El Artículo en Español
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A UN VIEJO DEBATE
( . . . )
106
Además del artículo determinado, hay otro artículo
que se llama genérico, indefinido o indeterminado, y
es un. Este designa un objeto no consabido de aquel a
quien se dirige la palabra (...)" (32).
Bello no parece escaparse tampoco a esta influencia.
Aunque defienda que con la palabra artículo "usada absolu
tamente se designa el definido" (33), la mención que
hace a /un/ como artículo indefinido (34) y la definición
de cada uno bajo términos como la referencia a objetos
conocidos o no por parte del hablante aconsejan afirmar
que en él existe la oposición de la Grammaire.
107
a las cosas; sin él, a nuestras valoraciones subjetivas
y categoriales de las cosas." (38). Dicho de otro modo,
"el nuevo sistema está formado por la presencia y ausencia
del artículo, o si se quiere, por la aparición del sustan
tivo con y sin artículo" (39).
Esta posición únicamente es posible si se considera
a /el/ como 'palabra vacía', sin significado propio aunque
modificadora del término al que suele acompañar, el sus
tantivo ( recuérdese que no es autónomo y que precisa
siempre de otro elemento, por lo general el sustantivo,
para aparecer en la oración ).
Ahora bien, en la nota adicional de 1951, A. Alonso,
una vez desentrañado el valor del artículo (/el/), se
ocupara de demostrar 'primero (
(...)
... [ que un ] nunca
es artículo; segundo, en los casos perfectamente delimi
tados en el que el uso idiomático alterna un-el, nunca
se oponen con los atribuidos valores de indetermina
ción-determinación." (40). Las diferencias entre las
secuencias el + sustantivo y un + sustantivo estarán
determinadas por las condiciones distintas de uso de
cada una de ellas, según el sustantivo esté o no intro
ducido en la esfera común de los dialogantes: "un, una
se opone a e l , la en una sola y misma situación coloquial:
cuando se introduce en el hablar un objeto antes no men
cionado: 'Hoy me ha visitado un estudiante', ¡', 'Por el
aire volaba una paloma'. Cada vez que en adelante se
hable del estudiante y de la paloma se dic siempre el
estudiante, la paloma. Una vez presentados no se los
vuelve a presentar como no cambie la situación coloquial
( por ejemplo, si llega un nuevo interlocutor ). La alter
nancia un-el, como ocurre con todos los pronombres, perte
nece, pues, a la técnica del coloquio y no depende del
modo ( determinado-indeterminado ) de nuestro conocimiento
del objeto." (41).
No parece, por tanto, que haya contradicciones entre
lo escrito en 1933 y las adiciones posteriores (41b).
Más bien diríamos que se complementan: si en uno (1933)
da cuenta de una oposición semántica, en el otro (1951 )
refleja diferencias derivadas de usos distintos colo-
quiales. La nota 5 de la publicación conjunta en Estudios
lingüísticos. Temas españoles deja las cosas bastante
claras: "con un forma el un sistema, no semántico, sino
de empleo que expongo en nota adicional al final de este
estudio".
109
mueven los interlocutores en una situación concreta de
habla (...)" (50), se puede afirmar que "el papel del
artículo queda limitado esencialmente a transponer el
nombre clasificador [ o común ] en identificador [ o
propio ]" (51 ).
Al lado de este valor que acabamos de ver, E. Alarcos
señala otro que en principio "no admite reparos" (52)
entre los gramáticos: "(...) cuando un artículo se ante
pone a elementos cuya función habitual no es la de nombre,
el papel de aquél evidentemente consiste en transponer
tales elementos a la función que el nombre desempeña
en la oración. Sin duda, pues, el artículo es un transpo-
sitor a nombre de cualquier otro elemento funcional
(...)" (53). El resto de "matices semánticos ( énfasis,
ponderación, etc. ) son simples derivaciones de estas
funciones ( nominalizadora e identificadora ]" (54).
