TPyEpS Unidad II 2022-23
TPyEpS Unidad II 2022-23
TPyEpS Unidad II 2022-23
TEORÍAS EDUCACIÓN
PARA LA
PEDAGÓGICAS Y SALUD
EDUCACIÓN PARA LA
SALUD
TEORÍAS PEDAGÓGICAS Y EDUCACIÓN PARA LA SALUD
Contenido Pág
SUMILLA. 2
SECCION I: La educación para la Salud en el marco de la promoción 3
de la Salud.
1.1. La salud, promoción de la salud, determinantes sociales y COVID 19. 3
1.2. Educación para la salud: Evolución histórica y conceptual. 10
1.3. Bases teóricas y psicopedagógicas de la educación para la salud. 28
Lecturas: 1,2
SECCIÓN II: Modelos y teorías del comportamiento en salud. 37
2.1. Modelos y teorías del comportamiento a nivel individual. 40
2.2. Modelos y teorías del comportamiento a nivel interpersonal: 61
2.3. Modelos del comportamiento del nivel comunitario. 70
Lectura 3,4
SECCIÓN III. Planificación y evaluación en educación para la salud 76
3.1. Planificación: Marco conceptual, metodologías. 76
3.2. Evaluación: Marco conceptual, metodologías. 78
Lectura 5
SECCIÓN IV. Lecturas
4.1. Lectura 1. La educación para la salud, reto de nuestro tiempo. 84
4.2. Lectura 2. La educabilidad de la salud. ¿Tiene importancia la 104
educación para la salud en nuestra sociedad?
4.3. Lectura 3. El modelo transteórico aplicado al cambio de conductas 109
relacionadas con la reducción del peso corporal.
4.4. Lectura 4. Metodología de trabajo en educación para la salud - VJA. 121
4.5. Lectura 5. El desafío de la educación para la salud como 138
herramienta de transformación social.
Lecturas complementarias 148
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 237
1
TEORÍAS PEDAGÓGICAS Y EDUCACIÓN PARA LA SALUD
Desarrollo teórico
Sumilla:
2
SECCIÓN I
LA EDUCACIÓN PARA LA SALUD EN EL MARCO DE LA PROMOCIÓN
DE LA SALUD
1.1.1. Salud.
Afirma también que, de acuerdo con el concepto de la salud como derecho humano
fundamental, la Carta de Ottawa destaca determinados prerrequisitos para la salud,
que incluyen la paz, adecuados recursos económicos y alimenticios, vivienda, un
ecosistema estable y un uso sostenible de los recursos. El reconocimiento de estos
prerrequisitos pone de manifiesto la estrecha relación que existe entre las condiciones
sociales y económicas, el entorno físico, los estilos de vida individuales y la salud.
Estos vínculos constituyen la clave para una comprensión holística de la salud que es
primordial en la definición de la promoción de la salud. Hoy en día, la dimensión
espiritual de la salud goza de un reconocimiento cada vez mayor. La OMS considera
que la salud es un derecho humano fundamental y, en consecuencia, todas las
personas deben tener acceso a los recursos sanitarios básicos. Una visión integral de
la salud supone que todos los sistemas y estructuras que rigen las condiciones
sociales y económicas, al igual que el entorno físico, deben tener en cuenta las
implicaciones y el impacto de sus actividades en la salud y el bienestar individual y
colectivo. (1)
La OMS respecto a la promoción de la salud afirma que: “es el proceso que permite a
las personas incrementar el control sobre su salud para mejorarla”.
3
sociales, ambientales y económicas, con el fin de mitigar su impacto en la salud
pública e individual.
Así mismo, la OMS indica que la Educación para la salud (Health education)
comprende las oportunidades de aprendizaje creadas conscientemente que suponen
una forma de comunicación destinada a mejorar la alfabetización sanitaria, incluida la
mejora del conocimiento de la población en relación con la salud y el desarrollo de
habilidades personales que conduzcan a la salud individual y de la comunidad. (1)
Los determinantes del estado de salud de la población han estado sometidos a las
contingencias históricas de la especie humana, abarcan desde factores ambientales,
biológicos, conductuales, sociales, económicos, laborales, culturales y, por supuesto
los servicios sanitarios como respuesta organizada y especializada de la sociedad
para prevenir la enfermedad y restaurar la salud.
4
Marc Lalonde, ministro de sanidad canadiense, en el documento: Nuevas
Perspectivas de la Salud de los canadienses (1974), enunció un modelo que ha tenido
gran influencia en los últimos años y que establece que la salud de una comunidad
está condicionada por la interacción de cuatro grupos de factores:
1. El Medio Ambiente: que incluye factores que afectan al entorno del hombre y que
influyen decisivamente en su salud, son los relativos no sólo al ambiente natural, sino
también y muy especialmente al entorno social.
En años más recientes se sostiene con mayor fuerza que las condiciones sociales
influyen fuertemente en la posibilidad de tener una buena salud. La Comisión de
Determinantes Sociales de la Salud (CDSS) de la OMS, en el año 2008 definió a los
Determinantes Sociales de la Salud como “las circunstancias en que las personas
nacen, crecen, viven, trabajan y envejecen, incluido el sistema de salud”. Esas
circunstancias son el resultado de la distribución del dinero, el poder y los recursos a
nivel mundial, nacional y local, la cual depende a su vez de las políticas adoptadas; la
distribución desigual se traduce en grandes diferencias en materia de salud entre
países desarrollados y los que están en vías de desarrollo.
5
recomienda la OPS/OMS para su abordaje, el cual menciona dos grandes rubros de
Determinantes.
6
Cohesión social: la existencia de confianza mutua y respeto entre los diversos grupos
y sectores de la sociedad; contribuye a la manera en que las personas valoran su
salud. ·
COVID 19:
El autor expresa que la COVID-19 a su paso por las diferentes regiones, países o
ciudades del mundo ha generado una crisis sanitaria sin precedentes. Si bien los
países desarrollados poseen una mejor capacidad de respuesta, en los países más
pobres la situación está siendo devastadora. Luego de los estragos producidos en
Europa, los países comenzaron a prepararse para recibir la pandemia, pero no hubo
el tiempo y, en algunos casos, comprensión de la magnitud de lo que venía, por lo que
la preparación no fue suficiente.
A pesar de lo duro que ha golpeado a la población, aún falta mucho para que la
pandemia se limite. Además, no se sabe la duración de la inmunidad que desarrollen
las personas, si el virus mutará generando una nueva epidemia; o, si dado el contexto
mundial, así como surgieron el SARS, MERS y ahora el SARS-CoV-2.
Expresa así mismo el autor, que lo ocurrido en los países desarrollados nos muestra
que la respuesta sanitaria hospitalaria no tendrá efecto significativo a corto plazo, a
pesar del gran esfuerzo de las autoridades. En nuestros países ello es mayor por las
limitaciones de recursos de infraestructura, equipos, insumos, y en especial de
personal. El fortalecimiento de los hospitales casi llega a su límite, y la reorientación
de la respuesta en el primer nivel de atención también se ve limitada de manera
adicional por la carencia de un medicamento eficaz, de insumos para el diagnóstico.
7
Es en estas condiciones, que para enfrentar la pandemia se necesita la gran respuesta
de la población, ya que es ella la que está sufriendo las consecuencias tanto de la
enfermedad como de las medidas de aislamiento o distanciamiento social. La
colectividad desea cuidarse, protegerse y seguir viviendo en desarrollo; es la
comunidad la que definitivamente sabe de sus problemas, conoce la disponibilidad de
sus recursos, y sobre esa base es capaz de generar sus propias respuestas. Así, el
punto IV de la Declaración de Alma-Ata refiere: «El pueblo tiene el derecho y el deber
de participar individual y colectivamente en la planificación y aplicación de su atención
de salud». La comunidad somos todos, de manera individual o a través de las
organizaciones informales o formales sean privadas, estatales u otras. Todas existen
en la localidad porque tienen un interés específico en ella y, como consecuencia,
desean su bienestar y progreso, y en esta situación de pandemia el objetivo de toda
la comunidad es lograr que se produzca el menor daño posible.
8
el entierro de los fallecidos, y psicológico a los deudos, entre otros. Para las personas
sanas: diseñando y alcanzando información sobre promoción y prevención de salud,
flujos de atención en caso de enfermar, apoyo psicológico, alimentación o útiles de
higiene a las personas vulnerables que viven solas, generando fuentes de trabajo
comunitario, mejorar estrategias de trasporte público, equipos de negociación con las
empresas para la conservación del empleo, entre otras. La propia respuesta puede
generar posibilidades de empleo entre la población, desempeñándose como agentes
comunitarios de salud, la que puede ser subvencionada por los gobiernos locales o
regionales.
9
ejerce o debe ejercerse en cada uno de nuestros actos, en especial en las decisiones
políticas de Determinantes sociales y participación comunitaria en el estado actual de
la pandemia COVID-19.
10
El descubrimiento de los microorganismos y las primeras leyes de la genética fueron
acontecimientos que orientaron el camino de la causalidad. No obstante, el desarrollo
de las ciencias de aquella época no permitía la integración de estos conocimientos
con los que provenían de la actividad económico-social y psicológica para entender
su papel en el condicionamiento de la salud y la enfermedad (paradigma biologicista
de la medicina).
A finales del siglo XVIII, se aceptaron los factores externos vinculados a las
actividades cotidianas del hombre, tales como las características del trabajo y modo
de vida, la calidad del agua de consumo, las características de la vivienda en los
barrios pobres, la fábrica como productora de enfermedad, las condiciones de vida
miserables, el hambre y la mala higiene y a las desigualdades económicas, jurídicas
y sociales de los trabajadores denunciadas en Francia e Inglaterra.
La EpS como término genérico se ha usado para describir casi cualquier esfuerzo de
proporcionar información y conocimientos relativos al mantenimiento y promoción de
la salud, por tanto, esto implica que tiene aspectos formales e informales. Sin
embargo, aunque reconocemos la importancia de la transmisión informal del
conocimiento empírico en torno a la salud realizada de generación en generación, a
través de la familia y sociedad, en este trabajo estamos más interesados en su sentido
formal, que implica actividades planificadas y programadas.
11
aprendizaje, del hombre y de la salud.
El primer periodo dio lugar a dos enfoques de la EpS, en el primero, identificado como
informativo prescriptivo, se encuentran definiciones conceptuales que implican un
proceso de transmisión de información con una intención preceptiva. Se trata de la
forma más convencional de orientar actividades educativas, en este caso son los
profesionales de la salud los únicos poseedores de los conocimientos necesarios para
el cuidado de la salud y los individuos deben estar dispuestos a aceptar y cumplir con
precisión sus indicaciones.
El segundo enfoque del primer periodo se considera que surge como producto de la
preocupación de la medicina por la conducta y su resultado en la salud. En él
encontramos a una EpS basada en el comportamiento. Se concibe a la EpS como una
serie de intervenciones destinadas a facilitar cambios en la conducta y en los estilos
de vida. Su objetivo es conseguir comportamientos saludables y proporcionar
información como parte del proceso. Entre los modelos educativos más
representativos de este enfoque tenemos: 1) Modelo basado en las creencias en la
salud, en el cual subyace el supuesto de que las creencias de las personas influyen
de manera significativa en la toma de decisiones que adoptan en relación con la salud,
en la aceptación de medidas preventivas recomendadas por las autoridades sanitarias
y en la cooperación con los planes terapéuticos propuestos por el médico. Este modelo
contempla la necesidad de algún tipo de “estímulo a la acción” para que la nueva
conducta se ponga en marcha. Este estímulo sería la información que proporcionarían
las instituciones de salud. 2) Modelo basado en la comunicación persuasiva, más
conocido por sus siglas en inglés KAP (conocimientos, actitudes y prácticas). Parte
del supuesto de que las actitudes condicionarían los comportamientos. Según este
modelo, bastaría con proporcionar a los individuos, grupos y colectividades una
información veraz y comprensible con el objeto de cambiar los conocimientos, lo cual
iría acompañado del cambio de actitud, al que a su vez seguiría el cambio de algún
hábito y la adopción de uno nuevo (concepción causal de la actitud). Sin embargo, se
sobreestima la capacidad real de los medios de comunicación y no se toma en cuenta
que la actitud es sólo uno más de los factores que determinan el comportamiento. 3)
Modelo precede, es considerado como un modelo para planificar las intervenciones
de salud, consiste en una guía para la realización de un diagnóstico epidemiológico y
social, tratando de identificar las necesidades prioritarias de salud de una comunidad
y distinguir factores internos que predisponen al individuo (percepciones,
experiencias, conocimientos, actitudes y prácticas), factores que lo hacen posible
(medio ambiente) y los factores de refuerzo (recompensa o castigo) que influye en el
comportamiento que se pretende adquirir o incorporar. Señala que deben tenerse en
cuenta los recursos de que se dispone para ello. Este diagnóstico da lugar a una serie
de objetivos educacionales que en el supuesto de lograrse tienen impacto en los
objetivos del comportamiento.
12
sociodemográficas y estructurales no ejercen influencia directa sobre la conducta.
Contienen implícita o explícitamente una concepción de la educación como un
proceso vertical y autoritario en el cual los individuos deben aceptar la información que
las autoridades de salud juzguen conveniente proporcionar. Los comportamientos son
el objetivo último, utilizando como vehículo para el cambio de éstos, la modificación
de conocimientos y actitudes mediante acciones educativas y persuasivas dirigidas
exclusivamente al individuo, remarcando la responsabilidad de su propia salud.
Este primer periodo, llamado Clásico, se inicia a principios del siglo y llega hasta
mediados de la década de los años sesenta, (siglo XX). Se encuentra fundamentado
en el paradigma positivista con base en las teorías psicosociológicas de la
modificación de comportamientos, y parte de dos interpretaciones teóricas del
aprendizaje. Una es el conductismo a través del condicionamiento clásico y
condicionamiento operante, y de las posiciones neoconductistas del aprendizaje
vicario representadas por Bandura. Y la otra es el cognitivismo que otorga
preponderancia al sujeto en el acto del conocimiento, cuyas acciones dependen en
gran medida de las representaciones o procesos internos que él ha elaborado como
producto de las relaciones previas con su entorno físico y social. Siendo de igual
manera relevantes la aplicación de los estudios de Maslow, sobre la motivación
humana, y los de Fihben y Ajsen de comunicación persuasiva acerca de la actitud Hay
que hacer notar que estas técnicas pedagógicas conductistas no toman en cuenta la
libre voluntad del individuo y restan importancia a las decisiones conscientes y al pleno
uso de su inteligencia. Por otro lado, en consonancia con las ideas del cognitivismo,
un mismo acontecimiento puede ser visto por distintas personas y provocar reacciones
contrapuestas.
El segundo periodo parte de reconocer el fracaso de los anteriores modelos, los cuales
están dirigidos sólo al individuo y al cambio de sus conductas. Plantea la necesidad
de reconocer la influencia de los factores sociales, ambientales y de desigualdad
económica con respecto a las condiciones de salud de las clases sociales. Conforma
un modelo radical político, económico, ecológico o crítico que tiene como objetivo
reducir las desigualdades sociales ante el proceso salud-enfermedad.
13
emancipadora, cuyo modelo más representativo lo constituye la Educación Popular,
que se refiere al trabajo educativo que se realiza para y con los sectores populares
desde su práctica cotidiana, dentro de una perspectiva de clase. Como instrumento
pedagógico, se vincula con dos movimientos, la investigación participativa y la
organización popular. No se preocupa tanto de los conocimientos ni de los efectos en
términos de comportamiento, como de la interacción dialéctica entre las personas y
su realidad, así como del desarrollo de una conciencia social. Las propuestas de las
acciones educativas son en el sentido de ser dirigidas hacia manejos de poder, y a
contribuir a la distribución.
De acuerdo con esto, “la EpS puede ser entendida como la transmisión y recepción
pasiva de conocimientos para paliar problemas concretos del ámbito de la enfermedad
o como elemento central y prioritario para el desarrollo nacional en salud”. En lo
particular, consideramos que la información en salud puede contribuir a dar solución
a algunos problemas, pero la principal razón de la EpS no es informativa. Su
importancia debe radicar en generar elementos positivos que potencialicen la lucha
social por el bienestar y la salud individual y colectiva. La conceptualización de la EpS
que se asuma tiene implicaciones directas en dos instancias importantes: la práctica
educativa en salud y la formación de recursos humanos.
14
formamos futuros profesionales en el campo de la EpS. Situación que remite a un
primer cuestionamiento: ¿desde qué postura teórico conceptual estoy considerando a
la EpS. Visto en estos términos, es a partir de la postura asumida como se determinan
los componentes curriculares y cuáles son los principios, contenidos, estrategias y
metodologías de aprendizaje que se consideran relevantes en la formación del recurso
humano. Ignorar las características y la argumentación paradigmática en la
interpretación de la situación educativa en salud puede provocar tropiezos y errores
de diversa magnitud. Cuando las distintas concepciones educativas en salud y sus
aplicaciones prácticas se adoptan a ciegas y cuando se pretende integrarlas (hay
muchas manifestaciones explícitas o implícitas de mezclas de los modelos
educativos), con buena intención, pero sin argumentos sólidos, se corre el riesgo de
seguir criterios puramente pragmáticos y de caer en eclecticismos simples que
muchas veces en vez de constituir propuestas de amplio alcance, sólo tienen un valor
limitado. (5)
Precisan, que hay que conocer la controversia surgida en torno a los paradigmas que
orientan a la educación para la salud y que existe diversos enfoques de la educación
para la salud con insuficiente implantación de modelos y por tanto abundante
confusión al respecto, señalan lo siguiente:
Sin embargo, el cuestionamiento del sistema social, visto globalmente como causa de
situaciones injustas, da lugar a que vaya cobrando fuerza el paradigma crítico,
emancipatorio o participativo. Según éste los acontecimientos en EpS no pueden ser
entendidos si no se sitúan en su contexto sociohistórico, no objetivo, sino lleno de
intereses que necesitan del razonamiento dialéctico para su comprensión y de la
participación para su transformación, resultando éste el principal objetivo. La
15
Investigación Acción es un buen exponente de esta metodología* y, más aún, lo que
Lather” llama investigación orientada a la práctica. Tiene preferencia por los procesos
de aprendizaje, basados en la interacción social, asumiendo así, riesgos e
incertidumbres.
16
individuos.
En esta línea, los modelos conductistas son abundantes en EpS, como demuestran
los trabajos de Johns, Greene & Simons Morton”‘, Richard David*,Polaino Lorente o
Méndez Carrillo y muy similares al de Rochon o a las tecnologías de ciertos enfoques
ecológicos.
Los fundamentos conceptuales sobre los que se basan las diferentes propuestas de
esta segunda generación se configuran, tras la Segunda Guerra Mundial, en un
contexto de creación y desarrollo del Estado de Bienestar, y en su seno, en Europa,
de los sistemas sanitarios público. Cobra importancia en esta etapa histórica la
racionalidad y la lógica de la tecnocracia del Aparato del Estado, de las burocracias y
la sumisión y adaptación del individuo aislado a estas exigencias. La hegemonía
teórica de los postulados, que Max Weber formuló a principios de siglo, facilita la
necesaria cobertura desde el campo de las ciencias sociales, en medio de un
17
indiscutible predominio del modelo médico biológico.
3.) Enfoques de tercera generación: Una Educación para Ia Salud participativa, crítica
y emancipatoria. Esta perspectiva, a la que podemos sumar enfoques hermenéuticos,
va surgiendo, poco a poco, ante las insuficiencias de las positivistas anteriores, ligada
a la cultura preventiva social y democrática, proponiendo, como señala Freudenberg”,
alternativas de cambio social*. Según Terris, hay que buscar en la estructura
socioeconómica el tejido causal de los patrones de morbimortalidad. Se trata de
reducir las desigualdades ante la salud, investigando con la comunidad y poniendo
énfasis en la participación. Señala Modolo que es transcendente para ello el
reconocimiento de la OMS, en los años 80, de los movimientos populares (Alma-Ata
y Carta de Ottawa), fundamentalmente de los trabajadores y de la mujer
(reivindicaciones de salud en los estatutos de trabajadores, divorcio, interrupción
voluntaria del embarazo, etc.), que se ven recogidas en Leyes de Reforma Sanitaria
en diversos países.
Son, así, enfoques críticos las aportaciones realizadas desde Perugia’. relacionando
la salud con el comportamiento, en un sentido amplio y enfatizando la participación”
las de Vuori, resaltando su valor en si mismo, por encima de su utilidad como recurso,
así como las de los autores relacionados con la obra de Freire?” (Rifkin, Bjärás”‘.
Minkler Ix , Wallerstein”) y Serrano González, entre otros). Enfoques críticos pueden
encontrarse, también, cuando se concibe la Educación como algo más que procesos
informativos”’ o persuasivos, y se busca la responsabilización ciudadana y la
participación, en diversos movimientos dentro”” y fuera de España. Al desarrollo de
esta tercera generación no es ajena la influencia que tiene la crisis fiscal del Estado
que actúa desde 1 973, modificando los supuestos del mismo y dando lugar a la
ofensiva neoliberal”, ni tampoco es ajena la quiebra producida en la confianza
depositada en la medicina curativa para dar respuesta a las diferentes enfermedades.
La Conferencia de la OMS de Alma-Ata” de 1978 no solamente señala un nuevo marco
y una dimensión totalmente diferente para la EpS, de creciente importancia, sino que
también refleja la consciencia creciente de un protagonismo activo por parte de los
agentes sociales en la necesaria modificación de la sociedad. No sorprende en estas
circunstancias el énfasis puesto en la participación comunitaria o en la intervención
pública consciente, sobre el funcionamiento de las estructuras sociales, tanto
productivas como de ocio, para poder eliminar las causas “sociales” de las principales
enfermedades, sean cancerosas, degenerativas, debidas a estilos o hábitos de vida
peculiares, a la siniestralidad, a las toxicomanías o a la transmisión sexual.
La crítica de las rigideces de los modelos sociológicos, hacia los métodos cuantitativos
“integradores” o “normalizadres”, buscando modelos y métodos capaces de albergar
lo cualitativo y el cambio, acompaña a esta reciente evolución. Resulta, así, evidente
el paralelismo existente en el desarrollo de los paradigmas en las Ciencias Sociales y
en la Educación para la Salud, tratándose, en definitiva, de la misma cosa. Podemos
hablar, pues, de una evolución paradigmática en Educación para la Salud).
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y otra participativa, viéndose afectadas todas las fases de la misma, pero,
fundamentalmente, la programación y la evaluación. ¿Es posible programar una EpS
crítica y participativa? *Cómo se realiza una evaluación desde estos planteamientos?
; ¿En qué se diferencian de los planteamientos positivistas?
¿Son incompatibles ambos postulados?
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importante desde el punto de vista crítico de la Investigación Acción Participativa.
También hay que saber que, si nos decidimos por el uso de metodologías
cuantitativas, hablamos fundamentalmente de evaluación de producto o sumativa,
control de variables, expresión numérica, explicación causal, diseños experimentales
0 cuasiexperimentales a través de análisis de sistemas, evaluación por objetivos o
para la toma de decisiones, con el uso de datos objetivos (indicadores, encuestas,
ficheros, historias clínicas, test y escalas, etc.). Si, por el contrario, nos decidimos por
metodologías cualitativas, hablamos fundamentalmente de evaluación de proceso o
formativa, describiendo los hechos en el contexto en el que ocurren, utilizando, por
ejemplo, la evaluación iluminativa, responsiva, de percepción cualitativa o libre de
objetivos, con datos que proceden de entrevistas, observación participativa o no,
análisis de actas, registros y anotaciones de campo, diarios personales, etc.
Asumiremos, así, una cierta confrontación entre validez interna y externa, por un lado,
y credibilidad y utilidad por otro.
20
A partir de los avances en la psicología y la antropología, entre otros campos del
saber, están siendo incorporados en los escenarios de la educación para la salud,
factores psicológicos asociados a la toma de decisiones como la motivación y el
refuerzo de conductas, así como factores culturales que tienen incidencia en las
prácticas –saludables o no- que las personas escogen implementar en sus vidas. Sin
embargo, aún es necesario construir la educación para la salud como un proceso
pedagógico, que aclare cuál es el tipo de humanos que se pretende aportar a formar,
qué es lo que se quiere enseñar/aprender, para qué y cómo hacerlo, entre otros
interrogantes. Esta falta de claridad pedagógica hace que se confunda la Educación
para la Salud (EpS) con la información en salud o el marketing en salud, lo que se ve
reflejado, por ejemplo, en la inversión de grandes cantidades de dinero en el desarrollo
de campañas publicitarias, donde se transmiten ciertas valoraciones mediante las
cuales se esperaría que la gente cambiara su forma de actuar, pero que pocas veces
o nunca se evalúan. Lo cierto es que aún no se ha comprendido la potencia de la
acción pedagógica sobre la transformación de los individuos y colectivos, no solo a
nivel conductual sino también en lo cognitivo y en las prácticas. En este sentido, es
menester decir que la práctica educativa no es proteccionista, ni unidireccional, ni
tampoco pretende controlar a los sujetos, sino servir de mediación con los sujetos y
las comunidades para lograr su acción protagónica en la construcción de (su) salud.
21
(incluyendo la prevención de las enfermedades), por lo que las acciones educativas
se orientaron a los espacios donde hubiera mayor concentración de personas
(escuelas, lugares de trabajo, comunidades barriales, etc.) para enseñarle a la gente
cómo manejar problemas de desnutrición, enfermedades gastrointestinales y
enfermedades Inmunoprevenibles, entre otros aspectos.
Esta disciplina tiene una larga tradición y por ende cada vez existe más evidencia
respecto del hecho de que la EpS debe dirigirse a conjuntos de comportamientos en
contextos específicos para lograr modificaciones positivas, más que a conductas
independientes. También es clara la evidencia de que la EpS debe darse desde los
contextos familiares, escolares y comunitarios, donde se desarrolla la vida de las
personas, desde los primeros años de vida.
De esta forma, interesa una EpS que reconozca las condiciones concretas en que se
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desarrollan los sujetos y colectivos, para aportar de manera pertinente a la
construcción de opciones para saber-hacer más y mejor sobre la salud, por una parte,
y, por otra, a la construcción de opciones para incidir sobre los procesos sociales,
económicos, políticos y culturales que impiden o dificultan acceder a la salud.
En tanto satisfactor, se pregunta por el ¿qué hacer? y ¿cómo hacer para lograr
objetivos –resultados- en salud?, camino mediante el cual se pretende reducir brechas
de inequidad y actuar sobre patrones de calidad de vida y salud. De lo anterior se
colige que la EpS está organizada desde la lógica de la salud (no desde la lógica de
la enfermedad) y se verá reflejada en el desarrollo de capacidades personales,
familiares y comunitarias para comprender y transformar la (su) realidad y por tanto
23
para convertirse en agentes sociales de cambio. En consecuencia, se considera que
la EpS no tiene la intención de controlar ni los agentes causales de las enfermedades
–mediante estilos de vida-, ni de controlar la vida de las personas, haciéndolos seguir
unos patrones sanitarios predeterminados (las más de las veces formulados desde la
institucionalidad).
Lo que nos interesa en el proceso de la educación para la salud es que los saberes,
valores, actitudes, prácticas y hábitos que requerimos incorporar para vivir bien, sean
enseñados / aprendidos de manera consciente, intencionada, reflexiva y crítica.
OMS (1969): «La educación sanitaria se basa en inducir a las personas a adoptar y
mantener las costumbres de una vida sana, a utilizar razonablemente los servicios
sanitarios puestos a su disposición y también a tomar decisiones, individual y
colectivamente, para mejorar su estado de salud y el del medio en que habitan.» (1)
24
destinada a facilitar cambios de comportamientos saludables»
La educación para la salud tiene como objetivo, transmitir conocimientos que motiven
y potencien el saber y el saber hacer, así como el desarrollo de conductas
encaminadas a la conservación de la salud del individuo, la familia y la comunidad,
para lograr estilos de vida saludables.
Debe ocuparse de que las personas conozcan, analicen las causas sociales,
económicas y ambientales, que influyen negativamente en la salud; de desarrollar
habilidades que lleven a una situación en la que las personas: deseen vivir sanas,
sepan cómo alcanzar la salud, hagan lo que sea, individual y colectivamente, para
mantener la salud, y busquen ayuda cuando lo necesiten.
La clave para que una persona pueda decidir estar sana, es Primero, que tenga
conocimientos precisos, fiables sobre cómo alcanzar un buen estado de salud, y sobre
los riesgos para la salud que se presentan en su vida cotidiana. Segundo, que
disponga de conocimientos que le permitan realizar las mejores elecciones posibles y
ponerlas en práctica. Tercero, que sepa de qué manera puede disfrutar de una buena
salud personal, y qué hace falta para que la familia se mantenga sana. El método que
25
aplica la educación para la salud, se basa en la identificación de las necesidades
educativas, para satisfacerlas a partir de programas educativos que se insertan y
combinan, con los requisitos establecidos para lograr una promoción de salud a escala
social.
El método de Freire propone un diálogo en el que todos los participantes son iguales
26
y colaboran para crear el conocimiento social. Este método consta de tres fases: 1.
Observación participante: tiene lugar en igualdad de condiciones entre todos los
miembros de la comunidad (incluidos los profesionales) y su objetivo es el de
identificar los problemas y establecer prioridades. 2. Proceso de diálogo: en base a
los problemas identificados en la etapa anterior, Freire propone un diálogo sobre las
acciones a tomar usando metodologías de “problem-posing”. 3. Acción para el cambio
positivo. Estas tres fases forman una espiral de acción-reflexión-acción. (7)
27
1.3. BASES TEÓRICAS Y PSICOPEDAGÓGICAS DE LA EDUCACIÓN PARA LA
SALUD.
Tratamiento de-los
problemas
29
herramientas de análisis y de intervención útiles cuando se utiliza cualquier método
de aprendizaje. Las ciencias de la comunicación nos permiten comprender cómo se
comunican las personas.
Otros autores señalan que en el campo de la Educación para la Salud hay quejas de
la diversidad de enfoques, con insuficiente implantación de modelos, así como de la
abundante confusión al respecto. En el estudio sobre las estructuras de racionalidad
en educación para la salud, teniendo en cuenta las principales aportaciones en este
sentido y las que surgen como confluencia de las ciencias biológicas y las sociales.
Los autores señalan en primer lugar, que es posible reducir la sensación de confusión
si conseguimos encuadrar cada perspectiva en un marco general de análisis, como
consecuencia de la evolución social y conceptual que, en relación con estos aspectos,
tiene lugar en el presente siglo. En segundo lugar, pensamos que las diferentes
posiciones que existen deberían ser vistas como la riqueza de la Educación para la
Salud y no como señal de su limitación.
