Annotated PS 12251169
Annotated PS 12251169
Annotated PS 12251169
UNITEC
Presentado por:
Presentado a:
Facultad:
Facultad de Ingeniería
Clase y Sección:
Ofimática Avanzada 34
Fecha de entrega:
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), lograr el máximo grado de salud es uno de
los derechos fundamentales de todo ser humano sin distinción de raza, religión, ideología
política o condición socioeconómica.
Salud física: es el conjunto de actividades, posturas y funciones que se debe tener para
mantener un estado óptimo a nivel fisiológico.
La salud mental y física 1se relacionan debido a que cada una de ellas genera e influye en el ser
humano en una mayor o menor medida. Una mente saludable hace que el cuerpo funcione
mejor y a su vez un cuerpo sano genera bienestar emocional para evitar enfermedades.
Los problemas de salud mental no suceden de forma aislada. Se ha calculado que el 46% de
personas con un trastorno mental tienen un problema físico de larga duración (Naylor et al.,
2012). Un estudio recoge que, de media, las personas con una enfermedad mental grave
tienen una esperanza de vida 20 años menor respecto a la población general, a menudo la
causa de la muerte es debido a una enfermedad física evitable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un buen estado de salud como “un estado
de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedades”.
Además, la OMS aboga por la integración de la atención de la salud física con la mental porque
1La salud mentaL y física se relacionan debido a que cada una de ellas genera e influye en el ser humano
en una mayor o menor medida.
“no hay salud sin la salud mental”. En el día de la Salud Mental, 10 de octubre, identificamos
algunos efectos de la salud mental en la salud física, y viceversa.
Como decíamos, por costumbre o por falta de visibilidad de la salud mental no actuamos igual
cuando tenemos problemas físicos que mentales. Damos más prioridad a los primeros, y
dejamos apartados los segundos.
Cuando nos duele algo, aguantamos el dolor, pero siempre que consideramos oportuno
acudimos al médico sin pensarlo. Sin embargo, cuando no nos sentimos bien mentalmente,
intentamos solucionarlo por nosotros mismos, sin apenas contemplar la posibilidad de poder
acudir a médicos especialistas que nos pueden ayudar igual que si de una dolencia física se
tratara.
Desde aquí queremos dar visibilidad a la salud mental, hacer ver que influye también en
nuestra salud global, y que se pueden tomar medidas para paliar sus consecuencias.
Enfermedades físicas: son aquellas que afectan al cuerpo y pueden ser producidas por agentes
externos como virus o bacterias; genéticos o hereditarios; estilos de vida estresantes o por
consumos excesivos, las cuales pueden presentar infinidad de síntomas que pueden ser de
mayor o menor impacto en el cuerpo humano.
Estas enfermedades son tan comunes como las físicas y requiere de la misma atención:
Los factores de protección se dan también durante toda la vida y aumentan la resiliencia. Entre
ellos se cuentan las habilidades y atributos sociales y emocionales individuales, así como las
interacciones sociales positivas, la educación de calidad, el trabajo decente, los vecindarios
seguros y la cohesión social, entre otros.
Los riesgos para la salud mental y los factores de protección se encuentran en la sociedad en
distintas escalas. Las amenazas locales aumentan el riesgo para las personas, las familias y las
comunidades. Las amenazas mundiales incrementan el riesgo para poblaciones enteras; entre
ellas se cuentan las recesiones económicas, los brotes de enfermedades, las emergencias
humanitarias y los desplazamientos forzados, y la creciente crisis climática.
Cada factor de riesgo o de protección tiene una capacidad predictiva limitada. La mayoría de
las personas no desarrollan afecciones de salud mental, aunque estén expuestas a un factor de
riesgo, mientras que muchas personas no expuestas a factores de riesgo conocidos desarrollan
una afección de salud mental. En todo caso, los determinantes de la salud mental, que están
relacionados entre sí, contribuyen a mejorar o socavar la salud mental.
Actuar sobre los determinantes de la salud mental requiere a veces adoptar medidas en
sectores distintos del de la salud, por lo que los programas de promoción y prevención deben
involucrar a los sectores responsables de educación, trabajo, justicia, transporte, medio
ambiente, vivienda y protección social. El sector de la salud puede contribuir de modo
significativo integrando los esfuerzos de promoción y prevención en los servicios de salud, y
promoviendo, iniciando y, cuando proceda, facilitando la colaboración y la coordinación
multisectoriales.
La prevención del suicidio es una prioridad mundial y forma parte de los Objetivos de
Desarrollo Sostenible. Algunas medidas permitirían avanzar considerablemente al respecto,
como limitar el acceso a los medios de suicidio, fomentar una cobertura mediática
responsable, promover el aprendizaje socioemocional en los adolescentes y favorecer la
intervención temprana. Prohibir los plaguicidas muy peligrosos es una intervención
particularmente económica y rentable para reducir las tasas de suicidio.
La promoción de la salud mental de los niños y adolescentes es otra prioridad, que puede
lograrse mediante políticas y leyes que promuevan y protejan la salud mental, apoyando a los
cuidadores para que ofrezcan un cuidado cariñoso, poniendo en marcha programas escolares y
mejorando la calidad de los entornos comunitarios y en línea. Los programas de aprendizaje
socioemocional en las escuelas son de las estrategias de promoción más eficaces para
cualquier país, independientemente de su nivel de ingresos.
