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Carme Adan 1

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y CONOCIMIENTO

De la experiencia de las mujeres al cíborg

Carma Adán
PRÓLOGOS
Eulalia Pérez Sedeño
María Xosé Agra

SPlRALIA ENSAYO
CarmeAdán

FEMINISMO Y CONOCIMIENTO
PRÓLOGOS
Eulalia Pérez Sedeño
M" Xosé Agra Romero

TRADUCCIÓN AL CASTELLANO
Iñaki Adán Villamarín

SPIRALIA ENSAYO
2006
SPlRALIA ENSAYO
Dirección literaria
MIGUEL ANXO FERNÁN VELLO

PRÓLOGOS

Diseño gráfico: MAM Deseño


Maquetación: Amparo Manteiga

Reservados todos los derechos de reproducción:


ni la totalidad ni parte de este libro
pueden reproducirse o transmitirse por ningún
procedimiento electrónico, mecánico o fotográfico
sin permiso escrito de la editorial.

© Carne Adán VillamarÍn


© lñaki Adán VillamarÍn
© Edicións Espiral Maior, S. L.

EDICIÓNS ESPIRAL MAJOR, S. L.


Rúa Xoán Carlos 1, 22,1° B
15670 - O BURGO - CULLEREDO (A Coruña)
Apartado de Correos 192 -15080 - A Coruña
Teléfono: 881 962527/ Fax: 881 962524
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1. S. B. N.: 84-96475-30-1
Depósito Legal: C-1426-06

A CORUÑA - GALICIA - 2006


¡}:I capítulo cuarto configura lo que son las principales conse-
cuencias de este prisma epistemológico en la teoría feminista en
general. Con este fin, se releen los textos de la epistemología femi-
nista bajo el enfoque de la categoría experiencia de las mujeres. La
discusión sobre las aportaciones de los conceptos de género y de ex- Capítulo 1
periencia de las mujeres es la guía de la que se hace uso para intro-
ducir la dimensión política de la experiencia de las mujeres en el dis- EL EMPIRISMO FEMINISTA:
curso de las epistemólogas. Así, esta categoría deviene un puente DEL CENTRO A LOS MÁRGENES
que permite transitar desde las reflexiones sobre el conocimiento
hasta temas tan clásicos en la teoría feminista como es el problema
del sujeto mujeres. Además, la mirada detenida a la experiencia de las
mujeres propició, de forma paralela, un esclarecimiento de la di- "Si son insuficientes dos o tres mil palabras para expresar lo que vemos -y
Mrs. Browning se declaró vencida por los Apeninos- no contamos más
mensión que juega el concepto género en el campo del conocimien-
1/lIecon dos palabras y media para manifestar lo que olemos. Casi no exis-
to. El uso de estos dos términos como herramientas útiles en la re- /l' olfato humano. Los más grandes poetas del mundo no han olido más
significación del ser mujeres ¡:;;- conducido este texto a su última es~ 1/lIerosas, por una parte, y estiércol por otra. Las infinitas gradaciones in-
taciQn., la l2.oci§.!l-d~situaciónJ -- - -- trrmedias han quedado sin registrar. Y precisamente era en el mundo 01-
La j2erspectiva feminista sobre la categoría situación recoge las [atiuo donde vivía Flush. El amor era, sobre todo, olor; la forma y el co-
propuestas epistemológicas <!e este libro y abre posibles víaspara lor eran también olor; la música, la arquitectura, La ley, Lapolítica y La
irncia eran olor. Para él hasta La reLigión era olor. Nos resultaría impo-
nuevos debates en el seno de la teoría feminista. La potencialidad
abl« describir la más insignificante de sus experiencias con La carne o el
que el feminismo descubre en la contextualidad del conocimiento luzcocho de cada día. Ni Mr. Swinburne podría haber dicho qué signifi-
se la debe en parte a un uso de la situación para la resignificación ((¡/){{ para Flush el olor de Wimpole Street en una calurosa tarde de junio.
de la experiencia de las mujeres. Para profundizar en la afirmación 1,'" cuanto a describir el olor a perrita spanieL mezclado con eLde antor-
anterior se presenta la catsgoría experiencia de las mujeres y la con- rhas, Laureles, incienso, banderas, cirios, y de una guirnalda de hojas de
figuración de la situación como un mecanismo gue posibilita lajn- insa] pisada por un zapatito de satén que estuvo guardado con alcanfor,

tervención localizada ge [as mujeres en lo que se refiere a la ciencia '\() quizá Shakespeare, si se hubiera detenido hacia la mitad de Antonio y
('I('opatra, cuando lo escribía... Pero Shakespeare no se detuvo en esto. De
a la tecnología.
nodo que, confesando nuestra incapacidad, sólo podemos hacer constar
Sin más, quisiera expresar el deseo de que este texto se tome 1(111' en esto! años -los más plenos, libres y felices en Lavida de Flush- Ita-
como una brújula más. Un instrumento para ayudar a adentrarse lir/ si¡;nificó para él, principalmente, una sucesión de olores."
en alguno de los caminos por los que transita la teoría feminista en
VIRGINIA WOOLF, Flush
la difícil tarea de comprender y reescribir parte del conocimiento
humano. Si Virginia Woolf se lamentaba ante las puertas cerradas
de las bibliotecas británicas a principios del siglo veinte, entrado el l'auto "ernpirismo" como "feminismo" son dos términos que
veintiuno las puertas de las mismas están más que entreabiertas. 111.:11 \1 na carga semántica, e incluso afectiva, excesivamente ex-
--t Ahora bien, aunque sea a tientas la entrada de las mujeres no es un 11 II~/I Y ramificada. El empirismo abarca varios siglos de historia de
roceso de asimilación sino de transformación. Li I iI",uría y formas muy variadas de enfocar los problemas del co-
IlIlH'lIlO partiendo de una idea compartida aunque de un modo
li 111'011, ,1 saber, la experiencia

!!IC (' 11 la adquisición


sensible representa un papel irnpor-
del conocimiento. Así, esta presuposición se

46 47
1'
1 .1

convierte en uno de los pilares de muchos de los sistemas de pen- 1,I plinto de vista feminista y la postmodernidad feminista. Este
samiento más influyentes desde la Modernidad hasta nuestros días. 'I"eño desajuste está motivado por la propia evolución de los tra-
Igualmente podemos decir que el feminismo, sin haber tenido un '1'-" sobre epistemología, que parten de análisis concretos sobre
espacio tan extenso en la historia oficial -aunque lo merece por de- 1,"II.I~ científicas en los años setenta y ochenta, y después van to-
recho propio-, en la actualidad comprende una amplia gama de n.u u k) forma teórica en los ochenta hasta convertirse en los noventa
movimientos políticos y sociales, de teorías políticas, éticas, antro- 111111,1 corriente entretejida con las diferentes ramas de los estudios
pológicas, filosóficas, literarias y artísticas, entre otras, que tienen Ir 1.11 icncia, como la filosofía de la ciencia, la sociología del cono-
por denominador común un ideal emancipador, esto es, conseguir ¡1l11t111O científico, los estudios culturales de la ciencia, ... En este
que las sociedades actuales sean igualitarias de derecho y de hecho. 11iH"'O de enc,uentr~, ~arding l~caliz~ los. trabajos pre~urs?res de
Todo el entramado de teorías, acciones y debates que se aúnan ba- 1.11 (1"'It'mologla feminista. Estas mvestigacrones sobre ciencia y fe-
jo la denominación de feminismo es heterogéneo, en ocasiones 1111'1110 pudieron abrir un nuevo campo de análisis. Eran realiza-
contradictorio y, sobre todo, está en un proceso constante de elabo- IIII¡tundumentalmente por biólogas y médicas en el ámbito del em-
ración. "'oIl1el,más bien del positivismo, propio de la mentalidad de la co-
11 De ahí, q~~nte la etiqueta empirismo feminista sea necesario 1IIIIII.Idcientífica al uso. Para Harding, estos estudios críticos so-
[11 clarificar básicamente dos cuestiones. P~ ur0adQ, es necesario ex- rI~~lIllateoría o campo científico tienen un valor importante pe-
~ plicitar qué tradiciones del empirismo se toman como referente y, 11I.IIIVO,ya que sólo muestran los sesgos en la aplicación del mé-
- por otro, desde qué perspectivas feministas y con qué presuposi- 111 nnufico, esto es, corroboran que los valores tienen una rela-
I

ciones previas se aborda la incursión en el empirismo. Por este mo- 11, .IIIS:t1con la mala ciencia o la ciencia practicada sin corrección
tivo comienza este capítulo con una reflexión sobre el significado l' 1I11l1¡'rgica, pero no avanzan hacia una explicación general de la
de la expresión empirismo feminista. Lo cual puede ser de gran L,,_ 11111 de la ciencia y los valores. Son trabajos que siguen depen-
ayuda para entender las propuestas de las representantes de esta co- 11!'lidll dt' una concepción empirista ingenua que entiende que los
rriente, a saber, Helen Longino, Lynn Hankinson Nelson, Jane II,~'.1111 1Ina realidad independiente de las teorías que los interpre-
Duran, Loise M. Antony, Kathryn Pyre Addelson y Elizabeth Pot- 1,'11nla línea, los trabajos feministas intentan mostrar cómo se
ter. Las dos primeras pensadoras serán objeto de análisis en sendos 1I!l1'lIlionan determinados campos de estudio, por ejemplo, en-
apartados, el resto serán examinadas en conjunto dada la afinidad 1111',1.1primatología, la neurología o la psicología, pero no po-
de posturas que mantienen y también porque su obra no tiene ni la lilllll IlIIa crítica global al androcentrismo de la ciencia. Pertene-
repercusión ni la extensión que la de Longino y Nelson. I 1111:1 categoría de empin'smo feminista eS/z'0ntáneo. Son autoras
1111.1 Iorrnación científica y comprometidas con movimientos de
IIltl ". lo que las obliga a plantearse el papel de la ciencia en la
l"tidlllllÚIl de una sociedad sexista, pero carecen, en principio, de
1.1. EL EMPIRISMO FEMINISTA: 01111011 filosófica que pueda ayudarlas a contextualizar sus in-
¿UNA CONTRADICCIÓN EN TÉRMINOS? Ililll'~ 1:11ámbitos más generales de reflexión.
1111'llIpirismo feminista espontáneo es una etiqueta adjudicada
Se han indicado en la introducción los motivos que rigen la
II! 1;1'1il de trabajos que son esclarecedores para toda la crítica
elección de la clasificación formulada por Sandra Harding de la
ri~111,1 1,1ciencia y, además, se caracterizaron por esa valentía
epistemología feminista como esquema organizativo. Este orden si
Illlllal que supone enfrentarse a la comunidad científica que
túa en primer lugar el empirismo feminista produciendo un cierto
III PUl' Ilpo de investigaciones como cuestiones menores o sim-
despiste cronológico con respecto a las otras dos corrientes, la teoría
) 1It1científicas. De ahí que no comparta la perspectiva de

48 49
Harding que, como indica Wallby!", puede deberse a una com- I urtas pensadoras, las cmpmstas, al aceptar simultáneamente el
prensión ingénua y reduccionista del empirismo. Es artificial dife- «mpirismo y la importancia de la actividad valorativa, se sitúan al
renciar entre la elaboración de críticas puntuales a la ciencia y las horde de la contradicción. Este es el caso de Sandra Harding!", Lo-
reflexiones más generales porque, de hecho, algunas de las autoras 11.iine Code '? o Susan Hekman 16,autoras críticas con esta corrien-
que empiezan por revisiones de teorías -Longino con la hipótesis 11',Estas pensadoras, cada una desde filiaciones teóricas diferentes
evolucionista de la "mujer recolectora" como alternativa a la hipó- 'Piloto de vista, subjetivismo y postmodernidad- reconocen en el
tesis del "hombre cazador" 11, Haraway en su análisis de la 1mpirismo feminista una cierta capacidad de subversión de los
primatología 12 o la neuróloga Ruth Bleier que lidera un grupo IlIllpios principios del empirismo, pero al mismo tiempo no creen
interdisciplinario de feministas revisionistas de las ciencias 111 la potencialidad de estas propuestas para una transformación
biológicas y médicasl-> desarrollan con el tiempo las posturas más ):101>:11 de la ciencia desde esta perspectiva feminista. Incluso llegan
sistemáticas dentro de la epistemología feminista. Frente a este 1 pl.mtearse la contradicción que puede existir entre ser feminista y
empirismo de primera fase, Harding reconoce que existe toda una 11 empirista, entre mantener principios de la ciencia actual y de-
serie de propuestas más elaboradas para el canon de la filosofía y la Ihllkr cambios feministas en la sociedad. Ante este dilema en el
sociología del conocimiento científico, que denomina empirismo IlIncl1le escrito se tomará Qartido a favor de un rechazo de estapo-
eminista filos9.fk~ Tanto en este capítulo como en los siguientes, si Ihle contradicción. Entendiendo que estas autoras, Harding, Code
no se especifica lo contrario, cuando se use la denominación de 1I I lckman, a la hora de referirse al empirismo feminista se man-
empirismo feminista se empleará como sinónimo de este empirismo I11111'11 de algún modo inmersas en el legado del positivismo lógico
feminista filosófico de segunda fase. La influencia en las autoras de 1111les impide ver otras formas de empirismo como puede ser el
la segunda etapa de los desarrollos de las científicas críticas con la 1'11defienden Longino y Nelson influenciadas por autores como
ciencia y de las tesis más radicales de las teóricas del punto de vista 1.'11111l',Kuhn o Putnam. Según Richmond Carnpbell!", autoras
es muy importante, de ahí que intenten juzgar los modelos de [1111() 1 Iarding o Hekman entienden el empirismo feminista como
racionalidad científica al uso con las críticas feministas más lill.l rontradicción en términos por una comprensión externalista
l.. lel mismo, es decir, porque presuponen que todo desarrollo que se
radicales desde la reflexión propia de la filosofía de la ciencia.
I
De este modo, bajo el epígrafe de empirismo feminista filosófi- !iltl,1 de empirista mantiene algún reducto, aunque no se denomine
co se enmarcan trabajos, como los de Helen Longino o Lynn H. I ',III! xto de justificación o lógica de confirmación, apolítico en lo
Nelson, que defienden u-na noción de experiencia-deudora de1em- !l'I~!1ido al proceso cognitivo. En este espacio asocial los valores
pirismo y que también asumen como un objetivo l?rioritario anali- Ir mlu.m vetada la entrada. Así, si el feminismo es fundamental-
zar el conocimiento desde la comprensión del papel que represen- !III_'!II!'un movimiento social y político y entre sus objetivos ocupa
tan los valores en la construcción del mismo, .Según la op.lliIórUie 1111Itlgar destacado cambiar los valores que rigen una sociedad
11111 ¡~I.I, parece contradictorio mantener un espacio libre de valores
111111.1 defensa feminista del conocimiento.
10 Walby (2001,490)
11 Longino (1983)
12 Haraway (1986), (1989)
th
13 Este grupo, de nombre "The October 29 Group", con una meta en princi-
pio revisionista fue, a lo largo de sus encuentros periódicos en los años 80, am- 1'1l l.uding (1986), (1991).
pliando la gama de cuestiones sometidas a debate. Véase "The October 29th
I 1 111 k (1 99 1).
Group: Defining a Feminist Science" en el monográfico de Women 's Studies In-
ternational Forum (1989) -volumen 12, número 3- dedicado a la memoria de 1, 111 kmun (1990).
Ruth Bleir, coordinadora de este grupo. ( .unpbcll (1994).

