La Construccion Del Archivo Oral
La Construccion Del Archivo Oral
La Construccion Del Archivo Oral
Memoria Abierta1
Por Alejandra Naftal y Vera Carnovale
PRESENTACIÓN
INTRODUCTION
1
Partes de este texto fueron escritas en colaboración con Lorenz, Federico; Palomino,
Pablo y Pittaluga Roberto, miembros del equipo de historiadores del Archivo Oral de
Memoria Abierta.
Av. Corrientes 2560, 2º “E” (C1046AAQ) Buenos Aires – Argentina – Tel/Fax: (54-11) 4951 – 4870 / 3559
contacto@memoriaabierta.org.ar - www.memoriaabierta.org.ar
TEXTO
2
Una de las expresiones institucionales de lo anterior fue la alternancia de dictaduras
militares y democracias restringidas durante gran parte del S XX.
3
Calveiro, Pilar, Poder y desaparición. Los campos de concentración en Argentina,
Colihue, Buenos Aires, 1998, p. 27.
2
Final de la Junta Militar sobre la guerra contra la subversión y el terrorismo”
que serviría de encuadre argumentativo para la “Ley de Pacificación Nacional”
(Ley N° 22.924) -una suerte de auto amnistía encubierta– que se promulgaría
en septiembre de ese mismo año. En aquel informe las Fuerzas Armadas
ofrecían una versión justificatoria de su propio accionar. El pasado reciente se
presentaba como una “guerra” de consecuencias dolorosas pero inevitables, en
la que, “como en toda guerra”, se habían cometido algunos “errores y excesos
que pudieron traspasar los límites de los derechos humanos fundamentales y
que quedan sujetos al juicio de Dios en cada conciencia” 4 . Estos "errores y
excesos" no habían sido, por supuesto, voluntarios sino que habían sido
determinados por la naturaleza misma de esa guerra en la que las condiciones
las imponía el enemigo, "la naturaleza y características propias de esta forma
de ataque sorpresivo, sistemático y permanente, obligaron a adoptar
procedimientos inéditos en la guerra afrontada..." 5 .
Una de las primeras medidas del gobierno electo en 1983 fue la conformación
de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Esta
Comisión tenía a su cargo la tarea de investigar y documentar todo lo referido
al sistema represivo ilegal, principalmente en relación con el destino de las
personas detenidas-desaparecidas. Luego de un año de trabajo la CONADEP
entregó al gobierno un informe, llamado Nunca Más, que pronto se convertiría
en un best seller de la época. El prólogo del libro comenzaba diciendo:
"Durante la década del '70 la Argentina fue convulsionada por un terror que
provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda..." Y
más adelante: "a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas
respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido" 6 .
4
Diario Clarín, 29 de abril de 1983.
5
Diario Clarín, 29 de abril de 1983.
6
Nunca Más. Informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas,
EUDEBA, Buenos Aires, 1985, p. 7. Resulta significativo que las reediciones posteriores
no hayan introducido cambio alguno.
7
Los decretos 147 y 148 firmados por el Presidente Raúl Alfonsín dan cuenta
claramente de este posicionamiento. Mientras el primero ordenaba la detención de los
3
que la Argentina había sido "azotada por dos demonios..." 8 . Las consecuencias
del conflicto entre estos "dos demonios" fueron padecidas, en definitiva, por la
sociedad en general - una mayoría supuestamente ajena y ausente de esas
luchas - y por las "víctimas inocentes" en particular.
4
Otra pregunta pendiente es, “¿en qué medida la judicialización de un conflicto
implica necesariamente su despolitización, o sea, un encuadre narrativo
planteado en clave penal antes que política?” 9 .
Desde entonces y hasta mediar la década del 90, en un contexto signado por
la sucesión de leyes y decretos tendientes a garantizar la impunidad de los
represores 10 , el silencio en torno a los compromisos políticos, parecía
imponerse en las memorias emanadas desde el campo político progresista 11 .