30
fenómenos de proceso que se derivan de los mismos. Todo ello inspirado por
planteamientos filosóficos, psicológicos, pedagógicos, antropológicos y sociológicos
de la medicina y de otras Ciencias de la Salud (Figura 1). Obtenemos, así, lejos de
análisis fragmentarios, una gran riqueza de matices, según los distintos aspectos que
se contemplen.
De esta forma, los cuatro postulados sobre los que se apoya el empowerment son:
1. Los individuos conocen sus propias necesidades mejor que nadie.
2. Cada uno posee recursos sobre los que construir.
3. El Empowerment es un objetivo de vida.
4. La experiencia y el conocimiento personal son válidos y útiles para ejercer su poder
y mejorar sus condiciones de vida.
Desde el punto de vista del profesional, es esencial no solamente tolerar las opiniones
de los usuarios sino, y sobre todo, respetarlas. El hecho, para una persona, de poder
expresar sus experiencias es básico para un proceso de empowerment. Pero, sobre
todo, el empowerment tiene una dimensión dinámica, es un proceso, y tiene tres
diferentes niveles: individual, organizacional y comunitario. La percepción del individuo
31
de una relación entre su experiencia y las condiciones del entorno actúa sobre una
toma de conciencia de las fuerzas sociales y sobre la acción. Una organización
articulada democráticamente va a aunar los esfuerzos de cada uno para modificar el
sistema más general en el que se desarrolla. A nivel de la comunidad entera, los
individuos que se ayudan mutuamente conseguirán influencia y control sobre su
calidad de vida. Es decir, el Empowerment es un continuum entre los polos individual
y comunitario.
32
La educación para la salud, es una tarea de una dimensión que trasciende el hecho
de transmitir información, y se relaciona con la acción comunitaria para lograr su
participación activa. Esta manera de ver dicha educación, establece su propósito y el
hacia dónde deben dirigirse las acciones. La participación implica responsabilidad,
integración, sentido de pertenencia y capacidad de organización, con el fin de que se
compartan experiencias y de que mejoren los conocimientos, mediante el esfuerzo
individual y de grupo, para elevar el nivel de salud. Para realizar la EpS se utilizan
técnicas educativas, instrumentos y medios que le permiten al profesional de la salud,
comunicarse con las personas y lograr su participación para la adquisición del
conocimiento, lo cual propicia la toma de conciencia, ya que permite la modificación
de hábitos y conductas insanas, y las convierte en conductas saludables.
Para que una técnica sirva como herramienta educativa se necesita: i) Conocer el
tema que va a tratar, ii) Ser usada con un objetivo concreto, iii) Implementarla de
acuerdo con los participantes con los que se esté trabajando, iv) Conocer cuándo y
cómo debe utilizarse, y aplicarla en el momento oportuno, v) Conducirla
correctamente, tener presente las funciones y responsabilidades del coordinador de
la actividad.
33
favorables en el estilo de vida de los individuos, ya que la salud se percibe, no como
el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana.(6)
El autor señala que para materializar en la práctica social (criterio de la verdad) ese
loable proyecto educativo, la disciplina que nos ocupa necesita, pues, la valiosa
colaboración entre otras de las ciencias pedagógicas.
34
Sistematización de la enseñanza: La sistematización de la enseñanza implica la
adopción consecuente de una serie de pasos lógico- metodológicos, que conducen -
sin ningún género de duda a la adquisición de nuevos conocimientos sobre la base de
los ya conocidos. Por una curiosa asociación libre, se ilustra dicho principio con un
aforismo de Juan de la Cruz, figura paradigmática de la espiritualidad universal y de
las letras hispanas: "para venir a donde no sabes, has de ir por donde no sabes", pero,
para ir por donde no sabes en el terreno de la educación para la salud, es necesario
establecer -previamente- un diagnóstico educativo, basado en los factores
psicosociales, culturales, educacionales y económicos que actúan sobre la comunidad
y la caracterizan, y en consecuencia, determinar cuáles son las necesidades reales
de enseñanza que presenta esa comunidad, para seleccionar los métodos, medios y
procedimientos más eficaces, con vistas a materializar en la práctica las acciones que
el educador -con apoyo en realidades objetivas- decida utilizar en ese contexto. Dicho
esquema metodológico se caracteriza -en lo fundamental- por su flexibilidad, y, por
consiguiente, está en función de las necesidades educativas específicas, que, en un
momento dado, pueda experimentar la comunidad.
Unidad de la teoría con la práctica: Este principio se podría ejemplificar con el precepto
pedagógico defendido en su época por el Padre fundacional de nuestra cultura: "la
teoría sin práctica es puro verbalismo; la práctica sin teoría, mero empirismo". De ahí
que la educación para la salud tenga -por derecho propio- un carácter activo, dinámico
y funcional, y, en consecuencia, la llamada "educación de banco" sea sustituida por la
educación participativa, concretada mediante clases demostrativas, talleres,
psicodramas, sociodramas, etc.
Trabajo consciente y creador del educando con la orientación del educador: Este
principio se refiere al trabajo -hasta cierto punto independiente- del educando, según
su capacidad real y con la guía del educador; o, con otras palabras, el educando -de
acuerdo con sus posibilidades- aprende a pensar y actuar por sí mismo ("mi mayor
orgullo es oír hablar a mis discípulos con ideas propias"), ya que, en ese entorno, es
donde el educador va a comprobar sobre el terreno si los educandos han alcanzado
verdadera independencia o no. Por ejemplo, ¿cómo se comporta objetivamente la
lactancia materna en los grupos de gestantes?
35
Asequibilidad de la enseñanza: La enseñanza debe estar al alcance del educando,
por lo que se deben cumplir al pie de la letra las siguientes orientaciones de carácter
gnoseológico:
- De lo general a lo particular.
- De lo fácil a lo difícil.
- De lo conocido a lo desconocido.
- De lo simple a lo complejo.
- De lo concreto a lo abstracto.
Por lo tanto, para hacer asequible a los educandos los conocimientos teórico-
prácticos transmitidos por la disciplina que nos ocupa, el diagnóstico de salud,
desempeña una función esencial, ya que le permite al educador conocer las
características psicosociales de la población, y sobre esa base, elaborar las
estrategias de intervención pertinentes.
Una vez esbozada la fundamentación teórica de los principios didácticos, los cuales
se hallan estrechamente relacionados e interconectados entre sí, se analizará del
programa educativo, que es la forma básica indispensable de organización de la
educación para la salud. (8)
36
SECCIÓN II
MODELOS Y TERORÍAS DEL COMPORTAMIENTO EN SALUD
MODELOS Y TEORÍAS DEL COMPORTAMIENTO EN SALUD.
Indica que, desde una perspectiva ecológica, es decir, integral, los comportamientos
tienen dos características fundamentales: son influenciables en múltiples niveles (por
a) factores intrapersonales o individuales, b) interpersonales, c) institucionales u
organizativos, comunitarios y de d) políticas públicas), y son de causalidad recíproca
con su entorno.
Desde esta perspectiva, son claras las ventajas de intervenciones en múltiples niveles,
combinando componentes ambientales y de comportamiento. Por ejemplo, los
programas dirigidos a reducir las conductas arriesgadas en adolescentes tienen más
probabilidades de éxito si las comunidades organizan eventos deportivos para
jóvenes, promueven el liderazgo juvenil en programas comunitarios e implementan
leyes que prohíban la venta de tabaco a menores. De ello se desprende, también, la
37
importancia de conocer las teorías que explican las conductas de riesgo y que pueden
ayudar a diseñar intervenciones que las modifiquen a favor de conductas saludables.
Entre las teorías de la persuasión y modelos que se han mantenido firmes en diversas
culturas y conductas de salud están los que se pueden agrupar bajo las siguientes
categorías:
Dos conceptos clave dominan las teorías cognoscitivas del comportamiento en los
niveles individual e interpersonal:
El comportamiento se considera mediado por el conocimiento, es decir, lo que
sabemos y lo que creemos afecta a la manera como actuamos.
El conocimiento es necesario, pero no suficiente para producir cambios de
comportamiento. También desempeñan funciones importantes las percepciones, los
sentimientos, la motivación, las aptitudes y factores del entorno social.
38
y promoción en particular, no son siempre eficaces para lograr sus objetivos y metas.
Diversas variables responden por esta disímil eficacia de las acciones en pro de la
salud, es relevante que muchas de estas iniciativas se formulen e implementen sin
referencia a una teoría o un modelo.
Hoy hay evidencia suficiente que indica que el uso de sólidas bases teóricas y de
modelos conceptuales, técnicos u operativos es uno de los factores críticos por medio
de los cuales se mejoran significativamente las probabilidades de éxito de las acciones
en salud.
39
individuales, grupales o en masa.
Las teorías y los modelos son esenciales, entre otros fines, para definir y responder a
preguntas válidas de investigación, así como para definir objetivos e identificar grupos
poblacionales o factores ecológicos susceptibles de ser intervenidos con el fin de
mejorar la salud de individuos y poblaciones.
El término ‘modelo’ se usa de diversas formas, con los más variados significados e
implicaciones, incluso equivocadamente. Earp y Ennett señalaron tres formas
principales de uso: como marco conceptual para organizar e integrar información,
como sistema diagramático de medición y, como estructura conceptual desarrollada y
aplicada para guiar la investigación y la práctica, y los modelos se derivan
generalmente de la teoría, aunque también algunos se derivan de la confrontación
empírica cotidiana y se presentan de múltiples formas: como descripciones verbales,
como esquemas tridimensionales o como representaciones lógicas, visuales,
abstractas o matemáticas, pero siempre para ofrecer una explicación de algo.
El uso de una teoría o un modelo ayuda, por ejemplo, a entender mejor la naturaleza
de las necesidades, motivaciones y prácticas de las personas, así como
características y dinámica del contexto en que ocurren.
40
Así, aunque se reconozcan por ejemplo limitantes del modelo de creencias en salud
(MCS), ampliamente descritas en la literatura, ya que no explican todos los
determinantes del comportamiento en salud—, las experiencias acumuladas en medio
siglo de uso señalan su conveniencia para continuar dando respaldo teórico válido a
investigaciones e intervenciones sobre prácticas preventivas o de protección en salud,
que tienen como foco un comportamiento.
El modelo transteórico del cambio del comportamiento en salud (MT) o etapas del
cambio se consolidó durante los años noventa como una de las propuestas más
innovadoras en el área de promoción de la salud y prevención de la enfermedad, por
41
las posibilidades que ofrece para planear y ejecutar intervenciones a partir de las
características específicas de las poblaciones o grupos a quienes están dirigidas las
acciones. La fuerza del MT está en su ya demostrada capacidad de acelerar la
velocidad de los cambios comportamentales en las poblaciones intervenidas según
sus variables o constructos explicativos; es hoy reconocido como un recurso
innovador en el área de educación y promoción de la salud, en fuerte proceso de
difusión mundial, y es considerado por diversos autores como un importante factor en
la redefinición de la base teórica de las intervenciones del área en los últimos años.
La mayoría de las poblaciones de riesgo no están preparadas para actuar y, por eso,
no se benefician de los tradicionales programas informativos, educativos o preventivos
orientados a los riesgos comportamentales.
Sin intervenciones planeadas según las etapas de cambio, las poblaciones en general
y los grupos e individuos en particular, permanecerán detenidos en las etapas iniciales
de cambio, sin motivación, ni intención de participar en las intervenciones o programas
ofrecidos.
42
Es necesario aplicar procesos y principios específicos de cambio a etapas específicas
de cambio; las intervenciones deben diseñarse según las etapas de cambio propias
de cada grupo o individuo.
El modelo de Etapas del cambio o MT (Becker y cols., 1977), tiene que ver con la
disposición de los individuos al cambio o al intento de cambiar hacia comportamientos
saludables.
Comportamiento objetivo
Balance decisorio Tentación
Pros y contras para cambiar Autoeficacia Situaciones emocionales negativas
Situaciones emocionales positivas Impulsos
incontrolables
43
Conceptos que utiliza la teoría, la definición y aplicación de los mismos:
Volviendo a sus orígenes, este modelo nos ayuda a explicar por ejemplo por qué las
personas que trabajan en una empresa pueden no desear participar en programas
para dejar de fumar que ofrezcan sus empleadores. El modelo ayuda a los
profesionales de la salud a establecer un programa contra el tabaquismo que entre en
contacto con los fumadores en las diversas etapas del proceso de cambio. Si bien la
relación entre el tabaco y la mala salud es de sobra conocida en los países
industrializados, no se percibe con tanta claridad en los países en desarrollo, donde
la industria tabacalera estadounidense ha llevado a cabo campañas masivas de
publicidad. Las personas en esta primera etapa (en que desconocen el riesgo o
piensan que no les afecta) necesitan información y formas de entender el peligro.
Otros puede que necesiten contemplar su intención de dejar de fumar. Los que ya
hayan tomado la decisión de abandonar el cigarro, se beneficiarán de un plan
específico, paso por paso, para romper hábitos, como no fumar después de la comida
y frecuentar bares donde haya mucho humo de tabaco; y los que ya hayan cambiado
necesitarán apoyo social y críticas constructivas.
Las etapas:
La Precontemplación.- Es la etapa en la cual las personas no tienen intención de
cambiar, de realizar una acción específica de cambio en su comportamiento de riesgo
para la salud, usualmente en el lapso de los siguientes seis meses. Un subgrupo de
las personas clasificadas dentro de la etapa de precontemplación, puede estar allí por
falta de información sobre las consecuencias a corto, mediano o largo plazo de su
comportamiento.
Otro subgrupo puede haber tenido intentos previos, fracasados, de cambiar y ahora
están desmoralizados en cuanto a su capacidad de hacerlo. Es frecuente observar
que en ambos subgrupos las personas evitan leer, hablar y pensar sobre sus
comportamientos de riesgo que podrían ser modificados; están a la defensiva por las
presiones sociales para cambiar y, principalmente, no están ni motivados ni
45
interesados en participar en programas o intervenciones de promoción o educación
en salud. Estos programas no involucran a este tipo de personas, por la incoherencia
entre los propósitos de las intervenciones y de las necesidades particulares de los
individuos.
46
La terminación. - Es la última etapa, en la que las personas no tienen tentaciones de
ninguna naturaleza con relación al comportamiento específico que se cambió y tienen
un 100% de confianza, de autoeficacia frente a situaciones que previamente eran
tentadoras.
El balance decisorio refleja el peso relativo que el individuo otorga a pros y a contras
de cambiar su comportamiento de riesgo para la salud. La investigación acumulada
respecto de este constructo permitió la simplificación de las dimensiones del balance
decisorio en pros o beneficios y contras o costos de cambiar.
La autoeficacia es la confianza que una persona tiene de que puede enfrentar una
situación de riesgo sin tener una recaída en su comportamiento indeseado o nocivo
para la salud. Este componente del MT es incorporado específicamente de la teoría
cognitivo social de Alberto Bandura. En el proceso de cambio, la autoeficacia demostró
ser un factor predictor altamente confiable de la progresión en las etapas de acción y
mantenimiento. Durante el cambio, la autoeficacia aumenta linealmente y los niveles
de tentación disminuyen. La tentación refleja la intensidad o urgencia experimentada
por el individuo para realizar o practicar un comportamiento específico,
particularmente en la presencia de factores o estímulos condicionantes o contextos
emocionalmente complejos.
Como base de una investigación, en la que se usaron dos modelos teóricos para
diseñar una propuesta de control local del tabaquismo, los constructos del MT fueron
definidos, dimensionados y operacionalizados con relación al comportamiento de
consumo de tabaco.
47
Contemplación
Preparación
Pre Acción
contemplación
Recaída
Recaíd
Mantenimiento
Terminación
48
2.1.2. Modelo de Creencias de Salud:
Durante los últimos 40 años, los investigadores de salud desarrollaron este modelo
para comprender y predecir la conducta de los individuos con relación a la prevención
de las enfermedades, el uso de servicios de salud, retrasos en la búsqueda de
cuidados de la salud y cumplimiento de las recomendaciones médicas. De acuerdo
con el Modelo de Creencias en Salud, la conducta de un individuo es determinada por
la comprensión que éste tiene de:
Este modelo sugiere que, si las personas poseen la información sobre la severidad de
la enfermedad y su propia susceptibilidad a la misma, adoptarán la conducta saludable
si perciben que la conducta recomendada es efectiva.
49
El Modelo de Creencias en Salud, fue preparado por psicólogos que trabajaban en el
servicio de salud pública de EE.UU. (Hochbaum, Rosenstock, Leventhal y Kegeles)
quien, en los años 50, trataron de comprender por qué las personas no se tomaban
una radiografía en unidades móviles de rayos X que visitaban los vecindarios y
prestaban el servicio en forma gratuita.
Se encontró, por ejemplo, que de los que creían ser susceptibles a la tuberculosis y
que se beneficiarían con la detección temprana, 82% tenían radiografía. Por el
contrario, de aquellos que creían no ser susceptibles y que no se beneficiarían con la
detección temprana, solamente 21% habían tenido una detección por radiografía.
Obviamente, existe la necesidad de que los comunicadores de salud hablen con los
jóvenes y entiendan sus percepciones y creencias.
50
teoría cognitiva, ampliamente dominantes durante los primeros cincuenta años del
siglo XX. El MCS relacionó por tanto teorías psicológicas de construcción o de toma
de decisiones, para intentar explicar la acción humana frente a situaciones de elección
de alternativas, de opción comportamental con implicaciones en la salud. Se consolidó
con la aplicación de diversas variables en investigaciones formuladas ante problemas
reales experimentados por la sociedad norteamericana. Así fue como el soporte
teórico-conceptual y la arquitectura básica del MCS se desarrolló simultáneamente
gracias a la solución de problemas y a la práctica de la salud pública.
51
Señales para la acción Estrategias para activar la Proporcionar información
disposición. como
realizar la acción,
promover toma de
conciencia, recordatorios.
Auto eficacia Comienza en la Proporcionar capacitación
capacidad de uno mismo de y orientación al realizar la
tomar medidas. acción.
Diez años más tarde, Janz y Becker presentaron la segunda gran compilación de
reportes y análisis de estudios aplicativos del MCS. Se revisaron 46 estudios en los
cuales los componentes del MCS fueron relacionados no sólo con comportamientos
preventivos en salud, sino también con comportamientos durante la enfermedad
(cumplimiento de regímenes médicos para hipertensión, diabetes y enfermedad renal
terminal, por ejemplo), así como la utilización de servicios clínicos de la más variada
naturaleza. Con relación a servicios preventivos, las investigaciones se focalizaron en
fenómenos tales como vacunación, tamizaje para la enfermedad de Tay-Sachs,
autoexamen de los senos, y comportamientos sobre factores de riesgo, tales como
dietas, ejercicios, tabaquismo y uso de cinturones de seguridad.
53
Para determinar el impacto de las variables del MCS sobre prescripciones preventivas,
Janz y Becker construyeron una razón de significación para cada componente. La
razón se formó dividiendo el número total de resultados positivos estadísticamente
significantes por el número total de estudios que valoraron significación. De los 24
estudios correlacionales, las barreras tuvieron el impacto más frecuentemente
reportado sobre el comportamiento (93%), seguidos por la susceptibilidad (86%), los
beneficios (74%) y la severidad (50%). Por supuesto, estos resultados no señalan la
magnitud del impacto de los constructos del MCS sobre los pasos preventivos
tomados por los individuos.
Este modelo aborda los procesos mediante los cuales los consumidores reciben y
utilizan información para tomar decisiones. Aunque este modelo no sirve para
comprender cómo se utiliza la información sobre salud, sí resulta beneficioso a la hora
de desarrollar programas de promoción de salud. La información es esencial en la
toma de decisiones por parte del consumidor, y esto incluye decisiones relativas a los
comportamientos que afectan la salud. Este modelo sugiere que antes de que las
personas puedan usar la información, esta debe:
o estar disponible,
o ser nueva y utilizable,
54
o comprensible y de uso fácil.
55
Los que caen en una clase social determinada tienden a compartir creencias, valores
y modalidades de conducta. También suelen asociarse más estrechamente entre sí
que con integrantes de otras clases sociales. Los valores, deseos e interacciones que
surgen en los diversos agrupamientos repercuten de manera importante en los
consumidores. Afectan a los factores básicos de pertenencia a un grupo, la elección
de un vecindario, el aprecio de ciertos estilos de vida y los lugares a donde se prefieren
hacer las compras.
-Grupo Social: Puede concebirse como un conjunto de personas que tienen un sentido
de afinidad resultante de una modalidad de interacción entre sí. Estos grupos cumplen
una gran diversidad de funciones, una de ellas es la influencia que los miembros del
grupo pueden ejercer sobre el grupo y que es importante desde el punto de vista del
comportamiento del consumidor, es decir, el grupo contribuye a convencer y a orientar
los valores y la conducta del individuo un ejemplo de ello lo encontramos en el interés
en el que los estudiantes universitarios muestran por la última moda y por la música.
Otro aspecto interesante de los grupos sociales es el hecho de que contribuyen a
proporcionar al público diversas formas de información capaces de influir en el
comportamiento posterior.
-Familia: Es una forma especial de los grupos sociales que se caracteriza por las
numerosas y fuertes interacciones personales de sus miembros. La influencia de ellos
en las decisiones de compra representa en área de gran interés en el ámbito del
comportamiento del consumidor, en algunos casos, las decisiones las adopta un
individuo con poca influencia de otros miembros de la familia. En otros casos, la
interacción es tan intensa que se afirma que se produce una decisión conjunta y no
se limita a una mera influencia recíproca. Otro aspecto de la influencia familiar en el
comportamiento del consumidor es la forma en que la etapa del ciclo de vida de la
familia incide en la compra de determinados productos y servicios.
-Factores Personales: Los expertos en marketing se han interesado en el proceso de
la influencia personal, el cual puede definirse como los efectos en que un individuo
produce la comunicación con otros. La influencia personal influye en la cantidad y el
tipo de información que los compradores o usuarios obtienen con respecto a los
productos. También se considera un factor importante que repercute en los valores,
actitudes, evaluaciones de marca e interés por un producto. La influencia personal
incide considerablemente en el proceso de difusión a través del cual un nuevo
producto y las innovaciones de servicio se dan a conocer en el mercado. La influencia
personal constituye una importante función de los líderes de opinión que son aquellas
personas a quienes la gente acude en busca de consejo, opinión y sugerencias
cuando se toman decisiones de compra o de incluir mejoras en los estilos de vida.
Otros Factores: Se trata de una categoría general que abarca las variables que
influyen en el consumidor. Un ejemplo puede ser el efecto de los medios masivos que
no están incorporados a ninguna de las otras categorías, con la designación de
variables situacionales. Se resumen muchos de estos factores entre ellos el ambiente
físico, el ambiente interpersonal, los acontecimientos nacionales y el dinero en efectivo
de que dispone la persona.
56
El ambiente externo se dirige hacia los determinantes individuales, demuestra que los
estímulos individuales no influyen directamente en los consumidores. Por el contrario,
son modificados por factores internos como aprendizaje, personalidad, actitudes,
procesamiento de información y motivos. El circulo abierto entre el proceso de decisión
y estas variables denota la gran influencia que ejercen sobre el proceso de decisión y
estas variables denotan la gran influencia que ejercen sobre el proceso de decisión.
-Actitudes: Rigen la orientación básica hacia los objetos, las personas, los hechos y
nuestras actividades.
-Actividades: Influyen profundamente en cómo actuarán los consumidores y su
reacción ante los productos y servicios, así como su respuesta ante la comunicación
que los mercaderistas preparan para convencerlos de que adquieran sus productos.
57
a la compra propiamente dicha o búsqueda de la información; otras en cambio, son
posteriores. Pero como todas tienen la virtud de influir en la adopción de productos y
servicios, se examinarán como parte del comportamiento que nos interesa.
Por ejemplo: Suponiendo que un fotógrafo, que generalmente compra una marca de
película, de repente decide comprar otra marca de la competencia, a pesar de que no
ha habido cambio alguno en la calidad de las películas ni de su precio. ¿A qué
obedece ese cambio de lealtad? El simple hecho de señalar que su comportamiento
de compra ha cambiado no nos ayuda a entender la situación. Tal vez la película de
la competencia haya sido recomendada ampliamente por un amigo o tal vez el
fotógrafo cambio de marca, porque pensaba que la marca de la competencia captaba
mejor los colores de algún tema fotográfico de interés. Por otra parte, su decisión
puede deberse a una insatisfacción general con los resultados de su película regular
o a un anuncio de la marca de la competencia.
58
proceso de búsqueda de otros productos y marcas con los criterios o normas de juicio
que ha ido desarrollando el consumidor. En caso de que la comparación desemboque
en una evaluación positiva, el consumidor seguramente tendrá la intención de comprar
la opción que reciba la evaluación más favorable.
59
Consumo y aprendizaje
Retroinformación interna Tener presente que las personas
basada en el resultado de probablemente han realizado
las elecciones y cómo se elecciones afines en el pasado, y
utiliza en futuras que no son “recipientes vacíos”.
decisiones.
Entorno de Cantidad,
la ubicación, formato,
Diseñar información adaptada a
información inteligibilidad y la audiencia, colocarla en forma
procesabilidad de la que sea como su uso.
información pertinente.
60
2.2. TEORÍAS DEL COMPORTAMIENTO A NIVEL INTERPERSONAL:
La Teoría del Aprendizaje Social (Bandura, 1977; Bandura y Adams, 1977) empezó a
tomar forma a principios de los años 60, cuando escribió un artículo (Bandura, 1962)
sobre el aprendizaje social de los niños sugiriendo que los niños aprenden por
imitación de los demás.
Bandura y Walter (1963) sugirieron que los niños aprenden nuevas conductas
observando lo que hacen otros niños y más aún, que los niños no necesitan
recompensas directas para promover el aprendizaje. Los niños, según esto, aprenden
por observación y modelan su conducta en lo que ven hacer a otros.
Durante los siguientes 20 años Bandura formuló un número de conceptos que son
importantes para la comprensión de enfoques individuales con relación a la adopción
de conductas de enriquecimiento de la salud. El concepto organizacional de
determinismo recíproco (Bandura, 1978), sugiere una dinámica y continua interacción
entre (1) la persona, (2) con la conducta enriquecedora de la salud y (3) con el medio
ambiente en el cual se lleva a cabo la conducta. El determinismo recíproco enfatiza la
importancia de asegurarse un ambiente que provea oportunidades y apoyo social para
la adopción de la conducta saludable. Basándose en el determinismo recíproco, las
intervenciones de salud están diseñadas, por ejemplo, para sugerir la búsqueda de
nuevos amigos que hacen ejercicios o no fuman, o para proveer frutas y vegetales en
los comedores escolares.
Entre los conceptos formulado por Bandura como importantes para la promoción de
conductas saludables están:
61
modelos creíbles de conducta saludable y que contengan beneficios positivos.
Autoeficacia, asegurar que las intervenciones de salud aumenten la confianza del
individuo en su habilidad para realizar la conducta especificada.
Esta teoría es importante para el diseño de programas de salud por muchas razones,
entre ellas la gran cantidad de literatura, cada vez mayor, que demuestra su
efectividad en las múltiples conductas de salud y las diversas culturas.
Figura 1
Teoría de Aprendizaje Social
(Albert Bandura, Psychological Review, 1977)
Expectativa de Expectativa de
autoeficacia resultado
62
Concepto Definición Aplicación
Determinismo recíproco Los cambios de Hacer participar al individuo y a
comportamiento son terceras personas importantes
resultado de interacciones para éste; trabajar para cambiar
entre la persona y su entorno;el entorno, si se justifica.
la interacción es bidireccional.
63
veces, para llegar a adoptar un comportamiento sano, la persona requiere algún
adiestramiento especial, como aprender a hacer un nuevo ejercicio. Debe tenerse en
cuenta que las personas aprenden más fácilmente por observación. La imitación de
personas modelo es una de las formas más efectivas de enseñar comportamientos
saludables.
Por otra parte, también es cierto que las personas son más propensas a repetir un
comportamiento sano si esperan recibir por ello una recompensa.
La alabanza por algo logrado o bien hecho es una recompensa muy apreciada.
Además, interesa más un comportamiento que se sabe traerá un resultado que se
considera bueno, como, por ejemplo, reducir de peso. Puesto que la confianza en uno
mismo es la clave del éxito, los nuevos comportamientos deben introducirse paso a
paso, de manera que las personas puedan desarrollar confianza en su habilidad para
adoptarlos y mejorar su salud.
Para aplicar exitosamente la teoría del aprendizaje social, se recomienda que los
trabajadores de salud establezcan un plan en tres fases. Primero deben especificar
los resultados deseados (por ejemplo, en una escuela, reducir el número de alumnos
que fuman). Luego deben identificar los principios que mejor puedan llevar a la
población escolar a dejar de fumar. La creación de expectativas negativas sobre las
consecuencias de fumar puede disuadir a los alumnos más pequeños de probar los
cigarrillos, pero los más grandes, que ya fuman, a veces requieren programas de
orientación que les ayuden a cultivar el control necesario para dejar de fumar. También
es necesario parear las estrategias con los principios teóricos del aprendizaje social.
Los planificadores tienen a su alcance el uso de estrategias —como el
pronunciamiento de metas y el automonitoreo— que ayudan a los estudiantes a
controlar su propio comportamiento y a dejar de fumar.
64
2.2.2. Teoría de Acción Razonada:
La Teoría de Acción Razonada (Fishbein y Ajzen, 1981, 1975), trata sobre las
creencias, actitudes, intenciones y conducta. Esta teoría asume que la mayoría de las
conductas están determinadas por creencias ocultas que se derivan de y están
sostenidas por el patrón cultural y social de las sociedades en las que se vive. La
Teoría de Acción Razonada es una de las más significativas y más usadas en el área
de salud, lo mismo que en áreas no relacionadas con la salud (Maibach y Parrott,
1995).
ACTITUD
CONDUCTA
INTENCIÓN
NORMA SUBJETIVA
La Teoría de Acción Razonada distingue entre las actitudes hacia una enfermedad o
condición, tal como HIV/SIDA o embarazo y actitudes hacia conductas recomendadas
para enriquecer la salud, tales como el uso de condones o pastillas anticonceptivas.
Los autores encontraron que la actitud hacia una conducta de enriquecimiento de la
salud es un mejor pronosticador de la adopción de la conducta que lo es la actitud
hacia la enfermedad o la condición de salud. La teoría propone que las personas se
comprometerán con una conducta dependiendo de sus intenciones de compromiso
en dicha conducta, y que su intención a la vez depende de:
65
de su intención de no fumar. Para entender las variables claves que influirán en su
decisión de no empezar a fumar, los autores sugieren que el adolescente equilibrará
lo siguiente:
Está claro que será necesario hablar con los jóvenes para comprender sus
sentimientos y tratar de desarrollar una estrategia de educación para la salud atractiva
y que les comprometa.
