El documento resume la teoría del imaginario social de Cornelius Castoriadis. Castoriadis argumenta que toda sociedad se constituye a través de significaciones imaginarias sociales encarnadas en instituciones. Estas significaciones operan de forma implícita orientando la vida de los individuos y estableciendo la realidad social. El imaginario social incluye tanto lo instituido (tradiciones estables) como lo instituyente (procesos de cambio social).
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El documento resume la teoría del imaginario social de Cornelius Castoriadis. Castoriadis argumenta que toda sociedad se constituye a través de significaciones imaginarias sociales encarnadas en instituciones. Estas significaciones operan de forma implícita orientando la vida de los individuos y estableciendo la realidad social. El imaginario social incluye tanto lo instituido (tradiciones estables) como lo instituyente (procesos de cambio social).
El documento resume la teoría del imaginario social de Cornelius Castoriadis. Castoriadis argumenta que toda sociedad se constituye a través de significaciones imaginarias sociales encarnadas en instituciones. Estas significaciones operan de forma implícita orientando la vida de los individuos y estableciendo la realidad social. El imaginario social incluye tanto lo instituido (tradiciones estables) como lo instituyente (procesos de cambio social).
El documento resume la teoría del imaginario social de Cornelius Castoriadis. Castoriadis argumenta que toda sociedad se constituye a través de significaciones imaginarias sociales encarnadas en instituciones. Estas significaciones operan de forma implícita orientando la vida de los individuos y estableciendo la realidad social. El imaginario social incluye tanto lo instituido (tradiciones estables) como lo instituyente (procesos de cambio social).
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IMAGINARIO SOCIAL
desde Cornelius Castoriadis: Filosofo , psicoanalista
greco francés( 1922-1997) Toda sociedad existe según un doble modo: el modo de "lo instituido", una serie de instituciones con un cierto grado de estabilización, y el modo de "lo instituyente", que viene a ser la dinámica que lleva a la transformación social. ¿Qué inventa una sociedad cuando se instituye como tal? Según CASTORIADIS, inventa significaciones. Estas producciones de sentido, de sentido organizador, son condición de representabilidad. Así, para Castoriadis una sociedad es un conjunto de significaciones imaginarias sociales encarnadas en instituciones a las que animan. Castoriadis concibe los fenómenos sociales e históricos partiendo del espíritu humano, lo que le aparta de toda interpretación naturalista o materialista. Las significaciones imaginarias serían constitutivas del ser mismo de la sociedad y de la historia Las significaciones imaginarias operan en lo implícito y establecen el modo de ser de las cosas, los valores, los individuos. Son aquello por medio de lo cual y a partir de lo cual los individuos son producidos como individuos sociales, y en tal sentido pueden representar, accionar y pensar de manera compatible y coherente aún en el conflicto. La trama de significaciones orienta y dirige la vida de los individuos. Estas significaciones son imaginarias porque están dadas por creación, es decir, no corresponden a elementos estrictamente reales, y son sociales porque sólo existen siendo objeto de participación de un ente colectivo Una sociedad es también un sistema de interpretación del mundo, de creación, y por ende puede percibir como un peligro cualquier alteración a su sistema de interpretación. Estas situaciones suelen ser vividas como ataques a su identidad. El principio de conservación de esa sociedad es conservación de sus “atributos arbitrarios” o sea, sus significaciones imaginarias sociales. Entonces, las transformaciones de sentido (lo instituyente) opera siempre con la resistencia de aquello consagrado (lo instituido) que hasta tanto no sea trastocado, funciona como régimen de verdad. Los universos de significaciones imaginarias que instituyen una sociedad forman parte de las luchas por el poder, en tanto que participan conservando o transformando el mundo. Ubicar la naturaleza social del poder supone interrogar sobre las modalidades de sus dispositivos, no sólo en la organización de la sociedad y en sus instituciones, sino también en la constitución de las subjetividades. Lo cual supone indagar cómo opera la manipulación de