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Monografia H3 - Casablanquismo-1

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HISTORIA 3

CÁTEDRA: GIL CASAZZA

CASABLANQUISMO:
UNA BÚSQUEDA POR LA
IDENTIDAD ARGENTINA
___

Alumna: Juliana Zubiaurre Año: febrero 2023


2

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN 3

ANTECEDENTES, ARQUITECTURA Y CONTEXTO 3

● Los principios de la arquitectura moderna 3

● Arquitectura Racionalista 4

● Argentina en el siglo XX 6

EL CASABLANQUISMO 9

● Principios básicos 9

● La obra del Togo Diaz 11

● La obra de Eduardo Ellis 13

CONCLUSIÓN 16

BIBLIOGRAFÍA 17
3

INTRODUCCIÓN
La identidad de cada lugar, a mi parecer, se refleja tanto en la sociedad, como en la cultura y el
arte, entre otras cosas. Según la Real Academia Española, la palabra “Identidad” significa
“Conjunto de rasgos o características de una persona o cosa que permiten distinguirla de otras
en un conjunto”. En ese sentido, entendemos que la identidad de nuestro país es la que nos
distingue del resto. Entonces, hablando de arquitectura, ¿tenemos una identidad?¿Nuestras
construcciones y estilos son características de nuestra tierra o tienen influencias extranjeras?

En esta monografía, me voy a enfocar en uno de los tantos intentos que hubo en la Argentina
por encontrar una identidad nacional arquitectónica, analizando la historia de sus principales
referentes y de las corrientes a las que critica, entendiendo los detalles constructivos y
significativos del movimiento y buscando la respuesta a porque todos nuestros intentos
terminaron en el fracaso.

ANTECEDENTES, ARQUITECTURA Y CONTEXTO

Los principios de la arquitectura moderna

A finales del siglo XIX, hacia 1890, surgieron en Europa, nuevas corrientes arquitectónicas que
buscaban diseñar un estilo constructivo propio del nuevo siglo, en una etapa en que la
arquitectura parecía definirse solo por “neos”. Había un creciente descontento con los diseños
de edificios que incorporaron una mezcla de elementos decorativos de diferentes períodos
arquitectónicos, especialmente donde el diseño resultante carecía de relación con la función del
edificio, según la visión de los modernistas. Se estaba materializando una reacción contra los
gastados valores tradicionales, también en lo estético. La necesidad de construir un gran
número de edificios comerciales y cívicos que sirvieran a una sociedad que se estaba
industrializando rápidamente, la cual, mientras crecía, la necesidad de bienes de consumo lo
hacía también, e inevitablemente se iba perdiendo el carácter artesanal de los artículos en pro
de una producción en serie que afeaba el producto final. El desarrollo exitoso de nuevas técnicas
de construcción que implicaban el uso de acero, hormigón armado y vidrio, generó un fuerte
deseo de crear un estilo “moderno” de arquitectura para el “hombre moderno”.

Según Liernur podemos comprobar que “es un error suponer que existe “un” comienzo de la
“arquitectura moderna”, e incluso que la misma definición es arbitraria en tanto pueden
observarse distintas expresiones del modernismo..” (Liernur, 2001, 1). Pero en este contexto
4

podemos decir que empiezan a surgir distintos estilos y tendencias arquitectónicas en búsqueda
de una nueva identidad del siglo. Estilos como la arquitectura romántica, gótica y renacentista
quedan atrás para darle paso al Arts and Crafts, que nacen en el último tercio del siglo XIX en
Inglaterra, como reacción contra el mal gusto imperante en los objetos producidos en masa por
la industria, o como el Art Nouveau, en Francia y Bélgica, que rompe los esquemas académicos e
impone el uso del hierro en la arquitectura. También en España se destacó el desarrollo de un
activo núcleo en Barcelona (modernismo catalán, noucentisme), del que surgió la figura de
Antoni Gaudí, que evolucionó hacia unas propuestas personales de difícil clasificación.

