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Numero 20 03

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Isabel Mateo Gómez

Notas sobre el viaje Pedro de Berruguete a Italia

u. n pintor muy estudiado


pero todavía necesitado de aporta-
ción documental que aclare la cro-
nología de su obra, sobre todo en
tilo hispano flamenco, a pesar de
su viaje a Italia, repitiendo en el
banco algunos de los modelos de
los «sabios» interpretados en Ur-
monje estudiando, de Berruguete,
en la escena de la Aparición de San
Pedro y San Pablo a los monjes del
retablo mayor de Santo Tomás de
relación con su estancia en Italia, bino, que confirman su presencia Avila. A este ejemplo pienso se
es Pedro Berruguete. No vamos a e intervención allí. puede sumar la influencia compo-
resumir aquí la extensa bibliogra- Gaya Ñuño, en un magnífico y sitiva de la parte central del Juicio
fía a propósito de su participación sugerente trabajo sobre Pedro final, de Fray Angélico, del Museo
en Urbino, sino sólo llamar la Berruguete en Urbino, afirmaba de San Marcos de Florencia, en la
atención sobre algunos aspectos que el pintor se debió encontrar Aparición de la Virgen a la comu-
hasta ahora no considerados '. allí por un motivo concreto y fun- nidad, de Berruguete, del Museo
Carmen Bernis ha fechado por damentado, no por azar, pues, aun- del Prado (Figs. 1-2).
la indumentaria los dos retablos que el pintor hubiera ido a Floren- Ángulo subraya lo desconcer-
de Berruguete en Paredes de cia y hubiera aprendido mucho de tante que resulta el hecho de que
Nava. El de la iglesia de San Juan, los pintores de ese momento, él Pedro Berruguete estuviera antes
dedicado a Santa Elena, entre también tenía mucho que enseñar- de 1477 en Italia, en un ambiente
1470-1475, y el de la iglesia de les sobre todo en cuanto a la pin- tan poco propicio hacia lo italiano
Santa Eulalia, dedicado a la vida tura al óleo, ya que ésta técnica ha- como era la Castilla del último
de la Virgen, entre 1490 y 1500, bía llegado antes a España que a cuarto de siglo xv, esencialmente
cada uno muestra, por tanto, el es- Italia, debido a nuestras relaciones gótica, donde los artistas y la cor-
tilo del pintor antes y después de con Flandes 3. Llama también la te estaban plenamente influidos
su estancia en Italia. atención Gaya, sobre la influencia por el arte flamento de los últimos
No cabe duda que por el primer que se observa de Fray Angélico sucesores de Van Eyck 4.
retablo se comprueba, que el esti- en Berruguete y pone como ejem- Una explicación pudiera ser la
lo de Berruguete estaba ya forma- plo, la similitud entre santo To- considerada por algunos autores
do antes de su partida y, por el se- más estudiando del Cristo en el de que Berruguete fue a Italia a
gundo, su adhesión todavía al es- Pretorio, de Fray Angélico y, el instancia de un pariente suyo, do-

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1. Fra Angélico. Juicio Final. Museo de San Marcos. Florencia. 2. P. Berruguete. Aparición de la Virgen a
la comunidad Bernarda. Museo del
Prado.

minico en Florencia 5. Sin embar- Italia, atraído por los ideales esté- obra, a la muerte de éste. El viaje
go, la posibilidad apuntada por ticos de Van Eyck, continuados en desde Flandes a Florencia, expli-
Elisa Bermejo al referirse a Juan Flandes precisamente por el círcu- caría también sus conexiones con-
de Flandes, de que este pudo lle- lo de Justo de Gante. Sus contac- la pintura del norte de Italia, de la
gar a Italia en el séquito de Justo tos con este pintor pudieron coin-1 que es buen ejemplo su Cristo en-
de Gante —en cuya escuela se en- cidir con el encargo que, desde Ita- tre dos ángeles de la pinacoteca
clava— y en Italia conocer a Pedro lia, le hace al pintor flamenco el Brera de Milán, y el conocimiento
Berruguete, quién le propondría duque de Urbino, Federico de que se ha propugnado del estudio
su traslado a España 6, nos ha he- Montefeltre y, en el equipo de Jus- de la luz de origen eyckiano, a tra-
cho pensar si este conocimiento to de Gante, se le ofrece a Berru- vés de Antonello de Mesina, por
entre ambos artistas no arrancaría guete la posibilidad de marchar a esos años ya en Venecia. La rela-
desde Flandes 7. En efecto, si tene- Italia y la intervención en la deco- ción con Flandes de Berruguete
mos en cuenta la sensibilidad de la ración del palacio de Urbino. Con podría confirmarse por la noticia
Castilla de entonces, y la perviven- esta trayectoria se explicaría, en que da Cruzada Villaamil, consi-
cia flamenca a lo largo de toda la parte, la discordancia apuntada derándole pintor de Felipe el Her-
obra de Pedro Berruguete nos por Ángulo y su intervención en la moso 8.
atrevemos a sugerir que la salida decoración del Palacio de Monte- Ángulo ha señalado el paralelis-
del pintor desde Castilla, pudo ser feltre junto a Justo de Gante, así mo de sensibilidad pictórica entre
hacia Flandes en lugar de hacia como la continuación en dicha Berruguete y Velázquez. Buendía

