consumida por la fauna.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Fases de un proyecto de restauración


Para plantear un adecuado monitoreo hay que considerar las fases en las
que se desarrolla un proyecto de restauración y los pasos con los que cada
fase cuenta.
Un proyecto cuanta con una fase inicial de planteamiento, en el que
se establecen los posibles ecosistemas de referencia; una segunda fase
diagnóstica, en la que se colecta la información relevante para el proyecto;
una fase de implementación en la que se llevan a cabo las estrategias
planteadas; una fase de monitoreo en la cual se siguen las metas y objetivos
planteados en las fases anteriores, y una última fase en la que se documentan
la experiencia y los aprendizajes y se hace la divulgación de los resultados.

Fase de planteamiento
Para hablar de restauración ecológica urbana se requiere el uso de un
concepto amplio que pueda adaptarse a las características y necesida-
des de la ciudad, y que incluya, por ejemplo, la recuperación de procesos
ecológicos marco, de servicios ecosistémicos y de capital natural, para
lograr involucrar nás grupos de interés y diferentes formas de conoci-
miento que permitan optimizar el proceso (Zeunert, 2013; Aronson et
al., 2017; Gann et al., 2019).
En esta fase es clave contar con un ecosistema de referencia para
hacer un análisis juicioso de la información disponible sobre este y es-
tablecer la dirección del proyecto. No obstante, esta es una de las difi-
cultades que debe afrontar la restauración debido a la fuerte transfor-
mación de los ecosistemas.
En una ciudad como Bogotá este problema es aún mayor, ya que
estas modificaciones que hoy continúan, iniciaron en la época de las
comunidades primigenias, lo que da como resultado una matriz ur-
bana en la que los remanentes de vegetación natural son escasos. Sin
embargo, esto se puede resolver con la elección de un rango de sitios
de referencia con los cuales se pueda capturar la variación natural, y
que permitan establecer límites que puedan ser monitoreados (Holl y
Cairns, 2002; Ceccon, 2016).
Se pueden seleccionar estados sucesionales de un mismo ecosis-
tema, por ejemplo, la evaluación de un sitio que sufrió un incendio fo-
restal recientemente, otro que lleva cinco años en recuperación, y otro
que lleva más de veinte; de esta manera se incluyen las variaciones a las
que los ecosistemas naturales están sometidos, aunque existen limita-
ciones logísticas y de presupuesto que hacen esta tarea difícil.

42
Restauración ecológica

Pasos para la restauración ecológica


(Elaboración: Juliana Zuluaga-Carrero. Adaptado de Vargas, 2007)

1. Establecer el ecosistema de referencia

2. Evaluar el
3. Definir las 4. Establecer 6. Evaluar el 7. Establecer 8.Seleccionar
estado 9. Propagar 10. Seleccionar
escalas y las escalas y potencial de barreras de la especies
actual del especies los sitios a
niveles de jerarquías de regeneración restauración adecuadas
ecosistema adecuadas restaurar
organización los disturbios
a restaurar

5. Participación comunitaria

Formular objetivos
Se deben formular con claridad, definirse
desde el comienzo del proyecto, deben 11. Planteamiento de las estrategias de RE
responder a la pregunta ¿Qué se quiere
recuperar?

12. Monitoreo 13. Documentación y divulgación

Fases del proyecto

Planteamiento Diagnóstico Implementación Monitoreo Consolidación del proceso

En conclusión, un sistema de referencia debe reunir información


suficiente a través de una escala espacial, para que pueda reflejar la
variabilidad e iniciar el planteamiento del proyecto (Holl y Cairns, 2002).

Fase de diagnóstico
Se trata del análisis del estado del ecosistema que se quiere restaurar
a partir del ecosistema de referencia elegidos. Para realizar esta activi-
dad, se puede considerar la información disponible sobre las comuni-
dades de plantas que se encuentran en los pequeños fragmentos apro-
vechables dentro y alrededor de la ciudad; es esencial conocer qué hay
y en dónde están ubicados para luego seleccionarlos como marco de
referencia.
Para definir los lugares en los cuales se quiere iniciar la recuperación,
así como los objetivos, metas y estrategias, se requiere comprender atri-
butos como la estructura, la composición y, en lo posible, las funciones
de los ecosistemas a restaurar y de referencia. A partir del diagnóstico se
establece la escala de trabajo y los disturbios del lugar de interés.
Es fundamental hacer un acercamiento acorde con la escala que se
defina debido a que aunque el trabajo comience, por ejemplo, con unas

43
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

pequeñas parcelas, estas pueden tener un efecto a nivel regional. Es de-


cir, la escala es muy importante porque permite, desde el paisaje, selec-
cionar lugares que potencialicen las características ecológicas de la ciu-
dad, y desde las organizaciones se pueden vincular nuevas instituciones
y grupos comunitarios que den continuidad al proceso y posibiliten una
amplia gama de estrategias a nivel urbano (pasos 2, 3 y 4 del diagrama).

Fase de implementación
Para iniciar la planeación de la recuperación del lugar de interés es
ideal, en esta fase, involucrar instituciones gubernamentales, no guber-
namentales, educativas, comunitarias y demás ciudadanos interesados.
Es clave evaluar los datos obtenidos en las fases anteriores, y las es-
pecies presentes en el sitio, su abundancia y ubicación en los diferen-
tes estados sucesionales, e identificar y seleccionar las más adecuadas
para el proceso de restauración a partir de la información obtenida en la
etapa de diagnóstico y del conocimiento de las comunidades aledañas.
La elección de especies posibilita la conexión entre los ciudadanos y el
proceso de restauración, el cual puede darse con la elección plantas icó-
nicas, carismáticas, de valor cosmogónico y cultural, o con algún grado
de amenaza y que sean de interés para la conservación. Se requiere, eso
sí, reconocer las barreras ecológicas que puedan impedir la regenera-
ción natural del lugar.
Una vez seleccionadas las especies se inicia la fase de propagación
que está relacionada directamente con el diagnóstico del lugar, ya que
de esta manera se puede obtener la fuente semillera; si están amenaza-
das o son de difícil consecución, el proceso debe estar acompañado por
botánicos y viveristas.
A continuación, se pueden establecer viveros comunitarios o expe-
rimentales que son un componente fundamental para la vida del pro-
yecto, pues son el medio para conseguir el material que será plantado,
una fuente de trabajo y un aula experimental que la comunidad puede
aprovechar. Posteriormente se seleccionará el lugar más conveniente a
nivel ecológico, por las características propias del sitio, y también por la
aceptación que la comunidad tenga con el proyecto. En este punto de-
ben elegirse las estrategias de restauración cuyo planteamiento depen-
derá de las características del lugar y de los resultados deseados.
En este sentido, esta fase debe contemplar los pasos 5, 6, 7, 8, 9 y 10
del diagrama, el orden dependerá de los resultados de cada uno y de la
participación de los diferentes grupos de interés.

44
Palma yuca (Yucca sp.)
Género de plantas suculentas nativas de Centroamérica, perteneciente a la familia
Asparagaceae. Cuenta con especies con adaptaciones para sobrevivir con poca agua en zonas
áridas. La palma yuca puede encontrarse plantada en diferentes áreas de la ciudad, y tiene
importancia para la fauna pues brinda flores y frutos a diferentes aves y murciélagos.

Fronda de crecimiento de un helecho Mortiño (Hesperomeles goudotiana)


(Thelypteris rudis) Planta endémica de Colombia, perteneciente a
Fotografía: Diego Mauricio Cabrera-Amaya la familia de las Rosáceas. Tiene un crecimiento
moderado, no es exigente con los suelos y ofrece
recursos a polinizadores y frugívoros.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Fase de monitoreo
El proceso de restauración debe ser medido a través de un método es-
tándar que permita conocer, en una escala de tiempo, los cambios que
ocurren durante el proceso de recuperación. La información obtenida
permitirá realimentar el modelo elegido, a partir de indicadores que
contribuyen a su diseño y evaluación. Estos indicadores se podrán com-
poner por variables de estructura, composición y función de la vegeta-
ción; también pueden incluirse otros grupos como la fauna, que den
cuenta de la modificación en el hábitat, así como variables de la dimen-
sión social planteadas en la fases de diagnóstico e implementación con
los grupos de interés del proyecto.
Una vez se conocen cada una de las fases de un proyecto de restaura-
ción es importante desarrollar el plan de monitoreo, componente indis-
pensable para el seguimiento. En este debe haber una relación directa
entre el avance de los objetivos y el logro de las metas en unos tiempos
establecidos. Los objetivos deben ser medibles y las metas alcanzables
en el tiempo de duración del proyecto.
Esta fase permite el aprendizaje acerca de la dinámica de un ecosis-
tema en procesos de restauración, razón por la cual la participación de
la ciudadanía es una oportunidad para sensibilizar y favorecer la com-
prensión del proceso.

Fases de un programa de monitoreo


(Elaborado por Juliana Zuluaga-Carrero. Modificado de Herrick et al. 2006)


¿Qué se quiere recuperar? ❼
Organizar las escalas
Definir de las metas y ¿Es necesario hacer ❽
objetivos de la restauración ajustes? ¿Cuáles son los resultados
❸ Hacer ajustes en la obtenidos en el monitoreo?
❷ Definir la unidad de técnicas (manejo Tomar y analizar los datos
¿Qué se quiere monitoreo adaptativo) de acuerdo con en el mediano y largo plazo
monitorear? Selección de los lugares en el análisis de los resultados
Establecer los los cuales se realizará el
objetivos del monitoreo monitoreo, que en este ❾
caso será la unidad de ❻ ¿Qué cambios han
monitoreo ¿Cuáles son los resultados ocurrido en relación con los
del monitoreo inicial? años anteriores?
Primer
año Tomar y analizar los datos Analizar los datos en el

en el corto plazo mediano y largo plazo
¿Cada cuánto se va a
Cada año realizar?
Fijar la frecuencia de la ❺
Corto plazo ❿
toma de datos para el ¿Cómo se va a hacer? ¿Qué puede interpretar?
2-10 años seguimiento Establecer un protocolo Usar los estados y
para tomar, manejar y modelos sucesionales
Mediano y
largo plazo analizar los datos

46
Restauración ecológica

Generalidades del monitoreo


La palabra monitoreo puede usarse para definir tres actividades distintas:
i) el muestreo que es la colecta de datos en un punto del tiempo particular;
ii) el seguimiento que es la recopilación ordenada y sistemática de datos es-
pecíficos en un periodo de tiempo, y iii) el monitoreo que es la observación
continua de un proceso para asegurar que las condiciones de calidad estable-
cidas en el principio permanezcan. Entonces, una recolección de datos sin un
propósito no es un monitoreo, pues desde un principio la toma de datos debe
tener un objetivo, y para esto será necesario medir diferentes parámetros y
usar protocolos establecidos (Holl y Cairns, 2002).
Tanto el monitoreo como el personal capacitado para llevarlo a cabo, de-
ben incluirse desde la concepción del proyecto. Al ser un proceso esencial
para el éxito de un programa de restauración, requiere del análisis de las
características del lugar, así como de los cambios que ocurren en el mismo.
Para esto se realizan experimentos en los que se miden variables que dan
cuenta de los cambios, y se comparan con un control para poder indentificar
el efecto de interés (Holl y Cairns, 2002).
Para entender mejor este concepto de la colecta de información me-
diante la experimentación es necesario comprender las etapas del método
científico, el cual expone una serie de pasos que se pueden resumir en:
i) observación; ii) experimentación, y iii) obtención de conclusiones.

Etapas del método


Método científico
científico
Planteamiento del Etapa 1: Observación
problema Reconocer el problema

Etapa 2: Formulación de hipótesis


Formulación de
Hacer suposiciones que parezcan verdaderas y que puedan
hipótesis
ser comprobadas

Etapa 3: Experimentación – Control de variables


Diseño de
Diseñar experimentos para formular a partir de las hipótesis
experimentos para
confirmadas, buscar relaciones entre ellas y controlar
comprobar las
variables que no sean medidas y que puedan influir en el
hipótesis
resultado del experimento

Etapa 4: Conclusiones
¿Se comprobó la Teorías y Se pueden obtener a partir de
NO hipótesis? SI las hipótesis que han sido
patrones
confirmadas

47
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Este método es una guía para conducir el monitoreo de un proyecto


de restauración con una duración suficiente que permita observar sus
características de auto sostenimiento; es decir, que las características
de estructura, composición y función se mantienen sin requerir de un
subsidio.
El tiempo mínimo de monitoreo depende de lo que se tarde el eco-
sistema en alcanzar los objetivos definidos. Es deseable hacer monito-
reos en un periodo de tiempo tan amplio que se puedan incorporar los
ciclos de variación natural a los que el ecosistema va a estar sometido.
El método científico guía al investigador en la búsqueda de posibles res-
puestas para comprender el proceso de restauración.
Según Holl y Cairns (2002), en el monitoreo hay que tener en cuenta
los umbrales de acción, pues los datos que se colecten deben tener un
nivel aceptable de exactitud para que se puedan detectar los cambios y
sea posible hacer ajustes. Con la precisión se apunta a lograr con medi-
das repetidas mediciones similares, para decidir qué valores se acercan
más o menos a los del ecosistema de referencia.

¿Qué efecto tendrá implementar núcleos


en áreas de pastizales?

Cambio en el microclima Cambio en la incidencia de la luz bajo el dosel


Cambio en la composición del banco de semillas Cambio en la cobertura de pastos exóticos
Cambio en el contenido de material orgánico en el suelo Cambio en las especies de aves dispersoras de frutos y semillas

(Elaborado por Juliana Zuluaga-Carrero)

48
Restauración ecológica

No obstante, en ocasiones se puede caer en un error tipo I —falso


positivo— que se trata de tomar medidas correctivas cuando se consi-
dera que está ocurriendo un evento indeseable que en realidad no lo
es. Esta situación se puede presentar en la fase inicial del monitoreo y
disminuye con la experiencia. También puede suceder que al querer evi-
tar un error tipo I se establece un umbral más allá del umbral de acción,
y se puede caer en un error de tipo II —falso negativo—, en el cual se
cree que no está ocurriendo un efecto negativo, pero en realidad sí (Holl
y Cairns, 2002).
El proceso de restauración es dinámico y debe apoyarse en las teo-
rías de la ecología y la ecología de la restauración, no siempre se trata
de cometer errores y probar (Falk et al., 2006). Mediante la integración
de estos conocimientos es posible plantear experimentos a conciencia, y
reducir las probabilidades de cometer desaciertos en los muestreos que
hagan que los datos se interpreten de una manera equivocada.
El poder de la prueba es el complemento de un falso negativo, la
cuestión sería encontrar el número de muestras necesarias para detec-
tar una magnitud particular de cambio. Al tomar unas pocas muestras
hay incertidumbre para evaluar el éxito de la restauración y las medidas
correctivas pueden ser costosas; si por el contrario se toma un mayor
número de muestras puede ser un desperdicio de tiempo y dinero. Lo
más deseable es usar una medida para calcular un esfuerzo de mues-
treo (Holl y Cairns, 2002). De esta manera se puede acotar la cantidad
de muestras para obtener datos con los cuales se puedan hacer buenas
conclusiones acerca del proceso.
De igual forma, es importante que las unidades de muestreo estén
bien distribuidas en el área en proceso de restauración. Para capturar
la mayor diversidad del lugar es conveniente fijar parcelas en las que se
haga una estratificación del muestreo, por ejemplo, dividir el área por
tipos de vegetación o por tipos de suelo, y distribuir ampliamente las
unidades de muestreo en ellas. Así, se intenta incluir el mayor número
de especies de interés a partir de muestras aleatorias.
Como el objetivo es registrar los cambios que ocurren en un lugar en
transición, se usan unidades de muestreo particulares de acuerdo con
los objetivos del proyecto. Existe una amplia variedad de métodos para
colectar información tanto de las características abióticas, como de los
grupos vivos de interés (Ralph et al., 1994; Villarreal et al., 2004; Gibbons
y Freudenberger, 2006; Stanturf et al., 2014; Aguilar-Garavito y Ramírez,
2015; Ceccon y Pérez, 2017; Greiner et al., 2017; Fraiser y Kedron, 2017).

49
Jazmín huesito (Pittosporum undulatum)
Este árbol es cultivado y ornamental, atrae a numerosos polinizadores, tiene un
olor agradable, brinda refugio y alimento a las aves de la ciudad. Su follaje denso no
permite que otras plantas crezcan debajo de él, es excelente para dar sombra.

Cucubo espinoso (Solanum ovalifolium)


Esta planta pertenece a la familia de las Melastomatáceas, tiene
estambres poricidas, requiere de un polinizador que las vibre para
que el polen pueda salir y ser transportado a otra planta. Es excelente
fuente de polen para los abejorros nativos como Bombus pauloensis.
.
Restauración ecológica

Para elegir el método más adecuado se requerirá de un análisis del


objetivo planteado y de las variables que puedan brindar una respuesta;
lo importante es elegir variables sensibles y, en lo posible, que cuenten
con un protocolo estándar con el cual se puedan hacer comparaciones
con otros proyectos, y darle oportunidad al intercambio y replicación de
experiencias.

Construcción de un plan de monitoreo


Un plan de monitoreo es un documento en el cual se hace una recapitula-
ción del proyecto de restauración con base en los pasos mencionados an-
teriormente. Este contiene un marco de organización y facilita la toma de
datos. La estructura del contenido del plan de monitoreo es la siguiente:

Introducción
En esta sección se describe el proyecto de manera general, las institucio-
nes que participan, el convenio a través del cual se desarrolla, la locali-
zación geográfica, los objetivos, la duración, la información disponible
sobre la caracterización del lugar en la que se incluyen las escalas y los
disturbios, y la zonificación del área de acuerdo con sus características,
para hacer una priorización y seleccionar las unidades de restauración.

Área de estudio
Este apartado presenta la ubicación geográfica del proyecto, delimita su
alcance, y permite conocer sus características. Esta sección puede estar
apoyada por mapas y material fotográfico.

Descripción del proceso de restauración


Expone las etapas de desarrollo del proceso que inicia con la compila-
ción de la información para construir una línea base en la cual se pre-
sentan las características del paisaje, la vegetación, el suelo, la fauna y
las particularidades socioeconómicas del lugar. Esta descripción debe ir
acompañada de la historia del área, y de toda la información que se haya
logrado obtener a partir de la participación de los grupos de interés, la
evaluación del potencial de regeneración y las barreras para lograr la
restauración identificadas.
Es ideal, además, incluir un mapa de las coberturas del lugar, los
análisis del potencial de conectividad y la ubicación de los tratamientos
o experimentos que fueron implementados para la restauración, junto
con una descripción de las técnicas y estrategias que fueron usadas.

51
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Finalmente, se presentan las variables que fueron medidas en la fase


de diagnóstico y que sirven de referencia para el proceso; estas deben
estar organizadas en una base de datos y son el punto de partida para
el monitoreo.

Objetivos, metas y criterios del monitoreo


Un objetivo es a dónde se quiere llevar el ecosistema mediante las téc-
nicas que se implementan. Se pueden incluir diferentes estrategias de
recuperación entre las que se encuentran: remediación ambiental, re-
paración y recuperación, rehabilitación ecológica y por supuesto, res-
tauración ecológica (SER, 2004; Aronson et al., 2017; Gann et al., 2019).
Es recomendable incorporar la restitución de bienes y servicios ecológi-
cos, la reposición de procesos ecológicos, la educación ambiental, y la
calidad de vida de las comunidades y ciudadanos.
Por su parte, una meta es la serie de pasos y tiempos para cumplir
un propósito establecido —en este caso, recuperar el ecosistema—; su
avance puede definirse en el corto, mediano y largo plazo. Las metas de-
ben construirse a partir de la información obtenida en el diagnóstico,
y estarán determinadas por unos criterios que pueden establecerse a
través de las características del ecosistema de referencia en cuanto a su
estructura, composición, procesos ecológicos (función) y particularida-
des del suelo aledaño (Aguilar-Garavito y Ramírez, 2015). También se
pueden incluir aspectos relacionados con la comunidad que hayan sido
identificados en las primeras fases de proyecto (Gann et al., 2019).
Se deben plantear los objetivos, las metas y los indicadores a partir
de las observaciones previas tomadas de la línea base y de la revisión de
las teorías y conceptos ecológicos, pero como en todo proceso, es nece-
sario dar espacio a los ajustes que se requiera hacer en el camino.

Indicadores y cuantificadores
Una variable que es medida a través del tiempo y que puede ser un indica-
dor es un descriptor de los cambios que el ecosistema está sufriendo, con
este es posible saber si se está acercando o alejando de la meta planteada.
Una variable puede tomar un valor de acuerdo con el cuantificador que se
elija para observar el cambio, el cual permitirá interpretar los resultados
obtenidos. De igual manera, este cuantificador puede usarse para hacer
comparaciones en el sistema que está en proceso de restauración, antes y
durante la implementación, y podrá confrontarse con los valores del eco-
sistema de referencia (Morán, 2006).

52
Restauración ecológica

Contenido de un programa de monitoreo


(Elaborado por Juliana Zuluaga-Carrero. Modificado de Aguilar-Garavito y Ramírez, 2015)

Criterios de
Metas de evaluación para Indicadores para Cuantificadores para
restauración para cada meta cada criterio cada indicador
cada unidad Método para toma y
Unidades objeto análisis de datos
de restauración Formatos para
toma de datos

Objetivo del
proyecto Base de datos
ordenada para
hacer análisis

Programa de Monitoreo en un proyecto de Restauración Ecológica

Presupuesto Condiciones Resultados y Plan de


y cronograma técnicas análisis contingencia

Valorar los aprendizajes brinda posibilidades para que otros puedan replicarlos

Las variables que se elijan para monitorear un proceso deben contar


con ciertas características biológica y socialmente relevantes, ser sensi-
bles a los cambios y tener una aplicación amplia y un método estándar
para lograr disminuir el error de muestreo. Adicionalmente deben ser
fáciles de interpretar, de manera que permitan anticiparse a los cambios
y que brinden información de forma rápida para tomar medidas correc-
tivas (Holl y Cairns, 2002).
Algunos de los tipos de atributos más usados en restauración y que
pueden dar cuenta del éxito del proceso se relacionan con: 1) diversi-
dad y abundancia, 2) estructura de la vegetación y 3) funcionamiento
del ecosistema (Wortley et al., 2013). En cada uno de estos es posible en-
contrar numerosos cuantificadores a partir de los cuales se puede hacer
monitoreo en un lugar y un tiempo determinados.
En este caso se seleccionaron variables para monitorear cómo cam-
bian las comunidades de aves, en relación con las transformaciones que
se presentan respecto a la estructura y composición de la vegetación.
Estas variables pueden complementarse con otras que adicionen infor-
mación valiosa para el objetivo.

53
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Algunas variables de monitoreo para evaluar el Parque Regional La Florida


(Basadas en Aguilar-Garavito y Ramírez, 2015)

COMPONENTE CRITERIO INDICADOR CUANTIFICADOR PLAZO

Número de especies Riqueza C


Composición
Número de individuos
Bray-Curtis C, M y L
y abundancia

Área basal,
Vegetación
Fisionomía de la vegetación cobertura y C, M y L
densidad relativas
Estructura
Altura, número de
Relación crecimiento vertical
individuos, hábito
y factor de ocupación de M
de crecimiento y
espacio
cobertura de la copa
Tasa de cambio de
Abundancia C, M y L
Composición abundancia relativa
Tasa de cambio de la
Riqueza C, M y L
riqueza
Tasa de cambio del
Estructura Diversidad C, M y L
número de especies
Aves
Número de gremios C, M y L

Gremios Tasa de cambio en


Función la proporción de los MyL
gremios
Riqueza y diversidad
Diversidad funcional MyL
funcional
*C: corto, M: mediano y L: largo plazo

54
Restauración ecológica

Parcelas permanentes
Para crear unidades permanentes de muestreo se pueden fijar parcelas en
las cuales se haga seguimiento en el largo plazo y el registro de la respuesta
del ecosistema en proceso de restauración, las cuales se georreferencian y
marcan adecuadamente. Esta información se toma cada año en meses dis-
tintos para capturar la variabilidad estacional ya que, específicamente con
las aves, se presentan cambios en sus comunidades.

Trabajo de herbario
A medida que se hace el monitoreo se pueden adicionar especies nuevas.
De acuerdo con la experticia del investigador este será capaz de identificar
en campo las especies observadas, aunque en ocasiones necesitará tomar
una muestra para analizarla en detalle posteriormente. Las muestras colec-
tadas pasan por un proceso de alcoholizado y luego se secan en un horno
que puede mantener una temperatura apropiada por un largo periodo.
Cuando el material está seco es más sencillo conservarlo, ya que la pérdida
de humedad evita que sea colonizado por hongos que lo degraden.

Trazado con brújula de uno de los ejes de la parcela permanente establecida


en un área de ecosistema de referencia.
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero.

55
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Después, a partir de claves taxonómicas, comparación con otros excica-


dos y el apoyo de expertos, es posible conocer la identidad de la planta.
Este trabajo lleva tiempo y dedicación.
El investigador debe colectar solo lo necesario y siempre describir,
con el mayor detalle posible, características que puedan dar pistas de
la planta, ya que las particularidades como aromas, colores, exudados
y asociaciones con otras plantas que se observan en el campo corren
riesgo de perderse al ser llevadas a herbario. Este proceso está regulado
por permisos de colecta que deben solicitarse con anticipación a la au-
toridad encargada, para asegurar que el herbario reciba las muestras y
las procese.

Monitoreo de aves
Mediante la observación de las aves es posible conocer diferentes proce-
sos ecológicos que ocurren en las áreas que están en restauración. Entre
los métodos más usados para estudiarlas se encuentra el conteo de aves
a través de puntos de radio fijo; estos se distribuyen en los tipos de vege-
tación y se tratan de hacer coincidir con las parcelas de vegetación para
registrar el número de especies y de individuos pertenecientes a cada
especie, también se puede incluir información sobre la vegetación que
usa, el alimento que consume, el lugar en donde lo hace y, de ser posible,
registrar la especie de planta.
Otro método que complementa la observación es la captura con
redes de niebla, con las cuales se logra sujetar las aves para obte-
ner una descripción más completa de sus medidas morfométricas,
su peso, su edad, saber si hay indicios de reproducción ya que tie-
nen parche de incubación, si están mudando sus plumas, e incluso
conseguir una muestra del alimento que han consumido al colectar
sus heces. Una vez se toman las medidas y las muestras requeridas, el
ave se libera sin causarle daño alguno. Este procedimiento es ideal para
el monitoreo de poblaciones y comunidades de aves. Finalmente, se
pueden incluir grabaciones de vocalizaciones y fotografías con las cua-
les puede verificarse la identidad de una especie.
Para comprender cómo cambian las comunidades de aves con la
restauración se requiere tomar datos en los sitios que hacen parte del
proceso de recuperación. Aunque las aves se mueven entre los tipos de
vegetación pueden preferir ciertos recursos o condiciones, lo importante
es reconocer qué características eligen y que pueden llegar a ser las más
adecuadas para su hábitat.

56
Restauración ecológica

Parque Regional La Florida.


Toma de la longitud del ala de un copetón (Zonotrichia capensis)
Esta medida brinda indicios de cambios que pueden presentarse en las aves
al estar en un hábitat particular.

Mantenimiento
En coherencia con los objetivos que fueron establecidos se debe ha-
cer un mantenimiento para evitar mortalidad. Este puede realizarse
a través de actividades como el control de especies invasoras y el
riego, aunque dependiendo el sitio y las condiciones puede reque-
rir de otras acciones como la fertilización e incluso el replante. Así
mismo, el vivero requerirá de personal permanente para lograr sa-
car adelante el material que empieza a crecer y que posteriormente se
espera plantar.
En general, en las áreas se hacen ciclos de manejo adaptativo en los que
se llevan a cabo diferentes actividades de mantenimiento para favorecer la
sobrevivencia de las especies. Es fundamental contar con personal capaci-
tado que pueda asistir al ecosistema en proceso de recuperación. La dura-
ción de la asistencia dependerá de los objetivos y metas establecidas, así
como de las características del lugar.
A partir de los residuos del control de especies invasoras, como por
ejemplo el pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus), se puede hacer compostaje
ya que se descompone fácilmente y se puede reincorporar al suelo para me-
jorar sus características nutricionales.

57
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Restaurador regando las plantas en el vivero La Florida


Esta actividad asegura que las plantas crezcan fuertes y que cuando lleguen a campo
puedan adaptarse fácilmente. El riego es uno de los recursos que hay que asegurar
cuando se establece un vivero, y es deseable usar agua que tenga un tiempo de reposo
para que la concentración de cloro sea menor.

Las plantas pueden crecer si logran tomar los nutrientes que están
en el suelo; sin embargo, no siempre lo hacen porque no cuentan con
asociaciones con microorganismos que les ayuden a hacerlo. La solución
puede llegar a ser brindar mayor alimento a los seres vivos del suelo para
que se reproduzcan y ayuden a las plantas a crecer. Este manejo deberá
acompañarse del análisis del suelo para identificar las necesidades de
las plantas.
Desde el Jardín Botánico de Bogotá esta actividad se hace de forma
permanente, lo que además brinda oportunidades de empleo y creci-
miento laboral.

Participación comunitaria y educación


Un proceso de restauración ecológica debería incluir, tanto en los
objetivos como en las metas, mejorar la calidad de vida de la comunidad
cercana al área de recuperación. Este acercamiento a la comunidad
puede hacerse a través de diferentes estrategias, pues un proyecto

58
Restauración ecológica

de restauración puede ser aprovechado como aula experimental de


educación, o para fomentar la ciencia participativa y la investigación
mediante el monitoreo.
La ciencia participativa se define como el proceso en el cual los ciu-
dadanos se involucran como investigadores en una actividad científica.
En este proceso pueden intervenir entidades gubernamentales, indus-
tria, academia, grupos comunitarios e instituciones locales, y en gene-
ral para monitorear o responder a problemas de interés común (Conrad
y Hilchey, 2011). A pesar de que este conocimiento muchas veces no es
publicado en las revistas tradicionales científicas, este tipo de ciencia
ha tenido un crecimiento importante en diferentes países en los últimos
años, pues ha servido de fundamento para el monitoreo de los cambios
en el ambiente, en particular cuando en las entidades gubernamentales
hay recortes drásticos de presupuesto, y la continuidad de los procesos
puede verse interrumpida (Conrad y Hilchey, 2011).
El monitoreo es una herramienta importante en la ciencia participa-
tiva, porque a través de este se detecta cuándo el ecosistema se acerca a
un estado deseado; permite medir el éxito de las acciones de manejo e
identificar el efecto que tienen diferentes perturbaciones.

Reto Naturalista Urbano 2018


Participantes de una actividad para descubrir las especies. Se tomaron datos de
observaciones y fotografías que posteriormente se publicaron en la plataforma
iNaturalist, en donde están los registros de plantas, aves, invertebrados,
mamíferos, hongos, y otros grupos que se han observado en el Parque Regional
La Florida, con el proyecto Biodiversidad Restauración Ecológica La Florida.

59
Holly (Cotoneaster pannosus)
Esta planta es cultivada y de importancia ornamental.
En Bogotá puede encontrarse en una buena parte de los parques.
Crece rápido, genera cobertura, da sombra y ofrece
alimento a polinizadores.

Chiripique (Dalea coerulea)


Especie nativa, pertenece a la familia de las leguminosas. Es importante
para mejorar las características del suelo porque tiene asociaciones con
bacterias que fijan nitrógeno. Es muy visitada por polinizadores
y sirve de alimento para las aves.
Sueldaconsuelda (Tripogandra multiflora)
Es una planta rastrera con tallos erectos que prefiere
la sombra para crecer. Es una especie de interés para
polinizadores y por su valor ornametal.

Mermelada (Streptosolen jamesonii)


Esta planta pertenece a la misma familia del tomate, la papa y el
lulo, Solanaceae. Es una planta fragante de alta importancia para
polinizadores y colibríes, pues ofrece néctar. Es posible propagarla
de manera vegetativa y es de interés ornamental.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

En las actividades de ciencia participativa en el mundo el


monitoreo ha estado enfocado en las aves, la calidad del agua y del
aire, entre otros, en los cuales las restricciones de presupuesto pueden
llegar a ser menos considerables por basarse en el trabajo voluntario
(Conrad y Hilchey, 2011).
Existen diferentes escalas participativas en las estructuras de gober-
nanza con las cuales se busca una interrelación equilibrada entre los
gobernantes y los ciudadanos, así como garantizar su participación en
la toma de decisiones. Estas escalas pueden clasificarse como sistemas
que van desde abajo hacia arriba (bottom-up), o desde arriba hacia abajo
(top-down) en las cuales se incluyen diferentes formas de participación
según Conrady Hilchey (2011):
1) Informativa
Con este tipo de participación top-down una entidad central recoge
información entre diferentes grupos comunitarios. Mediante este sis-
tema es posible reunir una base de datos a largo plazo, que será útil
para los análisis realizados por científicos o investigadores. Un ejem-
plo de este tipo de ciencia comunitaria es el sistema eBird con el cual
se recoge información de registros de aves.
2) Colaborativa
Este sistema es coordinado por un comité que es elegico localmente,
y en él intervienen múltiples actores con el objetivo de realizar
actividades de manejo adaptativo en las que puedan invlocucrarse
los ciudadanos, las instituciones educativas, las entidades guber-
namentales, o las empresas y contar con más poder de decisión que
en otros tipos de monitoreo participativo.
3) Transformativa
En este tipo de participación down-up la iniciativa, organización, lide-
razgo y financiación corren por cuenta de una comunidad local, de un
grupo de personas que se enfoca en un problema a la espera de que
el gobierno tenga la iniciativa de tomar acción, pues generalmente
no cuentan con financiación ya sea del sector privado o de entidades
públicas. En este tipo de participación los miembros de la comunidad
pueden involucrase en todas las etapas del programa de monitoreo.
Estos programas científicos juegan un papel fundamental en una co-
munidad pues facilitan la asesoría a las iniciativas locales.

62
Restauración ecológica

Estas tres formas de participación pueden encontrarse en Bogotá


y a partir de ellas se podría impulsar el monitoreo de los procesos de
restauración ecológica, e incluso promover otras iniciativas para la re-
cuperación de los ecosistemas de la ciudad. Es evidente la importancia
de integrar las formas de participación en el monitoreo de los procesos
de restauración ecológica, así como reconocer el papel fundamental de
los investigadores como sensibilizadores de ciudadanos en materia de
democracia ambiental, y formadores en alfabetismo científico y en téc-
nicas de monitoreo para facilitar la obtención de datos sobre la recupe-
ración de los ecosistemas.
Al hacer el conocimiento ambiental más accesible se contribuye a
que más ciudadanos puedan notar los cambios de su entorno, se invo-
lucren en la toma de decisiones y que se conviertan en un medio para
promover y formular nuevas estrategias de conservación de especies
amenazadas.
Aunque esta ecología pública requiere de un esfuerzo para lograr
la integración de las comunidades locales y las instituciones centrales,
los resultados pueden llegar a ser interesantes, por ejemplo, en materia
de monitoreo participativo de la calidad del agua en Bogotá. El río
Bogotá podría ser monitoreado a partir de este tipo de iniciativas,
si más ciudadanos estuvieran involucrados en la observación de las
aguas que llegan a él como: humedales, quebradas, río, caños y otros
cuerpos de agua que lo alimentan, se podría empezar a conocer mejor
cómo se contamina el río, e iniciar un camino hacia el desarrollo de
estrategias para recuperarlo.
Para integrar la ciencia participativa al monitoreo es necesario
establecer protocolos para la toma de datos que incluyan el método
científico para analizar la información, construir canales y redes de
comunicación, y en última instancia, resolver cómo pueden ser usados
estos datos en la toma de decisiones para la ciudad. Aún hay mucho
por hacer en los procesos de restauración ecológica desde las formas
informativas, colaborativas y transformativas de monitoreo.

Las áreas de restauración ecológica


como aulas para la formación transversal
La educación es una de las herramientas más poderosas en los procesos
de restauración ecológica, porque las áreas en recuperación se convier-
ten en un aula experimental en la que se pueden observar los cambios
en los ecosistemas, describirlos y hacer preguntas.

63
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Esta iniciativa aporta a la sensibilización de los estudiantes, a su desa-


rrollo cognitivo, así como a despertar su espíritu científico.
Aunque todavía no es una estrategia consolidada, se puede fortale-
cer a través de la invitación a las instituciones educativas a considerar
las áreas en proceso de restauración como un insumo para el desarro-
llo de sus clases. De esta manera es posible construir programas trans-
versales, desde distintos niveles, con los cuales se pueda enseñar la ta-
rea de la restauración y la importancia de conservación de los recursos
ecológicos que se tienen.
Como parte de esta iniciativa se propone desarrollar actividades de
formación para los educadores en las cuales se capaciten en la toma de
datos para monitorear los procesos de restauración. Así mismo, será
necesario elaborar material educativo de apoyo en el cual se encuen-
tren conceptos sobre la ecología de los ecosistemas de Bogotá para que
los docentes puedan dar ejemplos relacionados. Posteriormente los
docentes y los estudiantes podrán visitar los APIRE y lograr la interiori-
zación de los conocimientos con la esperanza de que en un futuro pue-
dan aportar soluciones para la ciudad.

Fase de consolidación
En esta fase se superaron las barreras ecológicas y sociales, y el ecosis-
tema ha tomado un rumbo deseado en el que muestra que puede ser sos-
tenible por sí mismo. Una alternativa para evaluar lo anterior es a partir
del establecimiento de Áreas Piloto de Investigación en Restauración
Ecológica (APIRE) para lograr su continuidad en el largo plazo.
En Bogotá se crearon varias APIRE que proporcionan una ventana
para comprender los cambios en los ecosistemas en procesos de restau-
ración, y que se han consolidado para la investigación, lo que ha permi-
tido evaluar la recuperación de ecosistemas transformados por distin-
tos disturbios en el tiempo. En este punto es primordial dar continuidad
al proceso, para lo cual se deben buscar aliados que se comprometan y
apoyen desde un principio la restauración ecológica.

64
Restauración ecológica

Algunas ideas para financiar proyectos de restauración ecológica


Los recursos para el desarrollo de los proyectos de restauración pueden
provenir de distintas fuentes, entre ellas recursos públicos, de cooperación
para el desarrollo, de organizaciones no gubernamentales, financiación
de proyectos para mitigar el cambio climático, fondos para programas de
medio ambiente, eventos de recaudación de fondos o subvenciones del sec-
tor privado.
Para lograr interacciones positivas para la financiación de los proyectos
de restauración ecológica, es necesario orientar los objetivos y las metas
hacia intereses conjuntos, encontrar una interacción entre las escalas lo-
cales, regionales, nacionales e internacionales, a partir de mecanismos de
coordinación que permitan articular actores, escalas y mecanismos de fi-
nanciación (FAO y UNCCD, 2015; Sewell et al., 2016).
Las iniciativas mostradas para el monitoreo en la restauración ecológica
requieren de presupuesto para garantizar la continuidad, al integrar las es-
calas se puede dirigir esta inversión y lograrlo. No obstante, es necesario
contar con entidades que faciliten la articulación y sirvan de canales de co-
municación para coordinar los esfuerzos y medir el avance de un proceso de
restauración.

Interacción necesaria entre escalas


para financiar la restauración ecológica
(Modificado de Sewell et al., 2016)

Intereses Conocimiento y representación Organización y medio ambiente favorable

Necesidades locales y Redes de Regulación e


de desarrollo conocimiento local implementación local

Servicios de Manejo basado en las Pago por servicios


aprovisionamiento comunidades ambientales

Servicios relacionados Cooperación del sector Fondos de inversión


con el agua público y privado

Secuestro de carbono Cooperación de Fondo Mundial para el


Naciones Unidas Medio Ambiente

Bienes y servicios Acuerdos internacionales


Redes internacionales
públicos y globales de financiamiento

65
Carbonero rojo (Calliandra trinervia)
Esta planta pertenece a las leguminosas, entre las que se encuentran especies
con vainas y flores vistosas. Esta especie —nativa de Colombia, aunque hay
registros en tierras más bajas—, se adaptó bien al Parque La Florida, en donde
es visitada por numerosos invertebrados, polinizadores y aves.