La “repolitización” de la Memoria
9
Jelin, Elizabeth, Los trabajos de la Memoria, S XXI, Madrid, 2002, p. 73.
10
Ley de Punto final (1986): estableció un plazo definitivo para la presentación de
denuncias de violaciones de derechos humanos durante la última dictadura militar y la
consecuente apertura de causas judiciales. Ley de Obediencia Debida (1987): impedía
la posibilidad de juzgar y condenar a los cuadros de rango, intermedios y bajos de las
fuerzas represivas estableciendo que su actuación durante la llamada "lucha
antisubversiva" se enmarcaba en el principio de la "obediencia debida", esto es, en
tanto "cumplían órdenes" sus actos no son punibles. Indultos presidenciales (1990 y
1991): estos decretos dejaron en libertad a los jerarcas de las Juntas Militares que aún
cumplían condena. Por lo demás los indultos reforzaban la idea de "los dos demonios"
en tanto alcanzaban también a antiguos miembros de las organizaciones armadas cuya
captura había sido decretada por el gobierno anterior.
11
Un claro ejemplo de "victimización-inocentización" lo constituye la llamada "noche de
los lápices". Ésta se refiere al secuestro y desaparición de un grupo de adolescentes en
septiembre de 1976, en la ciudad de La Plata. "La noche los lápices" -bautizada así por
los propios represores- se erigió en la memoria colectiva como un caso emblemático
del terrorismo estatal. La primera narrativa pública de este acontecimiento apareció en
1984 en un libro titulado La noche de los lápices y pronto se llevó a la pantalla grande
con el mismo nombre. Allí se explicaba que aquello que había convertido en blanco de
la represión a los adolescentes secuestrados fue su "lucha por el boleto estudiantil
secundario". Esta primera narrativa tergiversaba e infantilizaba el tipo de militancias y
prácticas políticas de los jóvenes detenidos-desaparecidos en esa oportunidad. Fue, sin
embargo, una versión sumamente extendida y aceptada en distintos sectores y
espacios sociales. Para un análisis específico sobre esta temática, ver: Lorenz,
Federico, Tomala vos, dámela a mí. La noche de los lápices: el deber de recordar y las
escuelas, en prensa.
12
En el Casino de Oficiales de la ESMA funcionó uno de los mayores centros
clandestinos de detención del país. Se estima que por allí pasaron alrededor de 5000
personas detenidas-desaparecidas.
5
Río de la Plata o al mar, detenidos-desaparecidos con vida. Si bien ésta no era
una información novedosa 13 , escucharlo de la propia boca de un represor
causó un fortísimo impacto en la opinión pública instalando nuevamente en el
centro del debate político el tema de la represión ilegal. Como consecuencia de
ello, hacia finales de ese mismo año, el entonces Comandante en Jefe de las
Fuerzas Armadas, Gral. Martín Balza, realizó por vez primera, una autocrítica
pública de la actuación de aquéllas durante los años del "Proceso".
13
Tanto en las denuncias hechas por sobrevivientes de centros clandestinos de
detención ante organismos internaciones de derechos humanos como en el Informe de
la CONADEP aparecían registrados testimonios referidos a los "vuelos de la muerte".
14
Declaración Popular, Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia, marzo de
1996.
6
Guiados por la premisa que toda sociedad que conoce y reflexiona sobre su
pasado puede elaborar una memoria social que contribuya a construir su
identidad y a consolidar la convivencia democrática. Este espacio institucional
trabaja en forma conjunta 15 los temas referidos a la memoria del terrorismo de
Estado, para producir desde su reflexión, acciones que promuevan el ejercicio
de la memoria. Para ello establecimos como objetivos específicos la
preservación y sistematización de todo tipo de documentación que registre lo
referido al terrorismo de Estado, desde las décadas previas hasta nuestros
días; las acciones para impulsar y participar en la creación de un museo en el
que participen las organizaciones no gubernamentales y agencias estatales y
otras acciones para la construcción del patrimonio de la memoria colectiva.
