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Produccion de Regolito y Meteorizacion Quimica

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UNIVERSIDAD DE CHILE

FACULTAD DE CIENCIAS FÍSICAS Y MATEMÁTICAS


DEPARTAMENTO DE GEOLOGÍA

PRODUCCIÓN DE REGOLITO Y METEORIZACIÓN QUÍMICA DE LAS ROCAS


GRANÍTICAS DE LA CORDILLERA DE LA COSTA - ZONA DE CURACAVÍ

MEMORIA PARA OPTAR AL TÍTULO DE GEÓLOGO

SEBASTIÁN ALEJANDRO RAMÍREZ GUEVARA

PROFESOR GUÍA:
MERCEDES VÁZQUEZ VÍLCHEZ

PROFESOR CO-GUÍA:
DIEGO MORATA CÉSPEDES

MIEMBROS DE LA COMISIÓN:
SEBASTIEN CARRETIER
MARTÍN REICH MORALES

SANTIAGO DE CHILE
2015
i
ii
Resumen de la memoria para
optar al título de: Geólogo
Por: Sebastián Ramírez Guevara
Fecha: Marzo 2015
Profesor guía: Mercedes
Vázquez

PRODUCCIÓN DE REGOLITO Y METEORIZACIÓN QUÍMICA DE LAS


ROCAS GRANÍTICAS DE LA CORDILLERA DE LA COSTA - ZONA DE
CURACAVÍ
A 2 km al oeste del centro urbano de Curacaví, en el valle del estero
Puangue, afloran rocas tonalíticas a granodioríticas del Jurásico medio. Estas
rocas presentan niveles de saprolito que poseen un espesor de más de 30 m,
el cual se presenta casi disgregado. Para determinar cualitativamente la
meteorización de estas rocas, se recolectaron muestras de distintos niveles
del perfil de roca meteorizada a las cuales se realizaron análisis químicos por
fluorescencia de rayos X (XRF) y se determinó el estado de su mineralogía
mediante difracción de rayos X (XRD) y microscopio electrónico de barrido
(SEM). Los análisis químicos mostraron que las rocas intrusivas de la zona de
estudio sufrieron una meteorización química que representó en promedio un
10% de la denudación total. El 90% restante de la denudación se habría
debido a la erosión física.
Mediante la química, y con la ayuda de los análisis de XRD y SEM, se
determinó que la meteorización química estuvo controlada por la alteración
de oligoclasa a caolinita por medio del empobrecimiento de Na, donde el
cuarzo permanecía como un mineral relativamente inerte, produciendo con
ello porosidad, disgregando la roca y con ello permitiendo la meteorización
química de zonas más profundas. En la superficie del nivel de saprolito se
alcanzó un máximo de un 45% de plagioclasa alterada a caolinita, lo que
calificó al sistema como un régimen de meteorización con límite cinético. Con
esto se infirió que el sistema no estaba totalmente meteorizado debido a una
limitación de energía que no sería la suficiente para dominar la erosión y
empobrecer totalmente al saprolito en Na. El espesor del saprolito sería
debido a que habría un ingreso de aguas meteóricas al sistema por medio de
la advección, originada por la formación de ríos y el posterior
ensanchamiento de sus cuencas desde el Mioceno. Esto aceleraría la tasa de
avance del frente de meteorización, engrosando el nivel de saprolito. Los
cambios experimentados por los ríos y su posterior disminución de caudal se
vieron reflejados en la química de elementos sensibles a procesos de óxido-
reducción que indicaron que las condiciones redox del saprolito cambiaron en
el tiempo debido a las variaciones del nivel freático producto de la evolución
geomorfológica de la zona.

iii
iv
Agradecimientos
Este trabajo fue posible gracias al Centro de Excelencia en Geotermia
de los Andes (CEGA). Proyecto Fondecyt-Regular n° 1140629. Agradezco
principalmente a mi profesora guía, Mercedes Vázquez, ya que gracias a la
oportunidad que me brindó ella, este proyecto pudo ser posible. Aprecio su
gran interés y preocupación por esta memoria, ya que a veces no es común
tal dedicación de un profesor al trabajo de un alumno. Debido a ella aprendí
cosas sin las que no hubiese sido posible la realización de esta investigación.
Agradezco al profesor Diego Morata y Martin Reich por la dedicación y la
meticulosidad presentada a la hora de la revisión y corrección del borrador.
También agradezco al profesor Sebastien Carretier por su guía, consejos y
buena disposición con los que fue posible la elaboración de esta memoria.
Agradezco también a Juan y Roberto del laboratorio de preparación de
muestras por su buena disposición a resolver cualquier situación. También
doy las gracias a Felipe Ugalde, Francisco Hevia y David Valenzuela por
recolectar las muestras, ya que sin su disposición y equipo habría sido
imposible muestrear un perfil de más de 30 metros.

Agradezco a todos aquellos que me brindaron su apoyo y amistad a


través de toda la carrera, en plan común y geología. Agradezco
especialmente a mis amigos de la carrera que son de los siete pastas del
apocalipsis: forrest, gran jefe, laurence, musculoso, pija y zangief; cabros,
ojalá sigamos brindando por la vida. Incluyo también a talo, mono, lalo,
panchito, tim y chiri por su buena onda en el patio de los naranjos. Quiero
dejar, también, un especial “gracias” al pelao de la boti y a la comadre
también, ustedes son grandes. Gracias a mis amigos del liceo que me han
acompañado durante mi carrera: orto y negro; a pesar de vernos cada
mucho ya, nos seguimos juntando.

Para finalizar, quiero agradecer a mis padres, pelón y foda, que


siempre han estado ahí para mí y sé que siempre lo estarán. Espero que
estén orgullosos, sea lo que sea que me depare el universo en esta etapa y
después. Agradezco a mis tíos, machela y nacho por su fiel apoyo. Agradezco
a mis hermanos: jorge, opot, pil y peíto que siempre me aguantan y me
brindan risas. Quiero agradecer a mi polola, Rosita, que, si bien llevamos
poco, tu presencia a mi lado estos meses ha sido de lo más refrescante y
reconfortante mientras hacía la memoria. Para terminar: gracias pegaloco,
por hacerme reír.

v
vi
Tabla de Contenido

1. Introducción ................................................................................... 1
1.1 Formulación del problema ........................................................... 1
1.2 Objetivos .................................................................................. 6
1.2.1 Objetivos generales ............................................................ 6
1.2.2 Objetivos específicos ........................................................... 6
1.3 Hipótesis de trabajo .................................................................... 7
1.4 Ubicación y vías de acceso........................................................... 7
2. Materiales y Métodos ....................................................................... 8
2.1 Muestreo ................................................................................... 8
2.2 Métodos .................................................................................. 11
2.2.1 Preparación de muestras ................................................... 11
2.2.2 Fluorescencia de rayos X (XRF) .......................................... 12
2.2.3 Difracción de rayos X (XRD) ............................................... 12
2.2.4 Petrografía por microscopía óptica ...................................... 14
2.2.5 Microscopio electrónico de barrido (SEM) ............................. 15
2.3 Marco teórico ........................................................................... 15
2.3.1 Modelo de fracción de empobrecimiento químico (Riebe et al.,
2003) 15
2.3.2 Modelo de producción de regolito (Lebedeva et al., 2010) ...... 18
3. Antecedentes Geológicos ............................................................... 21
3.1 Marco Geológico ....................................................................... 21
3.1.1 Depósitos no consolidados ................................................. 21
3.1.2 Rocas Estratificadas .......................................................... 22
3.1.3 Intrusivos ........................................................................ 24
3.2 Unidades Geomorfológicas ......................................................... 27
3.2.1 Cordillera de la Costa ........................................................ 27
3.2.2 Depresión Central ............................................................. 27
3.2.3 Cordillera Principal ............................................................ 27
3.3 Evolución Geomorfológica .......................................................... 29
vii
4 Resultados ................................................................................... 31
4.1 Aspectos generales ................................................................... 31
4.2 Petrografía .............................................................................. 32
4.3 XRF ........................................................................................ 34
4.4 XRD ........................................................................................ 40
4.5 SEM ........................................................................................ 44
5 Discusión ..................................................................................... 49
5.1 Consideraciones para el balance de masas .................................. 49
5.2 Selección del elemento inmóvil .................................................. 50
5.3 Transferencia de elementos químicos y alteración en el perfil de
saprolito ......................................................................................... 51
5.4 Régimen de meteorización......................................................... 58
6 Conclusiones ................................................................................ 64
7 Bibliografía ................................................................................... 66
8 Anexos ........................................................................................ 72
8.1 Fotos SEM ............................................................................... 72
8.1.1 SR4 ................................................................................ 72
8.1.2 CUR5 .............................................................................. 73
8.1.3 H4 .................................................................................. 75
8.2 Análisis de EDS ........................................................................ 78
8.2.1 CUR5 .............................................................................. 78
8.2.2 H4 .................................................................................. 85
8.3 Difractogramas ........................................................................ 98

viii
Índice de Tablas

Tabla 1: Código y nivel de profundidad para las muestras obtenidas del perfil
de meteorización. ......................................................................... 10
Tabla 2: Código para las muestras obtenidas de bloques cercanos a la zona
de muestra de regolito. ................................................................. 10
Tabla 3: Reflexiones y poderes reflectantes utilizados para el análisis
mineralógico semicuantitativo. ....................................................... 14
Tabla 4: Especificaciones técnicas del difractómetro Bruker D8 Advance. ... 14
Tabla 5: Concentración de elementos mayores y traza en el saprolito y
protolito de la zona de estudio. ....................................................... 36
Tabla 6: Abundancia relativa de las principales fases minerales identificadas
con XRD para el saprolito y protolito de la zona de estudio. ................ 41
Tabla 7: Constante efectiva de disolución (k) de albita a caolinita
dependiendo de la temperatura. Datos obtenidos del software HSC
Chemistry® (calculados de Barin, 1993). ......................................... 61

ix
Índice de Figuras

Figura 1: Perfil de regolito en la zona de Curacaví. ................................... 4


Figura 2: Gráfico que ilustra los tipos de regolito y su extensión dependiendo
de la precipitación anual, evapotranspiración y temperatura. Curacaví
está indicado en el rectángulo rojo (adaptado de Strakhov, citado por
López et al., 1992). Datos de Curacaví de Comisión Nacional de Riego
(1998). .......................................................................................... 5
Figura 3: Gráfico que ilustra la intensidad de la meteorización química
dependiendo de la temperatura y la precipitación de la zona. Curacaví
está indicado en el óvalo rojo (Cooke & Doornkamp, 1990). Datos de
Curacaví de Comisión Nacional de Riego (1998). ................................. 5
Figura 4: Mapa de la ubicación de la zona de estudio. ............................... 7
Figura 5: Perfil de colina utilizado para el muestreo. ................................. 8
Figura 6: Foto que ilustra el método utilizado para recolectar las muestras en
el perfil de regolito. ......................................................................... 9
Figura 7: Fotografía de un bloque en la zona de muestreo. En su parte
inferior izquierda puede observarse la evidencia de su meteorización
esferoidal, que se acentúa en partes más alejadas del centro del bloque.
.................................................................................................. 11
Figura 8: Ejemplo de un perfil de disolución de albita. El eje horizontal
muestra el valor de η, el coeficiente de avance de la reacción, que indica
la fracción de mineral que se ha meteorizado, según la profundidad en el
eje vertical. Cuando el valor de η es 0 la roca no ha sido meteorizada,
mientras que si es 1 ha sido completamente empobrecida en este
mineral en particular. Las curvas azules muestran los perfiles para un
caso en que el transporte químico es realizado sólo por difusión en
condiciones de erosión significativa. Si la erosión es dominante en el
sistema (E>0,0075 mka⁻¹) el perfil no se alcanza a desarrollar: parte del
mineral alcanza la superficie, y posteriormente es erosionado (régimen

x
limitado por meteorización). Mientras mayor es la tasa de erosión, mayor
será la fracción mineral que permanece intacta en superficie, y el perfil
presenta una mayor pendiente. Si se está en un régimen en transición
(E=0.004 m ka⁻¹) el perfil se desarrolla por completo, aunque queda un
residuo de mineral en el regolito; mientras que si el régimen está
limitado por el transporte, el regolito se encuentra casi completamente
empobrecido en el mineral, adoptando una geometría horizontal. Imagen
extraída de Brantley & Lebedeva, 2011............................................ 20
Figura 9: Marco geológico de Curacaví y zonas cercanas. Modificado de Gana
et al., 1996. ................................................................................. 26
Figura 10: Unidades geomorfológicas definidas en el área de estudio. Imagen
modificada de Fock (2005). ............................................................ 28
Figura 11: (Extracto de Farías (2007)) Modelo de evolución de la Depresión
Central. (a) Condiciones iniciales dadas por el alzamiento regional de
superficie. (b) Respuesta inmediata de la erosión formando empinados
knickpoints separados uno de otro a la misma distancia en los ambos ríos
mayores. (c) Retención del knickpoint a su arribo a los afloramientos de
cuerpos graníticos y rápido retroceso en litologías menos resistentes. (d).
Crecimiento de la red de drenaje del río cuyo knickpoint retrocede más
rápido e inicio de capturas. (e) Captura del río principal y abandono de la
red cuyo knickpoint está retenido por los cuerpos graníticos. (f)
Alzamiento del borde costero que induce la acumulación sedimentaria, y
mayor ingreso de sedimentos en la depresión debido a la mayor erosión
en la Cordillera Principal e inicio de las glaciaciones montañosas. ........ 30
Figura 12: Pátina de oxidados de cobre en bloque procendente del protolito
en la zona de estudio. ................................................................... 31
Figura 13: Fotografías de láminas delgada observadas por microscopio óptico
de muestra de protolito (SR4) de la zona de estudio. A) Fotografía a
nicoles paralelos (arriba) y cruzados (abajo) de la mineralogía general de
protolito. Nótese la presencia de algunos cristales de plagioclasa con

xi
alteración incipiente a filosilicatos. B) Fotografía a nicoles paralelos
donde se observa un cristal de biotita alterado a clorita y la presencia de
intercalación entre estos dos minerales. Leyenda: Bt: Biotita, Chl:
Clorita, Hbn: Hornblenda, Pl: Plagioclasa, Qz: Cuarzo. ....................... 33
Figura 14: Fotografías de microscopio óptico de las muestras de roca
meteorizada de la zona de muestreo. A) Fotografía a nicoles paralelos
(arriba) y cruzados (abajo) de la muestra de meteorización esferoidal
(CUR5). Nótese el disgregamiento de los minerales presentes y la
alteración de las plagioclasas a arcillas. B) Fotografía a nícoles paralelos
(arriba) y cruzados (abajo) de la muestra de saprolito (H4). Nótese el
mayor disgregamiento de los cristales, el mayor grado de alteración de
las plagioclasas y la ausencia de clorita en los intersticios de los planos
de la biotita. Leyenda: Bt: Biotita, Hbn: Hornblenda, Pl: Plagioclasa, Qz:
Cuarzo......................................................................................... 34
Figura 15: Perfil a profundidad de los elementos obtenidos por XRF para el
saprolito y protolito de la zona de estudio. El límite del protolito y
saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la profundidad
a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el
promedio de las muestras de roca fresca. A) Gráfico del perfil para
elementos alcalinos. B) Perfil para elementos alcalinos térreos. .......... 37
Figura 16: Perfil a profundidad de los elementos obtenidos por XRF para el
saprolito y protolito de la zona de estudio. El límite del protolito y
saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la profundidad
a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el
promedio de las muestras de roca fresca. A) Gráfico del perfil para
elementos sensibles a procesos redox. B) Perfil para Si, Al y Ga. Nota:
Las zonas sin puntos ni líneas indican una concentración del elemento no
detectada. ................................................................................... 38
Figura 17: Perfil a profundidad de los elementos obtenidos por XRF para el
saprolito y protolito de la zona de estudio. El límite del protolito y