Blanquillo (Aegiphila alba)


Esta planta nativa de crecimiento rápido favorece los procesos de
restauración ecológica, tiene numerosas flores que son visitadas por
polinizadores como colibríes y sus frutos son de alimento para la fauna.

Participante de una actividad de monitoreo de aves en el Parque Regional La Florida


En la actividad los adolescentes pudieron practicar las técnicas básicas para la toma de datos en
las estaciones de monitoreo del parque. Esta información permite comprender los cambios de las
comunidades de aves durante el proceso de restauración ecológica
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero
Capítulo 3
Principios generales
de la restauración ecológica
Juliana Zuluaga-Carrero

El objetivo principal de la restauración ecológica es imitar


a nivel estructural, composicional y funcional, las diná-
micas de un ecosistema de referencia. Para esto es esen-
cial tener claros los principios que rigen los ecosistemas
en Bogotá. Este panorama es más complejo de lo que nos
imaginamos, ya que en la Sabana se encuentran diferen-
tes tipos de ecosistemas como humedales, bosques andi-
nos, bosques inundables, la ribera de los ríos, pastizales,
ecosistemas secos, bosques altoandinos y páramos, entre
otros.
Lo anterior sin olvidar las áreas que han sido urbanizadas
como los parques, áreas arboladas, separadores viales,
jardineras, jardines y cuerpos de agua canalizados. Todas
estas áreas representan una oportunidad para compren-
der las dinámicas ecológicas de la ciudad, ya que a partir
de su estudio se puede plantear una ruta a seguir des-
de la restauración ecológica urbana en una ciudad que,
como la nuestra, es una de las más grandes y pobladas de
Latinoamérica.
Pero ¿por dónde empezar? Una de las mejores maneras
de iniciar esta labor es partiendo de comprender los pro-
cesos ecológicos básicos q ­ ue rigen el funcionamiento de
los ecosistemas, entre ellos la polinización, la dispersión,
la germinación y la regeneración, características de gran
importancia para la restauración ecológica (Ceccon, 2013).

67
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

1) Polinización
La polinización se define como el proceso de trasferir polen desde
una antera —lugar donde se produce—, hacia una superficie —el es-
tigma de una planta— que lo recibe; allí el grano de polen germina,
extendiendo un tubo polínico por el cual lleva el material genético
hasta el ovario de la planta donde se lleva a cabo la fecundación y
posterior producción de una semilla (Pacini, 2015).
La polinización es un proceso fundamental, ya que una buena
parte de las especies de árboles son polinizadas por animales. Esto
ha hecho que las plantas desarrollen flores con características adap-
tadas a polinizadores particulares, entre los que se pueden destacar:
las abejas, las moscas que se alimentan de néctar como los sírfidos,
los abejorros, las aves, los mamíferos como las zarigüeyas y los mur-
ciélagos, por mencionar algunos de los numerosos protagonistas en
este proceso. Este proceso solo ocurre si los protagonistas tienen un
refugio en donde puedan vivir; entender la polinización implica en-
tender lo que necesitan los agentes que la realizan, y protegerlos. En
otras palabras, para que ocurra la polinización en la ciudad, debe ha-
ber un hábitat adecuado para los polinizadores.

A la izquierda la flor de la curuba (Passiflora tripartita). En la parte


inferior —en amarillo— se muestran las anteras con polen; y en verde
claro, los receptáculos del estigma donde es depositado el polen. Este
proceso contribuye a que ocurra la fecundación de los óvulos de la flor,
y la posterior formación del fruto (derecha).

68
Principios generales

2) Dispersión
Es el proceso mediante el cual las semillas que se han desarrollado
en el ovario de una planta pueden dar origen a una nueva planta. Sin
embargo, en este proceso es importante que la semilla germine en el
suelo lo más alejada posible de la planta parental, ya que si la planta
está muy cerca puede llegar a competir con el parental por recursos
como la luz del sol, el agua y los nutrientes del suelo. Las plantas han
desarrollado numerosas estrategias para alejarse del parental y de
esta manera garantizar su sobrevivencia; como las plantas no pue-
den caminar, usan diferentes medios para desplazarse como el vien-
to, el agua, los animales, las explosiones (lanzar lejos las semillas) y
el fuego (Simms, 2013).
Buena parte de las plantas tropicales tienen dispersión por ani-
males (zoocórica); en menor medida dispersión por el viento (ane-
mocórica) en la que las plantas liberan las semillas al viento para que
este las lleve lejos, una menor proporción para las demás estrategias
(Ceccon, 2013; Simms, 2013).
En el caso de las plantas zoocóricas, la dispersión requiere invertir
energía para producir frutos llamativos para que la fauna se alimente
de ellos y a su vez transporten semillas a otros lugares.

Algunas estrategias de dispersión de semillas. A la izquierda, semillas de chicalá


(Tecoma stans) que usan el viento para transportar sus semillas. Al centro, un helecho
(Thelypteris rudis) que usa el agua para que sus esporas sean transportadas. A la
derecha, un tinto (Cestrum mutisii), que brinda alimento (frutos) a las aves y ellas
transportan sus semillas una vez que pasan por el tracto digestivo.

69
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

En áreas jóvenes en las cuales inicia la regeneración natural, se


establecen plantas que tienen frutos pequeños, abundantes y poco
nutritivos para los animales, por lo que las plantas no requieren invertir
tanta energía en producirlos, pero que pueden ser fácilmente
dispersados por diferentes animales. Por otra parte, en áreas más ma-
duras como bosques secundarios, por ejemplo, se podrán encontrar
especies de plantas que producen frutos de mayor tamaño, me-
nor cantidad y mayores nutrientes, lo que requiere más energía en
su producción, así como de animales más especializados para su
dispersión (Snow, 1981).
En la naturaleza se pueden encontrar animales frugívoros legí-
timos que después de digerir las semillas las dejan intactas, siendo
el medio más eficiente de dispersión; luego vienen los depredado-
res que las digieren y no permiten que germinen, y posteriormen-
te los acumuladores, acumulan más semillas de las que consumen,
ya que las guardan para después, permitiendo que estas germinen
(Simms,2013).

3) Germinación
Es el proceso mediante el cual ocurre un brote de una semilla, espora
o de otro cuerpo reproductivo después de haber estado un tiempo en
dormancia. La absorción de agua, el pasar del tiempo, el enfriamien-
to, el calentamiento, el aire (oxígeno) y la exposición a la luz pueden
hacer que este proceso inicie (Kozlowski y Pallardy, 1997).
Las semillas pueden ser clasificadas de acuerdo con sus caracte-
rísticas ecológicas durante la germinación. Por una parte, se encuen-
tran las semillas ortodoxas, en su mayoría pertenecientes a especies
pioneras, las que primero se establecen en lugares transformados,
pequeñas, dormantes, lo que indica que pueden conservarse mu-
cho más tiempo hasta que encuentran las condiciones adecuadas
de luz, temperatura y humedad para germinar. Las plantas que pro-
ducen estas semillas por lo general buscan que estas sean numero-
sas, pequeñas y con baja humedad, lo que les facilita la dispersión
a grandes distancias. Como las semillas ortodoxas requieren de una
deshidratación en la última fase de la maduración, es conveniente
secarlas para almacenarlas. Se ha registrado que las especies de los
ecosistemas altoandino y de páramo producen principalmente semi-
llas con un comportamiento ortodoxo (Pérez-Martínez et al., 2014).

70
Principios generales

Por otro lado, están las semillas recalcitrantes que son produci-
das por especies con semillas grandes, que requieren sombra para
establecerse y condiciones más estables de temperatura y hume-
dad. Son contrarias a las semillas ortodoxas, y se pueden encontrar
en áreas con vegetación más avanzada en la sucesión en donde hay
especies secundarias. Estas semillas tienen viabilidad corta, por lo
que se pueden almacenar durante muy poco tiempo, en bosques de-
ciduos, por ejemplo, se producen durante la época seca y germinan
en su totalidad en la temporada de lluvias, formando bancos de se-
millas estacionales (Miller, 1999; Ceccon et al., 2006; Ceccon, 2013).
Las semillas recalcitrantes también pueden llamarse semillas
intermedias, ya que pasan directamente a la germinación, sin pasar
por un proceso de deshidratación, queriendo decir que requieren de
una humedad alta para ser almacenadas, además de buena airea-
ción, y fluctuaciones suaves de temperatura. Un ejemplo de este tipo
de semillas es el género Quercus, el del roble. Un 44 % de las semillas
neotropicales tienen esta característica, y son una limitación para los
procesos de restauración ecológica. También se pueden encontrar
las familias Meliaceae y Lauraceae (Schmidt, 2000; Walck et al., 2011;
Nyoaka et al., 2012; Pérez-Martínez et al., 2014).

Plúmula de palma de cera (Ceroxylon quindiuense)


Este tejido posteriormente dará origen a las hojas de la
palma. Desde la siembra de la semilla hasta que esta inicia
su crecimiento puede tardar alrededor de cinco meses,
dependiendo las condiciones ambientales.

71
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Colchón de hojas de roble (Quercus humboldtii)


Parque Regional La Florida
Esta especie es caducifolia y forma un colchón de hojas debajo
de los individuos adultos que limita el establecimiento de otras
especies, una condición de alelopatía. Sin embargo, es común ver
plántulas bajo ellos en época de fructificación.

Otro concepto fundamental es la dormancia, proceso en el cual las se-


millas suspenden su crecimiento, y llevan a cabo limitadas funciones me-
tabólicas. Este periodo finaliza una vez la semilla encuentra las condiciones
ambientales óptimas y germina, entre ellas, luz, temperatura, humedad, o
el periodo de almacenamiento, algunas incluso requieren de fuego y altas
temperaturas para lograr salir de este periodo. En restauración ecológica
pueden llevarse a cabo diferentes tratamientos pregerminativos para que
las semillas rompan su dormancia y germinen. En bosques en buen estado
de conservación, además, algunas semillas permanecen en el banco de se-
millas por largos periodos, esperando la oportunidad de germinar cuando
el ambiente las favorezca (Schmidt, 2000; Baskin y Baskin, 2001).
Un ejemplo de dormancia son los yarumos (Cecropia obtusifolia), que
pueden germinar en la sombra a pesar de ser especies que requieren de luz
para crecer por ser pioneras y heliófitas. No obstante, si no es muy alta la
sombra y hay la cantidad de luz suficiente, la semilla rompe la dormancia y
germina (Vásquez-Yanes y Orozco-Segovia, 1987,1990). La oscuridad cons-
tante favorecerá la formación de bancos de semillas persistentes, en los que
estas esperarán para germinar hasta que haya suficiente luz –por ejemplo,
hasta que se forme un claro– (Vásquez-Yanes y Orozco-Segovia, 1993).

72
Yarumo (Cecropia telenitida)
Parque Regional La Florida
Especie heliófita. Es una planta pionera de alta importancia ecológica, ya que
ofrece alimento tanto a aves insectívoras como frugívoras, además de brindar
alimento a los murciélagos, quienes dispersan sus semillas; sin la digestión de
estos últimos en algunas especies no se llevaría a cabo la germinación.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

4) Regeneración
Es el proceso mediante el cual se produce la aparición de nuevos in-
dividuos de diferentes especies sin intervención humana. Permite el
desarrollo de semillas provenientes de remanentes de vegetación
nativa que se encuentra en los alrededores (si estos todavía existen),
compuesta en su mayor parte por material genético local; este mate-
rial puede clasificarse de acuerdo con el factor luz como determinan-
te de la regeneración, ya que han sido estudiadas por su relación con
los claros en los bosques (Ceccon, 2013).
En el proceso de regeneración las especies pueden clasificarse
como especies heliófitas, por ser intolerantes a la sombra y reque-
rir luz directa durante toda su vida, pudiéndose regenerar en áreas
abiertas, alcanzando rápidamente el estadio reproductivo por ser de
rápido crecimiento (10-30 años); también se les llama especies pio-
neras efímeras o de ciclo corto (Ceccon,2013).
Así mismo están las especies hemisciófitas –tolerantes a la luz y a
la sombra– que pueden regenerarse en el interior del bosque, aunque
si la cantidad de luz no aumenta perecen, porque a edad temprana
requieren de luz directa. Peden regenerarse en áreas abiertas, pero
son menos competitivas. También se les llama nómadas, oportunis-
tas, secundarias tempranas, heliófitas durables o secundarias tar-
días, su longevidad es mediana (40-175 años).
Y finalmente están las especies esciófitas, también conocidas
como climácicas o tolerantes porque son tolerantes a la sombra y se
regeneran en ella, en donde pueden desarrollar todo su ciclo vital.
Requieren sombra en su estado juvenil y pueden sobrevivir decenios
en el interior del bosque sin crecer. Tienen una tasa de crecimiento
muy lenta y longevidad extendida (100-1000 años).
Lo anterior plantea un reto adicional para el establecimiento de
las plantas en las ciudades, ya que, aunque una planta tenga diferen-
tes estrategias de dispersión, muchas veces no se permite que germi-
nen y crezcan nuevos individuos. Infortunadamente en los parques
de Bogotá hay introducida la especie de pasto kikuyo (Cenchrus clan-
destinus). Este pasto requiere de mantenimiento ya que es altamente
competitivo e invade los espacios; sin embargo, el corte permanen-
te también poda las especies que lograron germinar sobre él. Esta
práctica elimina la regeneración natural, evitando que nuevas espe-
cies se establezcan, lo cual impide que la diversidad de la ciudad se
incremente.

74
Orquídea (Epidendrum secundum)
Esta orquídea se adapta con facilidad en áreas en proceso de recuperación, brinda
recursos a polinizadores, además de ser plantas tolerantes a la disminución hídrica, son
unos de los grupos que deben ser tenidos en cuenta para el enriquecimiento, aunque en
un país de orquídeas las alternativas son muy variadas.

Uchuva (Physalis peruviana)


Parque Regional La Florida
Esta planta creció a partir de semillas que fueron sembradas directamente, esta especie
es pionera y no es exigente, características que favorecieron su crecimiento.
Lupino (Lupinus interruptus)
Plántula heliófita que requiere luz
para su desarrollo.

Plántula de mano de oso


(Oreopanax mutisianus)
Parque Regional La Florida
En el Parque esta plántula crece
bajo una plantación forestal mixta
en la que hay numerosas especies
exóticas –como la acacia–, por
lo que es probable que la semilla
llegara transportada por un ave que
se alimentó en un sitio cercano; por
ejemplo, en las áreas en proceso de
restauración del Parque.

Yerba de pájaro (Stellaria media)


Parque Regional La Florida
Es una hierba que puede crecer sobre
el pasto, las aves se alimentan de ella
dispersándola, también, se puede
encontrar creciendo por regeneración
natural en áreas abandonadas o
en las materas de las casas, es muy
abundante en los bancos de semillas
del suelo en Bogotá, brinda alimento
a pequeños polinizadores.
Hypericum humboldtianum
Humedal Parque Regional La Florida
Esta especie fue registrada en La Florida, aunque
se puede encontrar en bosques altoandinos y
páramos, planteando interrogantes acerca de
la posible trayectoria que pueden tomar los
ecosistemas de humedal en Bogotá.
Fotogafía: Juliana Zuluaga-Carrero.

Plántula de gurrubo (Lycianthes lycioides)


Vivero experimental Parque Regional La Florida
Esta especie es clave para los procesos de
recuperación y restauración, ya que puede
adaptarse fácilmente a suelos con pocos nutrientes
y además brinda recursos a las aves, lo que facilita
la llegada de otras especies gracias a las semillas
que las aves dejan.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Algunos conceptos teóricos de importancia


La disciplina de la restauración ecológica hace parte de la ecología de los
ecosistemas, estando fundamentada en sus teorías y métodos. La ecolo-
gía estudia las relaciones de los seres vivos con su entorno, y a través de su
comprensión es posible manejar, conservar o transformar la naturaleza. En
este contexto la ecología de la restauración está moldeada por una amplia
gama de dinámicas que contribuyen al funcionamiento de los ecosistemas
mediante un complejo de subsistemas —entre los que se encuentran las
cadenas tróficas—, que además dependen de otros que lo regulan, como
por ejemplo la producción primaria a través de la fotosíntesis y la descom-
posición (Allesina et al., 2005). Así, la estabilidad de un ecosistema estará
determinada por la eficiencia de cada uno de los subsistemas que lo confor-
man; y la velocidad e intensidad de respuesta se relaciona con el éxito de
un proceso de restauración (Packham et al., 1992). Es importante mencionar
que estos subsistemas también pueden influenciar la trayectoria de recupe-
ración que el ecosistema toma.
La trayectoria que el ecosistema toma una vez se inicia el proceso de res-
tauración dependerá de las condiciones iniciales del lugar –composición de
especies, disponibilidad de nutrientes, interacciones ecológicas– y las per-
turbaciones a las cuales fue sometido a través de la historia (Young et al.,
2001), lo que produce numerosas alternativas en la trayectoria, en la cual
los cambios que no fueron controlados en el principio darán lugar a una
gama de estados estables finales, un componente clave de la complejidad
de los sistemas ecológicos. Por esto se hace necesario evaluar el éxito del
proceso de la restauración mediante métodos que abarquen la complejidad
de trayectorias de recuperación de un ecosistema (Ceccon, 2013), ya que es
posible que el ecosistema en proceso de restauración se desvíe del estado
deseado debido al carácter dinámico del sistema.
De manera general podemos describir la sucesión como un proceso que
inicia cuando el suelo es colonizado por las plantas más pequeñas como
musgos y hierbas (principalmente pastos) formando pastizales o herbaza-
les, que luego son reemplazados por matorrales cuando llegan a colonizar
pequeños arbustos y más adelante por arbustales cuando entran a partici-
par grandes arbustos y árboles heliófilos. Finalmente, éstos son reemplaza-
dos en los estratos altos por árboles umbrófilos que necesitan sombra en
sus primeras etapas de desarrollo, así como por hierbas, arbustos y epífitas
que habitan en la sombra de los estratos bajos del bosque (Hobbs y Norton,
1996). No obstante, como se menciona anteriormente, este proceso es diná-
mico y depende de diferentes componentes, por lo que hay una diversidad

78
Principios generales

de formas de abordarlo, tanto desde la ecología de la restauración como


desde otras disciplinas.
A través de la historia la restauración ecológica se han planteado dife-
rentes modelos —comúnmente conocidos— desde los cuales es posible
observar el gran desafío al que han estado enfrentados programas y proyec-
tos (Milton, 1994; Bradshaw, 1996; Hobbs y Norton, 1996; Wisenant, 1999).
Uno de ellos, que puede llegar a aplicarse en Bogotá, es el planteado por
Aronson et al. (2017), ya que es necesario desarrollar herramientas que lo-
gren integrar diferentes escalas en las cuales se puedan involucrar tanto a
las partes interesadas, como a los tomadores de decisiones e investigado-
res. A pesar de la notable importancia en el estudio de la ecología de estos
modelos, se quedan cortos en temas como el capital natural, los servicios
ecosistémicos, así como también las dificultades socioeconómicas a las que
se enfrentan las comunidades. La aproximación de los autores plantea una
visión más integradora a partir de un abanico de actividades que pueden
llevarse a cabo en restauración.

Familia de actividades que pueden realizarse a nivel de un sitio o ecosistema,


según Aroson et al. (2017).

79
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Esta familia de actividades además brinda mayores alternativas para el


desarrollo de la restauración en diferentes escalas, incluyendo el nivel de
paisaje y pudiendo abordar áreas con mayor complejidad. Desde este en-
foque un poco más holístico podría ser planteada la restauración de una
ciudad como Bogotá, en donde hay cabida para todas las organizaciones
que tienen interés en mejorar las características actuales de sus ecosiste-
mas naturales.

Selección de especies
La selección de las especies para los tratamientos de restauración es una
tarea muy importante y merece todo el cuidado. Parte del éxito de un pro-
yecto radica en qué tan acertada resulte la selección, ya sea que tenga el
objetivo, por ejemplo, para establecer una mayor complejidad estructural
en el corto plazo, de dinamizar los procesos ecológicos, o de enriquecer las
coberturas. Para esto, es necesario conocer algunos atributos en los cuales
nos podemos apoyar para obtener un buen repertorio de estrategias ecoló-
gicas que enriquezcan el proceso de restauración.
Estos atributos se pueden traducir como rasgos funcionales ya que per-
miten agrupar a las especies de acuerdo con diferentes características (Díaz
y Cabido, 2001; Violle et al., 2007) que son de alta importancia para su selec-
ción en los procesos de restauración ecológica. En una ciudad como Bogotá
es de suma importancia favorecer la creación de hábitats para la biodiversi-
dad, y una manera de hacerlo es a partir de la introducción de especies con
diversidad de estrategias, ya que, en última instancia, esta diversidad ofre-
cerá recursos variados a un mayor número de seres vivos, contribuyendo
así a la recuperación progresiva de aquellos procesos ecológicos que fueron
perdidos como consecuencia de la transformación que el ecosistema sufrió
durante años, algunos ya mencionados.
Atributos de selección de las especies
MORFOLÓGICOS REPRODUCTIVOS ECOLÓGICOS
Reproducción asexual - Población: frecuencia y
Formas de vida o vegetativa abundancia
Árbol, arbusto, hierba, epífita, Por esquejes y acodos. - Estado sucesional
enredadera, liana. - Tolerancia a la luz
Reproducción sexual
Semillas - Fijadoras de nitrógeno
Características - Producción de hojarasca
estructurales Estrategia de dispersión - Oferta de recursos para
de semillas la fauna
Tamaño, altura, amplitud de Animales, zoocoria,
la copa, densidad del follaje. - Importancia para las
viento, anemocoria. comunidades humanas

80
Principios generales

Así mismo, es importante incluir especies que sean utilizadas por la


comunidad. En el contexto de ciudad puede llegar a ser un vínculo con
la naturaleza a través del aprovechamiento de esta mediante el disfrute
cultural y paisajístico, por ejemplo. Esta manera de ver la naturaleza
está enmarcada en los servicios ecosistémicos, que están definidos como
recursos o procesos que le brindan beneficios al ser humano, entre los
cuales se encuentran servicios de regulación, aprovisionamiento, soporte y
los servicios culturales (MEA, 2005).

Algunos procesos ecológicos


y servicios en los que participan las plantas

Oferta de frutos que aporta a Oferta de recursos para Alimento para Especie cudicifolia
la disperión de semillas polinizadores que aporta nvertebrados que aporta que produce hojarasca
al flujo de genes a cadenas tróficas y aporta al ciclaje
de nutrientes

Refugio para fauna, Fijadora de nitrógeno Melífera, brinda alimento Alimento


brindando oferta de hábitat aportando al ciclaje de a las abejas para murciélagos
nutrientes en el suelo

Crecimiento lento Crecimiento moderado Crecimiento rápido Usada para proteger


cuerpos de agua
y/o evitar erosión

Usada para Con uso medicinal Usada como cerca viva Usada como
hacer artesanías alimento

Usada para Con uso


dar sombra ornamental o de
importancia

81
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Tomando estas características se pueden seleccionar especies de acuerdo


con lo que se quiere obtener en el área en la que se inicia un proceso de
restauración. Esta selección puede, además, incluirse en arreglos florísticos
con especies arbustivas, especies de árboles pioneros y especies de árboles
secundarias o que tienen un crecimiento más lento.

Especies arbustivas
El crecimiento de estas plantas está favorecido por la luz, ya que crecen
rápido y pueden generar cobertura en tiempos cortos, brindándole
la oportunidad a que otras especies que requieren condiciones más
específicas se establezcan, sirviendo como especies nodriza. Estas
especies son fabulosas para iniciar un proceso de restauración, ya
que son menos exigentes, y pueden adaptarse a diferentes condi-
ciones –suelos poco fértiles, áreas con una matriz de pasto, vientos
fuertes etc.–. Algunos ejemplos son: chilco (Baccharis bogotesis,
Baccharis macrantha), amargoso (Ageratina tinifolia, Ageratina aristei),
trompeto (Bocconia frutescens), fucsia (Fuchsia boliviana), cordoncillo
(Piper bogotense), gurrubo (Lycianthes lycioides), mortiño (Hesperomeles
goudotiana), tuno (Miconia squamulosa), alcaparro (Senna multiglandulosa)
y hayuelo (Dodonaea viscosa), entre otras.

Especies de árboles pioneros


Están conformadas por árboles que crecen relativamente rápido y pue-
den, al igual que los arbustos, generar progresivamente una cobertura.
Entre estas plantas se pueden encontrar aquellas que pueden perder
sus hojas o que incluso con el tiempo pueden perder ramas, aportando
materia orgánica a los suelos. En este grupo están aquellas con alta ofer-
ta de recursos —por ejemplo, frutos, flores que por perder sus cortezas y
hojas dan alimento a numerosos invertebrados—. Entre los árboles pio-
neros están el cervetano (Verbesina crassiramea), el sangregado (Croton
mutisianus), el aliso (Alnus acuminata), cedrillo (Phyllanthus salviifolius),
el mano de oso (Oreopanax mutisianus), el yarumo (Cecropia telenitida),
el tomatillo (Solanum ovalifolium, Solanum oblongifolium), el raque (Vallea sti-
pularis), el mangle (Escallonia pendula), y el cajeto (Citharexylum montanum),
por mencionar algunos.

Especies arbóreas secundarias


Entre estas plantas se encuentran individuos que promueven la forma-
ción de estratos, ya que incluyen especies de crecimiento moderado a

82
Principios generales

lento, siendo fundamentales en la formación de coberturas más com-


plejas. Algunas especies de estas pueden ser el arrayán (Myrcianthes rho-
paloides), (Myrcianthes leucoxyla), el cedro (Cedrela montana), el encenillo
(Weinmannia tomentosa), el rodamonte (Escallonia myrtilloides), el laurel
(Morella parvifolia) y el palo mulato (Ilex kunthiana), entre otras.
En áreas en las cuales hay pocos elementos estructurantes, es nece-
sario plantar especies pioneras leñosas con el propósito de formar un
dosel en corto tiempo. Posteriormente, se pueden incluir especies leño-
sas de estados sucesionales secundarios, que a largo plazo generarán los
estratos arbustivo y arbóreo, garantizando la recuperación del suelo a
partir de la incorporación de hojarasca. De igual manera, estas especies
contribuirán a que se mejoren las condiciones microclimáticas, y los
doseles incrementarán la disponibilidad de hábitats y recursos alimen-
ticios para la fauna. Esta última, además, podrá traer semillas de las
especies que se encuentren en coberturas cercanas, enriqueciendo poco
a poco la vegetación. También podrán establecerse otras especies como
las epífitas, las enredaderas, y las especies herbáceas que incrementa-
rán cada vez más la disponibilidad de hábitat para que, así mismo, otras
especies puedan vivir allí, incrementando la diversidad y aportando
para que diferentes procesos ecológicos sean reestablecidos.

Agunos ecosistemas de Bogotá


Un proyecto de restauración inicia con la revisión de información disponible
del área de interés y un levantamiento de su vegetación y de sitios cercanos
para poder hacer un diagnóstico inicial. Este diagnóstico permitirá una
aproximación a las características del lugar desde la comprensión del
paisaje —es decir, las diferentes características naturales que están
interrelacionadas en una región—. Para interpretarlo mejor se deben
describir los tres objetos que lo conforman: 1) el mundo abiótico, en el cual
pueden estar las geoformas de un lugar, así como su clima; 2) el mundo
biótico, en el que están los seres vivos regidos por las leyes de la vida, y
3) el ser humano, organizado de acuerdo con sus actividades históricas,
socioeconómicas y culturales (Troll, 1950, 2010).
Para esto el paisaje puede imaginarse como un mosaico de elementos
que aportan a su adecuado funcionamiento. Entre los elementos que le
conforman se encuentran la matriz del paisaje —que es el elemento más
extenso y mejor conectado— que es dominante sobre los demás elemen-
tos. Luego está el parche, que es la unidad elemental del mosaico ya que hay
un conjunto de parches inmersos en la matriz. El arreglo de estos parches,

83
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

así como la conexión entre ellos y su estructura, va a influenciar el compor-


tamiento de los seres vivos que habitan este paisaje.
En Bogotá, un ejemplo de matriz son las construcciones urbanas que
dominan la ciudad, y los parches son los pequeños remanentes de vege-
tación que hay inmersos en esta matriz. Las aves por su parte podrán mo-
verse entre estos parches de vegetación si están conectados, si hay alimento
suficiente y si están cerca; porque si están muy lejos, será muy difícil el mo-
vimiento y no podrán alimentarse de diferentes recursos, lo que en ocasio-
nes —dependiendo de la especie— dificultará su reproducción, afectando
su población, y en casos severos incluso puede llevarlas al borde de la extin-
ción, como es el caso del cucarachero de pantano. En conclusión, un paisaje
más conectado favorece la conservación de la biodiversidad, que puede,
además, relacionarse con la conexión entre ecosistemas.

Hongo de la familia de los Agaricales


Parque Regional La Florida
Los hongos con láminas hacen parte del grupo
de los descomponedores; en este caso, crecen sobre
madera en descomposición, aportando al ciclaje
de nutrientes en el suelo.

84
Tomatillo (Solanum oblongifolium)
Parque Regional La Florida
Especie de árbol pionera de rápido crecimiento.
Sus anteras son poricidas y ofrece polen a
polinizadores que pueden sacudirlas mediante
vibración, como los abejorros.

Plántula de agracejo (Citharexylum kunthianum)


Vivero experimental Parque Regional La Florida
Esta especie es de crecimiento moderado requiere
de sombra para crecer.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Copetón (Zonotrichia capensis)


Esta ave es abundante en Bogotá, se alimenta de invertebrados, frutos, y semillas, por lo
que requiere de diversidad de plantas y recursos de la vegetación para vivir, entre más
crezca la ciudad, menos recursos habrá para ella, por lo que es importante garantizarle
alimento a través de espacios verdes, no querríamos tener mañanas sin sus cantos
Fotografía: Sergio Andrés Collazos-González

La Estructura Ecológica principal (EEP) se define como el conjunto


de ecosistemas naturales y seminaturales que tienen una localización,
extensión, conexiones y estado de salud tales, que garantiza el
mantenimiento de la integridad de la biodiversidad y la provisión de servicios
ambientales (agua, suelos, recursos biológicos y clima), como medida para
garantizar la satisfacción de las necesidades básicas de sus habitantes
(van der Hammen y Andrade, 2003), lo cual favorece la biodiversidad y
su buen funcionamiento para soporta la vida. Por esto su conservación y
restauración, además de ser parte de numerosos compromisos nacionales
e internacionales, se encuentra ordenada por la ley colombiana. La EEP
de Bogotá está conformada por las coberturas naturales y seminaturales
y por las áreas transformadas (van der Hammen y Andrade, 2003). Esta
aproximación de paisaje es una forma de definir la escala de trabajo, lo cual
va a depender principalmente de la pregunta a la que se quiera responder

86
Principios generales

con la investigación o con las metas planteadas en el proyecto, de manera


que su recuperación a largo plazo deberá estar enmarcada en una visión
espacial y temporal amplia (Murcia y Guariguata, 2014), de acuerdo con las
características ambientales, sociales y económicas de un área de interés
para ser restaurada.
Una vez logramos definir los objetivos, construir la línea base y
entender la matriz del paisaje, se buscará la manera más adecuada para
iniciar el proceso de restauración, propendiendo siempre por aprovechar
el potencial de recuperación del sitio mismo. En lugares con remanentes
de vegetación cercanos —por ejemplo, los sitios cercanos a los Cerros o a
parques con vegetación natural— estos podrán ser una fuente de especies,
mientras que en sitios más aislados se requerirán esfuerzos adicionales
para generar conectividad y para introducir y lograr que se establezcan
especies de estados sucesionales más avanzados.

Ecosistemas de referencia
Conocer acerca de las dinámicas de sucesión de especies en el corto o en el
largo plazo constituye un sistema de referencia para los procesos de restau-
ración ecológica. Desde esta perspectiva, este conocimiento permite sugerir
rutas probables para la sucesión basadas en ciertos tipos de estrategias de
manejo (Van Andel y Aronson, 2006). Según Ceccon (2013), un ecosistema
de referencia se usa como modelo en la planificación de un proyecto de res-
tauración ecológica, así como también aporta en su posterior evaluación.
No obstante, una sola referencia representa un solo estado o expresión
de los atributos de un ecosistema, y el inconveniente de esto es que solo
expresa uno de los diferentes estados posibles en la gama histórica de va-
riaciones de ese ecosistema. Siendo, por tanto, el resultado de la combina-
ción de acontecimientos aleatorios particulares que ocurrieron durante su
desarrollo. Así, es más apropiado usar como referencia un conjunto de si-
tios de referencia y fuentes bibliográficas, para de esta manera, ofrecer una
descripción compuesta más realista para la planificación de la restauración
(SER, 2004; 2019).

Bosques tropicales
Los bosques están conformados por entre tres y cinco estratos diferen-
ciados por la estructura y la composición, variando de acuerdo con la
localización geográfica y las condiciones ambientales. Es posible en-
contrar bosques constituidos principalmente por una especie con uno

87
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

o más estratos, hasta aquellos bosques más complejos que cuentan con
un mayor número de estratos y que incluyen abundantes especies epí-
fitas, lianas, especies parásitas, así como también árboles emergentes,
que pueden sobresalir entre el dosel (Ideam, 2001).
El estrato epífito en general está dominado por bromelias y orquí-
deas que se destacan por el colorido y la elegante forma de sus flores.
También están las pteridofitas en donde hay musgos y hepáticas que
a veces cubren la superficie de las ramas y troncos de los árboles, en
los cuales se pueden encontrar líquenes que ofrecen una variante nota
de forma y color. Son abundantes los arbustos de flores y frutos colori-
dos de la familia Ericaceae, con algunas plantas parásitas de la familia
Loranthaceas que exhiben a menudo flores rojas o amarillas. Sin olvi-
dar las especies herbáceas de las familias Begoniaceae, Gesneriaceae
y Lobeliaceae, y también Piperaceae y el género con hojas carnosas
Peperomia sp. (Cuatrecasas, 1958).

Bosques andinos
La mayor parte de los remanentes de estos bosques se encuentran distri-
buidos en la franja altitudinal que va desde los 2400 hasta los 3800 msnm,
con una temperatura media entre 6-15 ºC y precipitaciones aproximadas
entre 900-1000 mm anuales. Los remanentes más amplios se encuentran
en las cuencas de Sinú-Caribe, Caquetá, Meta, Catatumbo, Patía, alto y
medio Magdalena, medio Cauca, Atrato y la Sabana de Bogotá, estando
distribuidos en las tres cordilleras (Cuatrecasas, 1958; Ideam, 2001).
Entre los géneros de mayor representatividad en bosque andino se
encuentran: Weinmannia, Brunellia, Clusia, Befaria, Ternstroemia, Drymis,
Geissanthus, Daphnopsis, Miconia, Monochaetum, Tibouchina, Meriana,
Oreopanax, Vallea, Eugenia, Gaiadendrum, Palicourea, Ladenbergia,
Cinchona, Psychotria, Tounerfotia, Cordia, Xylosma, Abatia, Piper, Bocconia,
Escallonia, Berberis, Symplocos, Duranta, Hesperomeles, Prunus, Polylepis,
Clethra, Rhamnus, Ilex, Alnus, Nectandra, Ocotea, Vernonia, Cristoniopsis,
Budleia, Podocarpus y Ceroxylum. Este bosque presenta un estrato supe-
rior de árboles que emergen con alturas de 20 a 35 metros, pertene-
cientes a distintas familias del orden rosales, entre ellas Cunnoniacea,
Brunneliaceae y Rosaceae (Cuatrecasas, 1958; Van der Hammen y
González, 1963).

88
Parque Regional La Florida
Invertebrado consumidor de madera en hojas de una
herbácea en el suelo. Las relaciones de la biodiversidad
requieren investigación y tiempo para ser comprendidas.

Caucho sabanero (Ficus soatensis)


Parque Nacional Enrique Olaya Herrera
La familia Moraceae contiene especies fundamentales
para la diversidad, ya que ofrecen abundantes recursos,
frutos, invertebrados, hojarasca entre otros durante una
buena parte del año, una especie clave (keystone).
Weinmannia tomentosa Vallea stipularis Viburnum triphyllum Baccharis macrantha

Croton mutisianus Miconia elaeoides Diplostephium Pernettya prostrata Tibouchina grossa


rosmarifolium

Hypericum sp.1 Hypericum sp. 2 Berberis goudotii (EN) Gaylussacia buxifolia

Tillandsia turneri Diplostephium Weinmannia Cavendishia nitida


phylicoides (EN) tomentosa (EN)

Especies de importancia en el bosque andino


En el bosque andino se pueden encontrar variedad de especies, algunas con una distribución más
amplia pueden subir hasta los bosques altoandinos, no obstante, este ecosistema está fuertemente
amenazado por su transformación, por consiguiente, numerosas de sus especies endémicas están
amenazadas de extinción, y muchas más no han sido aún evaluadas, siendo prioritario evaluar sus
poblaciones y establecer estrategias para su conservación.
Fotos: Enoc Sánchez Londoño.
Principios generales

Bosques inundables
Estos bosques se establecieron en las planicies que se inundaban duran-
te la época de lluvias, que, por la capacidad de drenaje de sus suelos, en
ausencia de precipitación eran relativamente más secos, permitiendo que
especies de mayor porte crecieran. Lamentablemente los bosques inun-
dables de la Sabana de Bogotá fueron fuertemente transformados por el
ser humano, lo que deja en la actualidad tan solo pequeños fragmentos
en los que crecen árboles aislados, asociados a humedales.
En estos bosques se podían reconocer dos asociaciones de impor-
tancia los bosques inundables de aliso y los matorrales de laurel. Los
bosques inundables de aliso (Alnus acuminata) por su parte, se encon-
traban cerca de Funza y Subachoque, en el que el aliso era la especie
dominante, acompañada de Miconia reclinata, Ageratina fastigiata, Cestrum
buxifolium, Prunus serotina, Baccharis revoluta, Ludwigia peruviana y un
número de hierbas higrófilas, bosques similares a estos pueden encon-
trarse en ríos y quebradas hasta los 3100 m s.n.m., aunque la compo-
sición de especies ha cambiado debido a la transformación (van der
Hammen, 1968; 1998).

Sauce llorón (Salix humboldtiana)


Parque Regional La Florida
Especie nativa, bundante en áreas inundables, ofrece numerosos recursos para la fauna,
hojarasca, refugio para invertebrados y alimento a polinizadores. Su corteza tiene valor
medicinal de ella se extrae el ácido salicílico, usado para el dolor de cabeza.