Las primeras aproximaciones apuntaban a una ruptura de la arquitectura clásica (caracterizada


por elementos significativos que proceden del vocabulario arquitectónico del mundo antiguo, es
decir, columnas de órdenes clásicos, ornamentación, organización espacial a partir de la
simetría, armonía y proporción, entre otros). Una arquitectura del siglo XIX, que tenía como
prioridades edilicias los palacios y las iglesias, las cuales perdieron importancia con la llegada
del modernismo, una de las primeras acciones del movimiento moderno, el cual empezó a
valorizar más los monumentos, el museo, la vivienda, el teatro, el palacio de exposiciones, y el
edificio para oficinas.

El modernismo comienza a dar respuesta a la monotonía del entorno y a la pomposidad de otras


construcciones. La Arquitectura Modernista se caracteriza por su ligereza, asimetría, uso de
materiales como cristal y acero, la decoración como elemento intrínseco a la obra y la libertad.

Nuevas formas de articulación del volumen nacen. Elementos como los arcos parabólicos y el
arco en forma de omega son aportados por este estilo. El uso de muros oblicuos y curvos, es otra
característica fundamental.

Se pueden mencionar algunas de las principales corrientes que surgen del movimiento moderno
como Arquitectura modernista, Neoplasticismo, Art decó, Arquitectura expresionista, Escuela
de la Bauhaus, Constructivismo ruso, Racionalismo arquitectónico, entre otras.

La arquitectura Racionalista

Llegando a 1914, casi en la primera guerra mundial, comienza a dar sus primeros pasos un
nuevo estilo de arquitectura moderna llamado “Racionalismo”, quien se muestra en su climax
entre los años 1925 y 1965, aproximadamente. Suele ser considerado como la principal
tendencia arquitectónica de la primera mitad del siglo XX. Fue un movimiento de amplio
5

alcance internacional, que se desarrolló por toda Europa, Estados Unidos y numerosos países
del resto del mundo.

El racionalismo arquitectónico es la arquitectura de postguerra que nació de la influencia de la


revolución industrial, para pensar únicamente en el funcionalismo y en la construcción racional
de arquitectura masiva de viviendas para la clase obrera.

La simetría, la funcionalidad y los aspectos geométricos del movimiento neoclásico estaban


definiendo las características de la ideología racionalista. El racionalismo arquitectónico se
centra en ser simétrico, y tiene las medidas exactas de formas clásicas y funcionalidad. Se refleja
claramente el espíritu de la época en que la ciencia, las matemáticas y la lógica estaban en el
pico de su influencia. Esta corriente buscaba una arquitectura fundamentada en la razón, de
líneas sencillas y funcionales, basadas en formas geométricas simples y materiales de orden
industrial (acero, hormigón, vidrio), al tiempo que renunciaba a la ornamentación excesiva y
otorgaba una gran importancia al diseño, que era igualmente sencillo y funcional.

Un ejemplo claro es la obra del reconocido arquitecto Le Corbusier, llamada Villa Saboye. El
edificio se terminó en 1929, pero tras la invasión alemana de Francia de 1940, fue abandonado y
posteriormente bombardeado e incendiado durante la Segunda Guerra Mundial. Fue proyectada
por Le Corbusier como paradigma de la vivienda como “machine à habiter”, de forma que las
funciones de la vida diaria en ella se vuelven fundamentales para su diseño.

Villa Saboye, año 1929, Arquitecto: Le Corbusier


6

El detonante para el diseño, fue el tema que más le apasionaba a Le Corbusier por aquellos
años, el ingreso del vehículo a la vivienda. También en este término se engloba el hecho de que
la vivienda se conciba pretendidamente como objeto que se posa sobre el paisaje, siendo
totalmente autónomo del mismo y pudiendo ser colocado en cualquier lugar del mundo. La
vivienda deja claro a simple vista el desarrollo de los “cinco puntos” de la arquitectura moderna
según Le Corbusier:

● La obra se levanta, aislada del suelo sobre un sistema de pilotes.


