TRO de Phillipson
TRO de Phillipson
TRO de Phillipson
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el estímulo, así como también la acción de espiar o mirar o bus
car algo*)
El Rorschach presenta manchas de absoluta neutralidad temá
tica. En cualquier lámina pueden verse o no figuras haciendo algo,
que puede tener o no un tinte persecutorio. Lo que el paciente
depende de lo que él mismo proyecta.
El T.R.O. concilia ambas tendencias. (Por ejemplo la lámina
B3 (4) muestra una figura cortada en negro en primer plano a la
derecha que puede visualizarse como una persona espiando, mi
rando, conversando, como expectador pasivo, o bien se la ve como
una sombra, una estatua o una cortina.)
2. El T.A.T. pone el énfasis en la secuencia temporal del dra
ma: el antes, ahora y después de una manera que podríamos cali
ficar de balanceada.
El Rorschach no pide una historia ni explora la historicidad
del perccpto del paciente. Está centrado en el aquí y ahora de la
percepción.
El T.R.O. explora la secuencia temporal del drama asociado a
la percepción, pero pone especial énfasis en el presente, acerca del
cual solicita al paciente que se explaye con más detalle.
3. El T.A.T. sugiere en alto grado el movimiento humano. (Por
ejemplo en la lámina es muy improbable que el paciente no vea al
hombre subiendo o bajando por la cuerda o descansando antes de
continuar. Cualquiera de estas variantes implica movimiento hu
mano. )
El Rorschach presenta manchas que no sugieren explícita
mente movimiento humano alguno, pero sí permiten proyectarlo.
Por la inestructuración de las láminas puede aparecer movimien
to humano, animal o movimiento de entes inanimados. De ahí la
enorme importancia de la aparición de movimiento humano (M )
en este test a quien Rorschach asigna un especial valor diagnós
tico y pronóstico.
El T.R.O. también concilia estas dos tendencias. En sus lámi
nas no aparece claramente sugerido el movimiento humano, pero
puede ser proyectado. Esto depende del paciente ( no de la lámi
na), quien puede ver figuras humanas estáticas o en movimiento
o animales estáticos o en movimiento (aunque es mucho menos
frecuente que en el Rorschach) o entes inanimados estáticos o en
movimiento.
4. En el T.A.T. el contenido humano está claramente presen
U8
tado, al menos en las láminas de la primera serie. En cualquiera de
estas láminas es imposible no ver figuras humanas. Puede ser que
el paciente las distorsione, pero la identidad humana no puede
negarse y se impone al paciente por las características del estímu
lo. Si la angustia que la lámina provoca es intensa, surgen blo
queos o resistencia franca a hacer lo que el psicólogo solicita. Por
ello, la visualización de figuras humanas en el T.A.T. no consti
tuye un índice de salud como ocurre en otros tests. Por lo contra
rio, ver animales u objetos donde otros ven personas, constituye
un índice de seria patología.
El Rorschach tampoco sugiere directamente figuras humanas.
El paciente puede proyectarlas y si lo logra se toma como indica
dor diagnóstico y pronóstico significativo, según sean las caracterís
ticas que el paciente atribuye a las figuras que ve, el lugar donde
las localice, etc. (Por ejemplo en la lámina VII, llamada “de la
madre”, algunos ven: “dos mujeres bailando”, otros “perros y cone-
jitos”, otros “nubes de tormenta”, “trozos de piedra”, etc.)
E l T.R.O. presenta láminas en las que resulta muy fácil visua
lizar figuras humanas (la C3 por ejemplo), otras en las que es pro
bable que se visualicen, pero permiten variantes ( A l) y otras que,
finalmente, admiten la posibilidad de ver figuras humanas, anima
les o entes inanimados con la misma facilidad. (Así ocurre con la
AG en la que algunos ven: “algunas personas en el cementerio”,
otros, “pingüinos en la nieve”, y otros, “es una tormenta de nieve
con mucho viento.” Es decir que este test permite distintos grados
de humanización y deshumanización de la proyección, de la misma
manera que el Rorschach.
5. El T.A.T. utiliza en la mayoría de las láminas un estímulo
francamente estructurado, facilitando así la descripción y la inte-
Iectualización como defensa. Algunas (la XVI, por ejemplo) deter
minan que el psicólogo sea vivido como un agresor, que expone al
paciente a una situación altamente persecutoria dadas las carac
terísticas de la lámina mostrada.
E l Rorschach utiliza un estímulo no estructurado pero sí fácil
mente estructurable por la mayoría de los sujetos. Esto es lo que
determinó que el autor seleccionara esas diez manchas de entre
miles y que optara por hacerlas simétricas. Por lo tanto permite
que el paciente ponga en juego otras defensas, y sí aparecen las
mencionadas en el caso del T.A.T., la significatividad de las mis
mas sería mucho mayor.
119
En el T.R.O. el estímulo presenta un grado de estructuración
intermedio. Son láminas menos estructuradas que las del T.A.T.
y más que las del Rorschach. El test consta de tres series de dis
tinto grado de estructuración, lo cual permite apreciar la reacción
del sujeto ante estos cambios, dentro del mismo test. La variable
que tiene especial importancia en este sentido es la de Contenido
de Realidad, que varía fundamentalmente de una serie a otra.
6 . Entre los tests comparados, el T.A.T. es el de menor satura'
120
surgir asociaciones libres con dramatizadones reales o fantaseadas,
pero se trata de fenómenos especiales.
El T.R.O. recoge la proyección a través de ambos comporta
mientos. Es tan significativo lo que el paciente ve como el tipo
de historia que elabora al dar historicidad a la percepción y conec
tar los distintos elementos percibidos.
10. En el T.A.T. la influencia cultural es importante porque en
todo el test el contenido de realidad está altamente estructurado
(incluso en las vestimentas de los personajes). La excepción a esto
es la primera lámina de la segunda serie. Es evidente que se trata
de un test del año 1930.
El Rorschach no acusa tan alto grado de influencia de lo cul
tural, pero hay algunas respuestas que llegaron a ser populares
y que han estado determinadas por lo cultural, como por ejemplo
el ‘liongo atómico” que se suele ver en la lámina IX.
En el T.R.O. la incidencia cultural es escasa excepto en dos
láminas: la C3 y la C12. (E n la C3 es común que se vea un co
medor en el que se desarrolla el clásico five o d o ck tea . En la
C12, en Inglaterra es común ver una casa de campo. En nuestro
medio, la imagen de lo que es una casa de campo es distinta, por lo
que aparece más frecuentemente la respuesta de *el departamento
de un bohemio, el atelier de un pintor, un departamento de un
ambiente, una casa humilde” . . . También podemos incluir la CG:
a veces el paciente elabora una historia sobre el acorazado Potem-
kin que es, en realidad, la temática en la que se basó el autor para
esta lámina.)
Las figuras htlmanas que presentan las láminas del T.R.O., a
diferencia de las del T.A.T., son sin rostro, sin sexo, sin edad, sin
movimientos, sin nexos, sin expresiones, sin tiempo, y se hallan en
un escenario con escaso contenido de realidad. Esto implica la
posibilidad de proyectar lo referente a la relación transferencial.
Emergen conflictos con distintas figuras parentales y fraternas, con
el grupo de pares, con situaciones actuales, pasadas y futuras, a
través de distintos tipos de fantasías: arcaicas (en la serie A ),
más evolucionadas (en la serie B ) y con más afectos (en la serie
C ), equivalentes a la textura (c), claroscuro (K ) y color (C ) del
Rorschach.
Los estímulos utilizados por el T.R.O. presentan, sobre los de!
T.A.T., las siguientes ventajas:
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1. Utiliza estímulos ambiguos: los personajes humanos, los
objetos y el clima emocional. El fondo no aparece como estímulo
primordial. En el T.A.T. el fondo se usa como estímulo y se lo
presenta con bastante detallismo y estructuración. (Por ejemplo
en las láminas 3, 8 y 15 hay objetos que sirven directamente como
estímulo.)
2. El manejo del espacio es distinto: en algunas láminas del
T.R.O. hay que llenarlo.
3. No introduce respuestas de movimiento humano ni de otro
tipo; si aparecen es por la necesidad del paciente de sobreimponer-
las (en especial movimiento humano c inanimado).
4. No hay rastros culturales.
5. El contenido agresivo es menor, y por lo tanto da lugar
a una mayor labilidad transferencial.
6 . Introduce la utilización de la textura, del color en dos mo
122
Rorschach t .b .o .
Contenido
Paisajes ídem*
124
Al igual que el Rorschach, el T.R.O. tiene una secuencia esta
blecida por su autor para la presentación de las láminas. El orden
es arbitrario, pero las alteraciones de la secuencia, además de com
plicar la tarea de interpretación del material, porque la producción
así obtenida no puede ya compararse con los “clisés", crea inter
ferencias en la relación transferencial con el paciente quien, incons
cientemente, percibe la ansiedad, contrariedad, temor, etc, que
el psicólogo trasmite de manera verbal o preverbal. Una vez esta
blecidos los patrones interindividuales, o sea, una vez estandariza
do el test, la secuencia debe ser respetada, para que el cotejo de
la producción del paciente con las del resto de la población sea
válida. Esto ocurre también con el C.A.T., no asi con el T.A.T.,
cuyo autor acepta la selección de láminas y la elección de la se
cuencia de acuerdo con el criterio del psicológo en cada caso.