91
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Las especies que pueden adaptarse a sitios con alta oferta hídrica
son claves en estos bosques. Sin embargo, es importante mencionar que
la adaptabilidad va a depender de la disponibilidad de áreas un poco
más altas que permitan que las raíces de estas especies puedan hacer
el intercambio gaseoso adecuadamente, y de que haya algún cuerpo
de agua que facilite la remoción de nutrientes mediante las dinámicas
estacionales asociadas a la precipitación, las crecientes y la posterior
desecación.
Es probable que en la Sabana de Bogotá se hayan presentado dos
tipos de bosques inundables los cuales dependían de las dinámicas de
inundación y de los tipos de suelo. En lugares en los que había suelos
con mayor porosidad, la estructura misma del suelo facilitaba la filtra-
ción del agua, evitando inundaciones por largos periodos, lo que, acom-
pañado de la baja temperatura en la descomposición de la materia
orgánica, facilitaba la formación de turba. Por otra parte, estaban las
áreas en las cuales había suelo con mayor sedimentación y considerable
arcilla, lo que hacía que el agua se quedara más tiempo en estos sitios,
inundándolos por periodos más largos (van der Hammen, 1998).
A partir de la fuerte transformación que sufrieron los bosques inun-
dables, hoy en día solo es posible encontrar áreas en las cuales crece
vegetación, que en algunas épocas del año se inunda con la estaciona-
lidad de las lluvias. Entre ellas se pueden mencionar las áreas cercanas
a los humedales y a los cuerpos de agua en Bogotá, en donde hay espe-
cies arbóreas y arbustivas, resaltando algunas como el separador de la
autopista Norte, así como también la ronda del río Bogotá. Estas áreas
merecen especial atención ya que podrían ser potenciales áreas en las
cuales hubo en una época bosques inundables, y en las que hoy en día
solo es posible encontrar algunas especies que fueron plantadas, o que
llegaron por regeneración natural y que se han adaptado a las dinámi-
cas de inundación.
La mayor parte de estas áreas son inundables de manera temporal
ya que dependen de la precipitación, por lo que en la época en la que
la precipitación disminuye son relativamente secas. Los laureles del
género Morella también son unas de las especies de alta importancia,
ya que algunas especies arbustivas pueden establecerse en áreas inun-
dables (Van der Hammen, 1998). Finalmente vale la pena mencionar la
importancia que tienen los remanentes de bosques bajos en la Sabana,
entre ellos el bosque Las Mercedes, una de las APIRE ubicada en Suba.

92
Aliso (Alnus acuminata)
Parque Regional La Florida
Especie nativa, fijadora de nitrógeno, caducifolia,
refugio de numerosas especies de invertebrados,
fuente de alimento para aves insectívoras. Se establece
fácilmente en suelos inundables fijando nitrógeno.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Humedales
La composición florística de estos ecosistemas puede variar de
acuerdo con condiciones bióticas y abióticas, encontrando así en cada
humedal una composición diversa de especies, respondiendo a las diná-
micas de transformación y adaptación. De manera general, los hume-
dales cuentan con cuatro tipos de fisonomías vegetales: a) la vegetación
terrestre, b) aquellas que se pueden observar en la ribera de los cuerpos
de agua, c) la vegetación enraizada y herbazales en las áreas de tran-
sición, e incluso en islas flotantes según sea el caso, y d) la vegetación
flotante, conformada por especies con adaptaciones para flotar o aerén-
quima, principalmente.
Algunas de las especies que se pueden encontrar en las franjas te-
rrestres de este ecosistema se comparten con los bosques inundables,
lo cual depende del tiempo en el que permanezcan inundados, de las
características del suelo y, además, de la calidad del agua.
La disminución de los ecosistemas de humedal durante las últimas
dos décadas ha sido dramática. Se estima que más de la mitad de su
extensión en el mundo se ha reducido (Keddy et al., 2009; Straka et al.,
2016). Algunas de las grandes metrópolis del mundo como New York,
Paris, Shanghái, Londres e incluso Bogotá, han sido construidas sobre
humedales, dejando relictos muy pequeños de su extensión original
(Mengchi y Curtis, 2013); esto ha hecho que las dinámicas del agua cam-
bien y que estas ciudades queden con mayor vulnerabilidad a cambios
repentinos en el nivel del agua, por ejemplo, a los asociados al cambio
climático.
Los humedales dependen directamente de las dinámicas de inunda-
ción del agua y, por tanto, de la estacionalidad. En la época de lluvias, el
nivel de los cuerpos de agua a los cuales se encuentran asociados sube,
y, consecuentemente, se generan corrientes que transportan nutrientes
y activan la dinámica de filtración del humedal. Por el contrario, en la
época con más baja precipitación el nivel del agua baja, pero al mismo
tiempo ocurren otras dinámicas asociadas a la vegetación.
Una de las dinámicas más interesantes con las que cuentan los hu-
medales se encuentran en la vegetación ya que hay recambios en las es-
pecies, así como también dinámicas fenológicas. En ciertos meses del
año es posible encontrar especies con flores, mientras que, en otras, hay
especies con frutos o sin ninguna de las dos. Estos procesos le brindan
al humedal una increíble complejidad, ya que hay una estacionalidad
en los recursos que se ofrecen a la fauna, siendo este un ejemplo de la
entramada red trófica que se presenta en estos ecosistemas.

94
Principios generales

En los humedales muchas veces se establece vegetación acuática que


coloniza el espejo de agua, pero en ella hay mucho más que vegetación
que invade el espejo de agua. Desde el Jardín Botánico de Bogotá hemos
encontrado algo más de 50 especies distintas en uno de los remanentes
de este tipo de vegetación, en el humedal La Florida. ¡Protejamos esta
vegetación es hábitat de numerosas especies!
Este remanente lleva más de 60 años en recuperación y es hábitat
de varias especies de aves que se encuentran en alguna de las catego-
rías de importancia en conservación, encontrando por ejemplo la tingua
bogotana Rallus semiplumbeus, el doradito de pantano Pseudocolopteryx
acutipennis, e incluso el casi extinto cucarachero de pantano Cistothorus
apolinari. Especies que probablemente se alimentan de los recursos que
ofrecen estas complejas asociaciones, por lo que es urgente proteger
este tipo de vegetación, y sobre todo investigar mucho más para enten-
der sus dinámicas ecológicas, y empezar a restaurarlos.

Diversidad de vegetación
de humedal
Parque Regional La Florida
En la fotografía se observa
el colchón formado por
Marchantia sp. y Ludwigia
palustris. La primera especie
solo es visible cuando el nivel
de agua baja en la época
seca; el resto del año queda
bajo el agua. También se
observa la especie de helecho
Histiopteris incisa que también
puede encontrarse en bosque
altoandino, evidencia de la
conectividad que pudo haber
entre los humedales y el
páramo durante el Plioceno.
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero.

95
Cerezo (Prunus serotina)
Parque Regional La Florida
Especie naturalizada, adaptable a
diferentes tipos de suelo; es importante
para la fauna: ofrece néctar, es hábitat de
insectos de los que las aves insectívoras
se alimentan. Además, ofrece cerezas que
son consumidas por el ser humano.

Chilco (Baccharis latifolia)


Parque Regional La Florida
Especie nativa, se establece en áreas inundables, en los bordes de los humedales. Ofrece
recursos a numerosos polinizadores, entre ellos estos dípteros que se mimetizan y parecen
abejas para evitar ser depredados; invertebrados como estos son muy abundantes en los
humedales, una dieta fabulosa para las aves insectívoras.
Especies de importancia en el humedal
Fotos: Juliana Zuluaga-Carrero

Azolla filiculoides Baccharis breviseta Begonia fischeri (LC) Bidens laevis

Lemna gibba Cuscuta indecora Eichhornia crassipes Blechnum cordatum

Juncus effusus Gratiola bogotensis Ludwigia peploides Marchantia sp.

Scutellaria racemosa Rumex conglomeratus Schoenoplectus Cuphea racemosa (LC)


californicus
Tabaquillo (Polygonum acuminatum)
Parque Regiona La Florida
Especie nativa de humedal, ofrece
néctar a polinizadores, tiene
adaptaciones en sus raíces para
sobrevivir en el agua, sus tejidos son
resistentes a la pudrición.

Juncus densiflorus (LC)


Parque Regiona La FloridaLa Florida
Esta especie está adaptada a sitios que
permanecen inundados una buena
parte del año, su distribución está
restringida a unos pocos humedales
en Bogotá, este individuo se estableció
por regeneración natural en los núcleos
experimentales de restauración de
humedal.
Foto: Juliana Zuluaga-Carrero.

Marchantia sp. – Estructura de raíces


bajo la vegetación rasante del humedal
Parque Regiona La Florida
Las complejas asociaciones de raíces
de los humedales pueden formar un
hábitat bajo el agua, en el cual viven
numerosos invertebrados que además
brindan alimento a las aves, muchas
de estas plantas permanecen bajo el
agua durante la época de lluvias, como
esta Marchantia sp., por lo que puede
observarse mejor en época seca.
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero.
Principios generales

Información complementaria sobre


los ecosistemas de Bogotá
Los primeros estudios de la flora de Bogotá inician en el siglo XVIII con
la Real Expedición Botánica del Nuevo Reino de Granada, en la cual José
Celestino Mutis junto a otros botánicos describieron las especies de plan-
tas de la Sabana de Bogotá. Estos estudios posteriormente fueron comple-
mentados por otros botánicos, entre ellos Cuatrecasas (1934, 1958); Pérez-
Arbeláez, (1935); van der Hammen y González (1963), y van der Hammen
(1998). Así mismo se encuentran otras investigaciones hechas en restau-
ración ecológica como las de Guhl (1981); Wijninga et al. (1989); Cortés
(1997); Schmidt-Mumm (1998); Cortés et al. (1999); Cortés (2003); Rangel
(2003); Fernández-Alonso y Hernández-Schmidt (2007); van der Hammen
et al., (2008); Hernández y Rangel (2009); CAR (2010); Cabrera-Amaya et
al. (2017); Rojas-B. (2017); Cabrera-Amaya y López-Cruz (2019), y la más
reciente revisión de Hernández (2016) en historia y uso, estudios estos que
han contribuido al conocimiento de la flora de Bogotá y que describen los
ecosistemas secos que si bien no están incluidos en este capítulo, son de
gran importancia para la conservación de la biodiversidad de la ciudad.

Plántula de palma quinceañera


(Chamaedorea linearis)
Parque Regional La Florida
Esta especie nativa está casi
amenazada de extinción y es
de alta importancia en bosques
andinos, las palmas son una
fuente de variados recursos para
la fauna, pero además para el
ser humano, y aún no se conoce
mucho de su propagación,
un tema que vale la pena
continuar investigando para
otros ecosistemas en Bogotá en
donde están muy reducidas sus
poblaciones

99
Capítulo 4
Áreas piloto de investigación
para restauración ecológica

Parque Regional La Florida


Juliana Zuluaga-Carrero

Ubicación del Parque


El Parque Regional La Florida se encuentra ubicado en las
coordenadas 04°43,594 N y -74°09,023 O a 2546 m s.n.m.
en el noroccidente de la ciudad de Bogotá. Limita en el
norte con la zona industrial La Florida de la Calle 80, al
oriente con el barrio Engativá y el humedal Jaboque y se-
parada por el río Bogotá, al occidente con el club de golf
La Florida en el municipio de Funza, y al sur con el aero-
puerto El Dorado.

La historia del Parque


En la década de los años cuarenta del siglo pasado la la-
guna La Florida y el pantano eran un humedal de 163 ha,
de las cuales 80,10 ha eran espejo de agua y 81 ha corres-
pondían al pantano. Los propietarios aledaños amplia-
ron sus predios para el desarrollo agropecuario y redu-
jeron el humedal a 50,18 ha de espejo de agua y 23,40 ha
de humedal, que equivale a una reducción en el 62 % del
espejo de agua y a un 28 % en de su vegetación de hume-
dal para el año 1994 (Poveda y Zambrano, 1994).
En respuesta a las necesidades de riego en verano y
de las inundaciones que se estaban presentando durante

101
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

la época de lluvias en Bogotá en la década de los treinta se construyó el


distrito de riego La Ramada, que atraviesa el costado occidental del Par-
que. Mediante canales, esclusas, compuertas y estaciones de bombeo, este
sistema brinda el riego y el drenaje de agua de la cuenca occidental del río
Bogotá (PBOT, 2000; Pérez-Preciado, 2012).
La Ramada se extiende por los municipios de Mosquera, Tenjo, Funza,
Cota, Madrid y Bojacá, en un área de 6000 ha aproximadamente, y bene-
ficia a los agricultores de estos seis municipios (PBOT, 2000). Algunos de
ellos usan el agua del río Bogotá a través de este sistema presentándose
contaminación por metales pesados en algunas secciones (Miranda et al.
2008).
En 1974, durante la gestión del alcalde Aníbal Fernández de Soto, la
División de Parques de la Lotería de Bogotá adquirió el extenso predio,
ubicado cerca de la primera pista del aeropuerto El Dorado, al occidente
de la ciudad. Posteriormente, en 1980, el terrero fue cedido al Instituto
Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), convirtiéndose en el único parque
extraurbano sostenido y administrado por esta institución.

Mapa de ubicación del Parque Regional La Florida, conformada por las coberturas.
(Elaborado por Zuluaga-Carrero y Villanueva, 2020).

102
Áreas piloto de
restauración ecológica

Fotografías aéreas del Parque Regional La Florida


A la izquierda se observa el humedal en el año 1949, y a la derecha en 2005
—la línea roja indica el límite del Parque—.
(Imágenes tomadas y modificadas del informe final Convenio IDT-JBB-IDRD-FHLC (2009).

Fase de diagnóstico
Coberturas del APIRE La Florida
El Parque Regional La Florida cuenta con diferentes coberturas vegetales
que le brindan heterogeneidad, y con áreas de recreación activa y
pasiva en las que se destaca su composición variada de plantas y aves,
con franjas terrestres, inundables y de humedal. Se identificaron siete
coberturas en las cuales se encuentran los polígonos que hacen parte
del APIRE La Florida: humedal, lago, sector El Lago en restauración, área
inundable de huerto semillero, áreas recreativas, plantación forestal
mixta e Infraestructura que conforma el parque como caminos, senderos,
parqueaderos, salones sociales y construcciones de la administración.

COBERTURA COBERTURA DESCRIPCIÓN


1. Humedal* 22 ha Acuática, macrófitas (referencia)
2. Lago 20 ha Cuerpo de agua
3. Sector El Lago* 12,21 ha Plantaciones de restauración ecológica
4. Área inundable con huertos E. globulus y plantaciones de restauración
9,36 ha
semilleros* ecológica
5. Áreas recreativas 37,39 ha Árboles exóticos y nativos aislados
6. Plantación forestal mixta 14,2 ha Plantación de exóticas y algunas nativas

7. Infraestructura y otros 25 ha Parqueaderos, caminos, pista de motocross

Total 140 ha
*Cobertura de importancia para el proceso de restauración ecológica.

103
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

En la cobertura vegetal del sector El Lago se inició el proceso y se ela-


boraron diseños para las franjas terrestres y de litoral. El humedal es el
remanente en buen estado de conservación que se encuentra en el parque,
se constituye en uno de los ecosistemas de referencia del proyecto de
restauración pues ha sido clave para entender su funcionamiento; en
este es posible encontrar especies de aves en peligro de extinción.
Allí se encuentran las áreas del huerto semillero en las cuales se ha
reemplazado progresivamente el eucalipto; y se incluyeron otras cober-
turas del Parque en las cuales se han hecho plantaciones con otros obje-
tivos; por ejemplo, en la plantación forestal mixta se introdujeron árbo-
les exóticos para recuperar la zona, y se incorporaron algunas especies
nativas de importancia en conservación como el uche (Prunus buxifolia),
y la palma de cera (Ceroxylon quindiuense). Finalmente se integra la zona
recreativa que cuenta con especies plantadas cultivadas y nativas con
fines ornamentales.

El sector El Lago
Durante la primera mitad de 1994, a través de un contrato con el IDRD,
se emplearon deferentes métodos para recuperar y agrandar el es-

Hierba de la familia Compositae Clavito de agua (Ludwigia peruviana)


Esta especie llegó por la lluvia de semillas Esta especie es de alta importancia
a la parcela de herbáceas que se estableció para el humedal La Florida ya
en el parque con el objetivo de evaluar la que su néctar es aprovechado por
recuperación del litoral del lago. Es una polinizadores que posteriormente
especie que debe ser identificada en un sirven de alimento a las aves
herbario para conocer su nombre. insectívoras, algunas de ellas
Fotografía: Diego Mauricio Cabrera amenazadas de extinción.

104
Áreas piloto de
restauración ecológica

pejo de agua; estos incluyeron la remoción mecánica del buchón, un


dragado del lago y la inoculación del espejo de agua resultante con
microorganismos biodigestores para remover la materia orgánica acu-
mulada. También se extendió el espejo de agua limpia hacia el oriente
hasta el borde de los juncales del pantano, se comenzó la limpieza o
poda de los bordes del lago para eliminar la vegetación acuática, espe-
cialmente la enea y el junco.
En los años siguientes se eliminaron gradualmente los juncales del
sector occidental, del costado sur de la laguna y de algunos adyacentes
al espejo de agua hacia el sector del río. Las actividades de remoción
manual de vegetación flotante y poda de los bordes continuaron a
través de una serie de contratos del IDRD (PUJ, 2003). En 1997 el parque
hizo parte de la gestión integral de los parques urbanos, mediante la
cual sus instalaciones mejoraron.

El sector El Lago y su importancia para la conservación de las aves


Según Asociación Bogotana de Ornitología (ABO) y los datos del censo
navideño, para el año 2000 este sector del Parque contaba con 77 es-
pecies de aves agrupadas en 30 familias, algunas de ellas ocasionales,
pero otras evidentemente se habían reducido o desplazado. En 2005
se encontraron 40 especies agrupadas en 23 familias, un registro que
probablemente se relacione con el esfuerzo de muestreo de este año.
Tres años después, entre mayo y agosto de 2008, se confirmó la pre-
sencia de 39 especies agrupadas en 23 familias.
En 2006 la Corporación Autónoma Regional declara el humedal
La Florida con la categoría de área protegida como reserva hídrica,
mediante el Acuerdo No. 46 del 20 de noviembre de 2006.
En 2008 se hizo una análisis de los registros de especies de aves
interés entre ellos la tingua bogotana (Rallus semiplumbeus) y el cuca-
rachero de pantano (Cistothorus apolinari), que le dan al ecosistema un
alto potencial de recuperación por su cercanía con el humedal Jaboque
y el río Bogotá. Para ese entonces el Parque Regional La Florida con-
taba con un área recreativa dominada por gramíneas, un área de plan-
tación forestal mixta, un espacio con prevalencia de árboles exóticos
altos y una zona de humedal en la que se incluyen el lago (espejo de
agua) y el pantano.
En este mismo año el pantano que conectaba el humedal La Florida
se fragmentó con la construcción de la vía Funza-Cota y del canal de
riego La Ramada, restándole 3,50 ha de espejo de agua.

105
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Huerto semillero
En 1983 el Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables
y del Ambiente (Inderena) creó en el Parque un huerto semillero de
Eucaliptus globulus. Inicialmente se plantaron 106 cepas provenientes
de Australia y 52 más establecidas con anterioridad en diferentes partes
de Colombia, con el objetivo de producir una semilla mejorada genéti-
camente para aumentar la productividad de las plantaciones y conser-
var el germoplasma. En total se hicieron nueve bloques con cinco árbo-
les por cepa.
Las evaluaciones fenotípicas realizadas a los 3, 11, 17 y 23 años del
huerto semillero generaron información acerca del crecimiento de la
especie en altura, área basal y volumen comercial de madera (Salas &
Salazar, 2007). Los resultados de los estudios de evaluación morfológica
asumen una base genética estrecha entre las cepas colombianas, lo que
indica que las plantaciones de esta especie en el país son producto de
una única introducción (Venegas 1989; Arias y Castillo, 1995).
En La Florida también se llevó a cabo un estudio de progenie del
huerto en el que se evaluó su comportamiento en diferentes ambientes,
con el propósito de seleccionar las mejores familias y conformar nuevas
fuentes semilleras. Con este objetivo se realizaron nuevos ensayos en
Mosquera, Cundinamarca, y Tuta, Firavitoba, Santa Rosa de Viterbo en
Boyacá, y se rescató el banco de germoplasma (Conif, 2009). El último
estudio registrado se basó en la diversidad genética de 25 genotipos (14
provenientes de Australia y 11 de Colombia) y se encontró que la pobla-
ción australiana y colombiana, son genéticamente similares.

Fase de implementación
En 2005 el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), la Secretaria
Distrital de Ambiente (SDA -anterior DAMA), el Jardín Botánico de
Bogotá José Celestino Mutis (JBB), la Secretaria Distrital de Integración
Social (SDIS - anterior DABS) y el Instituto Distrital para la Protección
de la Niñez (Idipron), aunaron esfuerzos técnicos, administrativos, finan-
cieros y humanos para definir los modelos que permitieran el desarrollo
de la rehabilitación, recuperación ecológica y manejo silvicultural de las
áreas plantadas con especies exóticas, en los parques administrados o de
propiedad del Distrito Capital IDT-JBB-IDRD-FHLC (2009).

106
Plantaciones de la zona 1 – Huerto semillero – Parque Regional La Florida
A la izquierda, implantación de vegetación en 2016; a la derecha en 2018.
Fotografías: Juliana Zuluaga-Carrero

Helecho (Dryopteris wallichiana) Peona (Castilleja arvensis)


Parque Regional La Florida
Los helechos pueden crecer bajo sombra y
en lugares con luz directa, sus soros guardan Esta especie se establece en áreas con buena
esporas que se mueven con el agua, y a su humedad y en pastizales. Al ser hemiparásita,
vez, estas requieren de hongos para germinar requiere de las raíces de otras plantas para
y producir nuevas plantas. Los helechos establecerse; por ejemplo, se sujeta de las
pertenecen son uno de los grupos más raíces del pasto para crecer. Su belleza resalta
antiguos de la tierra, y un buen ejemplo de la entre el verde. Es medicinal, y en otras
interconexión entre los seres vivos culturas de Mesoamérica es una
especie sagrada.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

El Jardín Botánico, el IDRD y la Secretaría Distrital de ambiente esta-


blecieron las pautas técnicas para orientar las actividades de selección
de especies y de control de invasoras como el retamo; y la Secretaria
Distrital de Integración Social y el Idipron ofrecieron una oportunidad
de trabajo a personas que fueron habitantes de la calle y a jóvenes, invo-
lucrándolos en el proceso de plantación y mantenimiento del proyecto.
Al articular la gestión de estas entidades se consigue la rehabilitación
e inclusión de personas en el ámbito social, así como iniciar el proceso
de recuperación del ecosistema. Con estos proyectos se mejora la oferta
de hábitat para la fauna, especialmente para las aves.

Revegetación para las aves


En 2009 se estableció un convenio entre el Jardín Botánico, el
Instituto Distrital para la Recreación y el Deporte, el Instituto Distrital
de Turismo y la Fundación Humedal La Conejera a través del cual se eje-
cutaron diferentes actividades de restauración ecológica en el sector El
Lago, con el objetivo de ofrecer a los turistas espacios para la recreación
pasiva y la apreciación de la biodiversidad y el paisaje, por la importan-
cia del área para la conservación de aves.
Para iniciar la recuperación del sector El Lago se llevaron a cabo im-
portantes intervenciones como la reubicación de kioscos y asaderos de
manera concertada con los vendedores, pues hasta este año fue un es-
pacio utilizado por los ciudadanos para hacer asados familiares y pa-
seos en bote; la reconformación de las orillas del lago para disminuir
las pendientes del terreno, y la revegetación de la zona inundable y de
litoral con 64 especies nativas, tanto acuáticas como terrestres.
Además de esta reconformación, se diseñó el trazado de senderos
para hacer avistamiento de aves y se construyó un observatorio, esto

Plantaciones con especies acuáticas en el litoral del sector El Lago 2009.


A la izquierda se observan las plantaciones de especies arbóreas y a la derecha herbáceas.
Fotos: Informe Convenio IDT-JBB-IDRD-FHLC (2009).

108
Áreas piloto de
restauración ecológica

aportaría al cambio de esta hasta este momento para recreación activa


e iniciaría su conversión a un área de recreación pasiva.
En este primer convenio se establecieron algunas metas iniciales de
recuperación del ecosistema. La primera meta, fue el incremento de la
vegetación terrestre en el sector el lago, medida a través de las hectáreas
que cambiaron de recreación activa a recreación pasiva. También se
plantearon indicadores de la conversión de recreación activa a pasiva,
como la construcción del observatorio de aves, y los diseños de senderos
para aviturismo, así como también se incluyó señalética en el parque, esto

otá
Bog
Rí o
Parque Regional La Florida
Sector el Lago

Tomado y modificado
de Informe final Convenio
IDT-JBB-IDRD-FHLC (2009)

Plano de la intervención 2009-2010.


Parque Regional La Florida, Sector el Lago.
En el plano se muestra en color verde las áreas en las cuales se hará el proceso
de recuperación con plantas terrestres; en rojo las áreas en las que se plantarán
especies de humedal en el litoral del lago; en naranja los senderos para aviturismo, y
en azul algunas islas con vegetación acuática en el lago.

109
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

último con el objetivo de incrementar el aviturismo y las actividades de


observación de aves en el ecosistema.
En 2014 el IDRD y el Jardín Botánico José Celestino Mutis celebraron un
segundo convenio con el fin de aunar recursos técnicos, administrativos
y financieros para continuar las labores de recuperación y manejo
adaptativo en tres parques del Distrito Capital, entre los cuales estaba el
Parque Regional La Florida y el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera.
Para dar continuidad con el proceso iniciado en 2009 en el Sector El
Lago, en este año se incluyeron tres hectáreas de claros presentes en los
huertos semilleros de Eucaliptus globulus, que se formaron como resultado
del aprovechamiento que se había hecho en años anteriores. Esta nueva
área se cerró para el público, debido al riesgo inminente de caída de los
árboles de gran porte y fue integrada al proceso de recuperación del parque.
Durante ese mismo año se estableció el arboretum como estrategia de
reemplazo progresivo del huerto semillero, y se hizo seguimiento a cuatro
diseños de plantación: con especies pioneras, especies secundarias iniciales,
especies secundarias tardías y especies tardías (Vásquez-Valderrama, 2015).
Estos diseños se abordan desde dos enfoques: uno mixto que incluye la
sucesión de acuerdo con el orden en el que se establecen los individuos, y otro
funcional porque se seleccionaron especies con una importancia ecológica
alta por su oferta de recursos y también sus potenciales interacciones
ecológicas con otros seres vivos (Vásquez-Valderrama, 2015).
En el 2016 se establecieron algunos ensayos para la recuperación
del sotobosque, para lo cual se hicieron experimentos con plantas
como bromelias, orquídeas, anturios y helechos. Así como también se
establecieron ensayos para la recuperación del litoral con especies acuáticas
y de hábitos de transición.
En el 2017 se planteó un modelo conceptual de restauración ecológica
que recapituló las estrategias que habían sido probadas anteriormente
y además propuso otras más, estableciendo así el APIRE La Florida, un
área piloto de investigación en restauración ecológica, con seis metas de
recuperación, cada una de las cuales cuenta con objetivos medibles en el
tiempo. Entre las metas se definen las siguientes: 1) Aumentar la cobertura
de vegetación de litoral en el sector el lago, 2) Aumentar la diversidad de
especies en el sotobosque del sector el lago, 3) Aumentar la cobertura
de las especies nativas del huerto semillero, 4) Monitorear los cambios
en la avifauna, 5) Seleccionar especies de plantas de importancia para
las aves, y 6) Fortalecer alianzas y actividades de divulgación del proceso
de restauración. En este mismo año, también se estableció un vivero de

110
Áreas piloto de
restauración ecológica

Especies pioneras Especies secundarias iniciales

Especies secundarias tardías Especies tardías

Diseños de nucleación
(Tomados y modificados de Vásquez-Valderrama, 2015).

111
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

propagación para especies de humedal y áreas inundables que tomó el


remanente de humedal del parque como ecosistema de referencia.
En el periodo comprendido entre 2018 y 2020 se hizo el seguimiento
de estas metas mediante una estrategia de manejo adaptativo. Esta
estrategia realizó el control de la especie invasora pasto kikuyo Cenchrus
clandestinus durante el establecimiento de las plantaciones, mediante el
plateo, un estudio del suelo como referencia para el control de factores
limitantes, el manejo de residuos vegetales mediante compostaje, y
posterior reincorporación del material orgánico a las plantaciones para
mejorar las características del suelo en ciertas áreas del parque. Se
establecieron parcelas de herbáceas en el litoral del lago, el sotobosque
y un área inundable para evaluar la adaptabilidad de las especies a partir
de la propagación lograda en el vivero. Y también se hizo monitoreo a las
comunidades de aves en las parcelas permanentes de seguimiento, así
como también llevaron a cabo talleres, actividades de observación de aves
y plantaciones con la comunidad y diversos grupos de interés.

Fase de monitoreo
El monitoreo o seguimiento es clave para comprender la dinámica del pro-
ceso de recuperación que, de acuerdo con su desarrollo, será posible forta-
lecer con la adición de especies que favorezcan el restablecimiento de otros
procesos ecológicos.
Como parte del trabajo se establecieron unidades a partir de las cuales
se hizo seguimiento tanto a las áreas en proceso de restauración, como a las
demás coberturas del Parque, para poder evaluar los cambios a partir de la

Plantaciones de la zona 1 – Huerto semillero APIRE La Florida


A la izquierda, implantación de vegetación en 2016; a la derecha en 2018.
Fotografías: Juliana Zuluaga-Carrero.

112
Áreas piloto de
restauración ecológica

comparación entre ellas. Las parcelas permanentes son un medio para hacer
este seguimiento. En el caso particular del parque La Florida se establecie-
ron estaciones de monitoreo con doble propósito, para hacer seguimiento a
las transformaciones en la vegetación y a las comunidades de aves.
Para el monitoreo de las metas planteadas se evaluaron tres componen-
tes fundamentales en el proceso de restauración: composición, estructura
y función, también se tomaron datos de los ecosistemas que han servido de
referencia para el proceso, dentro de los cuales está el humedal La Florida,
para las áreas acuáticas o inundables permanentes, y el bosque Las Mer-
cedes para las franjas terrestres. Y finalmente, se incluyen actividades de
ciencia participativa con diferentes grupos en actividades de seguimiento,
principalmente con las variables de aves.
Cabe mencionar que hay más de un ecosistema de referencia pues el
Parque cuenta con áreas que tienen mayor afinidad con un bosque inun-
dable, y zonas más altas en donde pueden establecerse especies de bosque
andino y altoandino. A través de la información generada por las estaciones
de monitoreo se logró conocer acerca de la adaptabilidad de las especies y
también de algunas de sus relaciones con las aves.

Estación de monitoreo PC No. 5.


Esta hace referencia a los puntos de conteo, técnica usada para contar
las aves que se observen en la vegetación.
Fotografía: Cindy Acelas-Albarracín

113
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Meta No. 1
Aumentar la cobertura de vegetación de litoral en el sector El Lago
El Parque cuenta con uno de los humedales en mejor estado de conserva-
ción de la ciudad, un remanente que, de acuerdo con la revisión histórica
del lugar, lleva más de 60 años en recuperación, sin perturbaciones huma-
nas que lo fragmenten o lo transformen drásticamente. Aunque es posible
que el humedal haya recibido aguas del río Bogotá, por su conexión con el
río, la capacidad de recuperación del ecosistema es buena, y es hábitat de
diferentes especies de aves y plantas en vía de extinción.
El humedal La Florida está conformado por 29 familias de plantas entre
las que se destacan Onagraceae, Polygonaceae y Solanaceae (cinco espe-
cies cada una), Dennstaedtiaceae (4), Araliaceae (3) y Convolvulaceae (2),
este ecosistema tiene en total 48 especies de humedal, uno de los registros
más altos de especies acuáticas que se presentan para Bogotá, siendo el se-
gundo con mayor diversidad de plantas después de Jaboque con 54 especies
(Cabrera-Amaya & López-Cruz (2019).

Composición de plantas de humedal por familia en el APIRE La Florida


Son abundantes las familias con mayor número de individuos como junco
(Schoenoplectus californicus), clavito de agua (Ludwigia peruviana y Ludwigia
peploides), gratiola (Gratiola bogotensis), helechos del género Hypolepis (va-
rios que están en revisión en el herbario), begonia de pantano (Begonia fis-
cheri) y Scutellaria racemosa.

114
Ecosistema de humedal
Arriba a la izquierda se observa planeando la golondrina (Orochelidon murina) y a la
derecha el águila pescadora (Pandion haliaetus), abajo en el junco el cucarachero de pantano
(Cistothorus apolinari) y el doradito de pantano (Pseudocolopteryx acutipennis). En las plantas se
destaca con flores amarillas el clavito de agua (Ludwigia peruviana), con flores rosadas la begonia
de pantano (Begonia fisheri), entre las hojas Baccharis breviseta, y los helechos (Histiopteris incisa y
Blechnum cordatum). En el medio de la imagen se observa el pato turrio (Oxyura jamaicensis) a la
izquierda, la tingua bogotana (Rallus semiplumbeus), el avetorillo pantanero (Ixobrychus exilis). En
la parte inferior sobresale la lengua de vaca (Rumex conglomeratus) que crece sobre la cobertura
de Marchantia sp., y finalmente la caica (Gallinago nobilis). Todas estas especies dependen de los
recursos que ofrece el humedal para vivir.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Parcela de estudio humedal La Florida.


La parcela es un área delimitada en un terreno. Su dimensión es de 10 y 2 metros. Es la
unidad de estudio que permite comprender como están organizadas las plantas en un
ecosistema. Para cumplir este objetivo se requerirán cerca de ocho parcelas. A partir
de la información que arroja la parcela se puede conocer la identidad, distribución y
características de las especies que conforman un lugar.
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrrero.

116
Áreas piloto de
restauración ecológica

Importante
Aunque en ocasiones el humedal dé una apariencia de estar siendo inva-
dido por especies herbáceas acuáticas que cubren el espejo de agua, es un
ejemplo de la alta diversidad que puede contener un ecosistema como este.
De acuerdo con los datos tomados en las parcelas permanentes, hay registros
de especies presentes en el humedal que también pueden estar en el bosque
altoandino, razón por la que hay que continuar el monitoreo para lograr en-
tender mejor sus dinámicas de sucesión. Este es un tipo de vegetación muy
particular ya que es hábitat de especies amenazadas en Bogotá, motivo por el
cual hay que conservarlo y buscar estrategias urgentes para protegerlo.
El humedal es una ventana que facilita observar y comprender la vegeta-
ción que se establece en él. Para conocer sus principales características, se ini-
cia su estudio mediante parcelas, que pueden variar en tamaño dependiendo
de las condiciones del sitio, pueden ser temporales o permanentes y permi-
ten tomar datos en el tiempo para capturar los cambios estacionales y feno-
lógicos, información útil para planear estrategias de restauración ecológica.
En el humedal existen diferentes estratos de vegetación que le dan al
ecosistema diversidad de hábitats y posibilitan numerosas interacciones en
un amplio rango de seres vivos. Aunque no se han monitoreado, hay presen-
cia de grupos de invertebrados, como crustáceos, arañas, hongos y microor-
ganismos que habitan en la vegetación establecida sobre el agua, que con
los años forma una estructura dinámica que depende de las temporadas de
inundaciones.

HÁBITO ESPECIES
Hemiparásita Cuscuta indecora
Ludwigia peruviana
Arbusto
Lycianthes lycioides
Histiopteris incisa
Hypericum humboldtianum
Subarbusto
Rubus glaucus
Solanum stellatiglandulosumm
Baccharis breviseta
Blechnum cordatum
Subarbusto emergente Dryopteris sp.1
Hypolepis sp.1
Hypolepis sp.2

117
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

HÁBITO ESPECIES
Ludwigia peploides
Emergente
Schoenoplectus californicus
Begonia fischeri
Cuphea racemosa
Epilobium denticulatum
Gratiola bogotensis
Hierba emergente Kalanchoe blossfeldiana
Ludwigia palustris
Polygonum hydropiperoides
Rumex conglomeratus
Scutellaria racemosa
Dichondra repens
Galium canescens
Hydrocotyle bonplandii
Lycopodium clavatum
Modiola caroliniana
Nasturtium officinale
Hierba Polygonum nepalense
Pteridium arachnoideum
Cyperus flavescens
Rumex obtusifolius
Solanum americanum
Stachys bogotensis
Thelypteris sp.
Rasante Marchantia sp.
Azolla filiculoides
Eichhornia crassipes
Flotante libre
Lemna minor
Limnobium laevigatum
Hydrocotyle ranunculoides
Flotante enraizada Hydrocotyle verticillata
Myriophyllum aquaticum

118
Áreas piloto de
restauración ecológica

Humedal La Fl orida
La alta diversidad estructural y composicional del humedal La Florida
es parte del hábitat de varias especies de aves en peligro de extinción,
lo que lo convierte en un modelo de referencia para la recuperación de
los humedales y su conservación en Bogotá. Al conocer la identidad de
las plantas es posible iniciar su propagación experimental, pues mu-
chas veces no se conocen sus estrategias de sobrevivencia. A partir de
esta multiplicación se podrá obtener material vegetal para aumentar
la vegetación de litoral. Para esto se establecieron núcleos en un área
inundable del parque en el área de huerto semillero, un área que por
su cercanía al río Bogotá cuenta con un régimen natural de inundación
relacionado con la estacionalidad de las lluvias.
A partir de los datos obtenidos del humedal de referencia, y la pro-
pagación, se obtuvo un grupo de especies de plantas de humedal que se
plantaron en 10 núcleos de humedal.
En cada uno de los núcleos se plantaron 11 especies iniciales en una
densidad fija, a estos no se les hizo ningún tipo de mantenimiento du-
rante el año de establecimiento, y luego de un año se les hizo el segui-
miento respectivo, a continuación, se mencionan las especies plantadas.
Después de un año se hizo el monitoreo a estos núcleos. Se ob-
servó que el 50% de las especies plantadas sobrevivieron, entre ellas:
Ludwigia peruviana, Juncus effusus, Gratiola bogotensis, Ludwigia pa-
lustris y Begonia fisheri. Además hubo un incremento en la diversidad
de especies con un incremento a 20 especies. Las familias con mayor
número de especies son Compositae (4), Cyperaceae, Leguminosae y
Polygonaceae (con dos especies cada una). En total estos núcleos una
año después cuentan con 20 especies de humedal.

A B
Diseños de nucleación de humedal en el Parque Regional La Florida. A) Núcleo piloto
A en mayo 2018. B) Núcleo piloto en septiembre de 2019.

119
Una bonita historia de restauraciónUna
ecológica
bonitapara Bogotá
historia de restauración ecológica para Bogotá

Especies de humedal plantadas en los núcleos piloto APIRE La Florida.

ESPECIE NOMBRE COMÚN CANTIDAD

Lupinus bogotensis Lupino 1000


Stachys bogotensis Estrellita 200
Phytolacca bogotensis Guaba 600
Ludwigia peruviana Hara 1000
Ludwigia peploides Duraznillo de agua 200
Duraznillo de agua
Ludwigia palustris 200
de hoja larga
Begonia fisheri Begonia de pantano 400
Juncus effusus Junco 200
Gratiola bogotense Gratiola 200
Sisyrinchium micranthum Lirio amarillo 200
Sisyrinchium tinctorium Lirio blanco 300
Sisyrinchium bogotense Lirio morado 200
TOTAL 12 4700

Composición por familia de las plantas presentes en los núcleos


del humedal Prque Regional La Florida

120
Áreas piloto de
restauración ecológica

Varias de las especies plantadas no lograron establecerse, y se reemplaza-


ron por otras especies. Estos núcleos requirieron de monitoreo en el tiempo
para conocer los cambios en la regeneración, y el reemplazo de las especies.
Finalmente hay que agregar que estos diseños son un avance para la se-
lección de especies que son usadas en la restauración de humedales y en
áreas de litoral. Para el 2020 el sector el Lago contó con un aumentó en la
vegetación de litoral, por los diseños plantados en el 2009, y un listado de
especies que pueden impulsar la recuperación de otras áreas del sector el
lago, así como también las áreas inundables del sector el lago, un insumo
que puede usarse para la recuperación de los humedales de Bogotá.

Composición de núcleos experimentales de humedal


HÁBITO ESPECIES
Ludwigia peruviana*
Arbusto
Juncus densiflorus
Cuphea racemosa
Cyperus xanthostachyus
Juncus effusus*
Hierba emergente Rumex conglomeratus
Gratiola bogotensis*
Ludwigia palustris*
Begonia fisheri
Verbena litoralis
Alonsoa meridionalis
Castilleja scorzonerifolia
Hierba
Erigeron bonariensis
Gamochaeta americana
Holcus lanatus
Juncus bufonius
Flotante libre
Lemna minor
Limnobium laevigatum
Flotante enraizada
Hydrocotyle ranunculoides
* Especies plantadas para el establecimiento de los núcleos.