xii
saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la profundidad
a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el
promedio de las muestras de roca fresca. A) Gráfico del perfil para
metales pesados. B) Perfil para elementos potencialmente inmóviles.
Nota: Las zonas sin puntos ni líneas indican una concentración del
elemento no detectada. ................................................................. 39
Figura 18: Profundidad versus abundancia de las principales fases minerales
en porcentajes relativos vs profundidad en el perfil de saprolito.
Leyenda: Qz-Cuarzo; Pl-Plagioclasa; Hbn-Hornblenda; Kln-Caolinita. Se
puede observar que mientras la caolinita aumenta su concentración hacia
superficie, la plagioclasa disminuye. Esto con una tendencia de ligera
disminución entre cuarzo y hornblenda. ........................................... 42
Figura 19: Difractogramas realizados mediante XRD para roca fresca (A) y
saprolito (B) de la zona de estudio. Leyenda: Qz-Cuarzo; Pl-Plagioclasa;
Bt-Biotita; Kfs-Feldespato potásico; Hbn-Hornblenda; Kln-Caolinita; Vrm-
Vermiculita................................................................................... 43
Figura 20: Fotografías de SEM de la muestra de protolito (SR4). A) Fotografía
de plagioclasa y feldespato potásico. Nótese que el feldespato potásico se
presenta como una zona de intercrecimiento con la plagioclasa. B)
Fotografía de biotita y clorita. Se puede observar cómo la clorita ha
crecido en los intersticios de los planos de la biotita, produciendo una
intercalación de patrones de retrodispersión claros y oscuros. Leyenda:
Bt: Biotita, Kfs: Feldespato potásico, Pg: Plagioclasa, Qtz: Cuarzo. ..... 45
Figura 21: Fotografías de SEM de la muestra de meteorización esferoidal
(CUR5) con análisis puntuales de EDS. A) Fotografía de plagioclasa, que
se muestra con el tono de gris más oscuro y en Spectrum 2 se indica su
química. Nótese que presenta áreas más claras (Spectrum 1), donde hay
plagioclasa más cálcica y áreas de un gris intermedio (Spectrum 3)
donde hay feldespato potásico. B) Fotografía de biotita con su química
indicada en Spectrum 1. Nótese que sus planos presentan mayor

xiii
apertura que en el protolito, pero no presenta minerales de alteración en
estos planos. Aún así se puede advertir la presencia de Ca. Leyenda: Bt:
Biotita, Kfs: Feldespato potásico, Pl: Plagioclasa, Pg(Ca): Plagioclasa
cálcica. ........................................................................................ 46
Figura 22: Fotografías obtenidas por SEM de la muestra de saprolito (H4). A)
A la izquierda se puede observar un cristal de cuarzo, sin signos claros
de alteración pero con abundancia de fracturas en los bordes del cristal.
A la derecha puede observarse un cristal de feldespato potásico, con
abundancia de cavidades y fracturas, siendo estas características en su
mayoría paralelas a los planos de clivaje. B) Cristal de plagioclasa con
fracturas y cavidades alineadas a los planos de clivaje como en el
feldespato potásico de la imagen (A). .............................................. 47
Figura 23: Fotografías obtenidas por SEM de la muestra de saprolito (H4) con
análisis puntuales de EDS. A) Fotografía de plagioclasa, que se muestra
con el tono de gris más oscuro con feldespato potásico, de gris más
claro. Nótese que el cristal observado en Spectrum 1 posee bordes más
oscuros y el EDS indica mayor concentración de Al, indicando la
presencia de feldespato potásico y caolinita. En Spectrum 2 se analiza la
química de una cavidad en la plagioclasa y se obtiene alta concentración
de Al, indicando la presencia de albita y caolinita. B) Fotografía de biotita
con su química indicada en Spectrum 1 y 2. Nótese que sus planos
presentan mayor apertura que en el protolito, pero no presenta
minerales de alteración en estos planos. Aún así se puede advertir la
presencia de Ca. Leyenda: Bt: Biotita, Kln: Caolinita, Kfs: Feldespato
potásico, Pl: Plagioclasa, Pg(Ca): Plagioclasa cálcica. ......................... 48
Figura 24: Coeficientes de transferencia de masa (τj,w) de otros elementos
potencialmente inmóviles (Zr e Y) versus profundidad. El rectángulo
vertical de color rosa muestra la variabilidad de las muestras de roca
fresca analizadas; las muestras de saprolito que se ubican fuera de esta
zona claramente difieren en composición del material parental. .......... 51

xiv
Figura 25: Coeficientes de transferencia de masa (τj,w) de Mg (A), Ca (B), Na
(C) y K (D) versus profundidad. Los rectángulos verticales de color rosa
muestran la variabilidad de las muestras de roca fresca analizadas; las
muestras de saprolito que se ubican fuera de esta zona claramente
difieren en composición del material parental. Notar que, como CDFj= τj,
los datos indican también pérdida del elemento por componente química
de la denudación........................................................................... 55
Figura 26: Coeficiente de transferencia de masa (τj,w) del P versus
profundidad. El rectángulo vertical de color rosa muestra la variabilidad
de las muestras de roca fresca analizadas; las muestras de saprolito que
se ubican fuera de esta zona claramente difieren en composición del
material parental. Notar que, como CDFj= τj, los datos indican también
pérdida del elemento por componente química de la denudación. ....... 56
Figura 27: Perfil a profundidad del Cu, S, Cl y Mn obtenidos por XRF para el
saprolito y protolito de la zona de estudio. El límite del protolito y
saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la profundidad
a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el
promedio de las muestras de roca fresca. El Mn se utiliza para la
comparación del Cu, S y Cl con elementos sensibles a procesos redox.
Nota: Las zonas sin puntos ni líneas indican una concentración del
elemento no detectada. ................................................................. 57
Figura 28: Gráfico de empobrecimiento de Na versus profundidad. Un τNa de -
1 indica un empobrecimiento del 100%, mientras que si es 0 indica
empobrecimiento del 0%. Las líneas punteadas son proyecciones lineales
de las tendencias entre 0 y 6.8 m, 9.1 y 23.8 m y 25.1 y 31.7 m........ 58

xv
xvi
1. Introducción

1.1 Formulación del problema

La superficie terrestre es el lugar donde interacciona la roca con la


atmósfera, hidrósfera y la biósfera. Es en esta zona donde los minerales,
responden a las condiciones de la superficie, distintas a las de su formación,
mediante cambios físicos y químicos. Estas perturbaciones, a las que son
sometidas las rocas en la superficie terrestre, se conocen como
meteorización (Chorley et al., 1984).

La meteorización puede ser debido a factores químicos, físicos y/o


biológicos y está envuelta en ciclos globales importantes en la Tierra. La
meteorización química de minerales provee de nutrientes y solutos a los
suelos, ríos y océanos y es así un importante componente en muchos ciclos
biogeoquímicos. Por ejemplo, la meteorización de silicatos modula la
alcalinidad del océano y así controla los niveles de CO2 atmosférico,
convirtiéndose en un regulador a largo plazo del efecto invernadero. Así,
mientras las tasas de meteorización químicas incrementan con la
temperatura, también controlarían y reducirían los niveles de CO 2, y, en una
escala de tiempo geológica, ayudaría a mitigar grandes cambios climáticos
en la Tierra (e.j., Berner et al., 1983). Así, como puede observarse, la forma
en que responden los minerales en superficie no solo tienen efectos a escala
local.

Las perturbaciones que sufre la roca en la superficie dejan registros


que pueden ser estudiados por geólogos y edafólogos y su observación
puede ayudar a entender el comportamiento que adoptará química y
físicamente la roca bajo distintas circunstancias en períodos relativamente
largos de tiempo. Gran parte de la información que produce la meteorización
queda registrada en el regolito. El regolito es el manto del material alterado
física, química o biológicamente que sobreyace roca no meteorizada. En
otros estudios, se abordan estos procesos mediante el concepto de “zona
crítica”, definido como la zona que va desde la zona de vegetación hasta el
lecho rocoso que sufre perturbaciones naturales y humanas (Brantley &
Lebedeva, 2011). Es muy sabido que este material provee un registro de
reacciones entre la roca, el agua, el aire y la biota (e.g., Dokuchaev 1883,
Becker 1895).

1
A la escala de aguas superficiales, la cubierta de regolito es producida
por meteorización in situ o por deposición (Taylor & Eggleton, 2001). Para
diferenciar las partes del regolito se utilizan los términos “saprolito” y
“suelo”. Sin embargo, estos términos son ubicuos para describir los
compartimientos del regolito desde el fondo a la superficie y por eso tienen,
a menudo, distintas definiciones en la literatura debido a su uso
transdisciplinario (Ehlen, 2005; Dethier & Lazarus, 2006; Dewandel et al.,
2006). Por ese motivo, es necesario tomar definiciones consensuadas. El
saprolito corresponde a la parte inferior de la cubierta in situ del regolito. Se
desarrolla en dirección descendente (frente de meteorización) a expensas del
protolito fracturado subyacente, del cual retiene la estructura y la fábrica. El
suelo se desarrolla a expensas de saprolito o coluvios/aluvios en la parte
superior del regolito donde la perturbación traída por procesos físicos,
químicos y biológicos lleva a (i) la diferenciación en horizontes y (ii) la
pérdida de estructuras antes existentes (Braun et al., 2008), rotación y, a
veces, transporte de granos.

El espesor del regolito depende del balance entre la profundización del


frente de meteorización debido a la meteorización química y la remoción
debido a la erosión física en la superficie del suelo (Riebe et al., 2003). Las
tasas de meteorización química son altamente sensibles a la disponibilidad
de superficies de minerales frescos, la cual podría estar realzada por el
incremento de la erosión física. Un regolito delgado e inmaduro que aun
contiene una gran cantidad de minerales primarios disponibles para
meteorizar, posee un flujo de meteorización químico alto, mientras que un
regolito grueso y maduro pobre en minerales primarios meteorizables
poseería un flujo bajo (Oliva et al., 2003). La caracterización de regolitos es,
de ese modo, de interés fundamental para cuantificar los procesos de
meteorización.

Para diferenciarla de la erosión física, la meteorización química a largo


plazo ha sido típicamente cuantificada utilizando índices geoquímicos de
alteración y técnicas de balance de masas en suelos (e.j., April et al., 1986).
Los balances de masa cuantifican la masa total que es removida cuando un
volumen específico de material parental no meteorizado es convertido a
suelo (Brimhall & Dietrich, 1987). Si la erosión física ha sido insignificante, la
pérdida de masa de un suelo puede ser atribuida a la meteorización química
por sí misma y se puede calcular su tasa utilizando la edad del suelo (e.j.,
Bain et al., 1993). Sin embargo, el caso de los suelos sin erodar excluye
comparaciones entre erosión física y meteorización química. En paisajes
erosivos, la edad del suelo es difícil de definir, ya que los suelos son
continuamente renovados a medida que material fresco es incorporado desde

2
abajo y reemplaza el material meteorizado que es removido de la superficie
por erosión física.

Además de la tasa de meteorización química, también se observa en


qué intensidad y espesor está alterado el regolito que sobreyace a la roca
madre. De esta información se pueden identificar regímenes de
meteorización, que describen la manera en la que se meteoriza un regolito,
dependiendo de la temperatura, precipitaciones y erosión local entre otros
factores. Los regímenes de meteorización son a menudo clasificados como
limitado por transporte (transport-limited) o limitado por meteorización
(weathering-limited) (Stallard & Edmond, 1983). En el régimen limitado por
transporte, la tasa de meteorización química es controlada por la habilidad
de transportar material fuera del sistema. Típicamente, en este régimen, el
regolito tiende a ser grueso y la tasa de erosión es baja (Stallard, 1992). En
contraste, en el régimen limitado por meteorización, la tasa de meteorización
es determinada por la cinética de las reacciones minerales. El regolito tiende
a ser delgado y la tasa de erosión es alta. Los flujos de meteorización no
exhiben una clara correlación con la tasa erosiva, y la meteorización química
de minerales silicatados es incompleta (West et al., 2005). Regímenes
similares han sido descritos con otras terminologías por otros autores (Hren
et al., 2007).

En este estudio, se realizó una caracterización cualitativa de la


meteorización química de los intrusivos que afloran en la comuna de
Curacaví (Región Metropolitana de Chile, Cordillera de la Costa, Chile
central), mediante un estudio fundamentalmente geoquímico y mineralógico.
Los intrusivos que afloran en la zona de Curacaví son de composición
tonalitica a granodioriticas de edad jurásica corresponden a un bloque alzado
que representa el magmatismo de arco Mesozoico (Aguirre, 1985; Charrier &
Muñoz, 1994; Vergara et al., 1995; SERNAGEOMIN, 2003). Estos intrusivos
pertenecen al batolito costero (Parada et al., 1999). Los relieves en la zona
de Curacaví presentan, actualmente, valles anchos que indicarían baja
erosión presente. En estos valles es donde afloran las rocas meteorizadas
(de aquí en adelante, regolito) y son ampliamente expuestas según los
cortes transversales de los cerros. Estas rocas expuestas presentan extensos
niveles de material meteorizado y se pueden observar perfiles de regolito de
30 metros o más (Figura 1). Los perfiles de la zona presentan regolito muy
meteorizado (se disgrega con la fuerza de los dedos), y este mantiene esa
apariencia hasta su base, sin dar indicios de la aparición de roca fresca
debajo.

3
De acuerdo a la relación del clima y espesor de regolito representado
en la Figura 2, la zona de Curacaví debería presentar regolitos con espesores
promedio de 11 a 20 metros. Sin embargo, los espesores de regolito
observados en la zona de Curacaví alcanzan 30 metros o más. Curacaví es
una zona con una precipitación de 379 mm anuales, una larga estación seca
de 7 meses y una temperatura media anual de 16°C, que fluctúa entre 3,3 y
27,4°C en el año (Comisión Nacional de Riego, 1998) y presentaría,
normalmente, poca meteorización química (Figura 3). Por lo tanto, si en el
desarrollo del perfil de regolito no predomina la meteorización química, su
espesor debería estar siendo favorecido por otros factores, tales como la
litología, abundancia de fracturas, etc.