Esta teoría fue propuesta por Martín Fisbhein e Icek Ajzen, el modelo de Acción
Razonada tiene sus inicios en 1967 (Fishbein, Middlestadt & Hitchcock, 1994). Dicho
modelo concibe al ser humano como un animal racional que procesa la información o
la utiliza sistemáticamente, es así, como se vislumbra al sujeto como un tomador
racional de decisiones, el cual se comporta en función de la valoración que realiza de
los resultados de su comportamiento y de las expectativas que tiene sobre su
comportamiento en relación a obtener determinados resultados (Becker et al., 1998;
Kaplan et al., 1993; Latorre y Benert, 1992; Roa, s.f.).
Fishbein y Ajzen (1967, citados en Fishbein et al., 1994), con el modelo de la Acción
Razonada intentan integrar factores actitudinales y comportamentales para explicar
las conductas saludables. Postulan que una conducta saludable es el resultado directo
de la intención comportamental, es decir, de la intención del sujeto para llevar a cabo
determinado comportamiento, ya que consideran que muchos de los comportamientos
de los seres humanos se encuentran bajo control voluntario por lo que la mejor manera
de predecir la conducta es por medio de la intención que se tenga de realizar o no
dicho comportamiento. Esta intención comportamental (ver Figura 1) estará en función
de dos determinantes: uno de naturaleza personal (actitudes) y el otro que es reflejo
de la influencia social (norma subjetiva).
66
Cuadro 5
Teoría de la Acción Razonada
67
Norma subjetiva El individuo percibe que las Es importante
personas importantes en su desarrollar programas de
vida realmente desean que comunicación en salud
ellos adopten o no el para estas personas
nuevo comportamiento
(padres, amigos, parientes,
figuras religiosas y
trabajadores en salud).
La motivación del individuo en hacer
lo que quieren las
personas importantes en su
vida.
68
El profesor Martin Fishbein (1995) resumió las variables subyacentes en la adopción
de conductas enriquecedoras de la salud: “En general, para que una persona lleve a
cabo cierta conducta, una o más de las siguientes cosas deben ser ciertas:
o La persona debe haberse formado una fuerte intención positiva (o haber adquirido
un compromiso) de ejecutar tal conducta;
o No existen restricciones ambientales que imposibiliten la realización de tal
conducta;
o La persona tiene las habilidades necesarias para ejecutar la conducta;
o La persona cree que las ventajas (beneficios, resultados positivos anticipados)
resultantes de la ejecución de tal conducta son mayores que las desventajas
(costo, resultados negativos anticipados);
o La persona percibe más presión social (normativa) para ejecutar la conducta que
para no ejecutarla;
o La persona percibe que la ejecución de la conducta es más consistente que
inconsistente con su autoimagen,
o La reacción emocional de la persona hacia la ejecución de la conducta es más
positiva que negativa; y
o La persona percibe que tiene la capacidad para ejecutar la conducta bajo diversas
condiciones. (9)
69
2.3. MODELOS DEL COMPORTAMIENTO DEL NIVEL COMUNITARIO
Cuadro 6
Modelo de Organización Comunitaria
70
Conceptos que utiliza el modelo, definición y aplicación de los mismos.
Los métodos de acción social empleados para organizar a la comunidad van más allá
de la noción tradicional de los límites geográficos y políticos. Las comunidades que
comparten problemas de salud comunes se han aliado paramejor abordar sus
necesidades, como son los servicios de salud, políticas antidiscriminatorias y más
fondos para las investigaciones. Entre los más destacados actualmente están los
activistas contra el SIDA. Los defensores de la salud de la mujer también han
empleado la acción social para ejercer presión ante instituciones poderosas para que
aborden sus problemas de salud. Han abogado por su causa empleando los medios
de comunicación como herramienta eficaz en sus actividades.
71
Abogar por una causa a través de los medios de comunicación es una estrategia para
fomentar las políticas sociales o públicas. Es una parte esencial de la acción social y
de las campañas de abogacía por la influencia que ejercen los medios de
comunicación sobre el público. Esta estrategia ayuda a comprender la relación entre
una cuestión de salud y las opiniones y valores públicos vigentes. Asimismo, facilita
el diseño de mensajes de mayor repercusión entre el público. Los activistas contra el
SIDA y el tabaquismo han sido creativos en su uso de los medios de comunicación.
Como resultado, cuentan con el apoyo del público, tienen fuentes de financiación y
promueven políticas a favor de su causa.
72
potencial de influencia. Esto se conoce como teoría de "las dos etapas" y ha sido
utilizado ampliamente en publicidad que emplea "líderes de la opinión", junto con los
medios de comunicación, para influir sobre actitudes y conductas.
Aunque las campañas realizadas en los países en desarrollo a través de los medios
de comunicación han promovido con éxito las inmunizaciones, el uso de preservativos,
la resistencia por parte de adolescentes a la presión de fumar o usar drogas, la buena
nutrición y otras conductas saludables, esos mismos medios estimulan estilos de vida
insalubres a través de programas de entretenimiento y propaganda importada de los
países industrializados. Se cree que el incremento de conductas sexuales de alto
riesgo, el consumo de comida rápida alta en contenido de grasas, el consumo de
sucedáneos de la leche materna y de bebidas alcohólicas y tabaco, se debe, en parte,
a la difusión de programas de radio y televisión, y productos procedentes de los países
desarrollados.
La Teoría de Difusión de Innovaciones aborda cómo las ideas, los productos y las
prácticas sociales nuevas se difunden en una sociedad y de una sociedad a otra.
Cuadro 7
Teoría de la Difusión de innovaciones
73
Compatibilidad Cuán compatible parece Ajustar
la la innovación a
innovación con valores, los valores, las normas y
hábitos, experiencias y situaciones de la audiencia
necesidades de las a la que se quiera llegar.
personas que posiblemente
la adoptarían.
Esta teoría examina cómo las ideas, productos y conductas novedosas terminan por
convertirse en la norma. Esta teoría se puede describir como una “mezcla de todo lo
antes expuesto” porque trata sobre el cambio a todos los niveles (individual,
interpersonal, comunitario e institucional) e integra las teorías sobre el
comportamiento, especialmente la teoría de redes sociales. Se concentra en un
cambio de conducta amplio. Las intervenciones en salud han logrado infinidad de
cambios de conducta a pequeña escala, pero ¿cómo puede hacerse a gran escala?
Por ejemplo, ¿cómo se logró que las vacunas y los programas masivos de vacunación
infantil, que en su momento constituyeron una innovación, se convirtieran en cuestión
de rutina?
74
En primer término, la innovación tiene que considerarse como algo que ofrece ventajas
relativas respecto a lo que se reemplaza. También tiene que ser consistente con los
valores y el contexto de vida de quienes van a adoptarla. El grado de complejidad es
importante. Si la innovación es compleja (por ejemplo, un esquema de medicamentos
difícil de recordar) se reducirán las posibilidades de incorporarla. Las personas en
general se muestran agradecidas de haber sido las primeras en probar la innovación
propuesta, en forma puntual, antes de comprometerse a adoptarla. Si dicha prueba es
posible y da buenos resultados, habrá muchas mayores posibilidades de incorporar la
innovación. Una vez adoptada, es probable que se adopte a largo plazo y que aliente
a otros a hacer lo mismo, si las personas o grupos pueden observar beneficios
tangibles en el cambio.
Los canales de comunicación (los medios mediante los que se transmite el mensaje
de una persona a otra) también son importantes. Los medios de comunicación masiva
son efectivos para diseminar información sobre innovaciones a muchas personas en
forma simultánea, sin embargo, las personas en la misma situación o edad tienen
mucha influencia, a nivel personal, sobre la decisión de adoptar la innovación, por lo
que es más efectivo utilizar redes sociales para reforzar los mensajes de los medios
de comunicación, que solamente basarse en la comunicación masiva. Asimismo,
cuando hay líderes de opinión que presentan o repiten la información proporcionada
por los medios de comunicación masiva, existen mayores probabilidades de que las
personas y los grupos se decidan a actuar.
La difusión lleva tiempo. El proceso de atravesar por las diferentes etapas del cambio
(desde la toma de conciencia inicial, a la intención de cambiar, y hacerlo de forma
sostenida) puede ser gradual, tanto para las personas como para las organizaciones.
A veces se pone fin al financiamiento de muchos programas prometedores, o se les
evalúa de forma prematura y se considera que no son adecuados, sin esperar a que
el cambio pueda surgir. Asimismo, una organización o una persona pueden adoptar
la innovación desde el inicio, a mitad del proceso, o al final. La difusión de la
innovación, al igual que con otros aspectos de la vida, puede reflejarse en una curva
normal (la curva de Bell). La innovación primero es diseminada por individuos pioneros
que la inician o la “importan”. Luego pasa a un grupo algo más extenso de adoptadores
iniciales, la categoría denominada de “misionarios” locales, que aceleran el proceso
de difusión. Quienes adoptan una masa crítica, es decir cuando se llega a lograr un
número suficiente de adeptos y el ritmo de incorporación posterior la haga auto
sustentable. (9)
75
SECCIÓN III
PLANIFICACIÓN Y EVALUACIÓN EN EDUCACIÓN PARA LA SALUD
Los autores señalan que la Planificación para algunos implica algo poco comprensible,
difícilmente aplicable o de escaso interés dentro de su quehacer, sin embargo, es
parte de nuestra rutina aun cuando raras veces se es consciente de ello. Precisamente
de la Planificación ha dependido la sobrevivencia del ser humano, el éxito de grandes
personajes de la historia y la subsistencia exitosa de muchas organizaciones, y sin
embargo, no implica secretos ni artes mágicas, requiere tan solo un poco de empeño
por entenderla y deseos de aplicarla.
Hay muchas acciones que se realizan rutinariamente, ya sea en el hogar o con los
amigos, cuando salimos de compras, en nuestros estudios y en el trabajo, y, sin
embargo, pocas veces somos conscientes de su importancia, como sucede con la
planificación. Desde la perspectiva de nuestra rutina diaria, es fácil comprender por
qué planificamos, de no hacerlo esto implica el alto riesgo al no poder alcanzar nuestro
propósito, de no llegar al lugar deseado o no terminar lo que se quería, o en su defecto,
llegar a un resultado que no era el deseado. Por ello, no planificar implica tener muy
posiblemente que enfrentar las contrariedades por el o los intentos fallidos.
Ciertamente, la planificación ha estado presente en la vida del ser humano desde
siempre, esto entre otros factores, lo distingue del animal. Dada la incapacidad del ser
humano de conocer con certeza lo que sucederá en el futuro, la planificación es un
intento de tener una visión del mañana y, con base en ella, buscar el mejor modo de
hacerlo. Ya desde los tiempos prehistóricos, hay evidencias de que los primeros seres
humanos almacenaban alimentos como muestra de planificación básica para subsistir
y en la historia, se observan los diferentes ejemplos; por el hecho de no ser actividades
sistemáticas, no quiere decir que no fuera planificación.
76
qué debe vigilarse porque realmente coadyuve en la gestión organizacional, en el uso
óptimo de los recursos y en la selección de las mejores alternativas, y no que se
convierta en un obstáculo.
Ningún tipo de acción (social, cultural o educativa) que pretenda alcanzar un objetivo
o resultado debe dejarse librada a la total espontaneidad de quien o quienes la
realizan. Toda acción que pretende lograr un efecto implica la necesidad de realizar
un esfuerzo deliberado por introducir organización y racionalidad en lo que se lleva a
cabo”.
Programar es prepararse para hacer algo en la mejor forma posible, es prever las
cosas con la anticipación suficiente para que al momento de la acción no haya dudas
sobre lo que queremos hacer ni falten los elementos para poder hacer lo que nos
proponemos.
77
en tiempo y recursos, en el mediano plazo, por el contrario, debe constituir un ahorro,
pues se han adquirido las habilidades y se tiene una visión más clara sobre la
planificación del futuro de la organización. (10)
3.2. Evaluación
De forma general, podemos decir que el término evaluación es una palabra elástica
que tiene usos diferentes y que puede aplicarse a una gama muy variada de
actividades humanas. Considerada la evaluación en su acepción más amplia, nos
encontramos con definiciones como la de la Real Academia Española: evaluar es
“señalar el valor de una cosa”. Para el Diccionario del Español Actual, evaluar significa
“valorar (determinar el valor de alguien o de algo)”.
Como una primera aproximación a la precisión conceptual del término, podemos decir
que la palabra “evaluación” designa el conjunto de actividades que sirven para dar un
juicio, hacer una valoración, medir “algo” (objeto, situación, proceso) de acuerdo con
determinados criterios de valor con que se emite dicho juicio. En la vida cotidiana
permanentemente estamos valorando sobre todo cuando ponderamos las acciones y
decisiones que tomamos. Son formas de evaluación informal, las que no
necesariamente se basan en una información suficiente y adecuada, ni pretenden ser
objetivas y válidas. Pero cuando queremos evaluar, programas, servicios o
actividades profesionales no basta la evaluación informal. Debemos recurrir a formas
de evaluación sistemática que, utilizando un procedimiento científico, tienen garantía
de validez y fiabilidad.
La evaluación no debe ser entendida como un proceso aislado. Muy por el contrario,
es a la vez un insumo para orientar la acción y un proceso permanente de aprendizaje
y mejora que acompaña toda la vida de una política social. En otras palabras, es una
herramienta para la toma de decisiones. Como cualquier producto de un proceso de
investigación aplicada, los resultados de una evaluación constituyen un nuevo
conocimiento práctico. La evaluación busca conocer “para hacer, para actuar, para
78
construir, para modificar” (Padrón, 2006), y así nos ayuda a construir un futuro
deseado en relación con una determinada política o programa social.
Propósitos de la evaluación: para probar nuevas ideas acerca de cómo afrontar los
problemas humanos y comunitarios, para decidir si se expanden o suspenden los
programas y para defender un programa que se opone a otro.
Proceso de comparación:
79
Esta definición elemental lleva implícitos tres elementos:
La existencia de una situación prevista que fue definida previamente mediante el
proceso conocido como programación.
La existencia de una situación real en un momento determinado, la que se ha
configurado por medio de unas acciones que se ejecutan.
Un proceso de comparación entra ambas situaciones para llegar a determinar si son
iguales o desiguales y conocer los factores que han determinado la igualdad o
desigualdad.
Así desde esta perspectiva, las técnicas de evaluación nos permiten comprobar en
qué medida los resultados obtenidos en las intervenciones realizadas coinciden con
los deseados y con los objetivos planteados.
Tipos de evaluación:
Según el momento en que se realiza la evaluación esta puede ser: Ex ante, Durante
y Ex post.
Ex ante: Esta evaluación se realiza antes de la ejecución del programa y tiene como
objeto de recogida de datos acerca de la situación inicial de la institución o del
programa.
Durante: Es aquella que se realiza a lo largo del proceso de ejecución y que recoge
de modo continuo y sistemático datos acerca del funcionamiento del programa.
80
logros a partir de las fortalezas y oportunidades, y potenciales problemas sobre la
base de debilidades y amenazas (Pichardo Muñiz, 1989).
Efectos: los efectos esperados son los cambios previstos que se desean generar. Son
cambios positivos, con respecto a la situación inicial, y se producen como
consecuencia de los productos logrados. Los efectos no previstos son aquellos
(positivos o negativos) que no fueron contemplados a la hora de planificar, pero que
la evaluación permite visualizar.
81
Impacto: el impacto remite a un mayor nivel de profundidad ya que toma en cuenta el
desarrollo de los efectos. En este sentido, pueden considerarse también los resultados
a largo plazo.
¿Se desarrolla el proyecto según lo escrito? ¿Ha habido que hacer modificaciones?
¿Por qué? ¿Sigue siendo viable? Hay que enunciar aquí, que mecanismos se
utilizarán para evaluar el proceso. ¿Se crea una comisión de evaluación periódica?
¿Una persona responsable? ¿Con qué periodicidad realiza la evaluación del proceso?
¿Con qué criterios y parámetros? ¿Se ha desarrollado el proyecto según lo
programado? ¿Ha surgido obstáculos no previstos? O ¿han aparecido elementos
favorecedores con los que no habíamos contado? Es imprescindible fijar aquí tanto
los criterios de evaluación como los indicadores de evaluación. Es metodológicamente
un error no contemplar la evaluación desde el mismo proyecto. El mundo anda lleno
de gentes que invirtieron esfuerzo y tiempo en un proyecto que nunca fue evaluado,
se les conoce como quemados, son personas siempre valiosas que se muestran
reacias a invertir en proyectos no valuables, tienen el gusanillo de saber, si lo que
hicieron sirvió para algo, o no, si lo hizo bien, o no, y hasta poder saber por qué salió,
como salió. El no tener respuesta a estos interrogantes es una de las experiencias
más frustrantes para una persona.
82
Es fundamental que la evaluación se realice a lo largo del proyecto, dejando
claramente explícito en el mismo qué elementos se van a evaluar en cada fase y como
se realizará. La evaluación es un proceso continuo.
Pretender que nuestro proyecto abarque totalmente la realidad en todas sus facetas
es una pretensión en si misma fantasiosa, por lo que debemos contar siempre con
que nos aparezcan elementos totalmente novedosos con los que o habíamos contado
en absoluto, tanto obstáculos como resultados indirectos favorables no previstos ni
buscados. Debemos estar alerta a su presentación y reseñar su aparición, aunque ello
nos pueda llevar a reglamentarnos en proyecto en sí mismo.
El proyecto debe aspirar a ser un documento que se esfuerce en detallar al máximo
el programa de actividades a desarrollar, pero debe, al tiempo, ser un organismo vivo
en cuanto a flexibilidad y adaptabilidad. Para realizar la evaluación se requiere de una
línea de base. (11)
83
SECCIÓN IV
LECTURAS
(4.1) Lectura 1
1. INTRODUCCIÓN
Cada día, consecuencia del cambio, el hombre se encuentra ante nuevos retos y
desafíos. Los cambios epidemiológicos o transición epidemiológica, como dicen los
expertos, han reemplazado en los países desarrollados a una serie de enfermedades
infecciosas clásicas (cólera, paludismo, diarreas infantiles, etc.) por otras patologías
como son las enfermedades crónicas (cardiovasculares, cáncer, etc.) y las
llamadas «enfermedades del progreso»: sida. alcoholemia, drogodependencia,
estrés. «El 30% del tabaquismo y más del 10 por ciento del alcoholismo causan muerte
por cáncer. La principal causa de muerte en menores de 35 años son los accidentes
de tráfico por exceso de alcohol» (Wetton, 1990); en cuanto a la explosión de la
pandemia del SIDA conviene señalar las prospecciones que hace Conde: «en
concreto, entre los adolescentes, por nuevas prácticas de riesgo que ya no les margina
socialmente, el sida va a crecer sobre todo en las generaciones jóvenes de 15 a 29
años, quienes lo adquirirán por vía sexual en función de los cambios que se están
operando en los estilos de vida juveniles y en el consumo de drogas» (Conde,
1997).
Por otra parte, el patrón actual de morbilidad en España según los diferentes periodos
biológicos es el siguiente: en la infancia existe un predominio de anomalías congénitas
y enfermedades infecciosas; en los jóvenes los accidentes; en los adultos el cáncer,
la cardiopatía isquémica y la patología respiratoria; y, en los ancianos, la enfermedad
cardiovascular (Ministerio de Sanidad y Consumo 1990). Con estas nuevas patologías
84
entramos en una nueva etapa de la historia de la salud pública, a la que Terris llama
«segunda revolución», donde los problemas sanitarios de la población trascienden los
tradicionales campos de la medicina y requieren para su prevención un tratamiento
educativo.
La definición del sentido de la educación requiere una tarea previa: establecer sus
características diferenciales. Nos encontramos ante la definición de un concepto que
delimita el objeto central de la Educación para la Salud. Una definición insuficiente de
educación nos llevaría a una definición de EpS inadecuada.
85
moral plena y feliz. La educación como hecho, por otra parte, y la reflexión sobre ella
es una evidencia que aparece en las diversas formas de cultura como un integrante
de la vida de los grupos sociales y de su pervivencia histórica. Los modelos son
diferentes según los grupos étnicos que se analicen, y según qué época se considere.
Cuando la Pedagogía pretende un análisis científico, la conceptualización de la
educación es su principal tarea. El análisis de sistemas permite una visión bolista,
global del hecho educativo. La afirmación de que la educación radica en el ser del
hombre nos lleva a diagramar qué lugar ocupa el hombre en su entorno y en relación
con los demás seres, con los que interactúa de forma dinámica en cada contexto o
ecosistema.
Los animales pueden cambiar, e incluso mejorar, con el adiestramiento, las plantas
sometidas a un cultivo cuidado producen abundantes frutos, pero sólo el hombre
puede reflexionar sobre sí y su entorno, sólo él puede «estar presente» ante sí mismo
e interrogarse sobre el modo de mejorar la realidad. La racionalidad humana permite
la generación de la cultura, la integración de los conocimientos, los modos de relación
y formas de vida, el lenguaje, el trabajo, la autonomía, y la libertad. La transmisión de
esta cultura, la mejora de la sociedad y de los hombres se hace a partir de la
educación. Por consiguiente, una nota o característica diferencial será, por obvio que
parezca, la referencia al hombre.
86
La segunda de las notas identificadas es la intencionalidad. Intención es el punto de
mira o el término de acción (Moliner, 1977). La intencionalidad es una propiedad que
afecta a la actividad o comportamiento humano. La intencionalidad puede postularse
desde diversos ángulos o puntos de vista (Arroyo, M., 1993):
87
La educación es proceso o, mejor, progreso, que añade el sentido de cambio
perfectivo. El proceso educativo consiste «no tanto en las operaciones humanas,
cuanto en la ordenación de las mismas por la razón» (González Álvarez, 1969). Esta
característica o, mejor, dimensión de la educación supone la situación de interacción:
«quiero decir con ello que toda manifestación humana tiene, como mínimo, un dato
permanente; en efecto, considero que toda acción humana, todo comportamiento o
conducta, puede analizarse como interacción: esto es, como acción entre sí o entre
los hombres. El comportamiento humano, como fenómeno más amplio que el propio
hombre y, por tanto, integrador de éste, puede reducirse a su premisa más simple si
se contempla bajo la categoría de «relación». La relación humana es, en definitiva, lo
que define a la realidad social de las mujeres y los hombres. De ahí que la realidad
relacional y su fenomenología concurrente (elementos, influencias y consecuencias
de dicha realidad) protagonizada por el hombre, deba ser objeto sobre el cual se
aplique el conocimiento de las ciencias humanas» (Colom, A.J. 1982).
La socialización es el proceso educativo que permite el ajuste social del individuo. Las
notas de ayuda, auxilio son permanentes en las definiciones de educación. Se podría
decir que hacen referencia a la educabilidad desde la perspectiva del educador. La
felicidad ha sido considerada como el fin clásico de la educación.
88
El sistema educativo es «un sistema abierto por el intercambio de información que
realiza con el medio que lo envuelve, y es, al mismo tiempo, un sistema cerrado en
tanto que es por sí mismo capaz de controlarse Quizás, como afirma Buckley, más
que cibernético, por tratarse de un sistema sociocultural, sería mejor denominarlo
adaptativo para poder así desechar las connotaciones mecanicistas que el término,
acuñado por Wilmer, implica» (Colom, 1982). En este mismo sentido insisten algunos
otros autores al subrayar la naturaleza no cerrada del sistema educativo: «la
educación es un sistema abierto inserto en un medio humano y sociocultural complejo
y multiforme en cuya funcionalidad queda integrada la educación como "determinante-
determinado", influyendo decisivamente en dicho medio y siendo a su vez influida
decisivamente por él» (Sanvisens, 1984).
El sistema educativo puede definirse, por consiguiente, como «un subsistema del
sistema formado por la interacción dinámica con capacidad procesual respecto de
unos objetivos, de la totalidad de instituciones, elementos, unidades, grupos y
aspectos sociales o de índole social que posean total o parcialmente una función
educadora, o sea, que permitan a una población determinada formarse (socializarse)
mediante la intemalización de un elenco cultural y de pautas y normas de acción así
como de significaciones, acordes con los valores sociales establecidos» (Colom,
1987).
89
que un concepto esencial y comprehensivo de la educación debe abarcar las
siguientes notas o realidades básicas (Arroyo Simón, M., 1984):
90
Los límites de la educación en cada caso se determinan por la herencia (dotación
genética), el medio y el ejercicio de la libertad humana. El poder ilimitado de la
educación sería un excesivo optimismo pedagógico, reñido con su contrario, el
pesimismo pedagógico. Consideramos que «el educador no debe estimar el poder de
la educación ni menor ni mayor de lo que es en realidad; debe tratar de ver hasta
dónde puede ir; pero es necesario siempre que espere a ser conducido, por la
observación, de los resultados a los límites de los ensayos razonables» (Herbart,
1935).
La acción educativa podría resumirse en la ayuda que se presta al discente para que
sea capaz de conocerse y valorar lo positivo que toda persona humana tiene, con
objeto de elevar su autoestima y poder así desarrollar o desplegar toda la
potencialidad de su personalidad incipiente.
91
esta actitud aún se mantiene en algunos pueblos de África, Asia, Australia y América.
Fueron las civilizaciones egipcia y mesopotámica las que iniciaron el primer cambio
conceptual, pasando del sentido mágico religioso a un desarrollo de la higiene
personal y pública. En la antigua civilización hebrea, la Ley Mosaica contiene uno de
los primeros códigos sanitarios de la humanidad: prescribe ordenamientos estrictos
sobre higiene personal, alimentación, comportamiento sexual y profilaxis de las
enfermedades transmisibles, algunas de ellas todavía vigentes.
En el siglo XIX, con los avances en bacteriología, y en la primera mitad del siglo XX,
con el descubrimiento de Fleming sobre la penicilina, la comercialización de los
antibióticos, la creación de los centros de la Seguridad Social y las campañas de
vacunación, se abrieron nuevas perspectivas de optimismo frente al riesgo de
enfermedades transmisibles. No obstante, pronto se pudo comprobar el carácter
multifactorial de la enfermedad ya que, entre otras, las condiciones sanitarias
deficientes y las carencias nutricionales tenían gran influencia en la aparición y
gravedad de los padecimientos, así como también una serie de factores psicosociales.
Estos hechos motivaron, en gran medida, el cambio conceptual más importante,
pasando de una formulación de la salud en términos negativos, como se venía
entendiendo hasta el momento, a una consideración positiva.
92
enfermedades».
Son numerosas las definiciones que a partir de este momento se han formulado sobre
el concepto de salud, encontrando un elemento común en todas ellas, la formulación
de la salud en términos positivos. La salud en la actualidad no se entiende ya como
ausencia de enfermedad.
En la década de los setenta se llevan a cabo una serie de estudios que ponen de
manifiesto los factores no sólo internos del individuo, sino también externos
(ambientales y sociales), observándose la necesidad de dirigir la acción educativa no
sólo al individuo, sino también hacia la interacción con el entorno. De tal manera que
algunos autores como Hernán San Martín y otros definen la salud como el grado de
interacción del hombre con su medio.
La Oficina Regional para Europa (1986) entiende la salud como «la capacidad de
realización personal y de responder positivamente a los retos del ambiente.» La
interacción del hombre con el medio se considera como elemento fundamental para
permanecer en salud. «La Salud como la enfermedad» provienen no sólo del
patrimonio genético que nos trae la vida, sino que, concretamente, dependen de las
reacciones de nuestro equipo biológico frente a los estímulos múltiples y diversos del
ambiente ecológico social que simultáneamente es físico, biológico, psicológico, social
y cultural (Hernán San Martín, 1988).
93
salud en el mundo occidental, de tal forma que podríamos también definir la salud
como: Conjunto de condiciones físicas, psíquicas y sociales que permitan a la persona
desarrollar y ejercer todas sus facultades en armonía y relación con su propio entorno.
El interés por la Educación para la Salud tiene una larga tradición. Según hemos
señalado, la historia de la especie humana ha mostrado desde tiempos inmemoriales
una gran preocupación por la salud y su transmisión; no obstante, la evaluación
sistemática y científica es relativamente reciente.
94
La 36.* Asamblea Mundial de la Salud define la EpS como «cualquier combinación de
actividades de información y de educación que lleve a una situación en que la gente
sepa cómo alcanzar la salud y busque ayuda cuando lo necesite».
Una definición muy utilizada en EEUU es la formulada por Henderson (1981) como
proceso de asistencia a la persona, individual o colectivamente, de manera que pueda
tomar decisiones, una vez que ha sido informado en materias que afectan a su salud
personal y a la de la comunidad.
Aunque la Educación para la Salud tiene una función preventiva y correctiva que exige
por parte de la persona, la familia y otros grupos sociales los conocimientos necesarios
para la prevención de ciertas enfermedades, su principal finalidad no está en evitar la
enfermedad, sino en promover estilos de vida saludables; tiene un sentido positivo de
ayuda y potencialización de la persona para la participación y gestión de su propia
salud y poder desarrollarse en un proceso de salud integral.
Son numerosos los autores que insisten sobre la vinculación de los comportamientos
y su influencia en la salud y en la enfermedad; no obstante, también es cierto que la
estrategia preventiva tradicional ha sido ampliamente criticada por centrarse en
objetivos excesivamente analíticos, sobre conductas aisladas, como, por ejemplo:
reducir el consumo de grasas saturadas para prevenir la enfermedad cardiovascular
o el consumo de sal para prevenir la hipertensión. Pues la investigación
epidemiológica (Syme 1991) nos muestra que los grandes cambios en los hábitos y
prácticas de salud no han devenido como consecuencia de los esfuerzos educativos
95
dirigidos a conductas más o menos aisladas, sino más bien como efecto de cambios
más globales.
Parece claro que la Educación para la Salud tiene como principal finalidad la mejora
cualitativa de la salud humana, centrándose no en conductas aisladas, ya que éstas
suponen realidades segmentadas del comportamiento y por tanto complejas para su
modificación, sino en un entramado de comportamientos que forman los estilos de
vida; por otra parte, el hombre en el uso de su libertad no es un ser determinado,
aunque sí condicionado por una serie de factores ambientales y también por sus
propios hábitos de conducta, por lo que el esfuerzo y la lucha personal deben
orientarse no sólo hacia el cambio de aquellos factores nocivos del contexto, sino
también a sus propios hábitos y tendencias.
El hombre nace con un potencial de salud que está condicionado por su genoma y
también con una capacidad de adaptación al entorno cambiante, pero los vertiginosos
cambios sociales impiden que éste se adapte a su entorno físico, psíquico y social,
produciéndose grandes desajustes.
96
La historia de la humanidad ha conocido, a través de los tiempos, grandes pandemias^
que han ocasionado graves estragos, pero, gracias a los avances científicos, a la
comercialización de los antibióticos y a la intervención sanitaria, se han ido sofocando.