Otro elemento común entre el Rorschach y el T.R.O. es la
forma de registro del material y los pasos en la administración
del test. También Phillipson considera importante registrar toda
la producción verbal y preverbal del paciente, sus tiempos de
reacción en cada lámina, etc. Luego de la primera mostración de
las láminas procede, al igual que Rorschach, a efectuar un interro
gatorio para completar, especificar o dilucidar lo que el paciente
ha dejado incompleto, ambiguo, confuso o contradictorio. Por últi
mo, también Phillipson incluye un examen de límites, para casos
en los que el paciente no haya tomado en cuenta alguna de las
variables de los criterios de interpretación, o lo haya hecho pero
de una manera inusitada (por ejemplo: no ver seres humanos en al
gunas láminas, no incluir para nada el color, bloqueo frente a de
terminadas lámina*s que no cede en el interrogatorio, ausencia de
inclusión del pasado, presente y futuro, ausencia de conflicto o de
resoluciones del conflicto, etcétera).
En términos generales podemos decir que un Rorschach resul
ta insustituible si se quiere un diagnóstico preciso de la estruc
tura subyacente del caso con posibilidades de establecer un diag
nóstico diferencial y de traducir estos conceptos a fórmulas y
números. Un Phillipson es imprescindible para explorar la diná
mica del mundo interno del paciente, la naturaleza de sus relacio
nes objétales inconscientes, la posibilidad de modificación de
vínculos patológicos, los distintos tipos y niveles de organización
de vínculos y sistemas defensivos ante diversas situaciones (tres
series con uno, dos, tres y varios personajes).
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Phillipson incluyó, al igual que Murray, una lámina en blanco,
pero esta inclusión tiene características diferentes en el T.R.O.
Ocupa el último lugar en la secuencia y por esta razón explora las
fantasías de enfermedad y curación, los recursos con que cuenta
el paciente para fantasearlas y las posibilidades de llevar a cabo
lo que fantasea. Asimismo, junto con las otras, permite recoger
más material acerca de la relación transferencial. Murray la in
cluyó por esta razón y por eso decidió colocarla en el medio de
la segunda serie. En cambio Phillipson la ubicó al final, para ex
plorar cómo se despide del test y del psicólogo.
El T.A.T. y el T.R.O. tienen una consigna semejante, aunque
Phillipson enfatiza el presente, en tanto Murray otorga el mismo
valor a los tres componentes de la secuencia temporal. Phillipson
pide al paciente lo siguiente: KEn primer lugar deberá decir cómo
se imagina que surgió esta situación (esto lo puede hacer en una
o dos frases). Luego imagine qué es lo que está sucediendo en la
situación y cuéntemelo con más detalle. Por último imagine qué
sucederá luego o cómo termina (esta parte también la puede hacer
en una o dos frases)” Por su parte Murray solicita: “Le voy a
mostrar una serie de figuras. Usted tiene que hacerme un relato
sobre cada una de ellas. Tiene que decirme cuál es la situación que
muestra la lámina, qué sucesos la provocaron y cuál será el resul
tado de la misma, describiendo los sentimientos y pensamientos
de los personajes. Me agradaría que inventara un argumento, no
una historia literaria muy cuidada. Deseo escribir lo que usted ex
prese, en lo posible al pie de la letra. Por consiguiente le ruego que
no se apresure,”
JAmina Al (1)
129
tos para explorar cómo vive el paciente la situación de examen
psicológico y cuál es el tipo de relación transferencial predomi-
nante que ha establecido con el psicólogo.
Su temática responde a este comienzo: "Si estoy solo frente a
algo nuevo que me pone ansioso y o . . . ”
Lámina A2 (2)
130
nivel pcrceptual; en ese caso, el paciente ve una pareja y agrega
un tercer personaje, que por lo general es un niño, ubicado entre las
dos figuras, abajo. Veamos un ejemplo: “es una pareja, parece
haber un niño en el medio, puede ser el hijo’*. En una forma u otra
aparecen proyectados ciertos aspectos infantiles del paciente que
le impiden ver la pareja unida.
También es importante considerar el uso del contenido de rea
lidad que el paciente hace en esta lámina, el contienente que bus
ca para esa pareja: están dentro o fuera de qué, en un ambiente
con características realistas o fantasmáticas, etc., lo cual nos per
mite inferir cómo se estructura y se incluye el paciente en el
espacio.
Lámina C3 (3)
131
imaginaba esto, ¿qué puede ser?) o su franco desagrado (“si no
fuera por este rojo yo diría q u e .. . "lo que no entiendo es para
qué está este rojo aquí
Esta xiltima conducta es similar a lo que en Rorschach se de
nomina “crítica de objeto”. Algunos pacientes reparan más en el
contenido de realidad que en el contexto de realidad y exclaman:
“;Ésta es más fácil!” porque pueden apelar a defensas tales como
la descripción, con lo cual evitan encarar el contexto de realidad
o lo hacen sólo después de haberse tomado un tiempo más largo
para incorporarlo e incluirlo en la historia. Un individuo que in
cluye sin trabas el color y lo hace exitosamente, que visualiza en
forma correcta los tres personajes, que incluye bien el contenido
de realidad y puede cumplir con los demás requisitos expl¡citados
en la consigna, es una persona que posee una buena adaptación de
sus afectos e impulsos al mundo externo e interno, que tiene un
adecuado grado de control racional sobre los mismos y que posee
una buena capacidad para elaborar la situación triangular. Puede
aparecer la oralidad como vínculo entre los personajes (“están co-
miento, tomando el té o café” , . . ) . El matiz afectivo del vínculo se
puede apreciar a través de otras aclaraciones que el paciente hace
( “discuten, son amigos, uno está enfermo, el doctor revisa, charlan
de negocios, los padres están retando al hijo, etcétera).
Lámina B3 (4)
132
dr controlar la intensa ansiedad persecutoria que movilizaría la
inclusión, a nivel perceptual, del tercer persónate con caracterís-
ticas humanas (no meras estatuas y sombras). En otros casos, la
intolerancia a la situac ión de tercero excluido liace que el pac ren
to vea tros personajes en la figura central, donde habitualmentc se
ven dos. Interpreta entonces una pequeña curva en el centro, no
como hombro de la mujer de la pareja, sino como cabeza de un
hijo (bebe en brazos o hijo ya mayor) ubicado entre mamá y papá.
De este modo, se refiera o no al personaje del primer plano como
alguien que también está presente (alguien que observa la escena,
por ejemplo), el paciente ha proyectado ciertos aspectos infantiles
en el personaje incluido entre la pareja, recurriendo a una adición
perceptual. El personaje ubicado en primer plano puede ser visua
lizado como el hijo mayor que observa la escena. La inclusión
antes mencionada nos permite pensar que ese paciente aún utiliza
algunas conductas para sentirse “entre” papa y mamá reclamando
atención como cuando era bebé. El bebito aminoraría la culpa que
podría surgir en el paciente si adjudica a un hijo mayor la posibi
lidad de interceptar las relaciones entre papá y mamá.
El impacto de esta primera lámina de la serie B en la secuen
cia del test puede compararse con el impacto que produce la lámi
na V del Rorschach por su saturación de negro. En general la res
puesta ti el paciente nos indica su capacidad para enfrentar aspectos
sombríos, angustiantes o decepcionantes de la vida. El tipo de
vínculo que con frecuencia se proyecta en esta lámina es el de mi
rar y ser mirado. También incluye la contraparte agresiva de
espiar y ser espiado, invadido o controlado a través de la mirada.
La envidia puede* aparecer en la mirada del que resulte terce ro
excluido. En algunos casos el paciente su identifica predominante
mente con uno de los miembros de la pareja y proyecta en la ter
cera figura aspectos superyoicoá. Por ejemplo, la pareja de novios
que se despiden y la madre de la muchacha espía, ejerciendo fun
ciones censoras.
Lámina AG (5)
133
elaborar pérdícln^. Nos indica además cómo siente esas pérdidas
y permití' expresar la posibilidad de rearmarse frente a los duelos
reales o fantaseados, incluyendo los microduelos de la vida coti
diana. Si el paciente no puede sentir depresivamente la situación
que la lámina plantea, suelo surgir como defensa la ansiedad con
fu sinnal o la idealización extrema, la cual, si no funciona, da paso
a la persecución extrema. Entonces las historias no se refieren a
situaciones do pérdida o entierros sino, por ejemplo, a espíritus
reunidos en el ciclo o figuras demoníacas y amenazantes. Conviene
analizar estas defensas dentro de una constelación en la que inter
vienen la culpa depresiva y la persecutoria. Pueden aparecer blo
queos cuando hay imposibilidad de elaborar esta situación de
perdida: en tal caso comparamos esta producción con la que se
obtenga en la lámina A3 (8 ), entre las que esperamos hallar una
relación de compl ementar iedad.