121
Nucleación de humedal
Arriba a la izquierda se observa la monjita (Chrysomus icterocephalus), arriba a la derecha
la golondrina ahumada (Orochelidon murina), en el medio de la imagen el búho sabanero
(Asio flammeus) y abajo la tingua azul (Porphyrio martinica). En la cobertura inicial de esta área
había pasto kikuyo (C. clandestinus), posteriormente se abrieron núcleos circulares en donde se retiró
el pasto y se plantaron especies de humedal. El reto es lograr establecer diversidad de hábitos de
crecimiento del humedal de referencia, pues algunas especies como los helechos son exigentes en su
propagación, y es probable que deba hacerse in vitro. El pasto limita fuertemente el establecimiento
de especies lo que hace necesario buscar estrategias para reemplazarlo progresivamente.
Áreas piloto de
restauración ecológica

Metas No. 2 y No. 3


2. Aumentar la riqueza de especies en el sotobosque del sector
El Lago, y 3. Aumentar la riqueza de especies nativas del huerto
semillero
Para estas dos metas se hizo seguimiento mediante las estaciones de moni-
toreo con doble propósito, en las cuales se tomaron variables de composi-
ción y estructura a la vegetación.

Variables de monitoreo APIRE La Florida


Composición Composición
Familias Familias
Especies Especies
Estructura Estructura
Hábitos de crecimiento Diversidad de especies
Cobertura Equidad en abundancia de especies
Alturas y diámetros Función
Composición de gremios
Diversidad funcional

Plantas Aves

Variables enfocada en vegetación y avifauna para evaluar los cambios


del área en restauración

En total se establecieron ocho parcelas permanentes de vegetación en dife-


rentes coberturas, entre ellas: el humedal, en sector el Lago y en el huerto
semillero, y ocho temporales en la zona recreativa y en la plantación mixta.
El parque cuenta con más de 210 especies de plantas y un registro histórico
de 170 de aves, en comparación con algo más de 15 especies de árboles y
alrededor de 60 de aves que se registraron en el inicio del proyecto. Aunque
esto puede indicar un incremento en la diversidad del área para ambos
grupos, es probable que los datos también sean el reflejo de un mayor es-
fuerzo en los muestreos de los últimos años, pues no solo se ha tomado
registro en las áreas en proceso de restauración, sino que se ha incluido
información de otras coberturas. Lo que se ha comparado con datos del
Bosque Las Mercedes, uno de los remanentes de bosque inundable con los
que Bogotá cuenta. Las actividades de monitoreo desde el Jardín Botánico
se enfocan en dos componentes principales las aves y las plantas, aunque
es importante considerar otras variables en el futuro, relacionadas con las
conexiones hidráulicas.

123
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Especies de plantas presentes en las coberturas terrestres del Parque Regional La Florida
y el bosque Las Mercedes.

La vegetación del Parque Regional La Florida está conformada por


65 familias en las cuales se encuentran 162 especies terrestres. Las fami-
lias con mayor número de especies son Compositae (21), Solanaceae (11),
Leguminosae (10), Polygonaceae (8) y Poaceae y Rosaceae (Con seis espe-
cies cada una) entre otras.
Estas dos metas permitieron conocer un aumento en la vegetación tanto
del sotobosque del sector el lago como de la cobertura del huerto semillero.
Aunque en el inicio del proyecto no se documentó de manera adecuada
la línea base, el seguimiento de las otras coberturas del parque sirvió de
marco de referencia. En total se establecieron 54 parcelas de vegetación con
una complitud del muestreo de un 85%. La cobertura con mayor número de
especies es el sector el lago en restauración, seguida del huerto semillero en
restauración, seguida de la plantación forestal mixta y el área recreativa, así
mismo estos valores se compararon con los encontrados en el Bosque Las
Mercedes, con quien se comparten especies de plantas, aunque hay mayor
similitud entre la vegetación del sector el lago y el huerto semillero.
A partir del seguimiento se encontraron cinco hábitos de vegetación en
los que hay una composición variable de especies y de individuos: 1) hierba,
2) hierba emergente, 3) subarbusto, 4) arbusto y 5) árbol.
El número de especies en cada uno de los hábitos de vegetación pueden
describir el estado en el cual se encuentran las áreas en proceso de restau-
ración terrestre, dando cuenta de un estado inicial. El ecosistema de refe-
rencia cuenta tiene una composición de especies que varía a las otras cober-
turas. Se presentan variaciones en las especies que conforman cada uno de
estos hábitos de crecimiento, con variaciones en los estratos de altura, un
indicador de la estructura vertical es estas coberturas.

124
Áreas piloto de
restauración ecológica

Composición terrestre por familia de plantas en el APIRE - La Florida

Similitud en la composición de la vegetación terrestre del Parque


Regional La Florida y el bosque las Mercedes. PFM: plantación fo-
restal mixta; HSRE: huerto semillero en restauración; SLRE: sector
El Lago en restauración; BLM: bosque Las Mercedes, y AREC: áreas
recreativas.

125
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Uno de los resultados más significativos en términos de estructura


es que sorprendentemente las áreas en proceso de restauración son las
que cuentan con el mayor número de estratos de vegetación, seguido
por las plantaciones mixtas, y en último lugar el bosque de Las Mercedes,
este último con una estructura relativamente pobre, que tan solo cuenta
con tres estratos de vegetación, aunque es probable que haya un mayor
número de variaciones en los hábitos de crecimiento, si el esfuerzo de
muestreo se mejora. Se presentan las diferencias en términos de las va-
riables que fueron seleccionadas para el seguimiento de la estructura.

COBERTURA AREC PFM HSRE BLM SLRE


No. Estratos 2 5 4 4 5
Riqueza de árboles 10 23 35 25 39
DAP máx (cm) 195 100 105 110 395
DAP min (cm) 5 5 5 2,5 10
Altura máx árboles (m) 25 35 45 28 30
Altura min árboles (m) 2 0,5 0,5 0,5 0,5
Riqueza de arbustos 0 5 21 4 24
Altura máx arbustos (m) 1,9 1,9 1,4 1,9
Altura min arbustos (m) 0,1 0,1 0,3 0,5
Riquezas herbáceas 9 14 37 51
Altura máx herbáceas (m) 0,06 0,2 0,2 0,2 0,2
Superficie desnuda (%) 5 1 0 0 0
Riqueza epífitas 0 1 1 1 1
Riqueza trepadoras 0 2 4 1 4

Estructura de la vegetación terrestre y sus variaciones con la cobertura Parque


Regional La Florida y Bosque Las Mercedes. AREC: áreas recreativas;
PFM: plantación forestal mixta; HSRE: huerto semillero en restauración;
BLM: bosque Las Mercedes, y SLRE: sector El Lago en restauración.

126
Áreas piloto de
restauración ecológica

Características del suelo


El manejo de factores limitantes debe estar acompañado de un análisis
de suelos con el cual se pueden direccionar actividades para su manejo.
A partir de los resultados del análisis químicos y biológicos del suelo en
el huerto semillero y en el sector El Lago, se pudieron registrar algunas
variables de referencia para el seguimiento del proceso.

Huertos semilleros de eucalipto


Esta cobertura cuenta plantaciones de Eucaliptus globulus, y es cercanías
al jarillón del río Bogotá tiene suelos inundables estacionales, lo que
significa que estos suelos se inundan con las estaciones de lluvia y de
sequía de la región, al estar conectados con la tabla de saturación con el
río Bogotá.
Los análisis químicos realizados en el 2018 hechos a partir de 20 sub-
muestras (IGAC, 2018). Esta cobertura tiene un pH de 5.540 que se in-
terpreta como un suelo fuertemente ácido, con una concentración baja
de fósforo (P) correspondiente a 14.19 Mg/Kg; una concentración alta de
potasio (K), correspondiente a 0,720 cmol(+)Kg-1; una concentración
alta de carbono (C), correspondiente a 10,48 para clima frío, y una ca-
pacidad de intercambio catiónico (CIC) alta, correspondiente a 48.316
cmol(+)Kg-1.
En cuanto a las relaciones entre macronutrientes encontramos di-
ferencias entre ellos. La relación entre Ca/Mg es de 2,6, con rango (2-
4). La relación de Mg/K es 1,75, un valor bajo pero sin deficiencias, ha-
ciendo falta de ambos elementos para completar un relación de 3. La
relación entre Ca/K es de 9,41, muy superior al valor ideal que es 6, pero
sin presentar deficiencias. La relación (Ca+Mg)/K está por encima del
valor ideal 10 con una relación de 11,16, pero sin presentar deficiencias.
La concentración de sodio, en términos generales, es inferior al 15 %, con
un valor de 0,130, lo que no muestra limitantes para las plantaciones. La
saturación de bases (S.B) es baja ya que tiene un valor de 18,40 %, siendo
inferior al porcentaje ideal que es 35 %. Y finalmente, el nitrógeno total
(N) es alto con un valor de 0,97 siendo superior a 0,50 % en clima frío.
Los resultados se pueden relacionar con el proceso de manejo adap-
tativo en el cual, a partir de la adición de lombricompost y compost, las
relaciones de macronutrientes están dentro de los parámetros; si bien
no están en la proporción ideal, en ninguno de los casos hay deficiencias
ni se presenta salinidad. No obstante, es importante incluir en futuros
análisis la relación de los micronutrientes que no fue posible conocer en

127
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

estos resultados, y que permitirían conocer oros aspectos relacionados


con el suelo.
Los análisis de suelos biológicos realizados en el 2018 mostraron ca-
racterísticas particulares en cuanto a la cantidad de microorganismos y
hongos. Los organismos biológicos tienen un papel fundamental en la
toma de nutrientes por parte de las plantas, ya que a partir de asocia-
ciones con las especies nativas esta se ve favorecida. En el caso de los
hongos, por ejemplo, ellos son los encargados de hacer la ruptura de la
lignina y liberar nutrientes al suelo, para que luego las bacterias puedan
absorber estos elementos y fijar el nitrógeno libre, permitiendo que las
plantas incorporen estos nutrientes en sus estructuras y se desarrollen.
En términos generales las concentraciones de hongos en los huertos
semilleros es de 1,5x10^4, un valor que está dentro del rango (10^3-10^4)
de análisis del IGAC (2018) para suelos de alta montaña.
Las bacterias heterotróficas —aquellas que requieren de nutrientes
libres—, en este caso liberadas por los hongos, se encontraron en una
concentración de 3,2x10^6, también dentro del rango (10^4-10^6).
En esta cobertura la concentración de bacterias actinomicetos —aque-
llas intermedias entre hongos y bacterias que cuentan con filamentos,
con hábitos saprófitos, y que se alimentan de animales pequeños muer-
tos— es de 8.9x10^5, un valor que se encuentra en el rango (10^4-10^5).
El valor correspondiente a los fijadores de N libres es de 8,0x10^5
dentro del rango (10^4-10^5), siendo aquellos encargados de tomar el
nitrógeno que está en el suelo en forma de NO3, y otros en una forma
menos compleja para ser tomada por las raíces de las plantas.
Los microrganismos solubilizadores de fosfatos tienen un valor de
4,5x10^3, un valor que se encuentra por debajo del rango de suelos na-
turales con pastizales y más similar con bosques (<10^4).
Finalmente, se encuentran los microorganismos celulíticos con un
valor de 1,5x10^4 que se encuentra dentro del rango (10^4-10^6). Todos
los valores anteriores corresponden al rango encontrado en suelos con
coberturas rasantes, pastizales o rastrojos recientes, exceptuando los
valores de solubilizadores de fosfatos que se acercan a los valores de
bosques.

128
Áreas piloto de
restauración ecológica

Resultados de los análisis químicos de suelos del Parque Regional La Florida.


C P
ZONA COBERTURA pH CIC Ca Mg K Na S.B % N
TOTAL Mg/Kg
Huertos
HSRE 5,540 10,48 14,19 48,316 6,780 1,260 0,720 0,130 18,40 0,97
semilleros
Parcela
SLRE 5,570 10,97 7,71 46,804 8,310 2,790 0,910 0,400 26,51 0,91
permanente I
SLRE Parcela II y III 6,020 11,88 9,07 56,790 13,240 2,910 1,710 0,140 31,70 0,95

SLRE Parcela herbáceas 5,880 4,90 16,68 28,126 6,590 0,860 0,140 0,070 27,23 0,43

SLRE Plantación 6,220 8,68 19,55 39,960 18,800 2,030 0,820 0,050 54,30 0,76

PFM Acacias 4,919 14,21 8,25 51,275 2,860 0,430 0,380 0,050 7,26 1,29

Resultados de los análisis biológicos de suelos del Parque Regional La Florida.


HSRE: Huerto semillero en restauración ecológica, SLRE: sector el lago en restauración
y HUME: humedal.
BACTERIAS BACTERIAS FIJADORES SOLUBILIZADORES
ZONA COBERTURA HONGOS CELULÍTICOS
HETEROTRÓFICAS ACTINOMICETOS N LIBRES DE FOSFATOS
Huerto
HSRE 1.5x10^4 3.2x10^6 8.9x10^5 8.0x10^5 4.5x10^3 1.5x10^4
semillero 1
Huerto
HSRE 1.2x10^4 4.4x10^6 3.2x10^5 6.2x10^5 <1.1x10^3 1.8x10^4
semillero 2
Parcela
SLRE 4.9x10^3 4.6x10^6 1,8x10^5 5.1x10^5 1.4x10^3 3.0x10^4
permanente I
Parcela
SLRE 8.5x10^3 7.4x10^6 6.4x10^5 1.5x10^6 1.4x10^4 1.4x10^4
permanente II
SLRE Plantación 9.7x10^3 5.4x10^6 3.6x10^5 1.1x10^6 5.5x10^3 1.8x10^4

HUME Humedal 1.8x10^4 7.3x10^6 1.8x10^5 5.3x10^5 7.3x10^3 2.8x10^4

Sector El Lago
En esta cobertura se destacan árboles y arbustos con diferentes especies
que han sido plantadas como parte de las actividades de restauración
ecológica, siendo un área con plantaciones con mayor tiempo, con alre-
dedor de 8-10 años.
El análisis químico del suelo de esta cobertura mostró un rango de
pH entre 5,570-6,220, que se interpreta como un suelo medianamente
ácido, con una concentración de fósforo (P) entre 7f71-19f55 Mg/Kg, equi-
valente a baja en las áreas de plantaciones y alta en las áreas sin planta-
ciones. Una concentración de potasio (K) entre 0,820-1,710 cmol(+)Kg-1
que equivale a concentraciones altas. Una concentración de carbono (C)

129
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

entre 4,90-11,88 % que equivale a concentraciones medias a altas para


clima frío; y una capacidad de intercambio catiónico (CIC) entre 28,126-
56,790 cmol(+)Kg-1 que equivale a valores altos.
En cuanto a las relaciones entre macronutrientes encontramos di-
ferencias entre ellos de acuerdo con su funcionalidad en las plantas. La
relación entre Ca/Mg es de 5,4, encontrándose fuer del rango (2-4) pero
sin deficiencias.
La relación de Mg/K es 2,39, un valor por debajo de la relación idea
de (3), sin deficiencias pero haciendo falta de ambos elementos para
completar un relación de 3.
La relación entre Ca/K es de 13,10 ,siendo superior al valor ideal que
es 6, pero sin presentar deficiencias.
La relación (Ca+Mg)/K esta por encima del valor ideal 10 con una
relación de 15,50 pero sin presentar deficiencias, lo que nos confirma
que las relaciones de macronutrientes están dentro de los parámetros;
y aunque no están en la proporción ideal, en ninguno de los casos hay
deficiencias.
La concentración de sodio, en términos generales, es inferior al 15 %,
con un valor de 0,130, lo que no muestra limitantes para las plantaciones.
La saturación de bases (S.B) es baja ya que tiene un valor de 41,5 %,
siendo superior al 35 %, lo que es necesario manejarse ya que puede ser
una limitante para las plantaciones.
Y, finalmente, el nitrógeno total (N) es alto, con un valor de 0,7625
que es superior al 0,50 % en clima frío.
En general los valores químicos se encuentran en los rangos y no hay
deficiencia de nutrientes, aunque es necesario, particularmente para las
áreas de parcelas permanentes, direccionar actividades para disminuir
la salinidad de los suelos, ya que esta puede llegar a ser una limitante
importante para las plantaciones; se recomienda adicionar Ca en forma
de calizas. Este último resultado podría estar relacionado con las activi-
dades de relleno de los suelos, ya que en esta área fueron depositados
residuos de diferentes orígenes para rellenar el humedal.
En cuanto a los análisis biológicos, hay características particulares
en cuanto a la cantidad de microorganismos y hongos. Los organismos
biológicos tienen un papel fundamental en la toma de nutrientes por
parte de las plantas, ya que a partir de asociaciones con las especies
nativas esta se puede favorecer. En el caso de los hongos, estos son los
encargados de hacer la ruptura de la lignina de las hojas y material ve-
getal que caen y liberar sus nutrientes al suelo, para que posteriormente

130
Áreas piloto de
restauración ecológica

las bacterias puedan absorber estos elementos y fijar el nitrógeno libre,


permitiendo que finalmente que las plantas incorporen estos nutrien-
tes en sus estructuras y se desarrollen. En general las concentraciones
de hongos en esta área está entre 4,9x10^3-9,7x10^3, que se encuentra
dentro del rango (10^3-10^4).
La concentración de bacterias heterotróficas —aquellas que requie-
ren de nutrientes libres, en este caso liberados por los hongos—, se en-
cuentra entre 4,4x10^6-7,4x10^6, un valor superior al rango de áreas de
pastizales y más cercano a áreas boscosas (>10^5).
Las bacterias actinomicetos que son aquellas intermedias entre
hongos y bacterias que cuentan con filamentos con hábitos saprófitos,
y que se alimentan de animales pequeños muertos. En esta cobertura la
concentración está entre 1,8x10^5-6,4x10^5, un valor que se encuentra
por encima del rango de pastizales; al igual que el anterior, es similar a
bosques (>10^5).
El valor correspondiente a los fijadores de N libres está entre
1,1x10^6-6,2x10^5, también superior al rango de pastizales (>10^4),
siendo aquellos encargados de tomar el nitrógeno que está en el suelo
en forma de NO3, y otros en una forma menos compleja para ser tomada
por las raíces de las plantas.
Los microrganismos solubilizadores de fosfatos, por su parte, tienen
un valor entre 1,4x10^3-1,4x10^4, un valor que se encuentra por debajo
del rango de suelos de pastizales (<10^4).
Y, finalmente, se encuentran los microorganismos celulíticos con un
valor entre 1,4x10^4-3,0x10^4, inferior al rango de pastizales (>10^4).
Los valores anteriores, en su mayoría, corresponden con suelos natura-
les de bosque o con buenas prácticas de manejo, exceptuando los valo-
res de los hongos que se acercan más a suelos naturales con coberturas
rasantes, pastizales o rastrojos recientes.
Estos análisis nos muestran la importancia que tiene el proceso de
restauración que se ha llevado a cabo en esta zona, el cual ha aportando
a la recuperación del suelo. Aunque aún es necesario continuar adicio-
nando hongos que favorezcan la absorción de nutrientes, el manejo que
se ha hecho en ambas coberturas ha sido mediante la reincorporación
de compost preparado con los residuos de pasto y enriquecido con me-
laza y cal, lo que ha facilitado la recuperación del suelo.
Se presentan los valores de referencia de la plantación forestal mixta
y el humedal como valores de referencia para futuros seguimientos.
Estos valores muestran valores de interés en el humedal en relación

131
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

con los solubilizadores de fosfatos y los celulíticos en comparación a las


áreas en proceso de restauración. De igual manera, hay diferencias en
cuanto a los valores de nitrógeno, la capacidad de intercambio catiónico,
el carbono total y el pH, que es más ácido en la cobertura de plantación
forestal mixta en comparación con las áreas en proceso de restauración.

Estrategias de manejo de factores limitantes


El control de factores limitantes favorece la toma de nutrientes por parte
de los individuos plantados, lo cual fortalece el sistema de defensa de
las plantas. Esta actividad de manejo está acompañada del control de
la especie invasora pasto —mediante el plateo— ya que en individuos
jóvenes como árboles y arbustos facilita el establecimiento. Aunque no
es recomendado hacerlo de manera permanente durante la vida del in-
dividuo, una vez este alcanza una altura adecuada para competir con el
pasto su cobertura podrá funcionar para que el pasto disminuya, ya que
no logrará hacer la fotosíntesis y se debilitará. En este proceso se reco-
mienda la actividad de plateo el primer año de plantación; retirando el
material de la base del árbol puede llevarse a un área de compostaje
para después ser reincorporada en forma de abono a cada individuo.
Como se mencionó anteriormente, los suelos cuentan con una relación
baja en algunos macronutrientes, y una alta salinidad; así mismo, hacen
falta más microorganismos como hongos. En ese sentido, en el área se
hizo la fertilización de los individuos que lo requerían en todas las áreas,
adicionando lombricompost y compost. Esta estrategia aporta notable-
mente en la recuperación del suelo, sin desequilibrar las proporciones
de estos elementos. De igual manera, favorece la edafofauna del suelo
—que es la encargada de mejorar las condiciones generales de micror-
ganismos— y logrando una mejor estructura en el suelo que, en última
instancia, favorece la filtración del agua y su aireación.

Especies de plantas de importancia para la conservación


De estas especies hay un número importante, tanto acuáticas como te-
rrestres, aptas para la conservación. Hay 13 especies endémicas, siete
especies en alguna categoría de amenaza, una especie en el apéndice
II de Cites y, además, 20 especies que se encuentran en revisión, ya sea
porque pueden ser nuevos registros para Bogotá o porque cuentan con
rangos altitudinales distintos a los registrados para la especie.

132
Áreas piloto de
restauración ecológica

Listado de especies de plantas endémicas presentes en el Parque Regional La Florida.

RANGO
FAMILIA ESPECIE UICN ORIGEN HÁBITO
ALTITUDINAL

Berberidaceae Berberis goudotii NE Nativa (Endémica) Arbusto 1900-3960

Asteraceae Ageratina ampla NE Nativa (Endémica) Subarbusto, Arbusto 1500-4000

Asteraceae Ageratina aristei NE Nativa (Endémica) Arbusto 2600-3200

Asteraceae Ageratina asclepiadea NE Nativa (Endémica) Arbusto, Arbolito 1800-3575

Asteraceae Baccharis bogotensis* NE Nativa (Endémica) Arbusto 1950-4100

Asteraceae Verbesina crassiramea NE Nativa (Endémica) Hierba 2000-3510

Lamiaceae Stachys bogotensis* NE Nativa (Endémica) Hierba 1700-3800

Polygalaceae Monnina aestuans NE Nativa (Endémica) Arbusto, Arbolito 1700 - 4500

Polygalaceae Monnina mollis NE Nativa (Endémica) Arbusto 1350-3400

Rosaceae Hesperomeles goudotiana NE Nativa (Endémica) Arbusto, Arbolito 2600-3700

Arbusto, Arbolito,
Rosaceae Prunus buxifolia VU Nativa (Endémica) 2500-3650
Árbol

Rubiaceae Galianthe bogotensis NE Nativa (Endémica) Subarbusto 2200-3575

Rubiaceae Galium ascendens NE Nativa (Endémica) Hierba 2425-3720

Dennestaedtiaceae Hypolepis pedropaloensis* NE Nativa (Endémica) Helecho acuático 1900-2900

NE. Nativa endémica, *Especie acuática.

Listado de especies de plantas en alguna categoría de amenaza presentes


en el Parque Regional La Florida.
RANGO
FAMILIA ESPECIE IUCN ORIGEN HÁBITO
ALTITUDINAL
Árbol, palma
Arecaceae Ceroxylon quindiuense En Peligro Nativa 1550-3100
solitaria
Fagaceae Quercus humboldti Vulnerable Nativa y cultivada Árbol 1400-3300
Juglandaceae Juglans neotropica En Peligro Nativa Árbol 1600-3100

Lauraceae Ocotea heterochroma Casi Nativa Árbol 2500-3500


Amenazada

Meliaceae Cedrela montana Casi Nativa Árbol 1350-3000


Amenazada
Retrophyllum Casi
Podocarpaceae Amenazada Nativa y cultivada Árbol 1200-3750
rospigliosii
Arbusto,
Rosaceae Prunus buxifolia Vulnerable Nativa (Endémica) 2500-3650
arbolito, árbol

133
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Listado de especies de plantas en algún apéndice de Cites presentes


en el Parque Regional La Florida.

RANGO
FAMILIA ESPECIE IUCN ORIGEN CITES HÁBITO
ALTITUDINAL

Stenorrhynchos
Orquidaceae No evaluada Nativa Apéndice II Hierba, epífita 1450-3900
speciosum

De igual manera, se presenta una lista de 16 especies que deben ser revisa-
das, algunas de ellas posiblemente nuevos registros para Bogotá o para el
rango altitudinal. Entre estas especies se encuentran las siguientes: Lemna
obscura, Hydrocotyle verticillata, Cynara cardunculus, Sigesbeckia bogotensis,
Cuscuta indecora, Dichondra repens, Histiopteris incisa, Hypericum humbold-
tianum, Aegiphila integrifolia, Aegiphila alba, Lupinus bogotensis, Lycopodium
clavatum, Psidium cattleianum, Ludwigia palustris, Stenorrhynchos speciosum,
Monnina latifolia, así como Hypolepis pedropaloensis.
Aunque no se documentó adecuadamente el proceso en el inicio del pro-
ceso de recuperación en el 2009, en el sector el lago había una composición
similar a la de las coberturas del área recreativa. Para el 2020 se observa
un aumento en la diversidad de especies de plantas, en el sector el Lago
del 500% (110 especies), en el huerto semillero de 431% (95 especies), en
la plantación forestal mixta de un 272% (60 especies), lo anterior tomando
como referencia las 22 especies del área recreativa, incremento obtenido
en los últimos 11 años de proceso de recuperación, aumento que también
se observa en la diversidad estructural, pasando de dos estratos a más de
cinco, y en los cambios en el suelo.

Metas No. 4 y No. 5


4. Monitorear los cambios en la avifauna.
5. Seleccionar especies de plantas de importancia para las aves
Las estaciones de monitoreo permitieron registrar un total de 60 especies,
observaciones que ascienden a 115 a partir de las actividades de monito-
reo, y alrededor de 170 especies al incluir los registros de las bases de da-
tos de ciencia participativa. El parque cuenta con 49 especies migratorias
boreales, dos migratorias australes, tres migratorias boreales y australes,
así como 106 especies residentes, tres residentes endémicas, una residente
incierta y tres introducidas.
En el parque hay diferencias en la composición de aves entre coberturas,
el Sector El Lago es una de las coberturas con mayor diversidad, lo que se
explica por la variedad de especies de plantas y de hábitos de crecimiento,
en comparación con el área recreativa que cuenta con menos especies.

134
Áreas piloto de
restauración ecológica

Sector El Lago
La plantación de esta área se estableció en 2009 bajo algunos urapanes y pasto,
actualmente es un área de conservación de aves y de aviturismo en Bogotá.

Especies de aves observadas en las estaciones de monitoreo en el


Parque. SLRE: sector El Lago en restauración; HUME: humedal;
HSRE: huerto semillero en restauración; PFM: plantación
forestal mixta, y AREC: área recreativa.

135
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

A partir de los análisis realizados en las estaciones de monitoreo se ob-


tuvo un 85% de representatividad que corresponden a los muestreos de
aves hechos entre los años 2018 y 2019. Hay un total de 60 especies regis-
tradas en los puntos de conteo, y con métodos de registro de ciencia ciuda-
dana y redes, el número asciende a 115 especies. Hay diferencias entre los
diferentes tipos de coberturas en términos de diversidad de aves, con una
representatividad por coberturas entre el 80-85 %, es probable que se sigan
adicionando especies.
En términos de diversidad de aves, hay diferencias en la composición
de familias y especies, se han registrado 29 familias. Las familias más re-
presentativas fueron Tyrannidae (11 especies), Thraupidae (seis), Rallidae
(cinco) e Icteridae (cuatro).

Hay diferencias en términos de diversidad de especies entre las cober-


turas definidas en el Parque, encontrando que las coberturas con mayor nú-
mero de especies son aquellas que tienen algún tratamiento en restaura-
ción, a diferencia de aquellas que no tienen ningún tratamiento, las cuales
tienen un número menor de especies. Al analizar las diferencias encontra-
das se encontró que las especies pertenecen a distintos gremios de dieta, lo
que muestra también diferencias en los grupos funcionales de las especies
en el área.
Hay diferencias entre coberturas en los grupos funcionales de dieta.
Similar a los resultados encontrados previamente en cada una de las co-
berturas en términos del número de especies, lo que indica que estas di-
ferencias pueden estar relacionadas con la composición y estructura de la
vegetación.

136
Áreas piloto de
restauración ecológica

Diversidad de gremios de aves entre las diferentes coberturas presentes en el Parque


Regional La Florida. BLRE: sector El Lago en restauración; HUME: humedal;
AIRE: área en restauración del huerto semilleros; BACA: plantación mixta con acacias,
AREC: área recreativa y LAGO: espejo de agua.

Estos resultados muestran algunos cambios en la avifauna en el Parque,


ya que las áreas recreativas y la plantación forestal mixta en las que no hay
ningún proceso de recuperación cuentan con una riqueza menor en com-
paración de el sector El Lago, el humedal y el huerto semillero, aunque es
importante continuar con el proceso de monitoreo.

Registros de importancia para la conservación


Mediante la revisión histórica de los registros de aves del Parque obteni-
dos de eBird en el periodo comprendido entre 2015-2019 y de los registros
de monitoreo, se encuentran 40 familias. Entre las más diversas se des-
taca Tyrannidae (23 especies), Thraupidae y Anatidae (con 14 cada una),
Parulidae y Ardeidae (con 11 cada una) e Icteridae y Accipitridae (con ocho
cada una). Familias como Threskiornithidae, Psittacidae, Phalacrocoracidae,
Passerellidae, Pandionidae, Oxyruncidae y Mimidae entre otras, están repre-
sentadas por una sola especie. Hay 49 especies migratorias boreales (MB),
dos migratorias australes (MA), tres migratorias boreales y australes (MBA),
así como también 106 especies residentes (R), tres residentes endémicas
(RE), una residente incierta (R?) y tres introducidas (I).

137
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Metas No. 6
Fortalecer alianzas y actividades de divulgación del proceso de
restauración ecológica
A lo largo del proceso se han realizado diferentes talleres con la participa-
ción de ciudadanos interesados en aprender sobre restauración o avifauna y,
en los años más recientes, se han tomado datos en las estaciones de monito-
reo durante estas jornadas de ciencia participativa, con la coordinación del
profesional a cargo de los talleres o recorridos.
El desarrollo de los talleres ha contado con el apoyo de diferentes ONG
como la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO) con quien se han reali-
zado avistamiento de aves, y la Fundación Dodo que ha participado en ac-
tividades de plantación y observación de aves y plantas, entre otras orga-
nizaciones públicas, privadas, académicas y de la sociedad civil que se han
convertido en visitantes frecuentes, pues el parque es uno de los lugares
más visitados para avistamiento de aves, lo que puede confirmarse en pla-
taformas como iNaturalist y eBird, en las que hay un incremento de regis-
tros en los últimos años.
En los parques Nacional, Simón Bolívar (Sector La Isla), y Regional La
Florida se llevó a cabo una iniciativa de ciencia participativa en la que se rea-
lizaron diferentes actividades de observación de aves, con el objetivo de co-
nocer sus comunidades en diferentes coberturas de vegetación, incluyendo
aquellas que están en proceso de restauración ecológica.

Monitoreo participativo de aves


en los procesos de restauración ecológica en el 2019
De las especies migratorias boreales Contopus cooperi es una de las especies
que se encuentra casi amenazada, mientras que las demás, tanto boreales
como australes, están en la categoría de preocupación menor.
En cuanto a las especies residentes, Sturnella magna está en situación de
casi amenazada, Icterus icterus de vulnerable, Porphyriops melanops amena-
zada y Pseudocolopteryx acutipennis en peligro crítico de extinción.
Entre las seis especies casi endémicas —Conirostrum rufum, Forpus
conspicillatus, Ramphocelus dimidiatus, Spinus spinescens y Gallinago nobilis—,
esta última está en categoría casi amenazada, mientras que las demás
están en categoría de preocupación menor. Entre las especies endémicas del
Parque, solo Synallaxis subpudica se encuentra en categoría de preocupación
menor. De igual manera, allí se observa la especie residente endémica Rallus
semiplumbeus que está amenazada, y Cistothorus apolinari que se encuentra
en peligro crítico de extinción.

138
Áreas piloto de
restauración ecológica

Monitoreo participativo de aves en los procesos de


restauración ecológica en el 2019.

Durante 2019 se realizaron 23 jornadas de observación de aves con el


apoyo de la Asociación Bogotana de Ornitología (ABO). Los monitoreos
permitieron conocer las comunidades de aves presentes en las áreas en
proceso de restauración, así como enseñarles a los observadores una
manera de tomar datos a partir de estaciones de monitoreo. En el marco
de estas actividades se registraron 229 especies de aves en las tres áreas,
un número importante para Bogotá. De igual manera, fue posible hacer
registros de interés al observar especies que no se habían registrado antes
en estos lugares.
A pesar de que las jornadas de observación de aves son limitadas,
porque se hacen en grupos pequeños, hay que resaltar el entusiasmo de la
comunidad que participa para disfrutar de la observación, y de aportar un
granito de arena en la construcción del conocimiento. Se espera que estas
actividades continúen para que los ciudadanos interesados sean testigos
de las transformaciones que produce el proceso de restauración ecológica
en la ciudad.

Consideraciones para el futuro del APIRE


No hay una sola forma de hacer restauración ecológica; el Parque Regional
La Florida cuenta históricamente con un trabajo de equipo, de investigación
constante y de labores continuas para lograr consolidar una guía que pueda
ser usada en Bogotá, particularmente en los humedales y áreas inundables
de la ciudad.

139
Huerto semillero en 2015 Huerto semillero en 2018

Sector El Lago en 2009 Sector El Lago en 2018

Las fotografías demuestran la transformación de la cobertura de


vegetación en diferentes zonas del parque, gracias a las actividades de
restauración realizadas durante los últimos años.
Fuente: Informe JBB-CTO-209-2019.
Áreas piloto de
restauración ecológica

El Parque Regional La Florida promueve el disfrute y el acercamiento de las


familias con la naturaleza, además de ser un área de importancia para la
conservación de las aves en Bogotá, por lo que resulta estratégico integrarlo
a las figuras de protección definidas para la ciudad; por ejemplo, para ser
declarada como un área protegida, tanto por la diversidad acuática como
por la terrestre, con el fin de protegerla y de continuar con los esfuerzos
para garantizar la sostenibilidad del proceso de restauración, que debe
ser abordado desde una escala de paisaje, entre otras, con el incremento
de la conectividad entre los ecosistemas cercanos, como el jarillón del río
Bogotá, el PEDH Jaboque y el PEDH Juan Amarillo.
El parque actualmente está ubicado en la zona industrial La Florida,
cerca del río Bogotá y el aeropuerto lugares que podrían afectarlo en el
futuro. La creciente transformación de los predios aledaños ha disminuido
la vegetación disponible para que las aves migratorias descansen, por
otro lado, la contaminación del río Bogotá podría perturbar el remanente
de humedal del parque que es considerado un área de amortiguación
de inundaciones, por lo que se requieren medidas urgentes para su
descontaminación.
Del mismo modo, la cercanía del humedal con el aeropuerto ocasiona
que las aves migratorias tengan dificultades para llegar al parque,
especialmente si sus rutas se cruzan con la trayectoria de despegue y
aterrizaje de los aviones. Finalmente, hay que buscar estrategias para el

Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero

Además de contar con el APIRE, el Parque brinda la oportunidad de compartir en


familia en diferentes actividades.

141
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

control de perros y gatos ferales que ponen en riesgo a varias especies en


peligro de extinción que lo habitan.
Restaurar requiere de trabajo en equipo y el Jardín Botánico de Bogotá
y el Instituto Distrital de Recreación y Deporte extiende la invitación a los
vecinos del Parque Regional La Florida a participar en este proceso.

Avances de la experiencia de restauración ecológica APIRE La Florida


El proceso de restauración ecológica del área se presenta en la siguientes
tabla, en la cual se muestra el avance logrado entre el 2005-2020.

No. No.
CONVENIO META ESTRATEGIA COBERTURA
ESPECIES HECTÁREAS
IDRD-SDA-
Establecer un modelo de
JBB-SDID- Plantación con especies de
recuperación y manejo de Área recreativa N/A N/A
IDIPRON importancia ecológica
áreas con especies exóticas
-2005
Diseño de intervención del área.
Construcción de un
Establecer el área como un 64 especies
JBB-IDRD-IDT- observatorio de aves.
lugar para recreación pasiva y Sector el Lago 11212 12
FHC-2009 Barreras de litoral con especies
la observación de aves individuos.
de humedal.
Núcleos con especies pioneras.
Establecer un arboretum en 32 especies
Nucleación con especies Huerto
JBB-IDRD-2014 claros del huerto semillero de 1917 3
pioneras, secundarias y mixtas. semillero
eucalipto individuos
Plantaciones de 41 especies
Manejo adaptativo al huerto Huerto
JBB-2016 enriquecimiento y parcelas 2579 3
semillero semillero
de herbáceas. individuos
Caracterización de áreas de
plantación. Huertos
Planteamiento de un modelo
JBB-2017 Modelo de restauración semilleros y N/A N/A
de restauración
ecológica planteando sector el Lago
seis metas.
Aumentar la cobertura de la
48 especies en
vegetación de litoral
humedal de
en el sector el lago. Nucleación. referencia.
Aumentar la riqueza de Parcelas con especies herbáceas. 12 especies
especies de sotobosque Vivero de propagación. de humedal
en el sector el lago. Control de pasto. propagadas.
Aumentar la riqueza de Control de factores limitantes 20 especies
IDRD- especies nativas del del suelo. Huertos en núcleos de
JBB-2018, 2019 huerto semillero. semilleros y 22
Compostaje. humedal.
y 2020 Cambios en las características sector el Lago
Seguimiento en estaciones 54 parcelas de
del suelo.
de monitoreo. monitoreo.
Seleccionar especies de
Actividades de observación 162 especies
plantas de importancia para
de aves. de plantas
las aves.
terrestres.
Fortalecer alianzas y
170 especies
actividades de divulgación
de aves.
del proceso de restauración.

142
Áreas piloto de
restauración ecológica

Parque Nacional Enrique Olaya Herrera


Shirley Eliana Camacho-Ballesteros

Ubicación del Parque


Parque Nacional Enrique Olaya Herrera se encuentra ubicado en la locali-
dad de Santa Fe entre las coordenadas 04°36'34" Norte y 74°03'43"Occidente,
en un rango de altura comprendido entre 2700 y 2850 m.s.n.m. Se extiende
desde la línea del funicular de Monserrate, hasta el borde de la microcuenca
del río Arzobispo en la avenida Circunvalar, tiene un área aproximada de 60
ha y un perímetro de 5,35 km.

Fase de planteamiento
En el Distrito Capital el desarrollo de proyectos de restauración ecológica
ha pasado por distintas etapas. En la administración distrital 2008 – 2012
fue necesario incluir en el plan de desarrollo “Bogotá positiva: para vivir
mejor”, el Proyecto 638 “Restauración, rehabilitación y/o recuperación eco-
lógica de áreas alteradas en el Distrito Capital y la Región” donde se amplió
la cobertura a diferentes ecosistemas estratégicos para la ciudad.

Delimitación del área de trabajo del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera. En la
parte superior, la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental, y en la parte inferior
del polígono la avenida circunvalar. El parque se entiende desde el río arzobispo o
Juan Amarillo en el lado izquierdo, hasta la línea funicular de Monserrate en el lado
derecho. Imagen tomada de Google Earth, 2018.