En las últimas décadas, cuando se había llegado a un gran optimismo respecto a la
superación de las enfermedades transmisibles, el ser humano se ve afectado por otros
grandes males que debe remediar. Nos encontramos ante dos grandes pandemias:
las enfermedades transmisibles y las enfermedades degenerativas. Una enfermedad
transmisible de gran magnitud y de reciente descubrimiento que ha desencadenado
una gran inquietud y alarma social es el SIDA, Síndrome de Inmuno-Deficiencia
Adquirida. Aunque esta enfermedad parece tener un origen remoto, no obstante, los
cambios sociales y los estilos de vida actuales han propiciado de forma alarmante su
propagación. La pandemia del SIDA sigue su evolución. A pesar de la reducción de
nuevos casos en Estados Unidos y en Europa gracias a los avances en el tratamiento
de la enfermedad, persiste un número constante de infecciones cada año, y existen
índices de que las conductas de alto riesgo han aumentado en ciertos entornos, lo
cual indica un fracaso de la prevención primaria. ‘Enfermedades transmisibles que han
afectado a grandes grupos de población.
Otro problema de salud que afecta a grandes núcleos de población en los países
desarrollados son las enfermedades degenerativas. Se dispone de suficiente
evidencia como para afirmar que gran parte de la mortalidad y morbilidad asociadas a
estos factores de riesgo se podría prevenir desarrollando desde la infancia estilos de
vida saludables. Se conocen datos en los que se asocian hábitos inadecuados de
alimentación y enfermedades coronarias; la obesidad y las dietas ricas en grasas y
bajas en fibra favorecen el desarrollo de trastornos cardiovasculares y diversos tipos
de neoplasias (mama, útero, colon-recto, próstata), mientras que alimentos ricos en
vitaminas A y C pueden disminuir el riesgo de algunos tipos de cánceres (laringe,
esófago, estómago y pulmón).
Se ha estudiado también la influencia del estrés sobre la salud: las personas que
padecen una situación de estrés continuado desarrollan un mayor número de
enfermedades; los estresadores mayores, como puede ser la muerte de un cónyuge,
debilitan el sistema inmunológico por un año. La estabilidad emocional es otro factor
ampliamente estudiado como determinante de la salud; se está comprobando que
97
algunas emociones negativas, como la ira y la hostilidad reprimida, tienen un efecto
directo sobre la contractilidad de la arteria coronaria y, en consecuencia, sobre la
llegada de oxígeno al músculo cardiaco. La hostilidad también está asociada con la
reaparición del infarto por encima de algunos factores clásicos como la hipertensión y
el exceso de colesterol. Últimamente, el factor emocional se viene considerando como
una pieza clave en la prevención o desarrollo de numerosas enfermedades, ya que se
ha comprobado que el control de los factores de riesgo tradicionales es insuficiente
en cuanto efecto preventivo si el organismo no se encuentra sereno, sosegado y en
paz, de aquí la necesidad de atender la salud emocional como parte integrante de la
EpS. Los factores ambientales ocupan también un lugar importante en cuanto a
determinantes de la salud, pues, en la práctica, la posibilidad de vivir en salud se va
reduciendo para el Homo Sapiens en la medida en que el ambiente de vida se hace
más complejo, más dinámico y más recargado de elementos extraños a nuestra
biología y ecología (Hernán Martín, 1988).
Los factores que condicionan la salud de las personas son de diversa índole:
económica, educativa, política, ambiental, sanitaria, social, etc. Una gran parte de las
diferencias de salud entre los diferentes grupos sociales radica en la falta de
distribución de los recursos; los países en vías de desarrollo aún están muy afectados
por las enfermedades transmisibles; según Jean Rochon (1994) la tasa de mortalidad
infantil en los países poco desarrollados es ocho veces mayor que en los países
desarrollados.
98
agua suficiente, educación sanitaria y justicia social pertinente, viviendas dignas,
planificación y programas de investigación comunitarios y organización de estructuras
sanitarias a todos los niveles (Schüller, A. 1997).
La Educación para la Salud debe tener como objeto de atención a todos los miembros
de la sociedad, ya que la salud es un derecho de la persona promulgado por la
Declaración Universal de Derechos Humanos y también por la Constitución Española
(Art 45.2) en la que se señala la obligación de los poderes públicos de arbitrar los
medios necesarios para proteger la calidad de vida y defender y restaurar el medio
ambiente apoyándose en la solidaridad colectiva. No obstante, las necesidades de los
individuos y grupos sociales son muy diferentes, lo que justifica la diversidad de
programas y también el hecho de que cada día surjan nuevos espacios educativos
para satisfacer las necesidades de salud de los diferentes grupos sociales, como un
proceso de educación permanente.
99
debe no sólo proteger a los jóvenes de enfermedades y riesgos, sino que la escuela
debe ser una fuerza promotora de salud que atienda al niño en todas sus necesidades
y en un sentido holístico e integral.
Algunos países europeos como Inglaterra y Holanda agrupan estas áreas en tres:
- Relaciones.
- Cuidados de uno mismo.
- Comunidad y medioambiente.
100
La importancia de la escuela como medio para la promoción de la salud hizo posible
la creación de la red europea de escuelas promotoras de salud, integrada por la
Oficina Regional Europea de la OMS, La Comisión de la Unión Europea (CUE) y el
Consejo de Europa (CE). Tiene como finalidad facilitar a la comunidad educativa la
adopción de formas de vida saludables en un ambiente favorable a la salud,
conviniendo que una escuela promotora de salud es aquélla que responde a los
siguientes objetivos:
La colaboración entre los tres organismos que integran la red europea de escuelas
promotoras de la salud se centra fundamentalmente en: -
101
- Evitar la duplicidad de acciones.
La mejora de la salud implica a los sistemas sanitarios para investigar los problemas
y necesidades de salud, estableciendo un PLAN DE SALUD que adecué el proyecto
humano y profesional a una expectativa razonable, que considere los valores
permanentes que configuran la identidad humana, la del grupo social y la de la
organización, y asuma los cambios sociales y las nuevas necesidades que producen
en dicho dinamismo.
102
estructura y dinámica social presionan hacia formas de vida diferentes, por lo que los
servicios de salud-enfermedad deberán adaptarse a las necesidades y riesgo de la
sociedad en cada momento. La planificación, en síntesis, debe orientarse hacia la
resolución de problemas de salud del entorno y hacia una mejor calidad de vida, por
lo cual debe ser un proyecto humano y profesional que considere la realidad de forma
unitaria y al hombre en interacción con el ambiente. (7)
103
(4.2) Lectura 2
LA EDUCABILIDAD DE LA SALUD
¿Tiene Importancia La Educación para la Salud en nuestra sociedad?
María Isabel Serrano González
INTRODUCCIÓN
En esta época en la que tantos recursos humanos tenemos y se han alcanzado tantos
conocimientos, en este siglo en el que hay más científicos vivos que en todos los siglos
precedentes. A pesar de ello nos podemos preguntar ¿es posible que tengamos que
educarnos para vivir con salud?
104
2. LA EXPERIENCIA EUROPEA:
Son estructuras organizativas muy importantes las que levantan la voz en favor de la
EpS. Los ejes preventivos de la Comunidad Europea (CE) giran en torno a 6
problemas: cáncer, droga, SIDA, sexualidad, alimentación y alcoholismo.
105
Rabier llevó una investigación desde Luxemburgo, para ver la aceptación de la EpS
entre los profesionales sanitarios de Atención Primaria de Salud (APS) y educativos
cuyos resultados eran alentadores y los presentó en la Conferencia de Dublín.
Consciente la OMS y el Consejo de Europa de que una buena salud es un recurso
para el progreso económico, e individual, en 1994, deciden implementar un programa
de Acción Comunitaria de Salud Pública y especifico de SIDA, entre los que se
subraya que hay que desarrollar políticas comunitarias, educación a los jóvenes y
profesionales de la salud, actividades específicas a los formadores, promoción de
proyectos experimentales e investigaciones de los campos de la actividad de la EpS.
3. COMPLEJIDAD DE LA EpS
La pregunta pertinente para tratar de ordenar los numerosos factores con los que se
juega en EpS es: ¿Cómo se produce el cambio en el ser humano cuando intervenimos
en la EpS? ¿Cómo explicar y comprender estos cambios de comportamiento que se
han dado en los distintos proyectos? Para dar una respuesta hay que adoptar
decisiones transdisciplinares porque la realidad es poliédrica y son posibles los
acercamientos desde distintas disciplinas.
La educación para la salud es una actividad intencional que requiere un programa con
el análisis de la realidad o definición del problema, objetivos, actividades, contenidos,
evaluación y definición de un método de trabajo En esta intencionalidad de la EpS nos
basamos para que el individuo pueda adquirir conocimiento de todo lo que le rodea ay
106
de si mismo, y pueda modificar todo esto, incluida su conducta.
Desde este punto de vista la EpS obtiene buenos resultado en promoción de la salud
y prevención como también con enfermos crónico para ayudarles a vivir
saludablemente con la enfermedad, y con familiares de enfermos terminales
contribuye a crear grupos de autoayuda. Desde esta reflexión con estas posibilidades
de la EpS nos preguntamos: ¿Es suficiente conocer solo técnicas, o entran también
en juego cuestiones tan intangibles como la cultura, la estructura social y las actitudes
y las creencias?
Erikson ha observado que hoy en día el paciente sufre sobre todo por el problema de
no saber en qué debería creer y en quien, o en realidad que querría ser o qué llegar a
ser.
La EpS no es una hipótesis abstracta, es una realidad que responde a las necesidades
de salud, y la posibilidad objetiva d. e adquirir comportamientos positivos en lo relativo
a la salud. Significativamente, también adquisición de una actitud preventiva y de toma
de decisiones conscientes y coherentes en cuanto a la defensa y promoción de la
salud; solicitud y correcta utilización de los servicios sanitarios, y maduración de
individuos capaces de evaluar factores de riesgo y trabajar por la mejora del contexto.
Desde esta realidad podemos decir que la EpS también es objetivamente un indicador
de calidad del servicio. Quienes trabajan en EpS mejoran sus relaciones y adquieren
mayor madurez. La EpS es ante todo un proceso de comunicación.
107
6. LOS RESPONSABLES DE LA APLICACIÓN DE LA EPS Y LOS CRITERIOS
GENERALES
- Respeto,
- Diálogo
- Confianza, son tres claves para crear el medio educativo.
La EpS está comprometida con la calidad de vida y la promoción del bienestar físico
social o mental.
108
(4.3) Lectura 3
RESUMEN
El ritmo de vida actual ha generado diversos cambios en los estilos de vida saludables;
por ello la Psicología de la Salud ha enfocado sus esfuerzos en el manejo de
conductas de riesgo como medida preventiva o de intervención. El modelo transteórico
es una de las propuestas que ha incorporado diversos elementos basados en la
intención del cambio y la motivación, para facilitar el cambio de conducta teniendo en
cuenta un proceso en etapas. Inicialmente este modelo fue usado para atender
conductas adictivas, pero se ha considerado útil para modificar muchos otros
comportamientos que representen un riesgo para la salud. Este trabajo describe las
variables del modelo y se ejemplifica su aplicación en la evaluación e intervención de
sobrepeso y obesidad.
Introducción
Durante casi cuatro décadas el modelo transteórico (MT) ha planteado que el cambio
comportamental es un proceso en el que las personas tienen diversos niveles de
motivación y de intención para modificar su conducta; conformado por una serie de
postulados respecto a la naturaleza del ajuste de comportamiento que hace el
individuo y de las características de las intervenciones que pueden facilitar dicha
modificación. De acuerdo con Cabrera (2000), el análisis comparativo de 29 teorías
relevantes, y disponibles a finales de los años setenta hechos por Prochaska, permitió
iniciar los trabajos de este modelo con consumidores de drogas ilegales y tabaco que
después se trasladaron al trabajo con las conductas asociadas a comportamientos
promotores de salud.
Las investigaciones recientes en distintas poblaciones han aportado evidencia del uso
del MT en comportamientos de riesgo, como fumar (Gökbayrak, Paiva, Blissmer y
Prochaska, 2015; Guo, Chang, Fu y Hsu, 2016),o consumo excesivo de alcohol
(Crouch, DiClemente y Pitts, 2015), logrando reducir el consumo de cigarros y alcohol
a corto plazo, y en los seguimientos a seis meses.
Estos logros se han trasladado a otras conductas relacionadas con enfermedades
como la obesidad, que de acuerdo con la OMS (2017) se asocia con una amplia gama
de padecimientos que amenazan la salud de los individuos, como los problemas
109
cardiovasculares, diabetes y cáncer, entre otros, que a la postre implica gastos en
salud significativos para los individuos y los gobiernos. Dentro de las acciones que la
OMS han sugerido para disminuir el impacto de este tipo de enfermedades está el
disminuir peso corporal, por medio de una mayor actividad física para incrementar el
gasto energético, la adopción de una dieta equilibrada que implique un incremento en
el consumo de verduras, frutas, agua simple, así como la disminución de comida rica
en grasas, carbohidratos y sales.
Ante este panorama, el modelo transteórico (Prochaska, 2013; Prochaska et al., 1994)
es un marco conceptual de cambio conductual que ha resultado efectivo para
programas de control de peso, ayudando a los individuos a identificar su disposición
al cambio de conductas como el aumento del consumo de alimentos saludables y la
actividad física, lo cual finalmente impacta en una disminución de peso (Greene et al.,
2013; Lipschitz et al., 2015; Spencer, Wharton, Moyle y Adams, 2007).
En primer lugar, el escrito presentará los antecedentes del MT; en seguida describirá
los procesos de cambio, etapas de cambio y niveles de cambio, para después
ejemplificar cada uno de ellos en relación con comportamientos asociados con el peso
corporal, y por último se presentan algunas conclusiones respecto al uso del MT para
la intervención en problemas de salud en donde es necesario mejorar la actividad
física y la dieta.
110
el modelo (Prochaska y DiClemente, apud Díaz, 2001):
1) Considera un amplio rango de maneras de cambio: desde intervenciones
tradicionales de rehabilitación hasta la auto modificación del comportamiento
sin ayuda especializada.
2) Logra aplicar a las diversas conductas adictivas: desde el abuso de alcohol y
la dependencia a cualquier sustancia (nicotina, heroína, cocaína, etcétera)
hasta comportamientos adictivos no farmacológicos, como la hiperfagia o
adicción al juego.
3) Integra los distintos modelos de cambio que estaban disponibles en aquel
momento para las conductas problemáticas: sobre todo los que proponen una
explicación global del cambio.
4) Aborda todo el proceso de cambio: desde que el individuo comienza a percibir
su comportamiento como problemático hasta que el problema deja de existir.
5) Considera los avances de investigación, incorporando e integrando las
variables que se comprueben significativas en la explicación de la modificación
de conductas en las personas.
Respecto al MT, Díaz (2001) establece que esta propuesta no debe considerarse
como una visión ecléctica, dado que no es una mezcla pragmática de procedimientos,
sino que éste pretende integrar las teorías subyacentes a las psicoterapias y no sólo
las técnicas, lo que considera como flexibilidad teórica. La premisa principal de este
modelo es el cambio, que es concebido como un proceso en el cual las personas
pueden tener diversos niveles de motivación e intención de modificarlo, lo que permite
aplicarlo a cualquier conducta y en cualquier contexto, porque la intervención se hace
de manera individualizada teniendo en cuenta determinada influencia externa y un
claro compromiso personal que puede ubicarse en alguna etapa que plantea el
modelo, y a partir de ésta implementar los procesos de acuerdo con el nivel que
deseen intervenir para modificar y solucionar el problema (figura 1).
111
Figura 1. Elementos del modelo transteórico del cambio de Prochaska y DiClemente (1982).
Adaptada de Prochaska, DiClemente y Norcross (1992), p. 1108.
Con base en los estudios y análisis teóricos de Prochaska a finales de 1960 respecto
a los distintos enfoques teóricos e intervenciones psicológicas, Prochaska, Norcross
y DiClemente (2013) identificaron la estructura del cambio intencional del
comportamiento que explican mediante tres dimensiones (procesos, estadios y niveles
de cambio).
En primer lugar, se encuentran los estadios de cambio, que son fases que pueden ser
identificadas en el individuo y permiten planear la intervención de acuerdo con el
momento en que se encuentra (tabla 1).
112
113
Tabla 2. Definición e intervenciones representativas de los procesos de cambios
114
pueden presentar las recaídas que ocurren cuando las acciones de cambio fracasan
para continuar en la fase de acción o mantenimiento, causando un retroceso hacia
estadios previos. Cuando se logran estabilizar los cambios y mantener los nuevos
hábitos, se puede considerar un estadio de finalización, en el que se considera la
extinción de la conducta problema o de las tentaciones para realizar las conductas de
riesgo.
En segundo lugar, el modelo plantea los procesos de cambio definidos por Prochaska,
DiClemente y Norcross (1992) como “las actividades abiertas o encubiertas y
experiencias en las que los individuos se involucran cuando intentan modificar
comportamientos problemáticos” (p. 1107); una definición más amplia del proceso de
cambio es la que refiere Díaz (2001): “aquellas actividades abiertas o encubiertas en
las que los individuos se implican para modificar sentimientos, pensamientos,
conductas o relaciones interpersonales relativos a conductas o estilos de vida
problemáticos” (p. 24).
De acuerdo con Prochaska et al. (1992), cada proceso puede abarcar múltiples
técnicas y métodos de cambio recomendados en diferentes teorías, lo que explicaría
el término “transteórico”. Los procesos pueden incorporarse en las sesiones de
terapia; entre las sesiones o sin las sesiones de terapia, los 10 procesos principales
que han producido patrones similares se muestran en la tabla 2, aunque también se
han organizado en dos factores de segundo orden: 1) procesos de cambio cognitivos
(aumento de conciencia, autorreevaluación, reevaluación ambiental, alivio dramático
y liberación social), y 2) procesos de cambios conductuales (autoliberación, manejo
de contingencias, relaciones de ayuda, contracondicionamiento y control de
estímulos).
115
hijos en torno a la alimentación; por ejemplo, las discusiones con el hijo por no comer
los vegetales que tiene su comida.
4) Conflictos sistémicos/familiares. Se refiere a los cambios dirigidos en la familia de
origen, problemas legales, red de apoyo social, empleo, o alguna institución. En este
caso se identifican conflictos que pueden afectar de manera directa el presupuesto
familiar; por ejemplo, que alguno de los padres en un hogar pierda su empleo y esto
disminuye el ingreso familiar, y por tanto se buscan alimentos que pueden no nutrir de
modo adecuado, pero satisfacen con rapidez el hambre y son de mejor sabor.
5) Conflictos intrapersonales. Se enfoca en los cambios dirigidos a los aspectos
internos de la persona, como la autoestima, autoconcepto y personalidad, entre otros.
En este nivel se debe poner especial atención porque las personas con sobrepeso u
obesidad pueden presentar un autoconcepto y autoestima baja.
Con estas dimensiones que hemos revisado se plantea el cómo, cuándo y qué se
cambia en una intervención, al permitir integrar una amplia gama de estrategias,
instrumentos, procedimientos y herramientas para generar cambios; sin embargo,
existen dos herramientas propuestas por otros autores que han llegado a tener
116
relevancia teórica y empírica dentro de este modelo; la primera es la entrevista
motivacional que apoya la toma de decisiones en el proceso de cambio intencional y
mantiene los cambios de comportamiento, identificando los pros y los contras de la
conducta problema; esta estrategia —propuesta por Miller y Rollnick (2002)— se
puede utilizar dependiendo de la etapa de cambio en la cual se encuentre el individuo;
por ejemplo, para que las personas en etapa de precontemplación avancen hacia la
siguiente, encontrando la motivación necesaria para iniciar el cambio.
Conclusiones
El objetivo del presente análisis fue detallar y ejemplificar los elementos del modelo
transteórico en conductas relacionadas con la reducción de peso, como es la
adherencia a una dieta sana y el incremento de actividad física. Lo anterior con la
finalidad de ser un apoyo para la implementación de intervenciones basadas en el MT
para la reducción de factores de riesgo asociados a la obesidad, enfermedades
cardiovasculares y diabetes.
Después de la demostración del modelo es posible establecer que, para efectuar una
intervención con personas que requieren una modificación en su alimentación y nivel
de actividad física, en primer lugar es necesario identificar la etapa de cambio en que
se ubican, porque cada estadio precisa una intervención para cada proceso de
cambio; asimismo se sitúa el nivel al cual se hará la transformación comportamental,
ya sea en síntomas, cogniciones, aspectos interpersonales, intrapersonales o
sistémicos, para obtener una mejor adherencia a la alimentación saludable y a la
actividad física constante y repetida.
Revisiones como las hechas por Carvalho et al. (2016) indican que las intervenciones
basadas en el MT han resultado eficaces para promover un estilo de vida saludable,
incrementando la actividad física, el consumo de frutas, verduras, y disminuir la
ingesta de grasas, además de mejorar la sustitución por alimentos menor calóricos. El
estudio hace constar que muchos de los estudios utilizaron RCT para aportar
evidencia de sus efectos en muestras amplias y con seguimientos a largo plazo, lo
cual ayuda a identificar que existe una pérdida de peso. Los estudios reportados
incluyen muestras diversas, por lo que ha sido aplicado a niños, adolescentes, adultos
y personas mayores que pueden estar saludables, en riesgo de desarrollar una
enfermedad cardiovascular u obesidad, así como en individuos con diabetes y tensión
arterial elevada. Ante los hallazgos de investigación reportados al utilizar el MT en
este ámbito de acción, es importante destacar que el uso del modelo supone una
117
ventaja ante otras intervenciones psicológicas para la reducción de peso, en tanto que
identificar la etapa de cambio en que se encuentra cada individuo permite diseñar
acciones específicas para ellos, al contrario de las intervenciones genéricas que se
aplican a las personas sin tener en cuenta su motivación para el cambio, como en el
caso de Carvalho et al. (2015), que proporcionaron intervenciones específicas para
dos grupos de participantes; en primer lugar, aquellos en etapas de contemplación y
preparación, y en segundo lugar para quien estaba en acción y mantenimiento; los
resultados apuntan hacia una disminución de peso, IMC y la ingesta de alimentos altos
en calorías y grasas, lo cual destaca la bondad del uso del MT para intervenciones
exitosas con diferentes grupos de personas.
En este mismo sentido la evidencia ha inferido otras variables que pueden caracterizar
al individuo en cada etapa de cambio, aludiendo a una mayor motivación en los que
están en etapas más activas, como la acción y el mantenimiento, así como menor
autoeficacia en aquellos en etapas contemplativas, así como una mayor percepción
de barreras en las personas en precontemplación; este tipo de aportes proporcionan
un mayor margen de intervención con distintos tipos de personas (Aspano, Lobato,
Leyton, Batista y Jiménez, 2016; Jiménez, Moreno, Leyton y Claver, 2015).
118
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120
(4.4) Lectura 4
1. La Orquesta invisible
Pero cómo damos las órdenes, cómo abrimos el discurso y con qué instrumentos,
cómo presentamos los temas, qué instrumentos van a hacer el acompañamiento,
qué atmósfera queremos crear, quien nos hará un contrapunto, además están las
voces, por supuesto habrá un director de orquesta que armonice para que surja la
sinfonía. ¿Cómo lo consigue?, las claves de trabajo, el cómo lo va a desarrollar,
está escrito en la partitura.
Tiene por objeto crear las condiciones favorables para conseguir los objetivos del
programa.
La elección del método tiene su importancia porque el método crea las condiciones
favorables para conseguir los objetivos educativos que habrán de traducirse en
niveles de salud. Si los objetivos están dentro del marco de una salud integral, el
método debe respetar el desarrollo de las claves de esta salud integral. Hay que
tener en cuenta que no es posible determinar un método que se pueda considerar
en cierta forma definitivo y óptimo y que pueda resultar válido en toda situación.
Pero todos han de respetar la dignidad y libertad del ser humano.
Esto son consideraciones generales del método que tiene interés de llamar la
atención del lector para estimularlos a trabajar con rigor, pues solo así podemos
conocer el verdadero valor de le EpS.
121
¿Hay alguna característica más que deba cumplir el método? vamos a desarrollar
a continuación las características que debe tener un método en EpS.
Esto de forma muy simple, quiere decir que nuestro mensaje conecte con la gente.
La oferta educativa es significativa para las personas si conecta con la vivencia
actual de los problemas de salud, con su trayectoria cultural, con sus experiencias
de enfermedad. Por lo que es necesario tener como la experiencia de las personas
con las que trabajamos.
Para el cambio hay que conectar con el universo motivacional del sujeto.
122
Motivación desde su vida y en una tensión de crecimiento y capacitación.
Este proceso de desarrollo en sentido de una espiral que se enriquece con los
puntos de vista y aprendizajes de cada día sobre el mismo problema, posibilitando
nuevos estímulos, al constatar las posibilidades que tienen de ver cómo se colorean
los hechos, desde distintos ángulos de visión, y cómo se enriquece el conocimiento
desde la perspectiva del grupo.
Esta actividad así planteada les va ofreciendo estímulos que les reta a buscar
horizontes más creativos que el mundo de la droga, el alcohol, o morirse de hambre
para estar más delgada.
Debe introducir instrumentos que nos den la claves, que nos informe cómo el sujeto
va asimilando y reelaborando su conocimiento y va tomando decisiones. Reevaluar
la toma de decisiones del grupo a lo largo del proceso es clave para la maduración
del propio chaval. Debe permitir que se completen los temas adaptados a las
necesidades de su edad y capacidad, ofreciendo puntos de referencia a los
chavales, que tanto lo necesitan, sobre todo los adolescentes, en el proceso de
construcción de su identidad.
Leído como principio de multidimensión. La raíz de este principio está en las mismas
razones en las que se justifica la interdisciplinariedad en salud y educación. La
realidad es compleja y la conducta humana cristaliza después de procesos
123
psíquicos cognitivos y afectivos complejos.
124
Toda persona que quiere iniciar un proyecto de EpS se pregunta: ¿Cómo voy a
empezar las reuniones? ¿Qué temas voy a elegir? ¿Cómo voy a saber cuándo es
necesaria una actividad y cuándo es contraproducente? ¿Cómo voy a organizar los
recursos y las actividades para provocar un cambio consciente en el sujeto? ¿Cómo
respeta nuestro método, la libertad del ser humano? A continuación, algunas
respuestas a estas preguntas.
En todo proceso educativo existe un itinerario, un recorrido que permite llegar con
el grupo a las metas educativas. Para desarrollar un método de EpS es clave la
concepción que tengamos del ser humano, y qué salud queremos recuperar.
Este método toma orientaciones de las teorías sobre grupos de Lewin, Maslow, etc.
y tiene rasgos del modelo constructivista sobre el aprendizaje significativo de
Ausbel, retoma ideas de Piaget, sigue en lo educativo a Freire, desde la psicología
está muy influenciado por Maslow y Rogers, desde la salud pública de Vuori, y que
125
trata de responder a las necesidades del ser humano para su desarrollo (Erik
Erikson), y de la práctica médica asistencial, anamnesis, juicio diagnóstico y
tratamiento.
La tarea educativa que proponemos tiene tres momentos metodológicos VJA que
pretende desarrollar las tres dimensiones de la formación de las personas. Tres ejes
sobre los cuales se enuclean las operaciones que comportan la metodología de la
intervención, es decir, en el Ver, Juzgar y Actuar.
Se perfilan estas tres acciones base como las auténticas regiones de la metodología
de intervención en Educación para la Salud (EpS) y en torno a ellas tres
constelaciones.
La Observación …….. Análisis de la Realidad.
El Juicio………………. Valoración, Formulación del problema
Actuación …………….. Acciones de cambio
126
“Si vas a emprender el viaje a Itaca
pide que tu camino sea largo,
rico en experiencias y en conocimientos”…
Las distintas perspectivas con que vemos la realidad generan diferentes proyectos
de intervención.
Conocer la percepción que tiene del problema los chavales con los que estamos
trabajando es de enorme interés para centrar el trabajo del educador. Porque en
bastantes ocasiones el educador va a tener que llevar a ver a los chavales una
nueva forma de ver las cosas y el resto se va desencadenando solo. La mayoría de
nuestros comportamientos son inseparables de las imágenes y las ideas que
tenemos acumuladas a lo largo de nuestra existencia. También para el cambio que
queremos debemos conectar con el universo motivacional del chaval.
Otra cuestión que debemos dar por sentado antes de empezar, es que no se debe
educar desde las carencias sino desde potencialidades. Es decir, desarrollando
aquellas cualidades del alumno que le permite ir realizando la experiencia que
estamos proponiendo. Otro aspecto que hay que conocer previamente son los
modelos culturales que orientan su vida. Si desde una intervención educativa
pretendemos modificar actitudes y comportamientos, debemos conocer las
creencias y los valores desde donde orientan sus conductas preventivas o no. El
mundo axiológico y las informaciones previas que tenemos determinan la forma de
ver las cosas y funcionan como un filtro informativo, y determinan nuestro
aprendizaje y posterior conducta. Aquí se debe empezar a encontrar los valores
como realidades, que se expresan en la experiencia, para sentar las bases de los
valores democráticos y supraculturales que son la sustancia de una conducta
saludable.
127
Cuando iniciamos el trabajo, en esta primera etapa el educador tiene cuatro
cometidos importantes: i) potenciar la perspectiva de todos los alumnos/as, ii) iniciar
la tarea educativa, iii) crear el grupo de trabajo armónico y cohesionado, y iv)
conocer las necesidades formativas en el terreno cognitivo y afectivo. Todo esto le
va a orientar sobre qué contenidos son adecuados y pertinentes al grupo, con lo
que tendrá que desarrollar dinámicas adecuadas para poner al grupo en disposición
de trabajar. Hay que decir también que, aunque ejemplifique con el adolescente, la
EpS con niños y adultos es de enorme eficacia.
Lo que tratamos es observar y conocer todos los campos que determinan la salud.
La elección de un hecho de su mundo se hace porque la oferta educativa tiene que
ser significativa para los chavales, si queremos que desarrollen el proceso y
conectar con sus vivencias sobre los problemas de salud. No basta con que lo que
digamos tenga significado en sí mismo, sino que tiene que ser significativo para
quien lo recibe. Esto es muy motivador y facilita una buena comunicación, más que
cualquier otra técnica. Además, al facilitar la expresión tenemos una importante
fuente de información sobre la realidad del grupo. Y desarrollamos una conducta
didáctica clave en educación que es establecer el contenido expresivo para los/as
alumnos/as se hagan preguntas.
Hay que asegurarse de que todos los componentes del grupo han encontrado un
puesto y establecer un margen para que se manifiesten las frustraciones de los
participantes. Es importante también identificar las resistencias, el que más se
resiste es el que más lo necesita, y dificulta el aprendizaje.