134
(le la relación transferencia]. Esta lámina evidencia los conflic
tos existentes con la propia identidad. La habitación se interpreta,
por ejemplo, como perteneciente a una casa de familia (de la pro
pia familia o parientes del personaje central), pensión, hotel, hospi
tal, etc. El personaje ha tenido acceso a ella porque es suya, la ha
alquilado, se la han prestado o va a visitar a otro que es el dueño
de la casa, etc. Es decir que el vínculo que el paciente establezca
entre el personaje y la habitación es un índice que permite explo
rar cómo siente su propia identidad. El personaje puede ser visua
lizado como subiendo o bajando la escalera. Esto, unido a las
características que le adjudique al interior de la habitación, nos
habla acerca de cómo fantasea su propio interior, en qué medida
se acerca (sube) para conocerse mejor y permite al psicólogo el
acceso, o se aparta (baja) del mismo e impide que el psicólogo
pueda penetrar. Esta actitud de acercarse o apartarse del interior
del cuarto representante del mundo interno puede cotejarse con la
manera como el paciente distribuye lo peligroso: el peligro está
adentro y el personaje entra; está afuera y sale; está adentro y
el personaje sale o está afuera y entra. Todo esto nos permite
elaborar un diagnóstico y pronóstico acerca de las posibilidades
ron que cuenta el paciente para tomar insighf de sus conflictos,
qué peligrosidad atribuye a éstos, qué defensas pone en marcha
ante la posibilidad de tomar insight y en qué medida permitirá
al futuro terapeuta un libre acceso a su mundo interior. La his
toria que brinde el paciente en esta oportunidad sirve también
para explorar sus posibilidades de readaptación, por ejemplo, cuan
do está por ser dado de alta luego de una internación. Si elabora
una historia en la* que el personaje sale y se maneja adecuada
mente en lo que se propone hacer (va de compras, a trabajar, a
estudiar, a su casa, etc.) podemos suponer que está en condiciones
de afrontar la separación de la institución que hasta entonces cum
plió las funciones de un continente protector, planificar la ma
nera de emplear su tiempo, ganarse la vida o incluso reinte
grarse a sus tareas habituales. Esta lámina posibilita además la
manifestación de aspectos exhibicionistas y voyeuristas. Por ejem
plo: *una mujer distraída que se durmió con la puerta abierta y
un hombre que pasa, como para entrar a decirle que cierre o qui
zás a atacarla” (respuesta de un adolescente a una psicóloga).
En general plantea una situación más cercana al Yo del
paciente a causa de lo cotidiano del contenido de realidad y por
135
que plantea una situación en un adentro. Por eso resulta útil es
pecialmente en casos en que hay que diagnosticar las posibilida
des de un paciente para adaptarse a condiciones de vida “normal”.
La cama de la lámina puede visualizarse como revuelta o
tendida y con algo sobre ella (una toalla, una prenda del que
está allí, etc.). Según como sea su inclusión puede servir para
proyectar fantasías eróticas, o de enfermedad, o sentimientos de
abatimiento y depresión ( “El hombre estuvo tirado en la ca
ma” . . . ) . También sirve para proyectar algunas de las defensas
frente a estas fantasías y sus ansiedades concomitantes, tales como
las obsesivas (describir la cama minuciosamente enfatizando el
hecho de que está “hecha” y evitando toda alusión al desorden).
Cuando la represión de las fantasías y deseos sexuales es
muy severa, el paciente puede evitar cuidadosamente toda refe
rencia a la cama. El cuadrado ubicado sobre la cómoda a veces
se interpreta como un espejo y otras como un cuadro, dando lugar
a la proyección, en el primer caso, de aspectos narcisistas del
paciente.
Lámina CG (7)
136
caso, “Los de abajo quieren subir pero no se atreven. Quieren jc-
clamarle algo al que está arriba, pero no se animan. . nos in
dica la presencia de una fuerte barrera represora poco permeable.
En cierta medida el paciente, en el momento de elaborar la
historia, está ejerciendo las funciones yoicas de balance entre esos
dos aspectos estructurales en pugna (Ello y Superyó), y la ma
nera como resuelve el conflicto planteado en la historia nos mues
tra qué es lo que finalmente triunfa en esa lucha interna. En
pacientes psicóticos la dosis de agresión que moviliza esta lámina
suele ser muy intensa y difícil de controlar con mecanismos de
fensivos adecuados. A nivel perceptual esto se manifiesta mediante
severas distorsiones e historias en las que aparecen personajes
tremendamente crueles (“Están por ejecutar a alguien, lo han
condenado a la horca, el pueblo vocifera../*). En otros casos,
recurren a la deshumanización para controlar la agresión (“Es
una pared, abajo hay plantas. Por encima de la pared aparece
parte de una planta que está del otro lado y ha crecido hacia
aquí .. ” ). Esta misma paciente, una mujer de 25 años, respondió
en la lámina I del Rorschach: "Una pared (lo blanco) con revoque
que falta en algunas partes (lo gris); la pared está rota, se está
cayendo”.
Desde el punto de vista adaptativo, esta lámina estimula la
proyección de sentimientos agresivos competitivos que, en cierta
medida y dentro de un contexto sano, determinan la capacidad
de “empuje”, el nivel de aspiraciones y el deseo de progreso del
paciente. Por este motivo la historia que el paciente elabore es
muy útil para diagnosticar sus posibilidades de manifestar sus
capacidades potenciales ( laborales, educacionales, familiares, etc.).
Lo más común es la visualización de “un grupo que pide algo a
un señor que está arriba”. Si el personaje accede a esas deman
das, podemos interpretarlo como un índice en favor de la posi
bilidad de observar cambios. La dirección del cambio estará de
terminada por la índole del reclamo que los de abajo hacen al de
arriba y lo que que implica que éste acceda. La respuesta del
personaje de arriba puede indicar un debilitamiento del Superyó,
un aumento de su severidad (desplazada por el Yo para ser sen
tida como una demanda del Ello), o una auténtica manifestación
de permeabilidad y entendimiento por ambas partes. Cuando las
historias terminan con una negativa rotunda a las demandas ex
presadas por los de abajo, podemos pensar que existe una rr«ís-
137
tcncia al cambio muy marcada y un deseo de mantener el statu
fjuo actual cuyo significado real dependerá de la naturaleza del
pedido y del alcance de la negativa del otro personaje.
Hay casos en los que se visualiza “una pileta de natación,
se ven las rayas de los andariveles y gente gritando en una orilla;
el nadador está comento una carrera” . . , o bien ‘las rayas pin
tadas de una cancha de deportes donde se juega un campeonato,
la gente grita entusiasmada” . . . Los pacientes psicóticos muestran
serias distorsiones e incluyen elementos bizarros tanto en esta lá
mina como en la AG (de acuerdo con las muestras realizadas),
por lo cual son claves para realizar un diagnóstico. Los pacientes
más adaptados, por su parte, utilizan esta lámina para expresar
mecanismos de reivindicación del Yo frente al Superyó.
Lámina A3 (8)
1 Phillipson, H., Test d e relaciones objétales, Paidós, Bs. As., pp. 33 y 92,
imr>.
13S
interpretado frecuentemente como reprendido, postergado, igno-
íado, criticado, abandonado, etc. por los otros, sentidos como pa
reja paterna y como autoridad. Esta lámina sirve también para
que el paciente logre resolver tic una u otra manera el conflicto
con la autoridad que no quedó resuelto en la lámina 7 (C G ).
También nos permite explorar el manejo de la culpa en el pa
ciente (culpa por separarse de los padres, por ataques fantasea
dos, etc.). Cuando la alusión a la pérdida de los padres (directa
o desplazada a otras personas) no aparece en la lámina 5, suele
aparecer aquí.
Lámina B2 (9)
En esta lámina hay una ausencia total del blanco. Muestra una
pareja en un ambiente exterior, que generalmente se interpreta
como una plaza. Puede movilizar historias de desprotección de la
pareja frente a circunstancias externas de peligro, privaciones, etc.,
o de exclusión respecto de todo confort, protección, resguardo,
amparo, etc. A veces esto se compensa con fantasías gratificantes
(historias de parejas que aún no se han casado y sueñan con
tener la casa propia y hacen planes para el futuro). En este
sentido la casa funciona como un tercero que rechaza, protege,
amenaza, incluye o excluye. Si es vivida como un interior peli
groso, siniestro o en ruinas, la pareja puede aparecer huyendo
y buscando protección en el afuera. En c asos de pacientes “bor
deóme” aparecen referencias a una casa que puede derrumbarse
en cualquier momento. Es interesante ver si el paciente ubica la
escena durante la* noche y la casa aparece iluminada, a oscuras
o si por lo contrario es de día. En algunos casos el claroscuro
intenso determina el uso de mecanismos defensivos maníacos que
operan a nivel perceptual o de la fantasía. Un ejemplo de lo pri
mero: “árboles muy verdes, hay flores en la plaza, es una tarde
hermosa y en el cielo se ven los colores del atardecer'. Un ejem
plo de lo segundo: “en la casa hay una fiesta. . o bien: “en la
plaza hay mucha gente y mucho bullicio, es un día de fiesta y toda
la gente ha salido” . . . La inclusión de colores supone un alto
grado de patología.