Esto debe hacerse mediante la atención de salud mental de base comunitaria, que es más
accesible y aceptable que la asistencia institucional, ayuda a prevenir violaciones de derechos
humanos y ofrece mejores resultados en la recuperación de quienes padecen este tipo de
afecciones. La atención de salud mental de base comunitaria debe proporcionarse mediante
una red de servicios interrelacionados que comprendan:
Realizando técnicas de autocuidado a nivel físico, cognitivo, emocional y social, así como
prevenir el uso de actividades que afecten la salud.
En pacientes con enfermedades físicas, al hacer ejercicio el cuerpo libera sustancias llamadas
ejercidas, que actúan dependiendo al sitio de acción mejorando las funciones cardíacas,
pulmonares y musculares ayudando a la persona a rehabilitarse con mayor rapidez.
Los problemas de salud mental no suceden de forma aislada. Se ha calculado que el 46% de personas con un trastorno mental tienen un problema físico de larga duración.
Un estudio recoge que, de media, las personas con una enfermedad mental grave tienen una esperanza de vida 20 años menor respecto a la población general, a menudo
la causa de la muerte es debido a una enfermedad física evitable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define un buen estado de salud como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de
enfermedades”. Además, la OMS aboga por la integración de la atención de la salud física con la mental porque “no hay salud sin la salud mental”. En el día de la Salud
Mental, 10 de octubre, identificamos algunos efectos de la salud mental en la salud física, y viceversa.
6.2. Los efectos secundarios de la medicación (N2) 6.4. Factores del estilo de vida (N2)
La medicación puede provocar impactos adversos en la salud física de las Hay muchos factores que afectan a las personas con una enfermedad física o
personas con enfermedades físicas o mentales, por ejemplo, provocando un mental a la hora de comer de manera saludable o hacer ejercicio. Algunos de
aumento rápido de peso que puede repercutir en la salud. A veces, los pacientes estos factores son la exclusión social o el estigma, muy presente alrededor de las
no reciben la suficiente información sobre la medicación que toman y los efectos enfermedades mentales, o la falta de una rutina. Por eso, es importante que este
que pueden provocar. colectivo cuente con apoyo para mantener un estilo de vida de calidad y
saludable.
Claro que sí. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) define la salud como un
estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solo como la ausencia de afecciones.
Las personas con trastornos mentales o síntomas psiquiátricos están en mayor riesgo de
experimentar condiciones físicas crónicas. Las personas con condiciones físicas crónicas están
en riesgo de desarrollar síntomas psiquiátricos (OMS). (MIRANDA HIRIART, 2018)
MANTENERSE BIEN Existen otras recomendaciones que contribuyen a cuidar la salud. Por
EN LA EDAD ejemplo, evitar la ingesta de alcohol, tabaco y drogas ilegales; hacer
ADULTA ejercicio, como caminar, andar en bicicleta o hacer deporte, al menos
150 minutos a la semana; usar cinturón de seguridad al viajar en
automóvil o casco en caso de circular en bicicleta o motocicleta.
Sumado a esto, la organización indica que es importante cuidar la
salud mental, por ejemplo, haciendo actividades que sean relajantes y
agradables. Asimismo, es imprescindible buscar ayuda de un
trabajador de la salud en caso de sentirse triste, ansioso, agotado o si
tiene pensamientos sobre hacerse daño.
TENER UNA VIDA Consultar con un trabajador de la salud sobre la salud sexual y la
SOCIAL SANA Y planificación familiar es otro punto importante. La OMS aconseja
SEXO SEGURO utilizar condones para protegerse contra infecciones de transmisión
sexual; usar métodos anticonceptivos para evitar un embarazo no
planificado; y consultar a un especialista en caso de tener dificultades
para quedar embarazada.
Además, “saber que toda persona tiene derecho a recibir atención en
salud sexual y reproductiva, incluida la atención integral del aborto
(información, manejo del aborto y atención postaborto)”. Y de buscar
ayuda si alguien lo lastima o amenaza.
HABLAR CON Por último, la OMS recomienda hacer cosas agradables, como pasar
OTROS Y tiempo con la familia y los amigos; compartir la carga de la toma de
COMPARTIR decisiones y las tareas con otras personas en el hogar y en el trabajo;
TAREAS observar a otras personas que manejan bien los conflictos e intentar
hacer lo mismo; ser consciente de sus sentimientos y hablar con
personas de confianza, como un trabajador de la salud, familiares o
amigos
Hay ciertos hábitos de vida que favorecen una vida saludable. En este sentido, la Organización
Mundial de la Salud (OMS) elabora recomendaciones para la salud y el bienestar de las
personas y las clasifica de acuerdo con las fases de la vida. Así, por ejemplo, para la edad
adulta temprana y media propone cinco consejos específicos.
Bibliografía
MIRANDA HIRIART, G. (2018). ¿De qué hablamos cuando hablamos.
Utopía y Praxis Latinoamericana, 23(83), 11. doi:
https://doi.org/10.5281/zenodo.1438570