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Como Coordinar El Culto Taller

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Como coordinar el culto

Historia

En la iglesia primitiva no había edificios de iglesias. La Iglesia — es


decir, el Cuerpo de Cristo — celebraba reunida en hogares privados.
Hoy día se llamarían Iglesias domésticas, pero los cristianos de aquel
tiempo se consideraban la iglesia y el lugar donde se reunían era la
casa de alguien. Dense cuenta de cómo Pablo saludaba a los
cristianos de Corinto: “las iglesias de Asia les envían saludos. Aquila y
Prisca, junto con la iglesia de su casa, les envían muchos saludos en
el Señor” (1 Corintios 16,19).

Lo sagrado de estos lugares no provenía de su arquitectura: se


basaba en la presencia de los congregados: la asamblea local del
Cuerpo de Cristo.

En los primeros pocos años de la Cristiandad, todos los cristianos


fueron judíos (Hechos 10:45, 11:18). El Sábado Judío siempre ha
sido guardado el sábado, el séptimo día de la semana. Aún los
cristianos antiguos, quienes fueron judíos, se reunieron para el culto
en el primer día de la semana, domingo. Éste fue considerado por
algunos como el Día del Señor (Rev. 1:10), porque Jesús había sido
resucitado en el primer día de la semana (Mar. 16:9, Lucas 24:1-7,
Juan 20:1, 19).

La práctica de reunirse juntos en el primer día de la semana empezó


la semana después de que la resurrección de Cristo había tenido
lugar (Juan 20:26). La práctica de reunirse en el primer día de la
semana es también mencionado en Hechos 20:7 y 1 Corintios 16:2.

El culto Cristiano de La Iglesia Primitiva

Estaba basado en La adoración sencilla y la participación de todos.

En el primer siglo, la cena del Señor era el centro del culto cristiano.
Los fieles se reunían con el objeto de conmemorar, por medio del
rompimiento del pan, la muerte expiatoria del Hijo de Dios.

La reunión era del todo fraternal. Los pastores que actuaban no


asumían ningún carácter clerical ni sacerdotal, sino que se tenían a sí
mismos como encargados por el Espíritu Santo para exhortar y
enseñar la doctrina de Jesucristo.

Todos tomaban libremente parte en el culto, ya sea dirigiendo la


palabra, orando, indicando algún salmo o himno para ser entonado
por todos. El que presidía el culto no lo monopolizaba, sino que
estaba ahí para cuidar del buen orden del mismo.

Celebraban la cena del señor:La cena no era un sacrificio, los


cristianos no habían olvidado el carácter conmemorativo de esta
ordenanza. No se creía en lo que se llama la presencia real en los
elementos componentes, sino que el pan era un emblema del cuerpo
de Cristo y el vino lo era de su sangre. Ambas especies eran tomadas
por todos indistintamente, pues no había diferencia entre los
hermanos.

La lectura de las Escrituras era una parte importante del culto.


Como no existía la división de capítulos y versículos, a menudo se
leían libros enteros en una sola reunión, mayormente si se trataba de
una Epístola. El Antiguo Testamento era recibido como divinamente
inspirado. No existía que hoy llamamos Canon de Nuevo Testamento.
Cada libro era una obra completa en sí. Se aceptaban por su
contenido y no por autoridad externa; así vemos que el Pastor de
Hermas y la Epístola de Bernabé eran leídos en las asambleas. Por
supuesto, es de pensar que las distintas congregaciones tenían partes
del texto bíblico. Era un tesoro inapreciable el poder tener todo el
Antiguo Testamentó junto, así como las cartas novo-testamentarias.

Después de la lectura seguía la predicación, la cual era un


desarrollo o explicación práctica de la porción leída, al estilo de las
que se hacía en las sinagogas judías. En los tiempos de persecución,
la predicación se empleaba para dar ánimo a los hermanos, a fin de
que en la hora de la prueba se hallase fuertes. En épocas señaladas
el discurso tenía por objeto recordar los sufrimientos y el valor de los
mártires y confesores. Entonces se exhortaba a imitar las virtudes de
los que habían sido fieles hasta la muerte.

La controversia no les era desconocida. Se llamaban sermones


apologéticos aquellos que tenían por objeto enseñar a los
catecúmenos las verdades de la fe que iban a profesar públicamente
y que con tanta frecuencia tendrían que defender ante los ataques del
paganismo. Esta clase de discursos nunca entraba en el culto
propiamente dicho.