Patrimonio Documental:
El programa establece un marco común para el tratamiento de los
documentos que forman parte de los acervos de los organismos de
derechos humanos de otros fondos documentales. Se edita un catálogo
colectivo de acceso público on line 16 .
Archivo Fotográfico:
El programa tiene por objeto recopilar, preservar y poner accesibles las
fotografías provenientes de instituciones y organismos de derechos
humanos; de fotógrafos y reporteros gráficos que registraron hechos del
período; de medios de comunicación y de fondos particulares.
Topografía de la Memoria:
El programa se propone visibilizar los espacios que funcionaron como
centros clandestinos de detención; favorecer la investigación sobre el
funcionamiento de los mismos; apoyar las tareas de reconstrucción que
se llevan adelante en diversos ámbitos estatales, barriales y
comunitarios y contribuir al debate sobre los de usos públicos de estos
sitios.
15
Decimos en forma conjunta con el objeto de optimizar recursos y esfuerzos, ya que
cada una de estas instituciones, a lo largo de todos estos años, postergaba esta tarea
ardua y costosa en función de las coyunturas políticas y de la especificidad de sus
objetivos, como por ejemplo, las Abuelas, que en su lucha incesante por la búsqueda
de los niños y niñas apropiados; o el CELS, en las acciones referidas a las causas
judiciales, entre otros.
16
www.memoriaabierta.org.ar
7
El Archivo Oral
Pero Thamus no lo consideró así. Para el rey, la escritura sólo produciría olvido
en el espíritu de quienes la aprendan, porque al descuidarse la memoria,
fiándose de ese auxilio escritural, sólo podrán despertarse reminiscencias y no
conocimiento. Lo hallado por Theuth entonces, no era un fármaco para la
memoria, sino un simple recordatorio que promovería en los alumnos la
sombra de la ciencia y no la ciencia misma y pudiendo aprender sin maestros,
se considerarán sabios, pero no serían más que ignorantes. Con esto Sócrates,
intenta explicarle a Fedro que no se puede transmitir un arte consignándolo a
la escritura porque al igual que la pintura, parecen vivos pero si los
interrogamos, no pueden defenderse, guardan silencio. El discurso escrito no
es más que un vano simulacro, por ello Sócrates, aboga por el discurso vivo y
animado, ese que se escribe en el alma.
Este "patrimonio", que tiene una expectativa a futuro y se construye día a día,
está marcado por años de autoritarismo que han dejado su huella en nuestro
presente. Basta observar el halo de impunidad que se desprendió de este
proceso sociopolítico que aún permanece abierto, es decir la falta de respuesta
a dos consignas inclaudicables que los sobrevivientes y familiares aún
demandan: Verdad y Justicia. En este sentido, el rasgo sobresaliente de
nuestra Memoria Colectiva sobre el terrorismo de Estado, está unido a estas
dos infatigables demandas que desde hace más de veinte años exigimos y que
en estos días con la reapertura de los juicios, la nulidad de las leyes de
impunidad, el decreto presidencial acerca de la recuperación de la
8
ESMA, parecen reavivarse. Por otra parte, aún persiste la existencia de voces
que tratan de imponer el olvido de los crímenes y proponen una
"reconciliación" sin justicia.
Sobre esta base, podemos preguntarnos acerca de las características que tiene
el patrimonio que tratamos de construir. En este sentido, consideramos que:
En segundo lugar, debe narrar la historia desde múltiples relatos. Hay muchas
perspectivas y memorias y muchas maneras de haber vivido esta experiencia.
De esta forma se permite que los individuos puedan hacer sus propias
preguntas y quede abierta la posibilidad de que, con el paso del tiempo, se
complejice el relato.
Metodología
9
político nuevo en el campo de los derechos humanos, al intentar generar desde
su seno estrategias y políticas de memoria.