E. Alarcos no entra en las diferencias entre /el/
y /un/, porque los valores de ambos no pueden definirse
en los casos en los que se pueden encontrar al ser el
último "un presentador y clasificador" (55), y no un
signo morfológico, que "individualiza, acota cuantita
tivamente la referencia semántica del nombre al que acom
paña" (56 ).
111
A estos puntos que desaconsejan la interpretación
de F. Lázaro Carreter habría que añadirle uno último:
la 'doctrina de lo consabido' no está reñida, ni en con
tradicción con los valores asignados por los otros dos
autores. En efecto, el uso de un nombre con artículo
( al estar en el 'entorno' o 'contexto' de los protago
nistas del discurso ) presupone su reconocimiento como
algo singular, no equívoco, capaz de denotar y, por tanto,
próximo a un nombre propio; la utilización del mismo
sin él lo clasifica, designando una clase de objetos
desconocidos hasta entonces por no estar contextualizado
(63) .
112
de estas frases han de comportarse de modo idéntico por
estar emparentados, solamente hay dos opciones:
a) o bien los segundos elementos se ven sustantivados
por los primeros,
b) o bien éstos son nucleares.
Ante las dificultades de la primera, Bello y S. Fer
nández se inclinan por la segunda.
F. Lázaro Carreter, en cambio, va a proponer una ter
cera vía no contemplada por los anteriores:
1a Como ya se ha dicho, la relación entre el blanco-la
blanca y lo blanco no sería la misma "por la razón simple
de que los primeros cuentan forzosamente, en la estructura
profunda, con la existencia de un nombre consabido, elíp
tico en la superficie ( el -papel, pan, vestido ...-
blanco (...)), mientras que tal nombre no es cosustancial
con sintagmas en que entre lo; este signo recibe la inci
dencia del adjetivo o del sintagma preposicional, en
cuanto cabeza o núcleo patente que traduce un concepto
latente como 'las cosas', 'el conjunto de las cosas',
'el total de una parte que se opone a otra parte', etc."
(68). Todo ello le inclina a apartar a /lo/ del paradigma
del artículo para integrarlo en el de los sustantivos
neutros junto a algo y otros similares, entre los que
tendrán que estar esto, eso, ello, etc.
2a Las diferencias detectadas de /el/ y /la/ respecto
del anterior no implican que éstos sustantiven en los
casos mencionados, sino al contrario. Seguirán manteniendo
su estatuto de artículos dependientes de un nombre subya
cente en la estructura profunda, elidido mediante una
transformación de supresión, del que dependerá asimismo
el adjetivo, el sintagma preposicional o la frase de
relativo correspondiente.
113
de que las segundas aparezcan en estructuras ecuacionales
( algo es lo que se v e , esto es lo que me das, a éste
es al que se lo dio, de ésa es de la que hablaban, ante
ello fue ante lo que retrocedió ) y las primeras no puedan
hacerlo (69).
22 (I) admiten la posibilidad de llevar elementos
correferentes apuestos -aposición bimembre en la mayor
parte de casos- (70), cosa impensable en (II). Si además
tenemos en cuenta que "como función, la aposición (...)
relaciona dos términos independientes, pues cada uno
puede cumplir, por separado, la misma función que cumple
el grupo" (71), diremos que (I) y el 'apuesto' pertenecen
a la misma categoría, es decir, son sustantivos: se ve
algo, tu cara triste, toma esto, el libro que tengo en
la mano, se lo dio a éste, el hijo de la vecina, hablaban
de esa, la chica de rojo, ante ello, la totalidad de
circunstancias, retrocedió.
32 Si (I) son sustantivos admitirán la coordinación
con otros sintagmas equivalentes, a no ser que sus carac
terísticas léxicas se lo impidan ( caso de algo ): toma
esto y el libro que tengo en la mano, se lo dio a este
y al hijo de la vecina, hablaban de ésa y de la chica
de rojo, ante ello y ante la totalidad de circunstancias,
retrocedió. (II) no conocen nada parecido.