Figura 1: Perfil de regolito en la zona de Curacaví.

4
Figura 2: Gráfico que ilustra los tipos de regolito y su extensión dependiendo de la precipitación anual,
evapotranspiración y temperatura. Curacaví está indicado en el rectángulo rojo (adaptado de Strakhov,
citado por López et al., 1992). Datos de Curacaví de Comisión Nacional de Riego (1998).

Figura 3: Gráfico que ilustra la intensidad de la meteorización química dependiendo de la temperatura


y la precipitación de la zona. Curacaví está indicado en el óvalo rojo (Cooke & Doornkamp, 1990).
Datos de Curacaví de Comisión Nacional de Riego (1998).
5
Concretamente, esta memoria se enfocó en estudiar muestras a lo
largo de un perfil de regolito de aproximadamente 30 metros de espesor de
material meteorizado con el fin de caracterizar cualitativamente la
meteorización que fue responsables del desarrollo de un regolito de tal
extensión. Para ello se utilizó análisis geoquímicos de elementos mayores,
menores y trazas determinados por fluorescencia de rayos X (XFR) y análisis
mineralógicos mediante difracción de rayos X (XRD), petrografía por
microscopio óptico y microscopio electrónico de barrido (SEM/EDS).
Específicamente, se realizó un balance de masas de elementos químicos
determinando los elementos móviles e inmóviles del material meteorizado.
Además, se realizó un estudio mineralógico através de XRD, microscopio
óptico y SEM/EDS de las fases primarias y secundarias presentes en el
regolito, que permitió determinar cuáles fueron las condiciones de la
meteorización y como se ha comportado el sistema a través de ésta. Para
situar la problemática de este estudio, se ha comparado los resultados
obtenidos en esta esta memoria con los de otros estudios similares
realizados en otros lugares. Como por ejemplo, los estudios realizados en Río
Icacos en Puerto Rico (ej. Riebe et al., 2003), donde la precipitación es de
alrededor de 420 cm anuales, un orden de magnitud mayor al de Curacaví, y
con una temperatura anual promedio de 22°C. El regolito desarrollado posee
un regolito con una meteorización química intensa, pero con un espesor de 6
a 9 m.

1.2 Objetivos

1.2.1 Objetivos generales

Caracterizar cualitativamente la meteorización química de los intrusivos


tonalíticos a granodioríticos jurásicos que afloran en la zona de Curacaví
mediante balance de masas de elementos químicos, relacionando elementos
móviles e inmóviles y relacionándolo con la variación de la mineralogía
primaria y secundaria a través del regolito.

1.2.2 Objetivos específicos

- Cuantificar la tasa de meteorización química como parte de la tasa de


denudación.

6
- Identificar las fases minerales que controlan la meteorización química del
sistema.
- Relacionar el grado de meteorización química con litología, geomorfología,
erosión y clima.

1.3 Hipótesis de trabajo

La hipótesis de este trabajo consiste en que la meteorización de los


intrusivos en Curacaví es controlada por la reacción de la plagioclasa a la
caolinita y que el espesor del regolito está determinado por factores ajenos
al clima de la zona como, por ejemplo, la geomorfología actual y pasada de
la Cordillera de la Costa central.

1.4 Ubicación y vías de acceso

La zona de estudio se encuentra en la comuna de Curacaví, a 53 km al


oeste de Santiago (Figura 4), en el valle formado por el Estero Puangue
inmediatamente al oeste del centro urbano de Curacaví. Para acceder a esta
se debe seguir la ruta 68 que se dispone en dirección a Valparaíso.

Figura 4: Mapa de la ubicación de la zona de estudio.

7
2. Materiales y Métodos

2.1 Muestreo

El muestreo se realizó en la desembocadura del valle del Estero


Puangue, inmediatamente al oeste del centro urbano de Curacaví. El
muestreo se realizó para la roca fresca y la meteorizada.

Para la roca meteorizada se escogió un afloramiento con un nivel lo


suficientemente desarrollado de este material. Éste se realizó en una colina
ubicada en 33°24'27.72"S 71°09'09.88"O la cual ya había sido excavada
debido a trabajos de construcción de caminos en la zona. Debido a esto
presentaba en su lado NW un perfil semivertical y, por lo tanto, ideal para el
estudio llevado a cabo (Figura 5).

Figura 5: Perfil de colina utilizado para el muestreo.

8
El muestreo se realizó a distintas profundidades utilizando para ello
equipo de escalada (Figura 6). Las muestras fueron extraídas luego de
realizar una pequeña excavación en cada punto del perfil, con el objetivo de
evitar contaminación exterior en las muestras.

Las muestras fueron recolectadas desde el nivel de suelo hasta el nivel


de roca fresca no meteorizada. Con esto se obtuvo un perfil de
meteorización, de manera que el nivel más alto del perfil coincidiría con el
peak de meteorización, el cual decaería hacia abajo hasta llegar a roca cada
vez más fresca. De esta manera, sería posible caracterizar cualquier
variación de las muestras a distintas profundidades del perfil de
meteorización. En total se recolectaron 19 muestras del perfil de
meteorización (Tabla 1).

Figura 6: Foto que ilustra el método utilizado para recolectar las muestras en el perfil de regolito.

9
Tabla 1: Código y nivel de profundidad para las muestras obtenidas del perfil de meteorización.

Debido a que no afloraba la roca fresca directamente bajo la roca


meteorizada, el muestreo de roca fresca se realizó en bloques cercanos (a
menos de 100 m) del lugar de muestreo de roca meteorizada con el motivo
de inferir una química promedio para el protolito asociado al perfil de
regolito. Además de esto se muestreó el halo de meteorización esferoidal de
uno de los bloques (Figura 7). Se recolectó un total de 7 muestras de roca
fresca y 1 de halo de meteorización esferoidal (Tabla 2).

Tabla 2: Código para las muestras obtenidas de bloques cercanos a la zona de muestra de regolito.

Roca Fresca CUR7 SR1 SR2 SR3 SR4 SR5 SR6


Halo de
meteorización CUR5
esferoidal

10
Figura 7: Fotografía de un bloque en la zona de muestreo. En su parte inferior izquierda puede
observarse la evidencia de su meteorización esferoidal, que se acentúa en partes más alejadas del
centro del bloque.

2.2 Métodos

2.2.1 Preparación de muestras

Las muestras del perfil de meteorización, luego de ser recolectadas,


fueron secadas en un horno a 40°C un día entero. Luego estas muestras
junto al resto de las muestras fueron sometidas a preparación en el
laboratorio de preparación de muestras del Departamento de Geología en la
Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.

Las muestras de regolito y de roca fresca fueron preparadas para


análisis químico por fluorescencia de rayos X (XRF) y análisis mineralógico
por difracción de rayos X (XRD), los cuales tuvieron los mismos preparativos.
Su preparación consistió básicamente en su cuarteo y molienda. La molienda
de las 26 muestras fue efectuada con el molino de discos vibratorios modelo
RS 200 – Retsch, utilizando para ello discos de ágata, a una velocidad de 700
rpm y con una duración de molienda de 8 a 10 minutos por muestra. Una
muestra de roca fresca, una perteneciente al halo de meteorización
esferoidal y una perteneciente al perfil de regolito fueron seleccionadas para
11
ser analizadas mediante petrografía por microscopio óptico y microscopía por
microscopio electrónico de barrido (SEM), para esto se realizaron láminas
delgado-pulidas a partir de las muestras.

2.2.2 Fluorescencia de rayos X (XRF)

Las muestras preparadas de roca fresca y del perfil de meteorización


fueron sometidas a un análisis geoquímico de elementos mayores, menores
y algunos trazas mediante XRF.

De manera general, la espectroscopia de XRF utiliza radiación primaria


de un tubo de rayos X para excitar la emisión de rayos X secundarios
(fluorescencia) en una muestra. La radiación procedente de la muestra
incluye los peaks de rayos X característicos de los elementos, mayores y
traza, presentes en la muestra, producidos por las transmisiones electrónicas
entre los niveles de energía más internos de los átomos. En un
espectrómetro de XRF por dispersión de longitud de onda (WDXRF), estos
rayos son colimados en un haz paralelo y dispersados en un espectro por
medio de la difracción en un cristal analizador, pasando después a un
detector (Fluorescencia de Rayos X, Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra
[en línea] <http://www.iact.ugr-csic.es/contenido_es/cientifico-
tecs/fluorescencia.html >).

El análisis de XRF fue realizado con un espectrómetro secuencial de


fluorescencia de rayos X de dispersión por longitud de onda (WDXRF), S4
Pioneer de BRUKER, con una potencia máxima de 4 kW, el cual posee un
límite de detección de concentración que va desde sub ppm a 100% y con un
rango de análisis que abarca desde el Berilio al Uranio. El equipo pertenece
al Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra perteneciente al Consejo
Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y Universidad de Granada.
Dicho equipo está ubicado en Armilla, Granada, (España).

2.2.3 Difracción de rayos X (XRD)

Las muestras de roca fresca y de regolito fueron analizadas mediante


XRD de muestra total para identificar y posteriormente cuantificar la
mineralogía mediante poderes reflectantes. Esto se realizó mediante el
método de polvo policristalino. Cabe señalar que en este trabajo no se ha
realizado la separación e identificación de las arcillas mediante el método del

12
agregado orientado. Solamente se han identificado y cuantificado los
minerales que han sido detectados mediante el método de polvo cristalino.

En el método de polvo cristalino los cristales a examinar son reducidos


a un polvo muy fino y puestos en un haz monocromático de rayos X. Cada
partícula del polvo es un pequeño cristal aleatoriamente orientado con
respecto al haz de rayos X incidente. Por probabilidad, algunas partículas
estarán orientadas correctamente, cumpliéndose la Ley de Bragg y, por lo
tanto, determinados planos difractarán el haz incidente. Con el método de
polvo cristalino, se forma un cono de haces difractados correspondientes a
todos los cristales que cumplen la ecuación de Bragg. Se producen diversos
conos de difracción correspondientes a los órdenes de difracción de un
determinado plano (hkl) que cumple la ecuación de Bragg para un ángulo 2θ.

Para que lo anterior sea posible, λ tiene que mantenerse fijo, mientras
que el ángulo 2θ varía. El análisis se realiza a través de un difractómetro de
rayos X, el cual involucra una fuente de radiación monocromática, y un
detector de rayos x situados en el borde de una circunferencia, con centro en
la muestra de polvo. El haz de rayos X es dirigido hacia la muestra, y el
detector va variando el ángulo con tal de captar las reflexiones en un rango
de ángulos. El resultado final es un difractograma que tiene el número de
conteos de reflexiones en el eje de la ordenada y el ángulo 2θ en el de la
abscisa. El difractograma resultante se analiza y compara con patrones de
difracción en bases de datos. En este trabajo se ocupó la base de datos The
Powder Diffraction File 2 (PDF-2) y el programa utilizado para la realización
del análisis fue XPowder12.

Para el análisis mineralógico semicuantitativo se han utilizado los


poderes reflectantes correspondientes (Tabla 3). A partir de los
difractogramas de rayos X (método del polvo) se calculó el área del peak
para cada especie mineral, de tal manera que no existiera solapamiento de
los peaks de los minerales presentes, dividida por su poder reflectante
(A1/Pf1, A2/Pf2…) y dividido todo ello por la suma de los valores calculados
para todas las especies presentes, según la siguiente ecuación:

𝐴𝑖 /𝑃𝑓𝑖
(%)𝑖 =
∑[𝐴𝑗 /𝑃𝑓𝑗 ]

13
Tabla 3: Reflexiones y poderes reflectantes utilizados para el análisis mineralógico semicuantitativo.

Tabla 4: Especificaciones técnicas del difractómetro Bruker D8 Advance.

Diámetro de círculo de medida Entre 435 y 600 mm


Incremento direccionable más pequeño 0.0001o
Reproducibilidad +/- 0.0001o
Máxima velocidad angular 30o/s
Rango angular (θ y 2θ) 360o
Máximo rango angular utilizable (2θ) -110o < 2θ ≤ 168o

Los análisis de difracción de rayos X, se realizaron en el Laboratorio de


Cristalografía del Departamento de Física de la Universidad de Chile, en un
difractómetro de polvo Bruker D8 Advance con 40kV y 30mA, con radiación
Kα del Cu. Sus especificaciones técnicas son indicadas en la Tabla 4.

2.2.4 Petrografía por microscopía óptica

Las láminas delgado-pulidas fueron analizadas mediante microscopía


óptica. El equipo utilizado fue un microscopio polarizante para cortes
transparentes y pulidos (Olympus CX31-P) con magnificadores de 5x, 10x y
25x perteneciente al laboratorio de mineralogía en el Departamento de
Geología de la Universidad de Chile.

14
2.2.5 Microscopio electrónico de barrido (SEM)

Antes de la observación por SEM, las láminas delgado-pulidas fueron


metalizadas mediante una lámina de carbono. Las imágenes fueron tomadas
por señal de electrones secundarios retrodispersados (BSE) y en condiciones
de vacío (entre 1,5 y 3e-10 Pa). La utilización de SEM permitió observar las
texturas de los granos de minerales primarios dejadas por los procesos de
alteración y se realizó análisis de composición elemental de ciertas zonas de
la muestra por medio de espectroscopía de rayos x por energía dispersiva
(EDS).

El equipo utilizado para el análisis de SEM fue el FEI Quanta 250,


perteneciente al Centro de Excelencia en Geotermia de los Andes (CEGA),
ubicado en el Departamento de Geología de la Universidad de Chile.

2.3 Marco teórico

A continuación se resumen los fundamentos teóricos en los cuales está


basada la presente memoria. Dados los objetivos de esta memoria, se han
empleado los modelos de empobrecimiento químico establecidos por Riebe et
al., (2003) que permite determinar las tasas de meteorización química de
regolitos. Además, en esta memoria se ha usado el modelo de producción de
regolito propuesto por Lebedeva et al. (2010), el cual informa de la
intensidad de la meteorización y los regímenes de meteorización, que
permiten conocer la manera en que se meteoriza un regolito.

2.3.1 Modelo de fracción de empobrecimiento químico (Riebe et al.,


2003)

Uno de los pilares teóricos sobre los que se cimienta este estudio es el
modelo de fracción de empobrecimiento químico de Riebe et al, (2003). Este
modelo trata sobre la estimación de la tasa de meteorización química
mediante una aproximación de balance de masas, la cual es uno de los
principales objetivos de este proyecto.

En el proceso de la meteorización de la roca fresca, esta se transforma


a roca meteorizada y finalmente a suelo. Este proceso involucra pérdida de
material, ya que a medida que la meteorización progresa el material se
15
enriquece en elementos inmóviles a costa de la pérdida de otros elementos
por medio de la disolución. En lo dicho hasta ahora solo está considerada la
meteorización química, sin embargo, la pérdida de material también se debe
a la erosión física y la relación entre ambos factores incidiría en el balance de
masas necesario para estimar la tasa de conversión de roca a material
meteorizado. En el proceso de meteorización de la roca hay denudación y,
por conservación de masa, la tasa de conversión de roca fresca a material
meteorizado es igual a la tasa de denudación. Asimismo, la tasa de
denudación es igual a la totalidad de retiro de material por causas físicas y
químicas (erosión y meteorización química, respectivamente). Con esto se
obtiene:
𝑅 =𝐷 =𝐸+𝑊 (1)
Donde R es la tasa de meteorización total de la roca, D el flujo total de
denudación, E el flujo de material removido por erosión física y W el flujo
removido por meteorización química.