Se deben observar todos los elementos que se relacionan con ese problema de
salud y ponerlos en relación con las experiencias del grupo que está participando:
- Daño Físico/psicosocial
- Problemática que rodea al hecho
- Fracaso escolar
- Personalidad previa
128
- Frecuentación de contextos de riesgo
- Presión de los amigos
- Mundo de relaciones
- Los peldaños que ha subido hasta llegar al problema
- Y cómo siente el grupo el problema de salud que tratamos de prevenir.
129
- Técnicas de valoración de las personas.
- Crear normas de relaciones en el grupo.
- Actividades que favorezcan trabajos cooperativos y aquellos que provoquen
conflictos psico-cognitivos en los que se confronten distintos puntos de vista,
pues son los que han mostrado mejor repercusión en el aprendizaje.
El papel del educador es suscitar momentos para que surja la motivación por el
cambio, el crecimiento y la maduración. Debe ser fundamentalmente un observador
activo para descubrir el filtro de las emociones, del sistema de creencias y actitudes
del grupo para poder mover los hilos en dirección a un aprendizaje de nuevas
relaciones saludables.
Esta primera fase del VER es una rica experiencia del comprender el mundo desde
el mundo inmediato, si sabemos desarrollar las claves para que esto ocurra. Si
queremos desarrollar un proceso educativo en el que se produzcan cambios,
tenemos que saber trabajar con la afectividad, porque la fuerza está en el terreno
afectivo. “Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón”.
En esta primera etapa se cuidará del protagonista de todos para que todos y cada
uno sepamos qué hacemos y hagamos lo que de verdad deseamos.
Dice De Miguel: “Es clave para la maduración que los chavales se puedan expresar
y puedan formular sus opiniones, aspiraciones e intereses, además de otras cosas.
Pues se desarrolla la autoestima, el respeto y aprecio hacia uno mismo y es
plataforma adecuada para relacionarse con el resto de las personas”.
Las técnicas que hemos puesto en marcha en esta primera etapa han creado un
clima afectivo muy propicio y motivador para seguir trabajando. Y como toda técnica
experiencial, provoca un autoconocimiento. Pero la afectividad sólo no sabe guardar
la proporcionalidad de los problemas. No podemos quedarnos solo en el mundo
130
afectivo. La primera fase solo tiene sentido en el terreno que nos movemos si somos
capaces de interpretar la realidad que hemos descrito en las sesiones precedentes.
Y formular principios más generales a partir de la experiencia.
131
- Técnicas de autoestima.
- Habilidades comunicativas.
- Discusión de grupos.
- Recursos de aprendizaje.
- Aprender el manejo de los errores
Esta segunda fase es parte del análisis de los datos epidemiológicos y de los
conocimientos científicos en que tanto insiste Modolo.
El alumno debe salir de aquí con mayor conciencia de la que deteriora su salud,
mayor provecho de los recursos propios, conocimiento de las grandes funciones del
cuerpo y de sus capacidades. El proceso debe de ayudar a suscitar actitudes
transferibles a situaciones nuevas favorables a una vida saludable. Un mayor
conocimiento y sentido de su cuerpo implica, según Coleman, el cuidado del cuerpo.
132
proceso, es un proceso, es decir, una actividad ordenada que se va construyendo
progresivamente, dando respuestas a las dudas donde se hace la necesaria
distancia para objetivas. El educador debe aportar lo que la ciencia dice sobre el
problema que estudiamos. Trabajamos sobre un trozo de vida, del cual la
observación, la reflexión crítica, el trabajo de grupo, lograr lo significativo,
comprendiendo mejor, y sintetizando ideas. La construcción del conocimiento y el
cambio de ideas y actitudes es un proceso de interacción social en el que influye
enormemente el contacto con compañeros, las opiniones de los demás, por lo que
cobra gran importancia el trabajo en grupo.
En esta segunda etapa hacemos una distancia de la realidad para que surja el
conocimiento objetivo, por lo que hay que plantear cuestiones e interrogantes.
133
constatar que algo se está moviendo en él. De ahí que a lo largo de todo el proceso
es importante pactar compromisos con ellos y revisarlos, según el tiempo que se
estime oportuno. Aportar coherencia al trabajo que es base de la eficacia pues
impide rivalidades.
Esta tercera fase es donde deben surgir los compromisos con la pretensión de que
sean duraderos, y acciones donde se constate su protagonismo, y que son un poco
más dueños de su vida y de sus comportamientos que cuando iniciaron el proceso.
134
yo débil está vinculado con los problemas de salud más importantes de la
adolescencia.
No podemos olvidar que el reto, lo que pretendíamos al comienzo del proceso, era
construir una nueva interacción con la realidad del chaval, más madura y saludable.
Las técnicas pertinentes que dan mucho juego son la evaluación del trabajo por los
propios chavales, constatar lo que han aprendido, cómo se ven así mismos, cómo
perciben a sus compañeros/as después del proceso, como han ido enriqueciendo
sus perspectivas de acercamiento a la realidad, qué informaciones nuevas han ido
recibiendo, y fundamentalmente cuáles son los cambios en su forma de pensar y de
actuar. El proceso va girando, guardando las tres dimensiones: ámbito cognitivo,
afectivo y de acción. Es un proceso que no se cierra, sino que se desarrolla en
espiral. Este movimiento permite que maduremos educando y educadores. “La
fuerza más profunda del ser humano es llegar a ser el mismo”.
Hay que educar desde la vida para una vida saludable. Aprender desde las
experiencias saludables o no, y transformarlas en posibilidad de vida saludable.
Los estilos de vida no se elaboran únicamente desde la persona. Tiene todo un
contexto sociocultural donde se manifiestan. Toda intervención educativa debe
contemplar al individuo y al contexto. No es suficiente conocer que el alcohol es un
factor de riesgo; esto no contribuye a cambiar conductas, ni incluso tener una actitud
negativa hacia el alcohol asegura que no vas a beber. Hay que situarlos
135
culturalmente y buscar alternativas al consumo del alcohol. No es tanto machacar
que el alcohol es malo cuanto crear nuevas alternativas, hacer deseables nuevas
formas de encuentro y relación y fiesta.
Como vemos, la oferta educativa es una oferta de maduración personal que abre
vías de responsabilidad. Se constata mejoría personal y del contexto donde se vive,
porque los alumnos aprenden de forma consciente la significación profunda de la
salud y lo que la promociona. Es a la vez un método de investigación de la realidad
que manifiesta aspectos de la realidad que no se obtienen con otros paradigmas de
investigación.
136
o diario en los equipos, los hace más capaces de enfrentarse a situaciones nuevas,
con más seguridad.
Desde nuestra experiencia constatamos que este tipo de proceso, VJA, aumenta la
confianza básica, desarrolla el aprendizaje del conocimiento de uno mismo, el
respeto a uno mismo y a los demás, desarrolla autonomía personal, mejora el
autoconcepto, ofrece identidad y sentido, y es plataforma adecuada para facilitar las
relaciones con las personas, con el ambiente y con la cultura, y mejora las relaciones
con la familia, acrecienta el diálogo cuantitativa y cualitativamente.
137
(4.5) Lectura 5
Introducción
El fundamento de las acciones:
Desde que los egipcios enunciaron: “la salud es la ausencia de la enfermedad”, nos
ha sido difícil mirar el problema de la salud desde otro lugar que no sea el de la
enfermedad y la muerte.
En la Edad Media, sobre todo a partir de la caída del “orden” romano y con la
institucionalización del feudalismo, Europa fue arrasada por grandes “plagas”. La lepra
y la peste sirvieron de excusa para el desarrollo de dos modelos bien diferenciados
en el tratamiento de “lo social sanitario”. En adelante, cada uno de ellos quedará
138
identificado con las patologías mencionadas, aunque muchos planificadores
desconozcan el origen.4 La lepra tuvo el leprosario, fundado sobre la exclusión, la
reclusión y la marginación de los grupos sociales, cuyas características indeseables
podrían afectar al resto de la comunidad.
Este fue únicamente el punto de partida de este modelo que ha sido reproducido en
el tratamiento de la locura con el manicomio y, más contemporáneamente, las
adicciones con los llamados “centros de rehabilitación”.
Con el correr del siglo XIX, los pobres son transformados en proletarios, formándose
también en el objeto último de intervención por la necesidad de mantener su salud
para que sigan incorporados al sistema productivo. Concomitantemente se moviliza la
participación política de los grupos sociales relacionados con el trabajo. Como
respuesta, desde la ciencia médica emergen una serie de propuestas lideradas por
Rudolf Virchow y Daniel Guerin, difundidas por el periódico Medicina Social, donde
ponen como centro de la reflexión sanitaria el fenómeno de la pobreza y la explotación,
sosteniendo que “(...) la medicina es política aplicada al campo de la salud individual
139
y la política no es más que la aplicación de la medicina en el ámbito social, curando
los males de la sociedad”.
Las propuestas de la Medicina Social, si bien dejaron una impronta teórica retomada
poco después de la segunda mitad del siglo XX, fueron rápidamente reemplazadas
por los postulados de Movimiento Sanitarista que surge básicamente en EUA e
Inglaterra. Este movimiento basó sus fundamentos en los descubrimientos de Edward
Jenner, Luis Pasteur, Robert Koch y en el desarrollo de la medicina experimental
impulsada por Claude Bernard. El Movimiento Sanitarista promovió, sobre todo, las
actividades preventivas en un momento de la salud pública reconocido como
bacteriológico.
Podríamos decir con Eduardo Nájera que “(...) desde mediados hasta finales del siglo
XIX no se hablaba más que de enfermedades y microorganismos infecciosos”. Las
acciones del sanitarismo, con base en este marco teórico, se caracterizaron por la
aplicación de la tecnología y la organización racional de las actividades profilácticas,
las que se enmarcaron dentro del ámbito del tratamiento de los factores biológicos,
tanto desde lo micro como desde lo ambiental, por medio de la inmunización, el con
trol de vectores y el saneamiento territorial.
Otro acontecimiento destacable, en los primeros años del siglo XX, fue la difusión
desde los EUA de una evaluación sobre las bases científicas de la enseñanza y de la
práctica sanitaria en ese país, conocida internacionalmente como Informe de Simón
Flexner, que produjo su impacto a nivel internacional revolucionando la enseñanza y
la forma de hacer medicina al entronizar los modelos pasteuriano y la medicina
alopática. Instauró una fuerte separación entre lo individual y lo colectivo, lo privado y
lo público, lo biológico y lo social y entre lo curativo y lo preventivo. Puso un claro
énfasis en lo individual, lo privado, lo biológico y lo curativo, que determinó con el
apoyo de las corporaciones económicas sanitarias el aumento considerable de la
especialización y el uso (y abuso) de la tecnología en la práctica médica y la
desaparición del arte en el hacer médico.
140
de la especialización y subespecialización creciente de los profesionales médicos
inundan el saber popular, provocando la demanda de esta forma de atención por parte
de la población, que, desde entonces, la considera como la única válida. Esto provoca
un incremento progresivo de los costos en los sistemas sanitarios, situación que no
se evidencia en el mejoramiento de las maneras de enfermar y morir de las
comunidades. Cada nueva tecnología, además de aumentar las inversiones
económicas necesarias, abre la puerta al desarrollo de nuevas especialidades para
su planificación, ejecución y reconocimiento.
A partir de Alma Ata, los organismos internacionales de salud no sólo ven la necesidad
de transformar con profundidad el sistema sanitario, sino también cambiar el perfil de
sus profesionales. La figura del médico de cabecera, tan antigua como la propia
medicina, ha de ser potenciada en muchos de sus contenidos y modificada
radicalmente en otros para lograr su plena incorporación a las nuevas proposiciones
conceptuales, organizativas y funcionales de un moderno sistema sanitario. Se de fine
141
un nuevo perfil del médico en el que se aúnan características tradicionalmente
positivas en los terrenos del conocimiento, potenciando el contacto profundo con los
pacientes a su cargo, remarcándose la continuidad en la asistencia prestada. Se
enuncia la necesidad de mudar el objeto de trabajo, desde la enfermedad individual al
de salud colectiva, al trabajo en equipos interdisciplinarios en centros de salud y al
desarrollo de actividades de promoción de la salud y prevención de las enfermedades,
potenciando decididamente las capacidades docentes y de investigación propias del
sistema sanitario. Sostiene que existe “vida inteligente” fuera de los hospitales.
Para que esto tome un cariz de posibilidad es necesario mutar aquellos conceptos que
se han entronizado en el saber médico y en la población. Ideas y valores que hacen
142
al reconocimiento de la salud-enfermedad, a la calidad de la atención, a la salud
pública como una forma de con trol del Estado, fundados en elementos tan caros a lo
humano como es la enfermedad. Todo esto perpetuado por fines políticos y
económicos basados exclusivamente en el tratamiento de las distintas patologías a lo
largo de la historia y en la organización de sistemas que reproducen los modelos de
la lepra y la peste; los que mantienen, como si fuera natural, una organización vertical
de control que remeda a la militar.
Para lograr esta trasformación, los organismos internacionales ponen gran énfasis en
la Participación Social en Salud (PSS), destinando páginas a la importancia de las
decisiones que toman las mismas comunidades. Es sustancial indagar sobre las
condiciones de posibilidad para que esto ocurra en la Argentina actual, donde sólo
son reconocidos aquellos grupos legalmente certificados.
En la discusión sobre las ideas que subyacen a lo que podamos entender por PSS,
no es la inclusión de la comunidad en las estrategias de salud, porque de hecho de
cualquier manera lo está. Tampoco es si la población se empodera, si hace suya, si
toma responsabilidades sobre las estrategias o las acciones que se ejercen desde el
sistema de salud, ya que en el mismo acto de ir o no a una consulta médica hay un
ejercicio de empoderamiento. La discusión fundamental sobre la PSS es quién decide
sobre la forma de entender la salud y los obstáculos que impiden alcanzarla, quién
143
toma las decisiones, o planifica las estrategias sobre las cuales la población debe
participar. En definitiva, la discusión es, si participar es tomar decisiones, planificar
estrategias de acción sobre esas decisiones, ejecutarlas y evaluar los resultados de
esas acciones, o acatar de modo “paciente” las decisiones, las acciones y las
evaluaciones de otros.
La misma Declaración de Alma Ata plantea que “la atención primaria de la salud: (...)
exige y fomenta en grado máximo la autorresponsabilidad y la participación de la
comunidad y del individuo en la planificación, la organización, el funcionamiento y el
con trol de la atención primaria de la salud, sacando el mayor partido posible de los
recursos lo cales y nacionales y de otros recursos disponibles, y con tal fin desarrolla
mediante la educación apropiada la capacidad de las comunidades para
participar;(...)”. Sin embargo, el concepto de participación tiene una ambigüedad que
ni siquiera puede ser precisado mediante la educación apropiada, puesto que esta
actividad también se encuentra influenciada transversalmente por el modelo
ideológico vigente que, “casi en forma natural”, tiende a reproducirse.
Diez años después de Alma Ata, la OPS de fine la PSS como una actividad
“permanente y no circunstancial, activa y no pasiva, es decir, asumiendo un rol de
sujeto-agente transformador de su propia realidad; crítica, significando con ello la no
aceptación de un escenario preformado, descrito o definido por elementos externos,
sino asumiendo directamente y a todos los niveles, en el sentido que la participación
social no debe ceñirse solo a la fase de ejecución de los programas de salud, sino
también en lo que respecta a la planificación, evaluación y con trol de los mismos”. A
este punto de vista, donde la comunidad debe asumir un rol transformador de la
realidad, deberíamos agregarle la mudanza del marco conceptual desde el que se
piensa cambiar la realidad, ya que si no se promueve el giro de los axiomas políticos
desde los cuales se piensa la salud, estaríamos condenados a la reproducción
permanente de la realidad de la cual se parte y a la que se pretende arribar.
El desafío hoy es cómo estimular y promover la PSS, y qué características deben tener
los actores sociales que la lleven adelante.
144
conceptos como el de bienestar, calidad de vida, progreso, atención médica, etc.,
propio de otras sociedades y esquemas económicos.
Estas ideas que se replicaron desde los organismos internacionales y locales en todos
y cada uno de los programas específicos sobre enfermedades han tenido la misma
suerte para la salud que los programas económicos; lejos de disminuir las brechas
existentes y la inequidad entre ricos y pobres, las profundizó. De la misma manera, la
educación para la salud considerada como la transmisión de un saber verdadero
empuñado por un agente “activo” del sistema hacia las poblaciones pobres y
desconocedoras del qué hacer para prevenirse de las enfermedades, lejos de reducir
sus padecimientos, las ha aumentado. El impacto esperado por el despliegue de las
estrategias de educación para la salud no ha sido el planificado y no fue por la
ignorancia de la población sino por un error formal en la consideración de los grupos
humanos como agentes pasivos, donde no es valorada su experiencia como actor
social. En este marco, las estrategias de educación para la salud reprodujeron la
estructura hospitalaria marcada por la descontextualización entre el saber requerido y
la información transmitida, en el que se trasladó el rol de educador del médico a la
enfermera.
Desde la década de los ochenta, fruto de las críticas y las evaluaciones del fracaso de
estos enunciados, nace desde la pedagogía crítica el reconocimiento de las
diferencias culturales y las propuestas de encuentro de saberes como una superación
de los modelos anteriores donde unos tienen todo por enseñar y otros todo por
aprender. Esta propuesta de encuentro no sólo hace al reconocimiento del otro sino a
la construcción de problemáticas diferentes que muestran las prácticas y
representaciones de cada grupo social. Esto es lo que se ha dado en llamar educación
en salud.
Aquí, la salud pasa a ser considerada como un “(...) concepto complejo, socialmente
construido, que toma en cuenta la perpetua tensión entre la adaptación a la vida y al
ambiente, la búsqueda de felicidad y la superación de la enfermedad”. Podríamos
decir, entonces, que construcción y tensión definen el concepto de salud, y que son
los procesos de esa construcción y las características de la tensión que las
145
comunidades perciben las que determinan la aparición de los procesos morbosos. Ya
que el mejoramiento del perfil patológico de una población, su forma de enfermar y
morir, está acompañado de una transformación de la incidencia y prevalencia de los
diferentes tipos de enfermedad y de las causas de mortalidad, no de la eliminación de
las enfermedades. Por lo tanto, a la definición de Contandriopoulos podríamos agregar
que salud es: la construcción que una comunidad realiza, tomando en cuenta la
perpetua tensión entre la adaptación a la vida y al ambiente, la búsqueda de felicidad
y una morbimortalidad que permita el logro de los ideales comunes de una comunidad
y sus proyectos personales.
La salud, o lo que se entienda por ella, de este modo no queda definida a través de
una abstracción, tampoco por un continuo que asocia necesariamente los estadios
más altos de la vida con la enfermedad. Salud es el resultado de una serie de
decisiones que la comunidad debe tomar sobre su realidad biológica y social, con o
sin el asesoramiento profesional.
Desde este lugar, la educación en salud más que transmitir información debe ser la
herramienta de creación de las condiciones de posibilidad para que se pueda dar un
encuentro entre los saberes en juego, a partir de los cuales sea posible intervenir
sobre los problemas concretos que conspiran con la salud, es decir, con la adaptación
a la vida y al ambiente, la búsqueda de felicidad y una morbimortalidad, que posibilite
la consecución de los ideales comunes de una comunidad y sus proyectos singulares.
Para poder cumplir con este rol, los futuros educadores en salud deben hacer carne
estas nuevas perspectivas teóricas, pero también convertirlas en habilidades que
tienen que ver con romper con la dicotomía asimétrica entre docente y alumno, lo cual
conlleva un proceso pedagógico participativo, de reconocimiento del saber del otro
para poder operar con esa tensión de la que se hablaba anteriormente, accionando
en la construcción colectiva de la necesidad y las estrategias para apropiarse de los
satisfactores.
Desde esta perspectiva, la institución educación toma una dimensión que traspasa los
intramuros, poniendo en juego la idea de comunidad educativa para abarcar a la
comunidad en gen eral. Pero para acceder a la comunidad también es necesario un
conocimiento del territorio, de ese espacio que a lo largo de la historia se ha ido
146
conformando, con sus movimientos y con sus marcas, sus claros y sus oscuros.
Aun tomando en cuenta todo lo desarrollado hace falta dar un paso más, y es
considerar en cada uno de los acontecimientos la multidimensión y complejidad que
implica a toda problemática social.
147
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
La COVID-19 a su paso por las diferentes regiones, países o ciudades del mundo
genera una crisis sanitaria sin precedentes. Si bien los países desarrollados poseen
una mejor capacidad de respuesta, en los países más pobres la situación está siendo
devastadora. Luego de los estragos producidos en Europa, los países comenzaron a
prepararse para recibir la pandemia, pero no hubo el tiempo y, en algunos casos,
comprensión de la magnitud de lo que venía, por lo que la preparación no fue
suficiente.
América Latina y nuestro país no escapan a ello, donde prácticamente todos los
determinantes sociales de la salud en negativo nos afectan, lo que se acentúa con los
cambios sociales muy intensos producidos en las últimas décadas, consecuencia de
la transición demográfica, migraciones, urbanismo, la globalización, el acceso a la
tecnología y fuentes de información, que han influenciado significativamente sobre la
cultura y el comportamiento social de las comunidades (4).
A pesar de lo duro que ha golpeado a la población, aún falta mucho para que la
pandemia se limite. Además, no se sabe la duración de la inmunidad que desarrollen
las personas, si el virus mutará generando una nueva epidemia; o, si dado el contexto
mundial, así como surgieron el SARS, MERS y ahora el SARS-CoV-2, en algunos
años pueda surgir otra pandemia semejante o de peor magnitud.
148
las autoridades (5,6). En nuestros países ello es mayor por las limitaciones de
recursos de infraestructura, equipos, insumos, y en especial de personal. El
fortalecimiento de los hospitales casi llega a su límite, y la reorientación de la
respuesta en el primer nivel de atención también se ve limitada de manera adicional
por la carencia de un medicamento eficaz, de insumos para el diagnóstico y no
existencia de una vacuna. Es en estas condiciones, que para enfrentar la pandemia
se necesita la gran respuesta de la población, ya que es ella la que está sufriendo las
consecuencias tanto de la enfermedad como de las medidas de asilamiento o
distanciamiento social (7). La colectividad desea cuidarse, protegerse y seguir
viviendo en desarrollo; es la comunidad la que definitivamente sabe de sus problemas,
conoce la disponibilidad de sus recursos, y sobre esa base es capaz de generar sus
propias respuestas. Así, el Determinantes sociales y participación comunitaria en el
estado actual de la pandemia COVID-19 Eduardo Ticona Chávez 146 An Fac med.
2020;81(2):145-7 punto IV de la Declaración de Alma-Ata refiere: «El pueblo tiene el
derecho y el deber de participar individual y colectivamente en la planificación y
aplicación de su atención de salud» (8).
Por otro lado, si las necesidades que deben ser cubiertas por el Estado son superadas,
y el sistema de salud colapsa, es cuando el trabajo o compromiso individual, familiar
y social debe manifestarse. Las autoridades no pueden estar dentro de sus
instituciones ya en caos. Se requiere de una actitud abierta que convoque y genere
149
respuestas conjuntas con la comunidad.
150
lo que la OPS propone reflexionar sobre nuevas estrategias de aproximación a esta
nueva comunidad y en cómo realizar el trabajo comunitario en las actuales
circunstancias (4). Sin embargo, es necesario comprender que, aun siendo un
escenario difícil, tanto para las autoridades como para la comunidad, el trabajo
comunitario en salud es el camino para superar esta crisis.
Por otro lado, Las autoridades necesitan cumplir el encargo delegado por la población
y, a la vez, fortalecer sus instituciones, reafirmando su visión y misión, por sobre los
deseos de autoridades políticas de paso; de lo contario, se degradan a organizaciones
burocráticas a la deriva. Por su parte, la población necesita respetar a la autoridad,
puesto que tenemos que aceptar que alguien nos lidere, de lo contrario se genera
anarquía. Necesitamos ser tolerantes, lo que incluye a las autoridades. Nadie piensa
igual que otro. Sin embargo, tenemos que llegar a consensos que seguidamente
apoyaremos, de lo contario las discusiones estériles son la rutina. De no esforzarnos
en ello, cada individuo continuará de manera individual buscando la mejor forma de
sobrevivir, lo que, a semejanza del tráfico automovilístico, si todos deseamos pasar
un crucero vial sin respetar el semáforo, el caos es la consecuencia.
151
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152
DECLARACIÓN DE ALMA-ATA
153
las condiciones económicas y de las características socioculturales y políticas del país
y de sus comunidades, y se basa en la aplicación de los resultados pertinentes de las
investigaciones sociales, biomédicas y sus servicios de salud y en la experiencia
acumulada en materia de salud pública. 2.- Se orienta hacia los principales problemas
de salud de la comunidad y presta los servicios de promoción, prevención, tratamiento
y rehabilitación necesarios para resolver esos problemas. 3.- Comprende, cuando
menos, las siguientes actividades: la educación sobre los principales problemas de
salud y sobre los métodos de prevención y de lucha correspondientes; la promoción
del suministro de alimentos y de una nutrición apropiada, un abastecimiento adecuado
de agua potable y saneamiento básico; la asistencia materno-infantil, con inclusión de
la planificación de la familia; la inmunización contra las principales enfermedades
infecciosas; la prevención y la lucha contra las enfermedades endémicas locales; el
tratamiento apropiado de las enfermedades y traumatismos comunes; y el suministro
de medicamentos esenciales. 4.- Entraña la participación, además del sector sanitario,
de todos los sectores y campos de actividad conexos del desarrollo nacional y
comunitario, en particular la agricultura, la zootecnia, la alimentación, la industria, la
educación, la vivienda, las obras públicas, las comunicaciones y otros sectores y exige
los esfuerzos coordinados de todos esos sectores. 5.- Exige y fomenta en grado
máximo la autorresponsabilidad y la participación de la comunidad y del individuo en
la planificación, la organización, el funcionamiento y el control de la atención primaria
de salud, sacando el mayor partido posible de los recursos locales y nacionales y de
otros recursos disponibles, y con tal fin desarrolla mediante la educación apropiada la
capacidad de las comunidades para participar. 6.- Debe estar asistida por sistemas
de envío de casos integrados, funcionales y que se apoyen mutuamente, a fin de llegar
al mejoramiento progresivo de la atención sanitaria completa para todos, dando
prioridad a los más necesitados. 7.- Se basa, tanto en el plano local como en el de
referencia y consulta de casos, en personal de salud, con inclusión, según proceda,
de médicos, enfermeras, parteras, auxiliares y trabajadores de la comunidad, así
como de personas que practican la medicina tradicional, en la medida que se
necesiten, con el adiestramiento debido en lo social y en lo técnico, para trabajar como
un equipo de salud y atender a las necesidades de salud expresas de la comunidad.
VIII.- Todos los gobiernos deben formular políticas, estrategias y planes de acción
nacionales, con objeto de iniciar y mantener la atención primaria de salud como parte
de un sistema nacional de salud completo y en coordinación con otros sectores. Para
ello, será preciso ejercer la voluntad política para movilizar los recursos del país y
utilizar racionalmente los recursos externos disponibles.
IX.- Todos los países deben cooperar, con espíritu de solidaridad y de servicio, a fin
de garantizar la atención primaria de salud para todo el pueblo, ya que el logro de la
salud por el pueblo de un país interesa y beneficia directamente a todos los demás
países. En este contexto, el informe conjunto OMS/UNICEF sobre atención primaria
de salud constituye una base sólida para impulsar el desarrollo y la aplicación de la
atención primaria de salud en todo el mundo.
X.- Es posible alcanzar un nivel aceptable de salud para toda la humanidad en el año
2000 mediante una utilización mejor y más completa de los recursos mundiales, de
los cuales una parte considerable se destina en la actualidad a armamento y conflictos
militares. Una verdadera política de independencia, paz, distensión y desarme podría
y debería liberar recursos adicionales que muy bien podrían emplearse para fines
154
pacíficos y, en particular, para acelerar el desarrollo socioeconómico asignando una
proporción adecuada a la atención primaria de salud en tanto que elemento esencial
de dicho desarrollo.
155
CARTA DE OTTAWA
Organización Mundial de la Salud
Promocionar la salud:
La promoción de la salud consiste en proporcionar a los pueblos los medios
necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor control sobre la misma. Para
alcanzar un estado adecuado de bienestar físico, mental y social un individuo o grupo
debe ser capaz de identificar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer sus
necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente. La salud se percibe, pues,
no como el objetivo, sino como la fuente de riqueza de la vida cotidiana. Se trata, por
tanto, de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y personales, así
como las aptitudes físicas. Por consiguiente, dado que el concepto de salud como
bienestar trasciende la idea de formas de vida sanas, la promoción de la salud no
concierne exclusivamente al sector sanitario.
Promocionar el concepto:
Una buena salud es el mejor recurso para el progreso personal, económico y social y
una dimensión importante de la calidad de vida. Los factores políticos, económicos,
sociales, culturales, de medio ambiente, de conducta y biológicos pueden intervenir
bien a favor o en detrimento de la salud. El objetivo de la acción por la salud es hacer
que esas condiciones sean favorables para poder promocionar la salud.
156
a hacer sus opciones en términos de salud. Las gentes no podrán alcanzar su plena
salud potencial a menos que sean capaces de asumir el control de todo lo que
determina su estado de salud. Esto se aplica igualmente a hombres y mujeres.
157
afecta de forma muy significativa a la salud. El trabajo y el ocio deben ser una fuente
de salud para la población. El modo en que la sociedad organiza el trabajo debe de
contribuir a la creación de una sociedad saludable. La promoción de la salud genera
condiciones de trabajo y de vida gratificantes, agradables, seguras y estimulantes.
Es esencial que se realice una evaluación sistemática del impacto que los cambios
del medio ambiente producen en la salud, particularmente en los sectores de la
tecnología, el trabajo, la energía, la producción y el urbanismo. Dicha evaluación debe
ir acompañada de medidas que garanticen el carácter positivo de los efectos de esos
cambios en la salud pública. La protección tanto de los ambientes naturales como de
los artificiales, y la conservación de los recursos naturales, debe formar parte de las
prioridades de todas las estrategias de promoción de la salud.
158
la necesidad por parte de las comunidades de una vida más sana y crear vías de
comunicación entre el sector sanitario y los sectores sociales, políticos y económicos.
Irrumpir en el futuro:
La salud se crea y se vive en el marco de la vida cotidiana: en los centros de
enseñanza, de trabajo y de recreo. La salud es el resultado de los cuidados que uno
se dispensa a sí mismo y a los demás, de la capacidad de tomar decisiones y controlar
la vida propia y de asegurar que la sociedad en que uno vive ofrezca a todos sus
miembros la posibilidad de gozar de un buen estado de salud. El cuidado del prójimo,
así como el planteamiento holístico y ecológico de la vida, son esenciales en el
desarrollo de estrategias para la promoción de la salud. De ahí que los responsables
de la puesta en práctica y evaluación de las actividades de promoción de la salud
deban tener presente el principio de la igualdad de los sexos en cada una de las fases
de la planificación.