143
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Fase de diagnóstico
Se definieron cuatro tipos de coberturas en el parque, se le asignó a cada
cobertura un nombre a partir de su composición de especies.
a) Cobertura de plantaciones de exóticas (PEX): correspondientes a plan-
taciones forestales como acacias (Acacia melanoxylon), (Acacia decurrens),
eucalipto (Eucalyptus globulus) y pino (Pinus patula), en algunos casos de
una sola especie y en otras de varias.
b) Cobertura de matorrales densos (MDE): correspondientes con especies
de porte bajo dominada por retamo espinoso (Ulex europaeus) y retamo
liso (Genista monspessulana).
c) Cobertura de gramíneas, pastizales de diferentes especies o miscelá-
neos (PMI): áreas potrerizadas por actividades antrópicas y dominadas
por el pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus).
d) Cobertura de bosque y matorral secundario (MAB): remanentes de ve-
getación secundaria, asociados a pequeños claros entre las plantacio-
nes forestales, que se establecieron por regeneración natural, están dis-
tribuidos de manera irregular en todo el parque.
A partir de esta zonificación se establecieron 27 unidades de estudio,
diez de ellas con coberturas tipo (a), nueve con coberturas tipo (b),seis con
coberturas tipo (c) y dos tipo (d).

Fase de implementación
A partir del diagnóstico se plantearon metas relacionadas con el control de
especies invasoras de manera escalada y de acuerdo con su potencial inva-
sor, principalmente para las especies arbustivas retamo espinoso (Ulex eu-
ropaeus) y retamo liso (Genista monspessulana). Posteriormente, con base
en los avances del control de estas dos especies, se inicia el control de la
especie herbácea pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus) cuya presencia en
zonas amplias, su facilidad de adaptación, germinación e invasión produce
limitaciones importantes en los procesos de regeneración natural, porque
actúa como barrera física, limita los nutrientes, la luz solar y la hidratación
para otras plantas (Camacho-Ballesteros, 2018).
Para lo anterior se plantean estrategias de manejo como lo son la implemen-
tación de diseños florísticos a partir de la nucleación y módulos multiestrato
con fines de competencia por espacio, nutrientes y disminución de luz solar,
sumado a la estrategia de levantamiento parcelas de pasto kikuyo. Se pre-
sentó una disminución de más del 70  % del área invadida por pasto así como
la reactivación de los reservorios de semillas conformados en estas zonas.

144
Estado inicial del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera, caracterizado por un mosaico de coberturas
vegetales, en su gran mayoría con procesos de invasión por especies exóticas. En la parte superior izquierda
un eucalipto (Eucaliptus globulus) con el ave candelita norteña (Setophaga ruticilla). En el centro, el
pino (Pinus patula) con un búho (Asio clamator). En la parte superior derecha la acacia negra (Acacia
decurrens) con una golondrina ahumana (Orochelidon murina) sobrevolando sobre ella. En la parte inferior,
a la izquierda, el retamo espinoso (Ulex europaeus) con un soterrey de monte pechigris (Henicorhina
leucophrys). En el centro el helecho marranero (Pteridium arachnoideum); encima del él, libando una
flor amarilla, el colibrí cometa coliverde (Lesbia nuna). En la parte inferior derecha la planta de guaba
(Phytolacca bogotensis), y debajo de ella la hiedra miami (Hedera helix). Cubriendo la parte inferior,
el pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus).
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Plantación año 2019, Parque Nacional Enrique Olaya Herrera (zona PEX05).
En la fotografía se observa un grupo de ciudadanos realizando un núcleo
bajo una plantación forestal.
Fotografía: Shirley Camacho-Ballesteros.

En zonas de plantaciones forestales exóticas se establecieron claros o es-


pacios para que la expresión de semillas presentes en el suelo se potencialice,
y facilite la formación de parches compuestos por especies nativas y exóticas,
estas últimas controladas mediante el corte de rebrotes o de individuos jóve-
nes con el fin de disminuir la densidad de estas poblaciones. Estas acciones se
realizan de manera gradual, lo que permite una sustitución de la cobertura
por etapas sin afectar las dinámicas actuales dentro de estos sembradíos.

Fase de monitoreo
Para el seguimiento del proceso de restauración ecológica del parque se
hicieron diferentes actividades. Se hizo un inventario de las plantaciones
establecidas en el periodo 2010-2015, y también, se establecieron parcelas
permanentes para hacer seguimiento a la vegetación en el 2018. Se esta-
blecieron 17 parcelas en diferentes coberturas del Parque Nacional, 16 de
estas con un área de 100 metros cuadrados y una de 400 m2. Se tomaron en
cuenta variables de composición y estructura.

146
Áreas piloto de
restauración ecológica
Variables registradas en parcelas de seguimiento
En las zonas con coberturas carac-
Composición
terizadas porComposición
plantaciones exóticas
Familias Familias
Especies
PEX se registraron 70 especies y 38 fa-
Especies
milias. Entre ellas están Verbenaceae
Estructura
Estructura (cuatro especies),
Hábitos de crecimiento Diversidad de especies y Legu-
Compositae
minosae (cinco
Equidad cada una)
en abundancia y Solana-
de especies
Cobertura
Alturas y diámetros ceae (seis). En el siguiente
Función gráfico se
muestran,Composición
en color verde, las familias
de gremios
presentes enDiversidad
las parcelas establecidas.
funcional
Las coberturas caracterizadas por
matorrales densos MDE, dominadas
Plantas Aves
por especies arbustivas como el
retamo espinoso (Ulex europaeus)
y el retamo liso (Genista monspessulana), se registraron 51 especies y 31 fami-
lias, entre ellas: Compositae (seis especies), y Verbenaceae y Melastomata-
ceae (cuatro cada una).
Número de especies por familia zona PEX

MATERIAL VEGETAL ZONAS PEX PNEOH

Número de especies por familia zona MDE

MATERIAL VEGETAL ZONAS MAB PNEOH

147
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

En las zonas con coberturas de pastizales misceláneos PMI, en gran


medida exóticos, se registraron 57 especies y 33 familias, entre ellas So-
lanaceae (cinco especies) y Primulacea y Verbenaceae (cuatro cada una).

Número de especies por familia zona PMI

MATERIAL VEGETAL ZONAS PMI PNEOH

En los matorrales abiertos MAB se registraron 23 especies y 17 familias


entre las cuales está Compositae (tres especies), así como Salicaceae,
Podocarpaceae, Rosaceae y Verbenaceae (dos cada una).

Número de especies por familia zona MAB

MATERIAL VEGETAL ZONAS MAB PNEOH

148
Áreas piloto de
restauración ecológica

Se establecieron tres parcelas de vegetación en Chipaque como infor-


mación de referencia (Cortés-Ballén et al., 2020). En estas parcelas se iden-
tificaron 18 especies y 12 familias, siendo Primulaceae y Melastomataceae
las que contaron con mayor riqueza (tres especies cada una). En color verde
se presentan las familias correspondientes con el número de especies. que
también se registran en las diferentes coberturas del área.
Número de especies por familia
zona Chipaque, ecosistema de referencia

Las aves del Parque Nacional Enrique Olaya Herrera


Se hicieron actividades de observación de aves con la comunidad en el par-
que. A partir de esto se registraron 180 especies pertenecientes a 36 familias.
Se observaron 35 especies residentes, 11 especies migratorias, y una especie
residente. Las familias con mayor número de especies son Parulidae con
siete especies, seguida de las familias Accipitridae, Turdidae, Tyrannidae e
Hirundinidae cada una con tres especies.

Componente social
En el desarrollo del proceso de restauración ecológica se integra una
estrategia de divulgación y sensibilización que promueve la participación
de la comunidad y las partes interesadas en el proyecto. Dentro de las
actividades programadas se realizaron jornadas abiertas de plantaciones
masivas a las que asistieron instituciones públicas y privadas responsables
de los temas ambientales, así como los vecinos de las áreas en recuperación.
Así mismo, se realizaron acercamientos y propuestas a la comunidad
académica para introducir la visión del reconocimiento del potencial
ambiental y ecológico que nos ofrece la ciudad. Este proceso se realizó con

149
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

estudiantes de secundaria para exponer comparativos sobre el estado de


las zonas afectadas por explotación minera y los avances del área piloto
como referente de cambios paisajísticos, y de conservación de las especies
nativas de ecosistemas andinos.
Este ejercicio comparativo permite a los estudiantes aproximarse a una
definición de restauración ecológica a partir del ejercicio de encuentro y
reconocimiento de las potencialidades de su territorio, describiéndolo
como un “Proceso mediante el cual un grupo de personas se reúne en torno
a un problema que afecta el ambiente y la vida y que como respuesta surgen
una serie de soluciones en el pequeño, mediano y largo plazo, dentro de las
cuales se plantea el mantenimiento de la tierra, que el entorno vuelva a su
estado natural, recuperando y aumentando las especies nativas y sacando
lo que no deja progresar en el campo. Esto por medio de la dedicación y
el esfuerzo, no solo mejorando los espacios, sino aportando y obteniendo
como frutos la salud de todos y la generación de un sentido de pertenencia
como contribución a la restauración de la tierra paso a paso” (Camacho-
Ballesteros, 2016).
Por otro lado, desde el reconocimiento histórico y ancestral de esta
área piloto, se realizó un trabajo articulado con las comunidades indígenas
que compartieron su conocimiento para la elaboración de la propuesta
de diseños florísticos. Esta actividad dio como resultado la realización de
pagamentos para el desarrollo de las actividades, la integración de sus
saberes orales y ecológicos para dar mayor importancia a aquellas especies
que hacen parte de su historia y de sus espacios sagrados. A esta experiencia
fueron invitadas las comunidades muiscas, misak y pijao de la Sierra
Nevada, a compartir momentos espirituales, de reivindicación histórica y
de representación en el desarrollo del territorio.
Todas estas acciones de investigación e implementación se reflejan en
el avance del objetivo de restauración ecológica que el Jardín Botánico de
Bogotá ha implementado en esta área, acciones directas realizadas en más
60 ha en las cuales se han producido cambios e impactos positivos reflejados
en el paisaje, en la disminución del riesgo de incendios forestales, en el
cambio gradual de coberturas vegetales de especies exóticas a especies
nativas representativas de ecosistemas andinos.
Así mismo se observan importantes transformaciones en la conectividad
entre parches y poblaciones de especies nativas, en el intercambio genético
entre especies, en el aumento de condiciones estables como refugios y
alimento para la fauna endémica y migratoria, y en el aumento de los
procesos de polinización, en la regulación climática y el aumento de la

150
Áreas piloto de
restauración ecológica

captura de dióxido de carbono (CO2), el mejoramiento de los suelos y, en


general, en la recuperación y aumento de los servicios ecosistémicos que
ofrecen estos cerros Orientales, sumados a los beneficios indirectos para sus
áreas aledañas.

Actividades de sensibilización, pagamento y plantación


con la participación de las comunidades Misak (Cauca) y Pijao (Tolima).
Parque Nacional Enrique Olaya Herrera (zona PMI05).
Fotografías: Shirley Camacho-Ballesteros.

Avances de la experiencia de restauración ecológica APIRE Parque


Nacional Enrique Olaya Herrera
La siguiente tabla muestra el avance logrado entre el 2008-2020 con el pro-
ceso de restauración ecológica del área.
No. No.
CONVENIO META ESTRATEGIA COBERTURA
ESPECIES HECTÁREAS
Aumento de especies Plantación con
Proyecto 638 nativas y manejo de PEX, MDE, PMI
especies de
2008-2012 áreas con especies y MAB
importancia ecológica 60
exóticas 60
Control de especies
Manejo de áreas con PEX, MDE, PMI
2012-2015 exóticas de rebrotes y
especies exóticas y MAB
compostaje

Nucleación PEX 38,9 ha


Establecimiento Control de pasto (63,5%)
de parcelas de MDE 14,9 ha
Control de factores
IDRD- seguimiento de (24,4%)
limitantes del suelo.
vegetación. PEX, MDE, PMI
JBB-2018, Compostaje. 82 MAB 4,43 ha
Actividades y MAB (7,2%)
2019 y 2020 participativas con Seguimiento de
indígena y grupos de parcelas. PMI de 2,87 ha
interés. Actividades de (4,6%).
observación de aves .

151
Estado actual del área piloto Parque Nacional Enrique Olaya Herrera después del proceso de restauración.
En la parte superior izquierda un aliso (Alnus acuminata), con un ave conirrostro rufo (Conirostrum rufum).
A la derecha un roble (Quercus humboldtii) con una pava andina (Penelope montagnii). En el medio a la derecha un colibrí pico
de espada (Ensifera ensifera), y debajo de él un pino romerón joven (Retrophyllum rospigliosii). En la parte inferior derecha una
planta de té de Bogotá (Symplocos theiformis), y sobre ella perchado un soterrey rufo (Cinnycerthia unirufa) y flores amarillas
de un duraznillo (Abatia parviflora). En el centro un nogal (Juglans neotropica) con un corretroncos perlado (Margarornis
squamiger). A la izquierdo en el medio un sietecueros (Tibouchina lepidota) al lado de un arrayán (Myrcianthes leucoxyla); sobre
él una cotinga crestada (Ampelion rubrocristatus) , y a la derecha un atlapetes pizarra (Atlapetes schistaceus).
En el suelo un tororoi comprapán (Grallaria ruficapilla).
Zona PEX03 -Plantaciones forestales.
Arriba: estado inicial de la zona en 2009. Abajo: estado de avance en 2018.

Zona PEX05 - Plantaciones forestales. A la izquierda: estado inicial de la zona en 2010


con actividad de ahoyado para nucleación. A la derecha: estado de avance en 2018.

Fotografía: Shirley Camacho-Ballesteros


Pastizales misceláneos. Zona PMI01
A la izquierda: diseño florístico realizado en 2015. A la derecha: estado de avance de la zona en 2018.

Pastizales misceláneos. Zona PMI05


A la izquierda: estado inicial de la zona en 2015. A la derecha: estado de avance en 2018.

Recuperación del camino a Monserrate. A la izquierda: estado inicial de la zona en 2010.


A la derecha: estado de avance en 2018.

Fotografía: Shirley Camacho-Ballesteros


Áreas piloto de
restauración ecológica

Parque Simón Bolívar, sector La Isla


Shirley Camacho-Ballesteros

Ubicación del Parque


El Parque Metropolitano Simón Bolívar se encuentra ubicado entre la ca-
rrera 60 y 68 de oriente a occidente y las calles 63 y 53 de norte a sur, en la
localidad de Barrios Unidos, de la capital, con una extensión total de 113
hectáreas. el sector de La Isla se encuentra en medio del lago del Parque
(coordenadas 04°39’24”N-75°05’47”O). Cuenta con un área de 1,2 hectáreas,
que se comunica con las otras zonas del parque a través de un puente de
madera.

Parque Metropolitano Simón Bolívar


Fotografía: Shirley Camacho-Ballesteros

155
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Un humedal artificial
El Ministerio de Obras Públicas y de Transporte construyó el Parque
Simón Bolívar, bajo la dirección del arquitecto Arturo Robledo, en 113 ha
de área verde y con la presencia de un lago de 11 ha (Mahecha et al., 2010).
Jurídicamente, el parque fue creado por medio de la Ley 31 de 1979 para
rendir un homenaje al libertador Simón Bolívar al cumplirse 200 años
de su nacimiento. Sin embargo, este espacio fue usado mucho tiempo
antes para importantes eventos como la misa campal realizada por el
papa Pablo VI en 1968, para la cual se construyó un templete que aún se
conserva en el Parque.
En 1983 se entregaron, con la primera etapa de construcción del
parque, la plaza de eventos y la siembra de 3300 árboles. La inauguración
del parque Metropolitano Simón Bolívar fue realizada el 15 de diciembre
de 1991 y para 1995 se inició la recuperación del lago, que incluyó limpieza,
dragado y oxigenación del agua con el fin de que este espacio fuese
utilizado como zona de esparcimiento para la ciudadanía, donde se
realizarían recorridos con lanchas de pedal y remos (IDRD, 2020).

Fase de planteamiento
Inicialmente fue reforestado con especies exóticas como pinos, acacias, eu-
caliptos y cipreses, entre otros, y posteriormente, mediante el Decreto 190
del 2004 se reconoció la función de la Estructura Ecológica Principal que es
“sostener y conducir la biodiversidad y los procesos ecológicos esenciales a
través del territorio del Distrito Capital, en sus diferentes formas e inten-
sidades de ocupación, y dotar al mismo de bienes y servicios ambientales
para el desarrollo sostenible”.
En el mismo decreto se establece que el parque está conformada por
cuatro componentes: (a) Sistema de Áreas Protegidas del Distrito Capital;
(b) parques urbanos; (c) corredores ecológicos, y (d) área de manejo
especial del río Bogotá (IDRD, 2020).
De acuerdo con lo anterior, el Jardín Botánico José Celestino Mutis, a
través de la Subdirección Técnica y su Oficina de Arborización, inició su
revegetación dando prioridad a algunas especies nativas para favorecer
el restablecimiento de la estructura ecológica principal, pero solo hasta
2016 la Subdirección Científica, en convenio con el Instituto Distrital de
Recreación y Deporte (IDRD), iniciaron una intervención con criterios de
restauración ecológica.

156
Estado inicial del sector La Isla del Parque Metropolitano Simón Bolívar
Esta zona artificial está compuesta por especies exóticas y nativas en su parte externa,
complementada en su zona central por una matriz de pasto kikuyo (Cenchrus clandestinus),
el cual predomina en un tercio del área y se extiende de manera integrada bajo las
plantaciones. Las especies predominantes de hábito arbóreo son sauco (Sambucus nigra),
nativa, y jazmín del cabo (Pittosporum undulatum), exótica.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Fase de diagnóstico
En el año 2016 se hizo una caracterización del área para identificar la com-
posición de plantas. Se identificó que la especie pasto kikuyo Cenchrus
clandestinus cubría una primera zona. La segunda estaba conformada por
plantaciones de árboles y arbustos, algunos en estado adulto como robles
Quercus humboldtii, cedros Cedrela montana, chochos Erythrina rubriner-
via) y acacias A. melanoxylon y A. decurrens, y por último una zona húmeda
alrededor de La Isla.

Fase de implementación
En el 2016 esta área se establece como APIRE, área piloto de investigación
en restauración ecológica y se inician plantaciones de nucleación para au-
mentar la riqueza de vegetación. Las actividades principales se enfocaron
en el control de las especies con mayor presencia y que limitan el desarrollo
del proceso de restauración ecológica, como es el caso de la herbácea pasto
kikuyo C. clandestinus y el arbusto tilo Sparmannia africana y la introduc-
ción gradual de especies nativas.

Parque Metropolitano Simón Bolívar, sector La Isla.


Se presenta el pasto kikuyo cubriendo el suelo. Esta especie, junto a la poda que se requiere
para su mantenimiento, evita el establecimiento de plántulas de otras especies que puedan
hacer sombra y debilitarlo.

158
Áreas piloto de
restauración ecológica

La nucleación se llevó a cabo mediante dos diseños. El primero confor-


mado por 21 individuos vegetales con especies con una combinación de há-
bitos de crecimiento (arbustos y árboles) y el segundo por tres, cada uno
trazados de manera aleatoria en las zonas abiertas.
Un segundo diseño estuvo conformado por módulos de especies her-
báceas. Se sembraron semillas de la especie heliófita (Lupinus mutabilis).
El proceso continuó mediante la plantación de una barrera alrededor de
la isla. Estos diseños fueron planteados con especies vegetales de suelos
inundables y con especies arbustivas.

Ap: Abatia parviflora


Bb: Boccharis bogotensi Er
Bf: Bocconia frutescens
.
Cb: Cestrum buxifolium Bf Xs
Cm: Clusia multiflora
Cs: Caesalpinia spinosa
Qh Cb Cm
Dc: Dalea coerulea
Dm: Duranta mutisii
Mc Vc
Er: Erytrina rubrinervia
Mc: Myrsyne coriaceae
Ob: Oreopanaz bogotensis So Ps Pb
Om: Otholobium mexicanum
Pb: Piper bogotensis Ob Ap
Ps: Prunus serotina
Qh: Quercus humboldtii Cs Vs Dc
Rr: Retrophyllum rospigliosii
So: Solanum ovalifolium
Vc: Verbesina crassiramea
Vt Rr
Vs: Vallea stipularis
Om
Vt: Viburnum triphyllum
UN MÓDULO
Xs: Xylosma spiculifera

Diseño florístico Parque Metropolitano Simón Bolívar, sector La Isla


Este diseño esta conformado por una especie central que en este caso es el cerezo
(Prunus serotina), especie de crecimiento rápido que ofrece cobertura a los demás,
conformado por dos anillos de especies de crecimiento rápido a moderado. Las
especies ofrecen diversos recursos a la fauna, entre ellos flores con néctar, frutos y
cobertura como refugio y percha (Camacho-Ballesteros, 2016)

159
Parque Simón Bolívar, sector La Isla. Chocho (Erytrina rubrinervia)
Las semillas pueden ser utilizadas para elaborar artesanías como collares, aretes o pulseras.

Parque Simón Bolívar, sector La Isla. Módulos de Lupinus mutabilis.


Fotografía: Shirley Camacho-Ballesteros

Parque Simón Bolívar, sector La Isla. Gurrubo (L. lycioides)


Especie arbustiva plantada en los bordes de la isla, tiene anteras poricidas que liberan el polen
por la vibración del abdomen de abejas silvestres como abejorros.
Áreas piloto de
restauración ecológica

Parque Simón Bolívar, sector La Isla. Estrategia de borde.


Plantación de especies de áreas inundables (juncos de Juncus effusus).

En el proceso de restauración ecológica se han realizado diferentes acti-


vidades de manejo adaptativo para controlar y disminuir especies exóticas
con mayor presencia. Se llevó a cabo el corte de individuos jóvenes de aca-
cias y el retiro de su banco de semillas, y la poda de la especie jazmín del
cabo (Pittosporum undulatum), que se caracteriza por desarrollar una copa
amplia que disminuye la entrada de luz y afecta los procesos de regenera-
ción natural.
En 2019 se plantaron 72 especies nativas pertenecientes a 35 familias,
siendo las más representativas la Compositae (ocho especies), seguida de
Leguminosae, Melastomataceae y Solanaceae (cada una con seis especies).

Material vegetal reintroducido sector La Isla PCSB


9
8
8
N°de especies

7
6 6 6 6
5
4 4
3
3 3 3 3
2
2 2 2 2
1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
0
e
ae

ae

ae

ae

ae

ea

ae

ae

ae

ea

ae
ea
ea

ea

ea

ea

ea

ea
sit

ce

ce

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ac

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ce

ce

ac

ce
ac
ac

ac

ac

ac

ac

ac
di

nd
ia

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ra

ra
po

lic
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Ca
La

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Sa
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Co

r
to

l
ca
Pr

Cu

Po
Ve

W
An
Ac
as

Es
el
M

N°de familias. Material vegetal sector La Isla PCSB

161
Parque Simón Bolívar, sector La Isla. Moquillo (S. scabra).
Sus frutos son consumidos por aves frugívoras. Es una especie de crecimiento rápido a
moderado, de acuerdo con las condiciones del suelo y la luz.

Diversidad de especies de plantas de un módulo plantado en 2016. Fotografía tomada en 2020.


Fotografía: Shirley Camacho-Ballesteros
Áreas piloto de
restauración ecológica

Fase de monitoreo
Al analizar algunos cambios del área se observa un aumento en el número
de especies. En 2016 en la línea base, se registraron 40 especies, mientras
que para el año 2020 hay 79 especies. Lo que significa un aumento del 97 %
en la riqueza de especies en cinco años. Adicionalmente, se presentó un in-
cremento del 102 % en el número de individuos vegetales, inicialmente se
registraron 641 individuos en el 2016 y en 2020 1294 individuos.
En el 2020 al aumentar la riqueza de especies y su cobertura se logró
una disminución de la cobertura del pasto en 50 % equivalentes a 550 m2
de su área inicial en el 2016 que era de 1000 m2, lo anterior con una riqueza
de 37 especies.

Las aves del Parque Simón Bolívar


Parte del seguimiento al proceso de recuperación se han realizado jor-
nadas de avistamiento con el acompañamiento de organizaciones pú-
blicas y privadas. Durante estas actividades se han podido registrar 25
familias representadas en 45 especies.

Dentro de las aves residentes se encontraron 30 especies de 18


familias, entre las cuales las más representativas son Thraupidae con
cinco especies y Tyrannidae con cuatro.
En cuanto a las aves migratorias se registraron 15 especies de siete
familias, entre las cuales las más representativas son Parulidae con
cinco especies y Tyrannidae con tres especies.

163
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Aves residentes sector La Isla PCSB

Aves migratorias sector La Isla PCSB

164
La Isla del Parque Metropolitano Simón Bolívar depués de cuatro años
de implementación del proceso de restauración ecológica.
En la parte superior izquierda la golondrina blanco y negro (Pygochelidon cyanoleuca), perchada sobre un
pino romerón (Retrophyllum rospigliosii). A la derecha un sangregado (Croton mutisianus), con un chotacabras
migratorio (Chordeiles minor) sobrevolando. Debajo un cordoncillo (Piper bogotense), y en el centro un
mangle (Escallonia pendula). En la parte inferior izquierda un trompeto (Bocconia frutescens) joven.
En el centro inferior una guaba (Phytolacca bogotensis); encima una planta de mermelada (Streptosolen
jamesonii), y sobre ella una diglosa canela (Diglossa sittoides). A la derecha una candelita norteña (Setophaga
ruticilla) perchada. En la parte inferior un sietecueros (Tibouchina lepidota) a la derecha de frutos amarillos
un espino (Duranta mutisii) y y haciendo sombra a una uchuva (Physalis peruviana).
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Avances de la experiencia de restauración ecológica en el Parque


Simón Bolívar, sector la Isla.
La siguiente tabla presenta los avances logrados entre el 2016-2020 gracias
al proceso de restauración ecológica del área.

No. No.
CONVENIO META ESTRATEGIA COBERTURA
ESPECIES HECTÁREAS

Diagnóstico,
inventario de Inventario Toda el área 11 1,1
especies de plantas.

2016 Nucleación en
Aumento de claros.
especies. Módulos para
Toda el área 37 1,1
Seguimiento a las polinizadores.
aves. Plantaciones en
bordes.

Disminución de la
2019-2020 Manejo adaptativo Toda el área 37 0,5
cobertura de pasto

166
Capítulo 5
Modelos
de restauración ecológica
Juliana Zuluaga-Carrero

A partir de la información obtenida en la línea base de los eco-


sistemas a restaurar, de las características propias de estos lu-
gares y de las metas establecidas, se diseñaron modelos con-
ceptuales para orientar los procesos de restauración ecológica.
Estos modelos se elaboraron con base en los Estándares
Abiertos para la práctica de la conservación que se diseña-
ron con el propósito de reunir conceptos, alcances y termi-
nología común para la formulación, manejo y monitoreo
de proyectos, facilitar el paso a paso de la implementación,
incrementar la efectividad y la eficiencia, y así como obte-
ner mayores beneficios para la restauración ecológica.

1. Conceptualizar
Definir el equipo, el alcance, la visión,
los objetivos de la restauración
ecológica. Identificar amenazas críticas
y completar el análisis situacional.

5. Capturar y compartir el 2. Planificar acciones y


aprendizaje monitoreo
Desarrollar objetivos, estrategias,
Documentar el aprendizaje, compartirlo
supuestos y metas. Ejecutar el plan de
y construir un ambiente de aprendizaje.
monitoreo y el plan operativo.

3. Implementar acciones y
4. Analizar, usar y adaptar
monitoreo
Preparar datos para el análisis, analizar
resultados y adaptar el plan Desarrollar el plan de trabajo y el
estratégico. cronograma, ejecutar el presupuesto e
implementar planes.

Estándares Abiertos para la práctica de la conservación


Pasos para el diseño e implementación de modelos conceptuales
de restauración ecológica (CMP, 2013).

167
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Los Estándares Abiertos contemplan cinco pasos básicos con los cuales se
pueden alcanzar objetivos claramente definidos (CMP, 2013), que se descri-
ben a continuación:
1) Involucrar actores
Involucrar actores internos —parte de la organización—, y externos
en el equipo de trabajo. Entre los actores internos están las entidades
públicas, organizaciones de la sociedad civil, investigadores y otras
personas directamente relacionadas con el desarrollo del proyecto.
Entre los posibles actores externos están los miembros de la comuni-
dad, funcionarios y colaboradores de entidades de gobierno relacio-
nadas, cooperantes, miembros de la comunidad internacional, em-
presas privadas y otros individuos e instituciones que tengan interés
o conexión con la restauración ecológica (CMP, 2013).
2) Desarrollar y cultivar alianzas
Formalizar, cultivar y mantener relaciones positivas y de apoyo mu-
tuo con los aliados del proyecto, para asegurar el éxito del proceso,
así como la sostenibilidad de las acciones durante la vida de un área
en restauración ecológica (CMP, 2013).
3) Documentar las decisiones
Es necesario documentar el paso a paso del desarrollo del proyecto
sin olvidar el registro de las determinaciones que se tomen y sus
razones. Lo anterior funcionará como una herramienta de análisis
acerca de la ejecución y los resultados del proyecto, que permitirá
que otros entiendan la lógica detrás de las acciones y no se incurra
en reprocesos (CMP, 2013).
4) Hacer los ajustes necesarios
Es importante hacer ajustes para cumplir requerimientos específicos
en un área en restauración ecológica. Cada equipo de trabajo debe
alcanzar un nivel de detalle que le permita identificar qué puede o
no modificar o adaptar de acuerdo con los objetivos planteados y sus
requerimientos (CMP, 2013).

168
APIRE PARQUE LA FLORIDA

Ecosistema de humedal con franjas acuáticas


y terrestres Reemplazo progresivo de un
huerto semillero de eucalipto. Importancia
para la conservación de aves.

APIRE LA ISLA

Ecosistema artificial sobre el agua, especies


de importancia para captura de carbono y
humedales. Importancia para la conservación
de aves.

APIRE PARQUE NACIONAL

Bosque Andino y Altoandino


Reemplazo progresivo de plantaciones
forestales, ubicada en los cerros orientales y
el camino a Monserrate.

Ubicación de las Áreas Piloto de Investigación en Restauración Ecológica (APIRE).


Ubicación de las Áreas Piloto de Investigación en Restauración Ecológica
Áreas de investigación convenio interadministrativo IDRD 3881-2018 / JBB 008-2018. Se
presentan los polígonos que se encuentran en (APIRE).
proceso de restauración ecológica. En la parte
superior el Parque Regional La Florida; en el medio el Parque Simón Bolívar, sector la Isla, y en la
43
parte inferior el Parque Nacional Enrique Olaya Herrera.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

A pesar de que los Estándares Abiertos se presentan como una secuencia


de pasos, su implementación no se aplica en forma lineal. El diagrama y
los pasos descritos son una aproximación al desarrollo, de principio a fin,
de este complejo proceso. Por ejemplo, al planificar un proyecto es difícil
determinar con claridad si las tareas específicas y la orientación del
mismo, lo que sugiere que deberían ser incluidas exclusivamente en la
fase de planificación o en la de implementación, cuando, de hecho, deben
ser abordadas en ambas fases.
Estos estándares se acompañan además de un programa que permite
guiar el desarrollo del modelo conceptual paso a paso, estableciendo
objetos, planteando estrategias y un plan de acción que incluye monitoreo
y realimentación. El programa se llama Miradi, y está desarrollado
para el planteamiento de proyectos de conservación; no obstante,
desde el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis, consideramos
que este programa se adapta muy bien a las necesidades que tiene el de-
sarrollo de un modelo conceptual en restauración ecológica, y por esta
razón se eligió para hacerlo de forma estándar con otros programas de
conservación. Se espera que en un futuro otros investigadores continúen
con el desarrollo del modelo usando este programa y que además puedan
compartir su aprendizaje por medio de la plataforma (Miradi, 2020).
El programa a partir de una serie de pasos permite que el investiga-
dor o gestor de la restauración plante las necesidades del proyecto. En ese
sentido presentamos sus componentes conformados por los objetos de
restauración o las metas a las cuales se apunta con el proyecto en color
verde, los indicadores que se presentan en color morado, las amenazas
que hay que considerar en color rojo, los factores contribuyentes en color
naranja, las estrategias en color amarillo. Las estrategias además cuentan
con una evaluación de efectividad que puede en un rango comprendido
entre muy efectiva, efectiva y menos efectiva.
A partir de este modelo se obtiene una cadena de resultados, al final de
la cual se logra cumplir con el objeto de restauración. Cada componente
del modelo conceptual y de la cadena de resultados cuenta con un color
asignado; cada factor contribuyente tiene un objetivo y unos indicadores,
y cada estrategia además cuenta con una evaluación de efectividad.

170
Modelos de
restauración ecológica

Componentes del modelo conceptual en restauración ecológica

COMPONENTE DESCRIPCIÓN SÍMBOLO

Describe los objetos a los cuales van dirigidas las es-


trategias. Algunos objetos cuentan con un análisis
Objeto de
de viabilidad de acuerdo con sus características téc-
restauración
nicas, señalado por una letra pequeña en el interior.
ecológica
Rojo: pobre, amarillo: posible, verde claro: bueno y
verde oscuro: muy bueno.
Los indicadores hacen parte del objeto de restauración
ecológica y permiten evaluar el cumplimiento del
Indicadores
objeto. Los indicadores se basan en las variables de-
finidas de acuerdo con las necesidades del área.
Son aquellas que pueden limitar la aplicación de los
factores que contribuyen, dependiendo el objeto de
Amenazas restauración estas amenazas también pueden estar
hechas a partir de actividades humanas que amena-
zan al objeto.
Son factores o actividades que constituyen al objeto
en restauración ecológica y están alimentadas por
Factor
una estrategia. El factor está definido por unos in-
contribuyente
dicadores que se cumplirán a partir de la estrategia
definida.
La estrategia es un grupo de actividades que están
Estrategia definidas por un objetivo a cumplir, la cual alimenta
a los factores que contribuyen.
Cada estrategia además cuenta con una evaluación V: muy efectiva
de efectividad, basada en el potencial impacto y la
Efectividad de la viabilidad ética, técnica y presupuestal de la estra- E: efectiva
estrategia tegia. El programa ofrece varias combinaciones de
estas dos opciones a partir de las cuales se obtiene
L: menos efectiva
la calificación de la estrategia o efectividad.
Cada una de las estrategias cuenta con un objetivo que
debe ser alcanzando a partir de la estrategia. De esta
Objetivo de la
manera se construye el modelo hilando estrategias
estrategia
con objetivos que son alimentados por factores
contribuyentes.

171
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá Modelos de
restauración ecológica

Modelo conceptual del proceso de restauración inicial APIRE La Florida


El enfoque de estándares abiertos para la conservación permitió construir un mo- se sugiere realizar para cumplir las metas, en naranja se presentan los factores que
delo para direcccionar el proceso de restauración ecológica mediante diferentes contribuyen al desarrollo de estas estrategias, y en rojo los aspectos de atención o
estrategias. amenazas que se deben tener en cuenta.
En la figura se presentan tres metas de restauración en el siguiente orden: e n la Cada estrategia cuenta con una evaluación de viabilidad de la estrategia de
parte superior 1). Aumentar la cobertura de vegetación del litoral en el sector el Lago, acuerdo con su impacto, factibilidad y desarrollo, en los pequeños círculos verdes.
en el medio 2). Aumentar la riqueza de especies en el sotobosque del sector el Lago, Las estrategias también cuentan un ícono con cuadrados pequeños a la derecha que
y en la parte inferior 3). Aumentar la riqueza de especies nativas en los huertos semi- representan que estas estrategias están vinculadas a una cadena de resultados, con
lleros de eucalipto. las cuales se toman decisiones durante la ejecución del proyecto. Las estrategias
En el diagrama se presentan tres metas establecidas para el proceso de restaura- planteadas y su puntuación se establecieron en base a la experiencia del proceso de
ción ecológica del parque Regional La Florida. En verde a la derecha en los círculos se monitoreo del área, no obstante, es recomendable realizar la puntuación de acuerdo
encuentran las metas, cada una de estas cuenta con una cadena de estrategias que a las características del área de interés en restauración.

172 173
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá Modelos de
restauración ecológica

174 175
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá Modelos de
restauración ecológica

Componentes del modelo conceptual en restauración ecológica

COMPONENTE DESCRIPCIÓN SÍMBOLO


Análisis del modelo conceptual Este resultado se obtiene a partir de la amenaza que
Resultado
se haya considerado, también tiene unos objetivos
de amenaza
y unos indicadores de acuerdo con las necesidades
El análisis del modelo inicia en la cadena de resultados, la disminuida
del proyecto
cual es obtenida también con el programa Miradi. Esta cadena
permite evaluar si las estrategias planteadas están aminorando Los resultados intermedios son los productos
las posibles amenazas, por lo que mediante el análisis paso obtenidos a partir de la estrategia implementada,
Resultado
a paso de la cadena de resultados se debe obtener los pasos cada uno es una sucesión de pasos hasta lograr que
intermedio
secuenciales para lograr el objeto en restauración ecológica el objeto en restauración se cumpla y están hilados
planteado. Así mismo, a partir de cada uno de estos pasos debe a las estrategias planteadas
irse alimentando el modelo con la información obtenida en La estrategia es un grupo de actividades que están
los pasos intermedios y con la evaluación de las estrategias Estrategia definidas por un objetivo a cumplir, de la cual de-
planteadas. Una cadena de resultados está conformada por penden los resultados intermedios.
amenazas disminuidas en color rosado, resultados intermedios
Cada estrategia además cuenta con evaluación de
en color azul turquesa y estrategias en color amarillo, que V: muy efectiva
efectividad, basada en el potencial impacto y la via-
también cuentan con una evaluación de efectividad, en un rango
Efectividad de bilidad ética, técnica y presupuestal de la estrategia.
que va desde una estrategia muy efectiva hasta una menos E: efectiva
la estrategia El programa ofrece varias combinaciones de estas
efectiva, y que se relacionan con los objetivos planteados en
dos opciones a partir de los cuales se obtiene la cali-
color gris. El modelo inicial planteado debe ser retroalimentado L: menos efectiva
ficación de la estrategia o efectividad.
y moldeado de acuerdo con los resultados obtenidos en campo.
Cada una de las estrategias cuenta con un objetivo
que debe ser alcanzando a partir de la estrategia. De
Objetivo de la
esta manera se construye el modelo hilando de es-
estrategia
trategias con objetivos que son alimentados por los
resultados intermedios.

176 177
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá Modelos de
restauración ecológica

Componentes del análisis del modelo conceptual a partir de la cadena de resultados

Es importante señalar que se requiere de una línea


base o de diagnóstico, que permita evaluar las caracte-
rísticas de un lugar, y de esta manera, plantear objetos o
metas de restauración ecológica adecuados. Los modelos
son un mapa de ruta con los cuales se pueden direccionar
los esfuerzos para lograr recabar información para llenar
vacíos de información. También, permiten definir los ob-
jetos marco a donde deberán estar direccionadas la ges-
tión del proyecto y las preguntas marco de investigación
en el proceso de restauración ecológica. Finalmente, estos
modelos deben realimentarse en el tiempo, por lo que no
son una camisa de fuerza y pueden cambiar, ajustándose
de acuerdo con los resultados y análisis de estos en un
proceso de manejo adaptativo.
En la cadena de resultados se presentan los resultados
que se deben considerar para poder lograr cada una de las
tres metas de restauración planteadas. Se presentan los
resultados relacionados con propagación, diseños de es-
pecies, áreas plantadas, y el monitoreo a las asociaciones
de especies. Lo anterior para el área del litoral, el sector
el Lago, y los huertos semilleros de eucalipto. Coberturas
del Parque Regional La Florida en proceso de restauración
ecológica. En amarillo se presentan las estrategias, con
sus respectivos objetivos en azul claro, en azul aguama-
rina los resultados intermedios y en verde las metas.