Esta ecuación es aplicable para elementos individuales del material


parental y meteorizado:
𝐷 · [𝑋]𝑟𝑜𝑐𝑎 = 𝐸 · [𝑋]𝑚𝑒𝑡 + 𝑊𝑋 (2)

Donde [X]roca y [X]met son las concentraciones en la roca y en el


material meteorizado del elemento X y WX su tasa de meteorización química.
Si esta ecuación se aplica a elementos inmóviles (por ejemplo, el Zr), al ser
su tasa de meteorización química cero, se anula el término WX. Si además,
esto se aplica a la Ecuación 1, se obtiene:
[𝑍𝑟]𝑟𝑜𝑐𝑎
𝑊 = 𝐷 (1 − ) (3)
[𝑍𝑟]𝑚𝑒𝑡

Esta ecuación expresa la meteorización química como una fracción de


la tasa de denudación, por lo tanto esta fracción corresponde a la fracción de
la denudación total debido sólo a la meteorización química. Esta fracción es
conocida como chemical depletion fraction (CDF) o fracción de
empobrecimiento químico (Riebe et al., 2003). Esta ecuación (utilizando
siempre un elemento inmóvil) también puede ser utilizada para elementos
particulares:
[𝑍𝑟]𝑟𝑜𝑐𝑎
𝑊𝑋 = 𝐷 ([𝑋]𝑟𝑜𝑐𝑎 − [𝑋]𝑚𝑒𝑡 ) (4)
[𝑍𝑟]𝑚𝑒𝑡

Si la tasa de meteorización para el elemento X, WX se normaliza por la


tasa de denudación total para el mismo elemento, se obtiene:
𝑊𝑋 [𝑋] [𝑍𝑟]𝑟𝑜𝑐𝑎
𝐷·[𝑋]𝑟𝑜𝑐𝑎
= (1 − [𝑋] 𝑚𝑒𝑡 · [𝑍𝑟]𝑚𝑒𝑡
) = 𝐶𝐷𝐹𝑋 (5)
𝑟𝑜𝑐𝑎

16
El factor CDFX corresponde al negativo del coeficiente de transferencia
de masa τX para la meteorización del elemento X en aproximación a Brimhall
et al. (1991, 1992). Son similares al CDF de la Ecuación 3, excepto de que
expresan las tasas de meteorización química como una fracción de la
denudación total para un elemento particular. Así se le llama “CDF para un
elemento individual X” (CDFX).

Utilizando medidas de la densidad de la roca y regolito, junto a las


pérdidas de masa debido a la meteorización que produce enriquecimiento de
elementos inmóviles, se puede calcular el strain volumétrico debido a la
meteorización química. Strain se entiendde como el cambio volumétrico
relativo al volumen inicial y ha sido estimado en muchos estudios de
meteorización de suelos (e.j. Brimhall & Dietrich, 1987; Brimhall et al., 1991,
1992), sin embargo, no es necesario para la estimación de tasas de
meteorización (e.j., Anderson et al., 2002), objetivo de este modelo (Riebe
et al, 2003).

Para el cálculo de la tasa de meteorización química y erosión física se


necesita conocer la tasa de denudación de la zona, análisis que escapó al
alcance de esta memoria.

17
2.3.2 Modelo de producción de regolito (Lebedeva et al., 2010)

Otro de los pilares en los cuales se fundamenta este estudio es el


modelo de producción de regolito de Lebedeva et al. (2010). En este modelo
se asume que el material parental es homogéneo y bimineral; o sea, que
está compuesto por un mineral reactivo más un mineral no-reactivo, en este
caso cuarzo y albita. También se asume que la formación de regolito es
simplemente controlada por reacciones químicas, convección y advección de
fluidos y que esta formación está mayormente representada por la
transformación de la fase reactiva (albita) a una fase secundaria (caolinita)
(ecuación 6), produciendo con ello porosidad, disgregando la roca y con ello
permitiendo la meteorización química de zonas más profundas.

3𝐻2 𝑂 + −
2𝑁𝑎𝐴𝑙𝑆𝑖3 𝑂8 (𝑎𝑙𝑏𝑖𝑡𝑎) → 2𝑁𝑎(𝑎𝑞) + 2𝑂𝐻(𝑎𝑞) + 4𝑆𝑖𝑂2(𝑎𝑞) + 𝐴𝑙2 𝑆𝑖2 𝑂5 (𝑂𝐻)4 (𝑐𝑎𝑜𝑙𝑖𝑛𝑖𝑡𝑎) (6)

Otros minerales como la biotita y la hornblenda también sufren


alteración, sin embargo, la plagioclasa, debido a su abundancia y
susceptibilidad a la alteración es escogida como fase que controla la
meteorización en zonas con protolitos granitoideos. El feldespato potásico
también es susceptible a la meteorización, aunque en menor grado que la
plagioclasa. En este sentido, existen numerosos trabajos que han
demostrado que la plagioclasa se meteoriza más rápidamente que el
feldespato potásico (ej. Nesbitt et al., 1980; Jiménez-Espinosa et al., 2007).
Sin embargo, si la disolución del feldespato potásico está controlando la
meteorización, esto se verá reflejado en cambios en los niveles de K y de ser
así, la ecuación anterior puede ser aplicada de la misma manera que con la
albita pero con lixivación de potasio en lugar de sodio.

La simplificaciónes del modelo de Lebedeva et al., (2010), en la que la


albita es la fase reactiva que permite la meteorización en rocas de
composición homogénea anterior es aplicable a la zona de estudio. De este
modo, la roca que aflora es principalmente tonalítica, por lo que cumple la
homogeneidad del material parental, basándose en el criterio de que no
habría más tipos de litologías presentes en el afloramiento. En cuanto a la
naturaleza bimineral, si la composición de las rocas de la zona de estudio es
efectivamente tonalítica, significa que están compuestas principalmente de
cuarzo y plagioclasa de tipo andesina u oligoclasa. Por lo tanto, el modelo
puede ser aplicado modificando la reacción anterior a una de disolución de
andesina y formación de caolinita.

18
Ya que la meteorización está caracterizada por la disolución de albita a
caolinita, se evalúa la intensidad de la meteorización basándose en cuanta
albita ha sido disuelta en caolinita (alcance de la reacción) a través del perfil
de regolito. Debido a eso se utilizó el siguiente factor:
𝑄
𝜂 =1−
𝑄𝑅

Donde Q (en mol/m3) y QR son las concentraciones de albita en el


material meteorizado y el protolito, respectivamente. Si se asume una
meteorización isovolumétrica, podemos asumir que η es equivalente al CDF
(Brantley & Lebedeva, 2011). Así, el protolito, como no ha sufrido
meteorización, tendrá un valor η de 0 y el regolito será caracterizado como
la zona con 0 < η ≤ 1. Este factor, junto a la relación de concentraciones de
albita, cuarzo y caolinita fueron utilizadas para la caracterización del protolito
y el regolito perteneciente al perfil de meteorización.

Cabe resaltar, que en esta memoria el término meteorización


isovolumétrica corresponde a la meteorización que se caracterizada por la
conservación de la estructura de la roca parental en el regolito, es decir, no
ha habido rotación ni desplazamiento de cristales minerales a lo largo del
regolito. Este tipo de meteorización corresponde a lo contrario que ocurre en
el suelo, donde no se observa la estructura original de la roca madre, se
pueden llegar a diferenciar horizontes, incluso desarrollarse procesos de
iluviación, es decir transporte de minerales, tales como las arcillas, a niveles
distintos del suelo donde se formaron. El uso de meteorización
isovolumétrica, en el este sentido, ha sido asumido en varios trabajos donde
se estudia la formación de saprolito por meteorización (ej. Braun et al.,
2012).

El factor η puede ser utilizado en un gráfico de alcance de reacción


versus profundidad (Figura 8). La forma de los gráficos refleja distintas
condiciones en las cuales se desarrolla la meteorización química. Entre estas
condiciones se encuentra la tasa de erosión. Mientras mayor es la tasa de
erosión, mayor será la fracción mineral que permanece intacta en superficie,
y así el perfil presentará una mayor pendiente. Al contrario, a tasas de
erosión más bajas, se obtendrán curvas más horizontales.

19
Figura 8: Ejemplo de un perfil de disolución de albita. El eje horizontal muestra el valor de η, el
coeficiente de avance de la reacción, que indica la fracción de mineral que se ha meteorizado, según la
profundidad en el eje vertical. Cuando el valor de η es 0 la roca no ha sido meteorizada, mientras que
si es 1 ha sido completamente empobrecida en este mineral en particular. Las curvas azules muestran
los perfiles para un caso en que el transporte químico es realizado sólo por difusión en condiciones de
erosión significativa. Si la erosión es dominante en el sistema (E>0,0075 mka⁻ ¹) el perfil no se
alcanza a desarrollar: parte del mineral alcanza la superficie, y posteriormente es erosionado (régimen
limitado por meteorización). Mientras mayor es la tasa de erosión, mayor será la fracción mineral que
permanece intacta en superficie, y el perfil presenta una mayor pendiente. Si se está en un régimen en
transición (E=0.004 m ka⁻ ¹) el perfil se desarrolla por completo, aunque queda un residuo de mineral
en el regolito; mientras que si el régimen está limitado por el transporte, el regolito se encuentra casi
completamente empobrecido en el mineral, adoptando una geometría horizontal. Imagen extraída de
Brantley & Lebedeva, 2011.

Si la erosión es lo suficientemente significativa, será capaz de


compensar a la meteorización química y se alcanzará un estado de equilibrio
dinámico, con lo que el espesor de regolito será constante. De acuerdo a las
condiciones de meteorización y erosión del sistema, el modelo predice tres
posibles regímenes al alcanzarse este estado de equilibrio dinámico entre
ambos fenómenos. Cuando la tasa de erosión es baja en comparación a la
cinética de reacción de la albita, se llega a un régimen limitado por
transporte o también llamado limitado por erosión, caracterizado por un
perfil de disolución sub-horizontal en un regolito que alcanza espesores
considerables y se encuentra prácticamente por completo empobrecido en
albita. Con una tasa de erosión mayor, el regolito es más delgado y su
composición mineral presenta tanto caolinita como albita, aunque esta es
totalmente disuelta antes de alcanzar la superficie, configurando un “régimen
de transición o mixto”. Si la erosión es aún mayor, ésta domina el sistema, y
se llega a un régimen limitado por la meteorización, donde queda un
remanente de albita incluso en la superficie del regolito. Si la erosión es muy
baja, no habrá fenómeno que compense la meteorización química, el espesor
de suelo aumentará sin conseguir un estado de equilibrio. Cada régimen
puede indicar cualitativamente las tasas de erosión, pero también puede
reflejar otras condiciones como precipitación.
20
3. Antecedentes Geológicos

3.1 Marco Geológico

La geología de la zona de estudio comprende básicamente


afloramientos de plutones tonalíticos a granodioríticos que intruyen rocas
estratificadas del Jurásico y Cretácico. Estas rocas están cubiertas por
depósitos cuaternarios coluviales y fluviales.

3.1.1 Depósitos no consolidados

3.1.1.1 Depósitos Coluviales (Holoceno)

Sedimentos no consolidados, ubicados en las cabeceras de las


quebradas; comprenden principalmente depósitos gravitacionales
correspondientes a flujos en masa, matriz-soportados, de muy mala
selección granulométrica, que pueden incluir desde bloques hasta arcillas,
interdigitados con lentes de arenas y gravas generados por pequeños cursos
de agua, permanentes o esporádicos (Gana et al., 1996).

3.1.1.2 Depósitos Aluviales (Holoceno)

Sedimentos no consolidados, ubicados en zonas de llanura;


comprenden principalmente depósitos fluviales con depósitos gravitacionales
interdigitados (flujos de barro, flujos de detritos), compuestos por gravas,
arenas y limos (Gana et al., 1996).

3.1.1.3 Depósitos Fluviales (Holoceno)

Sedimentos no consolidados que conforman terrazas, compuestos por


gravas, arenas y limos, ubicadas a alturas de 3-30 m con respecto al curso
fluvial actual (Gana et al., 1996).

21
3.1.1.4 Ignimbrita Pudahuel (Pleistoceno Superior)

Depósito de flujo piroclástico de ceniza y lapilli pumíceo, de


composición riolítica, de amplia distribución en la Depresión Central y que en
el área se reconoce en el valle del estero Puangue, al sur de Curacaví, donde
alcanza una potencia máxima observada de 3-4 m. La Ignimbrita Pudahuel
cubre depósitos aluviales del valle y, a su vez, ha sido disectada por los
cursos fluviales de los esteros Puangue y Améstica, estando cubierta por sus
depósitos y por conos coluviales (Gana et al., 1996).

3.1.1.5 Terrazas de abrasión (Plioceno(?)-Pleistoceno)

Unidades morfológicas de erosión marina, labradas sobre intrusivos


paleozoicos y jurásicos y formaciones sedimentarias terciarias, preservadas
en la zona costera, a cotas variables entre los 40 y 550 m s.n.m. Dentro de
este grupo se incluyen terrazas de abrasión sin cubierta sedimentaria,
terrazas con una cubierta de arenas cuarzosas, posiblemente marinas, y
terrazas con cubierta aluvial (Gana et al., 1996).

3.1.2 Rocas Estratificadas

3.1.2.1 Formación Veta Negra (Cretácico)

Unidad volcánica andesítica con intercalaciones sedimentarias


continentales, dispuesta concordantemente sobre la Formación Lo Prado. No
posee techo expuesto en el área del mapa; su potencia máxima en el área es
de aproximadamente 3.000 m. Está intruida por rocas plutónicas del
Cretácico Superior, de 91-96 Ma (Albiano-Cenomaniano). La Formación Veta
Negra subyace hacia el este a la Formación Las Chilcas (Thomas, 1958),
cuyos niveles medios calcáreos son atribuidos al Albiano (Martínez-Pardo et
al., 1994; área de Polpaico).

3.1.2.2 Formación Lo Prado (Cretácico)

Unidad sedimentaria esencialmente marina, con intercalaciones


volcánicas, constituida por calizas, lutitas y areniscas calcáreas fosilíferas,
areniscas, brechas y conglomerados, lavas, lavas brechosas y tobas de
22
composición andesítica a riolítica. Se dispone en aparente concordancia sobre
rocas jurásicas de la Formación Horqueta; subyace concordantemente a la
Formación Veta Negra. De norte a sur, la potencia varía entre los 3.600 y
4.700 m, a medida que aumentan los depósitos volcánicos (Gana et al.,
1996).