4a Tanto (I) como (II) pueden ir acompañados de adje
tivos u otros segmentos isofuncionales con los que consti
tuyen una unidad funcional, como lo demuestran los refe
rentes correspondientes (72): se ve ALGO TRISTE, se ve
LO TRISTE (---- > se ve eso/se ven esas cosas), toma
ESTO IMPRESO, toma LO IMPRESO (---- > tómalo)~ dio cara
melos A ESE ALTO, dio caramelos AL ALTO (---- ► le dio
caramelos, se los dio).hablaban DE ESA ROJA, hablaban
DE^ LA ROJA (---- •> hablaban de ella). Sin embargo, el
análisis interno de estas secuencias difiere notoriamente,
pues en aquellas en las que aparece algún miembro de
(I) puede hablarse de un núcleo ( algo, esto, este,
esa: se ve ALGO y no *se ve TRISTE -solo posible en un
contexto reflexivo-, toma ESTO y no *toma IMPRESO, dio
caramelos ñ ESTE, y no *dio caramelos A ALTO, hablaban
DE ESA y no *hablaban DE ROJA ), en tanto que donde tene
mos (II) no hay tal eventualidad ( *se ve L O , *toma L O ,
*dio caramelos AL (A EL), *hablaban DE LA ) (73).
122
c) ahora bien, "no es un signo autónomo, entendiendo
por autonomo todo signo mínimo o complejo capaz de desem
peñar^ por sí solo en la estructura de la oración una
función determinada, y por tanto (...) susceptible de
funcionar asociado con un determinado signo oracional
(...) como equivalente de una oración" (102);
d) ante esto, resulta claro que "pertenece al tipo
de signos que se agrupan en paradigmas o inventarios
limitados o cerrados: los signos morfológicos, cuyos
contenidos -o morfemas- constituyen el sistema gramatical
(...)" (103), pese a que "la independencia gráfica del
artículo es engañosa ( a diferencia de su aglutinación
escrita en otras lenguas como el danés o el rumano )
y parece conferirle una situación diferente a otras varia
ciones del nombre ( como por ejemplo la de
'singular-plural', cuyas expresiones se aglutinan gráfica
mente ), cuando en realidad se trata de lo mismo: de
signos morfológicos que 'determinan' de cierta manera
los signos léxicos con que se asocian" (104).
123
e ) De todos estos datos ( existencia de formas abre
viadas o inacentuadas y formas plenas o acentuadas, apari
ción de sustantivos neutros ... ) y del hecho de que
en realidad, en especial las átonas, demuestran o señalan
"de un modo más vago, no expresando mayor o menor dis
tancia" (109), hay que concluir que son demostrativos
y a su vez adj etivos.
f) Si él, ella, ellos y ellas son demostrativos, no
podran figurar como pronombres de tercera persona, y
de hecho no lo hacen (110), al ser considerados "persona
les, no estrictos".
124
consta de un sólo morfema" (119) ) y la tercera ( "ya
que tolera la inserción de otros segmentos entre él y
el nombre" (120) ) e incumple la segunda ( "puesto que
precede siempre al sustantivo, sin que sea posible inver
tir sus lugares" (121) ), se concluirá que su remisión
a la clase de los morfemas "no es (...) prudente (...),
y menos su comparación con los morfemas de número" (122),
y que constituye, junto con otros segmentos ( la formas
átonas del posesivo, los adverbios tan y muy etc. ),
una clase de signos o 'palabras fronterizas' -puesto
que no lo son tan plenamente como otras que sí cumplen
todos los requisitos anteriores-. El hecho de que forme
un paradigma cerrado no sería obstáculo, pues ese criterio
no lo juzga pertinente para diferenciar morfemas de le-
xemas -el léxico también estaría compuesto en grandes
zonas "de sistemas tan cerrados como un paradigma morfo
lógico" (123)-.
Si el artículo no es signo morfológico sólo hay dos
caminos posibles, vistos con anterioridad, a la hora
de buscarle sitio apropiado. En esto, F. Lázaro Carreter
no duda y asume "la propuesta más coherente y original"
(124), la de Bello. Aunque no comparta la concepción
del pronombre de éste (125), es partidario del "hallazgo
más firme (...), en su esfuerzo por encuadrar el artículo
en el sistema de pronombres, (...) la integración de
las formas él y el en una misma subclase de signos" (126).
