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El Nuevo Repertorio de La Acción Colectiva Merklen

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EL NUEVO REPERTORIO DE LA ACCIÓN COLECTIVA:


UNA MOVILIZACIÓN DE BASE TERRITORIAL

Desde hace más de veinte años, las clases populares argentinas elaboran
nuevas formas de acción colectiva en respuesta a las profundas
transformaciones que, desde lo alto de la sociedad, desestructuraron sus
mundos de pertenencia. Ocupaciones ilegales de tierras, cortes de ruta,
revueltas y saqueos a comercios y a hipermercados se encuentran entre las
nuevas manifestaciones que progresivamente modificaron un «repertorio».
clásico que giraba masivamente alrededor de los sindicatos y de los partidos.
Tras haber hecho referencia a las tensiones a las que se vio sometida la
democracia como consecuencia de la fractura social y a los desafíos que la
desafiliación impone a la sociología política, nos proponemos explorar más
profundamente estas transformaciones sociopolíticas desde el punto de vista
de los sectores populares.
Como hemos visto, desde el año 2000 la opinión pública mostró una cierta
sorpresa frente a la creciente movilización social, sorpresa que alcanzó
también a las ciencias sociales, tal vez demasiado habituadas a la «pasividad»
que se había atribuido a las clases populares durante toda la década de
1990. En este capítulo me propongo responder a dos tipos de preguntas. Por
un lado, trataré de dar cuenta de estos cambios en los «repertorios de acción
colectiva»1. ¿Cómo se operan? ¿Cuáles son las características de este nuevo
abanico de movilización, sin dudas heterogéneo? ¿Cuáles son los cambios

1 Tilly considera que las personas disponen de una cantidad limitada de medios aceptados
para expresar sus reivindicaciones. Este «repertorio» de herramientas para la acción se
forjó en luchas anteriores y caracteriza una época. Puede verse así que los repertorios
favorecen ciertas luchas frente a ciertos oponentes pero al mismo tiempo restringen otras
posibilidades de acción reivindicativa o de protesta. Cf. Tilly, Charles, The Contentious
French. Four Centuries of Popular Struggle, Harvard University Press, Cambridge,
Massachusetts, 1986, y Les révolutions européennes 1492-1992, Seuil, París, 1993. [Hay
versión española: Las revoluciones europeas, 1492-1992, trad.: Juan Faci, Crítica, Barcelona,
1995.]
en la sociabilidad de las categorías populares que estas movilizaciones A continuación presentaremos tres de los principales elementos que
manifiestan? ¿Cuáles son las perspectivas de evolución de estos movimientos caracterizan a las nuevas clases populares: su relación con el Estado y con
sociales y cuál puede ser su impacto sobre la sociedad argentina y su régimen las instituciones públicas, sus modos de integración fuertemente marcados
democrático? Por otro lado, intentaré volver sobre esta sorpresa de la opinión por una «inscripción territorial»2 y su matriz cultural, que caracterizaremos
pública frente a una movilización que, sin embargo, tenía lugar desde hacía como «cosmológica» y «relacional»3. Esta caracterización de las clases
largo tiempo. ¿Cuál es la responsabilidad de las ciencias sociales en la populares nos permitirá, en el cuarto apartado del capítulo, dar cuenta de su
incomprensión de una nueva relación con la política de las clases populares nueva «politicidad», de una nueva forma de política construida en la tensión
argentinas? Tras explorar la manera en la que los intelectuales argentinos entre la «urgencia» y el «proyecto» así como en la relación de las clases
piensan la movilización popular, nos dedicaremos aquí a presentar esta populares con las tradiciones políticas. En este sentido, retomaremos el hilo
movilización a partir de la imagen que ella nos ofrece desde otro punto de del primer capítulo, puesto que esta politicidad no puede ser aprehendida por
vista. ciencias sociales excesivamente obsesionadas por una concepción de la
En primer lugar, nos vemos obligados a abandonar cuanto antes una ciudadanía desprovista de contenido sociológico. Éste es el marco en el que
hipótesis basada en una «evidencia» que esconde mal el carácter mecánico intentaremos visual izar las perspectivas de evolución de los movimientos
de la explicación: enfrentadas a una crisis fatal, las personas se habrían populares.
decidido «por fin» a salir a la calle. Propongo, en cambio, la hipótesis según
la cual las respuestas a estas cuestiones no pueden ser halladas más que
sobre la base de un doble registro. Claro está que las nuevas formas de Las clases populares de una Argentina extinguida
acción colectiva responden a las transformaciones operadas tanto a nivel de
la estructura social como a nivel de las modalidades de inscripción social de Las transformaciones llevadas a cabo en la estructura social son de tal
los sectores populares. Así pues, es necesario tener en cuenta la importancia amplitud que han trastocado de forma inédita el mundo popular que la Argentina
de la desestabilización radical del modelo de integración social en el que se había conocido desde los años cuarenta. Comprender en la actualidad ese
formaron las identidades populares en Argentina. El primer apartado de este mundo popular obliga a inscribir nuestra visión en el marco de una
capítulo intenta determinar en qué medida la Argentina de hoy responde a las «problematización histórica de las cuestiones actuales».4 En otros términos,
dinámicas entrelazadas en su pasado. para volver inteligible nuestro objeto debemos dar respuesta a la siguiente
En segundo lugar, sin embargo, intentaremos no considerar las nuevas pregunta: ¿cuándo y cómo se inician los procesos en los que las clases
formas de movilización colectiva exclusivamente en términos «reactivos», es populares se encuentran circunscriptas en el presente? La problemática actual
decir, como una respuesta más o menos compleja a cambios estructurales de los sectores populares en Argentina se constituye en el momento en que
o a desarrollos históricos. Las nuevas manifestaciones colectivas que pueden
observarse entre las clases populares deben ser consideradas en su
«positividad», en tanto ellas expresan positivamente no una nación ya
desaparecida, sino una sociedad en tiempo presente en la que vive, en gran
2 Cf. Merklen, Denis, «le quartier et la barricade. le local comme lieu de repli et base du
medida, la Argentina que vendrá. rapport au politique dans la révolte populaire en Argentine», en L’Homme et la Société N°
143-144, l’Harmattan, París, 2002, pp. 143-64. [Hay edición en español: «Sobre la base
territorial de la movilización popular y sobre sus huellas en la acción», en Laboratorio on
line, año IV, N’ 16, diciembre de 2004, en http://www.catedras.fsoc.uba.arlsalvia/lavbo.htm
3 Semán, Pablo, «Cosmológica, holista...”
4 ‘’Si el presente no es sólo contemporáneo, es necesario hacer una historia del presente,
es decir reactivar la carga del pasado que se encuentra en el presente. Es necesario
entonces hacer algo como una genealogía del presente o una problematización histórica de
las cuestiones actuales.» Castel, Robert, «Présent et généalogie du présent. Penser le
changement d’une forme non évolutionniste», en Au risque de Foucault, Centro Pompidou,
París, 1997, pp. 161-9.
comienza la desalarización y el retiro masivo del Estado social, con el corolario con una disminución drástica de los obreros entre las clases populares. El
de una pauperización y una fractura social sin precedentes. El momento segundo fenómeno se refiere a la reducción del sector público, proceso que
emblemático que inaugura este período es el último golpe militar de 1976, se inicia igualmente a partir de 1976 y se acelera en los años noventa con el
pues es entonces cuando se abrió un proceso que sólo se cerraría con la programa integral de privatización de las empresas públicas y de achique
caída del gobierno de Fernando De la Rúa, en diciembre de 200l. Este período directo del tamaño del Estado. Por un lado, este retiro del Estado provocó
de «descomposición» (1976-2001) había sido precedido por un período de una importante reducción del número de funcionarios, lo que amputó
«construcción» que se extendió, no sin discontinuidades, a lo largo del siglo drásticamente su presencia de las clases populares; por otro lado, esto último
XX (hasta 1975), con momentos clave como la salida de la crisis de los años se tradujo en un cambio profundo de la relación de las clases populares con
treinta y los dos primeros gobiernos peronistas (1946-52 y 1952-55). el Estado y con la política. No debe olvidarse que desde el primer peronismo
Intentaremos identificar las razones de la descomposición.5 las clases populares se socializaban a través de la relación estrecha que
La catástrofe de una sociedad anteriormente integrada permite ver el carácter sus organizaciones políticas y sindicales mantenían con el Estado, y que
radical de las transformaciones operadas: la pobreza alcanza a más del este vínculo tenía un impacto directo sobre la organización de la vida cotidiana
cincuenta por ciento de la población, la proporción de desocupados se de esos «trabajadores” 8.
multiplicó por cuatr06 y el número de trabajadores «informales» se volvió Este último mecanismo nos revela la segunda característica de una
superior al número de asalariados formales: a partir de la crisis, la proporción Argentina que ya no existe o que «ya fue». Con el gobierno de Carlos Menem
de asalariados «clásicos» no supera el 30% de la población económicamente (1989-1999), la Argentina abandonó definitivamente el modelo de intervención
activa. Todo esto en un país que no había conocido el desempleo masivo y del Estado a través del cual se habían regulado la economía y las relaciones
donde la pobreza urbana era estimada en el 3% de la población (en 1970, sociales fundamentales. Ese modelo de regulación social había permitido
según la CEPAL). En la actualidad, los ingresos promedio del 10% más rico una estabilización de la sociabilidad de las clases populares durante cinco
son 30 veces superiores a los del 10% más pobre (quienes no perciben más décadas (1940-1989).9 En primer lugar, esta estabilización de los modos de
que el 1,8% del total de los ingresos), lo cual coloca al país entre los peores vida populares es resultado de la extensión de la relación salarial (que abarca
sistemas de distribución de la riqueza de la región, junto a Brasil o Chile, y lo a más del 70% de la población económicamente activa desde los años 194010)
aleja cada vez más del grupo de sistemas más equitativos en los que se y, en segundo lugar, refleja la construcción de un conjunto de protecciones
encontraba, junto a Uruguay y Costa Rica, hasta los años ochenta.

