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El Principito RESUMEN

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“El Principito” Antoine de Saint- Exupery

Resumen por Capítulos

CAPÍTULO I

La historia inicia con los recuerdos del Aviador, personaje desde cuyo
punto de vista se narra la acción. Se trata de un personaje que desde
niño ha sentido que no encaja con el mundo formal y pragmático que
han creado los adultos. Sus puntos de vista son distintos: donde el veía
un elefante dentro de una serpiente, los demás veían un sombrero.

CAPÍTULO II

Ya de adulto, el Aviador prefiere dar largos vuelos en avión antes que la


compañía de sus contemporáneos. Durante uno de estos vuelos, su
avión sufre un desperfecto y se ve obligado a descender en el desierto
del Sahara, en el cual se encuentra con el Principito.

El Principito es un niño que aparenta ocho años de edad, rubio y vestido


con ropas propias de su rango. En cuanto traba amistad con el Aviador,
le pide que le pinte un cordero. Dudando de sus cualidades como
dibujante, el Aviador dibuja el elefante dentro de la serpiente de su
niñez, el cual es reconocido por el Principito, quien insiste en que le haga
el dibujo de un cordero. Tras algunos vanos intentos, el Aviador dibuja
una caja con agujeros, indicándole al Principito que el cordero se
encuentra dentro. El Principito aprueba el dibujo y se queda con él.

CAPÍTULO III

Durante el tiempo que tarda el Aviador en reparar su avión, recibe las


visitas del Principito, quien le revela que proviene de otro planeta, al que
describe como muy pequeño

CAPÍTULO IV

El planeta del Principito es identificado por el Aviador como el asteroide


B 612. Precisa que este dato está dirigido a las personas mayores,
quienes entienden las cosas a partir de las cifras. Con la mención al
número del asteroide, el Aviador considera que cumple con demostrar la
verdad de su existencia.
CAPÍTULO V

El Principito le cuenta al Aviador que en su planeta crecen unos baobabs,


árbol que en la Tierra alcanza proporciones descomunales, pero que en
el planeta del Principito no son sino meros arbustos. El Principito revela
así para qué necesita al cordero: para que se coma las hojas de los
baobabs y estos no acaben con su planeta.

CAPÍTULO VI

El Aviador recuerda otros aspectos de la personalidad del Principito,


entre ellos, su soledad, su melancolía y su gusto por ver puestas de sol,
sobre todo cuando se siente triste.

CAPÍTULO VII

El Principito manifiesta su preocupación respecto a lo que comen los


corderos. Sobre todo, desea saber si además de arbustos, pueden comer
flores. El Aviador responde con fastidio ante estas preguntas, dado que
se encuentra ocupado en la tarea de reparar su avión. El Principito
entonces le recrimina por ser como las personas mayores, por su
carencia de interés en el destino de las flores y su relación con los
corderos. La ira del Principito culmina en llanto.

CAPÍTULO VIII

El Principito le revela al Aviador que en su planeta existía una flor muy


especial, muy hermosa pero a la vez vanidosa y orgullosa. La flor
despierta el ingenuo amor del Principito, pero al mismo tiempo, lo
confunde. El amor del Principito hacia la flor se llena de dudas.

CAPÍTULO IX

El Principito decide dejar su planeta, y decide aprovechar el vuelo de una


bandada de pájaros para dejar su mundo. Antes de irse, limpia los
volcanes, poda los baobabs y se despide de la flor, la cual le dice que lo
ama y le pide disculpas por no haberse hecho entender, al tiempo que le
recrimina al Principito haber sido tan tonto como ella. La flor apura al
Principito para que parta sin que la vea llorar.
CAPÍTULO X

El Principito inicia un periplo por otros asteroides. El primero que visita


está habitado por un rey, quien aparenta ostentar un gran poder pero
que al mismo tiempo evidencia carecer de súbditos para ejercerlo. Le
pide al Principito que se quede con él, pero el Principito decide continuar
su viaje.

CAPÍTULO XI

El segundo planeta que visita el Principito estaba habitado por un


vanidoso, cuyo único deseo es que lo aclamen y lo admiren. El Principito,
antes de dejarlo, le pregunta para qué le sirve que lo admiren, sin
obtener respuesta.

CAPÍTULO XII

El siguiente planeta visitado por el Principito estaba habitado por un


bebedor, un ebrio que bebe para olvidar que tiene vergüenza de beber,
lo cual deja al Principito perplejo.

CAPÍTULO XIII

El Principito visita luego un planeta habitado por un hombre de


negocios, quien trafica con las estrellas: las cuenta, las registra, en fin,
las posee. El Principito le increpa que eso no es de ninguna utilidad para
las estrellas, dejando al hombre de negocios desconcertado.