El canto era también una parte importante. Se cantaban Salmos,


es decir los del Antiguo Testamento, e himnos compuestos por los
cristianos y que hacían referencia más directa a las verdades de la
gracia del Nuevo Pacto. Los instrumentos musicales eran
desconocidos en las reuniones de las iglesias durante los primeros
siglos. El canto era del todo sencillo, tanto en la música como en la
letra.

La oración era una de las partes esenciales del culto. Los


cristianos se reunían no sólo para oír hablar de Dios, como para
hablar con Dios. El lenguaje de la oración era austero, evitándose
toda retórica innecesaria. Las oraciones estaban llenas del lenguaje
de las Escrituras, especialmente de los Salmos y Profetas. Las
oraciones no eran largas, evitándose toda vana repetición. La oración
pertenecía a toda la asamblea y era dirigida en una lengua inteligible.

Estas eran las características del culto primitivo, según resulta de los
escritores de aquella época. En todo prevalecía la simplicidad. Dios
era adorado en espíritu y en verdad, sin los ritos, ceremonias y
pompas que caracterizaban al paganismo.

El todo culto, antes de distribuirse el pan y el vino de la comunión,


todos se daban el beso de paz; los hombres a los hombres y las
mujeres a las mujeres. Basta recordar esta costumbre piadosa para
formarse una idea del amor que unía a todos los que eran hermanos
en Jesucristo.

Transición

A principios del siglo IV se levantó el emperador Constantino I


conocido como el legalizado de la religión cristiana por el Edicto de
Milán en 313, conocido también como La tolerancia del
cristianismo, y en él se establecía la libertad de religión en
el Imperio romano.

Esto trajo un cambio en la liturgia del culto.

Definición de conceptos.

El culto: El culto a Dios, la adoración, es una de las primeras


actividades humanas mencionada en la Biblia (Gn. 4:3-4), asimismo
es lo primero que hacen Noé y su familia después del diluvio bajo la
nueva creación (Gn. 8:20), y será la última y única actividad de los
redimidos cuando estemos en el cielo (Ap. 4:4). En latín la palabra
culto (cultus)4 viene de «cultivar» haciendo referencia a alguien
«culto» en el sentido de preparado o capacitado, que practica, trabaja
y cuida de algo. De manera que uno puede «cultivar» en el sentido
agrícola de plantar algo, uno puede ser «culto» en el sentido de
persona capacitada intelectual y culturalmente, y uno puede «ofrecer
un culto» en el sentido de un tiempo preparado, trabajado y ofrecido
a Dios.

Básicamente podemos definir el culto cristiano como un servicio,


un homenaje, una ofrenda de adoración y acción de gracias con el
objetivo de:

Honrar a Dios con la adoración, bendecir a la iglesia con la


edificación, y testificar al mundo con la proclamación.

Por tanto, el culto puede entenderse fundamentalmente como


un acto comunitario de servicio y ofrenda a Dios en acción
voluntaria, en respuesta agradecida a lo que Él ya hizo por
nosotros.

En torno a esta base, la comunidad, la iglesia local, se siente


impulsada a la alabanza, la oración y la meditación de la Palabra.

DR. Maxwell: «El culto consiste en nuestras palabras y acciones. Es la


expresión externa de nuestro homenaje y adoración, cuando estamos
reunidos en la presencia de Dios. Estas palabras y acciones están
gobernadas por dos cosas: nuestro conocimiento del Dios a quien
adoramos, y los recursos humanos que somos capaces de aportar a
ese culto.

El culto cristiano se diferencia de todos los demás cultos en que se


dirige al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.»

De manera que si el culto cristiano es un servicio ofrecido a


Dios, una respuesta a lo que Él ha hecho por nosotros, y un
acto corporativo con ese sentido de celebración comunitaria,
no podemos dejar de mencionar el elemento festivo que
encierra en si mismo. Es decir, el culto no conmemora un
recuerdo desilusionado6 como ocurriera con los discípulos en
el día de la Pascua antes de la aparición del Señor, no, el culto
revive en cada celebración al Cristo resucitado, se regocija en
su presencia, se esperanza con la parusía, y en definitiva se
convierte en una necesidad del alma redimida que busca y
necesita reconocer al Autor de esa obra redentora.
El culto: Propósito El propósito y el objetivo principal del culto
cristiano, es la adoración. Adoración al único que la merece, el Dios
creador y sustentador de todas las cosas. Dicha adoración debe
cumplir asimismo un doble propósito:

Glorificar a Dios y edificar a su Iglesia.