Dos fenómenos se encuentran en el origen de esta regresión. El primero


7
es el proceso de desindustrialización7 continuo que atravesó todo el período, Schvarzer, Jorge, La industria que supimos conseguir, Planeta, Buenos Aires, 1996.
Kosakoff, Bernardo y Ramos, Adrián, Cambios contemporáneos en la estructura industrial
argentina (1975-2000), UNQ, Buenos Aires, 2001.
8
5
No es nuestra intención hacer aquí una descripción detallada de un período largo y complejo, Si hubiéramos escrito este libro en los años setenta, no habríamos pensado en comillas o
lo que escaparía al objetivo central de este trabajo. La enumeración de algunos rasgos de la itálicas que relativizan el término «trabajador» y dan cuenta de su carácter de categoría
estructura social argentina y de sus evoluciones tiene por objeto dar un sentido preciso a social, política y sociológica. ¿Qué nos lleva a utilizarlas hoy? Veremos el porqué en las
expresiones como «descomposición social» y, en especial, poder comprender un presente páginas siguientes e intentaremos sistematizar una respuesta en el capitulo 6.
9
que es heredero de dos períodos pasados: el primero, más reciente (1976-2001), a la vez Este aspecto del modelo «estadocéntrico» (Cavarozzi) se ve acompañado por el hecho de
heredero del segundo (1930-40/1976), que durante todo este periodo el Estado se encontraba en el centro de los conflictos
6
La evolución de la desocupación corresponde a las dos fases señaladas: fue inferior a 5% económicos y políticos. Sidicaro, Ricardo, «Los conflictos entre el Estado y los sectores
desde los años 1940 hasta los años 1980, alcanza el 7,6% de la población activa en 1989, socioeconómicos predominantes en la crisis del régimen conservador (1930-1943), en
el 8,6% en 1990, el 13% en 1994 (23% en el caso de los jóvenes de 14 a 24 años) y el 18,4% Ansaldi, W. et al. (eds.), Representaciones inconclusas, Biblos, Buenos Aires, 1996, y La
en 1995. Si sumamos las tasas de desempleo y las de subempleo. obtenemos el 30,1% de crisis del Estado y los actores políticos y socioeconómicos en la Argentina (1989-2001),
la población activa en 1996, lo cual continúa más tarde en aumento, con la recesión de 1998- UBA-Libros del Rojas, Buenas Aires, 2001.
10
2002. Bustelo, Eduardo y Minujín, Alberto, «Política social e igualdad», en Bustelo, E. y La mayor proporción de asalariados se observa en el censo de 1946 (73,8% de la
Minujín, A. (eds.), Todos entran. Propuestas para sociedades incluyentes, UNlCEF/Santillana, Población Económicamente Activa). La relación salarial alcanzaba al 71,2% de la PEA en el
Colección «Cuadernos de debate», Bogotá, 1998, p. 67-117. censo de 1970, pero en 1980 el descenso había comenzado y la tasa caía hasta el 65,9% de
los activos.
sociales a partir de la intervención de los sindicatos y del Estado; por último, política y social podía ser leída como el resultado de las luchas emprendidas).
esta estabilización surge de la regulación de las relaciones laborales y de un Ésta es la razón por la cual dicha forma de acción colectiva pudo establecerse
nivel relativamente elevado de los salarios («elevado» con respecto a los más allá del peronismo, dejando también su marca en todos los períodos en
salarios de hoy y con respecto también al nivel de los salarios de la mayor los que este movimiento no se encontró en el poder (en especial 1955-1973
parte de los países latinoamericanos en esa época). y 1976-1989), aun cuando guardara su lugar en el corazón identitario de las
Los resultados de este sistema de integración marcaron las modalidades clases populares.
de acción colectiva de manera duradera. En primer lugar, el sistema estabilizó La descomposición social iniciada en los años setenta se produjo de forma
los mundos populares de la manera en que acabamos de evocarlo. En segundo continua, si bien con velocidades diferentes, bajo todos los gobiernos de los
lugar, facilitó la identificación del pueblo y el trabajo, con una receptividad del últimos veinticinco años. Muy diferentes entre sí, se destacan dos períodos
discurso peronista que organizaba los temas de la dignidad y del de aceleración extraordinaria bajo los gobiernos de Alfonsín y de Menem.
reconocimiento social alrededor de la figura del pueblo trabajador 11 Por último, Así, el carácter continuo de la desarticulación del sistema social se encuentra
hizo posible un tipo de politicidad en la cual la acción colectiva podía ligado a la contracción del mercado interno, a la desindustrialización y al
organizarse sobre la base de una estrategia de conquistas sociales que desmembramiento del Estado. La estructura de protección social se
podían ser representadas bajo la forma de derechos adquiridos y que podían desarticuló puesto que sus prestaciones sufrieron discontinuidades, fueron
materializarse en las instituciones públicas. Es en esta lucha por derechos disminuidas o simplemente suprimidas por la caída de las inversiones públicas,
que el movimiento peronista ocupó un lugar central entre las identidades por la decadencia de las obras sociales y su posterior desregulación y
populares (lo que fue posible mediante el asistencialismo gubernamental, la privatización, y por la caída abrupta de las tasas de sindicalización. Los
acción de los sindicatos y el control de diferentes niveles del Estado)12 Es por efectos conjuntos de estos fenómenos implicaron una desinstitucionalización
estas vías que las clases populares pudieron articular la acción colectiva en de la relación salarial y, de manera más general, de las relaciones laborales.
un repertorio más o menos unitario en el que era posible combinar una lucha Desde el punto de vista de la acción colectiva, la primera y más importante
orientada tanto por la conquista de nuevos derechos como por la defensa de diferencia entre las clases populares del último siglo y las de la Argentina
los derechos amenazados. postdescomposición debe ser buscada sin duda en el papel jugado
Solamente es posible tal articulación cuando los individuos están inscriptos anteriormente por la constelación sindical. Es necesario hacer notar, en primer
en un sistema de relaciones sociales estables que les permite pensar el lugar, que el sindicalismo constituyó uno de los principales actores de la
futuro13 tanto a nivel de las estrategias individuales (en la proyección de una política argentina y esto, insistamos, desde los inicios del siglo XX hasta
promoción social a través de la escuela o en la protección frente a la vejez o 1989.14 En segundo lugar, debe subrayarse que las estructuras sindicales
en la enfermedad) como a nivel de las estrategias colectivas (cuando la historia fueron durante este período uno de los factores más importantes de
socialización de las clases populares, en especial a partir del rol que jugaron
tanto en la promoción social como en la implantación de protecciones a
11
través del vasto sistema de «obras sociales» (promovidas por el peronismo
Examinamos las consecuencias de la ruptura de este par en el cap. 5.
12
En rigor, las luchas obreras son importantes y comienzan ya a principios del siglo XX. Sin
embargo, el reconocimiento masivo de estas luchas por parte del Estado inscribió en la
memoria popular el primer gobierno peronista y la participación de Perón en el gobierno de
Farrell como primer momento de realización de los derechos sociales. La mitología sostiene
así que las conquistas sociales comenzaron sólo a partir de 1945. Más aún, que ellas
tuvieron lugar solamente entre 1945 y 1955.
14
13
Michéle Leclerc-Olive muestra cómo, desde un punto de vista subjetivo, no es siempre Más allá de las polémicas sobre la existencia de un sindicalismo fuerte antes de la
posible pensar el «futuro» desde una posición de precariedad. En efecto, la proyección de interpelación peronista, es cierto que la extensión del sindicalismo y su articulación con la
los individuos y de los hogares sobre el porvenir requiere ciertas condiciones de estabilidad. esfera del Estado se vio consolidada por la asociación política entre el mundo sindical y el
Cf., Engrand, Sylvie y LeclercOlive, Michéle, «Sortir de la précarité: entre routine et projet», peronismo operada de 1943 a 1945. Vale la pena recordar que las «obras sociales» eran
en Billard, l., Debordeaux, D. y Lurol, M. (coords.), Vivre la précarité, Trajectoires et projets sistemas de protección social (enfermedades, accidentes, vacaciones, etc.) administradas
de vie, Editions de l’Aube, París, 2000. por los sindicatos.
de 1946 y desarticuladas por el de 1989) que brindaban una cobertura a sus Los asentamientos
afiliados en dominios que iban desde la enfermedad hasta las vacaciones y
el turismo.15 Los asentamientos fueron uno de los primeros componentes de este nuevo
Si bien nuestra exposición de este panorama astillado del mundo popular repertorio. Ellos marcaron el puntapié inicial del cambio. Las primeras
debe ser breve, es esencial posar nuestra mirada en un contexto evolutivo ocupaciones ilegales de tierras tuvieron lugar en 1981 con la invasión de
con el objeto de medir el carácter radical de las transformaciones de los terrenos en la zona sur del Gran Buenos Aires. El movimiento se extendió
años ochenta y noventa. Desde el punto de vista de las subjetividades, estas luego como una modalidad privilegiada de acceso al hábitat popular puesto
transformaciones se expresan por una especie de perplejidad ambigua en la que las organizaciones barriales llegaron a jugar un rol importante en la
que las clases populares parecen oscilar entre la defensa de un status de implementación de políticas sociales. Con los asentamientos comienza a
trabajadores al que no quieren renunciar completamente y una fuga hacia desarrollarse un vasto movimiento de organizaciones barriales que supera
adelante en la que se sacrifica la relación laboral y se busca articular nuevas con mucho el marco de las ocupaciones ilegales. En un primer momento,
formas de demanda social. las organizaciones barriales crearon un movimiento de base orientado por el
Como veremos enseguida, la movilización social observada en la actualidad objetivo de la construcción de un barrio (es decir, la producción de un hábitat
se encuentra así tironeada desde el interior por una tensión que conjuga «normal» por oposición a la representación de la villa), así como por la
(mal, por el momento) una dimensión de protesta con la lucha por la promoción de una estructura de solidaridad territorial. Un segundo momento
supervivencia. se inicia inmediatamente después cuando las organizaciones «salen» hacia
el sistema político para obtener las intervenciones institucionales que
permitieran favorecer la realización de un proyecto de inscripción social
El nuevo repertorio: asentamiento, piquete, estallido y saqueo territorial izada (la escuela, la cantina o el dispensario para el barrio) y que al
mismo tiempo ayudaran a detener la devastación provocada por el
Las ocupaciones ilegales de tierras (asentamientos) seguidas por el empobrecimiento. Las organizaciones barriales se constituyeron así en una
desarrollo de un conjunto de organizaciones barriales, los cortes de ruta de las bases principales de la participación popular en la creación de una
(piquetes), las revueltas populares para exigir la renuncia de las autoridades nueva demanda social ya no asociada al mundo del trabajo ni organizada por
provinciales o del gobierno nacional (estallidos) y el asalto de comercios en los sindicatos. Como veremos en la próxima sección, esto fue posible gracias
las situaciones de crisis económica aguda (saqueos) constituyen los a una reorientación de las políticas sociales llevada a cabo desde 1987.
componentes de lo que ha sido llamado, siguiendo la conceptualización Recordemos, por último, que la mayoría de las organizaciones produjeron en
propuesta por Charles Tilly, un «nuevo repertorio de acción»16 de las clases ciertos momentos clave (en especial en los inicios, en su fundación), la
populares argentinas. promoción de sólidos dispositivos de democracia (directa o indirecta). La
gran mayoría de los asentamientos vivieron una primera etapa en la que las
asambleas, la institucionalización de sus cuerpos de delegados y las
elecciones de los dirigentes barriales participaron en la construcción de un
auténtico espacio público local.17
15
Es útil recordar que la Argentina fue uno de los países de tasas de sindicalización más
elevadas del continente americano, fenómeno asociado sin dudas a la extensión de la
relación salarial.
16
Así, hablan de «nuevo repertorio», por ejemplo, Auyero, Javier, La protesta. Relatos de la 17 En casi todos los casos, asimismo, el reconocimiento del Estado y la posterior integración
beligerancia popular en la Argentina de los noventa, UBA-Libros del Rojas, Buenos Aires, de las organizaciones a la gestión de las políticas sociales se tradujo en un debilitamiento de
2002, y Farinetti, Marina, «Violencia y risa contra la política en el Santiagueñazo: Indagación los mecanismos de participación directa y en la fragmentación de las organizaciones (hasta
sobre el significado de una rebelión popular», en Apuntes N» 6, Buenos Aires, 2000, pp. 77- entonces unificadas a nivel de cada barrio). Hemos analizado este fenómeno en profundidad
126, Y «Los significados del ‘Santiagueñazo’. un estallido social», en L’Ordinaire en dos trabaios: cf. Merklen, Denis, Asentamientos en La Matanza. La terquedad de lo
latino·americain N» 188, Toulouse, 2002, pp. 109-17. nuestro, Catálogos, Buenos Aires, 1991, e Inscription territoriale ...
Los saqueos eficaz; así como la de los sindicatos, que no podían más que mirar de lejos
cómo las clases populares se movían por fuera de su campo de influencia.
Bajo los efectos de la crisis de hiperinflación de 1989 y de la recesión
económica y la asfixia financiera y monetaria de 2001, los pobres de las
grandes ciudades (en especial de Rosario, Córdoba y el Gran Buenos Aires Los estallidos
pero también de otros grandes centros urbanos) saquearon supermercados
y centros comerciales en busca de alimento1B Es bajo esta forma que aparece A partir de 1992, un episodio de nuevo tipo colocaría a las clases populares
en el espacio público, en 1989, el estado de carencia en el que se encontraba en la escena pública. Verdaderas revueltas populares provocarían la
una cantidad creciente de familias. El hambre hace su entrada en la escena destitución de los gobiernos de las provincias de Jujuy, Salta, Santiago del
pública por primera vez en las grandes ciudades y se constituye en una Estero y Corrientes, dando una visión anticipatoria de la suerte que correría
amenaza al orden democrático (no obstante, ¿qué es lo que amenaza en el gobierno de Fernando De la Rúa en diciembre de 2001.22 Como lo muestra
mayor medida a la democracia: el saqueo de comercios o el carácter, vuelto Marina Farinetti, estos episodios de revuelta en los que la representación
insoportable, de un orden económico injusto y de un orden político impotente política fue el primer blanco de la ira popular (con el saqueo, robo e incendio
o indiferente frente a la suerte de una parte de su ciudadanía?).19 En un de los edificios de los poderes públicos -ejecutivo, legislativo y judicial-, así
primer momento esta situación permaneció asociada a los efectos como de las residencias particulares de diversas autoridades), se explican
devastadores de la inflación que los sectores populares vivían como un mal por una combinación compleja de crisis de las administraciones públicas y
endémico desde hacía treinta años y que, con el estallido de la hiperinflación, de «economía moral de las masas», según la conocida fórmula de E. P.
licuó sus medios de vida así como los de los sectores medios.20 El control de Thompson. En muchos casos precedida de varios meses de salarios impagos
la inflación con el «plan de convertibilidad «21 en 1991 alejaría este peligro al personal estatal, la revuelta reunió una parte importante de la población
con un mejoramiento real de las condiciones de vida y con la disminución de que ya no estaba dispuesta a tolerar su suerte frente a la exhibición de una
la indigencia durante los cuatro primeros años del programa. Sin embargo, corrupción generalizada e impune, resultado de sistemas de gobierno en
estas escenas de pillaje de comercios se reproducirían aún con mayor general marcados por el nepotismo de familias locales. No es tanto la miseria
magnitud en 2001, cuando cuatro años consecutivos de recesión pondrían o la crisis económica lo que provoca la explosión de la sociedad civil sino la
una vez más en evidencia la incapacidad del Estado para dar una respuesta incapacidad, la negligencia o la indiferencia del poder frente a esta situación.