50 51
Sin embargo, lo que se descubre al analizar el pensamiento de 1,,11.1,urnta de la misma; sin embargo, la búsqueda de vías alterna-
las feministas es de índole bastante distinta. Tanto es así que po- 11.\1.1redefinir la objetividad conlleva la dislocación de este su-,\="
demos afirmar que todas las autoras que van a ser objeto de estudio uu.t rcconfiguración del mismo.
en este capítulo comparten como punto principal de su pensamien- \ 1.1par que ocurre en otros ámbitos de la teoría feminista, po-
to una definición del conocimiento científico como práctica social, lllilll 11 ('\ ico, la epistemología feminista en general, y el empirismo
tesis alejada de las afirmaciones herederas del positivismo lógico 1\1llli,1.1en concreto, debe ofrecer una alternativa al sujeto abs-
que establecían la ciencia como un conjunto de contenidos aislados 111 dI' la modernidad. Este sujeto, soporte del individualismo
de la influencia social por la frontera de la justificación. Para estas ItI',.IIlogico que las feministas rechazan, es criticado fundamen-
autoras, en especial para Longino y Nelson, la ciencia es el produc- I!!I' 1I1l'por tener un carácter corporal, cultural e históricamente
to de una práctica realizada por comunidades científicas. De ahí I'"hlt, ser homogéneo y unitario para excluir las diferencias que
que en este proceso de constitución el conocimiento, la diferencia 1'1'"' de individuos puedan poseer, ya sean de clase, raza o géne-
entre hechos y valores deje de lado la nitidez de los planteamientos pOI último, definirse de modo radicalmente opuesto al objeto.
clásicos y se vuelva tema de reflexión. Las propuestas concretas so- I ti knguaje feminista este tipo de sujeto ha adquirido el deno-
bre este tema serán expuestas a continuación. En este apunte in- \111'10101 común de s~eto individual cartesiano, en parte para enfa-
troductorio quisiera señalar la importancia sobre los tópicos pro- I/tI!' 1.1negación del cuerpo como categoría que interviene en el
pios del empirismo que ofrecen estas autoras hacia una compren- I!lP' CitOde formación de la subjetividad en la modernidad. Frente a
sión del empirismo feminista como una opción epistemológica vá- 11' kgado individualista, descorporeizado, universalista y descon-
lida y no contradictoria. Negar un supuesto núcleo apolítico en el 1II,dIzado del sujeto cartesiano, el empirismo feminista opta por
conocimiento científico y, por lo tanto, asumir que toda teoría, lllligurar el sujeto apelando al carácter social del conocimiento.
buena o mala, está causada en mayor o menor grado por presuQo- • ouvicrte la comunidad, como se mostrará en concreto referido) ~
siciones de tipo valorativo, creemos que constituye un elemento ,,1.1autora, en el verdadero sujeto cognoscente.
transformador del empirismo en el sentido clásico. \ r ontinuación, se estructura la exposición empezando por un
El hecho de problematizar la dicotomía entre hechos y valores pllllllLlmiento común a todas las autoras empiristas que se puede
implica el reconocimiento de los elementos subjetivos del conoci- illltlizar en la siguiente afirmación: J:.Lconocimiento es una prác-I
miento, o lo que es lo mismo, estas pensadoras se ven abocadas a IIi 11 t tlln.u~itaria donde la objet~~idad es m~s una labor de consenso 4. ~
una redefinición del par objetividad/subjetividad. Para las autoras IHtl.'1lhlCtlvo que de adecuación. Esto sienta las bases sobre las
empiristas, la objetividad necesita ser liberada de la carga que su- I"t! M' profundizará en los tres puntos señalados hasta ahora: el
pone la idea de neutralidad y que, al mismo tiempo, impide ofrecer !dlltjlle frente a la dicotomía ciencia/políticaI8, la redefinición de
una imagen acertada de cómo se construyen las teorías. Esta crítica, l., 111 '11'1ividad y la reconfiguración del sujeto cognoscente.
que en fatiza el sesgo que implica escoger un valor como la neutra- F.ste es el esquema de trabajo para las representantes más no-
lidad a modo de criterio para medir el tamaño de la objetividad, es II!!I.!' del empirismo feminista: Helen Longino, Lynn H. Nelson y
común a todas las epistemólogas. De hecho, en las empiristas ad- I ~~IIIP()de pensadoras que trabajan en una naturalización de la
quiere un papel muy importante, ya que las enfrenta con la clásica pi,II'mología: Jane Duran, Louise M. Antony, Katrhryn P. Addle-
noción de experiencia sin carga valorativa como referida a los datos .111: Elizabeth Potter.
y, además, las obliga a reconfigurar el sujeto del conocimiento. Es-
to es, la noción tradicional de objetividad fundaba la corresponden-
cia entre datos y teoría en el concepto de un observador neutro,
I~ Formulación más propia de los estudios sociales de la ciencia de la dicoto-
desencarnado y libre de cualquier tipo de presuposición social que
1111.1 .1:lsica en filosofía hechos/valores.

52 53
1" 1 i mentales no proporciona una base semántica para el lenguaje
1.2. HELEN LONGINO:
11.11 f( o ni el lenguaje teórico lo proporciona para el lenguaje observa-
LA TRANSFORMACIÓN DESDE EL CONSENSO 1 mientras el empirismo contextual insista en la relevancia del
11I1I.tI,

Helen Longino, una de las representantes más relevantes del 11 ,,¡ondo de presuposiciones y el análisis de los datos observaciona-
l. \, 110 se colapsará en el holismo. Teoría y experiencia están inferen-
empirismo feminista, acomete la empresa de cambiar el conoci- 11rlmcnte relacionadas, no sernánticamente'V''.
miento desde actuaciones localizadas -feministas- en determinadas
teorías o campos de investigación. Para esta labor elige como marco )':11 esta cita se aprecian las tesis fundamentales de esta autora.
de trabajo lo que autodenomina empirismo contextual. Con esta teo- it 11 1.ollgino los datos y las teorías están en una relación práctica,
ría pretende situarse a medio camino entre la postura positivista y el i í i 110 de contenido. La relevancia observacional de los datos
holismo constructivista, es decir, en un punto donde pueda estable- IIQIIt 11' del contexto en el que se desenvuelva la investigación, pe-
cer la unión entre la experiencia sensible y los valores sociales y 1ft' datos no son construidos en su totalidad por la teoría. La
políticos. Los pasos que se seguirán para explicar estas propuestas se 1111 y los datos no están en una relación semántica porque su de-
corresponden con el orden de los subapartados. En primer lugar, se ti 1111.11 ión no es casual de modo lineal, es decir, su relación de-
revisará el significado de este empirismo contextual. A continua- lid. 1 k lodo un trasfondo de presuposiciones pertenecientes al
ción, se abordará el problema de los valores y su influencia en la ill. ,lo. Por lo tanto, la propuesta de Longino se denomina ernpi-
construcción del conocimiento. Por último, se cuestionará el lugar 1.11.1 porque los datos o el mundo experienciable no es construido
que le reserva esta autora a uno de los temas neurálgicos del ernpi- i l." sujetos y se accede al mismo mediante estimulaciones scnso-
rismo: el individualismo del sujeto cognoscente. d,"., pero esos datos sólo tienen relevancia evidencial dentro del
1111 ,lO de una comunidad de conocimiento que establece las teo-
I".tl .ihf que se-acontextual. El razonamiento evidencial depende
1.2.1. Conocimiento y experiencia: el empirismo contextual ti l. outcxto en la medida en que las hipótesis, que son apoyadas por
Helen Longino define sus propuestas como un trabajo de aná- 11 • uujunto de datos, cambian cuando cambia el contexto de presu-

lisis del conocimiento científico que combina ciertas características IH",1I1011l:S en el que esos datos se hacen relevantes. Esta propuesta,
tradicionales del empirismo filosófico con el trabajo reciente en fi- 11 mpirismo contextual, defiende una noción de experiencia como
losofía de la ciencia, incluyendo algunos puntos de vista del análi- "1 1"IIIl:SO interactivo y no pasivo. De esta forma, se configura una
sis feminista contemporáneo!". Esta perspectiva de trabajo, deno- I!!i 11111 <11: ciencia alejada del ideal de neutralidad propio de algunas
minada empirismo contextual, de modo más detallado consiste en lo '111111," de empirismo, por ejemplo el positivismo lógico.
siguiente:
1.2.2. Conocimiento y valores: los criterios feministas
"Es empírico en el tratamiento de la experiencia como la base del co-
nocimiento que se reclama en las ciencias. Es contextual en su insis- (:01110 se ha señalado líneas más arriba, Longino pone en cues-
tencia en la relevancia del contexto -tanto del contexto de presuposi- H(lil 1 1ideal de la ciencia neutral y libre de valores-". Una de las no-
ciones que mantiene el razonamiento como del contexto social y cul- ¡IIlIt" clave para el desarrollo de este debate, y además central en el
tural que sostiene la indagación científica- para la construcción del
conocimiento. Aparte de esto, esta forma de empirismo se distingue
de las formas positivistas de empirismo en referirse al conocimiento,
11 I,ollgino (1990a, 219)
no sólo a su significado. Puesto que en términos observacionaIcs y
11 •..•ubre el tema de los valores en relación con el sistema cientffico-tecno-
ti 11, véase Echeverría "Ciencia y valores: propuestas para una axionornía de la
19 Longino (1997a, 71-83) iru.r.¡" (1998), Echeverría "Tecnociencia y sistema de valores" (2001).

54 55
1'1
pensamiento de esta autora, es el trasfondo de presuposiciones o ! II~l.ición evidencial con sus consecuencias observacionales. Estos
conjunto de supuestos previos, al que ya se hizo referencia en el I(IIt·Sen apariencia contextuales son capaces de intervenir en la
apartado anterior. Para Longino las presuposiciones, recibidas me- I¡ilollión del conocimiento actuando básicamente sobre cinco
diante un trasfondo cultural y científico compartido, funcionan a I['ti', I':stas son: las prácticas científicas, las cuestiones que se esta-
modo de puerta de entrada para los valores en la producción del 11'1 I11 o se ignoran sobre los fenómenos, la descripción de los da-
conocimiento científico. Diferencia esta pensadora entre valores I I.IS suposiciones específicas que se pueden establecer en áreas
con~extuales y constitutivos. Los valores contextuales son los propios 1111 11'\aS de la investigación y las suposiciones globales que pue-
del ambiente en el que se desenvuelve el conocimiento -És teorías-, ! 11 1II'gar a determinar el carácter de la investigación en su globa-
son aquellos que, siguiendo la distinción positivista, pertenecerían 1tI.lll1\ En esta misma línea de razonamiento, afirma Longino que
al contexto de descubrimiento de una teoría, es decir, al contexto 1Itllalquier período histórico pueden encontrarse variedad de tra-
constituido por las circunstancias que rodean la formulación inicial 1" ¡IIIIl'So diferentes formas de conceptualizar el mundo natural
~una hipótesis. En una interpretación externalista de la relación 1"" influyen en la determinación del objeto de estudio. Este es un
entre conocimiento y valores, por ejemplo la que le supone Har- Ij,dll de plasmar la transformación de los valores contextuales en
ding22 al empirismo feminista o la que reclama Carnpbell-' para los ill~1 it utivos.

primeros trabajos críticos con la ciencia, los valores contextuales Por otra parte, Longino presenta una segunda forma de elimi-
deben ser detectados y eliminados para evitar sesgos sociales en la !i 1.1 demarcación entre valores contextuales y constitutivos que se
aplicación del método científico. Desde esta perspectiva los valores prll d H' siguiendo la evolución de su pensamiento. Esta autora en
con textuales sólo tienen relevancia negativa, es decir, como causa 1 Idllo Science as a Social Knowledge (1990) afirma que los valores
1(' I ognitivos, o los denominados contextuales, tienen una utiliza-
de la mala ciencia.
Los valores constitutivos son los que se derivan de los objetivos ¡"II I ognitiva más propia de los-valores constitut1vos~al y como ya
proJ>ios de la investigación científica. Así, puede entenderse por ta- 1•.1 indicado. No obstante, en trabajos posteriores-f modifica el
les valores rasgos como la adecuación empírica, la simplicidad, la 1111 ti lO de l;investigación ligeramente y da comienzo a toda una
precisión, la fecundidad o la consistencia con otras teorías acepta- 111 I(U')I1 sobre el estatuto de los llamados valores cognitivos.
das. Estos valores se consideran constitutivos porque ayudan a con- I ,ongino desarrolla el armazón de esta reflexión tomando como
seguir los objetivos de la investigación, como por ejemplo la predic- " 11'1 do de valores cognitivos, reconocidos por la mayor parte de
ción o la comprensión de fenómenos naturales, al ser capaces de I¡¡~ Iilósofos de la ciencia, los expuestos por Kuhn en "Objetividad,
seleccionar ciertas hipótesis frente a otras-", funcionan como guía ¡1I1tlOS de valor y elección de teorías" (1993). Kuhn afirma en este
en la elección de las teorías. Sin embargo, la filosofía de Longino es 111h 1110que es posible comparar de modo global lo que establecen
una apuesta a favor de borrosificar esta distinción entre valores 11IIII,I~ rivales basándose en consideraciones del tipo: adecuación
lilpil ira, alcance, simplicidad, consistencia y fecundidad. A conti-\
contextuales y constitutivos siguiendo dos direcciones fundamen-
talmente. Por una parte, considera que los valores con textuales tie- 1111.11 1611,se clarifican brevemente estos términos. La adecuación I

nen la capacidad de convertirse en valores constitutivos de las pro- 1';' ira se refiere a la concordancia entre las consecuencias de ea- *'
pías teorías, esto es, pueden filtrarse hacia el denominado contexto l., Imi Ia y los resultados de la observación y la experimentación.
de justificación de las teorías, donde las hipótesis se consideran sólo PIIII:I alcance de una teoría se entiende el conjunto de aplicaciones

22 Harding (1986a, 25). 1',Irauna ejemplificación del modo de actuar de los valores en estas áreas
23 Campbell (1994,92). I~I I.ongi no (1990a, 86-98).
24 Longino (1997a, 73). '" I,ollgino (1994), (1995), (1996).

56 57
11! 1111,1 ('11parte la sugerencia de Pérez Sedeño=', cknomir:w cri-
que abarca cada teoría. La simplicidad significa la capacidad para
I1 \ .rlorcs ferninistas/". Esta autora propone seis criterios de
sistematizar fenómenos diversos con el menor número o compleji
'J" 1, minista que pueden ayudar a elaborar una ciencia desde it
dad de supuestos. La consistencia se refiere tanto a coherencia lógica
I'¡(¡I 11(.1feminista, no una ciencia feminista. En este punto re-
interna como a coherencia con otras teorías aceptadas en el contexto.
11111de las diferencias fundamentales con otras propuestas
Por último, lafecundidad es la capacidad de cada teoría para descu
1I'lllIlllIgicasfeministas. Para L.9n~ino no h;:ry~n contenido de-
brir nuevos fenómenos y crear soluciones a problemas distintos de
i 1ud" previamente a la investigación gue deba ser considerado
los que originalmente motivaron su construcción. Estas caracterís
il\llll nrc femini.slaJlo qu~ existe es un modo de hacer ciencia,
ticas de las teorías se consideran virtudes de una buena teoría por-
I'ilkl ild cognitiva, que sigue unas pautas que p;eden ser f;vo-
que en las comunidades donde se efectúa la elección de teorías son
11I1 _ It 1111:\ ciencia con menos sesgos androcéntricos y a un cono-
consideradas como valores epistémicos. Nótese que parece qu"
irlllll con aplicaciones más igualitarias y democráticas,' El ea-
Kuhn otorga un estatuto último a estos valores y, sin embargo, no
Itl lit' práctica social de la ciencia que Longino defiende le per-
ocurre así, ya que lo que afirma Kuhn es que esta lista de virtudes,
1111 óIi11 le rvención en la misma desde los intereses feministas.
que puede variar históricamente, son los valores que tienen presen-
~i el feminismo lo definimos como un conjunto de valores
tes todos los miembros de una comunidad cuando se debe elegir en-
tre teorías rivales, pero la teoría elegida es resultado de una elección id ks y políticos tendientes a conseguir la justicia social, el bene-
IIj di 1.1aplicación de estos valores en la investigación científica
comunitaria donde también intervienen variables sociales y subjeti-
vas. De este modo, si no existen reglas fijas o algoritmos que per- lll1lt.lhlc.
mitan la elección de unas teorías frente a otras, el grado de objeti- I .lllIgino elige seis posibles valores feministas, aunque recono-
ItI! 1.1lista no está cerrada ni es fija. Los criterios propuestos es-
vidad de las teorías depende de un proceso de consenso. En este
ii • \11.Iídos de las investigaciones feministas sobre la ciencia. No
consenso intervienen los factores objetivos o valores epistémicos y
l' l. lr-rcncias fijas al contenido de la experiencia de las mujeres,
también valores subjetivos o motivaciones y valores personales. Por
11" 1,I\gOSque podemos extraer al analizar esta experiencia como
lo tanto, la elección de teorías es un proceso de acuerdos y desa-
cuerdos donde la comunidad aporta la dimensión social del cono- 111,1 lit,\( t ica atravesada por una serie de valores en un contexto so-
cimiento y así mismo controla la interferencia de la subjetividad-". d dllnminad030. Así, la lista de valores feministas queda consti-
Frente a esta posición de Kuhn, que mantiene aunque con ma- lid" I nmo sigue: adecuación ~mpírica, hete!ogeneidad ontológic'!,
tices el estatuto cognitivo para ciertos valores, Longino presenta una 1 .I.ul, interacción mutua, aplicabilidad a las necesidades huma-

alternativa que va a marcar la perspectiva feminista de su filosofía. \~ y difusión o descentralización del ~~


El objetivo, por lo tanto, es modificar el planteamiento cognitivo de 1..1 adecuación empírica es el único criterio común a los que se
estos rasgos de la investigación. Para tal fin compara los valores de- I'l'illlfll\('11desde perspectivas tradicionales: por ejemplo, aparece en-
finidos por la tradición filosófica de la ciencia como cognitivos con Il' III~ .lcfcndidos por Kuhn, y al mismo tiempo también es asumido
una propuesta de valores alternativos que pueden servir de guía pa-
ra la investigación científica, pero a los que de partida ya se les re- "'1 ,lIllgino y yo misma hemos propuesto una serie de valores, que ella deno-
conoce su dimensión social, porque su objetivo es la consecución '"11 virtudes feministas' y que yo prefiero denominar 'valores' feministas o
de una ciencia más igualitaria y democrátic-;'. Longino denomina a \lI¡j" 1 "dt's, como alternativas al conjunto de valores propuestos por T. S. Kuhn"
estos valores -en los que no existe la diferencia tajante entre social y P~1o . Sl'deño (1998, 138).
'/ 1.lIllgino reconoce que se pueden utilizar diferentes términos como virtu-
cognitivo o contextual y constitutivo- virtudes feministas y que aquí, 1(1., valores, estándares o criterios ignorando las diferencias conceptuales que
IIIt 11 entre ellos. Longino (1995).
111 E.\tr lema será abordado con mayor detenimiento en el capítulo cuatro.
27 Pérez Ransanz (1999).