139
Lámina BQ (10)
1-H)
Lám in a C 2 [11)
íAmina C1 (12)0
141
siedades, as p ec t o s , t endenc ias, fantasí as, etc. , de diversa índole.
En primer plano, la me sa , la silla y los urcnsilius que hay sobre
la mesa permi ten e x t er na l i z a r lo re l ac i o n a do c o n la oralidad. El
repasador, la canill a y pileta que se vi suali zan c o mú n me n t e a la
der echa de la lámina, así c o m o tambi én Jo que sugiere una tapa
de inodoro a la izquierda y el tono marrón de esta zona, permiten
incluir o enf at i zar c o n t e n i d o s anales. Es raro que se interprete
algún el ement o del cont eni do de realidad en función de c o n t e n i
dos genital es, pero si las a ns iedades ligadas a estos c ont e ni dos
o cupan el primer plano, el paciente las s o br e i mpo ndr á i nt er pr e
t ando c o m o c a m a alguna de las f or ma s re c t a ng u l a r e s que la l á
mina presenta. El c o l o r rojo puede mo v i l i z a r c o n n o t a c i o n e s a g r e
sivas o de cali dez. R e s p e c t o del cont eni do huma no la lámina pr e
senta una figura e s b oz a da detrás de la ventana. Se presta a ser
i nt er pr etada c o m o alguien de la c a s a , un c o n o c i d o que liega o
sale, un extraño que mer odea, un ladrón que quiere robar, etcétera.
L a rel ación del personaje c o n el ambiente (c a s a ha bi t a ci ón)
y el papel que d e sempe ña en la historia muestr an con clar idad lo
que ei p a c i e n t e su pon e que ha s u c e d i d o e n t r e él y el p s i c ó l o g o
a lo largo de la admi ni s t ra c i ón del test. Si el p s i c ó l o g o es alguien
sentido c o m o ali ado c o la b o ra d o r, alguien indiferente con quien
está por azar, un intruso que se mete en lo que no debe, se met e
dentro de él para hace r l e algo euyo e f e c t o puede a p a re c e r f a n
t as ead o c o m o b e ne f i c i o s o o perjudicial. En e s qui z o i de s, con su
habitual v al or aci ón del mundo interno, son f r e cue nt e s las f an t a
sías de robo o de quedar vacío. Permi te a de má s regi strar c ó m o
se despide del p s i c ó l o g o y del test: la figura puede a p a r e c er c o
mo a l ej ánd os e porque no e nc o n t r ó a nadie (en c u y o c a s o p e n
s ar emos que no se sintió a c o m p a ñ a d o y c o mp r e n d i d o por el p s i
c ó l o g o ) , c o m o el dueño de c a s a que sale porque la soledad de
su c a s a lo angust ia ( c o m o al paciente lo angustia quedarse a solas
c o n s i g o m i s m o y con el p s i c ó l o g o que trata de p e ne t r a r en su
mundo interno), c o m o un a mi g o del dueño de c a s a que lo viene a
visitar (una e x p r e s i ó n del d e s e o de e s t a b l e c e r un huen v í nc ul o
con el p s i c ól ogo y de recibir a yuda) , e tcét era.
L á m i n a en bl anc o (13)
E s t a l á mi n a va p r e c e d i d a de una b r e v e c o n s i g n a i n t r o d u c t o r i a
c on el fin de i n f o r m a r al p a c i e n t e s o b r e la n u e v a s i t u a c i ó n : la
carencia de estimulación visual. De no mediar aclaración alguna,
se observan reacciones de sorpresa, desconcierto, temor de que
el psicólogo se haya equivocado de material, agresión, etc. Si, a
pesar de la aclaración del psicólogo, el paciente se bloquea y no
puede dar respuesta alguna, podemos pensar que la estimulación
visual fue utilizada hasta ahora como un punto de referencia in
dispensable para movilizar la proyección y que* al carecer de
ella, el paciente se siente desprotegido y angustiado ante la pér
dida de límites. En términos generales, los bloqueos son raros.
Esta lámina sirve para recoger una historia que funcione como
control de las anteriores, como exploración de la relación trans
ferencia! establecida con el psicólogo y con el test. En ciertos
casos es la historia clave para formular el pronóstico, pues el
paciente elabora algo así como un proyecto existencia!.
A. La p e r c e p c ió n de la s it u a c ió n de la l á m in a
143
un intento do separar los dos procesos nos mostrará que la diná
mica que determina la elección de detalles u otras propiedades
del estímulo, y su organización en el proceso perceptual, se reía-
ció na n con el significado que el sujeto da a la situación de R-O.
Percepción cognitiva:
I) Qué es lo que ve.
II) Cuáles son las principales omisiones (por ejemplo: fi
guras humanas, detalles principales, uso de los determinantes del
clima emocional).
III) Qué está poco o muy enfatizado.
IV) Cuáles son las percepciones y elaboraciones poco usuales
(utilizando los datos normativos y el propio juicio, basado en la
experiencia, como patrón para evaluar la coincidencia de la per
cepción con los detalles reales del estímulo).
Apercepción:
Nos interesan en este caso los significados que el sujeto da
a los elementos del estímulo que él seleccionó para construir su
figura.
I) En qué medida es usual o no (este juicio se hace sobre
la base de la información normativa y la propia experiencia, para
saber si el significado dado está dentro del espectro de interpre
taciones que por lo habitual dan los sujetos, y si no lo está, cuánto
se desvía).
II) En caso de que la respuesta sea poco usual, qué dirección
adopta (por ejemplo: representa una negación del significado co
múnmente adscrito; tal el caso de que la lámina AG se perciba
como la escena de un alegre picnic; representa alguna gratifica
ción particular, compensación oral para balancear sentimientos
de pérdida; es porte del proceso de negación, etc.).
III) Qué posibilidad de reorganización y flexibilidad puede
lograr el sujeto al elaborar un significado para su historia.
IV) Qué se agrega a lo que hay en la lámina.
7? L a o e n t e i n c l u i d a e n i . a s h i s t o r i a s y sus r e : l a c i o n e s
1U
Henry y Bcllak. Nos interesan principalmente las formas en que
el sujeto se ve a sí mismo en sus relaciones con otros, en cada
una de las situaciones de R -0 presentadas. Diferentes facetas de
su experiencia de relaciones objétales se adjudicarán a los dis
tintos personajes en la historia; así será posible observar sus iden
tificaciones principales.
Las descripciones y juicios correspondientes a los siguientes
subtítulos derivarán estrechamente del análisis de las percepciones
según se detallará:
I) Qué clase de gente es vista, omitida, agregada.
II) En qué medida se los puede diferenciar claramente como
gente (grado de humanización).
III) En qué medida está descrita la interacción de los per
sonajes; en qué forma interactúan (qué es lo que tratan de hacer,
evitar, hacerse uno a otro, en relación con las claves que da
la lámina).
IV) Cuál es el tema de R -0 inconsciente en la interacción;
a qué nivel del desarrollo de la personalidad.
V) Cuáles son las principales ansiedades relacionadas con
estas relaciones fantaseadas.
VI) Qué ansiedades se expresan, niegan, evitan o manejan.
V II) Cuáles son los principales medios de defensa utiliza
dos para reconciliar las R -0 inconscientes con la realidad social
más consciente.
145
tos de enganche (para la posible interacción), dónde bav 1 1 1 1
corte o una secuencia ilógica.
V) ¿Hay un intento de resolver problema o conflicto en la
historia?
V I) ¿Hay un intento de resolver problema o conflicto en la
a la acción de la historia? ¿Es el sentimiento apropiado a la his
toria elegida por el sujeto?
V II) ¿Qué solución se logra: es positiva o negativa; esta ba
sada en la realidad o es una solución totalmente fantaseada?
Este método de análisis incluye gran parte de la disciplina
esencial para la técnica. Nosotros pensamos que las idiosincrasias
perceptuales y la organización aperceptiva mostrarán un alto gra
do de congruencia con las relaciones objétales descritas en la histo
ria y que, a su vez, la organización y estructura de la historia lleva
rán el sello de la clase y calidad de las relaciones logradas.
Es posible entonces analizar los datos del test de acuerdo
con los tres títulos vistos más arriba, para lograr coherencia in
terna. Si el análisis sugiere, por ejemplo, que se ha logrado una
historia muy buena a pesar de una percepción de la situación in
adecuada y poco exacta, o, en contraste, con personajes poco dife
renciados y faltos de interacción, un reexamen de la fase tres del
análisis generalmente revelará imperfecciones que se pasaron por
alto en la historia como trabajo. Por otra parte, el hecho de que el
sujeto logró una historia tan convincente informa sobre sus capaci
dades para disimular incertidumbrcs en sus relaciones interperso-
nales.
La construcción clcl test hace conveniente registrar por escrito
el análisis de los datos en una tabla de cuatro por tres, que re
presente las situaciones de una, dos, tres personas y grupales en
las tres series A, B, C. Este método de tabulación posibilita el
rápido reconocimiento de las principales características do la per
cepción, relaciones interpersonales, y estructura de la historia con
respecto a las situaciones de R -0 en la medida en que varían en
términos de realidad, contenido y clima emocional.