3.1.2.3 Formación Cerro Calera (Jurásico)

Secuencia predominantemente sedimentaria marina y transicional,


constituida por limolitas y areniscas calcáreas, areniscas y conglomerados
volcanoclásticos e intercalaciones de tobas. Sobreyace concordantemente a
la Formación Ajial e infrayace, también con concordancia a la Formación
Horqueta; su potencia se estima en aproximadamente 860 m (Gana et al.,
1996).

3.1.2.4 Formación Horqueta (Jurásico)

Secuencia predominantemente volcánica con intercalaciones


sedimentarias continentales. Está constituida por tobas, lavas andesíticas a
riolíticas, areniscas y conglomerados volcanoclásticos de color pardo rojizo
de ambiente aluvial. Sobreyace concordantemente a la Formación Cerro
Calera e infrayace en aparente concordancia a la Formación Lo Prado,
alcanzando potencias estimadas de 2.500-3.000 m. La Formación Horqueta
se encuentra intruida por granitoides jurásicos y cretácicos, con el desarrollo
de zonas de metamorfismo de contacto relacionado, principalmente, a
intrusivos cretácicos (Gana et al., 1996).

3.1.2.5 Formación Ajial (Jurásico)

Lavas andesíticas y tobas con intercalaciones de areniscas y lutitas de


ambiente esencialmente continental. Cubierta en concordancia por la
Formación Cerro Calera y sin base expuesta; gran parte de esta unidad se
encuentra afectada por metamorfismo de contacto, causado por intrusivos
jurásicos (Gana et al., 1996).

23
3.1.3 Intrusivos

3.1.3.1 Plutones del Cretácico

Entre estos plutones se encuentran las unidades Chalinga y Limahuida


(Parada et al., 1988). El primero consiste en tonalitas de grano medio y
granodioritas con hornblenda y biotita ± clinopiroxeno, y la segunda unidad
contiene leucodioritas y trondhjemitas con plagioclasa, cuarzo y pequeñas
cantidades de ortoclasa, clinopiroxeno y hornblenda. Posee enclaves máficos
de escala centimétrica que tienen ocurrencia moderada (Parada et al., 1999).
Estas rocas intruyen estratos del Jurásico y Cretácico Inferior y a plutones
del Jurásico, formando zonas de enclaves magmáticos y de alteración
hidrotermal (Gana et al., 1996).

3.1.3.2 Plutones del Jurásico

Entre estas rocas se encuentran las unidades Cachagua (dioritas) y


Limache (tonalitas-granodioritas) (Parada, 1992). Los intrusivos que afloran
en el sector de Curacaví corresponden la unidad intrusiva Limache (Gana &
Tosdal, 1996). Esta unidad intrusiva está compuesta principalmente por
plutones tonalíticos y granodioríticos de anfíbola-biotita, con monzogranitos
subordinados, de composición calcoalcalina de potasio intermedio,
metaluminosa. Estas rocas intruyen a la Formación Ajial y Horqueta del
Jurásico. Por lo general, estas rocas contienen inclusiones máficas orientadas
paralelamente a la foliación sinplutónica de minerales. También se reconocen
cuerpos tabulares a irregulares de dimensiones menores de leucogranitos
aplíticos y pegmatitas que intruyen a las granodioritas y tonalitas (Parada,
1992). Los afloramientos de la unidad Limache se distribuyen en forma
continua por 55 kms en dirección nor-noroeste, entre las localidades de
Quilpué y Curacaví, y como plutones aislados al sur de esta última (Figura 9)
(Gana & Tosdal, 1996). Esta unidad ha sido datada en 165 Ma (Gana, 1991).
Estas rocas hospedan mineralización vetiforme de oro (minas Anita de
Tapihue, San Lorenzo, Alaska), oro-cobre (minas Charlotte, Los Capachos) y
cobre (Mina Estrella), fierro-oro (Mina El Litre) en forma subordinada (Gana
et al., 1996).

3.1.3.3 Plutones del Carbonífero

Tonalitas y granodioritas y monzogranitos de anfíbola-biotita,


sienogranitos y granitos de microclina. Rocas de grano grueso a medio, color
24
gris medio verdoso, con inclusiones dioríticas a diorítica cuarcíferas. Son
rocas calcoalcalinas, con 65-80% SiO2, metaluminosas a peraluminosas, tipo
I principalmente, y tipo S en menor proporción. Están intruidos por diques
básicos foliados y por plutones del Jurásico, con formación de zonas de
enclaves magmáticos (Gana et al., 1996).

25
Figura 9: Marco geológico de Curacaví y zonas cercanas. Modificado de Gana et al., 1996.

26
3.2 Unidades Geomorfológicas

3.2.1 Cordillera de la Costa

La Cordillera de la Costa es la unidad donde se encuentra la zona de


estudio. Presenta un ancho de 72,78 km en el río Aconcagua y se angosta
hacia el sur hasta los 55,35 km en el río Maipo. De acuerdo a sus
características estructurales y geomorfológicas, puede dividirse en dos
dominios de orientación NS. La Cordillera de la Costa occidental presenta
un relieve maduro y varios niveles de terrazas de abrasión marinas, cuya
altura varía entre los 100 y 500 m.s.n.m. Está constituido por rocas del
basamento plutónico-metamórfico de edad paleozoica-jurásica media,
escasos remanentes de rocas sedimentarias del Cretácico Superior-
Paleógeno y enclaves metamorfizados de la base de la secuencia jurásica
(Gana et al., 1996; Wall et al., 1996). La Cordillera de la Costa oriental
se caracteriza por ser un relieve erosionado, abrupto y montañoso con
altitudes de hasta 2000 m.s.n.m. (Gana et al., 1996; Wall et al., 1996). Está
formada por rocas intrusivas del batolito cretácico, en parte jurásico, y
secuencias volcano-sedimentarias del Jurásico al Cretácico Inferior
(formaciones Ajial, Cerro Calera, Horqueta, Lo Prado y Veta Negra). En
particular, en la zona de estudio esta subunidad es cortada en dirección NS
por el valle formado por el estero Puangue con un ancho de
aproximadamente 3 km.

3.2.2 Depresión Central

Se ubica al este de la Cordillera de la Costa y al oeste de la Cordillera


Principal. Presenta un ancho de 24 km en el río Aconcagua y se ensancha
hasta aproximadamente 42 km en el río Maipo. La Depresión Central es una
cuenca elongada con altitudes que fluctúan entre 300 y 500 m.s.n.m. y
rellena por depósitos aluviales Pleistocenos a Holocenos principalmente, que
localmente superan los 500 m de espesor (Thiele, 1980, Araneda et al.,
2000, Rauld, 2002).

3.2.3 Cordillera Principal

Ubicada al este de la Depresión Central y limitando con Argentina al


oeste presenta un ancho de aproximadamente 48 km. Es en esta unidad
27
donde se encuentra el actual arco magmático y volcánico (Charrier et al.,
2007) y este alcanza su máxima altitud en esta zona en el volcán Tupungato,
con 6570 m.s.n.m.

Figura 10: Unidades geomorfológicas definidas en el área de estudio. Imagen modificada de Fock
(2005).

28
3.3 Evolución Geomorfológica

En Farías (2007) se plantea un modelo erosivo en respuesta al


alzamiento relativo de la Cordillera Principal respecto a las unidades
morfoestructurales más occidentales, que formaría la Depresión Central y
conservaría la Corillera de la Costa producto de una erosión diferencial
(Figura 11).
Como condiciones preliminares, se plantea la existencia de dos bloques
iniciales de peneplanicies alzadas producto de la configuración regional de la
Cordillera de la Costa y Principal. Todo esto contextualizado en una etapa
inicial de alzamiento posterior a los ~22 Ma (Figura 11a).
En respuesta a esta nueva configuración, se genera el desarrollo de la
red de drenaje con el avance de los knickpoints río arriba, desde el occidente
hacia el oriente (Figura 11b). Afluentes ubicados en la cordillera principal
continúan sin problemas su avance mientras que algunos knickpoints de la
cordillera de la costa no pueden progresar producto del retardo generado por
las litologias intrusivas más resistentes (Figura 11c). Los knickpoints de ríos
mayores que labran rocas de menor resistencia avanzan con mayor velocidad
hacia la parte oriental, provocando que estos ríos capten afluentes laterales
que no pueden continuar su descarga por el retraso del avance de sus
knickpoints (Figura 11d). Esto produce el crecimiento lateral de la red de
drenaje más rápida y el abandono de las redes capturadas (Figura 11e). La
migración de la erosión desde la costa a la Cordillera Principal se estima en 2
Ma.
Posteriormente, se genera un nuevo alzamiento tectónico,
posiblemente en el pleistoceno, asociado al borde costero y encargado de
generar as terrazas marinas de la zona. Este nuevo ordenamiento ocasionó
el bloqueo de la desembocadura de los ríos principales lo cual, ayudado por
un aumento en la carga sedimentaria proveniente de la erosión de la
Cordillera Principal y el inicio de glaciaciones montañosas del plioceno
superior, permitió el mayor ingreso y acumulación de depósitos
sedimentarios y volcánicos en la Depresión Central (Figura 11f).

29
Figura 11: (Extracto de Farías (2007)) Modelo de evolución de la Depresión Central. (a) Condiciones
iniciales dadas por el alzamiento regional de superficie. (b) Respuesta inmediata de la erosión
formando empinados knickpoints separados uno de otro a la misma distancia en los ambos ríos
mayores. (c) Retención del knickpoint a su arribo a los afloramientos de cuerpos graníticos y rápido
retroceso en litologías menos resistentes. (d). Crecimiento de la red de drenaje del río cuyo knickpoint
retrocede más rápido e inicio de capturas. (e) Captura del río principal y abandono de la red cuyo
knickpoint está retenido por los cuerpos graníticos. (f) Alzamiento del borde costero que induce la
acumulación sedimentaria, y mayor ingreso de sedimentos en la depresión debido a la mayor erosión
en la Cordillera Principal e inicio de las glaciaciones montañosas.

30
4 Resultados

4.1 Aspectos generales

El afloramiento estudiado exponía alrededor de 30 m de regolito, del


cual sus 20 cm superiores correspondían a suelo. La parte inferior
correspondía a regolito con muy baja competencia y fácilmente disgregable
con los dedos. Consistía en un macizo rocoso muy fracturado con piezas
angulares y redondeadas pobremente interconectadas. Sin embargo,
mantenía la textura y la estructura de su roca parental, por lo que el regolito
de la zona de estudio puede ser considerado como saprolito. La roca del
perfil y de los alrededores mostró ser de composición tonalítica o
granodiorítica y en ciertas zonas se observaron pátinas de minerales
oxidados de cobre (Figura 12). Se obtuvo una densidad de 2,74 g/cm3 para
el protolito.

Figura 12: Pátina de oxidados de cobre en bloque procendente del protolito en la zona de estudio.

31
4.2 Petrografía

Los análisis de petrografía fueron realizados para roca parental, roca


en el halo de meteorización esferoidal y saprolito. La roca parental presentó
una mineralogía primaria compuesta, en orden de abundancia, de
plagioclasa, cuarzo, hornblenda, biotita y feldespato potásico. Los cristales
de feldespato potásico no se observaron en una abundancia mayor al 10%
en porcentaje relativo con plagioclasa y cuarzo, lo que califica
mineralógicamente a la roca como tonalita. Los cristales de plagioclasa se
observaban euhedrales a subhedrales y algunos de ellos mostraron una
incipiente alteración a arcillas (Figura 13A), al igual que algunos cristales de
feldespato potásico. Los cristales de cuarzo se observaron anhedrales y casi
completamente limpios. Los cristales de hornblenda poseían una apariencia
subhedral y no se observaron signos de alteración. En cuanto a los cristales
de biotita, estos se mostraron subhedrales y muchos se encontraban
alterados por clorita parcial o totalmente. La biotita con alteración parcial
presentó clorita entre los planos de exfoliación de la biotita, mostrándose
ambos minerales intercrecidos (Figura 13B). Los cristales de biotita
totalmente alterados, se observaron como cúmulos de clorita de hasta 3 mm.
Como minerales accesorios se observaron circones como inclusiones en los
cristales de biotita.

32
Figura 13: Fotografías de láminas delgada observadas por microscopio óptico de muestra de protolito
(SR4) de la zona de estudio. A) Fotografía a nicoles paralelos (arriba) y cruzados (abajo) de la
mineralogía general de protolito. Nótese la presencia de algunos cristales de plagioclasa con alteración
incipiente a filosilicatos. B) Fotografía a nicoles paralelos donde se observa un cristal de biotita
alterado a clorita y la presencia de intercalación entre estos dos minerales. Leyenda: Bt: Biotita, Chl:
Clorita, Hbn: Hornblenda, Pl: Plagioclasa, Qz: Cuarzo.

La mineralogía en el halo de meteorización esferoidal y en el saprolito


mostró una mineralogía similar, con la diferencia que en el saprolito, los
feldespatos poseían una alteración a arcillas tal que no eran reconocibles y
varios cristales de cuarzo se observaron con un aspecto sucio. De cualquier
manera, en ambas se observó una alteración a arcillas más intensa en
plagioclasas y los cristales de cuarzo no se observaron tan limpios como en
la roca parental (Figura 14A). A diferencia de la mineralogía del protolito, los
cristales de hornblenda poseían una apariencia más fragmentada y
mostraban signos incipientes de alteración. A diferencia de la hornblenda, la
biotita se mostraba fragmentada, pero la alteración no era tan evidente
como en la hornblenda. Una característica notable de las muestras
meteorizadas, fue la ausencia de clorita, ya sea entre los planos de
exfoliación de la biotita o no (Figura 14B).

33
Figura 14: Fotografías de microscopio óptico de las muestras de roca meteorizada de la zona de
muestreo. A) Fotografía a nicoles paralelos (arriba) y cruzados (abajo) de la muestra de meteorización
esferoidal (CUR5). Nótese el disgregamiento de los minerales presentes y la alteración de las
plagioclasas a arcillas. B) Fotografía a nícoles paralelos (arriba) y cruzados (abajo) de la muestra de
saprolito (H4). Nótese el mayor disgregamiento de los cristales, el mayor grado de alteración de las
plagioclasas y la ausencia de clorita en los intersticios de los planos de la biotita. Leyenda: Bt: Biotita,
Hbn: Hornblenda, Pl: Plagioclasa, Qz: Cuarzo.