125
que la anáfora es una especie de la deixis, en tanto
que apunta a algo ya nombrado, pero la anáfora no sitúa
nunca el discurso en sus circunstancias, en su entorno;
consecuentemente, puesto que el, artículo que precede
a amigo, no señala ninguna circunstancia de la acción,
queda eliminado como elemento deíctico; y puesto que
amigo se repite y el precede a la segunda aparición de
amigo no acierto a descubrir la dimensión anafórica de
el, artículo determinado, en este ejemplo." (130).
130
4.4.2.- Como ya se ha dicho, la prueba de la distri
bución complementaria proviene del campo de la fonología.
Aunque el término surge con M. Swadesh en 1934 (155),
el concepto era ya conocido con anterioridad, en 1929,
gracias a D. Jones (156). En los Grundzüqe der Phonoloqie,
también existe la idea en las reglas de determinación
de fonemas: " H I e r^gle: Si deux sons d'une langue,
parents entre eux au point de vue acoustique ou articula-
toire, ne se présentent jamais dans la méme entourage
phonique, ils sont considerer comme des variantes combi-
natoires du meme phoneme." (157).
Dos requisitos parecen derivarse de su formulación,
generalmente aceptados por todos los autores que de una
manera u _otrá han tenido que ver con ella:
1. - únicamente es aplicable a aquellos casos en los
que no puede haber oposición ( en algunos autores ameri
canos, contraste ),
2. - está siempre subordinado al 'parentesco sus
tancial '.
131
en 4.4.2. aparece de modo claro en las primeras defini
ciones.
En D. Jones, la similitud fonética resulta transcen
dental incluso a la hora de definir al fonema, en cuanto
que es "una familia de sonidos" emparentados en sus carac
terísticas y utilizados en distribución complementaria.
M. Swadesh, por su lado, al caracterizar el cuarto
criterio determinativo de fonemas y variantes, lo hace de
la manera siguiente: "if it is true of two similar [ sub
rayado nuestro ] types of sounds that only one of them
normally occurs in certain phonetic surroundings and
that only the other normally occurs in certain other
phonetic surroundings, the two may be sub-types of the
same phoneme." (159).
El parentesco resulta tan importante que llega a deci
dir en una dirección u otra en el caso de la existencia
de mas de dos sonidos en distribución complementaria:
"if the distribution of one type of sound is complemen-
tary to that of more than one other, it is to be identi-
fied with one rather than the other if there is a more
definite phonetic similarity in that direction (...)
If a sound in a relation of complementary distribution
to two sounds is not particularly similar to either of
them, it has to be reckoned as phonemically indepen-
dent." (160).
De lo anterior debe desprenderse que la distribución
complementaria, para tener algún sentido, ha de comple
tarse o ir unida a¡l "parentesco sustancial", o, dicho
de otro modo, que aquélla no es aplicable sin éste.
133
4.5.- Después de lo expuesto en 4.4., no creemos
que pueda seguirse _en la idea de tomar al artículo como
personal en función adnominal. Ni la unidad llamada
'palabra' ( a no ser que se la defina de otro modo, de
forma similar a como hizo A. Rosetti (166) acercándola
al^sintagma de Martinet ), ni la prueba de la distribu
ción complementaria sirven a estos efectos.
Universidad de León
NOTAS
(3 ) R. H. R ob in s: Breve h i s t o r i a de l a L i n g ü í s t i c a , Ed. P a ra n in fo ,
M adrid, 1980, p . 44. D entro d e l a r t í c u l o D io n is io de T ra c ia in c lu y e
e l pronom bre r e l a t i v o , e l c u a l a l i r t r a s e l a n te c e d e n te se e n c u e n tra
p o sp u e s to .
(7 ) T. M ich ael: I b i d .
(8 ) I b i d .
(9 ) I d . , pp. 6 7 -6 8 .
(1 7 ) I d . , p . x x x i i i d e l e s tu d io in t r o d u c t o r io de C. G a rc ia .
(18) I b i d .