59
58
por las propuestas alternativas, como las feministas. Longino mues- 1I 11I('!lOSen doce ocasiones los autores de trabajos científicos que
tra cómo las científicas feministas -Ruth Bleier, Anne Fausto Ster- 1II.III después premiados con el Premio Nobel encontraron difi-
ling o Ruth Doell, entre otras- consideran muy importante denun- IIII.HleSpara que las revistas científicas aceptasen los artículos que
ciar que determinadas investigaciones consideradas científicas tie- lid1.111 a conocer tales trabajos. Así, no es de extrañar que al menos
nen unos estándares de adecuación empírica que no cumplen ni lit I locho de los artículos científicos más citados de la historia de la
unos requisitos mínimos. Estas científicas operan sobre teorías que il lit 1.1fueran rechazados inicialmente por los editores y los árbi-
pretenden leer en los niveles hormonales explicaciones de los dife- inh dt' las revistas científicas. Y, por último, algunos científicos se
rentes comportamientos según el sexo, incluso en las capacidades lillll Icsistido en repetidas ocasiones a aceptar nuevas teorías sim-
racionales, o que asumen la lateralización cerebral como un hecho. ItlClIl('lHeporque cuestionaban sus propios puntos de vista en cien-
El criterio de adecuación empírica sirve para denunciar el razona- i.1 11sus teorías. De este modo, y contra la práctica habitual, el
miento evidencial que, totalmente dependiente de un contexto de 11•• IIOde considerar la novedad como un valor supone una postura
suposiciones sexista, no aplica unos estándares científicos rigurosos. 111.1', .ihicrta y escéptica en sentido constructivo respecto a los cono-
Por lo tanto, Longino afirma que la adecuación empírica puede 1IIIII'IllOSestablecidos.
guiar la investigación científica igual que sirve para revelar la apari- 1", heterogeneidad o diversidad onJológica también permite una
ción de todo tipo de sesgos. Comenta en este punto que es un valor 'lid,'"1 nueva al garantizar la paridad de las diferentes clases de en-
aceptado por la mayoría de las feministas aunque critica la interpre- I¡¡(,Id,·s.Este criterio se sustenta fundamentalmente en dos aspectos
tación que del mismo tienen las teorías del punto de vista!'. ¡·IIII.ldos en la literatura feminista, el primero es el respeto a las
El criterio de novedad recomienda optar por teorías que se 11111 ularidades e individualidades. El segundo el rechazo de las
aparten de las bien aceptadas. En efecto, este criterio concuerda '11LISde inferioridad, que consideran la diferencia como un fallo
más con la visión de la ciencia como un saber transformador que 1111.1 incompletud respecto a un estándar en vez de verla como un
pretende la mejora de los seres humanos que, por ejemplo, el crite- I 111\0valioso para la investigación. Lo que defiende este criterio
rio de coherencia externa. Longino considera que la práctica de la 1.1pluralidad de entidades. De modo semejante, la interacción
ciencia tradicional es excesivamente conservadora. Este punto ya lo ¡Hljlll., afirma la pluralidad, pero en este caso referida a las relacio-
había destacado Kuhn, aunque no lo critica. Para Kuhn, los perío- IIl" (' lit re procesos y entidades. Según este criterio las teorías más
dos de ciencia normal se caracterizan precisamente por su carácter Idl'! u.rdas son aquellas que abordan las relaciones entre las enti-
conservador, de ahí que, para facilitar la aparición de teorías gesta- It,,"~ y los procesos de una forma dinámica y no unidireccio-
das en contextos con valores alternativos, la novedad parece un cri- n.d uunte. Las teorías que se rijan por ese valor tratarán a todos los
terio más adecuado. Es interesante apoyar esa tesis haciendo refe- II111111 es como influyendo en los demás y no destacarán un solo fac-
rencia a cuatro ejemplos= sobre el dogmatismo y la reticencia de 1111r omo el dominante. A este respecto indica Longino que los
los propios científicos ante nuevas teorías. Estos ejemplos son una ¡lid 1.'10Sde Barbara Mcf.lintockv o Ruth Bleier " son buenos ejern-
muestra de la rigidez de la ciencia al uso para aceptar nuevas ideas. plm de la aplicación de este criterio.
En primer lugar, numerosas teorías hoy aceptadas han tenido que "",1 quinto criterio feminista es la aplicabilidad a las necesidades
luchar con el escepticismo de la comunidad científica que las rele- tunuuas. Este valor es de naturaleza especialmente pragmática,
gó a veces de los circuitos habituales de discusión. En segundo lugar, ¡¡II!' defiende la prioridad de los programas de investigación que

31 Longino considera que no hay una percepción privilegiada y no cree que


debamos celebrar las causas de la marginación. 1\ ¡{('cogidos por Fox Keller (1984).
32 Campanario (1999). 11 Ilkicr (1986).

60 61

1,
puedan generar conocimiento aplicable al bienestar social. Desde ;11.1\que mejoran las condiciones de vida y tienden a la elimina-
la óptica feminista este criterio no significa más ciencia aplicada, 11.Ir las desigualdades de poder-". Como consecuencia de todo
sino canalizar la investigación hacia las necesidades sociales y l• .11s.irrollo, afirma Longino que la tesis de la neutralidadpolíti-
humanas tradicionalmente a cargo de las mujeres. ,1, 1.1ciencia es más bien u~osición política y no metodológi-
Por último, como sexto criterio, Longino establece la difusión 1IIIpistemológ!ca.
del poder. La difusión o expansión del poder implica dar preferen- 1:.lra esta .autora l~s, valores femi~ista~ tie~en la capa.cidad de ij
cia a los programas de investigación que incorporan relaciones mú- ruuu runa intervencion en las teonas científicas. Esta interven-
tuas, es decir, no de dominador/subordinado y que propicien el 111\ local, es decir, se puede establecer en áreas específicas de ~
control democrático de la investigación. Este valor, versión de la in-
teracción mútua, entiende que es necesario dar prioridad a las in-
iv('~1 igación. Al mismo tiempo no es exclusiva, pues es posible
re ,.' presenten perspectivas feministas distintas en la teorización.
ni (dt imo, es una intervención continuista con el trabajo científico
I~
vestigaciones que no limiten el acceso a la misma por motivos co-
mo equipamientos muy caros o misteriosas pericias. IIiICllle. Las intervenciones feministas no implican una ruptura
Estos valores feministas permiten vislumbrar los sesgos andro- 1I11.1ciencia al uso, sino que modifican el trasfondo de suposicio-
céntricos de las teorías vigentes al ser capaces de mostrar las suposi- Il~ 1I1 los que ésta se establece. El objetivo es hacer ciencia como
ciones básicas que, funcionando en el interior de un marco de in- ruimstas o lo que esta autora denomina ciencia oposiciona!36.
vestigación, permiten que determinados elementos sociales confi- 1..1cita que se reproduce a continuación, y con la que termina
guren el dominio mismo de la investigación bajo un perfil de no 11 .rpnrtado, es muy clarificadora a la hora de perfilar el sentido
contextuales ni cognitivos. De este modo Longino propone elimi- I'lt ucncn los valores feministas en el pensamiento de Longino:
nar la dicotomía entre cognitivo rEo cognitivo. El objetivo es mos-
trar la J2.ermeabilidad de los llamados valores cognitivos aIOs facto- "Son valores feministas no porque los compartan todas las mujeres, ni
todas lasfeministas, ni siquiera porque sean apoyados desde un grupo
res sociales~2..0r lo tanto, en el ámbito de análisis feminis~una
hminista. Son valores feminis~que contribuyen a lograr los ob-
concepción transmitida de infravaloración de las mujeres y de todo 11'1 ivos feministas. Pero, en realidad, son valores ~e todos y todas
lo concomitante
----
con lo femenino. - Para esta labor analiza los valo- deberíamos compartir: son deseablemente universales. Nos permiten
res kuhnianos enfrentados con los valores feministas. A modo de rl.rrnos cuenta de que podemos afectar el curso del conocimiento, fa-
ejemplo, contrapone los siguientes valores: la coherencia externa o vorecer o perjudicar determinados programas de investigación cien-
ufico-tecnológiccs, según nuestros compromisos y valores político-
conservadurismo en relación con la novedad, como ya se ha visto,
Ideológicos y que estos no son, en absoluto, periféricos"37.
la simplicidad en relación con la heterogeneidad ontológica y la
fecundidad en relación con las virtudes pragmáticas feministas en
general. 1.2.3. Conocimiento y sujeto cognoscente:
En la última de estas relaciones se muestra el interés de Lon- la ciencia como práctica social
gino por mostrar como la fecundidad -entendida como la capaci- Llegado este momento de la exposición del pensamiento de esta
dad de una teoría para generar problemas o rompecabezas que IlIln\;1 la cuestión del sujeto cognoscente surge como una reflexión
demandan solución o para proporcionar los recursos con los que lit 1(·saria. Ante la pregunta ¿quién es el sujeto de conocimiento?, el
lograrlas. Conservador en el sentido de que obvia indagar en los
beneficios y los prejuicios de las aplicaciones tecnológicas y socia-
les. Por el contrario, los criterios feministas favorecen modelos y h I.ongino (1996, 53).
\I!Longino (1990a, 214).
\7 Pérez Sedcño (1998, 139).

62 63
empirismo tradicional partía de una apuesta claramente individual, \plicando lo que yo llamaría la mirada feminista -que estamos en
es decir, presuponía que un sujeto libre y autónomo era capaz de 11l.iciones de interdependencia- sugerí que el conocimiento científi-
adquirir creencias verdaderas y libre de valores sociales sobre el In se construye no por individualidad es aplicando un método a la
mundo. La teoría feminista, desde diferentes áreas de investiga- m.ucria de conocimiento sino por individualidades en interacción
ción, se opone a esta descripción desencarnada e interesantemente 11Hl otras que modifican sus observaciones, teorías y hipótesis, y
I"ISITIO los patrones de razonamiento".39
neutral del sujeto cognoscente. En concreto en la reflexión episte-
mológica éste es un tema de gran importancia y con una repercu-
1.:1conocimiento científico es el resultado de un diálogo entre
sión global para las apuestas que se establezcan. Así, cuando Lon-
nulividuos y las diferentes comunidades científicas, es decir, el
gino se enfrenta a dar respuesta a esta cuestión comienza por mos-
1111 H imiento se construye "no por los individuos sino por una co-
trar el estado de la cuestión en el feminismo para enmarcar su pos-
11I1111llac.l dialógica ínteracnva?". Esta definición de la comunidad
tura. Según Longino existen diferentes estrategias ferninistas f para
.1\110el lugar donde se practica el conocimiento posibilita que esta
sustituir el sujeto cognoscente de la modernidad. La primera estra-
,IIIII\;\ huya de las críticas al subjetivismo que conlleva introducir
~ia consiste en cambiar este sujeto denominado universal, y que
1r r-, v.ilores en la ciencia. Para Longino la objetividad no es una
las feministas adjetivan de androcéntrico, por otro. Cómo se desa-
1""1lll'dad ~e se establece entre los datos y un individuo sino entre
rrolle este cambio dependerá de la escuela feminista en la que esté
1.\ ! 11 11iun idad y el objeto de conocimiento. Por lo tanto, la objetivi-
inmersa la autora en cuestión. De esta forma, por ejemplo, las ern-
1,111 ('S una característica de las2[ácticas comunitarias de la ciencia
piristas feministas que se encuadran dentro de la primera fase, lue-
1111 I'S un criterio de demarcación entre lo científico y no científico.
go de mostrar los sesgos de esta concepción del sujeto, abogan por
i, 1.\ objetividad se define como una consecuencia del carácter so-
la realización del ideal del sujeto neutro que el empirismo prome-
\.II de la investigación científica y no en relación con la empresa
te. Las teóricas del punto de vista, en concreto Longino cita a Hart-
\l1',lIitiva individual. Sin embargo, no cae en el subjetivismo gra-
sock, establecen la primacía del agente epistémico condicionado
l.", ,\ rechazar el individualismo y maximizar el papel de la crítica
por la experiencia social de la dominación. Y, por último, como
¡1I~I,d.Esto ~iere decir ~e la subjetividad individual queda mi-
parte de esta primera estrategia Longino incluye las teorías de Eve-
nilllil.ac.la cuando la comunidad llega a un consenso para estructu-
lyn Fox Keller referidas a la psicodinámica de la individualización.
1'111' y someter a crítica las su-.posiciones básicas. La objetividad es
Fox Keller propone redefinir el concepto de autonomía y entender-
111111 minimización de las preferencias individuales mediante la crí-
lo más como una capacidad para relacionarse con el mundo dilu-
Iir.1 social. De este modo, Longino apunta hacia una satisfacción
yendo las clásicas fronteras entre sujeto y objeto. Esta autonomía
1.11111:11de la objetividad en la comunidad. La o~etividad depende
que denomina relacional se establece como la base -emocional-
para una nueva concepción de la objetividad también tildada de re-
.1, 1omo una comunidad científica establezca vías de crítica para
11','Iuposiciones y teorías, de la capacidad para disponer de están-
I lacional.
¡I.III'Scompartidos por la comunidad que les permita responder a
La segunda estrategia consiste en multiplicar los sujetos. Ésta
!II\ críticas que se le formulen y, también, del grado de autoridad
representa la estrategia más válida para Longino y va a apostar por
nu.-k-ctual que comparta, es decir. se evita el alto grado de jerar-
ella. Los sujetos co~oscentes son las comunidades, no los indivi-
duos de forma aislada. Afirma al respecto: qlll/,:lción característico de las comunidades científicas.

\'1 Longino (1993a, 111).


111
Longino (1993a, 112).
38 Longino (1993a).

65
64
II"I!

Las comunidades científicas son grupos de individuos que I1 unicnto de Kuhn defienden'". Este tema, muy interesante pa-
comparten un contexto valorativo, social y cultural. En los trabajos , I .k-hate ontológico actual, considero que demanda una clarifi-
de estas comunidades las prácticas feministas, mediante la inter .' 1"" más detallada por parte de la autora.
vención local y continuista, deben ser capaces de aplicar los crite l' I pensamiento de esta filósofa de la ciencia se caracteriza
rios feministas con el objetivo de conseguir un conocimiento más liI.LIIllcntalmente por la defensa del conocimiento científico co-
objetivo y libre de intereses dominadores. Para Longino no existe el 1\1 1111,1 práctica social que no tiene por sujeto cognoscente al indi-
peligro de caer en el relativismo -aunque abandonemos los valores Id\lll sino a las comunidades de conocimiento. Son las comunidades
cognitivos considerados como estándares que regulan las interac- I.,~11'I'onsables de aplicar, en los contextos de investigación que
ciones discursivas en la comunidad científica desde una indepen- 11"111.111 claramente problemas con mayor relación con las mujeres
dencia del contexto y un estatus universal- gracias a la función de 1".tlllgía, medicina, ciencias sociales-, una serie de criterios. El
las comunidades que de forma local adoptarán estándares median- ti "'10 feminista está en actuar localizadamente en los diferentes
te los que acceder a sus aspiraciones de verdad. Longino afirma su 111.xtos en los que se gestan las teorías mediante la utilización de
postura como pluralista y en absoluto anarquista, ya que: 111.IIOS feministas que pueden variar en el tiempo y con el diálogo
illt I (" intracomunitario. El_obj~tivo es realizar una ciencia como
"Estos estándares -como las aspiraciones que los fundamentan- son /1"!IIIISlas no con contenido feminista, por~e ~ contenido es la
provisionales y sujetos a modificación como consecuencia de la in- ir 1.1 que no podemos predeterminar previamente43• El consenso
teracción con otras comunidades y mismo con el mundo que una 11 meta, sin olvidar que el mundo existe -forma mínima de rea-
comunidad busca conocer'r".
Iltl"I" y se accede a él mediantelos sentidos que aportan unos da-
il.l. n-le-vantes sólo dentro de determinados contextos sociales donde
Antes de terminar, quisiera hacer un inciso sobre la deuda del
pensamiento de esta autora con algunas nociones kuhnianas. En 1uuncian las teorías.
l lclen Longino comparte con Lynn H. Nelson, otra de las re-
primer lugar, es interesante subrayar el paralelismo entre el con-
1'11'1 ntantes más destacadas del empirismo feminista, concebir el
cepto de comunidad de Kuhn, como el agente de la ciencia, y la
propuesta de Longino. Para Longino, al igual que en Kuhn, la ex-
,,"m imiento científico básicamente como una práctica social, en-
11.ui.rrse al problema de los contextos de justificación y descubri-
tensión del sujeto cognoscente a la comunidad introduce la dimen-
lilll 1110Y rechazar la neutralidad en valores de la ciencia. Así mis-
sión social del conocimiento y permite defender un modelo de
~ illll, Iicnen en común sus concepciones del sujeto y una clara
racionalidad científica consensual. Longino no entra a definir la
IJun-sta por la objetividad, para Longino más basada en el consen-
noción de racionalidad que maneja, pero se puede deducir de su
11 y para Nelson más empirista. A continuación, se analizará el
obra, fundamentalmente de la definición de la comunidad como
dialógica e interactiva, que las teorías científicas son racionales en 1"_II'.Imiento de Nelson.
tanto que son producto del consenso. Es decir, del desacuerdo que
implica la crítica social -única vía para alcanzar la objetividad- y el
necesario acuerdo posterior. Asimismo, en Longino existe una de-
fensa explícita de una forma mínima de realismo que puede ser
comparada al realismo interno que algunas interpretaciones del

11 Pérez Ransanz (1999).


I1 Esta afirmación representa una sugerencia muy interesante y al mismo
41 Longino (1996,55). lIt rupo una crítica importante a las versiones mistificadas de la feminidad.