deseos, temores, amenazas, etc. Pensar en términos de poder permite articular cuestiones generales. ENRIQUE MARI cree que los dispositivos de poder en tanto redes de relaciones que se establecen en modo homogéneo entre elementos discursivos y extradiscursivos articulan 3 elementos básicos que hacen que el poder funcione: la fuerza o violencia, el discurso del orden y los imaginarios sociales. Estas instancias están articuladas entre sí. Con respecto a la fuerza o violencia, se frustraría si no existiesen en el dispositivo las otras instancias que garantizan la continuidad del poder instituido. Estas otras instancias funcionan como condiciones de reproducción del poder producido. Ninguna sociedad puede funcionar por la sola aplicación de la fuerza y el derecho coercitivo. Este implica coacción pero también justificación y legitimación en cuanto se expresa como teoría, ciencia o discurso del orden. El dispositivo exige como condición de funcionamiento y reproducción del poder, que la fuerza y el discurso del orden legítimamente estén insertos en montajes, prácticas extradiscursivas, y soportes mitológicos que permiten que los miembros de la sociedad se adecuen sus deseos al poder. En cada colectivo social prácticas y símbolos se constituyen, seleccionando los más eficaces en cada circunstancia para que el poder circule y las instituciones de inscriban en el espíritu de los hombres. Los dispositivos de poder exigen como condición de funcionamiento y reproducción del poder no sólo sistemas de legitimación, enunciados, etc, sino también prácticas extradiscursivas. Estos universos de significaciones posibilitan que el poder marche. Estas producciones interpelan a las emociones, las voluntades, los sentimientos. Son las formas en que “el deseo de anuda al poder”. No hay sociedad sin mito Los mitos que una sociedad instituye son cristalizaciones de significación que operan como organizadores de sentido en el accionar, pensar y sentir de los hombres y mujeres que conforman esa sociedad, sustentando a su vez la orientación y legitimidad de sus instituciones. Los nuevos organizadores de sentido y las practicas sociales que los hacen posible refieren a lo imaginario instituyente o radical y dan cuenta de la existencia de deseos que no se anudan al poder, desordenan practicas, desdisciplinan los cuerpos, deslegitiman sus instituciones y en algún momento instituyen una nueva sociedad L os mitos sociales, imaginario instituido o efectivo, constituyen pieza clave en el disciplinamiento y policiamiento de una sociedad. Eficacia simbólica: dado que operan por la repetición insistente de sus narrativas Violencia simbólica: instituyen universos de significaciones de forma totalizadora, homogeneiza , violenta lo diverso Por lo tanto, lo imaginario se convierte en estructurador de la vida social. En palabras de Castoriadis, la realidad existe sostenida en lo imaginario. Las dos dimensiones del imaginario (instituyente e instituido) operan configurando características, dinámicas, sentidos que instituyen la realidad misma. La subjetividad puede ser entendida como: conjunto de instancias y procesos de producción de sentido, a través de las cuales los individuos y los colectivos sociales construyen y actúan sobre la realidad, a la vez que son constituidos como tales. Involucra un conjunto de normas, valores, creencias, lenguajes y formas de aprehender el mundo, conscientes e inconscientes, cognitivas, emocionales, volitivas y eróticas, desde los cuales los sujetos elaboran su experiencia existencial y sus sentidos de vida. Podemos decir, entonces, que la subjetividad es producida y al mismo tiempo se constituye, es estructurada y estructura, es constituida y constituyente. La subjetividad es transversal a la vida social, está presente en todas las dinámicas sociales y en todos sus ámbitos: vida cotidiana, espacios y realidades micro y macro sociales, experiencias de interacción diarias. Existe un vínculo profundo entre imaginario, subjetividades y sujetos sociales. Los imaginarios se cristalizan en instituciones y subjetividades a las cuales dotan de sentidos particulares y a su vez son constituidos por ellas. Las subjetividades dan cuenta de construcciones simbólicas que dan sentido y motivación a la acción sobre el mundo social y los sujetos sociales son expresión subjetiva de ellas. Es el sujeto social, individual o colectivo, quien actúa en concreto en las dinámicas sociales y quien construye en articulación con lo existente nuevas posibilidades de ser.