Cuento Jma Dana
Cuento Jma Dana
Cuento Jma Dana
CUENTO
LA NATURALEZA, EL CAMPO Y EL HOMBRE
Era una vez en un pueblo de nuestra sierra andina, cuatro niños Danitza, Nayely,
Dina, Antony y Rubí. En el lugar había grandes sembríos de maíz y haba, se veía
tan bonito las habas con sus flores color lila, y el maíz saliendo sus choclos, era
tan hermoso y verde el paisaje, y en el otro cerco lleno de alfalfa con sus vacas
lecheras, gallinas, chanchos.
Una tarde, cuando salieron los padres de los niños a trabajar al campo, dejaron
a los cuatro niños que eran amigos, en la casa de Danitza, esperando a la llegada
de sus padres, mientras jugaban en la casa.
Entre tanto juegos y risas de los niños, que se podían escuchar en cada rincón
de la casa, de un momento a otro, se escuchó un ruido fuerte en la despensa,
los niños hicieron caso omiso de esto, y siguieron jugando; como no hicieron
caso el ruido fue mucho mayor; dentro del pánico de los cuatro amigos, se
sorteaban en quien iría a inspeccionar el lugar y ver qué era lo que ocurría. Se
sortearon y salió Antony, así que fue a ver que ocurría cuando de pronto él grito
y fueron todos a ver qué había pasado y él respondió: “vi que algo se movió por
la dispensa”, ellos asustados de lo que le había dicho se escondieron detrás de
un escritorio que había detrás de ellos y no salieron de ahí porque tenían mucho
miedo de que algo les pasara, y uno sacó la cabeza y vio que algo miraba hacia
ellos y se movía.
Aterrados de lo que vió Antony, corrieron a uno de los cuartos a encerrarse y
esconderse, gritaban pidiendo auxilio, pero como se encontraban lejos del
pueblo nadie podía escucharlos, y los niños se asustaron mucho más. Aquello
que los perseguía golpeó la puerta de la habitación, y los niños se quedaron
callados para que no los escuche y se marche, pero seguía el ruido.
De un momento a otro paró todo el ruido, y los niños decidieron esperar un poco
más para salir a inspeccionar el lugar y ver si ya no había nada, ya pasado unos
15 minutos de haber esperado de que no vuelva el ruido, salieron todos juntos
tomados de la mano a ver toda la casa. Inspeccionaron en cada esquina de dicha
casa, bajaron a la despensa ya que ahí había comenzado dicho ruido, los niños
asustados con linterna en mano, veían las esquinas de la despensa, cuando de
pronto se escuchó un fuerte ruido en una de las esquinas que estaban oscuras,
se veía a lo lejos como dos velas blancas, y sonaba como un ronquido fuerte, los
niños pensaron que no les sucedería nada porque son niños, y Dios los
protegería, así que alumbraron a esa esquina y se sorprendieron con ver a un
chancho, que estaba manchado de blanco, lo que había pasado era que el
chancho se había metido a la despensa para comer a escondidas de todos, y se
había puesto a comer la harina, y de tanto comer se le había tapado la nariz, y
ese fue el motivo de que hiciera tanto ruido como si fueran trompetas; todos los
niños se miraron las caras llenas de vergüenza por la cobardía de todos, y
SEUDONIMO: DANA
CUENTO
también se rieron por lo ocurrido, que fue muy divertido y a la vez les causó un
tremendo miedo, lo que hizo que ellos también imaginarán cosas irreales.
Después de lo ocurrido, los niños limpiaron al chancho y le dieron comida, para
luego encerrarlo en su corral. Luego de haber hecho esto, se prepararon leche y
se sentaron a comer leche y pan, y a seguir riéndose por lo que cada uno hizo
en el momento que entraron en pánico, hasta que se quedaron dormidos por
todo el ajetreo que habían pasado.
Los padres de cada niño llegaron tarde del trabajo, y al verlos dormir tan
placenteramente, decidieron dejarlos ahí hasta el día de mañana. Y así fue, al
siguiente día los padres de los niños que eran muy amigos, fueron a la casa de
Danitza a desayunar y recoger a sus niños, y fue ahí donde los niños decidieron
por contarles a sus padres lo ocurrido del día anterior. Los padres al escuchar lo
sucedido tan atentamente, pensaron por un momento que ellos se los habían
inventado, pero los niños negaron esto, y les dijeron que era verdad, así que los
padres pusieron sus caras de sorprendidos, y luego se rieron por lo muy
inocentes que fueron estos.
Luego del desayuno y la agradable charla entre todos, los niños salieron en
dirección al colegio, que era un tramo muy largo de una duración aproximada de
una hora y media a pie, debido a que todos estos vivían en el campo y el colegio
quedaba en el pueblo. Ese mismo día, les habían dejado por hacer durante la
clase en grupos de cuatro, inventar una historia increíble, y así fue que estos
cuatro amigos se juntaron y decidieron contar su fabulosa historia que les había
ocurrido. Todos sus amigos y profesor se sorprendieron y rieron mucho con esta
historia.
GRACIAS.