● Planta libre, conseguida mediante la separación entre columnas de carga y paredes
subdivisorias del espacio.
● Fachada libre. Al perder el muro su función sustentante, no hay fachada principal y
carece de elementos decorativos.
● La cubierta plana es transformada en jardín, sustituyendo el tejado y recuperando la
zona de suelo cubierta por el bosque.
● La ventana longitudinal permite que el espacio exterior, se integre con el espacio
interior, a la vez que uniformiza la entrada de luz.

Se pueden mencionar algunos arquitectos muy reconocidos de esta corriente además de Le


Corbusier como Walter Gropius, Ludwig Mies van der Rohe, Richard Neutra, Alvar Aalto y Oscar
Niemeyer.

Argentina en el siglo XX

Mientras en Europa surgía el movimiento moderno,en Argentina, y en mayor medida en


Buenos Aires, seguía caminando con un desmesurado eclecticismo, hecho de innumerables
ritmos europeos que ya combinaba con otros americanos para lograr una "identidad
arquitectónica" propia. Influenciado por algunos toques de Art Déco, tendencia que nace a
partir de 1920 hasta 1939, éste a diferencia del art nouveau, se inspira en las Primeras
Vanguardias.

Pero eso no impidió que el movimiento moderno llegara a este continente, la primera aparición
del Racionalismo en la argentina se puede ver en la obra de Alejandro Bustillo, con la casa de
Victoria Ocampo. Proyectada en el año 1928, es considerada la primera casa representante del
movimiento moderno en Argentina. Cabe recordar, que durante la construcción de esta casa,
7

Argentina era gobernada por Hipólito Yrigoyen. En ese entonces, a nivel mundial, se produjeron
diversos acontecimientos, entre ellos, la caída de la Bolsa de Wall Street, generando una falta de
exportaciones, producción, empleos y una caída de los salarios que hicieron a la necesidad de
contar con mano de obra local para la realización del proyecto.

Fue una casa que causó gran revuelo en aquella época y que despertó polémicas y conflictos
entre vecinos y autoridades municipales que no estaban de acuerdo con que una propuesta de
estilo racionalista se insertase en un entorno rodeado por construcciones de estilo neoclásico
francés.

Casa de Victoria Ocampo en Palermo Chico, año 1928, Arquitecto: Alejandro Bustillo

Más allá de su volumetría de vanguardia para la arquitectura de la época, los espacios interiores
de la vivienda van a conservar el estilo academicista de Bustillo, quien descartó aspectos como
la planta libre, las dobles alturas o la ventana corrida proyectadas por Le Corbusier.

Una nota del diario LA NACIÓN, escrita por Fabio Grementieri dice “Es evidente que desde el
primer ladrillo, el racionalismo argentino fue en esencia distinto del europeo. En sintonía con el
caso estadounidense, en el ámbito local no estaban planteados de igual manera los conflictos
8

sociales, políticos, económicos y culturales que generaron esa reacción ético-estética en Europa.
Aquí en el sur, dentro del sincretismo racionalista, va a persistir una heterogeneidad dentro de
la uniformidad, ya que la cultura arquitectónica local seguía nutriéndose en varias fuentes, con
la actuación de innumerables profesionales extranjeros, la utilización de materiales y sistemas
técnico-constructivos importados, el empleo de mano de obra inmigrante y la adopción de
modelos e iconografías europeos de transmisión y asimilación casi instantánea”. (Grementieri,
2022, 5)

La visita de Le Corbusier a Buenos Aires, en el 29, sacudió el campo disciplinar y sacó del
inconformismo eclecticista a muchos arquitectos ansiosos de nuevos horizontes. Las adhesiones
a la “nueva arquitectura” y sus dispositivos de diseño fueron dispares, hubo quienes adoptaron
su poética como un recurso más, dentro de la paleta de estilos posibles y quienes vieron en los
principios funcionalistas y racionalistas nuevas y renovadas estrategias de diseño para aspirar a
una nueva y saludable forma de vida para el hombre “moderno”.