159
Llamada a la acción internacional:
La Conferencia llama a la Organización Mundial de la Salud y a los demás organismos
internacionales a abogar a favor de la salud en todos los foros apropiados y a dar
apoyo a los distintos países para que se establezcan programas y estrategias dirigidas
a la promoción de la salud La Conferencia tiene el firme convencimiento de que si los
pueblos, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, la Organización
Mundial de la Salud y todos los demás organismos interesados aúnan sus esfuerzos
en torno a la promoción de la salud y en conformidad con los valores sociales y
morales inherentes a esta CARTA, el objetivo "Salud para Todos en el año 2000” se
hará realidad.
160
EL DEBATE EN TORNO A LA PROMOCIÓN DE SALUD Y LA EDUCACIÓN PARA
LA SALUD
Introducción
La Promoción de Salud puede ser interpretada como un nuevo camino, una estrategia,
una filosofía o simplemente una forma diferente de pensar y actuar para alcanzar la
salud de los pueblos. Para algunos incluyendo la autora de este trabajo, es un nuevo
enfoque, cualitativamente superior al tradicional de la salud pública, es incluso un
nuevo paradigma. Para OMS/OPS es indistintamente “una estrategia” o una “Función
Esencial” de la salud pública. No obstante, a pesar de las diferentes acepciones
asumidas o en debate, hay consenso en que involucra a gobiernos, organizaciones
sociales y las personas, en la construcción social de la salud.
Desde Winslow (1920), hasta Ottawa (1986) y más recientemente Bangkok (2005), de
forma paralela a la sucesión de diferentes conclaves mundiales, vinculados al campo
de la promoción de salud, este tema ha comenzado a adquirir un espacio cada vez
mayor en una multiplicidad de ámbitos y aunque para los que recién se aproximan a
este camino, representa sólo un nuevo término a incorporar en el discurso cotidiano,
o tal vez una interrogante teórica no satisfecha, o para otros un enfoque
epistemológico de mayor alcance; hay consenso en que la promoción de salud se
reconoce como una vía para alcanzar niveles de salud deseables para toda la
humanidad. Su génesis puede ubicarse en los países industrializados, donde hasta la
fecha se muestran avances significativos, tanto en el plano teórico como en el de la
práctica. En América Latina el desarrollo ha sido más lento en algunos casos, con
limitaciones severas en otros, donde no ha sido suficientemente atendida desde el
espacio geno estructural, aunque “en general se observan avances”.
El concepto de Promoción de Salud irrumpió con fuerza desde la segunda mitad del
pasado siglo y se extiende en diferentes ámbitos, como son: la educación, la
investigación, los servicios de salud, en otros sectores sociales, así como en las
agendas de decisores y de los gobiernos; pero a pesar de ese progreso muchos
profesionales y ejecutores, aún hoy, muestran desconocimiento y limitaciones tanto
en su alcance como en los principios, las metodologías y las herramientas inherentes
a esta disciplina.
Entre los variados ejemplos diarios que demuestran esas limitaciones, está el de la
161
comunicación que, de hecho, es una herramienta importante para los cambios de
comportamiento y estos a su vez, un punto de mira de la Promoción de Salud. Sin
embargo, aunque abunda la literatura al respecto; en oportunidades algunos
ejecutores, con un enfoque reduccionista, equiparan la comunicación a una actividad
puntual ya sea repartir volantes, trípticos o hacer spots televisivos, que no se insertan
de forma coherente en una estrategia de acción particular, lo que prueba que existen
limitaciones en este campo del conocimiento.
La Educación para la Salud, por su parte, a pesar de su amplio historial que permitió
en 1950 la fundación de la Unión Internacional de Educación para la Salud (UIES),
hoy Unión Internacional de Promoción y Educación para la Salud (UIPES) (UIPHE.
Sitio de la organización: http://www.iuhpe.org) -una de las más antiguas asociaciones
en este campo-, en algunos momentos y lugares ha sido presa también, del
desconocimiento de sus principios y metodologías y en ocasiones hasta de monotonía
en sus acciones, debido al comportamiento restrictivo, por parte de los proveedores
de servicios de salud y de algunos educadores, quienes a pesar de su buena voluntad,
en una praxis carente de fundamentos teóricos-metodológicos sólidos redujeron, en
parte, la Educación para la Salud al simple acto de informar sobre salud y enfermedad.
162
mejora y mantiene la calidad de vida, impide la producción de muertes, enfermedades
y minusvalía evitable, y mejora la interacción humana (...)las personas que aspiran a
alcanzar dichos objetivos deberían hacerlo en el marco de tres estrategias principales:
promoción de ideas, capacitación y apoyo (...)
De manera que hay consenso en que tanto la una como la otra son útiles y necesarias
y que cualquier lucha por la búsqueda de un equilibrio de poder debe estar inspirado
en las necesidades de salud de la población y en el contexto en que esa búsqueda se
propicie. De hecho, la Promoción de salud requiere de programas educativos que les
den viabilidad a las áreas estratégicas formuladas en Ottawa.
La historia reciente de la Promoción de Salud ha estado acompañada por una
secuencia de conferencias mundiales que han ido poco a poco introduciendo fuertes
debates en cuanto a su operacionalización (recuadro).
5ta. Conferencia México, 2000 Abordó todos los campos de acción identificados
en Ottawa y logró atraer al debate tanto a
políticos como a científicos. Su resultado más
tangible fue una guía de propuesta de plan de
acción para ser adaptado por cada país, de
acuerdo a sus principales necesidades.
163
6ta. Conferencia Bangkok, 2005 Esta retoma la inquietud del alcance
de la Promoción de salud y
subraya cuatro compromisos claves
dirigidos a lograr que esta disciplina sea:
a) un componente primordial
de la agenda de desarrollo mundial,
b) una responsabilidad esencial de
todos los niveles de gobierno,
c) un objetivo fundamental de las comunidades y
la sociedad civil y
d) un requisito de las buenas
prácticas empresariales.
Como se observa en los dos eventos antes mencionados, dado el tiempo transcurrido
desde Ottawa, se está buscando un análisis crítico de sus pronunciamientos y su
implementación, a fin de buscar el camino más expedito para propiciar, mantener o
mejorar, según el caso, la salud de la población.
Perspectivas
Al inicio de este trabajo se expresó que hay consenso en que la Promoción de Salud
involucra a gobiernos, organizaciones sociales y las personas, en la construcción
social de la salud. Específicamente, en el continente latinoamericano, a la Promoción
de la Salud se le presentan cada día más posibilidades por cuanto son más los
gobiernos, que asumen como compromiso el bienestar de sus poblaciones. La
voluntad política es la más fuerte polea para ese movimiento. Desde el ámbito
académico también se aprecia un avance importante para incluir en los programas de
formación contenidos y temas relacionados con la Promoción de Salud. La creación
del Consorcio Latinoamericano de Universidades que forma recursos en Promoción
de Salud, por sólo mencionar una, es una pieza impulsora en esta maquinaria.
Retos
Siglos de hambre, ignorancia, desempleo, incremento de agresiones y
confrontaciones bélicas, la aparición de nuevas enfermedades y la reaparición de
otras, la falta de recursos básicos para la salud, por sólo mencionar algunos de los
problemas más generales, se constituyen en grandes retos para la Promoción de
Salud. Existe regocijo cuando se aprecian todas las personas que cada día desde sus
diferentes roles y espacios asumen los principios de la Promoción y Educación para
la Salud, pero la brecha es tan amplia y el contexto tan complejo, que un minuto
perdido es prácticamente irrecuperable.
165
presupuesto destinado a la Promoción de Salud y la Educación para la Salud, así
como continuar involucrando a todos los sectores y organizaciones sociales en una
práctica sistemática y sostenible.
166
¿CÓMO HACER MÁS EFECTIVA LA EDUCACIÓN EN SALUD EN
¿LA ATENCIÓN PRIMARIA?
En Cuba existe una fuerte voluntad política para seguir mejorando la salud de la
población expresada en los niveles de desarrollo actual de la atención primaria de
salud, cuyo recurso humano fundamental es el médico y la enfermera de la familia.
Estos profesionales necesitan nuevos conocimientos para desarrollar una educación
para la salud más efectiva y creativa.
167
condición necesaria, pero de ninguna manera es suficiente para evitar que los
individuos cesen de actuar de un modo peligroso para ellos y su comunidad.
Para hacer más efectiva la trasmisión de información se debe adoptar una concepción
de salud comunitaria (Modelo de Competencia) y conocer las nuevas aportaciones
teórico-prácticas sobre el proceso de comunicación, y la metodología para hacerlo
eficaz a nivel individual, grupal y comunitario, a través de diferentes estrategias.
La adopción de este modelo supone redefinir los roles de los recursos humanos en la
dirección siguiente:
Técnico: Es un asesor de la comunidad, utiliza lenguaje asequible y técnicas
pedagógicas, discute con la comunidad las medidas y planes de salud y busca al
usuario para prevenir y promover.
Usuario: Es un entendido, puede aprender, puede opinar y sugerir; controla y
desarrolla competencia de autovigilancia y cuidado.
El modelo de competencia ayuda a extender la acción de salud más allá del estricto
ámbito de influencia del técnico especializado, por medio del personal preparado para
ello, cuya utilidad ha sido apoyada por las investigaciones.
Una nueva Educación para la Salud en este contexto debe facilitar el protagonismo
de la comunidad, de modo que se promueva el intercambio entre los actores sociales,
a través de coloquios, discusiones, talleres, etc. Esto permitirá neutralizar con gran
efectividad la influencia de muchas de las actitudes negativas que existen hacia
determinadas prácticas de salud, así como la excesiva colonización de los técnicos
educadores que con mucha frecuencia se resisten a aprender del saber existente en
la comunidad.
168
relaciones complementarias una persona siempre domina a la otra, aún en diferentes
áreas.
169
afecta la credibilidad (autenticidad).
No recurrir a amenazas, ni miedos excesivos indicar con tranquilidad lo que puede
suceder y cumplir lo que se afirma.
Aceptar cualquier error propio o equivocación (saber perder).
Autores cubanos ofrecen sugerencias útiles para hacer más eficaz la comunicación
interpersonal (cara a cara) que se utiliza en las consultas médicas, en las visitas de
terreno, en las dinámicas familiares, etcétera.
Estas son: comunicación clara y directa, mirar a los ojos de quíen nos habla, prestar
atención al otro, explicar a los interlocutores por qué se desea que hagan lo que se
les pide y abrirle espacio para expresarse a todos los participantes en la comunicación.
170
EL CONSEJO SANITARIO:
La labor de aconsejar se basa ante todo en la capacidad para comunicar y establecer
relaciones, ayudar a las personas a comprender lo que pueden hacer por medio de
sus propios esfuerzos, para mejorar su modo de vivir y para evitar la enfermedad.
Por medio de los consejos se impulsa a las personas a pensar en sus problemas y a
llegar así a un mayor conocimiento de sus causas y a tomar medidas de solución. Sus
principales características son:
Dar consejo significa dar a elegir, y no forzar a las personas.
Los consejeros muestran preocupación y actitud comprensiva.
Tratar de comprender el problema tal como lo ve la persona afectada, debe escucharlo
atentamente.
Los consejeros deben desarrollar empatía (comprensión-aceptación) por los
sentimientos de una persona, y no pena o piedad.
Ayudan a las personas a pesar en todos los factores que intervienen en sus
problemas, y le animan a elegir la solución más apropiada en su situación particular.
Todos pueden ser consejeros, lo importante es que estén dispuestos a escuchar con
atención, y a animar a las personas a que asuman la mayor responsabilidad posible
en la solución de sus propios problemas.
El consejo sanitario es una modalidad con la que se puede hacer promoción de salud
y la prevención de enfermedades, para lo cual no debemos olvidar recomendaciones
metodológicas tales como, asegurar que las personas entiendan la relación entre
comportamiento y salud, implicar a los sujetos en la identificación de los factores de
riesgo y de protección, ser modelo adecuado de comportamiento, realizar un
seguimiento continuo de los progresos del sujeto e implicar emocionalmente al resto
del personal del equipo de salud y a los promotores.
171
individuo realiza acerca de las circunstancias externas o internas, así como de las
consecuencias asociadas a una determinada conducta, las cuales determinan su
motivación hacia dicha conducta y la probabilidad de que se realice su ejecución". Se
entiende por circunstancias externas: disponibilidad de medios para la conducta
(tiempo, espacio, recursos, etc.), condiciones favorables del medio ambiente físico y
social, programación de reforzamientos medioambientales favorables al incremento o
disminución de la conducta (elogios, premios, críticas, etc.) y las internas; la
motivación "intrínseca", los conocimientos, las convicciones, las creencias de
autoeficacia y las emociones asociadas a la conducta.
Este modelo es una metodología para la promoción de salud siguiendo los postulados
del modelo de competencia. Supone etapas cuya meta es que la propia persona
identifique, valore y fomente conductas protectoras.
Lograr el conocimiento global, del factor de protección y de los beneficios que puede
aportar a una persona.
Obtener conocimiento particularizado, dirigido a grupos de referencia, sobre los
beneficios del factor de protección.
Adquirir un conocimiento específico, resultante del auto-análisis de los beneficios que
aporta el factor.
Asumir una decisión consciente de actuar para adoptar la precaución, resultante del
análisis de costos/beneficios.
Elaboración de un plan personalizado para la adopción de la precaución, teniendo en
cuenta condiciones favorables y adversas.
Conclusiones:
En este punto debe reiterarse un mensaje que ha sido ordenador de todo el trabajo:
Educación para la Salud no es igual a Información. La mera información sobre los
riesgos o los factores protectores tiene pocas posibilidades de influencia en el fomento
de los comportamientos saludables de la persona.
Es necesario propiciar la autorregulación de la conducta a través de la participación
activa de quienes integran los grupos vulnerables de la población, pero sin olvidar la
defensa de las premisas económico sociales para la salud pública.
Con un ejemplo pueden quedar bien claras estas ideas. Pensemos en una situación
172
que refleja cómo se produce la iniciación de fumar en muchos adolescentes: Ana va
al baño en un intervalo entre 2 clases y allí se encuentra con unas amigas, algunas
de años superiores, que están fumando. Una de ellas se dirige a Ana y le ofrece un
cigarro. El dilema que se plantea Ana es si aceptar o rechazar esa oferta, lo que
inevitablemente le haría valorar una serie de consecuencias posibles. No puede
negarse que la información sobre los efectos nocivos del tabaco puede ser un
elemento a considerar en el balance que hace Ana, pero indudablemente tiene pocas
posibilidades de ser el decisivo cuando puede entrar en juego el deseo de ser
aceptada en el grupo, el miedo al rechazo de sus amigas, la autoimagen de que el
cigarro puede mostrar independencia, rebeldía, madurez, etc. En resumen, el
problema es mucho más complejo que el de tener en cuenta las consecuencias
perjudiciales del acto de fumar.
Este ejemplo muestra que la educación para la salud que pretenda centrarse en hacer
hincapié solamente en la información sobre la repercusión de los distintos
comportamientos sobre la salud, está destinada a fracasar.
173
LA PRAXIS COMO FUNDAMENTO DE UNA EDUCACIÓN PARA LA SALUD
ALTERNATIVA:
ESTUDIO DE INVESTIGACIÓN-ACCIÓN EN EL PROGRAMA DE CRECIMIENTO
Y DESARROLLO EN MEDELLÍN, COLOMBIA
Fernando Peñaranda-Correa1
Julio Nicolas Torres-Ospina2
Miriam Bastidas-Acevedo3
Gloria Escobar-Paucar4
Adriana Arango-Córdoba5
Francy Nelly Perez-Becerra6
Introducción
La educación para la salud ha cumplido un papel importante en la salud pública,
reconocido en escenarios como las conferencias de Alma Ata (OPS, 1978) y Ottawa
(OMS, 1986). Aun así, existe controversia sobre sus orientaciones pedagógicas y sus
logros (OMS/OPS, 2006; Nutbeam, 2006; Gazinelli, 2005; Morrel et al., 2000).
La pedagogía tradicional y la pedagogía conductista, que algunos agrupan como
pedagogía “instruccional” (González, 1999), configuran la base pedagógica
predominante de la educación para la salud, situación que puede explicarse, al menos,
por dos razones. La primera la constituye el conservadurismo del modelo educativo
tradicional, bajo el cual los profesionales de la salud enseñan al mínimo coste, esto
es, con base en su experiencia en el sistema formal de educación (Bourdieu,
Passeron, 1998). La segunda se refiere a la estrecha relación de la pedagogía
conductista con el modelo biomédico, en sus tres características básicas: una
orientación normalizadora, su fundamento en la ciencia positivista, (Robinson, Hill,
1999; Achard, 1980; Foucault, 1977) y finalmente su carácter medicalizador (Foucault,
1977).
174
en el discurso o en asuntos formales (Peñaranda- Correa et al., 2006; Gazinelli, 2005;
Greene, Simons-Morton, 1988). En relación con los logros de la educación para la
salud, su controversia no es menos aguda. A propósito, la OMS/OPS expresan: A
pesar del desarrollo de nuevas estrategias de educación en salud el avance en este
tema no es evidente […] El modelo medicalista continúa influenciando en forma
desmedida un enfoque por enfermedad y riesgo, menospreciando la influencia de las
condiciones y los determinantes sociales. (OMS/OPS, 2006)
175
Los hallazgos revelaron que se produce una resignificación de las propuestas
alternativas, dentro de las concepciones hegemónicas, que termina por neutralizar su
poder transformador y que mantiene el statu quo (Peñaranda-Correa et al., 2006). De
acuerdo con Tones (2002), persisten en la educación para la salud la imposición
unilateral de contenidos y significados por parte de los profesionales de la salud y la
adopción de posiciones poco dialógicas y poco democráticas. Lo anterior,
contrapuesto a las expectativas de los adultos significativos para el logro de una
crianza más segura, satisfactoria y productiva en aras de su propio bienestar y el del
niño, evidenció que en el programa opera un encuentro entre racionalidades
diferentes: los cuidadores, desde el saber cotidiano, y los profesionales de la salud,
desde la perspectiva biomédica (Bastidas-Acevedo et al., 2007).
Pero la transformación del modelo pedagógico implica además otro reto: llevar a la
práctica la comprensión teórica desarrollada. Como lo sostienen varios autores, no se
da una directa aplicación de la teoría a la práctica (Gazzineli, 2005; Greene, Simons-
Morton, 1988) y es necesario transitar por el camino de una investigación más ligada
a la acción, en el marco de la espiral de la praxis: conceptualización- práctica-reflexión
(Cendales, 2001; Fals Borda, 2001; Bosco Pinto, 1987). Con el propósito de avanzar
en la construcción de una perspectiva educativa para el Programa de Crecimiento y
Desarrollo, basada en el diálogo de saberes, y de aportar al desarrollo teórico en
educación para la salud que promueva alternativas al modelo instruccional fundado
en el modelo biomédico, el equipo de investigación se embarcó en un proyecto de
investigación-acción, cuyos resultados se presenta a continuación.
Metodología
En tanto la intención era profundizar en un proceso reflexivo sobre la práctica
educativa en el ámbito de la salud, se retomó a Stenhouse (2004) y su propuesta de
una educación basada en la investigación, en la cual el educador se convierte en un
investigador de su propia práctica educativa. Para este autor, la investigación en el
campo de la educación debe centrarse en la praxis, de tal forma que, partiendo de la
práctica educativa y por medio de la reflexión, el educador pueda acceder a una
perspectiva teórica enriquecida para regresar a la práctica y resolver problemas
concretos. Stenhouse entendía la investigación como un instrumento para desarrollar
conciencia crítica sobre la educación desde una perspectiva emancipadora. En el
mismo sentido, Freire (2004, 1975) se pronuncia sobre la importancia de sustentar la
educación en la praxis, y Hatton y Smith (1995) destacan la trascendencia de los
procesos reflexivos para la formación de los maestros. En concordancia con estos
planteamientos, se llevó a cabo una investigación-acción cuyas características
centrales, según Reason y Bradbury (2001), son: la producción de conocimiento útil
para los involucrados, el logro de nuevas formas de comprender
la realidad, la participación de todos los implicados y el desarrollo de un proceso
emergente y evolutivo tan importante como los resultados mismos.
176
asisten, con sus hijos, estudiantes, profesores y empleados no docentes de la
institución, y en él participan regularmente tres de los investigadores, en calidad de
profesores de pediatría. El equipo investigador tendría entonces un doble papel: el de
educadores como integrantes del equipo de salud y el de investigadores de su propia
práctica educativa.
Entre febrero y agosto del 2007, se avanzó en la etapa de preparación interna del
equipo a través de la reflexión teórica sobre diálogo de saberes. Se partió de una
revisión de los principales postulados teóricos de Paulo Freire, complementada con
otros autores de la corriente de educación popular. Para Bosco Pinto (1987, p.55-6):
“la teorización no debe quedarse simplemente como un trabajo verbal o mental del
equipo. Es indispensable hacer un esfuerzo para escribirla con el propósito de que,
objetivándose, se transforme en un instrumento de trabajo a ser utilizado en las fases
ulteriores de la metodología”.
En este sentido, la preparación teórica originó un artículo que presentó las reflexiones
de una educación para la salud pensada desde el diálogo de saberes (Bastidas et al.,
2009), paso previo a los demás momentos de la investigación.
Entre agosto del 2007 y octubre del 2008, se llevó a cabo el desarrollo de la propuesta
educativa, con un grupo de 11 niños y sus cuidadores adultos significativos (11
madres, 8 padres, 5 abuelas y un abuelo) asistentes al programa, quienes participaron
como educandos. Se desarrollaron diez sesiones, desde el ingreso de los niños al
programa cuando tenían un mes de vida hasta que cumplieron los catorce meses.
Algunas sesiones se desarrollaron con los adultos significativos y sus hijos, bajo el
formato regular del programa, que incluye actividades educativas y el monitoreo del
crecimiento y desarrollo. Otras, intercaladas con las anteriores, se realizaron
únicamente con la presencia de los adultos significativos para reflexionar sobre la
crianza y el proceso educativo vivido. La asistencia a las sesiones fue, en general
buena. Hacia el final de la investigación dejaron de asistir tres niños con sus
respectivos acompañantes.
En las sesiones con adultos significativos solos, una vez hecho el saludo de costumbre
177
y haber compartido las experiencias vividas e inquietudes respecto a la crianza, se
pasaba a un momento de reflexión y análisis sobre la crianza misma y el proceso
educativo vivido en el programa.
A medida que avanzaron las sesiones los adultos significativos fueron adquiriendo
más confianza y se hicieron más expresivos para compartir sus experiencias y el
contexto en el que estaban viviendo la crianza. Cada vez profundizaron más en sus
reflexiones sobre asuntos íntimos y de gran impacto emocional.
Resultados
Como producto de la praxis, se generó un proceso gradual de transformación de las
prácticas educativas en el marco del programa, a partir de la propia transformación de
los investigadores educadores, de la transformación de los educandos y de la
transformación, tanto de los ambientes de aprendizaje como de las relaciones
construidas en el seno de estos. Si bien corresponden a un proceso integrado, para
fines expositivos los resultados se presentarán a manera de tres grandes categorías:
el surgimiento del sujeto, las prácticas pedagógicas y, finalmente, la construcción de
una identidad grupal y la transformación de los educandos. Asimismo, el texto toma la
forma de relato, en tanto los hallazgos se fundamentaron en la praxis de los
investigadores en el marco de un proceso de sistematización.
178
Este hallazgo mostró las limitaciones de una educación basada en recomendaciones
generales, comunes para todos, que busca la homogenización. Se encontró que
nuestros discursos como profesionales-educadores tenían distintos sentidos para los
educandos, quienes los resignificaban de acuerdo con sus condiciones y
características personales y socioeconómicas. Asimismo, reconocimos que cualquier
indicación normativa podría tener efectos muy diversos, algunos positivos y otros
negativos, debido a la complejidad de los equilibrios que los adultos significativos
debían negociar de manera permanente en su cotidianidad. Con ello, el equipo
empezó a mirar con prudencia la tendencia a reaccionar mediante una “intervención”
(prescripción) en la vida de los demás.
En las primeras sesiones, nos vimos abocados a una crisis sobre nuestro papel como
educadores. Nos dimos cuenta de lo difícil que era para nosotros llevar a la práctica
las concepciones de una educación alternativa. Nos costaba trabajo escuchar a los
educandos: tendíamos a interpretar sus inquietudes desde las categorías biomédicas
y la respuesta a las mismas se daba sin indagar por el sentido que éstas tenían para
los educandos. Reconocer lo difícil que era superar el modelo “instruccional” tan
cuestionado en trabajos anteriores produjo una crisis de identidad en el equipo y
generó inseguridad sobre la relación con los conocimientos disciplinares y con el
conocimiento de los educandos. Esta falta de coherencia entre los ideales y las
acciones nos generó frustración.
179
facilitara a los educandos la construcción de principios generales sobre la crianza,
orientados desde sus particularidades y en correspondencia con los significados que
estos tenían para ellos. Habíamos logrado trascender la preocupación por verificar el
cumplimiento de comportamientos preestablecidos por el conocimiento biomédico. La
preocupación se centraba más bien en comprender como estos principios, construidos
por cada uno de ellos, les eran útiles para sus vidas, para comprender mejor la crianza
y comprenderse mejor ellos mismos.
Siguiendo a Freire y su idea del diálogo como un acto de “fe en los hombres” (Freire,
1975, p.104), a medida que ganábamos más confianza en los adultos como
educandos y en nosotros como educadores, se pasó gradualmente de sesiones
fuertemente estructuradas, con un derrotero de contenidos preestablecidos, a
sesiones más flexibles. De esta manera, las sesiones, más que como instancia para
informar, se concibieron como escenario para tramitar las inquietudes, las
necesidades y los intereses de los educandos. Sin embargo, este cambio estaba
cruzado por un conflicto alrededor de los intereses dispares entre educandos y
educadores. Un formato abierto y más libre siempre planteaba la inquietud de dejar
por fuera de la discusión conocimientos importantes para los adultos significativos en
su función de crianza y para la salud de los niños.
Surgió la idea de trabajar con base en temas generadores, como lo propuso Freire,
orientados a facilitar en los educandos un análisis más amplio y profundo de su
realidad, que propiciara su propia transformación y la de sus situaciones concretas.
Esperábamos llevar a cabo una secuencia de codificación y decodificación que
permitiera analizar de manera conjunta con los adultos significativos sus propias
situaciones de crianza, y compartir con ellos la construcción teórica que como
profesionales nos había permitido llegar a una comprensión más profunda de la
crianza. Pero la experiencia nos mostró que no se avanzaba hacia una visión de
conjunto, como lo esperábamos, construyendo una explicación teórica ordenada y
articulada con categorías bien definidas. Se avanzaba más bien hacia procesos
reflexivos que permitían a los educandos construir verdades secuenciales y
cambiantes, referidas a contextos particulares, y articuladas desde referentes distintos
a la lógica con la cual los profesionales de la salud estamos acostumbrados a trabajar.
Otras lógicas operaban en estos análisis: afectivas y culturales.
180
práctica educativa. Ese proceso permitía a los educandos relacionar su acción con los
conocimientos y, en este orden de ideas, tener en cuenta una teoría, pero no la teoría
que nosotros habíamos construido, sino la que cada uno de ellos elaboraba para
explicar su propia realidad y encontrar soluciones pertinentes a sus propias
situaciones y características personales.
Los resultados
Con el correr del tiempo, los educandos modificaron algunas situaciones conflictivas
que implicaba la crianza, pero también se encontraron con problemas que no pudieron
cambiar de manera sustancial. Sin embargo, aunque algunas situaciones no se
hubieran modificado drásticamente, sintieron que el hecho de “desahogarse” y
compartir sentimientos y experiencias que nunca habían expresado a otros, así como
conocer otras vivencias igualmente difíciles, les había servido para mitigar su angustia
y frustración, pero también para aprender a mirar de modo diferente su realidad, en la
medida en que la comprendían desde un contexto más amplio.
En las dos últimas sesiones se realizó una evaluación que buscaba promover la
reflexión sobre la crianza que habían vivido durante los catorce meses transcurridos
y el proceso educativo llevado a cabo en el programa. Los adultos manifestaron
sentirse más competentes para la crianza, principalmente como producto de su
interacción con los niños y con su entorno, pero también reconocieron el papel de
apoyo del programa y el aprendizaje logrado en él. Como educandos, habían tomado
181
sus propias determinaciones de manera tranquila, sin sentirse juzgados o intimidados
en el programa: un logro relacionado con haber llevado a cabo un proceso de
discusión y reflexión sobre sus vidas y sus prácticas de crianza que les permitió
desarrollar una posición más crítica hacia estas.
Este análisis final nos sirvió para reconocer el valor de comprender las necesidades
del educando y respetar su autonomía, permitiendo que tome decisiones acordes con
su contexto. En estas condiciones, el proceso educativo es útil para ayudarles a
resolver asuntos complejos y a fortalecer su criterio y seguridad en su función de
crianza, de allí que la evaluación de un programa como el de crecimiento y desarrollo
debería trascender la verificación de “logros” impuestos desde la perspectiva
biomédica y darle una mayor importancia al desarrollo de las personas.
Discusión
La crisis respecto del papel del equipo como educadores mostró que la
implementación de una propuesta de educación alternativa al modelo “instruccional” y
al modelo biomédico implica ir más allá del planteamiento de Bourdieu, respecto a que
el educador requiere conocer “los mecanismos más elementales de la transmisión
cultural […] para combatir lo que yo llamo efecto de destino, y la tendencia de los
profesores a creer que ellos juzgan a la persona, cuando en vedad juzgan a individuos
sociales” (Bourdieu, 1998, p.174). Se requiere también de un profundo proceso de
reflexión crítica sobre la práctica pedagógica, un proceso penoso y difícil, en tanto
exige una “vigilancia constante que tenemos que ejercer sobre nosotros mismos para
evitar los simplismos, las facilidades y las incoherencias burdas” (Freire, 2004, p.49).
Adecuando los términos de Bourdieu, no es fácil transformar el habitus “pedagógico”
del educador, lo cual sustenta la pertinencia de la investigación-acción para el campo
de la educación, como lo sostiene Stenhouse (2004).
De otro lado, la fuerza con la cual irrumpió el educando como sujeto en esta
investigación hizo focalizar la mirada en el ser humano, no solo en relación con la
dimensión pedagógica, sino también en cuanto a la concepción de salud. Se reconoció
con ello una perspectiva autopoyética de la salud (Granda, 2008), con un ser humano
que construye su salud en interacción con su medio ambiente; en este sentido, es
posible afirmar que corresponde a una visión ontológica de la salud, en la cual el
individuo “es” saludable, siéndolo a su manera. La salud tiene que ver con el desarrollo
humano y el desarrollo de capacidades (Sen, 1996), lo que implica, a su vez, la
construcción del mundo social con el que el sujeto interactúa (Freire, 2004) y, por
ende, superar la dualidad individuo-ambiente (Granda, 2008; Carvalho, 2005).