Un análisis de la secuencia es un paso esencial para lograr
una visión total de la personalidad y especialmente útil para
brindar información sobre las defensas del sujeto y su eficiencia.
146
Indicadores de buena adaptación en cada serie , en las tres series
\j en cada lamina
I n d ic a d o r e s e n cada s e r ie
147
o de lo empobrecido, un buen contacto con la realidad, podemos
suponer, dentro del pronóstico o cuando inferimos datos acerca de
la conducta manifiesta del paciente, que tiene todavía posibilida
des de una mediana adaptación (realizar tareas domésticas o tra
bajos que no movilicen nn monto de ansiedad intolerable)*
Si, por ejemplo, en la lámina B l, cuando el paciente se en
frenta consigo mismo puede hacer una descripción adaptada a
la realidad, aun a costa de un empobrecimiento de la producción
y las características del estímulo no las vive como muy amena
zantes, podemos esperar un mínimo de adaptación que se man
tendrá en tanto los estímulos ambientales no lo sobreexijan.
El claroscuro de esta serie moviliza sentimientos de soledad
y frialdad expresados en un nivel de cierta madurez, de cierta
independencia del objeto, a diferencia de la serie A, en la que
prevalece la relación de dependencia del objeto. Si este vínculo
más maduro no es posible, se mantienen en la serie B las carac
terísticas de dependencia de la serie A.
En cuanto a las defensas correspondientes a ansiedades per
secutorias o depresivas, en la serie B adoptarían un carácter neu
rótico, en tanto que en la A evidenciarían el grado de disociación
y los aspectos psicóticos de la personalidad.
Serie C: En la serie C aparece el color en forma intrusiva y
difusa. Estas dos modalidades del estímulo nos permiten ver cuál
es la calidad del vínculo emocidnal que establece el paciente con
sus objetos. Es importante destacar que la primera aparición del
color intensivo se da en la relación triangular (C 3). Al mismo
tiempo, en esta serie, tenemos elementos del estímulo que posi
bilitan la aparición de mecanismos de control a través de un
rico y diferenciado contenido de realidad. Esta variable es muy
importante porque permite diferenciar los tipos de control cog-
nitivn fundamentales desde el punto de vista diagnóstico y pro
nóstico, que van desde el control adaptativo hasta el control om
nipotente. El adaptativo se infiere de una buena integración de
los elementos de la realidad con las emociones movilizadas por
el color, sobre todo el intrusivo. Negarlo, como en el caso de
descripciones sin vínculo, o que acentúan los mínimos detalles,
supone un control de tipo omnipotente que empobrece al Yo y
le impide sentir.
148
I ndicadores comunes a las tres seríes
149
una mayor adaptación que incluye, en todo caso, la patología de
la sociedad ele la que extrajeron los clisés. Ajustarse al clisé
supone ajustarse a una norma, pero también puede implicar el
uso de un cierto pensamiento o forma de vincularse* con el mundo
rígida y estereotipada. El ajuste a la norma puede ser flexible y
permitir el reconocimiento de la individualidad o puede ser rígido
y convertirse en un modelo de la manera como piensa y siente
la mayoría (adaptación muy rígida a la patología social).
En cuanto a la variable “gente en la historia” veremos cada uno
de sus ítems. Respecto de “gente vista, omitida o agregada” cabe
interpretar el material aplicando las mismas consideraciones teó
ricas expuestas en lo referente a “percepción”. Con respecto al
“grado de humanización” una buena adaptación incluirá que los
estímulos humanos sean vistos como personas. Las deshumaniza
ciones que incluyen “siluetas”, “títeres”, “estatuas”, “fotografías”,
etc., están mostrando una necesidad de evitar identificaciones pro-
yectivas y contenidos muy persecutorios. El hecho de ver personas
no significa por sí mismo una buena identificación con el otro.
Un buen grado de humanización implica:
1) Riqueza en la descripción de los personajes.
2) Vínculos explicitados entre los personajes.
3) Vínculos que permitan la proyección de los aspectos
bisexuales de la personalidad. Por ejemplo hacer una identifica
ción de mayor peso de la parte masculina activa, pero al mismo
tiempo vincularse con los aspectos maternos, creadores y ricos de
su propia parte femenina.
4) Inclusión de las identificaciones con distintos aspectos de
su propia evolución vital, es decir, infantiles, adolescentes, adultos,
así como también la capacidad de proyectarse en el futuro con
todo lo que implica la muerte como interrupción muy frustrante
o como trascendencia (ligada al sentimiento de realización). Esto
reviste especial importancia en el tratamiento de pacientes que
atraviesan por crisis evolutivas serias (menopausia, enfermedades
somáticas graves) y en tratamientos geriátricos. Las láminas AG
y C2 son las que brindan mejor información al respecto.
En cuanto al tipo de vínculo podemos discriminar los vínculos
personales y los establecidos con los elementos no-humanos de
la lámina. Acá aparecerían las relaciones de amor y odio con los
padres, los hermanos, la pareja, los amigos, etc. También puede
150
manifestarse en otras realizaciones vitales (por ejemplo el amor
al trabajo, a la profesión, al arte, a la naturaleza), como vínculos
amorosos o destructivos que se establecen con el mundo y que
tienen mucho que ver con la calidad de las relaciones objetal es
internas. La adaptación en un vínculo estaría centrada en una
buena discriminación. En el polo opuesto está la confusión, el tipo
de vínculo simbiótico o narcisista en los cuales los objetos son
exclusivamente partes del sujeto y no se los puede diferenciar
bien. Otra característica adaptativa de los vínculos es que se esta
blezcan predominantemente con objetos totales, lo cual implica
ambivalencia, y por lo tanto emergencia del conflicto movilizado
por la lámina, el cual debe captarse y de alguna manera resol
verse. Si la resolución se da en un nivel depresivo y genital esta
ríamos frente a un nivel de adaptación óptimo. Es importante que
la vivencia del conflicto implique lucha por parte del Yo, la cual
debe tomarse como un indicador positivo para una futura labor
terapéutica. Lo contrario es el sometimiento pasivo del Yo a ele
mentos amenazantes de sí, sentidos como propios o proyectados,
que paralizan y evitan luchar utilizando la capacidad del Yo de
percibir alarmas y defenderse. En una buena adaptación las ansie
dades son predominantemente depresivas y no persecutorias o con-
fusionales (aunque las ansiedades con fusiónales son las que mu
chas veces detectan la capacidad de lucha y el intento de salir de
una situación muy persecutoria).
Veamos ahora lo que esperamos encontrar como índice de
una buena adaptación referida a las defensas. En términos gene
rales las defensas neuróticas deben prevalecer especialmente en las
series C y B, Concedemos especial importancia a la represión, que
funciona estableciendo un buen clivaje entre lo consciente y lo
inconsciente. Su inadecuado manejo implica una excesiva endeblez
o labilidad que llevaría a la invasión de los contenidos del proceso
primario. El control del sadismo es otro mecanismo defensivo que
se torna adaptativo si se lo incluye dentro de la constelación de
presiva al servicio de la protección del objeto. El control omnipo
tente estaría dentro de la defensa maníaca (controlar el objeto,
por ejemplo, a través de la identificación proyectiva). Un dis
creto grado de idealización, en el sentido de ponderar las bondades
del objeto dador, es un indicador de buena adaptación; la idea
lización extrema, en cambio, estaría mostrando una velación on la
que el objeto idealizado paraliza al Yo y lo mantiene en un vínculo
151
muy dependiente. Esta idealización suele fracasar por el incremen
to de envidia que pone en marcha, y el fracaso trae aparejada la
emergencia de la persecución subyacente.
Con respecto al nivel de evolución en que se dan las relacio
nes objétales, el T.R.O. provee de estimulaciones importantes en
todos los niveles. Un índice de buena adaptación sería la emer
gencia de fantasías coherentes con el nivel de evolución psicosc-
xual que la lámina estimula. Al mismo tiempo, es importante que
las distintas fantasías converjan en un nivel de integración geni
tal, por ejemplo láminas de pareja y de conflicto edípico.
Pasando ahora a la variable “la historia como trabajo”, espe
ramos que se ajuste a la consigna, que sea coherente, lógica, que
incluya los tres tiempos con acentuación del presente, y trate de
resolver el conflicto específico que plantea cada lámina. Es im
portante que no haya decentración del conflicto. Esto podría ocu
rrir por ejemplo cuando la lámina plantea una situación grupal
y el paciente elabora el conflicto a nivel de la pareja.
I n d ic a d o r e s e n c a d a l á m i n a
153
triangulares; el componente amoroso esta menos acentuado. La
resolución del conflicto edípico tiene una mayor carga sádica por
las fantasías de muerte que moviliza específicamente esta serie A
y no por la presencia explícita de escenas de contenido sádico.
Evoca situaciones irreversibles C irreparables de separación: el hijo
que se aleja muy arrepentido pero que no vuelve más, que enfer
ma a los padres, que los deja llorando para siempre. En la B3, poi
ejemplo, la situación está centrada en alguien que espía a una pa
reja en actitud amorosa, las fantasías están puestas más en el terce
ro excluido, frente a una pareja que se mantiene unida. En A3, en
cambio, puede aparecer el daño hecho a la pareja, cubriendo un
espectro que va desde una constelación de tipo esquizo-paranoide
a otra predominantemente depresiva. Si el paciente muestra mayor
carga de sadismo en esta lámina que en las situaciones triangula
res de las otras dos series, tal conducta es considerada por nosotros
como un buen indicio.