18
Los piquetes
Para una descripción de los primeros saqueos en la crisis hiperinflacionaria de 1989, Cf.
Prévót Schapira, Marie-France, «Pauvreté, crise urbaine et émeutes de la faim dans le Grand
Buenos Aires», en Problemes de /’Amérique latine N’ 95, París, 1990. Hacia el mes de junio de 1996, en dos pequeñas ciudades petroleras de la
19
En 1983, al final del régimen militar, la prensa publicó fotos de niños victimas de la desnutrición provincia de Neuquén (Plaza Huincul y Cutral-Co) entra en escena lo que
hospitalizados en Tucumán. Es la prueba dada en ese momento de las consecuencias
sería considerado cinco años más tarde una de las principales modalidades
sociales de la política económica de la dictadura. Sin embargo, la localización de este
fenómeno en una provincia «lejana» del noroeste limitó el impacto político del acontecimiento.
El carácter masivo del empobrecimiento se expresó por primera vez en 1989 en plena crisis
hiperinflacionaria.
20
Sigal, Silvia y Kessler, Gabriel, «Comportements et représentations face a la situation de
dislocation des régulations sociales: I’hyperinflation en Argentine», en Cultures & Conflits N’
24/25, invierno-primavera de 1996-1997.
21
“Convertibilidad’ es el nombre dado a la política monetaria asociada a una estrategia de
«currency board» puesta en práctica en 1991 por el gobierno de Carlos Menem. De manera
22
más general, se llama así al conjunto de la política económica del período menemista (1989- Sobre esta modalidad de acción colectiva, véase el remarcable análisis realizado por
1999), centrada en esta estrategia monetaria pero también en la apertura de los mercados, Marina Farinetti sobre el santiagueñazo, la revuelta de la provincia de Santiago del Estero en
con un vasto programa de privatización y de desregulación de las relaciones salariales. 1992: Farinetti, Marina, «Violencia y risa ... « y «Los significados del... «.
de la acción colectiva de las clases populares argentinas; el piquete. Frente que forman parte de esos movimientos, es reconocido por el Estado como
a la amenaza de cierre de los pozos petroleros a partir de la privatización de un trabajo de interés comunitario. A partir de entonces, el reconocimiento de
la empresa estatal YPF, los habitantes cortaron la ruta que atraviesa esos las nuevas organizaciones como actores sociales se convirtió en un hecho
pueblos (y que une las ciudades de Neuquén y Zapala) para exigir una solución instalado en la opinión pública. Madurado durante diez años gracias al trabajo
a su suerte. El corte duró varios días y los piqueteros debieron enfrentar a la de las organizaciones de base territorial, el nuevo juego político en el que las
gendarmería antes de poder negociar, primero con un juez y luego con las organizaciones populares toman parte activa comenzaba así a consolidarse
autoridades. Este método fue retomado algunos meses más tarde en otra hacia fines de los años noventa.
ciudad petrolera igualmente amenazada, esta vez en el norte del país, en la
provincia de Salta; General Mosconi. En los años que siguieron, el piquete
se transformó en un método extendido sobre todo el territorio como forma de Las claves del nuevo repertorio: inscripción territorial y políticas
protesta adaptada a las nuevas condiciones sociales. Un punto de inflexión sociales
se produciría en el año 2000 cuando un piquete cortó durante un mes la ruta
nacional 3 a la altura de La Matanza, el distrito más grande del Gran Buenos ¿Qué es lo que nos autoriza a unificar estas formas dispersas de
Aires.23 El episodio es importante puesto que a partir de ese momento el movilización bajo la etiqueta de un repertorio? Aun cuando la noción de «nuevo
método se consolidó como forma de acción y porque se produjo el repertorio» haya sido esbozada, sus usos habituales en la literatura sobre la
reforzamiento de un grupo de organizaciones identificadas como piqueteras. Argentina realizan sólo una constatación empírica del hecho de que nuevas
¿Qué es lo que se encuentra en el origen de este cambio? Los piqueteros formas de acción se agregan a la acción de los viejos sindicatos o la
llegaron a constituirse en gestionarios de políticas sociales, en un actor de reemplazan, sin que una conceptualización permita comprender por qué esas
peso sobre arenas públicas locales y nacionales, y en una de las voces de acciones constituyen un repertorio y no un simple inventario. Querría proponer
mayor resonancia en el espacio público. aquí algunos elementos de respuesta a la cuestión del repertorio. Más allá
Desde entonces, estas organizaciones administrarían una parte importante de los aspectos que las diferencian, estas acciones encuentran su unidad
de los planes Trabajar, una prestación que el gobierno entrega a los parcial en algunos atributos comunes de las nuevas clases populares, en
desocupados a cambio de un trabajo comunitario (en el marco de un programa especial en las relaciones que las constituyen y en la orientación de las
cofinanciado por el Banco Mundial 24). Este reconocimiento de la militancia acciones que ellas realizan.
piquetera constituye una innovación política importante, ya que a partir de
entonces orientaría todas las luchas: participar de una organización de
piqueteros, y en especial de una de los cientos de asociaciones barriales Desafiliación y políticas sociales