66 67
1.3. LYNN HANKINSON NELSON: il!1visión de la ciencia que puede dar cuenta de éxitos obvios de la
LA RADICALIZACIÓN DE LA EVIDENClA44 l.;IHia en la experiencia explicativa y predictiva, y puede abarcar
Ili_miradas feministas en las relaciones entre sexo/género, política y
Es posible situar el pensamiento de Lynn H Nelson tanto en el i{'11tia es una opción viable y potente."49
empirismo feminista como en una de las variables más destacables I':sta autora basa su defensa de la superación del enfrentamien-
del mismo, la ~istemología feminista naturalizada. Se opta por II1I nrrc ernpirismo y feminismo o, dicho de otra forma, de la posi-
analizar la obra de esta autora fundamentalmente desde la óptica hl¡ «mtradicción entre estos dos términos en tres supuestos. En
del empirismo feminista, aunque a lo largo de la exposición será ob- 1111I1l'r lugar, afirma 9-~e muchas de las discusiones feministas so-
jeto de estudio su proyecto de naturalización de la epistemología. tli' epistemología em.2!ean la visión del empirismo representada
1
Nelson define su propuesta como un empirismo social femin ista45 de ¡tnl el positivismo lógico o sus herederos más inmediatos como
corte quineano. Así, afirma: "Si estoy en lo cierto, un empirismo fe- 1.,1111Iempel, Ernest Nagel o Rudolf Carnap. En cambio, Nelson
minista sofisticado será capaz de observar de un modo más radi- ¡oIl1ptaun empirismo más sofisticado, en concreto la filosofía de W.
cal la ciencia de lo que las feministas o los empiristas lo han he- " <)uine que se caracteriza por ser crítica con los principios del
J
cho, y exploraremos algunas alternativas que surgen cuando a las 1'I'Ipio empirismo. En segundo lugar señala que una perspectiva
tendencias de la crítica feminista y de la filosofía de la ciencia empi- I IlIpirista feminista debe introducir las propuestas más radicales
rista contemporánea se les permite iluminarse mútuamente."46 1,1 (crninismo sobre la ciencia para dar cuenta de la misma. Para
En su escrito fundamental, el libro Who Knows (1990), asume , lson es importante este punto, ya que significa mantener la ea-
como reto superar las críticas feministas que autoras como Jaggar47 1',1'«lad de crítica e innovación del feminismo cuando se adopta el
o Harding'f han efectuado a la posibilidad de un empirismo femi- 111.I1t o empirista. Por último, asume como un reto de su filosofía
nista -como ya se indicó en la introducción a este capítulo, éste es IlIpirista feminista superar una presuposición bastante habitual
un tema recurrente en los debates de la década de los ochenta. Illn' alguna tendencia del feminismo -véase el feminismo radical,
Desde su perspectiva, el argumento más contundente para reabrir 1 u-minismo del punto de vista o el feminismo de la diferencia-
el debate sobre la posible relación entre empirismo y feminismo es i'g\11lla cual existe un abismo epistemológico entre las feministas y
de índole pragmática, es decir, las críticas feministas a la ciencia 1"" 1 ientíficos o filósofos .empiristas de la ciencia .. Esta autora dis-\
desean tener incidencia sobre esta última: dado que los científicos y !'llp:1 totalmente de esta Idea y afirma que no existe nada que co-
científicas están instalados en un paradigma empirista, el diálogo ¡illl,tan las feministas que los empiristas no puedan conocer y vice-
debe darse dentro de un marco empirista en el que se puedan escu- I~I\:1. Siguiendo este último punto, Nelson se opone fundamen-
char las voces de las mujeres. Para Nelson esta aportación no es 1,,111H.:nte a los planteamientos de las teóricas del punto de vista
nada despreciable ya que considera que: "un empirismo feminista, j, minista que, como se expone en el capítulo siguiente, sostienen
qlll' las mujeres gozan de un privilegio epistémico dada su condi-
11'"111 de marginalidad. A este respecto Nelson considera que las
44Se decidió traducir evidence por evidencia en el sentido de prueba empírica. 1I1\Ijl'feStienen una perspectiva propia con la cual contribuir a la
45 La pertenencia de esta autora al empirismo ha sido objeto de discusión para n.u uraleza de las cosas, pues la experiencia fue conformada social-
alguna de sus comentaristas, véase Harding (1991a) o Tuana (1992). Sin embar- IIH\\te en una división sexual de la realidad. Sin embargo, defiende
go, se optó por entender su trabajo dentro del empirismo feminista e incluso co-
mo uno de los más representativos, pues ofrece propuestas interesantes que abren '1\1('esta puede ser compartida.
una puerta al entendimiento entre las corrientes de la epistemología feminista.
46Nelson (1990, 7).
47Jaggar (1983).
48 Harding (1986a). 1'1 Nclson (1990,9).

68 69
Nelson, a través de estos principios, pretende establecer una 1\,' 11 sus colegas empiristas y de forma añadida tal arreglo debe
teoría de la evidencia que sea la piedra de toque de un empirismo 1 Ji 1111 I 1I na transformación guiada por el supuesto de igualdad
feminista. Considera que esta teoría se puede elaborar obviando 1111 hombres y mujeres. Nelson considera que la filosofía de
principios que venían siendo clásicos en el empirismo, como pue jillll I'S una herramienta útil para comenzar la reparación del
den ser la defensa de la autonomía de la ciencia o el individualis I"I!'! lit', dado que permite introducir críticas feministas en el nú-
mo. Argumenta que es posible emplear las tesis de Quine para ela jl ¡i di 1.\ filosofía de la ciencia tradicional. Como reza el subtítulo
borar una teoría de la evidencia que huya de la concepción estrecha k '1.11 capítulo permite ir del centro a los márgenes.
de la ciencia y, por lo tanto, evite dos de sus principales problemas, \ );\da la gran riqueza y complejidad del pensamiento de Quine
a saber, la autonomía de la ciencia y la separación entre contexto de ('1.11' apartado sólo se señalarán las razones que inducen a esta
descubrimiento y de justificación 50. Estas afirmaciones serán exa- ¡IIII.I empirista a utilizar, según sus intereses feministas, la filosofía

minadas más pormenorizadamente cuando se exponga la propues- \1 I)IIIIIC. Como una de estas primeras razones, Nelson destaca la
ta de Nelson sobre la evidencia, dado que para ordenar la exposi- L,IHII de síntesis que aporta la obra de Quine entre los principios
ción previamente se analizará cada uno de los puntos arriba indi- Id 1 u.pirismo y los trabajos de filosofía de la ciencia. Esta autora
cados. Se comenzará por indicar brevemente porqué escoge la filo- ni e 1 pll'la el pensamiento de Quine a modo de puente, o forma de
sofía de Quine como marco de trabajo empirista; a continuación se !!\It 1,11" la polarización, entre el legado de dos tradiciones en filoso-
enunciarán las aportaciones del feminismo que recoge para su ern- !I,I 111' la ciencia, la representada por Hempel y Nagel, y la de
pirismo feminista. En tercer lugar, se expondrá la propuesta epis- 1\ltlllI, IIanson y Lakatos. Aunque Quine no desarrollara propia-
temológica que ofrece esta autora para superar el supuesto del jill 1111' este programa en filosofía de la ciencia, sus propuestas sobre
abismo epistemológico entre la ciencia y el feminismo y, por últi- 1,11 ¡lIl"1lcmologíanaturalizada dieron pie a lo que hoy se denomina
mo, a modo de reflexión final se señalarán algunos de los puntos de ¡"mofla naturalizada de la ciencia'<. Quine defiende, expresado de
fricción entre el feminismo y la filosofía de Quine. 1,,1 11\.1 sintética, que el estudio del conocimiento sea un continuo
iill 1.1 ciencia, es decir, que la epistemología deje de ser filosofía
I'iillll"ra y pase a considerarse en relación por ejemplo con la psico-
1.3.1. ¿Por qué apostar por Quine?
lilg':1 o la neurología. Trasladada esta afirmación al ámbito de la
Nelson subraya que no entiende el pensamiento de Quine
como feminista sino que más bien lo entiende a modo de un posi-
" 1 •• 1 polémica con las teóricas de! punto de vista está servida ¿por qué empe-
ble punto de partida para avanzar en las investigaciones feministas
011\1' en mantener este barco y no construir uno nuevo? Desde la óptica empiris-
sobre el conocimiento. Tal vez, a este respecto, es preciso hacer uso 1,1 1.1 icvpucsta es clara, funcionamos dentro de una teoría que no podemos carn-
de una de las imágenes más famosas del empirismo creada por 1'1,11 IIllllcdiatamente sino ir reajustándola.
Neurath y que Quine hizo suya en Palabra y Objeto: "Somos como d Entre otros es necesario destacar e! papel que tiene hoy como defensor de
, '.11 .orricnte Ronald Giere. Este autor se interesa por la relación entre el femi-
marineros que se ven obligados a reparar su barco en alta mar, sin
IlblllO y la filosofía de la ciencia en e! artículo "The feminism question in the phi-
poder nunca deshacerlo en un puerto y reparado de nuevo con ma- I"'"(lhy of science" (1996) donde cambiando e! título del famoso libro de Har-
teriales mejores">'. Si para los empirista s el barco es el conocimien- .1111).\ revisa que espacio tiene la crítica feminista dentro de la filosofía de la cien-

to, para las feministas la metáfora puede tener un doble sentido, ya '1.1 1>cficnde este autor que e! cmpirismo feminista conlleva una forma de rea-
11.• 1110 lcminisra compatible con el naturalismo (que él defiende) que considera a
que comparten la necesidad de reparar un barco de un modo serne-
1.1 1.11 ionalidad científica como e! resultado de la evolución natural de las capaci-
tI.HItoScognitivas humanas junto con e! desarrollo histórico-cultural. Así, que es
.1, ("pcrar que tales agentes proyecten sus valores, incluido e! género, en los mo-
50 Nelson (1990,235). .1, 1m que diseñan para explicar los fenómenos del mundo. Resumiendo, consi-
51 Quine (1968). tlll.I que el empirismo feminista debe tender al naturalismo.

70 71
terminadas por los datos empíricos. La primera afirma que las ob-
filosofía de la ciencia, la propuesta se traduciría en una defensa de servaciones no son conceptualmente independientes de las teorías
la cientificización del estudio de la ciencia. Posiblemente Nelson ve porque estas proporcionan aquellos conceptos que son necesarios
en la filosofía de este autor una vía de acercamiento a los aspectos para las observaciones. (...)
sociales de la ciencia debido a que el rechazo por parte de Quine de La segunda tesis afirma que las teorías están infradeterminadas
la demarcación entre ciencia y otras actividades humanas permite por los datos empíricos; es decir, que siempre habrá más de una teo-
ría compatible con la evidencia empírica disponible. Esta tesis ha si-
introducir en el debate epistemológico la naturaleza del sujeto cog- do rechazada por el fundamentismo, pues afirma que la experiencia
noscente y de los diversos elementos que intervienen en la produc- no es suficiente para guiar nuestra elección de una teoría sobre otra.
ción y transformación del conocimiento. No está claro si esto es correcto, pero en cualquiera caso esta tesis, si
Sobre la filosofía de Quine, Nelson destaca el distanciamiento es verdadera, mostraría que la evidencia empírica no es suficiente
de este autor del positivismo clásico a través de la formulación de para determinar de forma única la elección de la mejor teoría"54.
las críticas a dos de los principios básicos del mismo, a saber, la
distinción entre verdades analíticas y sintéticas y la posibilidad de Las tesis de Quine postulan la infradeterminación empírica del
establecer enunciados mínimos enteramente observacionales. En ronocimiento, tanto en el sentido de la indeterminación estimula-
opinión de Quine, no existe una distinción cualitativa entre verda- Iiva de la prototeoría como de la indeterminación evidencial de la
des, es decir, no se puede diferenciar entre verdades fundamenta- teoría física. La indeterminación del discurso observacional tiene
das exclusivamente en el significado de sus términos o verdades ~1Iorigen en el carácter empírico y teórico de los cuerpos físicos que
analíticas y verdades establecidas en relación a los hechos o verda- eSlablece la ontología quinenana Y la indeterminación de la 55 teoría
des sintéticas. El segundo dogma del empirismo que critica Quine física está relacionada con el holisrno que defiende este autor . Se
es el fundamentismo o defensa de la posibilidad de formular el volverá con mayor detenimiento sobre estas tesis; sólo apuntar la
contenido de alguno de nuestros enunciados enteramente en tér- IInportancia de este planteamiento para una teoría como la femi-
minos relativos a la experiencia sensible. Para Quine, si abandona- uista que quiere introducir la variable social de género pero no
semos estos dos principios estaríamos inclinados a pensar que la quiere caer en la inconmensurabilidad de las teorías, como bien ar-
presunta distinción radical entre la ciencia natural y la metafísica gumenta Nelson.
no es tan clara. Esta crítica quineana al positivismo lógico establece Es necesario destacar que, aunque teniendo presentes las con-'
dos de los principios básicos del empirismo posterior: por una lado, Hlcraciones anteriores, Quine reclama la adjetivación de empirista
la denominada carga teórica de la observación -señalada por Han- polra su filosofía fundamentalmente por dos aspectos. Considera
son y Kuhn- y, por otro, la infradeterminación de las teorías por la 'lIlC toda evidencia para la ciencia tiene el punto final en los senti-
experiencia -afirmación derivable de la anterior-o Estos principios dos y, al mismo tiempo, defiende que toda dotación de significado
son vistos por las autoras empiristas feministas como pilares fun- dt. las expresiones lingüísticas en última instancia descansa en las
damentales de una epistemología feminista. Así lo recoge Tanesini ,nllcxiones de algunas expresiones con los estímulos sensoriales.
en su libro sobre las corrientes de la epistemología feminista: F.~,asconexiones se realizan a lo largo del proceso de aprendizaje
,kl lenguaje que los humanos desarrollan en una unión con el
"AsÍ, aunque ambas Longino y Nelson opinan que muchas críticas 1I1111)(}0 físico que los rodea y el entorno social.
feministas a la tradición lockeana y al empirismo postpositivista es-
tán justificadas, mantienen que ese empirismo puede ser preservado
una vez que esas críticas sean tenidas en cuenta.
El punto de partida de estas nuevas formas de empirismo son dos
tesis de importancia en la filosofía empirista según destacó Quine: I 'I'ancsini (1999,98).
las observaciones están cargadas de teoría y las teorías están infrade- " Pérez Fustergueras (1988).

73
72
IIIIII~II

1.3.2. ¿Qué propuestas feministas seguir?


