Codigo de Bioetica de Personal de Salud
Codigo de Bioetica de Personal de Salud
Codigo de Bioetica de Personal de Salud
Presentación
Para los médicos y personal que complementa el equipo de salud es, además, un sistema de
reflexión moral en todos los acontecimientos de la vida, como constante llamada de alerta a
efecto de respetar los derechos humanos, procurar siempre la beneficencia y la justicia,
respetando la autonomía y dignidad de la persona humana y evitar la maleficencia con los
enfermos y con los seres vivos en general, incluyendo el deber social de disponer y utilizar los
recursos con responsabilidad racionalmente considerada en la justa distribución y en su
utilización.
Los principios éticos que orientan la práctica médica han sido recopilados a lo largo de la
historia en forma de códigos y juramentos profesionales. El más conocido y que más ha
influido en la medicina occidental es el Juramento Hipocrático2, cuyo aspecto ético principal
menciona que el médico debe actuar siempre en beneficio del paciente, el cual se basa en
dos componentes “no haré daño...” y “actuaré en beneficio del enfermo...”. Principios que
siguen vigentes aún; a pesar de que en ese Juramento no se menciona la capacidad
determinante del paciente para participar en la toma de decisiones, ni del principio de
justicia, que ya consideran los códigos de ética médica recientes, como son el de Nüremberg3
y las Declaraciones de Helsinki4 y de Ginebra de la Asociación Médica Mundial, las Normas
Internacionales para la Investigación Biomédica5 (en seres humanos y animales de
laboratorio).
Estas guías de conducta ética han sido básicas para las recomendaciones de la Organización
Mundial de la Salud, Organización Panamericana de la Salud y la Organización de la Naciones
Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO que, congruentes con la Declaración
de los Derechos Humanos (ONU, 1948), se refieren al establecimiento de guías o códigos
nacionales de conducta ética y otras reflexiones deontológicas necesarias.
Finalmente, este Código hace válidas las acciones para la democratización de la salud en
México, que consisten en: considerar que la buena salud de la población es uno de los
objetivos para obtener la igualdad de oportunidades en el desarrollo; que mediante la salud
se estimula la capacidad para acrecentar sus medios de vida; que el valor de la salud es un
objetivo social compartido de todos los sectores para fortalecer a la sociedad.
Como toda disciplina que actúa en un mundo cambiante y con nuevos retos ante tecnologías
de aparición constante, la Secretaría de Salud y la Comisión Nacional de Bioética estarán
atentas para examinar los nuevos desafíos morales de la práctica médica y del derecho,
dejando abierta la posibilidad de reformas a este Código de Bioética para la conducta
profesional del personal de salud.
1.- Toda persona tiene, en principio, derecho a la protección de su salud. Los habitantes de la
República Mexicana y los mexicanos que habiten en el extranjero deben gozar de este mismo
derecho. El personal de salud está obligado a buscar los medios para que se cumplan los
deberes de equidad y justicia, paradigma prioritario de la Bioética.
2.- Las acciones de atención a la salud proporcionadas por el personal profesional y técnico
deben ser aplicadas en beneficio de la población en un marco científico y humanitario.
3.- El personal de salud debe atender a todos los que demanden sus servicios sin distinción de
edad, sexo, nacionalidad, religión, ideología política, posición socio-económica; sin escatimar
tiempo, ni espacio, respetando siempre la dignidad y derechos humanos.
6.- La población sana o enferma merece recibir del personal que presta atención a la salud lo
mejor de sus conocimientos y destrezas en su beneficio, con interés genuino de mantener su
salud y bienestar, y un trato amable, respetuoso, prudente y tolerante.
8.- La actitud del equipo de salud debe mantener e incrementar la confianza de los individuos
a su cargo, especialmente de los pacientes y personal que los asiste, puesto que el
humanitarismo con el que se preste la atención al enfermo contribuye directamente a su
estabilización, recuperación o rehabilitación.