Si la adoración es la vocación suprema del hombre, y el culto es el


trabajo más noble al que el hombre puede aspirar, el culto se
convierte en el canal más digno, para que tributemos a Dios la
adoración que sólo Él se merece. Esa adoración, que es una
necesidad inherente al ser humano, si no se satisface a través del
culto cristiano, se satisfará a través de cualquier otro culto. Debido a
esa necesidad, si el hombre no adora al Dios creador, acabará
rindiendo culto a otra supuesta divinidad11 o cualquier elemento de
la creación (Ro. 1:23-25).

El culto es para Dios. Al culto hay que venir aportando una actitud
reverente, una actitud ya sea de gozo o de arrepentimiento, pero
nunca de indiferencia, pues la Palabra dice en Deuteronomio 16:16:
«Ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías».
Diremos más, el culto es una ofrenda para Dios en respuesta a lo que
Él ha hecho por nosotros, y en esa respuesta agradecida de adoración
y acción de gracias, o de súplica, arrepentimiento o búsqueda, en ese
acto de darse, de ofrendarse a si misma, la iglesia es edificada y
consolada, recibiendo la bendición como consecuencia directa de
cumplir el mandato bíblico: «Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo
servirás» (Mt. 4:10).

TEXTOS BÍBLICOS RELATIVOS AL CULTO

He seleccionado en el NT seis textos que nos dan pautas sobre cómo


ha de ser nuestro culto, nuestra manera de adorar y buscar a Dios.
Son:

Mateo 2:11; «Al entrar en la casa, vieron al niño con su madre


María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le
ofrecieron presentes: oro, incienso, y mirra.»

El culto cristiano, la adoración, tiene un contenido netamente


cristológico.

Mateo 4:9, 10. «Y le dijo: todo esto te daré si postrado me


adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está:
Al Señor tu Dios adorarás y a él sólo servirás.»
Mateo 4 nos presenta el episodio de la tentación de Jesús, donde Él
es llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. su
verdadero propósito: conseguir que el Hijo de Dios le rinda culto en
adoración: «Todo esto te daré, si [postrado] me [adorares]». La
respuesta de Jesús es concluyente: «Vete Satanás, porque escrito
está: Al Señor tu Dios [adorarás] y a Él sólo [servirás].»17.

Los verbos «adorar, postrar, servir» tienen significado de «rendir


culto». Este pasaje deja claro que el único objeto de culto y adoración
es Dios mismo.

Juan 4:19-24; La adoración verdadera

Hechos 2:42; El culto en la Iglesia Primitiva «Y perseveraban en


la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones.» Este es un texto modelo
donde encontramos 4 elementos básicos que deben existir en el culto
cristiano.

Romanos 12:1, 2 El culto racional «Así que, hermanos, os ruego


por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos en
sacrificio, vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto
racional.»

Todo cristiano debe sacrificar sus intereses personales en pro de un


culto ofrecido a Dios. Es un sacrificio vivo pues ya no se trata como
en el AT de sacrificar animales muertos en expiación sobre el altar del
holocausto, sino como decimos, de sacrificar todo sentimiento o
actitud que se oponga al espíritu del culto. Es un sacrificio santo pues
tiene como propósito apartarnos más para Dios y santificarnos más a
su servicio. Es un sacrificio agradable a Dios, pues el olor que se
espera que Él reciba debe ser el agradable olor a incienso que
representa la vida de oración de los santos.

Apocalipsis 4:1-11. La adoración eterna.

• La adoración es un deseo innato en el ser humano (Mt. 2:11)

• La adoración ha de estar centrada sólo en Cristo (Mt. 4:10)

• La adoración involucra a la totalidad de la persona (Ro. 12:1, 2)


• No hay un lugar específico de adoración (Jn.4:19-24)

• La adoración será el propósito principal de los redimidos en el cielo


(Ap. 4)

cómo llevar a cabo el culto y bajo qué parámetros


desarrollarlo.

Liturgia del culto.

Etimológicamente hablando, la palabra liturgia está formada por dos


vocablos griegos que derivan de laos (pueblo) y de ergon (obra).
Por tanto, en su etimología significa «la obra, el trabajo del pueblo».
El letargo sería aquella persona responsable de guiar, conducir y
animar a participar al pueblo, a la congregación, en la Obra de Dios,
circunscribiendo lo dicho a los cultos eclesiales. Dice al respecto

Max Thurian: «El culto cristiano sólo puede ser litúrgico, es decir
obra del pueblo, cuando sea toda la comunidad la que celebre el
culto, nadie debe estar pasivo, es una verdadera acción comunitaria”.
La liturgia es, por tanto, el conjunto de elementos que forman el
orden del culto y que sirven de cauce y expresión para guiar a la
congregación a un encuentro pleno con su Dios. Pero es algo más,
es la formulación correcta de esos elementos a fin de que
expresen toda la verdad de Dios en una forma adecuada.