154
Lo más adaptativo sería la posibilidad de percibir el conflicto
frente al duelo y utilizar defensas depresivas con disminución
del sadismo. Aun cuando en la historia se dé una elaboración
parcial, es importante que por lo menos una parte del Yo esté com-
prometida a travos de la inclusión de un personaje, por ejemplo,
que se hace cargo del llanto y de la pérdida a pesar de que otros
permanecen indiferentes.
A veces se capta el clima depresivo sin poder elaborarlo a nivel
de drama humano. Se lo desplaza a un paisaje helado, en donde no
hay dolor, porque sus habitantes (focas, pingüinos, etc.) viven
en ese ambiente y lo helado no les hace sufrir puesto que es su
habitat: negación maníaca de la capacidad de sufrir por las per-
elidas aunque adaptada a la realidad.
Las historias en torno de picnics o fiestas implican el predo*
minio de la elaboración maníaca con menor adaptación a la reali
dad. Esta lámina sirve de jalón para compararla con los duelos
movilizados por las otras series, fundamentalmente por la lámina
C2, donde aparece la situación depresiva a nivel adulto, la pér
dida de una parte del Yo o la pérdida de la pareja. El tratamiento
del color es muy semejante al de la serie A, y el color predomi
nante es el azul. El tercer término de comparación seria la lámina
en blanco.
A través de este trabajo podríamos apreciar la capacidad de
reparación a distintos niveles: cómo elabora la pérdida del psicó
logo a través de cuyo vínculo ha revivido sus pérdidas, y cuáles
son sus fantasías reparatorias explicitadas en los desenlaces. Com
parar distintos niveles de elaboración de duelos es un punto clave
en el psicodiagnóstico: nos permite prever posibles resultados te
rapéuticos, abandonos de tratamiento, o buenas adaptaciones a los
mismos, así como también cambios adaptativos sin recursos tera
péuticos.
Hacerse cargo de la depresión que moviliza la lámina AG
supone la posibilidad de una cierta capacidad de elaboración de
la situación de duelo, que se expresa a través de la historia misma,
de su riqueza, del contenido de sus vínculos, de las defensas utili
zadas y de la capacidad yoica de reparación. La pérdida y la
culpa por la muerte del objeto que aparece en la historia no deshace
ni castiga al Yo hasta el punto de paralizarlo e impedirle su funcio
namiento. Debe detectarse además el tipo de ansiedad predomi
nante (decimos predominante porque no necesariamente tiene que
155
aparecer ansiedad depresiva en bloque); puede coexistir con ansie
dades confusionales que representen un pasaje hacia la repara
ción o el fortalecimiento de la constelación esquizo-paranoide. Es
tas vicisitudes se dan en la historia de esta lámina o en otras.
156
adentro (situaciones peligrosas o siniestras en la calle); defensa
maníaca (en la casa del protagonista hay una fiesta familiar, sube
a cambiarse y se incorpora a la fiesta).
157
B3. Desde el punto de vista del contenido de realidad, esta
lámina presenta la situación de un doble continente: se está afue
ra de algo (habitación, sugerida por el sector blanco con la puerta),
pero dentro de otro algo que lo incluye (marco más oscuro en
primer plano). El drama no sucede en la calle, por ejemplo, sino
en el hall de una casa de departamentos o de un teatro, en un
pasillo, en un hospital, etc. (No es el caso de la lámina B2, en la
que la situación externa y la relación interno-externo es claramente
visualizable.) En lo relativo a contenido humano, esta lámina
facilita la fantasía de exclusión del tercero en términos de vela
ciones espaciales: un personaje en primer plano espía a dos que
están en el fondo. La exclusión del tercero en la lámina C3 puede
hacerse incluyendo fundamentalmente el tiempo, por las caracte
rísticas del estímulo: es alguien que se está por ir, es alguien a
quien se está por echar, o es alguien que está peleando con otro y
se va. Aquí es uno que está a distancia de otros dos, respecto de
los cuales está separado por un espacio. A través de esa espacia!i-
dad se puede compaginar toda una serie de fantasías, no sólo de
exclusión sino de inclusión. En la percepción es frecuente que la
pareja se convierta en tres: un bebé en los brazos, una mujer
embarazada o un chico entre medio. La intolerancia a la exclusión
espacial hace que el tercero quede en primer plano, pero al mismo
tiempo se incluya n se meta dentro de la pareja (utilizando el
borde redondeado superior izquierdo).
Otro caso sería aquel en el que se tolera estar afuera, pero al
mismo tiempo se incluye en la pareja como un bebé. Otra varian
te suele ser nc incluirse en el medio sino hacer pareja con uno
de los padres y excluir al otro, que queda en primer plano. Tam
bién so puede cosificar al tercero, con virtiéndolo en una estatua.
Habría otras alternativas posibles: se disocia incluyendo una
parte regresiva dentro de la pareja (bebé en brazos o embarazo 1 y
otro aspecto más adulto queda como tercero en primer plano (esta
inclusión se hace sobre la base del mantenimiento de una ima
gen de pareja unida.) La tercera alternativa, que consideramos
como menos adapta ti va, consiste en la inclusión do un hijo ma
yor junto a los padres, lo cual implica una disociación especular
con fuertes componentes narcisistas, como una solución de compro
miso frente a la exclusión.
Desde el punto de vista pronóstico, lo más adecuado sería la
elaboración de la situación de exclusión, la presencia del tercero
frente a una pareja unida.
158
En general, en esta lámina y en todo el test existe la posibi
lidad de que el paciente nos muestre los distintos vínculos interac-
tuando. A mayor exclusión o negación aperceptiva, mayor temor
a las identificaciones proyectivas y mayor dificultad para las rein-
troyecciones posteriores. Estas dificultades las podremos compro-
bar tanto en la devolución como en una futura terapia.
159
envidian la seguridad del que quedó adentro del hospital, al que se
vive como continente seguro. Tal es lo que sucede cuando no pue
den hacer el pasaje, cuando no consiguen elaborar la pérdida que
significa la mejoría.
Para el enfermo mental o el delincuente esta es una prueba
de realidad respecto do las condiciones internas en que se halla
para funcionar nuevamente fuera del hospital o de la cárcel; mu
chas veces están saliendo y las fantasías son de volver. La recidiva
ya esta presente, porque internamente no se sienten fuertes como
para poder arreglárselas solos. Para un adecuado pronóstico debo
ponderarse la fortaleza o debilidad en función del resto del mate
rial que brinda el test.
Esta lámina también permite la aparición de fantasías de ex
clusión del grupo en relación con temores homosexuales, conduc
tas agresivas impulsivas, que en ocasiones se pueden tomar en
cuenta cuando se piensa derivar hacia una terapia grupal. Suelen
aparecer también temores ante el contacto en pacientes con ca
racterísticas esquizoides (nadie tiene que ver con nadie, es gen
te reunida esperando un tren o algún otro vehículo). Puede distor
sionarse la situación de individuo-grupo y trasformarse en una
pareja rodeada de otros individuos (un personaje aislado en pare
ja con el más alto del grupo ele cinco: dos maestros que conducen
un grupo de alumnos). Una manera de atenuar las ansiedades
paranoides suscitadas ante la exclusión respecto del grupo es otor
garle al excluido un rol de líder, que controla la acción que ejerce
el grupo. Cuando esto no se logra, el grupo aparece confabulado
o conspirando contra el excluido.
Los adolescentes proyectan frecuentemente y con claridad
temores de violación, de ataque, de parte de un grupo vivido como
patota o, inversamente, el grupo es el que ayuda, controla, escla
rece frente a la confusión (ayudando a alguien que está perdido).
160
ti-rísticas del estímulo pueden aparecer fantasías en distintos nive
les de la evolución psicoscxual: orales, anales y evcntualmente
genitales. Esta lamina permite entender lo que siente el paciente
con respecto a mirar y ser mirado por el psicólogo. Si él acepta
mirarse, evidentemente va a aceptar que lo miren: esto es prc-
condieión de una acción terapéutica. Para poder ayudar y ver lo
que ocurre dentro, hay que eontar primero con la anuencia de
aquel que necesita ser mirado. Si eso no se da, nos hallaremos ante
una serie de resistencias que se opondrán a la intervención tera
péutica. Sabremos, en primer lugar, qué posibilidades hay de una
intervención a esc nivel, y también lo característico del contenido
de esa aceptación o resistencia a que lo miren.
Es la lámina que presenta mayor contenido de realidad. El
acento puede re caer en elementos accesorios e incluso bizarros, o
bien en los que realmente resaltan y movilizan la fantasía en la
mayor parte de* los pacientes. La presencia del color intrusivo
( distinto del rojo intrusivo de* la C3) se convierte a veces en el ele
mento disonante que puede movilizar confusión. Estimula la crí
tica proyectada, es decir la crítica do objeto más que la crítica de
sujeto, en términos dt* Rorschach. Podemos comparar el repasa
dor o la toalla cle esta lámina con la de la B l. En ésta, la toalla
sirve como signo de que la cama está deshecha, o está bien hecha,
pe ro algo quedó afuera, en desorden, poniendo tanto en este ele
mento como en el de la C1 la necesidad de control.