Apuntados ya algunos de los principios básicos de la epistemo
logía de Quine: la infradeterminación de las teorías por la observa I I n-orfa feminista se caracteriza por trabajar en la elaboración
ción, el carácter teórico de los cuerpos físicos y el holismo, se debe 1111 '1 ti testas que permitan analizar, criticar y cambiar tanto los
señalar un cuarto principio, fundamental en la filosofía de este au III'OS bien establecidos como las Frácticas cotidianas surgidas
tor, el naturalismo'v. El naturalismo en Quine es una consecuencia 1 ~I no de una sociedad androcéntrica. Las categorías que más
de la ontología materialista que postula, los objetos físicos están ahí 1.¡II1 empleado en esta empresa, y que aún siguen siendo las
independientemente del sujeto cognoscente pero toman forma en la 1,11 I ucntas analíticas con más 120tencialidad para el feminismo,

configuración lingüística del mundo por parte de ese sujeto. A Nel I I 1 grnero y la experjericia de las mujeres-". Lynn H. Nelson
son le parece muy interesante para el feminismo la tesis de naturali lI~idll:\ que las contribuciones de la teoría feminista son muy re-
zar la epistemología, pues focaliza la atención sobre el sujeto cog- 1111' tanto para la ciencia como para la filosofía de la ciencia; de
noscente y el proceso evolutivo tanto biológico como cultural de la Iti qu(', en su propuesta de un empirismo social, deje muy claro
especie. La naturalización del conocimiento permite establecer un "0 puede existir un empirismo serio que no recoja las dernan-
continuo entre la ciencia y otras actividades de los seres humanos. tll LISfilósofas feministas. Nelson manifiesta, a principios de la
Aunque ya fue comentado, cabe subrayar que para Nelson tie- 111.1 de los noventa, que las consecuencias de tomar en serio el
ne mucha importancia el holismo de Quine ya que, como se verá Il'III.I de sexo-género son mayores y llegan a más discursos de lo
más adelante, lo emplea como pilar de la elaboración de su ernpi- I\lr ',1 podía pensar en los años setenta. Por tomar en serio el sis-
rismo social. La tesis del holismo se enuncia de este modo: el saber ¡i'II ',1 xo-género Nelson entiende lo siguiente:
es global y no existe justificación para un enunciado aislado sobre
lilll
un tema, sino que lo que se justifica o no es la totalidad de nuestro nncro, la tarea de desvelar la experiencia de las mujeres, una ta-
['r

I saber en un momento dado. Es decir, los objetos de contrastación l! ,1 que presume que ésta no está reflejada en el conocimiento acu-
empírica no son las oraciones o las hipótesis teóricas aisladas, sino IIIId,ldo hasta el momento; segundo, la tarea de explorar las formas
[11 que las visiones sobre el sexo/género y las visiones infundidas por
am12lios cuerpos de teorías. La tesis del holismo es empleada por 111\ 1 alegorías de género fueron operativas, y tuvieron consecuencias,
Nelson como soporte para la crítica al individualismo del pensa- 1.'11 nuestra tradición intelectual, interaccionando con la construcción
miento de Quine. Efectivamente, a pesar de que este filósofo adop- V \'1 elaboración de marcos de trabajo teóricos; y, dado cada una de
ta el individualismo propio del empirismo precedente, Nelson ve la I Il.ls, la tarea de mirar las variables sociales dentro de las que el co-
11111imicnto se desarrolla, incluye las de sexo/género"58.
posibilidad de que el carácter social de la evidencia le permita re-
formular el sujeto cognoscente de forma semejante a la propuesta
de Longino. Las comunidades epistemológicas, como agentes de Ni-lson considera que el potencial de la teoría feminista está en
elaboración del conocimiento, y una concepción social de la evi- 1"tllIlitar la crítica de los marcos teóricos desde los que se estable-
1 1IOllocimiento, ya que si las actividades y perspectivas hurna-
dencia distancian el pensamiento de Nelson respecto de la filosofía
Ihl" Id"lltificadas con las mujeres fueron ignoradas o desvalorizadas
de partida, el empirismo de Quine, pero le permite superar el indi-
I! \.1 I onstrucción de estos marcos teóricos, es preciso reconsiderar
vidualismo propio del empirismo. Este tema será analizado más
liI', IIII~mos. Por tanto, es una empresa razonable revisar las teori-
pormenorizadamente en el tercer apartado, por lo de ahora se cen-
11 1111les científicas y filosóficas a la luz de las experiencias y prácti-
trará la atención en las tesis feministas que recoge esta autora.

""IHe el uso, semejanzas y diferencias de estas categorías versa el capítulo


11.11111
56 La selección de estos cuatro principios se hace siguiendo el estudio sobre la
epistemología de Quine de Pérez Fustergueras (1988). Nclson (1990,29).

74 75
ti 'l', teóricos. Esta autora aboga por emplear el término andro-
cas de las mujeres que fueron omitidas o mal descritas en la con-
',I/I() en lugar de sesgos masculinos que sería más propio de una
ceptualización de la experiencia humana.
1 l" ión que considere posible que los científicos tengan una vi-
En este punto, y aunque resulte un poco incómodo hablar de
.11I mundo neutral y que en algunos casos se les escapan de-
coincidencias entre posiciones sin tener desarrollado una de ellas,
es muy interesante reparar en la similitud entre la perspectiva que uru.ulos sesgos.
adopta Nelson y algunos de los desarrollos de las teóricas del punto
r 1I ,egundo lugar, destaca las críticas feministas a los modelos
li \.1\ donde las relaciones de dominación ocupan un lugar cen-
de vista. Por un lado, esta afirmación es cierta en el sentido de que
existe una asunción común de ciertos principios de la teoría femi I J\ (sle respecto aporta conocidos análisis como son los de Lon-
nista. Sobre esta coincidencia pienso que es de interés indicar la ar 11" V Doell referidas a la teoría de la evolución del hombre caza-
1 los modelos de biología molecular estudiados por Fox Keller,
gumentación de Nancy Tuana'". Esta autora defiende que el empi-
rismo de Nelson es un puente entre otros tipos de empirismo femi- 1, I! 1 .uid Hubbards", que enfatizan las relaciones de dominación
nista y la teoría del punto de vista. Para Tuana la filosofía de NeI- lin0, modelos biológicos, los trabajos de Merchant''! sobre la con-
son supera la división de la epistemología feminista en tres tipos I'lllodlzación de la relación entre ciencia y naturaleza en los albo-
-empirista, del punto de vista y postmoderna- fundamentalmente . I1I conocimiento científico y que persiste hasta nuestros días.
en los siguientes puntos: argumentando a favor de una nueva no- 11111111110, Nelson señala como propio de las críticas feministas el
ción de objetividad que tenga presente la experiencia como inter- 1.1001' en lo orgánico como un todo complejo donde priman las re-
subjetividad, eliminando la división entre ciencia y política, e in- illlll''I de cooperación. En esta línea, la investigación feminista
troduciendo las críticas feministas en las concepciones empiristas 111.11,1 la complejidad frente la linealidad. Un buen ejemplo es el
de la ciencia. Por otro lado, esta posible concordancia entre el pen- ,lidiO de Evelyn Fox Keller= sobre las investigaciones de Barbara
samiento de Nelson y la teoría del punto de vista feminista no pue- e 111l1OCk.
de ser total dada la oposición de esta autora empirista a aceptar la
existencia de un privilegio epistémico, ya que entiende la teoría del
punto de vista feminista como una puerta para el relativismo que
I implica la tesis de la inconmensurabilidad radical de las teorías, I '11 hizo referencia a los trabajos de esta autora en otras ocasiones, sin ern-
que interpreta como derivable del supuesto del privilegio epistérni- '1 .pll~iera destacar de su obra traducida al castellano El mito del gen (1999).
IIlbollo sobre e! campo de la genética en el que la perspectiva feminista apa-
co. Nelson considera que debe ser un objetivo prioritario de las re-
01, lorma transversal.
flexiones feministas desarrollar una teoría de la evidencia que per-
I '" ¡,/111 Carolyn Merchant en el momento de la configuración de lo que va a
mita dar razones para escoger una teoría frente a otra y se opone a 1.1• uncia moderna se acentúa la ruptura entre e! hombre y la naturaleza al
aceptar la indeterminación total. 1111'"que se transforma la imagen de la naturaleza como fuerza vital sustenta-
Desde la perspectiva de esta autora las críticas feministas a la l' de madre nutricia- en un recurso explotable. A partir de la Revolución
11'111111\ 01,[rente a la visión organicista de! universo, donde la suma de las partes
ciencia ocupan un papel crucial en la redefinición de la misma. Al- , \.1Igual al todo, se constituye una interpretación del universo como una rná-
gunas de las más destacables son ya de lugares comunes aceptados ¡tilll,1que se puede descomponer en las partes integrantes para su estudio, se
por la mayoría de las teóricas feministas. Nelson subraya, en pri- \!tl! 01,1orlar y diseccionar. La naturaleza al ser concepLUalizada como máquina

mer lugar, el carácter androcéntrico del lenguaje que emplea la 1111,1 .11 la esfera de lo manipulable por e! ser humano, el conocimiento ya no se
1r1!1I'I'xrlusivamente en términos de comprensión, sino de comprensión que
ciencia para describir fenómenos, en los modelos que adopta, en la 1l'l.\I'IlIlopoder sobre el objeto. De esta forma, la naturaleza y lo femenino -las
interpretación de las observaciones y los datos y en su desarrollo de 1111'1' \1" pueden ser dominadas porque son pasivas, ya que todo principio de
1i\ ,,1.111 se encarna en un sujeto masculino que se representa por la razón -el
Mcrchant (1983).
59 Tuana (1992). 1,1 1-ux Kcller (1984).

77
76
1.3.3. ¿Por qué no existe un abismo epistemológico
!III lOS trabajos de esta autora desarrollado junto a Ruth Doe1l64•
entre los científicos y lasfeministas?
l. I,rrito recoge la polémica sobre las teorías contrapuestas del
En este apartado las propuestas más relevantes de esta teórica 1'/(' cazador y la mujer recolectora en el campo de la evolución
toman forma a partir de los argumentos que dan respuesta a la Inilllllll.! mostrando cómo no hay una base sólida que nos permita
cuestión que figura en el título. Nelson considera vital para el fe 11'l\il'1'lItre ellas. El hecho de que en este trabajo se presenten estas
minismo tener la capacidad para incidir sobre la práctica científi 1,,_ I!.~~iscomo infradeterminadas por la observación de los hechos
63
ca con el objetivo de que las críticas feministas se tengan en cuen ubraye el carácter tan importante que adquieren las hipótesis
ta como un punto más en la construcción del razonamiento evi- 11,11,11 ivas, o el trasfondo de suposiciones en el lenguaje de Longi-
dencial para una teoría. Rechaza esta autora que las teorías sean 1) 1111 1Iignifica que a nivel general Longino defienda el relativismo
inconmensurables, que no podamos decidir entre dos teorías que 1111"quedó demostrado en el apartado anterior.
están en competencia, porque de lo que se trata mediante una Nrlson pretende huir de esta forma de entender la inconrnen-
perspectiva feminista es de conseguir una ciencia menos domina- Il,d 111 idad de Kuhn como tendiente obligatoriamente al relativis-
dora y excluyente para las mujeres. Para ejemplificar lo que en- 1', 1Iilpleando como vehículo una teoría de la evidencia -femi-
tiende por una posición relativista, a la que se opone radicalmente I~III que se basa en la teoría de la evidencia elaborada por Quine.
como ya se ha señalado, recurre a los trabajos de Kuhn y Longino. II¡' ¡,oS!;1 forma, establece la teoría de la evidencia a modo de salida
Formula sus críticas a Kuhn a través de una interpretación relati- !lI'.' 1.1 necesidad de escoger entre teorías en competencia así como
vista del famoso libro La Estructura de las Revoluciones Científicas. idll valores también en disputa. En trabajos posteriores amplía
Tomando una de las interpretaciones más habituales, y polémica lit, 1¡t'll1plos que emplea, aunque continúan perteneciendo al árn-
por la falta de acuerdo, de este libro, Nelson afirma que el proble- 1111",k la biología y recurre básicamente a los mismos argumentos.
ma de la inconmensurabilidad de las teorías para Kuhn significa 1.:111mía quineana de la evidencia, como ya fue comentado, se ea-
que la elección entre paradigmas rivales se realiza de una forma ¡¡ti 1iza por considerar que no hay evidencia observacional para
que podríamos decir que no es racional en un sentido clásico o, 1111 ,1 rcorfa concreta sino para amplios conjuntos de teorías. Esto
mejor dicho, no mediante factores internos a la propia ciencia. No 1" d leva entender la evidencia por parte de Quine como la capaci-
obstante, como se afirmó en la presentación del pensamiento de 11,,11Ir explicar y prever nuestras experiencias presentes y futuras
Helen Longino, existen interpretaciones globales de la obra de ,1111las experiencias pasadas, es decir, la capacidad de sisternati-
Kuhn que se decantan por ver una nueva concepción de la raciona- 111 I flujo de la experiencia. Nelson parte de esta comprensión de
lidad que para nada evita los criterios cognitivos como una guía en h! 1Videncia y enmarca toda la reflexión sobre la misma dentro de
la elección de teorías y establece la racionalidad como consenso. 11111oncepción de la filosofía de la ciencia naturalizada -que a su
Así, ante un problema tan complejo Nelson emplea las tesis de ( .. loma del planteamiento epistemológico de Quine. Para resu-
Kuhn de una forma poco profunda y orienta la interpretación de 11111 'l' puede afirmar que la perspectiva naturalizada parte de que
esta obra a favor de los argumentos que ella desea rebatir. Para 1111 II,IY separación entre la ciencia y otras disciplinas y que la única
defender la perspectiva relativista de Longino analiza uno de los 1111111.1 de hacer epistemología es científicamente, es decir, ern-
1''' .indo los resultados de las ciencias empíricas. En la filosofía de
1111«-ncia naturalizada que propone Nelson destacan tres criterios

63 Es preciso destacar que existe una preocupación común a todas las autoras
feministas interesadas en la epistemología sobre los canales de participación en
la política del conocimiento. 'ti longino y Doell "Body, Bias, and Behavior: A Comparative Analysis of
1/, 1\llllings in TwoAreas ofBiological Science" (1983).

78
79
como propios de una metodología apropiada. En primer lugar, ser ¡. l"ograma66. En primer lugar, el énfasis en las prácticas estable-
una filosofía conmensurable con la historia y práctica actual de la l." por las científicas feministas y los resultados obtenidos a nivel
ciencia, lo que implica tener siempre presente los estudios empíri- 11Iiliro por las mismas. En segundo, la suposición compartida
cos como una fuente de datos fiables. En segundo lugar, plantea 11i'11111.1 gran variedad de feministas de que los valores y procesos
basar las propuestas de esta filosofía naturalizada en las teorías e 1",11111 os y sociales integran la ciencia.
investigaciones científicas que repercuten en la teoría de la ciencia, I'.•ru terminar con la descripción de la teoría de la evidencia, y
como por ejemplo, la psicología empírica, la psicología social, la 111'"do presente que esta se convierte en un principio metodoló-
biología, la sociología, ... Por último, exige una consistencia en los I ti de la filosofía feminista naturalizada de la ciencia, esta queda
principios metodológicos debido a mantener el principio de racio- '111111.1 como sigue: "la evidencia que apoya una teoría, hipótesis
nalidad en el acercamiento a los factores sociales. Se debe apuntar 1 tllIgra ma de investigación en concreto está constituida por la ob-
que el tema de la racionalidad en Nelson no está tratado explícita- 1"111 16n, la que en sí misma está estructurada de forma notable
mente, dando lugar a una cierta ambivalencia a la hora de aquila- I I.ISteorías vigentes y otras teorías que juntas constituyen la teo-
tar a qué se refiere con racional y quién es el sujeto de la misma. I vigente de la naturaleza, incluyendo aquellas formadas por va-
Este tema será objeto de atención en un debate comparado con las IOIt, y creencias sociales."67 La relación evidencial que se establece
aportaciones de Longino en las reflexiones finales de este capítulo. '.11"esta definición se enmarca dentro de una concepción epis-
A los principios metodológicos genéricos para cualquiera filo- lt'IIIIII()gica holista del conocimiento que propone Quine y Nelson
sofía naturalizada, expuestos en el párrafo anterior, Nelson añade ,,1",1 Iibc. El holismo es una doctrina que afirma que los objetos de
la perspectiva feminista y defiende una filosofía feminista naturali- uiu.tstación empírica son cuerpos enteros de teorías. De aquí se
zada de la ciencia. Afirma a este respecto: hm,l que la relación evidencial que pueda haber entre oraciones
11",11 vacionales y oraciones teóricas no se articule en tantas rela-
"En algún lugar abogué a favor de los principios metodológicos co- n nus individuales como oraciones teóricas se consideren, sino
mo elementos de una filosofía de la ciencia naturalizada feminista. 1'" , por lo que respecta al nivel teórico, el término de la relación es
Describí lo último como un programa de investigación que comien- 1 1"('I'PO de teorías e incluso una red de teorías. Por lo tanto, la
za desde la tesis naturalista de que la filosofía de la ciencia es un
continuo con la ciencia, sujeta a los criterios señalados arriba y ,,¡.Inicia, positiva o negativa, que una o varias oraciones observa-
contribuye a su refinamiento, y toma las prácticas de las científicas ¡." 1.1les puedan aportar actuará a favor o en contra de estructuras
feministas y los resultados de las reflexiones feministas sobre la cien- Plllplcjas de enunciados, y no de enunciados aislados. Nelson des-
cia como fuentes de las que no se sacó provecho dentro de la disci- 11111las teorías como redes que conectan experiencias con otras
plina, ni en sus fuentes de investigación primarias. La importancia 1111icncias, las teorías son "puentes en nuestro hacer"68, son ins-
de tales fuentes, argumenté, corresponde con la tesis naturalizada de
que la filosofía de la ciencia es un continuo con la ciencia y con la vi- 1I11111t'lltOS creados por los seres humanos para establecer un puente
sión de ambas como empresas en evolución.t'<' 1111LIS estimaciones sensoriales y permiten, de este modo, organi-
lí'l:I experiencia.
Nótese que el marco de partida es la defensa de un programa
de filosofía de la ciencia naturalizada que sea específicamente fe-
minista. Dos son las características genéricas para el desarrollo de
f,f, Nclson (1994).
fl N •.lson (1996, 100).
f,M 1,,1expresión "bridges of our making" es habitual en esta autora, que toma
ti" ',I.ul.1 de Quine, y que da título al capítulo quinto del libro Who hnou» (1990),
65 Nelson (1996,99). !I , 11(111:explica que entiende por experiencia.