Las perspectivas académicas entraron varias veces en tensión con los objetivos
políticos propios. Esto se tradujo en ricos debates (los límites éticos políticos al
momento de definir el universo de entrevistados; la denominación que recibiría
cada una de las categorías de los entrevistados, como por ejemplo "víctima" o
"sobreviviente" o "ex detenido-desaparecido"). Así, con algunas concesiones de
parte de los historiadores, se estableció que el universo de entrevistados serían
todas aquellas personas que de una manera u otra forma habían sido
afectadas por la última dictadura. Esto comprendía finalmente, al conjunto de
la sociedad argentina, por lo cual se decidió categorizar a los entrevistados y
abordar en esta primera etapa aquellos que fueron "afectados de manera
directa".
La entrevista oral
10
pasara a formar parte de un proyecto colectivo. Posteriormente se concretó el
primer encuentro con el entrevistador, en el cual el profesional realizó un
acercamiento para conocer a la persona y su vinculación con los hechos y
temáticas que son objeto del Archivo. Este encuentro permitió la adaptación de
los cuestionarios modelos a las particularidades de cada caso. Generó también
un ambiente de confianza entre las partes, lo que facilitó el abordaje de temas
dolorosos y situaciones extremas.
Los entrevistados
11
entrevistados, jugaron un rol central los miembros de organismos de Derechos
Humanos que en varias sesiones de trabajo organizaron contactos y
transmitieron lo esencial del proyecto a cada uno de ellos, para que luego los
historiadores iniciaran su tarea.
17
Apagón de Ledesma: El 24 de julio de 1976 se produjo "la noche del apagón" en la
zona del ingenio Ledesma, provincia de Jujuy. Esa noche cortaron el suministro
eléctrico de la zona y los militares, en medio de la oscuridad, secuestraron a unas 400
personas de las localidades de Libertador General San Martín y Calilegua, que fueron
llevadas a centros clandestinos de detención, en vehículos de la empresa azucarera.
18
En 1998 un convenio entre la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires dio inicio al proyecto
Reconstrucción de la Identidad de los Desaparecidos. Archivo Biográfico Familiar de
Abuelas de Plaza de Mayo. El archivo busca garantizar, para los chicos que recuperen
su identidad, la historia de vida de sus padres y de su familia a través del relato tanto
de sus abuelos, tíos y demás familiares como de los amigos de los padres del nieto
buscado.
12
La difusión espontánea de las tareas realizadas por el proyecto por las más
diferentes vías y el carácter multiplicador que en sí mismo caracteriza a la
iniciativa del Archivo Oral, dio lugar a numerosas comunicaciones provenientes
de diversos lugares del interior del país. Personas, instituciones vinculadas a la
defensa de los derechos humanos o entidades académicas, solicitaron extender
la experiencia a otras ciudades.
El Archivo
Esta experiencia concreta, nos permitió arribar a certezas pero también nos
planteó dilemas y desafíos de diversa índole para la continuidad de la tarea
hacia el futuro. Espacios de intercambio profesional son los propicios para
reflexionar y encontrar propuestas y soluciones. Estos temas que se
plantearon, fueron más complejos que en su apariencia inicial, pero también
hicieron inteligibles otras cuestiones que en un comienzo se presentaban
difíciles de abordar.
19
En 1998 un convenio entre la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y la Facultad de
Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires dio inicio al proyecto
Reconstrucción de la Identidad de los Desaparecidos. Archivo Biográfico Familiar de
Abuelas de Plaza de Mayo. El archivo busca garantizar, para los chicos que recuperen
su identidad, la historia de vida de sus padres y de su familia a través del relato tanto
de sus abuelos, tíos y demás familiares como de los amigos de los padres del nieto
buscado.
13
interrogación y resalte el potencial de apertura a diferentes narraciones
posibles que tiene el material, en particular para estimular el proceso de
revisión, construcción y reconstrucción de memorias sobre el pasado del
terrorismo de Estado".
Luego de relatar esta experiencia de largo aliento podemos decir que este
acervo documental audiovisual, no sólo constituye un servicio para la
investigación y la educación sino que es una manera de preservar las
diferentes experiencias particulares de un proceso histórico y ofrecer las
herramientas que ayuden a la interpretación y a la transmisión de una época
que interpela nuestro presente a través de señales y caminos insospechados,
exigiendo permanentemente del auxilio de nuestra memoria.