Esta lámina, permite la proyección de aspectos de calidez hu
mana, de vida, creadores, tanto a nivel de alimento como a otros
niveles. En nuestra experiencia esta lámina es importante sobre
todo en las mujeres, porque allí se proyectan fantasías de esteri
lidad o creatividad; en los hombres nos permite ver de qué ma
nera está elaborada la fase femenina, cómo es vivido el interior del
cuerpo de la madre que posee elementos de todo tipo, que alberga
la posibilidad de todos los contenidos.
En general las mujeres con muchos problemas con la creati
vidad, las mujeres estériles o las que fantasean que lo son o que lo
serán, perciben una habitación donde no hay vida, donde no hay
nada que hacer, excepto limpiar (típico control obsesivo de las
fantasías anales o las fantasías de cloaca, básicas para comprender
la psicología femenina').
En esta lámina hay un afuera y un adentro. Existe la posibi
lidad de proyectarse en la figura que está afuera: la sombra, o fan-
161
tascar lo que puede hacer suyo un sujeto en el continente o el
adentro. Por otra parte aparecen las posibilidades de la relación
entre id que está afuera y el adentro: qué es lo que hace allí
adentro, qué es lo que siente (reaparecen las fantasías de la B1 de
entrar y salir rápido o de entrar y quedarse en un lugar acogedor
o entrar para limpiarlo o entrar para robar). Se pueden ver las
distintas modalidades de quedar contenido en algo. Desde el pun
to de vista pronóstico implica también entender cuál es la viven
cia del continente terapéutico.
Si el de afuera no se percibe, está omitiendo la parte de él
que ha mirado proyectada en cl psicólogo y que no puede aceptar.
Esta negación está relacionada con fantasías muy destructivas res
pecto de mirar y ser mirado. La aceptación de mirar y ser mirado
implica una fantasía reparatoria en ese vínfculo que conduce a una
actitud de aceptación de la intervención terapéutica y por lo tanto
contituye un índice de buen pronóstico.
162
está quemándose. La lámina C2 puede convertirse cotonees en otra
B l, si no se puede tolerar un aspecto del estimulo que implica tole
rar la muerte o la enfermedad del objeto. Se narrará una historia de
soledad similar a la de la B1, en la cual la relación de pareja, con
su componente de reparación o de destrucción, queda escindida.
Las elaboraciones de mejor pronóstico están dadas por el esposo
que va a ayudar, el hijo que viene a cuidar, el médico que viene
a curar. La gravedad de la enfermedad, su pronóstico y la irre-
versibilidad de la situación muestran las posibilidades reparato
rias que se reserva el Yo del paciente. Cuando el paciente ha atra
vesado por una situación de pérdida real, esta lámina nos permite
evaluar cómo se ha dado la vivencia de pérdida de partes del Yo,
en un nivel distinto de aquellos otros casos en los que la pérdida
sólo se fantasea.
El modelo de elaboración de la C2 es distinto de la AG no
sólo por el contenido humano sino también, y básicamente, por
el contenido de realidad, que permite una mayor inclusión de
elementos adultos que los de la AG.
En general, hay coherencia entre una elaboración del duelo en
la AG y )a C2. Cuando esto no ocurre, tenemos que pensar que
en la C2 está colocado un elemento más actual en relación con
una pérdida de objeto real o fantaseada o con una pérdida de
aspectos narcisistas vinculada a una situación crítica (crisis de
madurez, menopausia) o una combinación de ambas (casamiento
de hijos, etc.). En estos casos pueden aparecer elaboraciones más
maníacas en la C2 que en la AG (a la menopausia pueden contra
poner, por ejemplo, la necesidad de nuevos hijos, aparecer histo
rias referentes a , promiscuidad sexual, identificaciones con per
sonajes muy jóvenes que comienzan de nuevo a vivir, lo cual im
plica que no se acepta sentir lo vivido como perdido). De ahí la
importancia de evaluar las capacidades potenciales para elaborar
los duelos a través de las comparaciones entre distintas láminas
y series.
El tratamiento del color rojo difuso en esta lámina permitiría
la aparición de emociones de calidez, de protección, que contri
buirían a morigerar las ansiedades paranoides derivadas de una
mala elaboración depresiva (velas de color amarillo).
En nuestra experiencia con la edición argentina, en la que el
rojo es casi un marrón, la calidad paranoide de las ansiedades que
da reforzada.
G3. Desde cl punto de vista del contexto de realidad es im
portante tener en cuenta las dos formas en que aparece el color:
intrusivo y difuso. El rojo intrusivo moviliza fantasías de ataque,
proyectadas en forma de crítica de objeto ("esto no lo entiendo",
"esto es disonante", "esto está fuera de lugar", etc.). El difuso, por
su parte, moviliza emociones de calidez, protección, a través de
esa semipenumbra que, en última instancia, ayudaría y tranquili
zaría atenuando los efectos del shock.
Esta es la primera lámina que enfrenta al paciente con una
situación de tres en un interior continente con un rico y discri
minado contenido de realidad y con un contexto de realidad cuyas
características ya mencionamos. Es importante que uno de los
tres personajes, vistos como adultos, sea percibido como mujer de
manera clara. A partir de este personaje (distorsionado o no) se
establece cl triángulo, contando con una figura de pie, visualizada
como masculina. La inclusión o exclusión del tercero está deter
minada por una figura sentada de espaldas, a la que se le pueden
atribuir distintas características (adulto, chico, hombre, mujer, pa
sivo. activo, incluso ausente). Por ello esta lámina permite la pro
yección de partes adultas de la personalidad, importantes en una
evaluación diagnóstica y pronostica. Por la configuración espacial
del estímulo, la exclusión tiene que darse a nivrl aperceptivo más
que perceptual.
En cambio en la A3 y en la B'L a través del tratamiento del
espacio, del juego de sombras y luces, es más sencillo excluir al
tercero, puesto que de hecho está separado de los demás. Aceptar
la situación planteada por cl estímulo implica expresar, y al mismo
tiempo controlar, las fantasías y en lociones que acompañan la pro
yección de la situación triangular.
Si estas fantasías y emociones se expresan en un nivel genital,
el Yo muestra su posibilidad de integrar y discriminar, ocupando
los celos un lugar importante en el drama. Esperamos también la
aparición de fantasías pregcnitales (orales) dentro del contexto
de lo genital. En cambio consideramos más difícil la aparición de
fantasías menos discriminadas, de pareja combinada.
Los mecanismos defensivos que suelen utilizarse cuando en
frentar la sil nación triangular resulta altamente conflictivo, son,
por ejemplo: la negación, que implica percibir las tres personas
como del mismo sexo y edades semejantes ("amigos charlando
y tomando café ); convertir en niñu a uno do los personajes, para
164
retrotraer Ja situación cdípicu a la infancia. (Si el niño es visto
en el personaje que habitualmente es percibido como mujer, la
figura a la izquierda, sentada, nos hallamos frente a una distor
sión más grave.) En este orden también está la distorsión que
consiste en percibir el sillón o la mesa como una cama, observada
en el protocolo de psicóticos.
165
Si el de arriba escuchará las demandas de los de abajo, si
el grupo va a tener en cuenta al de arriba, si la destrucción va
a ser total, si quedan aspectos rescatables que pueden trascender
o no: en esta interacción es importante analizar qué es lo que se
salva, qué aspecto se repara o si, por lo contrario, no queda nada
porque la aniquilación es completa.
La lámina permite que, frente a la aniquilación total, se mo
vilicen fantasías de reparación maníaca con contenido mesiánico.
En la edición argentina no se nota con claridad el blanco brillante
de la edición inglesa que, como lo señala Phillipson, sería un ele
mento más para marcar la separación espacia! (arriba, abajo). Una
distorsión que nos parece importante es negar al de arriba como
alguien que se desplaza hacia abajo, trasformándolo en alguien que
se desplaza lateralmente, por ejemplo un nadador o corredor, rom
piendo así el vínculo estimulado por la lámina que resulta muy
conflictivo.
*
166
mostrando un predominio de culpa persecutoria. Deseamos desta
car la importancia de comparar la producción de esta lámina no
sólo con las restantes, sino específicamente con la lámina 1 (A l).
Las comparaciones nos permiten analizar los altibajos a través de
la secuencia y apreciar si ha habido posibilidades de rectificar
determinadas fantasías, cumpliendo un proceso de elaboración pro
gresiva.
Bibliografía
167
Capítulo V I
17t
Bcllak propone un análisis interpretativo en función de dio/
varíhblcs: 1) tema principal; 2) héroe'; 3) las figuras son visua
lizadas y se reacciona frente a ellas com o. . 4 ) el héroe se iden
tifica c o n .,.; 5) figuras, objetos y circunstancias externas intro
ducidas; 6) objetos o figuras omitidas; 7) naturaleza do las ansie
dades; 8) conflictos significativos; 9) castigo por un crimen; 10)
desenlace. Agrega un ítem adicional; nivel de maduración.