CAPÍTULO XIV

El siguiente planeta estaba habitado por un farolero y su farol, el cual


encendía y apagaba velozmente, puesto que su planeta giraba con
mucha rapidez. El Principito lo deja con cierto pesar, pues le simpatiza
este hombre que cumple su deber sin cuestionarlo, y al mismo tiempo,
lamenta perderse las sucesivas puestas de sol que se producían en aquel
mundo.

CAPÍTULO XV

El sexto planeta estaba habitado por un geógrafo, rodeado de mapas y


libros. Confunde al Principito con un explorador, y le pide noticias y
detalles de su mundo. Al hablarle de la flor, el geógrafo le informa que
las flores son efímeras, es decir, están destinadas a desaparecer, lo cual
despierta remordimientos en el Principito, por haberla dejado sola.

CAPÍTULO XVI

El Principito llega por fin a la Tierra, planeta del cual se destacan su gran
cantidad de habitantes y el actuar sincronizado de los faroleros de todo
el mundo, ocupados en encender y apagar los faroles de todos los
continentes.

CAPÍTULO XVII

Se hacen algunas precisiones sobre la cantidad de habitantes de la


Tierra, que en realidad pueden caber todos en una isla. El Principito se
pregunta por la gente, dado que ha caído en África, donde se encuentra
con una serpiente que habla en enigmas, aclarándole al Principito que a
pesar de su apariencia, es más poderosa que el dedo de un rey y que
puede ayudarlo a volver a su planeta.

CAPÍTULO XVIII

El Principito encuentra una flor solitaria, a la que pregunta por los


hombres. La flor, en toda su vida, no ha visto más que seis o siete, y
considera que los hombres viven molestos por no tener raíces.

CAPÍTULO XIX

El Principito escala una gran montaña, y descubre el eco, que lo lleva a


reflexionar acerca de la falta de originalidad de los hombres.

CAPÍTULO XX

El Principito llega al fin a un camino, junto a un jardín lleno de rosas.


Descubre entonces que la flor que dejó en su planeta no era una flor
única, sino una más de las tantas rosas que existen. Esto lo entristece
mucho.
CAPÍTULO XXI

Al fin, conoce a un zorro, quien también está en búsqueda de un amigo,


un ser al cual “domesticar”, es decir, alguien con quien formar un vínculo
de amistad. Ambos llegan a ser amigos, y en este proceso, el Principito
descubrirá lo que realmente hacía especial a su flor. El zorro y el
Principito se separan, luego de que el zorro le revela su secreto: sólo se
ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.

CAPÍTULO XXII

Siguiendo su camino, el Principito se encuentra con un guardavía, quien


le explica su trabajo, consistente en agrupar pasajeros y embarcarlos en
trenes. El guardavía ignora los motivos que llevan a la gente a
movilizarse de un lugar a otro tan rápidamente.

CAPÍTULO XXIII

El Principito conoce a un comerciante, un vendedor de píldoras que


evitan la sed. Esto proporciona tiempo extra que, desde el punto de vista
del Principito, bien podría emplearse en dirigirse a una fuente para
beber.

CAPÍTULO XXIV

El Aviador, quien no ha podido reparar su avión, dice al Principito que si


no consiguen agua, morirán de sed. El Principito replica que es bueno
haber tenido un amigo, aún si se va a morir. Ambos empiezan a buscar
un pozo. El Principito se queda dormido pensando en su flor, mientras el
Aviador decide llevarlo en sus brazos, hasta que logran encontrar un
pozo.

CAPÍTULO XXV

El Principito y el Aviador satisfacen su sed, al tiempo que conversan


sobre lo extraños que son los hombres. El Principito ríe al ver los dibujos
que ha hecho el Aviador, y recuerda que está por cumplirse un año
desde su llegada a la Tierra. El Aviador deja al Principito, pues debe
reparar su avión.
CAPÍTULO XXVI

Al día siguiente, el Aviador regresa con el Principito, quien se encuentra


muy triste debido al paso que va a dar. Le recuerda al Aviador que debe
mirar las estrellas, por que el vivirá en una de ellas, con su flor. Le dice
además que el podrá oír su risa en todas las estrellas. El Aviador deja al
Principito en el suelo, para ser mordido por la serpiente y morir
instantáneamente.

CAPÍTULO XXVII

Pasados los años, el Aviador descubre que el Principito ha olvidado un


bozal dibujado para el cordero, de modo que es posible que en algún
descuido, el cordero se pueda soltar y comerse la flor. El Aviador
mantiene la esperanza de volver a ver al Principito, pidiendo al lector
que le avise si alguna vez vuelve a la Tierra.

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