14
una narración que incorpore esa experiencia haciéndola inteligible, pensable y,
en última instancia, apropiable.
15
En este ejercicio consideramos, en primer lugar, que hablar del terrorismo de
Estado no podía hacerse sin reponer, a través de las historias personales, una
parte importante de la historia argentina desde los tempranos años ´60. Fue
necesario, entonces, volver nuestra mirada sobre los valores políticos y
culturales de un movimiento de masas que desde diversos espacios y prácticas
impugnaba el orden social existente. Fue sobre la amplitud y complejidad de
ese tejido social que se desplegó el terror, y sus efectos y dinámicas
alcanzaron e involucraron al conjunto de la sociedad. En segundo lugar, dado
que los principales discursos sobre el terrorismo de Estado y sobre los años '60
y '70 se vertebraron durante la transición democrática, era necesario incluir
este período en las tramas narrativas para dar cuenta de las significaciones
sociales que entonces se construyeron y que aún habitan la memoria colectiva.
¿A quiénes entrevistar?
16
ex-presos políticos; exiliados; ex-militantes de organizaciones políticas y
sociales; militantes de organismos de derechos humanos; intelectuales que
han intervenido sobre el tema, todos ellos son lugares e identidades con una
carga simbólica sumamente relevante en las memorias construidas en la
Argentina pos dictatorial (Ver Anexo) . Son estas las posiciones desde las que
se construyeron las más influyentes interpretaciones sobre el terrorismo de
Estado y todos quienes desde ellas se expresaron, actuaron como portavoces
en un proceso de construcción de memorias en pugna. Recíprocamente,
muchas de estas posiciones fueron consolidándose -y reforzando su legitimidad
para interpretar el pasado- en tanto sus formas particulares de memoria
lograron imponerse, con distintos grados de profundidad y amplitud, en el
espacio público. Consignar estas visiones del pasado es tarea central de la
constitución del archivo.
Uno de los problemas que nos gustaría señalar aquí estaba vinculado al
extendido uso, dentro del movimiento de DDHH, del término "víctima" o
"afectado directo". A esta visión era necesario formularle dos preguntas
fundamentales. En primer lugar, teniendo en cuenta la propia concepción de
"terrorismo de Estado" -una modalidad de dominación política cuyos alcances y
efectos involucran al conjunto de la sociedad en tanto hace del terror una
herramienta clave para la reconfiguración y el diciplinamiento social y político -
¿quién no es víctima o afectado directo del terror estatal? Y en segundo lugar,
derivada de la anterior, ¿cómo establecer distinciones y "jerarquías" entre las
distintas experiencias a las que dio lugar la represión estatal? Restituirle a esa
experiencia su carácter colectivo y su dimensión política resultaba
imprescindible para el tipo de intervención que nos proponíamos.
En tanto este archivo es una forma de intervención sobre las tramas culturales
y las memorias colectivas, en tanto nuestras propias subjetividades participan
de una textura social permeada por la violenta fractura histórica perpetrada
por la última dictadura, la cuestión "sobre qué y cómo preguntar" evidenciaba
todo su carácter político.