178 179
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Estrategias y técnicas de restauración


Desde el Jardín Botánico de Bogotá se han implementado algunas técnicas
para llevar a cabo la labor de la restauración, todas ellas con fortalezas y de-
bilidades. En este apartado se describirán algunas de las que fueron usadas
para cumplir con las metas planteadas

Nucleación
Técnica usada para formar microhábitats permitiendo que especies de
plantas y animales se establezcan, incrementando las interacciones en-
tre ellas. Esta estrategia tiene su base en la formación de núcleos, que
sirven como aceleradores ecológicos, ya que forman nichos de regene-
ración y colonización, que, aunque puedan ser pequeños en el paisaje,
crean nuevas condiciones para la biodiversidad. Cuando se han estable-
cido, funcionan como una fuente de material de dispersión que puede
favorecer la conectividad entre parches, dependiendo, claro está, de las
características del lugar (Reis et al., 2003, 2010).
La nucleación también se puede hacer mediante otras técnicas en
las que el objetivo es el mismo, generar microhábitats. Las estrategias
para hacerlo pueden ser variadas dependiendo de las características del
lugar, así como también de los recursos disponibles.

Núcleos de humedal. Parque Regional La Florida


En el parque hay áreas inundables en las que había pasto principalmente. En los últimos tres
años se han hecho núcleos en los cuales se han plantado especies adaptadas a las condiciones de
humedal, lo que ha permitido que otras especies los colonicen, por ejemplo, especies reportadas
solo para el humedal más cercano, el humedal Jaboque.

180
Modelos de
restauración ecológica

Núcleo de regeneración de sotobosque. Parque Regional La Florida


Este diseño se hizo a partir de la plantación de especies herbáceas de sombra,
como bromelias, helechos, orquídeas, y anturios, este núcleo tiene cuatro años, se
estableció con el objetivo de generar microhábitats para las especies del suelo, para ir
reemplazando progresivamente el pasto. Hoy en día cuenta con otras especies
que llegaron por la lluvia de semillas.

Perchas
Las perchas son estructuras que permiten que las aves descansen, vean
sus presas y se alimenten, pueden tener formas variadas, y permitir que
los murciélagos también las usen, aportando en la dispersión de semi-
llas y la sucesión. En áreas desprovistas de vegetación arbórea y arbus-
tiva, en donde es dominante la cobertura herbácea, por ejemplo, pastos,
se dificulta que aves dispersoras de semillas lleguen. Con estas estruc-
turas la posibilidad de percha y dispersión con sus heces se incrementa,
particularmente si son puestas en áreas que cuentan con remanentes de
bosque nativo cercano (Athiê y Dias, 2016). Las semillas que son deposi-
tadas bajo la percha eventualmente pueden germinar y formar núcleos
de regeneración, que facilitan además que otras especies lleguen por
lluvia de semillas. Entre las estructuras que pueden ser usadas para este
fin se encuentran varas de guadua, bambú y postes de madera, entre
otros. Otra alternativa es dejar árboles muertos en pie —podándolos un
poco por seguridad —; si no son muy altos pueden servir de percha y
refugio, un recurso limitante en las ciudades.

181
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Árbol muerto en pie y percha para aves. Sector El Lago, Parque Regional La Florida
Este árbol muerto en pie sirve de percha natural para que numerosas aves descansen y puedan,
en ocasiones, alimentarse de invertebrados y epífitas que le habitan. En la parte posterior se
removió el pasto de forma manual para que un mayor número de plantas pudieran establecerse.
En el parque se han registrado más de 20 especies de aves usando este árbol como percha,
siendo un recurso de importancia.

Refugios con restos de vegetación y ramas apiladas


Los restos de vegetación de las áreas en proceso de restauración pueden
apilarse para aportar nutrientes al suelo y además para formar refugios
de fauna. En áreas que han sido seriamente transformadas y no hay dis-
ponibilidad de refugio puede funcionar como un abrigo para mamífe-
ros, reptiles, aves, anfibios, así como también de alimento para inverte-
brados que aprovechan la madera, estos invertebrados también pueden
servir de alimento para las aves, por ejemplo, incrementando las rela-
ciones entre especies (Reis et al., 2003). Estos refugios también puede
ser la hojarasca que se acumula en la parte posterior de los árboles, ya
que brinda las condiciones para que numerosos invertebrados, hongos
y bacterias se alimenten de ellos, por lo que una buena alternativa en
la ciudad sería dejar que esta hojarasca se acumule en ciertos espacios.

182
Orquídea (Epidendrum secundum)
Esta orquídea se adapta con facilidad en áreas en proceso de recuperación, brinda
recursos a polinizadores, además de ser plantas tolerantes a la disminución hídrica, son
unos de los grupos que deben ser tenidos en cuenta para el enriquecimiento, aunque en
un país de orquídeas las alternativas son muy variadas.

Uchuva (Physalis peruviana)


Parque Regional La Florida
Esta planta creció a partir de semillas que fueron sembradas directamente, esta especie
es pionera y no es exigente, características que favorecieron su crecimiento.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Sector El Lago. Parque Regional La Florida


A la derecha se observa la estrategia de implantación en la cual se plantaron especies de
importancia ecológica para las aves, que fueron seleccionadas por la oferta de recursos,
su adaptabilidad a inundaciones y sus formas de crecimiento —esta plantación se realizó en
2019—. A la izquierda se observa la plantación que se hizo en 2009 en el mismo lugar.

Esta selección suele usar la información histórica disponible del lugar,


procurando elegir especies que puedan adaptarse a las condiciones del
sitio; por tanto, puede abordarse desde distintos enfoques, entre ellos el
de la sucesión natural.
Esta estrategia parte de introducir especies en alta densidad, como
especies de crecimiento rápido que sean heliófitas —requieren de luz
directa para crecer—, pero además se eligen aquellas de crecimiento
moderado que posteriormente las puedan reemplazar: se deben incluir
por lo menos diez especies tolerantes a la luz y al menos 70 de las es-
pecies no pioneras, que se plantan a distancias que pueden variar en-
tre 1,5 metros y 3 metros. Se pretende que estas especies incrementen
rápidamente sus copas, generando cobertura para que las no pioneras
puedan desarrollarse apropiadamente, ya que ellas requieren más som-
bra (Brancalion et al., 2009). Este enfoque es más adecuado para áreas
grandes, en las que el efecto borde es menor.
Otro enfoque que puede ser adecuado en la estrategia de implan-
tación es el funcional —recomendado para áreas muy transformadas
como aquellas afectadas, por ejemplo, por minería o erosión.

184
Áreas piloto de
restauración ecológica

Siembra directa
Esta técnica usa semillas que han pasado por un tratamiento pregermi-
nativo previo para que puedan salir de la latencia las semillas que tardan
en hacerlo, las cuales posteriormente son sembradas directamente en el
área a restaurar. Esta estrategia tiene dificultades, entre las cuales están
que las semillas quedan expuestas a numerosos riesgos, como depreda-
ción, que caigan en suelos con baja fertilidad y humedad y no germinen,
la competencia con otras especies como gramíneas, su remoción con las
lluvias en áreas pendientes. Las desventajas anteriores pueden ser com-
pensadas con el uso de una mayor cantidad de semillas, para así aumen-
tar las posibilidades de germinación. Sin embargo, es una estrategia que
debe evaluarse bien antes de ser usada, ya que tiene bajas posibilidades
de éxito, especialmente cuando se usan semillas de especies con requeri-
mientos específicos (Ceccon, 2013).

Enriquecimiento
Se usa en áreas que no están tan perturbadas y que mantienen especies de
la vegetación original del sitio, entre estas se encuentran áreas en las cuales
han ocurrido incendios, talas o plagas. La idea es plantar especies de esta-
dios avanzados de la sucesión bajo las copas de los árboles preexistentes,
incluyendo especies que tengan interacciones con fauna, así como también
se pueden incluir especies que puedan enriquecer las funciones ecológicas
del sitio, a partir del enriquecimiento de estratos horizontales en el lugar
(Ceccon, 2013). Entre mayor número de estratos haya en un lugar, por ejem-
plo, hierbas, arbustos, arbolitos, árboles, palmas, epífitas, enredaderas, ma-
yor diversidad habrá, ya que hay una mayor oferta de recursos y de hábitat,
permitiendo que un mayor número de especies vivan allí.

Implantación
Esta estrategia se puede utilizar en áreas seriamente dañadas en las que
la posibilidad de regeneración natural es baja, por la menor persistencia
de especies originales. En áreas en las que se ha reemplazado el bosque
o el humedal original, por ganadería, minería u otra actividad socioeco-
nómica que pudo afectar el banco de semillas. Antes de su implementa-
ción es importante considerar aspectos relacionados con la geomorfolo-
gía y los factores edáficos del sitio a recuperar, especialmente en áreas
de minería. Para esta estrategia es necesario traer todas las especies con
las que se desean iniciar el proceso, especies que provienen de un vivero
en el cual se lograron propagar de acuerdo con la selección hecha.

185
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Al introducir especies con funciones ecológicas variadas es posible


recuperar procesos; algunas funciones ecológicas de las plantas pueden
estar reflejados en sus rasgos morfológicos, rasgos de vulnerabilidad
a la pérdida de agua y rasgos que favorecen la regeneración (Pérez-
Harguindeguy et al., 2016).
Según Ceccon (2013), hay otras funciones que son de alta importan-
cia para la restauración ecológica como la producción y caída de hoja-
rasca, y las interacciones ecológicas con los microorganismos del suelo.
Estas plantas pueden desarrollar asociaciones con micorrizas —hongos
que pueden penetrar las raíces de las plantas ayudándolas a tomar nu-
trientes en asociaciones de cooperación—.
También pueden hacer asociaciones simbióticas con bacterias
fijadoras de nitrógeno en la raíz; estos microorganismos permiten
que las plantas puedan incorporarlo, ya que en el suelo está en una
forma en la que no puede ser tomado directamente por la planta.
En este proceso se destacan especies como el chocho (Lupinus
bogotensis)de la familia de las leguminosas, que cuenta con este tipo
de asociaciones en sus raíces. Y finalmente, las especies nodrizas, que
ayudan a que otras especies puedan llegar ya que cambian el am-
biente, siendo especialmente útiles en las zonas más áridas de Bogotá.

Rastro de coleóptero terrestre.


De larva es conocido como chiza, de adulto cucarrón. Numerosos invertebrados viven en el suelo,
llevando a cabo diferentes procesos ecológicos. Los cucarrones tienen una parte de su desarrollo en
el suelo, sus larvas son conocidas como chizas; ellas airean el suelo, favorecen la escorrentía del agua
y además ayudan a que otros organismos se establezcan, mejorando sus características
y la absorción de nutrientes.

186
Plantación forestal mixta - Parque La Florida
En Bogotá hay numerosas áreas que cuentan con especies exóticas con acacias, urapanes y
pinos. Aunque estas especies no son nativas, son fundamentales para la biodiversidad,
ya que funcionan como refugio.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Restauración pasiva
Esta estrategia usa la regeneración natural del ecosistema a partir del
banco de semillas o la lluvia de semillas que el área pueda tener antes
de ser transformada, para lo cual se aísla de cualquier perturbación, de-
jando que esta se recupere por sí misma. Esta estrategia —dependiendo
de las condiciones del sitio—puede tomar más tiempo que las demás,
y la trayectoria que el ecosistema pueda llegar a tomar es incierta; por
tanto, es clave conocer las barreras o factores que pueden limitar esta
regeneración natural, entre ellas compactación del suelo o la falta de
dispersores y de fuentes semilleras. Esta técnica funciona mejor cuando
se remueven las gramíneas del suelo, permitiendo que el banco de se-
millas se exprese, o acondicionando el suelo con arados.

Corredores
Una de las estrategias que pueden ser usadas a nivel de paisaje es la
creación de corredores, con los cuales se pueden conectar fragmentos
(Forman, 1995), permitiendo una permeabilidad en la matriz urbana,
conectando parches de vegetación aislados, posibilitando que plantas y
animales sean transportados a través de ellos.

Chiegua (Polygala paniculata). Sector El Lago, Parque Regional La Florida


Esta especie se estableció por regeneración natural, es una hierba nativa,
visitada por pequeños polinizadores.
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero.

188
Áreas piloto de
restauración ecológica

El tamaño de los corredores puede variar de acuerdo con la dispo-


nibilidad de espacio, enriqueciendo la estructura verde de la ciudad —
parques, corredores viales, cursos de agua (canales y quebradas), cercas
vivas, jardineras, terrazas, techos y muros verdes, entre otros—. Es clave
que esta infraestructura cuente con especies que aporten a los diferen-
tes procesos ecológicos que hemos mencionado.

Especies invasoras
Las especies invasoras representan una de las causas de pérdida de bio-
diversidad en la tierra, sobre todo en ecosistemas que están aislados. La
susceptibilidad a las invasiones está relaciona con la disminución de la
diversidad, ya que ocurre principalmente en áreas en las cuales hay una
menor riqueza de especies y formas de vida, como consecuencia de una
perturbación. En este contexto, áreas poco diversas tienen espacios que
son dejados por las funciones ecológicas que eran desempeñadas por
especies que se perdieron con la perturbación, y que pueden entonces
ser ocupados por especies exóticas. Estas, tienen una ventaja competi-
tiva frente a las especies nativas, ya que no cuentan con depredadores,
competidores y parásitos, al provenir de ecosistemas diferentes. Aunque
pueden también ocurrir invasiones en comunidades nativas (Levine y
D’Antonio, 1999; Levine, 2000).
Las especies exóticas invasoras cambian además las características de
los ecosistemas, teniendo efectos en la fertilidad del suelo y el ciclo del

Retamo espinoso Retamo liso Acacia japonesa


(Ulex europaeus) (Genista monspessulana) (Acacia melanoxylon)

189
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

agua, por ejemplo, dificultando su recuperación, en Bogotá hay tres es-


pecies de especial interés.
Uno de los distintivos más sobresalientes de estas especies es cons-
truir nuevos tejidos más rápido, al aprovechar la disponibilidad de nu-
trientes, además de cambiar fácilmente de forma, pudiendo cambiar
el tamaño de sus estructuras de acuerdo con las condiciones de luz y
nutrientes, siendo por tanto especies oportunistas. Un marco de refe-
rencia para algunas de las especies que pueden estar en Bogotá y en el
país es el compilado de Cárdenas-L et al. (2017), que hacen un análisis
de riesgo y una propuesta de categorización para especies invasoras. En
restauración ecológica este aspecto debe evaluarse muy bien, debido a
que cualquier decisión que implique el control de estas especies puede
tener efectos en la trayectoria de recuperación del ecosistema, ya que
algunas especies nativas pueden ser oportunistas, más no invasoras,
como el helecho marranero, aunque hay otras que no lo son, por lo que
debe haber más investigación en el tema.

El efecto borde y las islas de calor en la ciudad


El efecto borde se presenta en el límite entre dos hábitats distintos, ya
que en ambos sitios hay condiciones ambientales que pueden variar de
acuerdo con el follaje (estructura y composición de especies). En el caso
de las áreas con mayor vegetación, las fluctuaciones en las condiciones
de humedad y temperatura pueden ser menores (como el interior de los
bosques), mientras que en áreas con escaza vegetación arbórea (potre-
ros), estas fluctuaciones son mayores (Lawrence, 1991). Este último caso
se puede percibir en ciertos lugares de la ciudad; por ejemplo, al caminar
por calles en las cuales casi no hay vegetación, a medio día, en las que
probablemente se siente calor, pero luego, al llegar a un parque que
tiene árboles frondosos, esta sensación cambia, y se siente más fresco.
Algunos investigadores han descrito el efecto borde en ciudades,
demostrando, por ejemplo, la importancia que tiene la preferencia
y calidad del hábitat, la respuesta que las especies tienen cuando las
urbanizaciones están próximas a áreas de bosque, y la sensibilidad de
estos bordes en mamíferos arbóreos como marsupiales (chuchas). En
este sentido, proponen que las urbanizaciones deben contar con ma-
yor espaciamiento entre ellas, ya que aquellas con mayor densidad tie-
nen efectos negativos en estos marsupiales, sugiriendo que el espacia-
miento entre viviendas favorece la disponibilidad de estructuras entre
ellas, las cuales pueden ser usadas por estas especies, por ejemplo, ár-
boles (Villaseñor et al., 2014).

190
Áreas piloto de
restauración ecológica

Borde del camino en el Parque Regional La Florida


Este borde es aprovechado por especies oportunistas, como el caso del helecho marranero
(Pteridium arachnoideum), una de las especies colonizadoras de claros, áreas en regeneración en
los Cerros Orientales y sitios abiertos en otras áreas de la ciudad.

La vegetación alberga humedad y sirve como amortiguador: entre ma-


yor cobertura de vegetación —incluyendo distintos estratos—, menores
fluctuaciones de temperatura habrá, aunque este efecto puede percibirse
con otros factores como el viento, la luz, la temperatura, la humedad,
que a su vez afectan a las especies que habitan estos sitios, ya que la bio-
diversidad puede tener preferencias. Entonces, entre más cerca se esté
del borde las fluctuaciones serán mayores, y las especies con requeri-
mientos más específicos —como especies tardías—, no lograrán crecer
adecuadamente.
En una ciudad como Bogotá es importante ser creativo y aprovechar
las oportunidades para hacerla más amigable con la biodiversidad.
Estudios recientes sobre ciudades señalan que algunos de los aspectos
más relevantes para lograrlo son el almacenamiento y calidad del agua,
la prevención de inundaciones, el uso del agua subterránea y el efecto
de las islas de calor, aspectos que desde la provisión de servicios eco-
sistémicos pueden aportar al enriquecimiento de su estructura verde
(Nilon et al., 2017). Para esto es importante adaptar los requerimien-
tos de la capital de acuerdo con sus necesidades, invirtiendo esfuerzos
para que en sus procesos de planeación se incluyan estrategias como
las descritas.

191
Capítulo 6
Aves y restauración ecológica
Juliana Zuluaga-Carrero

En el país de las aves


Colombia es un país megadiverso; cuenta con la ma-
yor variedad de orquídeas y aves en el mundo. Sin em-
bargo, el 8,1 % de las aves tiene algún grado de amenaza
de extinción, lo que otorga una gran responsabilidad a
las autoridades en la conservación de las especies para
la humanidad. En Colombia existen alrededor de 1909
especies de aves continentales e insulares, 79 endémi-
cas, 193 casi-endémicas y 140 en categorías de amenaza
de extinción (Chaparro et al., 2013; Renjifo et al., 2016;
Avendaño et al., 2017).
Este panorama es un reto para la investigación para
conocer más acerca de la ecología de las especies, com-
prender las necesidades de las aves y diseñar estrategias
de restauración ecológica que enriquezcan los rema-
nentes de su hábitat y en consecuencia favorezcan su
conservación.

Efecto de la restauración en las dinámicas ecológicas


de las aves
Los proyectos de restauración ecológica han estado diri-
gidos, principalmente, hacia el estudio de la vegetación.
No obstante, en los últimos años las aves han recibido
especial atención por parte de los investigadores, ya que
mediante su estudio es posible comprender el efecto
que las actividades de restauración ejercen desde distin-
tas perspectivas.

193
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Muchas veces el tamaño de las áreas en proceso de restauración es


demasiado pequeño y no hay un efecto a escala de paisaje. Al comparar
las comunidades de aves entre los sitios restaurados y los que no, las co-
munidades no presentan gran variación, es decir, no hay cambios en con-
juntos de poblaciones de diferentes especies. Por esta razón Ortega-Ál-
varez y Lindig-Cisneros (2012) sugieren tener en cuenta factores como: 1)
la ubicación y la forma del lugar que está en proceso de restauración; 2)
las características de la vegetación; 3) las características de los hábitats
cercanos, y 4) el tamaño del sitio, componentes que se pueden evaluar
con el uso de mayores escalas de tiempo y espacio. Para el caso de Bogotá
valdría la pena evaluar, además, el efecto de las actividades o estrategias
de restauración que se desarrollan a escala de la ciudad.

Procesos ecológicos en los que participan las aves


Las aves, grupo con alta diversidad morfológica y amplia distribución, son
uno de los vertebrados más estudiados. Autores como Stotz et al. (1996),
Sekercioglu (2006); Kissling et al. (2009), Sekercioglu et al. (2016), Pigot et
al. (2020) y Sol et al. (2020) han realizado estudios sobre el aporte de las
aves a numerosos procesos ecológicos, encontrando que estas pueden par-
ticipar en las dinámicas de los ecosistemas de la siguiente manera:

Los aportes de los procesos de restauración a las aves


1) Incrementa la diversidad
y equidad en las 6) Fomenta la recolonización de
comunidades de aves. las aves que han sido
extirpadas localmente.

2) Promueve la
heterogeneidad del
hábitat. 7) Provee espacios adicionales
para reproducción y
alimentación.
3) Incrementa la densidad
de las especies
(migratorias y
residentes).
8) Brinda sitios de descanso para
aves migratorias.
4) Disminuye el parasitismo
de nidos de las especies
que son parasitadas.

9) Reduce el efecto negativo de la


deriva producida por la
5) Asiste el éxito de las fragmentación de hábitat.
nidadas.

Elaborado por Juliana Zuluaga-Carrero, basada en Ortega-Álvarez y Lindig-Cisneros (2012).

194
Aves y restauración

1) Vínculos genéticos
Las aves son un medio de transporte de material genético de una
planta a otra. Dispersan semillas cuando se alimentan de ellas o con-
sumen frutos y luego las transportan a una distancia considerable de
la planta parental, lo que facilita que las semillas puedan germinar y
establecerse; cuando un ave pasa de flor en flor tomando su néctar, en
su pico quedan partículas de polen que después lleva a otra planta, así
mismo, de una planta a otra para facilitar que ocurra la polinización.
En ambos casos se aporta al intercambio de material genético, lo que
produce mayor variedad de características para que las plantas pue-
dan sobrevivir y adaptarse mejor al ambiente.

2) Vínculos de recursos
Las aves transportan nutrientes cuando los llevan de un hábitat a otro
y facilitan la fertilización y mejoramiento de los suelos. En Bogotá, este
proceso se puede observar cuando las aves acuáticas depositan sus heces
en la franja terrestre, lo que permite el transporte de minerales desde
las playas, por ejemplo, en donde se alimentaron de crustáceos o inver-

Pinchaflor (Diglossa lafresnayi)


Esta ave se alimenta de insectos y flores, las cuales pincha en su base
para alimentarse. De esta manera la polinización no siempre ocurre en
las plantas ya que el polen no es transportado de una flor a otra.

195
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

tebrados del pantano de un humedal, hasta el suelo bajo una percha


en un árbol ubicado en la franja terrestre que el ave usa para descansar.

3) Vínculos tróficos
Las aves además participan en el flujo de la energía a través de los
ecosistemas desde diferentes perspectivas. Pueden ser consumidoras
primarias o secundarias al ser depredadoras, o carroñeras en las
cadenas tróficas; también predadoras tope como las grandes rapaces
o los búhos, y predadoras de invertebrados que ayudan a controlar
poblaciones de insectos, por ejemplo, en los humedales. En ambos
casos, a través de la depredación se regula el incremento de poblaciones
de animales herbívoros que se alimentan de las plantas y se evita que
puedan hacerles daño.
Así mismo cuando los chulos se alimentan de animales muertos se
continúa el ciclo de la energía, evitan la dispersión de enfermedades
porque son carroñeros y limpian los ecosistemas. En algunas ocasio-
nes en las casas se usa veneno para controlar las poblaciones de rato-
nes, lo que representa un riesgo para los chulos y algunas especies ra-
paces que pueden resultar envenenadas. Sin animales que consuman
carroña la ciudad podría quedar más vulnerable a enfermedades.

4) Vínculos no tróficos
Entre las aves existen especies ingenieras que pueden transformar el
ambiente fisicoquímico de un hábitat a través de acciones mecánicas
realizadas sobre el material vivo y no vivo; entre ellas, las que construyen
nidos, las que remueven los sedimentos de las playas de los humeda-

Funcionamiento interrelacionado

Elaborada por Juliana Zuluaga-Carrero

196
Aves y restauración

les, especies que pisan, raspan y cortan en forma de rastros o montí-


culos, revolcadores que mezclan el suelo y que hacen cavidades en los
árboles. También están especies de carpinteros que hacen cavidades
en los troncos para hacer nidos y luego de criar los pichones abando-
nan la cavidad que servirá de hogar a otra especie que, por ejemplo,
podría ser un loro, especie que depende de este tipo de cavidades para
poner huevos.

Servicios ecosistémicos que proveen las aves


A partir de los procesos ecológicos mencionados, las aves participan en el
funcionamiento de los ecosistemas y además ofrecen servicios a los seres
humanos. Según Michel et al. (2020), dentro de los servicios ecosistémicos
que las aves pueden prestar se encuentran:
a) Servicios de abastecimiento: alimento mediante la cría de aves domés-
ticas (huevos y carne), plumas para plumón, ornamentación y fertiliza-
ción de los suelos a partir del transporte de nutrientes.
b) Servicios de regulación: limpieza de animales muertos (aves carroñeras),
control de las poblaciones de plagas de vertebrados e invertebrados,
polinización y dispersión de semillas.
c) Servicios culturales: por el rol de las aves en la cosmogonía indígena, el
aviturismo y el arte.
d) Servicios de soporte: a partir del ciclaje de nutrientes y la formación de
suelo.
En conjunto, los procesos ecológicos descritos contribuyen de forma
interrelacionada al adecuado funcionamiento de los ecosistemas, por lo
que es clave comprender estas relaciones en la restauración ecológica. Un
acercamiento para su comprensión es a partir de los gremios ecológicos.

Gremios ecológicos
En la siguiente sección se va a utilizar la clasificación de gremios sugerida
por Stiles y Roselli (1998), quienes consideran que lo que define un gremio
es un recurso y el lugar y la técnica de explotarlo. Una misma especie de
ave puede pertenecer a uno o a varios gremios de acuerdo con sus reque-
rimientos de hábitat, lo que come, en dónde lo come y cómo lo come, ca-
racterísticas fundamentales en la restauración ecológica.

197
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Gremios ecológicos

IAE IHSM IHDB


Insectívoro aéreo. Insectívoros halconeadores del Halconeadores del dosel y los
sotobosque y nivel medio de la bordes de la vegetación.
vegetación.

ISFS IFSM IDFB


Insectívoros del suelo y el follaje Insectívoros del follaje y ramas Insectívoros del follaje del dosel y
del sotobosque bajo. delgadas de los niveles medios bordes de la vegetación.
de la vegetación.

IIPA ITR CAV


Insectos e invertebrados Insectos o vertebrados muy Cazadores que acechan o
acuáticos o del borde del agua. pequeños sobre o adentro de persiguen vertebrados grandes
troncos y ramas gruesas. y pequeños, y/o que pescan o
comen polluelos.

CAR FSSB FPDB


Carroñeros Recogedores de frutos y Consumidores de frutos
semillas del suelo y del pequeños del dosel y bordes.
sotobosque bajo y/o de plantas
acuáticas.

SPCG NEC VEG


Semillas pequeñas de Consumidores de néctar Plantas y/o algas.
compuestas y gramíneas. de flores.

Elaborada por Juliana Zuluaga-Carrero, basada en Stiles y Roselli (1998).

198
Aves y restauración

Hábitats para las aves


En las áreas en proceso de restauración, y en Bogotá en general, hay espa-
cios que por sus características pueden ser llamativos para las aves. En algu-
nos sitios las aves pueden estar de paso, mientras que en otros hacen nido
o se alimentan. En conjunto estos lugares hacen parte de los recursos que
las aves necesitan para sobrevivir y mantener la continuidad de su especie,
entonces, es fundamental darles la mayor variedad posible.
Las aves se desplazan de acuerdo con las necesidades de búsqueda de
alimento de la especie. Por ejemplo, algunas aves eligen ciertos sitios para
alimentarse en una época del año en la que hay frutos de determinados
árboles, mientras que en otras épocas prefieren comer en otros lugares. Las
características del lugar en el que se observan las aves dan pistas para en-
tender sus requerimientos; algunas están en mayor diversidad de lugares
lo que las hace generalistas, en comparación con otras que prefieren sitios
más específicos como las aves especialistas.

Hábitats para las aves

VEGETACIÓN ABIERTA CON ÁRBOLES


Está dominada por especies de gramíneas como el pasto kikuyo, el diente
de león y el carretón. También se encuentran algunas especies de árboles,
muchas veces exóticos, como urapanes, acacias y pinos, aunque en ciertas
áreas hay especies nativas.

VEGETACIÓN ABIERTA
Está dominada por especies de gramíneas como el pasto kikuyo, el diente de
león y el carretón con presencia de muy pocos árboles.

BOSQUES, VEGETACIÓN SECUNDARIA Y PLANTACIONES FORESTALES


Están dominados por árboles introducidos en plantaciones forestales, en
ellos hay presencia de plantas exóticas o de importancia maderera. También
pueden ser áreas que se han regenerado naturalmente o que hacen parte de
bosques diversos como, por ejemplo, los remanentes de bosque altoandino
de los Cerros Orientales.

VEGETACIÓN ACUÁTICA
Está dominada por plantas con adaptaciones para sobrevivir al agua, pueden
ser especies que flotan sobre el espejo de agua, que están enraizadas o
establecen conformaciones complejas de raíces que están en contacto con el
agua de forma constante o estacional.

199
Frutos de raque (Vallea stipularis) Frambuesa (Duchesnea indica)
Especie heliófita preferida por las aves Especie terrestre consumida
porque ofrece néctar y semillas. por las aves.

Mosquerito gorgiblanco (Mecocerculus leucophrys)


Tiene preferencia por lugares con árboles y arbustos; se alimenta de invertebrados que
captura en el aire, muchos de los cuales viven en el follaje de la vegetación.
Fotografía: Sergio Andrés Collazos-González
Aves y restauración

Restauración de hábitat para la conservación de aves


Es un gran reto recuperar las características de un ecosistema que ha sido
degradado, y muchas veces no es posible volver a su estado original. En todo
caso, se pueden dirigir esfuerzos para mejorar la calidad del hábitat de las
aves, con el fin de dar un suplemento con base en el conocimiento de las
necesidades de las especies focales, el incremento de la heterogeneidad de
hábitat para favorecer a más especies, y la remoción de posibles amenazas
(animales ferales, contaminación del agua), entre otras (Sogge et al., 2008;
Wang et al., 2009).
La restauración del hábitat de las aves más amenazadas puede llegar
a ser un desafío, es necesario conocer a nivel poblacional la especie de
interés. En Bogotá, una de las aves que más ayuda necesita es el cucarachero
de pantano (Cistothorus apolinari) —su población está al borde de la
extinción—, ya que su hábitat se ha reducido fuertemente; esto sumado a
al parasitismo de la especie chamón (Molothrus bonariensis) que ha puesto a
esta especie en una situación lamentable (Stiles et al., 2017). Para recuperar
su hábitat se requiere iniciar la restauración ecológica de los humedales
de forma permanente (introduciendo comunidades de plantas acuáticas y
recuperando poco a poco la vegetación) (Rodríguez et al. 2019), y realizar
campañas educativas para promover la recuperación de los cuerpos de agua
de la ciudad. Así mismo, es recomendable limitar la entrada de perros y
gatos ferales y su urbanización, con coberturas duras.
A continuación, se describen las características más importantes de
algunas aves que pueden observarse en las áreas en proceso de restauración
ecológica. Esta información se construyó a partir del avistamiento en campo,
acompañada de la revisión de los datos disponibles en guías de aves (ABO,
2000; Hilty y Brown, 2009).

201
Aves terrestres
Son aquellas que viven en tierra firme.
Entre los recursos que hacen parte de su hábitat están las
perchas para vocalizar, los sitios de anidación,
y lugares para alimentarse e incluso darse un baño,
como pequeños charcos.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

ST R I G I FOR M E S
Strigidae

Búho o lechuza (Asio clamator)


38 cm
Mediana
R - LC

IAE

CAV

Áreas abiertas
con árboles

Descripción: lechuza listada mediana, cuenta con APIRE


cachitos largos; su manto es de color café claro, alas y cola La Florida, Parque
barreteadas y pecho listado. Los adultos tienen un disco Nacional y La Isla
blanquecino facial, mientras que los juveniles tienen un
borde blanco y la cara color canela.
Hábitat: es un ave de áreas abiertas que requiere de
vegetación; prefiere lugares con árboles y arbustos, así
como áreas pantanosas como humedales. En el día duerme
en su percha y en la noche caza pequeños vertebrados o
invertebrados grandes. Construye su nido en el suelo o en
montículos bajos, por lo que requiere de vegetación que los
proteja para reproducirse.
Plantas que prefiere: se puede observar durmiendo
en el sauce llorón (Salix humboldtiana), en cauchos
(Ficus americana) y en árboles de buen porte.

204
Aves y restauración

ST R I G I FOR M E S
Strigidae
TERRESTRE
Búho sabanero o lechuza (Asio flammeus)
36 cm
Mediana
R - LC

CAV

Áreas abiertas
como potreros y
Descripción: plumas en la cabeza en forma de “orejas” muy humedales
pequeñas, alas y patas cortas, y tiene las patas cubiertas de
APIRE
plumas. Los adultos tienen negruzco alrededor de sus ojos
y el iris amarillo. El plumaje tiene un patrón listado ante La Florida
aleonado, su pico y garras son negros.
Hábitat: prefiere las áreas abiertas como potreros
y humedales; en el día se observa reposando en la
vegetación. En los humedales prefiere el suelo y rara vez
los árboles altos, y allí su plumaje puede confundirse con
la vegetación. Se alimenta de presas que identifica en
vuelo, entre ellas mamíferos y otros animales pequeños.
En la Sabana de Bogotá es escaso, probablemente debido
a la disminución de pastos nativos y al pasto kikuyo que
dificulta sus maniobras de cacería. La subespecie endémica
bogotensis está amenazada de extinción.
Plantas que prefiere: durante el día se observa descansando
en el área más retirada del humedal La Florida, en un lugar de
vegetación densa. Puede verse sobre tallos doblados de enea
(Typha latifolia), totora (Schoenoplectus californicus), clavito
de agua (Ludwigia peruviana) y gratiola (Gratiola bogotensis),
aunque en esta zona hay numerosas especies de humedal.

205
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA S SE R I FOR M ES
Thraupidae
TERRESTRE
Conirrostro rufo (Conirostrum rufum)
12,5 cm
Mediana
R - LC
Casi endémica

ISFS e ISFM

FSSB

Descripción: tiene el pico puntiagudo en forma de cono,


los lados de la cabeza y el plumaje inferior son de color NEC
rojizo intenso, mientras que su manto y sus alas son
grises, la cola es larga, el pico y las patas son oscuras.
Hábitat: se puede observar en áreas con especies nativas
de árboles, arbustales, rastrojos y bordes de bosques, en
cercanías a los humedales, parques y jardines. Le gustan
los estratos medios de la vegetación, busca insectos en APIRE
las flores, el follaje, y también se alimenta de frutos y La Florida, Parque
néctar. Se ven en parejas y se une a bandadas mixtas de Nacional y La Isla
insectívoros y a aves migratorias.
Plantas que prefiere: se ve alimentándose de las flores del
arboloco (Smallanthus pyramidalis), también de tabaquillo
(Verbesina crassiramea), chilco (Baccharis latifolia) y raque
(Vallea stipularis).

206
Aves y restauración

GA L L I FOR M ES
Cracidae
TERRESTRE
Pava andina (Penelope montagnii)

61 cm
Grande

R - LC

FSSB

FPDB

Descripción: es un ave de gran tamaño, se puede reconocer


fácilmente en la distancia por su apariencia gallinácea. APIRE
Tiene una gola roja en la garganta, su plumaje es café oscuro Parque Nacional
en el manto, con la panza castaña opaca, la cola es larga,
sus patas son rojas y el pecho tiene un patrón escamado
blanquecino.
Hábitat: prefiere los niveles medios y altos de la vegetación,
así como los bosques secundarios. Es una especie arborícola
principalmente, hace migraciones locales de acuerdo con la
oferta de frutos, en los cerros se ha observado en el suelo
alimentándose de frutos y tomando agua, en plantaciones
forestales y en lugares en recuperación después de haber
sido incendiados.
Plantas que prefiere: se alimenta de frutos de guaba
(Phytolacca bogotensis), de cajetos (Citharexylum subflavescens
y C. montanum), gaque (Clusia multiflora) y cucharos
(Myrsine coriacea).

207
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA SS E R I FORM ES
Thraupidae
TERRESTRE
Diglosa canela (Diglossa sittoides)
10-11 cm
Pequeña
R - LC
Casi endémica

ISFM

NEC

Descripción: su pico es recurvado y ganchudo, el plumaje


de su dorso es gris azulado, acanelado por debajo, el pecho
es ligeramente listado de color marrón, las hembras se
distinguen porque tienen un color oliva pardusco por
encima.
APIRE
Hábitat: prefiere los rastrojos y arbustales, esta especie se
alimenta del néctar de las flores pinchándolas en la base La Florida, Parque
con su pico, en ocasiones caza insectos en el aire, es tímida Nacional y La Isla
cuando hay colibrís cerca. Construye su nido con musgo y
fibras vegetales finas, sus huevos son de color azul claro.
Plantas que prefiere: se puede observar pinchando flores
de abutilón (Abutilon insigne), fucsia (Fuchsia boliviana) y
corazón de pollo (Iochroma fuchsioides).

208
Aves y restauración

PA SS E R I FORM ES
Furnariidae
TERRESTRE
Chamicero cundiboyacense (Synallaxis subpudica)
19 cm
Mediana
R - LC
Endémica

ISFS e ISFM

ITR

Descripción: su espalda es de color café opaco, alas, gorra


y cola rojizas, el plumaje de los costados es gris claro, su
abdomen es blanco grisáceo, la garganta negruzca y el iris
rufo. Los juveniles son menos rojizos, tienen un plumaje
más café y uniforme.
Hábitat: tiene preferencia por los matorrales y la vegetación
enmarañada, rastrojos densos y bordes de humedales, APIRE
se mueve oculto entre las ramas y el follaje en busca de
invertebrados pequeños. Construye su nido globular con La Florida, Parque
ramas pequeñas entre los arbustos. En el nido aloja un solo Nacional y La Isla
huevo.
Plantas que prefiere: especies arbustivas como el chilco
(Baccharis latifolia), amargosos (Ageratina aristei y Ageratina
tinifolia), así como la mermelada (Streptosolen jamesonii).

209
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

A P OD I FOR MES
Trochilidae

Cometa coliverde (Lesbia nuna)


10-11 cm
Pequeña
R - LC
Casi endémica

IHDB e ISFS

NEC
Descripción: su pico es muy corto, los machos son de color
verde esmeralda brillante con gorguera iridiscente y cola
larga, las hembras son de color verde esmeralda en el manto
y tienen la cola más corta.
Hábitat: se observa en los bordes de bosque y en áreas
abiertas como potreros con árboles relativamente densos,
aunque prefiere los niveles medios y altos de la vegetación. APIRE
Su vuelo es ondulado, hace despliegues por territorialidad y Parque Nacional
cortejo haciendo vuelos y picadas. y La Florida
Plantas que prefiere: se alimenta de invertebrados de aliso
(Alnus acuminata) y urapán (Fraxinus uhdei), y liba flores
de cedro (Cedrela montana), gurrubo (Lycianthes lycioides),
cedrillo (Phyllanthus salviifolius), tinto (Cestrum buxifolium) y
espino garbanzo (Duranta mutisii).