La llegada de Zevi también dejó mucho que pensar, “el Movimiento Moderno es frío,
programático, impersonal y trata de convertir nuestras casas en máquinas, cuando estamos
enfermos de trabajar con máquinas a todas las horas del día laborable…” (Zevi, 1949)

Después de los sucesos devastadores que dejaría atrás la Segunda Guerra Mundial, empezarán a
surgir algunos cuestionamientos en el mundo hacia el movimiento moderno y su función
racionalista, que darían pie a combinaciones entre corrientes generando nuevas tendencias.

Una de estas nuevas tendencias surge en Argentina como el “casablanquismo”, el cual fue una
de las primeras búsquedas de identidad arquitectónica en la Argentina, donde se mezclan
reinterpretaciones del pasado colonial con elementos vanguardistas del movimiento moderno,
creando así un único estilo basado en la síntesis de ambas corrientes.

Surge como una crítica al racionalismo y funcionalismo del Movimiento Moderno. Si bien nunca
llegó a ser una corriente, generó revuelo entre los arquitectos del momento. La casa como
máquina resultaba incómoda, impersonal, inhumana. Para ésta época, no solo en Argentina,
sino que en toda América y Europa aparecen éstos sentimientos de repudio a la frialdad de este
movimiento. A simple vista esta arquitectura es de carácter moderno, donde el predominio del
color blanco se relaciona con el cubismo racionalista y el uso del hormigón visto con las
primeras intervenciones brutalistas de Le Corbusier. Pero en una observación más profunda y
detenida de los interiores, sus espacios y de las técnicas constructivas, podemos apreciar cómo
comienzan a aparecer los elementos que caracterizaron el pasado colonial argentino, como los
muros anchos, las galerías, torres, tolderías, la arquitectura del Noroeste argentino y de las
9

estancias pampeanas. Los patios internos como organizadores del espacio y los techos
inclinados típicos de la vivienda colonial, son los elementos que con más fuerza aparecen, así
como también el uso de la chimenea y los interiores de madera. El objetivo de los arquitectos
argentinos era humanizar la arquitectura. Rompen con el orden geométrico, el eje de simetría y
el muro liso. Los revoques se ven con un acabado más artesanal, no tan perfecto. Es una
arquitectura expresiva que, no obstante, posee una raíz en Le Corbusier.

EL CASABLANQUISMO

Como ya se mencionó antes, el casablanquismo es una de las primeras búsquedas de identidad


Argentina, expresa un claro rechazo a la arquitectura moderna y sus tendencias, como el
monoblock y los edificios en altura, totalmente desarraigada a nuestra cultura y tradición. El
resultado de esta corriente es pintoresco y se emparenta con la arquitectura popular
mediterránea y con la simple y blanca arquitectura colonial hispánica.

Principios básicos

Este movimiento combina elementos de las formas de vida y el clima, algunos materiales de
nuestra tradición hispano criolla, y recursos introducidos por el movimiento moderno, como el
hormigón a la vista y las bóvedas de ladrillo. En el intento de conseguir una imagen que
identifique nuestra arquitectura, alejándose del seriado de la arquitectura moderna
internacional, propone una vivienda relacionada con su contexto y con el ser humano.

Como prioridad busca darle lugar al paisaje y la topografía, vincula la obra con el terreno y
expande los interiores hacia los exteriores. Se respeta la vegetación existente y revaloriza la
autóctona, busca la integración con el todo. Abre los interiores hacia áreas verdes y terrazas.

Se utilizan recursos naturales para acentuar la expresión nacional. Se comienza a imponer el


ladrillo visto exterior o interior, con su estética rústica al desnudo, o bien la técnica del bolseado
para las fachadas exteriores. El aire colonial de estas viviendas se lee en los materiales y en las
técnicas constructivas artesanales, como en la rugosidad de los acabados, en la presencia de
hogares rústicos, en el equipamiento interior de mampostería o en las carpinterías de madera y
las tejas.