4.3 XRF

La Tabla 5 muestra las concentraciones de elementos mayores y trazas


obtenidas a partir de los análisis de XRF de saprolito y de las muestras de
roca fresca obtenidas de la zona de estudio en Curacaví. En las Figura 15,
Figura 16, Figura 17 se presentan los perfiles de profundidad para elementos
seleccionados: potencialmente móviles como alcalinos (Na, K, Rb), alcalinos
térreos (Ca, Mg, Sr, Ba), sensibles a procesos redox (V, Fe, Mn), Si, Ga y Al,
metales pesados (Co, Cu, Zn, Ni) y potencialmente inmóviles (Zr, Y, Ti).
34
Se puede observar que entre los elementos alcalinos (Figura 15A), el
Na mostró una tendencia general de empobrecimiento en casi todo el perfil,
aunque no muy evidente, con una tendencia más marcada entre los 33 y 28
m y entre los 9 m y la superficie. Esto a diferencia de los otros alcalinos, K y
Rb, en los que se observaron comportamientos similares, con una tendencia
de empobrecimiento entre los 33 y 23 m e inclinadas más hacia un trend de
enriquecimiento entre los 23 m y superficie. En cuanto a los alcalinos térreos
(Figura 15B), el Ca, Mg y Sr presentaron comportamientos similares, con un
trend de enriquecimiento entre los 33 y 27 m aproximadamente para pasar a
una ligera tendencia de empobrecimiento entre los 27 m y la superficie. De
manera distinta, el Ba, mostró una tendencia de empobrecimiento excepto
entre los 22 y 14 m, donde se observó un trend de enriquecimiento. Los
elementos sensibles a procesos de óxido-reducción (Figura 16A), Fe y Mn
mostraron comportamientos similares con un trend general de ligero
enriquecimiento que se acentúa más entre los 33 y 23.8 m y algunas
acentuaciones locales, como los peaks de enriquecimiento observados en
15.5 y 10.7 m. En los elementos Si y Al se observó un perfil sin tendencias
claras, manteniendo sus concentraciones a lo largo del perfil (Figura 16B).
De manera similar, solo que con un comportamiento más errático, el Ga se
mantuvo sin tendencia clara a lo largo del perfil. Entre los metales pesados
(Figura 17A), el Cu y Co mostraron un comportamiento bastante errático,
pero similar en gran parte del perfil, con marcadas tendencias de
empobrecimiento entre los 26 y 22 m y 15 m hasta superficie y una marcado
trend de enriquecimiento entre los 22 y 15 m para el Cu. Tendencias
similares se observaron en el Ni y el Zn, pero más moderadas y menos
erráticas. Entre los elementos presumiblemente inmóviles (Figura 17B), el Ti
se mostró de manera bastante constante a lo largo del perfil, con ligeras
tendencias locales de enriquecimiento. En el Zr se observó un ligero trend
general de empobrecimiento a excepción de los niveles entre 33 y 29 m y
entre 5 m y superficie donde se observó enriquecimiento. El Y no mostró una
tendencia general obvia y se presentó una dispersión similar al Zr a lo largo
del perfil, con un trend general de empobrecimiento entre los 33 y 15 m y
otro con ligero enriquecimiento entre los 15 m y superficie.

35
Tabla 5: Concentración de elementos mayores y traza en el saprolito y protolito de la zona de estudio.

36
Figura 15: Perfil a profundidad de los elementos obtenidos por XRF para el saprolito y protolito de la
zona de estudio. El límite del protolito y saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la
profundidad a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el promedio de las
muestras de roca fresca. A) Gráfico del perfil para elementos alcalinos. B) Perfil para elementos
alcalinos térreos.

37
Figura 16: Perfil a profundidad de los elementos obtenidos por XRF para el saprolito y protolito de la
zona de estudio. El límite del protolito y saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la
profundidad a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el promedio de las
muestras de roca fresca. A) Gráfico del perfil para elementos sensibles a procesos redox. B) Perfil para
Si, Al y Ga. Nota: Las zonas sin puntos ni líneas indican una concentración del elemento no detectada.
38
Figura 17: Perfil a profundidad de los elementos obtenidos por XRF para el saprolito y protolito de la
zona de estudio. El límite del protolito y saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la
profundidad a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el promedio de las
muestras de roca fresca. A) Gráfico del perfil para metales pesados. B) Perfil para elementos
potencialmente inmóviles. Nota: Las zonas sin puntos ni líneas indican una concentración del elemento
no detectada.

39
4.4 XRD

Los análisis de XRD indicaron la presencia de plagioclasa, cuarzo,


feldespato potásico, hornblenda y biotita tanto en la roca fresca como en las
muestras del perfil de saprolito (Figura 19). La fase mineral más abundante
es la plagioclasa, formando hasta 44% de las fases principales, el cuarzo le
sigue entre los minerales félsicos, desde 10 hasta 28%. El mineral máfico
más abundante mostró ser la hornblenda, desde 13 a 30%. Menormente,
con una abundancia menor al 10% se encontraba el feldespato potásico, lo
que concuerda con los otros análisis y califica a la roca como una tonalita. La
biotita mostró ser la segunda fase máfica, con una abundancia menor al 20%
Como mineral secundario, en el protolito se detectó la presencia de clorita
con una abundancia de 6%. Menormente se detectó vermiculita en el
saprolito con una abundancia de 3% y llegando a un máximo de 6%. El
saprolito se caracterizó por la presencia de caolinita, que presentó una
abundancia de hasta 18% (Tabla 6). Entre los 33 y 26 m, se observa un
patrón de zig-zag para la caolinita, el cual se repite entre los 7 m y
superficie. Se observó en los datos un aumento en el porcentaje relativo de
caolinita hacia muestras cada vez más superficiales y una disminución en el
de la plagioclasa, mientras que otras fases como el cuarzo y la hornblenda
tendieron a mantener sus proporciones (Figura 18).

40
Tabla 6: Abundancia relativa de las principales fases minerales identificadas con XRD para el saprolito
y protolito de la zona de estudio.

Feldespato
Profundidad Cuarzo Plagioclasa Hornblenda Biotita Caolinita Vermiculita Clorita
Muestra potásico
(m) (%) (%) (%) (%) (%) (%) (%)
(%)
29.8 0 17 26 4 18 17 15 2 0
H8 2.3 17 36 3 27 5 9 4 0
H7 4.8 17 37 3 21 4 18 1 0
H6 6.8 22 29 3 23 10 10 3 0
H5 9.1 20 29 5 21 9 14 3 0
H4 10.7 17 31 3 18 16 11 3 0
H3 12.9 14 29 6 24 17 8 2 0
H2 14.3 12 43 3 24 5 11 2 0
H1 15.5 14 39 6 13 11 12 4 0
D10 18.8 15 30 5 22 16 11 1 0
D9 20.5 23 31 6 21 9 9 2 0
D8 22.3 20 41 2 20 10 7 1 0
D7 23.8 15 34 5 18 13 9 6 0
D6 25.1 14 37 9 19 10 8 3 0
D5 26.8 24 35 9 12 14 4 2 0
D4 28.3 15 33 6 24 9 9 3 0
D3 29.8 27 35 2 26 5 1 3 0
D2 31.7 10 37 4 30 9 8 1 0
D1 33.3 17 33 3 26 14 4 2 0
SR-5 19 37 7 24 8 0 0 6

41
Figura 18: Profundidad versus abundancia de las principales fases minerales en porcentajes relativos
vs profundidad en el perfil de saprolito. Leyenda: Qz-Cuarzo; Pl-Plagioclasa; Hbn-Hornblenda; Kln-
Caolinita. Se puede observar que mientras la caolinita aumenta su concentración hacia superficie, la
plagioclasa disminuye. Esto con una tendencia de ligera disminución entre cuarzo y hornblenda.

42
Figura 19: Difractogramas realizados mediante XRD para roca fresca (A) y saprolito (B) de la zona de
estudio. Leyenda: Qz-Cuarzo; Pl-Plagioclasa; Bt-Biotita; Kfs-Feldespato potásico; Hbn-Hornblenda;
Kln-Caolinita; Vrm-Vermiculita.

43
4.5 SEM

Los análisis realizados por SEM indicaron, con la ayuda de análisis


puntual de EDS, la presencia de cuarzo, plagioclasa, feldespato potásico,
hornblenda, biotita, apatito y circón como minerales primarios. Las muestras
del protolito mostraron, como era de esperar, granos limpios, bastante
menos disgregados que las muestras meteorizadas. El cuarzo se presentó
limpio y casi sin presencia de fracturas (Figura 20B). Los cristales de
plagioclasa mostraron pocas cavidades y fracturas sin mucha presencia de
minerales de alteración. El feldespato potásico se presentó, además de
algunos cristales aislados, como cristales y zonas de textura pertítica dentro
de cristales de plagioclasa y, al igual que esta, no mostró signos evidentes
de alteración (Figura 20A). En cuanto a los cristales de biotita, se observaron
completos, pero con presencia de clorita en los planos de exfoliación.
Además, se observaron rastros de “quemaduras” de circones como
inclusiones en los cristales de biotita (Figura 20B).

La muestra del halo de meteorización esferoidal mostró signos


evidentes de disgregación, sobre todo en los cristales de feldespatos. Los
cristales de plagioclasa mostraron poseer una química de oligoclasa y se
observó mayor cantidad de cavidades que en la muestra de roca fresca.
Dentro de los cristales de plagioclasa, se advirtió la presencia de zonas de
plagioclasa más cálcica además de las zonas de feldespato potásico
observadas en la muestra de protolito (Figura 21A). Los cristales de biotita
se mostraron menos disgregados que los feldespatos y sin texturas
morfológicas de alteración, aunque químicamente se detectó la presencia de
calcio en algunos cristales. Lo más notable fue la ausencia de clorita entre los
planos de exfoliación de la biotita (Figura 21B).

La muestra perteneciente al saprolito mostró un nivel de


disgregamiento más alto que las muestras anteriores y mayores signos de
alteración en los minerales, sobre todo en los feldespatos. El cuarzo se
mostró limpio como en las muestras anteriores pero con gran cantidad de
fracturas en los bordes de los cristales (Figura 22A). La plagioclasa y el
feldespato potásico, además de lo observado en las muestras anteriores,
mostraron un mayor nivel de fracturamiento y cavidades, sobre todo a lo
largo de los planos de clivaje (Figura 22A y B). El análisis puntual de EDS
indicó la presencia de caolinita en los bordes de cristales de feldespato
potásico y en cavidades de plagioclasa (Figura 23A). La biotita se observó

44
con mayor disgregación pero sin cambios morfológicos importantes. Al igual
que la muestra de meteorización esferoidal, los cristales de biotita mostraron
presencia de Ca y no se observó intercrecimiento con clorita (Figura 23B).

Figura 20: Fotografías de SEM de la muestra de protolito (SR4). A) Fotografía de plagioclasa y


feldespato potásico. Nótese que el feldespato potásico se presenta como una zona de intercrecimiento
con la plagioclasa. B) Fotografía de biotita y clorita. Se puede observar cómo la clorita ha crecido en
los intersticios de los planos de la biotita, produciendo una intercalación de patrones de retrodispersión
claros y oscuros. Leyenda: Bt: Biotita, Kfs: Feldespato potásico, Pg: Plagioclasa, Qtz: Cuarzo.
45
Figura 21: Fotografías de SEM de la muestra de meteorización esferoidal (CUR5) con análisis puntuales
de EDS. A) Fotografía de plagioclasa, que se muestra con el tono de gris más oscuro y en Spectrum 2
se indica su química. Nótese que presenta áreas más claras (Spectrum 1), donde hay plagioclasa más
cálcica y áreas de un gris intermedio (Spectrum 3) donde hay feldespato potásico. B) Fotografía de
biotita con su química indicada en Spectrum 1. Nótese que sus planos presentan mayor apertura que
en el protolito, pero no presenta minerales de alteración en estos planos. Aún así se puede advertir la
presencia de Ca. Leyenda: Bt: Biotita, Kfs: Feldespato potásico, Pl: Plagioclasa, Pg(Ca): Plagioclasa
cálcica.

46
Figura 22: Fotografías obtenidas por SEM de la muestra de saprolito (H4). A) A la izquierda se puede
observar un cristal de cuarzo, sin signos claros de alteración pero con abundancia de fracturas en los
bordes del cristal. A la derecha puede observarse un cristal de feldespato potásico, con abundancia de
cavidades y fracturas, siendo estas características en su mayoría paralelas a los planos de clivaje. B)
Cristal de plagioclasa con fracturas y cavidades alineadas a los planos de clivaje como en el feldespato
potásico de la imagen (A).
47
Figura 23: Fotografías obtenidas por SEM de la muestra de saprolito (H4) con análisis puntuales de
EDS. A) Fotografía de plagioclasa, que se muestra con el tono de gris más oscuro con feldespato
potásico, de gris más claro. Nótese que el cristal observado en Spectrum 1 posee bordes más oscuros
y el EDS indica mayor concentración de Al, indicando la presencia de feldespato potásico y caolinita. En
Spectrum 2 se analiza la química de una cavidad en la plagioclasa y se obtiene alta concentración de
Al, indicando la presencia de albita y caolinita. B) Fotografía de biotita con su química indicada en
Spectrum 1 y 2. Nótese que sus planos presentan mayor apertura que en el protolito, pero no presenta
minerales de alteración en estos planos. Aún así se puede advertir la presencia de Ca. Leyenda: Bt:
Biotita, Kln: Caolinita, Kfs: Feldespato potásico, Pl: Plagioclasa, Pg(Ca): Plagioclasa cálcica.

48
5 Discusión

5.1 Consideraciones para el balance de masas

Para estimar el empobrecimiento químico de las especies presentes en


las muestras de saprolito se utilizó el coeficiente de transferencia de masa.
Del coeficiente de transferencia de masa (τj) de un elemento j móvil
particular puede obtenerse el empobrecimiento del elemento j respecto al
elemento inmóvil seleccionado (Brimhall & Dietrich 1987, Anderson et al.,
2002). El cálculo de τj se realiza como se muestra en la siguiente ecuación:

𝐶𝑗,𝑤 𝐶𝑖,𝑝
𝜏𝑗 = −1
𝐶𝑗,𝑝 𝐶𝑖,𝑤

Las concentraciones en el saprolito y en el protolito del elemento j al


que se le calcula τj están denotados como Cj,w y Cj,p, respectivamente. Ci,w y
Ci,p son las concentraciones en el saprolito y en el protolito, respectivamente,
del elemento inmóvil con el que se hace el cálculo.

Debido a que el protolito no afloraba directamente bajo la roca


meteorizada, se obtuvo su composición promediando la química de muestras
de roca fresca obtenidas en las cercanías del área de estudio. En la Tabla 5
se observa la química de las 7 muestras de roca fresca obtenidas para
obtener la química promedio del material parental. La muestra SR6 fue
descartada para este cálculo debido a que presentaba una dispersión
notablemente mayor que las otras muestras respecto al promedio obtenido y
su integración al cálculo del promedio del material parental implicaba rangos
de variabilidad mayores que dificultaron la metodología de análisis. Esta
dispersión se observó especialmente acentuada para los elementos Zr y Ba,
donde para estos elementos presentó una concentración de más del doble
respecto a las otras muestras. También presentó una dispersión apreciable
para los elementos Mg, K, Fe, Ca y menormente para el Si. De esta manera
se consideró a esta muestra como una heterogeneidad menor en la
composición del protolito.