Un primer elemento común puede ser observado en la evolución que articula


históricamente los efectos de la desafiliación social con las nuevas políticas
23
sociales. Durante los años 1980 y 1990, las movilizaciones populares
Con 1.2 millones de habitantes, La Matanza presenta la concentración de población pobre
más grande del país, más del 10% de la población del conurbano y 4% de la población total evolucionaron al combinar, de manera heteróclita, dos orientaciones. En un
del país. Históricamente gobernado por el peronismo, este distrito concentra un número primer momento, las demandas se dirigían a la restauración de las «conquistas
importante de fábricas y de talleres que alimentaron la formación de una clase obrera sociales» perdidas o bajo amenaza (se reclamaba el aumento de salarios, la
importante. Sin embargo, nada queda de las tradicionales plantas industriales. Entre las
defensa de los empleos y de las protecciones sociales, con una acción
grandes fábricas, las más importantes eran la de Volkswagen, Chrysler, Borgward y M.A.N.
en la rama automotriz, Textil Oeste en la textil, Klia en la producción de máquinas agrícolas, social todavía en manos de los sindicatos, aun cuando éstos se encontraran
Yelmo en la de electrodomésticos y Santa Rosa y la Vaskonia en la metalúrgica. Todas estas en una estrategia de repliegue). O, mejor dicho, las luchas sociales se
fábricas cerraron entre 1990 y 2001. La única que persiste es Federal, vieja fábrica de
jabones recientemente mudada de los bordes de la Capital hacia el interior del distrito.
24
Estos subsidios fueron reemplazados por los Jefes y ¡efas de hogar, de características
similares pero enteramente financiados por el Estado.
orientaron hacia la defensa de un orden social fuertemente amenazado y De este lazo entre el Estado (reformado) y las nuevas organizaciones barriales,
desestabilizado, lo que afectaba directamente, no sólo el modo de vida de la lazo social y político territorializado, se nutrirían más tarde los piqueteros.
mayoría de los asalariados, sino también las condiciones fundamentales del Sin embargo, desde 1995, al mismo tiempo que esta estrategia se
ejercicio de la ciudadanía. desarrollaba, sus efectos eran limitados a causa de las consecuencias cada
En un segundo momento, una vez que la situación se estabilizó bajo la vez más negativas del orden social engendrado por las reformas económicas
forma de una nueva cuestión social alrededor del empobrecimiento, de la guiadas por la Convertibilidad y su programa de ajuste estructural. A partir de
precarización de las relaciones laborales y del desempleo masivo, las luchas ese momento, la evolución de la relación entre políticas sociales y clases
populares se dirigieron a la adquisición de prestaciones sociales ligadas a la populares siguió una dinámica paradojal: en la medida en que las políticas
asistencia. Las políticas sociales se volvieron vitales y se constituyeron en el de asistencia adquirían una importancia creciente en el presupuesto de los
objeto privilegiado de las movilizaciones. Hacia fines de los años noventa, la hogares pobres, cada vez más numerosos y cada vez más privados de otras
regresión social aparecía como irreversible a los ojos de un sector creciente alternativas para completar sus ingresos, el Estado veía limitada la base de
de las clases populares. En virtud de esta constatación, la degradación de recursos financieros que podía destinar a esas prestaciones.26
las condiciones de vida impuso entonces una lucha por la supervivencia en la En este contexto, las políticas sociales comenzaron a ocupar la mayor
que las políticas sociales cumplían un papel cada vez más importante. parte de las energías de la movilización colectiva. Ya no se estaba en
El Estado acompañó este movimiento a través de la reorientación de las presencia del pueblo trabajador que durante décadas se había organizado
políticas sociales. Esta estrategia fue inaugurada por el «Plan Alimentario alrededor de su inscripción salarial. Las clases populares actuaban entonces
Nacional» (PAN) dispuesto por el gobierno de Raúl Alfonsín desde 198525 y en función de su fragilidad, de la escasez de medios de existencia y de la
encontraría una elaboración más acabada con una iniciativa de «participación», falta de reconocimiento, pero se organizaban también en función de los
de incorporación activa de las organizaciones de base territorial en la puesta recursos que el Estado ponía disponibles a la movilización. Los «derechos»
en marcha de las políticas sociales, estrategia desarrollada por el peronismo comenzaron así a encontrar un nuevo lugar en la politicidad de los sectores
en la provincia de Buenos Aires y en las municipalidades del conurbano populares, y con este proceso, inevitablemente, las organizaciones capaces
(Moreno, Lomas de Zamora). Esta política, que podría calificarse como de de establecer una nueva relación con la política fueron otras. Desde este
«asistencia participativa», se consolidó con la llegada de Antonio Cafiero a la punto de vista, el círculo vicioso por el que, cuanto más dependientes de la
gobernación de la provincia, también en 1987, Y se extendió poco después a asistencia se volvían los pobres, más disminuían los recursos de los que
nivel nacional (descentralizada hacia las provincias y los municipios), en disponía el Estado, puede ser visto desde otra óptica: este círculo giraba
especial por la acción del gobierno de Carlos Menem en el curso de los años entonces en el sentido contrario. Paradójicamente, cuanto más restringidos
1990. Esta reorientación de las políticas sociales abrió nuevas posibilidades eran los rendimientos del sistema político, más indispensables se volvían en
de movilización que escapaban a los sindicatos. El Estado encontró a través los barrios pobres. La espiral de la dependencia avanzaba así sobre la base
de ella y con ella un interlocutor privilegiado en las organizaciones barriales, de recursos cada vez más escasos.
al mismo tiempo que contribuía a la consolidación de este nuevo actor social. Así, mientras los chicos de un barrio de Florencio Varela comen en el
«comedor comunitario», un militante del movimiento piquetero MTD Aníbal
Verón explica:

25
Puede notarse que, más allá de esta iniciativa del PAN, el radicalismo no supo establecer
26
un vínculo a través de este tipo de política pública, y de esta forma se coartó la posibilidad de Aun cuando los montos destinados a las políticas de asistencia social aumentaron (lo cual
construir una relación con los sectores populares. Cf. Prevót Schapira, Marie-France, «Du es el caso hasta 1998), se revelaban crecientemente ineficaces debido a la desinversión en
Welfare á I’assistance: la decentralisation de I’intervention sociale en Argentine», en Cahiers el conjunto del sector público y por tanto a la desestructuración del sistema de protección
des Amériques latines N° 15, París, 1994, pp. 29-50. social ya evocada.
«¿Qué hace un piquetero cuando no está en el piquete? Y ... va a trabajar distritos populares del con urbano son al mismo tiempo tierra de múltiples
todos los días en el comedor comunitario y participa en la panadería organizaciones barriales, parroquias, iglesias pentecostales, centros de salud
comunitaria [...] Acá la mayoría de la gente tiene como ocho hijos, así que es o escuelas, manzaneras29, diferentes ONG, agrupaciones diversas formadas
imposible darles de comer o vestirlos. Entonces, es una manera de enfrentar alrededor de equipos de fútbol, de la música, de la droga y de fracciones
la crisis. [...] Es por eso que los comedores funcionan, es una necesidad políticas, no solamente peronistas. Cada uno de estos grupos participa de
real de la gente. Es el único medio de darles algo de comer a los pibes. La dinámicas específicas con reglas y recursos propios, lo cual mirado con una
ayuda que nos da el gobierno es insuficiente. Ellos nos mandan mercaderías excesiva exterioridad es imposible de unificar30
cada quince o veinte días... Y cuando no hay más, salimos a cortar la calle.
Es por eso que estamos todo el tiempo en la calle.»27 La inscripción territorial

