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Resumen Gilson

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GILSON:

El tomismo, pág. 109.

Ente: lo que es de cualquier modo.

Ens (latín).

Ser = es aquello por lo que el ente es.

¿Qué es una cosa? = esencia.

¿Qué hace que una cosa sea? = ser o esse.

Dios es el fundamento de lo real, no hay realidad sin Dios.

Causa eficiente, causa formal, causa material.

Notas de Gilson (pág. pdf 119 – 125).

Los entes que están dados en la experiencia sensible los designaremos por el término de sustancias.

Cada sustancia forma un todo completo, dotado de una estructura que analizaremos y que
constituye una unidad ontológica, una unidad de ser, si se prefiere, susceptible de recibir una
definición. En tanto que la sustancia puede ser concebida como una y definida, toma el nombre de
esencia.

La esencia no es sino la sustancia en tanto que susceptible de definición.

Tercer vocablo de descripción de lo real: manifestar lo que una cosa es, es responder a la cuestión
quid sit: así pues, en tanto que, expresada en la definición, la esencia se denomina la quididad.

La esencia es la sustancia en tanto que cognoscible. Debe incluir a esta última en su ser completo, y
no solamente tal o cual de los elementos que la componen. La sustancia se define a veces como un
ser por sí. FALTA MÁS. La sustancia no es concebible y, en consecuencia, no es definible, a menos
que se la piense como tal sustancia determinada. Debido a ello, un ser por sí, que no fuera por otro,
o bien sería Dios, o bien no podría existir sin determinación complementaria. Esta determinación la
aporta únicamente la esencia. A que definir, pues, la sustancia, como una esencia o quididad que
puede ser por sí, si recibe su propio esse.

Los accidentes no tienen una existencia en sí, que se añadiría a la de la sustancia para
complementarla. No tienen, pues, otra existencia que la suya. Existir para ellos es, simplemente,
existir-en-la-sustancia o, como también se dice, su esse es inesse.

LA SUSTANCIA NO EXISTE POR SÍ EN EL SENTIDO DE QUE NO TENDRÍA CAUSA DE SU EXISTENCIA:


DIOS, EL ÚNICO QUE EXISTE SIN CAUSA, NO ES UNA SUSTANCIA. EXISTE POR SÍ EN EL SENTIDO DE
QUE LO QUE ELLA ES LE PERTENECE EN VIRTUD DE UN ACTO ÚNICO DE EXISTIR, Y SE EXPLICA
INMEDIATAMENTE POR ESTE ACTO, RAZÓN SUFICIENTE DE TODO LO QUE ES.

Designemos con un término distinto aquello que, en lo real, hace posible su conocimiento
conceptual. Llamaremos a este elemento la FORMA de la sustancia . Diremos entonces que toda
sustancia implica una forma, que es en virtud de esta forma como una sustancia se clasifica en una
especie determinada, cuya definición expresa el concepto.

Por otra parte, las únicas sustancias que conocemos son los individuos.

Debe haber, pues, en el individuo un elemento distinto de la forma, aquel que, precisamente,
distingue a unos y otros representantes de una misma especie. Designemos, a su vez, a este nuevo
elemento de lo real con un término distinto: MATERIA.

Diremos entonces que toda sustancia es una unidad de ser que, a la vez e indivisamente, es la de
una forma y una materia.

¿Qué autoriza a decir que esta sustancia es un ente? ¿Qué es lo que hace que ella sea? ¿Se debe
buscar en su materia, en su forma o en el compuesto que constituye su unión?

La materia no lo es, pues, no teniendo existencia propia, la materia no podría causar la de la


sustancia. Por lo tanto, no es en virtud de su materia por lo que se dice de una sustancia cualquiera
que es (ens).

La misma consecuencia se impone del lado de la forma y por la misma razón. La forma es un
elemento de la sustancia más noble que la materia, puesto que ella es la que determina le confiere
la inteligibilidad.

La forma es aquello por lo cual la sustancia es lo que es.

En el orden de lo finito que ahora consideramos, lo único que existe son las sustancias. Compuesta
de materia y forma, cada una de ellas, es algo que es, un ens específicamente determinado. Explicar
un ente como sustancia es decir por qué razón este ente es lo que es… Sin embargo, esto no es todo,
pues una vez explicado por qué un ente es lo que es, queda por explicar lo que hace que exista.

Puesto que ni la materia ni la forma puede existir por separado, se ve que la existencia de su
compuesto es posible, pero no se ve cómo su unión podría engendrar la existencia actual.

Ente:

- Quid (esencia).
- Quo (Esse).

En cuanto que sensible: sustancia. En cuanto que una y definida, esencia. ¿QUID EST? Quididad.

Conocimiento conceptual (porque en lo real hay algo que lo permite) : forma… materia.

El esse es el quo est de la forma, siendo ésta misma el quo est de la sustancia; el esse es, pues, lo
que hace que la sustancia sea un ente (ens), en cuanto que tiene el acto mismo de existir: “La forma
puede, sin embargo, decirse quo est, en tanto que es principio de existencia (principium essendi):
pero el quod est es la propia sustancia total, y aquello por lo que la sustancia se denomina ente (ens)
es el ser mismo (ipsum esse).