(19) Epitome de l a o r t o g r a f í a l a t i n a y c a s t e l l a n a . I n s t i t u c i o n e s
de l a G ram ática e s p a ñ o la , e s tu d io y e d ic ió n de A. Q u ili s y J . M.
R ozas, CSIC, 1965.
(2 3 ) G. C o rre a s : o p . c i t . , p . 113.
(3 4 ) I d . , c a p ít u lo x i .
(3 5 ) En e l p á r r a f o 2 .6 . e l a r t í c u l o d eterm in ad o e s tr a ta d o c o n ju n ta
mente con lo s pronom bres d e m o s tra tiv o s . Más a d e la n te en e l 2 . 8 . 3 . 1 . ,
en cam bio, se d ic e : "En su fu n c ió n a d j e t i v a , e l in d e f in id o un., u n a ,
u n o s, unas r e c ib e l a denom inación g ra m a tic a l de a r t í c u l o in d e te rm i
nado ( o in d e f in id o ) , p o r e l hecho de que e n tr e é l y e l a r t í c u l o ,
llam ado por c o n tr a p o s ic ió n d ete rm in a d o , se e s ta b le c e n c i e r t o s con
t r a s t e s sem á n tic o s y s i n t á c t i c o s ( . . . ) " ( Esbozo de una Nueva Gramá
t i c a de l a Lengua E sp a ñ o la , E sp a sa -C a lp e , M adrid, 1979, p . 230 ) .
(3 8 ) I d . , P. 134.
(39) I d . , P- 133.
(4 0 ) I d . , P- 151.
(4 1 ) I d . , P. 153.
(4 3 ) I d . , p . 224.
(4 4 ) I d . , p . 226.
(4 5 ) I b i d .
(4 6 ) I d . , p . 230.
(4 7 ) I b i d .
(5 0 ) I b i d .
(51) I b i d .
(5 2 ) I d ■, p . 229. E l p ro p io A la rc o s , a p e s a r de su s p a la b r a s , c i t a
a u to r e s r e a c i o s a a d m itir l a t e s i s de l a n o m in a liz a c ió n . V id. más
a d e la n te s e c c ió n 3 .
(5 4 ) I d . , P- 233
(5 5 ) I d . , P- 227
(5 6 ) I d . , P* 228
(5 8 ) I d . , p . 48.
(5 9 ) I d . , p . 38.
(6 0 ) I d . , p . 58.
(6 2 ) La cap a c id a d s u s ta n tiv a d o r a d e l a r t í c u l o no p a re c e e s t a r ta n
■ clara: " s in d i s c u t i r a h o ra l a p o s i b il id a d de que e s to no o c u rra
138
siem p re ( . . . ) , s í cabe s e ñ a la r que o tr o s v a r i o s sig n o s desempeñan
e s a misma fu n c ió n : t r e s t i n t o s , ta n t o s s í e s , e se a l t o , mi p eq u eñ a.
Todos e s t o s sin tag m as adm iten l a misma in t e r p r e t a c i ó n t r a d i c i o n a l :
o e l p rim er componente e s n u c le a r , o e l segundo e s t á s u s ta n tiv a d o ;
y s i es c i e r t o e s to ú ltim o , tam bién lo s e r á que l a fu n c ió n s u s ta n -
ti v a d o r a no c a r a c t e r i z a a l a r t i c u l o , porque no l e co rre sp o n d e en
e x c lu s iv a " ( F . L ázaro C a r r e t e r : "E l problem a d e l a r t í c u l o . . . " ,
p . 33 ) . S in em bargo, no hay com paración con a q u e llo s c a so s en que
a p a re c e e l a r t i c u l o : t r e s , t a n t o s , e se pueden s e r autónom os y fu n
c io n a r como n ú c le o s ( dame t r e s , d i j o t a n t o s , m ira a e se ) , cosa
im p o sib le con e l a r t í c u l o . E l ú ltim o ejem p lo , mi pequeña se s i e n te
como f r a s e in co m p leta,, como lo d em u estra e l hecho de l l e v a r tonema
de su s p e n sió n .