Funcionalmente se utilizan los patios y las galerías como verdaderos lugares de estar, en busca
de las mejores vistas y orientaciones, y como manera de prolongar los interiores hacia el
exterior. Las viviendas se resuelven según las necesidades de cada usuario, pero a partir de
10

espacios flexibles que permitan los necesarios cambios de uso, que el transcurso del tiempo
requiere.

Cada habitación está interconectada por diferentes niveles e integrados visualmente por vanos y
ventanas interiores, que transforman los ambientes para ser descubiertos en su recorrido . Esta
arquitectura reinterpreta el movimiento moderno traduciéndolo a nuestro medio físico y social.
Logrando viviendas especialmente diseñadas para cada usuario, enfocadas principalmente en la
búsqueda de la vivienda para el hombre y no para “los” hombres.

Claudio Caveri quien fue un olvidado arquitecto argentino, fue uno de los pioneros del
movimiento de las casas blancas, entre otros. En la década del 50, trabaja conjuntamente con el
arquitecto Eduardo Ellis, desarrollando una propuesta arquitectónica alternativa a la corriente
dominante del racionalismo de la época, rescatando ciertas tradiciones constructivas como la
materialidad y la espacialidad de las construcciones autóctonas.

Se puede mencionar a la Iglesia de Nuestra Señora de Fátima, en Martínez, Prov. de Buenos


Aires, como la primer obra de este movimiento.

Esta iglesia es el resultado de la crítica hacia la


modernidad que querían expresar Caveri y Ellis,
marca el punto más alto de este movimiento.
Construida entre 1951 y 1958, conforma un
templo central en cruz, en el cual el espacio
central se ve envuelto por una gran pirámide de
ladrillo. Los gruesos muros de ladrillos
encalados, los pisos de ladrillos comunes puestos
boca arriba, los profundos vanos, las juntas entre
muros resueltas con rajas de mármol claro por
donde se filtra una luz, resumen los elementos paradigmáticos del vocabulario que denomina a
las casas blancas.

La producción del casablanquismo alcanza tanto a viviendas unifamiliares como individuales,


iglesias, capillas y hoteles, obras construidas entre 1955 y 1970. Pero para este trabajo, me voy a
enfocar principalmente en las viviendas unifamiliares, ya que de estas obras, se puede obtener
acceso a la información y ejemplificar de mejor manera las consignas del tema.
11

La obra del Togo Diaz

José Ignacio Díaz nació el 22 de abril de 1927 y murió en Córdoba, el 31 de enero de 2009.
También conocido como "El Togo" fue un arquitecto y artista plástico argentino muy reconocido
en la provincia de Córdoba por sus obras de ladrillo visto.

"La Vivienda para los arquitectos en Córdoba", tal como titulaba la revista Nuestra Arquitectura
Nº 413 (abril de 1964) fue la casa que diseñó para él mismo y su mujer, también arquitecta, Sara
"Betty" Yadarola de Díaz. Betty será la encargada del diseño de los equipamientos y los finos
detalles de carpintería.

La obra pertenece a la época "casablanquista" del Togo. Construida en 1964, esta vivienda se
ubica en frente al Parque Velez Sarfield a 35 cuadras del centro de la ciudad de Córdoba. El
famoso arquitecto proyectó su vivienda personal implantada en un lote en esquina con
orientación norte y oeste. El barrio se caracteriza por ser residencial, con viviendas entre
medianeras. La primer gran decisión que se tomó, con el objetivo de lograr privacidad, fue
cerrar totalmente la vivienda al exterior y desarrollar la iluminación y ventilación con vistas
hacia un patio
interior,
convirtiéndose así
en el objeto de
interés principal.

La casa se articula
con un núcleo
central formado
por el baño y la
estufa, quedando
entonces una
circulación en
forma de “U”. De
esta manera separa
el acceso a los
12

espacios públicos y privados. Ambos brazos de la U desembocan en el living, excepto que a uno
de ellos se le cerró el paso mediante una pantalla de madera. En cuanto al acceso, se efectúa
mediante un paso
que permite
separarse de la
calle y generar un
ingreso más
privado.