80 81

~~II
En la opinión de Tanesinis? se pueden diferenciar dos forma, h!~I:nmunidades epistemológicas el lugar o espacio donde se
d_e enfocar el tema de la evidencia en la obra de NctsOll:-PropOIH ¡ I1 1'1 conocimiento. De esta forma, los análisis filosóficos -y
una primera explicación de la evidencia como coherencia, es deci 1, !¡~LI1> de la ciencia deben centrarse en las comunidades cien-
la evidencia sería la coherencia tanto con las experiencias propia, IN, 111 sus teorías y prácricas". Deja patente que asume como
del sujeto como con las teorías que hacen posible estas expericn 1(' l.rs contribuciones más novedosas del feminismo a la epis- .
cias. Tanesini apoya esta afirmación basándose en las siguiente, 1111glo'la importancia que la mayoría de las autoras otorgan a
palabras de Nelson: 1I1I1IIIidades en el desarrollo del conocimiento; así asume por
\1111de cualquier duda que la defensa del empirismo no está
"nuestras teorías están interconectadas de tal forma que los cambio, I ¡lIgula al individualismo como tradicionalmente se considera-
en una reverberarán sobre las otras y estas consideraciones se aplican 1';111.,la teorización epistemológica que realiza, a lo largo de su
a la epistemología no menos que a otras teorías; que la teorización IIW" libro, sobre el empirismo feminista desemboca en la asun-
que hacemos como científicas no es diferente en la forma de la teori
1I dI que quién conoce -"Who Knou/s'í"> es la comunidad, no
zacrón que hacemos como no especialistas o filósofas, y todas esta,
1 actividades están interconectadas; la visión de la coherencia -con IIIIIIViduos. Véase como queda recogido en sus propias palabras:
1
nuestras experiencias y con nuestras teorías- es el estándar rentable
que usamos al juzgar si teorías y creencias están justificadas.V'' hlas consideraciones se sostienen desde la perspectiva de que son
1
11, romunidades o los grupos los que adquieren y poseen el conoci-
1
11111nro y que centrarse en los individuos en epistemología es algo
En escritos posteriores a 1990, fecha de publicación del libro
ui.rpropiado. Los individuos 'tienen' creencias y lo saben, pero sólo
Who Knows donde se percibe más claramente la primera acepción el! se-ntido derivado. Las creencias y su 'conocimiento' dependen del
de la evidencia, Nelson acentúa el carácter de la evidencia en rela- 1I IIguaje público y el esquema conceptual que lo encarna y lo que
ción con el poder de explicación de una teoría. Tanesini, para apo- I unoccn y creen está limitado por los estándares públicos de eviden-
yar este segundo sentido de la evidencia, recurre a un artículo de 11.1.Los agentes primarios epistemológicos son los grupos -más pre-
Nelson de 1993 sobre el papel de las comunidades en el conoci- 1~".lll1cnte-Ias comunidades episternológicas.V"
miento. AqUÍ Nelson expone varios argumentos a favor de que las
L..os individuos tienen conocimiento en sentido derivado, es
experiencias son más propias de las comunidades epistemológicas
II! en cuanto que miembros de una determinada comunidad en
que de los individuos que las constituyen, dando lugar, de este
1'1111111 aprenden el lenguaje natural y son capaces de imprimir sen-
modo, a una interrogación sobre el carácter comunitario o indivi-
ti lt I .1 las estimulaciones sensoriales mediante estándares de evi-
dual de la evidencia. A modo de ejemplo para esta discusión anali-
Irll' l.' compartidos por la comunidad. Los agentes de la episterno-
za el soporte evidencial de los protones, suscribiendo tesis como la
Inl\\.I \011 personas que poseen un cuerpo determinado y están si-
que sigue: "De aquí, una respuesta a la cuestión 'huál es la evi-
,,,,,l.,., en un contexto social específico e histórico ". Acorde con es-
dencia de los protones?' tiene tres aspectos inseparables: sus com-
1,1.rllunación, y con su compromiso con respecto a la importancia
patibilidades con otras cosas conocidas, su poder explicativo y su
1111 s(,' concede a la situación en las episternologías feministas,
coherencia con la experiencia"?'.
If.lIl1ll' que es un rasgo esencial de los agentes cognoscentes. Nelson
El intento por definir la evidencia corre paralelo a la reflexión
sobre la naturaleza del sujeto cognoscente. Nelson defiende que

, Nclson (1996, 101).


69 Tanesini (1999,103). 1 1':'IC es el significativo título del libro.
70 Nelson (1990,28). I Nclson (1990, 256).
71 Nelson (1993, 139). , Nclson (1993).
11

82 83

I~~I
,1

establece tr~s objetivos a cumplir por esta concepción: primero, Nclson no encuentra problemáticas estas cuestiones. Para ella,
huir del individuo como recipiente vacío que asimila el conoci 11I1t)(lclode comunidad epistemológica son la comunidades cientí-
miento sin ser fuente de actividad, segundo, que la concepción del 11'1'" pero también deja abierta la posibilidad a que existan subco-
sujeto no sea un punto aislado sino un verdadero nexo con las res 1IIIIIdades9..-uese desvíen de los estándares de las primeras cornuni-
tantes características de su epistemología Y2 en tercer luga.s gue sea I.,dl,. Desde esta óptica se hace comprensible la siguiente cita:
compatible con las experiencias feministas.
Es preciso destacar el especial interés que tiene esta autora en "También existen subcomunidades que han generado conocirnien-
defender el sujeto de conocimiento frente a los posibles desarrollos loS y estándares que desafían aspectos de un gran cuerpo de conoci-
de las epistemólogas postmodernas que abogan por su eliminación, uiicntos y estándares compartidos. Algunos ejemplos de estos son las
v.iriadas subcomunidades de filósofas feministas, comunidades que
especialmente Susan Hekman, aunque también alude en sus co-
lomparten algunos (pero no todos) los conocimientos y estándares
mentarios a Harding y Haraway. Nelson tiene clara la necesidad dI' la comunidad filosófica, y la comunidad epistemológica en virtud
de superar una dicotomía presente en el campo de la epistemología dI' su 'canon', asociaciones profesionales, y el reconocimiento como
en general, y en la filosofía de la ciencia en concreto, pues piensa disciplina académica. De mayor importancia es que las filósofas
que no beneficiaría en nada a una perspectiva feminista. La dico- I ompartan el conocimiento y los estándares generados y compartidos
tomía a la que se refiere toma diferentes formas: modernidad vs. por las comunidades feministas, comunidades a las que sus objetivos
postmodernidad, cartesianismo vs. superación de la epistemología, políticos han llevado, entre otras cosas, a repensar las categorías y
.isunciones de disciplinas académicas (incluyendo la filosofía) y
objetivismo vs. relativismo, fundamentismo vs. postfundarnentis- I icncias, y al desarrollo de categorías y ontologías, teorías y metodo-
mo; cualquiera de ellas implica desde su filosofía una pérdida para logías que son capaces de descubrir las experiencias de las mujeres y
el feminismo, ya que el objetivo es conseguir una filosofía que va- n-construir y reevaluar la experiencias de hombres y mujeres.Y"
lore la construcción sin caer en el hiperconstructivismo, pues este
impide escoger entre versiones diferentes del mundo. l .a imagen que nos transmite este párrafo es más o menos la
Las comunidades como agentes del conocimiento tienen un igllll'nte: dentro de la sociedad general hay diferentes cornunida-
rol dinámico, ya que construyen el conocimiento a lo largo de la le, que comparten las teorías y los estándares del sentido común,
historia y, al mismo tiempo, están limitadas por la experiencia por- 1111 ,~ocada comunidad comparte determinados conocimientos yes-
que no todas las construcciones se adaptan igual a la rcalidad/" "'lllIl.lres de evidencia empírica, pero aún podemos distinguir sub-
-esto en base al poder explicativo de unas respecto de otras. Por lo I nuumidades que aportan nuevos conocimientos y estándares. La
tanto, la tesis de Nelson es que la comunidad es el agente de cono- Irllllsa de las comunidades como el lugar para el análisis filosó-fico
cimiento porque la evidencia es social, es decir, nuestras experien- 1" 1.1ciencia ~l segundo principio metodológico" de su filosofía
cias son sociales y sólo dentro de una comunidad las estimulacio- 1t'llIlllista de la ciencia naturalizada -recuérdese que el primer
nes sensoriales cobran sentido. Sin embargo, no es un problema de 1"IIIIipio era la teoría de la evidencia-o Así, cumpliendo uno de los
mera coherencia, porque hay teorías que organizan mejor las esti- !!"ljllisilOSde su propio programa de filosofía naturalizada, afirma
mulaciones sensoriales que otras. Si 1)0 fuese así ccómo iban las '(111las comunidades pueden ser analizadas y evaluadas mediante
feministas a defender una teoría como mejor que otra que es an- uulios empíricos. Siguiendo este patrón de razonamiento la autora
drocéntrica? Claro que el problema es hómo pueden las feministas l' 1111 luye que para saber cómo se genera el conocimiento en una
elaborar patrones de evidencia alternativos a los que reciben dentro l'''lcIl1010gía feminista naturalizada lo que tenemos que someter
de una determinada comunidad?

Nclson (1993, 149).


76 Nelson defiendeuna ontologíarealistaque como en Longinoes minimalista. H Nclson (1995), (1996).

84 85
a análisis es el conocimiento y la experiencia feminista, ya que el Ilq(' en Quine la neuropsicología sólo es una de las ciencias
conocimiento feminista se articula justamente en las comunidades mu-rvienen en la explicación epistemológica. En la óptica de
feministas. '-'111('S preciso tener presente la sociología y las relaciones que se
Nelson considera el conocimiento como un proceso en el que ,,'"1'11'11entre los individuos. Aunque la idea es muy sugerente,
intervienen sujetos, es decir, personas con un cuerpo determinado 1,111que solamente está esbozada en este momento de elabora-
y situados en un contexto histórico y social. Es justo en esa situa 11111su propuesta empirista y necesita de un análisis más pro-
ción, también denominada experiencia, donde el género es una ea 1" pMa convertirse en una interpretación alternativa.
tegoría analítica importante. Esta autora defiende que los sujetos 1)obstante, la visión que Nelson mantiene sobre el papel del
epistemológicos son las comunidades, los individuos que las for livid\lo en el conocimiento, a lo largo de toda su obra, se aleja
man comparten y construyen el conocimiento, así como los patrones , ,d.lllleamiento de Quine. Como se señaló antes, asume que el
de evidencia. Son justamente estos, los patrones de evidencia, en 1" 1"1110debe abandonar el individualismo para permitir la en-
l~ue esta autora intenta asentar la importancia de 1as categorías .1.1dI' los factores sociales en la construcción del conocimiento.
feministas, pues el objetivo del empirismo feminista es alcanzar, 111muy presente las críticas de Jaggar y Harding al empirismo.
dentro de las limitaciones de la experiencia, modelos de evidencia r.uurute Jaggar, en un libro clásico de la teoría feminista, Femi-
~ se expliquen teniendo presentes las diferencias de género. l'olltics and Human Nature (1983), critica duramente el femi-
11111 liberal y la que considera su epistemología concomitante, la
lI,dll.,la, por entender la naturaleza humana de forma individua-
1.3.4. Una posición difícil: feminista y quineana
!tI, 1',Ira Jaggar la tradición epistemológica asociada con el libera-
Como ya se indicó en reiteradas ocasiones, Nelson opta por la 11_11111 ('S la que se desarrolla desde el siglo XVII con Descartes y
filosofía de un autor empirista que considera más próximo a los in il' 1IIIIlaforma en el siglo XX en la filosofía analítica. Esta tradi-
tereses feministas, en el sentido de que Quine no es un empirista '1111onsidera la consecución del conocimiento como un proyecto
radical y, de esta forma, reconoce la importancia de la construcción 1I.tllldual donde la tarea de la epistemología es formular las reglas
social en la formación de la evidencia. Sin embargo, dos puntos de 1111 Iu-rmitan a los individuos llevar adelante ese proyecto con éxi-
la filosofía de Quine se presentan como especialmente espinosos l' I mayor compromiso que tanto el racionalismo como el empi-
para Nelson, la noción de sujeto y el problema de los valores y su 1,,11111 .idquirieron ha sido con la posibilidad de establecer un ea-
función en la ciencia. Con respecto a estas dos cuestiones decide 1"11dI' objetividad, entendiendo por tal un punto de vista total-
distanciarse de las tesis de Quine y establecer una posición propia. 11(11111 neutral, es decir, la del individuo abstracto que no refleja
En la filosofía de Nelson se percibe con claridad la necesidad de lillHIII' interés de grupo. Jaggar estima que el argumento es claro,
tomar distancia de la concepción quineana del agente epistemológi- 111 hay posibilidad de modificar estos principios del empirismo por-
co. De ahí que Nelson exprese su reconocimiento de las interpreta- I"I~.von las propias condiciones de posibilidad de esta epistemolo-
ciones más habituales de este autor que enfatizan la dimensión in- ¡,I, ruronces, no resulta una concepción adecuada para un proyecto
dividual del conocimiento que, a su vez, confiere a las comunidades Irlllillisla. Por otro lado, Harding tiene una argumentación seme-
el nivel de meros agregados de individuos. En esta línea, y cum- j,IIIII·7'1en tanto que ve en el individualismo la raíz de la concepción
I11111
pliendo con el programa de naturalización, la epistemología sería 1111111 ista y, para esta autora, si se pretende negar esto, lo que con-
~ una prolongación de la neuropsicología y la única forma de analizar 111 11lOSes subvertir el empirismo y que éste deje de ser tal.
la ciencia sería desde la ciencia misma. Sin embargo, esta feminista
no se conforma con esta afirmación que cree no agotar el potencial
interpretativo de la obra de Quine y apunta, más que desarrolla, la
idea de que teniendo en cuenta la teoría del aprendizaje social del '1 Ilarding (1986a), (1991a).

86 87
;;~;

Como contraargumentación Nelson articula el siguiente razo- 1/,1111.15 teorías. Claramente éste es uno de los puntos de más ten-
namiento. Se debe acentuar la atención que se presta al análisis de í, 1\ 1 respecto a otras tesis de epistemólogas feministas, especialmen-
la naturaleza de las comunidades epistemológicas y no al análisis l." teóricas del punto de vista feminista. Cuestiones como las que
de la naturaleza del conocimiento para percibir la ayuda que las 14111 11 afloran delante de la filosofía de Nelson: ¿acaso no cambia
comunidades pueden prestar a la conjunción del empirismo con el dee el sistema categorial cuando introducimos una variable que
feminismo. Este análisis detallado, que como se indicó en el apar- j!n 11 nde mostrarnos justamente la incoherencia de este sistema?,
tado anterior sólo se puede hacer empíricamente, conduce a NeI- '1111 es realmente la perspectiva feminista?, ¿qué significa valorar
son a considerar las comunidades feministas como subcomunida- I,! , vpcriencia de las mujeres?, ¿qué es una comunidad feminista?;
des científicas, filosóficas, ... que modifican parcialmente lasteorías 1" ,!lIl' es más, hómo surgen del sentido común valores novedosos
<:kjas comunidades de origen. De ahí que: "Dada la noción de una ¡'"10 los feministas?, ccómo podemos escoger entre ellos?, hómo
comunidad epistemológica, podemos comenzar a caracterizar eellllunican culturas muy distintas que tienen comunidades cien-
algunos aspectos del estado actual de la ciencia diciendo que una ilIo." en común?, ¿podemos valorar científicamente las prácticas
comunidad de científicas feministas y una comunidad de colegas I~I.'S de culturas alejadas?, ¿qué valor de resistencia individual le
no feministas difieren en los términos de un número de teorías. 1'11 d., a los miembros de las comunidades?, ¿el individuo no tiene
Desde luego, no difieren en los términos de todas las teorías, pues . 1',11 idad de respuesta?, hómo evitar la circularidad de que sean
la inconmensurabilidad no es la consecuencia."80 II!" euruunidades las que elaboren los estándares de evidencia y des-
Nelson entiende que mediante la realización del trabajo empí- Pll' " (-stos sean escogidos en función de su capacidad explicativa pa-
rico sobre las comunidades se puede analizar las prácticas y las ex- 1 1111.' comunidad?, hómo superar la circularidad en el estudio de
periencias de determinadas comunidades en relación con la socie- L"o eumunidades feministas?
dad o comunidades más extensas como forma de explicación sobre Considero que el problema de la circularidad se muestra de
lo que separa esas comunidades y evaluar las diferencias. A juicio IIIIIII.IS diversas. Así, cuando sostiene que no hay experiencia ernpí-
de Nelson es a través de la investigación empírica como el femi- f h,l que no esté guiada por una teoría previa que se establece en
nismo encuentra la vía que le posibilita someter a análisis y control WIoI 1 ornunidad determinada, esa teoría establece los estándares pa-
empírico los valores, las teorías y las creencias políticas y sociales 1 '1"(, algo sea considerado como evidente. A su vez algo es eviden-
que intervienen en el conocimiento. Por lo tanto, el empirismo fe- 1 es empíricamente adecuado. El concepto de empírico está un
minista permite reconocer la naturaleza colectiva de la experiencia \1110 diluido ya que Nelson quiere huir tanto del positivismo como
y la teorización feminista. En conclusión, según la autora: "Lo que Id eunstructivismo, pero ¿dónde nos quedamos? Esta circularidad
estoy sugiriendo es que el desplazar la atención hacia las comuni- 11111 teoría y experiencia parece que nos lleva a un callejón sin sali-
dades excluye la conclusión de que el empirismo feminista 'sub- I!I. L..rs críticas a la ciencia sólo se pueden realizar desde la propia
vierte' el empirismo. El desplazamiento que evoco no subvierte el írll( i." pero ¿no procurábamos introducir lo social en el análisis
empirismo, fundamentalmente lo altera."81 Id eunocimiento para huir de los análisis internalistas?, ¿dónde es-
Uno de los grandes problemas de este enfoque es que lo que es- 1.1 posibilidad de dar voz a las excluidas? ¿acaso estas subcornu-
tá de fondo es una concepción de la perspectiva feminista como un 111' 1.11 les no generan conocimientos y estándares de evidencia?
añadido corrector. La perspectiva feminista puede añadirse a cual- Nclson pretende superar muchos de estos interrogantes a tra-
quier discurso establecido, que como dice Nelson, sólo cambian de otro aspecto que la distancia de Quine, la elección entre va-
l! 'le, A lo largo de toda esta exposición lo que permanece latente
la I rítica al concepto de objetividad clave del empirismo, la obje-
80Nelson (1990,296). IlvlIl.ld como neutralidad. Nelson plantea esta crítica desde una
81Nelson (1990,297). nmla novcdosa explicación del compromiso cartesiano con el sujeto