49
5.2 Selección del elemento inmóvil

El análisis geoquímico de las muestras de la zona de estudio detectó


dos elementos de transición altamente cargados y potencialmente inertes, el
Ti y el Zr. Además de estos elementos, se consideró el Y como elemento
potencialmente inmóvil (ej. Riebe et al., 2003). Otros elementos que se
utilizan como inertes, el Hf, Th y Nb (ej. Braun et al., 2012) presentaron
concentraciones bajo el límite de detección y, por lo tanto, sus
concentraciones no pudieron ser medidas. Para la selección del elemento
inmóvil, se utilizó el elemento con el comportamiento más inmóvil a lo largo
del perfil. Esto puede lograrse observando cuál de los elementos
potencialmente inertes posee la mayor tendencia de enriquecimiento hacia la
superficie del saprolito, ya que los elementos que son inmóviles durante la
meteorización química son enriquecidos mientras otros elementos son
removidos por disolución (Riebe et al., 2003). De acuerdo a los datos
geoquímicos, el elemento potencialmente inmóvil que mostró el mayor trend
de enriquecimiento fue el Ti. Además, en el Ti se observó la menor
dispersión en las muestras de saprolito, obteniendo una desviación estándar
correspondiente a aproximadamente 10% de su promedio, mientras que el Y
y Zr presentaron una dispersión del 17% y 18%, respectivamente.

Para los otros elementos potencialmente inmóviles, Zr e Y, en la Figura


24 se muestra el τj para esos elementos versus su profundidad. En ambos
elementos se observó un comportamiento similar, con la mayoría de los
datos situados en el lado negativo del coeficiente de transferencia de masa y
sólo cuatro datos en el lado de enriquecimiento y fuera del rango de error del
material parental. Esto resultó en tendencias de empobrecimiento
moderadas y con peaks de pérdidas de un 40% para el Zr y un 50% para el
Y. De esta manera se comprueba la inmovilidad comparativa del Ti respecto
a los otros elementos potencialmente inmóviles.

Obteniendo el elemento inmóvil seleccionado, es posible estimar el


cambio de densidad sufrido por la roca al ser transformada a saprolito
mediante el balance de masas. Una manera de estimar la densidad promedio
del saprolito es asumir su meteorización isovolumétrica (ej. Braun et al.,
2012). Si es así, el strain volumétrico del saprolito, εTi,w, es igual a 0 y
entonces ρsaprolito = ρprotolito(CrTi,protolito/CrTi,saprolito). De este modo, con la
densidad de protolito de 2,74 g/cm3, se obtuvo que la densidad promedio del
saprolito es de 2,46 g/cm3.

50
Figura 24: Coeficientes de transferencia de masa (τj,w) de otros elementos potencialmente inmóviles
(Zr e Y) versus profundidad. El rectángulo vertical de color rosa muestra la variabilidad de las
muestras de roca fresca analizadas; las muestras de saprolito que se ubican fuera de esta zona
claramente difieren en composición del material parental.

5.3 Transferencia de elementos químicos y alteración en


el perfil de saprolito

Al realizar el balance de masas utilizando el Ti como elemento inmóvil,


se obtuvo un CDF promedio de 10,3% en el saprolito de la zona de estudio,
llegando hasta un 26,9% en las muestras de los niveles superiores del perfil.
Esto indica que alrededor del 10% de la pérdida de masa en el sistema es
debido a la componente química de la denudación y que, por lo tanto, la
intensidad de la meteorización química es baja y predomina la erosión física
en el sistema (Riebe et al., 2003). El análisis de la meteorización química
también se realizó para elementos de forma particular. Ya que se asumió la
meteorización isovolumétrica del saprolito, se obtiene que CDFj=-τj, y que,
por lo tanto, un de τj -1 indica un CDFj de 100% para el elemento j. Las
tendencias de empobrecimiento o enriquecimiento de los elementos
observados son más evidentes cuando son normalizadas por el
enriquecimiento de Ti. La Figura 25 ilustra la movilidad de los elementos
mayores alcalinos y alcalinos térreos. Se puede observar que el Ca y Mg
51
(Figura 25A y B) presentan ambos un patrón similar de empobrecimiento, y
en los dos elementos se obtuvieron pérdidas de hasta un 35%. El Na (Figura
25C) mostró ser el elemento con mayor nivel de empobrecimiento, llegando
hasta alrededor de un 45% de pérdida del sistema. El K (Figura 25D) no
describió un claro trend y la mayoría de las muestras de saprolito registraron
una concentración de K dentro del rango de variabilidad del material
parental. Utilizando el software HSC Chemistry® en los datos arrojados por
EDS, se determinó que las plagioclasas de las muestras poseen una
composición de 81% albita y 19% anortita, lo que las califica como
oligoclasa. Bajo el mismo análisis se obtuvo que en las muestras de saprolito
este mineral presenta cavidades y zonas con disminución de Na y Ca y
aumento de Al, lo que indica alteración a caolinita, que llega hasta más de un
45% de plagioclasa disuelta en algunos EDS realizados (Figura 21A).
Considerando que los análisis de XRD arrojaron a este mineral como la fase
más abundante compuesta por Na y Ca en el sistema, puede inferirse que la
pérdida de Na y menormente Ca del saprolito es debido a la disolución de
placioclasa y precipitación de caolinita, la cual podría estar descrita bajo una
reacción como la siguiente (Ganor et al., 2007):

𝑁𝑎0.77 𝐶𝑎0.23 𝐴𝑙1.23 𝑆𝑖2.77 𝑂8 (𝑜𝑙𝑖𝑔𝑜𝑐𝑙𝑎𝑠𝑎) + 1.23𝐻 + + 3.695𝐻2 𝑂

→ 0.615𝐴𝑙2 𝑆𝑖2 𝑂5 (𝑂𝐻)4 (𝑐𝑎𝑜𝑙𝑖𝑛𝑖𝑡𝑎) + 1.54𝐻4 𝑆𝑖𝑂4 + 0.23𝐶𝑎+ + 0.77𝑁𝑎+

La reacción anterior podría explicar la pérdida de Na y parte de la


pérdida de Ca. Esto explica el comportamiento similar del Sr con el Ca, ya
que es conocido que el Sr sustituye al Ca en las plagioclasas (USGS, 2004).
Por lo tanto, la disolución de plagioclasa y la precipitación de caolinita en los
planos de clivaje y bordes de los granos de plagioclasa provocaría una
lixiviación de elementos como Na y Ca, y retendrían Al, aumentando su
concentración. Además, cabe destacar que la placioclasa de química más
cálcica es más susceptible de ser disuelta que las que contienen menos calcio
(Blum & Stillings, 1995), por lo tanto, esto podría explicar la temprana
aparición de cavidades en la plagioclasa; las zonas con mayor contenido de
anortita dentro de las oligoclasas (Figura 21A) habrían sido las primeras en
ser disueltas a caolinita. La pérdida de Na y Ca por alteración de plagioclasas
concuerda con la tendencia del Al a permanecer estable (Figura 16B), ya que
sería retenido en la fase de caolinita. Respecto a esto, el Si también
permanece constante a lo largo del perfil, esto sería debido a que la
plagioclasa no habría sido disuelta completamente hacia la superficie del

52
saprolito, por lo que no se habría llegado aún a las condiciones en las que el
cuarzo comienza a ser disuelto y por eso este mineral se presenta limpio y
solo con algunas fracturas en las muestras de saprolito (Figura 22A). La
estabilidad de las fases en las que se incorporan estos elementos explicarían
la similitud general en la tendencia del Ga con el Si y Al, al poder reemplazar
a estos elementos en fases sólidas. Por otro lado, es destacable la similitud
de comportamiento entre el Ca y Mg a lo largo del perfil (Figura 15B). Esto
puede indicar la alteración de la hornblenda a otros minerales comunes en la
meteorización, como la ya mencionada caolinita o la goethita (ej. Velbel,
1989). Otro elemento que puede estar relacionado con el Ca es el P (Figura
26), el cual posee un trend de empobrecimiento entre 33 y 25 m, similar al
del Ca y otro menor desde los 25 m hasta superficie; esto estaría relacionado
con la alteración de apatito, mineral que es inestable durante la
meteorización (Rice, 1973). Posee un peak muy enriquecido en los 15,5 m
que coincide con un peak menor del Ca, el cual podría significar una zona de
alta movilización y reprecipitación de P producto del cambio de condiciones.
En cuanto al K, el hecho de que las concentraciones en el saprolito se
mantengan dentro de los rangos de variabilidad del protolito, puede indicar
baja intensidad de alteración de feldespato potásico y biotita a caolinita, ya
que estas reacciones liberan K a la solución, de modo que una alta
meteorización química de estos minerales incidiría en un perfil de
empobrecimiento para el K. Otra posibilidad es que la biotita sea alterada a
illita con lo que el K sería integrado en la estructura de la illita. De cualquier
manera, la similitud entre los comportamientos del K, el Rb y también el Ba
a lo largo del perfil de saprolito (Figura 15A y B) indicaría que se debe a la
relativa estabilidad de la biotita y el feldespato potásico en el perfil, ya que
en ambas fases minerales el Ba y Rb actúan como reemplazos del K (USGS,
2004). Esto concuerda con lo visto en SEM para la biotita (Figura 23B), que
se presentó sin signos morfológicos de alteración, como intercrecimientos de
capas con menor coeficiente de retrodispersión o reemplazamientos
topotácticos, como texturas fanned-out o abanicadas, características de la
precipitación de minerales de arcilla entre los planos. En el protolito se
identificó clorita intercrecida entre sus planos (Figura 20B), pero este mineral
está ausente en las muestras de saprolito, lo que podría indicar que la clorita
es meteorizada a caolinita rápidamente en la zona entre saprolito y roca
fresca, zona que no fue muestreada (ej. Murphy et al., 1997). La vermiculita
identificada en los análisis de XRD puede indicar que parte de la clorita pudo
haberse alterado a este mineral (ej. Ducloux et al., 1976) o que una menor
parte de la biotita efectivamente se altera a vermiculita por una reacción
como la siguiente (Velde & Meunier, 2008):

53
𝑏𝑖𝑜𝑡𝑖𝑡𝑎 + 𝐻2 𝑂 → 𝑣𝑒𝑟𝑚𝑖𝑐𝑢𝑙𝑖𝑡𝑎 + 𝑐𝑎𝑜𝑙𝑖𝑛𝑖𝑡𝑎 + 𝑜𝑥𝑖ℎ𝑖𝑑𝑟ó𝑥𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑑𝑒 𝐹𝑒

En el caso del feldespato potásico, si bien se observó alteración a


caolinita en algunas zonas de la muestra de saprolito (Figura 23A), su
abundancia es demasiado menor comparada con la plagioclasa o la
hornblenda para generar un cambio apreciable en el comportamiento del K
en el perfil. Además, es de esperar que esta fase esté menos alterada que la
plagioclasa, puesto que la plagioclasa se meteoriza más rápidamente que el
feldespato potásico (ej. Nesbitt et al., 1980; Jiménez-Espinosa et al., 2007).

54
Figura 25: Coeficientes de transferencia de masa (τj,w) de Mg (A), Ca (B), Na (C) y K (D) versus
profundidad. Los rectángulos verticales de color rosa muestran la variabilidad de las muestras de roca
fresca analizadas; las muestras de saprolito que se ubican fuera de esta zona claramente difieren en
composición del material parental. Notar que, como CDFj= τj, los datos indican también pérdida del
elemento por componente química de la denudación.

55
Figura 26: Coeficiente de transferencia de masa (τj,w) del P versus profundidad. El rectángulo vertical
de color rosa muestra la variabilidad de las muestras de roca fresca analizadas; las muestras de
saprolito que se ubican fuera de esta zona claramente difieren en composición del material parental.
Notar que, como CDFj= τj, los datos indican también pérdida del elemento por componente química de
la denudación.

Los elementos sensibles a procesos de óxido-reducción, Fe y Mn,


mostraron una tendencia general de mantener la concentración en el rango
de variabilidad del protolito, sin embargo, dentro de esta tendencia se
observaron trends de empobrecimiento y enriquecimiento, con 2 peaks de
enriquecimiento, en 10.7 y 15.5 m, respectivamente, para ambos elementos.
Las distintas tendencias observadas a lo largo del perfil indicarían cambios en
el nivel freático del sistema, nivel bajo el cual las condiciones son reductoras
y sobre el cual hay condiciones oxidantes. Los peaks de enriquecimiento para
ambos elementos significarían estancamientos en el tiempo del nivel freático,
que movilizarían estos elementos y se precipitarían o traslocarían en otros
niveles. Este comportamiento puede ser relacionado con el Cu y el S (Figura
27), los cuales muestran una tendencia general de empobrecimiento, con
tendencias de enriquecimiento confinadas a distintas profundidades en el
saprolito. Concretamente, sus trends más claros de empobrecimiento
coinciden con los de enriquecimiento de los elementos sensibles a procesos
redox. Esto puede significar la presencia de sulfuros, entre ellos sulfuros de
cobre primarios como calcopirita, que han sido disueltos a medida que
algunos niveles del saprolito han cambiado sus condiciones de reductoras a
oxidantes. Otro elemento notable para la comparación con el Cu es el Cl.
Parte del comportamiento del Cl podría explicarse por las condiciones
56
oxidantes/reductoras que influyen en el Cu; aproximadamente entre los 33 y
20 m, el Cl presenta un trend de enriquecimiento, al igual que los elementos
sensibles a procesos redox, en cambio, en este nivel se presenta una zona
de empobrecimiento para el S. Esto indicaría que el cambio de condiciones
reductoras a oxidantes movilizaría el S y precipitaría el Cl. Además, en el
nivel entre los 15 y 12 m, se presenta un peak para el Cu y elementos como
el Fe y Mn, asimismo el Cl presenta una tendencia positiva para este nivel.
Esto indicaría que el estancamiento del nivel de aguas generaría zonas de
condiciones oxidantes el suficiente tiempo para concentrar estos elementos
generando precipitación de minerales oxidados de cobre como los vistos en
la Figura 12, y que para estos elementos podría significar la presencia
haluros de cobre como la atacamita. El resto de los metales pesados (Figura
17A) siguen en ciertos niveles el patrón presentado por el Cu, por lo que
podrían experimentar condiciones similares. Aun así, no se puede descartar
que algunos peaks de enriquecimiento en los metales pesados se deban a
actividad antropogénica que está presente en las cercanías de la zona de
estudio.

Figura 27: Perfil a profundidad del Cu, S, Cl y Mn obtenidos por XRF para el saprolito y protolito de la
zona de estudio. El límite del protolito y saprolito está marcado sin medición ya que no se conoce la
profundidad a la que se encuentra. La química del protolito fue obtenida como el promedio de las
muestras de roca fresca. El Mn se utiliza para la comparación del Cu, S y Cl con elementos sensibles a
procesos redox. Nota: Las zonas sin puntos ni líneas indican una concentración del elemento no
detectada.