A partir de los resultados, también se comprendió que la salud constituye un “estado
de equilibrio […]. Pero todo intento de compensar una perturbación mediante un
contrapeso significa, a la vez, la amenaza de una nueva pérdida de equilibrio en el
sentido contrario” (Gadamer, 1996, p.128-9).
Reflexionar sobre los equilibrios inestables y continuados que los adultos significativos
constantemente deben negociar en sus cotidianidades ponen de manifiesto la
necesidad de rescatar la racionalidad prudente (phronesis) para el educador (Granda,
2008; Gadamer, 1996).
182
Desde este punto de vista, parecen insuficientes las clasificaciones respecto de los
modelos de educación para la salud que proponen Salleras et al. (2008), Serrano
(1990), Greene y Simons-Morton (1988), Sharma y Romas (2007), así como las
salidas para superar la inconmensurabilidad paradigmática de los referentes
pedagógicos, por un lado, ecléctica o, por otro, integracionista. Más bien habría que
reconocer un mundo plural respecto de los modelos pedagógicos en la educación para
la salud y plantear opciones a los modelos convencionales desde sólidas
fundamentaciones epistemológicas y pedagógicas. Para ello, los insumos teóricos que
aportan Freire y la educación popular latinoamericana constituyen valiosas
contribuciones para avanzar hacia la construcción de propuestas alternativas.
183
educandos ampliaron la comprensión de su situación como personas y “criadores” en
un contexto histórico, social, cultural y económico particular. Las narrativas, el proceso
reflexivo y la construcción de principios generales como teorías explicativas y morales
ligadas a la racionalidad cotidiana permitieron la transformación de ellos como
personas e, incluso, facilitaron algunos cambios de sus situaciones sociales. En este
sentido, con Dewey (Hatton, Smith, 1995), se reconoció en el pensamiento reflexivo
un pensamiento orientado a la solución de problemas y hacia el desarrollo de una
conciencia crítica (Freire, 1975). Así, se promueve en los educandos (y también en
los educadores) la capacidad de revisarse a sí mismos y su situación en medio de un
ambiente de discusión sobre sus condiciones como individuos localizados en un
contexto social, económico y cultural. De esta manera, aunque no hubieran logrado
hacer grandes cambios en las condiciones materiales de manera inmediata, los
educandos se localizaron de manera diferente hacia las “situaciones límites” (Freire,
1975), con lo cual se perfila la posibilidad de transformaciones en el horizonte.
184
Consideraciones finales
Es necesario tener en consideración que los resultados de la educación para la salud
no constituyen un asunto neutral, pues dependerán de las concepciones pedagógicas
y de las intenciones de los actores. En este orden de ideas, habrá que tener en cuenta
también el sentido que los resultados tienen para los educandos y avanzar hacia la
construcción de indicadores como acuerdos entre los educandos y educadores, en el
marco de una perspectiva dialógica. Ahora bien, una condición
dialógica precisa de una actitud de respeto hacia el otro, de sus conocimientos, sus
sentimientos y de su contexto social, económico y cultural. Así mismo una disposición
para aprender en el diálogo, para dejarse transformar y para extender su horizonte de
sentido en la medida en que puede localizar sus propios puntos de vista dentro de un
marco de significado más amplio e incluyente. Esto quiere decir que un horizonte de
sentido enriquecido le permite relativizar sus propias concepciones y posiciones hacia
la realidad y hacia el otro. De esta manera se podrá avanzar hacia el desarrollo de
acciones educativas más productivas y satisfactorias para ambos actores.
185
COMUNICACIÓN Y MENSAJE EDUCATIVO. INFLUENCIA EN EL
COMPORTAMIENTO.
¿Nos hemos preguntado alguna vez e investigado dónde pueden estar las razones
por la que proyectos con gran riqueza tecnológica no sirven más que para entretener
al personal o justificar un gasto? ¿Nos hemos preguntado alguna vez si los mensajes
son los adecuados? ¿Hemos revisado los datos epidemiológicos para hacer
prospectivas de futuro? ¿conocemos las transformaciones que se están produciendo
en la construcción social de las enfermedades que afectan a los jóvenes y qué
significado tiene para ellos la salud?
186
Los mensajes de EpS. Su Influencia
La comprensión de factores que determinan el comportamiento individual y de los
grupos, condicionan necesariamente la elección del método de trabajo y el contenido
del mensaje. Hay circunstancia donde el método de trabajo y las relaciones que
establecen los grupos, sus acciones, modifican los comportamientos ligados a la salud
y obtienen resultados que no son capaces de obtener con intervenciones directas y
mensajes persuasivos para que cambien las actitudes. El desconocer los factores
condicionantes de comportamientos ligados a la salud, lleva al emisor a hacer un tipo
de mensajes sobre los riesgos de determinada conducta que se hacen ineficaces
porque los motivos y las opciones que la gente tiene sobre esas conductas de salud
son otras, y la cultura de los grandes grupos ejerce mayor influencia sobre sus
decisiones.
Una conclusión que podemos sacar es que los mensajes que se elija tendrán que
articularse con un método y unos contenidos que conecten con las motivaciones
reales de la generación actual y con el nuevo escenario social y que tengan en cuenta
la transición epidemiológica que se está produciendo. Que se realicen dentro de un
proceso educativo (PE) que dé respuestas al deseo de experiencias que buscan en
los grandes grupos, y que permita al alumno a reflexionar sobre aquellos temas y
dinámicas psicosociales por las que las personas realmente aceptan una conducta no
saludable. El tema de sortear riesgos para la salud es más complejo que la pretendida
modificación de la conducta con refuerzos. Y ahí está la nueva epidemiología además
de los factores psicosociales de los comportamientos ligados a la salud. Todos los
datos de la nueva cultura juvenil, el nuevo escenario social que nos hace realizar un
esfuerzo a los profesionales de la EpS para ser eficaces.
El contenido del mensaje debe adaptarse a las nuevas formas de expresión de la
nueva generación y siempre dentro de un PE en el que pueda surgir lo imprevisible.
Fishbein, identifica las creencias que influyen en la droga y lo trabaja como predictor
de actitudes.
Teorías diferentes que pretenden explicar por qué los individuos cambian de
comportamiento pero que, aplicados los programas, no obtienen los resultados que
pretenden. Las explicaciones de estos modelos para la EpS son importantes porque
apuntan que es preciso comprender los dinamismos por las cuales cristaliza un
187
comportamiento. No faltan detractores. “Se limitan a describir a un individuo
proyectado dentro de un circuito de comportamientos organizados en boucle. Se
interesan solo por comportamientos individuales y tienen una concepción muy
reduccionista de la educación”. En mi opinión donde hay que buscar fallos de estos
modelos es en la elección del método educativo que permita expresar la vida y en la
construcción del mensaje adecuado que invite al diálogo.
Estos modelos han sido aplicados con un relativo éxito, variable según los caos, cual
es el interés de disponer de modelos diferentes. No podría uno seleccionar el mejor y
perfeccionar su aplicación. Este intercambio de modelos es sin duda sobre su validez.
Características de la comunicación:
Necesidades educativas y mensajes
Nuestro método trabaja con la epidemiología para conocer qué pasa, qué
transformaciones se están produciendo en la construcción social de la enfermedad y
se centra en el diálogo y la comunicación, que es la clave del desarrollo humano y
será las llaves que nos abrirá a un futuro saludable. No es casual que hayamos cogido
como título Comunicación y Salud. Se enuclea en la acción-reflexión-acción. Nos
permite descubrir aspectos de la realidad que con otros paradigmas de investigación
no se ponen de manifiesto. Por lo que a la hora de dar un mensaje se está
construyendo con datos que nos aportan la vida de los chicos7as mujeres y nos resulta
más fácil llegar al corazón de sus motivaciones conductuales. Ahora viene el problema
conocido: donde está el centro de la diana, que es acertar y esto depende de saber
188
organizar nuestro trabajo, saber comunicar con mensajes adecuados.
189
El sistema de símbolos que comunica.
La comunicación exige una intersubjetividad, y, más aún, lo esencial de la
comunicación es que el sujeto asume un sistema de signos que tiene a su disposición
para comunicar algo a otro sujeto. No hay comunicación si no existe el intercambio de
ida y vuelta. En la EpS tenemos que buscar la intersección de nuestro mensaje con el
mundo del destinatario y sus valores. Para el emisor el mensaje es los que él piensa,
siente, recuerda; transmitido a través de determinados códigos simbólicos que toman
habitualmente de la cultura de la que están insertos. Para el receptor el cambio, el
mensaje es sólo aquello que él alcanza a descifrar del mensaje que le es transmitido
ya que sólo lo que es subjetivamente descifrado puede ser realmente recibido y hecho
propio.
190
este autor es que el yo de las personas se desarrolla en relación con las reacciones
de otras personas. La gran aportación de Mead consistió en el reconocimiento de que
el yo constituye una estructura social que surge de la comunicación entre sujetos.
191
obviamente los adolescentes que son los más susceptibles al consumo. La única
información transmitida por una señal, es su presencia o ausencia, el receptor no
denota ni connota nada, simplemente la recibe y actúa como un estímulo que puede
causar o provocar algo. Dice Eco que no es lo mismo una luz deslumbrante que obliga
a cerra los ojos que una orden que me obliga a hacer los mismo. El estímulo ejerce
una influencia en la conducta del receptor sin que este lo controle.
Es un proceso de comunicación no participado (MCS, audiovisuales sin diálogo, etc.)
son mensajes que vendrán manipulados por los emisores como cualquier otro
mensaje comercial.
192
comunicador están limitados por sus conocimientos y posibilidades codificativas que
entienda el emisor.
El mensaje siempre se filtra a través de un sistema de expectativas. Pensemos en
nuestras relaciones profesionales/sanitarios/paciente, la necesidad que hay de
replantearse el tema de comunicación.
La palabra, el diálogo, es clave en cualquier proceso educativo y madurativo, pues le
permite al sujeto en formación entrar en relación con la esfera emocional, experiencia
que está viviendo con la vida imaginativa y emocional, con la libertad y creatividad.
De las facultades comunicativas de un educador lo más destacable es pensar, hacer
una buena estructuración de las ideas facilita enormemente la comunicación y sobre
todo saber de lo que se habla. La recepción del mensaje, que es el otro polo, se recibe
con un notable grado de intención.
Esta pedagogía dialógica y activa desarrolla las aptitudes de comunicación y de
autoestima porque aprende a resolver problemas, tomar decisiones, entablar
relaciones y desarrollarlas, capacidad de escucha y negociación, el desarrollo de
aptitudes de comunicación para la discusión de temas de salud, para saber expresar
mejor los síntomas en la consulta, es uno de los aspectos más importantes de la
pedagogía activa de la EpS. El acto humano no es solo realización de una tendencia
ya organizada, sino una elaboración del aprender.
193
DISEÑO DE UN PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA SALUD DIRIGIDO A
ADULTOS MAYORES CON DIABETES MELLITUS
Dr.C. Maria de la Caridad Casanova Moreno ; Dr.C. Daysi Antonia Navarro Despaigne ; Dr.C. Héctor
Demetrio Bayarre Vea; Dr.C. Giselda Sanabria Ramos; Dra. Maricela Trasancos Delgado; Dr.C.
Modesta Moreno
Iglesias.Cuba
RESUMEN
INTRODUCCIÓN
Las ECV afectan con mayor intensidad a los grupos de población de escasos recursos
y las poblaciones vulnerables, cuando se presentan empobrecen más a las personas
y sus familias.
La diabetes mellitus de tipo 2 (DM2) ha sido catalogada como una de las muchas
nuevas epidemias del siglo XXI, tanto por su creciente magnitud como por su impacto
194
negativo en la enfermedad cardiovascular. Es evidente que la atención al anciano
diabético representa un importante problema de salud pública; por ello los distintos
especialistas que la asisten durante el proceso de la enfermedad deben conocer las
peculiaridades de esta, para así mejorar su vigilancia global desde las medidas
preventivas, que incluyen el diagnóstico y tratamiento, hasta las complicaciones.
Se han realizado estudios en otros países como Brasil, Cuba, Colombia y Perú por
Seabra Rodrigues AC, et al, 4 Yanes Quesada IM, et al, 5 Velandia-Arias A, et
al, 6 Gómez Campos R, et al, 7 Martins Vancea DM, et al, 8 que indican la importancia
que tiene para el conocimiento de los pacientes diabéticos acerca de las funciones
que presenta la insulina en el organismo, los síntomas de su enfermedad, llevar a
cabo una dieta adecuada, ventajas del ejercicio físico para su enfermedad.
Se tuvo en cuenta que la diabetes mellitus en la provincia de Pinar del Río, está dentro
de los problemas de salud a resolver por los equipos de trabajo del nivel primario de
atención y la comunidad. Por lo que se desarrolló una investigación que contribuye
elevar el nivel de conocimiento a adultos mayores con diabetes mellitus en cuanto a
su enfermedad y la prevención de las complicaciones. 9
El objetivo del trabajo fue diseñar un programa de educación para la salud dirigido a
adultos mayores con diabetes mellitus, donde se eleve el nivel de conocimiento de los
mismos en cuanto a su enfermedad y la prevención de las complicaciones.
MÉTODOS
195
un cuestionario diseñado y validado según método de consenso Delphy, el que estuvo
dirigido por el equipo de investigación y apoyado por el equipo básico de salud.
Antes de la aplicación del cuestionario a los adultos mayores diabéticos, se les dio
una breve explicación sobre el mismo y la necesidad de su contribución a la
investigación. Cada uno llenó la planilla de consentimiento para su participación.
El cuestionario fue aplicado como pilotaje a un grupo de 50 adultos mayores diabéticos
del Policlínico Luis A Turcios Lima de la provincia Pinar del Río.
Los temas que se debatieron en las diferentes dinámicas grupales tuvieron como
temas:
- Conocimiento y percepciones sobre qué es la diabetes
mellitus.
- Relación entre alimentación, ejercicio físico y diabetes.
- El pie del diabético.
- Factores de riesgo cardiovascular y diabetes.
- Uso de medicamentos y diabetes.
- De compras y comiendo fuera de casa con tu
196
diabetes.
- El diabético y su familia.
Capacitar a las personas adultas mayores con DM2 en educación diabetológica para
la prevención de los factores de riesgo de complicaciones crónicas de la enfermedad
y elevar el nivel de conocimiento.
Elevar el número de personas adultas mayores con DM2 sin complicaciones crónicas
de su enfermedad.
Impulsar grupos de promotores de salud en educación diabetológica y su replicación
en cascada.
Activar recursos y acciones encauzadas a desplegar un sistema de información y
comunicación participativa.
Ofrecer oportunidad y accesibilidad a escenarios comunitarios para uso provechoso.
PROGRAMA ANALÍTICO
Requisitos de inclusión:
Temas:
197
Distribución del programa analítico
Motivación. Personalidad. Riesgo y diabetes.
¿Qué es la diabetes y sus complicaciones?
Relación entre alimentación, ejercicio físico y diabetes. El pie del diabético. Factores
de riesgo cardiovascular y diabetes.
Uso de medicamentos y diabetes.
De compras y cuando comes fuera de casa con tu diabetes. El diabético y su familia.
Cierre del taller.
RESULTADOS
Coincidieron en que podrían ser los grupos de reflexión al diabético los más
adecuados para orientarlos en este sentido. Las principales dificultades fueron, tanto
en el conocimiento, como en el comportamiento en cuanto a su enfermedad. - Las
principales necesidades de aprendizaje identificadas a través de las diferentes
técnicas utilizadas están referidas a: relación entre alimentación, ejercicio físico y
diabetes, comunicación con la familia, uso de medicamentos y diabetes.
A juicio de los autores y por investigaciones realizadas, el sistema de salud que educa
al paciente y lo trata a la vez falló en la educación a estos en el nivel primario de
atención.
198
El diseño del programa educativo dirigido a adultos mayores con diabetes mellitus,
lleva a promover el pensamiento responsable sobre educación diabetológica en los
adultos mayores diabéticos. Por tanto, el trabajo educativo debe estar encaminado a
capacitar a los adultos mayores diabéticos, para subyugar los problemas relacionados
con la educación diabetológica.
Capacitación de facilitadores:
199
Los temas y el material didáctico de cada grupo y sesión, se observan en el manual
temático de las sesiones, que delimita el progreso del tema y el material educativo a
utilizar para cada grupo.
Metodología de trabajo:
200
Actividades Educativas
Discusión:
201
Conclusiones:
Referencias bibliográficas
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202
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diabetes en los parámetros clínicos y bioquímicos. Rev Med Inst Mex Seguro Soc [Internet]. 2012
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2013 [citado 15 Dic 2015];51(3):[aprox. 6 p.]. Disponible en:
http://www.medigraphic.com/pdfs/imss/im-2013/im133d.pdf
203
DISEÑO DE UN PROGRAMA DE EDUCACIÓN PARA LA SALUD
Un proyecto nunca nace del y en el vacío. Generalmente hay una persona que tiene
una idea más o menos elaborada para resolver un problema que aprecia en su
entorno. Esta persona comenta su idea con otras que acaban compartiéndola. En
otras ocasiones la inquietud nace en un grupo profesional (maestros, sanitarios,
agentes sociales, agrupaciones ciudadanas, etc.) que se plantea QUÉ puede hacer
para mejorar el estado de salud de la población en general o de un grupo señalado de
ella. En otras ocasiones serán las propias instituciones o comunidades las que
demanden una actuación sanitaria concreta.
De una u otra damos por hecho que existe ya un grupo promotor, gestado por
cualquier mecanismo, su primera tarea será ampliar ese grupo con elementos que se
considere puedan aportar algo a la idea: líderes de la población, profesionales que
puedan estar implicados, representantes municipales o de otra naturaleza, etc. Se
trata de expandir el grupo promotor y enriquecerlo con personas de distinta formación
y origen, siempre teniendo en cuenta la realidad de la comunidad en la que nos
movemos.
Conviene crear un grupo gestor, o grupo de trabajo, que será el dirigente del proyecto,
no debe ser excesivamente numeroso pues pierde operatividad, entre 6 y12 personas
como máximo. Lo ideal es que en él estén representados todos los estamentos
implicados, aunque no es imprescindible.
204
encausará las iniciativas existentes o propondrá líneas de acción a debatir en el grupo
promotor.
La diferencia principal está en que en este tipo de proyectos los objetivos y las
actividades (así como muchos elementos de evaluación) serán fundamentalmente
educativos, lo que nos obliga de un lado a ser muy sensibles al mundo de valores,
cultura y conocimientos previos de las personas a las que va dirigido el proyecto, y de
otro a usar herramientas pedagógicas en su desarrollo y evaluación.
I. ANÁLISIS DE LA REALIDAD
1.1. Problemas de salud
El análisis de la realidad es el elemento inicial imprescindible de todo proyecto. Se
trata aquí de describir y estudiar de forma completa cómo es el mundo concreto en
que vamos a actuar.
Debe haber una introducción descriptiva demográfica y social de la zona y los recursos
existentes.
Datos demográficos, incluyendo natalidad y movimientos migratorios.
Estructura etaria de la población.
Estructura social y económica.
Datos geográficos.
Elementos marginales, si los hay.
Nuestras fuentes serán fundamentalmente documentales (anuarios estadísticos,
publicaciones, trabajos previos etc.) Conviene que la descripción sea completa pero
no exclusiva, de forma que el resumen se pueda hacer en un folio como máximo,
señalando solamente la información pertinente. Dejaríamos para uno o más anexos
la exposición de tablas, la referencia a fuentes, etc., si lo consideramos pertinente.
Elementos culturales y folclóricos peculiares, que determinan la realidad.
Modo de afrontar y vivir los problemas sanitarios.
Dimensión sanitaria de los problemas de la comunidad.
Prácticas y errores generalizados en la cultura sanitaria.
Mundo de creencias y valores que existen en la comunidad.
Es preciso realizar un completo análisis de la realidad previo al desarrollo del proyecto.
205
En el mismo, importa más el ser rigurosos, a fin de no olvidar ningún elemento, que el
hacer un frío recuento demográfico y social.
Datos objetivos y subjetivos del estado de salud de la población.
Estadísticas de mortalidad y morbilidad de la zona.
Detección de problemas de salud peculiares de la zona.
Manejo de datos de esperanza de vida, ingresos hospitalarios, accidentabilidad, etc.
Las fuentes en este caso serán las estadísticas sanitarias y la propia percepción de
los profesionales de salud y desde luego de la propia comunidad.
En estos tres apartados conviene acudir a las fuentes ya existentes y no empeñarse
en realizar un estudio exhaustivo de la zona. Esto sería objeto legítimo de un estudio
descriptivo de la salud de la zona más que de un análisis previo a una intervención
educativa; no se trata, en efecto, de hacer un exhaustivo “diagnóstico de salud” al
estilo de los que se realizaban en los años ochenta. (Siglo pasado).
1.2. Recursos
Es importante realizar un inventario de los recursos con los que disponemos; conviene
siempre ser muy real y exhaustivo y no contar en lo posible con recursos ajenos o
garantizados. Incluye la identificación de líderes naturales.
Recursos materiales: Es decir con los que contamos. Debemos inventariar los mismos
indicando su disponibilidad y límites si los hubiera (locales, centros de reunión,
megafonía, medios audiovisuales disponibles etc.
Recursos humanos, institucionales o no. Incluiremos naturalmente a las personas de
la comunidad que se comprometen con el proyecto.
Recursos financieros. Debemos siempre explorar y explotar, si así conviene, las
posibilidades de financiamiento del proyecto, buscando compensaciones a
desplazamientos, comidas, etc.
206
Recursos organizativos: Incluiremos las instituciones y las organizaciones que como
tales participen en el proyecto.
Es necesario comprobar que los recursos estén ajustados unos a otros: no debemos
contar con el “video” como recurso material si al tiempo no disponemos de una
persona que lo sepa utilizar adecuadamente.
1.3.Elementos favorecedores
Es fundamental conocer perfectamente qué agentes vamos a encontrar a favor de
nuestro proyecto. Pueden ser factores culturales folclóricos, religiosos, personas,
asociaciones, grupos ya formados, líderes etc.
1.4. Obstáculos
Realizaremos asimismo un inventario de los posibles obstáculos que podremos
encontrar en el proyecto. La inversa del punto anterior.
Hay varias alternativas para realizar la priorización de los problemas de salud y las
distintas variables que hemos manejado en este apartado, el más habitual es trasladar
los datos a una tabla que nos permita ordenar los problemas por su importancia.
207
Previa a la elección del problema hay que plantear aún una cuestión crucial:
¿Es la educación para la salud el método idóneo para solucionar el problema
seleccionado?
¿Hay algún otro método de intervención más eficaz o más eficiente? No siendo la más
eficaz, ¿es la única posible?
Esta definición intentará abarcar todos los aspectos de la enfermedad o del proceso
de que se trate, evitando una concepción medicalizada de la salud y abarcando
aspectos fundamentales, sociales, culturales, educativos y comunitarios.
Veamos cómo reúne todos los requisitos que hemos previamente definido:
A. Las dimensiones del problema en cuanto a extensión y gravedad son bien
conocidas.
B. La prevención es eficaz, rentable y se basa en la evitación de los factores de
riesgo de la enfermedad, que en este caso son el hábito tabáquico, la
hipertensión, y la hiperlipemia (y otros en menor entidad como obesidad,
personalidad agresiva, etc.).
C. Los factores de riesgo son en buena cuenta parte dependientes de mantener o
no conductas alimentarias y de régimen de vida saludable, y estas a su vez se
basan en hábitos saludables.
D. Los hábitos y su modificación son campo específico de la educación, por lo que
el modelo idóneo de intervención en prevención es precisamente la educación
sanitaria.
E. Si bien la evolución del problema es favorable por cuanto hay una mayor
sensibilización respecto al mismo, sin embargo, sus enormes dimensiones
justifican las intervenciones sin esperar a que la propia dinámica del problema
evolucione a su solución.
En este ejemplo podría haber varias poblaciones diana distintas según quisiéramos
hacer promoción de la salud, prevención primaria, o más específicamente actuar
sobre población de alto riesgo. Asimismo, los objetivos y actividades serán distintos
según como definiéramos el problema.
208
3. DIMENSIÓN EDUCATIVA DEL PROBLEMA.
Esto significa que las personas se verán sometidas a un proceso de cambio que pase
de una realidad a otra distinta.
4. OBJETIVOS
4.1. Generales:
Son las líneas maestras del proyecto. Se trata de enunciar lo que os proponemos con
nuestro proyecto. En el ejemplo propuesto anteriormente supongamos, pues, que el
problema seleccionado son las conductas de riesgo que favorecen la enfermedad
cardiovascular. Elegimos asimismo intervenir sobre población infantil, con lo que
209
queda seleccionada la población diana.
4.2. Específicos:
Desarrollan los generales y los ciñen concretamente a un espacio y un tiempo e
introduce elementos de evaluación.
1) Expresan la conducta terminal concreta que se espera del sujeto.
2) Expresan lo que los sujetos han de ser capaces de hacer al final de cada fase
de aprendizaje.
3) Tienen es en sí mismo un elemento evaluador al ser conductas observables
desde el exterior.
Se pueden clasificar en objetivos de conocimiento (información) de actitudes (de
intereses), de habilidades o automatismos y de desarrollo personal.
4.3. Contenidos
Son los conceptos, actitudes y hábitos que queremos que los sujetos del proyecto
adquieran mediante el mismo. Siempre deben quedar claramente explícitos en el
proyecto, pues son su fundamento.
En forma de tabla se sugiere utilizar en la formulación de objetivos específicos, y a la
derecha una de contenidos que pueden completar la formulación de los mismos.
Naturalmente las listas no son cerradas ni mucho menos, sino que solo quieren ser
una ayuda a los que se encuentren elaborando un proyecto. En la formulación
ocasionalmente se pondrá “alumnos”, entendiéndose los sujetos del proyecto.
Terreno cognoscitivo:
Conocimiento:
Que expresen el problema de salud Acontecimientos, fenómenos, usos,
reglas, tratamientos.
Que sean capaces de distinguir Características, propiedades, formas de
presentación de la enfermedad, factores
de riesgo.
Que definan el problema de salud en suFactores físicos, psíquicos y sociales
complejidad. del problema.
Que puedan identificar Factores de riesgo, medios de contagio,
elementos de protección.
Que relacionen con sus modos de vida Ejemplificar estilos de vida y factores de
Riesgo
Comprensión
Expliquen con sus palabras el problemaTeoría, significados, métodos
de salud
Interpreten Relaciones causales
Demuestren Efectos, consecuencias
Establezcan por escrito o verbalmente Conclusiones
Aplicación
Clasifiquen Problemas transmisibles y no
transmisibles
210
Organicen Métodos de trabajo y actividades
Análisis
Clasifiquen Ideas, conclusiones, interrelaciones
Analicen Argumentos, elementos,
ideas, relaciones de
causa efecto,
organizaciones, hechos.
Deduzcan Conclusiones, relaciones de
causa efecto, evidencias-
Contrasten Hipótesis, enunciados, puntos de vista,
disposiciones.
Terreno afectivo
Verbos que expresan los objetivos que facilitan la creación de actitudes y ejemplos de
actividades que los materializan
fracaso – esfuerzo.
Confiar En los compañeros, amigos,
autoridades.
Discutir, debatir Conceptos, palabras, discursos, puntos
de vista, opiniones, comportamientos,
resultados, acontecimientos.
211
Aumentar la confianza básica Desarrollar relaciones.
Elegir Líneas de conducta, alternativas,
argumentos, criterios, amistades,
compañeros.
Ayudar, asistir a Compañeros, amigos, adversarios.
Desarrollar conducta asertiva Algunos comportamientos,
conflictos, algunos criterios, excesos,
irracionalidades.
Organizar con los compañeros Grupos, equipos, juegos, trabajos,
actividades, dramatizaciones,
discusiones.
4.4. Actividades
Son las cosas que haremos con la población a la que nos dirigimos a fin de cumplir
los objetivos elegidos. Deben estar necesariamente en función de ellos, y solo de ellos.
Debe siempre escribirse meticulosamente una descripción de la actividad a realizar,
de forma que pudiera ser llevada a cabo por personas ajenas al proyecto.
En general no es recomendable incluir más de dos o tres contenido en cada actividad,
y siempre hacer que queden claramente explícitos en forma de resumen de las
mismas, sea cual sea la metodología empleada.
212
usarán. Se indicará siempre como se anuncia la actividad.
Ya se ha mencionado alguna idea sobre las metodologías más útiles. Sin embargo,
no conviene tampoco dejarse deslumbrar por el más atractivo de un método
participativo o por el uso de medios audiovisuales espectaculares, lo fundamental
siempre es que los contenidos sean claros y queden claros, y que usemos los medios
con los que nos sintamos cómodos y con los que estemos familiarizados. Sea cual
sea el método seguido, no olvidar hacer un resumen final de la exposición, trabajo o
actividad.
4.6. Temporalización
Fechas de realización de la actividad y duración de la misma. ¡Atención a la
coincidencia temporal de nuestra actividad con otra ajena que nos pueda restar
audiencia! Atención a periodos vacacionales, acontecimientos señalados. Etc.
Dado que desde la elaboración del proyecto hasta su ejecución siempre hay un plazo
de tiempo más o menos largo, convienen que en el mismo se fijen el número de
actividades para un plazo de tiempo (por ejemplo, cinco reuniones informativas con
los padres de alumnos en el primer trimestre del año, una reunión mensual de la
comisión interprofesional de evaluación) sin concretar fechas, esto nos permite ser
flexibles en las convocatorias, pero rigurosos en los plazos de ejecución del proyecto.
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214
EDUCACIÓN PARA LA SALUD BASADA EN LA COMUNIDAD
En los últimos siglos la medicina sufrió importantes transformaciones por las cuales
podemos hoy distinguir dos vertientes: la medicina clínica y la medicina social. Esta
última centró su mirada en un entorno ambiental y social, implicando un salto
cualitativo importante y remarcando la importancia de la educación y la promoción de
la salud como una práctica más del médico. En una entrega anterior los autores
desarrollan conceptos importantes, como ser: generalidades, principios y objetivos de
la educación para la salud; fundamentos de las metodologías y técnicas participativas,
estrategias para optimizar la efectividad de una intervención comunitaria, así como los
principios de la organización comunitaria. En esta segunda y última entrega los
autores completan la actualización desarrollando temas como: planificación,
diagnóstico de situación y selección de estrategias educativas; el diagnóstico de los
procesos administrativos; la evaluación global del proceso implementado, así como
también las condiciones para el éxito de una intervención o programa educativo.