El sector del
garaje se abre
hacia el patio
trasero de la casa
y permite ser
utilizado como
estar o comedor .

El espacio del
living-comedor se divide por una puerta corrediza con el dormitorio, la cual, al abrirse permite
que ambos espacios esten en comunicación directa. Dos ambientes diferentes que se vinculan
en un único ambiente. Esta propuesta muestra claramente el deseo de vivir en todo el ámbito de
la casa.

La construcción se hizo con ladrillo cerámico de 20cm de espesor, a diferencia de las típicas
viviendas del casablanquismo que
utilizaban ladrillo común para generar
una textura más rústica, aunque ésta obra
sigue en la línea de utilizar materiales
naturales para la construcción. Para las
columnas se
13

utilizaron tubos continuos dentro de los bloques de ladrillo con un módulo de 1,50mts. El techo
es plano hecho de hormigón, característico del casablanquismo. El revoque bolseado y pintado
de blanco en el exterior como en el interior, cumpliendo con el nombre del movimiento.

El núcleo central que conforma la


chimenea y el sanitario tiene una
terminación de ladrillo visto junta a
plomo pintado de blanco para seguir
entonando con el resto de la vivienda.

Los pisos están conformados de


parquet de algarrobo, gres cerámico
color rojo y ladrillo común en los
exteriores, dándole el color
característico de la vivienda. Unifica la
mezcla de materiales de la tierra
buscando la identidad de la obra. Como también las
carpinterías de madera con un bajo dintel que le dan
la escala humana que busca el movimiento. Del
mismo material es la pérgola que protege la zona de
servicio y el total de la carpintería que da a la calle.
14

La obra de Eduardo Ellis

La casa personal de Ellis tuvo lugar en una


época posterior a la iglesia de Fátima,
mencionada anteriormente. Construida en
el año 1958, se ubica a 38 kilómetros de la
capital federal, en el barrio de Pacheco. Ellis
trabajó solo en el diseño de su casa, la cual
habitaría con su familia. La ubicación está
pensada para alejarse de la ciudad y
permitir el asoleamiento, la ventilación y la
abundante arboleda de la zona, hoy ya
urbanizada. También como una búsqueda
de mantener al núcleo de la familia alejado
del bullicio y dispersión que ofrece la
ciudad.

El lote le quedó pequeño al diseño de la


vivienda, la cual se extiende a lo ancho de
éste y sus fachadas laterales quedan
oprimidas por los cercos medianeros que
están demasiado cercanos a la
construcción.

La casa puede albergar hasta 4 hijos


comprimidos en 2 dormitorios con cucheta
que se expanden hacia un patio. Al ser
espacios estrechos incentiva a tener mas
vida al aire libre o a pasar el tiempo en los espacios comunes de la casa, que a diferencia de los
dormitorios son espacios mas amplios. El sector de la sala de estar propiamente dicho, al igual
que los dormitorios, tiene proporciones diminutas a comparación con el resto de la vivienda,
15

éste se divide por un desnivel de 2 escalones, sin acceso al exterior, buscando un encuentro
familiar cercano reunidos alrededor del fuego.

Las salidas al exterior de la casa no se encuentran en los espacios comunes. La sala de estar, el
comedor y los dormitorios solo se comunican con el exterior a través de ventanales profundos y
muelles formales que enfatizan la división. Todas las salidas están situadas en los lugares de
paso, a excepción de la salida que sirve a la cocina.

La única habitación ubicada en un primer piso es el estudio del arquitecto, buscando generar
distancia entre el
bullicio de la vida
familiar. El estudio
cuenta con vistas hacia
el frente y contrafrente
del terreno.

Se puede mencionar
como detalle particular
de la vivienda la escala
tanto de los espacios
primarios (estar,
comedor o
dormitorios) como de
los secundarios, que
unen, articulan y en
definitiva,
predominan.