Toda liturgia debe ser dinámica y saber adaptarse a los tiempos,

Pues si bien es cierto que las verdades que nosotros expresamos no


cambian, son verdades esenciales de la fe, las palabras y las frases
no tienen por qué ser piezas de museo a las que hagamos perder su
sentido y convirtamos en frases vacías de contenido y en
precocinados ritos religiosos. Suele ocurrir que por el hecho de que
algunos elementos de la fe o de la vida cúltica hayan sido mal
empleados en el pasado o lo sean en el presente, o ya estén
anticuados en sus formulaciones, enseguida los consideramos
impropios y caducos, sin darnos cuenta de que su incorrecto empleo
debe llevarnos justamente a reivindicar su auténtico lugar,
rechazando su mal uso y no el elemento en sí. La auténtica liturgia es
aquella que sirve de cauce para expresar nuestra fe, pudiendo
nutrirse de siglos de experiencia encauzada y promovida por el
Espíritu Santo.

En lo que respecta a la Biblia, Dios no nos ha dejado un orden


de culto modélico sino más bien principios generales basados
en su Palabra.

El orden de culto y sus elementos pueden por tanto variar de una


congregación o denominación a otra. Sin embargo, consideramos que
todo orden de culto o liturgia debe comenzar en oración invocando la
presencia del Señor (o reconociéndola, en base a Mt. 18:20), y debe
finalizar pidiendo su bendición final sobre la congregación a la que se
envía de vuelta al mundo.

LOS PASOS A SEGUIR PARA COORDINAR LOS CULTOS EN LA


IGLESIA

Introducción:

Los siguientes puntos que a continuación estaré presentando lo he


hecho con la intención de que pueda servir como guía o referencia
para capacitar a aquellos miembros de iglesias que dirige o coordinan
cultos, utilizando como base bíblica 1ªCor, 14:40 que dice, pero
hágase todo decentemente y con orden. Y quizás aquí usted diga que
eso lo dijo pablo cuando corrigió a la iglesia acerca del hablar en
lenguas, pero recuerde usted que la iglesia de corintio era muy
desordenada, y por eso pablo dice en el Cap., 3:1-2 de manera
hermanos que yo hermanos quise hablaros como a espirituales, sino
como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, y no
vianda; porque aún no erais capaces, ni sois capaces todavía,

Lo que quiere decir que no tenían la madurez necesaria para las


cosas de la iglesia y esto debe evitarse en todas las iglesias
Así que a continuación los siguientes puntos que espero te sean de
gran bendición.

La importancia del coordinador.


1. Al cristiano que dirige el servicio se le constituye en un colaborador
y administrador de las cosas de Dios durante el momento de su
servicio espiritual. Ya que su rol es de suma importancia en el plano
espiritual, porque es el encargado de dirigir al pueblo a la adoración a
Dios, y presentarse a sí mismo y a los demás ante el trono del Señor
por medio de las oraciones, cantos y participaciones de los hermanos.
(1ºCorintios, 4:1)

2. El coordinador ejerce el rol de sacerdocio en un sentido


espiritual, ya que es en ese momento el encargado de guiar y
presentar ante Dios la ofrenda personal de cada uno, el sacrificio de
alabanzas, que como cristianos debemos ofrecer a Dios por medio de
Jesucristo. (Hebreos, 13:15 1ºPedro, 2:5).

3. La importancia de este servicio está relacionado al orden que


tendrá el culto y hasta puede ser determinante en el beneficio
espiritual que tenga o no tal reunión. El coordinador tiene el deber
ante Dios de hacerlo con excelencia, dando su máximo, para la
gloria de Dios y la bendición de si y de todos.

Es el primero en honrar la presencia del Señor y dar ejemplo de


excelencia en la adoración. (1º Corintios 14:40
Malaquías, 1:6-14).

La Presentación Personal
(1ºTimoteo4:12)

1. El cristiano en el momento de dirigir o predicar deberá presentar


en su aspecto exterior, la importancia de vestirse bien (Éxodo, 28:2,
40-43). En este sentido hay que decir que la consigna es en pocas
• Santidad.
• Decencia
• pudor
• pureza
• discreción

2. deberá siempre presentarse bien en la forma de vestirse. Ya


que la idea es que aun con nuestra manera de vestir reflejemos las
virtudes cristianas y los valores espirituales. Ya que la biblia nos
habla de; honra hermosura y santidad, es por eso que al cubrirse
bien demuestran consagración. Y se puede mostrar hermosura sin
deshonrarse a sí mismo exhibiendo partes íntimas, sin recurrir a la
sensualidad o al erotismo, cosas que solo sirven de tropiezo y de
ocasión para el pecado. Así que el coordinador no debe incentivar o
estimular el pecado o la carnalidad, sino inspirar reverencia hacia
Dios.
3. En el aspecto exterior la importancia es lo físico
(1º Corintios 6:12-20). Aunque sea obvio, es necesario tener en
cuenta tres detalles en este sentido.