Abstract
In recent centuries, medicine underwent major transformations allowing the
identification of two branches: clinical medicine and social medicine. The latter focused
its attention on environmental and social aspects, involving a major leap forward and
highlighting the importance of education and health promotion as and additional
medical value.In a previous issue the authors developed important concepts, such as:
health education general principles and objectives; participatory methodologies and
techniques essentials; strategies to optimize the effectiveness of community
interventions, and community organizational principles. In this second and final issue
authors will expand on related concepts such as: planning, situational diagnosis,
educational strategies selection, diagnosis of administrative processes, the overall
assessment of implemented processes, as well as the needed conditions for reaching
success on educational interventions.
PLANIFICACIÓN.
Toda actividad de promoción y prevención a implementar en la comunidad requiere
de una planificación previa, cuyo punto fundamental es el diagnóstico de necesidad o
de situación, con el objetivo de satisfacer las demandas reales de una comunidad,
cosa que no ocurre con frecuencia. Las preguntas que siempre se deben tener
presentes a la hora de una intervención comunitaria son las siguientes: ¿Cuál es la
necesidad? ¿Cómo se va a resolver el problema? ¿Cuál es la base o sustento teórico
del problema? ¿Qué propone la gente? En este sentido es importante pensar que
siempre las soluciones están en la propia comunidad, y no que somos nosotros los
215
que tenemos las “soluciones”.
Por lo tanto, es importante tener en cuenta que los tipos de problemas sociales que
una comunidad está experimentando o padeciendo son buenos indicadores de su
calidad de vida. Para evaluar dicha calidad de vida y para luego intervenir hay que
aunar esfuerzos para saber interpretar correctamente cuales son las preocupaciones
que presenta la comunidad y conocer los roles de cada uno de los integrantes del
grupo pasibles de una intervención educativa.
Cuadro 4: los cuatro tipos de necesidad descriptos por Bradshaw y col. - Necesidad
normativa: es la establecida por los expertos (normas y criterios). - Necesidad sentida:
surge cuando los integrantes de una comunidad manifiestan qué quieren. - Necesidad
expresada: equivale a la demanda de servicios de salud por parte de la comunidad. -
Necesidad comparativa: consiste en evaluar los resultados de los servicios de salud
que se ofrecen a una población para definir qué se necesita en una zona comparable.
216
Los problemas B, C y D son identificados tanto por el equipo de salud como por la
comunidad. El problema A es identificado sólo por el equipo de salud y el E, sólo por
la comunidad. Por lo tanto, los problemas A y E tienen existencia real, pero si ambos
-equipo de salud y comunidad no llegan a un acuerdo o redefinición de los mismos,
posiblemente no tengan resolución, especialmente el problema A, que al no ser
percibido como tal, no genera demanda por parte de la comunidad. Averiguar que
hicieron otros antes Una vez definida la necesidad o identificado el problema a
trabajar, el equipo de trabajo tiene que plantearse cómo resolver dicha situación, para
lo cual consultará la bibliografía y a los expertos para ver si hay antecedentes respecto
del modo de abordaje de la problemática en cuestión (sustento teórico de la
intervención). Como se mencionó más arriba, es importante y siempre debemos tener
presente lo que la gente del lugar propone como solución del problema identificado.
217
y aceptada por todos.
218
Modificado de Werner D y Bower B. Aprendiendo a Promover la Salud. 4° reimpresión,
1991. Fundación Hesperian y Centro de estudios educativos. Los exámenes y la
evalucación como un proceso de aprendizaje. Capítulo 9 p 182.
219
conferencia-debate, asesorías individuales, medios masivos de comunicación
(gráficos y audio-visuales). - Métodos de capacitación: desarrollo de habilidades,
modificación de conductas y de actitudes, a través de juegos, debates en grupos,
creación de modelos, etc. - Métodos organizacionales: desarrollo comunitario, acción
y planificación social y desarrollo organizacional. A la hora de elegir, se recomienda
seleccionar al menos tres estrategias educativas y asegurarse de que los factores
predisponentes, facilitadores y reforzadores reciban la debida atención. Se aconseja
que una de las tres estrategias seleccionadas incluya medios audiovisuales u otro
medio de comunicación. Es importante no descuidar a ninguno de los tres factores
arriba mencionados, los tres son importantes por igual y nos permiten optimizar los
recursos, en especial en el mediano y largo plazo. Es importante tener en cuenta que
las estrategias educativas que influyan sobre los factores predisponentes tendrán
efectos generalmente a corto plazo, las que lo hagan sobre los factores reforzadores
tendrán efecto intermedio y las que influyan sobre los tres factores tendrán un efecto
más prolongado. Tener presente esto ayuda a no defraudarnos ante la falta de
respuesta a corto plazo y evitar que abandonemos el rumbo de nuestras metas. A
diferencia de aquellas que lo harán sobre los otros dos factores, las estrategias que
influyen sobre los factores predisponentes suelen ser más simples y menos costosas.
Diagnóstico administrativo
Como parte del proceso de una intervención es importante incluir en su elaboración
un apartado de diagnóstico administrativo, identificando factores administrativos y
organizacionales que puedan afectar la implementación exitosa del programa. La
meta principal de este diagnóstico es reducir al mínimo los factores que podrían hacer
que una intervención o un programa bien concebido no logren un impacto completo y
positivo. Para ello es importante considerar las realidades de la organización, de la
comunidad y de la práctica profesional, para reducir así los impactos negativos y
potenciar los beneficios de la intervención. Los pasos de este diagnóstico incluyen la
evaluación de los recursos disponibles y la correcta asignación de los mismos
mediante un presupuesto y un cronograma, así como determinar las relaciones
jerárquicas entre el personal y el recurso humano disponible.
Evaluación
Mucha gente piensa en la evaluación como algo punitorio y como un proceso
complicado que se hace durante un tiempo limitado. Sin embargo debería ser todo lo
contrario: sencilla y continua. Comúnmente, la evaluación ocurre cuando las personas
que participan en una actividad o proyecto discuten sobre como marchan las cosas.
Sin embargo, una evaluación periódica y más estructurada debe tener su lugar. En
este sentido, podemos considerar cuatro tipos de evaluaciones, todas partes de un
proceso continuo.
220
Evaluación continua.- Tiene lugar en todo proyecto o actividad. Por ejemplo, a lo largo
de un curso de capacitación de promotores de la salud, los capacitadores o
instructores y los alumnos pueden preguntarse:a) ¿qué tan efectiva es tal o cuál clase?
y b) ¿qué tanto nos prepara esta actividad para resolver un determinado problema en
la comunidad?
Evaluación periódica.- Se hace en ciertos momentos durante un proyecto o actividad.
Por ejemplo, los instructores, los alumnos y las personas de la comunidad que
participan en un programa pueden reunirse de vez en cuando para examinar el
progreso del curso y de ciertas actividades. En un programa de un año de duración
esta evaluación podría ser mensual.
Evaluación final.- Tiene lugar al final del proyecto o actividad. Por ejemplo, al final de
un curso todos los participantes pueden juntarse para evaluar el curso en su totalidad,
con sus debilidades y fortalezas. La idea es ver como se podría mejorar para la
próxima vez.
Evaluación de seguimiento.- Se basa en los resultados o en el efecto de una actividad
después que se ha finalizado con el proyecto o actividad. Por ejemplo, la eficacia de
un curso de capacitación de promotores de la salud se comprueba al ver el éxito que
tengan los promotores en ayudar a la gente a satisfacer sus necesidades en la
comunidad. Sin embargo, no es fácil evaluar el efecto o “impacto” sobre la comunidad
ya que, en general, los resultados son a largo plazo. Este tipo de evaluación se puede
basar en: a) la reacción de la comunidad, b) las visitas de seguimiento de los
capacitadores, c) los indicadores de salud y d) el informe de los promotores acerca de
sus logros y dificultades.
Niveles de la evaluación
La evaluación de un programa, de una actividad o de un proyecto -antes, durante y
después de su desarrollo- es clave para que se complete un ciclo. La evaluación
siempre es necesaria si queremos seguir adelante, porque nos permite aprender de
los éxitos y de los errores, además de ayudarnos a subsanarlos. La figura 4, adaptada
de Werner y col. ejemplifica este proceso. Haciendo referencia a la evaluación de un
programa de educación para la salud, otros autores hablan de tres niveles o etapas
en los que se puede evaluar: evaluación de proceso, evaluación de impacto y
evaluación de resultado. Ver figura 5. La evaluación de proceso consiste en evaluar
la intervención y/o la estrategia educativa. Es en esta etapa se evalúan los materiales
y los métodos, las habilidades de los profesionales en la comunicación, y también los
aspectos administrativos del desarrollo del programa. La evaluación de impacto se
refiere a los cambios que el programa o estrategia educativa producen en el área del
conocimiento, en las actitudes y/o en las conductas en la población. Un ejemplo
contundente es la alfabetización. La evaluación de resultado se ocupa por ejemplo de
la morbilidad y de la mortalidad. Es importante resaltar que en intervenciones de
educación y promoción para la salud, en general no es posible obtener resultados a
corto plazo y que siempre es necesario proyectar a mediano o largo plazo para la
espera de los mismos. Finalmente, toda evaluación debe intentar dar respuestas a las
preguntas planteadas de cada aspecto del programa o estrategia educativa, debe
poder medir si se han alcanzado las metas propuestas y debe ayudar a determinar si
las mismas eran apropiadas.
221
La evaluación: ¿para quién y por quién?
Para responder esta pregunta, a grandes rasgos hacemos referencia a dos tipos de
evaluaciones: externas e internas. 1. Evaluaciones externas: están dirigidas por
personas ajenas a la organización, al programa y/o a la intervención. En general, este
tipo de evaluaciones las suelen realizar las agencias que proveen los fondos o
administradores que nada tienen que ver con la planificación y ejecución del programa
o estrategia educativa. El plan para tal evaluación viene de afuera y está dirigida por
un experto. Con demasiada frecuencia, tanto el proceso como los resultados
responden más a las necesidades de los que piden la evaluación que a las
necesidades de los que en realidad están participando en el proyecto. 2. Evaluaciones
internas: están dirigidas por los participantes del programa. Es interesante e
importante en aquellos programas con base comunitaria, que todas las personas
involucradas en el proyecto participen de la evaluación, siendo la misma un esfuerzo
cooperativo de autocrítica y de reflexión donde, no sólo se tomen en cuenta los
resultados de la educación y la acción comunitaria, sino que sea una parte de todo el
proceso.
En las evaluaciones suele ser de utilidad solicitar ayuda a personas que estén fuera
del programa, con la condición de que comprendan la situación local y que nos
ayuden, pero sin hacerse cargo de todo el proceso. Condiciones para el éxito de una
intervención o programa Para que la planificación de una estrategia comunitaria
responda a las necesidades reales de la comunidad es indispensable analizar junto
con las diversas partes implicadas los problemas que se plantean, los objetivos
formulados y la posible elección de una estrategia del siguiente modo: 1) admitiendo
ante la comunidad que existe una brecha social y educativa, 2) haciendo lo necesario
para comprender usos, costumbres, creencias y necesidades de la comunidad, 3)
tratando de no ser el instructor principal, 4) partiendo de los conocimientos y
habilidades que ya tiene la gente y ayudándolos a aprender más, 5)tratando el equipo
de salud de hacerse innecesario tan pronto como le sea posible.
222
mismas. Los recursos comunitarios son valiosos y deben ser cultivados y fortalecidos
en forma continua, para poder trabajar participativamente. Para lograr este objetivo es
importante que el técnico en salud aúne esfuerzos para insertarse y formar parte de
estas redes, logrando de esta manera estimular a sus integrantes y hacer que se
consideren miembros activos del proceso (diagnóstico de necesidades, búsqueda de
recursos, planificación y ejecución de actividades, gestión, evaluación, etc.). De esta
confianza mutua surgirán nuevos conceptos y metodologías científicas que estarán
basadas en las preocupaciones diarias y concretas de la comunidad, permitiendo
obtener un mayor impacto en los resultados.
Es importante tener presente que va a ser más sencillo trabajar con aquellos grupos
que estén en formación o que lleven poco tiempo de funcionamiento, en contraste con
hacerlo en un grupo o ámbito comunitario que se desenvuelve más rutinariamente
desde hace mucho tiempo. De todas maneras y a diferencia de otras situaciones a las
que estamos acostumbrados los médicos, no nos cansaremos de repetir que en este
tipo de trabajo es necesario el “tiempo”, ya que los cambios suelen ser mucho más
lentos. Los espacios a construir han de imaginarse abiertos, inclusivos, dinámico,
cambiantes, plurales, cuestionadores, problematizadores y campo de confrontación
de intereses. Por lo tanto no debemos extrañarnos ni desanimarnos ante la aparición
de conflicto y/o indignación, o de la necesidad de negociación. Por ejemplo, no
siempre se debe estar detrás de lograr consensos. Esta búsqueda no debería ser
condicionante ni paralizarnos. Los acuerdos no necesariamente hay que imaginarlos
absolutos, ni las respuestas únicas y/o definitivas. Es indispensable aprender a
construir desde el disenso y aprender a convivir con las diferencias. Es importante
tener presente que estos espacios los pueden integrar personas que históricamente
están en disputa por situaciones ajenas a nuestros conocimientos pero que no son
ajenas a la comunidad que ellos mismos comparten y en la que están inmersos;
haciendo que el camino y los espacios que uno proyecte estén en un constante
cambio. Por lo tanto, es muy importante que los espacios comunitarios sean dinámicos
y abiertos.
Conclusiones
Para que una intervención comunitaria o un programa sean efectivo es importante que
incorporen métodos activos de aprendizaje, dirigidos hacia las influencias sociales y a
los medios de comunicación de masas y que refuercen los valores individuales y las
normas grupales, promoviendo el desarrollo de habilidades, fundamentalmente
sociales. Una estrategia especialmente útil es el trabajo en grupo de iguales. Sus
principales ventajas son una mayor adecuación de los contenidos y estrategias, así
como una mayor motivación. La persona debe llegar a hacer suya la actividad de
aprendizaje (autoaprendizaje) debiendo jugar el educador un papel o rol de facilitador
del aprendizaje. Hay que procurar siempre usar métodos participativos que potencien
la adquisición de habilidades sociales, la competencia en la comunicación y la
resolución de conflictos, que incidan en la responsabilidad, en la autoestima, en la
toma de decisiones y que faciliten la práctica de las habilidades aprendidas. En este
sentido, vale destacar el mensaje de la Organización Mundial de la Salud (1983): “…si
enfocamos la educación sanitaria desde un modelo participativo y adaptado a las
necesidades, la población adquirirá una responsabilidad en su aprendizaje y éste no
223
estará centrado enel saber, sino también en el saber hacer”. Ver figura 6. Sólo se
construye desde el hacer, desde la reflexión/acción,desde la praxis. Solo el verbo en
acción nos permite alcanzar el conocimiento, imaginar respuestas de intervención
para nuestrosproblemas, generar nuevas preguntas y dar perpetuidad y dinamismo al
ciclo.
“Es importante que los profesionales de la salud que realizan trabajos comunitarios
recuerden que la medición de la eficacia del trabajo comunitario, de la promoción y
educación para la salud se parece más a esperar que los cultivos de primavera
crezcan después de preparar la tierra en otoño e invierno”. Siempre, debe transcurrir
un tiempo antes de que los efectos de un entramado de estrategias y procesos de
educación coherentes y relacionados comiencen a mostrar resultados que se puedan
medir. En Argentina las actividades de orientación comunitaria en salud han sido poco
valoradas por los dirigentes y no han tenido un lugar relevante en las agendas de los
profesionales de la salud. Quizás vengan tiempos mejores para “dar poder a la gente”
si las organizaciones sanitarias se hacen menos jerárquicas y menos autoritarias...
Figura 6: éxito de un programa de salud comunitaria.
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226
GUÍA PARA EL DISEÑO DE PROGRAMAS SOCIOEDUCATIVOS DE
ATENCIÓN A LA INFANCIA
I. Introducción
A lo largo de este artículo me voy a permitir repasar los elementos principales de
una planificación para la intervención socioeducativa, reseñando los elementos
más importantes cuando ésta se realiza sobre un colectivo tan especial como el de
la infancia. El objetivo no es otro que llamar la atención sobre elementos que son
de sobra conocidos por todos los profesionales de la intervención socioeducativa
en la infancia, pero que, sin embargo, en la cotidianeidad de nuestro trabajo pueden
no ser tenidos en cuenta como se merecen y, lo que es peor, por las consecuencias
que su tratamiento inadecuado tienen en el éxito de nuestras acciones
socioeducativas.
El diseño de una intervención socioeducativa se compone de unas fases de trabajo
que atañen no sólo al preciso momento de su planificación. El trabajo de diseño
debe comenzar con una fase previa de trabajo prospectivo en el que se fijan los
«porqués» del abordaje de un trabajo de intervención. De este modo las fases
«tradicionales» del diseño de una intervención socioeducativa son:
Estudio del colectivo y contexto en el que se pretende intervenir. En esta fase
es de importancia clave analizar el contexto y características del colectivo y sus
necesidades, déficits o carencias ante una situación dada. Fruto de este trabajo se
establecerán una serie de necesidades a resolver en un colectivo con un contexto
y características propias, que enmarcan y condicionan el desarrollo de la
intervención.
Definición de objetivos de la intervención. Una vez seleccionado el rango de
necesidades que deseamos paliar con nuestra intervención socioeducativa es
necesario fijar claramente los objetivos de la misma.
Selección de contenidos. Con los objetivos establecidos de forma clara y unívoca
y teniendo en cuenta las características y contexto del colectivo con el que
intervenimos seleccionamos los contenidos que nos permitirán alcanzar los
objetivos previstos.
Desarrollo metodológico. las características del colectivo y de los profesionales,
así como de la institución que lidera la intervención constituyen el caldo de cultivo
metodológico en el que se realiza la intervención. las características de una
intervención socioeducativa hacen que la metodología sea una herramienta clave
para la consecución de algunos objetivos como elemento coadyuvante a los
contenidos de la misma o, incluso, como elemento independientemente
considerado.
227
Recursos. la disponibilidad de recursos humanos y materiales suficientes y
adecuados a la intervención socioeducativa que pretendemos es otro elemento
definitorio del éxito de nuestra intervención. Mención específica merece la gestión
que de esos recursos se lleve a cabo como condición de que una inadecuada
gestión de buenos recursos puede dar al traste con la intervención mejor diseñada.
Con ello se pretenden detectar las carencias y problemáticas reales a las que se
debe dar respuesta. Desde un planteamiento general, la realización de acciones de
intervención socioeducativa, tiene como punto de partida una necesidad educativa
que incide o es consecuencia de una situación social deficitaria.
Por tal necesidad debe entenderse la diferencia existente entre los conocimientos,
habilidades y/o actitudes que posee un colectivo determinado y las que sería
deseable que hubiese desarrollado para no estar en una situación de riesgo de
exclusión.
228
Tipología de necesidades
Una clasificación mejorable desde un punto de vista teórico, pero de una indudable
utilidad técnica es la que tipifica las necesidades a detectar en: Necesidades
percibidas por el colectivo con el que se va a intervenir. Estas necesidades, a su
vez, pueden ser manifestadas o no manifestadas. Las necesidades percibidas y
manifestadas son las que con mayor naturalidad y tendencia se suelen atender a
la hora de programar una intervención. En el caso de la infancia abarcan desde las
propias peticiones de los niños y niñas sobre qué actividades les gustan más y les
«apetece» más desarrollar, hasta las peticiones formuladas por sus padres, madres
o tutores legales, pasando por las formuladas por el profesorado o los profesionales
y técnicos que trabajan con ellos en otros ámbitos.
Pero hay otro rango de necesidades que se pueden estar percibiendo por cada uno
de estos actores, pero que por el motivo que sea (político, familiar, personal,
psicológico, social,...) no se atreven o no quieren formular «en voz alta». Estas
necesidades percibidas y no manifestadas pueden, a la larga, generar muchos
tipos de frustraciones entre el colectivo con el que se interviene y su propio contexto.
Además, se produce en los profesionales que llevan a cabo la intervención con el
colectivo la sensación de que está pasando algo, pero que no se sabe qué es. Con
la frustración que conlleva incluso, en algunos casos, a impedir la consecución
efectiva de los objetivos de intervención que sobre necesidades manifestadas se
haya diseñado. Estas necesidades no manifestadas pueden ser como un fantasma
que ronda por la intervención pero que no llegamos a ver.
En el momento de planificar un análisis de necesidades se hace necesario
diseñar instrumentos y técnicas que permitan acercarse de algún modo a
estas necesidades no explicitadas.
231
ESTRUCTURA: Descripción general de la acción, especificando: número total de
horas de intervención, períodos que la integran, distribución de horas asignadas y
en su caso, peso específico de cada una. Asimismo, se harán constar todos
aquellos aspectos organizativos que se consideren necesarios para la gestión de
la acción.
ORIENTACIONES METODOLÓGICAS: Atendiendo a las características
específicas de la acción se reflejará la metodología a desarrollar, así como cualquier
observación sobre el colectivo o la disposición de recursos que facilite la
intervención.
EVALUACIÓN. la evidente y obligatoria, de contraste entre la consecución de los
objetivos previstos y los finalmente alcanzados. Y otra, facultativa, que versará
sobre los aspectos de mejora de la calidad e innovación en la intervención con el
colectivo. Esta puede orientarse desde la satisfacción o valoración de los niños y
niñas sobre el programa hasta aspectos más centrados en la gestión y coordinación
de la puesta en marcha de la intervención.
Un buen diseño de intervención socioeducativa para la infancia:
- Delimita con claridad y precisión los objetivos que se pretenden alcanzar.
- Abarca todos los elementos educativos, tanto referidos a conocimientos
como a habilidades y actitudes.
- Prevé todos los pasos formativos necesarios para alcanzar los objetivos
marcados.
- Considera la actividad del niño y niña como fundamental.
- Utiliza metodología y técnicas variadas y adecuadas a los objetivos y al
colectivo.
- Temporaliza adecuadamente todas las actividades.
- Incluye criterios e instrumentos para evaluar los resultadas obtenidos.
- Es suficientemente flexible para adecuarlo a la situación concreta del hecho
educativo.
Comentaremos algunos aspectos importantes para la intervención
socioeducativa en la infancia.
Formulación de los objetivos
El primer paso para el éxito de la formación es formular los objetivos educativos
correctamente. En muchas organizaciones se constata que la intervención
socioeducativa no ha sido eficaz a pesar de que las necesidades fueron
correctamente identificadas.
Entre las diversas causas del fracaso destaca poderosamente la inexistencia de
objetivos didácticos o su inadecuada formulación. todo el diseño construido en
estas condiciones se resiente notablemente y, en consecuencia, no se alcanzan
los resultados esperados.
El propósito de marcarse los objetivos es establecer desde el principio los
contenidos, las habilidades y las actitudes que debe adquirir, desarrollar y/o
dominar el niño y niña participante al finalizar la intervención.
Así pues, es de gran importancia de formular correctamente estos objetivos en
dos vertientes: por un lado, porque permiten la selección de los contenidos
apropiados y, por otro, porque facilitan la creación de precisas herramientas de
evaluación.
232
Es importante significar que, dado que los objetivos son el elemento de la
planificación a partir del cual se articulan todos los demás, es necesario que se
expliciten con la mayor claridad y precisión posibles.
233
• Deben hacer referencia a aquello que se espera que los niños y niñas, no
el educador, consigan.
• Deben ser verificables, es decir susceptibles de comprobar si se han
alcanzado o no. Para ello, es necesario que las conductas terminales
esperadas se describan mediante verbos observables tales como:
identificar, resolver, clasificar, evaluar, definir, etc.
• Deben evitarse ciertos verbos tales como conocer, saber o entender, cuya
interpretación, por referirse a procesos cognitivos o habilidades internas
y no a comportamientos, resulta más subjetiva y difícil de evaluar.
• Deben especificar las condiciones y medios, circunstancias y situaciones,
en que la conducta descrita debe manifestarse.
• Deben recoger explícitamente qué conocimientos, habilidades y/o
actitudes se espera que los alumnos adquieran, es decir, cuál es en
definitiva el contenido del aprendizaje.
• Cuando sea conveniente para concretar y clarificar más el
comportamiento esperado, debe señalarse el nivel de ejecución que se
considera aceptable en relación con la consecución del objetivo. tal nivel
de ejecución se expresará en términos de márgenes de error con que
puede realizarse una tarea: tiempo, intensidad, etc. de la misma.
• Contextualizar la redacción de objetivos: Es necesario establecer
conexiones claras entre objetivos y experiencias concretas. Evitar
palabras que puedan inducir a confusión o que puedan ser demasiado
vagas.
• Cuando se redacten objetivos generales y operativos debemos
cerciorarnos de que están relacionados entre sí.
Para que un objetivo sea operativo y logre comunicar un propósito, habrá de
reunir tres características:
REALIZACIÓN. Debe responder siempre a la pregunta: ¿qué es lo que el
alumno debe aprender a hacer?
CONDICIONES. Describir siempre las condiciones necesarias en las que se
deberá darse la realización: ¿en qué condiciones se pretende que el alumno
lo haga?
CRITERIOS. ¿En qué grado de perfección deberá hacerlo el alumno?
Selección de contenidos de intervención
La mayoría de los programas de intervención socioeducativa para la infancia
tiene un desarrollo amplio de contenidos, casi siempre acertados y
elaborados, en su mayoría, por profesionales que atesoran amplia
experiencia en la atención a la infancia. No suele ser en este punto en dónde
se generan los mayores problemas en los diseños de intervención. No
obstante, una revisión de las prácticas habituales en la intervención
educativa con niños y niñas nos puede arrojar luz si hemos tenido en cuenta
lo visto hasta ahora. Muchas veces un diseño poco cuidadoso de los
objetivos de la intervención nos hace planificar actividades que pueden ser
desde divertidas hasta eficaces para la intervención con los infantes. Pero la
pregunta siempre pendiente a resolver es ¿hemos conseguido lo que
queríamos?. Es en esos momentos cuando podemos constatar que de todas
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las buenas actividades que podríamos diseñar para nuestra intervención
pocas van a ser realmente eficaces y no digamos ya eficientes. A la luz de la
revisión de objetivos que proponemos pueden surgir nuevas maneras de ver
el desarrollo de contenidos aún en reputados expertos de amplio historial de
intervención.
Seguimiento o evaluación de la intervención
La evaluación es un proceso imprescindible de la intervención
socioeducativa. Este proceso de investigación nos permite conocer el
alcance de los logros de nuestra intervención realizando un contraste entre
lo que se pretendía y lo conseguido. la evaluación se constituye, asimismo,
como una herramienta de mejora de la calidad de nuestra intervención y de
innovación al verificar la bondad del trabajo desarrollado. Permite que, de
modo independiente podamos establecer elementos de análisis para analizar
nuestro trabajo y así establecer puntos de mejora de esos elementos de
nuestro interés. Por otro lado, constituye la fase de trabajo en la cual las
organizaciones que soportan la gestión de los programas de intervención
supervisan la rentabilidad de sus esfuerzos. Esta última función es la que
siempre suele dominar las evaluaciones institucionales de planes y
programas de intervención social, en general, y socieducativa, en particular,
y hace que la evaluación sufra de «mala prensa». Esta «mala prensa» ha
generado, de ordinario, que se pase de puntillas sobre los procesos de
evaluación, no dejando que se exploten todas sus ventajas.
Evaluar constituye un proceso sistemático, metódico y neutral que hace
posible el conocimiento de los efectos de un programa, relacionándolos con
las metas propuestas y los recursos movilizados. Es un proceso que facilita
la identificación, recolección y la interpretación de informaciones útiles a los
encargados de tomar las decisiones y a los responsables de la ejecución y
gestión de programas.
Un proceso de recogida sistemática y tratamiento de información
(reflexionada y contrastada) por parte de los miembros que protagonizan la
intervención socioeducativa (responsables, educadores, niños y niñas y otros
agentes implicados) para emitir un juicio de valor acerca de la calidad de esa
actividad y tomar decisiones, con el fin de diseñar nuevas estrategias de
mejora.
La idea de evaluación que subyace de la actual situación de la intervención
socioeducativa supone una superación del concepto de evaluación como
control de la consecución de objetivos y la adquisición del concepto de
evaluación como un instrumento de mejora de la intervención.
En el diseño de la intervención, se deberán concretar:
• los momentos en que se realizará la evaluación (al inicio de la acción,
durante la misma, al final, un tiempo después de la intervención, etc.).
• los métodos de evaluación que se van a utilizar (cuestionarios,
entrevistas, observación, pruebas situacionales, etc.).
• Elementos que se van a evaluar (la valoración de los beneficiarios, el
aprendizaje, el educador, la rentabilidad, etc.).
235
Fases del proceso evaluativo
Fase inicial: la evaluación inicial o diagnóstica es aquella que se realiza al
comienzo o previo inicio del proceso evaluativo. Es la fase en la que se debe
realizar el diagnóstico de la situación, de ahí la relación entre la fase inicial y
la evaluación de tipo diagnóstica, aunque el tipo de evaluación diagnóstica
se puede utilizar en otras fases.
Fase procesual: la evaluación procesual o formativa es la valoración
permanente de la actividad a medida que ésta se va desarrollando. En
relación con su naturaleza de seguimiento constante y personalizado será
punto de partida para la adopción de medidas de motivación, para la atención
individualizada, para el establecimiento de actividades cooperativas, la
modificación de estrategias didácticas con presentación de alternativas...
Durante esta fase se obtendrá información para orientar la intervención en
relación con las necesidades, las expectativas y las motivaciones de los
participantes en éstas.
Objetivos:
• Determinar las cuotas de aprendizaje alcanzadas, en cada una de los
objetivos pretendidos, para cada uno de los participantes.
• Detectar si se ha producido integración de los objetivos de
aprendizaje.
• Identificar puntos débiles o nuevas necesidades en los participantes.
• Planificar la transferencia e integración de los objetivos de la
intervención al entorno y contexto social, educativo, familiar, etc.
Planificar el seguimiento de los participantes.
Fase de impacto, demorada o diferida: la evaluación del impacto o demorada
es una evaluación retardada que se caracteriza por realizarse transcurridos
un tiempo tras la finalización de la actividad formativa.
Bajo la denominación de la evaluación del impacto se entiende el proceso
evaluatorio orientado a medir los resultados de las intervenciones en cantidad
y extensión según las reglas preestablecidas. la medida de los resultados,
característica principal de la evaluación del impacto, permite comparar el
grado de realización alcanzado con el grado de realización deseado.
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Evaluando el aprendizaje se verifica si se han alcanzado los objetivos
operativos y funcionales de la intervención. Se comprueba si las
competencias han sido desarrolladas por los participantes y en qué medida.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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