Un universo organizacional heterogéneo Esta trama social compleja no puede estructurarse más que a nivel local,
y configura lo que proponemos llamar «la inscripción territorial»31 de las clases
Un segundo elemento unificador de las experiencias populares se encuentra populares, que es el tercer elemento común a ellas. Desde comienzos de
paradójicamente en su carácter heterogéneo, en que la diversidad de los años ochenta, y en especial a partir de los años noventa, se desarrollaron
experiencias no puede ser aprehendida sólo a partir de la dimensión episodios de cooperación, movilización y protesta colectivas que encontraban
económica. La «heterogeneidad social de las pobrezas»28 se explica, por un su centro organizativo en el barrio. Esta figura de lo local se convirtió
lado, por la multiplicidad de trayectorias: en el mismo territorio de pobreza se progresivamente en el principal componente de la inscripción social de una
encuentran tanto quienes viven en una villa desde hace cuatro generaciones masa creciente de individuos y de familias que no pueden definir su status
como los habitantes de un asentamiento vecino que se vio recientemente en social ni organizar la reproducción de su vida cotidiana exclusivamente a
la necesidad de ocupar tierras ilegalmente. partir de los frutos del trabajo. El proceso de «desafiliación»32 que alcanzó a
Más allá de esto, la heterogeneidad se explica por la multiplicidad de esta parte importante de las clases populares compuesta mayoritariamente
pertenencias en las que se encuentran inscriptos los individuos, lo cual se va por hogares jóvenes encuentra un sustituto (que no es casi más que un
volviendo más y más significativo que el carácter (residual) de las trayectorias parche) de reafiliación en la inscripción territorial.
a medida que el tiempo pasa para los individuos y para la sociedad. Los