210
Aves y restauración

A P OD I FOR MES
Trochilidae
TERRESTRE
Colibrí pico de espada (Ensifera ensifera)
22 cm
(cuerpo y pico)
Mediana
R - LC

IDFB

NEC

Descripción: es un colibrí de gran tamaño gracias a su


largo pico, el plumaje del macho es de color verde bronce
oscuro, la cabeza bronce cobrizo, la garganta es punteada
de oliva, verde iridiscente en el pecho, su cola tiene un
margen blanco grisáceo. Las hembras se diferencian por
tener la garganta negruzca y la cola ahorquillada.
APIRE
Hábitat: vive en los parches de bosque, rastrojos y
matorrales nativos. Aunque puede ser vista en los bordes, Parque Nacional
usualmente está en los estratos medios y altos de la
vegetación densa, también puede observarse descansando
sobre las perchas con el pico hacia arriba. Algunas veces se
alimenta de insectos que captura en vuelo.
Plantas que prefiere: tiene preferencia por las flores
tubulares con corolas largas y colgantes como la curuba
(Passiflora mixta, Passiflora tripartita y Passsiflora bogotesis),
la pecosa (Bomarea multiflora), o el borrachero
(Brugmansia arborea y B. sanguinea). También se ha visto
libando flores de mirtáceas como E. globulus en las
plantaciones forestales de los cerros.

211
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA SS E R I FORM E S
Furnariidae

Corretroncos perlado (Margarornis squamiger)


16 cm
Mediana
R - LC

IFSM

ITR

Descripción: tiene coronilla café y maxila negruzca, la parte


inferior se identifica por ser de color castaño con gotas de
color crema y borde negro, su plumaje en patrón ocelado,
las alas y la cola son rojizas, esta última termina en espinas,
las patas son de color oliva. APIRE
Parque Nacional
Hábitat: es un ave trepadora que se mueve entre las
ramas y troncos de los árboles de estratos medios y en el
dosel de bosques conservados. Tiene preferencia por los
invertebrados que encuentra en las bromelias y las epífitas,
las uñas de sus patas y cola le permiten trepar troncos
cabeza abajo. Construye su nido sobre el musgo cubierto
por ramas y vegetación.
Plantas que prefiere: se observa en encenillo
(Weinmannia tomentosa) y mano de oso (Oreopanax
mutisianus), busca invertebrados en bromeliáceas como
Tillandsia turneri.

212
Aves y restauración

PA SS E R I FORM E S
Grallariidae

Tororoi comprapán (Grallaria ruficapilla)


20 cm
Mediana
R - LC

ISFS

ITR

Descripción: tiene la coronilla, la nuca y los lados de la


cabeza rojizos, mandíbula gris, el pecho claro con listas
negras, el dorso, las alas y la cola son de un tono café
verdoso y las patas de color gris claro.
APIRE
Hábitat: es un ave que salta y corre en el suelo, usualmente
se oculta en las marañas, aunque ocasionalmente sale a Parque Nacional
los caminos. Son aves solitarias que brincan en busca de
invertebrados como anélidos y gasterópodos, rara vez se
dejan ver. Cantan en el suelo o en la vegetación. Hacen
sus nidos cerca del suelo con hojarasca, musgo y restos de
vegetación.
Plantas que prefiere: se observa en los bordes con
matorrales en los que hay helechos (Hypolepis sp.), en
donde hay hojarasca, troncos y musgo.

213
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA S SE R I FOR M ES
Cotingidae

Cotinga crestado (Ampelion rubrocristatus)


20 cm
Mediana
R - LC

IHSM

FPDB

Descripción: es un ave grisácea, en la nuca tiene una cresta


de color rojo ladrillo que usualmente está aplanada y es
difícil de ver; en los juveniles la cresta es más pequeña. El
iris de sus ojos es rojo, su pico corto y grueso, su abdomen es APIRE
blanco, las plumas coberteras de las alas tienen las puntas Parque Nacional
blancas y negras, y sus patas son negras.
Hábitat: es un ave que prefiere las áreas con vegetación
densa como los bosques secundarios, rastrojales, y
plantaciones forestales con especies nativas, incluso
pueden bajar a parques cercanos a los cerros con numerosos
árboles. Se alimenta de frutos, también caza insectos desde
la percha en donde puede permanecer largos periodos.
Cuando están en grupos erizan sus crezcas y vocalizan.
Plantas que prefiere: se observa alimentándose de moras
(Rubus bogotensis, Rubus robustus y R. glaucus), mortiños
(Hesperomeles goudotiana), arrocho (Viburnum triphyllum),
granizos (Hedyosmum crenatum), arrayán (Myrcianthes
rhopaloides), cajetos (Citharexylum subflavescens y
Citharexylum montanum) y palmas (Chamaedorea linearis).

214
Aves y restauración

PA S SE R I FOR M ES
Troglodytidae

Soterrey rufo (Cinnycerthia unirufa)


18 cm
Mediana
R - LC

ISFS

ITR

Descripción: su plumaje es rufo canela uniforme, en la


cabeza el color es más pálido. Tiene un aspecto esponjoso,
da la impresión de un pico pequeño. Sus alas tienen un
barrado difuso negro y sus ojos son de color café rojizo.
Hábitat: vive en los bosques secundarios, en bordes,
marañas densas y matorrales. Son aves sociales y curiosas APIRE
que andan en grupos de al menos cuatro individuos en
Parque Nacional
busca de invertebrados pequeños entre la vegetación.
Pueden unirse en bandadas mixtas, el grupo completo
puede hostigar un predador o regañar a una persona o un
grupo.
Plantas que prefiere: se observa en chuscales
(Chusquea scandens) en claros y bordes, helecho
marranero (Pteridium aquilinum) y marañas de zarzamora
(Rubus bogotensis).

215
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA S SE R I FOR M E S
Troglodytidae
TERRESTRE
Soterrey de monte pechigris (Henicorhina leucophrys)
11,4 cm
Pequeña
R - LC

ISFS

ITR

Descripción: es un ave pequeña de color café rojizo por


encima y oliva en la coronilla. Los lados de la cabeza son
estriados con blanco y negro, la garganta es pálida y sus
flancos cafés. Las alas son barradas ligeramente y la cola es
corta y erguida.
Hábitat: vive en los bosques secundarios, en bordes APIRE
y matorrales, es común en el sotobosque húmedo, en Parque Nacional
marañas con árboles caídos o en claros en regeneración.
Aunque es difícil de ver, se escucha fácilmente, se puede
encontrar en parejas o en grupos. Se alimenta de insectos
en el follaje, en la maraña y en el suelo. Construye su nido
globular con fibras de raíces y musgo en sitios bajos del
sotobosque cerca al suelo.
Plantas que prefiere: se observa y escucha en claros y
áreas en regeneración, en chuscales (Chusquea scandens)
en claros y bordes en los que hay dispersos arbustales
como chilco (Baccharis bogotensis) y helecho marranero
(Pteridium aquilinum).

216
Aves y restauración

PA S SE R I FOR M E S
Psittacidae
TERRESTRE
Periquito de anteojos (Forpus conspicillatus)

13 cm
Mediana

R - LC
Casi endémica

FSSB

ITR

Descripción: tiene la cabeza verde, el pico color marfil, la


región ocular azul, su plumaje es verde, el color de la parte
inferior de su cuerpo es más claro, las plumas coberteras de
las alas son azules, mientras que en las hembras son verde
esmeralda.
APIRE
Hábitat: prefiere las áreas de vegetación secundaria,
Parque Nacional
los bordes de los bosques, rastrojales con árboles altos y
parques con árboles. Andan en parejas o en grupos, son
ruidosos, su vuelo es ondulante y errático. Se alimenta
principalmente de semillas y usan como nido las cavidades
que encuentran en las palmas.
Plantas que prefiere: se observa en el arboloco
(S. pyramidalis), tabaquillo (V. crassiramea), sangregado
(Croton mutisianus), caucho (F. americana), urapán (F. uhdei)
y diferentes especies de palmas nativas y ornamentales.

217
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA S SE R I FOR M ES
Hirundinidae

Golondrina ahumada (Orochelidon murina)


14 cm
Mediana
R - LC

IAE

IHDB
Descripción: es grande, oscura, tiene la garganta color café
y el manto verde lustroso. La panza es color café grisáceo y
la cola es ahorquillada.
Hábitat: prefiere lugares con vegetación secundaria,
humedales con árboles y cuerpos de agua. Vuela en
bandadas hasta una altura considerable y en ocasiones a
ras de piso. Se alimenta de insectos que captura al vuelo.
Se encuentra usualmente en grupos, es común observarla APIRE
a medio día y en las tardes capturando insectos, reposa en Parque Nacional,
los cables de la electricidad y frecuenta los techos de las La Florida y La Isla
estructuras del parque, en donde puede hacer nidos en
forma de tasa con hojas de pasto seco.
Vegetación que prefiere: se observa sobrevolando el agua
y la vegetación de la franja terrestre del humedal El Lago,
sobre juncales y vegetación nativa, así como en urapanes
(F. uhdei) y sobrevolando el pasto kikuyo (C. clandestinus).

218
Aves y restauración

PA S SE R I FOR M ES
Emberizidae

Atlapetes pizarra (Atlapetes schistaceus)


18 cm
Mediana
R - LC

IHSM

FPDB

Descripción: es un matorralero de color gris pizarra, su


cara es negra con blanco y su coronilla castaño rufo, su
garganta media y su abdomen son blanquecinos, su manto IFSM
es gris oscuro y la parte inferior del cuerpo es más clara,
tiene una mancha blanca en el ala.
Hábitat: prefiere lugares con vegetación secundaria
o de estados sucesionales avanzados, prefiere trepar
las ramas de árboles pequeños con follaje denso del
sotobosque, también puede observarse en bordes de
bosque y matorrales. Se alimenta de invertebrados que se APIRE
encuentran en la parte media de la vegetación y de frutos.
Parque Nacional
Usualmente se le ve en pareja o en grupos pequeños.
Vegetación que prefiere: se observa en áreas con
remanentes de bosque altoandino, en las partes más altas
de los cerros en donde se ha regenerado la vegetación
naturalmente, sobre árboles de encenillo (W. tomentosa),
mano de oso (O. mutisianus) y raque (V. stipularis). Pueden
escucharse cerca de chuscales (C. scandens) y en claros y
bordes en los que hay dispersos arbustales como chilco
(B. bogotensis).

219
Cortadera (Cyperus xanthostachyus)
Especie de humedal
Aves acuáticas
Son aquellas que dependen de recursos asociados al
agua y a sus dinámicas estacionales. Los recursos que
necesitan pueden estar en el espejo de agua, las playas, en
especies flotantes o emergentes, complejos de raíces como
camalotales y áreas de juncales, entre otros.
Algunas aves pueden alimentarse y nidificar de manera
exclusiva en estas zonas, otras requieren de áreas más
extensas cercanas a estos recursos, lo que las hace
vulnerables pues dependen del buen estado del agua.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PAS SE R I FOR M ES
Icteridae
ACUÁTICA
Monjita (Chrysomus icterocephalus)
18 cm
Mediana
R - LC

IIPA

SPCG

Descripción: tiene el pico cónico y agudo, el área loreal de


color negro, el plumaje de la cabeza es amarillo brillante
como una capucha y el resto del cuerpo negro. Las hembras
tienen tonos oliváceos y cafés estriados con negro, con la
ceja amarilla opaca. Los juveniles son más opacos que las
hembras. APIRE
Hábitat: prefiere los humedales con espejo de agua; es La Florida
una especie gregaria que también se puede observar en
áreas inundables. Su presencia podría ser un indicador de
hábitats en buen estado de conservación, porque requieren
de áreas con variedad de oferta de recursos y diversidad
de vegetación. Construye sus nidos con gramíneas sobre
juncos o vegetación acuática. Puede ser parasitada por el
chamón, Molothrus bonariensis.
Plantas que prefiere: las monjitas se observan vocalizando
sobre el junco grande o totora (Schoenoplectus californicus),
en áreas con clavito de agua (L. peruviana y L. peploides),
begonia de pantano (B. fischeri), lengua de vaca
(R. conglomeratus), lentejitas de agua (Lemna gibba), así
como helecho de agua (A. filiculoides), entre otras.

222
Aves y restauración

PAS SE R I FOR M ES
Troglodytidae

Cucarachero de pantano (Cistothorus apolinari)


13 cm
Mediana
R - LC
Residente,
endémica,
críticamente
amenazada de
extinción

IIPA

Descripción: su cuerpo es corto, la coronilla es de color oliva


y tiene una línea ocular café grisácea. Su manto es estriado
blanco y negro; las alas y la cola son cortas cafés barradas
rufas con negro, por debajo clara; pico y patas cafés.
Hábitat: ave de humedal que prefiere cazar insectos o SPCG
inmaduros que se desarrollan en el agua, como las ninfas APIRE
de libélula que tienen una parte del ciclo de desarrollo en
el agua. Se alimenta moviéndose desde la parte más baja a La Florida
la más alta de los juncos. Es difícil de ver; cuando vocaliza
lo hace desde la punta de un junco expuesto, también tiene
preferencias por arbustales de humedal con numerosos
helechos. Construye su nido globular entre las macollas
de junco muy cerca del agua. Puede ser parasitada por el
chamón Molothrus bonariensis, razón por la que se recomienda
no llamarla con el uso de playback en el parque La Florida.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con presencia
de totora (S. californicus), enea (T. latifolia), lengua de vaca
(R. conglomeratus), B. breviseta, helecho (H. incisa), B. cordatum,
clavito de agua (L. peruviana y L. peploides), begonia de pantano
(B. fischeri), gratiola (G. bogotensis), S. racemosa, C. racemosa,
jacinto de agua (E. crassipes), buchón (L. laevigatum), helecho
de agua (A. filiculoides), lentejitas de agua (L. gibba), así como
cobertura de briófitos (Marchantia sp.).

223
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

CHA R A D R I I FORM ES
Scolopacidae
ACUÁTICA
Caica (Gallinago nobilis)
13 cm
Mediana
R - LC
Residente,
casi endémica y
casi amenazada
de extinción

IIPA

Descripción: tiene el cuerpo pesado, la longitud de su


pico es dos veces su cabeza y sus patas son cortas. La parte
anterior del pecho y el cuello es oscura, su plumaje es ante
leonado moteado, estriado con negro, con el vientre más
claro, la rabadilla y la cola son anaranjadas. APIRE

Hábitat: vive en áreas de humedal y zonas pantanosas, La Florida


pueden ser residentes y migratorias. En el humedal La
Florida se puede ver en época de lluvias y luego desaparece.
En ocasiones se observa muy quieta en las orillas de los
cuerpos de agua, lo hace como una estrategia de camuflaje
en áreas donde hay playas o vegetación de ribera. Se
alimenta de invertebrados que logra obtener con su largo
pico en el pantano.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con
totora (S. californicus), enea (T. latifolia), lengua de vaca
(R. conglomeratus), B. breviseta, B. cordatum, clavito de agua
(L. peruviana y L. peploides), begonia de pantano (B. fischeri)
y M. aquaticum.

224
Aves y restauración

P E L E CA N I FO RM E S
Ardeidae
ACUÁTICA
Avetorillo pantanero (Ixobrychus exilis)
27 cm
Mediana
R - MB
LC
Residente,
casi endémica y
casi amenazada
de extinción

IIPA

Descripción: es una garza pequeña; tiene el pico amarillo


con culmen negro; el macho tiene las plumas de la coronilla,
el dorso y la cola negros, tiene una lista blanca a cada lado
del dorso; la cara y los lados del cuello son castaño rufo. La CAV
hembra tiene la espalda café oscura machada, con parches
anteados en las alas y patas de color amarillo verdoso.
Hábitat: ave de humedal que prefiere los pantanos de agua
dulce con vegetación emergente en los que hay juncales
densos. Al igual que otras aves acuáticas se queda estática
para camuflarse entre los juncos. Clava su pico dentro del
pantano y entre las raicillas del humedal para consumir APIRE
invertebrados, también consume peces como guapuchas
Grundulus bogotensis. Puede estar solitaria o en parejas, La Florida
hace sus nidos sobre los juncos en plataformas. En los
últimos años no se ha registrado en el parque La Florida.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con
totora (S. californicus), enea (T. latifolia), lengua de
vaca (R. conglomeratus), clavito de agua (L. peruviana y
L. peploides), begonia de pantano (B. fischeri), gratiola
(G. bogotensis), S. racemosa, jacinto de agua (E. crassipes),
buchón (L. laevigatum), helecho de agua (A. filiculoides) y
lentejitas de agua (L. gibba).

225
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA SS E R I FORM ES
Tyrannidae

Doradito de pantano (Pseudocolopteryx acutipennis)


10,5 cm
Pequeña

Residente,
críticamente
amenazada
de extinción

IAE

Descripción: tiene el pico negro y delgado similar a una


reinita, su mandíbula es amarilla, su plumaje es verde IIPA
oliva por encima y amarillo encendido por debajo, en las
alas tiene dos barras no muy llamativas, no tiene patrones
contrastantes.
Hábitat: es un ave de humedal que prefiere el pantano con
juncales y diversidad de vegetación. Captura invertebrados
a través de vuelos cortos entre los juncos, como otros
mosqueritos. Anda en parejas y aunque no se conoce su APIRE
nido, hay registros de septiembre de 1993 y de marzo de La Florida
2018 en el que se vieron unos volantones (ABO, 2000), y a
una pareja construyéndolo.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con
totora (S. californicus), enea (T. latifolia), lengua de vaca
(R. conglomeratus), B. breviseta, B. cordatum, clavito de agua
(L. peruviana y L. peploides), begonia de pantano (B. fischeri),
gratiola (G. bogotensis), S. racemosa, C. racemosa, Kalanchoe sp.,
jacinto de agua (E. crassipes), buchón (L. laevigatum), helecho
de agua (A. filiculoides), lentejitas de agua (L. gibba), así
como en la cobertura de briófitos (Marchantia sp.).

226
Aves y restauración

G RU I FOR M E S
Rallidae

Tingua bogotana (Rallus semiplumbeus)


25 cm
Mediana

Residente,
endémica,
amenazada
de extinción.

IIPA

Descripción: tiene el pico largo, delgado y rojo, la cabeza


y el pecho son grises plomizos, el dorso es de color café
listado con negro, con las plumas coberteras infracaudales
APIRE
son blancas con manchas negras, sus patas son rojas.
La Florida
Hábitat: ave de humedal que prefiere las áreas pantanosas
inundables entre los juncales, rara vez se observa en
las orillas de los juncales bañándose, sumergiéndose y
saliendo de nuevo del agua. Es tímida, esquiva y las parejas
son territoriales. Se alimenta de ninfas de invertebrados que
tienen una parte de su metamorfosis en el agua, también
de arácnidos, crustáceos, coleópteros, gasterópodos y
anélidos.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con
totora (S. californicus), enea (T. latifolia), lengua de
vaca (R. conglomeratus), B. breviseta, helecho (H. incisa),
B. cordatum, clavito de agua (L. peruviana y L. peploides),
begonia de pantano (B. fischeri), gratiola (G. bogotensis),
S. racemosa, C. racemosa, Kalanchoe sp., jacinto de agua
(E. crassipes), buchón (L. laevigatum), helecho de agua
(A. filiculoides), lentejitas de agua (L. gibba), así como en la
cobertura de briófitos (Marchantia sp. y M. aquaticum).

227
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

P OD I C I P E D I FORM E S
Podicipedidae

Zambullidor (Podilymbus podiceps)


33 cm
Mediana
R - LC

IIPA

CAV

Descripción: tiene el pico puntiagudo de color café oscuro,


el iris también es café; el plumaje del manto es café grisáceo
VEG
y más claro en la parte inferior; su garganta es blanca, pero
en época reproductiva se torna negra y su pico se vuelve
blanco hueso con una línea negra. Tiene patas lobuladas.
Hábitat: esta ave bucea: sus patas lobuladas le
permiten nadar con destreza. Prefiere aguas de buena
calidad que cuenten con plantas acuáticas y algas, se
alimenta de invertebrados y peces como guapuchas APIRE
(Grundulus bogotensis). Se encuentra sobre los cuerpos de La Florida
agua en parejas o en familias.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con totora
(S. californicus) y enea (T. latifolia), prefiere cuerpos de agua
con plantas acuáticas como elodea (Elodea granatensis).

228
Aves y restauración

A N SE R I FOR M ES
Anatidae

Pato turrio (Oxyura jamaicensis)


43 cm
Mediana
Residente,
subespecie
andina,
endémica y
amenazada de
extinción

IIPA

Descripción: tiene el pico azul brillante y la cola rígida


usualmente erguida con forma de abanico, la cabeza y el cuello FSSB y VEG
son negros, con mejilla punteada con blanco, el resto del cuerpo
castaño rojizo, el vientre es café claro moteado. Las hembras son
café oscuro moteado, con pico negro y sin patrón en las alas.
Hábitat: es un ave acuática que prefiere los espejos de agua
para bucear, obtener su alimento, y sumergirse cuando se
asusta. En el lago del parque La Florida se ha visto en grupos APIRE
de más de 70 individuos, en las mañanas descansan sobre
La Florida
el agua con su pico entre las alas, en ocasiones se acicalan
las plumas en las playas con juncales. Se alimentan de
invertebrados que obtienen del agua y de las raicillas de
plantas acuáticas, así como de semillas de juncáceas y de
otras plantas establecidas en el cuerpo de agua.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con
totora (S. californicus), enea (T. latifolia), helecho de agua
(A. filiculoides), lentejitas de agua (L. gibba), jacinto de
agua (E. crassipes), buchón (L. laevigatum), así como elodea
(E. granatensis).

229
A N SE R I FOR M ES
Anatidae

Pato turrio (Oxyura jamaicensis)

Nogal (J. neotropica)


Especie visitada por numerosas especies migratorias por sus recursos.
Aves migratorias
De acuerdo con las estaciones del año, estas especies hacen
desplazamientos largos en busca de recursos.
A este grupo pertenecen las aves boreales que migran desde
Norteamérica y Centroamérica en el otoño para evitar el
invierno y la escasez de alimento y refugio; las australes
que migran desde el sur de Suramérica, y las aves que hacen
migraciones locales, por ejemplo, aquellas que viajan desde
la Orinoquia y llegan a Bogotá durante la temporada seca
de los Llanos Orientales.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

G RU I FOR M E S
Rallidae

Tingua azul (Porphyrio martinica)


33 cm
Mediana
LC
Migratoria local

IIPA

Descripción: tiene la cabeza, el cuello y el pecho de color azul


violeta, el pico rojo con la punta amarilla, la espalda es de un
tono verde bronceado a verde azuloso, las plumas infracaudales FSSB y CAV
son blancas. Los juveniles son de color café oliváceo y tienen el
pico verde, las patas largas y amarillas.
Hábitat: es un ave de humedal que prefiere la vegetación
emergente y/o flotante sobre la cual camina, rara vez se le ve
nadar, su vuelo es con aletazos largos y las patas colgantes. Sus
poblaciones locales pueden reproducirse desde el sur de los
Estados Unidos hasta el norte de Argentina. Durante el invierno
las poblaciones de Estados Unidos migran al golfo de México APIRE
y hacia algunas islas del Caribe. En Colombia hay poblaciones Parque Nacional,
residentes y es probable que tanto juveniles como adultos
hagan migraciones locales desde la Orinoquia en los meses La Florida y La Isla
de diciembre a enero y en junio y julio, estos movimientos aún
no son muy conocidos. Posiblemente son nocturnas, lo que
lleva a que usualmente se encuentren individuos perdidos
en sitios urbanizados lejos de los humedales. Se alimenta de
invertebrados y plantas acuáticas, de semillas de gramíneas y
polluelos de otras aves (ABO, 2000; Córdoba-Córdoba, 2007;
Naranjo et al., 2012).
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con totora
(S. californicus), enea (T. latifolia), jacinto de agua (E. crassipes),
buchón (L. laevigatum), helecho de agua (A. filiculoides), lentejitas
de agua (L. gibba), elodea (E. granatensis), M. aquaticum y gramíneas.

232
Aves y restauración

ACC I P I T R I FO RM E S
Accipitridae

Águila migratoria (Buteo platypterus)


43 cm
Mediana
LC
Migratoria
boreal

IHDB

CAV

Descripción: es una de las rapaces migratorias más


comunes en la Sabana de Bogotá. Tiene el pico de color
negro, el iris café, por encima su plumaje café, por debajo CAR
es blanco manchado irregularmente, la garganta es
blanca, tiene un listado malar grueso, las alas barreteadas
con negro, la cola bandeada con blanco y negro, y las patas
amarillas.
Hábitat: prefiere los sitios abiertos con árboles de buen
porte para percharse. Se puede observar en bordes de APIRE
bosque secundario, parques y humedales. Usualmente
caza solitaria, aunque puede planear en grupos sobre Parque Nacional,
Bogotá. Se alimenta de mamíferos pequeños como La Florida y La Isla
roedores, polluelos, ranas y carroña.
Plantas que prefiere: se observa perchada en árboles
de gran porte introducidos como eucalipto (E. globulus),
araucaria (Araucaria angustifolia), pinos (P. patula y
P. radiata), y cipreses (Hesperocyparis lusitanica), también
en árboles nativos como pino romerón (R. rospigliosii) y
sangregado (C. mutisianus).

233
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA S SE R I FOR M ES
Hirundinidae
MIGRATORIA
Golondrina blanco y negro(Pygochelidon cyanoleuca)
11-12 cm
Mediana
LC
Migratoria
austral

IAE

IHDB

Descripción: tiene el pico negro, por encima el plumaje


es de color azul lustroso y por debajo blanco grisáceo, las
plumas coberteras de las alas son negras con un poco de
blanco, su cola es ahorquillada y sus patas cafés.
Hábitat: prefiere las áreas abiertas cercanas a cuerpos
de agua, aunque también se le ha visto en proximidades APIRE
a construcciones, postes y vallados en potreros vecinos La Florida y La Isla
al agua. Captura invertebrados en vuelo que provienen
del agua o de la vegetación. Hay algunas poblaciones
residentes en el país.
Plantas que prefiere: se ha observado en áreas con
totora (S. californicus), enea (T. latifolia), también cerca
del sauce llorón (S. humboldtiana), la acacia japonesa
(Acacia melanoxylon), el aliso (A. acuminata), el pasto kikuyo
(C. clandestinus) y otras gramíneas nativas.

234
Aves y restauración

ACC I P I T R I FO RM ES
Pandionidae
MIGRATORIA
Águila pescadora (Pandion haliaetus)
58 cm
Grande
LC
Migratoria
boreal

CAV

Descripción: tiene el pico de color negro, el iris amarillo, APIRE


su espalda es color café y blanco por debajo, en la cabeza
tiene una máscara café que llega hasta al cuello, en el La Florida y La Isla
pecho tiene un listado café, barras café oscuro en las alas y
sus patas son grises.
Hábitat: prefiere los cuerpos de agua profundos como los
lagos, espera desde perchas altas. Planea sobre el agua
y con las garras atrapa peces de tamaño mediano, su
alimentación depende del buen estado de oxigenación de
los cuerpos de agua. Es una especie migratoria boreal que
usualmente se observa entre septiembre y abril, en parejas
o solitaria. También se le ha visto en parques y cables de
alta tensión en las torres más altas.
Plantas que prefiere: se puede observar perchada en
árboles de buen porte como el urapán (F. uhdei) y el
eucalipto (E. globulus).

235
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

PA SS E R I FORM ES
Parulidae

Candelita norteña (Setophaga ruticilla)


11,5 cm
Mediana
LC
Migratoria
boreal

IAE

Descripción: es una reinita con pico ancho y aplanado, el


IFSM
plumaje del macho es de color negro y la panza blanca
con manchas anaranjadas, en la cola tiene un patrón en
forma de “T” en color negro. La hembra tiene la garganta
y anteojos blancos, su espalda olivácea, en la cola tiene un
patrón similar al del macho, pero de color amarillo.
FPDB
Hábitat: prefiere las áreas con árboles y que están cerca
de cuerpos de agua y humedales. Se le observa solitaria
y también en grupos. Se alimenta de invertebrados que
captura al vuelo, se mueve con agilidad entre la vegetación
y en ocasiones abre y cierra las alas como una mariposa. Es
un ave migratoria boreal que viene desde Norte América y
se puede observar en Bogotá entre octubre y abril. APIRE
Plantas que prefiere: se puede ver alimentándose en Paque Nacional,
árboles nativos como aliso (A. acuminata), tabaquillo La Florida y La Isla
(V. crassiramea), raque (V. stipularis), chilco (B. latifolia),
arbolocos (S. pyramidalis), guayacán (L. acuminata) y
especies introducidas como urapán (F. uhdei) y holly
(Pyracantha angustifolia).

236
Aves y restauración

CA P R I MU LG IFORM ES
Caprimulgidae

Chotacabras migratorio (Chordeiles minor)


24 cm
Mediana
MB - LC

IAE

IHDB

Descripción: los machos y las hembras tienen el plumaje


negro moteado en su cabeza y en el pecho, el abdomen
es blanquecino a anteado con barreteado oscuro, sus alas
son largas puntiagudas con una franja blanca en la mitad,
su cola es larga y angosta. Las hembras se diferencian por
la faja blanquecina anteada de la garganta y la ausencia APIRE
de blanco en la cola. Puede confundirse con la especie Paque Nacional,
residente C. acutipennis. La Florida y La Isla
Hábitat: es fácil de observar en áreas abiertas como
humedales, parques con canchas de fútbol y áreas sin
construir. Es un ave crepuscular, su vuelo es errático,
cambia de posición constantemente mientras se alimenta,
pues es cazador de insectos al vuelo, también puede
alimentarse de insectos en la vegetación y los bordes en
áreas en restauración. Muchas veces descansa en ramas de
árboles medianos en los que se mimetiza con el color de la
madera, así como entre la hojarasca. Es un ave migratoria
boreal de paso.
Plantas que prefiere: se puede observar durmiendo en el
sauce llorón (S. humboldtiana). En el APIRE La Florida hay
un registro de este género sobre hojarasca bajo numerosos
urapanes (F. uhdei).

237
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Las aves como guías en los procesos de restauración


La recuperación de un ecosistema depende de la comprensión de las relaciones
que ocurren entre diferentes grupos en un ecosistemas, entre ellos animales
y plantas; entonces, es necesario que la restauración ecológica integre la
evaluación de la respuesta de los animales a este proceso. Esto se puede
lograr a través del estudio de las transformaciones de la flora y los cambios
en la fauna (McAlpine et al., 2016). Las aves son uno de los indicadores más
usados por la facilidad en su estudio, a partir de ellas es posible evaluar los
tratamientos en restauración ecológica y los cambios en sus comunidades a
lo largo del tiempo, por ejemplo, en el contexto del paisaje.
Las aves participan de manera pasiva en el desarrollo del hábitat y
aportan en la regeneración natural, siendo pasajeras —por ejemplo, en busca
de una mayor oferta de alimento—. También intervienen activamente como
conductoras de la trayectoria de esta regeneración a través de sus interacciones
ecológicas, es decir, que aportan al desarrollo de ciertos procesos que ayudan
a la recuperación del área en restauración (Caterall, 2018).

Las aves como pasajeras de la restauración


Una especie pasajera puede estudiarse de dos maneras: a través de la com-
prensión de la vegetación que está alrededor del área en restauración y el
efecto que produce en la fauna, y por medio de patrones que determinan
la razón por la cual un ave está en un lugar durante el proceso de recupe-
ración. Estos estudios buscan identificar las diferencias ecológicas que de-
terminan las exigencias de hábitat de las aves, algunas van a depender de
sitios más conservados, mientras que otras, menos exigentes, pueden estar
en lugares transformados (Caterall, 2018).
Para lograr este nivel de detalle, los indicadores que pueden dar
cuenta de la respuesta de las aves son: la estructura de la vegetación y las
características del paisaje que permitirán entender la suficiencia del hábitat,
y la capacidad de dispersión de la especie (Crouzeilles et al. 2016; Caterall,
2016, 2018). Lo anterior, por supuesto, a la luz de las técnicas usadas en la
recuperación del hábitat, así como el tiempo del proceso.

Las aves como conductoras o impulsoras de la restauración


La fauna puede dirigir, de una forma deseable o no, la trayectoria que la
vegetación va a desarrollar en un proceso de restauración. Para que ocurra
la formación de semillas es necesario que las plantas sean polinizadas,
y la germinación de las semillas dependerá de las características
del lugar y de los eventos de depredación que puedan obstaculizarla hasta
que el individuo logra crecer y madurar (Catterall, 2018).

238
Mirla patinaranja (Turdus fuscater)
Este macho, con anillo ocular naranja, se alimenta
de una amplia gama de recursos, entre ellos frutos,
semillas, invertebrados e incluso pequeños vertebrados.
Es dispersor de semillas por lo cual contribuye con la
lluvia de semillas y la regeneración natural.
Fotografía: Sergio Andrés Collazos-González

Colibrí chillón (Colibri coruscans)


Los colibríes dependen del néctar de las flores, son
territoriales y defienden un área con recursos de
preferencia de su misma especie, o incluso de otras.
Es común escucharlo vocalizar desde una percha.
Fotografía: Sergio Andrés Collazos-González.
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Interacciones ecológicas entre plantas y animales


de importancia para el reclutamiento

Planta MUTUALISMO
Herbivoría Efecto positivo en el reclutamiento
madura

Plántula Flor

Depredación Polinización

Fruto
Semilla
(carnoso)

INTERACCIONES TRÓFICAS
Efecto negativo en el reclutamiento Dispersión

(Tomado y modificado de Catterall, 2018)

En las ciudades, por ejemplo, la dispersión de semillas es afectada por la


urbanización, y una alternativa para mitigar este impacto es la zoocoria, un
proceso que beneficia el funcionamiento de los ecosistemas urbanos con
implicaciones en los servicios ecosistémicos y el manejo de la ciudad, pues
los dispersores de semillas ayudan al mantenimiento de la integridad del
mosaico urbano (Gelmi-Candusso y Hämäläinen, 2019).
En áreas en donde se han perdido, por ejemplo, las especies represen-
tantes de estos procesos ecológicos puede haber una reducción significa-
tiva en la diversidad, entonces, los dispersores juegan un papel clave para la
regeneración de los hábitats urbanos degradados. Si se enriquece la ciudad
con plantas que ofrecen recursos para las aves, y la fauna en general, se po-
drán recuperar procesos ecológicos perdidos, y se mejorará el hábitat para
un mayor número de especies, incluyendo a las aves. El incremento de la
diversidad favorecerá la recuperación de los hábitats degradados porque
la visita de aves dispersoras será más frecuente y traerán semillas de otros
sitios, lo que acelerará la recuperación.

Plantas para las aves


Las aves dependen del alimento, el refugio, la percha, el lugar para hacer
el nido que las plantas le puedan ofrecer, por esto son esenciales para su
conservación. Existen tres formas de mejorar el hábitat de las aves en las
ciudades: 1) enriquecer con especies de plantas de diferentes estratos de

240
Aves y restauración

vegetación (árboles, arbustos, hierbas), 2) ofrecer sitios para percha y re-


fugio (árboles muertos, troncos, perchas artificiales, jardines, etc.), y 3) in-
crementar la diversidad de especies con la la introducción de plantas que
ofrezcan recursos para que ocurra diversidad de procesos ecológicos.
Si en la ciudad se aprovechan espacios como techos verdes, terrazas, jar-
dines, huertas, muros, cercas y todo tipo de estructuras para enriquecerlas
con especies que ofrezcan recursos y cooperen con diferentes procesos eco-
lógicos, de esta manera se mejora la calidad de hábitat para las aves y la ca-
lidad de vida de los ciudadanos, porque se brindan mayores oportunidades
para interactuar con la naturaleza (Standish et al., 2013).
A continuación se presentan algunas plantas que son preferidas por
las aves y que pueden incluirse en cualquiera de las actividades que hacen
parte de la familia restaurativa.

Algunas plantas que atraen aves

Bodoquera Cucharo Garrocho


(Monnina aestuans) (Myrsine guianensis) (V. triphyllum)

Moquillo Abutilón Arboloco


(S. scabra) (A. insigne) (S. pyramidalis)

241
Duraznillo (A. parviflora) Curuba (P. tripartita) Uche (P. buxifolia)

Arrayán (M. leucoxyla) Corazón de pollo (I. fuchsioides) Uña de gato (Berberis rigidifolia)

Chilco (B. latifolia) Cariseco (B. rosea)

Sauco (S. nigra) Caucho sabanero (F. americana)


Fucsia (F. boliviana) Gurrubo (L. lycioides)

Tinto (C. mutisii) Guamo (Inga edulis)

Laurel de cera (Morella parvifolia) Cerezo (P. serotina)

Uchuva (P. peruviana) Fresa silvestre (P. indica) Mermelada (S. jamesonii)
Trompeto (B. frutescens) Yerbamora (Solanum nigrum)

Tabaquillo (V. crassiramea) Coralito (Galium hypocarpium)

Lupino (Lupinus bogotensis) Tuno (M. squamulosa)


Aves y restauración

Los ciudadanos hacen parte de una red de vida que puede contribuir a la
conservación de la biodiversidad de la ciudad, a través de la ampliación de
la oferta de hábitat y recursos para las aves, se puede hacer la diferencia en
la recuperación de los procesos ecológicos perdidos.

Nido de copetón (Zonotrichia capensis)


Nido encontrado en un muro verde hecho en el interior de una casa
en el barrio La Española, en Bogotá.
Fotografía: Juliana Zuluaga-Carrero

245
Consideraciones finales
Juliana Zuluaga-Carrero

En una ciudad como Bogotá la recuperación de los pro-


cesos ecológicos debe ser concebida desde la planifi-
cación del territorio, como un componente prioritario
permanente de la ciudad. Al cumplir casi diez años en
el desarrollo de proyectos de restauración ecológica, la
Subdirección Científica del Jardín Botánico de Bogotá
adquirió conocimientos que han mostrado la importan-
cia de establecer objetivos claros, de hacer seguimiento
a los indicadores para evaluar el avance hacia su cumpli-
miento, y de analizar la información para realimentar y
ajustar el curso de un proyecto en caso de ser necesario.
Es particularmente importante para la labor científica
e investigativa continuar planteando preguntas marco
que sirvan de guía para el desarrollo de procesos de recu-
peración. Continuar con el estudio de los ecosistemas de
Bogotá permite ampliar el conocimiento y comprender
mejor sus dinámicas ecológicas, y así mismo proponer
investigaciones, experimentos y procesos de recupera-
ción nuevos.
Aunque Bogotá es una de las ciudades más pobla-
das de Latinoamérica y su crecimiento demográfico ha
traído consigo la transformación drástica en sus ecosis-
temas, se resalta la alta diversidad biológica que aún
alberga y las oportunidades con las que cuenta para
restaurar y conservar su biodiversidad. La ciudad tiene
una amplia gama de ecosistemas y es importante conti-
nuar su estudio pues hay mucho por conocer sobre ellos.

247
Palo amarillo, pepero (Rhamnus goudotiana)
Es una especie de crecimiento lento que requiere de sombra durante sus
primeros años de vida, es una especie consumida por las aves.

Hayuelo (Dodonaea viscosa)


Es un arbusto de crecimiento rápido que se adapta bien a condiciones secas y húmedas.
Es una especie versátil que puede incluirse en diseños como cercas vivas. En el
enriquecimiento de núcleos de vegetación atrae a numerosos invertebrados
que sirven de alimento a las aves.
Consideraciones finales

Así mismo merecen especial atención de las instituciones que generan


conocimiento, que participan en su ordenamiento y regulación, así como
de aquellos que los admiran, visitan, y aprovechan.
Al menos una tercera parte de Bogotá es rural, sumado a los cuerpos
de agua, los parques, las áreas verdes y reservas, entre otros, se puede
conformar un repertorio de elementos sobre los cuales apoyar un
plan de enriquecimiento de la conectividad de la ciudad, que aporte al
mejoramiento de procesos ecológicos como la polinización, la dispersión
de semillas o las cadenas tróficas, por mencionar algunos relacionados
con la fauna, entre otros más que podrían ser incluidos.
La ciudad cuenta con grupos de trabajo sólidos con alta motivación
por el estudio de la naturaleza, que, desde lo educativo, lo comunitario
y lo gubernamental están dispuestos a colaborar con la construcción de
conocimiento, lo que aporta al monitoreo de los procesos de recuperación
y a entender las dinámicas de los remanentes de los ecosistemas
naturales, así como las nuevas dinámicas que se han establecido a partir
de la transformación de la ciudad.
En los futuros proyectos de recuperación, rehabilitación y restauración
es importante gestionar recursos que fomenten la participación,
fortalezcan y consoliden grupos de monitoreo que contribuyan con la
elaboración de buenas bases de datos acerca de la biodiversidad de la
ciudad y sus cambios.
Es clave que estos grupos de trabajo estén acompañados por
investigadores que den las bases para el planteamiento de los monitoreos
y el posterior análisis de esta información. Si hay una clara conexión entre
las preguntas de investigación, el diseño experimental, la toma de datos
participativa y el análisis por parte de grupos de investigación, se podrán
obtener insumos de buena calidad para fortalecer tanto el conocimiento,
como los procesos ecológicos de la ciudad.
También es valiosa la contribución que la educación puede hacer en
estos procesos, pues si se conserva lo que se conoce es necesario incluir
información sobre los ecosistemas de Bogotá en el plan de estudios de las
instituciones educativas de la ciudad. Si los docentes de ciencias naturales
logran integrar el contenido de su área con el conocimiento acerca de los
ecosistemas, las áreas naturales y transformadas pueden ofrecer una
oportunidad para sembrar en los jóvenes la semilla de la curiosidad por
su estudio, además de brindarles una ventana hacia la observación y la
experimentación de numerosos fenómenos naturales.