17
El desafío se centraba en establecer un equilibrio: por un lado, documentar los
discursos organizados sobre la memoria junto con o por medio de una
constelación discursiva que probablemente tomaría fragmentos de esos
discursos como organizadores de sus propias memorias individuales. Esto nos
llevó a la elaboración de un cuestionario modelo para cada una de las
categorías establecidas -el cual se modificaba en función de la historia personal
de cada entrevistado/a-, cuestionario que permitiera la construcción de largos
parlamentos, estableciendo así, en la situación de entrevista, las condiciones
necesarias para que los entrevistados hicieran tanto una narración
rememorativa como un ejercicio interpretativo. Lograríamos así, en el mejor de
los casos, documentar tanto los contenidos concretos de las experiencias de
cada testimoniante como también plasmar los dispositivos conceptuales, en las
que encajaban los recuerdos personales. El objetivo era facilitar el relato con la
menor interrupción posible, y ésta fue una decisión orientada por las
características del archivo oral que se pretendía construir. Al mismo tiempo -y
en tensión con lo anterior- era preciso marcar los silencios o los puntos ciegos
de esas narraciones, poner a sus narradores frente a la circunstancia de lo
silenciado, de lo omitido, de lo expulsado, de lo olvidado, es decir, proponerle
a esos relatos explicitar su propia selección. Una operación cuidadosa por el
tipo de temática, que sólo podía formularse tratando de despojarla al máximo
de la carga de violencia que implicaba exponer.
18
Tomemos como ejemplo el caso extremo de los detenidos-desaparecidos. Su
figura es, sin duda, una marca sustantiva del terror, todavía viviente en los
lazos sociales actuales. En palabras del propio dictador Videla: "...es
desaparecido en tanto esté como tal, es una incógnita [...] mientras sea
desaparecido no puede tener tratamiento especial, porque no tiene entidad; no
está muerto ni vivo" 20 . La memoria social debe, entonces, desandar ese
camino. Si la dictadura pretendió borrar las huellas de hombres y mujeres con
recorridos singulares, nuestra tarea era traer al registro aquellas vidas, al
menos a través de las palabras de otros.
20
Diario Clarín, 14 de diciembre de 1979.
21
Nelly, Richard, Residuos y metáforas, Cuarto Propio, Santiago, 1999, p. 42.
19
figuras de la desaparición y el duelo ¿Qué tiempo verbal deberíamos usar?
¿Debíamos preguntar cómo era Alejandro, era preferible preguntar cómo
recuerda a Alejandro o era más correcto cuéntenos sobre Alejandro? La última
de estas posibilidades impone menores condicionamientos a la respuesta: el
entrevistado tiene así más capacidad para ejercitar su narración en la forma en
que habitualmente lo hace, eligiendo él mismo el tiempo verbal a través del
cual reponer a su familiar desaparecido. La importancia de este enfoque en la
construcción del testimonio se evidenció en la variedad de respuestas y
elecciones; al mismo tiempo, posibilita sostener un respeto por los tiempos y
las formas, distintas en cada caso, del duelo.
Así como nos interrogábamos sobre cómo preguntar, también decidimos qué
omitir. Una decisión difícil pero cardinal para la vertebración de la política de la
memoria a la que pretendíamos contribuir. Decisión que se planteaba casi en
términos dilemáticos: registrar el terror sin (re)producirlo.
Como mencionábamos, una parte central del contenido del archivo debe dar
cuenta de las diversas experiencias a que dio lugar la modalidad represiva del
terror estatal en la Argentina. En este sentido experiencias de secuestro,
tortura, violación, humillación, dolor, miedo, junto a otras menos extremas
como las prácticas de disciplinamiento social y cultural, necesariamente deben
estar presentes en los testimonios obtenidos. Que ese pasado existió es parte
central de lo que debe ser mostrado, registrado.
20
datos reunidos se aproximan a una prueba; de ahí que se tomaran alrededor
de 600 casos "similares" con el fin de demostrar una metodología organizada
desde el propio Estado. De este modo, el tipo de testimonio necesario no era
aquél orientado hacia la restitución de subjetividades e identidades borradas
violentamente sino hacia la compilación de pruebas que permitiera el
veredicto. Ahora bien, ¿cuál es el lugar que ocupa el sujeto en este tipo de
testimonios? Para hacer efectiva su denuncia debe dar cuenta de su posición
de "víctima". En su relato, su lugar es el de objeto de la represión. El tipo de
testimonio que componen el informe de la CONADEP se volvió paradigmático
en la evocación del horror. En ellos el relato reproduce la objetivización del
sujeto sufrida en el contexto represivo 22 .