27
Este testimonio abre un Interrogante que hacemos nuestro y que es también una de las 29 Las manzaneras son delegadas de manzana de un programa de asistencia lanzado por
preguntas centrales respecto de la posible evolución política de la movilización. ¿Cómo el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Eduardo Duhalde. en 1994. Son alrededor de
interpretar esta situación? ¿Es un ejemplo de la situación de dependencia frente al Estado, 30.000 mujeres que distribuyen la ayuda alimentaria en 2.400 barrios del conurbano. El
situación que éste controla mejor en la medida en que el empobrecimiento aumenta? O, al programa recibía 200 millones de dólares por año.
contrario, ¿es una prueba del aumento de la capacidad de movilización de las clases 30 Es con esta «exterioridad» que las ciencias sociales observaron las clases populares en
populares y de la construcción progresiva de un «actor» frente al Estado? Volveremos Argentina en los últimos veinte años. Volveré sobre este punto en la última sección del
sobre estas preguntas. capitulo.
2B
Miguel Murmis y Silvio Feldman habían llamado la atención tempranamente sobre el riesgo 31 Merklen, Denis. Inscription territoriale ...
de homogeneizar la situación social de los sectores populares bajo la noción de pobreza, 32 Retomamos aquí el concepto desarrollado por Robert Castel en su significación más
riesgo claramente presente en las primeras publicaciones sobre la pobreza en la Argentina. general. a la vez como descomposición de un sistema de integración social (desde el punto
CI. Murmis. Miguel y Feldman, Silvio, «La heterogeneidad social de las pobrezas», en Minujin, de vista societal) y como pérdida de las inscripciones colectivas (desde el punto de vista de
A. et al., Cuesta abajo. Los nuevos pobres: efectos de la crisis en la sociedad argentina. los trabajadores o de los individuos), Castel, Robert, Les métamorphoses de la question
UNlcEF/Losada, Buenos Aires, 1992, pp. 45·92. social. Un chronique du salariat, Fayard, París, 1995. [Hay traducción al español: Las
metamorfosis de la cuestión social, Paidós, Buenos Aires, 1997.]
más que «un saco de patatas» (según la célebre metáfora empleada por
Un hogar de un barrio pobre del Gran Buenos Aires no vive más que Marx para describir el campesinado francés del siglo XIX), es decir, un conjunto
parcialmente de los ingresos del jefe de hogar y del de los demás miembros social conformado por elementos que no comparten ningún vínculo entre
activos de la familia. A esto agrega los recursos provenientes de las políticas ellos.
sociales bajo la forma de dinero o especies (leche, alimentos, medicamentos, Desde siempre, la ciudad ha constituido un recurso importante para
chapas o vestimentas), a los que se accede gracias a la inscripción en aquellos sectores de las clases populares desprotegidos y con salarios
estructuras de vecinazgo, en las cuales todo es objeto de intercambio. Existen insuficientes. Familias de obreros, marginales, informales, pobres o
además las actividades informales e ilegales más diversas (changas, limosnas, desocupados, han sabido hacer de la ciudad una fuente importante de
limpieza de parabrisas en los semáforos, robos o tráficos varios).33 recursos y protecciones.
Las familias logran «redondear» sus ingresos precisamente en el barrio.
Sobre esta base, participan en la vida política a través de organizaciones La cultura popular
barriales que se muestran cada vez más eficaces para obtener beneficios de
las nuevas políticas sociales. Los barrios se constituyen de. esta forma en Finalmente, esta recomposición de los mundos populares constituye un
lugares de valorización social, por la cuota de prestigio (o de estigma) que aspecto importante de la producción cultural que puede observarse a nivel
aporta cada uno. La multiplicación de las afiliaciones a nivel local funciona barrial. La expresión más clara de esta dimensión se encuentra en la nueva
como un seguro social de múltiples dimensiones que permite a los individuos y prolífica producción simbólica, puesto que en ella puede observarse cómo
hacer frente a los riesgos de un presente permanente. Este presente se se construye positivamente (y no sólo como acción reflejo de la crisis) el
estabiliza en la construcción de una solidaridad social estructurada localmente, complejo y nuevo mundo popular argentino. Es el caso de la difusión de la
en la que los círculos de pertenencia se entrecruzan como los conjuntos en nueva religiosidad, marcada entre otras cosas por la proliferación del
un diagrama de Wenn, y en el cual los intercambios se organizan bajo la pentecostalismo y en especial por la renovación de las prácticas católicas.
forma de una «sociedad de racimos» donde los granos aparentemente aislados Como lo ha señalado Pablo Semán, esta nueva religiosidad participa de la
se encuentran ligados por fuertes pedúnculos. Por último, es por esta vía de configuración de una matriz cultural «cosmológica» y «relacional»35 y se
lo local que los individuos y las familias entran en relación con las instituciones manifiesta en un primer atisbo por el desarrollo de una multiplicidad de
públicas (la escuela, los servicios públicos, las políticas sociales), lo cual sincretismos a través de los cuales las pertenencias y las prácticas religiosas
significa una transformación mayor en las formas hasta entonces comunes se articulan en un juego de reinterpretación recíproca con el rock, con la
de socialización y de ciudadanía. bailanta y con formas tradicionales de la política, como el peronismo.36 El
Dicho esto, es necesario saber que esta multiplicación de las afiliaciones carácter relacional de la cultura popular se percibe a través de la prioridad
no debe ser comprendida como el resultado de una sociabilidad caótica y que otorga al colectivo (la familia ocupa el primer lugar, los otros círculos
aun menos como el producto de una racionalidad incoherente o anómica, vienen después) sobre el que se erigen los individuos.37 Estas matrices
sino como la producción de una forma específica de solidaridad y de simbólicas permiten reordenar el mundo en un sistema de jerarquías más
normatividad. En este sentido, la densidad del territorio local en la ciudad
permite a las clases populares escapar parcialmente al riesgo de no constituir
35
Según los desarrollos de Pablo Semán, esta matriz es en realidad, además de «cosmológica
y relacional», «holista», en el sentido de que permite la armonización de principios y de
33
He realizado una descripción de las lógicas de movilización que organizan estas estrategias valores diversos, la integración de fenómenos «físicos y morales» y la prioridad del colectivo
a través de la metáfora de la «lógica del cazador». Cf. Merklen, Denis, «Vivir en los márgenes: sobre los individuos. Centro aquí mí argumento sobre dos de estas características. Cf.
la lógica del cazador», en Svampa, M. (ed.), Desde abajo. Las transformaciones de las Semán, «Cosmológica, holista y ...».
36
identidades sociales, Biblos, Buenos Aires, 2000, pp. 81-119. Semán, Pablo y Míguez, Daniel, op. cit.
34 37
La imagen ha sido acuñada por Ndione, Emmanuel, Dakar, une société en grappe, Khartala- Tenemos aquí una pequeña divergencia con la evaluación que Pablo Semán hace de la
Enda Graf, Paris-Dakar, 1993 (1° ed.: 1987). En este punto, los barrios pobres de la Argentina cultura popular en relación con el individuo. Según él, existiría tal prioridad de lo colectivo
no se distinguen en nada de los de otras sociedades en las cuales ni las instituciones ni el sobre el individuo, que este último tendría dificultades para emerger. Volveremos sobre este
mercado son suficientes para la reproducción social de los sectores populares. punto en los dos últimos capítulos.
adaptadas (es su aspecto cosmológico) y dar un sentido aprehensible a la por parte de los dirigentes sindicales de una vía de organización de todos los
multiplicación de las prácticas relacionales. que han quedado fuera del mundo del trabajo.41 Con una evolución similar,
otro dirigente barrial importante, también proveniente de los asentamientos
Las organizaciones de base territorial en la nueva relación con la de La Matanza, Juan Carlos Alderete, se integró a otra corriente sindical (la
política Corriente Clasista y Combativa, CCC42). Aun cuando poseyera menor
representatividad, esta corriente aparecía en la arena pública como uno de
Esta transformación en la sociabilidad de las clases populares fue los principales voceros de las demandas de trabajo, haciendo de la
rápidamente percibida por el Estado, que impulsó sin demora, desde 1985- desocupación el centro de sus acciones. Como ya ha sido señalado, en
87, una reorientación de las políticas sociales, entre las cuales resultaron noviembre del año 2000 se organizó un piquete que cortó durante un mes la
más exitosas aquellas que tomaron en cuenta la participación de las importante ruta 3 a la altura del distrito de La Matanza. Los dos dirigentes
organizaciones de base territorial. En este sentido, sectores de la Iglesia mencionados estuvieron en el origen de este movimiento que concluyó con
católica aparecen como el otro gran actor que comprendió esta transformación una asamblea de grupos de piqueteros, y no es por azar que los dos hayan
en la politicidad de las clases populares, en especial en su anclaje territorial. encontrado sus mejores armas y el grueso de sus bases de apoyo en este
Es así cómo los» curas de base», las capillas y las comunidades eclesiales populoso distrito del oeste del conurbano bonaerense. Los resultados
de base se encuentran presentes en casi todos los rincones de casi todos inmediatos de esta acción fueron el reconocimiento de las que en adelante
los barrios, proveyendo una buena parte de los militantes y de las orientaciones serían llamadas «organizaciones piqueteras» como actores legítimos de la
políticas.38 gestión de las políticas sociales y la unificación de la mayor parte de las
Es precisamente en esta brecha abierta a nivel barrial donde comienzan a organizaciones barriales alrededor de estos dos líderes, que se convirtieron
engendrarse algunos de los procesos de movilización que se desarrollaron a así en importantes voces del espacio público.
partir de la segunda mitad de los años noventa. Hacia 1996, uno de los Los estallidos, las revueltas y los saqueos se desarrollan sobre estas
principales dirigentes de los asentamientos, Luis D’Elía, se afilió a una estructuras organizacionales complejas, que combinan lo que queda de los
escisión renovadora de la central obrera (la Central de los Trabajadores sindicatos, de los partidos y de las iglesias con grupos de base territorial de
Argentinos, CTA39) y, al crear la Federación de Tierra y Vivienda (FTV40), un modo que puede parecer sorprendente para un observador externo (ya se
inició una acción destinada a incorporar la dimensión territorial en las trate de un sociólogo o de un periodista), simplemente porque la relación de
estrategias sindicales, lo que se unía a una búsqueda hasta ahora infructuosa exterioridad que se tiene con las clases populares (la situación de
«extranjero», en el sentido que Georg Simmel ha dado a este término) impide
38
observar esos mundos locales hasta el momento en que afloran a la superficie
No trataremos aquí este aspecto en detalle, que ya hemos analizado en otra parte (Merklen,
Denis, Asentamientos en ... e Inscription territoriale ... ). Es necesario decir, por otra parte, de un espacio público sordo a las manifestaciones de quienes ya tenían la
que no se ha realizado ningún estudio en profundidad sobre el rol de la Iglesia católica y su cabeza bajo el agua desde hacía más de una década. Esta exterioridad, y la
presencia en los barrios (los trabajos que se acercan mas al tema son los de Pablo Semán,
que tratan sobre la religiosidad de las clases populares pero en especial a través de un
41
trabajo de campo sobre las iglesias pentecostales). Un estudio profundo de esta presencia Ésta fue una de las inquietudes mayores de Germán Abdala, líder fundador de la CTA. Cf.
de la Iglesia en el movimiento popular es un trabajo que queda por hacer. Murmis, Miguel, ponencia para el coloquio «Penser les dilemmes de l’Argentine contemporaine»,
39
La CTA reúne sobre todo a los sindicatos de empleados públicos y de la educación IHEAL/Sorbonne Nouvelle, París, mayo de 2001. Debe recordarse aquí que el militantismo de
nacional. Esta central representaba el ala «progresista» de la tradicional CGT hacia fines de izquierda (de inspiración católica. marxista o peronista, y sus expresiones sincréticas) tuvo
los años 1980. Se propone mantener la independencia política (la CGT forma parte del un componente» basista» que buscó en el trabajo barrial de las villas una fuente de acción,
movimiento peronista desde los años 1940) y se opone a la ofensiva neoliberal. corriente importante en los años sesenta y setenta. Aunque el «basismo» puede ser visto
40
La FTV es la mas pujante de las experiencias salidas del trabajo militante llevado a cabo en como un antecedente de la territorialización de la política, esta estrategia no sería sino
los barrios a partir de los asentamientos de los años 1980 y 1990. Este grupo se desarrolla “marginal” hasta la segunda mitad de los años ochenta.
42
en el marco de un vinculo importante (aunque conflictivo y no orgánico) con un número La CCC une una nueva central obrera con fuerte implantación en ciertas provincias del
significativo de militantes cercanos a los curas herederos de los preceptos del Concilio noroeste y las organizaciones barriales del conurbano bonaerense surgidas de la experiencia
Vaticano II y de las teologías de la izquierda latinoamericana. En la actualidad, la FTV forma de los asentamientos. Se encuentra ligada al Partido Comunista Revolucionario, de inspiración
parte de la CTA en tanto que «sindicato territorial». maoísta.
imposibilidad de observar que le está asociada, se encuentra estrechamente Este aspecto es importante puesto que permite aprehender mejor la tensión
ligada a la concepción restringida de la política que examinamos en el en la que se encuentra la acción colectiva, en el marco de una articulación
capítulo 1. entre los términos de «urgencia» y de «proyecto». Escapamos así a la
El desarrollo de las organizaciones piqueteras y la apropiación de la alternativa errónea en la que se tiende a emplazar la relación de las clases
metodología del piquete por parte de cientos de organizaciones barriales de populares con lo político: ciudadanía versus clientelismo. Cuando la
diversos suburbios de la Argentina hicieron visible y audible a nivel nacional movilización es conducida por organizaciones que perduran, estables, éstas
una nueva politicidad que se desarrollaba territorialmente desde hacía largo se ven enfrentadas a la doble exigencia de construir un proyecto colectivo
tiempo. El desarrollo de las organizaciones piqueteras, que comenzaron a capaz de guiar las acciones y de organizar sus bases y de responder a la
manejar partes importantes de la asistencia social y a articularse como urgencia producida por el agravamiento cíclico de las condiciones de miseria
verdaderas redes en el territorio nacional, permite conjugar los sustantivos y por el hecho de que la reproducción de lo cotidiano depende de los recursos
de la acción colectiva como los verbos de un mismo repertorio: la ocupación controlados por el sistema político. En la posibilidad o imposibilidad de
de tierras y las organizaciones barriales buscan promover una solidaridad encontrar una solución a esta tensión se juega la evolución de los movimientos
local y comunicarse con el sistema político; los estallidos intentan decir sociales.
ibasta! y restablecer los límites morales frente a la corrupción, al Así pueden comprenderse mejor las dos tendencias que se han perfilado
disfuncionamiento político y los nepotismos múltiples; los saqueos constituyen recientemente en el seno de la movilización de los piqueteros, en tanto éstas
una explosión de rabia y una manifestación invertida de la fractura social; el expresan la tensión que aquí discutimos. Por un lado, existe un conjunto de
piquete, por último, procura dar expresión a una existencia social reprimida y organizaciones que emergen hacia fines de los años noventa, más o menos
articular una nueva demanda social en la cual se buscaba establecer un directamente ligadas a los partidos de la izquierda marxista más tradicional
vínculo de nuevo tipo con el Estado. o a otras variantes de la izquierda (peronista, por ejemplo, o simbólicamente
No es por azar, entonces, que la acción de base territorial haya sido la ligada a los movimientos guerrilleros de los años sesenta43), a las que se les
cuna de los principales dirigentes del «movimiento piquetero»: la lucha por el suman una constelación de pequeños grupos autónomos no ligados a ningún
«derecho a la ciudad» y por las políticas sociales los había preparado lo partido político. Este primer conjunto es claramente minoritario en el seno
mejor posible para luchar en las nuevas condiciones sociales y frente al del movimiento social y mantiene su anclaje principal en algunos distritos de
nuevo Estado que encontrarían como interlocutor. Tres rasgos comunes la zona sur del con urbano y en algunos barrios de la capital, así como en las
identifican el piquete, el estallido y el saqueo: la exterioridad respecto de las provincias del noroeste del país (en especial en Salta). Esta vertiente está
relaciones salariales clásicas, el anclaje territorial y una nueva relación con compuesta por múltiples pequeños grupos no unificados en una sola
el Estado, basada en el conflicto por la distribución de una ayuda social organización y con poca influencia sobre el resto del país (algunas encuestas
cuyos recursos son tan indispensables como escasos e insuficientes. les atribuyen cerca del 10% de las personas movilizadas en los piquetes44).