88 89
desincardinadof? capaz de establecer un criterio totalmente objcu i'l"!YAddelson'" e introducir un comentario sobre un pequeño
vo para el conocimiento verdadero. Termina concluyendo que 1:" ljil dl' Louise M, Antony'" que se considera muy ilustrativo de
.116 ,1 los que se enfrenta la naturalización de la epistemología
feministas necesitan articular un nuevo concepto de objetividad
que les permita escoger empíricamente entre valores en competen i 11 ti '.1.1.

cia. Obviamente se distancia de Quine porque para éste los valores 11111'Duran basa su propuesta en el interés que tiene para el
estaban totalmente fuera de la ciencia, continúa manteniendo 1.1 111111"\10 conocer cómo operan los sujetos cognoscentes y no có-
diferencia entre hechos y valores heredada del positivismo, micn di 1H rían operar s~etos ideales. Acude a los análisis de Carol
tras que esta autora acepta que no hay tal diferencia. La propuCSl.1 I')\illl ,1 modo de analogía útil para entender su propuesta por-
de Nelson deja por realizar la tarea de elaborar una teoría ferninist.t I 1l\I~idcra que esta autora realiza una investigación de cómo
,i 1\1de hecho los sujetos morales y qué implicaciones tienen sus
empírica sobre los valores. La labor del futuro es sugestiva, pCI(I
11111I,ISpara el razonamiento moral. La epjstemología feminis-
también compleja.
1,1\11 de gue los sujetos tienen conocimientos, luego el objetivo -/x-t<
1,'1,1 ntrañar como son adquiridos esos conocimientos. Duran
i!l~'III,:Isu obra más destacada, realizando un análisis de carácter
IHII'I ntrico tanto de la teoría analítica del conocimiento como de
1.4. NATURALIZACIÓN DE LA EPISTEMOLOGÍA FEMINISTA:
r.!1 í:1naturalizada. Sigue en la exposición un orden cronológico
JANE DURAN, LOUISE M. ANTONY,
I"N diferentes autores consiguiendo un pequeño mapa, excesi-
KARTHRYN PYRE ADDELSON y EUZABETH POTTER
iiellll' genérico, de las corrientes preocupadas por el conocí-
En la actualidad cobra cada vez más fuerza la convergencia CII 11111 en el último siglo. A continuación introduce una reflexión
tre las epistemologías feministas y los desarrollos naturalizados de 1.1 !¡¡'C I.I~teorías feministas, aunque lo que hace es describir los tra-
filosofía de la ciencia. Así, la denominada epistemología [eministu ¡¡¡I. IIloS de Evelyn Fox Keller, Sandra Harding y Susan Bordo.
naturalizada= merece que se le de un tratamiento propio. La frucu 101I'~pecial atención en Fox Keller a la tesis de que el andro-
fera relación entre la epistemología naturalizada y el feminismo M !!Id'"10 de la ciencia descansa en la estructura de género mascu-
basa fundamentalmente en la coincidencia de estas dos corriente- II1'lile adquieren los niños durante la infancia y la adolescencia,
en varios puntos determinantes para una concepción episternológi 1111 udo el modelo de la teoría sicoanalítica de las relaciones obje-
ea como son, más en concreto, la preocupación por describir cómo Ir" 1k Bordo destaca la crítica que realiza al cartesianismo por
adquieren el conocimiento los sujetos, el abandono de la diferenci.i 1, I origen más claro del desprecio por lo corporal que existe en la
entre contexto de justificación y contexto de descubrimiento o 1 1 11~ldnación del conocimiento occidental.
énfasis en la interdisciplinariedad. Siguiendo este principio de ill "1 detiene con especial interés crítico en las tesis de Harding
terdisciplinariedad algunos trabajos como los de Elizabeth Pottcr 11 1;1e 1'1empirismo. Ve en los desarrollos de esta teórica del punto
Karthryn Pyre Addelson están enraizados en los estudios de socio 11; VIS!.Ifeminista una concepción muy limitada del empirismo al
logía del conocimiento. Aquí se optó por exponer con detalle I1 i !elll'r presentes las corrientes más actuales y referirse únicamente
pensamiento de Jane Duran'", referenciar las contribuciones di

I'uuer "Gender and Epistemic Negotiation" (1993), Potter "Good Science


82 Muy similar a la que defiende Susan Bordo en Flight to Objetivity (1987), ",11 ,0011 Philosophy of Science" (1995).
83 Nelson es posiblemente la autora más importante dentro de esta corricnu " .\oIoIdson "The Man of Professional Wisdom" (1983), Addelson "Kno-
Se optó por dedicarle un espacio propio por la extensa obra que tiene y por \1 1
1 I 1I1I"sand their Moral Problem" (1993).
una autora clave en lo referido al empirismo. \lIlOny "Quine as Feminist: The Radical Import of Naturalized Episte-
84 Duran, Toward a Feminist Epistemology (1991). 1I1,1"~ly" (1993).

91
90
al empirismo de corte cientificista, como ya se ha señalado en otras m.ilítica, para construir una epistemología feminista. Propone
ocasiones. Como se defenderá más adelante, Harding no despreci.i 1',11'.11'en las aportaciones actuales de la filosofía analítica la que
tanto el empirismo como parecen interpretar la mayoría de las auto ¡. 1.11se presta a su proyecto; obviamente para ella son las versio-
ras, de hecho, el concepto de objetividad que pretende formular <':11 III.ís recientes de la epistemología naturalizada.
los últimos escritos tiene deudas importantes con las críticas y teori \Igo curioso de esta pensadora es que, en su afán de eclecti-
zaciones del empirismo feminista filosófico. 11111, afronta la posibilidad de establecer una epistemología ernpi-
El trabajo de Duran consiste fundamentalmente en resumir ('1 1,1ícminista desde la confluencia de la teoría del punto de vista
libro The Science Question in Feminism destacando las críticas al 11111 lista y la epistemología naturalizada. Duran reconoce el
empirismo que establece Harding88. Para ésta la perspectiva empi 1,''' In determinante que para la teoría feminista han tenido algu-
rista está fundada sobre unos principios androcéntricos que la in 11(·los planteamientos de la teoría del punto de vista feminista,
capacitan para el proyecto feminista. Duran, al igual que Longino '"1 1rtamente señala los de Hartsock y Flax. Tilda de común en la
y Nelson, reconoce que el empirismo es una corriente androcéntri IltI'.lIna de estas autoras la forma de analizar tres modos de fun-
ea, pero piensa que Harding no realiza un análisis lo suficiente 1111.11pr2Qios de las mujeres: contextualización, conciencia co-
mente profundo de las corrientes que lo integran pues estaría in IIIIIt ólti~ conciencia corporal. Estas características fueron cons-
clinada desde el principio a optar por la teoría del punto de vista. II"Lls socialmente sobre la división sexual del trabajo que llevó a
Considera Duran que incluir todo el empirismo en un mismo 1.1CUII{()rmación de experiencias vitales distintas en función del gé-
apartado es tener una perspectiva más bien conservadora, dado qlH' nr Ii. Esto sign ifica que desde la óptica de Hartsock y Flax la expe-
en las últimas décadas se desarrollaron acercamientos empiristas ;¡ ",11 de las mujeres es una categoría epistemológica a tener en
los problemas del conocimiento que intentan superar los viejos 111'111.1. Estos rasgos, que las teorías del punto de vistan presentan
principios y que en ocasiones coinciden parcialmente con posicio '11111propios de una epistemología que se entienda en clave ferni-
nes feministas. II~I.I, han sido motivo de teorización en las últimas dos décadas
En esta línea formula el objetivo de su análisis de la siguienu tlllllll por parte de las feministas, señalado ya en diferentes ocasio-
forma: "La filosofía analítica contemporánea nos proporciona un.i ,1 lo largo de este trabajo, como por la filosofía analítica natura-
larga, elegante y pormenorizada historia del trabajo preciso CII 11/,111.1 que para Duran estaría representada fundamentalmente por
epistemología. Pero muchos de los puntos de vista que han caractc 11 d.1IY Kornblith. Sobre estas características Duran propone elaborar
rizado gran parte de este trabajo son apodados de androcéntricos, 1111urodelo ginocéntrico naturalizado de justificación epistémica.
ciertamente lo son. ¿Es posible utilizar estos aparatos androcéntri 11fmlnulación, tomada de [ames Corman, implica la superaciónl
cos para abordar tareas feministas? Es a esta cuestión a la que ahor.i ti 1111'1 problemas del coherentismo clásico a través del tratamiento
volveré."89 Se tratará de resumir la respuesta a esta cuestión qu(', tUIt o del contexto y de diferentes aspectos derivados de los estu-
desde luego, es el caballo de batalla de todas las teóricas empirista» hil" de filosofía de la mente y de las ciencias cognitivas.
y también de las seguidoras del punto de vista feminista. Duran I ruran denomina esta propuesta CCP, Principios Cornunicatt-
afirma que sí se puede emplear el empirismo, en concreto la filoso • 11 Contextualismo, y defiende que en ella están presentes clara-
111'111('la contextualidad y la comunicación, deduciéndose la corpo-
l. I.\(I del papel quejuega la comunicación interpersonal entendi-
88 Se debe reconocer que el libro de Sandra Harding marcó muchos de 1m 1.1111su aspecto intensional. Esta autora está a ofertar una teoría
debates sobre la epistemología feminista que se dieron posteriormente. Posible
mente una de las razones de esta relevancia fue el carácter de estudio sisternát iru dlf rentista de la justificación que adjetiva de feminista porque
de un campo de reflexión que estaba en un estado aún muy disperso y crnbrin Ill'III en cuenta el contexto, la interacción comunicativa y el cuerpo
nano. ¡¡ M'lIlieJo sensitivo. Como un añadido a esto esboza la posibilidad
89 Duran (1991,99). Il1 rr.ilizar una consideración computacional sobre tal programa.

92 93
No se aborda pormenorizadamente este modelo de Duran, pues 1i1l1~1.1 es el de Louise M. Antony'". Esta autora rechaza un plan-
requeriría un tratamiento específico de los temas relacionados con .murnto de la epistemología feminista meramente procedirnenta-
la filosofía de la mente o la filosofía de la psicología realizados en la 11',1,1qlle reduzca la función del feminismo a ser acompañante de
órbita del feminismo que excede la temática de este libro. Illtlqllicra disciplina; por el contrario defiende una concepción sus- 0
A modo de reflexión final, quisiera extraer alguna conclusión 111 h,I de la epistemología que permita discernir entre aquellos de-
general de las aportaciones de esta autora. Continúa enfrentándo uullos específicamente feministas de los que no lo son. El proble-
nos con la necesidad de no desperdiciar el trabajo empirista que se '-' IplC Antony establece aquí en relación con el conocimiento tiene
ha realizado hasta la fecha y relacionado con las propuestas femi illl I,Irga tradición de debate tanto en el feminismo académico co-
nistas articuladas desde la teoría del punto de vista. Sin embargo, i 1'11los movimientos de la calle, a saber, bien el feminismo o las
cae en un esencialismo a la hora de interpretar las propuestas de tll l' II'S deben dar su perspectiva en actividades y concepciones que
Hartsock y Flax. Es decir, presupone que las características de con , , .uuparten -ejércitos, reparto de poder. ..- bien justamente el en-
textualidad, comunicación y corporeidad son propias de las rnujc 'I' 11 icminista o de las mujeres debe caminar en el sentido de la
res -en principio de todas- y en algún caso parece como si recu ! 1,11111 ación de aquellos proyectos que considera perniciosos. La au-
rriese a que lo son así por su naturaleza. De hecho, comentando la rll ~('Ilala un dilemª--muy representativo referido al conocimiento:
conciencia corporal acude a argumentos como la cercanía mayor de 111.:1 UII las feministas intentar hacer una sociobiología feminista o
la mujeres al dolor o a la vida por el hecho de ser dadoras de la h "di la teoría sólo cabe la crítica y superación de la sociobiología?
misma. Es una autora que mezcla muchas cosas y no aclara lo su Antony considera que sería preciso desarrollar la epistemología)
ficiente su postura; esto es evidente si se piensa que promete elabo 111111 isia en un sentido sustantivo y no como puro proceder, aún I
rar una epistemología
coherentista
feminista
de la justificación
y lo que nos ofrece es una teoría
de enunciados'". Además, coincido
con Tanesini'" en la escasa, o más bien inexistente, tematización
.,,11 ndo el riesgo de que las feministas mayoritariamente
.t posición común respecto al conocimiento'".
", 111..1un tanto retóricamente
rechacen
Para tal fin co-
por establecer la cuestión: ¿necesi-
+
I

del tema de los valores en el conocimiento, esto puede ser conse !III'" una epistemología feminista? La interpretación de este inte-
cuencia justamente del problema comentado anteriormente, en 11I/;oI11IC va a conformarla propia respuesta. En un sentido, si la pre-
tender por epistemología una teoría de la justificación. 11111.1 se entiende como que hay cuestiones o problemas específicos
En este repaso por las propuestas naturalizadas de la epistemo- 1"'_ surgen como resultado del análisis, concienciación, o experien-
logía feminista es preciso destacar que todas las autoras comparten 111 hminista que cualquier epistemología adecuada debe ser capaz
una preocupación por la generalizada exclusión de la filosofía analí Ir' .uomodar entonces la respuesta es sí; en cambio la respuesta es
tica de las agendas de las teóricas feministas. Uno de los trabajos que !In ',1 I\C interpreta en el sentido de qué se necesita para acomodar
expone con mayor claridad los problemas de negar esta tradición por l' 1ucstiones a investigaciones y proyectos alternativos específi-
su carácter inherentemente falocéntrico'" y la pérdida de perspecti Ijlllllle feministas para evaluar los marcos de trabajo que son ade-
vas que esto supondría para el desarrollo de una epistemología Ú' [llldos cpistemológicamente hablando'". En el pensamiento ferni-

iI \lIlOny "Quine as Feminist: The Radical Import ofNaturalized Epistemo-


90 Sobre las posibles vías de vinculación entre las teorías c~herentistas y la )"' (11)93).
epistemología feminista véase Alcoff Real Knowing. Neto Versions of the Coheren I No entra en este punto a debatir con otras autoras pero claramente las
ce Theorv (1996), Hekman "Theories ofBackground" (1999).
1i,li' 1" l.ulas son las teóricas del punto de vista y las postmodernas.
91 Tanesini (1999, 122).
1, 1'.~la cuestión se formula de forma muy semejante en otros ámbitos del fe-
92 Se emplea esta terminología más propia de las teóricas francesas porque e~ !l1t11"1\(). Así, las teóricas políticas reflexionan sobre la necesidad o no de una
la que establece la autora objeto del siguiente comentario. 111111.1 h-minista de la justicia. En la misma línea Celia Amorós aborda el sentido