9.- Las instituciones de salud, conforme con sus posibilidades, deberán asignar a cada médico
u otros prestadores de servicios el número adecuado de personas de acuerdo con la
complejidad de su atención de salud, considerando que la sobrecarga de trabajo y la fatiga
son poco propicias para otorgar servicios de alta calidad.
10.- Con base en las políticas de la Institución y en casos urgentes, si el paciente es incapaz
de tomar una decisión para su diagnóstico y tratamiento y en ausencia de su representante
legal, el personal de salud podrá aplicar las medidas que considere pertinentes y sean
profesionalmente aceptadas.
11.- Es deber de los médicos y de las instituciones de salud realizar el seguimiento de los
pacientes durante una enfermedad crónica o aguda y no abandonarlos mientras dure su
enfermedad o se rehabilite.
12.- El prestador de servicios de salud tiene la responsabilidad de sus enfermos a los que debe
estar dispuesto a atender. Tratará de resolver cualquier diferencia o falta de afinidad con
algún paciente, reconociéndole su autonomía, y presentándole alternativas en su tratamiento
y, sólo cuando lo amerite por no contar con los medios adecuados, lo derivará a otro colega o
nivel para su atención.
13.- Los enfermos son personas que padecen trastornos que alteran su estado físico,
emocional y social, lo que los hace particularmente vulnerables, por lo que deben recibir un
trato de consideración, amabilidad y respeto. Esto mismo es aplicable a sus familiares, que
comúnmente presentan angustias e inquietudes.
14.- El paciente, o su representante legal, debe ser informado por el médico tratante, con
sentido humano, sobre su enfermedad, las alternativas para su tratamiento, las probables
complicaciones y cómo evitarlas. Esto se expresará con lenguaje claro y veraz, de forma que
sea inteligible para el enfermo, lo que le permitirá ser partícipe en el manejo de su propia
enfermedad.
15.- La información que pudiera producir inquietud o daño psicológico al paciente debe
proporcionársele con la prudencia debida, en el momento oportuno, en la extensión que el
paciente determine y del modo que el equipo de salud considere más adecuada a las
circunstancias para el beneficio del enfermo.
18.- Todo paciente tiene derecho a que se le respete su privacidad cuando proporciona
información al prestador de servicios, cuando se comunica con sus familiares o cuando su
pudor así lo exige. Las instituciones de salud deben contar con los medios para que este
precepto se cumpla y el personal cuidará que no se quebrante.
19.- El paciente estará informado de los nombres y cargos del personal de salud que lo trata,
sobre la probabilidad de ser atendido por otras personas y dónde acudir a presentar alguna
queja.
20.- El enfermo, en cualquier momento de su vida, puede expresar por escrito su voluntad
anticipada para evitar que si sus condiciones no le permiten tomar decisiones o expresarlas,
se le apliquen medidas extraordinarias por su alta complejidad o desproporcionadas en
relación con los resultados esperados, con las que se intente prolongarle la vida, si no existen
probabilidades razonables de regresar a una vida física, psicológica o socialmente aceptable.
22.- Las instituciones de salud, de acuerdo con su nivel de atención, deberán proporcionar
con oportunidad en calidad y cantidad suficientes, el equipo, instrumental, materiales de
consumo y medicamentos que requiere el personal para proporcionar la adecuada atención.
23.- Los prestadores de servicios de salud, deben actualizar y certificar sus conocimientos y
destrezas para otorgar a sus pacientes la mejor atención posible. Las instituciones oficiales o
privadas donde laboran estarán comprometidas a realizar actividades académicas y
proporcionar los medios de aprendizaje como libros, revistas, programas electrónicos y otros,
de acuerdo con los servicios que otorguen.
25.- Los miembros del equipo de salud tienen derecho a percibir una remuneración adecuada
por su trabajo, en relación con su capacidad profesional y el número de horas que laboran en
la institución, o según el acuerdo previo que hayan tenido con un paciente privado. Esta
remuneración debe tener relación con las costumbres y el nivel socioeconómico de la
población, sin caer en abusos y con un espíritu de condescendencia y compasión por los
pacientes con escasos recursos.