La ciudadanía frente al desafío de la supervivencia

Podemos ahora identificar dos tendencias -que no son mutuamente


excluyentes- en la evolución ulterior de estos movimientos. Es necesario 43
Entre las formaciones activas, puede citarse el Partido Comunista o el Partido Obrero –
insistir sobre el hecho de que las movilizaciones encuentran su marco de trotskista (entre las fuerzas políticas más antiguas); la Corriente Patria Libre o Quebracho se
encuentran entre los nuevos grupos de izquierda herederos de organizaciones que responden
orientación en el contexto más amplio de las estrategias de supervivencia,
a las más diversas tradiciones políticas, algunas de cuyas características son la radicalidad,
como un elemento más en la serie heterogénea e inestable de herramientas el «basismo» y el rechazo en bloque del sistema político. Ninguno de estos partidos tiene
utilizadas por una familia. representación parlamentaria y, excepto el PC, no la han tenido nunca. Esta breve enumeración
alcanza para mostrar que el agrupamiento que aquí realizamos es artificial y que los grupos
presentan importantes diferencias entre ellos.
44
Véase, por ejemplo, el relevamiento realizado por el diario Clarín, publicado del 1 al 4 de
septiembre de 2002.
En general, estos grupos articulan en su movilización una lógica de la piqueteros: mientras los primeros acusan a los segundos de negociar
«protesta» con una lógica de confrontación con el Estado y con la clase «parches» o «paliativos» con el gobierno, éstos reprochan a aquéllos el
política en su conjunto. Hasta la elección de Néstor Kirchner como presidente, prestarse a las provocaciones policiales e impedir una alianza indispensable
adhirieron a la demanda de «que se vayan todos»45. Su capacidad de con las clases medias.
movilización aumenta en los momentos más agudos de las crisis, que pueden Más allá de las diferencias ideológicas que los separan, la ruptura entre
evocar para ciertos militantes la imagen de una situación «prerrevolucionaria». las dos tendencias puede leerse en la clave interpretativa de la tensión evocada
En estas situaciones, la falta de una salida política a los conflictos predispone entre urgencia y proyecto, así como por el acento que cada una coloca sobre
frecuentemente a los militantes y a sus bases a realizar acciones de los términos de dicha tensión. Sin embargo, el conflicto subyace al conjunto
confrontación violenta con la policía. En el contexto de deterioro político, su de las organizaciones y caracteriza toda forma de acción política de las
rol fue importante, puesto que el crecimiento de sus posibilidades de clases populares. Es allí donde la influencia de las organizaciones sindicales
movilización contribuyó a la radicalización de otras organizaciones.46 y de los partidos es tamizada por la dinámica de las organizaciones territoriales
Por otro lado, aparece un grupo más importante, menos disperso e y por la lógica de los intereses inmediatos que las bases imponen. La
ideológicamente más independiente. cuya acción parece orientarse hacia la proporción siempre importante de dirigentes barriales presentes en todos los
articulación de una nueva demanda social. Es la vertiente ligada a la CTA, movimientos impone una lógica a la vez reivindicativa y de la oportunidad que
representada por la FTV y por la CCC. Este conglomerado obtiene así una tiende a atemperar las iniciativas de confrontación con el gobierno. Así, en
importante representación en una buena parte del territorio nacional, con un una asamblea de la FTV, escuchamos a un dirigente decir: «icompañeros,
anclaje fuerte en el oeste del Gran Buenos Aires. Este grupo es el único tenemos que hacer como el ‘Llanero solitario’ 47.. hay que ponerse el antifaz
capaz de participar en una alianza política que trascienda el corte resultante en la cara y la [pistola] nueve [milímetros] en la cintura para pedirle al Estado
de la fractura social (que las acciones del otro conglomerado tienden a nacional lo que es del Estado, a la Provincia lo que es de la Provincia y a las
perennizar). Esta predisposición, visible claramente ya en 2001, dio lugar al municipalidades lo que es de las municipalidades’» y explicar luego su
acercamiento con el gobierno de Kirchner desde su elección en 2003 (con un voluntad de llevar a cabo una estrategia electoral dirigida a establecer una
grado de proximidad más importante en el caso de la FTV). asamblea constituyente. Los dirigentes populares, sean del sector político
En las dos vertientes se entrelazan organizaciones barriales, comunidades que fueren, conocen perfectamente bien la vida de los partidos políticos así
eclesiásticas, pequeños sindicatos y organizaciones de piqueteros (con un como la mayoría de los niveles de la burocracia estatal, en los que discuten
abanico más amplio en la segunda corriente). Estos grupos se han y de los que obtienen soluciones y mediaciones. Si estos dirigentes se
consolidado a través de una larga experiencia de negociación de la asistencia inscriben en una lógica de confrontación con el Estado es porque siguen una
social adquirida en los barrios (donde las organizaciones barriales se regla dictada por la experiencia: se trata del proceso de articulación de una
convirtieron en las gestionarias de las políticas sociales negociadas). Este nueva demanda social y de construcción de organizaciones capaces de
último punto es el de la discordia entre los dos grupos de organizaciones de representarla y de tomarla a su cargo.
Así, aunque una de las evoluciones posibles de estos movimientos pasa
por la organización de una nueva demanda, es gracias a la combinación de
dos circunstancias que se abre en ellos una posibilidad al trabajo paciente
45
Esta consigna apareció a comienzos de 2002 y puede ser tomada como un índice de la de los militantes. En primer lugar, por primera vez después del retorno de la
profundidad de la crisis política argentina. «Que se vayan todos» implicaba un rechazo al democracia en 1983, las clases dirigentes han tomado conciencia del hecho
conjunto de la clase política con representación parlamentaria y con participación en los
de que la pobreza es una realidad de primera prioridad que demanda una
gobiernos precedentes. El problema era que «todos» concernía verdaderamente a todos,
sin dejar ninguna salida. La consigna se diluyó con el envión de popularidad del que se
benefició N. Kirchner después de su asunción. en mayo de 2003.
46
Podríamos agregar aquí un peligro presente en estos grupos: en virtud de la posición de
exterioridad que algunos de estos grupos ocupan frente al sistema político, constituyen mas
47
fácilmente un blanco para las provocaciones policiales, pagando frecuentemente un pesado El ‘Llanero solitario’ es el héroe de una serie televisiva norteamericana muy popular en la
costo en la represión. Argentina de los años setenta y ochenta (nota para los más jóvenes).
respuesta masiva del Estado. Fue sólo a partir de la extensión de una crisis Encandilados por la luminosidad de los procesos políticos asociados a la
que afectó igualmente la supervivencia de las clases medias que esta toma «transición democrática» y a la fundación de un orden político «moderno», o
de conciencia se instaló en el espacio público como evidencia.48 En segundo por el decisionismo todopoderoso de un gobierno que se desembarazaba del
lugar, las viejas estructuras que representaban las clases populares no se Estado, la ciencia política cerró los ojos frente a lo que sucedía en la
encuentran en condiciones de articular las nuevas necesidades, cuya «sociedad» a lo largo de las dos décadas que siguieron al fin de le dictadura
inmediatez y urgencia no hallarán solución, a corto plazo, en el empleo. Las militar. Todo pasaba como si se tratara del mundo de Gastón Bachelard: a la
nuevas organizaciones encontraron en este sentido una vía para mantenerse salida de la dictadura la formación de un nuevo espíritu científico choca contra
políticamente activas y socialmente alimentadas en su nueva relación con el un obstáculo epistemológico que consiste en la perplejidad misma de esta
Estado. (En este sentido, dos interrogantes planean sobre el juego político. primera experiencia.
Uno: ¿podrán los argentinos encontrar el camino de una nueva cultura del ¿De dónde provienen los efectos del espejismo que redujo el campo visual
trabajo que les permita vivir en una sociedad de integración? Y el otro: ¿en e impidió la toma de conciencia de la formación de nuevas clases populares?
qué medida los nuevos movimientos van a avanzar en ese sentido?) En muchas de las evaluaciones realizadas sobre las movilizaciones recientes
se ha destacado su carácter fundamentalmente «ciudadano». La unidad de
La sorpresa de las ciencias sociales las movilizaciones colectivas es hallada en una noción de «protesta» que
orientaría la acción como una consecuencia natural de un universo de
A pesar de la insistencia con la que algunos investigadores vienen «derechos» abierto por la democracia.49
presentando, desde hace una quincena de años, sus trabajos sobre la erosión El problema de la ciudadanía unívoca e inmanente, es decir, que existiría
de la estructura social argentina, sobre la amplitud del proceso de ya antes de todo proceso de socialización y de politización operados desde
empobrecimiento y sobre la emergencia de nuevas modalidades de acción la desarticulación del sistema social anterior (concomitante con la
colectiva, las clases medias parecen «caídas del catre» luego de diciembre reorganización del régimen democrático), se manifiesta en la óptica que
de 2001 y con el fracaso de la experiencia política de la Alianza, que, tanto observa las movilizaciones actuales con la lente de las «protestas». La imagen
en su vertiente conservadora (representada por el presidente Fernando De la de la «protesta» (finalmente reencontrada) no contiene más que una de las
Rúa, de la UCR) como en su vertiente progresista (representada por el lógicas presentes en las diversas formas de movilización observadas. Traduce
vicepresidente Carlos Álvarez, del FREPASO) quiso encarnar un proyecto de en especial las ideas de reclamo, de oposición y de confrontación con los
clases medias urbanas en el contexto de una profunda fractura social. La gobernantes, lo cual es efectivamente una de las dimensiones de la acción
mayor parte de los intelectuales, tanto periodistas como universitarios, colectiva. Sin embargo, ésta no puede traducir los otros aspectos
permanecieron estupefactos por el efecto de la sorpresa. fundamentales ya mencionados.
Son los temas de la filosofía política privilegiados por las ciencias sociales La protesta es, por una parte, uno de los momentos de la movilización,
desde 1983 los que permiten comprender el hecho mismo de esta sorpresa, particularmente visible en los «estallidos», así como en otras manifestaciones
puesto que la desatención a los efectos de la desafiliación y de la fractura colectivas, o en las declamaciones hechas frente a la televisión. Por otra
social dejó al mundo intelectual desprovisto de herramientas críticas. parte, la protesta es también el eje alrededor del cual ciertos grupos sostienen