1. El aseo e higiene personal, que habla también del estado interior;

2. el cansancio, que puede reflejarse en el rostro y las actitudes


durante el desarrollo del culto,

3. la manifestación de algún problema en la salud, cosas que pueden


servir de estorbo, e impedimento o limitar el libre actuar del Espíritu
de Dios en y a través de nosotros.

4. El aspecto Interior- el estado emocional- (Santiago 5:13


Salmo 142: 2, 3,7) Es de vital importancia este detalle, ya que del
corazón salen las cosas buenas o malas, (Marcos 7:21) y por lo tanto
si nuestro corazón está herido, o manchado con sentimientos
pecaminosos, tanto el director como la congregación perderán
bendiciones espirituales. Por medio de la oración debemos cuidar
nuestro corazón de enojos, tristezas, y preocupaciones.

5. El aspecto interior en el estado espiritual (Levítico 21:6,


17,23 16:4-6, 11.15). Es imposible no pecar, todos cometemos, en
menor o mayor medida, errores y pecamos. Dios ha provisto los
medios para que lidiemos con el pecado, y no permitamos que nos
estorbe en nuestro servicio a Dios. La idea es que seamos sinceros,
nos examinemos a nosotros mismos, confesemos y nos limpiemos de
todo pecado que impida nuestro servicio al Señor con excelencia.
NOTA: La idea no es dejar el servicio por causa del pecado, sino dejar
el pecado para seguir sirviendo.

Las Actitudes del coordinador.

1. Debe estar siempre predispuesto a servir (Salmo 108:1)

2. Ser expresivo en cada canto que eleva al Señor. No se trata


de ser un motivador, sino de ser un adorador que manifieste el
verdadero sentir de su corazón hacia Dios. (Salmo 109:30
149:1-6 )

3. No caer en el error de fingir, imitar o simular actitudes


ajenas. El coordinador debe ser expresivo pero también
espontáneo y genuino en sus expresiones y actitudes hacia
Dios. (Salmo 111:1)
4. La actitud debe ser de gozo, optimismo y gratitud. Un
coordinador negativo, pesimista, y depresivo, nunca será de
bendición para la congregación. (Salmo 100:1-4 / 98:4 )

5. el ambiente. Hay veces que el ambiente espiritual es denso y


pesado, se hace necesario ser sensible y discernir la necesidad y
condición de la gente, para ministrar por medio de la oración o de la
Palabra de Dios, o de alguna alabanza especial, para romper la
barrera espiritual contraria que estorba la comunión y bendición del
Señor. (Santiago 5:13 / 1ºCorintios 14:15 )

Detalles que hacen la diferencia

• Los cantos deben ser conocidos por los músicos de la iglesia

• No es recomendable improvisar.

• No dirigir el canto si no tiene la capacidad de hacerlo.

• No conviene hacer comentarios extensos ni reflexiones


largas como predicación.

• Anime y sea prudente en sus palabras. No reprenda ni


exhorte con dureza a la congregación si ve que no participan.

• La lectura de la Biblia deben ser preparada con anticipación.

• Practique la lectura si no sabe leer bien

• La lectura de la Biblia solo debe ser leída, no corresponde al


coordinador predicar. (no se extienda)

• Nunca ore por sus necesidades o descargue sus angustias en


medio del devocional, eso debe hacerlo antes, y dejar todas
sus cargas al Señor, antes del devocional, y no derramar sus
cargas a la congregación.

• Consultar con el pastor sobre la participación de quienes


desean participar en el culto. Si lo autoriza o no.

• Respetar los tiempos establecidos o acordados por cada


pastor o iglesia.

• Este siempre atento a aprender y modificar lo que deba,


para que su servicio sea mejor y de gloria al nombre del
Señor.
CONCLUSIÓN:
El presente estudio es solo una referencia, y esta destinada a
aquellos que se están iniciando en este servicio, y pertenecen
a congregaciones no tan numerosas en los cuales tal vez no
tengan un Ministerio de alabanza ya establecido

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