57
5.4 Régimen de meteorización

Habiendo caracterizado en qué proporción y en qué mineralogía se


produce la alteración, se puede observar que el modelo puede ser descrito
como una tonalita que sufre la alteración de sus plagioclasas a caolinita en
presencia de cuarzo, el cual se mantiene relativamente inerte, como el del
modelo de Lebedeva et al. (2010). A partir de los análisis de SEM y XRD, se
observa que otros minerales como biotita y hornblenda no sufrieron tanta
alteración como las plagioclasas. En base a esto, la meteorización química
del sistema puede ser descrita a través de la alteración de las plagioclasas a
caolinitas evidenciada por el empobrecimiento de Na. Esto indica que el
modelo es similar a otros modelos utilizados por autores para explicar zonas
de meteorización en saprolitos.

Figura 28: Gráfico de empobrecimiento de Na versus profundidad. Un τNa de -1 indica un


empobrecimiento del 100%, mientras que si es 0 indica empobrecimiento del 0%. Las líneas
punteadas son proyecciones lineales de las tendencias entre 0 y 6.8 m, 9.1 y 23.8 m y 25.1 y 31.7 m.

58
En base al grafico de mineralogía y de empobrecimiento de Na (Figura
28), se infiere que hacia la superficie del nivel de saprolito, aún permanece
mineralogía primaria de plagioclasa que no ha sido alterada a caolinita y que,
consecuentemente, el empobrecimiento en Na no es completo. De acuerdo a
los regímenes de meteorización, con los cuales son a menudo clasificadas las
zonas de regolito, las muestras de este estudio corresponden a un
weathering-limited regime o régimen limitado por meteorización (Stallard &
Edmond, 1983). En este régimen, la tasa de meteorización está determinada
por la cinética de las reacciones minerales. Típicamente, el regolito tiende a
ser delgado y la tasa de erosión, alta. El flujo de meteorización no exhibe
clara correlación con la tasa de erosión, y la meteorización química de
silicatos es incompleta (West et al., 2005). Si bien este régimen coincide con
el presentado en este estudio en algunos aspectos como meteorización
incompleta de silicatos, difiere en otros, como el espesor de regolito.

En estudios más recientes (Lebedeva et al., 2010) se han examinado


los regímenes de meteorización anteriores y se han propuesto modelos
matemáticos para obtener regímenes de meteorización explicables con
variables controladas por los autores. Estos modelos son aplicables a zonas
de meteorización con producción de regolito a steady-state o "estado
estable" y tasa de erosión constante. Un sistema steady-state es aquel
donde la tasa de descenso del límite regolito-roca fresca (frente de
meteorización), límite regolito-suelo y límite suelo-aire (tasa de denudación)
son iguales. Es difícil probar que un regolito sea realmente steady-state, de
hecho algunos autores afirman que este estado podría nunca ser alcanzado
(Waldbauer & Chamberlain, 2005), el cual podría ser el caso del perfil
analizado en este trabajo. De todos modos, para el sistema estudiado aquí,
se asume que es steady-state. Una razón para esta asunción es el gran
espesor del nivel de regolito; se ha observado y demostrado analíticamente
que la tasa de producción de regolito decrece exponencialmente con el
espesor de regolito (Heimsath et al., 1997; Lebedeva et al., 2010). Por lo
tanto, si la zona de estudio no posee una tasa de producción de regolito igual
a su tasa de denudación, al menos es de esperar que sus valores sean
relativamente cercanos. Otra asunción que se hace para la aplicación del
modelo de Lebedeva et al. (2010), es que no hay ni mezcla vertical, ni
tampoco strain vertical. De acuerdo a lo observado en terreno, las muestras
de regolito se clasificaron como saprolito y por ello se asumió su
meteorización isovolumétrica, por lo que no habría strain volumétrico en la
meteorización.

59
En Lebedeva et al. (2010), se definieron dos casos límites de
regímenes de meteorización, el límite de equilibrio local o local-equilibrium
limit y el límite cinético o kinetic limit, entre los cuales hay una gama de
casos intermedios. En el límite de equilibrio local, toda la zona de
meteorización está completamente empobrecida en albita, por lo tanto, este
régimen se descarta para el perfil de regolito estudiado en este trabajo.
Como no se hizo análisis del suelo sobre el nivel de saprolito, no se conoce si
persiste la presencia de plagioclasas en el límite suelo-aire y, por lo tanto, no
es posible discernir si este sistema corresponde al régimen de límite cinético
o a uno intermedio, sin embargo, en el límite saprolito-suelo de este estudio,
se alcanza un CDF máximo de 27% y un empobrecimiento de Na de 45%
máximo. Así, es poco probable que en el nivel de 20 cm de suelo las
características hayan cambiado lo suficiente como para empobrecer el 55%
(o más) restante del Na.

El régimen de límite cinético se caracteriza por el empobrecimiento


incompleto en plagioclasa del sistema, incluso en su superficie. Es similar al
régimen limitado por meteorización encontrado en la literatura, en que la
tasa de meteorización es determinada por la cinética de las reacciones
químicas. Sin embargo, en el régimen cinético, el espesor de regolito no
necesariamente es bajo. Para otros regímenes se considera que el espesor
de regolito decrece al incrementarse la tasa de erosión, sin embargo, en el
régimen cinético el espesor del regolito puede ser independiente de la tasa
de erosión (Lebedeva et al., 2010). Dependiendo de si el sistema posee
transporte por solo difusión o por difusión + advección, el espesor del
regolito en un régimen cinético dependerá de la constante de tasa cinética
para la reacción mineral (transporte solo por difusión) o también por la
velocidad de Darcy de los fluidos de poros (transporte por difusión +
advección). Para el régimen cinético, la constante de tasa cinética
comprende energía de activación y entalpía de la reacción de disolución de la
albita (Lebedeva et al., 2010). Esto indica una dependencia de la energía del
sistema para la meteorización y espesor de regolito, lo cual podría estar
relacionado con su temperatura. Esta dependencia puede cuantificarse
mediante la siguiente ecuación:

𝑗 = 𝑘(1 − 𝜂)(𝐶 𝑒 − 𝐶)

60
Esta ecuación corresponde a la tasa de reacción j (mol m⁻³ s⁻¹) de
albita a caolinita donde k (s⁻¹) es la constante efectiva de disolución; el
término η corresponde a la fracción del mineral que ha sido disuelta, por lo
tanto (1-η) corrige la tasa de disolución a la fracción residual de albita en el
regolito; (Ce—C) indica el desequilibrio químico entre dos fluidos con
concentraciones de soluto Ce (mol m⁻³) en equilibrio con la roca, y C (mol
m⁻³) a cierta profundidad en el regolito, y está condicionada por la
concentración inicial en superficie, la tasa de reacción de albita j, y la
porosidad de la roca. De este modo, la tasa de reacción de albita a caolinita
es directamente proporcional a la tasa constante efectiva de disolución. Esta
tasa varía con la temperatura del sistema (Tabla 7). Esto puede explicar en
parte las diferencias de intensidad de la meteorización química entre la zona
de estudio, con un CDF promedio de 10%, y zonas tropicales, como el Río
Icacos en Puerto Rico, con un CDF de alrededor del 60% (Riebe et al., 2003).
Si se compara tomando en cuenta solamente la temperatura, Curacaví, con
una temperatura anual media de 16°C, poseería una tasa de reacción de
albita a caolinita un 25% menor que un lugar como Río Icacos, Puerto Rico,
con 22°C (Riebe et al., 2003) de temperatura media.

Tabla 7: Constante efectiva de disolución (k) de albita a caolinita dependiendo de la temperatura.


Datos obtenidos del software HSC Chemistry® (calculados de Barin, 1993).

Temperatura (°C) k (s-1)


16.0 4.48E-16
16.5 4.58E-16
17.0 4.68E-16
17.5 4.79E-16
18.0 4.89E-16
18.5 5.00E-16
19.0 5.11E-16
19.5 5.22E-16
20.0 5.33E-16
20.5 5.44E-16
21.0 5.55E-16
21.5 5.66E-16
22.0 5.78E-16

61
De esto se infiere que el saprolito de la zona de estudio en Curacaví no
está completamente empobrecido en albita debido a la relación entre energía
y erosión y, si bien la temperatura no es el único factor incidiendo en la
energía del sistema, tiene un efecto en la tasa de reacción. Así, la
temperatura del sistema no es demasiado alta como para obtenerse la
energía necesaria para una completa reacción de difusión de albita y la
erosión no es lo suficientemente baja como para darle tiempo al sistema de
empobrecerse completamente. En este estudio se asumió una erosión mayor
a cero y apreciable para intervenir en el modo de meteorización. Esto se
debe a que los minerales no están completamente alterados en las rocas de
Curacaví; si el sistema tuviera erosión nula, no habría contrapeso para la
meteorización química y el regolito estaría completamente empobrecido en
albita. Además, la zona de estudio se ubica en una zona de cerros y valles,
por lo tanto, no es un lugar sin relieves topográficos, lo que implica que aún
debe haber procesos erosivos activos.

Ya determinado que el saprolito se ha formado en un régimen de


meteorización de límite cinético, se necesita inferir cómo se produce el
transporte en el sistema: difusión o difusión+advección (Lebedeva et al.,
2010). En la Figura 28 se puede observar que el perfil del coeficiente de
transferencia de masa para el Na se puede separar en 3 trends, lo que le
daría al gráfico una apariencia sigmoidal. Esto es visto en los gráficos de
transporte difusivo y advectivo en Brantley & Lebedeva (2011), sin embargo,
los ejemplos presentados por estas autoras están en la escala de centímetros
a diferencia de la zona estudiada aquí que sobrepasa los 30 m, por lo que no
implicaría necesariamente la presencia de advección en el sistema. Aun así,
los regímenes cinéticos con transporte solo por difusión alcanzan espesores
de regolito muy bajos, lo que indica que lo que causa el espesor en la zona
de meteorización en Curacaví es un transporte advectivo que genere una
velocidad de Darcy considerable (Lebedeva et al., 2010). De esta forma,
unas condiciones que aseguren la circulación de aguas meteóricas en el
sistema serían necesarias para así permitir un régimen cinético con
transporte advectivo incluido que pueda generar los espesores observados
en la zona. Uno de los factores que contribuye a la advección en el sistema
son las precipitaciones de la zona estudiada. Precipitaciones como las de la
zona de estudio se encuentran en Boulder Creek, Colorado (Dethier &
Lazarus, 2006), donde el espesor de regolito es de alrededor de 7 m, muy
menor a lo encontrado en la zona de Curacaví. Esto quiere decir que las
condiciones actuales de precipitación no serían capaces de generar un
espesor de regolito como el encontrado en la zona de estudio. Se sabe
también que el patrón de lluvias de la zona se habría mantenido

62
relativamente constante desde el Mioceno e incluso desde el Eoceno medio
(Parrish et al., 1982). Por lo tanto, la advección en el sistema habría sido
realzada por otros factores. Uno de estos factores podría estar relacionado
con la historia geomorfológica de la zona de estudio (Figura 11). En el
Mioceno se formaron ríos que corrían de este a oeste debido a la
configuración de los relieves dada por los alzamientos regionales. El avance
de los knickpoints de estos ríos se dificultó por la presencia de los intrusivos
presentes en la cordillera de la costa, lo que originó el ensanchamiento de
sus cuencas en el lado este de estos intrusivos (Farías, 2007). Esto habría
dado tiempo al sistema para desarrollar un sistema advectivo más
pronunciado que el desarrollado por las condiciones de precipitación
presentes. Además, los cambios experimentados por los ríos en el tiempo,
como el ensanchamiento de cuenca y posterior descenso de caudal hasta la
actualidad, habrían cambiado los niveles freáticos de la zona a través del
tiempo, lo que habría generado cambios en las condiciones óxido-reductoras
dejando las tendencias de enriquecimiento-empobrecimiento observadas en
los elementos sensibles a procesos redox. Esto también podría explicar el
patrón de zig-zag observado entre los 33 y 25 m de profundidad en la
abundancia de la caolinita; períodos de variación y estabilidad en el nivel
freático, podrían aumentar las tasas de disolución de plagioclasa y resultar
en peaks de abundancia de caolinita en distintos niveles del saprolito.

63
6 Conclusiones

De acuerdo a lo tratado en la sección anterior, se puede concluir que el


perfil de regolito estudiado corresponde a saprolito originado a partir de la
meteorización de su roca madre, la cual es tonalita de hornblenda-biotita. La
meteorización química resultó ser responsable de hasta alrededor de un 27%
de la denudación total del sistema, el cual es un valor bajo comparado con
regolitos de lugares más tropicales, y que, por lo tanto, la denudación del
sistema está dominada por la erosión física. Al asumir meteorización
isovolumétrica, se estimó que la pérdida de masa del sistema habría
reducido la densidad de la tonalita de 2,74 g/cm3 al transformarse a
saprolito, con una densidad media de 2,46 g/cm3.

La meteorización química está controlada por la alteración de la


oligoclasa de la tonalita a caolinita en presencia de cuarzo relativamente
inerte y más específicamente al empobrecimiento en Na, el cual llegó hasta
un máximo de 45% en la superficie. La alteración de zonas de anortita en la
oligoclasa produciría cavidades, realzando la meteorización química. Este
mecanismo sería el responsable de disgregar la roca y con ello permitir la
meteorización química de zonas más profundas. Entre los minerales máficos,
la alteración de hornblenda sería un control importante de elementos como
Ca y Mg y precipitaría minerales como la caolinita y la goethita. Otros
minerales, como el feldespato potásico y la biotita no habrían sido alterados
de manera tan importante como la plagioclasa, lo que se vio reflejado en la
química y en la morfología.

De acuerdo a la intensidad de meteorización a través del perfil, se


concluye que la zona de estudio corresponde a un régimen de límite cinético,
y que la razón de plagioclasa transformada a caolinita está limitada por la
energía del sistema necesaria para la reacción química, debido en parte a la
temperatura, y ésta no ha sido la suficiente para compensar la tasa de
erosión. Esto ha producido un perfil de meteorización que no ha sido
desarrollado completamente. Mediante el espesor del perfil estudiado, se
deduce que la roca ha sido meteorizada por difusión con la ayuda de un
sistema advectivo que ingresó aguas meteóricas al saprolito, el cual habría
sido originado por la formación y ensanchamiento de ríos desde el Mioceno.
Los cambios experimentados por los ríos en el tiempo, desde su formación
hasta la actualidad, habrían provocado cambios en las condiciones óxido-
reductoras en el saprolito, que habrían originado tendencias de
64
enriquecimiento-empobrecimiento de elementos como el Fe y Mn a lo largo
del perfil y habrían producido condiciones necesarias para la precipitación de
distintas fases como oxidados de cobre.

Para la estimación de la edad del saprolito de la zona de estudio, así


como de la tasa de meteorización química y erosión física, se necesita
obtener la tasa de denudación de la zona. Por lo tanto, se recomienda un
análisis de nucleidos cosmogénicos en los granos de cuarzo de la zona de
estudio.

65
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71
8 Anexos

8.1 Fotos SEM

8.1.1 SR4

72
8.1.2 CUR5

73
74
8.1.3 H4

75
76
77
8.2 Análisis de EDS

8.2.1 CUR5

78
79
80
81
82
83
84
8.2.2 H4

85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
8.3 Difractogramas

98
99
100
101
102
103
104
105
106

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