49
Se encuentran en esta perspectiva los trabajos recientes de Javier Auyero (cf. La protesta,
cit. supra, así como los de Federico Schuster y Sebastián Pereyra, op. cit. En relación con
48
Una pregunta permanece abierta respecto de las clases medias. ¿Que pasará con ellas los trabajos de Auyero, es interesante observar la evolución de su obra. De una primera
una vez que la Argentina salga de la crisis económica? Esta salida puede hacerse por la vía época en la que privilegiaba el «clientelismo» como factor central en la comprensión de la
de una aceptación de la fractura social, que ha sido la vía escogida e iniciada por el relación con la política de las clases populares, se ve un cambio hacia los trabajos más
menemismo para salir de la crisis de la hiperinflación. La evolución de las organizaciones recientes, en los que pone el acento en la «beligerancia» de la movilización. Parece así
populares depende en gran medida de su capacidad para construir una alianza con las oscilar, en alternancia, de uno a otro de los dos términos que aquí preferimos considerar
clases medias. como concomitantes y constitutivos de una tensión.
su acción (en especial los pequeños grupos ligados a las diversas izquierdas se lo moviliza generalmente en filosofía política, el concepto de «ciudadanía»
radicales). Esta perspectiva, sin embargo, olvida particularmente el hecho de opera como un «obstáculo epistemológico» que vuelve difícil la comprensión
que la movilización actual se articula alrededor de la construcción de una de la politicidad que las clases populares desarrollan al mismo tiempo que
nueva demanda social hacia el Estado. Por supuesto, en este proceso los intentan responder a las necesidades de una nueva sociabilidad. En este
actores colectivos deben prepararse para protestar, pero con la misma energía sentido, las ciencias sociales deben aún consagrarse a un trabajo de
que deben utilizar en su preparación para convertirse en actores de gestión acumulación descriptivo y problematizador del nuevo marco de relaciones
de políticas sociales. sociales en el que ingresó el país. En tiempos de la apertura democrática, ya
Más generalmente, el deterioro social y la situación de urgencia material habían cometido un primer error al creer que las nuevas manifestaciones
en la que se encuentran las familias de las clases populares las coloca en colectivas observadas por entonces (desde los movimientos de defensa de
una posición de dependencia frente al Estado, así como en la obligación de los derechos humanos hasta las ocupaciones ilegales de tierras, pasando
encontrar una vía de negociación en la arena política. Y más profundamente, por el rock nacional) constituían «nuevos movimientos sociales» portadores
las clases populares han desarrollado un tipo de relación con la política en la de una renovación democrática por oposición a un movimiento sindical mirado
que la defensa de sus estructuras de solidaridad territorial (de la familia a la con desprecio y desconfianza y calificado de «corporativo»51 Y volvieron a
vecindad, ya sea a través de los grupos religiosos, de las organizaciones equivocarse cuando se convencieron de que la acción colectiva no podía ser
barriales de todo tipo, de las sociedades de fomento, de las mutuales, de los pensada y esperada más que a partir del islote del Individuo, concebido como
clubes deportivos o de los locales partidarios, todos ellos parte de los tal con una I mayúscula. En gran medida, las ciencias sociales persisten en
«racimos» de la sociedad local) y de lo colectivo antes que lo individual se el error cada vez que esperan que los «argentinos» reencuentren la sustancia
combina con la herencia de una ciudadanía aprendida con la influencia del de la ciudadanía (por supuesto, estas visiones no permanecen encerradas
populismo (en la que otras formas de ciudadanía, en especial las provenientes en la universidad, sino que por efecto de la prensa se han extendido
de la izquierda, fueron destruidas por la última dictadura militar y por la sorprendentemente en la opinión pública de las clases medias). La politicidad
recuperación que la misma izquierda ha realizado de la experiencia de los de las clases populares es tributaría de la multiplicación de las afiliaciones y
años sesenta y setenta). de su vínculo con el Estado, mecanismos a través de los cuales esas clases
La acción colectiva es tributaria de una tensión en la que la construcción populares intentaban sobrevivir y no caer en el olvido. Esta dimensión de la
de estructuras relaciona les de base territorial se combina (de manera cultura popular corresponde a la formación de sujetos condicionados a
problemática) con la lucha por los derechos correspondientes más a un orden funcionar con principios de valor alternativos.52
extinguido y ya inexistente que a un nuevo proyecto de integración del que Nos encontramos frente al desarrollo de cosmogonías y de estructuras de
nadie alcanza a comprender cuáles serán los contornos.50 pertenencia complejas por parte de sujetos capaces de ponerse en relación
La imagen clásica de la ciudadanía a partir de la cual nos acercamos a las con un universo que exige el manejo de principios diferentes y no exclusivos
clases populares se encuentra teñida de una esencia normativa surgida en los diversos campos y en las diferentes situaciones de su participación
justificadamente de la lucha de la modernidad contra sus enemigos. Sin en la vida social. Aún más, la exterioridad con la que se relacionan con las
embargo, en Argentina esta confrontación se produce más que nada frente a
enemigos imaginados, pues nunca el combate contra la tradición tuvo aquí la
centralidad constitutiva que lo marcó en Europa. Aquí la democracia ha tenido
que luchar más bien contra sus enemigos modernos. Es así que, tal como
51
Encontramos varios ejemplos de este tipo de mirada en las importantes compilaciones
publicadas sobre el tema por Elizabeth Jelin en los años ochenta. Cf. Jelin, Elizabeth. Los
nuevos movimientos sociales, CEAL. Buenos Aires, 1985, y Movimientos sociales y
democracia emergente, CEAL, Buenos Aires, 1987.
52
La exigencia de «coherencia», que por otra parte no puede ser demandada a ningún
sujeto, es no obstante efectuada sistemáticamente por la sociología que observa el mundo
popular. Se exige así al pobre tener una visión coherente del mundo y dar opiniones
50
Merklen, Denis, «Le quartier...». Retornamos este punto en el capitulo siguiente. «racionales». con sentidos unívocos.
instituciones los lleva a proceder como «cazadores» en busca permanente
de una presa para llevar a su colectivo de pertenencia (la casa, el barrio, la
banda, la iglesia, el partido). Este punto es crucial en la comprensión de la 3
multiplicidad de sentidos con los que los sujetos se ponen en contacto con EL MOVIMIENTO DE LOS PIQUETEROS:
la política. La acción individual o colectiva es al mismo tiempo tanto SUPERVIVENCIA E INTEGRACIÓN
«estratégica» como «ideológica» o «expresiva». Es posible, al mismo tiempo,
participar en una red clientelista y reclamar por los derechos o protestar
contra la corrupción. Es perfectamente posible tratar al candidato por el que
se vota o por quien se hace campaña de corrupto, desde el momento en que
dicha elección ha sido determinada por un principio moral que defiende y
valoriza las únicas estructuras que hacen posible la supervivencia.
Podemos concluir que la democracia argentina juega su futuro en la
posibilidad de la articulación de movimientos sociales que representen a las
clases populares. Estos últimos, a su vez, juegan su existencia, por ensayo
y error, en un doble registro. Por un lado, tomando al Estado como oponente, Observaremos aquí la movilización popular a la luz de las transformaciones
luchan contra los condicionantes de la pobreza y contra los efectos de la sufridas por el mundo del trabajo y de las reformas introducidas en el dominio
desintegración social que ha destruido las modalidades tradicionales de estatal. Ellas se encuentran en el origen del cambio en la politicidad de las
inscripción colectiva. Pero, al mismo tiempo, luchan con su pasado: ¿Qué clases populares que ven así modificados sus repertorios de acción colectiva.
harán con su herencia peronista? ¿Cómo recompondrán la memoria de sus La nueva relación con lo político y las nuevas modalidades de la acción se
movimientos de izquierda? ¿Cómo capitalizarán la presencia de las iglesias descentran hacia lo local (o el barrio), donde los más carenciados encuentran
sobre el territorio barrial? Y, más profundamente: ¿qué harán con su experiencia una fuente de «reafiliación», modos de supervivencia, e incluso una base
de integración a través del trabajo? En el próximo capítulo exploraremos este para la recomposición identitaria. Este movimiento complejo es
punto fundamental del vínculo entre las movilizaciones colectivas y las particularmente visible en sociedades como la argentina, que han vivido una
modalidades de la integración social, y de los condicionantes impuestos a regresión social extraordinaria. En ese contexto, el primer objetivo de este
los movimientos sociales por las consecuencias de la desintegración social. capítulo es aportar nuevos elementos para la comprensión de la crisis general
que atraviesa la Argentina. Ellos deberían ponernos en condiciones de encarar
nuestro segundo objetivo, a saber, una descripción de las lógicas de
movilización colectiva en un contexto de descomposición acelerada de una
sociedad salarial.
A este fin, ubicaremos la movilización popular en el marco general del
problema de la integración social. Las transformaciones evocadas
anteriormente no son aquí sólo un telón de fondo o un contexto en el que
emplazar la acción. La lucha por la supervivencia, por el reconocimiento y
contra la inseguridad social dotan a la acción de un sentido cuya naturaleza
es indispensable descifrar. Ella se encuentra en el centro de aquello que
está en juego y que determina así la politicidad de las clases populares. De
un modo general, damos a leer aquí la política desde la perspectiva de la
integración social. En el caso argentino, ésta se encuentra representada con
la inscripción territorial en el centro del cuadro.

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