EN RESUMEN, EN LAS SUSTANCIAS CONCRETAS QUE SON OBJETO DE EXPERIENCIA SENSIBLE, DOS
COMPOSICIONES METAFÍSICAS SE ESCALONAN EN PROFUNDIDAD: LA PRIMERA, LA DE MATERIA Y
LA FORMA, CONSTITUE LA SUSTANCIALIDAD MISMA DE LA SUSTANCIA; LA SEGUNDA, LA DE
SUSTANCIA CON EL ACTO DE EXISTIR, CONSTITUYE A LA SUSTANCIA COMO UN ENS, UN ENTE.

Página 125 – 136:

Decir que el esse se comporta como un acto, incluso respecto de la forma, es afirmar el primado
radical de la existencia sobre la esencia. La forma de la sustancia no es tal y no existe sino en virtud
del acto existencial que hace de esta sustancia un ente.

Así entendido, el acto mismo de existir se sitúa en el corazón o, si se prefiere, en la raíz misma de lo
real. Es, pues, el principio de los principios de la realidad.

Absolutamente primero, aventaja incluso al Bien, pues un ente no es bueno sino en tanto que es un
ente, y sólo es un ente en virtud del Ipsum esse que permite decir de él: esto es.

El estado en el cual el esse coloca a lo que le recibe es el estado de ens, es decir, de aquello que es
un ente.

Conviene hacer ascender el ente hasta el plano del esse, no para confundirlos, sino para señalar
suficientemente que el ente sólo es tal por y en su relación al acto de existir.

Más allá de lo más perfecto y profundo que hay es el existir (Ipsum esse) puesto que se comporta
respecto de todas las cosas como su acto. Efectivamente, nada tiene actualidad sino en tanto que
existe. El existir (Ipsum esse) es la actualidad de todo lo demás, comprendidas las formas.

El Ipsum esse porque es la cima de lo real, es también su corazón.

Establecer un acto semejante sin otra determinación es determinarlo como puro, puesto que no es
sino el Ipsum esse, pero es también determinarlo como absoluto, puesto que es todo el acto de
existir, y es establecerlo como único, puesto que nada puede ser concebido como ente sin que el
acto puro de existir sea.

Cualquier cosa que pueda imaginarse que determina el existir, la forma o la materia, por ejemplo,
no puede ser pura nada, pues es parte del ente y no puede ser parte del ente más que en virtud de
un acto de existir. Es, pues, imposible que la determinación de un acto de existir le venga desde
fuera, es decir, de otra cosa que de sí mismo. En efecto, la esencia de un acto finito de existir consiste
en no se más que tal o cual esse, no el esse puro, absoluto y único. El acto de existir se especifica,
pues, por lo que le falta, si bien aquí es la potencia la que determina el acto, en el sentido, al menos,
de que su grado propio de potencialidad está inscrito en cada acto finito de existir. (La existencia no
tiene una existencia propia).

Por lejos que se lleve el análisis de la esencia, la existencia jamás está incluida en ella. Es preciso que
allí donde la esencia existe, la existencia se añade a ella en cierto modo desde fuera, como una
determinación extrínseca que le confiere el acto de existir.

El ente existe por el esse. Es aquello sin lo cual no sería lo demás. Hay una primacía del ser: es un
ente porque es.
El ser es lo más intimo que hay en cada cosa y lo más profundo que hay en todas, puesto que se
comporta como forma respecto de todo lo que hay en la cosa. (todo se comporta como potencia
frente al acto de ser).

¿Cómo conocemos el ente? El ente es un primer principio e, incluso, el primero de los principios,
porque es el primer objeto que se ofrece al entendimiento. Cualquier cosa que concibamos la
aprehendemos como algo que es o que puede ser, y se podría decir de esta noción que, en cuanto
que es absolutamente primera, acompaña a todas nuestras representaciones. Ens significa habens
esse. (no hay concepto del existir).

El ente es el concepto propio en el que se traduce inmediatamente lo que constituye el fondo mismo
de lo real, el acto de existir. Todo esse nos es dado en un ens. No se puede pensar el ens sin el esse,
y todavía menos el esse sin el ens. El existir es siempre el de algo que existe.

Su riqueza está formada, en primer lugar, por todos los juicios de existencia que resume y connota,
pero más aún por su permanente referencia a la realidad infinitamente rica del acto puro de existir.
Por esta razón, la metafísica de Santo Tomás persigue, a través de la esencia del ente en tanto que
ente, aquel supremo existente que es Dios.

(Pág. 249)

En la realidad hay algo que la esencia no me puede explicar, el por qué es.

La metafísica de la forma no me explica el por qué es.

La sustancia no es el último acto, sino el Esse.

El Esse me explica el siendo del ente.

La esencia recibe el acto de ser.

El Esse está determinado por la esencia. Empieza a ser con el Acto (Esse).

Superlativamente: acto de ser (diferencia de actualidad en la creación).

Met: ente en tanto acto de ser.

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