94 95
nista no hay una posición común ante este dilema aunque muchas IPI,dlzado. No profundiza en esta intuición y sólo la enuncia,
autoras creen que es un diseño legítimo la posibilidad de realiza: 111 liI,1que este modelo es mejor porque se centra en el sujeto cog-
una epistemología genuinamente feminista. En lo que sí habrf.i , , 111('Y no en lo conocido pero no va más allá. Este trabajo es
consenso es sobre lo inadecuada que resulta la filosofía analític.i l uru-resante por los problemas que pone encima de la mesa que
! 1,,, soluciones, dado que no las ofrece. Esta autora debería en-
para las necesidades de teorización feminista. Antony desafía esto,
I! i ,11se dentro del llamado empirismo feminista espontáneo, ya
dos puntos: por un lado, algunas corrientes de la filosofía analítica
..,..son adecuadas para el proyecto feminista y, por otro, considera qUl .11«le su perspectiva el trabajo feminista no va a transformar la
no debe haber epistemología propiamente feminista sino un desa l,t~I' Illología sino que está llamado a realizar una especie de labor
rrollo feminista de una epistemología asentada y que funciona. I !tl lora. En este sentido afirma: "Argumenté que no es estricta-
Obviamente se está refiriendo a la filosofía analítica, en concreto ,1 1111necesario una transformación conceptual de la teoría episte-
la denominada epistemología naturalizada que tiene su origen en 1',¡(Hapara conseguir una epistemología feminista. Necesitamos,
Quine. Otra vez aparece la filosofía de Quine como la más próxima !,llIllera instancia, una transformación política de la sociedad en
al feminismo, en esta ocasión Antony hace hincapié en las críticas 1"1 la teorización sobre el conocimiento tiene lugar'?".
de este autor al fundamentismo, y que son compartidas en parte ( 'omo contrapunto a los análisis centrados en la filosofía natu-
por las feministas. Las propuestas de esta pensadora inciden sobre 1I1,1I1ade la ciencia es oportuno comentar las consideraciones de
las críticas a la concepción moderna de la objetivad y en la visión li/.I\!l'th Potter y Kathryn Pyne Addelson. Son pensadoras que se
holística de la justificación que proporciona una base teórica par:t 111\'1'11 en el campo de lo que sería una naturalización de la socio-
algunas reflexiones feministas que surgen del trabajo crítico. IHHil' del conocimiento científico. Frente al individualismo que An-
El objetivo, entonces, es mostrar qué ventajas tiene una epis II~ muntiene, propio de la filosofía quineana que suscribe y de lo
temología feminista y oponerse, de igual forma, a la idea de que la~ 111". dió cuenta en el apartado dedicado a Nelson, estas dos auto-
I~ Iwrriben como necesario tomar como sujetos de conocimiento a
corrientes dominantes son irremediablemente falocéntricas. Aco
mete este trabajo analizando lo que significa conceptualizar el sen IH~ 101llunidades.
tido de sesgos para la teoría feminista. Curiosamente a este respecto \ddclson97, partiendo de que el conocimiento es un proceso
decide que para superar lo que denomina paradoja de los sesgos es lill.d y dinámico elaborado por comunidades epistémicas, defien-
preciso disponer de una teoría realista de la verdad. Esto es, Antony Ir 'IlIl' la labor de la epistemología feminista es llegar a entender
considera que existen descripciones más verdaderas que otras del "11110 operanlos conocedores, que son al unísono hacedores en los
mundo, las menos verdaderas estarían sesgadas por el imperialismo Ilfllll'sos del conocimiento, para poder de esta forma socavar un
deformante de las teorías dominantes -véase el androcentrismo de 1'.1111 establecido. El objetivo es testar cómo funciona el conocí-

la ciencia occidental-, luego la meta de una epistemología feminis IIIICII(()para subvertir la dominación masculina y servir a los in-
ta es desenmascarar los sesgos malos y ayudar a articular el cono II'\('S de las mujeres. Esta autora ejemplifica su concepción cen-
cimiento sobre sesgos buenos. Las teorías feministas son mejores 1I,IIIdose en el análisis de los problemas morales, en especial cómo
porque son más verdaderas, por lo tanto, lo que necesitamos es una t 1tlllfiguran los problemas públicos y la relación que con los
teoría de la verdad que ayude a mostrar el carácter erróneo de cier 1i11'~II\()S tienen los conocedores/hacedores. La apuesta de esta auto-
I 1ousiste en considerar las epistemologÍas como metáforas y su-
tas teorías. Justamente, la filosofía analítica ha desarrollado diferen
tes modelos teóricos para poder desentrañar cual es el conocimiento Pl 1.11de este modo las prácticas de conocimiento cotidianas, sobre
verdadero, de ahí que esta autora defienda uno de ellos, que es el

de la expresión "filosofía feminista" y señala su preferencia a hablar en términos 'Ih Aniony (1993,218).
de feminismo filosófico, Amorós (2000, 10). " Arldclson (1983), (1993).

I
96 97
11,1
todo las que se realizan dentro del ámbito de la academia, tendicn !Itll ('S moralmente neutra."IOI De hecho, Potte~Q!et~:nde mos-
do a una reorganización social del conocimier:!!o. ! i..'11110 la ciencia no es mejor si se entiende como neutral, sino si
-- La teoría del conocimiento se convierte en esta autora en .1 1IIIII'ormada siguiendo los valores no cognitivos más adecua-
sociología, concibiendo, de esta forma, la función de la episternolo \.:1 mismo argumento aplica a la filosofía de la ciencia. Esta
gía como descriptiva y en ningún caso normativa. Descriptiva di' 111111 'l' opone a la clásica concepción lamala
según la cual sólo
cómo funciona y se practica la ciencia, analizando las consecuen /;, estaría relacionada con los valores frente a la buena ciencia
cias que tiene para la sociedad. El mayor problema de esta tesis es 1.1 11ía absolutamente neutral. Considera que los valores no
pérdida de la dimensión evaluativa, aspecto que para las feministas IIIIIVOStambién son un parad[gma de racionalidad. Así enton-
es importante de cara a escoger entre valores y teorías en conflicto. 11( iencia se puede calificar de buena no por su separación res-
El dilema estriba en dejar que la sociedad cambie las condiciones l" 1111.1los valores sino justamente por los valores gue intervinieron
desde las que se elabora el conocimiento o tener la capacidad para I _11,·I:tboración. Tal vez podría ir un poco más al fondo del pro-

incidir en esa construcción del conocimiento mediante la apuesta 1r1i1,I,en la línea que lo hace Longino, y abandonar o/y criticar la
por un proyecto feminista aunque no se tengan conquistadas todas 111 !'IIIIIlÍa cognitivo/no cognitivo que todavía conserva la herencia
las condiciones ideales de la sociedad. tmillVlsla de la que supuestamente pretende huir. En conclusión,
En una línea argumentativa semejante, Elizabeth Potter'" de
fiende que es necesario estudiar cómo los cÍentíficos elaboran el
I1\I11111 ión de una epistemología feminista es mostrar cómo la polí- k
l.lit género influye en la ciencia.
conocimiento para poder entender la dimensión de negociación Tl,lra finalizar, quisiera concluir este apartado afirmando que es-
jiue existe en el mismo. Si entendemos el conocimiento como una l" IIsadoras feministas, defensoras de una epistemología naturali-
práctica, hay que mirar hacia los científicos y su actividad en orden Id", presentan una serie de cuestiones que abren el abanico de
a desarrollar una filosofía de la ciencia que analice esas prácticas IHIIIIII' para el debate sobre el conocimiento; sin embargo, sus tesis
teniendo presente la dimensión histórica y social de la misma?", 1.111en una fase aún muy embrionaria y, además, estas autoras
Como en otras posturas naturalizadas, mantiene que la filosofía de 11' IIdl'l\ a escorar su planteamiento cara el carácter descriptivo de la
la ciencia es un continuo con la ciencia, pero la diferencia de Ad 1'1',11 Ill()l~gía. ~o~a bien, olvidar I,a capacida~ normativa de la ~e- 1.)
delson se puede interpretar, siguiendo a T'anesini-'v que en Pottcr 111\11111 cplste~ologlca no es buen ahado de los intereses de las muje- ). l'
la labor de la filosofía no es meramente descriptiva, sino que existe .l.ulo que el feminismo es fundamentaIffientc:...moto!: de cambio.-
un componente normativo. Esta tesis se sostiene en relación con la
siguiente afirmación de la autora: "Debemos decidir si la filosofía
de la ciencia sería adecuada empíricamente; debemos decidir si está
justificada nuestra entrada en las disputas científicas, para declarar
1.5. ALGUNAS REFLEXIONES
SOBRE EL EMPIRISMO FEMINISTA
que una parte del trabajo es 'irracional', o de otra forma cognitiva-
mente inapropiado cuando los propios científicos lo juzgan 'buen Antes de dar paso a la exposición de la teoría del punto de vista
trabajo'. Por último, debemos decid{r si la buena filosofía de la Irllllllista, es preciso señalar alguno de los puntos en común de las
!Hltll.IS más representativas del empirismo feminista, Helen Lon-
iuu y Lynn H. Nelson.
I~nprimer lugar, es necesario destacar su defensa del feminis-
98 Potter (1993), (1995).
99 Potter ejemplifica su concepción a este respecto mediante el análisis y estu
111111
orno una dimensión posible del empirismo. Esta tesis implica,
dio de los desarrollos de Boyle y la relación que tuvieron con la sociedad europea
del XVII. Potter (1993).
100 Tanesini (1999, 120). 1111
I'otter (1995, 437).

98 99
en Longino de forma explícita y en Nelson a través de otras afirma I~Iiicrios epistémicos -que no son tales- los criterios feministas y
ciones, una defensa del feminismo como un factor de corrección en I 1"0,, da entrada a los valores propios de las experiencias de las
teorías ya establecidas. Como ya se ha indicado, Longino afirma 11I¡elesen la elección de las teorías a través de una nueva teoría de
que se puede hacer ciencia como feministas y no ciencia feminista. 1,1I videncia.
Por lo tanto, para las dos autoras la objetividad deja de implicar
Esta autora pretende, autoaplicándose este modelo, realizar una fi
losofía de la ciencia feminista. Este es un objetivo que consigue
1" I11uiralidad en valores y adquiere un sentido de consenso comu-
lIildllO. Esta afirmación es especialmente clara para Longino. La
porque interviene en los debates de la filosofía de la ciencia actual
1111 -,11ión de Nelson es ambivalente entre el consenso de las subco-
introduciendo una tesis novedosa, los valores feministas, que re
1lIllIHlades, la coherencia entre teorías y el poder explicativo. En es-
percute en el resto de las tesis defendidas, es decir, la noción de ra
101 .uuora se detecta la misma ambigüedad respecto a la noción de
cionalidad, el sujeto como comunidad o el realismo que mantiene.
II'flnalidad. De hecho, en Longino considero que existe una inter-
Las críticas a estas nociones básicas de la epistemología encuentran
1"1 r.uión en sentido kuhniano de la racionalidad como consenso y
su apoyo en la crítica a los valores cognitivos y la argumentación a
11Ni-lson es aventurado una afirmación de este estilo.
favor de un consenso que tenga presentes criterios feministas. De Sin lugar a dudas, otra de las coincidencias de estas autoras re-
esta forma, factores que parecen estar en los márgenes de la empre
il" 1'11su formulación de la noción de sujeto cognoscente. Longino
sa científica -dado que Longino los toma de las reflexiones femi Nrlson defienden las comunidades como espacios productores de
nistas sobre las mujeres- transforman el núcleo de la misma al IIllfllimiento. Longino afirma que el conocimiento se produce en
cuestionar las nociones de objetividad, racionalidad o sujeto cog 111.1comunidad dialógica interactiva que busca el consenso entre
noscente. En la filosofía de Nelson se encuentra la misma idea. Pa III.IS.Para esta autora el consenso cumple una doble función en
ra esta autora es preciso elaborar una teoría de la evidencia que sea 1,11llIllunidad: es una vía de acceso para la crítica social y funciona
capaz de introducir los elementos interesantes que propone la tco ,,"0 un mecanismo que minimiza las preferencias individuales
ría feminista. Las experiencias marginadas en el campo del cono "dllciendo de este modo los elementos subjetivos. De forma se-
cimiento tienen la capacidad de ser valores que modifican el marco 1'!.lllle a las propuestas de Kuhn, Longino entiende que lo racio-
conceptual de las teorías, ¿el centro de las teorías? Éste es uno de lid son los productos del consenso, las teorías, ya que las comuni-
los problemas que presenta mayores dificultades. En cualquier ea l.••It-s en sí mismas no son entes racionales sino grupos de indivi-
so, lo que si se puede afirmar sin lugar a dudas es que estas teorías 11111' racionales. Esta relación entre el individuo y la comunidad en
implican bastante más que un remiendo feminista. Prueba de lo II,nn es más problemática. Según esta autora las comunidades son
mismo son las propuestas de las autoras empiristas. ,,1.11\eros entes epistemológicos y el individuo sólo tiene experien-
Entre estas propuestas sobresale por su importancia la noción "", y conocimiento de forma derivada. Esta afirmación resulta poco
de conocimiento científico como práctica social. Esta definición, 1,11.1, ya que parece que las comunidades y las subcomunidades son
compartida por Longino y Nelson, conlleva una reestructuración dI' 1111.1 especie de suprarrazón que no necesita de los procesos de ne-
la relación entre la ciencia y la política, entre los hechos y los valo 111r.rción entre los individuos. En la misma línea de razonamien-
res. Tanto Longino como Nelson defienden una borrosificación de 111,Nelson considera que la experiencia es algo propio de la comu-
este linde que sólo corresponde a un interés político, ni metodológi 111.1.11 1. De ahí que una teoría de la evidencia necesite del estudio
co ni epistemológico, a saber, mantener la neutralidad como un va 11I1'"ico de las comunidades -esto se debe a la tesis de la naturali-
lor. Longino realiza esta tarea crítica mediante la revisión del signi 111<'111que defiende. Aplicar esta tesis a las subcomunidades femi-
ficado de los valores contextuales y cognitivos. Nelson, desde otro lil,I.IS implica mantener una cierta dosis de esencialismo encubier-
planteamiento teórico de partida, introduce los valores en el espacio 11t, IS decir, se descubre la experiencia de las mujeres mediante la
de la evidencia. De esta forma, Longino ofrece como alternativa .1 Irllllol feminista que da luz sobre la misma. El concepto de comu-

100 101
nidad en Nelson es muy interesante, pero suscita ciertos problemas
que deja sin tematizar, más concretamente la relación del individuo
con la comunidad o el carácter racional de la propia comunidad.
Por último, quisiera apuntar un tema compartido tanto pOI
Longino y Nelson como por el grupo de empiristas naturalizadas, :! Capítulo 2
saber, el debate sobre el realismo. Estas autoras mantienen una
forma mínima de realismo que comparte muchos elementos con el I'EORÍA DEL PUNTO DE VISTA FEMINISTA:
realismo de Kuhn o con la versión del realismo interno de PUl DE LOS MÁRGENES AL CENTRO
nam102• Para estas autoras las estimulaciones sensoriales existen só
lo dentro de unos determinados esquemas conceptuales. Este rela
tivismo conceptual no impide manejar una noción de realidad fue
ra del ámbito discursivo, aunque sea a costa de reconocer un plura ,,', cvidcnte que pensamos de manera diferente, si nacemos diferentes.
lismo ontológico. En el feminismo este debate ontológico será ck l'cncmos el punto de vista de Grenfell, el punto de vista de Knebu/orth,
gran calado en los próximos años dado que el constructivismo so 1/lIlIIto de vista de Wilfred Owen, el punto de vista del Ministro de [us-
cial radical no parece ser el marco más apropiado para una forma t u tu, y el punto de vista de la hermana del hombre con educación. Todos
de teorizar que guarda grandes dosis de normatividad. Así no es de '/'!I'rcntes. Pero, ¿hay un punto de vista absoluto?"
extrañar que la mayor parte de las epistemólogas feministas de VIRGINIA WOOLF, Tres guineas
fiendan alguna forma de realismo. Frente a las posiciones hiper
constructivistas que han negado la posibilidad de establecer nocio
1..1 tensión entre los márgenes y el centro es una imagen re-
nes sobre la realidad o el sujeto cognoscente, las pensadoras ferni
1111'utc dentro de la teoría feminista. El feminismo, en cuanto que
nistas preocupadas por el conocimiento, y las empiristas feministas
!"\llIliento político que intenta que las mujeres dejen de ocupar
en particular, pretenden reconstruir el sujeto cognoscente y reto
111',1I1,lrgenesde la sociedad y se sitúen también en el centro, poten-
mar el debate ontológico. Después de este esfuerzo todavía rest.r
1 'lile en el curso de las investigaciones feministas se intente
p~r perfilar uno de los problemas clásicos del conocimiento, el pro
blema de la verdad. Esta cuestión como tal carece aún de una con
h ',\1 l.ir por qué las mujeres siempre ocupan, de forma reiterada, el
!!'tl!ln lugar. Así, para algunas teóricas tratar el problema del cono-
sideración teórica en profundidad por parte de las feministas; no
111111 1110referido a las mujeres pasa por pensar la realidad y la his-
obstante, las concepciones contextuales y holistas de las autora"
11.1desde el punto de vista de ellas mismas, es decir, en desplazar a
empiristas aportan algunos indicios que parecen apuntar en la di
rección de perspectivas coherentistas'P' de la verdad. 11111[eres de los márgenes tanto del conocimiento como del carn-
di visión y resituarlas en el centro.J~ambiar lo que siguiendo a
1 u.ulición se consideraba marginal conlleva construir una teoría 4l.
1',11de aprender analíticamente esa ex~riencia de la marginali-
1.1'1.I':ste es el o.2jetivo de la teoría del punto de vista feminista. A
i IlIt muación, se presentarán los desarrollos más destacables de la
102 Una posible vía de análisis de las autoras empiristas sería en relación COII lil i.1del punto de vista en el campo de la epistemología. Con esta
los desarrollos actuales del pragmatismo. Además, esta línea de estudio permiu 111I,lIld.ldel capítulo se divide en tres apartados fundamentales. En
ría ampliar la reflexión sobre los valores que proponen las autoras empiristas y L,
que defienden autores como Putnam.
1'"1111'1 lugar, se explica la cronología de esta corriente. Así, será más
103 Para un estudio desde el feminismo de las versiones del Coherentismu, t,h ti vit uar en los debates del feminismo reciente a las dos autoras
véase A1coff Real Knou/ing. New Versions 01 the Coherence Theory (1996). .h" In de reflexión del siguiente apartado, a saber, Nancy Hartsock

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