(68) I d , , pp. 5 7 -5 8 .
(7 1 ) I d . , p . 462.-
(7 7 ) I d . , p .. 183.
(8 0 ) I d . , p . 118.
(8 1 ) I d . , p . 121.
(8 2 ) I d . , p . 124.
(8 3 ) I d . , p. 125.
(8 4 ) I d . , pp. 126 y s s .
(8 5 ) I d . , p . 118.
(8 7 ) 0 p . c i t . , p . 371.
(89b) La c u e s tió n a c e rc a de lo s a d y a c e n te s de s u s t a n t i v o s , a d je t iv o s
y a d v e rb io s e s más co m p leja de lo que p u d ie ra p e n s a r s e . Sólo de
form a g e n e ra l se puede a firm a r que lo s de un s u s ta n ti v o son a d je
t i v o s , y a d v e rb io s lo s de un a d je t iv o u o tr o a d v e rb io , p u esto que:
l 2) hay a d j e t i v o s , como mismo, que pueden s e r a d y a c e n te s de
a d v e r b io s : L leg aro n hoy mismo,
2S) alg u n o s a d v e rb io s pueden m o d ific a r a s u s t a n t i v o s ; Una p e r
sona a s í e s de tem er , y
3 fi) hay que te n e r en c u e n ta l a llam ad a v a le n c ia s e m á n tic a ,
e s d e c i r , l a c o m b in a to ria p o s ib le o no e n tr e dos sig n o s a t r i b u i b l e ,
e x c lu s iv a m e n te , a l a s c o m p a tib ilid a d e s im p u e sta s por e l co n te n id o
de uno de e l l o s ( o de l o s dos ), y que hace que f r e n t e a g u ile ñ a
sea in u s u a l en le n g u a je e s tá n d a r o que lo s p a to s reb u zn aro n se s i e n t a
como 'l i c e n c i a p o é t i c a '. Por lo mismo, c i e r t o s a d v e rb io s se r e s i s t e n
a com binarse con c i e r t o s a d j e t i v o s : e l b u e n o /e l extrem adam ente b ueno,
p ero e l ¿ l t i m o / ( ¿ ) e l extrem adam ente ú ltim o . C f r . J . A. M a rtín e z :
"A cerca de l a tr a n s p o s i c ió n . . . " , p . 494, n o ta 5 , y S. G u tié r r e z
O rdóñez: L in g ü í s ti c a y S e m á n tic a , pp. 7 6-77.
(9 3 ) Op, c i t . , p. 169.
141
(9 4 ) I d . , 96-103.
(9 5 ) " E s t i l í s t i c a y g ra m á tic a
(9 6 ) "E l a r t í c u l o . . . " .
(9 8 ) I d . , p . 151.
(9 9 ) I b i d .
(101) I b i d .
(102) I b i d .
(1 0 3 ) I d . , p . 225.
(104) I b i d .
(106) I b i d .
(108) I d . , p . 105.
(109) I d . , p . 102.
(1 11) Op. c i t .
(114) I d . , p á rr a fo 163.
(120) I b i d .
(1 2 1 ) I b i d .
(122) I b i d .
(123) I d . , p . 52.
(124) I b i d .
(1 28) "D el d e m o s tra tiv o a l a r t í c u l o " , NRFH, 15, 1969, pp. 2 3-44.
(1 29) I d . , pp. 2 4 -2 5 .
143
(1 37) "E l problem a d e l a r t í c u l o pp. 5 4 -5 7 .
(138) I d . , p . 56.
(139) I b i d .
(1 4 2 ) I d . , p . 377.
(1 4 3 ) I b i d .
(148) I b i d .
144
(150) C f r . M. S . R u ip é re z : "N otas so b re e s t r u c t u r a d e l verbo e sp a
ñ o l" , en Problem as y p r i n c ip i o s d e l E s tr u c tu ra lis m o L i n g ü í s t i c o ,
CSIC, M adrid, 1967, pp. 8 9 -9 6 .
(1 5 1 ) I d . , p . 93.
(153) I d . , p . 812.
146