249
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Paisaje
Oportunidades para recuperar los procesos
ecológicos en Bogotá Comunidad

Población

Escala Regional
Río Bogotá
Humedales
Áreas urbanas protegidas Río Bogotá
Áreas en proceso de restauración
Humedales
Separadores viales
Quebradas y caños Polinización
Parques
Muros y techos verdes Dispersión de semillas
Terrazas
Huertas urbanas Germinación
Jardines
Regeneración natural
Escala Local Parches Corredores
Barreras ecológicas y sociales

En la ciudad se pueden aprovechar algunas oportunidades para recuperar los procesos


ecológicos, facilitar una mayor disponibilidad de hábitat para más especies, incrementar
la diversidad, y mejorar, además, la calidad de vida de los ciudadanos.

En este sentido, se espera que este libro promueva el interés de los


educadores para que trasmitan a sus estudiantes algunas de las ideas
aquí plasmadas acerca de la restauración ecológica y alimenten su amor
por la naturaleza y su conservación.
En la actualidad se han desarrollado diversas herramientas para la
recolección de información acerca de los ecosistemas y que pueden ser
usadas como insumo para analizar y comprender sus dinámicas ecológi-
cas. En algunas de ellas se ha logrado recoger información con el apoyo
de las observaciones de ciudadanos interesados en la naturaleza, de los
registros de científicos e investigadores, así como de las colecciones de
museos.
iNaturalist, eBird y GBif son algunas de las plataformas en las que
se recogen registros de distintas partes del mundo que pueden ser
utilizados por cualquier persona ya sea por simple curiosidad, o para
resolver una pregunta particular asociada a proyectos de conservación de
la biodiversidad.

250
Consideraciones finales

Estas bases de datos están soportadas por una red de expertos en


distintos grupos biológicos que pueden colaborar con la identificación y
el mejoramiento de los registros. Aunque este libro no tiene el objetivo
de ahondar en el tema de recolección de información en bases de datos,
lo menciona como una manera de sembrar curiosidad en quienes lo lean,
para promover su uso y enriquecer el conocimiento acerca de los registros
de los ecosistemas de la ciudad.
Entre las iniciativas locales que mejoran las características ecológicas
de la ciudad se encuentran el impulso a la agricultura urbana y el estable-
cimiento de jardinería urbana funcional en terrazas, muros, antejardines
y techos verdes, en las zonas en las que no hay espacio suficiente para
plantar árboles de gran porte, con el propósito de incrementar la oferta de
alimento y refugio para los seres vivos que habitan la ciudad.
Con un pequeño aporte como la siembra de plantas como, por ejemplo,
flores con néctar en el jardín, en una terraza, o en el techo de una casa, se
contribuye con la recuperación de un proceso ecológico como la poliniza-
ción; estas plantas además pueden brindar refugio para que las especies
menos exigentes puedan dormir o nidificar. De esta manera se pueden in-
cluir en la ciudad numerosas estructuras (árboles muertos en pie adecua-
dos con enredaderas, nidos artificiales y refugios que no generen un riesgo
a ciudadanos, entre otros) que favorecen que una mayor diversidad de seres
vivos habiten la ciudad, y propicien la recuperación o creación de nuevas
relaciones ecológicas.
La ciudad cuenta con numerosos proyectos que pueden adaptarse a las
necesidades de otras áreas. Lo importante es promover la construcción de
redes de interacción de los seres vivos que habitan la ciudad, y fortalecer
juntos, desde lo local a lo regional, una estructura ecológica principal para
Bogotá.

251
Salvia (Salvia palifolia)

Cuphea sp.
Planta observada en el humedal La Florida.
Glosario

A
Acumuladores de semillas: organismos que toman
las semillas y las esconden o las guardan en un mismo
sitio (Howe y Smallwood, 1982).

Anidación: proceso de construcción de un nido o es-


tructura para dejar huevos o para reproducirse, puede
ser construida en forma de estructuras muy comple-
jas como los nidos de algunas aves, aunque también
pueden ser hoyos como en el caso de las tortugas que
dejan sus huevos en la playa.

Arboretum: colección de especies de árboles y arbus-


tos para su estudio o admiración, que en ocasiones
está organizado de acuerdo con su clasificación taxo-
nómica para lo cual es marcado y catalogado (Elliott
et al., 2007).

Arilo: en botánica, se le atribuye a una envoltura car-


nosa de las semillas.

Alelopatía: fenómeno en el que los organismo pro-


ducen bioquímicos que influencian el crecimiento,
sobrevivencia, desarrollo y reproducción de otros or-
ganismos (Cheng y Cheng, 2015).

253
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

B
Bacterias fijadoras de nitrógeno: bacterias de los grupos rhizobia y
Frankia que se encuentran en nódulos en las raíces de las plantas me-
diante una asociación simbiótica, estos microrganismos ayudan a las
plantas a tomar nitrógeno del suelo (Franche et al., 2009).

Bosque Las Mercedes: remanente de un ecosistema inundable que está


ubicado en Suba.

C
Cadena trófica: paso de materia y energía en forma de alimento en una
cadena de seres vivos, en la cual un organismo se alimenta del anterior y
este a su vez es alimento del siguiente, encontrando distintos niveles de
acuerdo con los hábitos de consumo de los organismos que la conforman
(Paine, 1980). Estas conexiones entre cadenas alimenticias pueden
ocurrir entre hábitats distintos, en las cuales ciertas especies pueden ser
claves para su funcionamiento al causar cascadas tróficas (Estes et al.,
2011).

Calidad de hábitat: características de un lugar que le proveen a un ser


vivo las condiciones apropiadas para persistir en un lugar, para conocer
la calidad de un hábitat es importante incluir la sobrevivencia y repro-
ducción de las especies (Horne, 1983), así como también la escala y el
tiempo, ya que los recursos pueden variar (Johnson, 2007).

Cambios estacionales: variación en las condiciones de acuerdo con dis-


tintas estaciones, por ejemplo, los cambios que ocurren en las plantas
cuando hay una alteración en la lluvia.

Cambios fenológicos: cambios que ocurren en flores, frutos, hojas en


respuesta a condiciones ambientales.

Capacidad de dispersión: posibilidad que tiene una planta de dispersar


sus semillas a otro sitio.

Capital natural: existencias de seres vivos y características no vivas que


se encuentran en la tierra y que hacen posible la vida humana.

254
Glosario

Carroñero: animal que se alimenta total o parcial de materia orgánica


muerta.

Censo navideño: es un listado de especies de aves que se construye en la


temporada navideña entre el 14 de diciembre y el 05 de enero, usa como
método círculos con 24 km de diámetro, en los que se incluye el mayor
número de localidades que puedan ser censadas en un solo día, ojalá
con la mayor diversidad de hábitats posible. El primer censo navideño
lo hizo Frank Chapman el 25 de diciembre de 1900 como una manera
de generar conciencia en la temporada de caza de diciembre en Estados
Unidos, ya que cientos de patos morían en esta época. En la actualidad
esta iniciativa de ciencia ciudadana es lidera por Audubon y diferentes
asociaciones con interés en estudiar y conservar las aves. Esta propuesta
además es la que ha tenido la mayor continuidad de todas las de su tiepo
a través del tiempo, siendo un insumo de importancia para la toma de
decisiones (Audubon, 2020).

Ciencia participativa: proceso en el cual los ciudadanos contribuyen a la


ciencia como investigadores (Conrand y Hilchey, 2010).

Composición: conjunto de elementos distintos; por ejemplo, de especies.

Comunidad: conjunto de poblaciones de especies distintas que habitan


en un mismo lugar.

Cosmovisión: según Restrepo (1998), es la “visión de sí mismo, del mundo


y del universo, de la ubicación del ser humano en ellos y de su accionar
en conjunto”.

Criterio: características estructurales, composicionales, funcionales y


socioeconómicas de un ecosistema que sirven para evaluar un proceso
de restauración ecológica (Aguilar-Garavito y Ramírez, 2015).

Cuantificador: para hablar de un cuantificador hay que remontarse a los


indicadores, que son determinadas variables o componentes, obtenidos
mediante mediciones, observaciones o registros, con los cuales se ob-
tiene información en unas unidades específicas, con las cuales se puede
evaluar el alcance de los objetivos que han sido definidos para el proceso
de restauración ecológica (Aguilar-Garavito y Ramírez, 2015).

255
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

D
Depredador tope: es un organismo que ocupa el nivel trófico más alto en
una red trófica (Estes, 2013).

Depredadores de semillas: animales frugívoros que rompen e ingieren


las semillas o que consumen el fruto completo y digieren tanto el fruto
como la semilla (Wehncke, 2010).

Depredadores: todos los consumidores que utilizan tejidos vivos para


dañar a otro organismo, incluyendo un amplio rango de formas de vida.
En esta clasificación no se encuentran las plantas y microorganismos
que hacen fotosíntesis y quimiosíntesis, así como tampoco los seres vi-
vos descomponedores y detritívoros. Incluso las plantas carnívoras pue-
den estar en esta categoría como depredadoras de pequeños mosquitos
(Estes, 2013).

Dispersión de semillas: una buena parte de las plantas depende de este


proceso, también conocido como diáspora, en el que participan verte-
brados principalmente. Este proceso es importante ya que las semillas
después de desprenderse de la planta madre pueden llegar a un lugar fa-
vorable para su germinación y establecerse para dar origen a nuevos in-
dividuos. Muchas plantas no logran desarrollarse adecuadamente bajo
el parental, ya que como adultos cuentan con poblaciones de patógenos
y depredadores bien adaptados a ellos, afectando a las jóvenes semillas,
por lo que este mecanismo permite su escape (Simms, 2013).

Disturbio: evento, fuerza de origen biológico o no que causa la muerte a


organismos y con ello cambios en las características de los ecosistemas
(Rykiel 1985).

Dormancia: estado de comportamiento o fisiológico en el que plantas


y animales permanecen inactivos y reducen su metabolismo (Withers y
Cooper, 2008).

E
Especie ingeniera: es cualquier organismo que crea, modifica de
manera significativa, mantiene o destruye un hábitat. Estos organismos
pueden tener un gran impacto en la riqueza de especies y a nivel de la
heterogeneidad del paisaje de un área.

256
Glosario

Especie naturalizada: especies exóticas que establecen poblaciones, se


dispersan ampliamente y se incorporan a la flora residente de un lugar
(Richardson et al., 2000). No necesariamente son invasoras.

Especie pionera: los primeros miembros de una población en llegar


a una nueva área, por lo general a un ambiente descubierto, estéril,
sin colonizar o perturbar. Las especies pioneras inician el proceso de
sucesión ecológica y generalmente son reemplazadas por especies de
sucesión tardía.

Era Cenozoica: es la tercera era más grande de la historia de la tierra,


empezó hace 66 millones de años y se extiende hasta el presente.

Esciófita: especie que tiene como estrategia la regeneración en la sombra


en donde puede llevar a cabo todo su ciclo vital (Ceccon, 2013).

Estructura: el patrón espacial de distribución de las plantas está direc-


tamente implicada en el mantenimiento de una atmósfera más o menos
estable, ya que influye sobre la radiación incidente, sobre el flujo de la
precipitación al interior de la comunidad y sobre la acción del viento. El
arreglo de las plantas según estratos y sus valores de cobertura se rela-
cionan con el metabolismo de la comunidad ya que controlan la canti-
dad de la radiación y la evapotranspiración en la fotosíntesis.

Eutroficación: proceso natural y/o antropogénico que consiste en el


enriquecimiento de las aguas con nutrientes, a un ritmo tal que no
puede ser compensado por la mineralización total, de manera que la
descomposición del exceso de materia orgánica produce una disminución
del oxígeno en las aguas profundas.

Experimentación: la investigación de un fenómeno. Durante dicho


estudio se van a ir eliminando o introduciendo todas las variables
necesarias que de alguna manera tengan influencia en él. La
experimentación es considerada una de las etapas del método científico.

Extirpar: acabar del todo con algo de modo que cese de existir (RAE
2020). En ecología de poblaciones el concepto se usa para especies que
ya no existen en una región específica pero si en otras (Londoño-Murcia
y Sánchez-Cordero, 2011).

257
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

F
Familia: se emplea en la nomenclatura científica de los organismos, una
unidad sistemática o taxonómica situada entre el orden y el género.

Fauna: es el conjunto de especies animales que habitan en una región


geográfica, que son propias de un período geológico o que se pueden
encontrar en un ecosistema determinado.

Flora: procede del latín, que significa, diosa romana de las flores, jardines
y de la primavera. Es el conjunto de especies vegetales típicas de una zona
geográfica, propias de un período geológico, o que viven en un ecosistema
determinado.

Forma de crecimiento: se refiere a la forma, altura, apariencia y forma


de crecimiento de una especie de planta. El hábito de crecimiento se
desarrolla a partir de patrones genéticos que determinan su crecimiento.

Franja terrestre humedal: los humedales son ecosistemas anfibios, con


una estructura de franjas concéntricas, desde el ecosistema acuático
hasta el terrestre. El humedal debe ser abordado integralmente, pues
sus distintas franjas no sólo están estrechamente interrelacionadas, sino
que, además, fluctúan con el nivel de las aguas, por lo que el área que
hoy se comporta como ecosistema terrestre puede encontrarse como
ecosistema acuático bien funcional a la vuelta de unas horas, meses o
años y viceversa.

Frugívoros: animales que se alimentan de frutos carnosos (Simms, 2013).

Frutos: Es el órgano procedente de la flor, o de partes de ella, que


contiene a las semillas hasta que estas maduran y luego contribuye a
diseminarlas.

Función ecológica: roles o funciones que desempeñan las especies en


la comunidad o ecosistema en el que se encuentran. En este enfoque,
se enfatizan las características fisiológicas, anatómicas y de historia de
vida de las especies. El término “función” se usa para enfatizar ciertos
procesos fisiológicos en lugar de propiedades discretas, describir el
papel de un organismo en un sistema trófico o ilustrar los efectos de los
procesos naturales selectivos en un organismo.

258
Glosario

G
Género: es una categoría taxonómica que se ubica entre la familia y la
especie; así, un género es un grupo de organismos que a su vez puede
dividirse en varias especies.

Germinación: crecimiento del embrión y desarrollo de una nueva plántula


independiente, el proceso incluye la absorción del agua y la conversión
de agua y nutrientes en los tejidos de la nueva planta (Kozloski y Pallardi,
1997).

H
Hábitat: hace referencia al lugar que presenta las condiciones apropiadas
para que viva un organismo, especie o comunidad animal o vegetal. Se
trata, por lo tanto, del espacio en el cual una población biológica puede
residir y reproducirse, lo que supone la posibilidad de perpetuar su
presencia.

Heliófita: efímeras son especies intolerantes a la sombra y tienen una


vida corta; las heliófitas durables son intolerantes a la sombra, de vida
relativamente larga, mientras que, las esciófitas por el contrario son
especies tolerantes a la sombra (Ceccon, 2013).

Hemisciófita: especie que es tolerante a la sombra, se regenera al interior


del bosque aunque puede hacerlo en la luz también (Ceccon, 2013).

Hemiparasitismo: parásito de hace fotosíntesis, parcialmente heteró-


trofos, no pueden fabricar completamente su alimento y requieren de
una conexión con otras plantas para vivir (Smith et al., 2001).

Herramientas de manejo del paisaje: todos los elementos del paisaje


que sirven para fortalecer el incremento de la calidad de los hábitats e in-
crementar la conectividad estructural y funcional en el paisaje. Incluyen
elementos lineales, remanentes de vegetación, parches de bosque, así
como también todos los elementos del paisaje.

Hilado: es el proceso de convertir fibra de algodón o lana de animal


suelta, en hilo, en el que intervienen una serie de procesos distintos y
bien diferenciados.

259
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Holoceno: es el último periodo de la era Cenozoica. Abarca desde el final


del Pleistoceno (hace aproximadamente 11500 años) hasta la actualidad.

Humedal: una zona húmeda o humedal como cualquier extensión de


marisma, pantano o turbera, o superficie cubierta de aguas, sean estas
de régimen natural o artificial, permanente o temporal, estancado o co-
rriente, dulce, salobre o salado, incluidas las extensiones de aguas mari-
nas cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros (Ramsar,
2016). También llamada Chupqua (Chucua) pantano o humedal por los
muiscas, habitantes de la sabana de Bogotá antes de la llegada de los
conquistadores.

I
IDRD: Instituto Distrital de Recreación y Deporte, es una entidad pú-
blica, que promueve la recreación, el deporte, el buen uso de los parques
y el aprovechamiento del tiempo libre. También aporta a la construcción
de valores relacionados con la sana competencia y el mejoramiento de
la calidad de vida en armonía con los ecosistemas de Bogotá, tiene como
prioridad los grupos más vulnerables de la ciudad.

Investigación: es una actividad orientada a la obtención de nuevos


conocimientos y su aplicación para la solución a problemas o interrogantes
de carácter científico.

J
JBB: el Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis es centro de inves-
tigación distrital con énfasis en ecosistemas altoandinos y de páramo,
responsable de la gestión integral de coberturas verdes en la Ciudad,
del desarrollo de programas de educación ambiental y de la conserva-
ción y mantenimiento de colecciones vivas de flora para su apropiación
y disfrute por parte de los ciudadanos y como aporte a la sostenibilidad
ambiental.

L
Lago de Humboldt: durante la época del Pleistoceno Bogotá era un lago
que tenía variaciones en su nivel. Estos cambios se dieron principalmente
durante los espacios entre las glaciaciones (épocas interglaciares), en los

260
Glosario

cuales el agua retrocedió dando origen a amplias zonas de pantano y


bosque en su orilla y en el pie de los Cerros. Hoy en día se cuenta con pe-
queños remanentes de este Lago en los humedales, los cuales están ahí
para recordar que Bogotá un día fue un gran lago, y que las dinámicas de
sus ecosistemas tienen una estrecha relación con el agua.
Llanura aluvial: áreas cercanas a los ríos que por su relación con el agua
están sujetas a inundaciones frecuentes (Etayo-Cadavid, 2002).

M
Manejo adaptativo: La incorporación de un proceso formal de aprendi-
zaje en las acciones de conservación. Específicamente, es la integración
del diseño, manejo y monitoreo de proyecto para proveer un marco refe-
rencial que sistemáticamente ponga a prueba los supuestos, promueva
el aprendizaje y provea de información oportuna para las decisiones de
manejo.
Matriarcal: hace referencia a matriarcado, una organización regulada
por lo femenino, un orden social, con respeto, fraternidad y bien común
(Moreno 2016).
Matriz del paisaje: complejo de hábitats ocupando un espacio entre
parches de hábitat (Pearson, 2013).
Meandro: curva formada por el agua que corre en un río y que produce
ondulaciones en su recorrido.
Memoria colectiva: representación del pasado que el ser humano ad-
quiere de la sociedad, recordar con ayuda de otros (Zuluaga y Marín,
2015).
Modelo conceptual: Diagrama que representa las relaciones entre los
factores clave identificados a través de un análisis situacional que se cree
podrán impactar o guiar a uno o más objetos de conservación. Un buen
modelo debe vincular los objetos de conservación a las amenazas, opor-
tunidades, actores y puntos de intervención clave (factores – amenazas,
oportunidades, u objetos de conservación – en un modelo conceptual
donde un equipo pueda desarrollar estrategias que influirán en estos
factores). También debe indicar qué factores son los más importantes de
monitorear.

261
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

P
Plioceno: es un intervalo de tiempo geológico que cubre entre 5-1,8 mi-
llones de años, en este periodo el clima de la tierra tuvo una transición y
paso de un clima cálido a uno más frío.

Precipitación: son partículas que caen en forma líquida (agua), o sólida


(granizo) desde las nubes hasta el suelo.

Polinización: proceso ecológico en el que el polen es transferido desde la


parte masculina de la planta a una parte femenina. La parte femenina es
llamada estigma y es pegajosa, lo que ayuda a que el polen, cuando cae
en él, germine y produzca un tubo polínico a través del cual transporta el
esperma masculino para que este pueda fecundar al óvulo, el cual está
ubicado en el ovario. La polinización cruzada (entre plantas diferentes)
contribuye a la formación de semillas, aunque, algunas plantas tienen
ambas partes en la misma planta, y hacen autopolinización (Inouye, 2013).

R
Reclutamiento: producción de nuevos individuos de una especie, lo que
permite la regeneración natural por vía sexual, y evidencia la capacidad
de recuperación de un ecosistema (Ocampo-Zuleta y Bravo, 2019).

S
Sucesión ecológica: cambios en las comunidades biológicas a través del
tiempo después de una perturbación natural o humano (Chang y Turner
2019).

V
Vocalización: sistema de sonidos producido por el sistema respiratorio
mediante el cual animales intercambian expresiones vocales para comu-
nicarse. En las aves por ejemplo, estas pueden ser hechas a través del
canto, los llamados, los reclamos, etc,, con los cuales pueden transmitir
advertencias acerca de peligros cercanos, identificar individuos de una
bandada, mantener territorios e incluso hacer expresiones que hacen
parte de su repertorio de reproducción (Fishbein et al., 2020).

262
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279
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

Anexos
Anexo 1.
Listado de especies de plantas
del Parque Regional La Florida y sus coberturas
COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Winteraceae 2
Drimys granadensis 2
Actinidiaceae 3 3
Saurauia scabra 3 3
Adoxaceae 28 3 16
Sambucus nigra 1 1
Viburnum triphyllum 27 2 16
Apiaceae 1
Cyclospermum leptophyllum 1
Araceae 20
Lemna minor 20
Araliaceae 17 10 22 21 28
Hedera canariensis 1
Hydrocotyle bonplandii 11 9 18 9 2
Hydrocotyle ranunculoides 22
Hydrocotyle verticillata 4
Oreopanax bogotensis 5 1 4 12
Arecaceae 4
Ceroxylon quindiuense 4
Begoniaceae 140
Begonia fischeri 140
Berberidaceae 13
Berberis goudotii 13
Betulaceae 6 26
Alnus acuminata 6 26
Bignoniaceae 1 2
Tecoma stans 1 2

280
Anexos

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Blechnaceae 42
Blechnum cordatum 42
Brassicaceae 2 11
Nasturtium officinale 11
Raphanus raphanistrum 2
Cannaceae 3
Canna jaegeriana 3
Caryophyllaceae 1 1 3
Cerastium arvense 1 1
Stellaria cuspidata 1
Stellaria media 2
Casuarinaceae 1
Casuarina equisetifolia 1
Clethraceae 2
Clethra fimbriata 2
Clusiaceae 2 4
Clusia multiflora 2 4
Commelidaceae 30 5 5
Tradescantia fluminensis 29 5 4
Tripogandra multiflora 1 1
Compositae 48 55 194 136 67
Acmella brachyglossa 1
Ageratina ampla 2 3
Ageratina aristei 10 4
Ageratina asclepiadea 1 1
Baccharis bogotensis 4
Baccharis breviseta 1 67
Baccharis latifolia 13 10
Barnadesia spinosa 1 2
Bidens laevis 2
Cynara cardunculus 1 1
Dahlia imperialis 1
Erigeron bonariensis 1
Galinsoga quadriradiata 1 1

281
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Gnaphalium americanum 1 2
Helichrysum luteoalbum 2
Hypochaeris radicata 2 9
Smallanthus pyramidalis 60 50
Sonchus oleraceus 1 2
Taraxacum officinale 47 53 79 24
Verbesina crassiramea 18 18
Sonchus oleraceus 3
Sigesbeckia bogotensis 1
Convolvulaceae 2 2 1 2 2
Cuscuta indecora 1
Dichondra repens 2 1 1
Dichondra sp.2 2
Ipomoea sp. 1 1
Crassulaceae 1
Kalanchoe blossfeldiana 1
Cucurbitaceae 2 3
Cucurbita ficifolia 1
Sechium edule 2 2
Cunoniaceae 2
Weinmannia tomentosa 2
Cupressaceae 1
Hesperocyparis lusitanica 1
Cyperaceae 1 3 415
Kyllinga odorata 2
Pycreus flavescens 1 1
Rhynchospora nervosa 1
Schoenoplectus californicus 414
Dennstaedtiaceae 1 186
Histiopteris incisa 6
Pteridium arachnoideum 1 10
Hypolepis sp.1 146
Hypolepis sp.2 24

282
Anexos

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Dryopteridaceae 4 18 17
Dryopteris wallichiana 2 18
Dryopteris sp.2 2
Dryopteris sp.1 17
Elaeocarpaceae 2 3 21
Vallea stipularis 2 3 21
Escalloniaceae 1 8 16
Escallonia myrtilloides 2
Escallonia paniculata 1 8 13
Escallonia pendula 1
Euphorbiaceae 30 12 19
Croton coriaceus 24 4 11
Croton hibiscifolius 1
Croton mutisianus 6 8 6
Euphorbia peplus 1
Fagaceae 31 3
Quercus humboldti 31 3
Geraniaceae 1
Pelargonium odoratissimum 1
Haloragaceae 20
Myriophyllum aquaticum 20
Hydrocharitaceae 3
Limnobium laevigatum 3
Hypericaceae 3
Hypericum humboldtianum 3
Iridaceae 2 1
Sisyrinchium micranthum 1
Sisyrinchium tinctorium 2
Juglandaceae 9 2 2
Juglans neotropica 9 2 2
Lamiaceae 4 2 115
Aegiphila bogotensis 1
Aegiphila integrifolia 1
Scutellaria racemosa 112
Salvia palifolia 2

283
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Stachys bogotensis 1 1 3
Lauraceae 2
Ocotea heterochroma 1
Persea americana 1
Leguminosae 84 21 20 35
Acacia decurrens 25 4 1
Acacia melanoxylon 59 4
Caesalpinia spinosa 1 4
Dalea coerulea 3
Erythrina rubrinervia 3 3
Inga edulis 1 9
Senna multiglandulosa 3 11
Trifolium pratense 8 8 5
Trifolium repens 5 2
Lupinus mutabilis 1
Lycopodiaceae 1
Lycopodium clavatum 1
Lythraceae 6 4 31
Cuphea racemosa 31
Lafoensia acuminata 6 4
Malvaceae 2
Modiola caroliniana 2
Marchantiaceae 65
Marchantia sp. 65
Melastomataceae 3
Miconia squamulosa 2
Tibouchina lepidota 1
Meliaceae 3 1
Cedrela montana 3 1
Myricaceae 1 6 7
Morella parvifolia 1 6 7
Myrtaceae 1 1 13 15
Eucalyptus globulus 12 1
Myrcianthes leucoxyla 1 1 1 13

284
Anexos

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Psidium cattleianum 1
Oleaceae 18 10 5 13
Fraxinus uhdei 18 10 5 13
Onagraceae 63 2 29 607
Epilobium denticulatum 104
Fuchsia boliviana 63 2 29 14
Ludwigia peploides 241
Ludwigia peruviana 247
Ludwigia sp. 1
Orobanchaceae 19 3
Castilleja scorzonerifolia 19 3
Orquidaceae 8
Stenorrhynchos speciosum 8
Oxalidaceae 4 7 18 13
Oxalis corniculata 3 6 15
Oxalis filiformis 1
Oxalis latifolia 1
Oxalis spiralis 1 1 3 11
Papaveraceae 25 16
Bocconia frutescens 25 16
Passifloraceae 2 2
Passiflora mixta 2 2
Phyllanthaceae 2
Phyllanthus salviifolius 2
Phytolaccaceae 18
Phytolacca bogotensis 18
Pinaceae 3
Pinus patula 1
Pinus radiata 2
Piperaceae 2 1
Piper bogotense 2 1
Pittosporaceae 46 14 4
Pittosporum undulatum 46 14 4

285
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Plantaginaceae 235
Gratiola bogotensis 235
Poaceae 17 54 28 26
Anthoxanthum odoratum 1 4
Bambusa vulgaris 1
Cenchrus clandestinus 14 40 25 16
Eragrostis tenuifolia 1
Holcus lanatus 2 12 2 6
Vulpia bromoides 1
Podocarpaceae 3 2 5
Retrophyllum rospigliosii 3 2 5
Polygalaceae 1 3 3
Monnina aestuans 1
Monnina latifolia 3
Polygala paniculata 2
Monnina mollis 1
Polygonaceae 2 10 11 54
Muehlenbeckia tamnifolia 1
Persicaria nepalensis 1 3 3
Polygonum capitatum 1 1
Rumex obtusifolius 1 2 1
Rumex conglomeratus 49
Rumex crispus 1 4
Polygonum acuminatum 1
Rumex crispus 4
Polygonum hydropiperoides 1
Rumex obtusifolius 3
Polypodiaceae 2 4
Pleopeltis macrocarpa 2 2
Pleopeltis sp. 2
Pontederiaceae 85
Eichhornia crassipes 85
Primulaceae 4 1 6 41
Geissanthus andinus 4

286
Anexos

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Myrsine coriacea 1 2 25
Myrsine dependens 3 1 4 11
Myrsine guianensis 1
Rhamnaceae 2 2
Rhamnus goudotiana 2 2
Rosaceae 6 17 5 1
Duchesnea indica 2 2 1
Hesperomeles goudotiana 2 1
Prunus serotina 12 3
Rubus glaucus 1 1 1
Prunus buxifolia 3
Rubiaceae 4 3 2
Galianthe bogotensis 1
Galium ascendens 1
Galium canescens 2
Galium hypocarpium 4 1
Salicaceae 4 10 7
Abatia parviflora 4 9 4
Xylosma spiculifera 1 3
Salviniaceae 11
Azolla filiculoides 11
Sapindaceae 3 8
Billia rosea 2 7
Dodonaea viscosa 1 1
Scrophulariaceae 2
Alonsoa meridionalis 2
Solanaceae 21 1 97 64 26
Brugmansia arborea 1
Cestrum mutisii 11 28 10
Cestrum tomentosum 31 14 3
Lycianthes lycioides 8 5 3 1
Physalis peruviana 6 32
Solanum americanum 1 17 2 11
Solanum caripense 1

287
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

COBERTURAS
FAMILIA/ESPECIES Plantación Área Huerto
Restauración Humedal
mixta recreativa semillero
Solanum oblongifolium 1 10
Solanum ovalifolium 4
Solanum pseudocapsicum 6
Solanum stellatiglandulosum 1
Streptosolen jamesonii 2
Verbenaceae 7 2 5 10
Citharexylum subflavescens 7 2 4 7
Duranta mutisii 1 3
Thelypteridaceae 6
Thelypteris sp. 6
Árboles muertos 5 2 24 17
Árbol muerto 5 2 24 17
Total general 523 181 626 669 2199

288
Anexos

Anexo 2.
Listado de especies de aves del Parque Regional La Florida

HUME

LAGO
BACA

HSRE
AREC

BLRE
ORDEN FA M I L I A ESPECIE

Charadriiformes Scolopacidae Actitis macularius 6 6 4 1


Alopochen aegyptiaca 4
Anas andium
Anseriformes Anatidae
Anas clypeata *
Anas platyrhynchos 7 3
Ardea alba 17 4 14 1
Pelecaniformes Ardeidae
Ardea cocoi
Asio clamator 1 2
Strigiformes Strigidae Asio flammeus 9
Asio stygius 1
Anseriformes Anatidae Aythya affinis 8
Botaurus pinnatus
Pelecaniformes Ardeidae
Bubulcus ibis 14 115 1 94 11
Accipitriformes Accipitridae Buteo platypterus 17 2
Accipitriformes Accipitridae Buteo swainsoni 2
Butorides striata 20 1
Pelecaniformes Ardeidae
Butorides virescens
Anseriformes Anatidae Cairina moschata 7 1
Charadriiformes Scolopacidae Calidris melanotos
Parulidae Cardellina canadensis 2
Passeriformes Catamenia analis 3
Thraupidae
Catamenia inornata 3
Cathartiformes Cathartidae Cathartes aura 2
Catharus fuscescens 1
Passeriformes Turdidae Catharus minimus
Catharus ustulatus 8
Trochilidae Chaetocercus mulsant 7 2 5
Apodiformes
Apodidae Chaetura pelagica
Caprimulgiformes Caprimulgidae Chordeiles minor 1
Icteridae Chrysomus icterocephalus 68 68 27 4
Passeriformes Cistothorus apolinari 1 1
Troglodytidae
Cistothorus platensis

289
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

HUME

LAGO
BACA

HSRE
AREC

BLRE
ORDEN FA M I L I A ESPECIE

Elaenia flavogaster 6 2 16 2 8
Passeriformes Tyrannidae
Elaenia frantzii 15 1 2
Elanoides forficatus
Accipitriformes Accipitridae
Elanus leucurus 3 6 5 3 11
Empidonax trailli/alnorum 1
Tyrannidae
Passeriformes Empidonax virescens 1
Alaudidae Eremophila alpestris
Falco columbarius
Falconiformes Falconidae Falco peregrinus 1
Falco sparverius
Psittaciformes Psittacidae Forpus conspicillatus 23 6 3
Gruiformes Rallidae Fulica americana 205 123 180 2
Gallinago delicata
Charadriiformes Scolopacidae
Gallinago nobilis 5 15 2
Gruiformes Rallidae Gallinula galeata 21 11 11 22
Passeriformes Parulidae Geothlypis philadelphia 1
Accipitriformes Accipitridae Geranoaetus albicaudatus
Hirundinidae Hirundo rustica 5
Vireonidae Hylophilus flavipes
Passeriformes Icterus chrysater 31 1 2 11
Icteridae Icterus icterus 3
Icterus nigrogularis 1
Ictinia mississippiensis
Accipitriformes Accipitridae
Ictinia plumbea
Pelecaniformes Ardeidae Ixobrychus exilis
Charadriiformes Jacanidae Jacana jacana 1 2 2
Passeriformes Parulidae Leiothlypis peregrina 2 1
Apodiformes Trochilidae Lesbia nuna 2 1
Machetornis rixosa
Passeriformes Tyrannidae
Mecocerculus leucophrys 4 9 1 9
Coraciiformes Alcedinidae Megaceryle torquata
Strigiformes Strigidae Megascops choliba 1
Piciformes Picidae Melanerpes rubricapillus
Falconiformes Falconidae Milvago chimachima

290
Anexos

HUME

LAGO
BACA

HSRE
AREC

BLRE
ORDEN FA M I L I A ESPECIE

Mimidae Mimus gilvus 2


Parulidae Mniotilta varia 1
Molothrus bonariensis 3 2 17 4 2 1
Icteridae
Molothrus oryzivorus
Passeriformes
Myiarchus crinitus
Myiodynastes luteiventris
Tyrannidae
Myiotheretes striaticollis
Myiozetetes cayanensis
Anseriformes Anatidae Nomonyx dominicus 2
Pelecaniformes Ardeidae Nycticorax nycticorax 6 1 5
Caprimulgiformes Caprimulgidae Nyctidromus albicollis
Passeriformes Hirundinidae Orochelidon murina 77 4 341 123 22 123
Oxyura jaimacensis jam 382 1 215
Anseriformes Oxyruncidae
Oxyura jamaicensis and 44 40
Accipitriformes Pandionidae Pandion haliaetus 4
Parulidae Parkesia noveboracensis 1
Passeriformes
Hirundinidae Petrochelidon pyrrhonota
Charadriiformes Laridae Phaetusa simplex
Suliformes Phalacrocoracidae Phalacrocorax brasilianus 5 1
Pheucticus aureoventris
Passeriformes Cardinalidae
Pheucticus ludovicianus
Pelecaniformes Threskiornithidae Phimosus infuscatus 240 53 233 93
Passeriformes Tyrannidae Phyllomyias uropygialis
Piciformes Picidae Picoides fumigatus 6 1 1
Thraupidae Pipraeidea melanonota
Passeriformes Piranga olivacea 5
Cardinalidae
Piranga rubra 5 2
Passeriformes Tyrannidae Pitangus sulphuratus
Podicipediformes Podicipedidae Podilymbus podiceps 33 23 32
Porphyrio martinica 7 8
Gruiformes Rallidae Porphyriops melanops 8 5 23
Porzana carolina 3

291
Una bonita historia de restauración ecológica para Bogotá

HUME

LAGO
BACA

HSRE
AREC

BLRE
ORDEN FA M I L I A ESPECIE

Hirundinidae Progne tapera 1


Parulidae Protonotaria citrea 2
Tyrannidae Pseudocolopteryx acutipennis 2 2 2
Passeriformes
Hirundinidae Pygochelidon cyanoleuca 3
Tyrannidae Pyrocephalus rubinus
Icteridae Quiscalus lugubris 2
Gruiformes Rallidae Rallus semiplumbeus 31 52 15
Thraupidae Ramphocelus dimidiatus 1
Passeriformes
Hirundinidae Riparia riparia
Accipitriformes Accipitridae Rupornis magnirostris 3 4 1 2 2
Incertae sedis Saltator coerulescens
Sayornis nigricans 13 1 7
Tyrannidae
Serpophaga cinerea
Setophaga castanea
Setophaga fusca 5 1
Passeriformes Parulidae Setophaga petechia 1
Setophaga ruticila 1
Setophaga striata 1
Sicalis citrina
Thraupidae Sicalis flaveola 1
Sicalis luteola
Spatula clypeata
Anseriformes Anatidae Spatula cyanoptera
Spatula discors 234 163 8
Spinus psaltria 1 17 6 1
Fringillidae
Passeriformes Spinus spinescens 2 34 5 7
Hirundinidae Stelgidopteryx ruficollis 7
Apodiformes Apodidae Streptoprocne rutila
Apodiformes Apodidae Streptoprocne zonaris
Icteridae Sturnella magna 2 1
Passeriformes
Furnariidae Synallaxis subpudica 21
Podicipediformes Podicipedidae Tachybaptus dominicus

292
Anexos

HUME

LAGO
BACA

HSRE
AREC

BLRE
ORDEN FA M I L I A ESPECIE

Thraupis episcopus 4 3
Passeriformes Thraupidae
Thraupis palmarum 1 5
Tringa flavipes 3
Charadriiformes Scolopacidae Tringa melanoleuca 5
Tringa solitaria 5 3 2
Troglodytidae Troglodytes aedon 17 23 175 2 6 37
Passeriformes Turdus fuscater 22 9 99 4 6 28
Turdidae
Turdus ignobilis
Tyrannus melancholicus 4 36 3 8 15
Passeriformes Tyrannidae Tyrannus savana 1
Tyrannus tyrannus 5
Strigiformes Tytonidae Tyto alba
Charadriiformes Charadriidae Vanellus chilensis 4 49 34 81 6
Vireo flavoviridis 2
Passeriformes Vireonidae Vireo leucophrys 2
Vireo olivaceus 15 1
Columbiformes Columbidae Zenaida auriculata 7 74 4 11 14
Passeriformes Passerellidae Zonotrichia capensis 32 29 334 109 4 79

293
Instituto Distrital de Recreación y Deporte
Jardín Botánico de Bogotá José Celestino Mutis

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