22
No estamos diciendo que estos testimonios no sean relevantes, ni que estos
registros no son adecuados: sólo marcamos la orientación de los mismos.
21
límite; buscábamos, en fin, centrarnos en los sujetos involucrados y no en el
cuerpo/objeto de la represión.
Experiencia y dolor
Una de ellas que me gustaría comentar aquí está vinculada a las nociones de
pudor y dignidad implicadas en las subjetividades del entrevistador y del
entrevistado. Sabemos que para muchos puede ser significativo incluir un
testimonio desgarrador ÿ emblemático que ponga de manifiesto el dolor
abismal producido por una experiencia pasada. Sin embargo, nosotros
preferimos no exponer al entrevistado ni exponernos a un encuentro doloroso,
cuyo resultado se acerca más a la contemplación y auto contemplación de una
tragedia que a un testimonio, para un Archivo público, que eche luz sobre el
terrorismo de Estado en Argentina. Porque en definitiva ¿qué queda en limpio
en estos testimonios más allá de la angustia omnipresente del entrevistado? Y
aún suponiendo que esa angustia sea tristemente representativa de las heridas
de largo plazo dejadas por el terrorismo de Estado ¿es éste el lugar y la forma
para ponerlas en evidencia? ¿Somos nosotros los profesionales adecuados para
esa tarea u objetivo?
Para Terrence Des Pres "En tanto que testigo el sobreviviente intenta ante todo
comunicar la ajenidad absoluta de los campos, su inhumanidad especifica" 23 . Si
las formas lingüísticas y los códigos simbólicos están abiertos a las
contingencias de las memorias y las experiencias ¿a qué acudir a la hora de
narrar la experiencia del terror en una sociedad que aún no ha pactado una
imagen colectiva de ese pasado? Y si la dimensión subjetiva e individual de esa
23
Citado por Todorov, T., Frente al límite, Siglo XXI, Buenos Aires, 1993.
22
experiencia sólo encuentra nominación en términos de ajenidad absoluta e
inhumanidad ¿qué y cómo decir allí donde la lengua es impotente?
23
aún hay silencios, omisiones y olvidos que obturan la posibilidad de
significación de esa experiencia que puede considerarse como de "catástrofe
social". Entendemos que estos silencios y olvidos reconocen fundamentalmente
dos direcciones que resulta necesario explorar.
24
Vezzetti, Hugo, "Construcción y transmisión de la memoria social", ponencia
presentada en el IV Encuentro Nacional de Historia Oral: Conflictos y Experiencias del
Siglo XX, Buenos Aires, 1999.
25
Quisiera tan sólo mencionar aquí el espacio de reflexión que es esperable abra el
último libro de Beatriz Sarlo: La pasión y la excepción. Desde la introducción la autora
recuerda el día del ¿asesinato-fusilamiento-ajusticiamiento? de Aramburu: "Cuando
recuerdo ese día (...) veo a otra mujer (que ya no soy). Quiero entenderla, porque esa
que yo era no fue muy diferente de otras y otros; probablemente tampoco hubiera
24
Los olvidos, las omisiones, los pudores, los temores ante los posibles efectos
de cada intervención sólo han permitido, hasta ahora, la construcción de
memorias centradas en las bondades imaginarias de una sociedad poco
dispuesta a re-conocerse como parte del horror o en relatos glorificadores de
militancias y militantes, relatos que han aprendido a conjugar las figuras del
héroe bélico y la de la víctima martirizada.
Toda memoria implica una narración y toda narración conlleva un sentido que
hace a la permanente reconstrucción del lazo social, a la permanencia en
tiempo y espacio de una comunidad. Actualmente se impone con la fuerza de
las oportunidades históricas la ampliación de un debate que, de cara al futuro,
tenga como fin la difícil tarea de poner en claro la matriz cultural de las
herencias político-ideológicas que pesan sobre nosotros y determinar qué parte
de aquellas tradiciones que en el pasado constituyeron un funesto fundamento
de motivaciones sigue vigente hoy y requiere revisión.
25
BIBLIOGRAFÍA
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