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P. Berruguete. Decapitación del Bautis- Juan de Flandes. Cena en casa de Simón. Palacio Real. Ma-
ta. Sania María del Campo. Burgos. drid.

también los relaciona iconográfi- dad, en Flandes y en Italia, como simbiosis que favoreció mutua-
camente, relacionando Las tenta- Justo de Gante, Juan de Flandes y mente el desarrollo entre ellos. La
ciones de Santo Tomás, en Avila Juan de Borgoña, posibilitaría la perspectiva y la preocupación de
de Berruguete y la del mismo tema venida de estos dos últimos a Es- la luz en Berruguete y Juan de
por Velázquez en Orihuela. Caa- paña, y los tres se convertirían en Flandes debieron tener las mismas
maño, apunta la relación, entre los introductores en Castilla de ese fuentes inspiradoras, y un ejemplo
Van Eyck y Velázquez, por lo que renacimiento incipiente no exento podría ser la resolución escenográ-
sería atractivo suponer una terce- de influencias flamencas. Tal vez fica de perspectiva y luz que se ob-
ra entre los tres pintores, el del pa- los protocolos de Simancas pue- serva entre la Degollación del Bau-
pel de embajadores de sus respec- dan aportar algún día luz al res- tista de Pedro Berruguete para
tivos países9. Berruguete en este pecto. Santa María del Campo (Burgos),
caso, hubiera viajado a Flandes no Las conexiones artísticas entre y la Cena en casa de Simón, de
sólo atraído por lo que se hacía allí Pedro Berruguete y Juan de Flan- Juan de Flandes para el Poliptico
pictóricamente, sino como encar- des ya han sido destacadas por Eli- de Isabel la Católica, en el Palacio
gado de buscar aquellas obras de sa Bermejo10. También existen Real de Madrid (Figs. 3-4). Ángu-
arte que resultaban tan del gusto con Juan de Borgoña. Creo que no lo comparó el interés por el es-
de la corte y del castellano de fi- hay que pensar sólo en una hispa- tudio de la luz del cuadro de
nales del siglo XV. Sus contactos nización de estos pintores, sino Berruguete, con el de las Meninas
11
con artistas de su misma sensibili- también, en una interrelación o , y lo mismo podría decirse del

!>,!
de la tablita de J. de Flandes. 2
BERNIS, C: Pedro Berruguete y la moda:
mino seguido por Juan de Flandes para
También podríamos establecer llegar a España fue el de Juan de Borgo-
algunas aclaraciones cronológicas de sus ña. Los dos coinciden en nuestra penín-
como ejemplo, la similitud entre obras. «A.E.A.», 1959; ídem: Indumen- sula con Berruguete. inmediatamente
taria española del siglo XV: La camisa después de la estancia de éste en Italia.
la escena de Cristo predicando, de de mujer. «A.E.A.», 1957; ídem: Trajes 7
Juan de Flandes en el citado Po- y Modas en la España de los Reyes Ca- Buendía sugirió un viaje de Berruguete a
tólicos. Mujeres. Madrid, 1978. Colec- Flandes, basado en sus características
líptico de Isabel la Católica, y la estilísticas. (H.a del Arte Hispánico, vol.
ción «Artes y Artistas». III). El Renacimiento. Ed. Alhambra,
tabla de Juan de Borgoña Predica- 3
GAYA ÑUÑO, J. A.: En Italia, con Pedro Madrid, 1980. p. 204.
ción de una Santa, en la Galería Berruguete. «Goya», n.° 15, 1956. 8
CRUZADA VILLAAMIL: Catálogo provisio-
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Bellini, de Florencia . ÁNGULO, D.: Pintura del siglo XVI. «Ars nal del Museo Nacional de Pinturas.
hispaniae», vol. XII. Madrid, 1954; Madrid, 1865, p. 181.
ídem: Pedro Berruguete en Paredes de 9
ÁNGULO, loe. cit. nota 4; CAAMAÑO
NOTAS Nava. Barcelona, 1946. MARTÍNEZ: Jan Van Eyck y Velázquez.
5
LAINEZ ALCALÁ: Pedro Berruguete, pin- «Revista de Ideas Estéticas», 1970,
tor de Castilla. «Revista Española de pp. 190-200.
1
Una puesta al día de toda la bibliogra- Arte», 1935.
6
fía sobre Berruguete ha sido publicada BERMEJO, E.: Juan de Flandes. Madrid, 10
BERMEJO, E.: loe. cit. nota 6.
en «Cuadernos de Arte» de la Funda- 1962. «Colección Artes y Artistas»; 1
' ÁNGULO: Pedro Berruguete: dos obras
ción Universitaria n.° 4. Serie «El Esta- ídem: Las tablas del oratorio de Isabel probables de juventud. «A.E.A.», 1945,
do de la cuestión». Madrid. 1985. Tra- la Católica en el Palacio de Oriente. p. 137.
bajo en colaboración dirigido por el «Reales Sitios», 1969, p. 14. Por nues- 12
LONGHI: Por Juan de Borgoña. «Parago-
profesor Pita Andrade. tra parte añadiremos que tal vez el ca- ne», n.° 189, 1965, pp. 65-71, fig. 60.

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