1. Acceso 5. Cocina
2. Galería 6. Dormitorios
3. Sala de 7. Estudio
estar 8. Sótano
4. Comedor
16

Es así, como el arquitecto logra evitar la subordinación funcional y la circulación de la vivienda


comienza a tener un sentido de extensión para estos espacios principales y forman parte del

habitar cotidiano.

Buscando que la luz sea la protagonista, se toman decisiones como ensanchar los muros y
ocular del lado interior las carpinterías, permitiendo así que las luz ingrese de manera filtrada a
la vivienda, obteniendo en las estaciones cálidas ambientes más frescos.

A diferencia del movimiento moderno, que busca despegarse del suelo con sus plantas libres, tal
como lo dictaba Le Corbusier, este tipo de vivienda busca afirmarse al suelo, ser parte de su
contexto. También se pueden leer las formas geométricas simples que suelen utilizar en estos
diseños.

En la revista Nuestra Arquitectura N°404, el escritor Rafael Iglesias reflexiona, “..la casa entabla
una expresiva polémica con toda aquella fracción de la arquitectura moderna que, por ser
“racionalista”, utilizó formas que no se refierian a la emoción, abstractas y esquematizables.”

CONCLUSIÓN

En toda nuestra historia, hubo múltiples intenciones de crear un estilo propio. En general, todos
con características diferentes, pero con el fin común de realizar una arquitectura que nos
identifique como pueblo. Bien sabemos que nuestro país se fue armando en base a distintos
periodos de inmigracion, por lo que la combinación de arquitecturas que se presentan a medida
que caminamos por la calle nos indica la heterogeneidad de los estilos que abarcan nuestras
tierras y que no responden a un estilo en particular. Es interesante notar que muchos
arquitectos buscaron ese estilo que nos identificara, pero no lograron hacerlo prosperar en el
tiempo. Entonces me pregunto, ¿A causa de que? ¿Qué sucedió? Entendiendo la historia, puedo
decir que uno de nuestros mayor conflictos es que nuestra sociedad es el resultado de muchas
culturas distintas. Culturas con ideas y estilos propios de cada país, que desvirtúan la
posibilidad de unión y nos hacen dar un paso atrás a la hora de buscar nuestra propia identidad.
Por otro lado, es notable que, si bien hubo muchas intenciones, fueron más bien esporádicas o
puntuales. En cierto punto, un estilo no se puede imponer, sino que es más bien un proceso que
sucede orgánicamente a lo largo del tiempo. Sin tiempo ninguna idea puede desarrollarse
17

plenamente. Asimismo, en la búsqueda del estilo autóctono, los arquitectos dieron mucho peso
a las tipologías y símbolos de nuestro pasado y no tanto a nuestras costumbres y tradiciones.
Hacer foco en: cómo somos, cómo socializamos, cómo están compuestas nuestras familias,
cuáles son nuestros hábitos, podría arrojar luz sobre cómo vivimos, y cómo podría ser nuestra
arquitectura.

BIBLIOGRAFÍA

● Canal Encuentro. (2016). Claudio Caveri - Casablanquismo. [Youtube].

https://www.youtube.com/watch?v=e8p0nZqck7s&t=3s

● Grementieri, F. (2022). Racionalismo: la utopía del progreso. Diario La Nación.

https://www.lanacion.com.ar/cultura/arte-racionalismo-la-utopia-del-progreso-nid155

6519/

● Iglesias, R. (1963, Julio). Más allá de la forma. Nuestra Arquitectura, (404), 17 al 22.

● La vivienda para los arquitectos en Córdoba. (1964, Abril). Nuestra Arquitectura, (413),

23 al 26.

● Liernur, J. F. (2001). Arquitectura en la Argentina del siglo XX: la construcción de la

modernidad. Fondo Nacional de las Artes.

http://www.biblio.fau.unlp.edu.ar/meran/opac-detail.pl?id1=5816#.Y_PnDnbMLIU

● Sanmiguel, D. (2019). El casablanquismo, una respuesta a la crisis del funcionalismo.

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