27.- El personal de salud deberá contar con las instalaciones, equipos, instrumentos y
materiales para el desempeño de sus actividades con las medidas de higiene, protección y
seguridad. De no contar con ellos, podrá rehusarse a aplicar los procedimientos diagnósticos y
terapéuticos, sin contravenir los principios bioéticos, manifestándolo por escrito y procurando
que el paciente sea referido a otra unidad médica.
28.- El personal de salud podrá rehusarse a aplicar medidas diagnósticas y terapéuticas que a
su juicio pongan en riesgo la vida, la función de los pacientes o su descendencia, bien sea a
petición de los propios pacientes, de sus superiores jerárquicos o autoridades institucionales,
cuando se oponga a la práctica médica comúnmente aceptada, a los principios bioéticos, a
sus capacidades profesionales o a razones de objeción de conciencia.
29.- La población debe informarse del cuidado de la salud y procurar desarrollar actitudes y
conductas sin riesgo para su salud y la de la comunidad.
34.- El enfermo que sabe que tiene una enfermedad contagiosa adquiere, al saberlo, la
obligación de evitar por todos los medios que otras personas enfermen por su contacto con él.
37.- Es deber del equipo de salud transmitir sus conocimientos a sus colegas, alumnos,
pacientes y a la sociedad en general. La enseñanza y la información sobre los medios para
proteger la salud han de ser consideradas como unas de las obligaciones más relevantes de los
prestadores de salud.
38.- Las dicotomías o dividendos económicos entre el personal de salud por la derivación de
pacientes a otros médicos, laboratorios y gabinetes, o por la prescripción de tratamientos son
actos inaceptables, contrarios a la dignidad y a la ética de los profesionales y técnicos de la
salud y al bienestar del paciente.
39.- El personal de salud puede señalar las fallas o desacuerdos que a su juicio se presenten
con otros profesionales y técnicos, siempre con respeto, procurando no dañar el prestigio de
algún colega o colaborador al hacerlo.
40.- El beneficio que los pacientes y la comunidad obtienen de las actividades médicas se
basa en el progreso de las ciencias de la salud que se fundamenta en la investigación.
Participar en las investigaciones es una obligación moral del personal, fuente de su propio
desarrollo.
41.- Las investigaciones básicas, clínicas u operacionales en las que interviene el equipo de
salud deben apegarse a la legislación sanitaria y ser aprobadas por los Comités creados ex-
profeso en las instituciones donde laboran, previo análisis de los protocolos diseñados por los
participantes en el estudio.
42.- Los investigadores recabarán el consentimiento informado por escrito de las personas
sujetas a investigación o en su caso, de sus apoderados o tutores. El consentimiento se
obtendrá con la clara descripción del estudio, de sus riesgos, beneficios y el planteamiento
del derecho del paciente a retirarse de la investigación cuando así lo desee, sin que ello
afecte en modo alguno su ulterior atención médica.
44.- Particular cuidado se tendrá en no emplear en una investigación como grupo de estudio o
grupotestigo a personas que estén dispuestas a aceptar su colaboración sólo por su condición
de subordinados o cautivos, o por el ofrecimiento de incentivos económicos.
46.- La donación de órganos y tejidos para trasplantes debe ser promovida por el personal de
salud y por la población en general.
48.- Es éticamente adecuado utilizar los avances de la ciencia para ayudar a las parejas
infértiles a tener hijos mediante procedimientos de reproducción asistida que tengan alto
grado de seguridad para la salud de la madre y practicados por personas expertas en
instalaciones que cuenten con los equipos y demás medios necesarios.
49.- La investigación genética para conocer los fenómenos biológicos de la herencia y que
pueden favorecer la reproducción humana para la aplicación con fines terapéuticos debe
preservar en sus métodos la dignidad y los derechos humanos.
51.- El personal de salud ejercerá la influencia moral que tiene ante la sociedad y ante las
autoridades para promover las medidas de preservación de los sistemas ecológicos, la
limpieza del agua, de los alimentos y de los factores que protejan la salud humana y la
biodiversidad.