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Instrumentos de evaluación Evaluación final

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Lee el texto. Descubre cómo llega a un circo el libro Las mil y una noches.

Tony Ninguno
Andrés Montero

El árabe hablaba con Malaquías Garmendia, que se estiraba los bigotes porque
no lo comprendía. Yo me puse a su lado y me acurruqué entre sus brazos para
que me permitiera escuchar de qué hablaban. Al cabo de un rato logré entender
que el desconocido quería venderle algo a Malaquías.
—Parece que le quiere vender un libro.
Le dije esto despacito a don Malaquías, pero el árabe me debe haber
escuchado porque me apuntó con el dedo, como indicando que efectivamente
eso era lo que había estado tratando de decir.
El árabe sacó de pronto de su bolsón los libros que estaba ofreciendo y se

Material fotocopiable
los mostró a Malaquías Garmendia. Eran dos libros grandes y viejos. Cuando
Malaquías los abrió, sentí un olor que también me pareció muy antiguo, de otra
época y de otro lugar y de otras personas, gente especial que había leído esos
libros en otras épocas y en otros lugares distintos a los nuestros, pero con certeza
más fabulosos. Quise olfatear más de cerca los libros, pero Malaquías los sostuvo
en el aire, lejos de mí, mientras respondía que no tenía plata para comprar libros.
—Además que aquí nadie sabe leer —dijo encogiéndose de hombros,
escupiendo al suelo—. Somos cirqueros nomás.
Yo entonces miré los libros, que volaban entre las manos de Malaquías como
si fuera yo misma en los trapecios, y logré leer el título en mi mente y luego lo
repetí en voz alta.
—Las mil y una noches —recité de corrido.
El árabe volvió a apuntarme, pero esta vez con toda la palma de su mano
abierta y observando a Malaquías con ojos irónicos o preguntones o desafiantes.
Malaquías me miró asombrado.
—Mi tía Magdalena me está enseñando —confesé innecesariamente.
Malaquías Garmendia hojeó los libros, como si quisiera darles una oportunidad.
Y ocurrió algo extraño. Extraño como el árabe y el niño y los libros. Extraño
como todo ese día que torcería para siempre los humildes caminos de nuestro circo:
el árabe comenzó a hablar español casi sin dificultades, como si lo hubiese envuelto
una lengua de fuego invisible, y ante nuestro asombro se puso a contar una historia.
La historia extraña de un rey y una princesa.
Su español era ahora tan claro, y su voz se volvió tan grave y amena que
Malaquías no lo pudo o no lo supo interrumpir para insistirle que los libros no

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interesaban y que tampoco había cómo pagarlos. Así que escuchamos su relato
completo sin decir nada.
Era la historia de un rey que mataba mujeres, y de una princesa que le
contaba cuentos.
Aunque en el mismo momento en que comencé a escucharla supe que estaba
frente a algo definitivo, algo que cambiaría por completo la vida que hasta
entonces había llevado, y aunque durante mucho tiempo leí las historias de
ese libro por puro placer y gozo, no las narraría hasta nueve años después de
la visita del árabe desconocido. Fue recién entonces cuando comenzaron los
años de éxito del Gran Circo Garmendia, del modo en que comienzan las cosas
definitivas: por pura casualidad.
Al menos eso creímos. Resultó que, durante un ensayo, nueve años después
de la visita del árabe, me caí del trapecio y me fracturé un brazo. Me dijeron
que no podría actuar hasta que me recuperara. Yo ya tenía diecisiete años y me
aburría. Como no sabía en qué ocupar el tiempo, me puse a leer el único libro
que había en el circo y que yo ya conocía bastante bien.
No sé en qué momento decidí que me iba a aprender de memoria sus más
Material fotocopiable

de dos mil páginas. Lo más probable es que no haya hecho tal cosa, la verdad
es que ya no creo haber decidido nada nunca. Pero por ese entonces yo todavía
creía que mi vida era mi vida y que yo tenía poder sobre ella y que cosas como
caerse de un trapecio podían llamarse accidentes, y que intentos de aprender de
memoria dos mil páginas de historias podían llamarse decisiones. Pero lo cierto
es que lo hice, o al menos comencé a hacerlo.
Montero, A. (2017). Tony Ninguno. Santiago: La Pollera. (Fragmento).

Conversa con un compañero.


1. ¿De qué trata el fragmento? Resúmelo con tus palabras.
2. ¿Qué le llama la atención a la narradora cuando descubre los libros?
3. ¿Comprarías los libros del árabe? Considera lo que aprendiste durante la unidad para responder.

Responde las preguntas. Luego, comparte tus respuestas.


4. ¿Qué hizo la narradora después de empezar a leer los libros?

5. ¿Cómo cambia la vida de la protagonista después de obtener los libros? Señala las principales
consecuencias.

104 Unidad 1 | ¿Pueden las palabras cambiar el mundo?

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