A continuación desarrollaré algunas aclaraciones y modifica
ciones en cuanto a la administración e interpretación del test, que
han resultado útiles en la experiencia y que se adecúan más a los
esquemas conceptuales hoy vigentes en nuestro país entre los psi
cólogos.
Me detendré primero en la administración, ya que de ésta
depende muchas veces la posibilidad de una buena interpretación.
La consigna original favorece dos situaciones: 1) que, por el uso
de la primera persona del plural, el niño pida que el entrevistador
empiece contando un cuento; 2) que, al pedírsele acciones ( “ha
ciendo”), se dejen de lado otros aspectos, por ejemplo, lo que los
personajes pueden estar pensando o sintiendo.
En consecuencia, propongo la siguiente formulación (que fue
estableciéndose como la más útil en la práctica de los docentes
de la Cátedra): “Te voy a mostrar algunas láminas; quisiera
que me hagas un cuento con cada una de ellas, donde me digas qué
pasó antes, qué está pasando ahora y qué pasará después." Si se
tratara de niños muy pequeños (prc-escola res), se puede pedir la
secuencia temporal en el momento propicio, preguntándole: “¿Y
qué sucedió antes?” “¿y qué sucederá después?” Si el niño se queda
en la mera descripción de la lámina, se lo sugiere que además
imagine un cuento. El entrevistador puede intervenir con pre
guntas que aclaren más lo dicho, que funcionen como estímulo
para que el niño se explaye más o cuya intención sea lograr una
respuesta lo más completa posible respecto de la consigna. De nin
gún modo esas preguntas deben sugerir situaciones determinadas.
En genera!, salvo con niños muy pequeños, basta con interrogar
lo suficiente en la primera lámina. Luego, si en las láminas siguien
tes hay alteraciones con respecto a la consigna, dichas alteraciones
deben considerarse como dato significativo.
En cuanto a la interpretación propongo que se sigan estas
pautas:
1) Qué animales ve y cómo los ve. Omisiones, adiciones y
distorsiones. Percepciones y elaboraciones poco usuales respecto
de la identidad de los animales.
2) Qué otros elementos no animales se ven en la lámina y
de qué manera. Omisiones, adiciones y distorsiones en el contenido
de realidad. Comparación entre láminas con un habitat caracterís
tico del hombre y aquellas que presentan un escenario natural
adecuado a la vida de los animales.
3) Posibilidad de dar pasado, presente y futuro a la historia.
4) Secuencia lógica o ilógica en la construcción de la historia.
5) Tipo de lenguaje utilizado (riqueza, exactitud, adecuación
a la edad, etc.).
6) Posibilidad de fantasear, capacidad creativa.
7) Tipo de interacción entre los personajes a nivel descriptivo.
Planteo de la problemática.
8) Cuál es el tema de las relaciones objétales inconscientes
en la interacción. Principales ansiedades asociadas a las relaciones
fantaseadas. Principales medios de defensa.
9) Intento de resolver o no cl problema o conflicto en ¡a
historia. Qué tipo de solución se logra en función de los cíeseos,
miedos y defensas utilizadas. Cómo se conciba el mundo de ob
jetos internos con la realidad social más consciente.
Estas pautas cubren las tres áreas utilizadas por Phillipson 1
en su método para cl análisis de las historias: A) Percepción de la
situación; Ti) Cente (en este caso “animales”) incluida y sus rela
ciones; C) La historia como estructura y como realización.
La idea no es aplicar mecánicamente las pautas que él men
ciona al CAT (cosa qnc resulta imposible por la diferencia entre
ambos tests desde su origen) sino aprovechar su valioso aporte
adaptándolo a este test. A continuación oxplicitaré las pautas an
teriormente mencionadas.
Pautas 1 y 2: Se busca en qué medida cl precepto so adecúa
a la descripción y respuestas típicas de cada lámina del CAT
En este sentido cabe destacar que muchas veces la adecuación t;
inadecuación perceptiva y aperceptiva al estímulo permite salvar _
dificultades de diagnóstico diferencial. En ciertos casos la intensa
inadecuación perceptual puede ser un dato verificatorio del diag
nóstico de una psicosis (por ejemplo, gran cantidad de omisiones
173
y adiciones). En el caso de las distorsiones, cabe tener en cuenta
si se trata de verdaderas distorsiones perceptualcs ( de origen neta
mente emocional) o errores en la utilización del lenguaje (cuya
causa es a*veces un bajo nivel sociocultural o un déficit intelec
tual). De todos modos, dado que se trata de un estímulo muy
estructurado (a diferencia por ejemplo del Phillipson), la frecuen
cia do las distorsiones perceptibles es muy significativa en cuanto
a tipo y grado de patología.
Es útíl detectar la asignación de identidades animales dis
tintas a las típicas, en tanto puede estar relacionada con una ima
gen confusa de su propia identidad o con otros significados puestos
de manifiesto a través del test. Con frecuencia es difícil distinguir
si' el percepto está alterado o la palabra mal usada, dificultad que
hace a veces arriesgado emitir hipótesis sobre la asignación de
identidades inusuales. Dado que también el contenido de realidad
es muy estructurado, la omisión del mismo o la distorsión severa
constituyen asimismo datos significativos en cuanto a la patología
del caso. Puede ser útil consignar en qué medida se incluye o se
excluye el contenido de realidad según se trate de escenarios tí
picos del hombre o del medio natural de los animales. Este dato
debe ser relacionado con el tratamiento diferencial dado a las
figuras más o menos antropomorfizadas. (Por ejemplo, muchos ni
ños frente a interiores y figuras más antropomorfizadas se muestran
reticentes a imaginar defendiéndose de un estímulo que sienten
muy cercano a la propia experiencia; otros, por lo contrario, pier
den la distancia y se identifican proyectivamente en forma masiva.)
Pautas 3, 4 y 5: Se refieren a la estructura de la historia:
tiempo, coherencia lógica y lenguaje. En 3) interesa ver lá ubica
ción del sujeto con respecto a la dimensión temporal. Son signi
ficativas las omisiones repetidas de pasado, presente y futuro, así
como la rigidez en la adaptación á la consigna temporal.
La omisión repetida del pasado parece relacionarse con la
imposibilidad de aceptar los hechos de esa cpoca y capitalizarlos
en la experiencia: lu disociación y la represión desempeñan un
papel importante. La omisión del futuro suele aparecer en niños
mayores que están atados a los hechos del pasado, los cuales de
terminan fundamentalmente su presente y permiten pocas ilusio
nes con respecto a un futuro. La adecuación rígida a la consigna
temporal a través de las diez láminas aparece en sujetos con ras
gos obsesivos que tratan de cumplir fielmente con la consigna
174
pedida. En 4) podemos ver la coherencia del pensamiento y de
tectar específicamente alteraciones de la forma del pensamiento.
Relacionando este ítem con los siguientes podemos comparar for-
ma y contenido del pensamiento. En 5) recogemos datos impor
tarles respecto del tipo de lenguaje utilizado y su relación con
pautas evolutivas (si es adecuado a su edad o no y, en este último
caso, buscar las causas en los ítems posteriores. Es importante ver
en qué sentido se desvía de las pautas evolutivas: riqueza, exac
titud, etc.).
Tanta 6: Investigamos fundamentalmente dos aspectos: a) Si
el sujeto es capaz de expresar verbalmente sus fantasías (algunas
historias muestran una gran riqueza en este sentido y otras son lo
que llamamos “producciones chatas”), b) Si en el caso de que
tuviera esa capacidad, puede organizarías de manera creativa, lo
grando, mediante un esfuerzo exitoso, la estructuración de una
historia que, sin apartarse de la respuesta típica, tenga aspectos
originales.
Pauta 7: Se refiere a cómo se da la interacción entre los per
sonajes, qué modalidad tiene (por ejemplo'’: intcractúan agredién
dose);^ a qué problemática básica responde (por ejemplo: celos).
Pauta 8: La inclusión de este ítem tiene por objeto enriquecer
la interpretación tradicional del CAT introduciendo conceptos de
la teoría de las relaciones objétales. De esta manera intentamos
detectar no sólo el sistema de necesidad-presión del sujeto, sino
también su integración con el tipo de vínculos objétales predo
minantes: cuáles son las relaciones fantaseadas, las ansiedades
ligadas a las mismas y los medios de defensa utilizados (de qué
se defiende, cómo se defiende).
Pauta 9: En alguna medida se trata de lograr una síntesis
de las pautas anteriores. ¿El sujeto intenta resolver el problema,
o no? ¿Cuál os la solución elegida? ¿Cómo utiliza sus defensas
en función de lo que desea y lo que teme? Es importante detectar
si en la solución predominan aspectos adaptativos, si es una solu
ción que enriquece o coarta al Yo, si está basada en la realidad
o os una solución totalmente fantaseada. Puede resultar intere
sante relacionar el tipo de solución que el sujeto intenta con los
conceptos de Miiller 2 acerca del tipo de necesidades, específica
mente aquellas que denomina “constructivas” y “destructivas”.
175